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palmente a educación y representación política local, los pueblos originarios en

Chile gozan de considerablemente menos derechos colectivos que pueblos de


países cercanos (iei, 2003).
Entre los diversos objetivos del movimiento mapuche, la restitución de la
tierra ancestral es sin duda uno de los más imperiosos. Desde la década de 1990,
las organizaciones mapuche, como el Consejo de Todas Las Tierras, apuntaban
a presionar al nuevo gobierno democrático a tomar medidas en la resolución
de disputas pendientes de tierras que involucraban propietarios de fundos y
compañías forestales transnacionales mediante diversas formas de moviliza-
ción, incluyendo ocupaciones de terrenos (Mallon, 2005:180). La respuesta del
Estado chileno a las demandas de tierra mapuche ha tenido dos caras: por una
parte, las acciones de movilizaciones se han encontrado con represión policial,
y los miembros de organizaciones más radicales han sido detenidos mediante la
aplicación de una ley marcial (Ley de Seguridad del Estado), restringiendo los
derechos civiles de los ciudadanos acusados de amenaza terrorista (Bacigalupo,
2004); por otra parte, la Ley Indígena de 1993 estableció por primera vez en
la historia de Chile, mecanismos para la negociación en disputas de tierras y la
asignación de subsidios de tierras.2
El departamento “Fondo Tierras y Aguas Indígenas” de la Conadi es respon-
sable de la implementación de dos procedimientos diferentes que conciernen
la asignación de tierras. El primero presenta subsidios de tierra a los residentes
mapuche mediante un concurso abierto, en el cual individuos y grupos de re-
sidentes que posean un Certificado de Calidad Indígena, pueden postular a la
asignación de propiedades de tierra de acuerdo a estándares de escasez econó-
mica. El segundo regula negociaciones en torno a disputas de tierras y ofrece
compensaciones a aquellas comunidades que presentan casos probados de des-
pojo. El procedimiento de compensación de tierra comienza con la revisión de
evidencia de despojo de tierra reunida por los demandantes. Si la demanda es
reconocida como legítima por la Conadi, pueden comenzar las negociaciones
concernientes a la venta de la propiedad entre funcionarios del Estado y los
dueños de los predios demandados.
Al igual que en otros países latinoamericanos, las disputas en torno a las po-
líticas de tierras por parte de sectores no indígenas están en expansión (Stocks,
2005) y como consecuencia de estas críticas, la Conadi ha sufrido importantes
recortes. En la arena política, las demandas mapuche son frecuentemente tra-
tadas como asuntos de desarrollo económico, marginalizando así la restitución

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Una Comunidad Indígena actúa como representante legal de grupos de habitantes mapuche que
generalmente residen en una o más reducciones.

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D O C U M E N TO S , M A PA S Y OT R A S T E C N O L O G Í A S D E L P O D E R

tecnología de los márgenes.indb 155 12/06/15 12:13

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