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De forma suscinta, en el presente trabajo se hará referencia al Sistema que genera todo el
Doctrinario del Contrato de Emisión de Tarjeta de Crédito y su derredor fáctico y jurídico actual
obligaciones (de ambas partes) que emanan de dicho contrato, para efectos de evitar redundancias
En Nicaragua, el uso de la Tarjeta de Crédito es una realidad inminente, pero igual de inminente es
la problemática por la cual atraviesa la relación entre el sujeto emisor de la tarjeta y el sujeto titular
de la misma. Todo esto como consecuencia directa de ciertos vacíos legales, cláusulas contractuales,
prácticas abusivas por parte del emisor, falta de diligencia de las autoridades correspondientes e
indirectamente por un actuar extremadamente pasivo y dilatorio del poder Legislativo de nuestro
Objetivo General
hecho y de Derecho en Nicaragua para identificar las irregularidades y vacíos de los que este
Objetivos Específicos
Conocer de forma suscinta la Mecánica (Sistema) o el Montaje del Aparato Contractual de Tarjeta
de Crédito, para identificar el entorno en el cual el Contrato de Emisión realiza un rol protagónico
Antecedentes históricos
Gómez Porrúa es de los expertos que ubica, de forma general y sin dar más detalles, el origen de las
Tarjetas de Crédito para inicios del siglo XX en los Estados Unidos de América, haciendo alusión al
primer intento por la instauración de dicha tarjeta, mismo que fue de escasos resultados y de reducido
ámbito de utilización. Álvarez Cardoza, con un poco más de detalle, manifiesta que la primera práctica
de Tarjetas de Crédito fue en Estados Unidos en el año de 1914, puesta a disposición por la empresa
Western Union con el propósito de asegurar a sus usuarios una atención preferencial en todas las
sucursales de la empresa y además proporcionarles la posibilidad de pago diferido con dicha tarjeta
Las primeras tarjetas utilizadas para adquirir bienes y servicios eran metálicas perforadas,
Las primeras tarjetas operaban con reproducción manual de los caracteres que contenían, no es sino
hasta por los años cincuenta que se da la extensión del estampado de los datos en relieve, constando
Entre 1949-1950 Rockefeller y un grupo de hombres de negocios lanzaron la tarjeta Diner Club con
el objetivo de efectuar pagos en los restaurantes, pero después su uso se extendió a toda clase de
bienes y servicios
Con el fin de facilitar la utilización a nivel internacional de las Tarjetas fue necesario estandarizar el
soporte, así como las informaciones que contiene el mismo. Ello se ha logrado con la normalización
de las Tarjetas, labor desempeñada por la International Organization for Standarization (ISO) desde
Casi nada se ha escrito respecto de la existencia de las Tarjetas de Crédito en Nicaragua, lo cual no
significa que sea un fenómeno de reciente data y mucho menos de poca aplicación en nuestra
realidad económica.
Pareciera ser que las Tarjetas de Crédito en Nicaragua, encontraron sus inicios en la década de los
noventa, pero no es así. Según Rosales Serrano, el origen de las Tarjetas de Crédito en Nicaragua se
remonta, sin precisar fecha, a partir de los años setenta. Para entonces, VISA fue la primera marca
Sucedió pues en Nicaragua, a como fue el inicio de las Tarjetas de Crédito a nivel internacional, que
dicho fenómeno económico tuvo una mínima aceptación al no contar con diversidad de afiliados, ni
clientes titulares, todo esto como consecuencia directa de una casi nula promoción publicitaria, un
lento flujo comercial, bajos ingresos de la población y una práctica desconocida, por parte de esta
población, de comprar sin dinero, pues la disposición del efectivo era lo acostumbrad,
La Tarjeta de Crédito: su variante historia en Nicaragua
En Nicaragua la primera tarjeta fue la CREDOMATIC, emitida en los años 70, por el grupo del Banco de
América. El uso de las tarjetas se deprimió en la década de los 80 y retomó presencia en los años 90. La
práctica es que cada banco, emite distintas tarjetas de crédito, selecciona los establecimientos afiliados y
apertura las cuentas con los tarjetahabientes. En el país operan CREDOMATIC, VISA, MasterCard,
Al finalizar 2014 se reportaron 800.000 tarjetahabientes, con un promedio de dos tarjetas de crédito por
usuario. Ese año los bancos aprobaron 810.000 préstamos con tarjetas, equivalentes al 45% de las compras
registradas. Nicaragua tiene una población de 5.9 millones, de los que 600 mil tienen empleo formal. Por
otro lado, de la PEA de 2.7 millones, 217 mil están desempleados y 2.1 millones tienen empleo informal.
Podríamos asumir que 983 mil personas tienen ingresos “regulares”, cifra superior en 183 mil al número
de tarjetahabientes.
A finales de los años 90, los cinco bancos más grandes del país inundaron el mercado colocando tarjetas
profesionales, empleados y desempleados, amas de casa y trabajadores de todos los oficios. El criterio fue
dar sin reserva ninguna el plástico a través de los reclutadores de clientes. En la gran mayoría de casos
pedían un fiador. El resultado fue dantesco. Hubo años en que se llevaron hasta 60 mil casos a los juzgados.
El trato a clientes y fiadores ha sido despiadado: les cancelaban su crédito, les embargaban sus bienes, los
desalojaban de sus viviendas, les quitaban sus vehículos, etc. Asimismo, al caer el saldo en mora, los
intereses eran entre el 50% y 60%, lo que convertía al saldo en prácticamente impagable.
Al firmar el contrato con el banco, los clientes quedaban ATRAPADOS por el pago de membresía, la tasa
de interés corriente, la tasa de interés moratorio, los cargos administrativos, los costos de seguro y otras
cláusulas ocultas. El evento financiero era como firmar un cheque en blanco a favor del banco.
Para la tranquilidad, la ley de la materia, que regula este tema particular, es la Ley 515, Ley de
promoción y ordenamiento del uso de la tarjeta de crédito, en el artículo 11 de esta norma jurídica se
establece que son nulas las cláusulas de los contratos de tarjetas de crédito en los cuales se imponga
al usuario renuncia a los derechos que dicha ley le confiere, lo mismo que la cláusula que imponga al
deudor un monto fijo por atrasos en el pago de su adeudo y aquella en la que se le imponga al usuario
el artículo 11 ya citado, de modo que al declararse la nulidad tanto del proceso, como de la obligación
reclamada de forma anómala, si el Banco decide demandar nuevamente lo debe hacer en los términos
Estimado amigo lector el artículo 9 de la Ley 515, Ley de promoción y ordenamiento del uso de la tarjeta
de crédito señala que el emisor de la tarjeta de crédito queda obligado a comunicar al fiador solidario el
estado de mora en que ha incurrido el deudor principal. Es decir que desde el momento cuando su fiador
dejó de pagar la deuda, el banco tenía que notificarle del cese en el pago por parte de su deudor.
Así también aquella ley señala que el fiador solidario queda exento de responsabilidad por los créditos
autorizados por el emisor en exceso al límite original de crédito suscrito con el usuario, salvo que este
extrafinanciamiento.
El emisor de la tarjeta de crédito está obligado a notificar al fiador de cualquier estado de mora en la que
haya incurrido el usuario de la tarjeta de crédito, en un plazo no mayor de 30 días posteriores de ocurrido
tal hecho. De no verificarse tal notificación en el tiempo establecido en el presente artículo, el emisor de
la tarjeta pierde su derecho de reclamar el pago vencido al fiador del deudor principal. En consecuencia,
al no haberse cumplido las disposiciones prescritas por la ley en estos quedando exento de responsabilidad