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GUÍA PARA LA PLANEACIÓN

DEL COMPONENTE DE SALUD MENTAL


EN LOS PLANES TERRITORIALES
DE SALUD

Bogotá, octubre de 2005


ISBN: 958-97695-4-3
Guía para la planeación del componente
de salud mental en los planes territoriales de salud.
Elaborado por: Gloria Echeverri Arango
Néstor Otálora Soler
Impresión: Imprenta Nacional de Colombia
2005
Bogotá, D.C., 2005
® Se autoriza la reproducción total o parcial de este documento
siempre y cuando se conserve intacto su contenido y se dé
crédito al Ministerio de la Protección Social
Interventor: Aldemar Parra Espitia.
Ilustración carátula: Imprenta Nacional de Colombia.
DIEGO PALACIO BETANCOURT
Ministro de la Protección Social

RAMIRO GUERRERO CARVAJAL


Viceministro Técnico

EDUARDO JOSÉ ALVARADO SANTANDER


Ministerio de la Protección Social Viceministro de Salud y Bienestar
República de Colombia

JORGE LEÓN SÁNCHEZ MESA


Viceministro de Relaciones Laborales

ALFREDO BERNARDO POSADA VIANA


Secretario General

LENIS ENRIQUE URQUIJO VELÁSQUEZ


Director General de Salud Pública
Ministerio de la Protección Social

COLABORACIÓN NACIONAL
En la construcción del presente documento y en las reuniones de discusión participa-
ron las siguientes personas:
María Cristina de Taborda. Organización Panamericana de la Salud.
Maria Cristina Franco. Secretaria Departamental de Antioquia.
Carlos Felizzola. Sociedad Colombiana de Psiquiatría
José Gregorio Mesa. Bogotá.
Luis Carlos Restrepo. Bogotá.
Hernán Santacruz. Universidad Javeriana.
Cecilia de Santacruz. Universidad Javeriana.
José Daniel Toledo. Hospital Militar Central.
Luz Janeth Forero Martínez. Instituto Nacional de Medicina Legal.
Jorge González. Instituto Nacional de Medicina Legal.
Janeth Mosquera Becerra. Fundación FES Social.
Henry Alejo Alejo. Secretaría Distrital de Salud.
Leonardo Morales. CRU - Secretaría Distrital de Salud.
Luz Helena Rua. Secretaría Distrital de Salud.
Diana Alvis. Secretaría Distrital de Salud.
Jorge Mc Douall Lombana. Consultor.
Carlos Gómez Fuentes. Clínica Montserrat.
Silvio Cárdenas Concha. Fundación Saldarriaga Concha.
José Posada Villa. Fundación Saldarriaga Concha.
Jorge Cardoso. Federación de Salud Mental.
Saúl Franco. Universidad Nacional de Colombia.
María Isabel Gutiérrez. Universidad del Valle.
Hernán Calderón. Manizales.
Rubén Darío Gómez. Universidad de Antioquia.
Julio Lozano. Ibagué.
Pedro Gómez. Barranquilla.
Beatriz Londoño Soto. Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.
José Fernando Orduz. Estudiante Postgrado Universidad de Antioquia.
Carlos Julio González Villa. Representante a la Cámara.
Isabel Cuadros. Asociación Afecto.
Rodrigo Lopera Isaza. Dirección Seccional de Salud de Antioquia.
Leonardo Riveros Santos. Instituto Departamental de Salud de Arauca.
Sandra González Martínez. Secretaría de Salud de Barranquilla.
Gala González Caballero. Secretaría de Salud de Barranquilla.
Martín Barrera Cobos. Instituto Departamental de Salud de Boyacá.
Luis Arturo Serrano. Gobernación de Boyacá.
Jahir Pedreros. Secretaría Distrital de Salud de Bogotá.
María Eugenia Salazar. Dirección Territorial de Salud de Caldas.
Rosalba Montalvo Varón. Instituto Departamental de Salud de Caquetá.
Noralba Maca González. Dirección Departamental de Salud de Cauca.
Luz Myriam Losada Giraldo. Secretaría de Salud de Cundinamarca.
Consuelo García Vanegas. Secretaría de Salud de Cundinamarca.
Alicia Soto Contreras. Secretaría Departamental de La Guajira.
David Plaza Guamanga. Secretaría Municipal de Salud de Pitalito.
Nidia Peña Figueroa. Secretaría Municipal de Salud de Pitalito.
María Teresa Parrado Blanco. Secretaría de Salud del Meta.
Elizabeth Trujillo de Cisneros. Instituto Departamental de Salud de Nariño.
Clara Elisa Gereda. Instituto Departamental de Salud de Norte de Santander.
Beatriz González Rodríguez. Instituto Seccional de Salud de Quindío.
Patricia Caicedo Higuera. Secretaría de Salud de Santander.
Yolanda Tarazona Alvarez. Secretaría de Salud de Santander.
Ana Deissy Aguirre. Secretaría de Salud del Tolima.
Nancy Janeth Cortés. Departamento Administrativo de Salud de Vaupes.
Giselle Castillo. Usuaria.
Beatriz Sánchez. Usuaria.

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Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

Contenido

PRESENTACIÓN .............................................................................................................................. 7
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 9
I PARTE: TEORIZACION
1. Los conceptos de desarrollo y planeación. .............................................................................. 13
2. Los conceptos de salud y salud mental. ................................................................................... 16
2.1. Relación mente-cuerpo en el concepto de salud mental. ............................................... 18
2.2. Enfoques teóricos de la salud mental: .............................................................................. 21
2.3. Atención Primaria en Salud Mental .................................................................................. 22
3. Marco político y jurídico. .......................................................................................................... 25
3.1. Marco político .................................................................................................................... 25
3.2. Marco jurídico .................................................................................................................... 27
II PARTE: REFLEXION
1. Justificación de la metodología .............................................................................................. 35
2. La salud mental y su planeación .............................................................................................. 36
3. Propósito: .............................................................................................................................. 38
III PARTE: ACCION
1. Definición de la Guía metodológica: ...................................................................................... 39
2. Características y cualidades ...................................................................................................... 40
3. Objetivos de la Guía metodologica:......................................................................................... 44
3.1. General .............................................................................................................................. 44
3.2. Específicos ................................................................................................................. 44
3.2.1. Identificar, organizar y poner en funcionamiento el grupo funcional de trabajo
para liderar el proceso de planeación en salud mental en la entidad territorial. ...... 44

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Ministerio de la Protección Social

3.2.2. Movilizar recursos socio-institucionales alrededor del componente de salud


mental................................................................................................................... 44
3.2.3. Facilitar el proceso de puesta en marcha de la política de salud mental a
nivel territorial. ................................................................................................... 44
4. Fases metodológicas. ................................................................................................................ 44
4.1. Primera fase: Conformación del grupo funcional, municipal y departamental de
salud mental..................................................................................................................... 44
4.2. Segunda fase: Movilización de recursos socio institucionales alrededor del compo-
nente de salud mental. .................................................................................................... 45
4.2.1. Sensibilización a los actores socio-institucionales. ............................................. 45
4.2.2. Elaboración de la representación colectiva del mapa conceptual de salud
mental como base para la formulación del componente. ................................ 48
4.2.3. Definición de actividades para la movilización de recursos: .............................. 49
4.3. Tercera fase: Plan de acción ............................................................................................ 49
4.3.1. Diagnóstico de la salud mental. ............................................................................ 50
4.3.1.1. Características de la demanda. .......................................................................... 50
4.3.1.1.1. Características generales. ................................................................................ 50
4.3.1.1.2. Diagnóstico Comunitario ................................................................................ 56
4.3.1.2. Características de la oferta: ............................................................................... 61
4.3.1.2.1. Talento humano ............................................................................................... 61
4.3.1.2.2. Recursos económicos y financieros ................................................................. 61
4.3.1.2.3. Recursos tecnológicos y normativos ............................................................... 62
4.3.1.2.4. Recursos institucionales ................................................................................... 62
4.3.1.2.5. Recursos de la comunidad .............................................................................. 62
4.3.1.3. Análisis de la relación oferta-demanda ............................................................. 63
4.3.2. Alternativas de solución ........................................................................................ 63
4.3.2.1. Formulación de objetivos y metas: .................................................................... 63
4.3.2.2. Formulación y ejecución del plan operativo. .................................................... 65
4.3.2.3. Evaluación del proceso de planeación del componente de salud mental
en el plan territorial de salud.............................................................................. 65
Glosario de terminos .................................................................................................................... 68
Bibliografia revisada ..................................................................................................................... 70

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Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

Presentación

L a problemática de la salud mental en el país es diversa y compleja. Así lo demues-


tran los resultados del Estudio Nacional de Salud Mental, Colombia 2003: Cuatro de cada
10 individuos presentan al menos un trastorno mental en un momento de su vida. Los tras-
tornos de ansiedad son los más prevalentes y los más crónicos, los trastornos individuales
más comunes fueron la fobia específica, la depresión mayor, el trastorno de ansiedad de
separación del adulto y el abuso de alcohol. Entre los hombres, el abuso de alcohol es un
problema más común en tanto que entre las mujeres, la depresión mayor. El trastorno de
atención (5 años) y la fobia específica (7 años) son los dos padecimientos más tempranos.
Para los trastornos de la vida adulta, los trastornos de ansiedad se reportaron con edades
de inicio más tempranas, seguidos por los trastornos afectivos y por los trastornos por uso
de sustancias psicoactivas.
Bogotá D.C. es la ciudad que presenta la prevalencia más elevada de trastornos en la
vida (46.7%) explicada por el elevado índice de trastornos afectivos. La región Pacífica
muestra la prevalencia más elevada de trastornos afectivos en los últimos 30 días (2.7%),
Bogotá D.C. y la región Pacífica muestran la prevalencia más elevada de trastornos de
ansiedad (6.7%) y la región Pacífica para trastornos por uso de sustancias psicoactivas
(1.8%)
Por esto, la reducción del impacto en salud de la violencia y la implementación de las
Políticas de Salud Mental y de Reducción del Consumo de Sustancias Psicoactivas, consti-
tuye una de las seis prioridades en salud pública definidas en la Circular 18 de 2004, im-
plicando por consiguiente su abordaje en los planes de atención básica territoriales, con
base en líneas técnicas emitidas por el nivel nacional.
El documento que hoy tengo el agrado de presentar es fruto del esfuerzo conjunto
de instituciones, expertos, ciudadanos y el gobierno, por avanzar en la búsqueda de me-
canismos efectivos para el abordaje de la problemática de salud mental en el territorio
nacional, y que sumados, a la información del Estudio Nacional de Salud Mental y a los
lineamientos de Política de Salud Mental, constituyen los insumos para orientar el diseño
e implementación de planes territoriales y locales de salud mental.

7
Ministerio de la Protección Social

La riqueza de esta guía metodológica para la planificación de la salud mental en el


nivel territorial radica en que incluye no solo el abordaje conceptual para interpretar
adecuadamente el tema sino también el abordaje técnico - operativo conducente a la
solución de sus problemas mas relevantes.
Por lo anterior, el Ministerio de la Protección Social ofrece este insumo con el propó-
sito de contribuir al mejoramiento de la gestión y al fortalecimiento de la capacidad de
respuesta del nivel territorial en materia de salud mental.
DIEGO PALACIO BETANCOURT

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Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

Introducción

E l modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico crea con frecuencia


situaciones que entrañan graves defectos psicosociales, evitables con una adecuada inter-
vención del estado y la sociedad en la condición de salud mental de la población.

Experiencias internacionales y nacionales sustentadas en estudios científicos demuestran


que las variables sociales son fundamentales para lograr el desarrollo acelerado, por cuanto
constituyen en la ecuación del crecimiento, el capital social; es decir, todo aquello que tiene
que ver con el civismo de la gente, las relaciones de confianza entre los ciudadanos y entre
éstos y las instituciones, estableciendo un sistema de redes sociales fuertes que intermedian
la relación entre el individuo y el Estado.

Es claro que las patologías, los trastornos y las situaciones alteradas de la salud mental
descansan en las condiciones de vida de la población. Una sociedad con una inequitativa
distribución de la riqueza material, con altos porcentajes de población en situación de
miseria; la condición mental de las personas y la colectividad se ve afectada de manera
sustancial, generando un encerramiento de los individuos que se aíslan de las decisiones
sobre los asuntos públicos, haciéndose cada vez menos participativos e intolerantes.

Son diversos y abundantes los efectos que la condición de salud mental tiene sobre las
personas; por ejemplo, en la parte económica las personas alteradas en su salud mental
afectan su productividad y por consiguiente la de la sociedad; en el terreno sociológico, se
afecta la calidad de las relaciones entre las personas al interior de la familia, de la comu-
nidad, en la vida laboral por el costo de las incapacidades que genera y finalmente en lo
cultural porque contribuye a la producción y reproducción de un sistema de representa-
ciones y simbolismos que inducen muchas veces a la enfermedad mental, porque resultan
permisivos en aspectos que afectan la parte emocional y psicosocial de las personas.

Consciente entonces de la importancia de la salud mental en las condiciones de vida


y de desarrollo de la población, el Estado colombiano ha declarado prioridad en salud
pública, la salud mental.

9
Ministerio de la Protección Social

Como se observa en los datos del informe preliminar del más reciente estudio de salud
mental1 realizado en el país y próximo a publicarse, la carga global de la morbilidad, con
la inclusión de indicadores de discapacidad, además de los de mortalidad, se cambió la
manera de ver las enfermedades y colocaron a los trastornos mentales como una priori-
dad de salud pública.
En el país, al menos el 40.1% de los Colombianos han tenido alguna vez un trastorno
mental, predominantemente de ansiedad, derivado de la falta de afecto y por el uso de
sustancias psicoactivas. Las mujeres son mayormente afectadas por los episodios depre-
sivos mayores, al contrario que en los episodios maniacos, donde los hombres alcanzan
mayores prevalencias.
Los trastornos de ansiedad, según género, vividos alguna vez en la vida afectan más a
las mujeres, así como la fobia específica. La fobia social la comparten por igual hombres
y mujeres y de igual forma la agorafobia sin pánico y la ansiedad generalizada. El estrés
postraumático triplica la presencia en mujeres con relación a los hombres.
Entre los trastornos por uso de sustancias psicoactivas “SPA”, el uso de alcohol es am-
pliamente mas frecuente en hombres que en mujeres, de igual forma, la dependencia a
la nicotina y el abuso y dependencia a las drogas.
El estudio señala que dos de cada cinco personas presentan al menos un trastorno
mental en algún momento de su vida, los trastornos de ansiedad son los más prevalentes.
Entre los hombres el abuso de alcohol es el problema más común en tanto que para las
mujeres, la Depresión Mayor. Bogotá, D. C., es la ciudad que presenta la prevalencia más
elevada de trastornos en la vida (46.7%), explicada por el elevado índice de trastornos
afectivos. La Región Pacífica muestra la prevalencia más elevada de trastornos afectivos
en los últimos 30 días (2.7%). Bogotá, D. C., y la región Pacífica muestran la prevalencia
más elevada de trastornos de ansiedad (6.7%) y la región Pacífica para trastornos por uso
de sustancias. No se puede olvidar la prevalencia del intento de suicidio para la población
colombiana, en donde casi cinco de cada cien hombres y una de cada cien mujeres lo han
intentado realizar en los últimos doce meses.
Como una conclusión general del estudio en mención, se propone considerar a los
trastornos mentales como enfermedades crónicas con derecho a tratamiento, así como
mejorar la conciencia popular acerca de los trastornos mentales y la efectividad del trata-
miento integral. Para ello se hace necesario incidir en las políticas públicas y en su opera-
cionalización a través de los planes de salud en las diferentes entidades territoriales.
En tal sentido, se propone transitar un camino basado en la generación de un proce-
so de planeación colectiva, con la participación de todos los actores que intervienen en
la salud mental, sustentado en unos principios democráticos, que permitan buscar una
relación mas equitativa entre los intereses conjuntos de hombres y mujeres, vista en los
diferentes momentos de la vida; de tal forma que, las transformaciones en la condición
de la salud mental de la población se logre a través de procesos de corto, mediano y
largo, plazo basados en la definición de escenarios posibles y factibles, con una mirada
prospectiva de la salud mental.

1
Informe preliminar del Estudio de Salud Mental, Colombia, 2003.

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Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

La propuesta que se presenta, está estructurada con base en el método pedagógico de


“Aprender haciendo”; y consta de tres ejes a saber:
El primero denominado Teorización, incluye una descripción analítica de los conceptos
básicos asociados a la propuesta, enmarcados en algunos enfoques teóricos y metodoló-
gicos, con el propósito de presentar al usuario un contexto del cual se extraen los elemen-
tos característicos de la guía. Incluye además, una contextualización política y jurídica con
el propósito de presentar las posibilidades de acción que permiten la política y normas
vigentes.
El segundo eje, de Reflexión, en donde se elabora una argumentación desde diversas
direcciones para justificar la intervención planificada de los actores socio-institucionales2
y se presenta el propósito de la planificación del componente de salud mental en el plan
territorial de salud.
Finalmente, el último eje, la Acción, se llevan a la práctica la teorización y la reflexión
a través de un plan de acción con objetivos y fases de desarrollo relacionadas con la
movilización de los actores socio-institucionales para planear el componente de la salud
mental en el plan territorial de salud, a través de procesos de organización de un grupo
funcional en salud mental, que movilice los recursos socio-institucionales disponibles po-
sibilitando la aplicación de la política de salud mental a través del proceso de planeación
a nivel territorial.
El presente documento constituye un aporte al proceso de sistematización y organiza-
ción del manejo de la condición de salud mental en las entidades territoriales, de ninguna
manera es una camisa de fuerza, su importancia radica en señalar unos criterios mínimos
a considerar en la planeación del componente de salud mental en el plan territorial de
salud y su desarrollo depende de la aplicabilidad que se le pueda dar a nivel territorial.

2
Por actores socio-institucionales se entiende el conjunto de personas integrantes de las familias vulnera-
bles, las organizaciones comunitarias existentes que trabajen temas relacionados con salud mental, las
organizaciones sociales y ONG, las organizaciones productivas de rehabilitación, los funcionarios públicos
de las instituciones gubernamentales de salud y de otras instituciones vinculadas a la problemática, funcio-
narios de instituciones prestadoras de servicios y empresas sociales del estado con funciones relacionadas
al manejo de la salud mental y representantes de organismos internacionales con presencia en la entidad
territorial.; por ejemplo: De las instituciones de salud el coordinador del componente de SM en la entidad
territorial de salud, coordinador del PAB, secretario de salud, responsable de aseguramiento, el referen-
te de participación en salud, el referente de planeación en salud; de otras instituciones el referente de
escuelas saludables en el sector educativo, responsables del componente de protección en el ICBF, jueces
de penas y medidas de seguridad, jueces y defensores de familia, un delegado del consejo de política so-
cial, policía de menores, medicina legal, representante del sena, representante del consejo territorial de
SSS, representante de la red de prestación de servicios, representante de las intuiciones de formación del
talento humano en salud mental; de la población, representantes de asociaciones de usuarios comités de
ética médica, representante de la comunidad en las juntas directivas de los hospitales, representante de
las organizaciones familiares, comunitarias y de apoyo social, representante de los Copacos, asociaciones
científicas relacionadas con la SM, y representantes de las autoridades indígenas, raizales, población Afro-
colombiana y pueblos ROM en las entidades territoriales donde tengan presencia, etc.

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Ministerio de la Protección Social

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Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

I PARTE: TEORIZACIÓN

1. Los conceptos de desarrollo y planeación.


El concepto de planeación no se puede ver al margen del concepto de desarrollo,
porque aunque la planeación es connatural al ser humano y ha existido siempre en sus
actividades3; la planeación moderna se asocia al modelo de desarrollo prevaleciente basa-
do en el crecimiento económico y fundamentada en la ciencia y tecnología; sin obviar la
cultura, por cuanto es allí donde descansan los criterios que tienen las personas a la hora
de tomar sus decisiones.
En tal sentido, hace referencia a los derechos humanos entendidos como la dotación
inicial y de intercambio; el empleo adquiere una significancia especial, porque la fuerza
de trabajo constituye la dotación inicial para ampliar las opciones y oportunidades de las
personas en el marco de su desarrollo.
Entre los múltiples modelos de desarrollo, está el propuesto por Max-Neef M., conocido
como Desarrollo a Escala Humana, cuyos pilares son el desarrollo dirigido a las personas
y no a los objetos y en donde las necesidades humanas axiológicas y/o existenciales, son
como finitas, pocas y clasificables, similares en algunos aspectos en las diversas culturas y
épocas, así como en su forma de satisfacerlas, pero con sus particularidades.
Se trata de relacionar las necesidades con las prácticas sociales, formas de organiza-
ción, modelos políticos y valores que inciden sobre las formas en que se expresan las ne-
cesidades, para fomentar la autodependencia4, constituyendo un elemento decisivo en la
articulación de los seres humanos con la naturaleza y con la tecnología; de la persona con

3
Es importante anotar que la planificación es una actividad natural y peculiar del hombre como ser racional,
que considera necesario prever el futuro y organizar su acción de acuerdo con sus convicciones, por lo que
la planeación es tan antigua como el hombre mismo.
4
Proceso capaz de fomentar la participación en las decisiones, la creatividad social, la autonomía política, la
justa distribución de la riqueza y la tolerancia frente a la diversidad de identidades, la autodependencia,
la auto confianza y la demanda de mayores espacios de libertad (Tomado de Desarrollo a Escala Humana
de Max-Neef M).

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Ministerio de la Protección Social

lo social, de lo micro con lo macro, de la autonomía con la planificación y de la sociedad


civil con el Estado.
Desarrollo social y desarrollo individual no pueden darse de manera aislada. Una so-
ciedad sana debe plantearse, como objeto ineludible el desarrollo conjunto de todas las
personas y de toda la persona.
Solo un sistema articulado puede aspirar a ser un sistema sano y sólo un sistema sano
puede aspirar a la autodependencia y a la actualización de los sujetos que lo integran,
siempre y cuando se asuman dos desafíos: a) Potenciar el uso de recursos no convencio-
nales en la construcción de proyectos colectivos de vida encaminados al logro de la auto-
dependencia y a la satisfacción de las necesidades humanas y b) potenciar los desarrollos
locales para que su influencia trascienda los límites espaciales y puedan participar en la
construcción de un nuevo orden en el ámbito nacional.
La cuestión capital es hacer viable la construcción de sujetos que, desde los pequeños
y muy heterogéneos espacios, sean capaces de sostener y desarrollar sus propios espacios;
es decir, lograr autonomía vista como la expresión de decisiones propias con recursos
propios.
El medio ideal para lograr estos propósitos es la planeación, porque su legitimidad está
en función de los acuerdos y consensos sobre los fines que persigue y en beneficio del in-
terés individual y colectivo prevaleciente en unas condiciones espacio temporales dadas.
Según lo anterior, sería un grave error técnico reducir los planes sectoriales territoria-
les, a simples programas operativos del plan nacional. Las orientaciones nacionales de
carácter político y técnico deben tomar la forma regional y local.
En consideración al carácter complejo de la condición de salud mental de la población,
planear sus acciones en un territorio exige retomar los aportes de Ackof y Ziegler en lo
relativo a la planeación prospectiva de innovación, sin ignorar elementos claves de las
otras corrientes de la administración, quienes parten de considerar como prioritario la
generación del futuro que se desea, inventándose el futuro, definiendo unos objetivos y
metas, a través de un proceso de imagen objetivo, o, futuro deseable, elementos de resis-
tencia y de apoyo, cursos de acción a seguir, y estrategias para decidir sobre los recursos y
la articulación de compromisos.
Actualmente surgen nuevos paradigmas en la planeación como consecuencia de los
ajustes realizados en la década del sesenta del pasado siglo a nivel nacional e interna-
cional, los cuales marcaron el paso de los paradigmas lineales a los no lineales, de la
planeación racionalizadora a la innovadora y prospectiva, de la planeación autoritaria y
tecnocrática a la participativa y democrática, de la planeación convencional a la estraté-
gica; así como, una profunda trasformación a nivel de la evaluación del proceso general
de la planeación que ha pasado de ser etapa, o, fase de proceso, a vínculo estratégico de
todas las fases del proceso de planeación. En este sentido, la planeación se convierte en
un proceso de investigación de factores protectores, de riesgo y de alternativas de solu-
ción, dándole apertura a la planeación educativa, organizada y participativa.
En Colombia el proceso de la planeación se convirtió en un proceso continuo e iterati-
vo adoptando un carácter indicativo para la sociedad y de obligatorio cumplimiento para
el Estado, en lo relativo a la ejecución del presupuesto y los recursos públicos.

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Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

En la década del noventa surge la planeación participativa, abriendo canales democrá-


ticos a amplios sectores y movimientos de carácter cívico en la escena nacional, regional y
local. Los avances logrados en materia de posicionamiento de la idea de planeación son
significativos; sin embargo, aún falta terreno para que la población asuma la idea de la
planeación participativa como un instrumento de gobernabilidad.
En conclusión, el proceso histórico de la Planeación del Desarrollo en Colombia se con-
cretó en la producción de un marco normativo, que legitima el ejercicio de la Planeación
Participativa en el desarrollo en general y en el de cada uno de los sectores del desarrollo
como el de la salud en particular.
Comprender el alcance del concepto de la planeación requiere poder identificar en la
diversa gama de métodos correspondientes a los diferentes enfoques de la planeación
existentes, el método y/o métodos que por sus características se acerquen más al trabajo
en salud específicamente en salud mental. Para ello se describen algunos de los métodos
de planeación que por sus características permiten planear las acciones relacionadas con
la salud mental de la población de un territorio5.
Un método es el de la planeación prospectiva, trabaja sobre el futuro partiendo de
dos enfoques: Uno sincrónico y el otro diacrónico. Su finalidad tiene que ver con gene-
rar visiones alternativas de futuros deseados, impulsar la acción, proveer información
relevante de largo alcance, hacer explícitos los diversos escenarios de futuros posibles y
establecer valores y reglas de decisión para alcanzar ese futuro.
El objetivo de esta metodología es definir puntos prioritarios en donde se va a actuar,
determinar los actores, estrategias y medios disponibles, definiendo los escenarios y las
hipótesis acerca del comportamiento de los actores y las variables a intervenir.
Para la metodología de planeación prospectiva, la calidad de los productos descansa
en el proceso, no en los productos, porque los productos son inciertos; razón por la cual
exige un uso riguroso de las técnicas a emplear. Los pasos siguientes tienen que ver con la
identificación de variables que impactan, o, son impactadas, para buscar su relación en la
matriz, empleando los métodos PES, Mactor y/o Abaco.
Otra metodología es la planeación estratégica situacional, o, PES, la cual se caracte-
riza porque trabaja a partir de escenarios estableciendo relaciones entre variables y no
por etapas. La cooperación y el conflicto entre actores e intereses son fundamentales al
momento de entender la P.E.S. El método es fuerte para el nivel central directivo públi-
co, donde se afrontan problemas complejos con un proceso técnico político de calidad.
Metodológicamente maneja cuatro momentos: El explicativo, normativo, o, prescriptivo,
estratégico y táctico operacional.
Existe otro método de planeación de gran utilidad para el manejo de la salud mental,
se conoce como planeación con perspectiva de género; permite abordar la diferencialidad
existente entre mujeres y hombres respecto a las condiciones materiales y existenciales
que explican los riesgos y manifestaciones específicas de la salud mental. Propone cinco

5
Es el espacio físico apropiado por el ser humano en el intercambio de acciones entre ellos y su entorno,
dirigidas a proveer los elementos que requiere para vivir sin correr el riesgo de extinguirse como especie;
algo así como “proteger al ser humano una especie en vía de extinción”.

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Ministerio de la Protección Social

enfoques de política relacionados con el bienestar, la equidad, la lucha contra la pobreza,


el empoderamiento y la participación y concertación ciudadana.
Su metodología de trabajo comprende: Un diagnóstico, una descripción de problemas,
la identificación y caracterización de los encadenamientos relacionados con los proble-
mas, el análisis de bienestar y de acceso, el análisis de participación y de control, la for-
mulación de objetivos generales y específicos, la formulación de políticas y estrategias
de desarrollo, la formulación de programas y proyectos, el seguimiento y la evaluación
basados en criterios para evaluar las políticas, las decisiones y los proyectos de desarrollo
con participación de la comunidad.
Ofrece algunas ventajas, entre las cuales se destacan el carácter reivindicativo de la
población más vulnerable, persiguiendo una mayor equidad en la asignación de recursos.
Con relación al desarrollo, su principal ventaja radica en el carácter holístico. Respecto al
uso de la metodología, la ventaja consiste en posibilitar la interrelación de las entidades
gubernamentales y la transformación de las orientaciones de política pública.
Finalmente, no se pueden omitir los criterios metodológicos establecidos en la Cons-
titución Nacional, la ley 100/93 y sus reglamentaciones, por ejemplo, el decreto 1757 y la
resolución 5165 de 1.994, acerca de la planeación y la participación en salud.

2. Los conceptos de salud y salud mental.


La Resolución No. 02358 de 1998 define la salud mental como la “Capacidad que tie-
nen las personas y los grupos de éstas para interactuar entre si y con el medio en el cual
viven. Agrega que es un modo de promover el bienestar subjetivo, el desarrollo y uso
óptimo de las potencialidades psicológicas de carácter cognitivo, afectivas y relaciona-
les, dirigidas al cumplimiento de metas individuales y colectivas, en concordancia con la
justicia y el bien común”.
Sin embargo, como Colombia es un país de regiones culturales diversas, en los conceptos
que se han aplicado, operan adaptaciones regionales. Esto explica por ejemplo, como en
algunos departamentos en su empeño por planificar las acciones de salud mental, como es
el caso de Antioquia, se ha incorporado un concepto en donde señalan que la salud mental
es mas bien parte de la salud integral que tiene raíces biológicas y sociales y depende de
las condiciones del ambiente natural y del ambiente construido por el hombre6.
En el eje cafetero se manejó en algún momento el concepto de salud mental referido al
funcionamiento óptimo de la vida psíquica, siendo esta la piedra angular de la organiza-
ción de las funciones del organismo biopsicosocial que conocemos como ser humano7.
Para el Distrito Capital de Bogotá, una de las experiencias más dinámicas existentes
en el país en esta materia, la salud mental es de difícil definición por su complejidad: En
primer término por el grado de valoración que implican los procesos, signos y síntomas
de carácter afectivo, cognitivo y comportamental que se tienen en cuenta para designar
a una persona, o, un grupo de personas, como sano, o, enfermo, circunstancias variables

6
Hacia un plan operativo de salud mental para Antioquia.
7
Servicio Seccional de Salud de Risaralda-Hospital Mental de Risaralda, “La salud mental en el departamen-
to de Risaralda, Realidades y proyecciones”, Pereira, 1994.

16
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

dependiendo de los sistemas de imaginarios, representaciones sociales, de los paradigmas


científicos vigentes en cada cultura.

En segundo término, es importante considerar que los procesos psicológicos asociados


con la salud mental, o, la enfermedad mental, pueden ser descritos de formas diferentes,
según los diversos modelos psicológicos y médicos existentes8. Esta circunstancia, agre-
gada a la persistencia de diferentes representaciones sociales de la enfermedad mental,
hace que sea complejo la existencia de un modelo integrativo, o, un criterio de definición
único de salud mental.

Lo claro es que la dimensión mental tiende a expresarse como un estado y una capaci-
dad. Como estado es una condición de completo bienestar físico, mental y social y en este
caso no tendría una diferencia sustancial con el concepto de salud en general.

Como capacidad supone la posibilidad de interactuar para promover el bienestar sub-


jetivo, el desarrollo y uso óptimo de las habilidades mentales9 y el logro de metas indivi-
duales y colectivas congruentes con el momento vital, la cultura y la sociedad de manera
justa y equitativa.

Para la experiencia de la ciudad de Bogotá, D. C., la salud mental es algo que está en
una forma constructiva en las relaciones consigo mismo y con los demás, de una manera
armónica, que permite señalar soluciones para mí y para los demás con un resultado eco-
lógico y pedagógico. Este concepto se retoma de la experiencia Canadiense en donde el
manejo de la salud mental incluye elementos relacionales, e individuales en el marco de la
equidad y la justicia, posibilitando de manera simultánea la construcción de políticas y la
articulación de acciones. Según este modelo conocido como de Determinantes Sociales10,
el sentido de salud mental podría extenderse hasta las capacidades del ser humano para
generar estados de felicidad, de agradabilidad y de compartición de espacios saludables.

Finalmente, la visualización en términos de ciclos vitales, permite que el concepto de


salud mental se pueda hacer operativo y se pueda tornar útil para orientar la interven-
ción en términos de Promoción y Prevención, cuando se integre al concepto una noción
que es universal11, y es que la condición de salud mental es diferencial según los momen-
tos y épocas de la vida de las personas12.

8
Dentro de los modelos explicativos esta. El psiquiátrico, organicista, psicosomático, psicoanalítico, conduc-
tista, cognitivo, socio-genético, comunitario, social, sistémico y alternativo entre otros.
9
Cognitivas, afectivas y relacionales.
10
Para Diana Alvis asesora de la SDS de Bogotá, “El modelo de los determinantes sociales es una concepción
amplia de la salud mental que permite integración a diferentes niveles, viéndola mas allá de la enfer-
medad mental, bajo la óptica de la atención integral, incorporando acciones de promoción, prevención,
diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, articulando los diferentes paquetes de atención individual y
colectiva y a los actores del sistema con toda la propuesta de ciudad que hay alrededor de las normas de
convivencia y ciudadanía se viene impulsando”.
11
Doctor Hernán Santacruz. U. Javeriana, Bogotá.
12
Salud mental es amamantar, salud mental es darle bien de comer a los niños, salud mental es que la mamá
pueda estar el mayor tiempo posible con su niño y que pueda tener la disponibilidad de recursos como
para alimentarlo bien; salud mental es alimentar perfectamente y estimular perfectamente a los niños en
los primeros 5 años de vida.

17
Ministerio de la Protección Social

2.1. Relación mente-cuerpo en el concepto de salud mental.

Los diferentes enfoques y definiciones de la salud mental no hacen explícita la concep-


ción del ser humano como unidad mente-cuerpo; en algunos enfoques la integralidad del
ser humano se divide en áreas de especialización cada vez mas especificas, sin compren-
der a profundidad cual es el verdadero problema.
En la medicina actual existe una tendencia a separar en el manejo de la salud, la mente
del cuerpo, preocupándose más por el estudio del funcionamiento orgánico, y relegando
la importancia del funcionamiento psíquico. La negación de la unidad cuerpo-psique, ha
distorsionado el concepto de salud mental y ha separado la vida socio-psico-afectiva de
cada persona, de la enfermedad que padece.
Esta fragmentación se posibilita cuando la planeación de las acciones de salud mental se
hace al margen de las acciones de salud en general, sin lograr una complementariedad en
su implementación, de ahí la necesidad de reflexionar acerca del concepto de salud y salud
mental y su forma de llevarlo a la práctica. Tal situación agregada a la necesidad de tener
un mínimo de rigor conceptual y metodológico en la concepción del proceso de la planea-
ción, exige que no se hable de plan de salud mental, sino de planeación del componente
de salud mental en los planes territoriales de salud para evitar el paralelismo y propiciar la
coherencia y la acción concertada, entre los diferentes planes previstos en el sistema nacio-
nal de planeación y en particular en el sector de la salud y de la Protección Social.
Esta visión implica entender lo mental como un todo relacionado con el ser conciente
de lo humano, como un rasgo distintivo respecto de la vida animal y de otras formas de
vida, por cuanto el homo sapiens a través de este proceso evolutivo ha logrado alcanzar
niveles de intelectualización, individualización y autoconciencia.
El hombre es un producto de la evolución biológica, hecho que determinó, en parte,
su destino de desarrollo. Es en este sentido, el constructo conceptual del “cerebro trino”
propuesto por Paúl Mac Lean13 brinda elementos conceptuales para entender el papel
de la evolución biológica del sistema nervioso en el desarrollo sociocultural humano y de
éste a su vez en el desarrollo biológico.
Existen tres hitos evolutivos en el proceso de cerebración, que han dejado como re-
sultado tres capas, cada una de las cuales tiene su propia “mentalidad”, independientes
pero interrelacionadas entre sí. Estas tres capas fueron nominadas como el complejo rep-
tílico14, el sistema límbico15 y la corteza cerebral16.

13
Sagan, C. Los Dragones del Edén, Ed. Grijalbo, Bogotá, 1983.
14
El complejo reptílico es la capa más antigua de las tres y el ser humano la comparte con todos los verte-
brados inferiores. Es la sede anatómica de los rituales, el ejercicio del poder, la sexualidad primitiva y la
territorialidad, todos ellas conductas primitivas que están en la base del comportamiento humano, y que
constituyen prácticamente todo el repertorio conductual de los reptiles.
15
En un desarrollo ulterior de la evolución de la vida, aparece el sistema límbico, el cual alcanza su mayor
desarrollo en los mamíferos. Es la sede anatómica de la hilaridad, las emociones, el éxtasis místico, del
efecto de las drogas psicodislépticas y, muy especialmente, del amor.
16
La tercera capa evolutiva o corteza cerebral supone un refinamiento importante de la capacidad de co-
nocer del organismo vivo. Su máximo desarrollo se produce obviamente en el ser humano, pero también
presenta logros significativos en el chimpancé, gorilas y bonobos. Es la sede anatómica de la abstracción,
la anticipación y en general de la comprensión racional, todo lo cual se fundamenta en la capacidad de
simbolización que tipifica al ser humano.

18
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

La posibilidad de desarrollo del sistema límbico, marca un hito evolutivo porque per-
mite el surgimiento de la relación altruista asociada íntimamente con conductas y afectos
como el juego y la ternura, generando formas de relación intra y heteroespecíficas dife-
rentes a la agresión reptílica.

Aparece entonces la posibilidad de crianza y la naturaleza se libera del yugo de la


exclusividad de la transmisión genética, como único mecanismo de transmisión de co-
nocimiento. Este es tal vez, el antecedente biológico mas importante para la posibilidad
de crear cultura, situación que solo se produce hasta la consolidación de la tercera capa
evolutiva, la corteza cerebral.

En este punto de la evolución de la vida, el organismo, representado por el homo sa-


piens, tiene la posibilidad de transformar el ambiente para su propio beneficio, como un
producto de la genética, pero también del aprendizaje.

El predominio de las capas evolutivas inferiores, han generado una forma de relación
social que lleva implícito el dominio de los fuertes sobre los débiles, con implicaciones
en acciones de fuerza e irracionalidad. En la medida en que la evolución del ser humano
avanza hacia el ser social se producen unas nuevas formas de relación mediadas por las
conductas altruistas del sistema límbico y por las acciones racionales de la corteza.

Los avances de la ciencia han permitido igualmente demostrar la existencia de los he-
misferios cerebrales y su funcionamiento diferencial. Cada hemisferio tiene experiencias y
memorias propias que se interconectan entre sí, y reaccionan de diferente manera a unos
mismos incentivos del medio ambiente; además, solo reaccionan a aquellos estímulos que
caen bajo su competencia. Por lo tanto, todo intento por influir en uno de ellos, debe
utilizar su “lenguaje especifico”, para que la señal enviada alcance su objetivo. Ambos
hemisferios pueden conseguir un alto grado de integración y complementariedad preci-
samente por sus distintas especializaciones17.

El hemisferio izquierdo es objetivo, definidor, cerebral, lógico, analítico; es el lenguaje


de la razón, de la ciencia, de la interpretación y la explicación. El hemisferio derecho uti-
liza el lenguaje de la imagen, de la metáfora, del pars pro toto18, el símbolo, el lenguaje
de la totalidad, los sueños, las fantasías, la música. Se le designa como hemisferio cerebral
mudo o no dominante19.

Las especializaciones de los cerebros nos hacen replantear el concepto de mente que
generalmente hace referencia a racionalidad, lógica, intelecto, cordura, etc., consideran-
do inferiores, o, de menor importancia las funciones ubicadas en el hemisferio derecho
del cerebro.

Las investigaciones cerebrales recientes muestran como las diferencias sexuales anató-
micas, neuronales y conductuales entre hombres y mujeres, influyen sobre las actividades
laborales que no pueden ser iguales ya que sus habilidades son diferentes.

17
Watzlawick Paul. (1986) “El Lenguaje del cambio”. Editorial Herder, Barcelona.
18
Es el reconocimiento de una totalidad a partir de un detalle esencial.
19
Idem 8.

19
Ministerio de la Protección Social

Esta diferencia parece tener una causa evolutiva relacionada con aspectos culturales
desde los que se generó una especialización de tareas ancestrales ligada a la condición
natural, en la que el hombre era el cazador y el defensor de la tribu mientras la mujer
preparaba la comida y cuidaba el hogar y los hijos.
Dicha especialización se refleja en un fenómeno denominado asimetría cerebral, hipo-
téticamente mayor en los hombres y sustentada en una cultura que presta mas atención
al entrenamiento del hemisferio izquierdo, relegando al derecho dotado de capacidades
artísticas y emocionales muy importantes, que pueden explicar errores de juicio, conducta
y en general de las condiciones de salud mental de las personas.
Modificar esta situación requiere un proceso educativo en la familia y en la escuela,
incorporando metodologías pedagógicas que posibiliten la plasticidad y la diferenciación
cerebral, para establecer nuevas vías ínter neuronales que eviten automatismos aprendi-
dos culturalmente y eludan el determinismo cultural y genético, logrando aprendizajes
conscientes, no automáticos, no establecidos exclusivamente por los instintos, y así alcan-
zar la libertad de pensar y de actuar de un modo más humano. Es en el cerebro donde se
efectúa el proceso de aprendizaje de lo “bueno y lo malo”, de lo dialéctico de la huma-
nidad, la guerra y la paz, los conflictos ideológicos, el avance de la ciencia y su aplicación
equivocada o perversa, y el placer o el sufrir que ofrece la vida”20.
La estructura física del cerebro tiene grandes implicaciones en las consecuencias ideoló-
gicas y emocionales, que conllevan a la resolución no armada de conflictos, posibilitando
soluciones concretas frente al origen de la dualidad, la contradicción, y el determinismo
cultural y genético.
Como los conocimientos se trasmiten transgeneracionalmente, el desarrollo del ser
humano requiere una visión histórica para conocer las bases neurológicas sobre las que
se sustentan los aprendizajes. En este sentido, el concepto complementario de lo mental
sería lo psicoemocional por cuanto define lo racional, verbal y lo emocional, analógico.
Este último aspecto tan negado en la vida intima del ser, constituye el sentido de la
razón que debe desarrollarse hacia un pensamiento lúcido capaz de manejar la emo-
cionalidad, y mantener un sentimiento calmo, necesario para enfrentar las más temidas
amenazas como: Ira, odio, celos, envidia, rabia, etc., tan presentes en la condición mental
de las personas y la colectividad.
Sobre esta base se podría aprender a comprender la ley de la polaridad, como una ley
fundamental del mundo, lo cual ha fracasado por la incapacidad de la ciencia para acep-
tar el pensamiento analógico.
El principio complementario hace que el equilibrio de los dos polos se mantenga inde-
pendientemente de lo que hagan o dejen de hacer los humanos, y determina que todas
las modificaciones se sumen a la inmutabilidad21.
En este sentido, las emociones son el aspecto sensorial del ser humano que hace parte
de esa polaridad negada de la humanidad y que corresponde a su desconocimiento, o,

20
Delgado, J.M.R. (1994). “Mi cerebro y yo”. Colección Fin de Siglo. Serie Mayor. Madrid.
21
Dethlefsen, T. y Dahlke, R. ”La enfermedad como camino”. Ed. Plaza y Janés 1997 cuarta edición. Barcelo-
na.

20
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

minimización frente a la arrogancia de la intelectualización excesiva. Las relaciones hu-


manas se ordenan desde la emoción y no desde la razón, aunque sea la razón la que le da
forma a la respuesta que el emocionar decide. Las emociones anteceden al lenguaje y se
han ido condicionando a las lógicas y creencias de las personas.
No hay posibilidad de que uno entienda el razonar del otro en una conversación si no
se encuentran ambos en el mismo emocionar. De ahí se desprende la subordinación de las
emociones a las creencias. Las creencias a su vez van a llevar a actuar a la persona de una
forma determinada según sea interpretada y según los recursos que tenga a mano22.
Otras explicaciones de la mente vistas desde el hemisferio derecho, la refieren los mi-
tos con el término psique, la cual está regida por la unidad psique-cuerpo, de acuerdo
a los principios que reconocen, y por lo tanto la salud psíquica es una condición indis-
pensable para la salud del cuerpo y viceversa. Los mitos retoman el tema de la curación
de los problemas psíquicos, reconociendo que a cada causa psíquica le corresponde un
problema orgánico.
Todas estas consideraciones de la mente llevan a concluir que el conocimiento o desco-
nocimiento de todos los aspectos de la salud mental, van a incidir en la aplicación práctica
de los planes municipales y departamentales, por lo tanto, es pertinente hacer una re-
flexión previa a la planeación para que los diseñadores del plan comprendan la verdadera
dimensión y sentido del aspecto psíquico y mental del ser humano.

2.2. Enfoques teóricos de la salud mental:

Para facilitar su comprensión, los diferentes conceptos y teorías revisados en torno a


la salud mental se pueden agrupar, entre muchos otros, en cuatro enfoques básicos a
saber:
Anatomoclínico, en donde la salud mental se caracteriza por ser de manejo individual,
farmacológico, vista como un fenómeno básicamente biológico, concebida a partir de la
enfermedad, escindiendo la salud del cuerpo de la salud de la mente y actuando sobre la
persona enferma a través de servicios asistencialistas de salud.
Estratégico basado en la salud pública y la participación social, se fundamenta en tres
grandes ejes a saber: El biológico, el psicoevolutivo y el ambiental. Trabaja con los saberes
y conocimientos sociales y las acciones dirigidas a lograr el bienestar de los individuos y
la colectividad, a través de las prácticas relacionadas con el saneamiento ambiental, la
conservación de los bosques, acciones de inmunización, provisión de servicios públicos
básicos, existencia de marcos políticos, jurídicos y técnicos.
Ecológico, en general tiene que ver con la relación hombre y medio ambiente; en-
tiende la salud mental fuertemente asociada con la violencia y el contexto en el que
se presenta, intenta comprender su naturaleza polifacética analizando los factores que
influyen en el comportamiento, o, que potencializan el riesgo de cometer acciones vio-
lentas, clasificándolos en cuatro niveles: El nivel de los factores biológicos y de la historia
personal que influyen en el comportamiento individual, e, incrementan las probabilida-
des de ser victima o victimario. El segundo nivel tiene que ver con las relaciones intrafa-

22
Humberto Maturana:”El sentido de lo Humano”. Ed. Dolmen. 1996.

21
Ministerio de la Protección Social

miliares, de amistad, de afecto y de compañía en el estudio, trabajo u otra actividad de la


vida; analiza como se afectan esas relaciones de manera que generen riesgo para el uso
de la violencia. El tercer nivel asocia factores de carácter general relativos a la estructura
de la sociedad que contribuyen a explorar los contextos comunitarios en los que se desa-
rrollan las relaciones sociales, como en las instituciones educativas, los sitios de trabajo,
el vecindario, caracterizando estos ámbitos de manera que se puedan identificar como
factores de riesgo o de protección. El último nivel aborda los factores de carácter general,
relativos a la estructura de la sociedad que coadyuvan a crear un ambiente en el que se
alimenta o inhibe la violencia, como por ejemplo, el fácil acceso a las armas, y las normas
sociales y culturales permisivas y demasiado laxas. Otros factores de los que da cuenta
este nivel tienen que ver con las políticas sanitarias, educativas y sociales que contribuyen
a mantener las inequidades económicas, políticas, jurídicas, sociales y culturales entre los
diferentes grupos de la sociedad.
Alternativos, tienen que ver con otras prácticas y saberes relacionados con la condi-
ción de salud mental en un país multiétnico y pluricultural en donde conviven pueblos
indígenas, población colombiana con ascendencia africana y el pueblo ROM; en los cuales
existen sus propias formas de ver y manejar el proceso salud enfermedad. Tal es el caso de
la etnomedicina, la cual entiende la enfermedad como un proceso que vive la persona y la
comunidad causada por la fuerzas inanimadas, como los malos espíritus, o, deidades eno-
jadas por la omisión de normas sociales; la enfermedad se atribuye a agentes exógenos
al paciente, o, en algunos casos se ve como la compensación a actos cometidos al margen
de las reglas de convivencia.

2.3. Atención Primaria en Salud Mental

“Hasta el momento, el mayor esfuerzo de los servicios de salud de los países en desa-
rrollo se ha dirigido hacia el campo de las enfermedades infecciosas y de los problemas
materno infantiles”23. Aunque se han obtenido buenos resultados es necesario extender-
los a otros sectores también desprotegidos; así mismo, es necesario que los sistemas de
salud se modernicen en el campo administrativo reorganizando los recursos dentro de los
modelos más recientes de prestación de servicios de salud.
Uno de ellos es la atención primaria en salud definida en la conferencia de Alma Atta
(OPS, 1.980) como el marco ideológico de un nuevo modelo para el cuidado de la salud;
haciendo parte del sistema de salud, constituyendo su función central y el núcleo princi-
pal, del desarrollo social y económico global de la comunidad.
Representa el primer contacto de los individuos, familia y comunidad con los servicios
de atención integral, acercando la atención en salud al lugar donde viven y/o trabajan
las personas, constituyendo el primer elemento de un proceso permanente de asistencia
sanitaria, descentralizada, humanizada y abierta a las comunidades para fomentar la au-
tosuficiencia y autodeterminación de éstas.
En 1975 la Organización Panamericana de la Salud, luego de sistematizar las experien-
cias de los países del área recomendó como líneas de acción: La formulación de políticas

23
Arango, M. V. “Salud Mental en la y atención primaria de salud”; Tomado de: Temas de salud mental en la
comunidad, OPS, Washington 1992.

22
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

nacionales de salud mental, la creación de unidades de salud mental, el incremento de


recursos, la descentralización de los servicios, la reorganización de las actividades de los
especialistas para ocupar parte del tiempo en la supervisión del personal de salud no es-
pecializado.
Hacia 1980 existía consenso con respecto a que era posible facilitar el acceso a los servi-
cios psiquiátricos a poblaciones de escasos recursos, utilizando los trabajadores primarios
de salud debidamente entrenados y supervisados. Estas acciones resultan viables si se
redefinen ciertas patologías mentales como prioridades dependiendo de su frecuencia,
considerando la preocupación de la población y del personal de salud del territorio, a fin
de lograr un tratamiento integral efectivo. Además, si la formación de los trabajadores de
la salud mental está dirigida a lograr cambios de actitudes mejorando los conocimientos
acerca de los trastornos mentales y facilitando la identificación de aspectos psicológicos
en las quejas somáticas de los pacientes en la consulta médica.
Las comunidades en general y los trabajadores de la salud mental “TSM” en particular,
deben mejorar su actitud frente a la salud mental como consecuencia de la ampliación
del concepto de salud mental a un terreno más comprensivo. Debe desarrollarse una
habilidad en los TSM para diagnosticar y tratar personas con trastorno mental a nivel
primario en las comunidades. Hay que buscar la empatía entre los servicios prestados y
los requerimientos y expectativas de la comunidad. Es importante contar con una meto-
dología para el entrenamiento, los tratamientos y el seguimiento de casos, elaborando
manuales de procedimientos adecuados a las condiciones de la comunidad.
Las acciones de atención primaria en salud requieren de un equipo que no es diferente
al que actualmente existe en el nivel primario de atención, está integrado por un médico
general un profesional de enfermería, auxiliares de enfermería y algún otro personal pa-
ramédico que cambia dependiendo del tamaño y características del organismo de salud.
En algunos casos se cuenta con un psicólogo y/o un trabajador social.
En las acciones de salud mental, el médico general tiene como responsabilidad la eva-
luación médica inicial a partir de la información del paciente respecto a la sintomatología
mental, antecedentes personales y familiares, datos sobre el contexto en el que vive la
persona afectada. Con esta información produce un diagnóstico básico y las recomen-
daciones de manejo terapéutico para el paciente y familiares. Orienta al enfermero y al
auxiliar respecto al seguimiento de pacientes que no evolucionan adecuadamente. Eva-
lúa así mismo los casos y dependiendo de su complejidad los remite al especialista.
Según las actividades descritas, el medico general requiere en su etapa de formación
de conocimientos en psiquiatría, claros y bien fundamentados, aunque no sean de un
nivel profundo.
Existen algunas consideraciones respecto de la formación del médico general trabaja-
dor en salud mental: Es conveniente que la capacitación en esta área se haga en institu-
ciones mentales que contengan servicios de hospital general. Se establece una dicotomía
en la enseñanza entre lo psicológico y lo somático, que no le permite al médico identificar
las emociones que acompañan a las manifestaciones somáticas como tampoco las quejas
respecto de los síntomas psicológicos que acompañan a los pacientes en la consulta me-
dica general.
El conocimiento en salud mental al adoptar un enfoque psicológico, somático y social
enriquece el saber y el manejo interdisciplinario de la salud mental. El énfasis en la for-

23
Ministerio de la Protección Social

mación no puede recaer exclusivamente en la enfermedad aguda y el tratamiento cura-


tivo, se debe extender a las enfermedades crónicas de etiología desconocida, incluyendo
terapias de mantenimiento y la indagación al paciente acerca del cumplimiento en el
tratamiento.
El enfermero licenciado es un recurso supremamente útil en el manejo del paciente
mental en el nivel primario, por cuanto, combina el cuidado directo con la ejecución
de procedimientos ordenados por el médico, actividades administrativas, supervisión del
personal técnico y desempeño de acciones de coordinación. Al igual que el médico ge-
neral, tiene dificultades para la integración de los aspectos somáticos y psicológicos de la
enfermedad, derivados éstos de la falta de una mayor ampliación de los conocimientos
en salud mental durante su formación. Su rol se distingue del rol del médico, en la medi-
da en que permanece más tiempo en contacto con el paciente, logrando su confianza y
colaboración en la ejecución de los procedimientos recomendados por el médico.

Las funciones del enfermero en salud mental exigen el dominio de aspectos clínicos en
salud de la salud mental, incluyendo las acciones y efectos colaterales de los psicofárma-
cos y el manejo de las urgencias psiquiátricas.

Finalmente, otro recurso importante son los auxiliares de enfermería o personal técni-
co. En la mayoría de los casos son personas de la misma comunidad que están familiariza-
dos con las creencias, costumbres y hábitos, al punto que pueden percibir e interpretar las
preocupaciones de las personas de la comunidad. Por su lenguaje, constituyen un puente
valioso en la comunicación con las personas y en la transmisión de mensajes sobre salud.
Se convierten en el recurso de primera mano en situaciones apremiantes y por tanto go-
zan de la confianza de las personas.

El auxiliar de enfermería además de las funciones básicas que desempeña en salud


mental como parte del equipo de atención primaria, juega un papel muy importante
debido a la alta motivación y aceptación que posee, condiciones que le facilitan acopiar
información aplicando instrumentos de recolección sencillos para detectar y describir los
síntomas y la historia del padecimiento en el ambiente familiar y comunitario. Su infor-
mación es básica para que el enfermero la analice, prepare una cita y junto a la acción del
médico general se pueda diagnosticar y tratar adecuadamente la enfermedad mental.

En el trabajo primario en salud mental es importante considerar unos elementos que


constituyen factores que afectan el trabajo en equipo, ellos son: La relación trabajo en
equipo y los roles individuales, lo cual genera trabajos independientes y relaciones tensio-
nantes que dificultan el trabajo efectivo. La integración de un equipo de salud mental a
nivel primario exige que el trabajo sea una responsabilidad compartida por todo el equi-
po, haciendo que todas las acciones resulten ser importantes para beneficio del paciente
y su entorno social.

Igualmente, la capacitación que se brinde al recurso humano en salud mental en el


nivel primario, debe ofrecer conocimientos e instrumentos para que en su práctica pueda
integrar los elementos psicológicos y las alteraciones somáticas y comprender mejor las
experiencias en el manejo de la salud y la enfermedad mental. Los programas de capaci-
tación y actualización a los TSM en el nivel primario se estructuran de una mejor manera
cuando se construye colectivamente el manual de manejo de la salud mental en el nivel
primario (Climent y Arango, 1984).

24
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

La experiencia del Hospital Psiquiátrico San Isidro, permitió obtener instrumentos es-
tandarizados para el registro e identificación de casos, tales como el “Cuestionario de
síntomas” para las personas adultas y el “Cuestionario de niños”24; el instrumento para
adultos permite explorar síntomas psicóticos y no psicóticos. El segundo cuestionario ex-
plora la presencia de trastornos mentales en niños usuarios de los servicios primarios de
atención en salud, se aplica en menores entre cinco y quince años. Otro instrumento es
una tarjeta de registro en donde se anotan sistemáticamente los trastornos identificados
en la consulta médica.
Es recomendable que el TSM en el nivel primario sea supervisado y acompañado técni-
camente por un grupo consultor integrado por especialistas de diferentes áreas del saber
asociadas al estudio del comportamiento humano, es importante la presencia del psi-
quiatra, del enfermero especialista en salud mental, del psicólogo y del trabajador social
especializado en salud mental, entre otros.

3. Marco político y jurídico.

3.1. Marco político

El Estado Colombiano en la actualidad cuenta con La Política Nacional de Salud Mental,


acogida mediante resolución No. 02358/98, en ella se integran los factores condicionantes
de carácter biológico, ambiental, comportamental, social, político, económico, cultural y el
nivel de salud, medido por la estructura de la morbilidad, mortalidad y discapacidad espe-
cíficas por grupo etáreo y género ajustados a criterios de priorización como la magnitud,
vulnerabilidad y trascendencia de los diferentes fenómenos que determinan el estado de
salud de la población. Sin embargo, por las limitaciones de diferente índole que han afec-
tado su real implementación, Esta política se encuentra en fase de reformulación.
Del análisis de las experiencias en salud mental en países Latinoamericanos, se puede
concluir que hay coincidencia en que una política de salud mental debe ser equitativa,
universal, accesible a toda la población, solidaria, integral, participativa y democrática.
La política pública como su plan operativo, deben guardar una correspondencia con las
leyes marco y los planes de otros sectores de la administración pública, en general con las
políticas y planes de desarrollo en sus diferentes niveles de organización y acción guber-
namental.
Las experiencias internacionales nos muestran como, en últimas, son las condiciones
históricas y culturales particulares de cada país las que determinan las líneas de acción
a seguir en los planes de desarrollo, programas y proyectos específicos, para lo cual hay
que conocer a profundidad las características diversas de la población y sus condiciones
de salud.
En general, puede afirmarse que la información existente dentro y fuera del país ofre-
ce elementos suficientes relacionados con los componentes, políticas y elementos básicos
a tener en cuenta en un diagnóstico de salud en general y de salud mental en particular
y en la formulación de alternativas. Es consensual que en todos los países se organicen las

24
Los instrumentos en mención se pueden consultar en la bibliografía citada anteriormente, paginas 202-
204.

25
Ministerio de la Protección Social

acciones de salud mental a manera de programas; así mismo, coinciden en que la política
pública en salud mental sea una política estratégica de estado, en consideración a su im-
portancia en la productividad y desarrollo del país.
En Honduras por ejemplo, el modelo combinó la prestación de los servicios de atención
en salud mental con el trabajo comunitario; de las experiencias de Ciudad Sandino en
Nicaragua y de Carundú en Panamá, se concluye que es posible a través del hospital día
y el centro de salud mental, cubrir las necesidades de la comunidad con una especie de
modelo de atención primaria.
En ambos modelos, se vincula a los pacientes a la red de apoyo familiar y social al que
pertenecen, de tal manera que les sea posible vivir en la comunidad, obviamente dismi-
nuyendo la demanda de servicios hospitalarios.
Así mismo, les importante tener presente que los programas de salud mental que han
fracasado fracasaron, se han caracterizado por la falta de recursos, de una organización
estructural - funcional como soporte y de la voluntad política del gobernante que haga co-
herentes las políticas de gobierno con las necesidades de las poblaciones en salud mental.
Igualmente, las experiencias exitosas se caracterizaron porque:
Tenían la presencia de al menos un funcionario de salud mental; existía un apoyo ex-
plicito de las autoridades nacionales y provinciales; existía un área geográfica y un grupo
poblacional reconocido como foco de los problemas psicosociales; se contaba con asigna-
ción específica de recursos humanos y materiales adecuados; se había logrado organizar
un equipo multidisciplinario de trabajo; el programa subsistió en donde la comunidad
asistida estaba bien delimitada; había un sentimiento de identidad y habían reconocido
sus problemas y áreas de reivindicación; en todos los casos se hizo un estudio preliminar
de la comunidad, pero ninguno se sistematizó ni publicó y por tanto, quedó sin usar para
efectos del proceso de planeación y de toma de decisiones de los gobernantes respecti-
vos; el programa así diseñado, exigió recursos oficiales pertenecientes a otros sectores
del gobierno, circunstancia que hizo difícil la identificación de las fuentes potenciales de
cooperación, con muy pocas excepciones; el modelo incluyó la cooperación de otros mo-
delos alternativos de manejo de la salud mental.
La monitoria del programa se hizo de manera implícita como una actividad rutinaria,
pero no se hizo una evaluación formal de la situación lo cual no permitió analizar costo /
beneficio, en algunos casos, la monitoria y el seguimiento solo consistió en reuniones de
expertos para revisar las metas, las relaciones entre los proyectos del programa de salud
mental comunitaria, el hospital psiquiátrico y los servicios generales de salud variaron
ampliamente desde la colaboración estrecha, hasta la oposición franca; en la mayoría de
los casos se le dió relevancia a la solución de los problemas sociales más evidentemente
confrontados, contando con la opinión de la comunidad.
En todas las experiencias se propiciaron actividades de prevención y fomento, traba-
jando en las escuelas, clubes de madres y grupos comunitarios, como los grupos de ayuda
mutua, alcohólicos anónimos; fue un factor de apoyo el carácter práctico de la capaci-
tación y que se hubiese hecho en los lugares de prestación de servicios permitiendo la
actualización de todo el personal de salud.
Sin embargo, es casi una constante a excepción de un solo país, en donde los progra-
mas de salud mental fueron consecuencia de una política nacional y en donde su éxito y

26
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

sostenibilidad no hubiese dependido de personas y del apoyo fortuito de algún gober-


nante sensible al tema, pero sin una visión estratégica.
Para el caso Colombiano, como ya se mencionó, existe una política formulada que no
ha logrado su real implementación, son escasas las experiencias sistematizadas, se desta-
can los procesos que se vienen desarrollando en el departamento de Antioquia a partir
de la formulación del plan departamental; igualmente en el Distrito Capital de Bogotá,
las cuales expresan de alguna manera lo previsto en la política nacional, pero adoptando
la forma local.
En la actualidad el Ministerio de la Protección Social está proponiendo una política
pública nacional a partir del diagnóstico obtenido en el estudio de salud mental que se
viene desarrollando y cuyos resultados están próximos a ser publicados; inscrita en el mar-
co de los lineamientos de política trazados por la Organización Mundial de la Salud en su
“Informe sobre la salud en el mundo 2.001; Salud Mental: Nuevos conocimientos, nuevas
esperanzas”, en donde se recogen las experiencias a nivel mundial y se sintetizan en diez
recomendaciones de acción para los países signatarios a saber:

• Dispensar tratamiento en la Atención Primaria

• Asegurar la disponibilidad de psicofármacos.

• Prestar asistencia en la comunidad

• Educar al público

• Involucrar a las comunidades, las familias y los consumidores

• Establecer políticas, programas y legislación a escala nacional

• Desarrollar recursos humanos

• Establecer vínculos con otros sectores

• Vigilar la salud mental de las comunidades

• Apoyar nuevas investigaciones

3.2. Marco jurídico

Está constituido por un conjunto de normas del orden nacional, relacionadas con algu-
nos aspectos de la salud mental, lo integran básicamente, diecisiete leyes, once decretos,
dieciocho resoluciones, un acuerdo y una circular.
Las leyes tocan los siguientes temas: Penalización del consumo de SPA; procedimientos
penales a seguir cuando una persona incurre en un delito asociado a la condición de la
salud mental; organización administrativa de las instituciones de salud, competencias y
recursos para el desarrollo de las acciones prioritarias en salud mental; tratamiento inte-
gral a la violencia intrafamiliar y el maltrato al menor; IVA social para financiar acciones
dirigidas a personas con trastorno mental y grupos de riesgo; integración social de las per-
sonas con limitaciones; anticipación social al riesgo y promoción de la salud; restricciones

27
Ministerio de la Protección Social

a menores respecto del acceso a alcohol y otras SPA; la salud mental en el Sistema General
de Seguridad Social en Salud; regulaciones para la prestación de servicios de salud mental
en los organismos de salud especializados y medicamentos de control especial.
Los decretos están relacionados con: La organización estructural de las instituciones de
salud y de prestación de servicios, sobre la atención en salud a pacientes inimputables;
participación en salud, restricciones al consumo de SPA, readaptación laboral de las per-
sonas inválidas; código del menor; control a la publicidad de alcohol y cigarrillo; contra-
venciones de policía.
Las resoluciones abordan situaciones relativas a los recursos económicos para salud
mental en situaciones de emergencias y desastres y accidentes; certificación de los centros
de atención en salud mental para personas consumidoras de SPA y demanda inducida y
detección temprana de problemas de salud mental; normas para el manejo de medica-
mentos y precursores; atención integral a victimas del terrorismo; actividades y procedi-
mientos para promoción y prevención; derechos de las personas con problemas de salud
mental; política nacional de salud mental; manuales normativos para el ejercicio de la
enfermería, psicología y trabajo social en el manejo de la salud mental; normas para el
manejo nutricional en los hospitales psiquiátricos.
El Acuerdo del Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud, se refiere a los recursos
provenientes del impuesto social a las municiones y explosivos, para la promoción de la
convivencia y la prevención y atención de la violencia. Finalmente la circular hace referen-
cia a los lineamientos para el PAB durante el cuatrenio en lo relacionado con las acciones
prioritarias en salud mental.
El marco jurídico no incluye normatividad internacional relacionada con el tema de la
planeación en salud mental, por cuanto en las experiencias revisadas de algunos países
latinoamericanos, tan solo un país registra la existencia del programa de salud mental
asociado a una política pública; en general las experiencias no mencionan un marco nor-
mativo desarrollado respecto al programa de salud mental referido. De todas maneras,
aun con sus limitaciones, la recopilación de normas que a continuación se presenta cons-
tituye un punto de partida para que los actores socio-institucionales de salud mental en
las entidades territoriales, dispongan de herramientas para justificar la atención integral
en salud mental y argumentar la asignación de recursos.
En general el instrumento jurídico mas importante que regula la intervención en la sa-
lud mental es la Constitución Política de Colombia en sus diferentes artículos relacionados
con la salud de la población, particularmente el artículo 13, donde se señala que el Estado
protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición mental, o, física se
encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta.
De igual forma, en el artículo 47 se dispone que el Estado adelantará políticas de previ-
sión, rehabilitación e integración social para los disminuidos psíquicos, a quienes brindará
la atención especializada que requieran. En el inciso final del artículo 68 se establece la
necesidad de erradicar el analfabetismo garantizando el acceso a la educación adecuada
de las personas con limitaciones mentales. Existen además otras normas reglamentarias
de la Constitución Nacional que regulan aspectos específicos relacionados con el tema.
A continuación se presenta el cuadro resumen a manera de mapa normativo en donde
se relacionan cronológicamente y de manera jerárquica las principales normas jurídicas
vinculadas al manejo de la salud mental, útiles para sustentar las acciones de salud en las
entidades territoriales.

28
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

MAPA NORMATIVO DEL ORDENAMIENTO JURIDICO NACIONAL EN RELACION


CON LAS DISPOSICIONES QUE REGULAN LA SALUD MENTAL POR NIVEL DE JERARQUIA
Norma Propósito
LEYES
1. Ley 906/04 Por medio de la cual se expide el código de procedimiento penal.
2. Ley 790/02 Por medio de la cual se ordena la fusión del Ministerio de Salud y el Mi-
nisterio de Trabajo y Seguridad Social y se crea el Ministerio de la Protec-
ción Social.
3. Ley 789/02 Por medio de la cual se define el Sistema de Protección Social.
4. Ley 745/02 Por medio de la cual se establecen las sanciones sobre el consumo de
SPA, aún para dosis personales, cuando se hace en sitios públicos en pre-
sencia de menores.
5. Ley 715/01 Por la cual se dictan normas orgánicas en materia de recursos y compe-
tencias de conformidad con los artículos 151, 288, 356 y 357 (Acto legis-
lativo 01 de 2.001) de la Constitución política y se dictan otras disposicio-
nes para organizar la prestación de los servicios de educación y salud,
entre otros.
6. Ley 575/00 Por medio de la cual se reforma la ley 294/96.
7. Ley 383 de 1997 En donde se establece la destinación del IVA social, según grupos de
riesgo, entre los cuales se encuentran las personas con trastorno mental-
inimputables y discapacitados menores de edad.
8. Ley 361 de 1997 Por medio de la cual se eestablece el mecanismo de integración social
de las personas con limitación, reconociendo su dignidad sus derechos
fundamentales de carácter económico, social, cultural para su comple-
ta realización personal y su total integración social y garantizar a las
personas con limitaciones severas y profundas la asistencia y protección
necesarias.
9. Ley 294/96 Por medio de la cual se desarrolla el artículo 42 de la CP, en lo relativo
al tratamiento integral de las diferentes modalidades de violencia en la
familia.
10. Ley 115/94 Por medio de la cual se definen, entre otros, los fines de educación res-
pecto a la formación para la promoción y la prevención de la salud, e,
higiene y la prevención integral de problemas socialmente relevantes.
11. Ley 152 de 1994 Ley orgánica (*) de planeación, por la cual se establece la ley orgánica
del plan de desarrollo, define los procedimientos y mecanismos para la
elaboración, aprobación, ejecución, seguimiento, evaluación y control
de los planes, así como, la regulación de los demás aspectos previstos en
el artículo 342 de la CN.
12. Ley 124 de1994 Por la cual se reglamenta la venta de licor a los menores de edad.
13. Ley 100 de 1993 Hace referencia a las coberturas, los planes de beneficios, las urgencias,
la libertad de escogencia de los prestadores y administradores de los ser-
vicios de salud, y la provisión de recursos económicos provenientes del
Fosyga y de otras fuentes del Estado.

29
Ministerio de la Protección Social

Norma Propósito
14. Ley 65 de 1993 Por la cual se señala que los establecimientos de rehabilitación y pabe-
llones psiquiátricos tiene el carácter de centros asistenciales y pueden
especializarse en tratamientos psiquiátricos y de drogadicción, forman-
do parte el subsector oficial y estarán destinados a alojar y rehabilitar
personas que tengan la calidad de inimputables por trastorno mental, o,
inmadurez psicológica, según dictamen pericial.
15. Ley 10 de 1990 Por la cual se reorganiza el sistema nacional de salud, prevé el estableci-
miento de la junta nacional de tarifas, para la venta e los servicios en los
hospitales públicos. Obliga a los gobernadores y a los jefes seccionales
de salud a responder por la política regional de salud y les entrega la
administración de los hospitales regionales y universitarios. Declara la
salud como un servicio público y define los servicios de urgencia que
deben ser prestados obligatoriamente a la población. Establece los ser-
vicios básicos gratuitos y moderniza la gestión hospitalaria. Crea la par-
ticipación comunitaria y los fondos especiales de medicamentos.
16. Ley 30 de 1986 Conocida como la ley antidroga. Plasma principios generales y adopta
definiciones relacionadas con las sustancias, sus usos, dosis, etc. Así mis-
mo, señala los programas de educación en la materia, la formación de
comités cívicos para luchar contra el flagelo de la drogadicción. Limita el
trabajo de menores en sitios donde se expenden licores y obliga a incluir
en las cajetillas de cigarrillos la nocividad del tabaco.
17. Ley 9ª de 1979 Se relaciona con la temática en sus artículos cuatrocientos sesenta, qui-
nientos noventa y cuatro, y quinientos noventa y nueve, en lo relacio-
nado a los medicamentos de control especial, el carácter de bien común
que tiene la salud, el derecho a vivir en un ambiente sano, el cuidado
y auto cuidado de la salud, el carácter de orden público de las normas
relativas a la salud de la población, respectivamente.
DECRETOS
1. Decreto 205/03 Por medio del cual se estructura y se definen las funciones del Ministerio
de la Protección Social.
2. Decreto 1320/97 Por medio del cual se crea el comité de evaluación interinstitucional para
la atención de los pacientes inimputables.
3. Decreto 1757/94 Por el cual se organizan y establecen las modalidades y formas de par-
ticipación social en la prestación de los servicios de salud, en particular
lo planteado en el capítulo V “Participación Social”, en donde se habla
de su expresión en los procesos cogestionarios de planeación y veeduría
comunitaria en salud.
4. Decreto 1108/94 Por medio del cual se reglamenta el consumo de SPA.
5. Decreto 2177/89 Por el cual se desarrolla la ley 82 de 1.982, aprobatoria del convenio No.:
159, suscrito con la OIT relativa a la readaptación profesional y el em-
pleo de personas inválidas.
6. Decreto 2737/89 Por el cual se expide el código del menor.
7. Decreto 3788/86 Sobre estupefacientes y control a las campañas para promover el consu-
mo de alcohol y tabaco.

30
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

Norma Propósito
8. Decreto 3430/82 Por medio del cual se reglamentan los artículos 16, 18 y 20 del decreto-ley
1188/74m, sobre la propaganda para promover el consumo de alcohol.
9. Decreto 2358/81 Por el cual se coordina el sistema nacional de rehabilitación.
10. Decreto 1136/70 Por medio del cual se dictan algunas medidas sobre protección social,
sobre rehabilitación de la vagancia, enfermos mentales, toxicómanos y
alcohólicos.
11. Decreto 1355 /70 Por medio del cual se dictan normas sobre policía, disposiciones relativas
a contravenciones nacionales de policía y sus medidas correctivas.
RESOLUCIONES
1. Resolución 474/03 Por la cual se definen los cupos indicativos para la distribución de los re-
cursos de la subcuenta de riesgos catastróficos y accidentes de tránsito.
2. Resolución 196/02 Por medio de la cual se adoptan normas técnicas, científicas y adminis-
trativas para el funcionamiento de los centros de atención, tratamiento
y rehabilitación integral que prestan servicios a personas con problemas
asociados al consumo de SPA.
3. Resolución 412/00 Por la cual se reglamenta el acuerdo 117/98, en lo relativo a la demanda
inducida, protección específica y detección temprana. Permitió la defi-
nición de las normas técnicas y las guías de atención integral (Guía de
atención a la mujer y menor maltratada, y normas técnicas sobre creci-
miento y desarrollo).
4. Resolución 2358/98 Por medio de la cual se acoge la política Nacional de Salud Mental.
5. Resolución 3997/96 Por medio de la cual se establecen las actividades y procedimientos para
el desarrollo de las acciones de promoción y prevención en el SGSSS.
6. Resolución 5261/94 Por la cual se establece el manual de actividades, intervenciones y proce-
dimientos del plan obligatorio e saluden el sistema general de seguridad
social en salud, en lo relativo a:
Artículo 8. Asistencia domiciliaria: es aquella que se brinda en la residen-
cia del paciente con el apoyo de personal médico y/o paramédico y la par-
ticipación de su familia, la que se hará e acuerdo a las guías de atención
integral establecidas para tal fin. Este artículo constituye un argumento
jurídico para incluir acciones de atención primaria en salid mental.
Artículo 37. La estancia en instituciones psiquiatritas y en unidades de
salud mental, de cualquier tipo y nivel, comprende además de los servi-
cios básicos, los de terapia ocupacional, recreativa y de grupo, y la aten-
ción médica especializada.
Artículo 52. Se clasifican como actividades de control y seguimiento en
las guías de atención integral de grupos específicos tales como hiper-
tensos, diabéticos, crecimiento y desarrollo, atención prenatal, higiene
mental e industrial, salud ocupacional, etc. Incluye las actividades reali-
zadas por personal de la salud en las áreas de Enfermería, Trabajo Social,
Salud Mental, Optometría, Nutrición, Terapia y otros.

31
Ministerio de la Protección Social

Norma Propósito
Artículo 54. El paciente psiquiátrico se manejará preferencialmente en
el programa de “Hospital día”. Se incluirá la internación de pacientes
psiquiátricos solo durante la fase aguda de su enfermedad, o, en caso de
que ésta ponga en peligro su vida, o, integridad, o, la de sus familiares
o de la comunidad. Para los servicios de Psiquiatría y Psicología, serán
considerados en el nivel II de atención los siguientes exámenes y proce-
dimientos: Valoración por psiquiatría, valoración por psicología, Psicote-
rapia individual por psiquiatría, o, psicología solo en la fase aguda de la
enfermedad, Psicoterapia de grupo por psiquiatría o psicología.
7. Resolución 5165/94 Por medio de la cual se expiden los criterios, parámetros y procedimien-
tos metodológicos para la elaboración, y seguimiento de los planes sec-
toriales y de descentralización de la salud en los departamentos y distri-
tos.
8. Resolución 03913/94 Por la cual se adoptan unas medidas sanitarias en desarrollo de políticas
de salud mental en lo relativo a la adquisición y distribución de los fár-
macos básicos.
9. Resolución 04108/93 Por medio De la cual se establecen los criterios técnicos para la presta-
ción de los servicios de rehabilitación física y mental de las víctimas de
atentados terroristas y se deroga la resolución No.: 003001/93.
10. Resolución 02417/92 Por medio de la cual se adoptan los derechos de las personas con trastor-
no mental.
11. Resolución 06980/91 Por medio de la cual se expiden normas para el control de la importa-
ción, exportación, fabricación, distribución y venta de medicamentos,
materias primas y precursores de control especial.
12. Resolución 14130/85 Por medio de la cual se adopta el documento denominado “Manual
general de organización, modelo normativo para trabajo social en el
programa de salud mental, según niveles de atención, organización y
funciones.
13. Resolución 14129/85 Por medio de la cual se adopta el manual general de organización “Mo-
delo normativo para la psicología en el programa de salud mental, orga-
nización y funciones.
14. Resolución 9090/82 Por medio de la cual se adopta el manual general de organización “Mo-
delo normativo para la unidad de terapia ocupacional en el hospital psi-
quiátrico y la unidad de salud mental integrada al hospital general”.
15. Resolución 02417/82 Relativa a los criterios técnicos para la prestación de los servicios de re-
habilitación física y mental de las victimas de atentados terroristas.
Resolución 08187/82 Por medio de la cual se adopta el manual general de organización “Mo-
delo normativo para enfermería en el programa de salud mental, según
niveles de organización y atención y funciones.
16. Resolución 08186/82 Por medio de la cual se adopta el manual general de organización “Mo-
delo normativo para enfermería en el programa de salud mental a nivel
local.

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Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

Norma Propósito
17. Resolución Por medio de la cual readopta el documento para la organización del
08185/82 departamento de nutrición y dietética en los hospitales psiquiátricos.
18. Resolución Por medio de la cual se adopta el manual normativo y de organización
09089/82 “Propuesta para un taller protegido, en el área de la salud mental”.
ACUERDOS
1. Acuerdo 265 Por medio del cual se regula el empleo de los recursos provenientes del
del CNSSS impuesto social a las municiones y explosivos.
CIRCULARES
1. Circular Externa Está dirigida al ejecutivo de la administración pública en las entidades
del Ministerio de la territoriales y a los integrantes de los de los consejos territoriales de se-
Protección Social guridad social en salud. En ella se establecen los lineamientos para
No.: 00018/04 la formulación y ejecución de los planes estratégicos y operativos
del PAB 2.004-2.007 y de los recursos asignados para salud pública. De-
fine como una acción prioritaria para el país de conformidad con el nu-
meral 12 del artículo 42 de la Ley 715/01 la reducción del impacto de
la violencia e implementación de las políticas de salud mental y de Re-
ducción del Consumo de Sustancias Psicoactivas.
Como se puede apreciar, existe un conjunto de normas que permiten un relativo cam-
po de acción; es posible que no estén todas y que algunas no estén vigentes debido a la
intensa dinámica de su evolución, de todas formas el hecho de relacionarlas permite al
planificador tener una visión panorámica de los recursos jurídicos disponibles, además,
observar los cambios ocurridos en la normativa relacionada con los diversos aspectos de
la salud mental.
Es un sentir generalizado la necesidad de sistematizar y analizar las normas vigentes,
para poder identificar los vacíos normativos y generar un marco que articule orgánica-
mente el soporte jurídico y controle la proliferación de normas aisladas unas de otras, sin
un objetivo claro respecto a la regulación de las acciones en salud mental de una manera
integral y comprensiva.

33
Ministerio de la Protección Social

34
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

II PARTE: REFLEXIÓN

1. Justificación de la metodología
Es una realidad que la condición de salud mental de los colombianos y de la sociedad
en general, se encuentra en una situación crítica derivada de las difíciles condiciones
económicas y políticas por las que atraviesa el país. Así se puede observar en el perfil
epidemiológico, cuando las principales causas de enfermedad y muerte están asociadas
con acciones violentas estrechamente vinculadas a la condición de la salud mental de los
individuos y la colectividad.
Tampoco se puede ignorar que en las demás causas de enfermedad y muerte los com-
portamientos humanos están fuertemente asociados a las condiciones propicias para evi-
tar el riesgo o generar la enfermedad. Tal es el caso de las enfermedades asociadas al
sistema cerebro, cardio, vascular y en general, aquellas en las cuales, los estilos de vida
generan factores protectores, o, de riesgo.
En otras palabras, significa que la condición de salud mental de la población Colom-
biana constituye un problema sentido de salud pública, por cuanto está asociada a las pri-
meras causas de enfermedad y muerte de los colombianos, lo cual requiere una respuesta
organizada, coherente y planificada que permita anticiparse al riesgo, crear condiciones
de vida saludable y una atención integral a la problemática.
Esta situación como ya se expresó, exige una respuesta planificada y coherente con la
naturaleza multicausal y compleja del problema, porque, no todas las metodologías de
planeación existentes se pueden utilizar indiscriminadamente; en el caso de la condición
de la salud mental de los individuos y la población general, el planificador territorial an-
tes de diseñar un plan, debe responderse algunas preguntas que le permitan identificar
los elementos de los diversos modelos de planeación, que quizás sean los más pertinentes
para las características de la situación tratada, estas preguntas son:
¿Como explica la realidad el método seleccionado para la planificación?, ¿Cómo se
diseña el plan?, ¿Cuál es el papel del planificador?, ¿De qué manera se da la participación
de la población?, ¿Cuál es la noción de desarrollo de la metodología? y en ¿Qué casos se
emplea? De la respuesta a estas preguntas dependen las características y especificidad de
la metodología de planeación aplicada a la salud mental.

35
Ministerio de la Protección Social

2. La salud mental y su planeación


La salud mental de la población es producto de un proceso histórico derivado de la
evolución del homo sapiens y su cerebro como consecuencia de ese diálogo permanente
entre la mano y el cerebro, destinado a la fabricación de utensilios necesarios para que
las personas pudieran transformar los recursos de la naturaleza requeridos en la super-
vivencia de su especie. Se puede decir que la condición de la salud mental es por tanto,
cambiante así como el cerebro y sus funciones se han transformando biológica y cultu-
ralmente; es decir, una construcción bio-psico-socio-cultural, mutable, cambiante en el
tiempo y susceptible de ser transformada, a través de un manejo inteligente por parte de
los actores sociales y de las institucionales que intervienen en ella.

Si la condición de salud mental es transformable, significa que se puede pensar a fu-


turo; esta cualidad implica que para su manejo se debe emplear una metodología pros-
pectiva con enfoque histórico para entender la lógica de su desarrollo en el pasado, en
el presente y poder proyectar su futuro y por consiguiente, comparar en el tiempo, las
tendencias y la magnitud de las enfermedades y problemas psicosociales, a fin de apreciar
los cambios y transformaciones realizadas y por realizar.

Ya que el concepto de salud mental es una idea, una construcción abstracta, el produc-
to de un ejercicio de la imaginación, vista como un sueño asociado al bienestar básico de
la población; en consecuencia, el plan de Salud Mental25 debe expresar la capacidad de
soñar, de contribuir a mejorar la calidad de vida y de coincidir en un esfuerzo colectivo y
desinteresado por el bien de todos.

La salud mental al ser un constructo socio-cultural, permite generar factores protec-


tores y/o cuando el sistema de representaciones no interpreta de manera adecuada la
realidad, genera condiciones de vida que pueden constituirse en factores de riesgo para
la ocurrencia de enfermedades mentales; en tal sentido, las formas de manejar la enfer-
medad y sus efectos, de manera adecuada, parte de la capacidad de las personas para
autorregularse y progresar, rechazando como atentado a la dignidad y a los derechos
humanos, la imposición de decisiones claves para el desarrollo integral y exigiendo a los
individuos y a la sociedad en general un papel activo, de tal manera, que ambos se cons-
tituyan en sujetos y no objetos de la salud y el desarrollo.

El hecho de que la metodología sea participativa, permitirá que los individuos y la


comunidad asuman sus propias problemáticas psicosociales y se responsabilicen de su
manejo, en estrecha coordinación con las instituciones responsables y con el apoyo del
estado. En este manejo, la familia cumple un rol fundamental porque es en este escenario
donde se proveen y fomentan los valores, creencias y demás imaginarios que van a regu-
lar las relaciones entre las personas; además, porque en el manejo de la enfermedad, la
intervención de la familia y el entorno social son imprescindibles.

25
La experiencia del manejo de la salud mental en Chile nos enseña muchas cosas entre ellas la forma de ver
una intervención planificada de la salud mental: ““Un plan en Salud Mental es necesariamente una idea,
una construcción abstracta, el producto de un ejercicio de la imaginación aunque se construya con base
en datos concretos, de información dura y se contraste con la realidad de lo posible, aunque se inspire
en experiencias de personas capaces de sistematizar sus aprendizajes, aunque considere como punto de
partida los valores, las creencias, las actitudes y conductas predominantes en cada grupo involucrado en
sus acciones”.

36
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

Lo social y lo familiar se pueden constituir en factores de riesgo o de protección para


la salud mental, según se manejen, esto exige que sus integrantes sean sujetos de acción
lo que constituye un elemento fundamental para lograr algo muy importante como es,
la reinserción social del enfermo mental, quienes al hacerse sujetos se empoderan del
manejo de la situación, desmedicalizando en lo posible, las intervenciones y ampliando el
manejo a la comunidad.
Tal participación es percibida como auto control y habilidad para traer cambios en las
condiciones sociales y de salud, a través de la movilización colectiva, contrarrestando la
sensación de falta de poder y desesperación. La participación en el proceso de toma de
decisiones es imprescindible, no solo desde el punto de vista ético, sino como garantía de
eficacia.
Hemos visto anteriormente que el cerebro en sus dos hemisferios, ha tenido un desa-
rrollo desigual como producto del patrón de cultura dominante de carácter patriarcal,
que el hemisferio derecho se ha relegado en su desarrollo, privilegiando al hemisferio
de la razón y evitando que el ser humano disfrute del cerebro como una totalidad. Estas
circunstancias de carácter biológico, social y cultural, contribuyen a explicar las relaciones
de inequidad entre hombres y mujeres que se manifiestan en expresiones diferentes de
la salud mental.
Por esta razón, en el modelo propuesto se incorpora el enfoque con perspectiva de gé-
nero para que en actitud de cooperación se definan roles mas equitativos entre hombres
y mujeres. A través de la perspectiva de género se puede visualizar esa inequidad cultural
relativa al dimensionamiento de los hemisferios y posibilitar respuestas diferenciales a
problemáticas diversas por su naturaleza.
El enfoque de género es importante porque las condiciones del hombre y la mujer son
diferentes e inequitativas respecto a la toma de decisiones y el manejo del poder. Desde
esta perspectiva, el enfoque de empoderamiento es pertinente por cuanto cambia el
sistema netamente asistencial por otro en el cual las personas asumen la responsabilidad
de si mismos. En síntesis, para un adecuado manejo de la salud mental en un territorio,
también es importante emplear una metodología con perspectiva de género, como una
herramienta útil para visualizar una realidad sentida a la cual no siempre se le da una
respuesta adecuada.
Desde tiempos inmemorables se sabe que las enfermedades se distribuyen de manera
diferente en la población, en función de ciertos atributos o características inherentes al
ser humano. Una de ellas es la edad, constituyendo una variable epidemiológica de la
mayor importancia, sola o asociada con el género. Todas las enfermedades en sus diferen-
tes manifestaciones (Incidencia, prevalencia, letalidad y mortalidad) muestran variaciones
según la edad y el sexo. Para el estudio de enfermedades conectadas con ciertos períodos
de la vida, el enfoque por cohortes de edad es muy pertinente. Para el caso de la salud
mental, los ciclos de vida marcan diferencias en los orígenes, manifestaciones y manejo.
En consecuencia, es conveniente abordar la salud mental desde el punto de vista del
ciclo vital porque permite identificar la diferencialidad que existe entre niños, adolescen-
tes y jóvenes adultos y adultos mayores hombres y mujeres y poder actuar correspondien-
temente. Por tal circunstancia, es recomendable para el planificador de la salud mental,
que en el diagnóstico y definición de alternativas de solución, se consideren estas etapas
de la vida de los seres humanos.

37
Ministerio de la Protección Social

Lamentablemente, la condición de la salud mental no ha sido lo suficientemente rele-


vante en el pías, aún permanece invisible debido entre muchas razones; a que se asocia
equivocadamente a la condición de locura y pérdida de la razón, argumento con el cual
las personas, la sociedad y el Estado, evitan hablar de ella y por tanto, se evaden las res-
ponsabilidades a ella asociadas. Por tal circunstancia, se exige del Estado y de la sociedad
en general, una respuesta integral y coordinada.
Se requiere con urgencia llegar a acuerdos entre los actores socio-institucionales de
las entidades territoriales, para definir unos criterios que permitan planificar la ejecución
mas eficiente de los recursos destinados en el marco de la Ley para: Promover la salud
mental, conociendo, manteniendo y potencializando los factores protectores; prevenir la
enfermedad; detectarla precozmente; diagnosticarla; atenderla adecuadamente y reha-
bilitar a las personas afectadas, buscando como fin último, su reinserción social.

3. Propósito:
Contribuir con una guía metodológica a la generación de procesos de planeación del
componente de salud mental dentro de los planes de salud en los municipios y depar-
tamentos, orientados a la construcción de unas mejores condiciones de vida material y
mental de los individuos y de la colectividad.

38
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

III PARTE: ACCIÓN

1. Definición de la Guía metodológica:


Luego de recorrer algunos contextos teóricos y metodológicos de los temas relacio-
nados con la salud mental, de mirar el ámbito de la política pública en el tema y los ins-
trumentos jurídicos disponibles; así como, la necesidad urgente de intervenirla adecua-
damente de una manera organizada y sistemática, con el claro propósito de contribuir al
mejoramiento de las condiciones de salud y de salud mental en particular, para la pobla-
ción Colombiana ubicada en los municipios que integran los departamentos y distritos del
país, se trata ahora de precisar lo que se va a hacer.
Para ello, se parte de la aproximación a un concepto de planeación de la salud mental
que oriente el desarrollo de las actividades a realizar por los actores del proceso, luego se
mira la forma de llevar a la práctica ese concepto, a través de la definición de unos objetivos
y unas fases o momentos estructurales, relacionados con el ejercicio de pensar la situación,
reflexionar acerca de sus causas y efectos y actuar para que se puedan transformar los fac-
tores condicionantes y determinantes de la salud mental a través de un plan operativo.
La guía metodológica para la planeación del componente de salud mental en los pla-
nes territoriales de salud, se constituye en una herramienta para generar un proceso a
través del cual, los individuos, las familias, la comunidad, las organizaciones sociales, los
actores institucionales públicos y privados del Sistema General de Seguridad Social Inte-
gral y de la Protección Social, se sensibilizan frente a la situación de la salud mental en su
municipio, o, departamento, la investiguen cuantitativa y cualitativamente, la analicen y
dinamicen sus formas organizativas para participar con capacidad de decisión y de mane-
ra concertada con el sector público y privado
Comenzando por la elaboración del diagnóstico y continuando con la formulación de
alternativas de solución, las cuales deberán dar respuesta a las necesidades sentidas, con
la definición y asignación de los recursos necesarios para potencializar los factores pro-
tectores, prevenir el riesgo de enfermar y brindar la atención y rehabilitación adecuada
a las personas enfermas, de manera que se contribuya al mejoramiento de la salud en
general, la calidad de vida y el nivel de desarrollo de la población residente en la entidad
territorial.

39
Ministerio de la Protección Social

2. Características y cualidades
Se parte de considerar que las transformaciones de la condición de la salud mental no
se logran en el corto plazo, debido a su complejidad; transformar el sistema de valores
y representaciones que regulan los comportamientos humanos, no es tarea fácil que se
pueda hacer en un periodo corto de tiempo, ni producir los cambios en las condiciones
materiales y de existencia, requeridos para tener una adecuada salud mental.
Por eso, se exige pensar en el corto plazo para dar respuesta a las demandas inme-
diatas, como por ejemplo, la prestación de servicios asistenciales y de rehabilitación a las
personas enfermas; pero además, en el mediano y largo plazo actuar sobre los factores
estructurales que potencializan y/o afectan la salud mental de las personas.
De los enfoques sobre salud mental descritos en la parte de teorización, esta guía re-
toma fundamentalmente el enfoque estratégico, basado en el modelo de Salud pública
y con participación social; porque, para este modelo la salud mental trasciende el marco
de la enfermedad, concibiéndola como una condición determinada por los componentes
y condicionantes del bienestar, por consiguiente, es un fenómeno multicausal al cual se
le debe dar un manejo multifactorial, interdisciplinario e integral; dimensiones que se
pueden concretar a través de un proceso de planeación del componente de salud mental
coherente con el plan sectorial de salud y el plan de desarrollo de la entidad territorial.
En los planes de beneficios del Sistema General de Seguridad Social, se incluyen accio-
nes de atención integral en salud mental, en lo pertinente a la promoción de la salud,
prevención de la enfermedad, detección, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación; sin
embargo, lo relativo a los componentes del bienestar asociados a la salud mental de la
población, se deben concertar en los planes sectoriales de las instituciones vinculadas con
la problemática, como educación, trabajo, etc.; mientras que los condicionantes políticos,
económicos, sociales y culturales deben quedar en la agenda de trabajo del gobernante
y en el plan de desarrollo.
Este enfoque de la salud mental, se fundamenta en tres grandes ejes a saber: El bioló-
gico, el psicoevolutivo y el ambiental. Trabaja con los saberes y conocimientos sociales y
las acciones dirigidas a lograr el bienestar de los individuos, la colectividad y el Estado, a
través de las prácticas relacionadas con el saneamiento básico ambiental, la conservación
de los bosques, acciones de inmunización, provisión de servicios públicos básicos, existen-
cia de marcos políticos, jurídicos y técnicos.
La atención no se centra exclusivamente en el individuo, sino que, trasciende a la salud
de las comunidades y las poblaciones como un todo. Sus intervenciones se enfocan princi-
palmente hacia los grupos de mayor riesgo y sus objetivos se orientan a lograr promover
la salud, preservar a las personas de enfermar y cuando se presente la enfermedad tratar-
las y rehabilitarlas social y laboralmente.
Considerando que las personas afectadas mentalmente deben ser atendidas en los
servicios de salud, la metodología incluye elementos del Enfoque Anatomoclínico, en el
cual la salud mental se caracteriza por tener un manejo individual y farmacológico de la
persona que convive con una enfermedad mental.
Como uno de los principales problemas de salud pública es la violencia en todas sus
manifestaciones, la propuesta no puede ignorar el enfoque ecológico, por cuanto en-
tiende la salud mental fuertemente asociada con la violencia, intentando comprender

40
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

su naturaleza polifacética a partir del análisis de los factores que influyen en el compor-
tamiento, o, que potencializan el riesgo de cometer acciones violentas, en un contexto
histórico, social, cultural y ambiental dado.
El enfoque ecológico clasifica estas acciones en cuatro niveles de factores: Los biológi-
cos, intrafamiliares, de amistad, afecto, compañía en el estudio y en el trabajo y los que
inhiben, o potencializan los comportamientos violentos.
Teniendo en cuenta que la salud mental es un proceso dinámico, histórico, construido
social y culturalmente, por tanto cambiante; esta característica exige que en la planea-
ción de sus acciones se requieran elementos de los enfoques prospectivo y estratégico
situacional. El primero permite visualizar sus cambios en el pasado y en el presente y pro-
yectarlos al futuro, haciendo uso de técnicas del enfoque estratégico situacional como la
de los futuros deseables y/o posibles. De estos enfoques se retoma lo relativo a las fases
y momentos, en razón, a que la planeación de la salud mental necesita realizar una serie
de actividades que son consecutivas; pero además, ejecutar otras que se pueden hacer
simultáneamente, de manera que los actores de la planificación en la entidad territorial,
con criterio técnico, pero al mismo tiempo visionario y con la participación activa de la co-
munidad, conviertan a los individuos, familias y población general, en los actores princi-
pales del desarrollo sistémico de programas y proyectos a corto, mediano y largo plazo; y
que con capacidad de decisión, participen en la definición de alternativas de intervención
frente a la salud mental en su territorio.
La mirada prospectiva de la planeación de la salud mental, se caracteriza porque tra-
baja por escenarios, más que por etapas, estableciendo relaciones de cooperación y de
conflicto entre actores e intereses.
La explicación situacional responde a la concepción de problemas bajo una óptica sub-
jetiva, en donde más que etapas lo que hay es momentos bajo un proceso continuo, es-
tructurándose en dos grandes módulos: El de explicación y el de la acción, bajo el supues-
to de que la realidad no se puede determinar en consideración a la incertidumbre que
domina al sistema social, por lo cual se elaboran los escenarios y planes de contingencia.
Para este modelo metodológico el compromiso con los planes se ve representado por
el hecho de que quien diseña los planes es el mismo que los ejecuta, apoyándose en tec-
nologías modernas, circunstancia que le proporciona coherencia al desarrollo de la me-
todología, por cuanto quienes mas conocen de un plan son los que han participado en su
construcción y por tanto los más indicados para ejecutarlo.
Esta guía metodologica facilita que los actores socio-institucionales de la salud men-
tal en la entidad territorial asuman un papel que combine lo técnico con lo político, de
tal forma que como agentes de cambio, tomen partido frente a los intereses de quienes
participan como representantes de la comunidad, para que de manera cooperativa y con
un método equitativo de resolución de conflictos de intereses, se posibiliten cambios en
el comportamiento y el uso de tecnologías actualizadas, dirigidas a obtener resultados, o,
balances en los gobiernos departamentales y municipales, resolviendo problemas situa-
cionales de la salud mental de la población.
Adicionalmente, la propuesta incorpora elementos de la planeación con perspectiva
de género, enfoque epidemiológico y demográfico en lo relativo al ciclo de vida de los
hombres y mujeres, en consideración a que la salud mental es diferencial según estas
condiciones de vida.

41
Ministerio de la Protección Social

De la planeación con perspectiva de género, se recoge el problema de las diferencias


sociales que han predominado, reconociendo que la posición de la mujer se encuentra en
desventaja respecto a la del hombre. El desarrollo desde esta perspectiva de género es
entendido como: La transformación económica y social que gracias a la concientización y
el empoderamiento se puede llegar a cambiar el orden establecido, el cual dictamina una
determinada división sexual del trabajo. En tal sentido, la planeación debe desarrollar
la capacidad de hacer distinciones con base en el género y en el ingreso con miras a una
mayor equidad.
Finalmente, esta propuesta metodológica es participativa por cuanto si se considera
que la salud mental no es solamente ausencia de enfermedad y además una construcción
social, debe entonces, abrir su manejo tradicionalmente en manos de los profesionales
especializados de la salud mental, a los demás actores socio-institucionales que tienen
vínculos con los componentes y condicionantes de la salud mental existentes en la enti-
dad territorial, según su conocimiento, experiencia, competencia y bajo una adecuada
supervisión especializada.
Este enfoque, considera la importancia de convertir a la población en sujeto de su sa-
lud y desarrollo, facilitando la priorización de necesidades, la selección de opciones para
la solución de las necesidades priorizadas y en últimas, la intervención en las decisiones
sobre hechos que afectan sus propias vidas. Las razones de carácter político consideran
que la participación no debería limitarse a ser un mecanismo para incentivar el desarrollo,
sino que debería constituirse en un fin en si misma.
La participación no solo tiene que ver con la toma de decisiones al interior del proceso
de planeación, sino, que se entiende como un sistema de comunicación que contiene por
lo menos dos vías complementarias: La vertical, por la cual fluye la información, las de-
mandas sociales y las decisiones, integrando a los grupos de base con sus representantes
en el sistema de planificación; y la horizontal por la cual fluyen los intereses, condiciones,
argumentos y decisiones.
En consecuencia, se debe transitar un camino basado en la generación de un proceso
de planeación colectiva, con la participación de todos los actores que intervienen en la
salud mental en particular, en la salud en general y en el desarrollo; sustentado en unos
principios democráticos, que busquen una relación mas equitativa entre los intereses con-
juntos de hombres y mujeres, incluyendo el enfoque de ciclo vital.
Entre las cualidades de la guía metodologica para la planeación del componente de
salud mental en el plan territorial de salud se destacan las siguientes:
Siendo por su naturaleza el proceso de planeación estandarizante y para contrarrestar
el riesgo de invisibilizar las particularidades locales, la guía es Flexible pues, permite
responder a las necesidades sentidas, basándose en sus propias circunstancias, y conside-
rando, en su debida medida, los planes indicativos a nivel departamental y nacional. Así
mismo, la guía permite que las diferentes entidades territoriales construyan su propio
mapa conceptual de la salud mental y en consideración a sus propios procesos, lo comple-
menten y amplíen en su radio de acción.
Como los departamentos y los municipios tienen sus particularidades, los planes deben
ser así mismo específicos, por lo cual, las prioridades serán diferentes dependiendo de
las condiciones de vida, los recursos, las potencialidades existentes y las necesidades. No

42
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

puede prescribirse para las entidades territoriales, acciones y programas específicos para
ser aplicados como una matriz, o, paradigma que éstos deben adoptar y desarrollar. Cada
una de las entidades territoriales determinará las líneas de acción, o, desarrollos progra-
máticos propios, a la luz de las políticas nacionales y sus adaptaciones territoriales, las
prioridades reconocidas y los recursos disponibles.
Igualmente la guía propone una visión holística en la que el todo está en las partes y
las partes en el todo. Tiene que ver con las interacciones, enfatizando la importancia de
la información tanto en el diseño del futuro como en el rediseño constante de la realidad,
insistiendo en la conveniencia de una visión sistémica lo más comprensiva posible.
Es creativa porque propone producir algo nuevo y valioso, y encontrar nuevas y me-
jores formas de hacer las cosas.
Se busca la participación y la cohesión para compartir un objetivo que permita
alcanzar un consenso, o, compromiso entre los actores socio-institucionales. Con la parti-
cipación se promueve el intercambio de ideas, enriqueciendo las posibles alternativas de
solución de conflictos con un criterio de Equidad.
Hay preeminencia del proceso sobre el producto, a partir de compartir un objetivo
común se plantean diversas posturas y acciones consensuales para la construcción de futu-
ro, logrando superar el inmediatismo del activismo que no logra un verdadero proceso de
apropiación de los problemas asociados a la salud mental por parte de la comunidad.
Facilita la convergencia y divergencia basándose en los diferentes puntos de vis-
ta alianzas y conflictos, mediante una secuencia cíclica y permanente posible, tomando
como objetivo las metas a corto, mediano y largo plazo.
Tiene una finalidad constructora que busca transformar la realidad bajo el emble-
ma de la relación práctica-teoría; encierra la complejidad ya que se encuentra asociada a
múltiples y diversos factores de utilidad, cambios políticos y convencimiento acerca de la
apertura de futuro de la condición de salud mental del individuo y la población general.
Se anticipa a la acción por la apropiación, lo cual tiene que ver con el compromiso de
los actores con lo que se va a hacer frente al azar para construir el futuro en el presente.
Una metodología para la planeación del componente de salud mental, con estas carac-
terísticas y cualidades, que combine elementos de diversos enfoques de planeación es de
gran utilidad para trabajar con los agentes socio-institucionales, en consideración a que
surge como una respuesta a las limitaciones de la planeación tradicional en lo relativo a
las prácticas de gobierno y las prácticas de planeación.
La metodología descrita requiere para su implementación de un proceso que integre
al menos las siguientes fases: Fase de conformación del grupo funcional de trabajo; mo-
vilización de recursos socio institucionales alrededor del componente de salud mental y
proceso de planeación propiamente dicho.
La primera fase incluye acciones relacionadas con la convocatoria, organización y pues-
ta en marcha del grupo funcional, o, grupo alternativo de salud mental en la entidad
territorial; la segunda fase incluye actividades orientadas a sensibilizar a los agentes so-
cio-institucionales, construcción colectiva del mapa conceptual para la entidad territorial
y acciones dirigidas a movilizar recursos; en la última fase se trata de operacionalizar la

43
Ministerio de la Protección Social

política a través de la formulación, ejecución y evaluación del plan operativo, incluyendo


acciones para la elaboración del diagnóstico y la definición de alternativas de solución.
El diagnóstico incluye la caracterización de la demanda y de la oferta de servicios y la re-
lación entre éstos elementos de manera que sobre la base de la factibilidad Política, econó-
mica, técnica y cultural se puedan definir unas prioridades a partir de las cuales se formulen
los objetivos, actividades, tareas, metas y recursos necesarios para su desarrollo.
Este plan operativo hace referencia, a las actividades correspondientes a cada objetivo,
desagregadas en tareas y en recursos requeridos, con unidades de medida, metas, resul-
tados esperados y costos; de manera que, cada tarea con sus recursos se pueda ubicar en
un cronograma, para que los recursos fluyan oportunamente de acuerdo con el plan de
trabajo.

3. Objetivos de la Guía metodologica:

3.1. General

Planear de manera participativa con los actores socio-institucionales el componente de


Salud Mental en el Plan Territorial de Salud.

3.2. Específicos

3.2.1. Identificar, organizar y poner en funcionamiento el grupo funcional de trabajo


para liderar el proceso de planeación en salud mental en la entidad territorial.
3.2.2. Movilizar recursos socio-institucionales alrededor del componente de salud men-
tal.
3.2.3. Facilitar el proceso de puesta en marcha de la política de salud mental a nivel terri-
torial.

4. Fases metodológicas.

4.1. Primera fase: Conformación del grupo funcional, municipal y departamental


de salud mental.

Conformación del grupo funcional de trabajo, o, habilitación de cualquier otra forma


de organización ya existente en la entidad territorial, teniendo en cuenta que permita
acudir a todos los actores socio-institucionales básicos en el manejo integral de la salud
mental. Para ello se requiere; identificar y convocar a los actores socio-institucionales,
integrar el grupo funcional, o, la organización que se elija; establecimiento de reglas de
trabajo conjunto; definición de tareas y responsables según el objetivo general y los ob-
jetivos específicos de la propuesta de planeación del componente de salud mental y de
acuerdo a sus pertinencias.
El grupo funcional es una instancia que permite la visibilización de la salud mental
como un asunto público del orden municipal y departamental; de igual forma promueve

44
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

la concertación intra e interinstitucional y tiene como función pensar planificadamente


la salud mental para proponer a la opinión de la comunidad y las instituciones, las for-
mas de intervención. De ninguna manera debe suplantar las funciones de la dirección
territorial de salud, ni del consejo territorial de seguridad social en salud. Al contrario,
constituye una instancia de concertación y apoyo socio-institucional al manejo territorial
de la salud mental.
La Organización Mundial de la Salud, recomienda que los planes sean respaldados ofi-
cialmente por la administración gubernamental, incluso hasta por la rama legislativa del
poder. En nuestro caso, existe una amplia legislación en el sistema nacional de planeación
y particularmente en el sector de la protección social que reglamenta suficientemente la
formulación de los planes de salud y los planes territoriales de desarrollo. Para el caso de
la salud mental, la circular 018/04 establece como lineamiento la formulación de planes
territoriales de salud mental; sin embargo, es conveniente que el tema sea prioridad en la
agenda de alcaldes y gobernadores y cuente con el apoyo de asambleas y concejos.
Entre los integrantes del grupo funcional u organización seleccionada, deben estar los
funcionarios responsables de la salud mental en el organismo de dirección de la salud y
protección social del departamento y/o municipios, representantes de los funcionarios de
las ESE, e, IPS, los organismos mutualistas, sociedades de profesionales de la salud mental,
ONG, centros superiores de capacitación, organizaciones comunitarias de apoyo social,
asociaciones de usuarios, comités de ética médica, representantes de otros sectores, como
educación, trabajo, cultura, representantes de la comunidad educativa y científica y de la
administración pública relacionados con los componentes y condicionantes del bienestar,
redes de apoyo social, entre otros.
Su función no debe ser solo la planificación del componente de salud mental en el
plan territorial de salud, sino además, constituirse en instancia de monitoreo y evalua-
ción de la ejecución del plan; para ello debe diseñar un plan de trabajo, con su respectivo
cronograma y una adecuada división de grupos internos que facilite obtener los insumos
y condiciones necesarias para la planeación del componente de salud mental en el plan
territorial de salud.

4.2. Segunda fase: Movilización de recursos socio institucionales alrededor del


componente de salud mental.

4.2.1. Sensibilización a los actores socio-institucionales.


El tema de la salud mental ha permanecido asociado durante muchos años a “en-
fermedad mental”, dejando de lado aquellos aspectos psicosociales que atañen a la di-
mensión mental y emocional del ser humano. Esta asociación parcial, ha dificultado el
posicionamiento del concepto de salud mental en la población y particularmente entre
los diferentes actores del proceso de planeación territorial de la salud, viéndose muy poco
representada en acciones específicas previstas en los planes sectoriales y de desarrollo
territorial. Esta asociación no ha permitido posicionar.
La dimensión mental acompaña la vida diaria de la gente, atañe y tiene que ver con la
vivencia permanente de éstas; sin embargo, aparece velada por los acontecimientos de la
cotidianidad, invisibilizando los fenómenos relacionados con las esferas cognitivas, emo-
cionales, volitivas, y relacionales, que pasan desapercibidas por las personas, a pesar de

45
Ministerio de la Protección Social

ser las que más malestar causan en el día a día, porque están vinculadas con el bienestar
general y no solamente con la salud física.
Lo anteriormente expuesto, conlleva a pensar en la necesidad de que el concepto de sa-
lud mental obtenga validez social en la medida en que sea representado por los ciudada-
nos corrientes y aparezca como un operador fundamental de las acciones en este campo,
tal como lo expresa Restrepo L.C. (1.997), en consideración a que en gran parte, la salud
mental de grupos e individuos, está relacionada con la capacidad que tengan de producir
conceptos pertinentes para enfrentar con acierto las situaciones de crisis que afrontan. La
mayoría de los problemas que se presentan, suelen estar relacionados precisamente con
la ruptura existente entre la enunciación normativa y el soporte afectivo necesario, para
que el valor se convierta en una regla de vida respetada en la acción cotidiana.
Una condición mínima para actuar sobre una situación, consiste en empezar por repre-
sentar esa situación y de esta forma reconocer su existencia. Esto implica, que los agentes
socio-institucionales construyan un mapa conceptual de lo que representa para ellos y su
población la salud mental en el territorio, para que sirva como un referente orientador
del proceso de intervención planificada de las acciones de salud mental en las entidades
territoriales.
“Si damos al trabajo de construcción de conceptos, la importancia que merece, tendre-
mos mayores posibilidades de superar el simple activismo y avanzar de manera más sólida
en nuestra tarea de sacar adelante proyectos comunitarios de salud mental”26.
Las dificultades de la planeación en el caso de la salud mental, pueden verse agudi-
zadas por el desconocimiento y falsa representación mental del concepto. Esto se puede
atenuar mediante estrategias generales dirigidas a promover la apropiación del concepto
de “salud mental” logrando de esta manera la aceptación, seguimiento y evaluación, de
las acciones propuestas.
El objetivo consiste en educar a los decisores y población participante en el tema de la
salud mental, para que comprendan con sencillez el tema y puedan decidir las acciones
mas acertadas. Esto requiere, trabajar inicialmente la motivación a los actores socio-insti-
tucionales y la población en general a través de estrategias de información participativa,
interpersonal y masiva.
La sensibilización puede describirse como el proceso de percibir a través de los senti-
dos, para rescatar explícitamente el valor de las emociones como una forma de conocer,
simultánea al proceso de pensamiento. El rescate de las emociones para acompañar el
proceso de conocimiento en un tema como la salud mental, es relevante a fin de modifi-
car la idea que tiene la población general, sobre el desarrollo y uso óptimo de las poten-
cialidades psicológicas de los seres humanos de carácter cognitivo, afectivo y relacional en
la búsqueda de una sociedad más vinculante.
Lograr este objetivo, implica partir de la presentación de casos cotidianos en eventos
como talleres de construcción colectiva de conocimiento, en donde se represente la vul-
nerabilidad mental de los seres humanos a perturbarse psicológicamente frente a los estí-

26
Restrepo L.C., , “Reformulación de la política colombiana en salud mental-Memorias”, Cáp. I, “la concep-
tualización de la salud mental,” Ministerio de Salud, Bogotá D.C., junio de 1996.

46
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

mulos aversivos que enfrenta en sus diferentes ciclos de vida. Se pueden emplear diferentes
técnicas como presentación de casos, representación teatral, decodificación de imágenes,
grabaciones etc., útiles para mostrar casos reales relacionados con los principales problemas
de sus pobladores, en donde se vea representada la vulnerabilidad general de presentar
problemas en el ámbito mental, emocional y conductual en relación con el contexto.
Se sugieren casos cortos que hagan evidente el problema en la esfera mental y emocio-
nal, en su relación con el entorno. Los casos deben recogerse en lo posible según el ciclo
de vida incluyendo infancia, adolescencia, juventud, adultez, y adultez mayor. Igualmen-
te, deben seleccionarse teniendo en cuenta el género a fin de visualizar las características
propias de la salud mental según esta condición de vida.
El concepto de salud mental se afirma por un sentimiento que captamos en la rela-
ción contextual con el problema que abordamos27; de ahí la necesidad de reconocer el
componente afectivo y sensitivo de la salud mental para que de esta manera se facilite la
comprensión del problema.
Se sugieren casos cortos que hagan evidente la situación en la esfera mental y emo-
cional, en su relación con el entorno familiar, laboral y social. Algunos temas propuestos
son: Violencia intrafamiliar, Abuso sexual, Embarazos no deseados, Intentos de suicidio,
Problemas del adolescente y familiares, Problemas laborales, Desplazamiento forzado,
Desapariciones, Secuestros, Reincorporación, Abuso de sustancias psicoactivas. Se debe
permitir analizar la multicausalidad de los problemas.
Luego de la movilización emocional, se continúa con la estrategia de construcción del
concepto como tal, partiendo siempre de las características del problema que reclama
atención; concepto y problema son las dos caras de una misma moneda.
A continuación de la presentación de los casos se recoge en lluvia de ideas las emo-
ciones, e, inquietudes que se generaron en los participantes, atendiendo a las siguientes
preguntas:
¿Qué emoción produjeron estos casos?; ¿Cual es el problema psicológico de estas per-
sonas, están sanas mentalmente?; ¿Qué relación tienen sus problemas con el entorno
en que viven?; ¿Que representación mental tienen ellos de sus problemas? y ¿Quien los
atiende, o, a quienes consultan sus problemas?
Se recoge la lluvia de ideas teniendo especial cuidado en diferenciar las sensaciones o
emociones y los pensamientos que produjeron estos casos. Las emociones recogen impre-
siones expresables en términos sensoriales. Los pensamientos, o, ideas recogen lo que se
expresa respecto a los problemas de los casos.
Se colocan en cartelera los problemas que plantean referentes a los casos, diferencian-
do cada uno de ellos para poder profundizar sobre las causas de estos problemas y los
efectos que tiene para el individuo y la sociedad.
Es conveniente hacer un resumen de los problemas similares, dando prioridad a aque-
llos que recogen otros menores. Posteriormente se recogen los problemas priorizados y
se busca encontrar sus causas, colocando el análisis en cartelera.

27
Restrepo, L. C. Idem.

47
Ministerio de la Protección Social

Tras analizar las causas, se reconocen los efectos de estos problemas y se colocan en
cartelera, debajo de las causas, para promover la reflexión acerca de la salud mental, los
factores condicionantes y las áreas de intervención.
4.2.2. Elaboración de la representación colectiva del mapa conceptual de salud mental
como base para la formulación del componente.
Una vez realizados estos análisis y haber fomentado la reflexión respecto a los casos, el
inductor del proceso pregunta sobre lo que se entiende bajo el tema de la salud mental,
buscando integrar todas las ideas que se recogen en el ejercicio. Esta definición puede
ser como un mapa de conceptos que recogen la descripción práctica de lo que se concibe
como salud mental, de manera que pueda ser comprendida, medida, planeada y evalua-
da y constituya un referente para identificar la información a recolectar.
Para ello, se propone elaborar un mapa conceptual; es decir, una visión panorámica de
los aspectos básicos de la salud mental, imprescindibles en la elaboración de un diagnós-
tico y alternativas de solución a los problemas que afectan la condición de salud mental
de la población en un territorio. La información recogida se puede organizar en torno a
los factores biológicos inherentes a las personas y grupos; además, según las condiciones
en que ellos viven; es decir, lo que en Salud Pública se conoce como componentes y condi-
cionantes de la salud y el bienestar28, que para el caso particular que nos ocupa, podrían
coadyuvar a la reducción de la enfermedad y al fomento de salud mental.
Es importante considerar factores que determinen la capacidad de las personas y de
los grupos para interactuar entre si y con el medio ambiente, promover el bienestar sub-
jetivo, el desarrollo y uso óptimo de las potencialidades psicológicas ya sean cognitivas,
afectivas, o relacionales, así como, el logro de metas a nivel individual y colectivo en con-
cordancia con la equidad y el bien común.
Cada cultura define de una forma diversa la salud mental. Sin embargo, de las diversas
definiciones y conceptos, se pueden sustraer elementos semejantes como por ejemplo:
El bienestar subjetivo, la percepción de la propia eficacia, la autonomía, la competencia,
la dependencia intergeneracional y la autorrealización de las capacidades intelectuales y
emocionales y las interacciones entre humanos y entre éstos y los no humanos.
“Desde una perspectiva transcultural es casi imposible llegar a una definición exhaus-
tiva de la salud mental. Se admite, no obstante, que el concepto de salud mental es mas
amplio que la ausencia de trastornos mentales”29.
Los conocimientos sobre salud mental y sobre el funcionamiento de la mente son im-
portantes, porque permiten entender el desarrollo de los trastornos mentales y del com-
portamiento humano.
A continuación se presentan a manera de ejemplos, algunos factores relacionados con
la salud mental de los individuos y la colectividad, que pueden ser considerados como
referencia al momento de definir los indicadores del diagnóstico.

28
Condicionantes de los trastornos mentales y psicosociales: Económicos, políticos, culturales, sociales, bio-
lógicos, ambientales, etc. Componentes de los trastornos mentales y psicosociales: Trabajo, alimentación,
vivienda, vestido, educación, servicios de salud, servicios públicos, trasporte, comunicaciones, seguridad,
recreación y deportes.
29
OMS, “Informe sobre la salud en el mundo 2.001-Salud mental: Nuevos conocimientos nuevas esperanzas,
Cáp. I, Pág. 5. Ginebra Suiza 2.001.

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Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

Factores Individuales: Querer y ser querido, nutrido, cuidado, estimulado, educado,


apoyado y respetado; sentirse bien consigo mismo (Individualidad, autoestima, autocui-
dado, seguridad, confianza, autocontrol, autonomía y habilidades para enfrentar dificul-
tades de la vida); desarrollo y uso óptimo de potencialidades, afectivas, cognoscitivas y
relacionales; disfrute de satisfactores con posibilidades creativas, educativas, recreativas y
deportivas; creación de metas individuales y colectivas; acceso a información, educación
y/o tratamiento que le permita ayudarse en sus problemas emocionales, conductuales y
relacionales y desarrollo de valores y principios.
Factores Colectivos: Interacción social equitativa, justa, constructiva, autogestora, ar-
mónica y adaptativa con capacidad de convivencia y resolución adecuada de conflictos;
sentido ecológico y ambiental; apoyo familiar y de las redes sociales; consciencia colectiva
sobre la aceptación del otro como legitimo (tolerancia); oportunidades para ser producti-
vo y trabajar dignamente; relaciones laborales creativas y satisfactorias.
En resumen, el mapa conceptual de salud mental es un conjunto de elementos que
determinan la condición de vida de una población, minimamente hay que considerar los
factores biológicos, psicológicos y sociales; pero además, si que quiere trascender a los
componentes y condicionantes de la salud y el bienestar, hay que incluir el trabajo, la
vivienda, la alimentación, etc., y los condicionantes históricos, políticos, culturales, am-
bientales, jurídicos etc. Relacionando estos elementos se puede tener una idea general
de la condición de salud de la población residente en una entidad territorial, útil para
identificar las potencialidades, las áreas criticas y las formas de abordar la situación; es
decir, para orientar la planeación de las acciones en salud mental.
4.2.3. Definición de actividades para la movilización de recursos:
Tiene relación con la inclusión en el plan de acción del grupo funcional de estrategias
para identificar los recursos humanos, físicos, financieros y técnicos de la institución salud
y de otras instituciones públicas o privadas, nacionales, e, internacionales, que coadyu-
ven, o, apoyen desde su propio que hacer a la transformación concertada de la condición
de salud mental. No se trata de interferir en la ejecución de las actividades que las insti-
tuciones tienen que desarrollar según su misión; sino de llegar a acuerdos para que las
actividades que se desarrollen incluyan acciones integrales y concertadas, basadas en ob-
jetivos comunes dirigidos al menos a los grupos de población mas vulnerables en materia
de salud mental y en general a la modificación de los factores que la determinan. Se pue-
de comenzar por la elaboración de un directorio de instituciones y organizaciones que
incluya nombre, dirección y teléfono, misión y visión, actividades desarrolladas, recursos
disponibles para acciones concertadas, acuerdos y evolución de los acuerdos.

4.3. Tercera fase: Plan de acción

Esta fase consiste en la operacionalización de la teoría y la reflexión; es decir, poner en


práctica por parte el grupo funcional los lineamientos teóricos, metodológicos, políticos
y normativos existentes a través del proceso de planeación (Formulación, ejecución y eva-
luación), del componente de salud mental en el plan sectorial de la entidad territorial. En
la formulación se incluye la elaboración del diagnóstico, el cual incluye las características
de la demanda, de la oferta y el análisis de la relación oferta-demanda.
A través de la caracterización de la demanda, se describe en lo posible con datos cuali-
cuantitativos, los componentes y condicionantes de la salud en general y de la salud men-

49
Ministerio de la Protección Social

tal en particular, considerando los factores biológicos, psicológicos y sociales relacionados


con el perfil epidemiológico y las características de la demanda de servicios de atención
integral en salud mental.
La caracterización de la oferta hace referencia a la descripción con datos cualicuan-
titativos disponibles, de los recursos humanos, físicos, financieros y técnicos disponibles
en la entidad territorial y otras entidades para dar respuesta a los requerimientos de la
población demandante, incluye los temas financiero, infraestructura física de la red de
servicios y el desarrollo institucional en el proceso de la descentralización. Así mismo, se
deben incluir datos acerca de la condición de la población en términos de afiliación al
SGSSS y de Protección Social.
Caracterizada la demanda y la oferta se sugiere hacer un ejercicio comparativo que
permita identificar lo que se satisface de la demanda y lo que haría falta hacer para sa-
tisfacer la demanda sentida y la demanda realmente necesaria. A continuación se pue-
den identificar los logros y limitaciones existentes en el manejo de la salud mental como
insumos básicos para la formulación de alternativas de solución viables en consideración
a la factibilidad técnica, financiera, política y normativa. Este ejercicio se puede hacer
empleando la técnica de los escenarios y/o las mencionadas en apartes anteriores de este
documento; el uso de la técnica más adecuada para definir las alternativas viables sugeri-
das, queda a iniciativa del grupo funcional.

4.3.1. Diagnóstico de la salud mental.

4.3.1.1. Características de la demanda.


La caracterización de la demanda incluye el análisis de los datos relacionados con los
condicionantes y componentes de la salud mental; es decir, las características generales
que incluyen las políticas públicas existentes respecto del desarrollo social, las caracte-
rísticas ambientales, sociodemográficas, socioeconómicas, psicológicas y culturales. Ade-
más, los componentes relacionados con el trabajo, vivienda, nutrición, vestido, educación,
servicios de salud, transporte, recreación y deporte, seguridad, etc.; y por el diagnóstico
comunitario, o, epidemiológico en salud mental.
4.3.1.1.1. Características generales.
La salud mental de la población está determinada por múltiples factores: La relación
del desarrollo general con los aspectos psicosociales y del comportamiento, la idea que
tenga la población con respecto a la salud y la calidad de vida, la forma como se satisfacen
las necesidades básicas y se garantizan los derechos humanos y finalmente la frecuencia
y atención de los trastornos mentales.
En las tres últimas décadas se han presentado cambios que representan oportunidades
y amenazas para la atención de la salud mental. El diagnóstico clínico de la enfermedad
se ha cualificado con la incorporación de nuevas técnicas; así mismo, el tratamiento, con la
incorporación de nuevos fármacos; sin embargo, el cuidado del enfermo se ha venido dete-
riorando como consecuencia de la reducción de recursos para acciones de salud mental.
Consecuentemente, crece el número de pacientes mentales sin techo y atención médi-
ca adecuada, la promoción de la salud mental y la prevención de los trastornos mentales
no son considerados áreas que merezcan esfuerzo, e, inversiones, solo recientemente se
le empieza a considerar prioridad en salud.

50
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

El escenario epidemiológico y la tendencia de la estructura demográfica, constituyen


enormes retos, la frecuencia de enfermedades mentales asociadas al ciclo vital; por ejem-
plo: las Psicosis y las demencias, así como la pandemia creciente de VIH-SIDA y sus efectos
sobre la salud mental, así lo confirman.

Igualmente, se vienen experimentado cambios a nivel de los rangos de tolerancia y de


la estructura de normalidad-anormalidad mental existente en las comunidades, las inte-
racciones sociales cambian con la presencia de los medios de comunicación, los movimien-
tos poblacionales llevan consigo intercambio de valores y rasgos culturales. Todas estas
transformaciones deben ser tenidas en cuenta por la teoría y la práctica en salud mental
si se pretende mantener la vigencia histórica.

El manejo de la salud mental se ha hecho tradicionalmente a través de la atención psi-


quiátrica, confinada en los hospitales mentales; sin embargo, los cambios mencionados
han hecho que su manejo se desplace de los organismos de salud mental a la comunidad.
Esta labor se ha venido haciendo a través de la estrategia de atención primaria aplicada
a la salud mental, implicando cambios en las labores de los trabajadores de salud mental
“TSM”, que lo conducen de la etapa exclusivamente intramural a las fases pre y posthos-
pitalarias, a través de la incorporación de nuevos componentes, modelos, estrategias y
niveles de atención.

El TSM ha comprendido que si se dedica a cubrir solo la demanda satisfecha se quedará


corto a nivel de la satisfacción de las necesidades reales de la comunidad; esto y el contac-
to directo con la comunidad, le exigirá desarrollar nuevas actividades como por ejemplo,
la prevención de los trastornos mentales, la identificación y atención a la población que
por diversas razones no accede a los servicios integrales de salud mental y la inclusión de
acciones para promover la salud.

En tal sentido, las acciones de salud mental en la comunidad pueden ser de dos tipos:
Las clínicas y las que se desarrollan en y con la comunidad. Las primeras están relacionadas
con la enfermedad, e, incluyen la prevención del primer episodio y las recaídas, promue-
ven las remisiones cuando la situación lo amerita, alivian y curan la enfermedad. De otro
lado, las segundas, está relacionadas con la promoción de la salud mental y consisten en
identificar mantener y potencializar los factores protectores y las condiciones de resilien-
cia que tienen los individuos y la comunidad, todo con una orientación epidemiológica.

Ambas pero particularmente las segundas, se programan a partir de una secuencia de


acciones que incluyen el examen preliminar de la comunidad, o, las características gene-
rales de la demanda; el diagnóstico comunitario, el plan de acción, su implementación,
vigilancia del estado de salud mental de la comunidad y la evaluación de la asistencia
provista para cerrar el ciclo con la ejecución de nuevas decisiones.

Las características generales de la comunidad constituyen un insumo básico para ela-


borar el diagnóstico comunitario en salud mental antes de la formulación del plan de
acción. Estas características consisten en primera instancia en la identificación de las ne-
cesidades de salud mental que presenta la comunidad y los recursos de que dispone para
afrontarlas. Permite determinar de manera aproximada los problemas prioritarios que
merecen ser explorados a través del paso siguiente, el diagnóstico comunitario en salud
mental, el cual estudia la distribución de uno, o, varios trastornos mentales y sus condi-
ciones determinantes, su control, o, modificación constituye el objetivo central del plan
de acción.

51
Ministerio de la Protección Social

Igualmente, es preciso establecer las necesidades de servicios por parte de la población


demandante, dependiendo de las características del municipio con relación a la presencia
de riesgos asociados con el conflicto armado, o, por situaciones de emergencias o desas-
tres de origen natural y antrópico.

Ubicación geográfica y condiciones climáticas:

Es necesario que los planificadores, y TSM conozcan la situación geográfica de su co-


munidad como del organismo de salud donde trabajan. Resulta útil contar con un mapa
donde se georreferencie la oferta y la demanda, la accesibilidad a los servicios de salud
etc., y en lo posible mapear el riesgo y las respuestas. El medio ambiente físico es recono-
cido como factor protector, o, de riesgo para la salud mental.

Datos socio-demográficos:

La composición socio-demográfica de la comunidad (Número de habitantes, edad sexo,


estado civil, etc.) puede indicar las necesidades de salud al identificar los grupos de riesgo.
Estos datos constituyen denominadores necesarios para calcular tasas, útiles en la aplica-
ción de la epidemiología al trabajo comunitario.
La estructura de población por edad y sexo, permite visualizar de manera rápida cier-
tas necesidades y el establecer prioridades que definan líneas de capacitación a los TSM
necesarias para abordar el proceso de diagnóstico de la salud mental. Dependiendo del
tipo de estructura se podrá observar si hay predominio de población joven y/o adulta,
y por consiguiente, intuir la ocurrencia de enfermedades psicogeriátricas, o, trastornos
escolares, por citar algunos ejemplos.
La familia y sus características representan un factor determinante en la condición de
salud mental de las personas y por consiguiente de la sociedad. Es necesario establecer las
tasas de natalidad, de crecimiento de la población y expectativa de vida, de fecundidad
y aborto como expresión de las políticas de planificación familiar; las tasas de divorcio, la
edad promedio de las primigestas y su distribución por estado civil, el número de hogares
monoparentales y el número de hogares con un solo progenitor.
La información sobre la composición del hogar y de la familia, si es unipersonal con
cabeza en mujer/hombre, o si es de conformación más tradicional, es útil para explicar la
presencia de ciertos factores de riesgo que varían de acuerdo a esta composición familiar.
El conocimiento del estado civil es útil en consideración a que el riesgo psiquiátrico es di-
ferente de acuerdo al estado marital. La distribución de la población por clase social o por
nivel educativo, es un dato que resulta importante, por cuanto existe una relación inversa
entre clase social y morbilidad psiquiátrica.
La situación nutricional de la población, medida al menos, por la desnutrición crónica,
es importante en consideración al impacto en el desarrollo psicomotor. El nivel educativo,
el ausentismo, la deserción escolar, son indicadores necesarios a tener en cuenta, más
cuando se ha comprobado que la educación tiene un efecto significativo frente al pacien-
te mental y la presencia de la enfermedad.
La violencia social e intrafamiliar, la delincuencia juvenil y adulta, la desocupación y el
desempleo, configuran factores de riesgo para enfermedades mentales, razón por la cual
se requiere su indagación.

52
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

La religión, o, el grado de religiosidad son de interés tanto por su presencia como por
su ausencia, la secularización progresiva y acelerada de una sociedad sin sustitución de
valores, constituye un factor de riesgo para la condición de salud mental. La migración
entendida como emigración, e inmigración, la situación de desplazamiento forzoso, los
braceros y recolectores de cosechas son generalmente poblaciones móviles, marginales
de alto riesgo para enfermar y/o morir por situaciones relacionadas con la condición de
salud mental.

Las condiciones y tipo de vivienda, el hacinamiento, o el número de personas por me-


tro cuadrado de construcción, darán el nivel de hacinamiento, lo cual es un factor de
riesgo para las enfermedades transmisibles y los trastornos mentales. Finalmente las con-
diciones de saneamiento básico como la contaminación del agua; del suelo y del aire, así
como, la adecuada, o, inadecuada disposición de excretas y desechos constituyen factores
de distorsión y/o sintonía de la salud mental de una comunidad.

Características socio-culturales:
Hacen referencia a la organización de la comunidad, sus valores y creencias, sus acti-
tudes y conductas, la presencia de grupos étnicos, población afrocolombiana, población
ROM. Representa el grado de organización y/o desorganización social, conflictividad,
existencia de redes sociales de apoyo, existencia de grupos sociales y comunitarios que
trabajen en salud mental.
Todos estos son elementos que permiten identificar las características de la comunidad
en cuanto a respuesta social, por cuanto se asocian a la presencia de algunos trastornos
mentales como la fobia social, el aislamiento, la presencia, o, ausencia de apoyo social, y
la homogeneidad, o, heterogeneidad de los grupos sociales.
Los valores y el concepto de salud mental tanto en los líderes como en los TSM y en la
comunidad, son importantes porque permiten ver por ejemplo, factores culturales como
el grado de permisibilidad que existe en una comunidad con respecto a la edad, forma de
iniciación y consumo de alcohol (Patrón de ingesta, proporción del consumo por perso-
na). Si la permisibilidad es alta, las acciones de promoción, prevención y tratamiento del
alcoholismo tradicionales, resultarían poco atractivas y por consiguiente, las situaciones
derivadas de su consumo en la salud mental de las personas se incrementarían sustancial-
mente dependiendo del grado de aceptabilidad del consumo de Sustancias psicoactivas
que tenga la cultura que subyace a una comunidad.
En algunas sociedades, la multietnicidad es imprescindible por cuanto es una carac-
terística que sobresale; en tal sentido, es pertinente considerar que los grupos étnicos
tienen sus propios saberes y prácticas para manejar la condición de salud mental desde
cosmovisiones diversas, y que por lo general, poseen determinadas creencias, mitos y
costumbres, así como recursos propios para proporcionarle un manejo distinto a la enfer-
medad mental, según su cultura.

Organización Política:

Tiene que ver con las características, líderes e instituciones relacionados con la estruc-
tura de la administración pública territorial y la división político-administrativo del te-
rritorio: Es importante que los planificadores de la salud mental y los TSM conozcan la

53
Ministerio de la Protección Social

estructura de la organización política administrativa de la entidad territorial, no solo


porque permite identificar aspectos vinculados a posibles factores etiológicos importan-
tes para la condición de salud, sino porque desde el punto de vista operativo, sirve para
encontrar apoyo al proceso de planeación por parte de la rama ejecutiva y legislativa del
poder y de la administración pública territorial.
De igual manera, esta información permite a los líderes socio-institucionales conocer,
en tanto agentes de cambio, otros líderes políticos y por tanto aprobar, o, desaprobar
políticas del gobierno local. También facilita la ubicación de zonas de riesgo para la ocu-
rrencia de enfermedades mentales dependiendo de las condiciones sociopolíticas y de
violencia ciudadana.

Datos sobre salud y enfermedad general

Los agentes socio-institucionales y los planificadores de la salud mental en la entidad


territorial necesitan estudiar la información relacionada con las tasas y características de
la mortalidad de la población por cuanto puede reflejar patologías mentales y factores
psicosociales. Información sobre mortalidad materna e infantil, permite pensar en facto-
res relacionados con la salud mental de las personas y su entorno social, vinculadas a esta
circunstancia.
De igual manera, las causas de enfermar en general y particularmente de enfermar por
situaciones asociadas a la condición de salud mental, están relacionadas con el ciclo de
vida en el que estén viviendo hombres y mujeres, reflejan situaciones asociadas con los
comportamientos de los individuos y de éstos entre si, que advierten sobre la presencia
de trastornos mentales no diagnosticados; así mismo, resulta útil para el planificador co-
nocer la morbilidad mental asociada a la salud ocupacional.
Existen algunos problemas mentales y psicosociales que afectan a hombres y mujeres
dependiendo del ciclo de vida en el cual se encuentren y que deben registrarse en el
diagnóstico:
Embarazo e infancia: Embarazo no deseado; problemas congénitos y perinatales; dis-
capacidad física y mental (Síndrome de down, hipoxia, retardo mental, autismo, sordera,
ceguera, parálisis, epilepsia); manejo de la sexualidad; abandono y/o descuido de niños;
abuso sexual; menor trabajador; vagancia; trastornos de aprendizaje; trastornos de aten-
ción con o sin hiperactividad; trastorno de conducta y trastorno oposicionista.
Adolescencia: Intentos de suicidio; abuso de sustancias psicoactivas y/o alcohol; pro-
blemas afectivos y relacionales; disfuncionalidad familiar; desplazamiento forzado, estrés
post-traumático, reincorporación y reinserción.
Juventud: Fobia social, agorafobia; violencia intrafamiliar, enfermedades de transmi-
sión sexual; abuso de sustancias psicoactivas, problemas de identidad sexual; problemas
de autoestima; esquizofrenia; delincuencia; mortalidad por causa externa vinculada a
homicidios asociados con situaciones de alteración de la salud mental.
Adulto: Abuso de sustancias psicoactivas; problemas afectivos y relacionales asociados
a separaciones, divorcios; patologías mentales crónicas (Trastorno bipolar, depresión, an-
siedad, fobias, neurosis, psicosis, trastornos de personalidad); accidentes con vehículos de
motor; estrés postraumático y problemas psicosociales ocupacionales.

54
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

Adulto mayor: Abandono del anciano; falta de oportunidades de producción, esparci-


miento y socialización; problemas degenerativos, demencia.
De igual manera, existen algunos factores que pueden influir en la condición de salud
mental y sobre los cuales habría que obtener información. Se describe a continuación
como una referencia para ser considerada en la elaboración de los instrumentos de reco-
lección de datos sobre aspectos emocionales y psicosociales que afectan la salud mental
del individuo y la colectividad.
A nivel del individuo:
Querer y ser querido, nutrido, cuidado, estimulado, educado, apoyado y respetado: Es-
tas circunstancias de vida pueden ser apreciadas de alguna manera, a través de indicadores
como el numero de niños y niñas abandonados, la deserción escolar, el número de habitan-
tes de la calle; abuso sexual; la tasa de discapacidad o limitación física, mental, afectiva o
sensorial; respuesta familiar, comunitaria y social a través de las redes de apoyo.
Sentirse bien consigo mismo, expresado en su individualidad, autoestima, autocuidado,
seguridad, confianza, autocontrol, autonomía y habilidades para enfrentar las dificultades
de la vida. Se puede expresar a través del Grado de bienestar subjetivo de las personas,
grupos y comunidades, autoestima, intentos de suicidio y suicidios, adaptación de los ado-
lescentes con su entorno, abuso de sustancias psicoactivas asociado a accidentes de tránsito,
riñas callejeras violentas, conciencia por el cuidado de la salud, incidencia de enfermedades
psicosomáticas, e, índice de rehabilitación, uso del tiempo libre, planes de vida.
Desarrollo y uso óptimo de potencialidades, afectivas, cognoscitivas y relacionales: Ac-
ceso a la educación; participación en la toma de decisiones al interior de la familia, par-
ticipación en propuesta y proyectos comunitarios, nivel de armonía entre las personas y
grupos entre sí y con el ambiente, nivel de logro o frustración de metas individuales y
colectivas en el plano afectivo, nivel educativo, trabajo, vivienda, esparcimiento, creación
artística, acceso a actividades deportivas, recreativas, artísticas y culturales para los jóve-
nes y toda la población, ofertas de puestos de trabajo y delincuencia social.
Acceso a información y/o tratamiento integral que le permita ayudarse en sus problemas
mentales, emocionales, conductuales y relacionales: Acceso a programas sociales psicoedu-
cativos y de información sobre problemas psicosociales y mentales, acceso al tratamiento y
educación sobre problemas mentales, emocionales, conductuales y relacionales.
Desarrollo de valores y principios humanos y existenciales: Nivel de conocimiento de
la población sobre los derechos humanos y el derecho internacional humanitario en la
población general y en la población en situación de desplazamiento, expresado en nivel
de construcción del tejido social, calidad de las relaciones intrafamiliares, relacionales de
solidaridad en la familia, niveles de participación social, niveles de tolerancia social.
A nivel de la colectividad:
Interacción social equitativa, justa, constructiva, autogestora, armónica y adaptativa
con capacidad de convivencia y resolución adecuada de conflictos: Principales conflictos
sociales; posibilidades de desarrollo de proyectos de autogestión económica y social y
niveles de participación social en la resolución de los problemas.
Sentido ecológico y ambiental, consciencia colectiva de la interdependencia con la na-
turaleza y lo no humano, reflejado en los principales problemas ambientales y su impacto
en la salud mental.

55
Ministerio de la Protección Social

Redes de apoyo social, incremento de la solidaridad social; relaciones comunitarias


armónicas y constructivas y existencia de los grupos sociales de apoyo.
Consciencia colectiva sobre la aceptación del otro como legítimo (tolerancia): Existen-
cia de estigmatización y discriminación racial, sexual; inequidad y formas predominantes
de resolución de conflictos.
Oportunidades para ser productivo y trabajar dignamente: Niveles de desempleo;
oportunidad de trabajos de calidad, salud mental ocupacional.
Relaciones laborales creativas y satisfactorias: Estrés, ausentismo y factores del trabajo que
afectan la salud mental y acceso a acciones de bienestar social laboral, e incapacidades.
El conocimiento de la morbilidad general basada en estudios de incidencia y preva-
lencia derivados de los datos hospitalarios, es decir, de la demanda satisfecha resulta de
interés por su asociación con trastornos emocionales, es importante conocer la desnutri-
ción crónica por cuanto el peso y la talla tiene que ver con el desarrollo psicomotor del
niño y niña. La morbilidad mental se puede obtenerse a partir de la demanda satisfecha
ambulatoria como de internación suministrada por los diferentes prestadores.

Los datos están dados en tasas, o, proporciones; se puede emplear igualmente, un in-
dicador reciente de gran utilidad pero que no ha sido muy acogido a nivel local, llamado
años de vida perdidos. Esta información no solo sirve para la línea de base, sino además,
para la evaluación del proceso de planeación en salud mental. Resulta útil conocer el
estado general de salud de la comunidad por cuanto si en las principales causas existe
asociación con ciertas condiciones de salud mental, éstas necesariamente deberían ser
una prioridad en el plan de acción.
La recolección y análisis de información sobre las características de la demanda y par-
ticularmente de la comunidad, permite observar problemas sobre los cuales se debe pro-
fundizar con estudios, e, investigaciones, también, vislumbrar desigualdades en los esta-
dos de salud enfermedad y de alguna manera priorizar, pero fundamentalmente, para
observar la aceptación de las acciones en salud mental por parte de la comunidad.
Se debe en lo posible comenzar con la recolección de la información disponible; pero,
si no existe la información que se sugiere en esta guía, el plan de acción debe incorporar
una estrategia para ir obteniendo la información faltante, puede ser a través de las uni-
versidades e instituciones de investigación en salud mental. Esta información, recogida en
su mayor proporción resulta útil no solo para los planificadores de la salud mental, sino
además para cualquier otro trabajador de la salud en general.
4.3.1.1.2. Diagnóstico Comunitario30.
Realizado el ejercicio del examen preliminar para definir las características generales
de la comunidad asociadas a la presencia o ausencia de problemas mentales y psicosocia-
les, es imprescindible que el planificador profundice en las condiciones de salud mental
específicas de la población sujeto del diagnóstico.

30
J. Gofin, I. Levav, Diagnóstico comunitario, apartes tomados de: Temas de salud mental en la comunidad,
Pág. 17-27, OPS, Washington 1992.

56
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

Para ello hay que realizar el diagnóstico comunitario en salud mental, sin embargo, an-
tes de entrar en detalles respecto de su contenido y forma de ejecución, es pertinente hacer
algunas precisiones respecto de la naturaleza y sentido de las acciones en salud mental.
Las intervenciones en la comunidad sean de carácter promocional, preventivo, o, cu-
rativo se agrupan en dos grandes líneas a saber: Las orientadas al individuo y su familia,
conocidas como clínicas31 (Incluidas en el plan obligatorio de salud POS); y las orientadas a
la comunidad32, las cuales reconocen que el foco del diagnóstico, tratamiento y vigilancia
incluye al individuo, la familia y la comunidad como sujetos de esta acción (Incluidas en
el PAB).
Es importante considerar que así como el cuidado clínico de la enfermedad requiere de
un diagnóstico previo a la intervención, también el cuidado de la salud mental de la co-
munidad necesita de un diagnóstico que permita conducir racionalmente la intervención
requerida para mantener, o, mejorar la condición de salud y enfermedad mental, que
esté basado en la recolección activa y continua de toda la información necesaria para el
proceso de atención integral en salud mental.
El diagnóstico comunitario está fundamentado en el enfoque epidemiológico, el cual
estudia en los grupos humanos la distribución de los trastornos mentales, emocionales y
psicosociales y sus condiciones determinantes o causas; como diagnóstico epidemiológico
su propósito consiste en determinar la situación actual de salud mental de la población.
Existen dos tipos de diagnósticos comunitarios, cada uno con sus respectivos métodos
de identificación de los problemas de salud mental en la comunidad:
El cualitativo y el cuantitativo; el primero trabaja con un método que parte de la im-
presión subjetiva del TSM, complementada con la opinión de informantes claves, profe-
sionales o no. El segundo emplea un método que incorpora la recolección de la infor-
mación existente, publicada, o, sin publicar que se obtiene en el examen preliminar y
la información recogida en el diagnóstico comunitario a través de la actividad clínica, el
registro de casos, los tamizados y las encuestas diagnósticas.
En el diagnóstico comunitario se evalúa a la comunidad como si fuera un paciente, y a
semejanza de la práctica de naturaleza clínica orientada al individuo, en la práctica de na-
turaleza epidemiológica orientada a la comunidad, se incorpora un método de recolección
de información y análisis bioestadístico que permite orientar la intervención, el tratamiento
y la vigilancia de la condición de salud mental, para determinar la eficacia y el cese de la
intervención por parte de los agentes de salud. A diferencia de la práctica clínica, emplea
grupos interdisciplinarios, de apoyo mutuo y otros grupos de la comunidad.
Es pertinente aclarar que el diagnóstico comunitario es de tipo cuantitativo y continuo
con enfoque epidemiológico y requiere de un sistema de información en funcionamiento
para definir el estado de salud o enfermedad mental; mientras que el diagnóstico de la
comunidad es de carácter cualitativo y define una condición de salud mental, apoyándo-
se fundamentalmente en las ciencias sociales. Por ejemplo, el diagnóstico comunitario

31
En estas actividades se emplean conocimientos derivados de la psicopatología, psicodinámica, biología y
psicofarmacología.
32
En esta orientación se aplican conocimiento de epidemiología psiquiatrita, de las ciencias sociales y de la
conducta y comportamiento humano como la antropología.

57
Ministerio de la Protección Social

permitiría identificar deserción escolar, o alcoholismo; mientras que el diagnóstico de la


comunidad identifica, describe y analiza una comunidad desorganizada, disfuncional. El
uso de ambos diagnósticos, puede explicar la presencia de una enfermedad diagnostica-
da clínicamente como depresión e incluso suicidio.
Se recomienda antes de realizar el diagnóstico comunitario exhaustivo, incorporar gra-
dualmente y de manera selectiva, los datos sobre las condiciones y manifestaciones de
salud-enfermedad priorizados por la comunidad y los agentes socio-institucionales.
Anteriormente se había señalado que para caracterizar la demanda había que hacer
un examen preliminar dirigido a identificar las características generales de la comunidad
y que la información recogida en este proceso constituía la puerta de entrada al diagnós-
tico comunitario. En tal sentido, el diagnóstico comunitario sobre los problemas de salud
mental seleccionados, acopiara información relacionada con las características generales
de la comunidad, la magnitud del problema y el impacto, con el propósito de sustentar
las decisiones relacionadas con la necesidad y el tipo de intervención. Esta información
sirve como línea de base para facilitar la medición de los cambios del estado y la condición
de salud en el tiempo y poder apreciar los efectos de la intervención en la salud mental
de la población en la entidad territorial.
Se pueden distinguir tres modalidades de diagnósticos comunitarios: El descriptivo,
el analítico y el mixto. El primero mide la incidencia, prevalencia y la distribución de un
evento psiquiátrico, emocional o psicosocial en una comunidad, a través del estableci-
miento de indicadores de medición tales como las tasa de mortalidad asociada a situacio-
nes alteradas de la salud mental. Igualmente, se deben calcular las tasas de morbilidad
las cuales definen los diferentes aspectos del estado de enfermedad, para ellos se pueden
emplear las tasas de hospitalización psiquiátrica, incidencia, prevalencia y discapacidad.
Estas tasas implican la existencia de un sistema de información que permita su actuali-
zación de manera que se de cumplimiento a una característica del diagnóstico comunita-
rio de ser un ejercicio que innova permanentemente sus indicadores.
Otra modalidad del diagnóstico comunitario es el analítico en el cual se buscan las
asociaciones estadísticas existentes entre las variables que se estudian para identificar
los factores causales y su grado de importancia con relación a la presencia del trastorno
psiquiátrico, emocional y psicosocial. Es posible encontrar que exista una población des-
motivada a participar como consecuencia de una situación de desempleo; de igual forma,
el síndrome de estrés postraumático se asocia a situaciones de violencia y enfrentamiento
armado, desplazamiento, situaciones de emergencia y/o desastre.
Esta modalidad de diagnóstico permite identificar las poblaciones de mayor riesgo,
medir los efectos atribuibles a ciertas enfermedades, o, conductas para identificar y reco-
nocer la existencia de situaciones de salud mental a nivel comunitario.
Existe una modalidad de diagnóstico comunitario que es la combinación de las dos
descritas y se conoce como diagnóstico comunitario mixto, en él se integran elementos
de los diagnósticos cuantitativo y cualitativo y es aconsejable para el planificador de la
salud mental emplearlo si desea disponer de un panorama general de la situación de sa-
lud mental mucho mas amplio.
Antes de iniciar el proceso de diagnóstico en salud mental de la entidad territorial,
el grupo funcional, o, los actores socio-institucionales designados para realizar ésta ac-

58
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

tividad, deben definir la población sobre la que se hará el diagnóstico, los objetivos, los
métodos a utilizar en el proceso de construcción, los instrumentos con sus respectivos ins-
tructivos, la forma de recolectar la información, los responsables, la forma de procesarla
y quienes elaboran el documento.
Es pertinente que quienes participen en el proceso del diagnóstico se familiaricen con
todas las fuentes de datos publicadas o nó, por ejemplo, censos, estadísticas hospitalarias
etc. La actividad clínica es una fuente valiosa siempre que haya sido registrada con cuida-
do y sea de calidad. La información más fidedigna es aquella que registra cuantos de los
que en la realidad tuvieron un trastorno psiquiátrico o psicosocial acudieron, o, nó a un
servicio de salud mental. Los tamisajes permiten separar a las personas en riesgo de la que
están viviendo una situación alterada de la salud mental.
Existe una amplia gama de instrumentos diseñados con los fines descritos, por ejem-
plo, para trastornos emocionales diversos, la literatura científica cita la entrevista epide-
miológica psiquiatrita (PERI) , el cuestionario general de salud (GHO, para síntomas de-
presivos la escala de Zung, o, de de Beck y para ingesta excesiva de alcohol la adaptación
de Florenzano.
No todos los instrumentos funcionan en todas partes, eso depende de las caracterís-
ticas culturales que identifican a la comunidad sujeto del diagnóstico. Las encuestas y
entrevistas diagnósticas se pueden hacer con cierta periodicidad, o, de manera puntual
con toda la población si es factible y con una muestra representativa. Las entrevistas diag-
nósticas requieren para su ejecución de personal especializado.
Para establecer en el diagnóstico comunitario o epidemiológico en salud mental, la
distribución del trastorno o el aspecto de la salud mental que se este estudiando, se debe
definir operacionalmente el trastorno de manera que pueda ser medido, y de igual ma-
nera, las tasas de incidencia y prevalencia, para lo cual se debe determinar el numerador
a partir de lo que representa la información obtenida respecto al problema. Por ejemplo,
el número de consumidores de alcohol en una localidad como numerador y en el deno-
minador el universo en el cual está inmerso el numerador; es decir, el total de personas
de la comunidad que se les permite consumir alcohol de acuerdo a los patrones culturales
de consumo y las normas jurídicas existentes. Para calcular las tasas, los numeradores y
denominadores deben ser proporcionados por el diagnóstico en salud en la parte de ca-
racterización de la demanda; es decir en el examen preliminar de la comunidad.
Los datos relativos a la prevalencia tratada (demanda satisfecha) serán mejorados en lo
posible con base en la prevalencia real, revelados por investigaciones epidemiológicas de
la comunidad, que incluyan la percepción social de la enfermedad y de la salud mental,
por parte del paciente y por los mismos servicios de atención existentes33.
Existen unas medidas, o, parámetros adicionales relacionados con el componente de
salud-enfermedad que se abordan en el diagnóstico, ellos son: el tiempo, el lugar y las
características de las personas y de la red de servicios de salud.
Al cerrar el proceso del diagnóstico comunitario se hace un estudio de los determinan-
tes del trastorno o trastornos seleccionados, con el objetivo de identificar las variables

33
OPS “Guía para la elaboración de planes nacionales de salud mental, división de promoción y protección
en salud, 1994.

59
Ministerio de la Protección Social

responsables de la distribución del trastorno. Es posible asociar un conjunto de variables


que den origen a una clasificación del trastorno. Un ejemplo es el “Síndrome comunita-
rio”, el cual agrupa un conjunto de trastornos relacionados entre si como alcoholismo,
desmoralización, bajo rendimiento escolar.
Para la identificación del tipo de trastornos mentales a considerar en el diagnóstico co-
munitario se emplea la clasificación internacional de enfermedades en su décima revisión
(CIE-10)34 en lo relativo a trastornos mentales y del comportamiento, vigente para el país.
Las categorías generales incluidas son:

• Trastornos mentales orgánicos, incluidos los trastornos psicosomáticos; por ejemplo,


demencia de la enfermedad de Alzheimer, delirio.

• Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de sustancias psicoactivas;


por ejemplo, uso nocivo de alcohol, síndrome de dependencia de opiáceos.

• Esquizofrenia, trastornos esquizotípicos y trastornos delirantes; por ejemplo, Esquizo-


frenia paranoide, trastornos delirantes, trastornos psicóticos, agudos y transitorios.

• Trastornos del humor (Afectivos); por ejemplo, el trastorno afectivo bipolar, episodio
depresivo.

• Trastornos neuróticos, trastornos relacionados con el estrés y trastornos somatomorfos;


por ejemplo, trastornos de ansiedad generalizada, trastornos obsesivo-compulsivos.

• Síndromes del comportamiento asociados con alteraciones fisiológicas y factores físi-


cos; por ejemplo, trastornos de la ingestión de alimentos, trastornos no orgánicos del
sueño.

• Trastornos de la personalidad y del comportamiento de adultos; por ejemplo, trastor-


no paranoide de la personalidad, transexualismo.

• Retraso mental; por ejemplo, retraso mental leve.

• Trastornos del desarrollo psicológico; por ejemplo, trastornos específicos de la lectu-


ra, autismo infantil.

• Trastornos emocionales y del comportamiento que aparecen habitualmente en la


niñez y en la adolescencia; por ejemplo, trastornos hipercinéticos, trastornos de la
conducta, trastornos por tics.

• Trastorno mental no especificado.


Agostados estos procesos para caracterizar la demanda, identificando las caracterís-
ticas generales de la comunidad y habiendo realizado el diagnóstico comunitario, o, de
salud mental, se procede a caracterizar la oferta, para luego dar comienzo al proceso de
planificación de la intervención mas apropiada dirigida a transformar, suprimir y aliviar el
impacto de los trastornos mentales sobre la población.

34
OMS, “Informe sobre la salud en el mundo 2.001-Salud mental: Nuevos conocimientos nuevas esperanzas,
Cáp. II, Pág. 22. Ginebra Suiza 2001.

60
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

4.3.1.2. Características de la oferta:


Están referidas a los recursos existentes para afrontar los problemas y sus causas, se
incluyen los recursos convencionales y los tradicionales, tanto humanos como materiales,
provenientes de la comunidad y de las instituciones responsables del orden departamen-
tal y municipal.
4.3.1.2.1. Talento humano
El diagnóstico identificará la capacidad científica y técnica existente para la resolu-
ción de los problemas de salud mental registrados en el diagnóstico epidemiológico, y
en el diagnóstico comunitario, según niveles de atención. En cuanto al talento humano,
su análisis incluirá tanto a los agentes de salud mental como a los agentes de salud en
general. Habrá que mirar las políticas de formación del personal, en pregrado como en
postgrado, identificando claramente en que medida se articulan los sectores involucrados
(salud y educación). El diagnóstico se hace mas completo, si es factible incluir la magnitud
georreferenciada y clasificada por categorías del talento humano.
El diagnóstico deberá incluir el análisis de la formación y disponibilidad del talento
humano dedicado a la salud mental, vinculado directa, o, indirectamente. Deben consi-
derarse las políticas de formación del talento humano, identificando en que medida se
produce la colaboración docente asistencial.
En la medida que sea posible, se debe indicar la magnitud y distribución del talento
humano por categorías y profesiones. No se puede olvidar incluir el nivel de desarrollo de
la investigación en salud mental alcanzado en la entidad territorial.
4.3.1.2.2. Recursos económicos y financieros
Los fracasos registrados en algunas experiencias relacionadas con la intervención del
estado y la sociedad en países de América Latina, se debió entre muchas razones a la fal-
ta de asignación de los recursos económicos y/o a un manejo financiero inapropiado de
los mismos, aspectos que no pueden ser ignorados, cuando se pretende lograr acciones
exitosas en salud mental.
En Colombia existen recursos por ley destinados a acciones en salud mental; sin em-
bargo, muchas veces por desconocimiento, éstos no se emplean en lo que ha previsto la
ley; usualmente se desconocen las fuentes reales y potenciales de financiación, lo cual
implica identificar y establecer los montos por fuente, de manera que se pueda estable-
cer claramente el techo económico disponible para financiar las acciones de salud mental
en el nivel territorial y los recursos que según el plan deben ser gestionados a través de
otras fuentes, para garantizar la ejecución de las propuestas hechas en la planeación del
componente de salud mental en el plan sectorial.
Es necesario que los planificadores en salud mental de acuerdo con su formación y
experiencia, realicen el ejercicio de cuantificar el costo de las acciones relacionadas con
salud mental en los diferentes planes de beneficios del Sistema General de Seguridad So-
cial en Salud (POS, POS’S, PAB, ECAT ATEP y complementarios) que se vienen realizando.
Igualmente identificar y cuantificar los recursos de origen diferente al Sistema General
de Participaciones, y el total de los recursos compararlo con el costo de la demanda satis-
fecha y en lo posible con la demanda real. Este ejercicio permitirá aproximar el monto de
recursos disponibles para atender la demanda satisfecha y gestionar en fuentes alternati-
vas nacionales e internacionales los recursos necesarios para atender la demanda real.

61
Ministerio de la Protección Social

4.3.1.2.3. Recursos tecnológicos y normativos


Se requiere incorporar al proceso de intervención, tecnologías actualizadas para el
manejo de la información; así mismo, para el mejoramiento de la calidad de los servicios
de atención integral en salud mental.
En cuanto a los recursos normativos, se requiere formular o actualizar si existen, los
manuales y/o protocolos de manejo integral de la salud mental; la adecuación de los
marcos jurídicos que reglamenten la intervención de los diferentes actores vinculados a
la salud mental con una visión local o regional.
4.3.1.2.4. Recursos institucionales
Se trata de establecer un análisis del estado, orientación y características de los ser-
vicios de salud mental, su distribución respecto del territorio y la población, las tasas de
camas psiquiátricas públicas y privadas por 1.000 habitantes, en lo posible por municipio,
las tendencias del número y de la distribución. Es importante contar con un censo de ins-
tituciones tanto públicas como privadas, según nivel de atención.
De otra parte, es conveniente tener presente otro tipo de instituciones no necesaria-
mente prestadores de servicios de salud mental que juegan un papel trascendental a la
hora de brindar respuestas a las distintas demandadas de la comunidad tales como; curan-
deros, espiritistas, grupos de ayuda mutua (alcohólicos anónimos, por ejemplo.), grupos de
padres, organismos de asistencia social, establecimientos recreativos, ligas deportivas, de
fomento, organizaciones vecinales, los Copacos, las asociaciones de usuarios, las veedurías
ciudadanas, juntas de acción comunal, juntas administradoras locales, juntas de padres de
familia, asociaciones de usuarios campesinos, organizaciones gremiales y sindicales y orga-
nizaciones no gubernamentales nacionales, internacionales y líderes formales e informa-
les35 y sus organizaciones y en general cualquier tipo de organización social existente en el
nivel territorial. No sobra advertir la necesidad de tener presente a otros recursos oficiales
y no oficiales integrados por las instituciones oficiales y organizaciones sociales vinculadas
al manejo de los factores determinantes de la salud mental; por ejemplo Bienestar Social,
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y las comunidades religiosas
4.3.1.2.5. Recursos de la comunidad
Se refieren a las soluciones más o menos satisfactorias y a las capacidades potenciales
que posee o que pueden ser estimuladas por la comunidad.
Están integrados por los recursos del sector salud oficiales, que utiliza la comunidad
dentro y fuera de su territorio, el tipo de servicios asistenciales según el nivel de atención,
el sistema de referencia y contrarreferencia o red de servicios; incluye así mismo, las activi-
dades de promoción, prevención detección, vigilancia, diagnóstico, tratamiento y rehabi-
litación que utilizan, el talento humano o el equipo de salud mental, en el nivel primario,
secundario y terciario que los atiende en el sistema de salud y el tipo de relaciones que se
establecen entre el TSM y la comunidad.
Hacen referencia a los sistemas de salud alternativos existentes en los grupos étnicos y
culturales presentes en el territorio, incluyendo sus agentes de salud, de este grupo forman

35
Levav, I. Temas de Salud Mental en la Comunidad. OPS. 1992

62
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

parte también los curanderos, yerbateros y demás trabajadores no oficiales en salud mental
de quienes hace uso la comunidad para el manejo de sus problemas de salud mental.
Finalmente, existe un recurso específico de la comunidad representado en los líderes
formales e informales vinculados a las actividades relacionadas con los componentes de
la atención integral en salud mental.
En resumen, el planificador requiere disponer de un análisis estructural de la red ge-
neral de prestación de servicios de salud mental; estado de la infraestructura de las insti-
tuciones de salud, dotación, descripción de la planta de personal, planta de personal del
sector privado, redes específicas, red de laboratorio, sistema de referencia y contrarrefe-
rencia y nivel de productividad de las instituciones prestadoras de servicios de salud.
El Diagnóstico Organizacional tiene como propósito fundamental identificar los prin-
cipales problemas organizacionales y financieros de los servicios de salud mental apoyada
en el análisis de los datos epidemiológicos existentes. También hace referencia a la exis-
tencia de grupos y redes sociales dentro de la entidad territorial, con los cuales se puedan
apoyar las acciones de salud mental en la comunidad. Es conveniente hacer un análisis del
desarrollo institucional y del proceso de descentralización relacionado con la salud men-
tal en lo referente a las instituciones administrativas y de prestación de servicios.
4.3.1.3. Análisis de la relación oferta-demanda
Consiste en comparar las necesidades en materia de atención integral que demanda la
población con la oferta de servicios disponibles; para establecer lo que le falta a la oferta
para satisfacer la demanda real y con base en unos criterios de factibilidad política, eco-
nómica, normativa y técnica, definir las prioridades y las alternativas de solución viables a
expresar en el plan operativo.
4.3.2. Alternativas de solución
La definición de las prioridades en salud mental está condicionada por la factibilidad
política, técnica, económica y cultural. Igualmente, se debe tener en cuenta el peso que
tiene cada problemática en el perfil epidemiológico del municipio.
Para jerarquizar los problemas identificados se sugiere considerar los siguientes cri-
terios: magnitud, grado de afectación, necesidades de intervención futura, grupos de
población afectados, percepción social del problema, estructura del problema, viabilidad
de la solución. El ejercicio se puede hacer a través del uso de una técnica DOFA o usando
el árbol de problemas.
4.3.2.1. Formulación de objetivos y metas:
Esta subfase se relaciona con la anterior, permite identificar las áreas de trabajo a de-
sarrollar con base en las prioridades en salud mental.
A partir de la descripción de los problemas, se definen los escenarios deseables y los
posibles. Estos deben tener una expresión cuantificada, ser solucionables y plausibles so-
cial y culturalmente.
La conformación del futuro deseado es decir el diseño del futurable o modelo pro-
piamente prospectivo, responde a la pregunta ¿Cual es el futuro que deseamos? ¿Cómo
puede ser nuestro futuro si continuamos en una dirección similar a la actual?

63
Ministerio de la Protección Social

Se identifican y caracterizan los encadenamientos de los problemas centrales con sus


causas y las interrelaciones de causa y efecto, para proyectar la solución al futuro.
Esta subfase está dirigida a proyectar la transformación de los problemas mediante la
definición de objetivos, metas, estrategias, proyectos y líneas de acción. Igualmente se
deberán establecer los criterios para el control y evaluación de su ejecución.
El componente de salud mental en el plan territorial de salud, debe incluir acciones
relacionadas con los aspectos psicosociales de la salud y el desarrollo, tales como las que
fomentan el desarrollo psicosocial de los niños, promueven destrezas y competencias psi-
cosociales en niños y adolescentes, las que fomentan los comportamientos protectores
de la salud; así mismo, el desarrollo de pautas en relación con los aspectos psicosociales
del trabajo y la prevención de las consecuencias negativas en cambios sociales de gran
magnitud, como, por ejemplo, las migraciones, los desplazamientos de poblaciones y los
procesos de urbanización.
Algunos componentes de los planes de acción, en cuanto al fomento de la salud men-
tal de la infancia pueden ser: Planificación familiar, atención prenatal, inmunización, ade-
cuada nutrición, seguridad de los niños, visitas domiciliarias y a guarderías, programas
escolares y salud mental en la atención primaria.
La Salud mental de los jóvenes es relevante por sus peculiaridades psicosociales y cul-
turales y el bajo acceso a oportunidades para el ejercicio de sus derechos. La población
joven comprendida entre los 14 y 26 años representa el 20% de la población total del país
y sus posibilidades reales de participación, especialmente en los estratos populares son
muy limitadas.
En tal sentido, deben incorporarse acciones relacionadas con los aspectos psicosociales
y orientadas a prevenir comportamientos de riesgo, mediante la aplicación de los conoci-
mientos y técnicas de los programas de salud mental; estas actividades permiten acopiar
información para observar las razones por las cuales las personas acuden o no en busca
de ayuda profesional o comunitaria.
Todos los planes deben incluir acciones de promoción de la salud mental, prevención
de las enfermedades mentales, detección precoz comunitaria, diagnóstico, tratamiento y
rehabilitación. El componente de atención puede incluir también, acciones alternativas a
la asistencia psiquiátrica con la activa participación de la comunidad y apoyada por una
red de servicios integrales de organismos de salud públicos y privados de los diferentes
niveles de atención.
Los problemas mentales, emocionales y sociales de las personas de la tercera edad cons-
tituyen un aspecto importante en la planeación de las acciones en salud mental, se debe
mirar el problema del aislamiento, de depresión y de otras situaciones particulares que mo-
tivan el fomento de grupos de ancianos con el objeto de Integrarlos en actividades físicas,
recreativas y creativas que redunden en su salud mental, Procurar que la familia del anciano
conozca y comprenda las características de esta etapa de la vida, el logro de una adecuada
interrelación entre los servicios de salud, los ancianos, sus familias y la comunidad.
Posterior a lo anterior, se debe orientar hacia la elaboración del modelo de la realidad
en la cual habrán de tomarse las decisiones. ¿Cómo es el presente? ¿Cuáles son sus prin-
cipales características? ¿Cuáles y como son sus interacciones?, constituyen interrogantes
útiles para este ejercicio.

64
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

Luego se contrastan los resultados de los dos ejercicios descritos, provocándose la con-
vergencia para definir el marco de orientación global, respondiendo a los siguientes in-
terrogantes: ¿Qué distancia existe entre el futurable y la realidad? ¿Cómo pueden con-
verger? ¿Cual deber ser el perfil requerido para que exista la convergencia entre el polo
prospectivo (lo ideal) y lo situacional (lo real)? ¿Cuál habrá de ser la orientación global
para que el futurable sea alcanzado?
Finalmente se determina la visión estratégica y su factibilidad definiendo los futuros
posibles y mostrando opciones políticas concretas a partir de la respuesta a estas inquie-
tudes: ¿Cómo ir construyendo el futuro? ¿Cuáles son las vías para acercarse progresiva-
mente al futurable?
A partir de la construcción de objetivos se determinan las metas a corto, mediano y
largo plazo, las actividades para cumplir con objetivos y los indicadores cualitativos y
cuantitativos para medir el impacto de las acciones.
Las metas son parámetros a través de los cuales se pueden establecer propósitos, para
que en el momento de la evaluación sea posible medir el grado de éxito o eficacia logrado
a través de las acciones que se realzan. Se busca mediante una meta establecida compro-
bar si se resolvió el problema o en que medida se afecto con la intervención realizada.
Las metas hacen referencia a los criterios de tiempo y escala de medida, definidos para
identificar logros a corto, mediano y largo plazo, que en el caso de la salud mental, se ha-
cen recomendables para que las acciones puedan ser sostenibles en el tiempo y así lograr
el impacto esperado.
4.3.2.2. Formulación y ejecución del plan operativo.
Consiste en desarrollar los programas y proyectos para cada objetivo y meta definidos
en la fase anterior a manera de carta de operación, en donde se incluyen para cada pro-
grama y/o proyectos las actividades y tareas con unidades de medida, metas programá-
ticas, resultados esperados, recursos y flujo de estos, según cronograma detallado, de tal
manera que la organización de los recursos humanos, físicos y financieros se orienten al
cumplimiento de los objetivos establecidos.
Para un mejor aprovechamiento de los recursos, se deberá promover la intersectoriali-
dad en el manejo de la salud mental, aduciendo su importancia en la construcción de un
manejo integral, holístico, participativo e interdisciplinario.
4.3.2.3. Evaluación del proceso de planeación del componente de salud mental en el plan
territorial de salud.
Se sugiere hacer dos tipos de evaluación. Una permanente o de proceso (Monitoreo,
seguimiento) y otra de punto, la cual está orientada a determinar el impacto de los pro-
gramas y proyectos en los problemas y necesidades priorizados, para hacer los ajustes
respectivos.
El monitoreo y evaluación de las acciones debe tener un enfoque cuanti-cualitativo. Es
necesario disponer de indicadores adecuados los cuales aunque abundantes, son escasos
en cuanto a su definición operativa; razón por la cual uno de los intereses de la estrategia
de investigación debe ser el estudio e identificación de indicadores que den cuenta de las
transformaciones en la estructura, el proceso y el impacto. Para la evaluación y selección

65
Ministerio de la Protección Social

de alternativas se tiene en cuenta el criterio de eficacia y realismo del plan; igualmente,


otros aspectos como prioridades en la política de desarrollo y disponibilidad de recursos
financieros.
Este proceso debe ser participativo con la presencia de todos los actores socio-institu-
cionales y en la medida de las posibilidades de abajo hacia arriba y con la participación
máxima posible de la comunidad. En el plan operativo se deben incluir claramente los
recursos requeridos para realizar cada actividad según cronograma.
La planeación del componente de salud mental en el plan territorial de salud mental
debe hacerse en concordancia con los tiempos que manejan los administradores públicos
de elección popular, como es el caso de los gobernadores y alcaldes; es decir, desde el mo-
mento mismo de la postura como candidato hasta la formulación y aprobación del plan
de desarrollo.
Quiere decir que se deben empatar los tiempos que manejan los diferentes actores de
la salud mental de manera que el ejercicio que hagan de diagnosticar y presentar alterna-
tivas de solución a sus problemas, coincida con los tiempos que manejan los candidatos de
la rama ejecutiva y legislativa del poder, por cuanto, si estas iniciativas no son recogidas
en el programa de gobierno que inscriben los candidatos, este insumo básico quedaría
excluido del plan de desarrollo de quien resulte elegido, limitando por consiguiente, el
alcance en materia de salud mental del plan sectorial de salud de la entidad territorial, si
la acción de los actores socio-institucionales no es capaz de negociar recursos para salud
mental en el plan de desarrollo.
Significa que lo ideal es que las necesidades y soluciones a los problemas de salud men-
tal deben quedar incorporadas en los programas de gobierno que los aspirantes inscriben
al momento de oficializar la candidatura, lo cual implica una motivación previa por parte
de los actores de la salud mental, con todos los aspirantes respecto de las necesidades en
materia de salud mental y las alternativas de solución.
Se trata de establecer armonía en cuanto a tiempos y procedimientos en el proceso
de planeación del desarrollo en el departamento y la planeación de las acciones en salud
mental; de manera que, de un lado no se generen procesos de planeación paralelos a
los ya existentes y de otro se garantice una apertura programática en el presupuesto de
la entidad territorial coherente con las necesidades de la población en materia de salud
mental.
Para concluir a continuación se muestra de manera esquemática, resumida y sintética
la ruta a seguir para obtener como producto final el documento de planeación del com-
ponente de salud mental en la entidad territorial; describiendo el proceso de planeación
del componente desde el objetivo general y los específicos, las fases metodológicas, inclu-
yendo sus respectivas actividades básicas a saber: Conformación del grupo funcional de
trabajo, movilización de recursos socio-institucionales nacionales, e, internacionales alre-
dedor de la salud mental, para confluir en el plan operativo que incorpora el diagnóstico
integrado por la características de la demanda, de la oferta y la relación oferta-demanda;
y las alternativas de solución.

66
Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

67
Ministerio de la Protección Social

GLOSARIO DE TERMINOS
Cultura:
“La Cultura se comprende como una red cerrada de conversaciones que constituye y
define una manera de convivir humano. Como una red de coordinaciones de emociones
y acciones que se realizan como una configuración particular de entrelazamiento del ac-
tuar y el emocionar de la gente que vive esa cultura”. Por lo tanto es un sistema cerrado
que genera a sus miembros. Las diferentes culturas son distintas redes cerradas de conver-
saciones con distintas maneras de vivir como distintas configuraciones entre el lenguajear
y el emocionar.
Un cambio cultural se da tan pronto como una comunidad conserva una red particular
de conversaciones como su manera particular. (H. Maturana).

Emociones
Las emociones preexisten al lenguaje, por lo tanto, al distinguir una emoción, se hace
una apreciación de las acciones posibles de esa persona, y se utilizan diferentes palabras.
Al referirnos al amor, miedo, vergüenza, envidia, enojo, se señalan acciones diferentes.
La emoción define a la acción y desde la biología se entiende como las distintas disposi-
ciones corporales dinámicas que especifican en cada instante de la acción, que un cierto
movimiento o una cierta conducta es. En este sentido la emoción bajo la cual se recibe
una conducta, es la que hace que se realice una conducta u otra. En consecuencia para
tratar de comprender lo que sucede en una conversación, tenemos que ver la emoción
que especifican las acciones que se dan, comprendiendo el entrelazamiento del lengua-
jear y el emocionar. Como resultado de esto el significado de las palabras, cambia con el
fluir del emocionar y viceversa el fluir del emocionar cambia al cambiar el significado de
las palabras.
Generalmente al hablar de emociones nos referimos a sentimientos generando una
confusión, lo que se connota al hablar de emociones corresponde a la distinción reflexiva
que hacemos al observar nuestro emocionar o el emocionar del otro. Es en las acciones
que distinguimos las emociones. Es la emoción lo que define al acto como una acción. Es
la emoción con que se realiza o con que se recibe un cierto movimiento lo que lo hace una
caricia o una agresión. Para conocer las emociones se observan las acciones o las disposi-
ciones corporales que especifica el dominio de una acción en el que esta otra persona.
El emocionar es también adquirido en intima convivencia con una cultura determina-
da, percibiendo como natural el emocionar de nuestras madres y de los adultos con los
cuales convivimos y aprendiendo a vivir el flujo emocional de nuestra cultura. De esta
manera todo lo relacionado con esta cultura resulta adecuado y evidente y no se tiene
conciencia que el fluir del emocionar (deseos, preferencias, rechazos, aspiraciones, inten-
ciones, elecciones) guían nuestro actuar36.

Promoción de la salud mental


Entendida como un conjunto organizado de actividades dirigidas a cambiar la posición
que la Salud Mental representa dentro de las escala de valores para los diferentes actores

36
Maturana Romesin H. “Amor y Juego. Fundamentos olvidados de lo humano. Desde el Patriarcado a la
Democracia. Gerda Verder Editores. Santiago de Chile. Instituto de Terapia Cognoscitiva 1993.

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Guía para la planeación del componente de salud mental en los planes territoriales de salud

vinculados al proceso y por consiguiente, los comportamientos que se derivan de estos


valores y las pautas de conducta culturales a través de los medios de comunicación mas
adecuados a las condiciones de vida de la población.37

Violencia
La OMS define la violencia como el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea
en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comuni-
dad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicoló-
gicos, trastornos del desarrollo o privaciones.

Empoderamiento
Es percibido como auto control y habilidad para traer cambios en las condiciones socia-
les y de salud a través de la movilización colectiva, contrarrestando la sensación de falta
de poder y desesperación. La participación en el proceso de toma de decisiones es cotiza-
da, no solo desde el punto de vista ético, sino para garantizar eficacia.38
Comunidad
El termino “comunidad” puede tener diferentes significados dependiendo del contex-
to. La noción tradicional de comunidad es un área geográfica bien definida con institucio-
nes formales como la iglesia, municipios y escuelas donde las familias viven, cuyos valores
tienen raíces en una historia común. Esto ha comenzado a cambiar en lugares donde los
obstáculos geográficos han sido vencidos por los medios de comunicación y transporte.
Actualmente la gente no vive donde trabaja y las redes de apoyo no consisten en límites
geográficos. Estas consideraciones deben tenerse en cuenta cuando las actividades de
grupo, comunidades o redes sociales en un área especifica son analizadas y evaluadas.39

Epidemiología
Ciencia que estudia la distribución de las enfermedades y sus causas en grupos huma-
nos, disciplina arraigada a la clínica medica.

Planeación:
Es la toma anticipada de decisiones. Planear significa elegir, definir opciones frente al
futuro, pero también significa proveer lo medios necesarios para alcanzarlo40.

Red:
Son los vínculos que se establecen entre personas, grupos e instituciones, los cuales
teniendo cada uno sus características y particularidades, reconocen la necesidad básica de
crear lazos y aunar esfuerzos para el cumplimiento de objetivos comunes, compartiendo
un espacio de igualdad donde las relaciones son horizontales y se reconocen los distintos
saberes y aportes.41

37
Guía para la Elaboración de Planes Nacionales de Salud Mental, División de Promoción y prevención en
Salud OPS-OMS, Mayo de 1994.
38
“Lineamientos para la elaboración de planes nacionales de acción en promoción de la salud”. Versión
Final. Ciudad de México. Junio de 2000. OMS. OPS y Secretaria de Salud de México.
39
Idem
40
Idem 25
41
Plan Nacional de Salud mental y psiquiatría. Ministerio de Salud. Chile 2000.

69
Ministerio de la Protección Social

BIBLIOGRAFIA REVISADA
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