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PROTECCIÓN INFANTIL
Esta investigación MCPI es la Fase 1 de una estrategia mucho más amplia y profunda de ChildFund a
nivel internacional, la cual, basada en los principios de la Convención sobre los Derechos del Niños
(ONNU; 1989) busca consolidar y elevar el rol fundamental que tienen los entornos comunitarios
para la protección de la niñez en consecuencia con el Art.19 de la CDN, el cual exige el
reconocimiento y el respaldo de la importancia primordial de los padres, las familias ampliadas, las
madres guías y los miembros de la comunidad en el cuidado y la protección de la niñez y la
prevención de la violencia.
ChildFund entiende que los mecanismos de protección basados en la comunidad pueden ser grupos
formales o informales que trabajan de manera coordinada para monitorear, prevenir y responder a
problemas de protección infantil con el objetivo de eliminar cualquier tipo de violencia hacia niños,
niñas o adolescentes en la comunidad. Estos mecanismos o grupos de personas pueden ser
endógenos o iniciados y apoyados externamente para su vinculación con el sistema formal de
protección a la niñez. Estamos convencidos que un sistema nacional de protección infantil será más
eficaz si se apoya en la comunidad y se promueve el vínculo entre ambos de manera que ambos se
complementen y apoyen.
ChildFund considera que el rol de la comunidad como espacio de prevención de todas las formas de
violencia hacia niños y niñas, así como de protección y promoción de entornos seguros de
desarrollo, buen trato afectivo y en donde los adultos siempre se rijan por el interés superior del
niño y el respeto a sus derechos humanos, es fundamental porque además la comunidad se
encuentra en la primera línea de respuesta respecto a los niños y niñas en situación de riesgo.
Con la intención de una búsqueda intencionada de los elementos que nos ayudaran a caracterizar
los MCPI, para el caso de México, se segmentó la aplicación de las técnicas o herramientas por
grupos de edad: niños y niñas de 6 a 12 años, adolescentes y jóvenes de 13 a 18, mujeres de 20 a 40
años, hombres de 20 a 40 años, mujeres y hombres mayores de 40 años, así como otro grupo de
madres de familia –sin importar edad- y padres de familia –sin importar edad-. En total se contó con
la participación de más de 1,800 personas.
Esta aproximación de corte cualitativo, además de propiciar la reflexión y el análisis entre los
habitantes de las comunidades participantes sobre la protección infantil, buscó identificar patrones
o tendencias de conducta comunitaria respecto a la infancia, desde la dinámica cultural, social y
económica. Consideramos que los resultados representan una aproximación muy valiosa ya que
pone de relieve la relevancia que tiene el entorno comunitario para el desarrollo de niñas y niños
como espacio privilegiado donde pueden y deben darse acciones de primera línea encaminadas a la
prevención de la violencia que sufren niños y niñas, así como la detección temprana de violaciones
a los derechos de la población infantil.
Como parte de la vitrina metodológica, cabe destacar las cuatro etapas del proceso de investigación:
a) Recolección de la información. Se capacitó al equipo de los Socios Locales1 de ChildFund México, que son
Organizaciones civiles y sociales de base comunitaria que implementan acciones en favor de las niñas, niños
y adolescentes en los contextos comunitarios; este trabajo previo al levantamiento de la información,
favoreció la aplicación de los instrumentos de investigación. Durante el trabajo de campo, cada Socio Local
trabajó con el personal previamente capacitado en la metodología de la investigación. El tiempo de esta
etapa duro de septiembre 2017 a febrero 2018 y en algunos casos se cruzó de forma paralela con la siguiente
etapa de transcripción de la información.
b) Transcripción de la información generada. En esta segunda etapa, el personal de los Socios Locales que
recolectó la información quien realizó la transcripción de la misma. Cada Socio Local cuenta con el soporte
de grabaciones en audio, fotografías y resultados gráficos de los ejercicios participativos.
d) Análisis de la información ordenada y emisión de informes comunitarias, estatales y nacional. Al contar con
las 44 bases de datos, el equipo de Altepetl AC realizó una síntesis informativa por cada comunidad, a manera
de un documento con información escrita de manera comprensible y amigable para todo público. De forma
complementaria, se elaboraron 44 textos de análisis de la información correspondiente uno a cada
comunidad, en el que se destacan los factores de riesgo y protección de las niñas, niños y adolescentes en
los contextos comunitarios; de igual manera, se elaboraron 5 documentos de análisis a nivel estatal de Estado
de México, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca y Puebla que intentan conjuntar la información de las comunidades
donde se hizo el mapeo identificando algunas semejanzas o diferencias sin intentar generalizar,
solamente haciendo una reflexión sobre ciertas características que resaltan como comunes. Por
último, se elaboró un texto de análisis general que abarca todas las comunidades y estados
participantes, mismo que se muestra a continuación.
1Sakubel Kinal AC, Tziti'u a Mesha a Chossto IAP, Comité Promejoramiento Salud, Educación y Bienestar Mazahua IAP,
Niños Unidos de Tetitla IAP, Niños de Bobashi AC, Hñahñhu Batsi de San Andrés Daboxtha AC, Apoyo Infantil Hñahñu
AC, Desarrollo Infantil Taxadho AC, Niños Unidos de Ixtlahuaca AC, Centro Infantil Jonacapa AC, Cetro Infantil
Huextetitla AC, Rixudi, Niños de Santa Fe AC, Centro de Promoción Ocumicho AC, Cultivando Futuros AC, Santiago
Tuxpan AC, Niñas Magdalena Teitipac AC, Programa Pa Coconitos de Tlale Huaque de Concepción AC, Centro
Tepelmeme AC, Programa Desarrollo Tonalá AC, Progreso de Amatitlán AC, Saucitlán, Centro de Asistencia
Yeloixtlahuaca AC, Centro Infantil Cuautlamingo AC, Paso del Jardín AC, Yohualichan AC, Okichpipil in Ayotoxtli AC,
Tizaac, Niños Totonacos AC, Proyecto para los Niños de Acatecos AC y Casa de los Niños de Tezonapa AC
DESARROLLO
Cabe señalar que, de forma complementaria durante la lectura se podrán identificar en las notas de
pie de página, algunas frases destacadas en los grupos focales y entrevistas realizadas con los
actores claves de las comunidades, esto con el objetivo de fundamentar y ejemplificar la orientación
de los argumentos.
Una de las preguntas iniciales del presente estudio tuvo que ver con la percepción que tienen las
comunidades en relación a las niñas, niños y adolescentes. Cómo construían sus representaciones
sociales y referentes al significado de ser parte de este segmento poblacional; llama la atención que
en ninguna comunidad o región se encuentran definiciones concretas, más allá de valoraciones
estereotipadas del deber ser de las niñas y niños. La tendencia general es hacia la idea de considerar
a niños y niñas como algo cotidiano que no precisa mayor importancia, las personas y familias saben
que niños y niñas están ahí, que interactúan en casi todos los espacios de la comunidad, pero no
saben cómo definirlos, ni tampoco como señalar sus características o necesidades específicas por
etapas de vida o edad.
Se identifica que existe una percepción en relación a las nuevas generaciones como rebeldía o con
falta de un actitud de sumisión a la autoridad familiar o adulto centrismo, que no acatan el mandato
de sus padres o personas mayores2; por un lado, lo podemos relacionar como la añoranza expresada
por las personas adultas de que los tiempos pasados fueron mejores, sobre todo por los argumentos
de las personas mayores; pero por otro lado, se puede relacionar al hecho de no entender la
dinámica comunitaria acelerada respecto al crecimiento de las y los niños, y al acceso a la
información que las nuevas generaciones, rompiendo con los anteriores esquemas de control y
educación en las familias, actualmente tienen. También se ubican algunos argumentos relacionados
con la desvaloración de los derechos de la infancia 3, un falso argumento para justificar la violencia
que los adultos ejercen contra sus propias hijas e hijos.
2“Ahora los niños son desobedientes” “Los niños son más irrespetuosos, ya no saludan” (Grupo Focal padres de familia y
Grupo Focal de 20 a 30 años en el Estado de México).
3 “Cómo ya conocen sus derechos se nos rebelan y no podemos corregirlos” (Grupo focal de madres en el Estado de Hidalgo)
Cuando se trata de identificar las condiciones o características diferenciadas en la infancia,
categorizada en tres etapas de vida como son la 1era infancia (0 a 5 años), la 2da infancia (6 a 12
años) y la adolescencia (13 a 17 años), los participantes sólo logran visualizar diferencias entre niñas
y niños de 0 a 12 años respecto a los adolescentes de mayor edad.
En el caso de los adolescentes una interpretación común para todas las comunidad y regiones, es
que son visibles en el momento que comienzan a causar problemas a los habitantes de la
comunidad; como bien señala Dina Krauskopf4, teórica chilena de juventudes, que los adolescentes
son reconocidos y percibidos por la sociedad cuando comienzan a generar conflictos por una actitud
hostil frente a los cambios hormonales, psicológicos y físicos que se viven en esa etapa de vida. En
los contextos rurales esto logra un nivel exponencial aún mayor, ya que en pequeñas poblaciones
su forma de comportamiento es mucho más visible siendo percibidos hasta con un grado alto de
violencia; por esta razón, podemos pensar que, por ello, los adolescentes son identificados en estas
comunidades como grupo problemático y sus demandas preocupa en gran medida a los habitantes
de las comunidades que formaron parte del estudio.
A pesar de todo lo anterior, se reconoce que existe una visión esperanzadora en las comunidades
respecto al papel que tiene las niñas, niños y adolescentes respecto del futuro de la identidad
comunitaria, siendo vistos como aquellos que darán continuidad a sus tradiciones y valores. 5 Se
visualiza al grupo de niños, niñas y adolescentes como los pobladores del futuro, lo cual deja abierta
una brecha para revisar su presente y las condiciones actuales para su óptimo desarrollo.
2. ORGANIZACIÓN COMUNITARIA .
La dinámica social dentro de las comunidades refleja la ruptura del tejido social que se pone de
manifiesto en la falta de organización dentro de la propia comunidad. Si bien, en la mayoría de las
comunidades se cuentan con grupos informales como asambleas comunitarias, actores sociales
(grupo de ejidatarios, grupos de padres de familia, organizaciones civiles) o comités que deberían
facilitar la organización comunitaria, lo cierto es que en muchos de estos espacios de organización
comunitaria, no se alcanza una efectiva atención de la problemática social, las actividades generadas
son sumamente deficientes y no tienen una relación entre sí, se dan de manera aislada o reactiva a
sucesos de la comunidad (por ejemplo la fiesta del santo o patrón), por lo podemos pensar que
existe una falta de organización generalizada en todas las comunidades.
La frecuente rotación de las autoridades comunitarias es un factor que debilita el tejido social y que
contribuye a esa falta de organización. Jueces de paz o delegados de la comunidad normalmente
están en su puesto por un año o máximo dos, detectamos que esto varía de comunidad a comunidad
incluso siendo de la misma región. Este factor limita la posibilidad de dar seguimiento a iniciativas o
4 Krauskopf, Dina. Dimensiones críticas en la participación social de las juventudes. En publicación: Participación y Desarrollo Social
en la Adolescencia. San José: Fondo de Población de Naciones Unidas 1998.
5 “Viven en una comunidad indígena donde se aprenden muchos valores, donde se aprende de manera tradicional el tema de la creación
de artesanías, de las piñas de barro, que es un gran baluarte porque no solo es una tradición, si no es un sustento y es un arte reconocido
a nivel mundial” (Entrevistas a Líder Comunitario del Estado de Michoacán).
proyectos que hayan sido creados por las autoridades anteriores, se identifica también que la
participación de las mujeres como autoridades comunitarias es prácticamente nula.
Al no existir una estructura organizativa efectiva en las comunidades, los mecanismos de protección
infantil representados en comités son inexistente. No hay grupos informales o formales de personas
dentro de la comunidad que, de manera coordinada, organizada y constante, realicen acciones de
prevención de la violencia o que puedan responder ante casos de daño a algún niño o niña en la
comunidad. Tampoco existe ninguna vinculación con actores de protección infantil del municipio o
de alguna institución, predomina la idea de que lo que le sucede a los niños o niñas es
responsabilidad de la familia y no de la comunidad o de los vecinos, quienes temen interceder o
involucrase en una denuncia –aunque sea anónima- por miedo a represalias en su contra6.
Lo anterior se ve reflejado en los testimonios que afirman que cada familia se encarga de sus propios
problemas, lo cual dificulta el acercamiento con las niñas, niños y adolescentes (a partir de este
momento abreviaremos con NNA), pues estos quedan relegados al espacio privado de las familias y
en muy pocos casos, son considerados como parte de la comunidad; se identifica que cuando se
detecta algún caso de violencia hacia niños o niñas al interior de las familias, la respuesta de la
comunidad para protegerlos es nula, se pueden encontrar en la información recopilada múltiples
menciones sobre el hecho de no querer involucrarse 7, para evitarse conflictos con otros miembros
de la comunidad o con familiares cercanos.8
Asimismo, se evidencia la nula coordinación de la comunidad con los sistemas formales de
protección infantil y el total desconocimiento sobre cómo actuar o con quién acudir para realizar
denuncias sobre situaciones de abuso o violencia que puedan estar sufriendo niños o niñas.
6 “Es muy raro que si tú, como vecino ves que están lastimando a un niño, es muy raro que tu hagas una denuncia o que vayas a decirle al
vecino “oye por qué estás maltratando a tu hijo” o ir a la agencia, la verdad es muy raro que alguien lo haga” (Grupo Focal Padres del
Estado de Oaxaca).
7 “Observan las peleas entre niñas de secundaria después de clases, ellos como adultos si quieren intervenir son faltados al respeto (Grupo
Los resultados de esta investigación confirman que al interior de las familias el uso de violencia como
estilo de crianza se ha normalizado aunque es importante mencionar que aparecen en algunas
narrativas diversos testimonios de padres de familia, que reconocen que actúan de forma
equivocada al usar golpes y gritos como reprimenda hacia los hijos/as9, sin embargo, no han buscado
otras alternativas de crianza basada en la disciplina positiva o trato con ternura, y por lo tanto, se
continúa de manera habitual con estas prácticas predominando la idea de que si los niños o niñas
comenten algún tipo de error o actúan de forma que desobedezcan a sus padres, tiene que pagar
por su comportamiento en vez de aprender del error. Se señala que la forma de educación
tradicional que impera en las comunidades, les permite a los adultos mantener un control efectivo
al interno de las familias, así como una forma de cimentar bases de buena conducta y valores
positivos según sus propias creencias.
Este estilo de crianza se continúa produciendo y reproduciendo a lo largo de las generaciones, está
fuertemente arraigado dentro de las comunidades que participaron en el estudio, una estrategia de
intervención para impulsar las trasformaciones culturales puede ser la sensibilización respecto al
efecto negativo e irreversible que tienen el uso de la fuerza o el castigo físico a lo largo de la vida de
las niñas, niños y adolescentes, así como acercar a los cuidadores a otras alternativas de crianza
asertiva que puedan ser adoptadas por ellas y ellos.
Un factor positivo que identificamos al indagar sobre temas de violencia intrafamiliar es el hecho
que las NNA reconocen sus derechos los cuales han aprendido en los espacios informativos como
las escuelas, centros culturales, organizaciones sociales e instituciones públicas; esto ha provocado
formas informales para la autodefensa de niños y niñas ante los cuidadores cuando van a ser
violentados.
Otro elemento que fue identificado en todas las comunidades, es al actor social dentro de las
familias que ejerce la violencia hacia las hijas e hijos, mayoritariamente son las madres, lo cual
pudiera entenderse en buena medida por su presencia cotidiana en la crianza de los hijos, además
de que, en muchos casos, los padres laboran fuera de los hogares o de la comunidad. De forma
9“No, sólo lo normal, que les demos sus nalgadas y cachetadas por no portarse bien así, pero sin accederse (Grupo Focal 20 a 40 años del
Estado de Hidalgo).
complementaria y en un segundo análisis, se destaca la presencia del padre como la figura que
ejercen mayor temor o miedo en las hijas e hijos. Se menciona que la violencia ejercida por ellos en
la crianza de los niños y niñas es más agresiva y en muchos casos se da cuando se encuentran
alcoholizados, siendo el objetivo de su violencia las esposas y en segundo lugar las/os hijas/os por
igual. Esto lo podemos relacionar con el temor que sienten los niños y niñas a los borrachos,
probablemente porque lo relacionan a situaciones de violencia que viven o han vivido bajo un estado
alcoholizado del agresor.
En las comunidades que participan en el estudio, la principal causa del abandono infantil es la
migración permanente o temporal del padre, y en algunos casos también de las madres. Con la
información recabada, logramos identificar que se trata de una migración interna, dentro del mismo
Estado y solo en algunas ocasiones, hacia otras regiones del país. Son pocos los casos que logramos
identificar que hagan referencia de una migración hacia los Estados Unidos.
Debido a esta situación de presencia irregular de los padres en el hogar, niños y niñas quedan al
cuidado de las madres (cuando la persona que migra es el padre), o cuando son ambos, NNA quedan
al cuidado de familiares cercanos, principalmente los abuelos, que en muchos caso no cuentan con
la capacidad para darles la atención y cuidados necesarios, bien sea por la edad avanzada que tienen
o incluso por la falta de recursos económicos para cubrir las necesidades de los niños y niñas; cabe
destacar ante esta situación, que los adolescentes asumen una actitud rebelde ante los familiares
que asumen su cuidado, comportamiento este que ha sido descrito por personas de mayor edad
quienes perciben que las y los adolescentes en esta situación no validan el hecho de que sus padres
los dejen al cuidado de otro familiar. Esta situación preocupa ya que las y los adolescentes podrían
optar por conductas de riesgo.
Otra forma en la que también se presenta el abandono infantil es en la falta de atención de los
padres y las madres hacia sus propios hijos, por un lado, madres y padres lo manifiestan al mencionar
que en la comunidad hay niños en la calle sin el cuidado de una persona adulta, sin embargo, al
preguntar a niños y niñas, ellos lo manifiestan como la falta de escucha de sus padres y madres o la
falta de interés en sus actividades. Resulta interesante este contraste en la forma de interpretar el
abandono infantil.
Como resultado del abandono infantil, también de identifican situaciones donde los hermanos o
hermanas mayores quedan al cuidado de los niños de menor edad, asumiendo un rol de madre o
padre sustituto a pesar de su corta edad. En las situaciones donde se evidencia esta problemática,
son adolescentes de 10 a 12 años lo cual representa un riesgo ya que son niños o niñas cuidado a
niños o niñas, y no se dimensionan los riesgos o peligros además que se trunca el disfrute de su
infancia al obligarlos a asumir una responsabilidad no acorde a su edad y desarrollo.
4. TRABAJO INFANTIL
Dentro de las comunidades existe de manera prácticamente normalizada y justificada por los “usos
y costumbres” el trabajo infantil, sin embargo, no es reconocido como tal por los adultos, sólo se
refieren a esta problemática como una forma de ayuda o colaboración de las hijas e hijo dentro del
hogar. Para muchos padres también es una forma de enseñar responsabilidad y aprendizaje de
oficio a sus hijos10; es decir, se concibe como parte necesaria en el desarrollo de las niñas y niños sin
que reciban remuneración económica.
Esta situación permite observar una división de tareas basada en los roles de género tradicionales,
mientras los niños acompañan a sus padres principalmente en las labores del campo (siembra,
cosecha, cuidado de ganado, etc.), las niñas hacen actividades en su casa (tortillas para vender,
cuidar a sus hermanos pequeños, buscar agua en pozos, etc.).12
5. EDUCACIÓN.
10 “Ahora ya no tienen tantas responsabilidades como las que teníamos nosotros, porque en aquel entonces la mayoría de la gente se
dedicaba al campo y había que contribuir desde pequeños” (Entrevista Líder del Estado de Oaxaca).
11 “En algunos casos, la explotación se da desde los 8 años, los niños van al campo, las niñas ayudan en las tareas del hogar, sin embargo,
en muchos casos esto no es detectado como trabajo, si no como ayuda a las labores de los padres” (Grupo Focal Madres del Estado de
Oaxaca).
12 “Pues se cree que los niños y las niñas tienen que estudiar o trabajar para ayudar a mantener a la familia, o que las mujeres deben de
estudiar solo una parte como hasta la primaria o secundaria y si no pues enseñarles las cosas que van a realizar cuando se casarse para
realizarle al marido” (Grupo Focal Madres del Estado de Michoacán).
traslado, manutención, colegiaturas y materiales educativos, este factor evita una continuidad en la
formación educativa.13
Cabe destacar como resultado del estudio, la referencia contante que hacen los informantes adultos
sobre la decisión, por parte de las y los adolescentes de no continuar sus estudios, según esto como
consecuencia del desencanto de la vida escolar y el no encontrar beneficios inmediatos al concluir
sus estudios; este elemento es muy interesante, valoramos que debe profundizarse más al respeto,
ya que sin caer en contradicción, también identificamos la expectativa de muchos adolescentes de
continuar sus estudios, pero sin tener la claridad de los motivos precisos que tienen para esto ya
que no sé logró identificar en la investigación.
Otro factor que provoca el abandono escolar es la presencia de violencia entre pares, también
conocido como bullying. Si bien en este estudio lo identificamos como una manifestación real de la
violencia que sufren NNA lo cierto es que no se logra revelar la frecuencia de los actos de violencia
en las escuelas. Las formas de manifestarse son muy variadas, van desde ignorar o burlarse de los
compañeros/o escolares, hasta golpes colectivos entre alumnas/os a una sola persona dentro de las
aulas escolares. Ante estas situaciones, se identifica la falta de acción y/o desconocimiento por parte
de las autoridades educativas dentro de cada plantel, esto motivado por la falta de capacitación
para saber cómo intervenir ante esta problemática.
Dentro de las escuelas también se identifican casos de violencia física y verbal de los profesores/as
hacia sus alumnos/as, esta situación ha sido permitida por los padres y madres que los consideran
como autoridades dentro del aula por lo que no se cuestiona la forma en que corrigen a los NNA.
Si bien en la mayor parte de las comunidades se garantiza el acceso hasta la escuela secundaria, los
participantes en el estudio no hablan de la calidad educativa, pareciera que los adultos se quedan
satisfechos con que niños y niñas acudan a la escuela sin preocuparse demasiado sobre la forma en
que aprenden en la escuela ni por los métodos que emplean los maestros.
6. SALUD.
La mayoría de las comunidades cuentan con el acceso a centros de salud comunitaria, pero la mayor
parte de los participantes reportan que estos servicios son sumamente deficientes y limitados por
la falta de personal médico y por la falta de medicamentos, así como la limitada capacidad para
establecer diagnóstico de enfermedades lo cual hace que las familias deben trasladarse a otros
centros de salud en la cabecera municipal para realizar radiografías, tomografías o muestras de
sangre. Muchas comunidades demandan la existencia de un centro de salud, aunque este sea
limitado, pero que permita una atención pronta de las personas enfermas. Esta vulnerabilidad en la
salud, hace que los habitantes de las comunidades se sientan desprotegidos, en particular la
población infantil. Madres y padres de familia señalan que una fiebre prolongada o accidentes en la
casa o el campo puede ser causante de muerte entre los NNA; además, indican que son las niñas,
niños y los adultos mayores quienes demandan una mayor atención médica de forma constante.
13“Muchos/as jóvenes solamente llegan a estudiar hasta la secundaria, pues pierden el interés del estudio, porque si quieren continuar
estudiando deben salir a otro municipio, mejor se dedican a trabajar en el campo, muchos otros prefieren ir a la ciudad de México y
conseguir mejores ingresos para una mejor sobrevivencia” (Entrevista Líder del Estado de Puebla).
El hecho de no contar con clínicas de mayor capacidad de atención cercanas a las comunidades,
limita las posibilidades de que NNA sean atendidos de manera oportuna, así como de tener acceso
al tratamiento adecuado pues las familias no tienen los recursos económicos para cubrir los gastos
de traslado a otras comunidades y los costos derivados de los tratamientos. Tomando en cuenta
que la principal función de los centros de salud es preventiva la realidad en las comunidades es que
estos no están equipados para atender emergencias por accidentes, por ejemplo. Los NNA
mencionan que cuando ellos se enferman, sus padres se preocupan mucho porque deben salir de la
comunidad para que los atienda un médico, los padres y las madres muchas veces deben conseguir
dinero prestado a sus familiares para poder solventar los gastos que esto genera.
Tampoco se identifican prácticas de comunes de medicina tradicional, son pocas las comunidades
que hacen referencia a contar con parteras o con curanderas lo cual hace pensar que son prácticas
a las que acude muy poca parte de la población participantes.
Cuando se identifican los factores y lugares de riesgo, las niñas, niños y adolescentes señalan los
puntos de venta y consumo de sustancias adictivas como lugares que les causan temor e
inseguridad, por las siguientes razones:
• No saber cómo van a reaccionar, ser molestados, acosados e intimidados por las personas
que se encuentran bajo los efectos de estas sustancias en la vía pública.15
• Que sus familiares, padres principalmente, se presenten alcoholizados en sus casas debido a
que esto suele generar situaciones de violencia, hacia sus madres y con ellos mismo.
14 “Los jóvenes a veces están en la calle con amigos tomando o fumando. Dicen que se les ha visto drogarse en el cerro que está detrás de
la universidad” (Grupo Focal de 30 a 50 años en el Estado de México).
15Este elemento se logra identificar al aplicar la técnica del dibujo de la figura humana, entre los grupos focales de niñas
y niños.
• El consumo de alcohol y sustancias toxicas como detonante de abusos sexuales y violencia
física como peleas entre consumidores de sustancias adictivas.
Debido al machismo que impera en las comunidades, se ve como un problema sumamente grave
que las mujeres adolescentes también consuman alcohol. Para los adultos de las comunidades
resulta inadmisible que las mujeres jóvenes se emborrachen siendo una acción que no es validada
por la comunidad; si bien, en los hombres se ve como un problema el consumo de alcohol, pareciera
que está permitido bajo ciertos contextos, como los días de feria, o si este no es de manera diaria o
hasta embriagarse, sin embargo, en el caso de las mujeres resulta un problema sin importar el
contexto o la cantidad que ingieran.
El consumo de alcohol y sustancias tóxicas pone de relieve la existencia de una realidad cotidiana
que repercute en el ánimo de las y los adolescentes, el consumo de estas sustancias aparece en este
grupo de población, como una alternativa de evasión ante problemáticas como la falta de
oportunidades de desarrollo, económicas, educativas, etc. dentro de las comunidades. Esta
situación es preocupante porque las y los adolescentes pueden quedar expuestos de manera más
fácil a ser captados por bandas delictivas y carteles que aprovechen la situación para reclutarlos.
El estudio pone de relieve que se han detectado algunos casos de suicidios de adolescentes dentro
de las comunidades, no es una situación generalizada, sin embargo, lo mencionan en algunas
ocasiones en las entrevistas y grupos focales de los adultos como una preocupación por parte de
los padres de familia, maestras/os y autoridades comunitarias. En ese sentido, identificamos con la
información recabada, que la preocupación hace referencias a algunos comportamientos entre
adolescente que pudieran conducir a conductas de riesgo como son por ejemplo las autolesiones o
consumo de drogas o posibles tendencias a la depresión.
6.3. SEXUALIDAD.
La sexualidad es una temática sumamente compleja para reflexionar en las comunidades rurales,
más aún cuando se vincula con las niñas, niños y adolescentes; para compartir los resultados del
estudio en esta materia, los dividimos en dos partes: a) situaciones de violencia sexual a la infancia;
b) factores de riesgo relacionadas a la sexualidad para niñas, niños y adolescentes.
Es de suma relevancia la información obtenida en esta materia, en casi todas las comunidades se
identifican situaciones que, aunque no son nombradas por las personas como tal, hacen pensar en
casos de abusos y violencia sexual a las niñas, niños y adolescentes. El estudio demuestra que la
forma en que los participantes compartieron con los investigadores de campo estas situaciones fue
de manera discreta y sin dar referencias específicas, en muchas ocasiones los informantes señalaban
que no se habla de estos casos de forma abierta, son secretos a voces, en los cuales se identifica
como abusadores a personas masculinas de la familia (hermanos mayores, primos, tíos, padres y
abuelos) por lo que se considera como un problema familiar, y debe ser resuelto al interno de las
mismas.
También se identifica como otros generadores de violencia sexual a hombres adultos y jóvenes que
son parte de la comunidad, pero sin vínculo con las familias de las niñas y mujeres adolescentes
violentadas, por lo regular los identifican como personas que fueron cercanos a las víctimas.
A pesar de lo anterior, no se logra clarificar la frecuencia de situaciones abuso sexual hacia las niñas
y las adolescentes –género que aparece con mayor vulnerabilidad ante esta problemática- en las
comunidades, ni tampoco el procedimiento que las familias y autoridades comunitarias han asumido
para atender a las víctimas, ni tampoco el seguimiento y castigo a los perpetradores por parte de las
autoridades.
El embarazo adolescente es una constante en las comunidades, los casos se presentan desde los 12
años, sin embargo, si las mujeres se van a vivir con el padre de sus hijo/a o si ya viven con su pareja
previamente, el embarazo a edades tempranas no se percibe como problema.
También se identifica que en las comunidades que participaron en este estudio persiste una cultura
moralizante sobre la sexualidad sea de adolescentes o adultos. Esta moral alrededor de la
sexualidad, considera como tema tabú todo lo relacionado al sexo entre los seres humanos y que se
exprese fuera de la relación entre hombre y mujer; un ejemplo de lo anterior, fue al identificar varios
actores comunitarios que consideraban que el embarazo adolescente era consecuencia de tener
acceso a la información sobre su sexualidad dentro de la escuela o en pláticas informativas, que
esto les despertaba la curiosidad y provocaba que tuvieran relaciones sexuales. Este tipo de
pensamientos no favorecen la prevención primaria de los embarazos no deseados en la población
adolescente, limita el acceso a la información y con ello el cumplimiento de los derechos sexuales y
reproductivos tanto de hombres como mujeres.
El acceso a internet es reconocido como una herramienta, que favorece a las y los adolescentes al
momento de realizar sus tareas escolares16, sin embargo, también se percibe de manera negativa
porque permite el acceso a la pornografía y otros contenidos que desde las comunidades se
consideran como inapropiados para las niñas, niños y adolescentes; el acceso a las redes sociales se
percibe también como una ventaba que abre la posibilidad de contactar a NNA con gente
desconocida, sin medir los riesgos de compartir con desconocidos información personal sensible.
Esta preocupación se incrementa porque NNA no cuentan con alguien que los guíe en los cibercafés
de la comunidad y están solos navegando en la red de internet, los padres y las madres hacen
referencia a la poca supervisión que pueden hacer de los contenidos que visitan sus hijos/as en
internet.
8. PARTICIPACIÓN INFANTIL.
Los espacios para que los NNA participen en sus comunidades son nulos, sus opiniones no son
tomadas en cuenta por ser consideradas por los adultos como opiniones poco serias, es decir,
opiniones que no han sido razonadas y por lo tanto no pueden aportar información valiosa; sin
embargo, se hace referencia a la participación infantil dentro de algunas escuelas, en las cuales se
les permite participar en la toma de pequeñas decisiones; esta es una característica que se comparte
con las mujeres, quienes son muy poco tomada en cuenta o cuentan con una baja posibilidad de
opinar en la comunidad. Este estudio sugiere la inminente necesidad de crear espacios en la
comunidad donde los NNA pueden asumir liderazgo en actividades que los beneficien no solo a
ellos, sino que pueda incluso aportar al desarrollo de la propia comunidad.
CONCLUSIONES
Los resultados de esta investigación representan la base para las siguientes fases del desarrollo de
la estrategia de fortalecimiento de mecanismos de protección basados en la comunidad que impulsa
ChildFund como un enfoque necesario para mejorar el acceso de niños y niñas a comunidades
centradas en la protección infantil y entornos seguros donde puedan desarrollarse manera óptima.
Esta investigación permitió determinar en qué nivel están ancladas y articuladas las comunidades
respecto a la protección infantil, los resultados obtenidos y aquí presentados se basan en evidencias
16“Ahorita los adolescentes se ven más libres en cuestión de la moda, se apropian también de los elementos que se les proporcionan,
porque los medios de comunicación masiva hacen su papel, lo que es la televisión y el Internet” (Entrevista Líder del Estado de Oaxaca).
lo cual permitirá trazar estrategias partiendo de la realidad en donde ChildFund México tiene
presencia a través de sus socios locales.
• La familia es el principal factor de protección para los niños y niñas en sus comunidades, quienes no
cuenten con este FP quedan expuestos a un entorno sumamente desfavorable para un buen
desarrollo.
• Las comunidades desarrollan prácticas informales de protección infantil, reguladas a lo interno de
cada familia y sin que se tome en cuenta la decisión de niños o niñas.
• No se identifican instituciones que no sean de gobierno que puedan atender temas de protección
infantil.
• Si bien la comunidad pareciera tener una gran preocupación por el mejor desarrollo los niños y niñas,
lo cierto es que se desconocen formas de prevenir situaciones de abuso o violencia sexual.
• Se identifica el programa PROSPERA como el único que ofrece apoyos para niños y niñas.
• Se reconoce la presencia de “el proyecto” como una posibilidad para que los niños y niñas de la
comunidad estén mejor.
Como resultado del presente estudio, se reconoce la existencia de una crisis de la dinámica
organizativa a nivel comunitaria, particularmente en los contextos rurales. La problematización
tiene varias aristas:
a) En relación con la autoridad comunitaria, no existe figura homologada en los municipios y estados, la
delimitación de sus funciones es variable, y en ocasiones, sin respaldo jurídico. En la reforma del Estado
es uno de los elementos claves a desarrollar, estableciendo una figura clara y fortalecida con relación a
sus atribuciones, particularmente en relación a garantizar la protección social a la población en general
de las comunidades, y en particular, la de niñas, niños y adolescentes.
b) Los mecanismos de representación comunitaria, que en muchos casos son la asamblea ejidal, en la que
se designación a un comisario ejidal, no cuenta con la representación de los diferentes actores
comunitarios, y su función está centrada en la gestión de cuestiones agrarias, o en el trámite de servicios
básico. Debe incluirse y garantizarse la participación en todos los niveles y sectores poblacionales, desde
lo formativo hasta la consideración de sus opiniones, en especial de las niñas, niños y adolescentes.
d) No existen en la comunidad protocolos que se activen como red de derivación segura y oportuna ante
casos de niños o niñas en situación de riesgo o que estén viviendo algún tipo de negligencia, abuso,
violencia o explotación.