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CAPÍTULOSEGUNDO

GASTON BOUTHOUL. LA GUERRA COMO


FUNCIÓN SOCIAL
GASTON BOUTHOUL.LA GUERRACOMO FUNCIÓNSOCIAL

Por FRANc!sco
JAVIER
FRANCO
SUANZES

Gaston Bouthoulnacióen Monastir(Túnez)en 1896(1),se doctoró en


Derecho y Filosofía,fue profesorde la Escuelade Altos EstudiosSocia
les, Vicepresidentedel Instituto Internacionalde Sociología,y fundador,
en 1954,del InstitutoFrancésde Polemología.Murióen Parísen 1980.
Comienzaa escribirantesde que se inicie la SegundaGuerraMundial.
Así, en 1932habíapublicado“L inventiony Laphilosofhiedibn Khaldum”,
tres añosmástarde,en 1935,escribió“La poblacióndel mundo”,obra en
la que el escritor adviertesobre el peligro del crecimientodemográfico
incontrolado.Sin duda, la SegundaGuerraMundialva a marcarde forma
extraordinariaal escritor francésque desde entoncesva a ponertodos
sus esfuerzosy conocimientos,hastaentoncesorientadoshaciala socio
logía en general,para alejarla guerrade la faz de la tierra. Entre1946y
1948 escribe“Cent millionsde morts”y “Huit mille traitésde paix”.
En 1951 escribe una de sus obras más emblemáticas“Les guerres,
elements de polemologie”,editadapor Payoty publicadaen españolpor
la “Bibliotecadel Oficial”del CírculoMilitarArgentinocon el título de “Las
guerras”. Bouthoulactualizaesta obra en 1970y la titula “Traitéde po/e
mologie. Sociologiedes guerres”,siendo editadanuevamentepor la Edi
torial Payoty traducidaal españolcon el título “Tratadode polemología
(Sociologíade las guerras)”,fue publicadapor EdicionesEjército.Enrea
lidad esa actualizaciónse limitaa añadirun último capítuloa lo publicado

(1) Ciertaspublicaciones
(Plaza& Janés)fijan lafechade nacimientode Bouthoulen 1902e
incluso otrasen 1906.

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en 1951. Otras obras de interésescritasentre 1950y 1970fueron: “Les
Mentalités” en 1952,“La Guerre”en 1953,“L’Artde la po/it/que”en 1962,
y “Avoirla paix-Sauverla guerre”en 1967.Esteúltimotítulo fue publicado
en español,en 1970,por la EditorialPlaza& Janéscon el título de “Ganar
la paz-Evitarla guerra”
Mas recientemente, en 1976,escribe“Essaisde polémologie”y “Le Défi
de la guerre(1740-1974): deuxsiéclesde guerreset révolutions”,estaúltima
obra fue traducidaal españoly publicadapor ColecciónEDAFUniversitaria
bajo el título de “El desafíode la guerra”. En este libro, escrito conjunta
mente con el GeneralRenéCarrerey la participacióndel CoronelJeanLouis
Annequin, se aprecia,posiblementepor influenciade RenéCarrere,un
cierto giro en relacióncon la orientaciónliterariadel polemólogofrancés
hasta ese momento.De hechodesaparecenalgunode los “deslices”anti
militaristas de nuestroautor y la obra se hace menosabstracta,mástéc
nica, y con menorpresenciade los condicionantesdemográficos.Todavía
con posterioridadpublica“Guerreset Cívilizations” en 1980.
Como se puedeobservarpor el título de sus libros,su obsesióny pre
ocupación por el fenómenode la guerraqueda de manifiestoen toda su
obra. Esapreocupaciónle llevaráa fundar,en 1945,el InstitutoFrancésde
Polemología.El citado Instituto se crea con la intenciónde buscar, por
medios científicos,las causasde los conflictosbélicos,tratandode elimi
nar de ese análisisel aspectomitológicoy “sagrado”de la guerra.El pro
ceso sigueun rigurosoy profundoestudioque prestauna especialconsi
deración a las funciones que, como fenómeno sociológico, cumple el
enfrentamientobélico.Esosestudiossepublicaránen la RevistaFrancesa
de Polernología.
Pero antes de entrar en los aspectos más relevantesde la obra de
Gaston Bouthoul,que nos ayudaráa alumbrarnuevasideassobre la pre
vención y resoluciónde conflictos, lo primeroque al profano le llama la
atención es el empleoreiteradode un término inédito:“Polemología”.Si
acudimos al diccionariode la lenguacomprobaremosque se trata de una
palabra inexistentey que, en realidad,es un términode nuevacreacióndel
escritor francés.

LA POLEMOLOGÍA

El desarrollode los últimosconflictos, con sus enormessecuelasde


destrucción y sufrimiento,ha propiciadoun aumentode las aspiraciones

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de paz en todos los estamentosde la sociedad.Sin embargo,y paradóji
camente, en esas aspiracionesde paz,el pacifismotradicionalrepresenta
un importante obstáculo a la polemología.Sucede que frente a esa
corriente social que considerael problema resuelto,Gaston Bouthoul
enf renta la necesidadde elaborary aplicar métodoscientíficosal estudio
de las guerras,como medioo receta,paralucharpor su desaparición.
De nada sirve la política de algunosde esos movimientospacifistas
que intentan,mediantela maldiciónde la guerray la proposiciónde bue
nos sentimientos,detenero impedirunosconflictosbélicosque no entien
den ni de razones,ni de benévolasproposiciones.Seríaun intentosimilar
al de quererdetenerlas epidemiasmediantediscursosy manifestaciones
en los que se increpalas maldadesde la enfermedad.
En estesentido,paraGastonBouthoul,la formulaciónde las principa
les doctrinassobrela pazy la guerraresultasencillamentedecepcionante,
con independenciadel interésque puedandespertarmuchosde los jui
cios que en ellasse enuncian.Sucedeque despuésde tratar de analizar
el fenómenode la guerra,sólo se consiguede los diferentespensadores
opiniones que conducena maldecirlaso alabarlas.Parecepuesineludible
la necesidadde realizarun trabajomuchomás pacientey analítico,sobre
los distintosaspectosy mecanismosdel fenómenobélico,lo que debería
conducir al entendimientode las distintasfuncionesde la guerray, como
consecuenciade ello, a la posibilidadde controlarlay remediarla.
El autor consideraque tradicionalmenteha habidoresistenciahaciael
estudio de las causasque provocanla guerra.Así,al inicio de su largasin
gladura hacia la paz, Bouthoul se preguntaba¿cómo era posible que
frente a la proliferaciónde organizacionesde carácterpacifista,no hubiera
ni un solo Institutoque, a semejanzade los que hay paratratamientosde
enfermedadescomo el cáncer,se dedicaraa la investigaciónde las cau
sas de los conflictos?Puesacaso¿noes cierto que la guerraprovocamás
muertes que las peoresepidemias?
Esa resistenciase explica,en parte,por las reticenciasde la humani
dad a pensaren algo que tenga relacióncon la guerratras las calamida
des sufridasen un conflicto bélico.Además,segúnnuestroautor,entrar
en el estudiode esascausasera privara la guerrade su caráctermíticoy
sagrado. Sin embargo,el fenómeno bélico debe ser tratado como un
fenómeno analizable,desmitificabley, aunqueparaalgunosresultecierta
mente utópico, superable.

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Las resistenciasde las que estamoshablandolleganal terrenosemán
tico. Así,el autor,al designarcomo“Cienciasde la guerra”la actividadenca
minada a abordarlas causasde los enfrentamientos humanos,se encontró
que esa expresiónrecordabaexclusivamente a la estrategia,la táctica,y a
consideracionesjurídicaso moralizantes.Esta circunstanciaprovocó la
necesidadde inventarun nuevovocabloque Bouthoulbautizócomo:“Pole
mología”. De estamanera,se designa,sin posibilidadde error,ni confusión,
con un sentidoprecisoe idénticopara todos los hombres,la nuevadisci
plina. Además,lajustificaciónexactaparaemplearestapalabraesclarificada
por el polemólogofrancésen su obra“El desafíode la guerra”:
Para recalcarque si su finalidades la paz,consideradacomo uno de
los bienesmásfrágilesde la ciudad (polis),el punto de aplicaciónde
su estudioes la guerra,o másampliamente,el conflictoarmadovio
lento (polemos);por último,para distinguirlapor la semánticade dos
tendenciashumanascontrariasel caráctercientífico(logos)que pre
tende conservar.
Por ello, independientementede las bondadesy aciertosde las teorías
particularesdesarrolladaspor el polemólogofrancés,y aún reconociendo
que todavía puede ser prematuroel logro de resultados,hay algo que
desde este momentodebe serle reconocido:habersido pioneroen una
iniciativa que, ya sea de maneradirectao indirecta,puede evitarla guerra
entre los hombres.Un solo éxito, un únicoconflicto evitado,habrámere
cido la pena.
Es el propioGastonBouthoulquiennos darásu definiciónde la Polemo
logía, a la que consideraintegradacomo un nuevocapítulode la sociología:
El estudioobjetivoy científicode las guerrascomo fenómenosocial
susceptible de observación.
El métodopolemológicoa seguirestápor desarrollary la trayectoriaa
mantener presentadistintasdificültadespor los siguientesmotivos:
— En primer lugar,tenemosuna ideapreconcebidade la guerra,cree
mos conocerla,de forma intuitiva,aún sin haberparticipadoen ella.
Está tan arraigadaen nuestrasmentesque el lector no necesita
explicación algunaparatratar de comprenderel hechobélico.Ade
más, pocosfenómenosestántan extendidos,por lo que nos hemos
acostumbrado a su existenciay, por ello, es un hecho socialque
difícilmente causaasombro.Deesta manera,puede resultarinfruc
tuoso cualquierintentode reflexióny de investigación.

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— En segundo lugar,tenemos la percepciónde que la guerraes un
fenómeno sobreel que podemosdecidir,lo que crea falsasexpec
tativas. Se piensaque es una acciónvoluntariaentre dos Estados
soberanos y por ello, tanto su inicio como su final, es productode
una acción meditada,consciente y por eso controlable.No nos
damos cuenta, como dice Bouthoulcontradiciendola opinión de
Clausewitz, que la guerra no es un instrumento,sino que somos
nosotros los instrumentosde la guerra.
— En tercer lugar,está lo que el escritorfrancés denominael “Ilusio
nismo jurídico”,que nos haríaconcebirla esperanzade controlarel
conflicto mediante la adecuadanormativainternacional.En este
sentido, no se trata de negarel papelde freno o límiteque impone
el Derecho Internacionalen el desarrollode la guerra, sino que
resulta ilusoriopensarque, mediantenormasjurídicas,la sociedad
pueda hacerfrentey eliminarun fenómenoque nuestroautor cali
fica de “patológico”.
Pero, a pesarde esosobstáculos,el estudiocientíficoy objetivode la
guerra no admite demoras.El poder de destrucción,la capacidadde
movilizacióny, en definitiva,la posibilidaddel hombrede hacer la guerra
total, exigeel adoptarmedidasparacontar con una nuevaoportunidad.
Nunca fuemásurgentela constituciónde una cienciade las guerras.
Hoy es ciertamente“el problemanúmerouno”. Sin grandilocuencia,
podemos afirmarque de su solucióndependela suertede la huma
nidad, por la simplerazóntécnicade que hoy los mediosdestructo
res de hombresy de cosashan sobrepasadobruscamentenuestras
posibilidades creadorasy destructoras.Las guerrasde Napoleónno
destruyeronni una sola ciudad ni dieronlugar a que hubierapobla
ciones hambrientas.La de 1914devastóalgunasprovincias.Pero la
de 1940asolóy arruinóun continente,Europa,por completoSin
la rápida creación de una Polemología,todas las demás ciencias
corren el peligro de llegara ser superfluas.
El caminoseguidopor nuestroautor se basa en el estudiode los con
flictos del pasadoy de ellosanaliza:su naturalezay morfología,la época
en que se produjeron,el lugar,la periodicidad,la intensidadetc. Eseaná
lisis de la guerrano sólo reparaen las causaseventualeso superficiales
que inician el conflicto, sino que tambiénestudialos motivoscoyuntura
les y las razonesestructurales—demo-económicas, geográficas,psicoló
gicas, etc.— que son las que engendranla agresividadcolectiva.

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LA GUERRA

Si analizamoslas diferentesdefinicionesdel fenómenoguerrao estu


diamos las distintastesis de los pensadoresque han reflexionadosobre
ella, comprobaremosla disparidadde criteriosque provocaestamanifes
tación de violenciasecular.Así, desde los “apologistas”,que encuentran
en la guerrauna granvariedadde argumentosa su favor,hasta“los nega
dores”, que las rechazansin atisbode comprensióno justificación,encon
traremos toda una gama de opinionesque demuestran,precisamente,lo
engañoso que resultala pretensiónde juzgarla.
Ante esa diversidad,y la confusiónque se puede crear frentea con
ceptos similarescomo guerra,lucha,conflictoetc., que se empleanindis
tintamente tanto en la obra de Bouthoulcomo en el presentetrabajo,es
necesariotratar de fijar el marcode referenciadel conceptode guerraque
establece nuestroautor.Segúnsú criterio,se trataríade un fenómenoque
abarca las siguientescaracterísticas:tiene un carácter colectivo y de
lucha a manoarmada;requierede un enemigoactivo e implica un enfren
tamiento recíproco;en la acciónbélicay dentrodel grupo, se necesitade
ayuda mutuay cooperación;por último,la guerraes una manifestaciónde
violencia organizadaentregruposque se baten parazanjaruna discusión
o conflicto.
Para nuestro autor cualquierfenómenode violenciatiene diferentes
niveles donde germinanlas causasdel conflicto: el nivelde las estructu
ras —causasestructurales—,elnivel de la coyuntura—causascoyuntu
rales—, y el nivelde los accidentes—causasocasionalesy motivaciones.
Las causasestructuralesson las más importantes.Incidensobre las
estructuras socialesen las que se fundamentala estabilidadde la socie
dad. Son tambiénlas motivacionesmásprofundas,con mayorpermanen
cia, y las más lejanas,que se arraiganen la historiade los pueblosy se
transmiten de generaciónen generación.Entreesas causas podríamos
citar las demográficas,económicas,geográficas,históricas,psicológicas,
etc. Como indica el polemólogofrancés,es en el nivelde las estructuras
donde nacey crece la agresividadcolectiva.Cuandolas diferentesestruc
turas no están equilibradas,se crea el germende los fenómenosde vio
lencia. Así pues, las modificacionesde sus respectivosequilibriosson las
más profundascausasde las impulsionesbelígenas.De la mismamanera,
la guerra transformarálas estructuraspolítica, económica,social, etc,
modificando los equilibrioso desequilibriospreviosa los iniciosbélicos.

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Para garantizarla paz es, pues, necesarioadoptarlas correspondien
tes medidas preventivasy seguir con detenimientola evoluciónde las
diferentes estructuras.Para ello es precisotener en cuenta que, en ese
nivel, cuanto másprofunday duraderasea la motivaciónanalizada,menor
será su manifestacióny, por tanto, los desequilibrioscorrespondientes
serán más difícilesde detectar.Sucedelo contrariocuando nos acerca
mos al nivelde las coyunturasy los accidentes,que tienenuna mayorvisi
bilidad aunquemenorincidenciaen las impulsionesbelígenas.
En el nivelintermedio,las causascoyunturalesson consecuenciade la
colisión de interesesy los diferentesencuentros,en susdiferentesformas
y expresiones,que se producenentre los gruposhumanos,considerando
que cada una de esas sociedadesbusca su propio desarrollo.En esa
dinámica resulta imposiblela coincidenciade intereses,por lo que de la
propia actividadsocialse inferirándisparidades,tensiones,intensificación
o atenuaciónde las voluntadesde podery apetencias.
Las causasocasionalesy motivaciones,en el nivel más bajo, son e)
detonante,el motivo,o la disculpaparadar inicioa los enfrentamientos.Se
trataría de situacionestales como una disputafronteriza,un asesinato,el
ataque o la agresióna fuerzasmilitares,etc. Esnormalmenteeste nivelde
la querellael que tiene la máximavisibilidad,en él ponensu atenciónlos
historiadores,por lo que se enmascarany ocultanlas verdaderas,profun
das y larvadasmotivacionesde los conflictos. En la causa ocasionalse
centran las discusionesde carácterpolítico,la búsquedade justificaciones
jurídicas, o la coartadaque se presentaa la opiniónpública.Difícilmente
una querella,en el ‘nivel de los accidentes”,puede tener algún tipo de
repercusión,silos nivelessuperioresestánsuficientemente apaciguados.
Del análisis de los 366 conflictos mayores,acaecidosentre 1740 y
1974, realizadopor el polemólogofrancés para estudiarla conflictividad
en el mundo,se desprendela primacíade los motivosestructurales.Por
ello, recomiendatratar de profundizary buscar las razonesde la guerra
más allá de las causas ocasionalesque, como se ha indicado, son
muchas veces el motivovisible,en ocasionesprovocado,para prenderla
llama del conflicto. Pero esa búsquedadebe ir también más allá de las
causas coyunturales,que no son más que el terrenoy el entorno de la
masa explosivacrítica. Es pues necesariollegar hasta el nivel de las
estructuras, ya que será entrelas causasestructuralesdondeencontrare
mos las verdaderastensiones,que conducen a engendrarla violencia
colectiva. Poreso, para nuestroautor,la polemología:

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Va más allá de las causaseventuales,superficialesy accidentales,
y de las causascoyunturales,y pretende analizare interpretarlas
causas estructurales —demo-económícas,geográficas, menta
les— que engendranla agresividadcolectiva. Completa esta
búsqueda de causacon la observaciónde las funcionesde los con
flictos violentos.
Para Bouthoulen esa búsquedaprofundade las causas—demográfi
cas, económicas,sociales,geográficas,históricas,etc.— que originanun
fenómeno tan complejocomo es la guerra,no podemospensaren moti
vaciones simples.Esasrazones,múltiplesen cualquiercaso,se hallanen
los tres nivelesdefinidos.Algunas pudieranencajarsecomo racionales,
otras, por el fácil influjocontagiosode la muchedumbre,pudieranconsi
derarse como irracionales.De esta manera,y aunquesiemprehayaalgún
factor que puede adquirirun mayorprotagonismo,toda guerrapuedeser
al mismotiempo, y segúnlos casos, política,demográfica,socialy eco
nómica. Así lo resaltanuestroautor:
La complejidadde un fenómenohistórico,que no puede aislarsede
los demás,como un fenómenofísicoo inclusobiológico,es tal que
hay siemprevaríascausasy variosefectos.Unasola causano puede
producir un fenómenoy un fenómenoproduce variosefectos.
Precisamenteesta afirmacióncontradicelas teorías unilaterales,que
consisten en elegiruno, entrelos numerososmotivosde guerra,y promo
verlo a la categoríade causauniversal.Estasteorías,en boga en determi
nadas épocas históricas,daban lugar,en cada momento,a los distintos
planes de paz que se ibanajustandoa los factoresdominantes.Sus resul
.tados son suficientementeconocidos.

LOS FACTORESDE IMPULSIÓNBELÍGENA

Ciertamente,en el largocaminode la obra de Bouthoul,desde los aná


lisis polemológicosque realizóen 1951 con su libro “Las guerras”y las
teorías que desarrollaen épocasmás recientesen su obra “El desafíode
las guerras”, hay una significativaevolución,que en algunos aspectos
puede parecercontradictoria.Sólo en últimainstanciaen la actualización
que hace en 1970con el “Tratadode Polemología”de su libro de 1951,
incluye los diferentesnivelesde los que hemoshabladoen párrafospre
cedentes. Así,en el “Tratadode Polemología”,al analizarlos distintosfac
tores generadoresde agresividad,que no sitúa en nivelalguno,sólo trata

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en exclusividadlos aspectoseconómicos,demográficos,a los que como
veremos les otorgauna preponderanciamáxima,y los psicológicos.
Según nuestropunto de vista estos aspectospuedenincidir en cual
quiera de los nivelesánalizados,aunquetienenunamayorinfluenciasobre
el nivel de las estructuras,donde verdaderamenteseengendrala agresi
vidad colectiva.

El factor económico

Para GastonBouthoul,y desdeuna perspectivaeconómica,la activi


dad bélica es, sin duda, una actividadde lujo donde el ser humanose
dedica a consumiruna seriede productos,de los que previamentese ha
aprovisionadoy ha acumulado.De esta manera,no pareceprevisible,ni
conveniente,iniciarunaguerrasin habersedotadocon anticipaciónde las
correspondientes reservasen hombres, material bélico y aprovisiona
mientos.
Cuando comienzanlas hostilidadesse pasade la fasede acumulación
a otra de consumodesenfrenado,lo que nuestroautor calificacomo fase
virulenta del consumoaceleradode riquezas.
Por último, paraterminarel ciclo, al finalizarla contiendase produce
una auténticamodificaciónde las estructuraseconómicas,situaciónque
resulta ciertamentecomprensible,porque era el propio desequilibrioen
ese nivelde las estructurasel que, de algunamanera,habíapropiciadola
generaciónde la violencia.El resultado,como ya se ha indicado,repercu
tirá en el nivel de las estructuras (política, económica, demográfica,
social...) modificandolos equilibrios,o desequilibrios,previosa la guerra.
Desde el punto de vista económicose redistribuyeel capital;se despla
zan las riquezasy se modifican:los mercados,el comercioexterior,las
industrias, el gasto público,etc.
En el análisisde las causaseconómicasde las guerrasexistenmúlti
ples teoríasque otorganal factor económicouna condiciónde primacía
como motivo generadorde conflictividad.Esasteorías asignaríana los
citados factores económicosla causalidadprofunda y verdaderade la
guerra. Los otros móviles —sociales, políticos, geográficos...—que
parece sesitúanen igualdadde condicionescon los factoreseconómicos,
no seríansino factoreso razonamientosengañosos,aparentes,o pura
mente sugestivos.De esta manera,y según esa filosofía,para la guerra

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existiría una motivaciónprioritariay excluyente—la económica—,lo que
ciertamente contravienela opinióndel polemólogofrancés.
Un argumentoa favor de la causalidadeconómicade las guerraslo
tenemos en el mundoanimal.El conflicto,tal y como lo hemosdefinidoen
párrafos precedentes,no se da entrelos animalessalvajesque luchanpor
alimentarsey por la supervivencia,aunquedesconocenla guerra.La bes
tia, en esa actividad,no realizafunción económicaalgunapues, ni acu
mula reservas,ni bienes,simplementetrata de vivir al día. No poseerique
zas porque ignora el trabajoproductorde economías.
No ocurrelo mismocon ciertosinsectostales como las abejas,las hor
migas o las termitas,entre los que se puede comprobarque mantienen
enfrentamientos muy similaresal conflicto bélico de los humanos.En
alguno de esos inseótossu agresividadse desarrollapor motivossociales
o, quizáshistóricos.La diferenciacon las especiesbiológicamentesupe
riores estribaen que los insectos,a los que nos hemosreferido,sí reali
zan una verdaderafunción económicaque es el resultadodel trabajo en
grupo. Se podríadecir que son propietariosy almacenanrecursosy bie
nes que puedenserobjeto de rapiñao de disputa.De estaobservaciónse
llega a la importanteconclusiónde que esaactividadeconómicaconduce
a la guerra.
Del estudioamplio y detalladodel reinoanimal—no sólo en relación
con los factoreseconómicos—,el polemólogofrancésextrae unasignifi
cativa conclusiónpor la similitudque se puedeestablecercon los seres
humanos:
Estos hechos y estas observacionestienen quizá el valor de una
experienciacrucial,pues demuestranque al menosentre los anima
les no hay guerrassi no se reúnentresfenómenos:lajerarquía,el tra
bajo organizadoy la propiedad.
Esta incursiónsobre el reinoanimalnos sirve parasituar la importan
cia de los factoreseconómicosen la motivaciónbélica.Pero,volviendoal
terreno de los humanos,es importanteresaltarla advertenciadel autor
sobre la diferenciaque debe establecerseentre causa y efecto, porque
aunque, másprontoquetarde,se observanlos efectoseconómicosde las
guerras, ello no suponeque todos los conflictosse originenpor cuestio
nes económicas.
Curiosamente,y a pesarde lo que se ha indicadohastaeste momento,
para Gaston Bouthoul,muy pocas guerrasvan a respondera un móvil

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exclusivamenteeconómico.Con sociedadespoco avanzadas,que pelea
ban por los alimentosy la supervivencia,era fácil encontrarcomo único
móvil las cuestiones económicas.A medida que las civilizacionesse
hacen más complejas,las motivacionesse hacentambiéncomplejas,es
lo queel autor denominaguerras“politélicas”,o guerrasque tienensu ori
gen en fuentesdiversas.Además,se ha comprobadoque, en ocasiones,
muchos conflictosbélicosconsideradosoriginalmentecomo económicos,
tras estudiosmás profundos,fue necesariocatalogarlosde nuevoy con
siderarlos como conflictos psicológicos.No obstante lo indicado, para
Gaston Bouthoul,lo que resultaindiscutiblees que todas las guerrastie
nen algúnaspectoeconómico.
Con estos antecedentes,nos encontramoscon la duda de poder
determinar cuándo se podrá decir que una guerra se ha producidopor
causas económicas.Eneste sentidoconvienerecordarque no se puede
confundir los aspectos económicosque se derivan del propio conflicto,
con la fatalidadeconómica.El pensadorfrancésnos da la respuesta:
Para afirmarde un modogeneralquecualesquieraqueseanlos con
flictos son el productode causaseconómicas,habríaque demostrar
que el impulsobélico es en toda circunstanciael resultadode dese
quilibrios económicosinsoportablesy de imposiblesolucióndistinta
de la violencia.
Por ellQ,para dar satisfaccióna la duda planteada,será necesario
determinar si los desequilibrioseconómicosentre los bandosantagonis
tas, son de tal magnitudque incitan a las partes enfrentadasa adoptar
métodos violentos.Segúnestasconsideraciones,en la estructuraeconó
mica existendos situacionesque puedenser generadorasde pasionese
impulsos belígenos,se trata de dos casosopuestos:lapenuriay la supe
rabundancia.Cadauna de esassituacionespodríadar lugara una guerra
de penuria,o biende superabundancia.
Se podríadecir que la penuriaes unasituaciónanómalay excepcional
propia de las sociedadesprimitivascuandoéstasagotansus reservasali
menticias. A medidaque esas sociedadesevolucionan,y se complican,
resulta cada vezmás infrecuentela necesidadde recurrira la guerrapara
buscar la subsistencia.Además,en esasociedadcadavez máscompleja,
que se adaptacon cierta facilidadparasuperarlos momentosdifíciles,es
muy improbablela penuriageneralizada.Por eso, y desde el exclusivo
punto de vistaeconómico,siemprehabráun ampliomargende opciones,
antes que la escasezno deje otra salida que el enfrentamientobélico.

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Sin embargo,y paradójicamente,la experienciahistóricademuestra
que la situaciónque generaproblemases la de superabundancia.Es la
condición de opulencia la que va a provocar los impulsos belicosos.
Parece como si el excedentede energíavital de los Estados,con sus
necesidádescubiertas,necesitarade una válvulade escape,propiciando
el germende la agresividadcolectiva.Esaopulenciase va a manifestaren
dos formas:la superioridadtécnicaque ponea disposiciónde la violencia
todo tipo de medios y recursos;y la súperioridadpsicológica pues la
mayor riquezaestimulael orgullo,la vanidad,las tendenciascaprichosasy
la prepotencia.Así,es fácil comprobarque una sociedadbien alimentada
se inclinacon cierta facilidadhaciala violencia. -

Dentro del caso particularde la superabundanciahay que mencionar


la “guerrade excedentes”,que ambicionadar salidaa los excesosde pro
-ducción. Estosexcesossurgencomo consecuenciade la necesidad,que
tienen ciertas sociedades,de asegurarsu desarrolloindustrial. De esta
manera, el aumento de las exportacionesnecesario para mantenerla
capacidad e infraestructuraindustrial,se convierteen una exigenciapara
garantizar los puestosde trabajoy el mediode vida de parte de la pobla
ción. Encondicionesde superpoblación,al aumentarlas necesidades,se
agravan estascircunstancias,poniendoen relaciónlos factoreseconómi
cos con los demográficos,por lo que hablaremosde los factoresdemo
económicos,.
Las destruccionesde las guerras,en esa función virulentadel con
sumo aceleradode riquezas,se presentansegúndos modalidades:con
flictos de signomoderado,que cumplenel cometidode liberaresos exce
dentes económicosde la sociedadopulenta;y conflictos de signo mayor
que sobrepasanla necesidaddesahogoeconómicoy se extiendena la
destrucción de los mediosde producción.
La guerracumple por tanto una función destructoraen una sociedad
que producemásde lo que necesita.¿Pero,acaso,es ésta la únicaforma
de corregiresosexcesosde la producción?ParaGastonBouthoulexisten
- otrasformasde canalizarla superproducción:la primera,con plenavigen
cia en las sociedadesoccidentales;consisteen aumentarel nivelde vida;
la segunda,aunquenos introduceen un círculo vicioso, resideen incre
meøttarlos mediosde producción;y por último, la tercera,la fiesta que
también representaun consumoy un derrochede los excedentesde la
producción. Como complementoa lo indicadoen este tercer aspecto,
resulta chocanteque actitudescomo el lujo, la disipación,la pereza,y la

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ligerezaen las costumbrespuedanllegara serconsideradascomo un fac
tor de paz,dado que representanformasde consumo,que de lo contra
rio, podríanorientarsepor derroterosbélicos.Así mismo,otras actitudes
más positivasrelacionadascon la mejoradel nivelde vida, como la dis
minución de la jornada laboral, son además de un logro social, otra
manera de fomentarla paz.
Para concluir esteapartadodedicadoa los aspectoseconómicos,es
necesario recordarque la relaciónde las causaseconómicasprovocado
ras de los enfrentámientos bélicos,extraídasde las circunstanciashistóri
cas, evidencian,en cada caso, un antagonismoeconómicoen el corres
pondiente nivel de las estructuras.Es cierto que un desacuerdopuede
agravarsey dar lugara un conflicto, aunqueno siempresucedaasí, sino
más bienal contrario,puesde algunamanerala economíaes transacción,
trueque, o cambalache,lo que abre el juego de la negociacióny permite
a las partes en conflicto llegara un intercambioaceptable.Si ello no es
posible evidenciauna fractura más honda y pone de manifiestola exis
tencia de una impulsiónbelicosaprofunda.
Una situacióneconómicairritantey susceptiblede engendrardiscor
dias sólo se convierteen un argumentopara el conflicto cuandose
recibe, se expresay se interpretacon sentidobelicoso.Para que la
situación económicaprovoque la guerra,es necesarioque la situa
ción se conviertaen argumento.
Podemos puesresumirel pensamientodel autor diciendoque los fac
tores económicosno debenrepresentar,en sí mismos,un elementocapi
tal como origendel conflicto,sino másbien que estosestánal serviciode
/os impulsosbelicosos.Enestascondicionesla economíaresijltaser uno
más de los instrumentosbélicos y sólo cuando intervienenen la misma
dirección otrosfactores,la situaciónpuedeevolucionarhaciala guerra.

El factor demográfico

Los diferentestipos de guerrasevidencianlos distintosaspectosque


concurren en ellas. Normalmente,según sean éstas, habrá algún factor
que resaltesobre los demás. No obstante,entrelos numerososfactores,
hay un fenómenoque tiene efectosdemográficosy que resultacomún a
todos los conflictos,se trata del homicidioorganizadoy aceptadocomo
lícito. Así, si hay una constanteen todas las guerrases la existenciade
muertos. El númerode fallecimientos,y como consecuenciael efecto

— 69 —
demográfico, no estáen relación,ni con la cantidadtotal de efectivosde
los ejércitoscombatientes,ni con la proporciónde habitantesde los Esta
dos beligerantes.
Determinarlas causasrealesde la guerrano resultanormalmenteuna
tarea sencilla,en especial,cuandoen muchoscasos las verdaderascir
cunstancias vienenenmascaradaspor los pretextosde los responsables
políticos o, bien, porque la visibilidadde los verdaderosmotivosqueda
eclipsada por la querellaque originael inicio del conflicto.
La guerrano es sólo un fenómenode destrucciónde los excedentes
económicos, sino que también representala aniquilaciónde un determi
nado capital humano. La decisión de emprenderun conflicto supone
necesariamentela intenciónde las partes de sacrificarun cierto número
de vidas humanas.De esta manera,las guerrascumplenel cometidode
inmolar a aquelloshombresque no tienen una función específicaen las
tareas económicasesencia/es.Elpolemólogofrancésincluyeal fenómeno
guerra entre lo que él llama“institucionesdestructorasvoluntarias”,que
tienen la misiónde regulacióndemográficamediante la disminucióndel
número de individuoso impidiendoel nacimientode nuevossereshuma
nos.
Toda estaevoluciónsociales un procesosimilaral que siguela activi
dad biológica.Existenunos ciclos, equiparablesa los períodosde paz,
que se caracterizanpor la acumulaciónde energíasy potencialesde todo
tipo: sereshumanos,bienes,y dinamismospsicológicosquea partirde un
momento determinadose transformaránen excedentes.A estos ciclos le
siguen otros que seencargande la destrucciónde esos excedentesy que
se correspondencon los períodosbélicos.Parael escritorfrancés,la vio
lencia destructivadel períodobélico estaráen relacióndirecta con el nivel
de excedentesacumulados.
Según GastonBouthoulel constanteaumentode seres humanosdis
ponibles para la guerraestá en relacióncon la disminuciónde la mortali
dad infantil,consecuenciade las mejorescondicionessanitariasy alimen
ticias y, también,comoresultadodel procesode incorporációnde la mujer
a los procesosbélicos.Debidoa la mayoresperanzade vida se produce
un crecimientodemográficorelativoque se ve compensado,en caso de
conflicto, con una mayorincorporaciónde jóvenes a los cometidosbéli
cos, lo que con la reclutaobligatoriaconducea la guerratotal y, en defi
nitiva, a un incrementosignificativodel númerode bajas.

— 70 —
La mayor o menorincidenciade las matanzasbélicas(principalmente
entre hombresjóvenes)como efecto demográfico,más allá de la mera
función relajante,dependeráque los enfrentamientos reduzcande manera
crítica la manode obra necesariapara la producción,en cuyo caso, la
merma demográficapuede provocartrastornosestructurales.Además,y
como resultadode lo anterior,la rupturade los equilibriospolíticosy eco
nómicos, tendráde forma recíprocaefectosduraderossobre la evolución
demográfica.
Conocidos los efectos de las guerras procede analizarsu función
demográfica. Según Bouthoul se trataría de una función social estable,
considerandoel términofuncióntal y como se entiendeen biología:ope
ración que se repitede formaperiódica.Esafuncióncumpliríalos siguien
tes cometidos:
— La relajacióndemográficapues, como ya se ha indicado,la guerra
prodüce un aumentoen el númerode muertesy, normalmente,al
menos de forma temporal, una reducción de la natalidadcomo
resultado de la disminucióndel númerode nacimientosmientras
dura el conflicto. Además, la función de la guerra compensalas
mayores expectativasde vida consecuenciade la mejora de las
condiciones sanitarias.
— La liberacióndemográficadeterminaque el procesoevolutivode la
población tenga un proceso acumulativolento, seguido de una
brusca contencióny disminución.
— El cambio de estructurasdemográficasque provocael cambio de
las pirámidesde edadesy la modificacióndel porcentajerelativo
entre hombresy mujeres.
Pero, como indica nuestroautor,la guerrano sólo cumplefunciones
demográficas.Sin embargo,sí es esa funciónla únicaque está siempre
presente, lo que le confiereuna mayor relevanciasobre el resto.Esto no
significa dejar de reconocerla importanciade otras funciones,como la
económica, trascendenciaque se derivamuy posiblementepor su intrín
seca relacióncon la demografía.Sin embargo,esasotrasfuncionesno son
permanentesy estánsometidasa todo tipo de fluctuacionesy vaivenes.En
este sentido,y puestoque las pérdidasde los enfrentamientos puedenser
de naturalezadispar,el polemólogofrancéssitúa la relajacióndemográfica
como la funciónprimordial—nuncala principal—de los conflictos.
Ese reconocimientode la funciónsocialque el autor confierea la gue
rra, esfuertementecriticadodesdedistintossectorespacifistasya que,de

—71—
esta manera,si la guerracumpleun cometidose tiendea su justificación.
Pero lo cierto esque constataruna realidadno significajustificar/aytoda
vía menosaceptarlao resignarsea ella. Sin duda, es muy triste y deplora
ble que el fenómenobélico cumplacon esafunciónsocial,peromástriste
sería tratar de ignorarloindefinidamentey dejar que continúe actuando
con su secuelade muertey destrucción.
Pero, desdenuestro,punto de vista,para buscarel remedioa la impul
sión belicosa,másque atendera los efectoshayque tratarde determinar
sus causas;Todo ello aún siendoconscientesde la dificultadque repre
senta su enunciado.Si invertimosel razonamientoque se ha venido
empleando hasta el momento,se podríadecir que el excedentede jóve
nes en la sociedad,una vez que se han cubiertotodas las necesidades
que requierenlos asuntos económicos,representauna predisposición
incitadora que seaplicaráal impulsobelicoso.De estamanera,esosjóve
nes que no se hanpodido incorporaral procesoproductivo,ni a las tareas
esenciales de la economía,no resultansino manode obra sobranteque
están disponiblesy predispuestosal disturbio.
En estas circijnstancias las condiciones para el estallido bélico
están servidasy cualquierchispa puedepropiciar una guerrao una emi
graçión en cualquierade sus formas. Sin llegar a situacionestan dra
máticas, el exceso demográfico,especialmentede jóvenes sobrantes
en las tareas esencialesde la economía,puede provocar,además,otra
clase de dificultadestales como: el agravamientodel problemadel paro
o el incrementode la inquietud, la agresividad,la delincuenciay la cri
minalidad. La conscienciade este problema origina la compartimenta
ción. Cuando la sociedad es consciente de estar superpoblada,como
ocurre actualmente en Europa, trata de protegerse de la emigración
exterior estableciendotodo tipo de barreras. Los Estados prósperos,
que según Bouthoulno están superpoblados,ven en esas migraciones,
invasiones pacíficas que inyectan un problema ajeno dentro de sus
fronteras.
La estructurademo-económicaresultantede esa situaciónde exce
dencia, es lo que nuestroautor denominala estructuraexplosivay repre
senta una tendenciaa la expansiónbruscaque se llevaa cabo de manera
convulsivay contagiosa,con un resultadoque puedeconducira la guerra
o a la emigración.En efecto, la relaciónentre la guerra y la estructura
explosiva, y con ello el peligroque se genera,queda clara con la propia
explicación del autor: .

—72—
Por eso nos pareceque la guerra—tantoexteriorcomo civil—no es
un hechoprimitivo.La consideramoscomo un epifenómenoy como
la manifestaciónfebril de ciertosdesequilibriossociales.Estosdese
quilibrios influyenen nuestrapsicologíafavoreciendola apariciónde
unas ideaspreferentesa otras.Impulsanal desordeny a la intransi
gencia, obnubilanel sentidocríticoy e/instinto de conservación.En
resumen,producenuna agresividadcolectiva.Este estadoes el que
constituye una de las reaccionescaracterísticasde la psicología
social, a la cual hemosllamadoimpulsiónbelicosa.Entretalesdese
quilibrios están,en primerplano,los demográficos.
Esta estructuraexplosivaes independientede la situacióndemográfica
de las sociedadesvecinas.Poreso, al presentarsecomo una manifesta
ción interna,independientede un entorno que, por el contrario, podría
hallarse en una condicióndemográficafavorabley ante la necesidadde
canalizar la impulsiónbelicosacontra alguiendiferenteal enemigoexte
rior, cuando éste no existe,esa energíase proyectaráen forma de emi
gración o haciael interior,como una guerracivil.
La estructuraexplosivano es el únicomotivo entre las diferentesten
siones y desequilibriosque se presentanen el nivel de las estructurasy
que conformanel impulsobelicoso.Sin embargo,sí resultala másimpor
tante, pues se trata de una predisposiciónlatenteque cuando coincide
con otras causas se acomodaentre ellas y, en un efecto sinérgico,las
refuerza y las hacemás virulentas.Así, las tendenciasguerrerasque pro
vocan los fenómenosdemográficos,sólo intervienencuandose presentan
en coincidenciacon otros factores.
La expresión“relajacióndemográfica”,parareferirsea la descargade
tensión social,es otro de los aspectoscontrovertidosen la obrade Bout
houl, por interpretarse,por algunos,como una frivolidad.No obstante,el
consumo de la energíaacumulada,de forma rápida y violenta,libera la
presión y tirantez acopiadatras muchosaños de carga. Unavez satisfe
cha la relajación demográfica, la alteración social queda apaciguada
durante un cierto tiempo. Pero esta situación no representa,en modo
alguno, ni un deseo,ni un aplausohaciael procesode relajación;setrata,
simplemente, de la constataciónde una realidad.Además,tampoco se
afirma con ello que el resultadode esa descargaagresivatenga resulta
dos beneficiosos,pues la impulsiónviolentá puede ir más allá de la rela
jación necesariay, en vez de resultarun remedio,podemosencontrarnos
ante un mal incurable.Así lo confirmanuestroautor:

— 73 —
Si suponemosque en la mayorpartede los casosla impulsiónbélica
es consecuenciade una determinadaestructura demográficaque
conduce a disturbiosy a conflictos,estono significaque susefectos
sean beneficiosos.
Por otro lado, el alivio que, en teoría, podría producir la relajación
demográfica estáen relacióncon aspectospsicológicos,de hecho,estos
efectos que Bouthoultambiéncalificade cualitativos,son mássignificati
vos que los datos realesde las cifras de víctimaso efecto cuantitativos.
Ciertamente, desde una visión psicológica del fenómeno,resulta más
representativala presiónsentidaque lapresiónefectiva,aunqueambasse
combinen en nuestrasmentesen sus debidasproporciones.Enel caso de
la presión sentida intervienenotras variablesque se añadena la propia
consideración demográfica.Además, en un futuro y debido a la nueva
situación social, la presiónsentidaadquiriráaún mayor relevancia.
Gracias a los progresosde la medicinase ha elevadola esperanzade
vida en toda la pirámidede edades,lo que, sin duda, puedecomplicarel
problema demográfico aumentando la predisposición incitadora al
impulso belicoso. Al mismo tiempo que la guerra existe otras causas
sociales que tambiénpuedenintervenirpara amortiguarla tensióndemo
gráfica, es lo que nuestroautor denomina:las institucionesdestructoras.
Además de la propiamortalidadinfantil,actúancon ese carácter:el infan
ticidio, propio de sociedadesprimitivasaunque,increíblemente, aún sub
sista en algunas sociedadescontemporáneas;el infanticidio indirecto,
causado por desnutrición,brutalidades,malostratos,trabajosdespropor
cionados, etc; el monaquismo,que sin necesidadde dañosfísicos actúa
moderando el crecimientode la población;la esclavitud,que se caracte
riza por la bajanatalidady la alta mortalidadde los esclavos;el derecho
represivo, que actúa sobrelos jóvenesmáspropensosa la violenciay a la
criminalidady por tanto candidatosa la represiónpenal.
Tanto la guerracomo las institucionesdestructorastienenuna función
consumidora de hombres.Sin embargo,entre ambosfenómenosparece
establecerse una relación de complementariedad.Es por ello que la
super-poblaciónno tiene queconducirnecesariamente a la impulsiónbeli
cosa si actúan el resto de las institucionesdestructorasen la adecuada
medida compensatoria.
En estascondicionessurgencon fuerzauna seriede interrogantes.En
una sociedad donde se reclamay se impone con pujanzalos derechos
humanos. ¿Sonsuficientescomo medidacompensatorialas instituciones

— 74 —
destructoras? ¿Quésolucionespodríamosadoptarpara no tener que lle
gar a la relajacióndemográficabélica?¿Estamos,en tales circunstancias,
condenados a sufrirde maneraperiódicaguerrasparadescargarlas ten
siones de los excesosnuméricosde la población?ParaGastonBouthoul
es necesarioacudir a un desarmedemográfico,opción que, a lo largode
la historia,apenasha sido respaldadapor pensadoresy filósofos.
Las razonespara no realizarlohay que buscarlasen la seguridadque
proporcionan los grandesnúmerosy es que, para el pensadorfrancés,
una poblaciónelevadaes la únicaforma de prevenirsedel impulso beli
coso de los demás. Procesoéste que seguido irremediablemente por el
adversarioconducea un círculovicioso.Estacircunstanciaseconfirmaen
los momentosanterioresal conflicto, cuando los Estados fomentan la
natalidad de susciudadanos.No obstante,y desdemi punto de vistaper
sonal, resultadifícil admitir que, con la influenciade la tecnologíay la
potencia nucleardel mundoactual,el rearmedemográficopuedaser con
siderado como un elementodisuasorioesencial.
En cualquiercaso, si se admite la influenciaprimordialde la función
demográfica,innovaren su controlsiempreprovocarámenossufrimiento
que el originado por el exterminiode sectores de la población conse
cuencia de la relajaciónbélica.GastonBouthoulconsideraque nuestras
sociedades siguenpresasde sus propiosprejuiciosque consideranmoral
y Iegftimo tomar medidas para aumentarla natalidad,pero inmoral y
escandalosorestringirlao limitarla.

El factor psicológico

Los factorespsicológicos,con los económicosy demográficos,por su


importancia,ocupanun puestode relevancia en la obradel autor.Comocon
secuenciade la guerrase producendeterminados comportamientos y altera
ciones en la racionalidadhumana,dondese alojanlos impulsosbelicosos,
que sólose puedenentenderdesdela visiónde la psicologíacolectiva.Cier
tos movimientos de la opiniónpúblicaquesurgentantoen los orígenesde los
conflictos,comodurantesu desarrollo, tampocoresultancomprensibles salvo
desde la ópticade la citadapsicologíacolectiva.Lo ciertoesque desdeque
se iniciala guerraasistimosa uncambioradicaldelcomportamiento humano,
se entraen una nuevaesferapsicológica,lo que demandanuevasformasy
obligacionessociales.Esastransformaciones van a afectarno sóloal hombre
y la sociedadsinotambiénal mundodelderecho.

— 75 —
El cambioen el sistemade valoresresultaradical. El homicidioprohi
bido en paz, repentinamente se legalizay recomienda;las fronterasentre
lo sagradoy lo profanose desplazan;se produceuna subversiónde valo
res en múltiplesaspectos:la vida, la libertad,o la propiedad;se recurrea
los ritosy ceremonias;se refuerzael instintode conservación;o se produ
cen estadosde depresión.yde excitaciónpatológicaque conducena un
retroceso de formasya superadasde razonamientoinfantil,de naturaleza
excluyentey extremadamente simples:el bieny el mal,.el amigoy el ene
migo, el cielóy el infierno,etc. La granvariedadde maticesy gradaciones
de las actitudesintermedias,y las tendenciasdivergentes,desaparecen.
En esa condiciónde excitacióncualquiertendenciao inclinaciónsocial
puede llegara convertirseen dominante,arrastrandocon ella a todas las
demás. Cualquieractividad puede exasperarsey representaruna justifi
cación que puede ser causa de conflicto. Una vez iniciado,y a partir de
ese momento, todas las rencillasy animadversiones,en los distintos
aspectos, confluiránen una únicadírecciónque ocasionará,segúnnues
tro autor,una resultantede hostilidadgeneral..
En su análisispsicológicoGastonBouthoulestableceun cierto parale
lismo entre la fiesta y la guerra. Ese paralelismolleva a nuestro autor a
identificar ambosfenómenos.La fiesta,en sus distintasformasy rituales,
provoca la exaltaciónde ánimo,el júbilo o el furor de los participantes,y
aunque lógicamentecon los avancesde la civilizaciónha sufridouna pro
funda transformación,existe una serie de característicasque subyacen
con el transcursode los siglos: la reuniónde los componentesdel grupo;
el gasto y derrocheque llevaal consumoy destrucciónde excedentes;la
transgresión de las normasmorales;la éxaltacióncolectiva;los ecesos
físicos al límitede la resistenciapersonal;o incluso los sacrificios.
Si repasamosesascaracterísticastodas ellas se encuentranpresente
en las guerras.Por éso el polemólogofrancésafirmaque:
Podernospues decir que, en el sentidosociológicode la pa!abra,la
guerra es la fiestasuprema.O, con másexactitud,que la guerraesla
fiesta verdaderay auténtica,la que se celebra sin miramientosni
moderaciones,frentea la cual las otrasformasde fiestasóloson páli
das imitaciones.
Otros aspectosde la guerraóumplencon ciertasfuncionespsicológi
cas. Así,el enfrentamientobélico actúa como distracciónde unassocie
dades que se ven condenadasa la aburriday rutinariavida cotidiana. La

— 76 —
guerra, como fuente inagotablede emociones,saca del letargo a una
colectividad cansadade la monotoníade una sociedadmecanizada.Ade
más, para ciertás comunidades,es Ía única forma de acceder a otro
mundo psicológico‘y de ponerseen contactocon otros pueblos. El con
flicto bélico es tambiénun jüego que permitegastarel excedentede vita
lidad y abstraersede loá problemassociales.
En determinádascircunstanciasresulta, además, una solución fácil
para solventarel debatey el enfrentamientopolítico.Anteciertasdisputas
y controversiasdedifícil arreglo,que requierende discusionesintermina
bles en aras de alcanzarel consenso o, al menos, el compromisoque
satisfaga mínimamentea las partes en conflicto, la guerrarepresentala
solución perezosao la soluciónde los problemasinsolubles.
Pero en todo este mundo psicológico¿qué papel juegan los dirigen
tes? ¿Intervienencon su autoridad de maneradecisiva en el proceso
bélico o son simplesmarionetasdé la voluntadpopular?El papelque han
tenido los líderespolíticos,y por tanto su responsabilidaden las diferen
tes guerrasque hán asoladola humanidad,ha sido, en opiniónde nues
tro autor, motivo de una fuerte controversia.Veremosen los siguientes
párrafos como Bouthoul exime, según mi entender de manerasorpren
dente, a los poderespúblicos de una auténticacapacidadde decisión
sobre el fenómenobélico. Parececon ello negara los líderespolíticosla
posibilidad de actuar en los distintos niveles,particularmenteen el de las
coyunturas y en el de las motivaciones,para reconducirel impulsobeli-’
coso. De esta manera,y desdeun puntode vista moral,seríaciertamente
difícil tratar de exigir responsabilidadesa alguien que no ha sido sino
esclavo de su propia comunidady de los condicionantesdemográficos,
económicos y psicológicossobre los que apenastendría posibilidadde
intervenir,ni antés del conflicto, ni durantesu desarrollo.
La primerapreguntaque se planteaBouthoul,én líneacon la que nos
hacíamos en párrafos precedentés,es saber si los dirigentes.políticós
imponen sus puntosde vista o, por el contrario,siguenlas impulsionesy
los deseosde la población.Él mismorespondea la cuestiónplanteada:
A primeravistaparecepoco creíbleque, si una nación es pacífica,
baste el caprichode un jefe, o de unapequeñaminoría,para que la
población se sienta impulsadaa la guerra... Pero un más amplio
carácter de los conflictosexigeparticipacióncordial,sino entusiasta,
del conjuntode la nación.En estecaso,e/jefe no hacemás quetra
ducir el impulsobelicoso‘delconjunto.

—77—
De algunamanera,el escritorfrancés,ve encarnadaen el jefe la volun
tad popular.Ensu opiniónresultapoco creíbleque el poderpolítico, con
su actividady capacidadde convicción, pueda generar en el pueblo la
agresividad necesariapara abocartesal conflicto. En el caso opuesto,
cuando el impulsobelicosocolectivoy el germende la violenciaseextien
den a todos los nivelessociales,poco puede hacer el jefe para contra
rrestar una corrienteque le arrastraráde manerairremediable.
Estas opinionesdel autor,que se reflejabanen su obra “Las guerras”
(1951), seránmatizadasaños después(1976)al indicar que elfuturo del
universo es múltiple y los caminos que puede seguir la humanidadno
se dirigen necesariamentehacia la fatalidad y la guerra. El resultado
final va a quedar condicionado por dos motivos: el poder de los diri
gentes en retrasar o acelerar esos sucesos; o bien, determinadascir
cunstancias que impiden que, aún cuando la situación sea propicia al
enfrentamiento bélico, se produzcan las condicionesdefinitivas para el
estallido final.
El estadode guerrafacilita la laborde los gobernantesque, con el pre
texto de que la patria está en peligro, disponen de plena libertad de
acción. Los problemasque hasta antesde la declaraciónde las hostilida
des eran acuciantesquedandemoradoscon carácter indefinido;las tra
bas legales,hasta ese momentoinsalvables,pueden ser superadassin
demasiados impedimentos;ni tan siquierala arbitrariedadresultacontes
tada. Endefinitivael paísquedasometidoa la disciplinabélica.Pero,ade
más, la guerraresultaun momentopropiciopara mejorarla situaciónper
sonal del dirigente.El poderpolítico representala salvaciónde la patriay
su personapuedeconduciral paroxismo.Sufigurase acrecientay secon-
vierte en el objeto del fervor populary la devociónde sus súbditos.Así, la
situación que se crea entornoal gobernantese aproxima,segúnel pole
mólogo francés,a un fenómenoreligioso.
Ese carácterdivino que asumeel jefe se acentúa,tanto más, cuanto
mayor sea su función demográfica.El respeto y la consideracióncasi
divina del dirigentese ponenen relacióncon el númerode hombresdis
ponibles que puede enviaral sacrificiobélico. En-la conexión entre ese
dirigente y sustropasse establecenunosvínculosdesiguales.De un lado,
el jefe desempeñael oficio de sacrificantey, por otro lado, los mejores
combatientesestán dispuestosa entregarla vida en su defensa.De esta
manera, unapartedel grupoactúacomo instrumentodel impulsobelicoso
de la sociedad.

— 78 —
El grupo que está dispuestoa entregarsu vida se ve animadode un
espíritu de sacrificioquese fundamentaen unaideologíay quearraigapre
cisamente entre los más jóvenes.Ese estratode poblaciónes, precisa
mente, el másgeneroso,el máspropensoa sufrirla relajacióndemográfica,
el que buscainmolarseen la defensade creenciasy causasque considera
justas. Eljovenestámásdispuestoquelos adultosal sacrificiodel heroísmo
y sólose necesitauna dirección,un líder,paraencauzaresasenergíasque
siempre podráncanalizarsecon fines interesados. El artedel dirigentecon
siste en dominarel espíritude sacrificioy hacerloservirparasusfines.
La guerra puedeterminarcon al aplastamientode uno de los belige
rantes o, por el contrario,puedesaldarsesin un vencedorclaroy, por con
siguiente, con el mantenimientodel statu-quo.Este segundocaso es la
manifestación palpablede la función de relajaciónque tiene el conflicto
bélico que se limitaríaa devorarlas energíasexcedentes.La dificultad de
llegar a acuerdos,las disputas irreconciliables,o las diferenciasinsalva
bles, previasa la rupturade las hostilidades,se conviertenen unasinto
nía admisibletras los acuerdosde paz.Como dice Bouthoul:
En este caso, desde el punto de vistapsicológico,el único hecho
nuevo resultantede la guerraes que ha terminadola agresividadde
los individuos,es decir especialmentela de los dirigentesy la de los
combatientesmásviolentos.
El fin de la guerra produceun efecto de euforia,tanto mayor cuanto
más penosos hayansido los sufrimientospadecidosen los combates,
agotando en esas penalidadeslos impulsosbelicosos.Pero,como ya se
ha indicado,con el statu-quo se mantieneel equilibrioprevioal conflicto
y, por tanto, los resentimientosprofundosorigende la impulsiónbelígena
que continúanlatentes.Enel supuestode que el conflictofinalicecon un
vencedor se generannuevossentimientos,en especial,el de inferioridad
entre los vencidos.La búsquedade culpablesen los que hacerrecaerlos
fracasos proporciona,con la relajacióndemográficay económica,un sen
timiento de alivio suficienteparacomenzara recobrarla normalidad.
Todas esas percepcionespsicológicasse van fijando en la memoria
social, setransmitena las generacionessiguientesy se instalanen el nivel
de las estructurascreandolas condicionesde futurosconflictos:
Así, cada generaciónque llega está marcadapor los acontecimien
tos que correspondena la edad adultao madurade suspadres. Y
también así se disponen las reaccionesafectivas....Toda clase de

— 79 —
estructura social,máslos acontecimientos,modificanel tono psico
lógico generaly provocancomplejosén los individuos.Y tambiénlos
reflejos de los hechos históricosse incorporana nuestro incons
ciente afectivo. Talescomplejossuscitannuestraspreocupaciones
más profundas,y por ellosse preparanlas basesinconscientesdel
sentimientopúblico y de las reaccionescolectivas,a su vezgenera
doras de nuevosacontecimientos.

EL IMPULSOBELICOSO

Desde el inicio del capítulo anterior estamos hablafido del impulso


belicoso sin habernosdetenidoa reflexionarcómo esentendidopor nues
tro autor.ParaGastanBouthoulla impulsiónbelicosaes entendidaen los
siguientes términos:
La impulsión belicosa, cuando existe, la entendemos como un
estado difusoy algo así como la resultantemuy generalde un con
junto de equilibriossociales.
Pero, ¿cómose distribuyeese sentimiento?¿Setrata acaso de una
percepción uniforme?Pereceobvioque el impulsobelicosono se reparta
de manerahomogéneaentre los diferentesindividuos,ni entre los distin
tos estratosde la sociedad.Por ello,cuando estallael conflicto,tampoco
los miembrosdel grupo participaráncon la misma intensidad.En cual
quier caso,lo verdaderamenteimportantees que el impulsobelicosocon
duce a la agresividad.
• Trasel conflicto,con el derrochede los excedentes,el impulsoremite
y se apacigua.Esebajo perfilagresivose mantendráen tanto se recons
truyen y reponenlas pérdidas. La evolución histórica ha ido condicio
nando esos períodosque tienden a reducirsepor la mayorcapacidadde
nuestra sociedadpara restablecer,en menostiempo, las grandesmortan
dades de los conflictos precedentes.Por eso, con nuevasenergías,no
será difícilvolvera encenderla mechaen sociedadesque se sientenveja
das por unostratados de paz que, normalmente,son fecundosen agra
vios y humillaciones.
Con una demografíaen alza, en cuantose olvidanlos sufrimientosde
la guerra,y I.avida adquierenuevamentesu rutinariamonotonía,vuelveel
germen,del impu!sobelicoso.Los odios y rencillasmilenarias,cuyas raí
ces se hunden en el tiempo, pasan de generación.engeneración,abo

— 80 —-
nando el terreno para nuevasdisputas;así, las causas profundasestán
servidas y sólo restala concordanciade las coyunturasy la querellapre
cisa para que.de nuevo estalle la violencia.El polemólogofrancés no
puede ser máspesimistapues,segúnsu criterio, lasguerrasnuncaponen
punto final a los conflictos, sólo aquellascuyo resultadoestablece un
nuevo equilibrioprocuranunamayorgarantía,de paz.Peroni aúnen estos
casos estarnoslibresde reincidir:
Los çonflictos se interrumpeno se desplazan,pero no se supri
men.,. La realidad no es el conflicto, sino las fluctuacionesdel
..

impulso belicoso.De estasfluctuacionesdependela virulenciade los


conflictos.
Cuando hablamosdel impulsobelicosolo entendemoscomo un estí
mulo colectivo,que no esotracosa que la resultantede los diferentesesta
dos de ánimode los individuosdel grupo. Esaresultanteserá de carácter
agresivo cuandouna gran mayoríaaboguepor la guerra,o consientaque
la sociedadse deslice haciaella. Pero aún, paraque esto sea posible,y
poder encauzaresa agresividad,será precisola existenciadel líder que
encarne los valoresdel conjuntoy en el que el grupose vea identificado.
La generaciónde esos impulsosnace en el ser humanocomo resul
tado, no sólo de unaspercepcionesfísicasde caráctersensorialsino,más
bien, como consecuenciade un proceso y desarrollomental donde se
ponderan distintosestímulosque entranen el campode lo racional,como
ocurre con la ansiedado la frustración.De cualquierforma,cierta instiga
ción que alimentael impulso belicoso,surge de la misma sociedada la
que se pertenecey de las propiasnecesidadesde la colectividad.Por ello,
repitiendo unade las tesis de nuestroautor,cuandolos dirigentesde una
nación se decidena lanzara su puebloal enfrentamientobélico esporque
esta acción tiene detrás un fuerte respaldosocial que siente la guerra
como un beneficioo una necesidad.
Dentro de esos estímulosy percepcionesracionalesde los que hablá
bamos en el párrafoprecedente,la frustraciónes, sin duda, unos de los
‘elementoscon mayorpeso a la hora de conformarla impulsiónbelígena.
El escritorfrancésafirmaque existe una relacióndirecta entréagresióny
frustración. Aunqueeste fenómenopsicológicopuedeterminaren distin
tas formasde depresión,desanimo,o abandono,normalmenteconducea
la agresividad.La frustraciónva asociadaa la imposibilidadde satisfacer
determinadas necesidades.Esas necesidadespueden ser variopintas
según las propiasconviccionesy exigenciasdel grupo—el petróleo,un

—81—
trazado fronterizo,conseguirla salida al marAsí, el impulso belicoso
puede disponer de un amplio repertoriopara intervenirreavivandoanti
guos agravios.
Sin embargo,contra lo que pudierapensarse,no es correcto estable
cer una relacióndirecta entre la agresividady la pobreza.CuandoBout
houl se refierea necesidadesno las concreta,específicamente,en rique
zas o gananciasmateriales.En este sentido conviene recordarque la
guerra es una actividadde lujo con una importantefunción de consumir
excedentestanto de bienescomo de vitalidad.
Los complejos colectivos —fracaso,culpabilidad, e inferioridad—,
arraigados en el fondo del espíritusocial,puedenincrementarla agresivi
dad y provocarun deseo de revanchaque arrastrea esa sociedada la
guerra. Sobreestos complejosactúa la superpoblaciónpara agravarlos,
posiblemente porquelas grandesmuchedumbresson el caldo de cultivo
de la virulenciay del contagiosocial.
La agresividadque se generaen el individuose ve sometidaal tamiz
del propio grupo y a la oportunidadsocial que la encauza,reduciendo,
normalmente,a manifestacionesesporádicaslas reaccionesviolentasde
carácter individual.Muydistinto resultael análisisde la agresividadcolec
tiva que, muchomás regular,sí se desencadenasegúnun cierto automa
tismo inconsciente.Además, para el escritor francés, se establece una
relación directa entre ese automatismoy el tamaño del grupo, cuanto
mayor es éste menosracionales la respuesta.
A pesarde lo indicado,la conductade la muchedumbrees intrínseca
mente pasiva y sumisa, para pasar a la acción necesitadel adoctrina
miento y de que un líder conductor tome la iniciativa en los primero
momentos. En esas circunstanciasaparece el sentido de la fiesta y el
estado de alucinacióncolectiva,lo que transportaa la multituda la reac
ción violentae irracional.Comprobamosque existe,ciertamente,unadife
rencia entre el comportamientoagresivoindividualy el impulso belicoso
colectivo:
La agresividadpuede ser pasajera,momentánea,limitadaa un indi
viduo o a un pequeñogrupo. En cambioel impulso belicosoes un
estado generalizadoy profundo.A menudoes másun estadodifuso
de aceptacióny de aprobaciónde las violenciasfuturas.
Para nuestroautor el impulso belicosocolectivo es más una convic
ción que una actuaciónconcreta.Se trata de unapercepciónque está en

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el ambiente,demandandomuertey violencia.Dentrode la irracionalidad
que hemos indicadocaracterizaa este estímulocolectivo,GastonBout
houl subrayala parálisisque provocaal obnubilarel espfritú críticoy el
sentido de peligro. Esta situación, previa a la declaración de guerra,
impide el mínimosentidocrítico, la moderación,y provocala atrofiade la
imaginación.
Pero lo importantede la investigaciónes tratar de determinarlos orí
genes de las agresividadesnacionales.Segúnel escritor francés,no es
válido despacharel problema culpando a los dirigentes, o limitarsea
aceptar esas agresividadescon un fatalismo paralizante.No podemos
olvidar que la guerradesde el punto de vista sociológicoes como una
gran fiesta y que, en muchassituaciones,no hace sino respondera los
impulsos de la mayor parte de la sociedad.Por otro lado,la gran diversi
dad de argumentoscapaces de alimentar la agresividadcolectiva, no
resultan, en muchos casos, más que simplesexcusas. Nuevamentees
necesariorecurrira causasestructuralesparatratarde resolverel enigma.

LAS CAUSASDE LA GUERRA

Aquí GastonBouthoul,que prefieretratar esteasuntoanteponiendoel


término “presuntas”, establece que la mayor parte de las decisiones
humanas se rigenpor unapredisposicióninternainicial.Ante un determi
nado problema,que requiereun dictamenespecífico,el resultadono sal
drá de un sesudorazonamientofruto de un estudioprofundode la situa
ción, sino que será el productode una ideapréconcebida,alimentadapor
nuestros deseosy mentalidad,y que satisface los propios impulsosy
necesidades. Estoscondicionantesdeterminanque, al final, prevalezca,
en ese momentoy como resultadode fondo, el impulsopsicológicodomi
nante.
El necesarioraciocinioactuará,de maneratardía,siguiendoel proceso
inverso, tratando de justificar una idea que ya ha sido tomada de ante
mano y que se imponeen nuestrosubconscientede maneraincuestiona
ble. Incluso,aun en el supuesto de que en la resolucióndel problema
intervengael debateracional,el estadode ánimogeneraly el espfrituexal
tado colectivo, se interpóndránen el proceso lógico privándolede la
imprescindibleobjetividad.
Con estos antecedentesla indagaciónde las causasdel conflicto hay
que situarlasen determinarlas razonespor las que, en un momentocon

— 83 —
siderado, el impulso psicológico dominante se identifica con la misma
impulsión belígena.Si no partimosdé posturasfatalistas,se podríaafir
mar que a la situaciónplanteadase llegatras recorrerciertascondiciones
sociales que prepareny abonenel terrenode la agresividad.Como dice
nuestro autor,estascondicionesson las que debemosconsiderarcomo
verdaderascausasde las guerras.
El repertoriode las causas que originanlas guerrasno se ofrece en
bandeja al investigador,sino que es necesarioun concienzudoanálisis
para llegar a determinarlas auténticasrazonesque las provocaron.En
muchos casos,el motivoeconómicoresultael árgumentofácil parajusti
ficar conflictos que contaron con la satisfaccióny la avenenciade las
poblaciones implicadas.Entales circunstancias,podemosésegurarque,
tanto en el nivelde las estructurascomo en el de las coyunturas,la situa
ción era propiciapara desencadenarel estímúlobelicoso.
Con la predisposiciónfavorableen los niveles superiores,cualquier
desafío en el nivel de las motivacionesenceñderála llamadel enfrenta
miento bélico. La menorprovocación,por insignificanteque resulte,apa
recerá, a los ojós del enemigo,como intolerable.El grupose encontrará
legitimado parael empleode la fuerzay rechazarácomo inadmisiblecual
quier opción pacífica. Las motivaciones,que representanlas razones
expresadaso sentidas,son, en ocasiones,simplesdisculpaso elementos
de propagandainterna.
Aunque, en el nivel de la querella,todo enfrentamientopuede tener
diversas motivacionespor las que el grupodecide batirsecon las armas,
siempre habráalgunacon mayor valor psicológicoo político que sea la
que aúne las voluntades y genere las adhesionesnecesarias.Ello no
excluye la,existenciade otros motivos que coexisten con el principal.
Según el escritor francés,el estudio de las motivacionesde los trescien
tos sesentay seis conflictosocurridosentre 1740y 1974,analizadospor
el autor en su obra “El desafíode la guerra”,arrojalos siguientesresulta
dos: motivos económicos,en un 60% de los casos; idéológicos,en el
73%; de poder,en el 86%; pasionaleso afectivos,en el 44%; y naciona
les, en el 76%.
Si buscamoslas causas profundas(nivelde las estructuras),la res
puesta también la encontramosen la obra citada. Esascausas, como
anteriormenteacaecíaen las motivaciones,puedenprocederde distintas
fuentes, aunque,como en el caso anterior,normalmentehabráun motivo
que infundasu peculiarimprontasobretodas las demás.

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Hemos visto al tratarel factor económibo(cuyasideasse hanextraído
• de lbs estudiosque el autor realizaen su obra “Tratadode polemología”),
como el escritorfrancésera reacioa concederla primacíade las motiva
cione económicasparajustificarlas causasprofundasde los conflictos.
Algunos años despuésesa opiniónserá mucho másmatizada,indicando
• que esos factoresseránimportantesya sea como causao como efecto.
Del análisisde los366 conflictosse concluyeque en caso de los micro
conflictos, términocon queel áutordenominaa los enfrentamientos bélicos
de caráctermenor,las causaseconómicasadquierenuna condiciónrele
vante, si bienlos efectoseconómicosno son significativos.Porel contrario,
en las grandesguerrasy revoluciones, las causaseconómicasni sonexclu
• sivas, ni tampocoespecialmente significativas,
justamentelo contrariode lo
que sucedecon susefectos económicosque puedenser aplastantes.
Ante la dificultad de boncretaresas causas, el autor recurre, iñicial
mente, a déterminarlos efectosde las guerrasy, de esos efectos,extrae
las funcionesque determinanla causalidadbélica.El rodeometodológico
consiste segúnsus palabrasen lo siguiente:
El conocimientode la causalidadde los fenómenosnaturales—en
los casosque se pueda confirmarésta—no se nos ofreceráespon
táneamente.En talesmateriasno podemosacercarnosa la causao
la funciónsino es dandoun largorodeo.Consisteen analizarprimer6
los efectos,es decir situarsea/final del procésoestudiado.
Tras la aplicaciónde esa metodologíaa los conflictos analizados,las
causas o funcionesde las guerrasserían:la funciónlúdica,o de juego,en
un 39% de los casos, ainque esa función tiende a eclipsarsetras los
horrores de la 1GuerraMundial;la funciónde especulación,o de obten
ción de algún beneficioimportantefrente a unas pérdidasadmisibles,lo
que se observóen todos los casosanalizados;la funciónque trata o bien
de consolidaro bien de invertir los poderes;la función de cambio de
estructuras existentes,comprobadaen un 89% de los estudios;y, por
último, la funciónde destruccióndemo-económicaque se presentaen un
4% de los conflictos.
Ciertamente esta última causao funciónno representaun porcentaje
elevado, si ténemosen cuentala importanciaqueel autor concede,en su
desarrollo conceptual,a las consideracionesdemo-económicas.Si bien,
y como se encargade justificar,su influjo está presenteen otros muchos
enfrentamientos.Por ello,y a pesarde los datos obtenidos,nuestroautor

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sigue indicandoque, desdeel punto de vista polemológico,los desequili
brios que se establecenen el nivelde las estructurasdemo-económicas
son los que anunciany presagianguerrasy revoluciones.El escritorfran
cés lo expresaen los siguientestérminos:
En casitodosloscasos,los desequilibrios
de lasestructurasdemo-eco
nómicassona la vezunade las causasprofundasde lasguerrasy unos
de los mejoresindicadores,“barómetros”de las amenazas a la paz.

EN BUSCADE LA PAZ

Gaston Bouthoulse muestraespecialmentecrítico e incrédulocon las


diferentes iniciativasque se han emprendido,a lo largode la historia,tra
tando de evitar la guerra.Ensu opinión,esas teoríassuponenel problema
resuelto, puesincidensobrealgunacausaconcretay, por tanto, al margen
de la polemología.No obstante,su tratamientopuederesultarinteresante
porque hace un recorridosobredistintasmotivacionesbélicas.Los planes
de paz “políticos”másimportanteshanincididoen los siguientesaspectos:
— La guerra existe porque hay múltiples Estados con sus propias
soberanías y sus correspondientesambicionesde poder, lo que
provoca pugnas,rivalidades,o enfrentamientosque terminanpor
desarrollar rencoresy frustracionesy en definitivaallananel camino
hacia la guerra. Según ciertos pensadoresesta situación puede
corregirse medianteel Estadoúnico. Sin embargo,para el escritor
francés, esta situación no es duraderay, como solución, resulta
poco convincentepues el Estado único terminará,a su vez, por
descomponersecomo consecuenciade las querellaso rivalidades
internas. Esta situación no hace desaparecerlos impulsosbelico
sos, ni tan siquieralos amortigua,pues este impulso es indepen
diente de la amplitudde las soberanías.Además,convienerecordar
que son precisamentelas guerrasciviles las que generanmayor
crueldad y violencia.
— La segunda de las teorías preconiza el reparto equilibrado del
mundo entre grandesEstados,que cubriríansus propiasáreasde
influencia, agrupandoa otras nacionesmenoresbajo su tutela. La
paz, así establecida,estaríabasadabien en el equilibriode fuerzas
o en el establecimientode un sistemade acuerdosentre esosgran
des Estados.La posibilidadde conflicto se eludegraciasal temory
al respeto que se profesanlas grandes potencias.Sin embargo,

— 86—
según la opiniónde nuestroautor,la historiaha demostradoque ese
intento de equilibrio,ha sido una permanentefuente de enfrenta
mientos en el viejocontinente.
— La tercerade las teoríasdefiendela necesidadde abolirlas monar
quías, al tratarsede regímenespolíticoscon inclinacionesguerreras.
Esta opción se ha probadoigualmenteinconsistente,al demostrarse
que históricamenteno hay datos que permitanavalarque los cam
bios en las formasde gobiernoreduzcanel númerode conflictos.De
hecho, es con los republicanosfrancesescuando comienzanlas
grandes movilizaciones que terminaronen la guerratotal.
Como síntesisde lo indicadoGastonBouthoulsubrayala necesidad
de reorientarlos planesde paz haciaotrasdirecciones:
As nuestroconsejoes que se debesituaren otroplano el problema
de la explicacióndel belicismode los gruposhumanos.La únicacon
clusión quepodemosobtenerdel examenhistóricode la agresividad
comparada de los Estadoses su independenciade los regímenes
polfticos y de las formasinternasde lasjerarquías.
Además de rechazarla validezde los planesde paz políticos,nuestro
autor estudia los planesde paz “jurídicos”y llega a similaresconclusio
nes. Independientemente de que la soluciónpropuestasean los tribuna
les de arbitrajeo las distintasorganizacionesde carácterinternacional,el
camino de los planesde paz jurídicosno es el adecuadopara terminar
con el conflicto, pues tratar de asimilarlas guerrasa las querellasentre
individuos, no es másque una metáforafalaz.Porotro lado, estosplanes
cometen el error de considerarla guerracomo un fenómenobajo control
de los Estados,al que, por tanto, se le puede poner coto o limitación.
Entre esaslimitacioneslegalesdestacala declaraciónde ilicitud de la gue
rra. Paraesclarecerlo absurdodel asuntonuestroautor lo comparacomo
castigar por ley al que cae enfermode peste.
Los planesde paz“ideológicos”quetienensuorigenen conflictospro
vocados por: dogmatismos,filosofías,motivosreligiososu otras conside
raciones, y que se apoyanen unahipotéticaunidad ideológica,sólo sig
nificarían la posibilidad de sustituir un motivo por otros que incluso
pueden llevarmás cargaagresiva.
Los planesanalizadoshastaahorase fundamentabanen la causalidad
unilateral. Los planes“funcionales”se basan,por el contrario,en la afir
mación de que la guerracumplevariasfuncionesde caráctersocialy, por

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tanto, es necesarioatacar el conflicto desde una óptica multilateral.De
esta manera,aparecenlos planes psicológicos,hedonistasy demográfi
cos, con los que Bouthoulmuestramayorsintonía.
— Sobre la basede considerarla guerracomo una costumbreances
tral o la desviaciónde algunosimpulsoshumanos,los planespsico
lógicos proponencomo antídoto la educacióny el necesarioadoc
trinamiento. Además,paracombatiresa costumbreancestral,en la
que la guerraasume las funcionesde la fiesta, los defensoresde
este plan proponen diversas actividades como: vacaciones,
turismo, festejos,congresos,manifestacionesdeportivas,excursio
nes e inclusofacilidadessexualesque puedansatisfacer,con cierta
aproximación, la funciónbélica.
— Por considerarel tedio y la apatíacomo una de las causasde con
flictós, los planes hedonistasproponenbuscar en el cine y otros
espectáculoslas alternativasa la funciónque desempeñabael anti
guo circo.Setrataría,en definitiva,de buscarla civilizacióndel ocio.
En el fondo subyacela manerade consumirlos excedentessocia
les, lo que logramediante:la fiesta, la guerray la elevacióndel nivel
de vida.
— Los planesdemográficospretendenactuara la vezsobreel reparto
de los excedentesy sobre e/impulso belicoso,medianterestriccio
nes de la fecundidadnatural.Antesde promoverestos planescon
viene recordarque los impulsos belicososse encuentranmucho
más condicionadospor las estructurasdemo-económicasque por
los númerosabsolutos de población y, por tanto, esa actuación
debe dirigirse hacia los problemasde equilibrio entre poblacióny
recursos. Paranuestroautorestosplanesson precisamentelos que
nunca han sido tomados en consideración,ni recibieronalgúntipo
de apoyoy, segúnsu punto de vista, seríanlos que probablemente
tendrían una mayor oportunidadde éxito.
Por último, los planes de “desarme”tratan de actuar bien sobre las
armas, para disminuirla capacidadde ejercerla violencia,o biensobre la
misma existenciade los ejércitos,causantes,según los defensoresde
esta teoría,de la existenóiade las guerras.Las solucionestales como:los
planes de desarmecuantitativos,la limitaciónde efectivos,o la creación
de ejércitossupranacionales,pueden ser solucionesatractivas,pero no
definitivas. El escritor francéstambiéndiscrepade estos planesal consi
derar que la violenciaterminarámanifestándosepor otros caucesquizás
más sangrientos.

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Como vemos,los distintosplanesde paz que se han ido proponiendo
a lo largo de la historia,tienenuna repercusióndispar en las considera
ciones del polemólogofrancés.Pero ¿qué es entonceslo que nos pro
pone? ¿Esqué acaso no hay soluciónalguna?Enprimerlugar es intere
sante reseñaruna ideageneralsobre esaspropuestas:
No se puede pensarsolamenteen que la guerrase pueda suprimir;
sino en reemplazarlade tal modo que la funcióncontinúecumpilén
dose, pero de una máneramenospenosao menosdolorosa.
Si volvemosa las ideas del escritorfrancés,debemos recordarque,
según sus teorías,es en el nivelde las estructurasdonde se engendrala
agresividadcolectiva,el miedo,la angustiay la desesperación.Esesenti
miento colectivoes el resultadode muchossiglosde historiay, por ello,
las actuacionespara corregir,en sentidocontrario,las tendenciasestruc
turales y las mentalidadescolectivaslo serán,consecuentemente, a largo
plazo. No obstante,y si tenemosen cuentala aceleracióny la compresión
de eventoshistóricosque se sucedenen los últimossiglos,tambiénpodrí
amos esperaruna reduccióny compresiónde esos plazos.
La actuaciónen el medioplazo se encontraríadirigidaal nivelde las
coyunturas, donde las políticas de los Estadosactúan de forma inde
pendiente y sin armonizarsu actividadcon la de los vecinos, por lo que
consideradas en su conjunto,y si no se adoptan medidaspara evitarlo,
siempre se puedendar las circunstancias—encuentrode seriesindepen
dientes— que favorezcanla impulsiónbelígena.
La actuacióna corto plazo,en tiempo de crisis, irá dirigidaa determi
nar los posiblestipos de querellao reclamaciónpara, conocidaséstas,
tratar de ponerlos mediosy los impedimentosque conjuren,desvíen,o
retarden la guerra.Con todo lo indicadoGastonBouthoulnos proponelo
siguiente:
Hay que ver bien las estructurassobre las que nace esa violenciay
actuar sobreellas,paraque engendrenla pazy no la guerra.También
es necesario,y esto es de la mayorimportancia,encontrarlos susti
tutos no violentoscapacesde cumplir la misma funciónque la vio
lencia.
Las cinco funciones que,en elámbitode la causalidadprofunda,cum
plen las guerras:la lúdica,la de especulaciónde ganancias,el derroca
miento o consolidaciónde un poderinternoo internacional,
la sustituciónde
estructuras,y la destruccióndemo-económica,debenser reemplazadas o

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saciadas, para que la sociedadpuedaseguirexpresándose, transformán
dose y en definitivaasegurandotodaslas funcionesbélicas.Si esasfuncio
nes no son satisfechas,podríamosencontrarnoscon una sociedaden una
situación de bloqueoque es el equivalentea unasociedadsentenciada.
La sociedaddisponede otros mecanismosdistintosa las guerraspara
evolucionar y, sin duda, puede transformarsesiguiendo pautas menos
dramáticas que la mutaciónbélica, satisfaciendo,de esta manera,a las
funciones indicadas.Según nuestroautor, desde 1945, en el mundo se
han producidocambiosmuy importantes:la globalización,la mundializa
ción, o el riesgonuclear,que coadyuvana la consecuciónde ese objetivo.
Concretamenteel hecho nuclearhace inviablela función lúdica y la de
especulación, y demencial,la función demo-económica.Sencillamente,
los nuevosriesgosen un tercerconflictomundialresultaríaninaceptables.
¿Cuáles serían entoncesesas nuevasfunciones?El escritor francés
analiza los fenómenosque con la guerraaplacabancada una de las cinco
funciones relacionadas.Ennuestrosdías algunode esosfenómenoscon
tinúan teniendovigenciapero otros puedenser sustituidoso mejorados.
Veamos cuálesson sus propuestas:
— Función de destrucción demo-económica.Frentea los antiguos
fenómenos de las guerrasy revoluciones,el hambre,las epidemias,
el monacato,determinadostipos de controlesdemográficos,etc y,
reconociendoque algunosde elloscontinúanaportandounaimpor
tante función demo-económica,nuestroautor proponea cambio
nuevas orientaciones:la educación;la regulaciónde los nacimien
tos; el desarrolloarmónico de los recursos;la promociónde los
intercambios mutuos e igualitarios;la creaciónde nuevasmotiva
ciones orientadashacia la paz; el desarrolloeconómicoy social;y
el mejorconocimientode los otros.
— Función de especulaciónde ganancia.Sólo puede garantizarse
mediante el fenómeno bélico en sus distintas formas: guerra
nuclear, mundial, local y limitada.De las anteriores,nuestroautor
considera que, en nuestros días, las dos primeras—la guerra
nuclear y la mundial—han dejadode cumplirmisiónalguna.Como
nuevas motivacionesque sacienesta función cita las siguientes:
reducción del hastío; educación;transposiciónde la agresividad
colectiva por intercambiosy negociaciones;practicade la teoríade
los juegos;prevención,tratamientoy dominode las crisis;desarro
llo de intercambios;y mejorconocimientode los otros.

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— Función lúdica. Se garantizabamediantelas guerrasy revolucio
nes, fundamentalmente en los conflictosfeudalesy en las campa
ñas coloniales.Para el escritor francés no existe probabilidadde
que las guerrasde nuestrostiempos puedancumpliresa función.
Como posiblesustitucionespropone:el descubrimientoy la crea
ción de espacioslibres;desarrollode todo tipo de competiciones
pacíficas, ya sean deportivaso de otro tipo; la conquistapacífica
del espacio;la cooperacióninternacionalen grandesproyectos;o
la búsquedade nuevasmotivaciones.
— Funciónde sustituciónde estructurasy funciónde derrocamientoo
consolidación de poderesinternoso de potenciasinternacionales.
Ambas funcionespodíanser satisfechasmediantelas guerrasy las
revoluciones,y mediantepolíticasde carácterinternoe internacio
nal. Aunquelos dos fenómenosanterioressiguensiendode aplica
ción, el pensadorfrancéspropone,entreotras,las siguientesideas
para asegurarel cumplimientode la función:reformade las estruc
turas; prevencióny dominio de las crisis; o políticas adecuadas
tanto internascomo de carácterinternacional.

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