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El caso Dora (paciente histérica) – Freud


(escrito a principios de 1901 y publicado en 1905)

Introducción:

Freud dice que la causa de las histerias está en intimidades de la vida psicosexual de los
enfermos, que los síntomas histéricos son la expresión de los más secretos deseos reprimidos.
(Es decir que la causa de los síntomas en la histeria se hallaría en fantasías sexuales
reprimidas).
El tratamiento de Dora llevó tres meses, y las soluciones del caso de dieron gracias a la
interpretación de dos sueños que relató la paciente.
El tratamiento no fue terminado debido a que la paciente decidió interrumpir el mismo.
Con este historial clínico, Freud pretende mostrar especialmente la determinación de los
síntomas y la estructura interna de la neurosis.

Cuadro Clínico:

Freud nos dice que es indispensable conocer lo relacionado con la interpretación de los sueños
para tener un claro conocimiento psicoanalítico. Y mediante el presenta caso, se intenta mostrar
cómo la interpretación de los sueños interviene en la labor analítica.
Freud dice además que él inicia el tratamiento haciendo que el sujeto le relate su historia y la de
su enfermedad.
Freud dice que la incapacidad de los enfermos para desarrollar una exposición ordenada de la
historia de su vida se debe a varias causas:
- En ocasiones la repugnancia que siente el paciente de comunicar sus intimidades (aquí
hablamos de insinceridad consciente) impide que las cuente.
- Otras veces, datos que normalmente el paciente conoce, escapan de su conciencia en el
momento del relato (sin que el se haya propuesto conscientemente silenciarlos).
- Otras veces tenemos amnesias verdaderas que pueden haber sido llenadas con falsos
recuerdos.

 El fin práctico del tratamiento  Suprimir todos los síntomas posibles y sustituirlos por ideas
conscientes.
 El fin teórico del tratamiento  Curar todos los fallos de memoria del enfermo.

(ambos fines coinciden: de modo que si se alcanza uno de ellos, el otro queda conseguido también).
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¿Por qué consulta Dora?

El padre de Dora era antiguo paciente de Freud. Y es él quien lleva a Dora para que la trate
Freud. Dora tiene claros síntomas neuróticos, según Freud.
Dora ya de niña mostró síntomas nerviosos:
- A los 8 años tuvo disnea.
- A los 12 años tuvo jaquecas y tos nerviosa.
- A los 16 años los ataques de tos le continuaban (y es entonces cuando visita a Freud por
primera vez, aunque luego no asiste a tratamiento puesto que la tos desaparece).
- A los 18 años es cuando vuelve a ver a Freud para hacer un tratamiento. Entonces tenía
nuevamente los ataques de tos, además tenía depresión, alteración del carácter. Por
entonces trataba secamente a su padre y no se entendía con su madre. Evitaba el trato
social alegando fatiga. Había escrito una carta que encontraron sus padres donde
anunciaba un suicidio. Luego de una discusión con su padre tuvo un primer acceso de
inconsciencia.
Para Freud, desde un comienzo, el caso presentaba todas las caracrterísticas de una
“pequeña histeria” con los síntomas somáticos y psíquicos mas vulgares: disnea, tos
nerviosa, afonía, jaquecas, depresión de animo, excitabilidad histérica.

Los personajes principales en la vida de Dora (de 18 años) son:

- El padre: Más de 45 años, industrial de excelente posición económica, quien padeció


graves enfermedades. Dora tenía mucho cariño hacia su padre pero últimamente lo
trataba secamente. Dora le exigía que rompiera relaciones con el matrimonio K, y
especialmente con la señora K (a quien consideraba su amante).

- La madre: A quien Freud no conoció personalmente pero de quien, debido a lo


escuchado, pudo decir que era una mujer poco ilustrada, poco inteligente, que al
enfermar el marido se concentró en las tareas del hogar, poco interesada en los intereses
espirituales de sus hijos, se pasaba el día limpiando lo limpio (características obsesivas).
Freud hablaba de esto como de la “psicosis del ama de casa”. Esa tendencia obsesiva a l
a limpieza y el orden exagerado suele indicar algún tipo de trastorno sexual. Dora hacia
su madre tenía un trato muy poco amistoso, no se interesaba en ella e incluso la
criticaba mucho.

- El hermano: (Año y ½ mayor que Dora). No mantenía mucha relación con Dora. Él se
ponía siempre del lado de la madre, mientras que Dora se ponía siempre del lado del
padre.

- Tía (hermana del padre): Que estuvo aquejada por una grave psiconeurosis y luego
murió. Dora la había tomado como modelo pues le tenía cariño.

- Sr. K: Siempre se mostró cariñoso con Dora. Según ella, él le hizo proposiciones
amorosas luego de un paseo por un lago aunque él lo negó, y él la acusó a ella
demostrar demasiado interés en la cuestión sexual (esto lo supo él debido a una charla
donde su esposa le contó dicha confidencia). Anteriormente, cuando ella tenia 14 años,
él la abrazó al pie de una escalera y la beso a la fuerza. (Ambas situaciones, la del
lago y la de la escalera, apropiadas para producir la vivencia de un trauma psíquico).
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- Sra. K: Cuidó en un comienzo de la enfermedad del padre de Dora (la madre de Dora ni
siquiera se acercaba al enfermo), por lo que se ganó el reconocimiento del mismo. Para
Dora, esta mujer era amante de su padre.

- Los dos hijos pequeños del matrimonio K: Dora los había cuidado en varias
oportunidades mostrándose con ellos de forma maternal.

- La institutriz: Dora mantuvo excelentes relaciones con ella hasta que un día se enemisto
e hizo que la despidieran.

Vale recordar que para Freud, en los casos de histeria, se daban las siguientes condiciones:
- trauma psíquico
- conflicto de los afectos
- conflicto en lo sexual

Las proposición amorosa del señor K el día que paseaban y su posterior acusación hacia
ella (de que su esposa le contara que se interesaba en temas sexuales debido a ciertas obras que
leía), habrían constituido para Dora el trauma psíquico necesario para su enfermedad
histérica.
La tos y la afonía (síntomas relacionados con la vía oral) aquejaban a la paciente ya años antes
del trauma, puesto que aparecieron cuando ella cumplió los 8 años.
Dora contó un incidente anterior con K mucho más apropiado para haber ejercido sobre
ella acción traumática, cuando tenia 14 años, en donde el señor K se las ingenio para
quedarse a solas con ella y la abrazo fuerte y la beso en la boca. En aquel momento Dora
sintió repugnancia y partió. Salió corriendo pero nunca mencionó esto a nadie y ambos lo
mantuvieron en secreto. Para entonces, según Freud, la conducta de Dora ya era totalmente
histérica.
Al recordar aquello, Dora dice aún tener repugnancia al recordar la presión del brazo de ese
hombre sobre su busto al abrazarla, pero según Freud aquí se dio un desplazamiento y en
realidad no se trataba del brazo sino del miembro erecto. Y Dora evitaría actualmente pasar cerca
de un hombre que conversa acalorado con una mujer (al que supone sexualmente excitado), para
no sentir nuevamente esa muestra de excitación.
De dicho suceso vemos entonces surgir 3 síntomas: la repugnancia, la sensación de presión
en el busto, y la resistencia a acercarse a individuos abstraídos en un dialogo amoroso.
A Dora le molestaba terriblemente que su padre no le creyera que el señor K la había hecho
propuestas amorosas en su paseo por le lago. Cuando Dora se sentía amargada, se le imponía
la idea de que su padre la entregaba a el Sr. K, como compensación de su tolerancia de las
relaciones con su mujer. Y dado el cariño que Dora sentía por su padre, es de imaginar la ira
que le causaba tal idea. Naturalmente, los dos hombres no habían concertado jamás pacto alguno
formal en el que ella figurase como objeto de una transacción.
Freud dice que si bien Dora tenia razón al afirmar que el padre no quería enterarse
verdaderamente de la conducta del señor K para con ella, con objeto de no verse
perturbado en su relación con la señora K, también es cierto que Dora había obrado
exactamente igual que su padre. Es decir que Dora había permitido siempre, hasta
entonces, que su padre se viera con la señora K sólo porque así ella podía ver al señor K.
Y la prueba de que ella antes sí sabia del romance de su padre con esa señora y no lo impedía
está en el hecho de que jamás los iba a visitar cuando suponía que podían estar solos (para no
interrumpirlos), y además por lo ocurrido con cierta institutriz. Esta institutriz que tuvo Dora le
insistía en abrirle los ojos para que viera lo que pasaba entre su padre y la señora K. Y pese a que
Dora tenia un excelente trato con esta institutriz, de repente hizo que la despidieran. Además, por
varios detalles, se notaba que la institutriz estaba enamorada del padre (la trataba mejor cuando
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el padre estaba presente). Dora hacia algo similar con los hijos del matrimonio K, dado que los
niños eran un enlace para ella con el señor K.
Por lo visto hasta ahora: el centro de atención de Dora es la señora K porque justamente el deseo
del padre de Dora está en esa señora. Y el padre de Dora pretendía ignorar las pretensiones del
señor K para con su hija para no tener problemas en poder seguir viendo a la señora K. Y Dora
estaría enamorada del señor K, y por eso mismo había tolerado que su padre se viera con la
señora K.
Dora reconoció a Freud que talvez hubiera estado enamorada del señor K durante una época,
pero que luego eso se había desvanecido tras las propuestas que este le hiciera en aquel paseo por
el lago.
En una ocasión Dora se quejaba de dolores de estomago, y justamente la tarde anterior
había visitado a sus primas (una de las cuales se quejaba de dolores de estomago).
En cierta ocasión, los accesos de tos de Dora duraron entre 3 y 6 semanas,
coincidentemente con las ausencias del señor K.

Para Freud, todo síntoma histérico necesita cierta colaboración somática (predisposición debido
a una dolencia anterior) para que se pueda dar la conversión. Y dice que donde este factor no
aparece surge entonces algo distinto de un síntoma histérico, es decir una fobia o una idea
obsesiva (es decir un síntoma psíquico).

No cabía duda de que Dora perseguía un fin (separar a esa mujer de su padre) y esperaba
lograrlo a través de su enfermedad (por supuesto que lo esperaba de forma inconsciente).
Freud estaba seguro de que los síntomas de Dora desaparecerían si su padre decidía dejar de
ver a la Sra. K en beneficio de la salud de Dora. Pero Freud esperaba que el padre no hiciera
tal cosa, para que Dora no tomara como arma su enfermedad usándola siempre que quisiera para
obtener beneficios.

Según Freud, uno de los sentidos de un síntoma se relaciona siempre con una fantasia
sexual. Y Freud interpretó la tos nerviosa de Dora como expresión de una situación sexual
fantaseada. Del análisis Freud dedujo que esa tos periódica originada por un cosquilleo en la
garganta expresaba una situación de satisfacción sexual (a partir de sexo oral) entre su
padre y la señora K. Y el hecho de que al poco tiempo de dada esta explicación la tos
desapareciera por completo, parecía confirmar esa teoría (recordemos que al comprender el
sentido de un síntoma ese mismo síntoma desaparece, según Lección 17 y 18).

Freud dice que la conducta de Dora iba mas allá de su condición final. Dora sentía y obraba
mas bien como una mujer celosa, tal y como hubiera parecido comprensible que obrase su
madre. Con el dilema que a su padre planteaba (“esa mujer o yo”), se estaba situando
claramente en el lugar de su madre.
Su disposición congénita la había impulsado siempre hacia el padre (a quien se apegó más
debido a las enfermedades que el hombre padecía). En ocasiones, el padre sólo había consentido
que lo cuidara Dora. Y la aparición de la señora K la había suplantado, en muchos sentidos, más
que a su madre.
Según Freud, la inclinación de Dora hacia su padre tenia carácter de enamoramiento desde
edades muy tempranas.
Y este enamoramiento hacia el padre no se había manifestado desde ya mucho tiempo, lo que
indicaba que ahora había resurgido como síntoma de reacción para reprimir otro impulso más
poderoso (el deseo hacia el señor K). Es decir que para reprimir su enamoramiento con el
señor K tuvo que evocar y exagerar su inclinación infantil hacia el padre. (Podríamos decir
que la inclinación hacia el padre actuaría como contrainvestidura de el deseo hacia el señor
K).
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Y además, podríamos hablar de una superdeterminación de los síntomas (es decir de varias
causas que ocasionarían los síntomas).
Se puede decir que detrás de las ideas preponderantes que giraban entorno de las relaciones
del padre con la señora K, se escondía tambien un impulso de celos cuyo objeto era aquella
mujer, es decir una inclinación de Dora hacia la misma señora K.
Según Freud, en los casos de mujeres histéricas cuya libido orientada hacia el hombre ha
quedado enérgicamente reprimida, aparece regularmente intensificada la corriente
homosexual.
Dora, de hecho, durante años había tenido con la señora K una estrecha amistad. Y además
hablaba del cuerpo de esta mujer alabándolo. Y jamas Freud escuchó palabras ofensivas de parte
de Dora hacia la señora K (lo que hubiera sido esperable).
Dora se sintió traicionada por la señora K, dado que esta mujer le contó al marido acerca de que
Dora leía textos de carácter sexual y que por tal cosa no podía exigir respeto de un hombre.
Para Freud, los celos de Dora tambien eran hacia la señora K, eran celos de carácter
masculino, y esto es típico en la vida amorosa inconsciente de las muchachas hitéricas.

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