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El Temperamento de Jacob

Génesis 42:29-43:34

Introducción
Por favor, abra su Biblia en Génesis capitulo 42. Hoy, la atracción deja de ser José y pasa
a enfocar nuevamente a Jacob y sus diez hijos. Estuvimos estudiando la vida de Jacob
con anterioridad, el tiene tanto por enseñarnos y, una vez mas, el va a enseñarnos muchas
lecciones acerca de Dios.

Continuemos con esta historia en el versículo 29 de Génesis capitulo 42. En este


momento, vemos que José dejo a nueve de los hermanos libres, pero se quedo con
Simeón. Fíjese en los versículos 29 al 35.

“Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo lo que les había
acontecido, diciendo: 30Aquel varón, el señor de la tierra, nos habló ásperamente, y nos
trató como a espías de la tierra. 31Y nosotros le dijimos: Somos hombres honrados,
nunca fuimos espías. 32Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no parece, y
el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán. 33Entonces aquel varón, el
señor de la tierra, nos dijo: En esto conoceré que sois hombres honrados: dejad
conmigo uno de vuestros hermanos, y tomad para el hambre de vuestras casas, y
andad, 34y traedme a vuestro hermano el menor, para que yo sepa que no sois espías,
sino hombres honrados; así os daré a vuestro hermano, y negociaréis en la tierra.
35
Y aconteció que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de cada uno estaba
el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron
temor.”

La reacción de Jacob al reporte de Egipto

Lo primero queme gustaría compartirle de este estudio, es lo yo llamo: “El


Temperamento de Jacob.” Son las cuatro conclusiones erróneas en respuesta al reporte de
su hijo desde Egipto.
Fíjese en versículo 36,
“Entonces su padre Jacob les dijo: Me habéis privado de mis hijos; José no parece, ni
Simeón tampoco, y a Benjamín le llevaréis; contra mí son todas estas cosas.”

Jacob esta llegando a cuatro conclusiones erróneas:


• José esta muerto;
• Simeón esta muerto;
• Benjamín va a morir;
• Todas estas cosas son contra mí.

Al estudiar este pasaje y leer y releer el capitulo, me sorprendí de cuanto cosas podemos
sacar de la respuesta de Jacob. Es interesante ver cuanto nos parecemos a este hombre, en
la carne, cuando no estamos controlados por el Espíritu de Dios.
Tantas veces, como Jacob, llegamos a conclusiones erradas basándonos en
circunstancias. Llegamos a conclusiones que por lo general son equivocas, basados en
hechos u evidencias que creemos tener.

Jacob dice, “José no parece,” mejor dicho, “José esta muerto.” El no sabe que no es así,
desde ya que el no leyó el capitulo 43 como nosotros lo vamos a hacer. Sin embargo,
Jacob también esta diciendo que Simeón esta muerto cuando no es así. Esta llegando a la
conclusión de que el Faraón lo mando matar. También dice, “Benjamín va a morir si lo
llevan de nuevo.” Luego, a manera de conclusión, dice: “contra mi son todas estas cosas.”
De poderlo poner en otras palabras, “Todo sale mal, pobre de mi.”

Tengamos en mente que a esta altura Jacob es un hombre viejo y, creo yo, amargado. El
tuvo destellos de fe; momentos de verdadera confianza en Dios. Pero en este capitulo,
finalmente, proclama en su carne una declaración que resume su vida: “Dios me dio con
mano dura. Me dio uvas agrias.”

Este tipo de actitud aparece, quizás, en su vida y en la mía, cuando decimos cosas como:
“¿Por qué Dios bendice a fulano o mengano? ¿Por qué es que esa otra familia parece
tener hijos más obedientes que los míos? ¿Por qué tienen mejores notas? ¿Por qué lo
ascendieron de puesto a el y no a mi?”
Y hablamos y hablamos. Al final, lo que estamos diciendo es, “Dios realmente me
arruinó la vida.”

F.B. Mayer, un tremendo expositor de la Biblia, escribió en una oportunidad: “¿Por qué
es que la mano de Dios esta siempre con otro?”
Leí que esta probado clínicamente que la mayor causa de depresión es el tener lastima de
uno mismo. Esa es la actitud que Jacob ha tomado, “La vida es terrible. Mira todas las
cosas terribles que me están pasando. Pobre de mi.”

Estos individuos ponen un cartel en sus frentes que dice, “Doy lastima, ¿Alguien quiere
unirse a mi club?” y vera que se juntan, andan en grupo, lo que solo alimenta su miseria.
Amigos, Verdaderamente creo que uno de los errores que mas se repiten en la vida de
Jacob, también se repite en nuestras vidas. Se trata de malinterpretar los eventos de esta
vida fuera de la gracia de Dios.

La falta de disposición de Jacob para cooperar con las demandas


de Egipto

Ahora, fíjese lo que pasa en el capitulo 43, aquí vera la reacción de Jacob. Al final del
capitulo 42, después del versículo 38, debería escribir en paréntesis, “Después de algún
tiempo.” Entre ese tiempo y el versículo 1 del capitulo 43 vemos que se les acabaron los
víveres. Fíjese en los versículos 1 y 2.

“El hambre era grande en la tierra; 2y aconteció que cuando acabaron de comer el trigo
que trajeron de Egipto, les dijo su padre: Volved, y comprad para nosotros un poco de
alimento.”
Negación inicial
1. Ahora, la primera reacción de Jacob es una negativa.

Los hermanos le dijeron a su Padre, “Papa, no podemos regresar a Egipto a menos que
Benjamín venga con nosotros.”
Jacob se rehúsa a hacerlo. Se esconde. Al final, se acaban los alimentos y comienza a
haber hambre.
Jacob regresa a sus hijos, negando lo que el sabe que es realidad, y les dice,
“Volved, y comprad para nosotros un poco de alimento.”
Sus hijos ahora van a hacerle un planteo. Fíjese en los versículos 3 al 5.
“Respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos protestó con ánimo resuelto, diciendo: No
veréis mi rostro si no traéis a vuestro hermano con vosotros. 4Si enviares a nuestro
hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento. 5Pero si no le
enviares, no descenderemos; porque aquel varón nos dijo: No veréis mi rostro si no
traéis a vuestro hermano con vosotros.”

¿No es interesante que un hijo este aconsejando al Padre? Este hijo esta llamado a un lado
al patriarca diciendo, “Papa, ¿Te olvidaste que no podemos regresar a menos que
llevemos a Benjamín? Abre los oidos y escúchame.”

Un probable Engaño
2. En segundo lugar, la reacción de Jacob es la de un probable engaño.
Fíjese en el versículo 6.

“Dijo entonces Israel: ¿Por qué me hicisteis tanto mal, declarando al varón que teníais
otro hermano?”
En otras palabras, aquí tenemos al gran hombre de Dios, el patriarca, un hombre de fe,
diciéndole a su muchacho, “Hubiese sido mejor mentir. ¿Por qué no mintieron? ¿Para que
decirle que tenían otro hermano?
Ellos responden esa pregunta en los versículos 7 al 9ª.

“Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por
nuestra familia, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y le
declaramos conforme a estas palabras. ¿Acaso podíamos saber que él nos diría: Haced
venir a vuestro hermano? 8Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven
conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y
tú, y nuestros niños. 9Yo te respondo por él; a mí me pedirás cuenta. [por Benjamín].”

En otras palabras, “Si José le hace algo a Benjamín, será culpa mía. Voy a ser el
responsable.”
No nos vamos a enfocar mucho en esto, pero al analizar el capitulo, no se olvide de lo
que esta sucediendo en al vida de los hermanos. Ellos ya admitieron la culpabilidad, y la
confesion es gran parte de la cura. Ahora, vemos a Judá tomando responsabilidad,
cuando, veinticinco años atrás, el y los otros nueve hermanos, hubieran abandonado a su
hermano, ahora la historia es diferente.
Continuamos con el versículo 10.
“pues si no nos hubiéramos detenido, ciertamente hubiéramos ya vuelto dos veces.”

Intento de manipulación
3. Jacob aun no se quebranto. Lo que vamos a ver ahora por parte de Jacob, lo podemos
llamar un intento de manipulación.
Fíjese en el versículo 11. Esto es clásico de Jacob.
“Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la
tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco
de miel, aromas y mirra, nueces y almendras.”

“Saben, tal como hice con Egipto, vamos a manipularlo. Pongámonos en su lado bueno.
Llevémosle algunas cosas que allá en Egipto no tienen.”
Jacob continúa con el plan del versículo 12.

“Y tomad en vuestras manos doble cantidad de dinero, y llevad en vuestra mano el


dinero vuelto en las bocas de vuestros costales; quizá fue equivocación.”

En otras palabras, “No confiemos en Dios aun. Salgamos con algún plan propio. Yo
tengo uno bueno, porque hasta adonde yo recuerdo, unos cincuenta años atrás, funciono
con mi hermano Esaú.”
Tal vez recuerde que Jacob le llevo cabritos, camellos y muchos otros presentes a Esaú, y
los mando primero, antes de enfrentarse con el. Jacob esperaba calmar los ánimos. Así
que aquí tenemos al veterano Jacob; viejo, manipulador, engañoso, tratando de tomar el
lugar de Dios.

Confianza final
4. Imagínese a los hijos de Jacob en este momento, y lo que ven en el. No parece haber
cambiado, pero yo creo que si cambio. Creo que al pasar estos versículos, al pasar el
tiempo van habiendo cambios. Creo que el cambio ocurre en el versículo 14, el que
podemos llamar, la confianza final.
“Y el Dios Omnipotente os dé misericordia delante de aquel varón, y os suelte al otro
vuestro hermano, y a este Benjamín.”
En otras palabras, todo depende de Dios.
Continuemos con el versículo 14b y fíjese bien en la última frase.
“…Y si he de ser privado de mis hijos, séalo.”
Confianza. En otras palabras, cuando el humo se despejo, Jacob recordó que el Dios
Soberano, había sido parte de su vida y, finalmente, llega a la conclusión que le permite
decir, “Si mis hijos mueren, que mueran.”
Puesto de otra manera, Jacob dijo, finalmente, “EL Shaddai es en quien confío.”

Muchos de nosotros no podemos entender el corazón de Jacob porque nunca estuvimos


en esa situación. Algunos de ustedes, tal vez, hayan enfrentado grandes pruebas. Quizás
algunos de ustedes han perdido familiares cercanos y pueden comprender mejor la
angustia del corazón de Jacob. Cuando Jacob le dijo ‘adiós’ a sus hijos, pensó que les
decía adiós para siempre. Que momento más difícil para confiar en Dios.

George Matheson, un pastor reconocido del siglo 17, es una persona que realmente
admiro. Se trataba de un hombre ciego que vivía con sus dos hermanas. Ellas aprendieron
Latín, Griego y Hebreo y le ayudaban a el a estudiar. Le buscaban palabras y le leían
textos. Luego George armaría sus sermones y los predicaría. El era conocido como el
“pastor amado” y pastoreaba una iglesia muy grande para esa época, en realidad grande
para la actualidad también, de dos mil personas.

Llego el día en que las hermanas de George se casaron y al hacerlo, el sufrió una gran
perdida, ya que se mudaron. El quedo completamente solo. No obstante, podía valerse
por si mismo. Ahora, ya era mas viejo y tenia problemas con lo que había aprendido. En
su lucha por confiar en un Dios que aparentemente ya no proveería mas, el escribió un
himno. Después que su segunda hermana se fue, el escribió las siguientes palabras, fíjese
como hace referencia a la luz.

Que Amor que no me deja escapar


Mi alma preocupada descansa en Ti;
Te devuelvo la vida que te debo,
Para que flote en la profundidad de Tus océanos
Y sea mas rico aun.

Oh, luz que sigue todos mis caminos,


Cedo la antorcha que destella a Ti;
Mi corazón recobra ese haz de luz,
Que el Sol radiante de Tu gloria da.

Oh, gozo que me buscas en el dolor,


No puedo cerrar mi corazón a Ti;
Marco al arco iris a través de la lluvia,
Y siento que Tu promesa no es en vano,
Y que el lamento acabara sin lágrimas.

Yo no puedo comprender lo que este hombre vivió, pero me quedo maravillado. Me


quedo maravillado por lo que Dios puede hacer en la vida de uno en la adversidad. Y en
esta situación, Dios esta obrando en Jacob.
Entonces en el versículo 15, los hermanos regresan a Egipto.
“Entonces tomaron aquellos varones el presente, y tomaron en su mano doble cantidad
de dinero, y a Benjamín; y se levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron
delante de José.”

Los hermanos de José regresan a Egipto

Ahora la historia vuelve a enfocarse en Egipto. José trajo a sus hermanos, finalmente, al
fin de la prueba. Yo lo veo como una triple prueba.
Una prueba de honor
1. en primer lugar, es una prueba de honor.
Estuvimos viendo esto en nuestro último programa. Esta es la prueba en la cual José se
pregunta, ¿Se interesan mis hermanos los unos por los otros? ¿Dejaran a Simeón podrirse
en esta prisión?
Me imagino que José tendría sus dudas, si sus hermanos estarían pasando problemas u
hambre, si regresarían o no. Pero lo hicieron.
Me imagino a José mirándolos y pensando, ¿Cómo se trataran entre si? ¿Cómo hablaran
las cosas?
El les pregunta una y otra vez por su Padre, ¿Cómo esta vuestro Padre?
Se pregunta si le responderán, “Ah ese viejo, Lo dejamos solo. Esta tan siempre tan
ocupado con su Benjamín que nunca lo vemos.
Esa hubiera sido la respuesta de estos hermanos veinticinco años atrás. Pero ahora, cada
vez que responden, responden con respeto. Creo que esta fue una prueba de honor y la
pasaron. Una prueba de identidad familiar.

Una prueba de honestidad


2. La segunda prueba de José para sus hermanos fue una prueba de honestidad.
Creo que esto tenía que ver con el dinero. Estos hombres eran muy deshonestos, al menos
la ultima vez que el los había visto.
Fíjese en el versículo 16.
“Y vio José a Benjamín con ellos, y dijo al mayordomo de su casa: Lleva a casa a esos
hombres, y degüella una res y prepárala, pues estos hombres comerán conmigo al
mediodía.”

Ahora, los hebreos no comían con los Egipcios, y es algo que jamás cambio: hasta el día
de hoy, los Egipcios no comen con los Judíos. Así que este mayordomo se debe haber
rascado la cabeza pensando, “¿Por qué será que el primer ministro quiere compartir la
mesa con estos diez judíos?” Pero obedeció.

Los hermanos no se sintieron felices al oír la invitación. Fíjese lo que dice los versículos
18 al 19ª.
“Entonces aquellos hombres tuvieron temor, cuando fueron llevados a casa de José, y
decían: Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales la primera vez nos han
traído aquí, para tendernos lazo, y atacarnos, y tomarnos por siervos a nosotros, y a
nuestros asnos. 19Y se acercaron al mayordomo de la casa de José,”

Esto es risueño, muy gracioso. En vez de hablar con José, se acercan al mayordomo,
como si este supiera lo que esta pasando. Ahora, fíjese el titulo que usan para con el
mayordomo.
“Ay, señor nuestro, nosotros en realidad de verdad descendimos al principio a comprar
alimentos. 21Y aconteció que cuando llegamos al mesón y abrimos nuestros costales, he
aquí el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo
peso; y lo hemos vuelto a traer con nosotros.”
Fíjese que acabaron de entrar a la casa de José, y le están dando el dinero a este pobre
siervo. Le dicen, “Nosotros queríamos comprar comida.”
Ahora fíjese en la última parte del versículo 21 y el 22.
“…y lo hemos vuelto a traer con nosotros. 22Hemos también traído en nuestras manos
otro dinero para comprar alimentos; nosotros no sabemos quién haya puesto nuestro
dinero en nuestros costales.”

Están muy nerviosos. Se piensan que José los llamo a que vinieran a la casa para que
rindiesen cuentas. Así que se ponen a explicar la situación a este mayordomo, que no
tiene nada que ver ni con una solución ni con el problema.
Sin embargo, el mayordomo, evidentemente había sido instruido por José. Me encanta su
respuesta. Se trata de un egipcio incrédulo, que ha sido entrenado para responder. José
dijo, “Ah, si dicen este, tu le responderás así.” En el versículo 23ª leemos,
“El les respondió: Paz a vosotros, no temáis…”

En otras palabras, le s esta diciendo, “Tranquilos, no hay ningún problema. Ya se lo que


paso y no fue su dijera, sino nuestro dinero.”
Luego fíjense lo que dice en la segunda parte del versículo 23,
“vuestro Dios y el Dios de vuestro padre os dio el tesoro en vuestros costales.”

No puedo dejar de ponerme en los zapatos de estos hermanos. ¿Alguna vez tuvo que
rendir cuentas ante un incrédulo? Es como ir en un avión que se esta yendo a pique y uno
se aferra por su vida, y la persona de al lado le dice, “Acá no hay ningún problema. Yo
confío en Dios vio.”
Bueno, este mayordomo ni siquiera conoce a Dios, pero dice, “¿Ustedes tienen un Dios
no? Elohim, Bueno, El va a hacer todo esto por vosotros.”

Esto me hace recordar de una ocasión en la cual un inconverso impacto mi vida. Yo


estaba estudiando en la universidad y había conseguido un trabajo para el verano, eran
entre mi primer y segundo año creo. Me puse a trabajar en una construcción. Trabajaba
en un grupo pequeño, éramos peones de albañil. Si usted trabajo en alguna ocasión
construyendo, sabrá que un peón es una persona que hace lo que le manden. Desde
ayudar a limpiar, buscar herramientas o lo que fuere.
Éramos cuatro peones y teníamos un camión volcador con el cual nos transportábamos en
el lugar de la construcción y recogíamos escombros. La verdad que me dio mucha
motivación para seguir estudiando porque sabía que me esperaba si algún día dejaba la
universidad.
Los tres muchachos que trabajaban conmigo, hacían lo imposible por no trabajar. Eran
muy astutos, uno de ellos había estado trabajando allí por más de dos años. Yo solo
estaba allí por tres meses y ellos lo sabían. Yo estaba siempre listo para trabajar. En
varias ocasiones, me encontré cargando el camión yo solo. Me había determinado a
hacerlo, si era un buen testimonio para los otros, lo haría, así que continuaba haciendo el
trabajo.

En el lugar había una camioneta llena de bebidas, como las que usan los que venden
helados. Nos daban una hora de descanso para el almuerzo, eso era todo.
Una mañana, aun me acuerdo, esta camioneta vino a las 10 de la mañana. Mis tres
compañeros hicieron fila casi instantáneamente, se llevaron todos los refrescos mientras
yo limpiaba recogía ladrillos, Hacia mucho calor, así que pensé, por que no hacer una
pausa y buscar algo para tomar. Así que fui por mi refresco y encontré a los otros tres
sentados dentro de una de las casas que se estaba por alfombrar. Entré a la casa, me
miraron, los ignore, abrí mi coca-cola y comencé a tomar.

Creo que a mi jefe lo había visto, dos veces en todo el verano, pero ni bien me senté allí,
el jefe entro a la casa y nos encontró a los cuatro. El no tenia ni idea que yo jamás me
tomaba un descanso a la media mañana, como lo hacían los otros tres muchachos. Nunca
me voy a olvidar su mirada cuando nos dijo, “Muchachos, les pago por ocho horas de
trabajo, así que salgan y vayan a trabajar.”

¡Yo estaba con el grupo! Y lo que mas me dolió fue que yo conocía a Dios. Sabía que
tenía que ser el ejemplo.
¿Alguna vez vino un incrédulo a confrontarlo? Les digo que frente a esos tres
muchachos, mi testimonio, desapareció, se fue por el suelo.

Eso es lo que le esta sucediendo a los hermanos de José. Se acercan a un mayordomo, un


siervo que ni siquiera conoce a Dios, ni le importa, y le explican, casi histéricos, “Mire,
nosotros no somos deshonestos. Esta es la cuestión, el plan, esto es lo que hicimos.”
El mayordomo les dice, “Tranquilícense, ustedes tiene un Dios. El debe de estar en
control de todo.”
¿Que sucede después? Versículos 24 al 27ª.
“Y llevó aquel varón a los hombres a casa de José; y les dio agua, y lavaron sus
pies, y dio de comer a sus asnos. 25Y ellos prepararon el presente entretanto que venía
José a mediodía, porque habían oído que allí habrían de comer pan.
26
Y vino José a casa, y ellos le trajeron el presente que tenían en su mano dentro de la
casa, y se inclinaron ante él hasta la tierra. 27Entonces les preguntó José cómo
estaban…”

Esto si que es interesante, porque ellos sabían que el es el Primer Ministro y les pregunta,
¿Cómo les fue en el viaje? ¿Cómo se sienten?
De seguro que ellos pensaron, ¿Nos estarán preparando para la horca?
El les pregunto como estaban a lo que le respondieron que bien. Luego José, en el
versículo 27b, pregunta,
“¿Vuestro padre, el anciano que dijisteis, lo pasa bien? ¿Vive todavía?”
Y ellos le dijeron que si y, seguramente, estaban absolutamente confundidos, pensando
de que se trataba todo esto. Fíjese en el versículo 28.

“Y ellos respondieron: Bien va a tu siervo nuestro padre; aún vive. Y se inclinaron, e


hicieron reverencia.”
Estos muchachos seguían inclinándose y reverenciando. Siguiendo en el versículo 29,
cuando José ve a su hermano menor después de veinticinco años.
“Y alzando José sus ojos vio a Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es éste
vuestro hermano menor, de quien me hablasteis?”
El todavía tiene que actuar como si no supiera nada.
Ellos probablemente dijeron, “Si.”
Que momento que fue este para José. Ver todo esto. Solo me lo imagino diciendo lo que
dice en el versículo 29.
“…Dios tenga misericordia de ti, hijo mío.”
Creo que en ese momento yo me hubiera quebrado. De haber sido un insecto en la pared,
observando todo el episodio, hubiera perdido la compostura. Y eso es exactamente lo que
le paso a José. El próxima frase, vemos que el literalmente se fue corriendo. El exclamó,
Dios te bendiga, hijo mío, Elohim te bendiga.” Y los hermanos lo están mirando ahora. El
se va corriendo. ¿Por qué?
Fíjese en el versículo 30.
“Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas a causa de su
hermano, y buscó dónde llorar; y entró en su cámara, y lloró allí.”

Estaba buscando un lugar adonde llorar. Se arrojo en la cama y se largo a llorar. Creo que
es importante recalcar su actitud. Uno piensa que este hombre, siendo un gran líder, un
primer ministro, tiene todo bajo control y no posee emociones. Pero José tuvo que irse,
agarrar una toalla y largarse a llorar.
¿Por qué lloraba? No se nos dice por que, pero podemos asumir que cuando vio a su
hermano, esos veinticinco años perdidos se hicieron valer.
José no escogió Egipto. El tuvo que quedarse allí porque entre la prisión y el cargo de
primer ministro, Dios le dejo en claro que fue El quien lo puso allí. Dios le dijo, “José, yo
te traje aquí. Eventualmente vas a traer a esta pequeña tribu nómada a la tierra de Gosén y
ayudaras a que sean una gran nación.”

José no escogió Egipto. Ni bien fue ascendido, podría haber pedido regresar a su tierra.
Pero se quedo porque Dios lo quiso así.
Sin embargo, veinticinco años que perdió son demasiado para el. Se encuentra frente a su
hermano menor, su verdadero hermano, al cual no vio por tantos años. Ahora Benjamín
es un hombre maduro y José se larga a llorar.
Continuando con el versículo 31.
“Y lavó su rostro y salió, y se contuvo, y dijo: Poned pan.”

El versículo 32 es algo gracioso. José tiene su propia mesita y sus hermanos una mesita
aparte.
“Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los egipcios que
con él comían; porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es
abominación a los egipcios.”
Ahora fíjese en el versículo 33.
“Y se sentaron delante de él, el mayor conforme a su primogenitura, y el menor
conforme a su menor edad; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose el uno al
otro.”
En otras palabras, no dijeron nada, pero José vino y les dijo, “Bueno, ustedes se van a
sentar aquí. Simeón, te vas a sentar aquí. Judá, te vas a sentar acá.” Los acomoda por
edad. “Y Benjamín, te toca en la cabecera.”
Estoy seguro que los hermanos no entienden nada.

Una prueba de humildad


3. José no termino aun, y creo que esta es la tercera prueba, la prueba de humildad.
Fíjese en el versículo 34.
“Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco
veces mayor que cualquiera de las de ellos…”

Ahora, si usted fuera Benjamín y hubiese venido a mi casa a cenar anoche, le hubiera
dado cinco platos. Mi esposa cocina muy bien. ¿Sabe que comimos? Un guiso casero.
Usted hubiera comido cinco platos de este guiso exquisito, cinco panes, cinco vasos de
jugo de naranja natural, es mi favorito. Cinco porciones. Pero cinco porciones es lo que le
darían al faraón, cada vez que se sentaba a comer. Era un símbolo de honor; de respeto.

Ahora, fíjese en esto, antes, José era el hijo favorecido, el era el que tenia la túnica larga
de colores. ¿Y que hicieron sus hermanos? Lo odiaban. Ahora José le hace servir a
Benjamín, su único hermano de sangre, cinco porciones. Después, seguro que se quedo
mirando, esperando como reaccionarían estos hermanos con el. “¿Vieron cuanto le dieron
a Benjamín? ¡Ya sabia! No solo lo favorecen en casa, en este lugar también se va a llevar
lo mejor.”

Creo que no hubo celos, ni siquiera un poco. Creo que fue así porque la última parte del
versículo 34 dice:
“…Y bebieron, y se alegraron con él.”

Aplicación
Permítame concluir con un par de aplicaciones. Estamos tratando con dos personas
distintas, así que déjeme darle dos pensamientos distintos.

¡Reconozca el ‘temperamento de Jacob’ en su vida!


La primera aplicación tiene que ver con Jacob y su temperamento.

1. El temperamento de Jacob se ve reflejado en una persona que reitera constantemente


las desilusiones de la vida.

Ahora, no me malinterprete. No esta mal compartir su prueba con sus hermanos y


hermanas en Cristo. Para eso estamos aquí.
Pero yo me refiero al individuo que no esta buscando una solución. No están pidiendo
oración. Ni siquiera están buscando palabras de aliento. Solo quieren abandonar, largar la
toalla.
Creo que todos lo hacemos de vez en cuando.
2. Se ve reflejado en una persona que caprichosamente se rehúsa a la perspectiva divina.

Chuck Swindoll predico un mensaje en cuanto a este pasaje y se centro en esto. Hablo de
un individuo que se rehúsa, hasta último momento, a mirar hacia arriba. Eso es lo que
hizo Jacob. El intento todo lo posible pero nunca hizo lo que tenia que hacer, sino al final.
Es como cuando usted y yo estamos en la lucha y no pensamos que Dios esta obrando.
Jacob dice en el capitulo 42, versículo 36.
“…contra mí son todas estas cosas.”
Si el hubiera tenido en sus manos el capitulo 43, hubiera sabido que Dios había diseñado
todo. Era la manera de hacer que todos se reuniesen en Egipto.

Reconozca la mano de Dios sobre su hombro


También pienso en los hermanos de José y como Dios obro en sus vidas. Permítame darle
dos manera para reconocer la mano de Dios en su vida.

El arrepentimiento lo trae la bondad de Dios


1. En primer lugar, la bondad de Dios es la que trae el arrepentimiento.
Muchas veces tenemos la idea que la única manera en que podemos arrepentirnos es si
nos pegan en la cabeza. Pensamos que Dios tiene que enviar al arcángel Gabriel o algo
así para que nos de un buen golpe en la cabeza. Y ese no es el caso.

Hay ocasiones en las cuales Dios nos sobrecarga con su bondad. De hecho, en el capitulo
43, la ultima parte, estos hermanos llegan al arrepentimiento, tal como lo vamos a ver en
el próximo capitulo. Esto no sucedió porque José los arrojo en la cárcel por el resto de sus
vidas y le envió una nota que decía ‘a propósito, yo soy José, su hermano. NI bien se
arrepientan, los dejare salir.” No, sucedió porque, como Cristo, el les puso la mesa y les
ofreció una comunión. Dios hace lo mismo en nuestras vidas.

Detrás de lo áspero de la disciplina, se encuentra el corazón amoroso de Dios


2. En segundo lugar, detrás de lo áspero de la disciplina, se encuentra el corazón amoroso
de Dios.
Los hermanos no sabían que José salio corriendo y se encerró en su recamara para llorar.
No sabían que, mientras estaban en su presencia, el no podía mas. Todo lo que estaba
haciendo, lo estaba conmocionando y le dolía. Creo que, como alguien sugirió, que José
al ver a sus hermanos estaba a punto de quebrarse y llorar. Pero fue la sabiduría de Dios
por medio de el que lo mantuvo firme hasta que ellos se arrepintieron. En su corazón,
estaba llorando. Yo creo que el quería abrazarlos.

Esa es la manera en la cual Dios, muchas veces, obra en nosotros. Si bien la disciplina
puede ser dura, detrás de la misma esta el corazón amoroso de Dios.

La pregunta es, ¿Vamos a arrojar la toalla? Vamos a decir, ¿No tengo que comer en
Canaán, me voy a quedar aquí y dejarme morir? ¿O vamos a persistir y confiar?

Escuche una historia de una pareja anciana. Por décadas tuvieron un pequeño negocio en
la costa oriental del país. Después de muchos años, llego el progreso inmobiliario. Los
edificios antiguos, comenzaron a ser derribados para construir edificios modernos y darle
mas vida así a la ciudad. Sin embargo, de alguna manera, el pequeño negocio de esta
pareja no fue tenido en cuenta para la renovación.
Así que después que se termino con toda la construcción, ese negocio quedo entre medio
de dos edificios modernos. A la izquierda, con la pared sobre el negocio, había una gran
galería de compras de dos pisos. A la derecha, una supermercado inmenso. Así que ahora,
esta pequeña despensa estaba literalmente en la sombra de estos dos edificios
monstruosos que vendían todo lo que esta pareja ofreció por años a la comunidad.

¿Qué hubiésemos hecho nosotros? Bueno, esta pareja justo cada centavo que tenia
ahorrado y fue a un lugar adonde se hacían letreros. gastando todo lo que tenían
compraron el cartel mas grande que había. Quedaba de un extremo del local hasta el otro.
Solo tenia dos palabras: “Entrada Principal.”

Cuando miro la vida de Jacob, veo en el la sombra de una dificultad enorme. Pero lo que
aprendo de el es que al fin el pone un letrero en su vida que dice, “Dios, aun puedes obrar
aquí. Estoy a disposición.”

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