Está en la página 1de 11

http://www.cepchile-paleontologia.es.tl/ cepchile@gmail.

com

CHILE, abril de 2012

Copyright ®
Centro de Estudios Paleontológicos de Chile

Tras las huellas de las aves del terror


Roberto Díaz Aros
Centro de Estudios Paleontológicos de Chile
cepchile@gmail.com

RESUMEN: Tras la extinción de los dinosaurios hace unos 65 millones de años atrás y
en un ambiente propicio prosperó especialmente en América del Sur un grupo de aves
que por sus características depredadoras y por el notable tamaño alcanzado por
algunos ejemplares llegó a ser conocido como las “aves del terror”.

Como parte del orden Ralliformes las


Las aves del terror, también llamadas
forosrácidas o fororracoideas, aves del terror están clasificadas dentro
comprenden un grupo de aves extintas de la Familia Phorusrhacidae
algunas de gran tamaño y que de (Ameghino, 1889), un grupo extinto
manera muy amplia han sido descritas que habitó preferentemente en
dentro del orden Gruiformes, aunque América del Sur a partir del Paleoceno.
investigadores posteriores se han
inclinado por incluirlas en un orden más Durante mucho tiempo se pensó que
específico, el orden Ralliformes este grupo de aves era endémico del
(Alvarenga & Hoffling, 2003). Sur de América, no obstante reportes
informan de la presencia de estas aves
1
también en Norteamérica (Brodkorp, Sudamérica a los registros más
1963), la Antártica (Case et al., 1987) y recientes para el grupo. (Tambussi et
últimamente también en África al., 1999). Aún, un nuevo registro de
(Mourer - Chauviré et al., 2011), donde ave forosrácida ha sido informado para
un ejemplar fue registrado para el el Pleistoceno de Uruguay y que podría
Eoceno de Argelia. constituir el registro más tardío para un
ave de la familia Phorusrhacidae
Debido a sus características
(Alvarenga et. al., 2010).
depredadoras y al tamaño notable
alcanzado por algunos miembros del Durante la mayor parte de la Era
grupo, las aves del terror se Cenozoica, desde el Paleoceno y hasta
posicionaron rápidamente en la fines del Plioceno, las aves del terror
cúspide de la cadena alimenticia, habitaron preferentemente en
reemplazando en parte a los Sudamérica hasta hace ±3 millones de
dinosaurios en su función biológica años, tiempo en que emergió un
como depredadores. puente terrestre (istmo de Panamá)
entre ambos bloques continentales que
Las aves forosrácidas dominaron
permitió a estas aves emigrar al Norte,
América del Sur durante gran parte de
documentándose su presencia en
la Era Cenozoica, registrándose el
Estados Unidos hacia fines del Plioceno
ejemplar más antiguo en el Paleoceno
como resultado, según se piensa, del
Superior, hace unos 55 millones de
Gran Intercambio Biótico Americano.
años, hallazgo que corresponde a una
especie de tamaño mediano
Paleopsilopterus itaboraiensis DISPERSIÓN GEOGRÁFICA
(Alvarenga, 1985) del Sudeste de Brasil, DE LAS AVES DEL TERROR
Río de Janeiro.
Las aves del terror se desarrollaron
La mayor diversidad de aves preferentemente en América del Sur,
forosrácidas se evidencia durante el donde se ha rastreado su presencia
período Plioceno (± 5 - 2,5 millones de desde el Paleoceno y hasta el
Pleistoceno. La mayoría de restos
años), dejándose ver una declinación
informados corresponden a hallazgos
del grupo a partir de la mitad de este fósiles realizados en Argentina, sin
período en que sólo se registran dos embargo, fuera de Argentina, las
especies, Mesembriornis milneedwardsi forosrácidas han sido informadas en
Moreno 1889 para el Plioceno Medio y Uruguay (Kraglievich, 1932; Tambussi et
Titanis walleri Brodkorp, 1963 para el al., 1999), Brasil (Alvarenga, 1982 and
Plioceno Superior – Pleistoceno 1985), la Antártica (Case et al., 1987), y
en Norteamérica (Brodkorb, 1963).
Inferior, correspondiendo este último,
junto a otro hallazgo realizado en San Aunque algunos investigadores han
José (Uruguay) y también datado para informado la presencia de aves
el Plioceno – Pleistoceno Inferior de forosrácidas en Europa (Mourer-

2
Chauviré, 1981; Peters, 1987), estos se continúa investigando a fin de
reportes han sido desestimados por la conocer más detalladamente las
mayoría de los especialistas no relaciones filogenéticas del grupo y los
reconociéndose la presencia de aves detalles de su dispersión geográfica en
del terror en Europa. un contexto general.

En efecto, el reporte para el Eoceno de PALEOBIOLOGÍA


Europa de al menos dos ejemplares DE LAS AVES DEL TERROR
clasificados forosrácidas llevó a pensar
en algún momento que este grupo se Las “aves del terror”, aunque
había originado en Europa desde donde descendientes de aves voladoras
se había dispersado hacia Sudamérica habían perdido su capacidad de vuelo y
probablemente a través de Africa
en cambio dotadas de poderosas
(Peters & Storch 1993). Sin embargo,
análisis posteriores han evidenciado extremidades posteriores habían
que ambas especies informadas para desarrollado una gran capacidad como
Europa, se diferencian organismos cursoriales.
significativamente de las aves
Se ha propuesto que las aves
forosrácidas sudamericanas (Mayr
2005a). forosrácidas podían alcanzar
importantes velocidades y que
Por otra parte, el hallazgo de un ave pudieron haber sido veloces cazadoras,
forosrácida en el Eoceno de la Antártica señalándose en algunos casos una
(Caso et al., 1987) evidencia que velocidad de hasta 97 kilómetros por
Sudamérica y la Antártica estaban hora (Blanco et. al., 2005), aunque en
unidas antes de que se separaran en el
general se proponen rangos de
Oligoceno, permitiendo establecer que
ambos sectores continentales velocidad menores y más cercanos a los
compartían en mucho una amplia que actualmente alcanzan aves
diversidad floral y faunística antes de su corredoras como el avestruz por
separación como resultado de la deriva ejemplo, con una velocidad de
continental que considera el aproximadamente 60 kilómetros por
desplazamiento de las masas hora.
continentales unas respecto de otras.
Si bien se cree que los ejemplares de
Últimamente, un hallazgo fue mayor tamaño dentro de las aves
informado para el Eoceno de África forosrácidas eran menos ágiles
(Mourer - Chauviré et al., 2011) lo cual
conforme aumentaban de tamaño y
deja ver que el desarrollo evolutivo de
corpulencia, análisis exhaustivos de sus
las aves del terror y su dispersión
geográfica general no está aún aclarada restos fósiles sugieren que en verdad
completamente, en parte porque el podían llegar a ser muy grandes y
registro fósil del grupo aún necesita ser rápidas, aunque comparativamente es
ampliado y a la fecha no permite presumible que los ejemplares de
establecer una línea definida de la mayor tamaño fueran menos veloces
evolución de estas aves. No obstante,
que los de menor tamaño.
3
De manera general las aves del terror
podían llegar a alcanzar gran tamaño,
registrándose en Titanis walleri, cuyos
restos se han encontrado en Florida y
en un sitio de la costa de Texas, Estados
Unidos, uno de los ejemplares más
grandes. Sin embargo, el ave
forosrácida de mayor tamaño, con 3,10
m. de altura corresponde a Kelenken
guillermoi (Bertelli et al., 2007) un ave Kelenken guillermoi (Bertelli et al., 2007) poseía un arma
forosrácida del Mioceno Medio de mortífera en su poderoso pico de 71,6 cm. de largo.
Copyright © Jorge Aragón Palacios.
Argentina.
La mortífera capacidad del pico córneo
de las aves del terror, ha llevado a los
investigadores a realizar un estudio
biomecánico y análisis funcional de este
elemento mortífero como parte de su
estrategia de matanza. (Degrange et al.,
2010)

Si bien el estudio se basó en la especie


Andalgalornis steulleti (Kraglievich,
Kelenken guillermoi (Bertelli et al., 2007). El ave forosrácida
de mayor tamaño informada hasta la fecha, con una altura
1931), un ave forosrácida que habitó en
que superaba los 3 metros de altura. Copyright © Jorge Catamarca, Argentina, hace ±7 millones
Aragón Palacios. de años, los resultados obtenidos
pueden ser extrapolados a otros
ejemplares dentro de la familia
La forosrácidas, como aves
Phorusrhacidae, ya que al igual que el
depredadoras, poseían un pico robusto, resto de las aves forosrácidas, su
córneo y aguzado, que usaban como cráneo es desproporcionadamente
arma letal y que junto al gran tamaño grande y con un angosto y poderoso
evidenciado en varios géneros de esta pico dotado de un gancho terminal
familia de aves carnívoras, les semejante al de las aves rapaces.
permitieron posicionarse rápidamente
La biomecánica del cráneo de
entre los mayores depredadores de su
Andalgalornis, brinda nuevos
época y ocuparon, por tanto, el nivel antecedentes y una nueva perspectiva
más alto de la cadena trófica. respecto al estilo depredador de las
aves del terror, considerando que si
Un caso notable es el de Kelenken, cuyo
bien el cráneo de las forosrácidas era
cráneo alcanza los 71,6 cm. de longitud
bastante robusto, se cree que era débil
y que en tamaño puede ser comparable lateralmente razón por la cual el pico
con el cráneo de un caballo adulto. de estas aves estaba en riesgo de una
fractura en caso de verse sometido a
grandes presiones mecánicas.
4
información importante sobre la
Los análisis indican que este tipo de estructura, anatomía y biología de estas
aves debían emplear una estrategia de interesantes aves extintas.
embestida y retroceso con golpes del
pico bien dirigidos tal y como se Otro detalle interesante sobre la
pudiera usar un hacha o una picota, biología de estas aves del terror dice
para que una vez muerta la presa, ésta relación con el hallazgo de egagrópilas,
pudiera ser reducida a trozos y así estructuras formadas por restos de
poder ser devorada con mayor alimento no digeridos que algunas aves
facilidad. regurgitan (hoy en día es muy común
en búhos, lechuzas y buitres por
ejemplo) y que normalmente dejan ver
restos de hueso y pelo que son de difícil
digestión. Estos elementos fósiles son
muy útiles para conocer aspectos
relacionados con el tipo de
alimentación que estás aves poseían.
(Nasif et al, 2009)

En hecho, la estructura de las


egagrópilas es característica de algunas
aves, como es el caso de las lechuzas
que evidencian egagrópilas
redondeadas y oscuras. En el caso de
las egagrópilas descritas para un ave
forosrácida, éstas corresponden a
estructuras ovoides de matriz arenosa y
fuertemente cementada, evidenciando
una asociación de huesos y dientes
Kelenken guillermoi y la estrategia de caza en la función y
fósiles de pequeños vertebrados,
uso del pico córneo que evidenciaban las aves del terror. deduciéndose que fueron producidas
Copyright © Jorge Aragón Palacios. por aves de talla pequeña
(Phorusrhacidae, Psilopterinae) que
habitaron el área de hallazgo, Provincia
El trabajo presentado por estos
de Catamarca, en el Norte Grande de
investigadores, también deja ver que la
Argentina.
Paleontología hoy en día ya no consiste
como siempre se ha creído, en la
Con relación al hallazgo de egagrópilas
simple recolección y descripción de
informado para aves forosrácidas, es
huesos, con la necesidad de alcanzar
posible inferir que en general estas
algún consenso taxonómico, sino que
aves eran formadoras de este tipo de
mucho más ampliamente hoy en día la
desechos como resultado del proceso
Paleontología considera una serie de
digestivo, tal y como hacen las rapaces
elementos y herramientas muy
modernas, permitiendo además, según
sofisticados y complejos, en algunos
se desprende del análisis del contenido
casos herramientas de la ingeniería por
de las mismas, inferir que las aves
ejemplo, que permiten obtener
5
forosrácidas, eran controladores
biológicos de pequeños mamíferos de
la zona, especialmente las
pertenecientes a la subfamilia
Psilopterinae. (Dolgopol de Saez (1927),
Alvarenga & Hofling (2003) y Bertelli et
al., (2007)

Kelenken guillermoi alimentando a sus polluelos. Copyright


© Jorge Aragón Palacios.

LA COMPLEJA SISTEMÁTICA
DE LAS AVES DEL TERROR
Probable aspecto de una egagrópila de Kelenken guillermoi
destacando la forma ovoidea y altamente cementada que La ubicación sistemática de las aves del
se descubrió para este tipo de aves. Copyright © Jorge terror no ha estado libre de problemas
Aragón Palacios.
y ha sido causa de amplio debate entre
los investigadores.
El hallazgo de egagrópilas constituye un
elemento importante para el estudio Los primeros esfuerzos por lograr una
de las aves que las generan así como un compresión y sistemática de estas aves
antecedente que permite definir radios corresponden a Ameghino (1887) y
de caza y zonas de habitación ya que Moreno y Mercerat (1891), pensándose
actualmente es frecuente encontrar inicialmente que debido a los hábitos
egagrópilas de aves en las zonas en que carnívoros de estas aves, debían
éstas anidan.
evidenciar una filogenia cercana con
halcones, gavilanes o águilas, sin
embargo, fue Charles W. Andrews
(1899), quien por primera vez propuso
que las aves forosrácidas en verdad
evidenciaban estar más relacionadas

6
con las aves de la Familia Cariamidae. 1897); Psilopterinae (Dolgopol de Sáez,
(Bonaparte, 1853). 1927) y Mesembriornithinae
(Kraglievich, 1932). Esta nueva
Más tarde Dolgopol de Saez (1927) clasificación reconoce 5 subfamilias, 13
basado en algunos especímenes fósiles géneros y 17 especies.
del Mioceno Medio de Santa Cruz
(Argentina) definió dos órdenes para Entre los aportes más recientes se
este grupo de aves: Stereornithes y puede referir los trabajos de Agnolin
(2006 y 2007) que reconsidera la
Brontornithes.
posición sistemática de algunas
Otra propuesta fue realizada por especies dentro de Phorusrhacidae y
Patterson y Kraglievich (1960), quienes propone excluir al género Brontornis
basados en un estudio sobre formas del (Moreno & Mercerat, 1891), asignando
este género en relación filogenética
Plioceno y con base en un amplio
mucho más estrecha con Galloanserae
debate sobre la sinonimia, diversidad y un clado de aves neognatas compuesto
clasificación de estas aves, las por Galliformes y Anseriformes, clado al
clasificaron dentro del Orden que pertenecen los gallos y patos. Lo
Gruiformes (Bonaparte, 1854), anterior, conlleva la necesidad de
Suborden Cariamae. (Fürbringer, 1888) modificar el nombre de la Subfamilia
Brontornithinae, cuyo genotipo es
Brontornis y que comprende además a
No obstante, según está clasificación se Physornis (Ameghino, 1895) y
divide Cariamae en dos superfamilias, Paraphysornis (Alvarenga, 1982),
Cariamoidea (Stejneger, 1887) y requiriéndose una redonimación que
Phororhacoidea (Patterson, 1941), considere como genotipo a Physornis,
dividiendo esta última en las Familias un género monotípico de Argentina.
Psilopteridae y Phororhacidae.
ÚLTIMOS HALLAZGOS
Brodkorb (1967) incorpora algunas
variantes para la clasificación de las El registro fósil de las aves del terror se
aves forosrácidas y en su propuesta ha ido incrementando con el transcurso
ignora las distinciones propuestas por del tiempo y dentro de los últimos
Patterson y Kraglievich (1960) entre informes reportados se puede destacar
Cariamoidea y Phororhacoidea. el hallazgo de un fémur en buen estado
de conservación asignado al género
Alvarenga y Hofling (2003) aportan una Lavocatavis (Maurier – Chauviré et al.,
nueva clasificación sistemática para las 2011) que evidenciaría la presencia de
aves del terror asignándolas al Orden aves forosrácidas en el Eoceno de
Ralliformes, Suborden Cariamae y África.
dentro de la Familia Phorusrhacidae
(Ameghino 1889), reconociendo dentro La presencia de un ave forosrácida en
de Phorusrhacidae cinco subfamilias: África no puede ser explicada mediante
Brontornithinae (Moreno y Mercerat, la vicarianza, que ocurre como
1891); Phorusrhacinae (Ameghino, resultado de la separación y el
1889); Patagornithinae (Mercerat, posterior aislamiento geográfico de un

7
grupo de población oroginal ya que Intercambio Biótico Americano
este grupo de aves se registra por (Marshall, 1994).
primera vez en el Paleoceno de 44
América del Sur. No obstante, se Si bien las verdaderas causas que
proponen dos posibles explicaciones motivaron la extinción de las aves del
que darían cuenta de la presencia de un terror aún son estudiadas, el registro
ave del terror en África, una de las fósil informa una decadencia del linaje
cuales propone una temprana ya a partir del Plioceno Medio dejando
dispersión de estas aves hacia el ver que la declinación del grupo es un
antiguo continente en una época en evento que podría haber comenzado
que todavía estas aves eran capaces de con anterioridad al arribo de los
mantener un vuelo limitado y carnívoros placentarios procedentes de
transoceánico, la otra y que considera América del Norte, dejando ver que
antecedentes paleogeográficos del este evento sólo vino a consumar la
Atlántico Sur, sugiere la existencia de extinción de las aves del terror que se
islas de tamaño variable que habrían había iniciado con anterioridad.
establecido una especie de puente
terrestre discontinuo entre Sudamérica
y África que habría ayudado a la
dispersión transatlántica de las aves
forosrácidas.

Igualmente, un registro de Procariama


simplex (Rovereto, 1914)
(Phorusrhacidae, Psilopterinae) fue
recientemente informado para la
Formación Cerro Azul del Mioceno
Superior, La Pampa, Argentina, el cual
se suma a otros hallazgos de este
género informados para el mismo
período en otras partes de Argentina.
(Rovereto 1914, Marshall & Patterson
1981, Vezzosi, 2012).

La competencia por las presas con los mamíferos carnívoros


LA EXTINCIÓN
placentarios procedentes de Norteamérica habría incidido
DE LAS AVES DEL TERROR en la extinción de las aves del terror. Copyright © Jorge
Aragón Palacios.
La extinción de las aves del terror, hace AGRADECIMIENTO: Agradezco al Sr.
1.8 millones de años Jorge Aragón Palacios, por su gentileza
aproximadamente, ha sido atribuida
al facilitar las imágenes que
por algunos investigadores a la
contribuyen a enriquecer este artículo.
competencia de estas grandes aves con
los carnívoros placentarios, mejor
adaptados a la cacería de presas, que
invadieron Sudamérica procedentes del
norte como resultado del Gran

8
REFERENCIAS
AMEGHINO, F. (1887): Enumeración
AGNOLIN, F. L. (2006): Posición sistemática de las especies de
sistemática de algunas aves mamíferos fósiles coleccionados por
fororracoideas (Gruiformes; Cariamae) Carlos Ameghino en los terrenos
Argentinas. Revista del Museo Eocenos de la Patagonia austral y
Argentino de Ciencias Naturales 8:27– depositados en el Museo de La Plata.
33. Boletín del Museo de La Plata, 1:1-26.

AGNOLIN, F. L. (2007): Brontornis AMEGHINO, F. (1889): Contribución al


Burmeisteri Moreno y Mercerat, 1891, conocimiento de los mamíferos fósiles
un Anseriformes (Aves) gigante del de la República Argentina. Actas de la
Mioceno Medio de Patagonia, Academia Nacional de Ciencias de
Argentina. Revista del Museo Argentino Córdoba. 6:1-1028.
de Ciencias Naturales 9:15–25.
ANDREWS, C.W. (1899): On the extinct
ALVARENGA, H.M.F. (1982): Uma birds of Patagonia. Transactions of the
gigantesca ave fosil do Cenozoico Zoological Society of London, 15(3)1:
Brasileiro: Physornis brasiliensis sp. n. 55-85.
Anais da Academia Brasileira de
Ciencias, 54(4): 697-812. BASKIN, J. A. (1995): The giant flightless
bird Titanis walleri (Aves:
ALVARENGA, H.M.F. (1985): Un novo Phorusrhacidae) from the Pleistocene
Psilopteridae (Aves: Gruiformes) dos coastal plain of South Texas. J. Vert.
sedimentos Terciarios de Itaborai, Río Paleontol. 15, 842–844.
de Janeiro, Brasil. Séptimo Congreso
Brasileiro de Paleontología, serie BERTELLI, S., CHIAPPE, L.M., TAMBUSSI,
Geología 27, Paleontología- C. (2007): A new phorusrhacid (Aves:
Estratigrafía 2:17-20. Cariamae) from the Middle Miocene of
Patagonia, Argentina. Journal of
ALVARENGA, H.M.F., & E. HOFLING. Vertebrate Paleontology, 27:409-419.
(2003): Systematic revision of the
Phorusrhacidae (Aves: Ralliformes). BLANCO E. R y JONES W. W. (2005):
Papéis Avulsos de Zoologia 43:55–91. Terror birds on the run: a mechanical
model to estímate its maximum running
ALVARENGA, H.M.F., JONES W. & speed. Proc. R. Soc. B (2005) 272, 1769–
RINDERKNECHT, A. (2010): The 1773 doi:10.1098/rspb. 2005. 3133
youngest record of phorusrhacid birds Published online 26 July 2005.
(Aves, Phorusrhacidae) from the late
Pleistocene of Uruguay. N. Jb. Geol. BONAPARTE, C.L. 1853 Compt. Rend.
Paläont. Abh. 256/2, 229– 234 Article Acad. Sci. Paris 42:956.
Stuttgart, published online April 2010
BRODKORB P. (1963): A giant flightless
ANDREWS, C. (1899): On the extinct bird from the Pleistocene of Florida. The
bird of Patagonia. Transactions of the Auk. A Quarterly Journal of
Zoological Society of London, 15:55-86. Ornithology. Vol 80. Nº 2, 111-115.

9
BRODKORB, P. (1967): Catalogue of Cientifica Argentina, 142: 104-121.
fossil birds. Part 3 (Ralliformes,
LYDEKKER, R. (1893): On the extinct
CASE, J.A., WOODBOURNE, M. & giant birds of Argentina. The Ibis, 5: 40-
CHANEY, D. (1987): A gigantic 47.
phorrocaoid (?) bird from Antartica.
Journal of Paleontology. 61:1280-1284. MARSHALL, L.G. (1978): The terror bird.
Bulletin of Field Museum of Natural
DEGRANGE, F. J., TAMBUSSI, C. P., History, 49(9): 6-15.
MORENO, K., WITMER, L. M. & WROE,
S. (2010). Mechanical Analysis of MARSHALL, L.G. (1988): Land mammals
Feeding Behavior in the Extinct ‘‘Terror and the Great American Interchange.
Bird’’ Andalgalornis steulleti American Scientist, Vol. 76:380-388.
(Gruiformes: Phorusrhacidae) Plos One
August 2010/Volume 5 / Issue 8 / MARSHALL, L.G. (1994): Aves del terror
e11856. sudamericanas. Investigación y ciencia,
ISSN 0210-136X, N° 211, 1994, pags.
DOLGOPOL DE SAEZ, M. (1927) Las aves 62-67
corredoras fósiles del santacrucense.
Anales de la Sociedad Científica MARSHALL, L.G. (2004): Aves
Argentina, 103:145-164 Aterradoras da América do Sul.
Scientific American Brasil, págs. 75-81.
FUBRINGER, M. (1888):
Untersuchungen zur Morphologie und MATHEW, W.D. & GRANGER, W.
Systematik der Vogel, zugleich ein (1917): The skeleton of Diatryma, a
Beitrag zur Anatomie der Stutz – und gigantic bird from the Lower Eocene of
Bewegungsorgane. Two vols. wyoming. Bulletin of the American
Amsterdam: T.J. Van Holkema. Museum of Natural History, 37: 307-
326.
KRAGLIEVICH, L. (1931): Contribución al
conocimiento de las aves fósiles de la MAYR, G. (2005ª): The Paleogene fossil
época araucoentrerriana. Physis record of birds in Europe. Biol. Rev. 80:
10:304-315. 515–542.

KRAGLIEVICH, L. (1932): Una gigantesca MERCERAT, A. (1897): Note sur les


ave fosil del Uruguay, Devicenzia oiseaux fosiles de la Republique
gallinali. gen. et sp. tipo de una nueva Argentine. Anales de la Sociedad
familia Devicenziidae del orden Científica Argentina. 43:222-240.
Stereornithes. Anales del Museo
de Historia Natural de Montevideo, MORENO, F., & A. MERCERAT. (1891):
(2)3: 323-353. Catálogo de los pájaros fósiles de la
45 República Argentina depositados en el
KRAGLIEVICH, J.L. (1946): Noticia Museo de La Plata. Anales del Museo
preliminar acerca de un nuevo y de La Plata 1:7–71.
gigantesco Estereornito de la fauna
Chapadmalense. Anales de la Sociedad MOURER CHAUVIRE, C. (1981): Premier
indication de la presence de
10
Phorusrhacidés, famille d’oiseaux (Aves: Gruiformes: Cariamae). Pp. 71-
géants d’Amérique du Sud, dans le 87 in Mourer-Chauvire, C. (Ed.),
Tertiare Européen : Ameghinornis nov. L’evolution des oiseaux d’apres le
Gen. (Aves, Ralliformes) des temoignage des fossiles. Documentes
Phosphorites du Quercy, France. des Laboratoires de Geologic, Lyon (no.
Géobios 14:637–647. 99).

MOURER CHAUVIRE, C. (1983): Les PETERS, D.S., STORCH, G. (1993): South


Gruiformes (Aves) des Phosphorites du American relationship of Messel birds
Quercy (France). I. Sous-ordre Cariamae and mammals. Kaupia 3, 263-269.
(Cariamidae et Phorusrhacidae).
Systématique et bioestratigraphie. REICHENBACH, H. G. L. (1852):
Paleovertebrata 13: 83–143. Handbuch der specieleln Ornithologie,
Lieferung 3.
MOURER CHAUVIRE, C., TABUCE, R., STEJNEGER, L. (1887): The american
MAHBOUBI, M., ADACI, M., BENSALAH, naturalist. Vol. XXI, N° 12.
M. (2011): A Phororhacoid bird from
the Eocene of Africa. TAMBUSSI C., UBILLA M., PEREA D.
Naturwissenschaften DOI 10.1007 (1999): The youngest large carnassial
/s00114-011-0829-5 bird (Phorusrhacidae, Phorusrhacinae)
from South America (Pliocene - Early
NASIF, N. L., ESTEBAN, G. L. & ORTIZ, P. Pleistocene of Uruguay). Journal
E. (2009) Novedoso hallazgo de Vertebrate Paleontology. 19(2):404-
egagrópilas en el Mioceno tardío, 406.
Formación Andalhuala, provincia de
Catamarca, Argentina. Serie TONNI, E. P. (1974): Un nuevo
Correlación Geológica, 25: 105-114 cariamido (Aves, Gruiformes) del
Tucumán, 2009 - ISSN 1514-4186 - ISSN Plioceno superior de la provincia de
on-line 1666-9479. Buenos Aires. Ameghiniana 11:366–
372. CSA TONNI, E. & TAMBUSSI, C.
PATTERSON, B. (1941): A new (1988): Un nuevo Psilopterinae (Aves:
phororhacoid bird from the Deseado Ralliformes) del mioceno tardio de la
Formation of Patagonia. Field Museum Provincia de Buenos Aires, Republica
of Natural History, Geological Series, Argentina. Ameghiniana, 25(2): 155-
8(8): 49-54. 160.

PATTERSON, B. & KRAGLIEVICHI, J.L. VEZZOSI, R. I. (2012): First record of


(1960): Sistematica y nomenclatura de Procariama simplex Rovereto, 1914
las Aves fororracoideas del Plioceno (Phorusrhacidae, Psilopterinae) in the
Argentino. Publicaciones del Museo Cerro Azul Formation (upper Miocene)
Municipal de Ciencias Naturales y of La Pampa Province; remarks on its
Tradicionales de Mar del Plata, 1(1): 3- anatomy, palaeogeography and
51. chronological range, Alcheringa: An
Australasian Journal of Palaeontology,
PETERS, D.S. (1987): Ein ‘Phorusrhacide’ DOI:10.1080/03115518.2011.597657
aus dem Mittel-Eozan von Messel

11

También podría gustarte