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Menestrina, Enzo (2018) “Laura Alcoba teje la red de la memoria: desde los

conejos a la araña” (Reseña de la novela La danza de la araña de Laura Alcoba).


Revista literaria Capítulo 1, España. Publicada el 28/05/2018. Disponible en:
https://capitulo1.escueladeformaciondeescritores.es/laura-alcoba-teje-la-red-de-la-
memoria ISSN: 2531 1050

Laura Alcoba teje la red de la


memoria: desde los conejos a la
araña

RESEÑA/REVIEW

La danza de la araña, Laura Alcoba.


Buenos Aires, Edhasa, 2018. 159 páginas.
Traducción: Mirta Rosenberg y Gastón Navarro.

Autor: Enzo Matías Menestrina (FaHCE-UNLP)

Laura Alcoba nació en 1968 en forma clandestina y muy particular en territorio


cubano. Cuando tenía apenas un mes y medio vino con sus padres a Argentina. Allí fue
identificada con nombre falso y vivió hasta los diez años en la ciudad de La Plata, antes
de exiliarse y radicarse en Francia, y luego de que su padre fuese encarcelado durante la
dictadura cívico militar por un período de seis años. En 1979 se exilia a Francia para
reencontrarse y convivir con su madre en Blanc-Mesnil. Iniciando así una nueva vida,
Laura Alcoba tuvo noticias en forma fragmentada del trágico destino de las otras
personas que habitaban la casa Mariani-Teruggi en la cual vivían ocultos en forma
clandestina en La Plata. Años más tarde, Alcoba se licenció en Letras en L’École
Normale Supérieure de París. Actualmente tiene cincuenta años, es escritora,
traductora, editora y profesora universitaria.
Lo interesante de la narrativa de esta autora es que, a pesar de escribir en francés, sus
obras refieren a temas de gran importancia para la construcción histórica y
representativa de Argentina. A Alcoba le ha costado muchos años poder reconstruir la
historia del drama de su infancia. Recién en 2006 termina de escribir su primera
novela Manèges: Petite histoire argentine publicada en 2007 por Gallimard y
traducida al español por Leopoldo Brizuela como La casa de los conejos (2008) para
la editorial Edhasa. En esta primera novela, a través de una escritura cargada de
sentimientos, la autora decide romper con ese pacto de silencio ―propio del contexto de
dictadura― y se dispone a contarlo todo, o al menos lo que ella consideró pertinente.
Ciertamente, supo en esta novela cómo transmitir por escrito los recuerdos de su
infancia argentina, el dolor, el silencio y el miedo a hablar. Una novela en la cual la
pequeña narradora evoca aquel pasado reciente en La Plata para contarlo. Asimismo,
esa misma voz se confunde o entrelaza con la experiencia y vivencia de la propia autora.
Una escritura totalmente polifónica que describe los años bajo la clandestinidad.
En el segundo volumen de esta trilogía Le bleu des abeilles (2013) o en su traducción El
azul de las abejas (Edhasa, 2015) la misma niña narra los años de exilio cuando se
reencuentra en Francia con su madre y se envían cartas con su padre, preso en la cárcel
de La Plata. Aquí la niña comienza una nueva vida, en una nueva lengua.
De esta manera, en las novelas de Alcoba la materia prima puramente autobiográfica
es direccionada por la ficción a través de la memoria. En efecto, se trata de una memoria
autoficcional que fusiona el pasado y el presente construyendo un pasado reciente.

El eslabón final: La danza de la araña (2018)

En 2017 la editorial Gallimard publica el tercer volumen de esta trilogía Le danse


de l’araignée. La presente edición corresponde a su traducción al español La danza de
la araña publicada en marzo de 2018 por la editorial Edhasa.
Con una escritura conmovedora y primorosa, la niña narradora ya mira hacia la
adolescencia y los cambios propios de la madurez. El velo de la infancia es sepultado
bajo la marca indeleble de una adolescencia llena de dolor, recuerdos, ausencias y
nuevas vivencias. Laura se encuentra atrapada entre dos mundos y le es difícil reconocer
cuál se debe privilegiar. Por un lado, el que construye poco a poco: la convivencia con
su madre, la ausencia física de su padre, el aprendizaje de la nueva lengua, la adaptación
al nuevo establecimiento educativo, los deseos y los temores propios de la edad. Por
otra parte, el mundo de su infancia primera presente en recuerdos cada vez más borrosos
y lejanos, en relatos orales de su madre y en las cartas que intercambia con su padre. Es
decir, una serie de testimonios que logran dar forma a la última novela de Laura
Alcoba posibilitando que el mecanismo escriturario de la ficción direccione esos
materiales autobiográficos, y así poder posicionarse en el género denominado
autoficción.
Alcoba sintió que debía darle un cierre a este trabajo. Para ella algo había quedado
inconcluso. Quiso contar en esta novela no sólo su adolescencia sino también el período
en que liberan a su padre de la cárcel. En el centro de la narración hay una tarántula o
«araña pollito» tomada de un cuento en el cual la araña baila en su jaula cuando el
dueño regresa. Este le otorga la libertad y la araña aprovecha cada instante pensando en
no volver a la jaula. En efecto, La danza de la arañade Laura Alcoba se encuentra
inmersa en esta musicalidad y simbología de ausencia-presencia y encierro-libertad.
Estas dicotomías son los puntos fundamentales a través de los cuales gira la narración y
los diversos recuerdos. Contrapuntos camuflados por el encierro y la apertura, la cárcel
y las cartas, la escritura y la vida, Buenos Aires y París.
En este relato lleno de sentimientos, Alcoba logra dar ese último grito, logra contar
lo que ella cree conveniente a través de una narradora que se encuentra ingresando en la
adolescencia. Una etapa en la que su estado de ánimo es exteriorizado y sus recuerdos
se empapan en lágrimas: «Mi llanto es un verdadero diluvio y no estoy adentro.
Desbordada y perdida (…) estoy a punto de ahogarme» (149). Un estado anímico
abrumado por la ausencia, las pérdidas y por un pasado que ya no es posible modificar
pero sí recuperar a través de la escritura y de los recuerdos dolorosos que no tienen más
consuelo que el propio llanto: «Lloro por todo lo que no lloré antes. Lloro por el miedo
tanto como por la espera. Lloro por todo lo que ocurrió allá. Lloro por nosotros, pero
también por todos los demás. Por todo lo que sé y lo que aún ignoro» (151).
En resumidas cuentas, una historia que atrapa, ilusiona, conmueve y divierte. Ya es
hora de que la araña salga de su jaula. Laura lo sabe y se dispone a narrarlo. La araña lo
intuye pero no debe hacer alardes de ello. Entonces, danza de manera silenciosa en esa
jaula esperando por su libertad. En este aspecto, la pequeña narradora Laura ―ya
adulta― teje la red simbólica de una araña ausente que se vuelve presente a través de la
memoria y de los testimonios. Una tarántula a la que Laura Alcoba, en esta novela, le
otorga esa libertad tan necesaria y un arácnido que espera ansioso para cruzar el océano,
gozar de su libertad y convertir el pasado en presente.

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