Está en la página 1de 3

5/11/2018 (Cuento)ElGarabato Azul-slidepdf.

com

A Matías le encantaba dibujar. Dibujaba en cuanto papel le caía en las manos. Hacia elefantes con
sombreros, brujas bizcas con nariz alargadas, monstruos llenos de pelos, ojos y patas, y fantasmas
de colores que no asustaban a nadie.

Nadie extendía los dibujos de Matías pero él los explicaba.

-:“No es un árbol, mamá. Es una bruja que busca la escoba que perdió”. 

-:”No es un auto, papá. Es un monstruo con cuatro ojos que duerme la siesta”. 

-:”No es una montaña, abuela. Es un fantasma resfriado con bufanda”. 

Una vez, cuando tenía cuatro años, Matías no pudo encontrar ningún papel. Entonces, dibujó en
la pared de su habitación un garabato muy simpático de color azul.

Al ver la pared, la mamá de Matías se puso bizca como las brujas de nariz alargada y al papá le
creció la trompa como la de los elefantes con sombreros. Y aunque Matías les explicó que el
garabato azul era su amigo, su papá pintó la pared con un pincel gordo y dos litros de pintura.
Matías no quiso volver a dibuja. Todo le recordaba al garabato azul.

Pero cuando cumplió seis años su abuela le regaló una caja con cuarenta y ocho marcadores y
Matías volvió a dibujar. Hacia unos dibujos preciosos que ya no tenía que explicar porque todos lo
entendían.

Una noche oyó un ruido en la pared. Se quedó en silencio, pero como no volvió a escuchar nada,
apago la luz. Entonces sintió otro ruido. Prendió la luz asustado, pensando que podría ser un ratón
o un fantasma.

-:Chist, chist, chist...- Se escuchaba.

Matías se acercó en punta de pies y apoyo la oreja en la pared.


-:Chist, Matías soy yo- le dijo una voz finita a salir de la pared-.

El garabato azul.

-: ¿Podrías ayudarme a salir de la pared?

- Pero… ¿có...có…mo…mo?_ Tartamudeó Matías. 

-¡Ah! No sé – le contestó la voz finita.

Matías pensó y pensó. Apoyó un papel sobre la pared y suavemente, para no lastimarlo, pasó el

marcador azul por el lugar en el que, unos años antes, había dibujado un garabato.
Cuando Matías le dibujó la boca, el garabato suspiró: -¡Al fin! Estaba tan apretado allí adentro. Y
tenía calor… 

Matías estaba sorprendido. Allí en la hoja, estaba el mismo garabato azul que él había dibujado en
la pared y que su papá había tapado con pintura.  –Gracias- le dijo el garabato, que era muy
educado. - De nada –respondió Matías-. ¿Qué hacías en la pared? – Estaba esperándote para jugar

http://slidepdf.com/reader/full/cuentoel-garabato-azul 1/3
5/11/2018 (Cuento)ElGarabato Azul-slidepdf.com

 – dijo el garabato sacudiéndose una pelusa que tenía en la cabeza.  –Yo no sabía- Se disculpó
Matías-. Creía que te habías… 

-Los dibujos desaparecemos –lo interrumpió el garabato-. Pero yo estaba atrapado en la pared y


no podía salir. Ahora ¡a jugar!

Esa noche Matías dibujó hamacas que le hacían cosquillas a las nubes, montañas con muñecos de
nieve, castillos con ogros y princesas. Le pintó al garabato un sombrero amarillo, unos zapatos
verdes y unos guantes rojos, y juntos jugaron hasta que se quedaron dormidos.

Cuando la mamá fue a despertarlo, encontró la habitación llena de dibujos. -¿E esta mancha azul
en la almohada?- pregunto la mamá. –No te preocupes, mami. Es una mancha que sale- respondió
Matías y abrazo la almohada en la que dormía su garabato azul.

http://slidepdf.com/reader/full/cuentoel-garabato-azul 2/3
5/11/2018 (Cuento)ElGarabato Azul-slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/cuentoel-garabato-azul 3/3

También podría gustarte