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AGRADECIMIENTOS
A mis Queridos Padres, Marcela y Roberto, por ser sumamente dedicados y constantes al
educarme durante toda mi vida, por haberme sabido entregar aquel amor y cariño
incondicional que sólo un padre y una madre saben entregar, por haberme dado consejos y
aliento, sobre todo, en los momentos más difíciles de mi vida y, sencillamente, porque en
cada una de mis etapas han sabido apoyar mis proyectos personales, alentándome a
alcanzar mis sueños.
A mi Esposo Alejandro por su inmenso amor, cariño e incondicional apoyo y aliento
durante la realización de la Memoria, ya que ha sabido entender cada uno de los
momentos que no he podido estar a su lado, alentándome a alcanzar siempre este
desafiante proyecto.
A mi queridísima amiga Nenita por entregarme toda su sabiduría durante la realización de
la Memoria, por su confianza, entrega, dedicación y sobre todo por su inmenso cariño y
amistad.
Gracias,
Marcela.
Quiero agradecer, en primer lugar, a aquellas personas que vieron en mí su propio sueño,
y que juntos sembraron amor, confianza, dedicación, constancia y fuerza para que,
finalmente, yo misma forjara los míos: Mis Padres, Javier y Yolanda.
A mis hermanos, Javier y Claudia, por llenar de alegría y cariño cada uno de mis días y
animarme en cada pequeño paso que he dado para alcanzar mis objetivos.
A mi gran amiga Marce, por compartir la alegría de soñar juntas un sueño y hacerlo
realidad; por su inmensa amistad, compañía y compromiso.
A mis grandes amigos de la Universidad, por haber compartido esta linda etapa y juntos
comenzar una nueva.
A mi linda profesora Fonte, por ser una guía en lo profesional y afectivo,
… Y gracias a Dios, por darme la capacidad de soñar y las herramientas para poder
conquistar mis sueños.
Lorena.
A nuestro profesor guía Rogelio Díaz y a nuestra ayudante Gloria Zavala, por su constante
apoyo y orientación durante la realización de nuestro estudio.
A nuestra asesora metodológica Elisabeth Wenk, por su buena disposición, paciencia,
apoyo y guía en cada una de las etapas de nuestro trabajo.
A nuestros queridos amigos, Javiera Duarte, Karin de Pass, Fernanda Ferrer, Paulina
Von Geldern, Paula Ruiz-Tagle, Dolly Von Marees y Cristóbal Weinborn, que de alguna u
otra manera aportaron desinteresadamente para que este proyecto se concretizara.
Y a todos aquellos psicólogos que participaron en la muestra de esta investigación y que
generosamente compartieron sus conocimientos con nosotras.
3
INDICE
4
III. MARCO METODOLÓGICO ........................................................................................... 75
3.1. OBJETIVOS ................................................................................................................ 75
3.1.1. Objetivo General ............................................................................................. 75
3.1.2. Objetivos Específicos...................................................................................... 75
3.2. METODOLOGÍA........................................................................................................... 76
3.2.1. Tipo de Investigación ...................................................................................... 76
3.2.2. Tipo de Diseño ................................................................................................ 77
3.2.3. Definición de Variables ................................................................................... 77
3.2.3.1. Variables en Estudio (como Variables Dependientes) ...................77
3.2.3.2. Variables Ex-Post-Facto (como Variables Independientes) ............78
3.2.4. Hipótesis.......................................................................................................... 80
3.2.4.1. Hipótesis General ......................................................................80
3.2.4.2. Hipótesis Específicas .................................................................80
3.2.5. Definición del Colectivo y Muestra.................................................................. 81
3.2.6. Instrumento ..................................................................................................... 82
3.2.7. Procedimiento ................................................................................................. 83
5
4.1.12. Sugerencias para una Aplicación Exitosa del Proceso de Selección por
Competencias……………………………………………………………………………132
4.2. SEGUNDO NIVEL DE ANÁLISIS .................................................................................. 137
4.2.1. Asociación entre Años de Experiencia en Selección de Personas por
Competencias y Evaluación del Proceso de Selección…………………………..137
4.2.2. Asociación entre los Factores que Contribuyen (o no) al Éxito reportados por
la muestra y la Evaluación del Proceso de Selección ............................................ 138
4.2.3. Asociación entre el Modelo Utilizado en la Aplicación de la Selección por
Competencias y la Evaluación del Proceso de Selección..................................... 141
4.2.4. Asociación entre el Tipo de Formación y la Evaluación del Proceso de
Selección ................................................................................................................. 142
4.2.5. Asociación entre la Existencia de una Gestión Integrada por Competencias y
la Evaluación del Proceso de Selección................................................................. 143
V. CONCLUSIONES.......................................................................................................... 145
ANEXO............................................................................................................................... 169
6
I. FORMULACION DEL PROBLEMA
1.1. Introducción
En los últimos 15 años se ha vivido lo que podría llamarse una nueva
revolución industrial, la que a diferencia de la anterior, debido a la globalización, el
uso de nuevas tecnologías y el crecimiento demográfico, ha hecho que este
cambio sea rápido y vertiginoso. Esto ha afectado tanto a las organizaciones como
a sus trabajadores.
Las organizaciones han ido experimentando cambios tanto en su interior
como exterior próximo, teniendo que reacomodarse a los avances
multitecnológicos que, en cierto sentido, las han impulsado a efectuar una serie de
transformaciones enfocadas a aumentar tanto sus recursos, como capacidades
para revelar mayor ventaja competitiva respecto a otras dedicadas al mismo rubro.
Por otro lado, las estrategias de negocios están cambiando más rápido que la
capacidad de responder de los trabajadores; la tecnología está cambiando más
rápidamente que la capacidad de los trabajadores para utilizarla; los lugares de
trabajo están cambiando más rápidamente que los trabajadores que trabajan en
ellos. En síntesis, se les ha hecho difícil adaptarse a los cambios que se están
dando tanto en la cultura como en el clima organizacional. (Kehoe, 2000).
7
con un cambio en la concepción de lo qué es y representa el recurso humano, ya
que actualmente se acepta indiscutiblemente que el éxito o fracaso de las
organizaciones, en un mercado globalizado y competitivo, no depende sólo de los
aspectos económicos, tecnológicos o materiales que posean cada una de ellas,
sino que también del actuar de quienes conforman e integran las organizaciones.
(Ammons, 1994 y Sisternas, 1999, en Losada, 1999; Ramírez, 2000).
Por tanto, el contexto organizacional que actualmente se presenta, ha
implicado que las organizaciones realicen múltiples innovaciones que buscan
incorporar y desarrollar nuevas maneras de gestionar los Recursos Humanos
acorde con las nuevas exigencias del mercado. De esta manera, ha surgido desde
la Psicología Organizacional, un nuevo paradigma que subyace al concepto de las
organizaciones actuales; la Gestión por Competencias.
Este modelo de gestión integrada, se ha incorporado principalmente como
una herramienta para mejorar la empleabilidad, polifuncionalidad y calidad de vida
de los trabajadores; la calidad y productividad del trabajo de las personas y por
ende, de la empresa; en conjunto con la incorporación de un lenguaje en común,
que ayuda a unificar criterios para las gestiones que se realicen. Esta forma de
administración de Recursos Humanos por Competencias, tiene como fin el
materializar la idea que las personas son hoy en día la principal fuente de
diferenciación entre las organizaciones. (Mertens, 1996; Le Boterf, 1995).
Asimismo, se puede señalar que este modelo surge como respuesta a la
necesidad de generar competencias competitivas basadas en las capacidades de
aquellos individuos con desempeño sobresaliente que trabajan en cada
organización. (Arancibia y Díaz, 2001).
Es así como bajo este modelo de Gestión por Competencias, las personas
han comenzado necesariamente a incorporar más y nuevas responsabilidades en
sus áreas de trabajo, lo que hace referencia a la polifuncionalidad de los cargos
que ha implicado adquirir una aglomeración de conocimientos y destrezas, que les
han facilitando a los trabajadores mayores posibilidades de poner en juego nuevas
habilidades y, finalmente, adquirir y desarrollar nuevas competencias. De esta
manera, la estructura organizacional está dejando de ser vertical para acercarse
8
cada vez a una estructura más horizontal. (Kehoe, 2000).
9
aplicación del proceso de Selección de Personas por Competencias.
10
Finalmente, el presente estudio ofrece como relevancia metodológica el
utilizar un marco interpretativo para el análisis de los datos tanto cualitativo como
cuantitativo, que se inicia en la recolección de los datos a través de la aplicación
de una entrevista semiestructurada, concluyendo en la asociación de variables
mediante la aplicación de una prueba estadística no paramétrica.
11
II. MARCO TEORICO
12
Selección; plantea como objetivo el escoger y catalogar los candidatos más
adecuados según los requerimientos de la organización. (Chiavenato, 2002).
13
las características psicológicas como físicas necesarias para que el candidato
pueda desempeñarse satisfactoriamente en el cargo vacante. Luego, el equipo
encargado del proceso de selección se encuentra capacitado para realizar sin
dificultades su trabajo y por consiguiente, establecer aquellas técnicas de
selección afines al cargo en cuestión. (Chiavenato, 2002).
De esta manera, la selección debe entenderse como un proceso de real
comparación entre las dos variables siguientes: los requisitos del cargo, es decir,
exigencias que debe cumplir el ocupante del cargo; y el perfil o conjunto de
características de los candidatos, que se presentan posteriormente a su
reclutamiento. La primera variable se desprende de la descripción y el análisis que
se haga del cargo, mientras que la segunda es suministrada por medio de técnicas
de selección. (Op. Cit, 2002).
Así, cuando el análisis y descripción del cargo son mayores al perfil del
candidato, éste no reúne las condiciones ideales para ocuparlo y en consecuencia,
es rechazado para ese cargo. Cuando la descripción del cargo es menor a las
características del candidato, el candidato presenta más condiciones que las
exigidas por el cargo y en consecuencia, está sobredimensionado para el cargo al
que postula. Cuando la descripción del cargo y el perfil que presenta el candidato
coinciden, éste posee las condiciones idóneas para ocuparlo y, por tanto, es
aceptado. Sin embargo, esta comparación no se centra en un punto de plena
igualdad entre las dos variables, sino que existen grados de oscilación aceptables
al punto esperado, que equivale a los límites de tolerancia permitidos en los
procesos de control de calidad. Esta comparación exige, en general, que el
análisis y descripción del cargo se constituyan en una ficha de especificaciones
que permitirá estructurar el proceso de selección con mayor precisión. (Op. Cit,
2002).
Ahora bien, el proceso de selección es una función de asesoría y una
responsabilidad de línea. Es decir, el proceso de comparación es una función de la
unidad de RRHH ejecutada por aquellos individuos especialistas encargados de la
selección de personas y, que mediante un proceso científico y definido
estadísticamente, comparan los diferentes candidatos al cargo con el fin de
14
verificar quién posee las características adecuadas y quién no. Cuando se trata de
elegir entre varios candidatos posibles, surge la necesidad de escoger a uno de
ellos. Esta decisión es la que está en manos del cliente solicitante de la selección
(jefes o gerentes), quienes tienen la facultad de aceptar o rechazar aquellas
personas recomendadas por el equipo de selección. (Op. Cit, 2002).
Respecto a esto último, es frecuente que las organizaciones se enfrenten al
problema de decidir entre varios candidatos. Esta decisión tiene relación tanto con
la cantidad de candidatos como de cargos a cubrir. En este sentido, Chiavenato
(2002), señala que la selección de personas implica tres modalidades:
a. Modelo de Admisión Forzosa: cuando hay sólo un candidato para
una sola vacante que debe ser cubierta por él, sin que haya la
posibilidad de rechazarlo.
b. Modelo de Selección: cuando se presentan varios candidatos para
cubrir una vacante, y éstos se comparan a su vez con los requisitos
que el cargo exige, por lo tanto, puede que ocurran tanto
aprobaciones como rechazos. Si el candidato es aprobado, deberá
ser admitido; si es rechazado, deberá separarse del proceso de
selección, debido a que existen otros candidatos para el cargo y sólo
uno puede cubrirlo.
c. Modelo de Clasificación: cuando hay varios candidatos para cada
vacante y varias vacantes para cada candidato, para ello, cada
candidato se compara con los requisitos que el cargo demanda para
ocupar el cargo vacante. Ahora bien, el candidato puede ser
rechazado o aceptado para el cargo. Si es aceptado, se admite; si
es rechazado, el individuo pasa de inmediato a ser comparado con
los requisitos de los cargos restantes, hasta que se agoten los
cargos vacantes y las alternativas que quedan. De ahí entonces la
nominación de clasificación. Este modelo se basa en un concepto
amplio del candidato, ya que la organización lo considera como un
candidato que podrá ser ubicado en el cargo más adecuado.
Además es el método más amplio y eficaz, ya que aprovecha de
15
mejor manera los candidatos disponibles, permite mayor eficiencia al
incluir a la totalidad de cargos disponibles y proporciona una
reducción en los costos de operaciones al evitar la repetición de
comparación en el proceso.
16
c. Pruebas Psicométricas: constituyen una medida estandarizada y
objetiva del comportamiento de la persona en relación a sus
aptitudes. Estas pruebas cuentan con características de
predictibilidad y validez.
d. Pruebas de Personalidad: pueden ser proyectivas (del árbol,
Rorscharch, TAT, Szondi, etc.), expresivas (Psicodiagnóstico) o
inventarios de motivación, de frustración o de intereses.
e. Técnicas de Simulación o Role Playing: son en esencia técnicas
de dinámica de grupo. Mediante la representación de papeles, la
persona se muestra como en una situación cotidiana, lo que permite
analizar y diagnosticar su comportamiento.
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Ahora bien, las alternativas a seguir en cuanto a las fases son variadas, y
van acordes con la complejidad del perfil que solicita el cargo vacante. Además,
cada organización determina los procedimientos y procesos de selección más
adecuados que aseguren los mejores resultados. De esta manera, pueden darse
procesos de selección que contemplan desde una sola etapa hasta cuatro o más
durante todo el proceso. (Chiavenato, 2001, 2002). Así, el proceso de selección y
las técnicas a utilizar, deben modificarse de acuerdo a los valores sociales, las
normas culturales, las diferencias legales y económicas predominantes,
constituyéndose en un proceso adaptable, ágil y flexible. (Chiavenato, 2002;
Robbins, 2004).
A pesar que la selección de personas está lejos de ser un proceso
universalmente estandarizado, hay que destacar que un mal proceso de selección
lleva a que el desempeño del candidato elegido no sea satisfactorio para la
organización y se requiera capacitarlo para mejorar sus habilidades o, en el peor
de los casos, dar por finiquitadas sus funciones teniendo que encontrar un
reemplazo. De la misma manera, un mal proceso de selección llevará a que los
candidatos se sientan tensos, angustiados y poco a gusto en sus cargos,
aumentando así la insatisfacción de éstos en el trabajo. (Robbins, 2004). Al
contrario, un buen proceso de selección, a pesar de su costo operacional, ofrece
resultados importantes tanto para la organización como para las personas, entre
las que se pueden mencionar: (Chiavenato, 2002, pág. 133)
Para la organización:
a. Adecuación de las personas al cargo y satisfacción en el trabajo.
b. Rapidez en el ajuste y la integración del nuevo empleado en las
nuevas funciones.
c. Mejoramiento gradual del potencial humano mediante la elección
sistemática de los mejores talentos.
d. Estabilidad y permanencia de las personas, y reducción de la
rotación.
e. Mayor rendimiento y productividad, al aumentar la capacidad de las
personas.
18
f. Mejoramiento de las relaciones humanas, por elevación de la moral.
g. Menores inversiones y esfuerzos en entrenamiento, gracias a la
mayor facilidad para aprender las tareas del cargo, y a las nuevas
actividades generadas por la innovación.
19
2.2. Modelo de Gestión de Recursos Humanos (RRHH) por
Competencias
En la actualidad, las organizaciones se han visto afectadas por importantes
cambios en el mercado laboral, que han implicado la generación de nuevas
prácticas y formas de organización al interior de las empresas. Este contexto se
caracteriza por ser muy dinámico, exigente y competitivo, y requiere como
elemento clave para sobrevivir en él, el aporte de las personas para cumplir con
los objetivos de desarrollo y crecimiento que las organizaciones se plantean.
Respecto a esto, se puede observar cómo la temática de RRHH se ha ido
posicionando en las empresas como un elemento clave para facilitar el aporte que
las personas pueden hacer a las organizaciones que pertenecen, ya que, “la
necesidad de diferenciarse y lograr ventajas competitivas ha obligado a mirar a las
personas de las organizaciones como fuente de diferenciación”. (Mertens, 1996 en
Díaz y Arancibia, 2002, pág. 207). Asimismo, se observa que a ellas se les exige
un mayor rendimiento sumado a la necesidad de aumentar sus habilidades, por
medio de procesos de desarrollo, capacitación y aprendizaje permanentes. (Dutra,
s/f en Mertens, 1996). De este modo, se afirma que la organización del futuro se
desarrollará en torno a las personas, dándole menos importancia a los cargos
como elementos esenciales de las empresas, es decir, se comenzará a poner un
mayor interés en las habilidades de las personas. (Mitrani, Dalziel y Suárez de
Puga, 1992).
Es en este escenario donde surge, a nivel mundial, uno de los modelos
conceptuales que comienza a utilizarse para llevar a cabo estas ideas en las
organizaciones; el Modelo de Gestión de RRHH por Competencias (Mertens,
1996; Arancibia y Díaz, 2002).
Este modelo se presenta como un modelo de gestión integrado de RRHH,
ya que esta gestión tiene la capacidad de captar, desarrollar y conservar el talento
a través de la alineación de los subsistemas de RRHH en torno a las capacidades
y resultados esperados para un desempeño superior. Además, parte de la premisa
que a partir de las personas se encuentran ventajas competitivas, siendo las
competencias el concepto articulador de este modelo. (Díaz y Arancibia, 2002).
20
Así, al ser las personas el centro de la organización, se pueden concretizar los
requerimientos de adaptabilidad y flexibilidad que las empresas deben desarrollar
para llegar a ser competitivas. (Le Boterf, 1999). Esto se alcanza gestionando a
las personas en base a la definición de perfiles de cargos por competencias, lo
que permite alinear las diferentes aplicaciones de los subsistemas de RRHH.
(Fundación Chile, s/f).
Al respecto, Mertens (1996) plantea que los modelos de gestión de
competencias han surgido en relación a los cambios productivos ocurridos durante
la década de los 80. En este sentido, de acuerdo a lo que plantea Ducci (1996),
existen tres características de este modelo que le permiten enfrentar esta realidad:
a. Enfatizar la relación entre desarrollo socioeconómico y la capacidad
que tienen las personas para construirlo, basado en cómo las
personas logran altos niveles de rendimiento.
b. Ser un punto de convergencia entre empleo y capacitación, dado que
la certificación de las competencias permite integrar las demandas
del mercado con una oferta educativa y de capacitación en torno a
competencias requeridas.
c. Permitir la flexibilidad necesaria para hacer frente a los actuales
procesos de cambio. La visión de las competencias señala cómo los
individuos pueden enfrentar y manejar el cambio por medio de
permanentes y actualizados aprendizajes en torno a las nuevas
demandas socioeconómicas.
21
a. La gestión por competencia constituye una fuente de ventaja
competitiva para enfrentar las exigencias en cuanto a calidad,
productividad, complejidad e innovación. En este sentido, Le Boterf
señala que existen tres tipos de capital en la empresa: el financiero,
el tecnológico y el capital de competencias y conocimientos; y que
cada vez más el diferencial de competitividad entre las empresas
depende de la buena gestión de este último.
b. Para enfrentar la inestabilidad en el mercado de trabajo y los
diferentes contextos, las empresas requieren desarrollar su
capacidad de adaptación y flexibilidad. Ello se ve reflejado también
en la evolución permanente del contexto de trabajo de los empleados
y en la capacidad de éstos para crear nuevas competencias que les
permitan ajustarse a estos constantes cambios.
c. Las empresas entran en la economía de la información y del
conocimiento. Saber hacer, seleccionar, compartir y utilizar la
información se vuelven factores críticos de competitividad. Lo
anterior exige el desarrollo no sólo de las competencias individuales,
sino también, de las competencias colectivas de las empresas.
d. Los intereses propios de los trabajadores: cada vez cobra más
importancia la necesidad de los trabajadores de tener la capacidad
de saber describir sus competencias, con el fin de poder defenderse
en el mercado del trabajo, es decir, la necesidad de ser capaces de
autogestionar su propio desarrollo.
22
trabajo, facilitaría que los empleados sepan qué es lo que la organización espera
de ellos, contribuyendo de mejor manera a las metas empresariales. De la misma
forma, al dar énfasis a las competencias que el trabajador ha adquirido a través de
su experiencia laboral, aumenta su empleabilidad, ya que el enfoque se apoya
sobre sus capacidades demostradas y no por los diplomas que éste presente.
(OIT, 2000). Finalmente, al desglosar el perfil de un individuo en características y
habilidades determinadas, contribuye a que los planes de desarrollo se relacionen
mejor con aquellas áreas donde efectivamente se necesita el desarrollo. (Wood y
Paine, 1998).
En conclusión, el enfoque de competencias surge como respuesta a la
necesidad de generar competencias competitivas fundadas en las capacidades de
las personas altamente eficaces que trabajan en cada organización (Mertens,
1996), reconociendo la importancia que se le otorga al comportamiento de los
trabajadores y su capacidad de adaptación ante las diversas situaciones, respecto
al éxito que puedan lograr en el mercado. (Mitrani, Dalziel, Suárez de Puga, 1997).
23
direccional. (Op. Cit., 1972).
Posteriormente, McClelland relaciona el concepto de motivo con la
necesidad de logro, señalando que la evitación de la necesidad de logro se
denomina temor al fracaso; mientras que la aproximación a ésta, involucra
reaccionar ante un estímulo entendiéndolo como una situación competitiva, con
cierta anticipación al éxito y el consiguiente afecto positivo, además de una
participación activa en la situación. A ésta le llamó motivación de logro. (Op. Cit.,
1972).
Dentro de este tema, el autor ha mostrado interés en conocer la relación
entre la motivación de logro y el crecimiento económico. En este sentido,
McClelland señala que el desarrollo de las sociedades y el éxito económico de
éstas depende de las personas que las componen, sus motivaciones y logro. Así,
aquellas personas que tienen una alta motivación de logro presentan,
generalmente, mayor conducta exploratoria, iniciativa e investigan continuamente
el modo de resolver tareas. (Op. Cit., 1972). Dicha relación, sienta las bases para
el desarrollo del concepto de competencias.
Posteriormente, el mismo autor desarrolla el término “Competencia”, en
1973, cuando publica sus investigaciones “Testing for Competence Rather Than
1
Intelligence” que marcan un hito en el estudio sobre competencias, pues si bien
ya se hablaba de este concepto a fines de los sesenta y principios de los setenta,
plantea que la inteligencia y específicamente, las mediciones de coeficiente
intelectual, no se correlacionaban ni permitían predecir el éxito laboral de las
personas. Simultáneamente, se publicaron varios estudios (en McClelland, 1998),
que señalaban que las pruebas de aptitud académica y de conocimientos, así
como también los títulos y grados académicos, no servían para predecir el éxito en
el ámbito laboral. A este planteamiento, se oponían autores como Barret y Depinet
(1991 en McClelland, 1998) y Levy-Leboyer (1997 en Díaz y Arancibia, 2001),
quienes señalan que si bien la relación entre inteligencia y desempeño laboral no
es directa, existe una relación entre ellas en ciertas situaciones específicas.
1
“Testing for Competence Rather Than Intelligence”: Examinando por Competencias más que por
Inteligencias.
24
Estos descubrimientos llevaron a McClelland a preguntarse ¿si los métodos
tradicionales para medir aptitud no predicen el desempeño laboral, entonces qué
lo hace?
Para responder dicho cuestionamiento, McClelland trabajó en torno a la
siguiente metodología:
9 Solicitó una muestra criterio en base al desempeño superior de
algunos trabajadores en contraste con el desempeño promedio o
más bajo de otros. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992; Spencer
y Spencer, 1993).
9 Desarrolló y utilizó la técnica de la Entrevista de Incidentes Críticos,
combinando el método de incidentes críticos de Flanagan (1954) y el
Test de Apercepción Temática (TAT), con el fin de identificar las
características de las personas que realizan bien un trabajo.
(Spencer y McClelland, 1990; Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga,
1992).
9 Analizó por temas las transcripciones de las Entrevistas de
Incidentes Críticos, con el fin de conocer qué conductas
diferenciaban a una persona considerada exitosa de otra no exitosa.
(Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992).
25
conductas y características de esas personas, a diferencia del análisis tradicional
de los cargos que se centra en los elementos del trabajo y no en las
características de las personas. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992).
Posteriormente, Boyatzis (1982 en Díaz y Arancibia, 2001), desarrolló un
modelo genérico de competencias para ciertos servicios y productos, encontrando
cinco grupos de competencias (Gestión y acción por objetivos, Liderazgo, Gestión
de Recursos Humanos, Dirigir subordinados, Enfocar a otras personas y
Conocimiento específico).
Luego, Spencer y Spencer (1993 en Díaz y Arancibia, 2001), realizaron una
revisión y sistematización de los modelos planteados por McClelland, Boyatzis y el
realizado por la firma McBer y asociados. En su publicación “Competence at Work,
Models for Superior Performance”2 presentan una breve descripción de las
competencias más utilizadas, agrupándolas en conjuntos de acuerdo a diversos
cargos. Además, presentan los resultados de los estudios, una metodología para
desarrollar modelos y variadas aplicaciones del modelo de competencias a la
gestión de recursos humanos.
2
“Competence at Work, Models for Superior Performance”: Competencias en el Trabajo, Modelos
para el Desempeño Superior.
26
A continuación se presentan una serie de definiciones de este concepto
presentes en la literatura, para luego discutir los elementos comunes entre ellas.
Autores Definiciones
27
Hager, Athanasou “Es la especificación de conocimientos y habilidades y la
y Gonczi, aplicación de estos a un estándar de rendimiento
1994 requerido”.
28
en los diversos niveles de aplicación y análisis de las competencias. (Díaz y
Arancibia, 2001).
El hecho que existan diversas definiciones en torno al concepto de
competencia y el carácter impreciso de su uso, también es un aspecto en que los
autores concuerdan (Briscoe y Hall, 1999; Hoffmann, 1999; Levy-Leboyer, 1997;
en Díaz y Arancibia, 2001). Esta situación ha desencadenado que ciertos autores
propongan el término “movimiento de las competencias”, con el fin de circunscribir
la gran variedad de definiciones, objetivos y metodologías a la base. Esto conlleva
falta de precisión en las implicancias del uso de este enfoque, dado que el término
es de carácter polisémico y multidimensional. (Díaz y Arancibia, 2001).
No obstante lo anterior, existe una idea común a las diferentes definiciones
del término competencia, y es que dicho concepto relaciona de manera estrecha la
conducta laboral con desempeños deseados en ciertos contextos, tanto a nivel de
cargo, de la organización o del ámbito industrial a nivel nacional. (Op. Cit., 2001).
Por su parte Hoffman (1999, en Díaz y Arancibia, 2001), dada la
complejidad que tiene el presente concepto y sus múltiples definiciones e
interpretaciones, entregó dos aproximaciones al significado de las competencias.
Una de ellas se basa en los resultados (output), es decir, lo que las personas o las
organizaciones entregan; y el otro en los insumos (input), es decir, en los recursos
que presentan las personas u organizaciones. Además, como se señala en la
Tabla 2, cada una de estas aproximaciones puede ser observada desde la
organización o el individuo, mostrando dos tipos de enfoque:
a. Competencias corporativas basadas en los resultados: busca
determinar las competencias de la organización que le permitirán
lograr un desempeño superior. Las preguntas a contestar refieren a
las acciones realizadas para desarrollar la estrategia corporativa y al
nivel de los resultados obtenidos. Esto es lo que se ha denominado
“mejores prácticas”. El foco en este primer enfoque son los atributos
subyacentes de las personas. Por ello, la parte más importante del
modelo son las personas, en el sentido de determinar qué
conocimientos, destrezas, actitudes y otras habilidades necesita un
29
individuo para lograr un resultado esperado, para lo que se busca
conocer quiénes son las personas de mejor desempeño y qué
atributos los hacen mejores que otros.
b. Competencias corporativas basadas en los insumos: busca
determinar las características subyacentes de la organización que la
hacen ser superior a sus competidores. Las preguntas básicas son
¿Qué atributos distintivos tenemos? y ¿Cómo se mantienen y
soportan estos atributos?
Realizar esta clasificación ayudará a elegir un enfoque
basándose en el contexto y las necesidades del usuario. Por
ejemplo, en trabajos complejos puede ser mejor usar el enfoque
basado en los insumos, mientras que en trabajos más simples será
mejor utilizar el enfoque de resultados. (Arancibia y Díaz, 2001, pág.
209-210).
30
Desde la Psicología, las aptitudes han sido definidas como la capacidad o
potencial que posee una persona para tener éxito en una tarea, profesión, trabajo,
o alguna materia específica. (Dorsch, 1977). Para su evaluación, se han
desarrollado ciertas técnicas que reducen al mínimo los aspectos relacionados con
la experiencia, el aprendizaje y las condiciones culturales que puedan influirla. El
concepto de aptitud ha sido relacionado con el término de capacidad intelectual,
por lo que su medición ha estado relacionada con la medición del coeficiente
intelectual.
Por otro lado, un rasgo de personalidad ha sido definido como una
característica particular que incluye aspectos de temperamento, adaptación,
habilidad, motivación y valores. (Dorsch, 1977). De esta forma, son características
que van diferenciando a una persona de otra y que refieren más bien a formas de
comportarse.
Ambos conceptos han constituido parte importante de las nociones que los
psicólogos han utilizado con la finalidad de explicar y aclarar las diferencias entre
los seres humanos en términos de desempeño y comportamiento en el trabajo, y
se constata que claramente existiría una relación entre éstos y el concepto de
competencia. Sin embargo, esta relación es más factible de establecer cuando las
tareas resultan ser trabajos manuales o administrativos, ya que cuando la
complejidad de las responsabilidades y misiones incrementa, esta relación es
difícil de establecer. (Levy-Leboyer, 1997).
Por lo anterior, se puede señalar que existe una clara distinción entre
rasgos de personalidad, aptitudes y competencias. “Los primeros permiten
caracterizar a los individuos y explicar la variación de sus comportamientos en la
ejecución de tareas específicas; las segundas afectan a la puesta en práctica
integrada de aptitudes, rasgos de personalidad y también conocimientos
adquiridos para cumplir una misión compleja en el marco de una empresa
concreta, con estrategias definidas y con una cultura particular”. (Op. Cit., 1997).
De la misma manera, es posible establecer la diferenciación entre las
competencias y algunos recursos a los cuales éstas hacen mención, como son los
conocimientos y las habilidades que posee un individuo.
31
En este sentido, se puede argumentar que las competencias se diferencian
de los conocimientos aplicables a alguna tarea en particular, ya que éstos implican
una experiencia y dominio, y porque sirven de representaciones operativas.
También se diferencian de las habilidades, ya que éstas se encuentran más
unidas a experiencias de formación y caracterizan más frecuentemente procesos
psicomotores. (Op. Cit., 1997).
Se puede agregar que las competencias también son diferentes de las
llamadas conductas inteligentes, las que van ejecutándose en el transcurso del
tiempo sin ninguna conexión entre éstas. Por el contrario, las competencias
“constituyen saberes articulados, integrados entre ellos y de alguna manera
automatizados, en la medida en que la persona competente moviliza este saber en
el momento oportuno, sin tener necesidad de consultar reglas básicas, ni de
preguntarse sobre las indicaciones de tal o cuál conducta”. (Op. Cit., 1997, pág.
40).
Todas las características descritas de las competencias hacen, en
definitiva, que sea difícil describirlas, ya que la representación mental que guía al
individuo en su trabajo o quehacer, y que sirve en síntesis para integrar sus
aptitudes y conocimientos distintos, es tácita. Por esta razón, para facilitarle a la
persona el exponer o explicar sus conductas, se necesita de la intervención de un
tercero que le vaya preguntando y guiando para que éste de a entender el por qué
de su conducta en determinado momento. Sin embargo, es importante dejar claro
que pese a lo anterior, el individuo que realiza tales conductas competentes
debiera ser capaz de comprender cuáles son las razones o motivos que lo llevan
al fracaso o éxito en el trabajo. Según Le Boterf (1995), lo anteriormente expuesto
es relevante durante el proceso de evaluación de competencias, ya que la toma de
conciencia de la persona respecto de la interpretación que realiza del por qué
actúa de determinada forma, ante qué circunstancias y por qué obtiene los
resultados que alcanza, es esencial para el proceso de desarrollo de sus propias
competencias.
En consecuencia, es de suma importancia destacar que el concepto de
competencia, a diferencia de otros conceptos utilizados para explicar el
32
desempeño o actuar diario de las personas en sus lugares de trabajo, es un
concepto que integra variadas características de la persona en un nivel de
abstracción mucho mayor, que implica cómo un sujeto conjuga sus habilidades,
imagen de sí mismo, conocimientos, motivaciones y características de
personalidad, entre otros, circunscribiéndose en contextos de trabajos definidos
por el perfil de su cargo. (Kehoe, 2000).
33
Siguiendo con esta propuesta, se dio origen al concepto de competencias y,
con ello, diversos significados, formas de entenderlo, de desarrollarlo, identificarlo,
etc. No obstante esta variedad, el significado de competencias que subyace a este
modelo es el desempeño efectivo en un determinado cargo, en otras palabras,
alcanzar resultados específicos con conductas específicas, en un contexto
específico. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992).
De acuerdo a esto, el modelo conductual analiza las competencias a partir
de las personas con desempeños superiores, es decir, aquellas que hacen bien su
trabajo de acuerdo a lo esperado, definiendo el cargo con relación a las
características que estas personas presentan. En este sentido, Boyatzis (1982)
propuso que las competencias se entienden como “las características de fondo de
un individuo que guarda una relación causal con el desempeño efectivo o superior
en el puesto”. (en Mertens, 1996, pág. 69).
Dentro del mismo modelo, autores como Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga,
(1992, pág. 25) señalan que las competencias pueden “consistir en motivos,
rasgos de carácter, conceptos de uno mismo, actitudes o valores, contenido de
conocimientos, o capacidades cognoscitivas o de conducta: cualquier
característica individual que se pueda medir de un modo fiable, y que se pueda
demostrar que diferencia de una manera significativa entre los trabajadores que
mantienen un desempeño excelente de los adecuados o entre los trabajadores
eficaces o ineficaces”. Por otro lado, “aquellas características necesarias para
realizar el trabajo, pero que no conducen a un desempeño superior, fueron
denominadas competencias mínimas”. (Mertens, 1996, pág.70).
Por su parte, Spencer y Spencer (1993) desarrollaron una metodología de
trabajo basada en este modelo, desarrollando un diccionario de ellas y realizando
un compendio de lo que son las competencias. Identificaron cinco tipos de
características personales que subyacerían al desempeño efectuado en el trabajo,
las que son: habilidades, conocimientos, autoconcepto, rasgos y motivaciones.
Lo anterior puede entenderse según el Modelo del Iceberg, desarrollado por
los mismos autores, que plantea que el término competencia conjuga seis
dimensiones básicas; destrezas o habilidades, conocimientos, autoconcepto,
34
rasgos y motivos. Estas competencias pueden ser de superficie y centrales, y se
encuentran en diferentes niveles de desarrollo en los candidatos. (Ver Diagrama
1).
Visible Destrezas
Conocimientos
Autoconcepto
Oculto
Rasgos
Motivos
35
Por su parte, dentro de las competencias centrales u ocultas se encuentran:
(Op. Cit., 1993).
9 Autoconcepto: indica la forma en que un candidato se ve a sí mismo,
o bien el concepto interno de identidad y valor.
9 Rasgos: son aquellas pautas conductuales o aspectos típicos del
comportamiento de un candidato, ya sean cognitivas o de
interrelación.
9 Motivos: son aquellos intereses y preferencias naturales, las que se
reflejan en los pensamientos constantes en relación a logro, afiliación
y poder, que direccionan el comportamiento del candidato.
36
competencia se manifiesta en un trabajo específico. Por lo mismo, al desarrollar
un modelo de competencias, la metodología a utilizar (entrevistas, focus group, rol
playing, simulaciones, entre otros) debe centrarse en conductas especificas que
puedan ser entrenadas o desarrolladas mediante técnicas como el coaching, de
manera que el modelo esté basado en conductas concretas que facilite su
validación.
Para buscar las competencias relacionadas con un desempeño laboral
superior, existe un Modelo de Flujo Causal (Ver Diagrama 2), que indica que los
motivos, rasgos y autoconcepto predicen habilidades conductuales, las que a su
vez predicen el resultado en el cargo. Dicho modelo plantea que las competencias
incluyen una intención, acción y resultado. Por ejemplo, la motivación de logro
predice fijación de metas, conductas emprendedoras, etc., lo que en las
organizaciones lleva a una mejora en la productividad, calidad, etc. (Spencer y
McClelland, 1990).
Para Spencer y Spencer (1993) la intención de una competencia puede ser
el rasgo o motivo que origina la acción orientada a un resultado, por esto, aquella
conducta sin intención no sería en si misma una competencia.
Este Modelo de Flujo Causal es de utilidad para disminuir el riesgo existente
en la contratación de personas, por ejemplo, el riesgo de contratar a una persona
con baja motivación de logro implica un menor desarrollo en el desempeño, menos
ideas para nuevos servicios o productos y menos conductas emprendedoras.
(Spencer y McClelland, 1990).
37
Diagrama 2
Rendimiento en
Características Conducta el Cargo
Motivo Habilidad
DESEMPEÑO
Rasgo Conocimiento SOBRESALIENTE
Respecto a las ventajas que presenta este modelo, se puede señalar que:
(Spencer y Spencer 1993).
9 Al orientar el trabajo en base a competencias a partir de los niveles
más altos de desempeño, promueve mejoras en la productividad y
en las ventajas competitivas de las organizaciones.
9 Al definir conductas específicas, se facilita el entrenamiento y
desarrollo de éstas en particular.
Por otro lado, con relación a las críticas que se le han formulado al modelo
conductual, se pueden señalar las siguientes: (Mertens, 1996)
9 La definición de competencia, al ser tan amplia, puede cubrir
cualquier aspecto, sin ir a lo medular respecto a personalidades,
motivaciones, roles, conocimientos y habilidades.
9 No existe una clara definición entre competencias mínimas y
efectivas.
9 Los modelos, al estar relacionados con el éxito en el pasado, son
menos apropiados para organizaciones en constante cambio.
9 Al definir tan específicamente las conductas, se puede limitar el
desarrollo de la competencia a un comportamiento muy restringido,
38
no potenciando el desarrollo de cómo actuar en condiciones
diferentes.
3
National Vocational Qualification (NVQ): Sistema Nacional de Competencias Laborales
39
cada función es el entorno de otra. (Mertens, 1996).
De acuerdo al valor explicativo de este modelo, éste depende de cómo sea
la especificación de la relación entre el objetivo y la posible solución al mismo.
Aplicado a las competencias, se debe analizar las diferentes relaciones existentes
en las empresas entre resultados y habilidades, aptitudes y conocimientos de los
trabajadores, y compararlas entre ellas. Esta relación, constituye el principio de la
selección de aquellos datos relevantes. En este sentido, se buscan aquellos
conocimientos y habilidades significativos para la solución del problema, más allá
de lo que ya está resuelto. Ejemplo de lo anterior, se evidencia en la aplicación de
este sistema en el NVQ. Éste tiene su punto de partida en la identificación de los
objetivos centrales de la empresa y del área de ocupación, luego se trata de
responder a la pregunta ¿qué es necesario que ocurra para que se logre dicho
objetivo? La respuesta a esta pregunta identifica la función, es decir, la relación
entre un problema y una solución. La aproximación sistemática asegura que los
principales objetivos de la organización no se pierdan de vista. (NCVQ, 1991 en
Novik y Gallart, 1997). Esto se relaciona con que la propuesta del NVQ radica en
que describe productos, no procesos; es decir, le importan los resultados, no el
cómo se alcanza el objetivo. (Transcend 1995 en Mertens, 1996).
Este análisis desglosa de manera sucesiva la función principal en funciones
claves, logrando obtener un esquema de las funciones de la organización que, de
manera interrelacionadas, logran cumplir con el objetivo principal. (CINTERFOR,
2000). El análisis funcional se manifiesta en un “mapa funcional” que, al
desglosarse en las funciones productivas, se asemeja a un árbol. Éste y sus
ramas representan la descripción de las tareas, operaciones y funciones
necesarias para alcanzar el objetivo central. Así, constituye una herramienta para
establecer la relación entre los objetivos y las funciones, los que deben ser
coherentes en la elaboración y en el análisis, evitando la repetición de funciones.
El análisis cuenta con varias lecturas que corresponden al “cómo” se puede
alcanzar cierta función clave a través de las funciones básicas, y al “para qué” una
función sigue a otra. Este análisis tiene la capacidad de entregar las bases para
normalizar las competencias, así como para elaborar los fundamentos de los
40
planes de formación, que darán cuenta de las competencias necesarias para la
ocupación. (Op. Cit., 2000).
No obstante lo anterior, para conocer las competencias laborales por medio
de este modelo, no existen metodologías o procedimientos absolutamente
correctos. Sin embargo, lo central es que mientras más variados sean los métodos
para acercarse a las habilidades y conocimientos necesarios, más valor de
conocimiento de la función tendrán los resultados del análisis de ésta. (Mertens,
1996).
41
oportunidades de aprendizaje continuo de las personas, su reconocimiento y
valorización.
Los ámbitos a los que se dirige este proyecto, incluye a los sectores de la
construcción, turismo y minería, sectores de gran importancia en términos de
empleo y necesidad de fuerza laboral flexible y competente para alcanzar sus
metas empresariales. (Fundación Chile, 2001).
De acuerdo a los objetivos de este proyecto, los trabajadores actuales y
futuros, contarán con un sistema para certificar las habilidades y conocimientos
desarrollados durante su experiencia laboral, tanto en los mismos sectores
productivos como en otros, y dispondrán además de sus funciones para planificar
posibles caminos de trayectoria profesional. (Op. Cit., 2001).
De acuerdo a lo anterior, las instituciones del sector público que avalan el
presente proyecto corresponden al Ministerio de Educación, Ministerio del Trabajo,
Servicio Nacional de Capacitación y Empleo SENCE. Por su parte, las empresas
del sector privado, participan a través de la Confederación de la Producción y el
Comercio de Chile, el Consejo Minero, la Cámara Chilena de la Construcción, la
Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Chile. (Op. Cit., 2001).
42
que se capacitan puedan realizar transformaciones en su quehacer laboral. Se
trata de enseñar a abordarlo de tal manera, que los trabajadores puedan aprender
de éste, siendo permanentemente conscientes de lo que hacen. Lo anterior les
permite darse cuenta de sus capacidades, y también las innovaciones que son
necesarias para realizar el trabajo, por simples que estas parezcan. Esta forma de
visualizarlo lleva a plantearse estrategias que faciliten la elaboración del
conocimiento en la persona para que, a su vez, se facilite la inclusión de ésta en la
realidad en que interactúa. (Op. Cit., 1995 en 1996).
Este enfoque construye la competencia no sólo a partir de la función que
tiene su origen en el mercado, sino que le otorga la misma importancia a la
persona, a sus posibilidades y objetivos, ya que plantea que si se confía en las
personas, si se cree en ellas y si se les ofrece la posibilidad de aprender por sí
mismas, pueden desarrollarse rápidamente. En este sentido, las condiciones que
promueven y demandan que la persona ponga en juego sus recursos, deben ser
tales, que el propio contexto facilite esta movilización y le de más sentido. (Op.
Cit., 1995 en 1996).
La metodología constructivista incluye a aquellas personas de menor nivel
educativo, siguiendo los siguientes principios: (Op. Cit., 1995 en 1996).
9 La inserción de éstas sólo puede realizarse si sus experiencias y
dificultades pueden ser escuchadas.
9 Para que la capacitación resulte efectiva, los sujetos deben participar
en la definición de los contenidos, en la construcción y análisis del
problema.
9 La capacitación individual sólo tiene sentido si se realiza
colectivamente, para satisfacer las solicitudes y necesidades a nivel
individual, se debe capacitar en masa, ya que el entorno influye
sobre la capacitación y viceversa.
9 La identificación de competencias y de los objetivos del trabajo
comienza por identificar y posteriormente, analizar las disfunciones
propias de cada organización. Es decir, la construcción de la
competencia no puede aislarse del entorno del trabajo y de las
43
relaciones interpersonales al interior de la organización.
9 La definición y capacitación de las competencias debe hacerse de un
modo participativo generando un ambiente de motivación,
fundamental para el aprendizaje.
44
competencia, la que se relaciona con un constante aprendizaje de la persona, una
movilización que siempre es una construcción.
Si bien Le Boterf (1995) mantiene el énfasis en la adecuación entre persona
y cargo, incorpora una taxonomía con respecto a las competencias, haciendo
alusión a que éstas son el resultado de la integración de diversos aspectos. Estos
son:
9 Saber actuar: asociado a los conocimientos, la formación, la
experiencia y las situaciones de aprendizaje en general.
9 Poder actuar: involucra desde la organización del trabajo y los
medios que entrega la empresa para realizarlo, hasta las habilidades
demostradas y validadas, junto con las proyecciones de desarrollo
futuro.
9 Querer actuar: asociado a la visión compartida que se tiene de la
organización, el sentido atribuido al trabajo, la confianza en sí mismo
y el estilo de reconocimiento.
45
2.2.3.1. Discusión Sobre los Planteamientos de los Modelos Analíticos
A partir de la descripción de los distintos modelos analíticos, se observa una
distinción en cada uno de ellos acerca del concepto Competencia. En el caso de
NCVQ, el producto final se define como norma dura, ya que las competencias se
basan en criterios de resultados directos. Por su parte, en la metodología
conductista el producto final se define como competencias blandas, ya que éstas
son una identificación de atributos o características subyacentes que deben
conducir al desempeño superior. En el caso del modelo constructivista, el producto
final se denomina como competencias contextuales, debido a que se derivan de
las disfunciones de las empresas y el aprendizaje que éstas conllevan. (Mertens,
1996).
Por otra parte, al relacionar el Modelo Funcional con el Conductual, se
observan grandes diferencias. El análisis conductista, por su parte, tiene su origen
en la persona que hace bien su trabajo en relación a los resultados esperados,
definiendo el cargo en términos de las características de esas personas. La
importancia está puesta en el desempeño superior y las competencias son las
características de fondo que originan la conducta de una persona. Por otro lado, el
Modelo Funcional describe el cargo o la función, compuesto de factores de
competencia con criterios de evaluación que indican niveles mínimos requeridos.
Este análisis está basado en el propósito de construir bases mínimas para la
certificación. (Adams, 1996).
Otra diferencia existente entre estos modelos, consiste que en el
Conductismo se identifican las características de las personas que originan las
conductas de desempeño superior, mientras que en el análisis Funcional la
diferencia se entiende como aquello que una persona debe hacer o debería estar
en condiciones de hacer, es decir, es la descripción de una acción o resultado que
la persona competente debe estar en condiciones de realizar. (Op. Cit., 1996).
Finalmente, respecto a las prácticas de las empresas líderes en gestión de
competencia laboral, se ha llegado a la conclusión que éstas tienden a combinar
los diferentes enfoques analíticos, según la necesidad que se presente. Ejemplo
de esto, es la experiencia de empresas líderes en Inglaterra, país donde
46
institucionalmente más se ha avanzado en la aplicación de la metodología
funcional. De hecho, una encuesta realizada en 1999 entre 196 empresas que
aplican una gestión de competencia, reveló que el 63.6 % diseñó un modelo mixto,
donde una parte obedece a un modelo funcional (refiriéndose a las competencias
técnicas, aplicadas al nivel operativo) y otra parte, a un modelo conductista
(generalmente competencias claves que reflejan la cultura de la organización y
competencias aplicadas a los niveles de mando); de las empresas restantes, el
23.4 % implementó sólo competencias conductistas y el 13% sólo competencias
técnicas.(Rankin, 2000).
47
2.3. Aplicación del Modelo de Competencias en RRHH
Los modelos de competencias se han usado cada vez más en el área de
Recursos Humanos, teniendo fuerte desarrollo en lo que es Selección de
Personas, Evaluación de Desempeño, Valoración del Potencial, Planes de
Carrera, Capacitación y Desarrollo, Evaluación y Planificación de Sucesión, y
Remuneración (Ver Diagrama 3).
Diagrama 3:
Gestión Integrada de RRHH por Competencias
Diseño y Selección
Evaluación
Evaluación de
Desempeño
Cargos
Lenguaje
Desarrollo Común: Evaluación de
y Capacitación Competencias Potencial
requeridas para Cargos
Planificación
de la Planes de Remuneración
Sucesión Carrera
48
Este proceso se lleva a cabo en base a las competencias definidas por la
organización; ya sea mediante la aplicación de normas establecidas a través del
análisis funcional, o partir de la definición de las competencias requeridas a través
del análisis conductual. Para efectos de esta investigación se describirá y
sistematizará el proceso de selección, según el modelo Conductual de
Competencias, ya que es éste el que la literatura desarrolla al momento de
seleccionar personas. (CINTERFOR, 2000).
49
comportamiento en situaciones concretas.
Lo anterior ha tenido sus bases en ciertos cambios del contexto
organizacional, que ha hecho necesario evolucionar el modo de reclutar y
seleccionar personas adecuadas para las empresas que lo requieran. Estos
cambios pueden clasificarse en siete temáticas, según Wood y Payne (1998):
9 Cambios Sociales: hace veinticinco años atrás la distribución de la
población trabajadora difería bastante de lo que es hoy en día, ya
que el género femenino se ha ido incorporando cada vez más al
campo laboral, al igual que aquellas minorías étnicas que han tenido
una participación creciente en lo que respecta a la fuerza laboral. Lo
anterior, ha implicado dar un giro en aquellos métodos de evaluación
en la selección ya que se ha tenido que dejar fuera los juicios por
género, sesgos por etnias, entre otros prejuicios.
9 Cambios Organizacionales: según Peter Drucker (en Wood y
Payne, 1998), para que las organizaciones resulten ser competitivas
en un futuro deben, por lo menos, triplicar su productividad
solamente con un tercio de los empleados. Hoy en día, se está frente
a organizaciones que funcionan globalmente, de manera que toman
considerables ventajas de las economías menos desarrolladas,
accediendo a mano de obra más barata. De esta forma, según
expone este autor, la permanencia de las organizaciones en este
contexto competitivo, exige que éstas identifiquen su negocio clave,
externalizando todos aquellos servicios accesorios, que se organicen
con relación a los procesos claves del negocio más que por
departamentos, y disminuyan tanto el tamaño como la cantidad de
niveles al interior de la organización, convirtiéndola en una
organización más plana.
9 Cambios en la Legislación Laboral: los países desarrollados
contienen en su legislación leyes que instituyen la imposibilidad de
discriminar en el proceso de selección de RRHH, ya sea por
causales de género o etnia. Aunque no existan registros claros de
50
cuán rigurosa y eficiente ha sido la aplicación de tal ley,
posiblemente sin ésta, la situación de selección sería aún más
injusta y arbitraria. Otro factor que sigue siendo aún un criterio
importante de selección entre los postulantes a un cargo, es la edad.
Sin embargo, en un futuro próximo este tema podría ser cuestionado
y por tanto, catalogado como discriminación, ya que no hay certeza
para demostrar que el éxito en el cargo está asociado a una cierta
edad del candidato. Respecto a la legislación chilena, en nuestro
país en el año 2001, se publicó la ley Nº 19.739 que prohibe realizar
discriminaciones por género, edad o alguna característica física, y
aquellos que publiquen avisos de índole discriminatoria serán
multados. Por lo tanto, se deja en evidencia que en nuestro país,
desde ese entonces, se toma conciencia real de que ciertas
características personales no incidirían en el desempeño exitoso, y
correspondería a prácticas más bien discriminantes en los procesos
de selección laboral. (Código del Trabajo, Ley Nº 19.739, 2001).
9 Cambios en la Estructura del Trabajo: en aquellas organizaciones
que actualmente resultan ser competitivas, el trabajo se ha redefinido
a equipos transversales multifuncionales, donde los roles de los
trabajadores se comienzan a alinear de acuerdo a los procesos más
que a la función y por tanto, el énfasis se centra en darle a la
organización un valor agregado.
9 Cambios Tecnológicos: aquellos métodos tradicionales de
evaluación para la selección en RRHH muestran no tener relación
alguna con las tecnologías que se utilizan en las organizaciones al
desempeñar el trabajo. De esta manera, la mayor parte de las
pruebas psicológicas con las que se cuentan son de escritura a
mano y no tienen relación con aquellos medios tecnológicos con los
que deberá relacionarse el futuro trabajador. Ante este escenario,
resulta necesario implementar centros de evaluación que contengan
pruebas donde el postulante al cargo tenga que trabajar con
51
tecnologías que permitan medir sus habilidades durante la
conducción de éstas. Al respecto, existen algunos casos de
selección donde debe evaluarse en el candidato la capacidad para
usar tecnología avanzada y muy específica. Un ejemplo de ello lo
demuestra el trabajo en la Minería, donde los Operadores de Planta
tienen como función manejar computadoras que controlan las
plantas a través de programas muy especializados. En estos casos,
los métodos de selección por competencia tienen como tarea realizar
evaluaciones de estas competencias técnicas, complementándose o
dejando definitivamente de lado aquellas técnicas tradicionales de
selección.
9 Cambios en el Mercado frente a la Oferta de Servicios de
Selección: actualmente el mercado ofrece gran variedad de ofertas
con respecto a los servicios de selección de personas, que incluyen
headhunters4, consultores, agencias de reclutamiento, entre otras.
De esta manera, la gama y oferta de servicios, y la cantidad de
especialistas en selección de personas por competencias, ha ido en
crecimiento. Así, se puede argumentar que el paradigma que está
presidiendo actualmente, parece ser el de Competencias, ya que ha
desarrollado productos diferentes para satisfacer las demandas en
selección, los que contemplan centros de evaluación, cuestionarios
que evalúan competencias, tests que contienen menos sesgos en
sus resultados y entrevistas estructuradas que apelan y buscan
eventos conductuales pasados en el candidato, entre otros.
9 Cambios en las Personas: aquellos cambios que se han dado en
las personas al interior de la naturaleza del trabajo, corresponden a
las condiciones referentes a los contratos de trabajo. De esta
manera, el contrato psicológico entre organización e individuo se ha
4
“Headhunters” o personas que se han especializado al interior de los mercados del trabajo en
capturar a destacados ejecutivos de alto nivel para desplazarlos a organizaciones distintas a las
que trabajan.
52
modificado, ya que en la época industrial y en las organizaciones
burocráticas la relación se basaba en la lealtad del trabajador por un
lado, y a cambio de seguridad que ofrecía el empleador, por otro.
Así, hace algún tiempo los trabajadores permanecían largos
períodos de tiempo en una organización, mientras que actualmente
se tiende a estar menos tiempo en la misma. Por ello, la tendencia
es que los empleos tengan una menor permanencia y estabilidad en
el tiempo, identificándose por demandar una gran responsabilidad a
quien lo desempeña y recibiendo a cambio recompensas
económicas según los resultados que alcancen.
53
9 Reducir las Curvas de Aprendizaje de Larga Duración durante la
Inducción del Nuevo Empleado a la Organización: la selección
por competencias permite seleccionar y contratar a aquellos
candidatos que puedan convertirse en sujetos productivos a corto
plazo para la organización.
9 Disminuir tanto la Alta Rotación, como la Baja Retención de los
Empleados en las Organizaciones: la selección por competencias
permite un mayor ajuste en las nuevas contrataciones prediciendo un
mejor desempeño en los empleados y mayor satisfacción laboral.
Por los dos factores anteriores se puede asegurar la retención, ya
que los empleados de buen desempeño comúnmente no son
despedidos y a su vez, es menos probable que aquellos empleados
que presentan mayor satisfacción laboral renuncien a su trabajo. De
esta manera, se puede argumentar que aquellos que son
seleccionados adecuadamente con relación a su trabajo, presentan
una mayor satisfacción al ejecutarlo, contribuyendo así a un mejor
clima al interior de la organización.
9 Desarrollar Planes de Sucesión: la selección por competencias
permite identificar claramente en las contrataciones aquellos
candidatos con potencial para asumir cargos de liderazgo o
gerenciales en la organización.
9 Aumentar la Baja Productividad que se Evidencia en Cargos
Críticos: la selección por competencias permite revertir esta
situación, siendo para la organización una manera de poseer ventaja
competitiva, ya que se seleccionarían sólo aquellos postulantes al
cargo que posean las competencias críticas para un desempeño
superior.
54
2.3.2. Selección de Personas por Competencias
En consideración que el ser humano es un organismo complejo, y por tanto,
no existe un método sencillo para evaluarlo, la tarea de evaluar se complica aún
más cuando se trata de hacer una gestión integral de Recursos Humanos, por el
hecho que el buen candidato, en términos absolutos no existe. Una persona sólo
resulta ser un buen candidato si se le coloca en una tarea profesional que
satisfaga sus necesidades, utilice sus capacidades y formación, y le estimule a
alcanzar un cargo que se correlacione con su óptimo nivel de capacidad. La
adaptación de los candidatos al cargo resulta, entonces, de mayor importancia.
Pero, ¿cómo predecir el éxito que obtendrá un candidato en su futuro cargo?,
¿cómo saber si el candidato seleccionado es el más adecuado de entre todos los
entrevistados? Son preguntas que se repiten constantemente empresas y
directivos para evitar los errores en los procesos de selección que suponen
cuantiosas pérdidas económicas, tanto para las empresas como para sus clientes,
ya sea por la disminución en la calidad, por el aumento del costo o debido a que la
eficacia de la empresa se ve resentida cuando ocurre un mal proceso de selección
de personas. Además, para los profesionales reclutados a través de un mal
proceso de selección, la experiencia, además de ser negativa, cuenta con el
agravante de la pérdida de tiempo por ambas partes. (Mitrani, Dalziel y Suárez de
Puga, 1992). Por lo tanto, al ser una inversión importante tanto para las
organizaciones como para el candidato, al seleccionar a un nuevo miembro, es
necesario que las organizaciones desarrollen y mantengan un sistema de
selección que conduzca a rendimientos sólidos (empleados productivos que
disfruten de sus responsabilidades y busquen oportunidades para mejorar
continuamente sus trabajos), debido a que es un factor clave para el éxito de toda
organización. En este sentido, los sistemas de selección que se han descrito como
los más eficientes comparten tres grandes objetivos: (Target-DDI, 2004).
9 Efectividad: Se refiere a la capacidad del proceso de selección
utilizado para predecir de manera válida el desempeño de los
candidatos. La Selección eficiente es un sistema comprobado,
práctico, consistente y confiable, que proporciona una sólida base
55
para decisiones apropiadas de contratación y que proporciona las
herramientas y las habilidades para recopilar y evaluar datos en
forma eficiente.
9 Imparcialidad: Se relaciona con la garantía que el sistema de
selección le proporciona a todos los candidatos una oportunidad
equitativa y justa de ser seleccionados.
9 Aceptación: Corresponde al grado en que las personas que
participan del sistema de selección perciben el valor de este proceso.
De esta manera, tanto entrevistador como entrevistado aceptarán un
sistema de selección si éste invierte de buena manera el tiempo que
toma el proceso y si se mantiene la buena imagen de la organización
y la dignidad de todo candidato.
56
9 En primer lugar, se debe identificar quién de entre los candidatos se
adaptará de mejor manera al cargo y quién ofrece la capacidad de
desempeño que la organización requiere para alcanzar sus objetivos.
9 En segundo lugar, lo anteriormente expuesto se debe llevar a cabo
sin ningún sesgo en cuanto a características que el candidato pueda
presentar, como por ejemplo sexo, raza, defectos físicos, o incluso
del establecimiento académico del cual provenga.
9 Finalmente, este sistema de selección debe contemplar una
adecuada relación entre costo – eficacia, de manera que el tiempo y
la inversión económica que se dedica quede justificada en la calidad
de las personas que se contratan finalmente.
57
(Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992).
Por su parte, el Análisis de Cargo basado en el Modelo de Competencias,
más que centrarse en el contenido del cargo, enfatiza los resultados que se
esperan de éste. “Dicho con otras palabras: el método toma como punto de partida
el rendimiento en el puesto, en lugar del contenido del puesto. De modo que el
primer paso que debe dar la organización será examinar el puesto que necesita
cubrir y responder a una pregunta muy sencilla: ¿cuáles son los criterios de
desempeño que deberíamos utilizar para evaluar al nuevo ocupante de este
puesto, con el fin de determinar si hemos contratado o no a la persona
adecuada?” (Op. Cit., 1992, pág. 73).
Probablemente, la manera más eficaz de obtener los criterios de
desempeño requeridos para un cargo, consistiría en convocar una reunión con
aquellas personas de la organización que desempeñen jerárquicamente cargos
superiores al cargo en cuestión, o de personas cuyos resultados de sus labores
dependen directamente de los generados por el cargo a cubrir, reunión de
personas que se denomina Panel de Expertos. Este proceso que se da en la
reunión del Panel de Expertos, en líneas generales, según (Op. Cit., 1992), tiene
el siguiente desarrollo:
a. Comienza con una conversación donde se destacan y se determinan
de común acuerdo aquellos factores fuertes, débiles, de amenazas y
claves del éxito para la empresa a futuro.
b. Una vez consolidado los retos trascendentales de la empresa, el
panel de expertos tendrá que llegar a un pacto acerca de la misión
que han de efectuar los distintos cargos que estén tratando, al
interior de la organización.
c. Posteriormente, se tendrán que poner de acuerdo sobre cuales
serán las conductas y competencias que se solicitan para las
personas que ocuparán los cargos en cuestión. Para esto, el panel
de expertos puede utilizar varias técnicas como, por ejemplo,
contestar un cuestionario que tiene relación con aquellas conductas
y competencias que se requieren para el cargo ó utilizar una persona
58
experta, la cual dirigirá aquel proceso de análisis que realice el panel
de expertos para finalmente, darles una descripción concienzuda de
aquellas competencias que se requerirán para un desempeño
adecuado o superior, según el cargo que se este tratando.
d. Finalmente, se identificará a aquellos candidatos que muestren las
competencias y conductas que el panel de expertos haya definido
como necesarias.
59
entrevistas es codificada con el fin de identificar los rasgos, características y
capacidades personales que demuestra cada entrevistado, y que constituyen en sí
las competencias esenciales para el cargo, las cuales permitirán durante la
siguiente etapa de selección focalizarse en aquellas personas que muestran un
desempeño superior. (Op. Cit., 1992).
Por el contrario, si el cargo para el que se requiere seleccionar a los
candidatos ha sido creado recientemente, o si por alguna razón no es posible
realizar una entrevista de incidentes críticos a los ocupantes actuales del cargo, se
puede recurrir al diccionario de competencias, del cual se extraen aquellas
dimensiones que reflejen fielmente las habilidades que se requieren para el cargo.
Al respecto, toda organización que trabaje con este modelo cuenta con un
diccionario de competencias, instrumento que contempla tanto competencias
genéricas como específicas de acuerdo a roles empresariales, técnicos,
profesionales, etc., que se ordenan en una escala ascendente de indicadores de
comportamiento en función de la intensidad de la acción, su impacto, su
complejidad y horizonte cronológico. La idea es que en el paso de un nivel al
siguiente los comportamientos deben ser lo suficientemente distintos para ser
observados y medidos fácilmente, por el contario, la escala sería de poca utilidad
en este contexto de medición aplicada. De igual forma, es posible construir
escalas de diferencias fácilmente perceptibles para aquellas competencias que
resulten ser exclusivas a un cargo concreto por aquella organización que trabaje
con este modelo. (Op. Cit., 1992).
Una vez alcanzado el acuerdo sobre los criterios de desempeño requeridos
para un cargo, el panel de expertos examina la definición y la escala de
diferencias fácilmente perceptible asociada a cada competencia, valorando la
importancia de la competencia para la eficacia global en el cargo, el nivel de la
escala que mejor describe el desempeño mínimo aceptable en ese cargo y el nivel
de la escala que mejor describe el nivel superior de desempeño que puede
esperarse del futuro ocupante del cargo. Este perfil, proporcionado por lo anterior,
permite conocer las competencias y los niveles de éstas que se deben buscar en
el proceso de selección. (Op. Cit., 1992).
60
El modelo de competencias para la selección, en base a cualquiera de las
dos modalidades, deberá contener el menor número posible de competencias.
Normalmente un análisis cuidadoso revelará que sólo son seis o siete las
competencias que soportan los elementos clave del desempeño en el cargo, y que
explican la mayoría de las diferencias entre los ocupantes de desempeño alto y
medio. Ahora bien, el número de competencias se puede mantener dentro de un
nivel manejable, si se establece cuáles de éstas pueden ser enseñadas, en lugar
de ser incluidas en el modelo de selección. De esta manera, el desarrollo de
algunas competencias toma a las personas más tiempo que a otras, por ejemplo,
aquellas competencias que tienen que ver con la motivación, comienzan a
desarrollarse durante los primeros años de vida y normalmente, cambian
lentamente en la etapa adulta. A la inversa, aquellas competencias que tienen
relación con capacidades y conocimientos, se pueden aprender y adquirir en
cualquier momento durante la vida profesional de una persona. Según, Mitrani,
Dalziel y Suárez de Puga (1992) aunque pueden extraerse excelentes resultados
enseñando a las personas aquellas competencias relacionadas con motivación,
normalmente resultará más conveniente y práctico seleccionar a aquellas
personas que presenten dichas competencias enraizadas en profundos rasgos de
personalidad, aunque exhiban un déficit en aquellas competencias basadas en
capacidades y conocimientos ya que estas últimas, se pueden enseñar con
facilidad. Por lo tanto, las competencias que la organización pueda enseñar a sus
postulantes fácilmente, deberán ser eliminadas del proceso de selección.
2.3.4. Anuncios
Los candidatos al cargo pueden proceder tanto del exterior como de la
propia organización, cualquiera sea el caso, una vez concretado el modelo de
competencias para la selección de personas, el primer paso consiste en atraer a
aquel tipo adecuado de postulantes y lograr que éstos, a su vez, requieran el
cargo en cuestión. Por lo tanto, los anuncios deben entregar información clara y
precisa sobre el cargo y las competencias que se exigen, de manera que permita
a los candidatos posibles tomar una primera decisión sobre si les conviene intentar
61
o no ser parte del proceso teniendo en cuenta en qué nivel el cargo que se ofrece,
se adapta a sus competencias como para permitirles realizar un adecuado
desempeño y proporcionales de esta manera, satisfacción consigo mismo. Por
esta razón, el realizar anuncios que pretenden de cierta forma vender el cargo no
beneficia a ninguna de las partes, por el contrario, las perjudica ya que es más
probable que se atraiga a muchos candidatos no adecuados que en etapas
posteriores se desecharán y en definitiva, creará un costo adicional fuerte.
(Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992).
De esta manera, considerando que el anuncio se redactó adecuadamente
según las exigencias del cargo y contando con una proporción adecuada de
postulantes al cargo, la siguiente etapa consiste en llevar a cabo una selección
preliminar con el fin de escoger a aquellos candidatos que serán invitados a
participar en la siguiente fase de entrevista. (Op. Cit., 1992).
62
De esta manera, el entrevistador lleva a cabo la técnica llamada Entrevista
de Incidentes Críticos, la que según De Ansorena Cao (1996) tiene como objetivos
lo siguiente:
9 Obtener información inicial sobre el candidato.
9 Recabar profundamente información con relación a la trayectoria
profesional y personal del candidato, así como también sobre sus
competencias conductuales específicas para el cargo.
9 Indagar el área motivacional del candidato y su posible acomodo
socioafectivo al entorno del equipo de trabajo con el cual le
correspondería trabajar en caso que quedara contratado.
9 Aportar información sobre el cargo al que postula, de manera que el
candidato pueda evaluar plenamente el grado de interés frente a
éste.
9 Motivar y estimular al candidato para que continúe en el proceso de
selección hasta que este concluya.
63
9 Utiliza una estrategia estructurada de exploración (y no una
secuencia de preguntas) que logra obtener las experiencias del
entrevistado tal y como él las ve. (Alles, 2001, pág. 242)
9 Es investigativa no reflexiva, ya que obtiene comportamientos
concretos (acciones y pensamientos) que tuvieron lugar en el
pasado. Por tanto, el entrevistador no puede realizar inferencias o
deducciones, sino que tiene que buscar evidencias concretas de
conductas. (Op. Cit., 2001)
9 Va más allá de los valores del candidato de lo que él cree que hace.
Logra averiguar lo que verdaderamente hace. (Alles, 2001, pág.
242).
64
una breve y bien centrada Entrevista de Incidentes Críticos. Luego,
sus respuestas serán codificadas como conductas de creación de
consenso o antagonismo.
65
De la misma forma, la entrevista de incidentes críticos es muy efectiva,
tanto en términos de su precisión de predicción como en términos de coste –
eficacia. Por ejemplo, en un estudio (Buchhorn 1991 en Mitrani, Dalziel y Suárez
de Puga, 1992) se contrató a 33 vendedores utilizando la entrevista focalizada
basada en un modelo de competencias. Otros 41 vendedores fueron contratados
utilizando métodos tradicionales. Un detallado seguimiento del estudio reveló que,
tomando los datos de un año, los vendedores seleccionados a través de entrevista
focalizada vendieron, proporcionalmente, el doble más al año cada uno, que los
vendedores del segundo grupo.
66
2.3.6. Tests Psicológicos y Cognitivos
Una manera de apoyar el proceso de selección basado en competencia es
utilizar una amplia gama de tests psicológicos, entre los que destacan los de
capacidad cognitiva y los cuestionarios de personalidad. De esta manera, los tests
de capacidad cognitiva se pueden utilizar para valorar aquellos aspectos
especiales de las competencias cognitivas, así como también la capacidad
cognitiva general. Sin embargo, lo importante es que todo test utilizado sea
relevante respecto de las competencias que contempla el modelo de selección.
Probablemente los tests que resulten ser más eficaces sean aquellos que mejor
simulan las exigencias reales del cargo. Del mismo modo, los cuestionarios de
personalidad ofrecen la autoevaluación de un gran número de competencias y las
puntuaciones obtenidas de esas valoraciones se pueden aprovechar para
posteriormente, compararlas con tablas normalizadas para grupos particulares de
solicitantes del cargo. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992).
5
Assesment Center: Centros de Evaluación.
67
lleva tiempo, pero que demuestra ser el medio más acabado para evaluar las
competencias de los candidatos desde variadas perspectivas. En caso de no
disponer del tiempo necesario para realizar una acabada evaluación, un examen
cuidadoso de la información retrospectiva de cada candidato, según la entrevista
focalizada, constituye una forma objetiva de obtener una evaluación de las
competencias de cada candidato en el menor tiempo posible. (Op. Cit., 1992).
Respecto a la confiabilidad y validez de los métodos utilizados para obtener
información sobre el nivel de desarrollo de las competencias que presentan los
candidatos, cabe señalar que el Assesment Center y la Entrevista Focalizada
presentan mayor validez predictiva que otros métodos por sí solos, como los Test
de Personalidad, Datos Biográficos, Referencias y Entrevistas Tradicionales. Tales
datos se pueden observar en la siguiente Tabla:
Referencias 0.23
68
2.3.8. Comparación de las Competencias de los Candidatos con las
Exigencias del Cargo
Las escalas de diferencias fácilmente perceptibles que se utilizan para
concretar y especificar el modelo de competencias para la selección, pueden
emplearse además como un medio para calcular numéricamente el nivel de cada
candidato en cada competencia, tal cual como se valoran mediante las técnicas de
simulaciones, ejercicios prácticos, tests y entrevistas de incidentes críticos. De
esta manera, se puede realizar una comparación directa entre la valoración del
perfil de competencias de cada uno de los candidatos y el nivel de competencias
que se requiere para un desempeño superior en el cargo. La diferencia que se
obtenga entre ambos perfiles da como resultado una medida directa y visual de lo
adecuado que resulta ser el candidato para ese cargo, y por lo tanto, da también
una medida visual de las probabilidades de desempeño superior que el candidato
pueda ofrecer con relación al cargo en cuestión. Normalmente, una comparación
entre los dos perfiles resulta ser suficiente para ofrecer una base sobre la cual se
tome la decisión de selección y en caso que haya muchos posibles candidatos
para el cargo, un analizador gráfico computacional puede ayudar a saber cuál de
todos los perfiles de los candidatos se aproxima más a aquellas competencias
exigidas para el cargo. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992).
69
2.3.9.1. Ventajas
A continuación se presenta una síntesis de los aportes o ventajas
específicas que nos entrega este tipo de proceso de Selección por Competencias.
Dentro de las más destacables se encuentran:
9 Provee un panorama completo de los requerimientos del trabajo que
se apoya actualmente no en los antecedentes o características de
las personas, sino en las capacidades demostradas. (Lucia y
Lepsinger, 1999).
9 Las decisiones de selección están basadas en la medición objetiva
de indicadores conductuales que determinan un desempeño
excelente para el cargo. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga,1992).
9 Minimiza la inversión en tiempo y dinero, ya que se contrata
finalmente a aquellas personas que se ajustan a las expectativas de
la organización. (Lucia y Lepsinger, 1999).
9 Mejora la adecuación persona/cargo, reduciendo el periodo de
adaptación necesario para alcanzar un desempeño sobresaliente.
(Bethell-Fox s/f en CDO Consulting Group, 2001).
9 Reduce la alta rotación. (Bethell-Fox s/f en CDO Consulting Group,
2001).
9 Asegura un proceso de entrevistas más sistemático. (Lucia y
Lepsinger, 1999).
9 La estructura de la entrevista disminuye los prejuicios del
entrevistador. (Spencer y Spencer, 2003).
9 Las entrevistas de eventos conductuales proporciona datos acerca
de las competencias que se encuentran por debajo de la superficie
del iceberg: rol social, autoconcepto, rasgos y motivos. (Spencer y
Spencer, 2003).
9 Ayuda a distinguir entre competencias que son desarrollables y/o
entrenables de aquellas que son más difíciles de desarrollar y/o
entrenar. (Lucia y Lepsinger, 1999).
9 Incrementa los niveles de productividad para la organización al
70
seleccionar a la persona con desempeño sobresaliente. (Bethell-Fox
s/f en CDO Consulting Group, 2001).
2.3.9.2. Desventajas
Se ha comprobado que muchos de los modelos de competencias creados
por las organizaciones son pobres, ya sea porque contienen muchas
competencias o los indicadores conductuales son de mala calidad o están
incorrectamente clasificados, lo que repercute fuertemente sobre todo al momento
de seleccionar personas, ya que finalmente para la empresa, el seleccionar
equivocadamente a un individuo significa más costos para ésta. Para superar esta
situación, se ha sugerido a las organizaciones poner mayor atención a los
indicadores conductuales, definiendo conductas directamente observables, no
duplicar un indicador para diferentes competencias, incluir un verbo o la
descripción de una acción, incluir información del contexto para que la acción
tenga sentido, etc. (Wood y Payne, 1998).
Otro peligro de identificar a quien muestra un buen desempeño y
seleccionar personas como éstas, es que finalmente se termina teniendo al interior
de la organización verdaderos “clones”, disminuyendo la creatividad e innovación
que produce la diversidad que permite que la organización crezca. Sin embargo,
antes de poner énfasis en descripciones detalladas de cómo se considera que las
personas deben realizar el trabajo, se debe clarificar los valores organizacionales
y los objetivos de cada persona: así claramente no se tendrá dos personas iguales
trabajando, ya que todo individuo es diferente ya sea por sus antecedentes
curriculares, por experiencias de vida, por intereses distintos, etc. (Op. Cit., 1998).
Finalmente, se critica que los modelos de competencias pueden adquirir un
gran poder al interior de las organizaciones si se usan como única base para el
reclutamiento, selección, desarrollo e incentivos. La gente luego entenderá el
mensaje y comenzará a mostrar las conductas recompensadas, pero el problema
es que el mercado cambia y las habilidades requeridas también, por lo que el
poder de los modelos se puede volver contraproducente. Sin embargo, al
71
centrarse en la selección de personas, se considera que el instituir un acabado
sistema de selección y por consiguiente, contratación bajo competencias, es sólo
el primer paso para su implementación propiamente tal, ya que garantizar que el
sistema funcione de manera adecuada implica realizar un seguimiento y control
práctico constante para asegurar que el sistema está permitiendo contratar a
aquellos postulantes con desempeño superior y con una adecuada relación de
costo efectividad. (Op. Cit., 1998).
Según Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga (1992) habría tres medidas de
seguimiento que se deberían tomar:
9 Valor Predictivo: “Una vez que el sistema de selección lleva
funcionando unos meses, se deberá examinar detalladamente el
desempeño de aquellos que han sido contratados por medio del
sistema, con el fin de comprobar que los nuevos trabajadores están
consiguiendo los resultados necesarios. Una forma de hacerlo
consiste en comparar el desempeño de los trabajadores identificados
por el sistema de selección como auténticos candidatos
sobresalientes y el desempeño de los que según dicho sistema eran
capaces de ofrecer un buen desempeño. Como alternativa, se puede
comparar el desempeño obtenido por un grupo de trabajadores
contratados mediante los sistemas tradicionales de selección de la
empresa, y el desempeño obtenido por los contratados a través de
los métodos basados en competencias. Si los métodos de selección
basados en competencias se han establecido adecuadamente, el
valor predictivo del nuevo sistema debería ser muy elevado. Estudios
de seguimiento de este tipo han revelado las existencia de mejoras
de actuación que van desde el 19% al 78%, como resultado de
utilizar métodos de selección en base a competencias; y también han
demostrado disminuciones en la rotación de los trabajadores, que
van desde el 50% al 90%”. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992,
pág. 88-89).
72
9 Equidad: “La mejor manera de comprobar que el sistema de
selección está funcionando con equidad, consiste en recoger
sistemáticamente informaciones sobre aspectos tales como sexo,
raza e incapacidades físicas de los candidatos, y luego controlar si el
éxito en la selección se correlaciona con alguna característica
individual que no deberá influir en la decisión de selección. En caso
que se detecte alguna de estas correlaciones, se deberá aislar la
causa de esa desviación y tomar medidas adecuadas para poner
remedio. No es ninguna sorpresa que los sistemas de selección en
base a competencias tienden a ser más equitativos que los sistemas
de selección basados en características personales insignificantes.
Por ejemplo, en un estudio realizado en el sector de ventas al por
menor, se comprobó que los métodos tradicionales de selección
conducían a una contratación desproporcionada de personas
blancas de sexo masculino. La introducción de un sistema de
selección en base a competencias dio como resultado una mayor
contratación de mujeres y personas pertenecientes a minorías
raciales”. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992, pág. 89).
9 Coste-Efectividad: “En la mayoría de los puestos de trabajo es
posible calcular el valor monetario asociado a un desempeño
superior en el puesto. Dependiendo de la complejidad del puesto, es
bastante corriente que los trabajadores con desempeño superior
rindan de un 150% a un 200% más (…) que los trabajadores de
desempeño medio. Por esta razón, el coste de implantar un sistema
de selección en base a competencias se cubre rápidamente con los
beneficios que de él se derivan. Por ejemplo, Spencer (1986)
comunica que un programa de selección en base a competencias
produjo una rentabilidad del 2.3 % sobre la inversión realizada: el
valor monetario. Sólo el primer año, las mejoras de desempeño y la
rentabilidad como resultado de utilizar el sistema de selección, fue 23
veces mayor que el coste de implementación del sistema”. (Mitrani,
73
Dalziel y Suárez de Puga, 1992, pág. 89-90).
74
III. MARCO METODOLÓGICO
3.1. Objetivos
75
g. Construir un modelo teórico inductivo para el proceso de Selección
de Personas por Competencias, según los resultados arrojados por
la muestra.
h. Proponer mejoras para futuras puesta en marcha de este proceso de
selección para el medio nacional.
3.2. Metodología
76
Cabe señalar que la metodología de investigación a utilizar, combinará
aspectos cualitativos como cuantitativos.
77
ii. Definición Operacional: juicios de valoración que realicen
psicólogos organizacionales, tanto positivos como negativos,
sobre la aplicación del proceso de Selección de Personas por
Competencias, en la entrevista realizada para la presente
investigación.
78
9 Modo de Adquisición de los Conocimientos de Selección por
Competencias:
i. Definición Conceptual: proceso a través del cual los
psicólogos entrevistados aprendieron el modelo de Selección
de Personas por Competencias.
ii. Definición Operacional: respuestas de los entrevistados ante
la pregunta “¿Cómo adquirió sus conocimientos de evaluación
de competencias?”, planteada en el instrumento.
79
ii. Definición Operacional: Respuestas de los entrevistados ante
la pregunta “¿Qué características en la aplicación del proceso
de Selección por Competencias contribuyen (o no) a la
adecuada selección de la persona idónea para el cargo?”,
planteada en el instrumento.
3.2.4. Hipótesis
80
Selección de Personas por Competencias realizado por los
mismos.
a. Colectivo:
Psicólogos organizacionales pertenecientes a empresas de las
Regiones V y Metropolitana, que trabajen con el Modelo de
Competencias y que apliquen en su quehacer laboral el proceso de
Selección de Personas bajo el mismo modelo.
b. Muestra:
Para una investigación como la que se intenta realizar, no
resulta posible trabajar con una muestra aleatoria, debido a que no
se cuenta con una base de muestreo (listado de sujetos) fidedigna.
Por esta razón, el presente estudio contempla una muestra de
carácter no aleatoria de elección razonada e intencionada. Incluye un
criterio de muestra autogenerada. El tamaño de la muestra teórica se
ha definido en no menos de 40 personas (psicólogos
organizacionales) que estén a cargo de la aplicación del proceso de
Selección de Personas por Competencias al interior de la empresa a
la que pertenecen, de acuerdo con las técnicas estadísticas posibles
de aplicar para el análisis de los resultados, con el fin de obtener
estimaciones que se puedan considerar estables.
81
3.2.6. Instrumento
Para la investigación se diseñó y aplicó una entrevista semiestructurada,
que contiene un número predeterminado de temas a tratar, siguiendo el modelo de
conversación y no un intercambio de preguntas y respuestas. Así, la pauta de
entrevista se constituye sólo en una guía de lo que se está investigando y desde la
cual el investigador decide cómo y cuándo hace las preguntas de los temas
señalados.
Este instrumento fue sometido a validación de contenido bajo el criterio de 6
jueces, quienes sugirieron aquellos cambios coherentes a los objetivos de la
investigación. Durante este proceso, los jueces propusieron incluir en la entrevista
ciertos factores que podrían contribuir a la evaluación (éxito y/o fracaso) del
proceso de Selección de Personas por Competencias que realicen los psicólogos
entrevistados.
De esta manera la entrevista semiestructurada aplicada a la muestra consta
principalmente de dos partes; la primera se refiere a Datos Demográficos de la
muestra y la segunda a Datos a Analizar.
La primera parte consta de 2 preguntas que se relacionan con la empresa a
la que pertenece el entrevistado y su cargo y funciones al interior de la misma, con
el fin de describir las principales características que presente la muestra.
La segunda parte se constituye de 8 preguntas que apuntan directamente a
los objetivos de la investigación. Estas se refieren a la definición de selección de
personas por competencias que tengan los entrevistados, años de experiencia en
la aplicación de este proceso, evaluación de este tipo de selección en términos de
éxito y/o fracaso, características de este proceso que contribuyen (o no) a su éxito
y/o fracaso, modelo analítico y actividades de selección a las que se circunscribe
el entrevistado al momento de aplicar este proceso de selección, forma en que la
muestra adquirió los conocimientos sobre la selección de personas por
competencias, presencia o ausencia de un sistema de gestión integrado por
competencias asociado a la administración de RRHH en la organización para la
cual realiza la selección y, finalmente, sugerencias y/o críticas para una aplicación
exitosa del proceso de selección de personas por competencias. (Ver Anexo).
82
3.2.7. Procedimiento
Para llevar a cabo la presente investigación, se llevó a cabo en una primera
instancia la elaboración del instrumento de recolección de datos según los
objetivos definidos para la presente investigación. De esta manera, se construyó la
Pauta de Entrevista Semiestructurada que se aplicaría a la muestra para la
obtención de los datos. Con el fin de contribuir a la validez de los datos, esta
encuesta fue previamente revisada y validada bajo el criterio de jueces en la
materia, quienes se focalizaron principalmente en que las preguntas planteadas
lograran obtener, por parte de los entrevistados, aquellos factores del proceso de
selección por competencias que contribuyen al éxito y/o fracaso en su aplicación.
Dadas estas sugerencias se incluyeron nuevos objetivos específicos, hipótesis
específicas y variables, con el fin de integrar estos factores en el desarrollo de la
investigación y así lograr una mayor profundización y amplitud del tema en
estudio.
Posteriormente, con el instrumento validado, se procedió a hacer contacto
con aquellas personas que integrarían la muestra. Esto se hizo, en un primer
momento, a través de aquellos contactos facilitados por psicólogos conocidos
telefónicamente o vía mail. Paralelamente a esto, se hizo contacto con otros
psicólogos no facilitados por otros colegas o conocidos, llamando directamente a
aquellas organizaciones donde se desempeñaban y pidiendo hablar con el o la
encargada del proceso de selección. Así, se logró hacer contacto con un gran
número de psicólogos que aplicaban el modelo de competencias en selección de
personas, a los que luego de presentarse las autoras como Licenciadas en
Psicología de la Universidad de Chile, se les explicaba el objetivo de la presente
investigación y se los invitaba a participar en su muestra. De la mayoría de las
personas que accedían a la entrevista, se acordaba junto con ellos una cita para
llevarla a cabo, principalmente en sus lugares de trabajo o bien en su residencia
particular; otras fueron enviadas y recepcionadas vía mail; y sólo una fue realizada
telefónicamente.
Al momento de hacer el contacto con los psicólogos posibles de entrevistar,
accedieran o no a la entrevista, o al finalizar la entrevista, se les solicitaba otros
83
contactos de psicólogos que hacían selección de personas por competencias con
el fin de obtener el total de la muestra definida por esta investigación. De esta
manera, parte de la muestra fue autogenerada, tal como se describió previamente,
alcanzando un total de 42 psicólogos entrevistados.
La información recogida a través de la aplicación de las entrevistas fue
realizada de manera textual, con papel y lápiz, en base a la expresión verbal de
los encargados del proceso de selección por competencias.
Una vez realizadas todas las entrevistas, se procedió a analizar los datos
encontrados. Este consistió en dos niveles: en el primero se describió, sistematizó
y analizó el contenido de las entrevistas realizadas, presentando los resultados en
tablas de frecuencia; mientras que en el segundo, se utilizó una prueba estadística
no paramétrica, Chi Cuadrado, con el fin de conocer si existían asociaciones
significativas entre los factores que contribuyen al éxito y/o fracaso en la aplicación
del proceso de selección, reportados por los psicólogos entrevistados.
El procedimiento del primer nivel de análisis consistió en encontrar y
nombrar los patrones generales de respuesta, haciendo una lista de ellos. Para
ello se realizó, como primer paso, la lectura de las entrevistas, pregunta por
pregunta, y de las respuestas dadas por los psicólogos en cada una de ellas. Así,
la categorización de las respuestas dadas por los psicólogos en cada pregunta,
siguió el siguiente procedimiento, basado en Rojas (1981; en Hernández,
Fernández y Baptista, 1998):
1. Se analizó el contenido de cada pregunta, hasta que las
entrevistas semiestructuradas no aportaran nuevos desarrollos
teóricos.
2. Se observó la frecuencia con que aparecía cada respuesta a la
pregunta analizada.
3. Se eligieron aquellas respuestas que tuvieran mayor frecuencia
(patrones generales de respuesta).
4. Se clasificaron las respuestas elegidas en temas, de acuerdo a un
criterio lógico, cuidando que fueran mutuamente excluyentes.
5. Se designó cada patrón general de respuesta.
84
6. Los patrones de respuesta codificados se cuantificaron a fin de
proceder a su descripción. Los datos sistematizados fueron
presentados en tablas de frecuencia (de aparición de factores).
Luego para realizar el segundo nivel de análisis, es decir, para conocer las
relaciones existentes entre los factores que contribuyen al éxito y/o fracaso
reportados por la muestra y la evaluación sobre el proceso de Selección de
Personas por Competencias, se utilizó una prueba estadística no paramétrica, ya
que no se puede hacer inferencias a la población a partir de la muestra. La prueba
estadística fue Chi Cuadrado, puesto que las variables que se midieron son
independientes y se encuentran en un nivel nominal de medición. Los datos
encontrados se interpretaron con un α = 0.05, vale decir, con un 95% de
confianza6.
Paralelamente a estos dos niveles de análisis, se procedió a discutir los
datos encontrados en base a la literatura presentada en el marco teórico, con el fin
de conocer la existencia de alguna semejanza o discrepancia entre ellos y lo
propuesto por los autores del modelo de competencias aplicado a la selección de
personas.
Finalmente, se presentan las principales conclusiones de esta investigación
y se proponen sugerencias, a la luz de los datos encontrados, con el fin de
contribuir a la aplicación exitosa de este tipo de selección en el quehacer del
psicólogo laboral en nuestro país.
6
Por lo tanto, para la prueba de Chi Cuadrado, si p ≤ 0,05 se considerará como asociación
significativa.
85
IV. ANALISIS DE RESULTADOS
86
4.1.1. Descripción de la Muestra según la Organización a la que
Pertenece
Según se indica en el Cuadro Nº 1 y su respectivo Gráfico, la muestra total
está constituida por 42 psicólogos organizacionales. De ellos, el 81% pertenece a
Empresas de Servicio Privado, de los cuales un 73,5% trabajan en Consultoras de
RRHH y el 26,5% restante en otras Organizaciones, como aerolíneas, bancos,
farmacias, grandes tiendas, hospitales, empresas mineras y seguros.
Por otra parte, se encontró que un 9,5% del total de la muestra, trabajan en
Empresas de Servicio Público.
De la misma manera, el 9,5% restante del total de la muestra, se
desempeña de manera Independiente sin pertenecer a alguna organización en
particular, prestando sus servicios como consultores a quienes lo soliciten.
87
por este tipo de selección como lo hacen las organizaciones privadas.
Además, dentro de las empresas del sector privado también existe una
diferencia entre las organizaciones que realizan selección por competencias,
siendo las Consultoras de RRHH las que destacan por sobre Otras
Organizaciones del sector privado. Esta diferencia puede deberse a que el servicio
que ofrecen ambos tipos de empresas es distinto; por su parte las Consultoras
ofrecen al mercado una gama de servicios relacionados con la gestión de recursos
humanos, por lo que debe estar constantemente actualizándose en este rubro. A
su vez, las Otras Organizaciones del sector privado se dedican a ofrecer otro tipo
de servicios, aplicando la selección por competencias como una vía para alcanzar
la excelencia de sus trabajadores y así potenciar la entrega de un servicio de
calidad en un medio cada vez más competitivo.
Gráfico Nº 1
100%
81%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
9.5% 9.5%
20%
10%
0%
Empresas de Servicio Empresas de Servicio Psicólogos Independientes
Privado Público
88
4.1.2. Descripción de la Muestra según el Cargo al que Pertenece
En el Cuadro Nº2 se observa que el 69% de los psicólogos entrevistados
pertenecen al cargo de Consultor, desempeñándose exclusivamente en
Consultoras de RRHH. Entre éstos se encontraron cargos como consultor en
recursos humanos, consultor senior en selección, psicólogo de selección,
subgerente de búsqueda y head hunting, jefe de departamento de selección de
personal, jefe de proyectos y psicólogo laboral.
A su vez, el 31% restante de la muestra tiene el cargo de Psicólogo de
RRHH, perteneciendo a otras empresas de Servicio Público o Privado distintas a
Consultoras. Entre los cargos reportados se encuentran psicólogo de apoyo del
departamento de recursos humanos, jefe de unidad de reclutamiento y selección,
jefe del departamento de recursos humanos, ejecutivo en selección de personas y
psicólogo en selección y desarrollo organizacional.
Estos datos también se pueden observar en el Gráfico Nº2.
89
Gráfico Nº 2
100%
90% 69%
80%
70%
60%
31%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
Consultor (consultoras) Psicólogo de RRHH (empresas)
90
Cuadro Nº 3: Descripción de la Muestra según Función (*)
91
Estos datos también pueden observarse en el siguiente Gráfico:
Gráfico Nº3
100% Reclutamiento
90%
80% Consultoría
70%
60% Capacitación
50%
40% Desarrollo
23.8% Organizacional
30% 16.7% 16.7% 14.3% 14.3% 14.3%
20% Head Hunting
10%
0%
Otras Funciones
92
Cuadro Nº 4: Descripción de la Muestra según Experiencia en Selección por
Competencias
93
Gráfico Nº4
50%
45%
40% 35.7%
35%
30%
25% 19%
20% 16.7%
12%
15%
7.1% 7.1%
10%
2.4%
5%
0%
1 2 3 4 5 6 7
AÑOS
94
sus Conductas Laborales Pasadas.
También en un segundo lugar, con un 43%, los psicólogos entrevistados
señalaron que un elemento central que define este proceso es que evalúa en el
candidato sus Habilidades Técnicas, como destrezas, conocimientos, así como
también aquellas Características Personales, como aptitudes, rasgos de
personalidad y motivación.
Por su parte, el 26,2% de la muestra señaló que este proceso consiste en
Seleccionar a aquellos Candidatos que aseguren un Desempeño Exitoso en el
Cargo. Para esto, previamente se evalúa a cada uno de los ocupantes del cargo
con desempeño superior y promedio, con el fin de obtener una descripción de las
acciones que les han permitido alcanzar los resultados esperados.
Posteriormente, esta información es codificada con el fin de identificar los rasgos,
características y capacidades personales que constituyen en sí las competencias
necesarias para el cargo.
Ahora bien, un 16,7% de la muestra, al momento de definir la selección por
competencias, se refirió a la Entrevista de Incidentes Críticos como característica
central de este proceso, señalándola como la técnica predominante al momento
de evaluar competencias en los candidatos.
Finalmente, un 2,4% definió a la selección por competencias como un
Proceso que No Evalúa Aspectos Clínicos, Educacionales, Sociales y Familiares,
sino que sólo aquellas conductas relacionadas con el ámbito laboral que resulten
relevantes para el cargo, ya que éstas son las que predicen de mejor manera un
desempeño sobresaliente, según la teoría estudiada.
95
Cuadro Nº 5: Definición de Selección por Competencias (*)
96
Relacionado con lo anterior, el concepto de competencia al que se refiere la
muestra, se asemeja al que Spencer y Spencer (1993) plantean sobre este
término, señalando que conjugaría destrezas o habilidades, conocimientos,
autoconcepto, rasgos y motivos; seis dimensiones básicas de la persona. Así, la
diferencia entre ambas definiciones es que la primera incluye el concepto de
aptitud y no el de autoconcepto, y viceversa. Para entender mejor en que se
diferencian ambas definiciones, es necesario tener en cuenta qué se entiende por
autoconcepto y aptitud. El autoconcepto, según Spencer y Spencer (1993), indica
la forma en que un candidato se ve a sí mismo, o bien el concepto interno de
identidad y valor; mientras que la aptitud es la capacidad que una persona tiene
para obtener éxito en una tarea, trabajo, o materia académica en particular.
(Dorsch, 1977). Por tanto, mientras Spencer y Spencer toman en cuenta la forma
en que un candidato se ve así mismo como un elemento importante a la hora de
evaluarlo, los psicólogos entrevistados no señalan como central de una selección
por competencias evaluar el autoconcepto del candidato, sino que el potencial o
capacidad que éste presenta con relación a un desempeño exitoso.
Respecto de las diversas Definiciones de Selección por Competencias
entregadas por los entrevistados, es importante aclarar que éstas no se
contradicen, sino que por el contrario, se complementan, entregando en su
conjunto una visión acabada de lo que es en sí la selección por competencias.
Dado esto, se puede construir una definición de lo que es la selección de
personas por Competencias, según lo reportado por la muestra:
“Método de evaluación conductual que mide competencias definidas
previamente según los requerimientos del cargo, es decir, evalúa las habilidades
técnicas y personales del candidato, con el fin de seleccionar aquel que presente
resultados superiores al promedio. De esta manera, se puede pronosticar un
desempeño futuro sobresaliente a partir de conductas pasadas, asegurando un
ajuste del candidato al cargo. Por tanto, esta metodología se centra en evaluar
experiencias laborales y no aspectos clínicos, educacionales, sociales y familiares
del candidato, ya que la experiencia laboral resulta ser un mejor predictor de un
desempeño exitoso”.
97
De lo anterior se desprende que el factor común entre las definiciones
entregadas, es que la selección por competencias que los entrevistados realizan
se inscribe principalmente en el modelo conductual, a través del cual se evalúan
las competencias de los candidatos según estándares de desempeño exitoso,
definidos previamente para el cargo. De esta manera, se evaluarían el conjunto de
factores personales como habilidades, conocimientos, aptitudes, rasgos de
personalidad y motivación del candidato, a través de conductas relacionadas con
un desempeño superior en el cargo. En otras palabras, se evaluarían aquellas
características personales que han demostrado empíricamente ser causantes de
elevados niveles de desempeño personal (CDO Consulting Group, 2001), con el
fin de alcanzar resultados específicos a través conductas específicas, dadas en un
contexto específico. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992).
Finalmente, se puede observar que hubo un pequeño porcentaje de la
muestra (16,7%) que al definir selección de personas por competencias, se refirió
únicamente a la técnica de entrevista de incidentes críticos como definición central
de este proceso, reduciendo de esta manera la definición de selección a la
utilización de esta herramienta y no a aspectos más generales del proceso, como
señaló el resto de los entrevistados. De esto se puede deducir que esta proporción
de la muestra, al realizar selección de personas por competencias, aplica
principalmente la entrevista de incidentes críticos, indagando experiencias
personales de los candidatos que den cuenta de cómo una competencia en
particular se ha manifestado en trabajos anteriores, con el fin de predecir el
desempeño futuro.
98
Gráfico Nº5
60% 43%
Competencias Superiores
43%
al Promedio
26.2% Predice Desempeño Futuro
40% 23.8%
16.7% Entrevista Incidentes
20% 2.4% Críticos
Metodología que Evalúa
0% Otros Aspectos
99
proceso de selección logra un ajuste persona/cargo, es decir, una adecuada
relación entre el conjunto de características que presente el candidato y las
exigencias que debe cumplir para desempeñar el cargo. De esto se puede deducir
que el proceso de selección por competencias, cumple efectivamente con lo que
todo proceso de selección debiese lograr, según Chiavenato (2002), ya que por un
lado logra la rapidez en el ajuste y la integración del nuevo empleado en las
nuevas funciones, y por otro eleva la satisfacción del candidato seleccionado, al
vincular a cada persona a la actividad indicada.
Por su parte, un 33,3% de aquellos que consideran el proceso como
exitoso, plantean que son las características de la selección por competencias las
que contribuyen al éxito, entre las que destacaron:
9 Consideración de las necesidades del cliente al construir el perfil del
cargo, donde el panel de expertos junto al psicólogo logran un
común acuerdo sobre las características que el candidato debe
cumplir para lograr un desempeño exitoso. Esto cumple con la idea
que todo proceso de selección debe basarse en datos relacionados
con el cargo, con el fin de lograr una mayor precisión, objetividad y
validez a la hora de buscar al candidato que la organización requiere.
(Chiavenato, 2002).
9 Método objetivo que evalúa rasgos de personalidad, aptitudes,
motivaciones y autoconcepto, a través de conductas pasadas con el
fin de predecir el desempeño futuro en el cargo.
9 Proceso no discriminatorio, al evaluar conductas y no la etnia, sexo,
edad, nivel socioeconómico y otras características independientes de
las competencias requeridas para el cargo.
9 Proceso de selección que integra técnicas de evaluación dinámicas y
fluidas, como simulaciones y role playing, que permiten al candidato
participar de una manera activa.
100
algún tiempo trabajando en la organización, han obtenido una positiva calificación
en la evaluación de su desempeño. También basan su afirmación en la baja
rotación que han tenido aquellos candidatos que han sido contratados bajo el
modelo de competencias. Este indicador se correlaciona directamente con lo
planteado por Wood y Payne (1998), quienes señalan que la selección por
competencias asegura la retención de los empleados contratados, ya que permite
un mayor ajuste en las nuevas contrataciones, prediciendo un mejor desempeño
en los empleados y mayor satisfacción laboral. De esta forma, los empleados de
buen desempeño comúnmente no son despedidos y a su vez, es menos probable
que aquellos empleados que presentan mayor satisfacción laboral renuncien a su
trabajo.
Finalmente, el 8,3% restante se basa en comentarios que los mismos
profesionales que aplican este modelo de selección señalan acerca de la
efectividad de sus resultados. De la misma manera, fundamentan su posición en la
promoción que la persona contratada ha logrado dentro de la organización, lo que
se refleja en la literatura estudiada, al señalar que este proceso permite identificar
claramente en las contrataciones aquellos candidatos con potencial para asumir
cargos de liderazgo o gerenciales en la organización. (Wood y Payne, 1998).
Además, se basan en estudios presentados en la literatura. Un ejemplo de esto lo
ilustra un estudio que señaló que un grupo de vendedores seleccionados por
competencias vendió proporcionalmente el doble más al año que aquellos
vendedores seleccionados bajo métodos tradicionales. (Buchhorn, 1991 en
Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992).
Aquellos psicólogos que consideran el proceso como Medianamente
Exitoso (33,3%), se encuentran en esta posición, ya que consideran que así como
existen indicadores positivos del éxito del proceso, también habría falencias del
mismo. Al conjugarse estos factores, indicadores positivos y falencias del proceso,
se llega a que los resultados de la selección no siempre sean los esperados por
los psicólogos y clientes.
Específicamente, aquellos indicadores positivos del éxito, tienen relación
con la satisfacción del cliente (43%), con la satisfacción del candidato (28,6%), con
101
una positiva evaluación de desempeño del candidato seleccionado (21,4%) y con
una baja rotación del candidato una vez que ha sido contratado (21,4%).
Por su parte, aquellas falencias del proceso que llevan a que sea percibido
como medianamente exitoso, se encuentran relacionadas con la necesidad de
complementar el proceso de selección con la aplicación tanto de evaluaciones
psicológicas que descarten psicopatologías (57,1%), como con evaluaciones
técnicas referidas a aquellos conocimientos específicos y necesarios del cargo a
cubrir (14,3%).
Finalmente, el 21,4% de los psicólogos que consideran el proceso como
medianamente exitoso se basan en otros fundamentos. Por un lado, en aquellos
indicadores positivos que se relacionan con la promoción del candidato
seleccionado al interior de la organización, como también con aquellos casos en
que los sujetos seleccionados se vuelven posteriormente clientes de la consultora
que ha llevado a cabo su propio proceso de selección. Por otro lado, aquellas
falencias mencionadas por los psicólogos, tienen relación con que el éxito del
proceso depende que éste se encuentre integrado a la gestión de RRHH, situación
que en la realidad de las organizaciones no siempre sucede. Finalmente, la
muestra plantea que otra de las falencias del proceso de selección por
competencias, tendría que ver con que resulta de difícil aplicación para aquellos
procesos de selección masiva. Tal es el caso de aquellas organizaciones que
requieren seleccionar una gran cantidad de empleados, resultándoles difícil
adaptar este proceso de selección a sus necesidades, principalmente, por el alto
costo de tiempo que éste implica.
Con relación a los fundamentos de aquellos psicólogos que no califican este
proceso de selección por competencias (9,5%), éstos señalan, con el mismo
porcentaje (25%), no contar con datos internos de la organización predictivos del
éxito de este proceso, como tampoco haber recibido feedback del cliente respecto
de la idoneidad y desempeño del candidato seleccionado. Además, reportan que
el distinguir entre la experiencia del psicólogo en selección y el proceso de
selección por competencias; y entre éste y las evaluaciones psicológicas que
descarten psicopatología, es difícil de esclarecer y, por lo tanto, saber en qué
102
medida uno de estos factores se relaciona más con el éxito que otro.
Gráfico Nº6
100.0%
90.0%
80.0%
70.0% 57.1%
60.0%
50.0% 33.3%
40.0%
30.0%
9.5%
20.0%
10.0%
0.0%
Proceso Exitoso Proceso Medianamente Proceso No Calificado
Exitoso
103
Gráfico 6
104
4.1.7. Factores del Proceso de Selección por Competencias que
Contribuyen (o no) al Exito en su Aplicación
Como indica el Cuadro Nº 7 y el Gráfico Nº7a, del total de la muestra (42
sujetos), el 100% refirió Características del Proceso que Contribuyen al Exito de
su aplicación y un 76,2% de la misma muestra, señaló además, aquellas
Características que No Contribuyen al Exito del proceso. Por tanto, se puede
concluir que el 23,8% de la muestra sólo mencionó características positivas de
este proceso, no así la mayoría de la muestra (76,2%) que planteó tanto
características positivas como negativas, mostrando una mayor perspectiva al
referirse a este tipo de selección.
105
comparación entre las cifras asociadas a cada perfil, resulta ser suficiente para
ofrecer una base sobre la cual se tome la decisión de selección (Mitrani, Dalziel y
Suárez de Puga, 1992).
En un segundo lugar, con un 33,3% la muestra señaló que el modelo de
competencias permite una gestión integrada de RRHH al interior de la
organización, contribuyendo a co-construir un lenguaje común en ésta; y entre el
cliente y el psicólogo, facilitando el continuo feedback entre ellos durante el
proceso de selección. Además, las organizaciones, al tener una gestión integrada
de RRHH, pueden estar constantemente desarrollando programas de capacitación
por competencias con el fin de acortar las posibles brechas, observadas durante el
proceso de selección, entre el nivel de las competencias del candidato
seleccionado y el nivel requerido por el perfil del cargo. Sin embargo, una crítica
que plantea la teoría relacionado con esto, es que el modelo de competencias, al
utilizarse como única base para los subsistemas de recursos humanos, puede
contribuir a que la gente entienda el mensaje y comience a mostrar las conductas
recompensadas, pero el problema es que el mercado cambia y las habilidades
requeridas también, por lo que el poder del modelo se puede volver
contraproducente. (Wood y Payne, 1998). No obstante, la literatura también refuta
esta posición, planteando por un lado que el hecho que las personas sepan qué es
lo que la organización espera de ellos, contribuye de mejor manera a las metas
empresariales (OIT, 2000); y por otro, que el modelo basado en competencias
permite y favorece programas de formación y aprendizaje permanentes,
contribuyendo a una mejor y más rápida adaptación a los cambios
organizacionales. (Dutra, s/f en Mertens, 1996).
También con un 33,3% la muestra considera que el assesment center es
una completa matriz de evaluación al momento de realizar una selección de
personas, ya que incluye diversas herramientas, como entrevista de incidentes
críticos, simulaciones escritas y actuadas, role playing individual o colectivo y otros
tipos de test. De esta manera, se constituye como una metodología que permite
obtener mayor cantidad y tipos de información sobre el candidato, al someterlo a
distintas situaciones en que puedan observarse las competencias requeridas para
106
el cargo. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992).
Como tercer lugar (26,2%), los psicólogos reportaron que este proceso, al
ser sistemático y ordenado, permite estandarizar su aplicación, especialmente en
aquellas organizaciones que cuentan con diversas sedes a lo largo del país, lo que
contribuiría a que estas empresas contraten bajo el mismo criterio a sus
trabajadores, asegurando la uniformidad de sus procesos de selección.
Finalmente, con un 12%, la muestra consideró que la metodología de este
proceso genera menos resistencia en los candidatos, ya que no evalúa
directamente sus rasgos de personalidad a través de test proyectivos poco
estructurados, frente a los que el candidato no sabe qué responder para ser bien
evaluado, sino que operacionaliza las motivaciones, rasgos y características de
personalidad, evaluándolos a través de conductas. Además, al centrar la
evaluación en eventos conductuales, los psicólogos entrevistados señalan que se
obtiene un nivel de validez y confiabilidad más alto que con otros métodos de
selección, ya que las conductas son un mejor predictor del desempeño.
De acuerdo con la segunda subcategoría, relacionada con la aplicación del
proceso, un 35,7% de la muestra señaló que su éxito está relacionado con la
eficiente aplicación de la selección. Para ello, los entrevistados señalan que es
necesario que el psicólogo a cargo considere las necesidades del cliente y la
cultura de la organización para la que se lleve a cabo la selección, así como
también es necesario que se logre definir claramente las competencias relevantes
para el cargo y el nivel de desarrollo en que éstas deben encontrarse. Con
relación a esto último, Spencer y Spencer (1993) señalan que el definir conductas
específicas facilitaría el entrenamiento y el desarrollo de éstas en particular.
Además, la muestra señaló que es importante que en la aplicación del proceso, el
psicólogo sea empático y logre un buen clima con el entrevistado, con el fin de
disminuir la resistencia propia del candidato frente a cualquier tipo de selección.
En la misma subcategoría, un 12% de los psicólogos entrevistados señaló
que uno de los factores que contribuye al éxito del proceso, se relaciona con que
éste se lleve a cabo por psicólogos adecuadamente entrenados en el modelo, con
el fin que se logre una aplicación eficiente, relacionando los requerimientos del
107
cliente con las características que el modelo plantea.
Finalmente, un 16,7% de la muestra señaló otras características que
contribuyen al éxito de la selección por competencias, entre las que señalan que la
construcción del perfil de cargo se hace en base al desempeño de aquellas
personas que han sido exitosas en éste, por lo que el candidato que se seleccione
se hará en función de estos requisitos, asegurando un desempeño sobresaliente
en el cargo. Asociado a esto, Spencer y Spencer (1993) señalan que seleccionar
en base a un desempeño superior también promueve mejoras en la productividad
y en las ventajas competitivas de las organizaciones. También plantean que el
contrastar las competencias observadas durante el proceso de selección a través
del chequeo de referencias, contribuye a confirmar la información del candidato
obtenida durante el proceso. Además mencionan que el informe del candidato es
más corto, rápido y práctico que el desarrollado por una selección tradicional, ya
que en una matriz se especifican las competencias, niveles de desarrollo que
presenta el candidato de acuerdo a los requerimientos del cargo y un conciso
informe por competencias. Finalmente, señalaron que un factor que contribuiría al
éxito de este proceso, sería lograr una coherente combinación de los tres modelos
de competencias, conductual, funcional y constructivista, en la selección de
personas, ya que éstos permiten tener una visión más integral del candidato al
considerar sus aspectos conductuales, funcionales y recursos personales.
108
Gráfico Nº 7a
109
contratado. Además, los entrevistados señalan que el hecho que sólo evalúe
conductas, puede llevar a una errada evaluación de las competencias del
candidato, ya que éste puede inventar o dar ejemplos de competencias de otras
personas, falseando de esta forma la información entregada. Del mismo modo, al
ser reduccionista, según este porcentaje de la muestra, la selección por
competencias evaluaría sólo aquellas competencias críticas para el cargo, no
considerando otras que se relacionen con éstas y en las que el candidato puede
mostrar un nivel de desarrollo adecuado. La misma idea se asocia a la literatura
estudiada, que critica la entrevista por competencias, ya que puede perder
información acerca de tareas relevantes que ha desempeñado el candidato en
cargos anteriores, al centrarse exclusivamente en aquellos incidentes críticos
relacionados con el perfil de cargo. (Spencer y Spencer, 1993). Frente a esto, la
muestra señala que si el proceso se complementara con evaluaciones directas de
los diversos aspectos psicológicos, se tendría más de una mirada del candidato,
permitiendo contrastar la información arrojada por las diversas evaluaciones y
concluir, con mayor confiabilidad, si el candidato se ajusta o no al cargo.
Asimismo, Spencer y Spencer (1993) sugieren que una manera de minimizar este
problema, es utilizar una variedad de acercamientos a la identificación de las
competencias, tales como diferentes tipos de entrevistas, grupos focales,
cuestionarios, etc.
Un 31,3% del 76,2% de la muestra considera que una de las características
que no contribuyen al éxito de la selección por competencias, es que este proceso
demanda un alto costo de tiempo y dinero en su aplicación, lo que hace por un
lado que a los candidatos les resulte tedioso el proceso, repercutiendo
negativamente en su rendimiento durante la evaluación; y por otro, que el cliente
decida que se lleve a cabo sólo algunas etapas del proceso. Según la teoría, se
puede observar que hay autores que apoyan y refutan esta idea planteada por la
muestra. Por un lado, Spencer y Spencer (1993) apoyan esta afirmación, al
referirse a este proceso como un método que requiere de una alta demanda de
tiempo y costo económico. Por otro, Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga (1992)
señalan lo contrario, debido a que esta selección contempla una adecuada
110
relación entre costo – eficacia, de manera que el tiempo y la inversión económica
que se dedica se justifican por la calidad de las personas que se contratan
finalmente, constituyéndose así en un proceso simple y económico que permite
reducir drásticamente las selecciones fallidas y por ende, la rotación de los
candidatos seleccionados.
Ahora bien, según este último dato reportado por los entrevistados, se
puede deducir que existen algunas organizaciones que al pretender bajar los
costos de la aplicación del proceso, tanto de tiempo y/o dinero, llevan a cabo de
manera deficiente la selección, lo cual puede repercutir negativamente en la
efectividad o éxito de ésta.
Otra característica del proceso que no contribuye al éxito, según un 9,4%
del 76,2% de la muestra, es que éste favorece en mayor medida a aquellos
candidatos que presentan un adecuado nivel de expresión verbal u oratoria, en
comparación a aquellos candidatos que no logran comunicar adecuadamente la
competencia evaluada, especialmente en la entrevista de incidentes críticos. En
otras palabras, al evaluar una misma competencia en dos candaditos con
diferentes niveles de expresión verbal, puede resultar mejor evaluado aquel que
logre transmitir de mejor manera la competencia, sin que esto signifique que
presente un mejor desarrollo de ésta. Lo mismo puede suceder durante
evaluaciones de role playing y/o simulaciones, en las cuales aquellos candidatos
que presentan un adecuado nivel de lenguaje verbal y no verbal, pueden resultar
mejor evaluados que aquellos que no lo presenten.
De acuerdo con la segunda subcategoría, relacionada con la aplicación del
proceso, un 34,4 % de la muestra señaló que una ineficiente ejecución de éste no
contribuye a seleccionar al candidato idóneo para el cargo. Esto se relaciona con
que se lleve a cabo una deficiente adaptación del proceso respecto de las
necesidades del cliente y la cultura organizacional, lo que puede llevar a que el
psicólogo construya una inexacta definición del perfil de cargo y de las
competencias críticas para éste, por ejemplo, al definir una gran cantidad de
competencias como claves. De hecho, se ha comprobado que muchos de los
modelos de competencias adaptados a las organizaciones son ineficientes, ya sea
111
porque contienen muchas competencias o los indicadores conductuales son de
mala calidad o están incorrectamente clasificados, lo que repercute fuertemente
en la efectividad de la selección de personas. (Wood y Payne, 1998). Además, la
muestra señala que una ineficiente aplicación del proceso se puede relacionar con
que el psicólogo no logre establecer un adecuado vínculo con el candidato, lo que
puede reflejarse en un inadecuado manejo de la resistencia de éste,
especialmente cuando tiene que referirse a eventos negativos.
Finalmente, un 31,3% del 76,2% de la muestra señaló otras características
que no contribuyen al éxito de la selección por competencias, entre las que
sobresalen el desarrollo insuficiente de la teoría del modelo de competencias y
herramientas para evaluarla, lo que dificulta la comprensión del término y su
evaluación. Además, se señaló que la metodología del proceso, al ser cualitativa,
dificulta la conversión de los resultados del candidato a lo cuantitativo, es decir,
una misma competencia puede ser evaluada de manera diferente por distintos
evaluadores. Asimismo, se planteó que las características del modelo no permiten
realizar selección masiva, principalmente por el costo de tiempo que éste implica.
Igualmente los psicólogos reportaron que al contar con una pauta sistemática y
ordenada de entrevista de incidentes críticos, no se requiere experiencia del
evaluador, lo que puede incidir negativamente en la efectividad del resultado. En
último lugar, se mencionó que al no contar con el apoyo de la organización a
través de una gestión integrada de RRHH por competencias, puede resultar
dificultosa la aplicación de este proceso.
112
Gráfico Nº 7b
Simplista al no complementar la
100% mirada conductual
90%
Ineficiente aplicación del proceso
80%
70%
60% 50% Alta demanda de tiempo y dinero
50%
34.4% 31.3% 31.3%
40%
Favorece a personas con buena
30% oratoria
20% 9.4%
10% Otras Características
0%
113
Gráfico 7
114
4.1.8. Modelo Utilizado en el Proceso de Selección por Competencias
Como se ilustra en el Cuadro Nº 8 y se observa en su respectivo Gráfico, la
mayoría de la muestra (93%) que aplica este proceso de selección lo lleva a cabo
mediante el Modelo de Competencias. El 89,7% de ellos, se centra básicamente
en el modelo conductual de competencias al momento de evaluar a los
candidatos, puesto que las actividades que emplean en la selección están
relacionadas principalmente con este modelo. Asimismo, un 10,3% de aquellos
psicólogos que utilizan el modelo de competencias, lo aplica mediante una
combinación del modelo conductual y funcional, ya que en sus actividades suelen
utilizar tanto herramientas del modelo conductual, como por ejemplo, entrevista de
incidentes críticos y role playing, como del modelo funcional, tales como pruebas
técnicas o de conocimientos.
Por otro lado, el 7,1% de los entrevistados lleva a cabo este proceso
utilizando una combinación del modelo de competencias con el modelo de
selección tradicional, es decir, mediante un Modelo Parcial de Competencias, de
manera que utilizan en su aplicación actividades tanto de la selección por
competencias como de la selección tradicional.
115
aplicado a la selección, como fue previamente señalado en el marco teórico de
esta investigación.
Además, el porcentaje observado de aquellos psicólogos que utilizan un
modelo conductual-funcional para seleccionar personas, puede estar relacionado
con que este proceso se lleva a cabo en base a las competencias definidas por la
organización, ya sea mediante la aplicación de normas establecidas a través del
análisis funcional, o a partir de la definición de las competencias requeridas a
través del análisis conductual, como señala CINTERFOR (2000). Sin embargo, de
acuerdo al mínimo porcentaje de este grupo de entrevistados, se puede deducir
que el modelo funcional poco se aplica al realizar selección, ya que sólo se
utilizan ciertos aspectos de este modelo con el fin de complementar la mirada
predominantemente conductual.
Lo anterior puede estar relacionado con que el desarrollo teórico y práctico
del modelo funcional se ha dado principalmente en función de la certificación de
competencias. Esta situación, según lo reportado por la muestra, es bastante
similar a lo que ocurre en nuestro país. Ejemplo de ello es la implementación de
este modelo en Chile, con el objetivo de instaurar un Sistema Nacional de
Certificación de Competencias Laborales y perfeccionar el Estatuto de
Capacitación y Empleo, contemplado en la Ley N° 19.518, lo que está siendo
desarrollado por Fundación Chile desde el año 1998.
En último lugar, al no ser mencionado el modelo constructivista para realizar
selección de personas, se puede concluir que los psicólogos entrevistados no lo
utilizan para estos fines. Esto se puede explicar, de acuerdo con la teoría
previamente expuesta, ya que el término competencia que el modelo funcional
desarrolla, es aplicado para fines de formación y capacitación de las personas al
interior de la organización, entendiendo a éste como un espacio de interacción
social que promueve, impulsa y genera aprendizajes para el hacer, y no para fines
de selección de personas, directamente.
116
Gráfico Nº 8
93%
100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30% 7.1%
20%
10%
0%
Modelo por Competencias Enfoque Parcial de Competencias
117
señalaron que también incluían dentro de la matriz de evaluación pruebas de
capacidad cognitiva. Por su parte, un 20% de estos psicólogos mencionan como
parte del proceso de selección la realización de una preselección curricular por
competencias, constituyéndose así en un primer filtro de este proceso. Un 14,3%
de los psicólogos que aplican el modelo conductual señalan que, previo a la
selección, construyen el perfil de cargo bajo el mismo modelo. En último lugar, el
37,1% de estos psicólogos señalaron que realizan otras actividades de selección
durante el proceso, como publicación de anuncios por competencias para reclutar
candidatos, assesment center como completa matriz de evaluación, cuestionarios
por competencias en reemplazo de la entrevista de incidentes críticos, chequeo de
referencias e informe del candidato por competencias.
Por su parte, aquellos psicólogos que utilizan un Modelo Conductual-
Funcional (9,5%), realizan como principales actividades durante el proceso de
selección (100%), la entrevista de incidentes críticos como actividad representativa
del modelo conductual; y la aplicación de pruebas de conocimientos técnicos
escritas o en terreno, como actividad característica del modelo funcional. La
utilización de ambos tipos de herramientas puede relacionarse con el tipo de
competencias que evalúa cada modelo: así, el modelo conductual evalúa
competencias blandas, es decir, la identificación de atributos o características
subyacentes que deben conducir al desempeño superior, mediante la entrevista
de incidentes críticos, mientras que el modelo funcional evalúa competencias
duras basadas en criterios de resultados directos, es decir, aquello que la persona
competente debe realizar, a través de pruebas técnicas. (Adams, 1996).
Además, con un 50%, estos psicólogos realizan actividades como
assesment center; role playing individual y colectivo; aplicación de pruebas
proyectivas como Rorschach, Zulliger y Lüscher; chequeo de referencias por
competencias y realización de informe del candidato por competencias desde el
modelo conductual o conductual-funcional. Además, con un 75%, los mismos
psicólogos realizaban otras actividades tanto del modelo conductual como
funcional. Entre las actividades que pertenecen al modelo conductual, señalaron la
construcción del perfil de cargo por competencias; preselección curricular;
118
entrevista de preselección telefónica y simulaciones escritas y actuadas.
Finalmente, desde el modelo funcional reportaron actividades como definición de
las competencias “saber hacer” y observación en terreno del desarrollo de las
competencias que el candidato presenta al momento de ser evaluado.
Ahora bien, en la tercera categoría de respuestas (7,1%), se encuentran
aquellos psicólogos que realizan actividades desde un Modelo Parcial de
Competencias, es decir, combinan actividades tanto de la selección tradicional
como de la selección por competencias. De ellos, el 100% realiza actividades
pertenecientes a la selección tradicional, como construcción tradicional del perfil
de cargo, evaluación curricular, aplicación de entrevista tradicional, pruebas
proyectivas y cognitivas. Además, el mismo porcentaje de psicólogos combinan
actividades del modelo tradicional con algunas de las siguientes actividades de
selección por competencias: evaluación 360º, es decir, entrevista de las personas
que se encuentran relacionadas con el cargo a cubrir, sean éstas jefes, pares y
subordinados; entrevista de incidentes críticos; aplicación de simulaciones escritas
y actuadas e informe del candidato por competencias.
119
acciones que los psicólogos realizan se instalan dentro del modelo de
competencias, tanto conductual como conductual-funcional. Por esta razón, estas
categorías no dejan de ser representativas del modelo de competencias, ya que
las herramientas tradicionales sólo apoyan los resultados arrojados por las
distintas actividades de evaluación por competencias.
Además, se puede observar que independiente del modelo que los
psicólogos utilicen al momento de realizar selección de personas, existe una
herramienta común a ellos, aplicada por el 99% de la muestra: la Entrevista de
Incidentes Críticos. Esto puede relacionarse con que esta herramienta genera
información significativamente mejor que otras técnicas, permitiendo a la persona
responsable de la elección, tomar decisiones bien fundamentadas. (Mitrani, Dalziel
y Suárez de Puga, 1992). Además, la entrevista de incidentes críticos presenta
mejores índices de confiabilidad y validez (0,48 a 0,61), que otros métodos de
selección por sí solos, como test de personalidad, datos biográficos, referencias y
entrevistas tradicionales. (Hay Group, 1996). Ahora bien, el 1% restante, si bien no
realiza esta actividad por competencias durante el proceso de evaluación, aplica
otras herramientas de este modelo como simulaciones e informe del candidato por
competencias.
De un modo más general, al observar los datos se aprecia que el 100% de
la muestra realiza entrevista a sus candidatos, ya sea por competencias o desde
un enfoque tradicional. En el caso del modelo de competencias, esto puede estar
relacionado con el no disponer del tiempo necesario para realizar una acabada
evaluación. Así, una cuidadosa aplicación de la entrevista de incidentes críticos
constituye una forma objetiva de obtener una evaluación de las competencias de
cada candidato en el menor tiempo posible, como lo plantea Mitrani, Dalziel y
Suárez de Puga (1992). Además de esto, se debe tener en cuenta que la
entrevista es la técnica más utilizada en todo proceso de selección y la que más
influye en la decisión final respecto a los candidatos, a pesar de su componente
subjetivo (Chiavenato, 2002), lo que apoya que ésta es una actividad común de
aplicar en la muestra, siendo las demás herramientas un complemento importante.
120
Finalmente, la utilización de otras herramientas distintas a la entrevista,
acompañan o complementan la entrevista en el proceso de selección de personas,
sea éste por competencias o tradicional, ya que como señala Chiavenato (2002),
es común que se elija más de una técnica predictiva de comportamiento al
momento de realizar selección de personas, proporcionando información
importante sobre los candidatos. La elección del tipo de actividades a realizar,
según la muestra, dependerá de los requerimientos del cliente; del estilo particular
del psicólogo dentro del enfoque de selección al que se circunscriba y de las
características del cargo vacante. Respecto de esto último, Mitrani, Dalziel y
Suárez de Puga (1992), señalan que lo importante es que todo test utilizado sea
relevante respecto de las competencias que contempla el cargo vacante.
Gráfico Nº 9
Conductual
100.0% 83.3%
90.0%
80.0%
Conductual - Funcional
70.0%
60.0%
50.0%
40.0% Enfoque Parcial de
30.0%
Competencias
9.5% 7.1%
20.0%
10.0%
0.0%
121
Cuadro 9
122
4.1.10. Adquisición de Conocimientos sobre el Proceso de Selección
por Competencias
Como se indica en el Cuadro Nº 10 y se observa en su respectivo Gráfico,
el 50% de la muestra adquirió sus conocimientos sobre selección por
competencias por medio de Formación Académica, mientras que el 35,7% de los
entrevistados aprendió este modelo de selección de manera Académica y
Autodidacta a la vez. Por su parte, un 14,3% de la muestra obtuvo sus
conocimientos sólo de manera Autodidacta.
De aquellos psicólogos que se formaron Académicamente, un 90,5% realizó
cursos en distintas consultoras de RRHH, mientras que el 19% restante adquirió
sus conocimientos al interior de universidades, a través de diversas asignaturas y
cursos electivos, así como también a través de la realización de la memoria de
título. Con un porcentaje menor (14,3%), se encuentran aquellos psicólogos que
se formaron académicamente al interior de otro tipo de organizaciones, como por
ejemplo, bancos, farmacias, grandes tiendas y mineras.
Respecto de los psicólogos que se formaron de manera Académica y
Autodidacta (35,7%), un porcentaje significativo de éstos (86,7%) lo hizo por
medio del estudio de literatura relacionada con selección por competencias.
Seguido de esto se encuentran aquellos psicólogos que obtuvieron su formación
en diversas consultoras de RRHH (60%), en universidades (40%), por experiencia
profesional (33,3%), en cursos realizados en diversas organizaciones (26,7%), y
finalmente, por medio del intercambio de conocimientos y material sobre el tema
con otros profesionales (13,3%).
En último lugar, con relación a aquellos psicólogos que adquirieron sus
conocimientos de manera Autodidacta (14,3%), la mayoría de éstos (66,7%) se
instruyó por medio de revisión bibliográfica, tanto en libros como en páginas
actualizadas de internet, como también por medio del intercambio de
conocimientos y material didáctico con otros profesionales con formación en el
tema. Finalmente, el 16,7% restante se formó a través de la experiencia
profesional relacionada con el modelo de competencias y su aplicación en
selección de personas.
123
De los datos anteriormente expuestos, se puede observar que si bien el
50% de la muestra sólo se instruye a través de la formación académica, el 50%
restante lo hace de manera autodidacta, sea por sí sola o complementándola con
cursos académicos formales.
Gráfico Nº 10
100%
90%
80%
70%
50%
60%
50% 35.7%
40%
30% 14.3%
20%
10%
0%
Formación Académica Formación Académica y Formación Autodidacta
Autodidacta
124
Cuadro 10
125
4.1.11. Existencia de una Gestión Integrada de Recursos Humanos por
Competencias
Ante la pregunta Nº 7 de la entrevista, relacionada con la existencia de una
gestión integrada de RRHH por competencias al interior de la organización para la
cual el psicólogo realiza selección, aquellos psicólogos pertenecientes a
consultoras de RRHH preguntaron si se refería a su propia organización o a las
organizaciones clientes, ante lo que surgió la necesidad de plantear esta pregunta
en dos sentidos al momento de hacer la entrevista; si existe una gestión por
competencias al interior de la organización en la que el psicólogo se desempeña
y/o si existe una gestión integrada en las organizaciones clientes para la cual se
realiza selección. Esto, dado que aquellos psicólogos pertenecientes a consultoras
de RRHH, realizaban selección por competencias tanto para su organización
como para aquellos clientes externos que lo requerían, mientras que los
pertenecientes a otras organizaciones sólo realizaban este proceso de selección
para su misma empresa.
Respecto de la pregunta sobre la existencia de una gestión por
competencias al interior de la organización en la que el psicólogo se desempeña,
según indica el Cuadro Nº 11a y se observa en su respectivo Gráfico, del total de
la muestra, un 66,7% señala que la organización en la cual se desempeña, No
Presenta una Gestión Integrada de RRHH por Competencias, sino que sólo existe
como denominador común a ellas la selección bajo este modelo, no alcanzado por
esto a constituir una gestión integrada. Dentro de estas organizaciones se pueden
nombrar algunas empresas de servicios públicos y privadas. Con relación a estas
últimas, se pueden señalar algunas consultoras de RRHH, bancos, hospitales,
mineras y aquellos psicólogos que realizan selección de personas de manera
independiente.
Por su parte, el 33,3% restante de la muestra reportó que al interior de la
organización para la cual trabaja, Existe Parcialmente una Gestión Integrada de
RRHH, es decir, se aplica el modelo de competencias en al menos dos
subsistemas de éste, entre los que se señalan, en un primer lugar (93%), la
selección de personas; en segundo lugar (71,4%), la evaluación de desempeño;
126
en tercer lugar (50%), la elaboración de planes de capacitación; en un cuarto lugar
(28,6%), la construcción del perfil de cargo y desarrollo de carrera; y en último
lugar (7,1%), la evaluación de potencial y remuneración. De estas organizaciones,
se pueden mencionar dentro de la muestra algunas empresas de servicio público y
privadas como algunas aerolíneas, bancos, consultoras de RRHH, farmacias,
grandes tiendas, hospitales y seguros.
127
gestión bajo este modelo, ya que la teoría de la presente investigación señala que
para que exista una gestión integrada al interior de la organización, debiesen estar
alineados bajo este modelo todos los subsistemas de recursos humanos, es decir,
Diseño del Perfil de Cargo, Selección, Evaluación de Desempeño, Evaluación de
Potencial, Planes de Carrera, Planificación de la Sucesión, Capacitación y
Remuneración. De esta manera, se podría decir que aquella gestión integrada que
se menciona en la teoría, sólo se cumple parcialmente en la práctica.
Por otra parte, se puede concluir que no existe un tipo específico de
organización, según el servicio que preste, que se caracterice por presentar una
gestión parcial de recursos humanos por competencias, puesto que en las
categorías presentadas se encontró empresas que ofrecen distintos servicios. Tal
es el caso de las consultoras de RRHH, sobre las que se podría hipotetizar que
por prestar servicios en esta área, estarían más proclives a contar con una gestión
integrada de recursos humanos bajo el modelo de competencias. Sin embargo, al
observar los resultados anteriores, se puede señalar que ninguna empresa de este
tipo tenía implementada al interior de ella esta gestión de manera completa. Por lo
tanto, se puede concluir, en base a la muestra, que el hecho que las
organizaciones presenten una gestión de RRHH bajo el modelo de competencias,
es independiente del servicio que éstas ofrecen al mercado.
128
Gráfico Nº: 11a
100.0%
66.7%
80.0%
60.0% 33.3%
40.0%
20.0%
0.0%
No Existe Existe Parcialmente
129
Cuadro Nº 11b: Existencia de Gestión de RRHH por Competencias al interior de
la Organización (cliente externo) para la cual el Consultor realiza Selección de
Personas por Competencias (*)
Cabe señalar que ante esta pregunta surgió la inquietud de indagar sobre la
existencia de alguna diferencia en la aplicación del proceso cuando se contaba o
no, al interior de la organización cliente, con una gestión integrada por
competencias. Ante esto, de los 29 psicólogos pertenecientes a consultoras de
RRHH, el 70% de ellos señaló que al presentar la organización cliente una gestión
parcial por competencias, su desempeño con relación a la aplicación del proceso
de selección se veía facilitado y apoyado positivamente por parte del cliente. Esto,
dado que existe previamente un conocimiento del modelo de competencias por
parte de la empresa, contribuyendo a una comunicación más fluida entre psicólogo
y cliente. Además se ve facilitada la etapa del proceso relacionada con el
levantamiento del perfil de cargo, ya que existe una base y un trabajo previo
respecto de éste, teniendo más claridad de los requerimientos del cliente. De esta
manera, estos psicólogos señalaron sentirse más validados por aquellas
organizaciones que presentan una gestión parcial por competencias, ya que éstas
muestran un compromiso más alto con la selección de personas por competencias
llevada a cabo por el psicólogo consultor.
Por otro lado, el 30% restante señaló que no percibían diferencias en la
aplicación de este proceso de selección cuando la organización cliente presentaba
parcialmente o no, una gestión de RRHH por competencias. Esta perspectiva se
vio fundamentada en que el psicólogo igualmente realizaba el levantamiento del
perfil de cargo junto a su cliente, con el fin de actualizarlo con relación a nuevas
130
funciones que el cargo pudiera demandar. Por lo tanto, el psicólogo encargado
del proceso de selección realiza todas las etapas que éste involucra,
independiente de la existencia o no de una gestión parcial por competencias al
interior de la organización cliente.
Gráfico Nº 11b
100% 100%
100%
80%
60%
40%
20%
0%
No Existe Existe Parcialmente
131
4.1.12. Sugerencias para una Aplicación Exitosa del Proceso de
Selección por Competencias
Como ilustra el Cuadro Nº 12 y se observa en su respectivo gráfico, la
principal sugerencia entregada por la muestra de 42 psicólogos entrevistados
(71,4%), se encuentra relacionada con una Eficiente y Rigurosa Aplicación del
Proceso de Selección por Competencias, cumpliendo, por tanto, a cabalidad cada
una de las etapas del modelo. En este sentido, los psicólogos que apliquen este
modelo de selección debiesen ajustar el modelo de competencias a la cultura
organizacional para la que se lleva a cabo el proceso, teniendo en cuenta sus
valores organizacionales, ubicación geográfica, el servicio que entrega y las
características de las personas que se desempeñan en ella. También deben tener
en cuenta que al momento de seleccionar aquellas competencias críticas para el
cargo, éstas deben ser entre 6 y 7, de manera de no exagerar el tiempo de
entrevista necesario para evaluarlas y con esto no agotar al candidato. Además,
éstas deben estar claramente definidas y categorizadas en sus respectivos niveles
de desarrollo, de acuerdo con las necesidades que presente el cliente respecto al
cargo que se desea cubrir. Asimismo, al momento de realizar la evaluación, el
psicólogo debe tener cuidado de establecer un ambiente empático hacia el
candidato, tanto desde el lenguaje verbal como no verbal, con el fin de contribuir a
que éste disminuya su resistencia frente a la situación de evaluación. En el caso
que las competencias sean específicas de un determinado cargo, la muestra
también sugiere que se complemente la entrevista de incidentes críticos con
ejercicios de simulación y role playing, ya que éstos arrojarían mayor información
sobre el nivel de desarrollo de las competencias a evaluar. Relacionado también
con una eficiente aplicación del modelo de selección, se sugiere realizar chequeo
de referencias por competencias, ya que se constituye como una herramienta que
aporta información sobre el candidato desde la visión de terceras personas que
han tenido una relación laboral con éste. Finalmente, sugieren que se cuente con
un equipo de trabajo que se complemente entre sí, donde cada uno de los
psicólogos lleve a cabo una parte de un mismo proceso, con el fin de compartir las
impresiones y resultados obtenidos de un mismo candidato, enriqueciendo el
132
resultado final.
Con un 45,2% la muestra sugiere que exista una Mayor Capacitación y
Formación de los psicólogos que trabajen con el modelo de competencias. En este
sentido, señalan que es necesario crear un sistema de certificación del psicólogo
que trabaje con este modelo, ya que en su práctica laboral existen muchos
profesionales no entrenados que dicen manejarlo, vendiendo a sus clientes un
proceso de selección por competencias que resulta ser mal aplicado y deficiente
por un real desconocimiento del tema. Junto con esto, sugieren difundir aún más
la teoría y la práctica del modelo de competencias y, en particular, la selección por
competencias, a través de cursos de actualización, seminarios, charlas de
expertos nacionales e internacionales, etc. Esto tiene relación directa con lo que
plantea la muestra respecto a que el proceso debe llevarse a cabo por psicólogos
entrenados en el modelo, con el fin de contribuir al éxito del proceso. Además, se
sugiere como complemento a lo anterior, que el psicólogo que se desempeña en
el área de RRHH se forme no solamente en ésta, sino que amplíe sus
conocimientos a otras áreas que tienen relación con la realidad y el contexto en
que se desarrollan las organizaciones, con el fin de lograr una fluida comunicación
con otros profesionales y tener una visión más amplia al momento de seleccionar
a un candidato.
Por otro lado, los entrevistados sugieren con un 43%, que los psicólogos
promuevan una Gestión Integrada de RRHH por Competencias al interior de las
organizaciones para las cuales realizan selección, es decir, que este modelo se
logre circunscribir a los diferentes subsistemas de recursos humanos: Selección
de Personas, Evaluación de Desempeño, Valoración del Potencial, Planes de
Carrera, Capacitación y Desarrollo, Evaluación y Planificación de Sucesión, y
Remuneración. Esto contribuiría a establecer un lenguaje común entre los
integrantes de la organización, así como también entre el cliente y el psicólogo al
momento de coordinar una gestión por competencias. Además, el lograr una
gestión integrada al interior de la organización a la cual pertenece el cliente,
permite que el psicólogo lleve a cabo cada una de las etapas de selección de una
manera ágil y fluida, contando con el apoyo de los diversos departamentos de la
133
organización.
Con el mismo porcentaje (43%), los psicólogos entrevistados sugieren
Complementar este Proceso de Selección con Pruebas Psicológicas como
Rorschach, Zulliger y Lüscher, puesto que sus resultados aportan información al
proceso sobre posible psicopatía a la base del candidato o rasgos de personalidad
que, según el criterio de la muestra, pueden influir negativamente el desempeño
laboral del candidato y/o afectar su medio de trabajo, alterando las relaciones
interpersonales.
Además, un 9,5% de los entrevistados sugiere que para una aplicación
exitosa del proceso de selección por competencias, se hace necesario un Mayor
Desarrollo Teórico y Práctico de este modelo. En este sentido, señalan que es
importante crear nuevas herramientas que evalúen ciertas competencias difíciles
de medir con las herramientas hasta hoy desarrolladas. Además, refieren que es
central realizar mayores trabajos de investigación, tanto internacionales como
nacionales, para conocer cómo se da el desarrollo práctico de esta teoría,
especialmente en nuestro país, donde aún existen vacíos conceptuales sobre este
modelo y su práctica. A partir de esto, la muestra señala que se puede desarrollar
y aportar nuevos datos teóricos al modelo de competencias, contribuyendo a un
desarrollo constante y actualizado de éste y sus diversas aplicaciones en la
gestión de RRHH.
Respecto de la fase de reclutamiento por competencias, la teoría señala
que los anuncios deben entregar información clara y precisa sobre el cargo y las
competencias que se exigen, de manera que permita a los candidatos posibles
tomar una primera decisión sobre si les conviene intentar o no ser parte del
proceso. (Mitrani, Dalziel y Suárez de Puga, 1992). Sin embargo, un 19% de la
muestra señala que en la práctica este tipo de avisos no resulta ser tan efectivo,
puesto que las personas no se autodiscriminan lo suficiente. Por lo tanto, plantean
como Otras Sugerencias trabajar en la mejora de la efectividad de los anuncios de
reclutamiento por competencias.
Por otro lado, el mismo porcentaje de los entrevistados propone
complementar las evaluaciones de competencias conductuales con evaluaciones
134
de tipo funcional, es decir, realizar una matriz que involucre evaluar conductas
pasadas y conocimientos técnicos. Finalmente, plantean que es importante no
psicologizar los resultados de los candidatos al aplicar pruebas proyectivas, ya
que éstas sólo se sugiere utilizarlas como herramientas que ayuden a tener una
visión más integral del candidato, colaborando así a una selección más exitosa.
Cuadro Nº 12: Sugerencias para una Aplicación Exitosa del Proceso de Selección
por Competencias (*)
135
Gráfico Nº 12
136
4.2. Segundo Nivel de Análisis
En este nivel de análisis, para el tratamiento de los datos se utiliza una
prueba estadística de asociación no paramétrica que trabaja con variables a un
nivel nominal de medición, Chi Cuadrado, con el fin de conocer si existen
asociacionnes estadísticamente significativas entre los factores que contribuyen al
éxito y/o fracaso y la evaluación sobre el proceso de Selección de Personas por
Competencias.
χ2= 5, 33 P= 0, 25 G.L.= 4
137
probabilidad de error observada es de 0,25 siendo mayor a la probabilidad de error
esperada, 0,05. En síntesis, se rechaza la hipótesis específica: “Se encontraran
relaciones estadísticamente significativas entre los años de experiencia en
selección por competencias y la evaluación sobre este proceso realizada por la
muestra”.
No obstante lo anterior, al realizar un análisis cualitativo de la asociación de
estos factores, se puede observar la tendencia que los psicólogos con menos
años de experiencia en la aplicación de este proceso de selección (1-3 Años),
evalúan este proceso como exitoso.
138
De acuerdo con los resultados arrojados por el Chi Cuadrado, se puede
verificar que no existe una asociación significativa entre los Factores que
Contribuyen (o no) al Éxito reportados por la muestra y la Evaluación del Proceso
de Selección por Competencias, por lo tanto, las variables mencionadas son
independientes entre sí. Esto, dado que la probabilidad de error observada es de
0,10 siendo mayor a la probabilidad de error esperada, 0,05. En síntesis, se
rechaza la hipótesis específica: “Se encontraran relaciones estadísticamente
significativas entre los factores que contribuyen al éxito y/o fracaso reportados por
los psicólogos entrevistados y la evaluación sobre el proceso de selección de
personas por competencias realizado por los mismos”.
Sin embargo, al realizar un análisis cualitativo de la asociación entre estas
variables, se puede mencionar que existe una tendencia que aquellos psicólogos
que mencionan tanto los factores que contribuyen como los que no contribuyen al
éxito del proceso de selección, evalúan este proceso como exitoso.
De acuerdo con los datos arrojados con anterioridad por el Chi Cuadrado,
resultó interesante asociar las variables relacionadas con los años de experiencia
de la muestra y los factores que contribuyen (o no) al éxito reportados por la
misma, ya que según las asociaciones anteriores se podría pensar que los
psicólogos con menos años de experiencia son los que más mencionan tanto
características positivas como negativas del proceso de selección.
139
1-3 Años 4-5 Años 6-7 Años TOTAL
Base: 28 Base: 10 Base: 4 Base: 42
140
4.2.3. Asociación entre el Modelo Utilizado en la Aplicación de la
Selección por Competencias y la Evaluación del Proceso de
Selección
141
psicólogos que utilizan el modelo por competencias al aplicar este proceso,
evalúan su resultado como exitoso. Esta tendencia se puede deber a que los
psicólogos que aplican este tipo de selección a partir del modelo por
competencias, tienen una mejor valoración del proceso que aquellos que utilizan
un enfoque parcial por competencias, ya que éstos últimos, al no aplicar este
proceso de una manera completa y rigurosa, harían una evaluación más bien
negativa de éste.
142
De acuerdo con los resultados entregados por el Chi Cuadrado, se puede
verificar que no existe una asociación significativa entre el Tipo de Formación que
presenta la muestra sobre este tipo de selección y la Evaluación de este Proceso,
por lo que se puede mencionar que estos factores son independientes, puesto que
la probabilidad de error observada es de 0,21 siendo mayor a la probabilidad de
error esperada, 0,05. En síntesis, se rechaza la hipótesis específica: “Se
encontraran relaciones estadísticamente significativas entre el tipo de formación
en selección por competencias y la evaluación sobre este proceso realizada por la
muestra”.
No obstante, al realizar un análisis cualitativo de la asociación entre estos
factores, se puede constatar que existe una tendencia que aquellos psicólogos
que presentan una formación académica y académica-autodidacta, evalúan este
proceso como exitoso.
143
De acuerdo con los resultados arrojados por el Chi Cuadrado, se puede
verificar que no existe una asociación significativa entre la Existencia de una
Gestión Integrada de RRHH por Competencias y la Evaluación del Proceso de
Selección, por esta razón, las variables mencionadas son independientes entre sí.
Esto, dado que la probabilidad de error observada es de 0,45 siendo mayor a la
probabilidad de error esperada, 0,05. En síntesis, se rechaza la hipótesis
específica: “Se encontraran relaciones estadísticamente significativas entre la
existencia de una gestión integrada de recursos humanos por competencias y la
evaluación sobre este proceso realizada por la muestra”.
Sin embargo, al realizar un análisis cualitativo de la asociación entre estas
variables, se puede mencionar que existe una tendencia que aquellos psicólogos
que no cuentan con una gestión integrada por competencias, evalúan este
proceso como exitoso. Esta tendencia no confirma lo reportado por la muestra en
los cuadros Nº 7, 11b y 12 del primer nivel de análisis, donde se mencionó que la
existencia de una gestión integrada por competencias contribuiría a una mejor
evaluación de este proceso de selección por parte de los psicólogos que lo
aplican. Así, se esperaba que aquellos psicólogos que realizan selección por
competencias en organizaciones que presentan una gestión parcial bajo este
modelo, tuviesen una mejor evaluación de este proceso.
144
V. CONCLUSIONES
145
De esta manera, considerando estos tres factores, se puede señalar que el
presente estudio constituye una sistematización de las miradas y percepciones de
los jueces, psicólogos entrevistados y las propias autoras.
146
• Características Propias del Proceso:
9 Objetividad de este tipo de evaluación al centrarse en conductas
pasadas que predicen el desempeño futuro en el cargo.
9 Este proceso permite que no se discrimine a los candidatos respecto
de características personales no relacionadas con un desempeño
exitoso, haciéndolos así fácilmente comparables.
9 Al contar con una matriz completa de evaluación (assesment
center), permite obtener mayor cantidad y tipos de información sobre
el candidato.
9 Al ser sistemático y ordenado, permite estandarizar su aplicación en
diferentes contextos, asegurando la uniformidad durante la aplicación
del proceso.
147
proceso, puede repercutir negativamente en los resultados de la
selección, ya que por un lado, puede llevar a que se aplique de
manera incompleta para reducir los costos económicos; y por otro, al
tener una larga duración, puede llevar a que el candidato se agote y
por ende, su rendimiento se deteriore durante la evaluación.
9 Este proceso no favorece a aquellos candidatos que presentan un
inadecuado nivel de expresión verbal y no verbal, pudiendo resultar
mal evaluados durante la aplicación de técnicas como entrevista de
incidentes críticos, role playing y simulaciones.
148
competencias al evaluar, que tienen una formación académica o académica-
autodidacta en el modelo y que no cuentan con gestión integrada de recursos
humanos por competencias, evalúan este proceso de selección como exitoso.
Igualmente, es importante señalar que del análisis cuantitativo realizado entre los
factores que contribuyen (o no) al éxito reportados por la muestra y los años de
experiencia en el proceso de selección que ésta presenta, resultó una asociación
significativa entre estas variables. Del análisis cualitativo de estas variables, se
observó una tendencia que aquellos psicólogos que presentan menos años de
experiencia (1-3 años), mencionan tanto los factores que contribuyen como los
que no contribuyen al éxito del proceso.
149
9 Modelo y Actividades de Selección por Competencias: de acuerdo al
análisis de este factor, se puede concluir que el modelo que la
mayoría de los psicólogos entrevistados utiliza para la selección de
personas, es el Modelo Conductual, siendo éste el que más se
conoce y aplica para los fines de selección en nuestro país. Cabe
señalar, que una mínima parte de la muestra tenía conocimientos
acerca del modelo funcional y constructivista por competencias.
Dentro de las actividades que más se utilizan durante este tipo de
selección, se puede concluir que es la Entrevista de Incidentes
Críticos, seguida de la aplicación de Pruebas Proyectivas que
evalúan rasgos de personalidad en el candidato, entre las que
destacan los test de Rorschach, Zulliger y Lüscher. Debido a la
utilización de estos test proyectivos, se puede concluir que este
modelo no se aplica solamente desde una mirada puramente
conductual, ya que es complementado la mayoría de las veces, con
evaluaciones que indagan las competencias del candidato desde
otras perspectivas psicológicas.
150
sólo se da parcialmente, ya que no se implementa en todos los
subsistemas de RRHH. Por lo tanto, se puede concluir que aquella
gestión integrada que se menciona en la teoría, en la práctica sólo
existe de manera parcial.
151
de servicio público y privado). De la misma forma, este estudio logró ser un trabajo
acabado al utilizar tanto metodología cualitativa como cuantitativa para el análisis
de los datos arrojados por la muestra. De esta manera, considerando los factores
estudiados, la muestra y metodología utilizada, se puede concluir que este estudio
entrega una visión amplia y completa de aquellos factores que contribuyen al éxito
y/o fracaso en la aplicación de la selección por competencias.
Asimismo, la realización de este estudio contribuye a un mejor conocimiento
de los pasos a seguir durante la aplicación de la selección por competencias, lo
cual constituye un aporte para aquellos psicólogos organizacionales que en un
futuro pretendan aplicar exitosamente el proceso de selección por competencias.
En este sentido, de acuerdo a los datos encontrados, se puede construir un
Modelo Teórico que sirva como guía para estos fines. Se considera teórico, ya
que la forma de estructurarlo ha sido en base a la sistematización e integración de
los datos, constituyéndose así en una propuesta a utilizar por aquellos psicólogos
que apliquen este proceso de selección por competencias.
ii. Como primer paso, el psicólogo deberá acordar junto al cliente, en base
a qué diccionario de competencias se ceñirá el proceso de selección.
Este diccionario, puede provenir de manos del psicólogo a cargo del
proceso (si éste es externo a la organización cliente) o bien de la
organización que solicita la selección de personas. En esta situación,
pueden surgir varias opciones: que se decida trabajar con el diccionario
152
que la organización cliente dispone, que se decida trabajar con el
diccionario con que cuenta el psicólogo a cargo del proceso (si éste es
externo a la organización cliente), o bien que se realice una adaptación
del diccionario que dispone el psicólogo a la cultura de la organización
cliente, o viceversa.
iii. Una vez que se haya decidido con qué diccionario trabajar, se procede
a realizar la construcción del perfil de cargo:
a. El psicólogo a cargo del proceso de selección, debe asegurar
que las necesidades del cliente serán tomadas en cuenta
durante el desarrollo de éste, con el fin de satisfacerlas y
asegurar el éxito de la selección. En este sentido, el psicólogo
debe considerar, durante la construcción del perfil de cargo a
través de reuniones formales, los requerimientos del cliente y
la cultura de la organización para la que se lleve a cabo el
proceso de selección.
b. Identificación y definición clara de las competencias que
resulten relevantes o claves para el cargo. Para esto, el
psicólogo cuenta con la posibilidad de realizar una reunión
junto al panel de expertos, donde participen aquellas personas
de la organización que se relacionan directamente con el
cargo a cubrir y conocen las funciones centrales de éste. Así,
una vez finalizada esta reunión, el psicólogo debe lograr
determinar mediante un continuo feedback, las competencias
que se medirán en los candidatos.
Otra modalidad con que cuenta el psicólogo para lograr definir
claramente las competencias que se buscan, es a través de
entrevistas personales con aquellos trabajadores que han
demostrado tener un desempeño exitoso en el mismo cargo a
cubrir. De esta manera, el psicólogo debe lograr identificar las
características personales de cada trabajador que se
153
relacionan con el éxito en el cargo, y así, realizar una
sistematización de estas habilidades que luego, serán
traducidas en las competencias críticas. El número de
competencias que se definan deberán ser 6 ó 7, ya que se ha
visto que las competencias críticas, independiente del cargo,
no van más allá de este rango.
c. Luego de definir las competencias críticas, el psicólogo debe
acordar junto al cliente, cuál será el nivel de desarrollo o
número de acciones claves que se deben evaluar y encontrar
en los candidatos postulantes al cargo.
154
través de ésta, donde se pueden evaluar directamente las
competencias críticas, obteniendo los datos necesarios del
candidato para seleccionarlo o dejarlo fuera del proceso.
d. Teniendo en cuenta que este modelo evalúa sólo
competencias, se recomienda que el psicólogo a cargo del
proceso de selección, complemente toda actividad de
evaluación por competencias con la aplicación de pruebas
proyectivas que descarten psicopatologías a la base en el
candidato al cargo que puedan mermar el desempeño en el
cargo o que afecten las relaciones interpersonales al interior
de la organización.
e. Una vez finalizada la evaluación de las competencias críticas,
el psicólogo a cargo deberá confirmar la información obtenida
del candidato, a través del chequeo de referencias por
competencias. Este chequeo se realiza a través de contacto
telefónico, con al menos 3 personas que hayan sido jefes
directos del candidato en trabajos anteriores. El objetivo de
este contacto, es indagar el desempeño que ha tenido
anteriormente el candidato, referente a las competencias que
actualmente se requieren evaluar.
155
c. Con esta información, el psicólogo deberá realizar un informe
de cada uno de los integrantes de la terna. Este informe debe
dar a conocer el nivel de desarrollo de las competencias
críticas que presenta cada candidato y una descripción del
nivel obtenido en cada una de éstas. Por último, se debe
plantear una observación general del candidato, describiendo
sus principales características, fortalezas y debilidades.
156
Flujograma
157
Flujograma
158
Lo anteriormente expuesto, permite confirmar el cumplimiento satisfactorio
tanto del Objetivo General como de los Objetivos Específicos planteados en la
investigación. Con esto, se espera que la información entregada se constituya un
aporte que guíe cada proceso de selección de personas por competencias, con el
fin que éstos logren ser exitosos y así disminuir los índices de rotación, costos de
tiempo y dinero e incrementar la precisión y capacidad predictiva del rendimiento
futuro del candidato seleccionado.
159
9 Realizar estudios sucesivos, con el fin de conocer las ventajas y
desventajas que en la práctica, podrían presentar los demás
subsistemas de RRHH por competencias.
160
BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía General
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• Código del Trabajo (2001): Ley Nº 19.739 Modifica el Código del Trabajo a
fin de Evitar la Discriminación por Edad y Estado Civil en la Postulación a
Empleos. Chile.
• Hay Group (1996): Las Competencias Clave para una Gestión Integrada de
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• Kehoe, J. (2000): Managing Selection in Changing Organizations. Editorial
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Gestión Pública, Universidad de Chile. Santiago, Chile.
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Libros
• Aragón, A.; Fernández, M.; Martín, F.; Romero, P.; Sánchez, G.; Sanz, R.;
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Graw Hill Interamericana S.A. Bogotá, Colombia.
• Hay Group (1996): Las Competencias Clave para una Gestión Integrada de
los Recursos Humanos. 2ª Edición. Ediciones Deusto S.A. Bilbao, España.
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• Levy-Leboyer, C. (1997): Gestión de las Competencias: Cómo analizarlas,
Cómo Evaluarlas, Cómo desarrollarlas. Ediciones Gestión 2000, Barcelona.
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Artículos de Revistas y Apuntes
• Código del Trabajo (2001): Ley Nº 19.739 Modifica el Código del Trabajo a
fin de Evitar la Discriminación por Edad y Estado Civil en la Postulación a
Empleos. Chile.
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• Organización Internacional del Trabajo (OIT). (2000): Las 40 preguntas
más frecuentes sobre competencia laboral. Extraído el 16 de Julio de 2004
en:http://www.ilo.org/public/spanish/region/ampro/cinterfor/temas/complab/xxx
x/esp/iii/index.htm.
• Spencer, L.; McClelland, D. (1990): A History and State of the Art of Job
Competency Assesment Methods. Artículo presentado ante la American
Psychological Association Annual Conference. Boston, EE.UU.
168
ANEXO
Pauta de Entrevista
Proceso de Selección de Personas por Competencias
Datos Demográficos:
1. ¿A qué empresa pertenece actualmente?
2. ¿Cuál es su cargo y función(es) en la Empresa?
Datos a Analizar:
1. ¿Qué entiende usted por Selección de Personas por Competencias?
Defínalo brevemente con sus propias palabras.
2. ¿Cuánto tiempo lleva haciendo Selección por Competencias?
3. ¿Considera que los procesos de Selección por Competencias, han sido
exitosos (o no), en el sentido de haber seleccionado adecuadamente a la
persona idónea para el cargo? ¿En qué se basa para considerar el proceso
como exitoso?
4. Siguiendo con la pregunta anterior, ¿qué características en la aplicación del
proceso de Selección por Competencias contribuyen (o no) a la adecuada
selección de la persona idónea para el cargo?
5. ¿Qué modelo de evaluación ocupa y qué actividades realiza para evaluar
competencias?
6. ¿Cómo adquirió sus conocimientos de evaluación de competencias?
7. La organización para la cual realiza Selección por Competencias, ¿posee
un Sistema de Gestión por Competencias, asociado a la Administración de
RRHH?
8. ¿Qué sugerencias y/o criticas, a partir de su experiencia, podría hacer
usted para una aplicación exitosa de un proceso de Selección de Personas
por Competencias en el quehacer laboral de otros psicólogos
organizacionales? ¿Por qué?
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