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En los últimos años, las infraestructuras han sufrido una fuerte presión de los usuarios. Si
anteriormente las rutas asfaltadas y demás infraestructuras generaban por si mismas el
dinamismo económico en las zonas adyacentes, actualmente el crecimiento económico, la
demanda de los actores y las necesidades productivas terciarias parecen imponerse a las
rutas, donde las actividades productivas ya no esperan. En este escenario caracterizado por
una constante aceleración de procesos económicos y sociales, la ruta sigue siendo necesaria
para las diferentes zonas, pero su relevancia social y económica es aún mayor porque su
objetivo ya no es generar dinamismo productivo, sino acompañar y sostener el crecimiento
y sobre todo posibilitar la expansión del comercio y los servicios.
En norte los ejes que vinculan las zonas agrícolas a las exportación parecen sólidos,
principalmente el existente entre Canindeyú y los puertos sobre río Paraguay, donde Villa
del Rosario esta llamada a jugar un nuevo rol. Por su parte, el sector ganadero parece
precisar de mejores infraestructuras, debido principalmente a que las nuevas zonas de
producción se sitúan en regiones tradicionalmente aisladas. Este es el caso del Norte de
Concepción y casi todo el departamento de Ñeembucú presentan nuevos requerimientos de
infraestructura vial. En el Chaco las necesidades son aún más altas, a lo que se agrega la
urgencia por asegurar una mejor conectividad regional, en una vasta región que inclusive
sin contar con la infraestructura necesaria presenta niveles crecientes de dinamismo
productivo.
El crecimiento económico de los últimos cinco años ha impactado de forma visible en los
diferentes segmentos de utilizadores, representando a la vez una señal de alerta y una hoja
de ruta para sostener y acompañar el dinamismo productivo y de consumo que se traduce
por volúmenes crecientes de consumo de energía eléctrica.
El segundo sector de mayor incremento en el consumo durante los últimos cinco años fue el
industrial, con un crecimiento de casi 700.000 MWh y con más de tres mil clientes nuevos.
La zona de mayor crecimiento es sin dudas Asunción y su área metropolitana, dominado.
En resto de las regiones también se registran crecimientos de consumo en el sector
industrial, dos de ellos son el distrito de J. Eulogio Estigarribia en Caaguazú, con una serie
de industria agrícolas: lácteos, harina de trigo, almidón de mandioca, por un lado y por otro
San Ignacio, con industrias asociadas también a la producción primaria: silos de soja, trigo
y arroz.
Los productores de arroz, cultivo en plena emergencia, deben limitar sus inversiones ante la
escasa disponibilidad de electricidad. Por primera vez, la agricultura paraguaya necesita,
además de agua, de energía eléctrica para volverse más competitiva.
La zona de Agua Dulce en el norte del Chaco precisa con extrema urgencia acceder a
servicios de energía eléctrica no solo para responder a la demanda de los sistemas
productivos agropecuarios, sino sobre todo para crear y consolidar el poblamiento en esta
zona. En este caso, la electricidad se convierte en un vector de población, ocupación y
activación del territorio, con un alto valor geoeconómico y estratégico.
Paraguay necesita de infraestructura para seguir creciendo en la próxima década, pero corre
el riesgo de quedarse con infraestructuras obsoletas que limitaran su inserción al mundo.
Energía
Hasta mediados de la década de 2000, las rutas y el acceso a la energía eléctrica generaban
altas expectativas de crecimiento productivo.
PIB
Década
Paraguay necesita de infraestructura para seguir creciendo en la próxima década, pero corre
el riesgo de quedarse con obras obsoletas.
Relevancia de obras
La relevancia de la infraestructura vial está en que se concibe la ruta como una necesidad
imperante para el crecimiento. Así, la no disponibilidad de una ruta, o de un puente, limita e
impide que varias zonas productivas puedan integrarse a los mercados, afectando la
condición de vida de numerosos grupos sociales.
Una de las opciones más eficaces para asegurar un crecimiento económico en los años de
sequía y de esta forma reducir la incertidumbre climática es la implementación del riego.
Sin embargo, la energía eléctrica es justamente el factor limitante más importante para la
mayor tecnificación de la agricultura.