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Concepto de Estado

La palabra "Estado" viene del latín status y se define como una comunidad política
desarrollada, de un fenómeno social, es un ente jurídico supremo, o algo no visible
pero palpable en los sujetos sometidos a un orden jurídico establecido que nos
limita y reconoce derechos, pero estos derechos es una forma de organización de
vida, porque somos nosotros mismos quienes creamos derechos y limitamos
derechos, y no tan solo como los "otorga" la Constitución.
También podemos decir que el estado es la organización jurídico-política más
perfecta que se conoce hasta el presente, es un ente orgánico unitario,
estructurado jurídicamente bajo la forma de una corporación, que detenta el
ejercicio del poder, una sociedad humana, asentada de manera permanente en el
territorio que le corresponde, sujeta a un poder soberano que crea, define y aplica
un orden jurídico, que estructura la sociedad estadal, para obtener un bien público
temporal de sus componentes.

El Estado está conformado por las siguientes bases: población, territorio, estructura jurídica y
soberanía. La población entra aquí como uno de los elementos más importantes en la
formación del Estado; son aquellos grupos de personas que se reúnen en un territorio
determinado, instalándose en una comunidad política para crear derechos y obligaciones
sobre los demás, creando a su vez el orden jurídico para el mantenimiento del orden dentro de
su población. Es la población la causa que origina el nacimiento del Estado. El Estado podrá
dar unidad política y jurídica a varias comunidades nacionales, como lo testimonia la historia,
pero no puede ser anterior a ellas. Primero existen el hombre y los grupos comunitarios y
sociales que este compone y después la persona jurídica llamada Estado.

Origen del Estado


En sus orígenes el hombre vivía en lo que se conoce como estado de naturaleza,
no sometido a las leyes positivas, ni perteneciendo a ningún territorio delimitado.
Es preciso reconocer que instintivamente muchas especies de animales, no solo el
hombre, tienden a delimitar sus territorios y así lo hizo el ser humano, a la manera
animal, por la fuerza, conquistando tierras a las que les puso nombre y límites, y
las consideró propias.
En los Diálogos de Platón, se narra la estructura del Estado ideal, pero es
Maquiavelo quien introdujo la palabra Estado en su célebre obra El Príncipe:
usando el término de la lengua italiana «Stato», evolución de la palabra «Status»
del idioma latín.
Los Estados y soberanías que han tenido y tienen autoridad sobre los hombres,
fueron y son, repúblicas o principados.
Si bien puede considerarse que el deseo de mandar es innato, el ser humano ha
civilizado el instinto de dominación, transformándolo en la autoridad. Y ha creado
el Estado para legitimarla.
Las sociedades humanas, desde que se tiene noticia, se han organizado
políticamente. Tal organización puede llamarse Estado, en tanto y en cuanto
corresponde a la agregación de personas y territorio en torno a una autoridad, no
siendo, sin embargo, acertado entender la noción de estado como única y
permanente a través de la historia.
De una manera general, entonces, puede definírsele como la organización en la
que confluyen tres elementos, la autoridad, la población y el territorio. Pero, esta
noción ambigua obliga a dejar constancia de que si bien el Estado ha existido
desde la antigüedad, sólo puede ser definido con precisión teniendo en cuenta el
momento histórico.
Del estado de la Antigüedad no es predicable la noción de legitimidad, por cuanto
surgía del hecho de que un determinado jefe (rey, tirano, príncipe) se apoderase
de cierto territorio, muchas veces mal determinado, sin importar el sentimiento de
vinculación de la población, generalmente invocando una investidura divina y
contando con la lealtad de jefes y jefezuelos regionales. Así fueron los imperios de
la antigüedad, el egipcio y el persa, entre otros.
La civilización griega aportó una nueva noción de estado. Dado que la forma de
organización política que la caracterizó correspondía a la ciudad, la polis, se
acordada a la población una participación vinculante, más allá del sentimiento
religioso y sin poderes señoriales intermedios. Además, estando cada ciudad
dotada de un pequeño territorio, su defensa concernía a todos los ciudadanos, que
se ocupaban de lo que hoy se llama el interés nacional.
En el régimen feudal prevalecieron los vínculos de orden personal,
desapareciendo tanto la delimitación estricta del territorio como la noción de
interés general. El poder central era legítimo pero débil y los jefes locales fuertes,
al punto que éstos ejercían atributos propios del príncipe, como
administrar justicia, recaudar impuestos, acuñar moneda y reclutar ejércitos.
Y, finalmente, el estado moderno incorpora a la legitimidad, heredada del feudal, la
noción de soberanía, un concepto revolucionario, tal como señala Jacques
Huntzinger, quien atribuye el paso histórico de una sociedad desagregada y
desmigajada, pero cimentada en la religión, a una sociedad de estados
organizados e independientes unos de otros.
Pero, este estado moderno, surgido de la aspiración de los reyes a
desembarazarse de los lazos feudales y de la jerarquía eclesiástica, el estado –
nación, la unión de un poder central, un territorio y una población alrededor del
concepto revolucionario de la soberanía, habría de conocer dos formas, dos
definiciones diferentes, la primera, el estado principesco y la segunda, el estado
democrático.
El estado principesco, se caracterizó por el poder personal ejercido uniformemente
sobre un territorio estrictamente delimitado. El príncipe era el soberano, con
atribuciones internas y externas. Dentro de su territorio, cobraba impuestos y
producía leyes de carácter general, aplicadas coercitivamente, mediante
el monopolio de la fuerza pública. Internacionalmente, representaba y obligaba a
su Estado.
Y el estado democrático, surgido de las revoluciones inglesa, norteamericana y
francesa, trasladó la soberanía del príncipe a la nación. Sus poderes fueron
asumidos por organismos surgidos de consultas a la población, mediante reglas
de juego previa y claramente definidos. Y al igual que en las polis griegas, el
sentimiento patriótico se desarrolló y con él los de pertenencia, civismo e interés
nacional.
Esta es la forma de organización política de Occidente, en el llamado primer
mundo. Dado el éxito económico de estas naciones, pareciera razonable afirmar
que es digno de imitar. Por eso, los países periféricos, los del tercer mundo, salvo
algunos que mantienen el estado principesco, se propaga la democracia, con
mayor o menor rigor.
Sea que se practique la democracia o sólo se adhiera verbalmente a ella,
el proceso histórico descrito ha llevado a la extensión del estado - nación como
forma política. Los principios desarrollados en Europa y Norteamérica se
propagaron con la descolonización producida durante el siglo XX y así, tal como
afirma Huntzinger, se "ha llegado a universalizar el modelo de estado – nación de
tal modo que el planeta, ahora, se encuentra poblado de estados."
Al Estado generalmente se le define como "la sociedad civil jurídica y
políticamente organizada". En eso consiste el Estado: En la institucionalización
jurídica y política de la sociedad.
Es justamente por esto que Kelsen, uno de los grandes teóricos del Estado
moderno afirma que "… el Estado tiene como elementos constitutivos esenciales
el poder público, el territorio y el pueblo.

Funciones del Estado


Aristóteles explicaba que las funciones que el Estado debía cumplir eran: las de
deliberación, mando y justicia, con algunas variantes. Tal enumeración, resume la
mayor parte de las funciones atribuidas al Estado.
Es de tener en cuenta que la principal función del estado consiste en satisfacer los
fines fundamentales y complementarios de la población, organizadas en las
diferentes comunidades que hacen vida en el territorio nacional, garantizándoles la
libertad, la igualdad y demás derechos fundamentales del hombre.
La misma etimología de la palabra función determina cumplidamente su concepto:
este proviene del latín "Fungere", que significa hacer, cumplir, ejercitar, que a su
vez deriva de "Finire", por lo que dentro del campo de las relaciones jurídicas de
cualquier clase que ellas sean, la función significará toda actuación por razón del
fin jurídico en su doble esfera privada y pública.
Nuestra Constitución en su Artículo 3 establece los fines del Estado
Venezolano, El Estado tiene como fines esenciales la defensa y el desarrollo de la
persona y el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular,
la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la
prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de los principios,
derechos y deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución.
La educación y el trabajo son los procesos fundamentales para alcanzar dichos
fines

Al igual se hace referencia al Artículo 136 de la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela que estable: El Poder Público se distribuye entre el
Poder Municipal, el Poder Estadal y el Poder Nacional. El Poder Público Nacional
se divide en Legislativo, Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral.
Cada una de las ramas del Poder Público tiene sus funciones propias, pero los
órganos a los que incumbe su ejercicio colaborarán entre sí en la realización de
los fines del Estado.
La Constitución de 1.999, establece la división del Poder Público en poder
municipal (este se refiere a los municipios y al poder estadal), y en los tres
poderes clásicos que son: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. Además esta
Constitución ha añadido dos nuevos poderes que son: El Poder Ciudadano y el
Poder Electoral
Las funciones del Estado pueden clasificarse desde distintos puntos de vista. Una
de estas clasificaciones habla de los criterios siguientes: material u objetivo;
orgánico o subjetivo; formal; mediato y no mediato.
Haciendo énfasis en la Clasificación material u objetiva, también llamada
constitucional, es aquella que se refiere al contenido de la actividad realizada en el
ejercicio de las distintas funciones, vale decir que para esta clasificación se
considera el contenido del acto sin reparar en el órgano que lo cumple. Desde el
punto de vista las funciones se clasifican en legislativas, ejecutivas y judiciales.
Esas funciones no se caracterizan, como dijimos, por la naturaleza del órgano del
que emanan, sino por su contenido. Un acto no es legislativo porque lo realiza el
Parlamento sino por su contenido legislativo. De allí, entonces, que el acto puede
ser legislativo por su contenido, aunque no emane del Parlamento. Lo mismo
puede decirse de las restantes funciones.
 La función legislativa.
Como hemos dicho, desde el punto de vista material las funciones del Estado se
dividen el legislativo, ejecutivo, judicial, ciudadano y moral.
La función legislativa ha sido definida por la doctrina desde el punto de vista
material diciendo que es una actividad estatal y tiene por objeto la creación
de normas jurídicas generales y abstractas. Se distingue así de la función
ejecutiva y de la judicial que producen actos concretos. En este supuesto habrá
que pensar que la actividad reglamentaria del órgano ejecutivo que tiene carácter
general implicaría el ejercicio de funciones legislativas y que las leyes formales
emanadas del parlamento con contenido individual no serían actividades
legislativas.
Por último, podemos entender que la función legislativa es la que tiene por objeto
la creación de nuevas normas de derecho, sean ellas de carácter general o de
alcance individual, la función judicial interviene cuando hay una controversia
en materia jurídica, la que es resuelta por medio de una decisión que se impone a
las partes y tiene la fuerza de verdad legal. En el ejercicio de la función judicial el
Estado asegura que la voluntad legislativa sea observada, e impone su voluntad a
las partes, la misma es sustentada en los precedentes artículos.
El Artículo 187 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
1. Legislar en las materias de la competencia nacional y sobre el funcionamiento
de las distintas ramas del Poder Nacional.
2. Proponer enmiendas y reformas a esta Constitución, en los términos
establecidos en ésta.
3. Ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración
Pública Nacional, en los términos consagrados en esta Constitución y en la
ley. Los elementos comprobatorios obtenidos en el ejercicio de esta función,
tendrán valor probatorio, en las condiciones que la ley establezca.
4. Organizar y promover la participación ciudadana en los asuntos de su
competencia.
5. Decretar amnistías.
6. Discutir y aprobar el presupuesto nacional y todo proyecto de ley
concerniente al régimen tributario y al crédito público.
7. Autorizar los créditos adicionales al presupuesto. OMISSIS)

Función judicial.
En el ejercicio de la función judicial el Estado aplica la norma dictada por el
legislador, exigiendo su cumplimiento y sustituye su voluntad a la de las partes. En
la actividad administrativa el Estado ejerce una acción propia, análoga a la de
otros sujetos, sean personas físicas o jurídicas, que viven dentro del ordenamiento
Podemos definir, desde el punto de vista material, la función judicial diciendo que
interviene cuando hay una controversia en materia jurídica, la que es resuelta por
medio de una decisión que se impone a las partes y tiene la fuerza de verdad
legal. En el ejercicio de la función judicial el Estado asegura que la voluntad
legislativa sea observada, e impone su voluntad a las partes.
La actividad judicial es continúa y completa la legislativa. Mientras que la
legislación establece el ordenamiento jurídico, la justicia asegura su conservación
y observancia, La actividad se realiza respecto de actos concretos, en los cuales
la ley ha sido violada o se pretende que ha sido violada
El Artículo 253 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
dice: La potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos y ciudadanas y
se imparte en nombre de la República por autoridad de la ley.
Corresponde a los órganos del Poder Judicial conocer de las causas y asuntos de
su competencia mediante los procedimientos que determinen las leyes, y ejecutar
o hacer ejecutar sus sentencias.
El sistema de justicia está constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los
demás tribunales que determine la ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública,
los órganos de investigación penal, los o las auxiliares y funcionarios o
funcionarias de justicia, el sistema penitenciario, los medios alternativos de
justicia, los ciudadanos o ciudadanas que participan en la administración de
justicia conforme a la ley y los abogados autorizados o abogadas autorizadas para
el ejercicio.
El Artículo 254 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
dice: El Poder Judicial es independiente y el Tribunal Supremo de Justicia gozará
de autonomía funcional, financiera y administrativa. A tal efecto, dentro del
presupuesto general del Estado se le asignará al sistema de justicia una partida
anual variable, no menor del dos por ciento del presupuesto ordinario nacional,
para su efectivo funcionamiento, el cual no podrá ser reducido o modificado sin
autorización previa de la Asamblea Nacional. El Poder Judicial no está facultado
para establecer tasas, aranceles, ni exigir pago alguno por sus servicios.
Función Ejecutiva o Administrativa.
Esta función es liderada por el Ejecutivo Nacional en la figura del Presidente de la
Republica, quien es el Jefe de estado y una de sus funciones es velar por que se
cumpla todo lo establecido en la Constitución y en las Leyes, aparte de preservar
el estado formal de Derecho, la estabilidad económica, social, laboral y
humanitaria de la población, todo a su vez tipificado en la Carta Magna, como lo
es la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a continuación hago
énfasis de algunos artículos.
El Artículo 225 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
dice: El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente o Presidenta de la República,
el Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, los Ministros o Ministras y
demás funcionarios o funcionarias que determinen esta Constitución y la ley.
El Artículo 226 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
dice: El Presidente o Presidenta de la República es el Jefe o Jefa del Estado y del
Ejecutivo Nacional, en cuya condición dirige la acción del Gobierno.

Aunado a esto se une a esta función Ejecutiva el Poder Ciudadano como un


Poder Moral, los mismos fueron creados en la Constitución del año 1.999, a fin de
investigar y sancionar los hechos de la Administración que atenten contra la ética.
Sus integrantes son el Defensor del Pueblo, el Fiscal General y el Contralor
General.
Estos funcionarios, actuando separadamente, tienen unas funciones bien
delimitadas y muy importantes en defensa de la ley. Unidos, forman el Consejo
Moral Republicano, que goza de autonomía funcional y financiera. Tanto el Fiscal
como el Contralor y el Defensor deben ser personas de entereza excepcional pues
se hallan en la primera línea de lucha contra la ilegalidad, los abusos a los
derechos humanos y la malversación. La voluntad de lucha de quienes constituyen
el Poder Público se puede calibrar por el tipo de personas que eligen para estos
cargos.
La idea de un poder moral, añadido a los tres poderes clásicos (Legislativo,
Ejecutivo y Judicial) fue expuesta por el Libertador en el Congreso de Angostura
(1.819). Los antecedentes del poder moral se remontan al censor de la
antigua Roma republicana, el cual elaboraba una lista negra para evitar que los
indignos fueran nombrados para cargos públicos.
La definición y las atribuciones del Consejo Moral están descritas en los Artículos
del 273 al 278 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Artículo 273: El Poder Ciudadano se ejerce por el Consejo Moral Republicano


integrado por el Defensor o Defensora del Pueblo, el Fiscal o la Fiscal General y el
Contralor o Contralora General de la República.
Los órganos del Poder Ciudadano son la Defensoría del Pueblo, el Ministerio
Público y la Contraloría General de la República, uno o una de cuyos o cuyas
titulares será designado o designada por el Consejo Moral Republicano como su
Presidente o Presidenta por períodos de un año, pudiendo ser reelegido o
reelegida.
El Poder Ciudadano es independiente y sus órganos gozan de autonomía
funcional, financiera y administrativa. A tal efecto, dentro del presupuesto general
del Estado se le asignará una partida anual variable.
Su organización y funcionamiento se establecerá en ley orgánica.
Artículo 274: Los órganos que ejercen el Poder Ciudadano tienen a su cargo, de
conformidad con esta Constitución y con la ley, prevenir, investigar y sancionar los
hechos que atenten contra la ética pública y la moral administrativa; velar por la
buena gestión y la legalidad en el uso del patrimonio público, el cumplimiento y la
aplicación del principio de la legalidad en toda la actividad administrativa del
Estado, e igualmente, promover la educación como proceso creador de
la ciudadanía, así como la solidaridad, la libertad, la democracia,
la responsabilidad social y el trabajo.
Artículo 275: Los o las representantes del Consejo Moral Republicano formularán
a las autoridades, funcionarios o funcionarias de la Administración Pública, las
advertencias sobre las faltas en el cumplimiento de sus obligaciones legales. De
no acatarse estas advertencias, el Consejo Moral Republicano, podrá imponer las
sanciones establecidas en la ley. En caso de contumacia, el presidente o
presidenta del Consejo Moral Republicano presentará un informe al órgano o
dependencia al cual esté adscrito o adscrita el funcionario público o la funcionaria
pública, para que esa instancia tome los correctivos de acuerdo con el caso sin
perjuicio de las sanciones a que hubiere lugar de conformidad con la ley.

Función del Poder Electoral.

Esta función es representada por El consejo Nacional Electoral, formado por cinco
personas que las designa la Asamblea Nacional y que los elige de la lista de
candidatos postulados. Estos al ser elegidos componen el Poder Electoral, es
decir, componen el organismo que regula y controla todo el sistema electoral
venezolano. El Poder Electoral es autónomo, no depende de ningún otro poder y
sus decisiones sólo pueden ser impugnadas ante la Sala Electoral del Tribunal
Supremo, es decir, que existe una Sala especial para este poder.
La definición y las atribuciones del Poder Electoral están descritas en los Artículos
del 299 al 294 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se
hace referencia de algunos artículos.
Artículo 292: El Poder Electoral se ejerce por el Consejo Nacional Electoral como
ente rector y, son organismos subordinados a éste, la Junta Electoral Nacional, la
Comisión de Registro Civil y Electoral y la Comisión de Participación
Política y Financiamiento, con la organización y el funcionamiento que establezca
la ley orgánica respectiva.
Artículo 293: El Poder Electoral tiene por funciones:
1. Reglamentar las leyes electorales y resolver las dudas y vacíos que éstas
susciten o contengan.
2. Formular su presupuesto, el cual tramitará directamente ante la Asamblea
Nacional y administrará autónomamente.
3. Dictar directivas vinculantes en materia de financiamiento
y publicidad político-electorales y aplicar sanciones cuando no sean
acatadas.
4. Declarar la nulidad total o parcial de las elecciones.
5. La organización, administración, dirección y vigilancia de todos los actos
relativos a la elección de los cargos de representación popular de los poderes
públicos, así como de los referendos. OMISSIS

Reforma de Estado.
El proceso de reforma del estado llevo a considerar primero el cambio en la
constitución vigente desde el año de 1961 hasta la llegada de chavez a Miraflores,
en 1998, y formular en el 1999 el pedido de cambio de la constitución; por parte de
la asamblea nacional constituyente, que realizo Cambios en el Ordenamiento
Jurídico: en este caso de reforma, se inicia con la promulgación de la nueva
Constitución Nacional como madre de todas las leyes de la Republica, y a partir de
esta, la reforma de todo el marco jurídico derivado de esta (Códigos y Leyes
Orgánicas, Leyes Ordinarias y Especiales, Reglamentos de Ley etc.).al cambio y
la transformación de la constitución además de un nuevo instrumento legal
constitutivos que funcione como base de la restructuración del estado venezolano.
La asamblea nacional constituyente elegida comienza a realizar los cambios de la
estructura de la nueva constitución y esta incluye dos nuevos poderes del estado
el poder ciudadano representado en al figura del poder moral, ahora conformado
por la Fiscalía General, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo, es concebido
como el nuevo bastión de la moral republicana, y el Poder Electoral, el cual se
crea con la finalidad de darle autonomía con respecto al resto de los poderes, a
los Organismo responsables de los procesos electorales. Poder Legislativo, que
con la nueva Constitución pasa a ser encabezado por la Asamblea Nacional, que
a diferencia del viejo Congreso es un cuerpo Unicameral. El poder Ejecutivo sigue
siendo encabezado por el Presidente de la Republica a nivel nacional,
permitiéndose su reelección inmediata, y el judicial al igual que la antigua
constitución seguirá regida de forma por los jueces , del tribunal supremo de
justicia. Al dar con esto se busca la transformación de la nación A Nivel Político,
reorganización de los nuevos focos de poder y la descentralización de estos en las
Gobernaciones y Alcaldías, dentro de las instancias regionales y municipales del
Poder Ejecutivo y legislativos, y la participación de las comunas y concejos
comunales en una democracia participativa, y no representativa como así lo era la
antigua constitución A Nivel Económico los empresarios, no manifiesta cambios
estructurales ya que constitucionalmente hablando, se garantiza la propiedad
privada, y la participación de los sectores empresariales nacionales y foráneos en
las actividades productivas, exceptuando aquellos sectores de la economía, como
el petrolero, en donde el Estado se reserva su propiedad absoluta, la figura de la
economía de carácter socialista se ve marcados en la nueva constitución
bolivariana. A Nivel Social La Seguridad social, y el procesos de inclusión social
de las mujeres, ancianos y las etnias indígenas que habitan en la republica la
defensa de la familia, la educación.
Estos cambios contribuyen con los principios de autonomía de poderes,
democracia participativa, inclusión social y descentralización, los cuales son el eje
central de la Reforma del Estado Venezolano, porque se con sidera la importancia
de los ciudadanos en lo que ha de llamarse la nueva modernización del país
donde se descentraliza el poder político para otorgar a los ciudadanos mayor
decisión en sus asunto.
La Descentralización en Venezuela
La descentralización es un mecanismo que permite desconcentrar el poder y
transferir competencias desde un ámbito o dimensión de poder a otra, la misma
puede ser administrativa, funcional, presupuestaria, entre otras. Cabe señalar, que
la característica principal del proceso de descentralización consiste en la
transferencia de autonomía según lo que establezca la constitución y las leyes de
la república en el ámbito, sector o competencia a descentralizar.
Ahora bien, la descentralización en Venezuela nace en el año 1989 con la
aprobación de la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y
Transferencias de Competencias del Poder Público. Aunque, activamente este
proceso comienza a funcionar unos años más tarde, permitiendo a la ciudadanía
en general elegir sus autoridades o gobernantes, tales como alcaldes,
gobernadores, entre otros cargos que a partir de ese momento pasaron a ser
cargos de elección popular hasta la actualidad.
El inicio del proceso de descentralización del Estado venezolano, durante la
década de los años noventa del siglo XX, es el punto de partida de los grandes
cambios que está experimentando el orden institucional en nuestro país. Después
de más de un siglo de centralización progresiva en todos los órdenes de la vida
del estado, se abrieron las puertas a un proceso para acercar el poder al
ciudadano, después de la decisión de elegir en forma directa a los gobernadores
de estado, de crear la figura del alcalde y elegirlo en forma directa, y además de
comenzar la redistribución de las competencias entre los diferentes niveles
de gobierno mediante la Ley de Descentralización, Delimitación y Transferencia de
Competencias del Poder Público.
La descentralización se convirtió entonces, en un proceso de renovación y
refrescamiento del sistema político después de los acontecimientos de febrero de
1989, que permitió además al sistema democrático, resistir los zarpazos de
quienes intentaron aniquilarlo en 1992.
Con la descentralización en marcha, la vida del país comenzó a cambiar; las
regiones encontraron nuevos horizontes; la participación ciudadana encontró
nuevos caminos; la concertación entre el sector público y el sector privado se
fortaleció; y en general, emergió a lo largo y ancho del país un nuevo liderazgo en
el sector público y en el privado, que produjo cambios sustanciales en un Estado
fundamentado en un presidencialismo sin límites, en un estatismo exagerado, en
un partidismo agudo y en un centralismo asfixiante.
Por todo ello, la década de los noventa en Venezuela, a pesar de las dificultades
económicas, fue esperanzadora para las regiones, que vieron como surgían
nuevas oportunidades de inversión, gracias a la utilización de
los recursos provenientes del FIDES y las Asignaciones Económicas Especiales,
además de otros recursos provenientes de la cooperación internacional
para programas sociales diversos.
Después de una década, en diciembre de 1998, ya en Venezuela se observaban
los signos evidentes del inicio de un proceso de redistribución territorial del poder,
base fundamental para poner al día a las instituciones mediante un proceso
constituyente.
Es así como hoy, 20 años después de la puesta en marcha de la descentralización
los venezolanos y venezolanas nos preguntamos ¿Por qué este proceso tan
hermoso no ha dado los resultados esperados o prometidos? ¿A qué se debe la
alta deficiencia en los servicios públicos a partir de la descentralización?
De este modo, se pueden señalar muchísimas causas, aunque al final el eje
central de las causas finalizaría en una sola “El Hombre”, “La Mujer”, que ostenta
el cargo, que dirige la acción y que posee parcialmente el poder.
He aquí el objetivo de esta reflexión, son necesarias dos (2) cosas. En primer
lugar alcanzar la ardua y dura tarea de formar al hombre nuevo, la mujer nueva, la
ética revolucionaria, la revolución de la conciencia para acabar con la corrupción,
el burocratismo, la ineficiencia, entre otros males del estado venezolano.
En este sentido, la participación ciudadana es fundamental para impulsar estos
cambios en beneficio de sí mismos. De este modo, el estado podrá distribuir con
mayor equidad el presupuesto público y el situado constitucional y, por
consiguiente habrá mayor inversión social y, por ende mayor justicia social y
desarrollo para la colectividad y la nación.

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