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ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN DE LAS SOLICITUDES DE MAYORES

EXTENSIONES DE TIERRA Y HÁBITAT A DEMARCAR POR LOS PUEBLOS Y


COMUNIDADES INDÍGENAS.

Palabras Claves: Grandes extensiones de tierra Indígena, Propiedad Colectiva,


Tierras Indígenas, Pueblos y comunidades Indígenas, Venezuela.

ANTECEDENTES:

La posesión de tierras indígenas en Venezuela, data de los resguardos,


mercedes de tierras y las encomiendas, que otorgaba la Corona Española a los
colonos que usurparon nuestro territorio; es a partir de la Constitución de 1811 que
la posesión de tierras indígenas tomó otro rumbo y los resguardos comienzan a
convertirse en el objetivo de los grandes terratenientes de la época, con el falso
argumento de la improductividad de las tierras que estaban en manos de los
indígenas, cuando lo que se evidenciaba realmente era el nacimiento de un
determinado modo de producción capitalista, lo que condujo, en algunos casos, a
deshacer los resguardos mediante la utilización de normativas ad hoc y, en otros
casos, al desplazamiento forzado para apropiarse de esas tierras indígenas. La
consecuencia de este hecho generó, por lo tanto, la desintegración cultural y
desterritorialización de muchas comunidades indígenas, sobre todo en la región
centro-occidental y norte costera del país, al ser estas usurpadas y apropiadas por
los terratenientes.

La legislación venezolana vuelve a considerar el derecho colectivo de los


indígenas sobre sus tierras con la Ley de Reforma Agraria de 1960, en su artículo
2, apartado (d), la cual señala que: “se garantiza el uso, goce y disfrute de la
familia extensa indígena siempre y cuando permanezcan en los lugares donde
habitualmente moran”. Esta ley se articuló con el nefasto artículo 77, cláusula 2,
de la Constitución de 1961, que asimiló a la población indígena con la población
campesina. Ambas normativas ratifican el desprecio hacia los pueblos indígenas y
el despojo de sus tierras, confinándolos a espacios restringidos, no reconociendo
sus culturas y tradiciones originarias.

Es con la llegada de la Revolución Bolivariana de la mano del Comandante


Eterno, Hugo Rafael Chávez Frías, cuando la población indígena en Venezuela
experimenta un cambio sin precedentes en la historia republicana del país, en
cuanto al reconocimiento de sus derechos, a través de la promulgación de
diferentes instrumentos legales, principalmente los establecidos en la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela de 1999; constituyendo esto el marco
legal que trae en consecuencia un conjunto de normativas que se siguen
desarrollando hoy en día.

La CRBV, establece en su Preámbulo el carácter multiétnico y pluricultural


de la nación y reconoce la existencia de los Pueblos y Comunidades Indígenas, su
forma de organización social, política, sus culturas, costumbres, idiomas,
religiones y simbolismos, así como su hábitat y derechos sobre las tierras que
ancestralmente han ocupado. En el artículo 119, se enfatizan tres aspectos
importantes: el reconocimiento oficial de que existe una correlación entre tierras y
continuidad de las culturas y vida indígena; la corresponsabilidad necesaria entre
el Ejecutivo Nacional y la participación de los pueblos indígenas para el tema de la
demarcación; y la consideración de que las tierras indígenas son propiedad
colectiva de los pueblos, condición que no es modificable al calificarlas como
inalienables, imprescriptibles, inembargables e intransferibles, aunado al hecho de
que la soberanía plena de la República se garantiza en los artículos 11 y 15, del
Título II, del Espacio Geográfico y de la División Política, Capítulo I, Del Territorio y
demás Espacios Geográficos, donde se estipula que la explotación de los recursos
del suelo y subsuelo corresponde como garantía de la protección de la soberanía
Nacional, únicamente al Estado venezolano.

SITUACIÓN LEGAL:

Actualmente el proceso de la demarcación de hábitat y tierras indígenas en


Venezuela se sustenta sobre los siguientes instrumentos legales:

 La CRBV, artículos 119 al 126.

 La Ley de Demarcación de Garantías del Hábitat y Tierras de los


Pueblos y Comunidades Indígenas 2001, que da origen al:

 Decreto Presidencial Nro. 1.392, que conforma la Comisión Nacional


de Demarcación del Hábitat y Tierras de los Pueblos y Comunidades
Indígenas (Gaceta Oficial N° 37257, del 09-08-2001), y finalmente,

 La Ley Orgánica de los Pueblos y Comunidades Indígenas 2005


(LOPCI).
A partir del 2005, con este marco legal y las políticas de estado del gobierno
revolucionario se ha materializado la entrega de 102 títulos de tierra y hábitats,
reconociéndose un total de 3.280.298,72 ha (32.802 Km2), correspondiente a un
3,22 % del territorio nacional, para 15 pueblos indígenas, correspondientes a 683
comunidades; beneficiando de esta manera a un total de 101.498 personas,
aproximadamente.

De estos títulos entregados, a los que mayores extensiones de tierra se les


ha reconocido son a los pueblos Pemón y Mapoyo, del estado Bolívar; Yukpa y
Barí, del estado Zulia y el Pueblo Hoti, del estado Amazonas, alcanzando
extensiones superiores a los 150.000 ha.

SITUACIÓN COMPARATIVA DEL PROCESO DE DEMARCACIÓN DE


HÁBITATS Y TIERRAS INDÍGENAS EN VENEZUELA CON LAS POLÍTICAS DE
“TIERRAS INDÍGENAS” DE LA REPÚBLICA FEDERATIVA DEL BRASIL

Uno de los países pioneros, en Suramérica, en materia de demarcación de


tierras indígenas y entrega de grandes territorios es la República Federativa de
Brasil, que a partir de 1980, ha ido creando las llamadas “tierras indígenas”, cuyo
objetivo es la de preservar las tierras ancestrales de los pueblos originarios,
protegiendo su cultura, idiomas y tradiciones; sin embargo, es a partir de 1988,
que establecen en su Constitución finalmente los derechos de los indígenas a la
“diferencia cultural” y al uso exclusivo de las tierras indígenas que fueron
demarcadas.

La vecina República Federativa de Brasil, ha reconocido un total de 668


tierras indígenas que se acercan a 1.115.000 km2 de 8.515.767 km2 que es la
extensión del País, representando el 13,10 % del territorio de la República.

Si comparamos las grandes extensiones de tierras reconocidas por Brasil


con las que han sido tituladas en Venezuela, observamos que existe una
diferencia muy notoria. La extensión más grande entregada hasta ahora en
nuestro territorio es de 597.982 ha (5.979 Km2) de (916.445 Km2); mientras que
en Brasil, la mayor extensión entregada corresponde a 10.600.000 ha (106.000
Km2) sólo en la tierra Indígena Alto Río Negro, una extensión comparable con la
totalidad del tamaño de Guatemala.
La demarcación más extensa solicitada en nuestro país corresponde al
sector 1 La Paragua, un sector multiétnico; Pemón, Akawaio, Arawako y Kariña
con un estimado de 4.000.000,00 ha (40.000 km2), que correspondería a un 4,36
% del territorio nacional.

Brasil hace entrega del territorio sin terceros dentro del polígono
demarcado. Ello debido a que el derecho a la tierra fue declarado original y por
tanto anterior a la formación del Estado. Esta cláusula inserta en su Constitución
concede el uso exclusivo a los indígenas de las tierras demarcadas, excluyendo
de este derecho a todos los no indígenas. La República Bolivariana de Venezuela,
sustenta en todo un marco legal el proceso de la demarcación de hábitat y tierras
indígenas, asegurando la participación protagónica de los pueblos y comunidades
indígenas en todo el proceso, garantizando los derechos de la población indígena
del uso, goce y disfrute de sus hábitat y tierras que ancestralmente han ocupado,
así como los derechos de los pobladores no indígenas establecidos dentro de la
Constitución Nacional. Todo esto en el marco de las políticas de reconocimiento de
los derechos de los Pueblos Originarios, por parte del Estado venezolano.

SOLICITUDES CON MAYORES EXTENSIONES DE HECTÁREAS.

Las solicitudes de mayores extensiones de hectáreas se presentan


solamente en los estados Amazonas y Bolívar, ambas con situaciones muy
particulares.

Las solicitudes del Hábitat y Tierras de los Pueblos y Comunidades


Indígenas parten de una autodemarcación que se define de acuerdo a los
conocimientos ancestrales sobre sus tierras, basada en el artículo 33 de la LOPCI,
en el que se plantea que se le dará especial importancia a los conocimientos
ancestrales y tradicionales aportados por los ancianos y ancianas indígenas, sobre
la ocupación de su Hábitat y Tierras. Las grandes extensiones solicitadas se
deben principalmente a los siguientes aspectos:

 La solicitud de la demarcación se hace por sectores y este a su vez lo


conforman varias comunidades que hacen vida en el mismo.

 La no existencia de títulos coloniales, hace que la demarcación se base en


la reconstrucción cognitiva de los mapas mentales elaborados con la
información de los ancianos y ancianas del sector indígena a demarcar
(Artículo 33 de la LOPCI).

 La condición de itinerancia que mantienen actualmente los Pueblos y


Comunidades, que le dan características de seminómadas a su patrón de
asentamiento, hacen que hagan vida en todo el territorio solicitado.

En el estado Amazonas se han presentado cuatro solicitudes para la


demarcación de sus territorios, una del Pueblo Hoti (Jodi), que ya fue titulado y
entregado en el año 2012, cuya extensión asciende a 223.078,21 (2.230,78 Km2)
correspondiendo a un 0,24 % del territorio nacional; las tres restantes, (Yabarana,
Wothjoja, Panare), (Jivi, Piapoco, Wothjoja) , (Pueblo Wothjoja, Mako), han
presentado una problemática general, por ser multiétnicas, lo que conlleva a una
serie de dificultades, porque comparten un mismo territorio y diferente concepción
y significación del espacio. Diferentes patrones de asentamiento de las
comunidades involucradas y el difícil acceso al espacio geográfico, dificultan la
ubicación de los linderos y puntos poligonales; factores estos que no han
permitido determinar las hectáreas definitivas; esta situación se ve agravada por la
participación de ONG'S e intereses económicos y políticos que promueven
desinformación y rechazo al proceso de demarcación, por lo que, las labores de
los grupos de trabajo indígenas e institucionales, integrantes de la Comisión
Nacional de Demarcación, aún continúan.

En el estado Bolívar, se han presentado dieciocho solicitudes para la


demarcación de tierras indígenas en seis de sus municipios, de los cuales ya se
han titulado en dos de ellos (municipio Heres y municipio Sucre), ambos del
pueblo Kariña, sin que las solicitudes hayan superado las 60.000 hectáreas. Las
solicitudes de mayores extensiones de tierra indígena estarían representadas en
los municipios: Gral Manuel Cedeño, donde las Comunidades, La Poncha
(Yekuana - Pemón), San José de Kayama (Pueblo Jodi), Pueblo Piaroa y Sector
Alto Suapure (Pueblo Piaroa) y Pueblo E'ñepa suman una extensión aproximada
de 4.000.000 ha (40.000 km2) entre todas, lo que equivale a un 4,36 % del
territorio nacional, mientras que, en el municipio General Domingo Sifontes con la
comunidad multietnica Sector 4 Cuyuni (Pemón, Akawaio, Arawak y Kariña)
presenta una solicitud de aproximadamente 1.166.418,65 ha (11.664,18 km2) un
1,27 % del territorio. En el municipio Gran Sabana, las comunidades Pemón del
Sector 3 (Uriman), Sector 5 (Kavanayen), Sector 6 (Santa Elena), Sector 8
(Wonken) y Kamarata Canaima suman una extensión aproximada de 3.000.000 ha
(30.000 km2) 3,27% del componente nacional y en el municipio Raúl Leoni la
comunidad multietnica Sector 1 La Paragua (Pueblos Pemón, Kurripaco, Yekuana,
Uruak, Arutani, Sape, Shiriana) totalizan una extensión que se aproxima a los
4.000.000 ha (40.000 km2), 4,36 % territorial, lo que da un total general de
12.166.418,65 (121.664,18 km2) 13,27 % del territorio nacional. La razón
primordial para estas solicitudes ha sido la protección de la significación sagrada
que tienen los cerros, tepuyes y ríos, para los pueblos indígenas del estado
Bolívar y, la cual conforman el 90% de la geografía del Estado, compuesta por
numerosas áreas bajo régimen de administración especial (A.B.R.A.E) y que ha
sido sujeta a variados procesos de territorialización y desterritorialización guiados
por factores económicos.

RECONOCIMIENTO A LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES INDÍGENAS DE


BOLÍVAR Y AMAZONAS CON LA DEMARCACIÓN DE MAYORES
EXTENSIONES DE TIERRA Y HÁBITATS.

Definitivamente, la demarcación de territorio para todo pueblo y comunidad


indígena significa su supervivencia en el tiempo, y el derecho colectivo a la
autodeterminación de su territorio con las limitaciones que la ley así determina.

En ell derecho a la propiedad colectiva de los indígenas con extensiones de


tierra de mayores dimensiones, debe considerarse su vinculación con el derecho
consuetudinario indígena, el que a su vez se relaciona con el derecho de
autodeterminación, que implica no sólo la facultad del pueblo de darse su propia
organización política, sino también decidir sobre su forma de organización social y
cultural, incluido el ejercicio de su derecho propio, el que tiene formas particulares
de entender la propiedad. Esto derivado de la visión distinta que los indígenas
tienen del entorno, por la especial vinculación simbólica con la tierra ocupada
ancestralmente.

De esta forma se considera la propiedad indígena de naturaleza colectiva,


contraria a la propiedad privada individual en que se basan los ordenamientos
jurídicos, pues en ella, a diferencia de la anterior, todos los individuos miembros de
una comunidad son titulares del derecho, pero ninguno puede disponer de él.
EXISTE PERDIDA DE SOBERANÍA O LIMITACIÓN DE DERECHOS CON LA
DEMARCACIÓN DE EXTENSIONES MAYORES DE TIERRAS Y HÁBITATS
INDÍGENAS?

Los artículos 11 y 15, del Título II, del Espacio Geográfico y de la División
Política, Capítulo I, Del Territorio y demás Espacios Geográficos, de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, son muy claros en cuanto
a la soberanía plena de la República ejercida en todo el territorio nacional y la
obligación de establecer una política integral para la protección de la soberanía
territorial como de los recursos del suelo y subsuelo que en ella exista
preservando su integridad territorial, soberanía, seguridad, defensa, identidad
nacional, diversidad cultural y la integración, quedando establecido claramente
que la explotación de dichos recursos corresponde exclusivamente al Estado, ello
sin menoscabo de la consulta previa e informada a los pueblos y comunidades
indígenas, como lo estipula el art. 11 de la LOPCI y los convenios internacionales,
a los que nuestro país se ha adherido, tales como; el 107 y 169 de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), exista o no demarcación en esa comunidad o
pueblo a consultar.

No existe posibilidad de pérdida alguna de soberanía del Estado


venezolano por cuanto son muy claros los atributos del título de propiedad
colectiva y su correspondencia con la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela. De igual manera, en los artículos 119 hasta el 126, la CRBV le
reconoce a los pueblos y comunidades indígenas los derechos originarios y
hábitats sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan, necesarias para
desarrollar y garantizar sus formas de vida, no limitando su extensión; garantías
igualmente establecidas en la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades
Indígenas, en su Art° 10, De la Integridad Territorial, “el reconocimiento por
parte del Estado de los derechos y garantías contenidas en esta Ley, no
significa bajo ninguna circunstancia que se autorice o fomente acción
alguna encaminada a quebrantar o menoscabar, total o parcialmente, la
integridad territorial, la soberanía y la independencia política del Estado
Venezolano, ni otros principios, derechos garantías contenidos tanto en la
constitución de la República Bolivariana de Venezuela como en las demás
leyes de la República”
Debemos decir que el legislador reconoce en la LOPCI (art° 31) la
posibilidad de extensiones mayores de territorio cuando establece que los
Pueblos Indígenas son grupos humanos descendientes de los pueblos
originarios que habitan en el espacio geográfico que corresponde al
territorio nacional, de conformidad con la CRBV.

Otro aspecto a considerar en la demarcación de extensiones mayores, es


que una parte considerable del territorio solicitado en Amazonas y Bolívar, cuenta
con Áreas Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE) o Parques
Nacionales, aquellas porciones del territorio o mares nacionales en donde por
disposición de las leyes de la República, los usos permitidos y las actividades que
pueden realizarse por parte de entidades públicas o particulares, se encuentran
sometidas a limitaciones o restricciones, independientemente del derecho de
propiedad que les asista, garantizando así la conservación, defensa y
mejoramiento del ambiente y los recursos naturales, la ordenación del territorio, la
seguridad y defensa nacional, por lo que definitivamente no se les puede dar un
uso comercial y en la cual los indígenas han estado asentados desde tiempos
inmemoriales y de las cuales siempre han cuidado, convirtiéndose en los primeros
garantes de la seguridad del ABRAE.

EN CONCLUSIÓN:

Como se pudo observar en estas páginas, en Venezuela existe todo un


marco jurídico e institucional amplio, constituido por el reconocimiento de los
derechos de los pueblos indígenas y en general el de todos los habitantes del país
y las correspondientes garantías judiciales e institucionales públicas facultadas
para protegerlos. Blinda de esta manera todo el proceso de reconocimiento del
derecho a la tierra por parte de los pueblos indígenas y la soberanía nacional al
mismo tiempo, mediante el establecimiento de los artículos y leyes necesarias
para la protección del espacio geográfico venezolano, dictaminando que la
explotación de los recursos del suelo y del subsuelo corresponden, como garantía
de la protección de la soberanía nacional, única y exclusivamente al Estado
venezolano, sin menoscabo de las comunidades indígenas que hacen vida en los
diferentes sectores del País. El apoyo del Ministerio del Poder Popular para los
Pueblos Indígenas en este sentido es amplio, como refuerzo en el proceso de
cambio que se está dando en el reconocimiento del derecho de propiedad
colectiva y como el ente rector en materia indígena del país. Se apoya desde esta
institución, las solicitudes realizadas por los diferentes pueblos indígenas y la
posterior entrega de los títulos correspondientes a cada una, basados en los
argumentos presentados anteriormente y la seguridad que representan las leyes
venezolanas en el resguardo de los derechos humanos de todos los habitantes del
territorio venezolano en los artículos que tratan del tema.

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