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Escuela superior politécnica de

Chimborazo

Ambiente y desarrollo

Calentamiento GLOBAL
Debate sobre el crecimiento Económico

4º semestre física
 Calentamiento Global
El calentamiento global hace referencia al aumento de la temperatura media de
los océanos y de la atmósfera terrestre, y actualmente ha sido alarmante a nivel
mundial en las últimas décadas. Como decíamos, suele confundirse con el cambio
climático debido a que son términos que grosso modo se podría decir que van de
la mano debido a que sus causas y consecuencias coinciden en su mayoría. Pero
es muy importante diferenciarlos, por lo que a continuación explicamos más
detalles sobre el calentamiento global.

Causas del calentamiento global


El calentamiento global y el cambio climático tienen coincidencia en la principal
de sus causas, la emisión masiva de los diferentes gases de efecto invernadero o
GEI que retienen el calor dentro de la atmósfera y sobre la superficie terrestre a
través del denominado efecto invernadero.

El efecto invernadero es un proceso natural por el cual se produce la retención del


calor procedente del Sol en la atmósfera terrestre gracias a la capa de GEI que se
encuentra en ella. Estos gases en cantidades normales mantienen la temperatura
del planeta aproximadamente a 33ºC por encima de la que podría tener si estos no
existieran, por lo que el planeta sería demasiado frío para que se desarrollase vida
en él. Sin embargo, actualmente el efecto invernadero se está volviendo tan
intenso a causa de nuestras emisiones que comienza a tener graves repercusiones
en el medio.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)


concluyó en el Quinto Informe de Evaluación (AR5) de 2013 que la influencia
humana había sido la causa dominante de este calentamiento producido desde la
mitad del siglo XX a través de la emisión de GEI, lo cual es una evidencia cada
vez mayor. Entre los principales gases emitidos se encuentran el vapor de agua,
el dióxido de carbono, el metano y el ozono.
Existen diversas actividades humanas ligadas a estas emisiones de gases de efecto
invernadero que se han incrementado en la atmósfera desde la Revolución
Industrial. El primero de ellos es un estilo de vida insostenible debido a la gran
explotación que sufre la naturaleza al considerarse una mera materia prima. Se
utilizan fuentes de energía altamente contaminantes debido a los grandes
requerimientos del gran crecimiento demográfico y económico acaecido.

Es también notoria la gran emisión de gases que se produce a través de la quema


de combustibles fósiles. Se estima que tres cuartas partes del aumento del
CO2 debido a la acción humana se asocia a esta actividad, siendo el resto de los
responsables los cambios de uso que se dan a los suelos y la deforestación. Esta
última resulta más relevante de lo que parece, puesto que a través de la
vegetación el desequilibrio provocado por estas emisiones de gases se podría
equilibrar de manera natural.

1. Consecuencias del calentamiento global


Entre las múltiples consecuencias del calentamiento global y el cambio climático,
destacan aquellas ligadas al aumento de las temperaturas. Hoy en día existen
numerosas evidencias científicas de que nuestro planeta se está calentando,
mostrando cambios sin precedentes en los registros climáticos.

En un primer lugar, puesto que parece una consecuencia obvia, los cambios
climáticos incluyen que aumente la frecuencia con la que se producen fenómenos
meteorológicos extremos como fuertes sequías, olas de calor o lluvias
torrenciales.

A lo largo del siglo XX se ha producido un aumento de la temperatura de 0,6ºC.


Para los investigadores esta es la causa de que la temperatura de los océanos se
elevase, provocando su expansión y el aumento del nivel del mar de 10 a 12
centímetros.

Aunque los impactos que se pueden asociar al calentamiento global y el cambio


climático son distintos dependiendo de las regiones terrestres, el signo más claro
es la fusión del hielo o deshielo de los casquetes polares, sobre todo en el Ártico,
lo cual contribuye a este aumento del nivel del mar y pérdida de hábitat para
muchas especies, como el oso polar. De esto se concluye que el calentamiento
global tiene por tanto también serias consecuencias sobre especies de fauna y flora
que no son capaces de adaptarse a las nuevas condiciones climáticas o que ven
eliminados los ecosistemas donde habitan, lo cual provoca una aceleración de
algunas de las extinciones de especies.

Otros efectos del calentamiento global son la desecación de las selvas a causa de
las variaciones en el régimen de precipitaciones y el aumento del área de
distribución de las zonas áridas, como los desiertos subtropicales.
 Debate sobre actividades económicas
El crecimiento económico es generalmente considerado uno de los objetivos
básicos de la política económica. Los problemas ecológicos son en gran parte el
resultado de la escala que ha adquirido la economía y los países ricos contribuyen
de forma desproporcionada a dichos problemas ecológicos. Es posible pensar en
políticas económicas que se orienten al mismo tiempo hacia una mayor equidad,
un mayor bienestar para la mayoría de la población y un uso menor de recursos.
Una estrategia hacia una sociedad más igualitaria, que fomente más el consumo
de servicios públicos en relación al consumo privado y que se oriente más a la
reducción del tiempo de trabajo mercantil puede al mismo tiempo mejorar la
calidad de vida de la mayoría de la población y reducir la presión ambiental.

1. La problemática ecológica y la escala de la actividad económica


La economía es un sistema abierto que mantienen las actividades humanas
ya que no sólo utilizamos continuamente energía y procesamos materiales
sino que los bienes de capital y los bienes de consumo duradero son el
resultado del uso y de la acumulación de recursos naturales. Más allá de la
provisión de recursos y la absorción de residuos, el conjunto de
ecosistemas representan una infraestructura sin la cual las diversas formas
de vida actuales, tal como las conocemos y entre ellas la vida humana,
sería imposibles. Para entender la magnitud actual de los diversos
problemas ambientales es fundamental referirse a dos cambios históricos.
El primero es que las economías modernas tienen un funcionamiento
radicalmente diferente al propio de los ecosistemas naturales. La mayor
parte de la energía utilizada por las economías modernas proviene de los
combustibles fósiles. El ejemplo más claro es el de las materias primas que
provienen de la minería y que se transforma y, antes o después, se
convierten en residuos que no solo se reutilizan sino que generan
problemas, pero también es el caso de la agricultura que no renueva sus
nutrientes o de la explotación forestal o sostenible.
La segunda característica es que la economía humana debido al
crecimiento de la población y de los niveles de consumo per cápita, la
actividad humana ocupa un mayor parte de espacio con lo que la presión
ambiental adquiere una nueva dimensión y tiende a reducirse el espacio
disponible para otras especies.

2. La desigual ocupación del espacio ambiental


La problemática ecológica actual no sólo es local sino global pero las
responsabilidades son desiguales de forma que la discusión sobre la
presión ambiental de las actividades humanas, no puede evadir las
cuestiones distributivas.
El uso de recursos per cápita de los habitantes de los países ricos es
radicalmente superior a los del resto de países. La desigualdad no sólo se
produce en el consumo energético sino también en el acceso a los diversos
materiales y a los productos pesqueros y forestales.
Muchos de los impactos ambientales que se derivan de las pautas de
consumo del mundo rico se manifiestan en lugares del mundo muy
alejados y facilitan que tengamos acceso a bienes de importación
relativamente baratos porque no pagamos por los efectos negativos que la
producción de dichos bienes provoca sobre las personas y los ecosistemas.
Además, los consumos del mundo rico son los que básicamente explican
los riesgos ambientales de carácter global como en el caso ya citado del
cambio climático cuya principal causa son las emisiones de CO2.
A. Emisiones de CO2 y ocupación del espacio ambiental.

Partiendo de que cualquier habitante del mundo tenía derecho a ocupar el


mismo espacio ambiental, podríamos elaborar un sencillo indicador que
nos mediría si en promedio los habitantes de una región ocupaban su
espacio ambiental o en cambio lo dejaban libre para que otros tuviesen
más espacio. Un sobreuso del espacio ambiental se daría cuando el
indicador superase la unidad (un valor de 2 indicaría que cada persona
ocupa el espacio de dos personas), mientras que un valor inferior a la
unidad indicaría la situación contraria.
Los datos anteriores ejemplifican la desigual ocupación del espacio
ambiental si con este término nos referimos a la capacidad ambiental de
soportar la presión derivada de las actividades humanas. El término es más
bien metafórico porque no sólo se refiere a un espacio físico, como suelo
máximo utilizable para fines humanos, sino también a la capacidad
limitada de proveer recursos o absorber residuos sin consecuencias
negativas.

3. Crecimiento: desarrollo y presión ambiental


En el debate sobre los efectos ecológicos del crecimiento hay fuertes
disensiones. Una parte -aunque sólo una parte- de las disensiones se
explica por malentendidos derivados de que un mismo término se utiliza
con distintos significados. Con el término crecimiento de la economía nos
podemos referir a dos tipos de cambios. El primero sería un simple cambio
cuantitativo, de escala. Crecimiento significaría más personas
produciendo y consumiendo lo mismo y/o las mismas personas
produciendo y consumiendo más cantidades de lo mismo. En términos
menos estrictos, un cambio de escala significaría una mera ampliación de
las actividades de producción y consumo sin grandes cambios en las
formas de producir y en la estructura de la producción y consumo. El
segundo significado de crecimiento económico es el que de hecho utilizan
los economistas y se concreta en el aumento del valor de los bienes y
servicios que se agregan en el Producto Interior (o Nacional).
Simplificando, se mide cómo evoluciona el valor agregado de los bienes
y servicios que pasan por el mercado y de aquellos servicios no
mercantiles provistos por las administraciones públicas valorados según
su coste de provisión.
Lo que básicamente determina la presión ambiental o ecológica de las
actividades económicas no es desde luego lo que pase con un agregado
monetario sino el flujo de recursos utilizados (de energía, materiales, agua
y suelo), flujo que podemos analizar tanto desde el punto de vista de las
“entradas” como de las “salidas”. El uso de recursos naturales es una
problemática importante por sí misma porque la utilización actual supone
muchas veces menor disponibilidad futura y plantea por tanto un problema
de gestión intertemporal.
Pero el uso de recursos también es importante por su estrecha conexión
con los diversos tipos de impactos ambientales. La interrelación no
siempre es directa (como sí es en el caso del uso energético de los distintos
combustibles fósiles y las emisiones de CO2 o en el de la urbanización de
áreas naturales y la pérdida de las funciones ecológicas de dichas áreas)
ya que los impactos ambientales muchas veces dependen no sólo de los
recursos utilizados sino también de otros factores como la localización de
las emisiones o residuos producidos.
Es importante advertir que el crecimiento indefinido en el uso de recursos
es imposible. Incluso una economía basada exclusivamente en la energía
solar y sus derivados requeriría espacio (limitado y que competiría con
otros usos y con el espacio disponible para los diferentes ecosistemas) y
dispositivos materiales para captarla. Además, para una economía que
aumentase exponencialmente el uso de materiales, incluso si todos los
materiales se reutilizasen en una imposible tasa del 100% ello sólo
retrasaría las demandas de materiales vírgenes que de todas formas serían
crecientes.

4. Conclusión
Los países ricos contribuyen de forma desproporcionada a los problemas
ecológicos actuales. Para reducirlos y dejar espacio ambiental a los países
más pobres deberían disminuir de forma radical el uso de energía y
materiales. Sería ingenuo pensar que ello es un objetivo político sencillo.
Sin embargo, es posible pensar en políticas económicas que se orienten al
mismo tiempo hacia una mayor equidad, un mayor bienestar para la
mayoría de la población y un uso menor de recursos. El reto es disminuir
la presión ambiental y no cualquier tipo de actividad económica.

Actualmente, existe un sesgo hacia las técnicas y actividades intensivas en


recursos debido a una serie de inercias tecnológicas y a unos determinados
precios relativos; y existe un sesgo también hacia la competencia
posicional que en gran parte tiene características de juego de suma cero.
El hecho de que se imponga el consumismo -y en particular el consumo
de bienes y servicios intensivos en energía y materiales- no implica que
no exista una alternativa, mejor incluso para gran parte de los beneficiados
por el elevado consumo, “que esté bloqueada estructuralmente”.

Una estrategia hacia una sociedad más igualitaria, que fomente más el
consumo de servicios públicos en relación al consumo privado, que
cambie los precios relativos gravando las técnicas y bienes intensivos en
recursos naturales y que se oriente más a la reducción del tiempo de trabajo
mercantil puede al mismo tiempo mejorar la calidad de vida de la mayoría
de la población y reducir la presión ambiental. El efecto a corto plazo de
dicha estrategia sobre los requerimientos de trabajo mercantil más bien
sería probablemente positivo aunque es muy posible que a largo plazo las
necesidades de trabajo disminuyesen al menos en comparación a
estrategias basadas en la expansión indiscriminada del consumo; ambas
cosas deberían considerarse más bien buenas noticias.

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