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INTRODUCCION

Las armas de fuego, son una consecuencia aplicada del invento de la pólvora,
la cual se atribuye a los chinos. De este hecho se poseen referencias ciertas de
su utilización. El conocimiento de la pólvora se pierde en la noche de los
tiempos, ya que es muy posible se conociese en tiempos de Alejandro Magno,
según se deduce de los escritos de Quinto Curcio; pero su aparición se
produce en oriente, entre los Chinos y los Dúes. Se supone que fue usada
hacia el 668 en el sitio de Constantinopla, y en el sitio de la Meca en el 690.
Posteriormente, se usó en Tesalónica en 904 por los Sarracenos y por
Salomón, Rey de Hungría, en el sitio de Belgrado en 1073; y en 1147. Los
Árabes, usaban armas de fuego contra los españoles históricamente en el año
1231 en la batalla de Kuang Fen los chinos utilizaron la pólvora como elemento
propulsante de sus "flechas voladoras" mediante un artificio similar a lo que hoy
se conoce como cañitas voladoras.

Al parecer, fueron lo Árabes los que introdujeron la pólvora en Europa. En El


Escorial, hay un tratado sobre pólvora escrito en 1249, del cual aprendió Roger
Bacón la forma de fabricar la pólvora.
La adopción de ésta en Europa Central se calcula que fue alrededor del 1320,
aunque ya se conocía bien en España. En esta remota nación, la pirotecnia se
convirtió en un arte, que siguió hasta nuestros días.

I.- LAS PRIMERAS ARMAS DE FUEGO

Existen contradicciones sobre del ingreso de la pólvora en occidente, ya que


Roger Bacon (Inglaterra) describió sus efectos a mediados del Siglo XIII. Pero
no fué hasta el 1308, en que se reconoce históricamente la aparición de los
cañones, que se denominaban Culebrinas y Falconetes. Recién aparecen las
armas livianas en el año 1350, en Suecia (Bombardilla de Loshult) y en 1390,
Trueno de Mano de Morko, de cuyo nombre hacken büsche, deriva hackbut
(inglés), arquebuse (francés), arquebugio (italiano) y arcabuz, en español.

Trueno de mano de Mörkö


Arcabuz con mecha y serpentina Siglo XV
1390?

El jinete que aparece en la figura, maneja con una mano el arma y con la otra
la mecha. El problema era simplificar el encendido, que se desarrolló a
principios del siglo XIV con la aparición del "arcabuz". Este poseía una mecha
sostenida por una serpentina, simplificando la tarea de "dar fuego" a la pólvora
depositada en la "cazoleta".

II.-LOS DESARROLLOS POSTERIORES

La problemática más importante durante 300 años, fue la forma de encendido,


que luego de hacerlo a mano, pasó por el sistema de rueda o "Wheellock",
originario de los sistemas de reloj de Nüremberg, Alemania. Consistía en una
rueda a la cual se le daba cuerda y al apretar el disparador producía chispas,
que a su vez encendía la pólvora de la cazoleta, produciendo la deflagración de
la pólvora y el consecuente disparo del arma. Es el principio del encendedor de
nuestros días.

Sistema de chispa a rueda (wheelock) y un par de pistolas de rueda fines


del siglo XVI.

Por ser este sistema artesanal y caro, surge el sistema holandés "Snaphause",
que en flamenco significa "picotazo de gallina", por la forma en que caía el
martillo para producir chispas. Nace allí el sistema de "Chispa", que en el
centro de Europa fue más evolucionado apareciendo el "Flintlock" o fijación de
piedra, una pirita que se colocaba con un tornillo, que fue perfeccionado por
España, mediante el "Miguelete", que presentaba los resortes de
funcionamiento del lado de afuera, como se puede observar en las figuras.

Sistema de chispa a piedra (Snaphauce) Sistema de chispa a piedra


Sistema "Miguelete"
Siglo XV Flintlock S XV a XIX

Estos sistemas persistieron y convivieron entre sí, excepto el de rueda, que va


desapareciendo en el Siglo XVII. Todos estos sistemas, eran utilizados en el
mundo occidental, quedando el de rueda en poder de los señores feudales por
ser caros y lujosos, generalmente adornados con piedras preciosas y oro.
Mientras tanto, en oriente el sistema de mecha, siguió utilizándose hasta
mediados del Siglo XIX, en forma de arcabuces. El mosquete, es una
derivación del arcabuz, un arma de gran calibre, que por lo pesado, se utilizaba
una espiga o apoyo para sostenerlo. El año 1807, marca el comienzo
de una nueva era en el encendido. Ya no era lo más importante,
preocupándose los fabricantes por el sistema de puntería, al cual no
se le daba demasiada importancia, ya que la problemática era la
forma de dar fuego. El sistema de percusión, inventado por el monje
Forbery dio la solución, siendo en definitiva las armas más prácticas.
Un fulminante con una pequeña cantidad de explosivo, aplicado sobre
el extremo de un pequeño tubo que comunicaba con la recámara, fue
la solución práctica.

Sistema de percusión 1807 Pistola de percusión

Las armas de fuego a través de la historia han tenido cambios significativos, se


les da este nombre en el momento que se descubre la pólvora en el año 85
a.C. en China. También tienen importancia fechas como:

 La era de Marco Polo siglo XVII


 La época de Bacón 1214 -1284
 Siglo XVIII en Arabia Saudita
 Año 1340 en España
 1800, 1810, 1836, 1958 y 1968, año en que se creó el cartucho de
percusión central.

Esperamos entonces, que este compendio de información contribuya de


alguna manera al conocimiento de aquellas personas que realmente están
interesadas en la práctica de la actividad judicial, asegurando el buen
desempeño de sus funciones y la construcción de una verdadera política de
autoridad en un futuro.

ARMAS DE FUEGO DESDE EL SIGLO XVII

 LAS ARMAS DE PEDERNAL

Los inconvenientes que llevaba implícitos el uso del arcabuz, comunas a todas
las armas en que la pólvora debía ser inflada mediante una mecha, indujeron a
los constructores y armeros a buscar un procedimiento diferente para efectuar
el disparo.
En efecto, ya en 1423 algunos armeros españoles inventaron el serpentín,
consistente en una especie de gatillo, a cuyo extremo iba sujeta la mecha, en
forma tal que el tirador, mientras hacía puntería, con sólo mover una palanquilla
aproximaba el fuego a la pólvora viva y a disparar el arma.
Este procedimiento fue perfeccionado luego mediante la adición de un resorte.
Otros constructores pensaron en el antiquísimo sistema del "yesquero" al fusil;
es decir, la utilización de chispas producidas por la frotación del pedernal con
un trozo de hierro.
Un armero alemán fue quien construyó un arcabuz basado en ese sistema de
ignición de la pólvora. Este arcabuz apareció hacia 1515 ó 1517.

 ARMAS DE POLVORA DETONANTE

Esta es la última etapa en la evolución de las armas de fuego: El


descubrimiento de algunas sustancias químicas que tienen la propiedad de
encenderse cuando se golpean con violencia.
Hacia 1800 se pensó, por primera vez, en utilizar estas sustancias para le
encendido de cartucho en las armas.
Así se volverían inútiles las aplicaciones del pedernal; en su lugar bastaba
colocar un martillito.
En 1825 se generalizó el empleo de cápsulas o cebas que contenían en su
interior una pequeña cantidad de esas sustancias.
Golpeadas por el percutor, estas cebas producían una llamarada que encendía
la pólvora del arma.
De ahí a la idea de reunir pólvora detonante y bala en un cartucho único, hubo
un paso.
Simultáneamente, a mediados del siglo pasado el sistema de carga por el año
era sustituido por el de retrocarga
Había nacido así, la moderna arma de fuego que desde hace un siglo
permanece.

La Historia de las armas de fuego puede resumirse en tres etapas:

 ARMAS DE MECHA: Desde el siglo XV hasta fines del siglo XVII.


 ARMAS DE PEDERNAL O DE CHISPA: Desde el comienzo del siglo
XVI hasta principios del siglo XIX.

 ARMAS DEPOLVORA DETONANTE: Desde comienzos del siglo XIX


hasta nuestros días.

LAS PRIMERAS ARMAS DE FUEGO


El desarrollo de las armas de fuego da comienzo con su introducción en
Europa. Los primeros datos aparecen en 1247 en la defensa de Sevilla, donde
aparecen "cañones arrojando piedras". En 1259, en la defensa de Melilla,
aparece una máquina que, por su descripción, se deduce que es cañón.
Fernando IV de Castilla emplea "máquinas de trueno" en el sitio de Gibraltar en
1308. En1311, Ismail ataca a Baza en Granada con "máquinas que lanzan
balas de fuego con ruido parecido al trueno". De todo esto se deduce que las
armas de fuego nacieron probablemente en España, y se usaron por primera
vez aquí.
Para conocer las armas españolas y su historia, tenemos que dirigirnos,
principalmente a los libros de Alonso Martínez Espinar, caballero de Felipe III,
Felipe IV y Carlos II; y a los de Isidro Soler armero de Carlos III, Carlos IV y
Fernando VII.
Alonso Martínez Espinar, nace en 1594, posiblemente en espinar, al norte de
Madrid, y entra al servicio de Felipe III como paje; posteriormente, fue
"ballestero" de Su Majestad, que poseía dos fusiles rayados y tres escopetas,
fabricadas por Felipe Marcuarte.
A la muerte de Felipe III, le sucede Felipe IV y Alonso Martínez continúa como
Ballestero Mayor al servicio de este rey; continuando como tal con Carlos II,
hasta su muerte, el 14 de mayo de 1682. Su libro "Arte de Ballestería y
Montería" se publicó en Madrid el año1644.
El otro libro mencionado es el de Isidro Soler, " Compendio Histórico de los
Arcabuceros de Madrid" que cuenta exclusivamente los fabricantes de armas
de Madrid. Existen, también, unos inventarios de armas pertenecientes a los
reyes, algunos de ellos con ilustraciones.

NOMBRES DADOS A LAS PRIMERAS ARMAS


De los nombres aparecidos en las crónicas, en las que se habla del empleo en
las armas de fuego, toman su nombre las diversas piezas de 'artillería"(nombre
aparecido en le siglo XV para denominar a un conjunto de doce piezas que
forman un grupo de armas). La primera pieza fue llamada trueno, y fue tomada
a los moros por los españoles, permaneciendo este nombre hasta principio del
siglo XVI.
Hacia 1359, se describen estas máquinas como bombardas, lo mismo las
terrestres como las de la marina. El Marqués de Santillana, en un poema,
compuesto para conmemorar la batalla naval de Ponza en1425 los llama "
Ribadoquines".
Lo que ocurre es que, según el cronista o el lugar, se llama ala misma máquina
con diferentes nombres; así, en granada aparece el nombre de pasavolante, y
en chinchilla, el nombre de lombarda. En la fortaleza de baza, se habla de
culebrinas, y en Málaga hacabuches o sacabuches con sus atacadores. El
Licenciado Vargas, nos habla de espingarda, dando este nombre a pequeños
sacabuches.
De todos estos nombres primitivos se han derivado los nombres de las piezas
de artillería, según los calibres, longitud de tubo y peso de proyectiles.

CLASIFICACION DE PIEZAS DE ARTILLERIA


Piezas de
Piezas grandes Culebrina
Piezas pequeñas trayectoria curva

Bombarda 20 a 30 Mortero 9 a 16 cm Culebrina 9 a16


Pasavolante 7 a 8
cm de calibre. de calibre. cm de calibre.
cm de calibre.

Trabuquera 20 a Sacre 7 a 9 cm de
Bombardeta 8 a Falconete 5 a 7
30 cm de calibre. calibre.
10 cm de calibre. cm de calibre.

Verso 4 a 5 cm de
Cerbatana 5 a 7
calibre.
cm de calibre.
Sacabuche 2 a 6
Ribadoquin 2 a 5
cm de calibre.
cm de calibre.

Esmeril 4 a 5 cm
de calibre.
Posteriormente hay una serie de reformas, clasificando las piezas de artillería;
además de su calibre se tiene en cuenta el material con que ha sido construido
el tubo y el peso del proyectil.

SITUACION DE LAS FÁBRICAS DE ARMAS

En España hay tres zonas, en las cuales se encuentran enclavadas las fábricas
de armas: la cuenca del río Deva en el País Vasco; Ripoll en Cataluña y muy
posteriormente, Trubia en Asturias, organizada por armeros vascos. En Madrid
también existieron los Armeros Reales, pero estos construían, principalmente,
armas de lujo.
La razón de esta situación es, posiblemente, táctica, debido a la orografía de la
región. En aquellos tiempos resultaba muy difícil acceder a estos lugares, pues
estaban resguardados por montañas y bosques espesos. Las montañas
protegían las forjas armeras de posibles invasores y los bosques
proporcionaban madera para las cajas de las armas y carbón vegetal para las
forjas.
Los ríos, por su cauce corto y empinado, proporcionaban la energía hidráulica
para mover los matxinos de las forjas. Estos accidentes geográficos impiden
tener una agricultura rentable por lo que sus habitantes tienen que ejercer otros
oficios para poder subsistir, desarrollándose principalmente estos oficios
armeros.
En la ciudad de Placencia, llamada actualmente Placencia de las Armas, se
establecen Las Reales Fábricas de Armas. Todo lo que se diga sobre Placencia
es aplicable a otras ciudades del alrededor. En efecto, todo el que conozca la
región apreciará las defensas naturales que posee cada población, pues los
montes y vaguadas que limitan, las convierten en compartimentos estancos,
una respecto de la otra. Placencia de las Armas, es una depresión geográfica
que limita por un lado con Eibar y por otro con Vergara.
A Eibar le sucede lo mismo, encajada entre Málzaga y Olarreaga. Límite con
Vizcava. Otro de los lugares protegidos es Ermua entre Olarrega y el alto de
Areitio, Elgoibar está en un lugar más abierto, pero está protegida por Mázaga
y las hendiduras de Alzola y Mendaro. Estas condiciones fisicogeográficas se
valoran mucho antes porque defendían las fábricas de las invasiones sufridas
en la Península Ibérica.

SISTEMAS DE DISPAROS DE LAS ARMAS PORTATILES


Bombarda de mano: Llamada también " palo de fuego" o " de trueno". Era un
tubo de hierro montado en un palo. Se cargaba por la boca y sobre la pólvora
se atacaban trozos de hierro.
Se disparaba entre dos, uno apuntaba y el otro daba fuego al oído con una
mecha. Se localiza a mediados del siglo XIV.
Platina de mecha: Aparece en el siglo XV. Consiste en una chapa de hierro
colocada en la caja junto a la base del tubo, en ella hay una pieza en forma de
S, que se llamaba " serpentín" y llevaba el extremo de la mecha encendida
hasta la cazoleta provocando el disparo. También se llama de " fuego vivo".
Sistema de rueda: A principio del siglo XVI, el alemán Kunfss inventó este
sistema, llamado también de "fuego muerto". Consiste en un terno dentado que
gira al liberarse el muelle que lo retiene sobre un trozo de pirita fijo, aprisionado
por dos mandíbulas en le extremo de un soporte giratorio. Al producirse chispas
se encendía la pólvora situada en la cazoleta, produciéndose el disparo.
Llave de chispa: Aparece a finales del siglo XVI y se atribuye a los armeros
españoles, debido a que el procedimiento para encender fuego empleado en
España desde los celtíberos, es el del "chisque", o sea, haciendo chocar el
hierro con el pedernal, se producen chispas que sirven para encender la yesca.
Las llaves de chispas fabricadas en la zona armera eran robustas y eficaces,
con el rastrillo de sola pieza, que cubre la cazoleta, evitando que se caiga la
pólvora.
Estas llaves se llaman de miquelete o a la española. Fue usado durante más
de dos siglos, reformándose hasta llegar a conseguir la llave a la francesa, que
tiene la ventaja de tener la mayor parte del mecanismo en el interior.
A principios del siglo XVII se conocía, entre los armeros vascos, el sistema de
repetición de las armas de fuego, pues en esas fechas se fabricaron " cinco
arcabuces ochavados de munición de cada cinco tiros con un solo cañón de
fuego y con poco intervalo de un tiro a otro" que se fabricaron para Su
Majestad en las reales Fábricas de Placencia.
Sistema de percusión: A principios del siglo XIX, con el descubrimiento del
fulminato de mercurio comienza a fabricarse este sistema. Sobre esto se
habían hecho experimentos por varios armeros, el primero, tal vez fuese el
maestro Gutiérrez, que en 1720 hizo pruebas en Sevilla.

FABRICACION DE ARMAS DE FUEGO


No se sabe bien cuando empezó la fabricación de armas de fuego en la zona
armera, pero a partir de 1488 se puede ya saber con seguridad, pues el año en
que le gobierno de Su Majestad envía a Vizcaya a los lombarderos de
Santander, con encargo real de que labrasen las lombardas, y el mismo año
manda pregonar en Vizcaya y Guipúzcoa la orden de que nadie sacase fuera
del reino Bombardas, pasavolantes, cerbatanas y espingardas, armas que se
fabrican en la zona armera. Esto demuestra que se fabricaban allí, sino, no
tendrían razón de ser la prohibición de su exportación.
En el mismo año fue a la zona armera, Sancho Ibáñez de Mellea, a encargar la
fabricación de las armas mencionadas, y se ordenó que se apremiase a los
maestros y fabricantes de esas armas cuando fuesen requeridos por dicho
señor.
Labayru, en la "historia general del Señorío de Vizcaya", da datos que
demuestra que había en la zona materiales suficientes para la fabricación de
armas de fuego y que además se contaba con fabricantes que se dedicaban a
ello.
" El 18 de septiembre de 1495 se publica una pragmática para que los
fabricantes de Vizcaya, Guipúzcoa y Alava, fabriquen armas de fuste, de hierro
y acero y las llevasen a vender a Castilla para que los vasallos de Su Alteza
usaran las armas que en ella se les mandaba, según a la clase a la que
perteneciesen. Se encargaba que los precios fueran moderados".
" Las armas que se señalaron en la pragmática son estas: Los más ricos y
principales, corazas de acero, falda de malla o de launas, armadura de cabeza,
esto es, capacete con su babera o celada con barbote, gocetas o musequíes y
lanza larga que midiera veinticuatro palmos, espada puñal y casquete".
" Los de menor estado o hacienda, corazas, armadura de cabeza, aunque sea
casquete, espada, puñal, lanza, como anteriormente descrita, escudo de los
llamados de Pontevedra Oviedo, y los que a este estado pertenecían, si tenían
condiciones para tirar espingardas o ballestas, se les recomendaba que
tuviesen estas armas en vez de lanza y pavés; y en caso de usar espingardas
tuviese cincuenta pelotas, balas y tres libras de pólvora y aquel a quien se le
mandaba hacer uso de ballesta debería tener consigo dos docenas y media de
pasadores.
"Los de menor estado y hacienda, espada, casquete, lanza de veinticuatro
palmos, y dardo con ella, y de no tener esto, lanza mediana y pavés o escudo
de Pontevedra u Oviedo." (Labayru, Historia General de Vizcaya).
De estas reales provisiones se deduce que las tres provincias vascas surtían
de armas de todas clases a Castilla. El 21 de mayo de 1509, el Rey católico,
dirige una real carta a los corregidores de Vizcaya y Guipúzcoa, ordenando la
entrega de armas al Rey de Portugal, para dotar a su armada que enviaba
contra los moros.
No se limita el envío de armas únicamente de Castilla y Portugal, sino también
a las posesiones más lejanas. En 1511, se envía a la isla española 500
machetes Vitorianos, 3 lombardas gruesas, 2 arcabuces de metal, y 24
escopetas de metal con sus útiles.
Magallanes, para su expedición, compró en Vizcaya, en 1518, 58 culebrinas,
7falconetes, 3 lombardas gruesas, pelotas de piedra para la artillería, 100
corchetes, 60 ballestas, 50 escopetas y 200 rodelas.
Así sucesivamente, se van aportando datos año tras año, de las armas
fabricadas y entregadas para los ejércitos españoles.

EVOLUCION DE LAS ARMAS CORTAS


La palabra pistola significa arma corta de fuego que se maneja con una sola
mano; también nos dicen que pistola es el nombre de una moneda que se
usaba antiguamente en diversos países, principalmente en Francia, en donde
se dio este nombre a un escudo español acuñado en tiempos de Carlos V e
incluso que en Venezuela se usaba como adjetivo peyorativo al referirlo a las
personas.
Pero la verdad es que hay muchas hipótesis sobre el origen de esta palabra en
relación con las armas.
Hay quien afirma que su origen proviene de la ciudad italiana de Pistoya, e
incluso dan nombres como los de Camillo Vetelli de Pistoya o Stefano Enrico
de Pistoya, y hasta citan una fecha, alrededor de 1540, como inicio de tal
denominación, mas ni siquiera hay pruebas fehacientes de la existencia de
estos dos supuestos señores.
Existen otras conjeturas, pero la solución de este enigma no podrá solventarse
hasta que algún documento, si es que existe y tiene la suficiente credibilidad,
aporte los suficientes datos para revelar el misterio.
No existe unidad de criterio en cuanto a la fecha en la que se utilizaron por
primera vez las armas de fuego, algunos autores las sitúan en España entre
1247 y 1311, ya refiriéndose a armas cortas, pero parece ser que el primer
documento auténtico corresponde a un acuerdo firmado en la ciudad de Gante
(Bélgica) fechada en 1313 y en la que se dice que el empleo de estas armas se
aplicó por primera vez en Alemania. En 1350 ya hay una constancia gráfica del
uso de un arma de fuego que un hombre por sí mismo podía manejar y
disparar.

EL CAÑON DE MANO
Estas primeras armas de fuego, ligeras o portátiles, consistían en un tubo
metálico, más o menos elaborado, cerrado por un extremo, llamado 'culata', y
en la parte superior de ésta existía un orificio, el 'fogón', unido por tiras de
cuero o metal a un mango. Por el extremo abierto se introducía la pólvora, el o
los proyectiles y una borra de estopa o papel, se comprimía a golpes de
baqueta y así quedaba cargada el arma. Para disparar se llenaba con pólvora
el fogón y, tras apuntar de manera lo más precisa posible, se acercaba al
pequeño orificio una mecha lenta o un carbón encendido, lo que hacía inflar el
''cebo" y éste comunicaba el fuego al interior del arma produciéndose el
disparo.
Estas armas de fuego primitivo, entre las que se encontraban modelos de
pequeños tamaño, pueden ser consideradas como las antecesoras de las
pistolas, aunque no eran otra cosa que pieza de artillería en miniatura.
Los ejemplares de estas armas son muy escasos y, como ya hemos dicho, no
se ha podido determinar con total precisión dónde y quién comenzó su
fabricación y uso.

LAS ARMAS DE MECHA

El ingenio humano pronto desarrolló un sistema para que esa mecha lenta se
aplicara mediante un procedimiento mecánico, creando así lo que podríamos
denominar el primer sistema de percusión, o más concretamente, el antecesor
de los "martillos" posteriores y actuales.
Las diferencias con el cañón de mano eran mínimas, la cargase efectuaba de
la misma manera y aquí el cebo se colocaba en una pequeña cavidad circular
dispuesta en la culata, en donde se encontraba el fogón. Adosada a un lateral
se situaba una pieza en forma de S o "serpentín" a la que en su parte superior
se sujetaba la mecha por distintos procedimientos. Para esto tiraba hacia atrás
de su parte inferior, descendiendo del otro extremo sobre el fogón, prendiendo
el cebo y produciéndose el disparo.
Este sistema aportó la mejora, con respecto al interior, de facilitar el apunte del
arma, ya que le tirador no debía prestar toda su atención en dirigir con su mano
la mecha al cebo y retirarla rápidamente afín de evitar quemarse con la
llamarada. Es indudable que este sencillo mecanismo representó un notable
progreso; se desarrollaron distintos tipos más o menos mecánicamente
laborados para producir el descenso de la mecha sobre el cebo.

LAS ARMAS DE RUEDA

Es este un sistema más avanzado, más perfeccionado y distinto, al de mecha.


Desde antes de aparecer las armas de fuego era conocido y utilizado los
sistemas de obtener fuego golpeando una piedra dura contra un hierro o
"eslabón" y aprovechar las chispas que se producían para encender una
"Yesca" y comunicar el fuego donde fuera necesario. Lo mismo se consigue si
en vez de piedra, normalmente una variedad de sílex, se frota con un trozo de
pirita, mineral que contiene hierro.
El funcionamiento de estas arma era el siguiente: se hacía girar un anillo,
situado en el lateral, tallado con cortes o rebajes, mediante una llave
independiente; al rodar una pequeña cadena que envolvía el perno de esa
rueda, tiraba por un extremo una parte de un muelle de lámina en forma de V y
quedaba fijada por un diente. Tras la rotación se abatía sobre la rueda una
pieza derivada del serpentín y al que sustituía, la cual llevaba fijada en su
extremo mediante unas mordazas regulables un trozo de pirita. Al tirar del
gatillo se liberaba la rueda que, impulsada por la presión del muelle, giraba
rozándola pirita y produciendo la chispa a la " cazoleta" que, previamente llena
de pólvora, comunicaba por el fogón (ya denominado desde algunos modelos
de armas de mecha, en las que se situaba en un lateral,"Oído") el fuego al
interior del arma.
Las primeras pistolas de rueda fueron utilizadas principalmente por los militares
para los cuerpos de caballería. Su empleo revolucionó la forma de hacer la
guerra y posibilitó nuevas técnicas que hicieran de la caballería, durante un
período, dueña de los campos de batalla, a la vez que fueron posibles las
emboscadas y asaltos nocturnos al haber sido eliminada la mecha
constantemente encendida. Estas armas facilitaron un apunte mucho más
preciso, una mejor manejabilidad y un notable aumento de eficacia y seguridad
en cuanto a su uso.
No existen datos exactos acerca de su origen, estudiosos del tema centran su
atención en Alemania, en Nuremberg concretamente, entre los años 1515 y
1517 e incluso el polifacético Leonardo da Vinci, en su Códice Atlántico, dibuja
y explica el mecanismo de un arma de rueda.
El uso progresivo y extensivo de las armas de fuego hacía necesaria una
mayor simplificación en su construcción y empleo.
Las armas de rueda adolecían de un excesivo precio en su realización, así
como de un complicado mecanismo que solamente un experto podía sustituir o
reparar. Hubo de llegarse a soluciones más racionales para que los ejércitos
dotaran a sus tropas y para que los particulares, al margen de la clase alta,
pudieran acceder a las armas de fuego.
La pirita, que en el sistema de ruedas se empleaba para producir las chispas,
era demasiado blanda y se desmenuzaba fácilmente. Se intentó sustituirla por
piedra de sílex, pero era demasiado dura y dañaba la rueda. Alguien debió
pensar que en la forma tradicional de encender fuego bastaba golpear la piedra
con el eslabón para producir la chispa, de ahí al arma de sílex, que luego se ha
denominado simplemente de chispa, había un paso.
Su funcionamiento es simple, al mismo tiempo que más resistente y seguro que
los anteriores, la piedra está sujeta también con mordazas al martillo en el
lateral del arma, este al levantar se comprime un muelle y es sujetado por un
resalte; al oprimir el gatillo, el martillo queda libre e impulsado por la presión del
muelle, da un fuerte golpe contra una pieza de acero, provoca chispas que
inflaman el cebo que reposa en la cazoleta, y lo trasmite a la carga.

ARMAS DE PERCUSION

La consecución de una cápsula de cobre que contenía una pequeña cantidad


de fulminato de mercurio utilizado como iniciador del proceso de combustión,
será un paso de gigante, siendo utilizado hasta la consecución de los cartuchos
de auto-ignición en las armas de retrocarga.
Las armas se simplificaron notablemente al eliminarse elementos como las
cazoletas, rastrillos, portapiedras, etc., cambiándose todo ello por un oído en
relieve que normalmente se enroscaba en la recámara del cañón, hueco en su
interior, llamado " chimenea", en el que se colocaba el pistón y un martillo en el
que, en vez de piedra, existía una superficie plana que golpeaba contra la
chimenea y lanzaba una llamarada hacía la carga de pólvora que contenía la
recámara.

EL SIGLO DE LAS PISTOLAS AUTOMATICAS


Como ya hemos dicho se hacía necesario disponer de un único elemento que
contuviera el fulminante, la carga y los proyectiles.
Lefaucheux, armero francés, fabrica en 1836 armas de caza de doble cañón y
retrocarga e ideó un sistema que aplicó a sus municiones y que le han
convertido en uno de los hombres más importantes en la historia de las armas.
Esto fue algo tan sencillo como la " vaina".
Los cartuchos que este armero francés utilizaba se componían de un tubo de
cartón al que se le había incorporado una base " culote" de cobre o latón que
se cerraba en el otro extremo por el proyectil o una tapa sujeta por un pliegue
en el caso de munición fraccionada; Pero este cartucho carecía de fulminante.
En 1846 Houiller perfeccionó el cartucho de Lefaucheux incorporándolo un
fulminante en su interior, al que una espiga solidaria y semiperpendicular al
culote detonaba al recibir el golpe del martillo.
Estos cartuchos de espiga o aguja pronto se adecuaron a cargas más potentes
al producirse con vaina totalmente metálica, que al mismo tiempo les hacía
más resistentes a la humedad, aunque no más seguros, pues cualquier golpe
en la aguja podía hacerlos explotar.

LA PISTOLA AUTOMATICA
Las primeras armas automáticas se diseñan, como ya hemos dicho, con la
aparición del cartucho metálico y la idea de contar en la propia arma con un
almacén de cartuchos que por medios ajenos al usuario se fueran disponiendo
para ser disparados, era esperanzadora si tenemos en cuenta que hasta
entonces las armas cortas con mayor capacidad de fuego eran los revólveres
( de los que llegaron a existir ejemplares con 18 recámaras y doble cañón)
pero, como es lógico, cuanto mayor era su capacidad más lenta era también su
recarga.
Se considera como la primera pistola automática que alcanzó éxito mundial, la
inventada por Hugo Borchardt, esta arma disponía ya de un cargador separable
alojado en la empuñadura, con capacidad para ocho cartuchos.
En España ha sido utilizada una pistola denominada Bergman Bayard producía
en 1291 la cual disponía de cargador separable delante del guardamonte, con
capacidad para 6 cartuchos calibre 9mm Bergman Bayard.
En 1836 fue sacada al mercado la mauser, una pieza apreciada por cualquier
coleccionista. Esta pistola fue la primera en incorporar el sistema de cartuchos
al tresbolillo en el cargador, siendo éste parte solidaria en el arma.
En España a principio de siglo, el Teniente Coronel del Ejército don Venancio
López de Ceballos y Aguirre Conde de Campo Giro, diseña una pistola
automática de calibre 9mm, es realizada en su modelo 1913-16 por la firma
esperanza y Unceta (Astra) que fue sustituida en 1921 por la Astra mod 400
9mm largo.
En 1911 el ejército norteamericano de diseño Browning en calibre 45 ACP
denominada Colt Governmet Model.
En la primera guerra mundial se incrementaron los proyectos y producciones
en las pistolas automáticas, demostrada su eficacia, así como que las fábricas
de todo el mundo producen innumerables modelos de automáticas de bolsillo.
En la producción mundial de entreguerras se destacan dos pistolas, la Walter
P-38 alemana, esta pistola fue la primera que se incorporó como de ordenanza
con un sistema de doble opción, es decir, que una vez introducida el cartucho
en la recámara, el arma puede dispararse con la sola presión del gatillo.
La pistola G.P-35 que disponía de un cargador sobredimensionado que alojaba
13 cartuchos, lo que confería una enorme potencia de fuego.

LOS PRIMEROS REVOLVERES

 El PEEPERBOX

Los peeperbox tuvieron su éxito y popularidad, principalmente con armas de


defensa para tirar a muy corta distancia, puesto que el cañón giraba al apretar
el gatillo en los de doble acción y por lo tanto carecía de miras, además, si los
cañones hubieran sido largos, sería muy pesada y dejaría de ser manejable.
Estas razones y el precio más ajustado de los revólveres fueron el fin de los
populares peeperbox.
El verdadero revólver como tal se debe a la inventiva americana, el más
antiguo que se conoce es el que patentó Collier el 21 de noviembre de 1818.
La ignición se efectúa por chispa de sílex, golpeando un yunque que vuelve por
resorte a su posición de disparo al montar a mano el martillo, pero tapando una
pequeña cantidad de pólvora de cebo, un diente de escape permite que el
tambor o cilindro del arma gire un punto para alinear una nueva carga con el
cañón.

EL REVOLVER DE CARTUCHO METALICO


Ha existido y existe una interrelación en el desarrollo de las armas entre el
sistema ignición y el cartucho, desde el momento en que se produjo
industrialmente el pistón de fulminante, los técnicos y diseñadores de armas
buscaron nuevas formas de mejorar las armas existentes. Uno de los primeros
pasos fue incorporar los elementos necesarios para cargar el arma en un
cartucho que no se rompiera para poder colocar cada elemento en su sitio.
Entre los primeros cartuchos con todos los elementos estaban los diseños por
Dreyse, Lefaucheux, y el de ignición anular por Flobert y Húllier y con ellos se
inició una nueva era que fue la de las armas de retrocarga.

CONCLUSION
Más de siete siglos nos separan desde que algún soldado empleara por
primera vez su cañón de mano, siete siglos en los que el hombre ha
demostrado un espíritu de superación técnica admirable y en los que, como
hemos visto, algunos cerebros preclaros para la mecánica, o simplemente la
lógica supieron aplicar sus experiencias para beneficio de todos aquellos que
vemos hoy en algo tan simple como una pistola, mucho más que un arma de
fuego, algo que representa más de 700 años de evolución en el hombre.

EL TEPPO.

Teppo: nombre con el cual se designa en Japón al arcabuz de mecha.

Llegando a Tanegashima.

Cuenta la leyenda que allá por el mil quinientos cincuenta y pico un navío
mercante portugués muy maltratado por una tormenta, llega a Tanegashima,
una remota isla de la costa oeste del Japón. Su capitán ordena amarrar la nave
para hacer las reparaciones necesarias y reponer agua y comida. Con ese
propósito busca entrevistarse con las autoridades de la isla para hacer lo que
mejor hacían los portugueses en esa época: comerciar.Y va con su arcabuz de
mecha.

Se produce el encuentro y el Señor de la isla en ese primer contacto queda


hipnotizado por esa fabulosa arma, mientras que casi ni escucha lo que los
extranjeros tratan de decirle no puede dejar de mirarla. El Capitán portugués, a
pedido de los japoneses y tratando de lograr un acercamiento, da una
demostración del poder del arcabuz realizando un disparo.

Las autoridades japonesas se quedan encantadas con semejante tecnología,


identificando enseguida el potencial del arma de fuego y la invalorable
aplicación estratégica que lograría tener la posesión de esas armas en el
"teatro de operaciones" que era la sociedad japonesa de esa época.

El jerarca japonés le hace las más diversas ofertas a cambio de aquel arcabuz,
pero el comerciante portugués las rechaza una tras otra, en parte por ambición
en parte por temor.

El Señor de la isla (un tipo muy hábil) finalmente decide dar un gran agasajo a
los portugueses.

Ambos, portugueses como japoneses, se despreciaban y subestimaban entre


sí, percibiéndose mutuamente como unos bárbaros y brutos, así que imagine
Ud. el ambiente de aquella enorme celebración en honor a los Extranjeros.

Comienza la gran fiesta, los manjares y las bebidas corren parejo con las
nuevas ofertas del Señor de la isla al comerciante portugués, siendo
rechazadas una y otra vez. Finalmente hicieron su aparición las geishas, pero
ni con este recurso logró avances en la negociación de aquel arcabuz. Duro
seguía el portugués.

Hasta que de pronto... (y siempre, en una leyenda se llega a este punto) el


inquebrantable comerciante quedó pasmado ante una de las jóvenes damas de
la corte presentes en ese festejo. Su mandíbula inferior cayó fláccida, mientras
que los ojos tomaban una morfología que ni en Japón es desconocida. La joven
era de una belleza como no había visto jamás en todos sus viajes, de una
delicadeza indescriptible. El comerciante quedó cautivado. Indefenso.

Y a merced del japonés, ya que por esas cosas que tiene la vida, esa joven no
era otra que la hija del Señor de la Isla de Tanegashima.

Y así fue como según la leyenda, el Japón no solo adquirió su primer arcabuz,
sino que este comerciante portugués le dio también todos los conocimientos

que tenía sobre su fabricación, utilización, etc. Y en la leyenda no figura, pero


seguramente también le dio algunos nietos.
Se dice que toda leyenda tiene su origen en hechos verídicos, en las crónicas
reales y documentadas figura 1542, como el año en que los portugueses
realizaron su primer acercamiento al Japón, que había permanecido casi
aislado del resto del mundo conocido hasta ese momento. Los extranjeros
llegan con muchas cosas, costumbres y tecnologías nuevas, entre ellas está el
mosquete de llave de mecha.

El pueblo japonés queda fascinado frente a las costumbres y usos de los


portugueses. Más aún los líderes, que ven en aquellas extrañas nuevas armas
un factor de poder, muy útil y oportuno en la estructura social del Japón feudal
de aquel entonces.

Los portugueses creen ver el filón, un futuro de plagado de redituables y


sustanciosos negocios sobre la base del comercio de armas de fuego.
Subestiman a los japoneses, que luego de comprar solo una docena de
aquellos mosquetes, comienzan a fabricarlos por sí mismos y en gran cantidad.

Teppo Vs. Arcabuz

La primera gran modificación que le hicieron los japoneses a los arcabuces de


mecha europeos fue modificar esa gran cureña o culata que tenían, que en
algunos modelos como los ingleses tenía la forma de una cola de pescado
(fishtailed buttstock).

A causa de esto los japoneses apuntan y disparan desde la mejilla, sin apoyar
el arma en el hombro.

La madera de nogal de la caja fue sustituida por el cerezo local, generalmente


laqueada con ornamentos e incrustaciones. Otra una mejora japonesa, consiste
en un orificio en la culata de madera, recubierto o no su interior de latón por
donde pasaba y se fijaba la extremidad posterior de la mecha.

Las guarniciones: abrazaderas, guardamontes, contraplatinas, eran en su


mayor parte de latón.

Para tener un ejemplo, los cañones españoles en esa época medían entre una
vara y cuatro pulgadas castellanas de largo (110 - 120 cm) y su calibre era
aproximadamente de cinco adarmes (17 mm). La cavidad de los mismos
estaba ejecutada a forja y lisa. Exteriormente eran redondos u octogonales, o
comenzaban octogonales en la recámara terminando redondos hacia la boca
de fuego.

Los cañones japoneses (tsutsu) eran generalmente octogonales y redujeron el


calibre a 11,5-12,5 mm.

Otra diferencia que encontramos es que el serpentín o Hibasami, la pieza,


generalmente de bronce, en forma de "S" que sostiene la mecha cae sobre la
cazoleta hacia adelante, "alejándose" del tirador en, vez de caer hacia él, como
en la mayoría de los arcabuces europeos. El muelle real (Hajiki Gane ) que le
da movimiento a esta pieza, lo vamos a encontrar fuera de la platina (chapa de
hierro o bronce en este caso, en la que se fijan los distintos elementos que
componen el mecanismo de ignición) y realizado en latón, no muy potente ya
que en este caso no se necesita fuerza, solo tiene que poner en contacto la
mecha con el polvorín de la cazoleta. En cambio, en los sistemas posteriores
de ignición como los de sílex o pedernal, el muelle debe ser lo suficientemente
potente como para lograr que el pié de gato al golpear el rastrillo genere una
buena chispa. Este estilo de arcabuz de mecha es denominado por autores de
lengua inglesa como snapping matchlock

Este muelle colocado en el exterior hace que el cajeado en la madera para


alojar la llave no requiera ser tan profundo, siendo el modelo japonés por ende
más robusto y resistente en ese punto crítico donde por el retroceso del disparo
se solían rajar los modelos europeos.

La reducción de la cantidad de madera, del calibre y de la longitud redundó


también en una disminución del peso: un arcabuz europeo promedio tipo
fishtailed estaba pesando entre 4 a 5 kilos, mientras que el japonés acusaba
entre 3 y 4.

La leva o palanca de disparo que es la pieza metálica, que al ser presionada,


transmite el movimiento al serpentín, derivada de los disparadores de las
ballestas fue reemplazada por un disparador en forma de botón o gota.

En Europa tal cambio ocurrió en los siglos XVI y XVII, siendo la palanca de
disparo sustituida por una cola de disparador no muy distinta de las actuales.

La baqueta generalmente era de madera rematada en un pequeño anillo de


latón para reforzar la zona.

El "arte" de disparar esos arcabuces de mecha o Teppos alcanzó un nivel muy


alto. El "arcabucero o mosquetero" (por llamarlo con algún equivalente español)
japonés era tratado con gran deferencia, el Teppo recibía cuidados como si
fuera un miembro más de la familia, el arcabuz obtuvo un estatus sólo
superado por la mítica katana. Existían tratados militares de entrenamiento o
de técnicas, algunos de los cuales han llegado hasta nuestros años, como "El
libro de las Armas de Fuego" escrito en 1612 por el gran tirador Nagasawa
Shagetzuma, que muestra como eran capaces de disparar certeramente sus
armas desde los ángulos mas inverosímiles, haciendo hincapié en el
entrenamiento continuo como base para mantener las destrezas.

Del Teppo al Mauser

¿Y qué paso después de que los portugueses se quedaron con los arcabuces
de mecha sin vender?

Varios jefes militares logran unificar Japón, paralelamente nuestros


protagonistas portugueses comienzan a establecer relaciones comerciales más
firmes y llegan los Jesuitas a cristianizar el país, de acá en más comienzan una
serie de tortuosas y casi enfermizas relaciones entre las diversas partes de la
sociedad japonesa que querían obtener el poder, los Jesuitas que querían
evangelizar y los portugueses que querían vender algo a todos.

Hasta que surgen los Shogunes de la familia Tokugawa, que estructuran


militarmente la sociedad japonesa y aislaron el Japón de toda influencia
extranjera, los Jesuitas fueron perseguidos o muertos y se expulsaron a los
comerciantes portugueses y españoles. Todo el mundo fue confinado en su
clase y las relaciones sociales y políticas se fundamentaron en el vasallaje.
Para evitar que los campesinos se sublevaran el gobierno les incitó al
analfabetismo para que aceptasen su inferioridad.

Y todo esto a fuerza de arcabuces de mecha o Teppos.

Y entonces Japón cerró voluntariamente sus fronteras al mundo conocido.

Y el Teppo se quedó dentro, por más de doscientos años, perfeccionándose,


pero sin dejar que aparezca otro sistema de ignición (la mecha era un
paradigma tan eficiente que no dejaba prosperar ideas nuevas).

Hasta 1853, año en que el Comandante Matthew Perry, al mando de una flota
de naves de la marina de los estados unidos desembarca en la Bahía de Tokio.

Le propongo a Ud., querido lector que con paciencia me siguió hasta acá, el
siguiente ejercicio mental: imaginemos solo por un momento aquel
Comandante Perry, descendiendo de un moderno navío de guerra de mediados
del siglo pasado, bautizados por los nipones como "las naves negras", por el
humo del carbón de piedra que manaba de sus calderas, erizado de cañones,
algunos ya de retrocarga, rodeado de marines armados con fusiles rayados de
percusión y con un Colt Navy del calibre '36 en la cintura, recibidos por un
escuadrón de bravos guerreros nipones armados con katanas y arcabuces de
mecha. Y otra vez el poderoso de la isla quedó hipnotizado por aquella... etc.,
etc. La historia se repite nuevamente.

Del Teppo al Mauser en solo treinta años, que es lo que tarda en aparecer el
Murata 13 (en referencia al año 13 del período Meiji, 1880 de nuestro
calendario) considerado el primer fusil militar de infantería diseñado
prácticamente en Japón, copiando (por supuesto) distintos mecanismos de los
fusiles de cerrojo de la época: el Mauser alemán M1871, el holandés Beaumont
M1871 y el francés Gras M1874, pero acá, amigos, ya estamos en otra historia.
Auténtico Samurai con un Teppo (finales del siglo XIX) / Really Samurai with
Teppo (3° quarter, XIX
century)

A: Arcabuz Japonés / Japanese matchlock

B: Arcabuz inglés (culata cola de pescado) / English Matchlock (fishtailed)

Glosario
(haga click sobre la imagen para poder verla completa - click the pic to enlarge the image)

Shiba-hikigane - Cantonera

Hikigane - Cola del disparador, en forma de gota generalmente

Karakuri - Llave (de mecha)

Jiita - Platina

Yuojintetsu - Arco guardamonte

Hajiki Gane - Muelle real

Hibasami - serpentín

Hibuta - Cubre cazoleta, cobija

Hizara - Cazoleta

Dai - culata, de cerezo exclusivamente

Tsutsu - Cañón, estriado

Moto Maete - Alza

Udenuki - Orificio para la correa de transporte

Naka Maete - Elemento de puntería situado entre el moto maete y el saki

maete

Mekugi Ana - Oido


Saki Maete - Guión

Karuka - Baqueta

Suguchi - Boca de fuego

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