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El diafragma es la parte del objetivo que controla la cantidad de luz que llega al sensor, abriéndose o cerrándose para
permitir que entre más o menos luz según sea necesario.
Es como las persianas de nuestra ventana.
Si las dejamos cerradas casi del todo, sólo entrará un pequeno hilo de luz, pero si las abrimos de par en par, entrará
mucha luz e iluminará toda la habitacion.
Nuestra cámara abre y cierra la abertura gracias a las palas o laminillas que tiene el diafragma, dejando un diámetro
más grande o más pequeño, dejando pasar más o menos luz.
¿Cómo abrimos y cerramos el diafragma?
Gracias a los controles de nuestra cámara, si tienes una cámara réflex, hay una ruedecita o dial con la que puedes
seleccionar la velocidad, y un botón AV+/- (en Canon), +/- (en Nikon).
Si mantienes pulsado ese botón +/- y a la vez giras la ruedecita verás cómo va cambiando el valor de la apertura del
diafragma.
Si tu réflex es un modelo más avanzado o profesional, es más fácil aún, pues tendrás dos diales o ruedas, una para la
velocidad y otra para la apertura.
Si tienes otra marca de cámara o tienes una híbrida, los diales de selección pueden variar de un modelo a otro, mira
el manual de tu cámara y verás que también es sencillo.
El poder creativo de la
apertura de diafragma.
¡Aquí viene la parte más
divertida!
La abertura no sólo
controla la cantidad de luz
que entra, sino también la
profundidad de campo, o
parte de la foto que
tenemos en foco y que se
ve nítida.
Esta función es una de las
herramientas más
interesantes y creativas a
las que podemos acceder como fotógrafos.
Gracias a la apertura, entenderás muchas de las fotos que ves que te gustan tanto, desde un retrato íntimo donde
sólo se ven enfocados los ojos de la persona, hasta un vasto paisaje donde ves todo con claridad.
Y todo esto gracias a los números F.
Con una apertura de f1.8, enfocamos el motivo principal y desenfocamos el fondo y con una apertura de f16
enfocamos mucha más distancia, como en un paisaje.
La profundidad de campo es un recurso de composición fotográfica excelente, ya que influye de forma decisiva en la
atención que mostramos a la hora de contemplar una fotografía.
Velocidad de obturación.
Con la velocidad elegimos la cantidad de tiempo que pasa la luz hasta el sensor de nuestra cámara, desde tiempos
muy cortos de 1/8000 segundos hasta varios segundos e incluso minutos.
Es lo que llamamos velocidad de obturación.
Al disparar es cuando elegimos el momento de nuestra foto.
Como vimos en el diafragma, controlábamos la cantidad de luz con las láminas o aspas del diafragma.
Aquí, en la velocidad, controlamos el tiempo que pasa la luz con el obturador, que es la cortinilla que se abre en el
momento de disparar.