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“Identidad peruana, raíces incas”

El país de todas las sangres. Su origen andino y la mirada inca de los Cuatro Suyos,
se confrontó con el espíritu conquistador y colonizador español; y aún cuando el
sometimiento fue el primer resultado, esta fusión inevitable derivó en una nueva
identidad del Perú, compleja, llena de contradicciones que son el resultado de
principios de vida y valores disímiles. Las circunstancias que propiciaron las
migraciones añadieron a esta fusión otros elementos con nuevas complejidades. El
espíritu y los valores orientales, la alegría y laboriosidad africana, la vida y costumbres
italianas, francesas, japonesas, alemanas. Todos formaron lo que es hoy la identidad
peruana, rica, diversa, de raíces andinas con fuerte influencia foránea.
tener una identidad nos define quiénes somos, qué hacemos, qué debemos hacer. El
varón y la mujer tiene una identidad definida por constitución biológica y social, si bien
es cierto en el pasado veíamos que está diferencia bien marcada asignaba roles
preestablecidos en la sociedad hoy en día nos enfrentamos a un escenario en que
tanto hombres como mujeres se encuentran en la capacidad de los mismos roles, y si
a ello agregamos nuestros pensamientos, nuestros ideales, nuestros sueños, nuestras
frustraciones o todo aquello con que vivimos completaremos nuestra identidad como
personas o ciudadanos. Para poder respondernos a la pregunta ¿quién soy yo?
Debemos responder también otras dos preguntas más: ¿cuáles son mis relaciones
con los otros?, y ¿cómo me sitúo en el mundo?, son preguntas centrales que
permitirán ver cuál es nuestra identidad como persona y como peruanos. Este reflejo
del yo con los otros, y de los otros conmigo es la forma como se produce la
construcción de la identidad.
Es una construcción de nuestra forma de ser. A partir de esta reflexión sería bueno
responder a la pregunta ¿cuál es la identidad que tenemos los peruanos hoy en el
albur de la post modernidad? ¿Cómo nos vemos y como nos ven los demás? Sin duda
es una pregunta difícil de respondernos. El peruano tanto como nuestros hermanos
sudamericanos es una suma compleja de realidades y complejidades. Sin embargo el
más típico es el peruano por su heterogeneidad, sus formas de pensamientos y
actitudes tan variadas en un mismo territorio. Sin embargo esta identidad no sólo se
basa en el medio geográfico, o en la cantidad de culturas presentes, si no también en
las decisiones, buenas o malas, que tomamos como conjunto, ya que es una muestra
clara de nuestra cosmovisión y cuáles son nuestros ideales. Hace pocos años
soportamos con algunos niveles de aceptación y tolerancia la corrupción de Fujimori,
considero que es necesario revisar muy bien la historia antes de llamarlo dictador, sin
embargo hay un hecho innegable y es el de la gran cantidad de corrupción que existió
durante su gobierno . Sino cómo explicar el maltrato y el perdón de una elección
inconsciente de Alan Gracia que nos llevó hasta los niveles más deshumanos y de
extrema pobreza donde literalmente casi nos morimos de hambre y que aún siga con
la posibilidad de volver al trono, fue sin duda una elección arriesgada que a diferencia
del primer gobierno no trajo los mismos resultados sin embargo se suma a su lista de
“contras” la corrupción, cómo elegimos a Toledo que es campeón de la mentira y el
cinismo, porque ningún candidato llega asumiendo que será un ladrón que llegando al
poder sacará las garras para servirse de la torta del dinero de todos los peruanos.
Hablar de nuestra identidad nacional es hablar de una comunidad imaginada. De una
comunidad donde la palabra Perú es obra de la historia, de la criollada, de la cultura
del vivo o de una historia donde hay grandes desencuentros y mentiras. Y no de un
proyecto de futuro donde estemos pensando habitar o de nuestra mirada de lo que
somos. Y esto es una mirada a nuestros últimos mandatarios, pero ¿que se esperaba?
El peruano deja que le roben si hace obras, el peruano vota por el mejor cierre de
campaña, y el peruano sea quien sea que esté en el poder sigue siendo el más
“mosca”

Teóricamente hay tres formas como construir una identidad la reproyectiva, la


prospectiva y la introyectiva. Cuando miramos y nos identificamos en el pasado, con
ese tiempo ido y fuertemente arraigado en que todo que somos, es una mirada
reproyectiva. El pasado tiene la ventaja de existencia material, de sus experiencias, de
su conocimiento, como posibilidades de que podemos volver hacer. En nuestra
imagen está muy fuertemente la experiencia incásica, la inspiración en buenos y malos
héroes, en nuestras tradiciones. Esto marca una identidad reproyectiva, y pensamos
que el pasado fue mejor, que hay volver a esos tiempo y de esos hay varios
trasnochados extremistas que desean ser nuevamente incas o revivir los primeros
años de la República, sin embargo el pasado del Perú debe servir para aprender de él,
esta muy lejos de ser un lugar a donde apetecería volver, ya que incluso las
desigualdades sociales eran brechas mucho más gigantes.
La otra forma de construir es la proyectiva, pensar en el futuro, soñar con ser una
sociedad que se inserte en algún escenario del futuro, vivir y ganar lo que el futuro nos
ofrece, esta forma de identidad nos permite proyectar nuestros sueños, nuestras vidas.
Actuar pensando en las consecuencias futuras definitivamente hará que nos
preocupemos más en tomar buenas decisiones que solucionen los problemas de la
sociedad de manera eficiente.
La tercera, es penetrar en nuestra forma de ser, en las personas y sacar de nosotros
su carácter introyectivo. Esto nos da la posibilidad de creer en lo que somos capaces
de hacer los peruanos y peruanas, de saber y reconocer nuestras potencialidades de
que poseemos imaginación, creatividad, habilidad para saber enfrentar la gran
diversidad y multiculturalidad que tenemos a nuestro alrededor. Reconocer que el
peruano es por esencia un gran emprendedor y luego decir esto es marca peruana de
verdad, como quedó demostrado el gran desafío de Gastón Acurio, que dio vuelo
internacional a la gastronomía peruana.

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