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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

(Universidad del Perú, DECANA DE AMÉRICA)

FACULTAD DE PSICOLOGÍA
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL (ITS)

LIMA - PERÚ
Definición

Las infecciones de transmisión sexual (ITS), son aquellas que se transmiten, casi
exclusivamente, a través de relaciones sexuales o contacto sexual con otra persona que
ya tiene una ITS. Además, se encuentra el contagio a través de jeringas contaminadas, o
por contacto con sangre u otras secreciones. Algunas de estas ITS pueden pasarse de
madre a hijo a través del parto o la lactancia.

Datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud)

La OMS nos brinda datos para el entendimiento de la relevancia que tienen las
ITS en nuestra vida. Entre los más de treinta virus, bacterias y parásitos que se conocen
por contagio sexual; hay ocho infecciones que presentan una mayor incidencia. Cuatro
de ellas, son curables: Sífilis, clamidia, tricomoniasis y gonorrea. Las otras cuatro –
Hepatitis B, VIH/SIDA, papiloma humano y herpes genital– son infecciones incurables,
aunque existen tratamientos para atenuar los síntomas o enfermedad.

Cada día, más de 1 millón de personas contraen una infección de transmisión


sexual. Se estima que, anualmente, unos 357 millones de personas contraen alguna de
las cuatro ITS siguientes: clamidia (131 millones), gonorrea (78 millones), sífilis (5,6
millones) o tricomoniasis (143 millones). El número de personas con infección genital
por el VHS (herpes) supera los 500 millones. En todo momento hay en el mundo más de
290 millones de mujeres infectadas con el virus del papiloma humano (VPH), una de las
ITS más comunes.

Las consecuencias de las ITS pueden ir más allá de su efecto inmediato y ser
graves. Por ejemplo, algunas ITS, como la sífilis y el herpes, pueden hasta triplicar la
probabilidad de contraer VIH/SIDA. Anualmente, la infección del VPH provoca 528
mil casos de cáncer cervicouterino y 266 mil defunciones. ITS tales como la gonorrea y
la clamidiasis son causas principales de enfermedad inflamatoria de la pelvis, desenlace
adverso del embarazo e infertilidad. La transmisión de la madre al niño puede dar lugar
a muerte prenatal, muerte neonatal, insuficiencia ponderal al nacer y prematuridad,
septicemia, neumonía, conjuntivitis neonatal y deformidades congénitas. Más de 900
000 mujeres embarazadas contrajeron sífilis en 2012, lo que causó complicaciones en
alrededor de 350 000 casos, incluidos casos de muerte prenatal (Newman L., 2013).

Principales ITS

Clamidia

Esta enfermedad es originada por una bacteria, llamada Chlamydia trachomatis,


produce lesiones en el interior de la vagina en la mujer, la uretra en el hombre, en la
boca y el ano. Los síntomas de la clamidia se presentan entre una a tres semanas
después del contagio, en ambos sexos se presenta: Sensación urgente de orinar,
polaquiuria, disuria, dolor y ardor al defecar, sensación de quedar insatisfecho; en la
mujer, el 30% no presenta síntomas, y los que se presentan son: flujo vaginal abundante
y dispareunia; en el hombre, el 25% no presenta síntomas y presenta una secreción
blanquecina por la uretra.

El proceso en las mujeres es el siguiente: la enfermedad asciende por las vías


genitales y si llega a las trompas de Falopio puede provocar salpingitis o un embarazo
extrauterino; y si logra llegar al ovario, puede provocar lesiones, inflamación pélvica,
dolores abdominales y fiebre. Y en los hombres la clamidia puede afectar a los
testículos hasta llegar al epidídimo y a la próstata.

Se puede diagnosticar esta infección por medio de muestras, ya sean uretrales,


cervicales o rectales. La consecuencia principal de esta enfermedad es la esterilidad. El
tratamiento se da por medio de antibióticos, esto no garantiza la eliminación completa
de la enfermedad, el sujeto puede presentar recaída o reinfección.

Tricomoniasis

La tricomoniasis se presenta por el protozoario Trichomonas vaginalis. Los


síntomas se presentan luego de 5 a 30 días después del contagio, el 90% de los hombres
no presentan síntomas, y si presentan, se confunde con una infección urinaria leve; en
las mujeres, el 25% no presenta síntomas, y las que sí, presentan vaginitis, es decir:
comezón y ardor en la vagina, leucorrea, mal olor, disuria, Bartholinitis, dispareunia y
presentan un pH vaginal superior a 4.5.
La tricomoniasis se puede diagnosticar con un examen del flujo, medición del
pH con papel tornasol, examen de sedimento urinario, entre otros. El tratamiento se da
mediante antibióticos, para disminuir o tratar de eliminar el parásito. Las consecuencias
de poseer esta infección, es que las personas infectadas están más vulnerables a contraer
otras enfermedades como el VIH, y quedan susceptibles a reinfectarse de tricomoniasis,
así hayan tratado el parasito. Si la mujer infectada está embarazada, corre el riesgo de
que dé a luz al feto prematuro o con reducido peso.

Sífilis

La sífilis es causada por la bacteria llamada Treponema pallidum. Tiene la


característica de poseer tres etapas en el desarrollo de la enfermedad. La primera etapa
se presenta de 3 a 90 días después del contagio, aparecen llagas o úlceras de tono rojizo-
marrón en los genitales o en la boca. La segunda etapa, se da alrededor de 4 a 10
semanas después de la aparición de las úlceras, aparece un sarpullido en todo el cuerpo.
Después de desaparecer el sarpullido, se presenta una etapa latente, donde no aparecen
más síntomas, puede durar de 1 a 20 años posteriores a la aparición de las úlceras, luego
de esto, se presenta la tercera etapa, aquí la enfermedad ataca a uno de los órganos
internos como el corazón, o también ataca los vasos sanguíneos. Hasta el sistema
nervioso.

El diagnóstico se puede dar a través de diferentes exámenes como: examen de


reagina plasmática rápida (RPR), examen FTA-ABS, examen VDRL en el líquido
cefalorraquídeo. El tratamiento en la actualidad para tratar todo tipo de sífilis, se da
únicamente a través de la penicilina.

Papiloma

También llamado verrugas genitales, es una infección producida por el virus


del papiloma humano (VPH) y su contagio se produce en relaciones sexuales sin
protección. El VPH se clasifica como: De riesgo: VPH 6 y VPH 11. De algo riesgo:
VPH 16 y VPH 18 (relación con el cáncer de cuello uterino). En hombres, se presentan
verrugas húmedas o vegetaciones pigmentadas rosáceas en la corona del glande y meato
uretral; mientras que, en las mujeres, en el clítoris, labios menores y región perianal.
El tratamiento tiene varios tipos: con sustancias, cirugías, medicamentos
antivirales (Imiquimod o podofilina), etc. Existe una vacuna aplicable desde los 9 hasta
45 años, la cual puede ser adquirida en cualquier centro de atención.

Gonorrea

También llamada blenorragia, es una enfermedad causada por la bacteria


Neisseria gonorrhoeae (gonococo). Se transmite a través del contacto de genitales con
vagina, boca o ano. En el 80% de mujeres y 10% de hombres es asintomática
(Hernández Giorgana, 2008). Esto ocasiona que los varones tengan más facilidad para
recibir el tratamiento a tiempo, mientras que en las mujeres se pueden producir
complicaciones como la enfermedad inflamatoria pélvica, infertilidad o embarazo
ectópico. (Cáceres y Rubilar, 2012).

Los síntomas en hombres pueden ser dolor al orinar, micciones muy


frecuentes, salida de una gota de pus amarillento por la uretra, dolor de bajo vientre,
signos de prostatitis. Las mujeres presentan escurrimiento amarillento por los genitales,
dispareunia (dolor en las relaciones sexuales), sangrado ocasional negruzco o pardusco,
dolor en bajo vientre. El diagnóstico se da mediante identificación bacteriológica del
germen y actualmente no existe vacuna efectiva contra ella.

Herpes genital

Es la ITS con más incidencia mundialmente, producida por el herpes simple


(VHS) tipo 2 y su modo de contagio es de piel a piel o con mucosas con lesión visible o
no. Pueden presentarse dolores de cabeza, irritabilidad, dolores en glúteos o muslos,
fiebre (Hernández Cortina, 2008).

Los signos principales son unas vesículas (ampollas pequeñas) que se


presentan en los genitales internos de la mujer y el glande, prepucio y cuerpo del pene.
Son muy dolorosas y durante el acto sexual se pueden romper, brotando un líquido
pegajoso y transparente. Generalmente, un primer brote se repite hasta 8 veces por año y
dura de por vida (Hernández Giorgana, 2008).
No tiene cura, pero sí se lleva tratamiento donde se usan el Aciclovir,
Famciclovir y Valaciclovir, medicamentos antivirales que se toman vía oral para acortar
la duración y las molestias del brote. Los fármacos se consumen desde el inicio hasta
los 9 meses después de la infección, ya que en los primeros meses es donde se reportan
mayores descargas virales. (Hernández Cortina, 2008).

Hepatitis B

Esta infección causada por el VHB ocasiona la irritación e inflamación del


hígado. Su forma de contagio ocurre a través del contacto con fluidos corporales
(semen, fluidos vaginales, saliva) de alguien que padezca del virus. También, debido al
ingreso de agujas u objetos punzocortantes infectados a nuestro cuerpo.

En cuanto a los síntomas, existe la posibilidad de que no aparezcan hasta 6


meses luego de la infección. Aunque en la mayoría de casos, no se presentan. (Cabezas
Sánchez, 2008). Pueden ser: fatiga, náuseas, vómitos, dolores abdominales, piel
amarillenta, orina turbia. Existen 2 formas de hepatitis B: Hepatitis B aguda: durante
esos 6 meses, la persona lo puede combatir. Hepatitis B crónica: sobre todo en lactantes,
el cuerpo ya no puede deshacerse del virus.

El diagnóstico se hace mediante una prueba de sangre y el tratamiento para


la hepatitis B crónica son fármacos que retrasan o detienen el daño del VHB al hígado
como la lamivudina. Si no se trata, pueden ocasionar cirrosis, cáncer de hígado e
insuficiencia hepática. (Cabezas Sánchez, 2008). Al igual que el papiloma, este ITS
también tiene una vacuna la cual se recomienda aplicar a los bebés al nacer y en 3 dosis.

Prevención de las ITS

Son varias las acciones y medidas que podemos realizar para evitar el
contagio de las infecciones de transmisión sexual; algunas de ellas de forma individual,
y otras, de manera más global, comunitaria, inclusive estatal.
Dentro de las medidas individuales, encontramos las más conocidas: utilizar
siempre preservativo, reducir la frecuencia de las relaciones y el número de
compañeros(as) sexuales y evitar un inicio sexual muy temprano.

Dentro de las medidas colectivas se encuentran: Ofrecer una mayor


accesibilidad a los servicios de salud sexual y reproductiva para los adolescentes,
implementar más programas de educación sexual, evitar el fomento de la actividad
sexual en los distintos medios de comunicación y erradicar los mitos difundidos acerca
de la sexualidad y los riesgos de esta.

Como podemos darnos cuenta, el contexto y la idiosincrasia social es muy


influyente en el frecuente contagio de ITS. Dentro de esta idiosincrasia encontramos los
mitos o creencias, dentro de las cuales podemos mencionar: “Con una sola pareja sexual
es nulo el riesgo de contraer una ITS” “Con condón la sensación no es tan buena”

A esto podemos agregar la menor preocupación por contraer una ITS


respecto a la preocupación por un embarazo no deseado. Esto se puede apreciar, por
ejemplo, en el uso del coitus interruptus (o eyaculación fuera), que sigue siendo
considerado por algunos como un efectivo método anticonceptivo.

La vulnerabilidad del adolescente

¿Por qué es importante hablar de las infecciones de transmisión sexual


cuando abordamos la etapa de la adolescencia en el desarrollo humano? Pues bien,
cuando hablamos de la vida sexual, es inevitable detenernos un momento para analizar
el inicio del ejercicio pleno de la misma, es decir, de la actividad coital; y esta se da, en
mayor medida, durante la adolescencia. Sabemos de sobra que en esta etapa se producen
cambios repentinos a nivel físico y hormonal, los cuales anuncian que el organismo se
encuentra listo para la reproducción. Pese a ello, existe un claro desfase entre la
organización biológica y la asimilación psíquica del individuo, con respecto a lo que
ocurre en su entorno y en sí mismo. Es por ello que se considera al adolescente como
una persona en potencial riesgo de tomar decisiones impulsivas, guiado por las energías
que aún no logra controlar. Una de aquellas decisiones es, sin duda alguna, el prematuro
inicio de la actividad sexual.
Muchos adolescentes tienen su primera relación sexual entre los doce y los
catorce años. La motivación principal, según manifestaciones propias, es la curiosidad
por experimentar sensaciones distintas. Esta negligencia puede conllevar a graves
repercusiones y es por ello que se consideran como los dos mayores riesgos en el
temprano ejercicio de las relaciones sexuales, al embarazo no deseado y a las
infecciones transmisibles sexualmente.

Los adolescentes pueden tener conocimiento respecto a las consecuencias de


las infecciones de transmisión sexual; sin embargo, ello no parece disminuir el nivel de
prevalencia, el cual continúa siendo bastante elevado. Por lo cual, el reto más grande
consiste en lograr no solo una difusión informativa—a través de los centros educativos
y las campañas de salud— acerca de los riesgos y consecuencias de las ITS, si no
también lograr un cambio en el entorno inmediato del adolescente —medios de
comunicación, calidad de la información brindada— para que de este modo se logre una
interiorización real en ellos, generando un cambio importante a la hora de tomar
decisiones.
Bibliografía

Cáceres, K., & Rubilar, P. (2012). Infecciones de transmisión sexual: sífilis y


gonorrea. El vigía 27, 19.

Cordón-Colchón, J. (2008). Mitos y creencias sexuales de una población adolescente de


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Hernández Cortina, A. (2008). Infección por herpes simple genital: revisión


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Hernández Giorgana, F. (2008). Enfermedades de trasmisión sexual: guía para padres y


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Muñetón, B. (2014). Prácticas y conductas sexuales de riesgo en jóvenes: Una


perspectiva de género. Colombia: Psicología desde el Caribe.

Martínez, M. (2001). Diagnóstico microbiológico de Chlamydia trachomatis: Estado


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Newman L, Kamb M, Hawkes S, Gomez G, Say L, et al. (2013) Global Estimates of


Syphilis in Pregnancy and Associated Adverse Outcomes: Analysis of
Multinational Antenatal Surveillance Data. PLOS Medicine 10(2): e1001396.
https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1001396

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