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SEMINARIO TEOLÓGICO HEBRÓN

INFORME

Tarea
Presentada en cumplimiento de la materia
Vida Espiritual I

Eddy Albert Yucra Martínez


Cristian Barbosa Bacauri
Juan Daniel Padilla Espíndola

2019
La Batalla de Cada Hombre

¿Cómo llegamos hasta aquí?

I. Mescla de normas

II. ¿Obediencia o simple excelencia?

III. Solo por ser varón

IV. Escoge la verdadera hombría

Mescla de normas

Para la mayoría de las personas es tan fácil quedar atrapados en el pecado sexual,

como el de resbalarse de un hielo. El hombre muchas veces quiere ser libre y limpio del

pecado sexual, pero de una u otra manera, llega a caer. Los jóvenes piensan que dentro

del matrimonio ellos quedarán libres de los deseos pecaminosos (fornicación, lascivia,

pornografía, adulterio). Pero Ron un joven pastor afirma que estando casado no está libre

de los deseos sexuales. Difícilmente, el matrimonio no satisface los deseos sexuales, pero

aun así Dios espera pureza.

Andy llega a decir que el impulso sexual de un hombre decae durante los treinta y

cuarenta años. El hombre ve que no puede cumplir las normas de Dios, y de esta manera

a su parecer crea una mescla, se puede ver el ejemplo de un presidente Bill Clinton, que

no consideraba el sexo oral como relaciones sexuales. Y él a su parecer no había cometido

adulterio. Jesús dice que todo aquel que mire a una mujer para codiciarla, ya cometió

adulterio en su corazón (Mt. 5:28).

Una de las razones por las cuales mesclamos fácilmente nuestras normas con las

normas divinas, es porque el hombre con rebeldía conociendo bien que la inmoralidad
sexual que está mal, pero sin importarle lo hace de todas maneras. Dios también habla en

su palabra, en todo el antiguo testamento ordenando evitar la impureza sexual.

Nuestros cuerpos no se crearon para la inmoralidad sexual, sino para el Señor,


quien después de crearnos nos llamó a una vida de pureza sexual. Su voluntad es
que todo creyente sea puro sexualmente: en sus pensamientos, en sus palabras y en
sus acciones.1

¿Obediencia o simple excelencia?


La persona creyente se hace la pregunta, ¿Cuál es su meta en la vida, la obediencia

o la excelencia? Sin duda la excelencia no es lo mismo que la obediencia o la perfección.

La excelencia es una norma mezclada, mientras que la obediencia es una


norma fija. Nuestra meta debe ser esforzarnos por la norma que es fija.

Fred era un maestro de la iglesia que daba discipulado y preguntó a sus estudiantes

los cuales estaban de parejas, si era bueno modificar la verdad o herir los sentimientos de

la otra persona. Cinco de las 6 parejas respondieron que era mejor modificar la verdad. Y

el creyente muchas veces de palabras dice hacer lo correcto pero en el momento de

encontrarse en el acto, duda de decir la verdad y hacer lo correcto.

Solo por ser varón

Aparte de quedarnos cortos en el cumplimiento de las normas divinas, encontramos


que hay otra razón para que prevalezca el pecado sexual entre los hombres. Llegamos
hasta allí de forma muy natural, solo por ser hombres.2

Los hombres son rebeldes por naturaleza, se puede apreciar el ejemplo de Adán y

Eva, Adán no fue engañado cuando comió la fruta prohibida sino que él sabiendo que

estaba mal, aun así la comió. George Gilder afirmó que los hombres cometen más del

noventa por ciento de los crímenes más violentos (violaciones, hurtos), y que los

1
Fred Stoeker, la batalla de cada hombre, Editorial unilit: (s/f)
2
Ibíd.
principales causantes son hombres solteros. A causa de la naturaleza pecaminosa el

hombre decide escoger el pecado, solo porque le agrada aquello. El humano varón a causa

de la producción de espermas, por naturaleza desea un alivio sexual casi cada 2 días a 3

días. En el caso de los matrimonios, en su mayoría las mujeres no llegan entender los

deseos sexuales que tiene el hombre. Pero es que Dios los hizo así.

Como hombres una de las principales debilidades y tendencia a pecar, es por los

ojos, porque la desnudez femenina los excita en cualquier manera, como ser: al ver una

foto de una mujer desnuda.

Escoge la verdadera hombría

Te enfrentas a una importante batalla. Decidiste que la esclavitud del pecado


sexual no vale el amor que sientes por el pecado sexual. Tomaste la firme decisión
de eliminar todo indicio de pecado sexual. Pero, ¿cómo? Tu masculinidad se
vislumbra como tu peor enemigo. Te metiste en este 1ío por ser varón; y saldrás de
él comportándote como un hombre.3

El hombre trata de hacer lo correcto, pero al codiciar a una mujer con los ojos,

éste ya estaría tocándola. La única definición de hombría que Dios tiene es: escuchar su

palabra y obedecerla. Y la de un cobarde es: escuchar la palabra, se nos hace muy difícil

decir la manera como dejar lo inmundo aunque si las palabras no están fundamentadas

sobre decidir, nada cambiara hablar no es lo mismo que hacer.

3
ibíd.

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