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¿Cuál es la historia más aterradora que se haya contado y que

sabes que es verdadera?

Miguel Ledesma, Libre pensador. Bibliófilo. Socialista. Antiteista


Respondido1deenero

Probablemente la historia más aterradora que tengo memoria es la de la condesa


sangrienta, Elizabeth Bathory, ella es probablemente la mayor asesina en serie que ha
habido en el mundo. La verdad es tan extenso su currículum que pegaré aquí el
artículo de wikipedia sobre esa ínfame mujer, recalcando que todo lo que dice aquí,
realmente sucedió y está totalmente documentado por historiadores serios.

Erzsébet Báthory
Aristócrata húngara, supuesta asesina serial

La condesa Erzsébet Báthory de Ecsed (en húngaro: Báthory Erzsébet, ˈbaːtoɾi


ˈɛɾʒeːbɛt) (Nyírbátor, Hungría, 7 de agostode 1560-Castillo de Čachtice,
actual Trenčín, Eslovaquia, 14 de agostode 1614) fue una aristócratahúngara,
perteneciente a una de las familias más poderosas de Hungría. Ha pasado a la historia
por haber sido acusada y condenada de ser responsable de una serie de crímenes
motivados por su obsesión por la belleza que le han valido el sobrenombre de
la Condesa Sangrienta: es la mujer que más ha asesinado en la historia de la
humanidad, con 650 muertes.
[1]

Erzsébet Báthory

Condesa Báthory
La condesa Erzsébet Báthory a los 25 años, copia del único retrato que ella encargó, en
1585.

Información personal

Nombre secular

Erzsébet Báthory de Ecsed

Nacimiento

7 de agosto de 1560
Nyírbátor - Reino de Hungría
Fallecimiento

14 de agosto de 1614
(54 años)
Čachtice, actual Trenčín,
Reino de Hungría
Entierro

Cripta Báthory,
Ecsed, Reino de Hungría
Residencia

Čachtice, actual Trenčín,


Reino de Hungría
Familia

Dinastía
Casa de Báthory
Padre

György Báthory de Ecsed


Madre

Anna Báthory de Somlyó


Cónyuge

Ferenc Nádasdy de Nádasd


Descendencia

 Anna Nádasdy de Nádasd


 Orsolya Nádasdy de Nádasd
 Katalin Nádasdy de Nádasd
 Pál Nádasdy de Nádasd

Escudo de Erzsébet Báthory.

Según algunas opiniones, los crímenes atribuidos a la condesa pudieron ser


invenciones de sus enemigos en un contexto político muy complejo para buscar su
perdición y su muerte.

[2]

Índice
BiografíaEditar
La historiaEditar
Nació en el seno de una de las familias más antiguas y adineradas de Transilvania: los
Erdély. Sus padres, los condes Ana y Jorge Báthory, eran primos. Su abuelo materno
fue Esteban Báthory de Somlyó y su tío materno fue Esteban I Báthory, príncipe de
Transilvania y rey polaco entre 1575y 1586. El escudo de armas de su familia consiste
en tres dientes de jabalí de plata sobre un campo de gules. Entre el resto de los
familiares se encuentran un cardenal y varios príncipes. Su infancia transcurrió en el
castillo de Csejte y antes de cumplir los seis años sufría ataques de lo que se puede
considerar hoy en día epilepsia.
A los once años fue prometida con su primo Ferenc Nádasdy, conde (anteriormente
barón), de dieciséis años. A los doce años pasó a residir en el castillo de su prometido y
nunca tuvo buena relación con su suegra, Úrsula. A diferencia de lo que era propio en
la época, recibió una buena educación y su cultura sobrepasaba a la de la mayoría de
los hombres de entonces. Era excepcional, "hablaba perfectamente el húngaro,
el latín y el alemán, mientras que la mayoría de los nobles húngaros no sabían ni
deletrear ni escribir [...] hasta el Príncipe de Transilvania era
prácticamente analfabeto".
Retrato de la condesa Erzsébet Báthory.

A los quince años, el 8 de mayo de 1575, se casó con Ferenc Nádasdyque para entonces
contaba con 20 años de edad. La ceremonia tuvo lugar con un gran lujo en el Castillo
de Varannó (su nombre en eslovaco es Vranov nad Toplou) y acudieron más de 4500
invitados, incluso se invitó al emperador Maximiliano II, que no pudo acudir. Fue
Ferenc quien adoptó el apellido de soltera de su esposa, mucho más ilustre que el suyo.
Se fueron a vivir al Castillo de Čachticeen compañía de su suegra Úrsula y de otros
miembros de la casa. El joven conde no pasaba mucho tiempo por allí: la mayor parte
del tiempo estaba combatiendo en alguna de las muchas guerras de la zona
(empalando a sus enemigos), lo que le mereció el apodo de "Caballero Negro de
Hungría". Existe un registro epistolar en el que Ferenc y Erzsébet intercambiaban
información sobre las maneras más apropiadas de castigar a sus sirvientes, esto era
normal entre los nobles de la Europa del Este de la época. Las posesiones de esta
pareja de nobles húngaros eran enormes, y se requería además un férreo control sobre
la población local, de origen húngaro, rumano y eslovaco.
Ferenc e Isabel apenas se veían debido a las actividades guerreras del primero, así que
no fue hasta 1585, diez años después de su matrimonio, que la condesa tuvo a su
primera hija, Ana, y en los nueve años siguientes dio también a luz a Úrsula y Catalina.
Finalmente, en 1598, alumbró a su único hijo varón, Pablo.
En 4 de enero de 1604, el Caballero Negro de Hungría, como se conocía a Ferenc por
su fiereza a la hora de combatir, murió de súbita enfermedad tras una de sus batallas y
dejó viuda a Isabel que contaba con 44 años. Es aquí cuando comienzan, según sus
acusadores, sus crímenes. Para empezar, despidió a su muy odiada suegra del castillo,
junto con el resto de la parentela Nádasdy; las sirvientas a las que ésta había protegido
hasta ese momento fueron llevadas a los sótanos y allí recibieron por fin los castigos
que, en opinión de Isabel se merecían.
Esto dejó a Isabel en una situación peculiar. Señora feudal de un importante condado
de Transilvania, metida en todas las intrigas políticas de aquellos tiempos convulsos,
pero sin ejército con que proteger su poderío. Por la misma época, su primo Gábor I
Báthory se convirtió en Príncipe de Transilvania, con el apoyo económico de la
riquísima Erzsébet. Gábor (Gabriel) se metió pronto en una guerra contra
los alemanes por complejas razones políticas. Esto la ponía en peligro de ser acusada
de traición por el rey Matías II de Hungría. Viuda como era, se vio más vulnerable y
aislada que nunca.
Es por esta época que empiezan a escucharse rumores de que algo muy siniestro ocurre
en el castillo de Čachtice. A través de un pastorprotestante local, llegan historias de que
la condesa practica la brujería(explícitamente, la magia roja), y para ello utiliza la
sangre de muchachas jóvenes —una acusación muy popular en la época, similar a las
que se realizaban en contra de los judíos y disidentes—. Matías ordena a un primo de
Isabel, el conde palatino Jorge Thurzó —enemistado con ella—, que tome el lugar con
sus soldados y que realice una investigación en el castillo. Dado que la señora de
Báthory carecía de fuerza militar propia, no hubo resistencia.
Según la investigación del conde Thurzó, hallaron en el castillo numerosas muchachas
torturadas en distintos estados de desangrado, y un montón de cadáveres por los
alrededores. En 1612 se inició un juicio en Bitcse (Bytča en eslovaco). Isabel se negó a
declararse inocente o culpable, y no compareció, acogiéndose a sus derechos
nobiliarios. Quienes sí lo hicieron, por la fuerza, fueron sus colaboradores. Juan
Ujváry, el mayordomo (conocido como Ficzkó),
[3]
testificó que en su presencia se había asesinado como mínimo a 37 "mujeres solteras"
de entre once y veintiséis años; a seis de ellas las había reclutado él personalmente
para trabajar en el castillo. La acusación se concentró en los asesinatos de jóvenes
nobles, pues los de las siervas carecían de importancia. En la sentencia todos fueron
declarados culpables, algunos de brujería, otros de asesinato y los demás de
cooperación.
Todos los seguidores de Isabel, excepto las brujas, fueron decapitados y sus cadáveres
quemados; este fue el destino de su colaborador Ficzkó. A las brujasDorotea, Helena y
Piroska les arrancaron los dedos con tenazas al rojo vivo "por haberlos empapado en
sangre de cristianos" y las quemaron vivas. Una burguesa de la zona acusada de
cooperación, también fue ejecutada. Katryna, que con catorce años era la más joven de
las ayudantes de Isabel, salvó la vida por petición expresa de una superviviente,
aunque recibió cien latigazos en el cuerpo.
Pero la ley impedía que Isabel, una noble, fuese procesada. Fue encerrada en su
castillo. Tras introducirla en sus aposentos, los albañiles sellaron puertas y ventanas,
dejando tan sólo un pequeño orificio para pasar la comida. Finalmente, el rey Matías II
de Hungría pidió su cabeza por las jóvenes aristócratas que supuestamente habían
muerto a sus manos, pero el primo de esta le convenció para que retrasara el
cumplimiento de la sentencia de por vida. Así es que la condenaron a cadena perpetua
en confinamiento solitario. Esta pena implicaba también la confiscación de todas sus
propiedades, lo que Matías venía ambicionando desde tiempo atrás.
El 31 de julio de 1614, Isabel, de 54 años, dictó testamento y últimas voluntades a dos
sacerdotes de la catedral del arzobispado de Esztergom. Ordenó que lo que quedaba de
las posesiones familiares fuese dividido entre sus hijos.
El 21 de agosto de 1614, uno de los carceleros la vio caída en el suelo, boca abajo. La
condesa Isabel Báthory estaba muerta después de haber pasado cuatro largos años
encerrada, sin ni siquiera ver la luz del sol. Pretendieron enterrarla en
la iglesia de Čachtice, pero los habitantes locales decidieron que era una aberración
que la "Señora Infame" fuera enterrada en el pueblo, y además en tierra sagrada.
Finalmente, y como era "uno de los últimos descendientes de la línea Ecsed de la
familia Báthory" la llevaron a enterrar en la cripta de la familia Báthory en el pueblo
de Ecsed, en el noreste de Hungría, el lugar de procedencia de la poderosa familia. La
localización de su cuerpo hoy es desconocida.
[4]
Todos sus documentos fueron sellados durante más de un siglo, y se prohibió hablar
de ella en todo el país.
Dos años después, las hijas y el hijo de Isabel fueron finalmente acusados de traición
por el apoyo de su madre a la guerra contra los alemanes; Anna Báthory, una prima de
la condesa, llegó a sufrir tortura por este motivo en 1618, cuando contaba 24 años, pero
sobrevivió. Finalmente la mayor parte de la familia Báthory-Nádasdy huyó a Polonia;
algunos retornaron después de 1640. Un nieto sería ejecutado en 1671 por oponerse al
emperador alemán.
Los Archivos Nacionales de Hungríaconservan abundante documentación sobre ella,
particularmente cartas personales y actas del juicio. Sin embargo, sus míticos diarios,
al igual que su retrato original, se hallan en paradero desconocido.
La Leyenda.

Imagen de las ruinas del castillo Čachtice al anochecer, lugar en donde Erzsébet
Báthory supuestamente cometió sus crímenes, permaneció presa y falleció.
Según la leyenda, Isabel Báthory fue una cruel asesina en serieobsesionada por
la belleza, la cual utilizaba la sangre de sus jóvenes sirvientas y pupilas para
mantenerse joven en una época en que una mujer de 44 años se acercaba
peligrosamente a la ancianidad. La leyenda cuenta que Isabel vio a su paso por un
pueblo a una anciana decrépita y se burló de ella, y la anciana, ante su burla, la maldijo
diciéndole que la noble también envejecería y se vería como ella algún día.
Según el testimonio del conde palatino Jorge Thurzó (primo y enemigo de Erzsébet,
nombrado investigador general por el rey), cuando su hueste llegó al castillo el 30 de
diciembre de 1610 no halló oposición, ni a nadie para recibirles. Lo primero que vieron
fue a una sirvienta en el cepo del patio, en estado agónico debido a una paliza que le
había fracturado todos los huesos de la cadera. Esto era práctica corriente y no les
llamó la atención, pero al acceder al interior se encontraron a una chica desangrada en
el salón, y otra que aún estaba viva aunque le habían agujereado el cuerpo. En la
mazmorra encontraron a una docena que todavía respiraban, algunas de las cuales
habían sido perforadas y cortadas en varias ocasiones a lo largo de las últimas
semanas. De debajo del castillo exhumaron los cuerpos de 50 muchachas más. Y el
diario de Isabel contaba día por día sus víctimas, con todo lujo de detalles, hasta sumar
un total de 612 jóvenes torturadas y asesinadas a lo largo de seis años. Por todas partes
había toneladas de ceniza y serrín, usados para secar la sangre que se vertía tan
pródigamente en aquel lugar. Debido a esto, todo el castillo estaba cubierto de
manchas oscuras y despedía un tenue olor a putrefacción. Se decía que mientras su
esposo estaba fuera, ella mantenía relaciones sexuales con sirvientes de ambos sexos, y
se rumoreaba que cuando tenía acceso carnal con chicas no era raro que las mordiese
salvajemente.
Todo empezó en 1604, poco después de la muerte de su marido. Una de sus
sirvientas adolescentes le dio un involuntario tirón de pelos mientras la estaba
peinando, lo que atrajo un fuerte bofetón de la condesa que hizo sangrar por la nariz a
la doncella (la cual hasta este punto habría sido afortunada, ya lo normal entre la
nobleza eslava de la época habría sido sacarla al patio para recibir cien bastonazos por
aquel descuido). Pero cuando la sangre salpicó la piel de Isabel , a ésta le pareció que
allá donde había caído desaparecían las arrugas y su piel recuperaba la lozanía juvenil.
La condesa, fascinada, pensó que había encontrado la solución a la vejez, y que siempre
podría conservarse bella y joven de esta manera. Tras consultar a
sus brujas y alquimistas, y con la ayuda del mayordomo Thorko y la
corpulenta Dorottya, desnudaron a la muchacha, la degollaron y llenaron un barreño
con su sangre. Isabel se bañó en la sangre, o al menos se embadurnó con ella todo el
cuerpo, y probablemente la bebió, para recuperar la juventud.
Entre 1604 y 1610, los agentes de Isabel se dedicaron a proveerla de jóvenes entre 9 y
16 años para sus rituales sangrientos. En un intento de mantener las apariencias,
habría convencido al pastor protestante local para que sus víctimas tuviesen entierros
cristianos respetables. Cuando la cifra comenzó a subir, éste comenzó a manifestar sus
dudas: morían demasiadas chicas por "causas misteriosas y desconocidas", así es que
ella le amenazó para que callase y comenzó a enterrar en secreto los cuerpos
desangrados. Ésta es, al menos, la versión de este pastor, que fue quien la denunció
"oficialmente" al rey Matías II de Hungría a través de la curiaclerical.
Más adelante, en la época en la que los errores de Gábor la pusieron en una delicada
situación política, tomó la costumbre de quemar los genitales a algunas sirvientas con
velas, carbones y hierros al rojo vivo por pura diversión. También generalizó su
práctica de beber la sangre directamente mediante mordiscos en las mejillas, los
hombros o los pechos. Para estas cuestiones privadas se apoyaba en la fuerza física
de Dorottya Szentes, que aunque ya mayor, seguía siendo muy capaz de inmovilizar a
cualquier joven en la posición requerida. Esto ocurrió mientras estuvo en Viena.
En 1609 Isabel, por la falta de sirvientas en la zona como consecuencia de tantos
crímenes que ya hacían desconfiar a la gente humilde, cometió el error que acabaría
con ella: utilizando sus contactos, comenzó a tomar a niñas y adolescentes de buenas
familias para educarlas y que le hicieran compañía. Algunas de ellas comenzaron a
morirse pronto por las mismas causas misteriosas, lo cual no era raro en aquella época,
con sus elevadísimas tasas de mortalidad infantil y juvenil, pero en el "internado"
de Čachtice el número de fallecimientos era demasiado alto. Ahora las víctimas eran
hijas de la aristocracia menor, por lo que sus muertes eran consideradas importantes.
La bruja Anna Darvulia le habría prevenido que nunca tomara nobles, pero esta
anciana había fallecido algún tiempo atrás. Fue su amiga Erszi Majorova, viuda de un
rico granjero que vivía en la cercana localidad de Milova, quien convenció a la condesa
de que no pasaría nada.
Hacia el final, muchos cuerpos se ocultaron en lugares peligrosamente insensatos,
como campos cercanos, silos de grano, el río que corría bajo el castillo, el jardín de
verduras de la cocina... Finalmente, una de las víctimas logró escapar antes de que la
matasen e informó a las autoridades religiosas. Esto era algo que había ocurrido varias
veces en el pasado, con sirvientas; por ejemplo, en el otoño de 1609...
«...Una joven de doce años llamada Pola logró escapar del castillo de algún modo y
buscó ayuda en una villa cercana. Pero Dorka y Helena se enteraron de dónde estaba
por los alguaciles, y tomándola por sorpresa en el ayuntamiento, se la llevaron de
vuelta al Castillo de Čachtice por la fuerza, escondida en un carro de harina. Vestida
sólo con una larga túnica blanca, la condesa Erzsébet le dio la bienvenida de vuelta al
hogar con amabilidad, pero llamaradas de furia salían de sus ojos; la pobre ni se
imaginaba lo que le esperaba. Con la ayuda de Piroska, Ficzko y Helena arrancó las
ropas de la doceañera y la metieron en una especie de jaula. Esta particular jaula
estaba construida como una esfera, demasiado estrecha para sentarse y demasiado
baja para estar de pie. Por su [cara] interior, estaba forrada de cuchillas del tamaño
de un dedo pulgar. Una vez que la muchacha estuvo en el interior, levantaron
bruscamente la jaula con la ayuda de una polea. Pola intentó evitar cortarse con las
cuchillas, pero Ficzko manipulaba las cuerdas de tal modo que la jaula se balancease
de lado a lado, mientras que desde abajo Piroska la punzaba con un largo pincho
para que se retorciera de dolor. Un testigo afirmó que Piroska y Ficzko se dieron al
trato carnal durante la noche, acostados sobre las cuerdas, para obtener un malsano
placer del tormento que con cada movimiento padecía la desdichada. El tormento
terminó al día siguiente, cuando las carnes de Pola estuvieron despedazadas por el
suelo.»
Esta descripción tiene su parecido con otro artilugio de tortura utilizado por Báthory,
llamado «doncella de hierro», el cual era una especie de sarcófago que reflejaba la
silueta de una mujer y que por dentro tenía afilados pinchos. Este artilugio se abría
para introducir a la víctima y luego encerrarla para que los pinchos se incrustaran en
su cuerpo.
Es imposible saber, hoy en día, qué sucedió realmente. Desde el punto de
vista psiquiátrico, Isabel Báthory sería una anomalía que se sale del patrón común de
todos los asesinos en serie conocidos. En la Europa del Este de la época era común
castigar cruelmente a siervos y pupilos, y ejecutar incluso a pequeños delincuentes de
las maneras más espantosas. Quizás fuera sádica, y en consecuencia se aplicara
especialmente a la hora de imponer disciplina, o incluso obligara a sus sirvientas a
tomar parte en prácticas sadomasoquistasmás o menos extremas, ninguna novedad
para la nobleza de su tiempo, cuya impunidad y poder legal les permitía tratar a la
servidumbre como quisieran. Es muy probable que a todo eso se le añadiese una
campaña de difamación debido a su apoyo a Gábor I Báthory en la guerra contra los
alemanes, la propaganda de este estilo para desestabilizar el poder de un noble no
estaba fuera de lo normal en aquella época y era bastante común en esa zona
geográfica. O quizás fue realmente una torturadora y asesina en serie amparada en su
estatus, que sólo se perdió cuando por falta de nuevas víctimas entre la plebe recurrió a
las hijas que formaban parte de la nobleza menor.
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