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COMISIÓN
PRESUPUESTO Y HACIENDA
TRÁMITE
ARTICULO 2º: Las personas referidas en el artículo anterior, deben realizar las
capacitaciones en el modo y forma que establezcan los respectivos organismos
a los que pertenecen.
ARTICULO 7º: El Consejo Nacional de las Mujeres debe desarrollar una página
web de acceso público desde donde la sociedad civil pueda monitorear el grado
de cumplimiento de cada uno de los poderes del Estado, ministerios y
organismos del Estado Nacional, Provincial y Municipal.
En la página se identificarán las/os responsables de cada organismo de cumplir
con las obligaciones aquí contenidas y el porcentaje de personas capacitadas,
desagregadas según su jerarquía.
ARTICULO 8º: Las personas que no realicen las capacitaciones serán intimadas
en forma fehaciente por la autoridad que corresponda de acuerdo al organismo
de que se trate. El incumplimiento de dicha intimación será considerado falta
grave y dará lugar a la sanción disciplinaria respectiva. Sin perjuicio de las otras
sanciones que pudieran corresponder, el Consejo Nacional de las Mujeres podrá
hacer pública la negativa a participar en la capacitación en la página web de
monitoreo de la presente ley.
ARTICULO 9º: Los gastos que demande la presente Ley se tomarán de los
créditos que correspondan a las partidas presupuestarias de los organismos
públicos de que se trate.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
“al Estado parte a que vele por que la judicatura, incluidos jueces, abogados,
fiscales y defensores públicos, conozca los derechos de la mujer y las
obligaciones del Estado parte con arreglo a la Convención, y alienta a este a que
imparta capacitación sobre cuestiones de género a todos los miembros del
sistema de justicia, entre ellos los organismos encargados de hacer cumplir la
ley, y a que vigile los resultados de esa labor.”
En el caso Atala Riffo y Niñas Vs. Chile del 24 de febrero de 2012, el Tribunal
ordena que el Estado continúe implementando programas y cursos permanentes
de educación y capacitación en: i) derechos humanos, orientación sexual y no
discriminación; ii) protección de los derechos de la comunidad LGBTI, y iii)
discriminación, superación de estereotipos de género en contra de la población
LGTBI. Los cursos deben estar dirigidos a funcionarios públicos a nivel regional
y nacional, y particularmente a funcionarios judiciales de todas las áreas y
escalafones de la rama judicial.
En el fallo Artavia Murillo y otros (Fecundación in vitro) Vs. Costa Rica del 28
noviembre de 2012, la Corte ordenó que el Estado implemente programas y
cursos permanentes de educación y capacitación en derechos humanos,
derechos reproductivos y no discriminación, dirigidos a funcionarios judiciales de
todas las áreas y escalafones de la rama judicial.
Por último, más recientemente, en el caso Espinoza Gonzáles Vs. Perú del 20
de noviembre de 2014. La Corte recordó que la capacitación, como sistema de
formación continua, se debe extender durante un lapso importante para cumplir
sus objetivos. De igual modo y a la luz de la jurisprudencia de este Tribunal,
advierte que una capacitación con perspectiva de género implica no solo un
aprendizaje de las normas, sino debe generar que todos los funcionarios
reconozcan la existencia de discriminación contra la mujer y las
afectaciones que generan en éstas las ideas y valoraciones estereotipadas
en lo que respecta al alcance y contenido de los derechos humanos.
En definitiva, de lo expuesto se colige que según los casos y temas la Corte IDH
ha ordenado que los países realicen capacitaciones sobre perspectiva de género
a personas de diferentes sectores del Estado. Esta formación debiera ser
obligatoria, no limitada a lo normativo y lograr un aprendizaje que produzca
cambios culturales que impacten en la vida de las mujeres. Para ello, los
organismos especializados recomiendan la sostenibilidad de la capacitación y el
seguimiento de sus resultados.
Finalmente, nuestro país cuenta con una ley de Protección integral a las mujeres
(ley 26.485), en donde las acciones vinculadas a la capacitación ya están
mencionadas en cabeza de cada uno de los Poderes del Estado y Ministerios.
Una experiencia en nuestro país que resultó muy interesante al punto de ser
mencionada por los organismos internacionales, fue la capacitación en género
organizada por la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación bajo la dirección de la Ministra Carmen María Argibay. En 2010, un
grupo de personas especialmente entrenadas comenzó a realizar réplica
de los talleres en sus propios ámbitos empleando un material elaborado
por dicha oficina y validado por el Sistema de Naciones Unidas en
Argentina. El material tenía por objeto que quienes se desempeñan en la
Justicia adquirieran las herramientas conceptuales que les permitiera, por
un lado, mejorar las relaciones interpersonales, ajustándolas a los
estándares internacionales de igualdad y no discriminación, y por el otro,
dar una respuesta acorde con el programa constitucional y los tratados
internacionales firmados por nuestro país a quienes se presentan al
sistema de Justicia.
Este sistema de capacitación fue compartido con seis países de la región y más
recientemente compartido con todos los países pertenecientes a la Cumbre
Judicial Iberoamericana. No obstante lo cual, no ha tenido en nuestro país la
fuerza para implementarse como una verdadera política de estado,
fundamentalmente por la dificultad de convocar a esos talleres a las
máximas autoridades judiciales, muchas de las cuales eran y son
reticentes a concurrir a los talleres que se organizan.
Resulta importante aclarar que estos materiales, también fueron utilizados para
la capacitación de personal legislativo, fuerzas de seguridad, docentes,
abogadas/os de la matrícula, y por lo tanto podrían constituir una base sobre la
que los organismos podrían trabajar, haciendo algunas adaptaciones. En este
sentido, por un convenio de colaboración firmado en 2015 entre la Oficina de la
Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el Consejo Nacional de
Coordinación de Políticas Sociales que se encuentra vigente, estos materiales
pueden ser utilizados, pues allí se dispuso que las partes firmantes cooperarán
compartiendo los programas que desarrollen, en especial los recursos que
contribuyan a la incorporación de la perspectiva de género en el diseño y/o
ejecución de políticas en los respectivos ámbitos de competencia de cada una
de las partes, con miras a optimizar la labor de capacitación y sensibilización en
la temática a través de la complementariedad.
Por otro lado, en otros poderes del Estado también se han realizado grandes
esfuerzos pero siquiera han tenido este grado de planificación y organización.
Mientras tanto, los femicidios en los últimos años han ido en aumento, tal como
lo muestran los datos que anualmente muestra la Asociación Civil La Casa del
Encuentro, como más recientemente el Registro de Femicidios de la Oficina de
la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Algunos de ellos,
evitables, si hubiera existido una eficiente intervención de los agentes del Estado,
en sus distintos niveles y jerarquías.
Es por ello que más allá de la adopción de otras medidas que deben
implementarse, muchas de las cuales están contempladas en el Plan Nacional
de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra
las mujeres (2017-2019) elaborado por el Consejo Nacional de las Mujeres, urge
involucrar a todas las personas que integran los poderes del Estado, y en sus
distintos estamentos en capacitaciones en perspectiva de género, de modo de
lograr prontamente intervenciones más eficientes y al mismo tiempo comenzar a
resquebrajar las estructuras patriarcales, que reproducen a través de la impericia
y/o violencia institucional, la violencia contra las mujeres.
En este contexto, el presente proyecto de ley propone una medida tan básica
que resulta incuestionable: que todos los servidoras/es públicas/os conozcan la
Constitución, en particular, lo que a través de las convenciones internacionales
sobre los derechos de las mujeres incorporadas a ella constituyen obligaciones
de idéntica jerarquía. En efecto, a través de la incorporación de la Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer
(CEDAW) a nuestra carta magna, el contenido y obligaciones allí contenidas
debieran ser conocidos por todos. Para ello, y tal como lo expresa la Corte IDH
no resulta suficiente transmitir el contenido normativo sino fundamentalmente
proporcionar las herramientas que permitan visualizar las desigualdades
estructurales de las mujeres, de modo de generar una práctica transformadora.
Por último, cabe destacar que el presente proyecto de ley ha sido elaborado por
un grupo de docentes, académicas, investigadoras y/o funcionarias
comprometidas con las cuestiones y problemáticas de género. Por orden
alfabético:
Flora Acselrad
Marina Andrino
Sibila Camps
Genoveva Cardinalli
Andrea Casaball
Julieta Casas
Fabio Frontelli
Virginia Guardia
Lorena Guzzetti
Marisa Herrera
Eleonora Lamm
Alejandra Lauria
Eduardo Llugdar
Nidia Marsero
María Menendez
Paola Muratorio
Carolina Patrón
Amilcar Paz
Felicitas Rossi
Cecilia Urcola
Susana Yappert