La Vejez

Cuando llega la vejez

El alma se entristece
Los huesos se entumecen
Es la llegada del revés
De la juventud, el después
El inicio del ocaso
El que de un plumazo
No se puede deshacer
Porque es otro amanecer
Es la hora del abrazo

Blancos están los cabellos

Marchita y arrugada la piel
Llegó la soledad cruel
Y se apagan los destellos
Se fueron los años bellos
Solo queda la tristeza
Al recordar la belleza
De aquella juventud
Que con alegría y salud
Se vivió sin pereza

Los hijos que se ausentan

Guiando su propia vida
Brindan la despedida
A los viejos que no cuentan
Pues ya no representan
La oportuna solución
Que en cada ocasión
Mamá y papá tenían
Y con amor ofrecían
Para su satisfacción

Es poca la fortuna
Que la vejez ofrece
Un final que parece
Un eclipse de luna
Las penas una por una
Acompañan la soledad
Alejando la bondad
Que anhela el anciano
Para apoyarse en la mano
De la felicidad