Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
No es cuestión de límites.
Cristo vino como una aplanadora, tiro abajo todo vestigio de pecado que nos
separaba de Dios y nos hizo una pueblo LIBRE, quito todo barrera que nos
separaba unos con otros.
Su muerte y resurrección abrió el camino a la vida eterna para todo aquel
que en El crea.
Efesios 2:14-18 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno,
derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las
enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para
crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y
mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en
ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros
que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los
unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Hablemos hoy de Filemón, un hombre rico, cristiano y que tenía esclavos.
En ese tiempo no estaba mal visto que los cristianos tuvieran esclavos.
Uno de los 13 libros que escribe el apóstol Pablo en la Biblia lleva el título de
Filemón, un libro pequeñito de un solo capitulo con 25 versículos.
Filemón se congregaba en una iglesia de Colosas y recibe una carta personal
del apóstol Pablo que le habla de su esclavo Onésimo el cual había robado a
Filemón y después huyo a Roma donde se encontró con Pablo y conoció de
Cristo.
Que cosas tiene la vida, Onésimo sale huyendo de su amo habiéndole robado
y después regresa a el llevándole la carta de Pablo.
Onésimo regresa tal vez con la expectativa de que pasara ahora, no
solamente había huido, había robado también, pero el haber encontrado a
Cristo en su vida lo cambio todo, y ahora también regresaba a él como hno.
En Cristo.
Y pablo le escribe Filemón 1:8-12 Por lo cual, aunque tengo mucha libertad
en Cristo para mandarte lo que conviene, más bien te ruego por amor, siendo
como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo; te
ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, el cual en
otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, el cual vuelvo a
enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo.
El nombre de Onésimo significa útil, y Pablo hace referencia un poco a ese
significado, también está intercediendo por Onésimo para que sea
perdonado, de otra manera según la ley podía ser muerto por su amo.
La relación entre estos dos hombres ahora sería diferente, se habían
convertido en hnos. por la fe, a través de Cristo Jesús.
Nos damos cuenta que perdonar hace cambios maravillosos, abre puerta que
antes estaban cerradas, se caen las barreras cuando en Cristo Jesús tiramos
todas esos prejuicios que lo único que hacen es limitarnos.
Esta pequeña carta nos da una gran enseñanza de lo que es derribar
barreras, de perdonar, de amar a las personas, de demostrar el amor que
Cristo nos demostró a nosotros.
Y Pablo apela de alguna forma a ello, y leemos Filemón 1: 13-16 Yo quisiera
retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el
evangelio; pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no
fuese como de necesidad, sino voluntario. Porque quizá para esto se apartó
de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; no ya como
esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente
para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor.
Que importante es nuestra disposición para cuando hagamos las cosas, sobre
todo cuando se trata de perdonar, de edificar, de quitar todo aquello que
estorba en la relación con mis hermanos y definitivamente con Dios.
Amen
Rosamaría Segura
ILA
Agosto 23 2015