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Esta comunidad educativa abre hoy sus puertas para recibir, con gran alegría
a todos los niños, familias, docentes y celadores. Hoy es el primer día de un gran
camino que recorreremos juntos de la mano, sabiendo que avanzar será muy
productivo y significativo.
Este año que se inicia nos trae nuevos aires de esperanza en un futuro mejor,
esperanza que depositamos en nuestros alumnos. Les agradecemos a los papás que
nos acompañen en este día, y a ustedes chicos les decimos gracias por estar acá.
Hoy como cada año al inicio de un ciclo lectivo, están presentes entre
nosotros con testigo inmutable de nuestros actos las Banderas de Ceremonias.
Cada vez que la noche caía y cuando el cielo se volvía oscuro, un grupo
de luciérnagas salían a volar y mientras jugaban, mostraban sus maravillosos
destellos de luz.
Pero entre todas las luciérnagas había una muy pequeña que prefería
esconderse en el hueco de un árbol mientras las demás se divertían.
-Lo que pasa es que yo nunca voy a brillar tanto como la luna. Ella es majestuosa, y
su brillo puede verse a millones de kilómetros, mientras que mi luz es tan pequeña
que apenas parece una chispita –contestó el bichito de luz.
Sabemos que, para muchos, no son tiempos fáciles; que muchas veces
la realidad nos abruma y que las respuestas que esperamos no llegan. Pero también
estamos seguros de que el motor para que todo esto mejore se encuentra en cada
uno de nosotros, cada uno con su propia luz.
¡BIENVENIDOS Y A BRILLAR!