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_—_— cae GAs qrastornos ansiosos en nifos y adolescentes es e_Generadages Los trastornos ansiosos en nifios y adolescentes han sido un tema de dificil acuerdo en las cate- gorias descriptivas y en los diferentes enfoques ‘etioldgicos. Actualmente se ha llegado a mayor consenso en las definiciones de cuadros nosol6- gicos, permitiendo estudios epidemioligicos que han precisado su alta prevalencia y compromiso funcional en nifios y adolescentes. Estudios longitudinales han podido establecer comtinuidades en la vida adulta y su relacién con trastornos depresivos. La correlacién con estudios neurobiol6gicos han podido establecer relaciones con antecedentes genéticos, la conformacién de endofenotipos y avances iniciales en biologia mo- lecular y neuroimAgenes. Su relacién con factores vinculares y familiares rene cada vez mas evi- dencias emptricas como factores de riesgo. La base fenomenolgica de los trastornos an- siosos es Ja angustia patolégica, planteando un dilema la diferenciacién de ésta y la angustia nor- mal a través de Jos distintos periodos de desarrollo del nif y del adolescente. 1a angustia es experimentada desde el naci- miento como una emocidn basica intensa, de ca- acter desagradable, ¢ implica la captacin de un peligro inminente que amenaza aspectos esencia- les de la existencia (psiquica y fisica) del indivi- duo. La angustia es inherente a la vida humana, puede tener una expresién normal, ligada a las nuevas experiencias y periodos criticos del desa- rrollo, permitiendo la adaptaci6n y uso de estrate- gias de afrontamiento a partir de procesos de ad- quisicién y dominio de habilidades y maduraci6n cognitiva. También la angustia puede constituir un estado patolégico, influido por vulnerabilidad genética, causas biologicas, experiencias de vida, contextos sociales y familiares. Clasicamente se ha distinguido la ansiedad como la actitud de espera de un acontecimiento desagradable, la que se observa en niftos con un desarrollo cognitivo suficiente, y la angustia como un estado que conlleva una serie de manifesta- ciones sométicas (neurovegetativas y viscerales) frente a una situacién estimada como peligrosa. El miedo es un temor més circunscrito, que no amenaza aspectos basicos de la existencia y tiene como causa un peligro concreto y preciso, frente al cual el individuo puede tomar medidas defen- sivas. En el nifto existiria un gradiente continuo, an- gustia-ansiedad-miedo, a partir de un estado que seria puramente fisiolégico (reaccién de estrés) 450 PARTE UT) Trasronnos a hasta una mentalizacion progresiva de la conduc- ta, en la perspectiva del desarrollo. Angustia normal. La constatacién de la ane tia en el periodo de la lactancia depende mayor mente de la capacidad de observacién y empatia del adulto. Cada madre conoce el registro de los gritos de su hijo, que pueden expresar rabia, una llamada, placer y a veces panico, estos al Jos Se acompaiian de grandes descargas motrices que reflejan el malestar del lactante. La pérdida del soporte fisico genera gran angustia en ¢l lactan- te, asf como los sonidos fuertes. La adquisicion de la constancia objetal, alrededor del afio de edad, hace que el lactante experimente angustia frente al rostro extrafio y a la separacién de su madre. En la infancia temprana aparecen Ios miedos a los animales, a la oscuridad y los monstruos; en la etapa escolar las preocupaciones son sobre cl de- sempefio; y al inicio de la adolescencia, se presen- ta la ansiedad social e interpersonal. La angustia normal estarfa desencadenada por una causa objetiva externa identificable, como la separacién, violencia intrafamiliar 0 problemas escolares serios, La angustia patolégica, en cam- bio, generalmente no tiene una causa externa claramente identificable y la sensacién de peligro indefinido y desconocido es aqui maxima, alteran- do el comportamiento de acuerdo con el contexto sociocultural y la etapa del desarrollo del nifio. Angustia patolégica en el nifio. El nifio an- sioso vive permanentemente con un vago senti- miento de aprensién, como si algo terrible fuera a suceder. Asi, puede observarse inquieto por su sa- ud fisica, irritable o con episodios agudos de an- gustia, cuyo desencadenante puede ser cualquier o interno. Cuanto mas pequeno es act, ms rico es el context© SOMALICO (VEmitg, ces abdominales, dolores de las extremidades, eloron el paso de la edad el nlio exteriorza y ete ga la conducta, as, a 10s once a doce ais, angi presentar crisis de rabia, trastorno de con. ‘a medida que evolucionan los recursos cogni. tivos del nifio, la capacidad para anticipar eventos sestablece como una operacién mental estable, permitiendo tener conductas Preparatorias, ero pover experimentar incomodidad ante la posibil. dad de eventos futuros desagradables. El objeto de la angustia patol6gica también si. gue un patron ctario. De esta manera, la fobia a Jos animales tiene su inicio en la infancia, la an. dad frente al desemperio en la infancia tardia y sied i a ansiedad social en la adolescencia; la situacién es distinta en la ansiedad de separaci6n, que se da ‘més como trastorno en la infancia tardfa. hecho externo Muchas veces se plantea un dilema para dis- tinguir la angustia normal de la patol6gica, dado que muchas angustias 0 ansiedades son comunes y pueden jugar un rol adaptativo en el ser huma- no. Se puede decir que un nifio con una angustia normal tiene la capacidad de recuperarse de ella y de permanecer libre de ansiedad cuando no esté presente la situacién. La angustia, en general, es patolégica cuando existe incapacidad para recu- perarse répidamente cuando el estfmulo desapa- rece, afectando el funcionamiento de dreas de su desarrollo, manifestando preocupacién relaciona- da con situaciones parecidas y poca flexibilidad de Ja respuesta afectiva. En resumen, hay sufrimien- to, disfuncién de areas de su desarrollo y poca fle- xibilidad frente a los problemas. Con la existencia de instrumentos basados en los criterios de las clasificaciones actuales, se ha podi- do dimensionar este trastorno por grupos etarios. En preescolares se ha observado que alrededor del 15% de los nifios muestra una persistencia del te- mor normal frente a los extraiios, el que deberia disminuir a la edad de los dos afios y medio, ma- nifestando temor, tristeza, aislamiento social en Tespuesta a personas que no conoce, situaciones u objetos que normalmente no afectarfan a la ma- yorfa de los nifios de esa edad, Por otro lado, nifios €n este perfodo con temperamento inhibido que despliegan un patrén neurovegetativo caracteri- zado por pulso cardiaco acelerado, bajas tasas de variabilidad de este indicador, niveles de cortisol elevado matinal y una Tespuesta de alarma cleva- da estarfan més propensos a desarrollar trastornos ansiosos en la infancia posterior y la adolescencia. IEVALENCIA DE TRASTOR 7-1. Pri INOS ANS 18 ‘ Total % —Fqrores ansos0S «185 hy ~piscapacided _ 83 o9 —Fobia social a) 09 —pscapacidad 37 0g —yasioro de ansiedad 82 gg, generalized ; “pscapacidad 820g —Festorno deansiedad 10.2 gg paracion 7a piscapacidad 48 06 49 ce: anor estadistico. Fuente: Vicente y cos, 2008, Enos nifios de dos a cinco afios, estudios reali- zados por PAPA (Preschool Psychiatric Assesment) no encontraron diferencias significativas por género, teniendo més alta prevalencia entre los cuatro y cinco afios, Hegando al 11,9%; mientras que los de dos y tres afios alcanzaron cl 7,7%. La comor. bilidad es alta, con el 53% de trastorno ansioso generalizado y el 100% de fobia especifica. La co- morbilidad con depresién es la ms alta dentro de la comorbilidad no ansiosa. Las tasas de prevalencia de escolares y adoles- centes cuenta con més estudios, y las cifras de- penden del rango de tiempo estudiado. Asi, las de corte transversal alcanzan el 2,8%; en los tiltimos tres meses las cifras son del 2,2% al 8,6%; en los tiltimos seis meses del 5,5% al 17,7%; y en el dilti- mo afio del 8,6% al 20,9%. La prevalencia de vida alcanza un rango del 8,3% al 27%. En Chile, los estudios en poblacién escolar en 1985, realizados con cuestionario de CBCL (Child Behavioral Checklist) de Achenbach (categorias sindromaticas), alcanzaron el 0,8% en varones y el 9,4% en mujeres. Si se consideraba la catego- tia ansiedad-depresion, estas cifras alcanzaban el 4,2% y el 5,5% respectivamente (Capitulo 18: Epi- demiologia psiquidtrica en nitios y adolescentes). En la Tas 37-1 se presenta la prevalencia de tastornos ansiosos en poblacién infantil y ado- lescente en Chile encontrada en los tiltimos doce 13 ‘s " 09 39 1 3 18 80 17 ag ri : 05 - / a8 Be 98 98 10 2649 S118 134 12” gg 18 08” 7 | 57 09 61 09 34 40, meses (considerando estudio realizado recier dad de Co impedimento), segin un ? Fecentemente por la Universi- “ oncepcidn (Vicente y col.), con criterios pee (Manual Diagnéstico y Estadistico de los Tastornos Mentales) y DISC-R (Diagnostic Inter- View Schedulle for Children- Revised). Esta investigacién forma parte de un estudio epidemiolégico de prevalencia de trastornos psi- quidtricos realizado en cuatro ciudades de Chile €n poblacién gencral con niiios y adolescentes en- tte cuatro y dieciocho aos. La prevalencia total cn la poblacién fue del 38,3%, ajustada al 22,3% cuando se incorpora el criterio de discapacidad. Los trastornos ansiosos constituyen la segunda prevalencia (8,3%), sélo precedidos por los pro- blemas disruptivos 0 conductuales (14,7%). Los tres trastornos ansiosos medidos en este estudio fueron més prevalentes en las nifias que en los nifios, y la ansiedad de separacién fue més fre- cuente en nifios que en adolescentes, al igual que la ansiedad gencralizada. La fobia social mostré igual prevalencia en nifios y adolescentes. Los factores de riesgo que pesquis6 este estu- dio consideran que las mujeres tienen un riesgo mayor de desarrollar trastornos ansiosos que los hombres, con o sin discapacidad. Una mejor per- cepcién del funcionamiento familiar se correlacio- na con bajo riesgo de trastorno ansioso, del dni- mo y de conducta, La presencia de psicopatologia 453

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