Está en la página 1de 288

1

El siguiente material es una traducción realizada por


fans para fans.

Beautiful Coincidence no recibe compensación económica


alguna por este contenido, nuestra única gratificación es
el dar a conocer el libro, a la autora y que cada vez
más personas puedan perderse en este maravilloso
mundo de la lectura.
2
Si el material que difundimos sin costo alguno está
disponible a tu alcance en alguna librería, te invitamos
a adquirirlo.
Agradecimientos
Dirección de Traducción

Andrea

Traducción e Interpretación

Ana_rmz, Andrea, Bella, DianaX, Femme Fatale, katherin.puentes,


Katyandrea, lauu lr, Leon, Little Rose, Nora Greene, rihano & Scherezade

Corrección de Estilo

aleja_o, Bella, eilosanchez, Lisa EQS, Nina, Spica


3
Lectura Final

aleja_o

Diseño de Imagen

Femme Fatale
Índice
S. L. Ziegler Capítulo 10

Sinopsis Capítulo 11 Capítulo 22

Prólogo Capítulo 12 Capítulo 23

Capítulo 1 Capítulo 13 Capítulo 24

Capítulo 2 Capítulo 14 Capítulo 25

Capítulo 3 Capítulo 15 Capítulo 26

4 Capítulo 4 Capítulo 16 Capítulo 27

Capítulo 5 Capítulo 17 Capítulo 28

Capítulo 6 Capítulo 18 Capítulo 29

Capítulo 7 Capítulo 19 Epílogo

Capítulo 8 Capítulo 20 Fighting To Stay

Capítulo 9 Capítulo 21
S.L. Ziegler

S
e describe a sí misma como
una adicta a los libros.

Pasó toda su vida con su


cabeza en las nubes, soñando
con personajes e imaginando
cómo se desarrollarían sus historias.
No fue hasta más tarde cuando esas
historias en su cabeza se convirtieron
en demasiado para manejar y lo
plasmó en papel.

Cuando no está escribiendo o leyendo,


está pasando tiempo con sus dos hijos
5 locos y su esposo. Viven en una casa
en las afueras de Atlanta.

Es una verdadera fanática de las castañas de indias y vive para los fines
de semana, donde puede tomar una copa de vino y devorar los libros que
esperan en su Kindle.
Sinopsis

R
eed “Riker” Collins es mi historia… El comienzo, el medio, y el
final.

Nuestro amor era intenso, emocional y puro, del tipo que se


queda pegado a ti toda la vida. Pensé que lo teníamos todo, lo
que nos haría durar… Hasta que no fue así.

Reed me prometió un para siempre, y le creí con todo mi ser. Pero nunca
es tan fácil. Sin pensarlo dos veces, Reed me dejó para seguir su propio
sueño de convertirse en un luchador profesional. Cinco años de ir por la
vida sin él me han dejado a la deriva, sin vivir verdaderamente,
dejándome más dañada que nunca antes. Pero entonces, Reed vuelve a
mi vida cuando más lo necesitaba. ¿Seré capaz de olvidar todo el dolor
que causó? ¿Será capaz de curar las heridas emocionales que me había
6 dejado su amor?

¿Puedo luchar para empezar? ¿O terminaré perdiéndolo todo para que


simplemente se vaya?

Fighting Madly #1
Prólogo

Q
uien dijo que es mejor tener amor y perderlo que nunca haber
amado en absoluto está mintiendo.

Quien dijo que tu primer amor es solo un escalón hacia uno aún
mejor está lanzando basura de mierda a todo el mundo.

Quien dijo que una persona que ama una vez puede amar de nuevo está
tristemente equivocado.

Quien dijo que el amor es suficiente para conseguir pasar a través de


todo te está engañando.

Todo sobre el amor no son más que mentiras… grandes, feas,


desagradables.

7 Absolutamente todo.

Aquí está la verdad: es la mayor carga de mierda jamás pronunciada. El


amor es solo una tragedia. Una emoción que te deja vacío, roto y
eviscerado. Te quita todo hasta que estás muerto en el interior… los latidos
sin sentido del corazón en tu pecho es lo único que demuestra que
todavía estás vivo.

Porque cuando amas a alguien realmente con cada gramo de ti mismo —


con cada respiración que tomas—, y ellos solo se levantan y te dejan, no
solo te destroza. Te diezma, empezando lentamente desde el interior y
haciendo su salida como un fuego ardiente. Sigues adelante, pero nada de
quien solías ser sobrevive. Harás lo que sea para hacer que el dolor que
sientes por dentro se vaya, pero nada funciona.

Si finalmente te recompones lo suficiente como para enfrentar al mundo


de nuevo, eres cualquier cosa, menos fuerte. No eres lo suficientemente
valiente o estás lo suficientemente preparado para que otra persona
intervenga y tome ese lugar en tu corazón que una vez perteneció a otra
persona. Porque no importa lo duro que trates de salir de su control
abrasador, siempre tendrán un implacable control en tu corazón, en tu
alma, en ti… siempre les pertenecerás.
Siempre recordarás la forma en que el amor te hizo sentir —demasiado,
demasiado abierto, demasiado vivo— porque amar a alguien,
simplemente no es suficiente.

¿Cómo se supone que seas capaz de dejar entrar a alguien cuando


siempre vas a pertenecer a otro?

La respuesta es sencilla. No puedes.

Pero seguro como el infierno que lo intenté.

8
Capítulo 1
Hadley

—R
eed. ¿De verdad, nene? Dos veces no te ayudaron en
absoluto, ¿verdad? —Lo golpeo en las costillas, tratando
de salir de la cama. Me agarra por la cintura y me tira
hacia él, dándome besos desde mi hombro hasta mi cuello. Piel de gallina
me cubre al sentir sus labios sobre mí.

—¿Qué diversión hay con que me detenga ahora? Eres demasiado sexy
para tu propio bien y no puedo tener suficiente. Y sé que si sigo adelante
—Reed desliza su mano por mi hombro, mueve el cabello de mi cuello y
me besa suavemente detrás de la oreja, enviando escalofríos a través de
9 mi cuerpo—, conseguiré que te olvides de ir a ver esa película idiota con
tu madre y vengas a ver mi pelea. —Sin previo aviso, Reed me da la vuelta
sobre mi espalda y se cierne sobre mí.

Fijo la mirada en sus impresionantes ojos avellanas, a punto de envolver


mis brazos alrededor de él cuando su teléfono suena con un mensaje de
texto, interrumpiéndonos. Reed gruñe “Bloqueador de polla” contra mi
sien y me besa por última vez antes de levantarse para mirar su teléfono.

No puedo evitar admirarlo mientras me empujó hacia arriba con mis


codos. Reed se ve como un chico malo: músculos definidos, tatuajes
coloridos sobre su pecho, brazos, espalda y hasta en los muslos, cabeza
afeitada. Lo tiene todo en un solo paquete deliciosamente atractivo de un
metro ochenta y ocho. Y es todo mío.

Podría mirarlo todo el día, pero no tengo el tiempo. Tenía el resto de mi


vida para apreciar su físico, así que ruedo fuera de la cama y recojo sus
bóxers del suelo, lanzándolos a su pecho con una sonrisa. Él agarra mis
brazos rápidamente, tirando de mí hacia él con una sonrisa. Sabía lo que
significaba esa sonrisa. Levantándome en puntillas, le doy un beso casto
y susurro contra sus labios:
—Te amo.

—Yo también, nena.

Me alejo con una sonrisa en los labios después de que me golpea el culo.
Muevo un poco mis caderas desnudas, burlándome de él un poco más y
luego escucho su risa profunda mientras camino a nuestro armario.
Agarro lo primero que me llama la atención.

Unos minutos más tarde, salgo vestida en mi par de jeans favoritos de


True Religion, una camiseta negra lisa y mis Chucks negras. Reed está
sentado en el borde de la cama, encorvado mientras se pone sus botas de
trabajo. Me debe escuchar, porque sus ojos se encuentran con los míos,
despertando las mariposas de mi estómago. Alrededor de Reed, siempre
tengo el aleteo en mi vientre, sin importar la cantidad de tiempo que
hemos estado juntos. Y no tengo ninguna duda en mi mente de lo que
siente por mí. Cada vez que me mira, sus ojos me dicen todo lo que
debería saber. Siempre he visto el amor que Reed tiene por mí, por
nosotros, incluso al principio cuando había tratado duramente de luchar
contra sus sentimientos por mí, siempre supe que estaban ahí.
10 Ahora, dos años más tarde, Reed nunca lo oculta… no de mí ni de
cualquier otra persona. Mi cabello podría estar grasiento, sin lavar
durante días, podría estar bañada en sudor de nuestras carreras o tener
el maquillaje de ayer debajo de mis ojos y, aun así, me miraría como si
fuera la única en la habitación.

Es de la misma manera en que lo miro.

Nos enamoramos del otro violenta e imprudentemente. No era normal o


el tipo de caída libre de un acantilado. Tampoco era correr a través de un
campo de margaritas. No, era como saltar de cabeza de un avión sin un
paracaídas, corriendo a través de un edificio en llamas; la clase de amor
que se alimenta el uno del otro, que se apodera de cada centímetro de tu
alma, del que te quita cada respiración y te deja sintiendo como si solo
ahora estuvieras experimentando la vida. El tipo de amor que solo te da
dos opciones: si funciona, habrás vivido con más amor que la mayoría.
Serás afortunado de ver todo lo mejor ya que esa persona es tu mejor.
Pero si no funciona, estás tan completamente roto que eres dejado sin
posibilidad de reparación. Reed Collins es mi una vez en la vida, lo que las
personas esperan y no querría que fuera diferente.
Estoy tan metida… algunos dicen que demasiado. Y solo tal vez tienen
razón. Porque ahora siento un cambio en el aire entre nosotros y estoy
más allá de muerta de miedo sobre cuál es el siguiente paso con nosotros.
Peleas y tensión subyacente que nunca habían estado ahí han puesto a
nuestra relación una vez dichosa en terreno inestable e inexplorado y no
sé cómo manejarlo o qué hacer para que sea mejor. Pero haré todo lo
posible para evitar que se desmorone. Me gradúo en un par de meses con
mi título de enfermería y Reed está en el punto de éxito o fracaso en su
carrera en la lucha, causando que caminemos por la cuerda floja en este
nuevo capítulo de nuestras vidas. Solo puedo esperar que, como pareja,
seamos lo suficientemente estables para lo que el mundo real nos estará
lanzando pronto.

La inquietud a su alrededor es como una columna de humo después de


una explosión y puedo verlo con solo mirarlo. Es como si Reed tuviera el
peso del mundo sobre sus hombros. Mis pies me llevan a él y me siento a
horcajadas sobre sus piernas, lo envuelvo con mis brazos y apoyo la
cabeza en su hombro, sintiendo la tensión aflojarse literalmente.

Reed, mi novio y “Riker”, el luchador, son dos personas totalmente


11 diferentes y lo supe en el momento en que lo vi caminar en la jaula por
primera vez. El Reed que conozco solo se muestra para mí: él es dulce,
cariñoso y me protegerá con todo lo que tiene. Pero “Riker” es un alfa,
todo el tiempo. Él ve una solución a cualquier problema: luchar. El apodo
de “Riker” vino de una de sus muchas peleas que solía hacer por dinero.
Un tipo mayor dijo que no había visto a alguien luchar así desde que
salió de la isla de Rikers. Se le pegó la parte de Riker y es muy apropiado
para él. Aprendí hace mucho tiempo que no podías amar a uno sin amar
al otro y, honestamente, no lo querría de otra manera.

Reed se ha estado rompiendo el culo, entrenando tres veces al día, seis


días a la semana, durante los últimos cuatro años para hacerse de un
nombre por sí mismo en Ohio y los estados vecinos, pero eso no es
suficiente para él: Reed quiere la dominación total. Después de todo el
tiempo que hemos estado juntos y todas las peleas para las que lo he
visto prepararse, sé que la lucha de hoy es diferente porque él es
diferente. Siempre ha exagerado antes de una pelea —es natural para él—
, pero últimamente ha estado en el borde y no puedo entender por qué.
Riker parece estar apareciendo más y mi amado novio, solo sale cuando
lo arrastro fuera de él. Está haciendo que me preocupe de que algo está
pasando, algo que me está ocultando. Y cualquier cosa que sea eso, es
grande.

—Reed, ¿qué pasa contigo últimamente? ¿Qué no me estás diciendo? —


declaro en voz baja mientras mis labios rozan su oreja.

Se contiene mucho. Ha sido el tipo fuerte y silencioso durante los dos


años que hemos estado juntos y es como hablarle a una pared para tratar
de obtener cualquier tipo de información. Aprendí a solo aceptar lo que
me ofrece muy pronto, ya que cada pieza que me da derrumba una capa
y me muestra quién es realmente.

Reed solo sacude su cabeza, descartando mi pregunta en silencio. No


queriendo empujarlo más en el silencio, trato de levantarme, pero se
aferra a mí con más fuerza. Sabiendo que su tacto es mi caída, lo está
usando para detenerme.

—Sé que le prometiste a tu madre ir al cine, nena, pero rara vez faltas a
una de mis peleas y con estos… —Se calla y vuelve la cabeza hacia
nuestra mesa de noche donde hay un marco con una imagen de nosotros.

12 —¿Qué pasa, Reed? —Presiono más, necesitando que se abra.

—Solo te quiero ahí. Eso es todo. Además, sabes que eres mi amuleto de la
buena suerte, Hads. Me vuelvo todo hombre de las cavernas contigo allí y
no puedo evitar demostrar mi hombría a mi mujer —bromea Reed; es su
manera de decirme que la conversación ha muerto.

Sus labios se encuentran en mi frente y se apoyan allí. Sé que si sigo


presionándolo, se iniciará una discusión más y no necesita una antes de
su pelea de esta noche. Así que me rindo una vez más, empujando mi
necesidad de saber todo con el fin de consolarlo.

—Nene, me gustaría poder hacerlo, pero sabes que mi madre y yo


siempre vamos a la primera jornada de las películas de los libros que
leemos. Ella había planeado esto desde antes de que siquiera se hiciera la
película y no puedo decepcionarla. Por no mencionar que, sin duda, Riker
Collins pateará el trasero de ese tipo esté yo allí o no. Y no lo diré de
nuevo. No soy tu amuleto de la buena suerte. Ese sombrero rojo que te di
lo es. Ese es tu talismán, no yo. Courtney y yo nos encontraremos contigo
y Lance en el bar después, por lo que me puedes decir todo acerca de
cómo ganaste esa pelea. Tendremos nuestras bebidas de celebración, nos
emborrachamos y olvidaremos todo acerca de cómo no estaba allí. Sin
embargo, haré una promesa y sabes que nunca rompo una de esas —Le
doy un guiño en broma—, esta será la última vez que me pierda una de
tus peleas. Estaré a tu lado tanto que te enfermarás de mí y me rogarás
que no esté contigo. —Envuelvo mi meñique alrededor del suyo y levanto
nuestros dedos entrelazados a mi boca, dándole un suave beso al de él.

Con gran fuerza, saco sus brazos y lo ayudo a ponerse de pie.

—Vamos, tenemos que bajar las escaleras antes de que mi madre utilice
su maldita llave de nuevo.

Tan pronto como mi pie golpea el último escalón, mi madre viene


irrumpiendo por la puerta principal. Mi mamá y límites no se mezclan, ni
de lejos. No creo que alguna vez vaya a entender que vivo con mi novio y,
a veces, necesito privacidad. Es bueno que mis padres repartan su tiempo
entre Columbus y Atlanta porque tengo la sensación de que si no fuera
así, ella estaría aquí todo el tiempo.

—Mamá, te di una llave solo para emergencias. Eso no quiere decir que
puedes utilizarla en lugar de llamar cada vez que vienes aquí.

13 Reed, acostumbrado a que mi madre irrumpa, simplemente se encoge de


hombros. Se inclina y susurra en mi oído:

—Mira el lado positivo, nena, al menos conseguiste que dejara de venir


sin previo aviso. —A continuación, va hacia mi mamá y le da un abrazo y
un beso rápido en la mejilla—. Hola, Sra. Thomas, ¿cómo estás? Espero
que las señoras se diviertan esta noche. Sé cuánto aman a aquellos
jóvenes vampiros brillantes —dice con sarcasmo.

Mi madre, Julie Thomas, es naturalmente hermosa. Tiene cincuenta y


cinco años, pero no luce ni un día más de cuarenta sin ninguna ayuda de
doctores cosméticos. A los cincuenta y cuatro, tiene un cuerpo que luce
como si pasara horas en el gimnasio, aunque nunca haya puesto un pie
en uno. Tiene un cuerpo naturalmente formado y tonificado, para la
envidia de todos, pero mayormente la mía. Su cabello castaño es brillante
y siempre perfectamente en su lugar y complementa bien con sus ojos
azules. Como si eso no fuera suficiente para estar celosa, también tiene un
brillo natural todo el año, nunca necesitando desperdiciar tiempo en
broncearse. Es una verdadera parodia que yo sea adoptada y no recibiera
esos increíbles genes de los Thomas. Mi papá, William —un hombre
altamente poderoso y exitoso—, y mi mamá han estado casados por más
de treinta y cinco años, lo que le ha dado bastante tiempo de canalizar su
aspecto de esposa trofeo. Lo juro, ella incluso duerme con maquillaje, su
Chanel y su cabello fabulosamente arreglado. Creció con nada y siempre
me cuenta de cómo nunca pudo jugar a vestirse elegante. Aparentemente,
solo está compensado el tiempo perdido, aunque creo que ha pasado más
tiempo compensándolo que el tiempo que realmente pasó sin todo eso. Su
apariencia es ligeramente engañosa, porque es la persona más humilde
que conozco.

La historia de mis padres es para hacer un libro, eran novios en la


secundaria y ambos provenían del mismo barrio rudo en Columbus. Mi
padre quería más de la vida y decidió unirse a las fuerzas del ejército
después de la secundaria, casándose con mi madre justo antes que se
fuera a la base. Embarazó a mi mamá con mi hermano Mark en los
primeros meses de su matrimonio. Seis años después, nació mi hermano
Matt y fue entonces cuando mi padre dejó el ejército. Comenzó un negocio
de seguridad con su mejor amigo, Joe, usando la pequeña herencia que
recibió de parte de mi abuelo. En el lapso de diez años, habían construido
14 una compañía multimillonaria. Ahora, tienen sus manos en todo y han
estado en la lista Forbes de los más grandes ricos en los últimos diez
años. Incluso con todo eso, mi padre aún le lleva el desayuno a la cama a
mi madre cada mañana del sábado y la adora como su propia reina. Lo
odié al crecer, pero ahora solo busco algún día tener con Reed lo que ellos
tienen.

Me adoptaron cuando era bebé; Mark tenía dieciséis y Matt diez. Con la
inmensa diferencia de edades, no soy muy cercana a ellos, pero ninguno
de ellos jamás me ha hecho sentir otra cosa que no fuera amor. Mark
siempre ha sido más como un hermano de fondo, solo apareciendo si
necesitaba algo, mientras que Matt es el divertido; pobre chico… yo era la
hermana fastidiosa que lo seguía como un cachorro perdido durante la
mitad de su vida adolescente. Aprendí pronto que si necesitaba ayuda
con mi tarea, era a Mark a quien debía acudir, pero si necesitaba salirme
de algo, Matt era mi chico. Esos chicos nunca me hicieron sentir nada
más que una Thomas.

—Reed, te dije que me llamaras Julie miles de veces. Y gracias, sé que me


divertiré. Es mi querida Hadley quien no lo hará, sin embargo. Sé que
pensará en ti todo el tiempo; y esa cosa que llamas trabajo… luchando o lo
que sea. A ella ni siquiera le importa quién esté en la pantalla o que está
conmigo.

Mi madre no puede entender cómo Reed querría tratar de ganarse la vida


en la jaula, pero tampoco ha tratado de entenderlo nunca. Mis padres
quieren que tenga la cabeza en algo que tenga un futuro seguro, pero una
carrera de futuro seguro no es para Reed. Su vida estaba sin rumbo y a la
deriva antes de que encontrara su amor por el boxeo a los doce años.
Luchó durante toda la secundaria y tuvo toneladas de opciones de becas
escolares, pero las rechazó todas para estudiar artes marciales mixtas.
Con su experiencia en lucha y boxeo, era natural en eso. Reed se ha
desarrollado desde entonces en un luchador impresionante con la ayuda
de su mejor amigo, Logan, y su preparador/entrenador, Kenny. Se gana la
vida luchando en peleas clandestinas y haciendo turnos en trabajos de
seguridad en el negocio de mi familia. Pero mayormente solo entrena,
tratando de triunfar en un deporte que preferirías ver que fallara a que lo
lograra. Pero si te aceptan en un deporte donde el noventa y siete por
ciento de las personas falla y te conviertes en ese tres por ciento restante,
15 es supremo. Pero mis padres sienten que no es suficiente. Creen que es
peligroso y nada más que un pasatiempo.

—Mamá, no vayamos de nuevo con eso de que odias lo que hace Reed.
Voy a acompañarlo afuera —digo y sigo a Reed a su motocicleta antes
que tenga tiempo de replicar.

Reed llega a su moto y se inclina en esta, agarrándome mi mano para


guiarme hacia él. Sus ojos capturan los míos y habla.

—Hadley, sabes que eres mía y todo lo que jodidamente hago es por
nosotros para ser quien nos mantenga a largo plazo. Por favor, no olvides
eso. —¿Cómo puedo hacerlo cuando se siente como si le estuviera
hablando a mi alma?

—No importa qué, lo lograras, nene. Incluso cuando no lo creas, tendré fe


en ti, por ambos. Estaré a tu lado en cada paso del camino. Podría vivir en
una sucia caja debajo de un puente mientras te tenga conmigo. —
Colocando mis manos en sus mejillas sin rasurar, le recuerdo—: Es como
esa canción en esa vieja estación de radio. Somos dos gorriones en un
huracán, nene, solo necesitamos amor y una gran cantidad de fe.
Él sacude su cabeza, dándome una sonrisa que me detiene el corazón y
que muestra sus dientes ligeramente torcidos.

—Siempre supe que eras una gran tontita, pero esa mierda que acabas de
decir se lleva el premio, nena.

—Síp, lo sé. Es por eso que me amas.

—Tienes toda la maldita razón, mujer, y no importa que tengas tetas


geniales. —Reed se voltea la gorra hacia atrás mientras se inclina,
besándome y, como siempre, se profundiza, dejando que nuestra pasión
nos domine. Después de lo que parecen horas, lo empujo—. Ve Reed.
Llámame cuando hayas terminado. Court y yo los encontraremos en
Flats. Asegúrate de tener mi vodka con soda esperándome.

Sonríe y coloca un último beso en mis labios antes que de dar un paso
atrás.

—Claro, nena, y esta vez, quizás hasta recuerde las limas. A lo mejor, si
eres una chica buena, cuando regresemos, me aprovecharé de ti un par
de veces más y después de eso puedes hacer los moretones de los que
16 mejoraré —dice con suficiencia mientras su pierna se mece en la
motocicleta.

—Recuerda, las acciones dicen más que las palabras, así que será mejor
que me muestres.

Reed ríe. Se coloca el casco y los lentes de sol y luego el rugido de su moto
suena como un trueno. Le soplo un beso y me quedo allí parada,
esperando que acelere hasta que ya no pueda ver las luces traseras.

Y solo así, siento como si la parte más grande de mi corazón faltara.


Capítulo 2
Reed

L
as vibraciones de la moto debajo de mí amplifican los nudos en mi
estómago. Hadley debería estar atrás, rodeándome la cintura con
sus brazos, ayudándome a tranquilizarme. Ha estado en cada pelea
desde que comenzamos a salir hace dos años y me mata que no estará en
esta. No le dije lo importante que es esta pelea en realidad. No le dije de
los tipos que iban a venir. No le dije una mierda. Quería ser el único
estresado, ser quien tuviera que cargar el peso.

Conozco a Hads y si supiera lo que he estado intentando hacer, se


concentraría en mí y mis sueños y la escuela es demasiado importante
17 para ella como para ponerla en segundo lugar por mi mierda. Pero mi
chica sabe que algo no está bien, me conoce. Hoy tengo que hacerlo muy
bien porque si les gusta lo que ven, finalmente puedo proveernos una
vida. Puedo comenzar a ahorrar para nuestro futuro y dejar de ser el
novio mantenido por su novia. Vivir precariamente al igual que cuando
crecí no es como debería ser la vida, ni quiero eso para mi Hadley.
Necesito entrar a la Liga Profesional de Artes Marciales Mixtas para
hacer mucho dinero —y las promociones que vienen con eso— para que
nunca tengamos que vivir así. Podremos vivir la vida que mi chica
merece y que venga de mi cuenta bancaria y no la de ella. Esta es mi
oportunidad completamente imposible de una-vez-en-la-jodida-vida de
poder hacer lo que amo y mantenerme yo mismo.

Conocer a Hadley dos años atrás cambió todo para mí. Solo vivía para
algo… pelear. Y luego ella entró en mi vida e hizo a un lado esa mierda.
Había estado trabajando en seguridad, asegurándome de que no
molestaran a unos cuantos ricos HDP1 cuando mis ojos observaron la
multitud y aterrizaron en la chica más caliente que había visto alguna

1
HDP: Hijos de Puta.
vez. Bailaba en la pista, riéndose sin ninguna preocupación de quien
mirara. Los demás pensamientos me dejaron y no pude apartar la mirada
de ella.

Tenía el vestido negro más ajustado y los tacones más sexys que pedían
que la follara. Su largo, ondulado y rubio cabello había estado recogido
en una cola de caballo, dándome la más maravillosa vista de su cuello.
Nunca antes un cuello me había parecido sexy, pero joder, el suyo sí.
Tenía bronceadas piernas kilométricas y ese trasero… Cuando Hadley se
volteó, me dio la mejor maldita vista de las tetas más dementes que había
visto alguna vez… y he visto muchas. El único pensamiento que vino a mi
mente fue cuán maravilloso se sentiría tener sus tetas presionadas contra
mi pecho y esas malditas piernas rodeándome mientras gritaba mi
nombre para que todos lo escucharan. Pero sus ojos fueron lo que me
prendaron… el llamativo azul, casi plateado. Penetraron en mí,
mostrándome una inocencia que no sabía que existía y una sonrisa que
me haría caer de rodillas si lo permitiera. Supe jodidamente que tenía que
tenerla y supe que nunca sería como ninguna de esas chicas de una sola
noche. No… definitivamente sería más que eso y lo supe con una mirada.
18 Quería mostrarle mi verdadero yo justo entonces y allí, el yo que no le
había mostrado a otra persona desde que mi mamá se fue. Quería eso.

Traté de hacer el cabeceo de cretino y sonreír. La mayoría de las chicas


por las que iba en ese entonces vendrían corriendo si les hiciera eso, pero
no mi chica. Solo requirió que una oración listilla saliera de su boca para
probar que no era como cualquier otra chica por allí. “¿Qué demonios le
pasa a tu cuello? Parece que tienes un espasmo”.

Me tuvo allí… las chicas no me decían que no muy seguido.

Cuando su boca se abrió y su nombre rodó de su lengua, quise que lo


tomara de vuelta, empujara esa mierda de regreso. Esa hermosa y
perfecta chica que estaba frente a mí no podía ser la hermana pequeña
que los hermanos Thomas escondían de todo el mundo con una polla. No
podía ser. Pero era ella y lo supe. Tenía que alejarme de Hadley antes de
que algo pudiera comenzar, antes de que pudiera mancharla con mi
fealdad. Una chica que venía de la familia de Hadley merecía mucho más
que un jodido del sur que solo vive usando dinero de peleas ilegales y
protegiendo a personas que tenían más dinero que Dios. Pero era inútil
decirle eso al ansia en mi alma. Una confesión borracha mientras pasaba
el rato con Matt después del trabajo y obtuve su aprobación. Dijo que
mejor fuera yo ante que otros imbéciles que había llevado a casa. Aunque
vino con una sola amenaza. Si alguna vez rompía su corazón, mi polla
nunca encontraría otro lugar donde follar.

Estuve de acuerdo con eso… nunca rompería su corazón.

Cuando ella me mira, veo claramente la jodida seguridad que tiene en


nosotros. Es obvio que me necesita tanto como yo la necesito… y la
necesito mucho. El amor inquebrantable que tiene por mí siempre me lo
grita y me prueba que merece más de lo que puedo ofrecerle. No tengo
nada que ofrecerle, nada que darle, aún no. Pero amo jodidamente a mi
chica y esa mierda nunca cambiará. Me agarró de las pelotas ese día y
nunca me soltó. Hadley es para mí.

Solo tengo que probarle que también soy para ella.

La familia de Hads está bastante forrada en dinero como Bill Gates: avión
privado, “casas de vacaciones” en Vail y Hawái, gastan más dinero de
compras en un día que lo que yo hago en seis meses. Pero se ganaron
19 cada dólar con trabajo duro y le enseñaron a sus hijos el tipo de amor
que pone celosas a personas como yo. La familia de mierda en la que
crecí había sido exactamente lo contrario en cada jodida manera. Mi
padre no hacía nada más que beber, drogarse, golpearme y decirme el
completo y jodido desperdicio de espacio que era. Mi asombrosa madre se
fue por mejores cosas cuando tenía seis, solo para morir un par de
semanas después. Vengo de una grandiosa línea de jodidos ganadores.
Esas razones por sí mismas son el por qué tengo que hacer que funcione
esta noche, por qué me abstengo de mi chica. Tengo que probarle a todos
que soy más que un jodido desperdicio de espacio.

Abro la puerta trasera del viejo gimnasio, le cabeceo a unos dos tipos que
se preparan para sus peleas y me dirijo a los casilleros cuando me cruzó
con mi enojado entrenador, Kenny, en el pasillo sucio. Sabrá lo que hice
antes de aparecerse; lo que Hads y yo siempre hacemos antes de mis
peleas. El bastardo no entiende cómo pude enamorarme de una de esas
chicas ricas y tampoco me deja olvidarlo nunca.
—Será mejor que estés listo para esto. Los chicos de la MMPL2 están aquí,
en la primera fila. La pelea entre Cal y tú es la última, así que ve a los
casilleros, te llamaré pronto para tus calentamientos. Lance te ha estado
esperando… su trasero puede llegar a tiempo, a diferencia de ti. Mantén la
cabeza en esto y les mostrarás que naciste para hacer esto. Y ya dejar de
llegar tarde por un revolcón.

—Como sea, solo haz las cosas por las que te pago y no es decirme a
quién puedo follar. —Hadley es más que un lugar para mojar mi polla y él
lo sabe.

Kenny nunca grita, pero sabes malditamente bien cómo se siente. Escupe
cada palabra que dice, enviando escalofríos por mi espalda, pero el hijo
de perra nunca grita, no tiene que hacerlo. Soy alto, pero se cierne sobre
mí. Definitivamente no es alguien con quien me gustaría meterme en una
pelea, eso es seguro, pero es el mejor maldito entrenador. El único
problema es que siempre tiene su nariz en donde no le incumbe.

Gruñéndome, me dice:

—¿Adónde carajos se fueron tus pelotas, eh? La última vez que revisé, esa
20 chica rica ya tiene su perfecta vida formada y planeada. En caso de que
necesites un maldito recordatorio, ¡tú jodidamente no! Tienes demasiado
en esta pelea para estar encoñado. ¿Me escuchas?

Regresándosela, le digo:

—Hadley es diferente y sabes malditamente bien eso. ¡No la juzgues por


nacer rica cuando nunca nos ha juzgado por nacer pobres! —Seguro
como la mierda que mejor derrote a este imbécil esta noche, todos estos
hijos de perra quieren que falle, quieren limpiar la alfombra con mi
trasero junto con los otros perdedores que no pudieron.

Le doy la espalda rápidamente y comienzo a alejarme, temblando por la


rabia que recorre mis venas. Mis pies golpean con fuerza el suelo de los
vestidores mientras me dirijo a mi casillero en la esquina. Lance está
sentado en la banca, jugando con su celular y tan pronto como me mira,
sabe que algo pasa. Siempre lo sabe. Lo juro, me conoce mejor que yo
mismo. Supongo que eso viene de que seamos mejores amigos desde que
teníamos diez. Un adolescente imbécil había intentado robarle sus

2
MMPL: Siglas en inglés de Liga Profesional de Artes Marciales Mixtas.
zapatos mientras estábamos caminando a casa desde la escuela. Había
sido más bajo que el tipo, pero de alguna manera pensé que podía
derribarlo porque mi padre me pateaba el trasero diariamente. Qué
equivocado estuve. El tipo termino dándonos una golpiza a ambos y
robándonos nuestros malditos zapatos. De alguna u otra manera,
fortaleció nuestra amistad hasta que finalmente nos volvimos hermanos.
Lance ha estado a mi lado desde entonces.

Levanto mis cejas al reconocerlo.

—Amigo, ¿quién te molestó hoy?

—¿Quién carajos crees? El imbécil de Kenny está corriendo su maldita


boca sobre Hadley de nuevo. Maldición, me irrita jodidamente todo el
tiempo. —Me quito el sombrero, tirándolo a través de la habitación con
toda la fuerza que pude reunir. No me gusta cómo Kenny pone mis más
grandes miedos sobre mi relación con Hadley a la luz, escuchando a
alguien más decir que ella tiene su mierda planeada y yo no trae las
dudas al jodido frente y centro de mi mente. Esta es la mierda, esto aquí
es la razón por la que aún no puedo darle mi todo a Hadley.
21 Quiero casarme con ella, poner un anillo en su dedo. Pero habría un día
frío en el infierno antes de escoger algunos diamantes baratos de mala
muerte que ella no se merece. Quiero comprarle una casa y darle todo lo
que siempre ha querido. Y eso no ocurrirá hasta que pueda llegar adonde
necesito llegar. Para eso es todo eso. El entrenamiento, el romper mi
trasero tres veces al día, los jodidos golpes en el rostro y moretones
cubriendo mi cuerpo… es para ella. Es poder darle lo que se merece.

—Escucha, él consigue molestarte con esta mierda de pobres y ricos. Lo


entiendo. También me volvería loco. Sé que Hadley no se molesta con
toda esta mierda ahora mismo, pero solo piensa en esto… ¿Le molestará
en unos años? ¿Tener que apoyarte con ese cómodo fondo fiduciario de
ella? Es por eso que Courtney y yo solo tenemos relaciones casuales.
Personas como tú y yo… somos la aventura que tienen antes de
establecerse. Hablarán acerca de cómo solían follar a un chico malo en la
universidad mientras comen almuerzos de cien dólares con otras perras
de botox, gastando dinero de sus esposos. Seguro como la mierda que no
pertenecemos a sus vidas para siempre. Sé eso, pero tal vez es hora de
que también empieces a pensar en eso.
Sacudo mi cabeza, mi interior anudado ante la verdad que tienen sus
jodidas palabras. Sigo diciéndome a mí mismo… Hadley no haría eso. No
es así. No ve el dinero de la forma en que lo hacen esas hijas de perra.

—Tú y Courtney son diferentes. Ella es la chica del tipo de marca de


diseñador, también su familia. Pero Hadley y su familia saben lo que es
ser como nosotros, demonios, fueron de los nuestros una vez. No les
importa lo que hago mientras la trate bien. —Estoy diciendo las palabras,
pero incluso yo no las creo. Pienso en cada vez que la mamá y el papá de
Hadley han preguntado cuándo comenzaré a trabajar con Matt a tiempo
completo. Cada vez que Hadley habla sobre su futuro, es como si el suyo
estuviera escrito es piedra, mientras que el mío está simplemente
soplando en el jodido viento. Esto no va a suceder, no esta noche, no a mí.

Abro mi casillero con fuerza, tan duro que rebota en el que está junto a
este. Irracionalmente, arranco mi camiseta y jeans, me pongo mis
pantalones cortos de boxeo y me encojo de hombros en mi sudadera gris.
La última cosa que me pongo es el sombrero rojo que Hadley me había
dado. Desde que me lo dio, ha visto cada pelea mientras camino a la jaula
y nunca he perdido con este puesto. Necesito esta jodida conexión con
22 ella. Hadley jura que este sombrero me trae buena suerte, pero joder con
esa mierda… ella es mi jodido amuleto.

Lace respira, tirando de su perilla. Lo he conocido el tiempo suficiente


para saber que solo hace eso cuando está pensando en algo pesado. Nada
bueno saldrá de escucharlo, pero joder si puedo evitar preguntarle.

—Quieres decir algo, abre tu boca y dime.

—Reed… Amigo, solo voy a decirte esto ahora porque sé que te ayudará
esta noche con lo que suceda. ¿Ella siquiera te dijo que tiene una oferta
de un hospital de traumatismos en Atlanta? El socio de su papá va a
asumir la oficina aquí a tiempo completo y los Thomas van a asumir la
oficina de Atlanta en lugar de dividir el tiempo. William movió hilos y le
consiguió a Hadley el trabajo de sus sueños allí, incluso antes de que se
gradúe.

—¿Por qué estás diciéndome esto? —le gruño, sintiendo la rabia quemar
bajo la abrumadora sensación de impotencia.

—Honestamente, ¿crees que lo rechazará? Todo de lo que Hadley habla es


de cómo no puede esperar para ayudar a la gente. Sería estúpida al
rechazarlo. ¿Y dónde te dejaría eso? Yo veo uno de dos caminos, hombre.
O ella va allí y te deja aquí, en un apartamento que no puedes pagar… o lo
deja todo por ti. El trabajo de sus sueños, su familia… todo eso. Por ti. ¿Y tú
que puedes darle?

Maldición. Hadley no quiere nada más que ser una enfermera. Es todo de
lo que habla. Sabía que esto podía suceder al aproximarse su graduación,
pero dijo que se quedaría conmigo. He sido jodidamente pateado un
montón, pero este dolor en mis entrañas es mucho peor que cualquier
cosa que pudiera sucederme en la jaula. Hadley no me contó sobre
Atlanta, mantenía ese secreto como si no fuera nada.

—Supongo que por la mirada de puro terror en tu rostro que no lo sabías.


—Lance toma otra respiración profunda antes de terminar—. Court dijo
algo sobre eso la semana pasada y los padres de Hadley le dijeron a los
de Court que ya le compraron una casa o apartamento en algún área
nueva. Suena a que ese plan ya está escrito y Hadley te dejó fuera de la
ecuación.

Dios, esto no puede ser verdad. ¿Cómo puede hacerme esto Hads… a
23 nosotros? Ella sabía que había planeado esperar a hacer cualquier cosa
con mi mierda hasta que ella terminara la escuela. ¿Qué haría? ¿Ser el
luchador que podría haber sido? ¿Ese chico que renunció a la sangre,
sudor, a años de entrenamiento para perseguir a su chica? Porque eso es
lo que sucedería, eso es lo que dirían de mí. Atlanta no tiene lo que
necesito para serlo, ni siquiera cerca.

—¡Jodido pedazo de mierda hijo de perra! —Después de cerrar de golpe mi


casillero, me siento en el banco, me pongo mis auriculares y tiro mi
capucha sobre mi cabeza, retumbando algo de Godsmack. Mis ojos se
cierran y trato desesperadamente de nivelar mi respiración. Nunca he
estado tan agradecido de que mi trabajo sea golpear a alguien. Algunos
luchadores odian estar enojados antes de una pelea, dicen nunca hacerlo,
que pierdes tu enfoque en lo que es importante, pero eso es exacto lo
opuesto para mí. Añade más leña al fuego, me tiene picando por enfocar
todo este autoodio en el premio.

Abro mis ojos cuando Lance empieza a vendar mis muñecas. Dejando
todas estas estupideces a un lado, sé que él me apoya, siempre lo hace.
Lance termina con mis muñecas y se mueve a un lado para que el oficial
pueda revisarlo. Una vez que lo aprueba, firma la cinta con las iniciales y
suelta mis muñecas, dejándolas caer en mi regazo.

Lance palmea mi hombro.

—¿Listo? —pregunta con su voz vacilante. No estoy de humor para


nuevas revelaciones sobre mi jodida vida ahora mismo. Estoy más
determinado que nunca a lograrlo y, joder… necesito hacerlo solo. Esta
mierda dentro de mí no es buena para ella.

Muevo mi cuello de un lado a otro, crujiendo cada articulación mientras


me pongo de pie.

—Vamos a empezar esta maldita fiesta. —He pasado ocho largas semanas
de entrenamiento para él, para esta pelea. Las grabaciones de Redman en
la jaula son intensas y es un luchador sin limitaciones. Aunque tengo una
ventaja sobre él. Su mundo no acaba de ser desviado de su eje.

Lance y yo salimos a calentar con el entrenador.

24 Treinta minutos después, escuchamos que el nombre de Redman es


anunciado a través del fuerte parloteo alrededor de nosotros. Observo
mientras salta a la jaula desde su lado del gimnasio, golpea su pecho y
luego apunta un dedo hacia el lugar en donde estoy con una sonrisa
arrogante en su feo rostro. Redman quiere jugar, estoy a favor de ello, hijo
de perra.

El anunciador comienza mi introducción. Salto arriba y abajo y sacudo


todo mi cuerpo, dejando que la adrenalina me cargue.

—Con un peso de ochenta y seis kilos, en camino a su vigésima victoria


consecutiva, luchando por Homes Gym… nuestro propio, Reed
Riiiiiiiikerrrrrrrr Collins. —Escucho “Down with the Sickness” de Disturbed
resonando a través de los altavoces del gimnasio, ayudando a ahogar a
la multitud. Luces estroboscópicas brillan en mi rostro mientras giro mis
hombros arriba y abajo y limpio mi rostro de cualquier emoción antes de
caminar por el camino hacia la jaula. Y luego me dirijo hacia las
escaleras con Lance y el entrenador detrás de mí.

Cuando estoy luchando, estoy solo en la jaula. Claro, tengo a mi equipo,


pero cuando se llega a esto, gano o pierdo solo… uno de los únicos
deportes en los que la suerte no tiene nada que ver con ganar. La carga
allí dentro está solamente en mí y mis habilidades. Jodidamente me pone
en tierra, me centra. Encuentro mi paz y las dudas que siempre nublan mi
cabeza jodidamente desaparecen. Es mi lugar seguro. Estas ocho paredes
hechas cadenas son mi propia versión de casa, mi propia jaula dentro de
mí. Las personas pueden ver, pero tú tienes que ganar el derecho de meter
un jodido pie al interior y he ganado todo para traerme hasta aquí, donde
estoy ahora mismo. Necesito este jodido recuerdo de lo que esto significa
hoy más que nada.

Como en cualquier momento que peleo, me desconecto, borrando todos


los rastros de Reed de mi mente y cuerpo en el momento en que mi
cuerpo cruza la entrada en la jaula. Me convierto en Riker, al que la gente
tiene miedo, el que vive para derribar a las personas a golpes, el que
respira por la jodida prisa caótica cuando mi puño conecta con un rostro.
Inhalando y exhalando un par de veces mientras el oficial repasa las
reglas, golpeo mi pecho dos veces: dos veces por mi chica, dos veces
porque sin importar el resultado de esta pelea, siempre seremos esos dos
jodidos pájaros de los que ella siempre está hablando.

Tan pronto como el oficial termina con la introducción, nos tocamos las
25 manos. Las campanas suenan y la más grande pelea de mi carrera de
cinco años comienza. Comienzo mi evaluación de Ric “Redman” Dalton
inmediatamente. Necesito ver los puntos débiles que solo ves cuando
están de pie justo frente a ti, listos para atacarte como una jodida pieza de
carne. Redman es un duro hijo de perra y seguro es uno de los oponentes
más resistentes que he conocido. Ahora mismo, baila alrededor, lanzando
puñetazos y golpes que esquivo.

Me agarra desprevenido y aterriza el primer puñetazo de la noche, directo


a mi labio. Instantáneamente, saboreo el salado sabor metálico de la
sangre que llena mi boca, bajando por mi garganta. Como cada vez que
alguien me golpea, chasqueo y toda mi concentración está
inmediatamente colocada en el idiota que me acaba golpear.

Justo en ese momento, veo su debilidad: su lado izquierdo está


completamente desprotegido. Me muevo para hacer mi ataque,
aterrizando mi pie en su caja torácica, justo en su bazo. Eso es, idiota, te
sentirás cono mierda mañana. Sin darle una manera de venir por mí de
nuevo, no vacilo y me mantengo lanzando puñetazo tras puñetazo,
patada tras patada. Forzándolo al suelo, me muevo hasta estar cernido
sobre él, golpeándolo, ignorando todo alrededor de mí hasta que el oficial
nos separó cuando las campanas sonaron, señalando el final de la
primera ronda.

Dejo caer mis manos a mis costados, tratando de reunir aire en mis
pulmones. Tengo sesenta jodidos segundos, pero esos sesenta segundos
son todo el tiempo que necesito. Lance se pone rápidamente sus guantes
negros antes de untar mi labio con vaselina para detener que la sangre
fluya.

El entrenador vierte agua por mi irritada garganta y se fija en mi labio,


diciendo:

—Asegúrate de que no te golpee ahí de nuevo o eso se abrirá como la


mierda, no necesitamos tu trasero chorreando sangre sobre todo el piso.
Sigue dándote una ventana para derribarlo de una pierna y quiero que
jodidamente la tomes la próxima vez que se abra. Después de eso,
consigue un par de golpes limpios en su rostro y tendrás esto. Nada más
importa que el aquí y ahora, Rike.

Solamente asiento. El hambre por la victoria se apodera de mi habilidad


para hablar.
26
Las campanas para la segunda ronda suenan y Redman se encuentra
conmigo en el centro, recordándome a un enloquecido toro. Aterriza un
gancho en mi rostro con su puño izquierdo y me patea en el estómago,
enviándome asombrado hacia atrás. El sonido de mi espalda golpeando
la jaula y los gritos de la multitud hacen eco en mi cabeza, alimentando
el fuego dentro de mí, ayudándome a ganar el control que necesito para
barrer sus piernas debajo de él. Balanceando mis piernas sobre su cuerpo,
lo estrello contra el piso con un ruido sordo. Me muevo ligeramente y
engancho mis brazos alrededor de su cuello y luego aprieto. La presión de
mis bíceps contra su tráquea causa que deje de luchar contra mí, pero el
testarudo hijo de perra no se rendía. Sin embargo, esta mierda no iba a
prevenirme de apretarlo hasta que sus ojos sobresalieran.

Finalmente, sus brazos cayeron y se volvió peso muerto en mis brazos.

¡Santa mierda! ¡Acabo de vencer a este jodido idiota! Yo hice esto. Nadie
más. Lo próximo que sé es que mi brazo izquierdo es levantado mientras
la multitud se vuelve loca, coreando “Riker”. Vigésimo triunfo consecutivo,
mi octavo por sumisión y debería estar jodidamente orgulloso de mí
mismo… pero no lo estoy. Estoy allí de pie y miro a la multitud, buscando
a mi chica, rogando que apareciera, rogando que estuviera aquí una vez
más para verme ganar. Pero ella no está aquí. Está feliz en otro lado. Todo
lo que ella ha estado jodidamente guardando en secreto viene de regreso
a mí, sofocando cualquier satisfacción de probarle a la gente que está
equivocada.

Después de que las interminables fotografías y las entrevistas por fin


terminan y tengo un vendaje mariposa en mi labio, me pongo de pie en
mi diminuto baño y dejo que el agua fría corra sobre mí. Ahora que la
pelea ha terminado, dejo que mi mente divague. La bombilla de luz en mi
cabeza se enciende y todo se vuelve jodidamente claro como el cristal:
Hadley nunca iría a Atlanta sin mí porque está muy comprometida con
nosotros para siquiera pensar en dejarme atrás. Está muy enamorada de
un idiota para ver lo que está renunciando. Su amor por mí la ciega,
literalmente, de los sacrificios que hará, los mismos sacrificios de los que
un día se arrepentirá… y terminará jodidamente arrepintiéndose de mí en
el proceso. No puedo dejar que haga eso. No le permitiré hacer eso. Tengo
mucha maldita carga de mi pasado de mierda con el que necesito lidiar,
pero necesito hacerlo solo con el fin de probarme que puedo. Sé que no
27 puedo ser el hombre que ella necesita o merezca hasta que lo haga.

Kenny viene mientras me estoy secando, alejándome de mis jodidos


pensamientos deprimentes.

—Buen trabajo, Riker. Estoy malditamente orgulloso de ti. El tipo de MMPL


está en mi oficina y quiere unas palabras con la nueva celebridad. Así
que apura tu trasero, no quieres dejarlo esperando.

Esta podría ser mi oportunidad. Esto podría ser lo que he esperado todo
este tiempo, por lo que he entrenado todas estas horas.

—Está bien, entrenador. Me reuniré contigo en un minuto.

Rápidamente, me visto con un par de jeans y la única camiseta limpia


que queda en mi casillero. Indecisamente, le envío a Hadley un mensaje
de texto que dice que no saldremos y no me espere, presionando enviar
antes que permitirme pensar lo que estoy haciendo realmente.

Kenny abre la puerta antes que siquiera tenga oportunidad de tocar.


Cuando se mueve del camino, veo a un tipo un poco mayor que yo
esperando adentro. Solo me toma medio segundo reconocerlo: Michael
“Deadman” Daily. Luché con él durante una de mis primeras peleas, en
aquellos días cuando hacía dinero con solo pararme dentro de la jaula.
Daily me tenía en el suelo, golpeándome como a una perrita antes de que
el primer round siquiera estuviera por la mitad. Se fue a la Liga justo
después de eso, pero un mal golpe le jodió su cuello permanentemente.
Daily se retiró y comenzó a reclutar talentos para la MMPL, rápidamente
ascendiendo de rangos. Ahora, es uno de los primeros tipos en la Liga.
Mirándolo, no adivinarías que ya no pelea. Daily aún es inmenso, debe
medir al menos metro noventa y aún luce jodidamente mortal. Incluso
tres años después de que se retirara, todavía creo que me mataría dentro
de la jaula.

—Riker, estoy seguro de que sabes quién es este tipo, siendo solo una de
tus cuatro derrotas —dice Kenny, señalando a Michael—. ¿Por qué no
vienes, Rike? Daily quiere hablar contigo sobre algunas opciones que
tiene en mente para ti.

Daily extiende su mano y asiento, moviéndome más cerca hacia él.

—Esa pelea esta noche estuvo épica. No creía que fueras a lograrlo
cuando te tenía acorralado en las cadenas. Pero ese agarre guillotina del
28 final lució macabro. Felicidades.

Agarro su mano y le agradezco.

Él se sienta y continua:

—Ciertamente has cambiado, has crecido mucho desde que luchamos


hace años. Quiero que sepas que hemos estado buscándote por un tiempo
y reportándonos con tu entrenador aquí. Esta noche, con tu triunfo sobre
Redman, tienes toda la atención de la Liga. Queremos hacerte una oferta
para la MMPL. Tienes mucho talento natural y crudo que queremos nutrir
y expandir.

—¿Cuál es el plan? —No quiero sonar muy interesado, como un


adolescente viendo tetas por primera vez y suelta toda su carga antes de
siquiera tener tiempo de tocarlas. Pero necesitaba decir algo para no
estar solo ahí sentado como un jodido chichón en un tronco.

—La liga quiere que vayas a un campamento de entrenamiento por ocho


semanas donde entrenarás con algunos de los mejores entrenadores en
el deporte, aprovechar tu talento crudo y mejorar aquellas áreas en las
que eres débil. Después de eso, prepararemos tu primera pelea con
nosotros. Desafortunadamente, todo esto es en Las Vegas y no tienes
mucho tiempo para arreglar tu mierda si tomas esto. El avión sale
mañana temprano y el campamento comienza a primera hora del lunes.

Mi boca está completamente abierta y estoy bastante seguro de que oriné


mis pantalones. Aclarando mi garganta, trato de decir algo, pero nada
sale. Tuve demasiados pensamientos en mi cerebro y ningunos se
juntarían para formar algo jodidamente entendible. Todo lo que pude
hacer fue mirar a Michael con confusión.

—Si no cierras tu boca, vas a comerte las moscas. —Típico de Kenny,


sacarme del asombro con esa boca sabelotodo y esos comentarios fuera
de lugar. Gracias por hacerme quedar como un tarado, imbécil.

Daily corta todos los pensamientos.

—Sé que tienes que pensarlo, pero solo tienes hasta las siete de mañana
para decidirte. Pero, Riker, quiero que entiendas que esta oportunidad de
nosotros no vendrá de nuevo. Puedo prometerte esto. ¿Mencioné que si
firmas, obtendrás un bono de veinticinco mil dólares?

Oficialmente dejo de respirar, mi cerebro deja de funcionar y mi corazón


29 se apodera de mi pecho. Todo a mi alrededor se ralentiza hasta que se
congela. Me están ofreciendo todo lo que siempre he querido en una
jodida bandeja de plata, justo ahí. ¿Por qué no estoy saltando arriba y
abajo, por qué no estoy aceptando esta oferta antes de que cambie de
opinión? Hadley y mi loco amor por ella… esa es la razón.

Daily se levanta, golpeándome fuera de mi estado de shock y me pasa


una tarjeta con una dirección impresa en un lado.

—Lo digo en serio, a las siete en punto. Ni un minuto después. El avión


viaja contigo o sin ti.

Es la liga o Hadley. Hadley o la liga.

Mi futuro o ella.

No… no tiene que ser así. ¿Por qué no pueden ser ambas cosas? ¿Por qué
no puede ella seguir sus sueños mientras yo sigo los míos?

Esta es mi oportunidad para hacerlo, mi única oportunidad en la vida. Y


Hadley tiene que ir a Atlanta a seguir sus sueños también. Podemos tener
las dos cosas sin que ninguno renuncie a lo que amamos. Necesito hacer
esto, tengo que hacer esto, debo hacer esto. No hay otra forma.
Sé que ella discutirá conmigo si le digo mis razones. Encontrará la
manera de hacerlo funcionar, lo que solo heriría a uno de nosotros al
final. Ella pensará con su corazón y no con la cabeza. Y sé muy bien lo
que pasa cuando las personas piensan de esa manera. Conozco la
destrucción, el caos que causa. Solo tengo una opción… alejarla, de
cualquier manera que pueda. Con suerte, al final del camino, Hadley
entenderá por qué tengo que hacer esto. Ambos necesitamos esta ruptura
para encontrarnos a nosotros mismos. No quiero que nuestras vidas
terminen como las de mis padres… quiero que sea mejor para ella. Ella
merece lo mejor, nosotros merecemos lo mejor.

Antes de que tenga la oportunidad de salir de la oficina, le grito:

—Daily, lo tomaré.

¡Santa mierda!

30
Capítulo 3

Te traje algo para llevar. Está en el refrigerador. xxx

Oye, nene, ¿a qué hora vas a llegar a casa? Siempre puedo esperarte xxx

Buenas noche, nene. La alarma está puesta. xxx

T
res mensajes de texto enviados, tres mensajes de texto no
respondidos y, por lo general, me responde de forma inmediata. Mi
estómago se agita con energía nerviosa, diciéndome que algo malo
ha sucedido. En los dos años que hemos estado juntos, Reed solo ha
perdido dos peleas. Estuvo perdido y distante en ambas ocasiones, pero al
menos estábamos juntos. Al menos podía verlo, sabía que estaba bien y
no me dejaba sola para preocuparme sobre cómo estaba o qué estaba
31 haciendo. Las heridas de Reed siempre me aplastaban, trayendo lágrimas
a mis ojos. Sabía que era una gran pelea, aun así no fui.

Me quedo despierta y miro nuestra puerta con mi teléfono apretado con


fuerza en mi mano, esperando desesperadamente escuchar algo de él…
pero no llega nada. Cuando el reloj del horno llega a la medianoche, me
levanto del sofá de mala gana y me dirijo hacia nuestra habitación.

Saco una de sus camisas de la cómoda y me la pongo antes de rodar a su


lado de la cama. Su olor cubre su almohada y se infiltra en mí mientras la
sostengo cerca de mi rostro, haciendo más fácil quedarme dormida.

—Hadley, te amo tan jodidamente mucho. —Reed me despierta cuando


me atrae hacia él con fuerza.

Poco a poco abro los ojos, sintiendo los párpados despegarse el uno del
otro debido a las lágrimas secas.

—También te amo tanto.

Lleva sus labios a los míos en un ritmo lento y tortuoso.


—Dios, tengo que tenerte ahora, nena.

Algo áspero roza contra mi labio y me aparto, arrastrando los dedos


sobre un vendaje en su rostro.

—Oye, sabes que nunca te rechazo, pero no quiero hacerte daño. ¿Estás
bien? ¿Necesitas que te lleve a que te den unas puntadas?

—¿Se siente como si pudiera dar una mierda sobre mi labio? No puedo
esperar más. Necesito esto… Necesito esto sin nada entre nosotros. Por
favor, dámelo —suplica Reed mientras sus labios encuentran el punto
detrás de mi oreja, el punto que envía una llamarada a través de mí en
cada ocasión. Desliza su mano por debajo de mi camisa, avanzando sus
dedos sobre mi estómago, sobre mi pecho, antes de levantarme lo
suficiente como para liberarme de mi camisa.

Lo tiro hacia mí de manera agresiva. La necesidad de sentir su piel contra


la mía, la sed de sentir sus labios sobre mí, me consume.

Reed se desliza suavemente dentro de mí, haciéndome soltar un gemido.


Nos movemos juntos lentamente —nuestros movimientos fluidos y
32 singulares—, nuestras miradas nunca rompiendo el contacto mientras se
mantienen fijas en el otro, respirando al otro. Cuando alcanzamos el
clímax juntos, solo gemimos… sin gritos, sin tirarnos del cabello, sin
asperezas. Nada acerca de este momento juntos es una reminiscencia de
lo normal. Esto es mucho más, tan diferente… este es el tipo de hacer el
amor que nunca hacemos. Se deja caer sobre mí, tratando
desesperadamente de recuperar el aliento.

—Hadley, nena… maldición… Solo maldición.

Sale de mí y se da la vuelta, tirando de mi cuerpo con él. Mis piernas


envueltas sobre las suyas, mi brazo colgando de su estómago y mi cabeza
descansando sobre su pecho mientras escucho el latido irregular de su
corazón, el corazón que se ha convertido en mi línea de vida en los
últimos años.

—Te amo… es jodidamente loco lo mucho que te amo —dice Reed mientras
frota círculos con sus dedos en mi espalda, trayéndome de regreso a la
realidad.

—Loco… eso me gusta. Es algo bueno, ¿verdad?


No me contesta, solo continúa con los ligeros toques en mi espalda y las
respiraciones pesadas en mi cabello.

—Bueno, semental, también te amo con locura —digo mientras cierro los
ojos y dejo que el ritmo de los latidos de su corazón me arrullen volviendo
a dormir.

Justo antes quedarme dormida, juro que lo escucho susurrar:

—No estoy seguro de que siga siendo lo suficientemente bueno, nena. Ve


a dormir y solo recuerda cuánto te amo. Haría cualquier cosa por
nosotros para hacer que esto dure para siempre.

Mis brazos se extienden por encima de mi cabeza mientras poco a poco


empiezo a despertar. Lanzo mi mano hacia el lado de la cama de Reed y
lo encuentro vacío y frío, para nada sorprendente. Siempre se levanta
temprano, odia que yo pueda dormir todo el día. Agarrando su camisa del
33 suelo, salgo de la habitación y me dirijo abajo para conseguir mi café.
Reed siempre tiene mi café listo para mí… pero esta mañana, no está allí.
Donde por lo general pone mi taza, encuentro una nota en su puño y
letra. Mi corazón da un vuelco ante lo dulce que es a veces. La abro con
una sonrisa en mi rostro, pero las comisuras de mis labios caen
instantáneamente mientras mi mundo se rompe por debajo de mí con las
palabras que escribió.

Hads,

Sé que anoche creíste que perdí, pero gané, pateé su culo en realidad. Me
ofrecieron la oportunidad de mi vida después de eso. Sé que no sabías
nada al respecto y tal vez yo debería habértelo dicho, pero creí que estaba
haciendo lo correcto. Algunas personas de la MMPL vinieron anoche y,
nena, no pude jodidamente rechazarlos. Sé acerca de tu oferta en el
hospital de Atlanta y necesito que la tomes. Hads, haz lo que amas, para
lo que jodidamente naciste. Nunca podría vivir conmigo mismo si
renuncias a tu sueño por mí. En este momento, los dos sabemos que
nuestros sueños están chocando y van por dos caminos diferentes. Si me
sigues o te sigo, uno de nosotros sufrirá, estaríamos renunciando a algo
jodidamente enorme que nos hace quienes somos. Nos hará personas
amargadas después. Lo vi mientras creía y me mataría si esos fuéramos
nosotros. Prefiero irme ahora, mientras todavía nos amamos el uno al
otro, que quedarnos juntos con el resentimiento y solo terminar
odiándonos mutuamente en un par de años. Vi demasiada de esa mierda
al crecer como para hacernos eso. Nena, te amo demasiado. Es por eso
que estoy haciendo esto y sé que no lo entiendes, pero lo harás, ya lo
verás. No te puedo dar el cien por ciento de mí mismo hasta que me
enfrente a la mierda que he estado enterrando. Estamos destinados a
estar juntos, lo sé, lo prometo. Simplemente que en este momento tengo
que encontrarme a mí mismo y demostrarme que soy más grande que
solo un peleador idiota con un dólar a su nombre, viviendo de su novia.
Jodidamente no puedo hacer eso y estar aquí contigo al mismo tiempo.
Tenemos una vida para estar juntos y la quiero, de verdad. Mierda, nena,
no lo olvides. Solo no quiero que tengamos ningún arrepentimiento y
tengo miedo de que sea lo que suceda si me quedo.

Una vida es todo lo que tenemos. Te escojo a ti. Regresaré a ti.

Estoy siendo el mayor jodido marica por no hacer esto anoche en


34 persona, pero sé que con una sola mirada a tus ojos, me convencerías de
quedarme y eso no puede suceder. Te prometo que volveré a nosotros,
después de enderezar mi mierda.

Dos pájaros de un tiro, nena.

Te ama con locura,

Reed
Capítulo 4
Hadley

H
an pasado noventa y cinco días desde que Reed me dejó.

Dijo que me dejaba para encontrarse a sí mismo.

Se fue para seguir sus propios sueños y que yo pudiera seguir


los míos.

Noventa y cinco días desde que mi corazón estuvo completo.

Noventa y cinco días de contar cada minuto que estoy sola.

Estoy en duelo, como si estuviera muerto. Ni una palabrita, ni una sola


35 llamada telefónica, ni un mensaje de texto, correo electrónico, ningún
mensaje de Facebook o, demonios, incluso otra carta de su parte, así que
para mí es como si estuviera muerto. Lo cual es gracioso, porque está
muy vivo y viviendo su vida. Al contrario de mí, que sigo paralizada. La
parte racional de mi cerebro sabe que es estúpido sufrir como si él ya no
estuviera en la tierra, pero el lado roto sabe que si hubiera muerto, al
menos no habría sido su decisión dejarme. Reed sí decidió y decidió
alejarse de mí… de nosotros. Para algo más grande, algo mejor. Habría
seguido a Reed adónde sea, al fin de la tierra, ninguna pregunta hubiera
sido hecha y lo habría hecho sin arrepentimientos. Pero no me dio esa
opción, así que me quede sola, abandonada, desolada, luchando por
respirar, dolida cada día que tengo que seguir aquí sin él.

Puedes pasar por las “etapas del dolor” y tacharlas una por una por cómo
he estado actuando. La primera, la negación, fue por lejos la más fácil.
Fue cinco horas después de que Reed se fuera… la peor mañana de mi
vida, cuando mis hermanos Matt y Mark me encontraron aferrándome a
la carta y mirando las líneas del azulejo. Requirió que ambos me
arrastraran de la esquina del suelo de mi cocina. Trataron de llevarme
con mis padres, pero me liberé, pateando y gritando… solo quería estar
en nuestra casa, el último lugar en el que fuimos nosotros. Recuerdo
mirar alrededor y que todo estuviera exactamente igual, sin nada movido
o cambiado. La taza vacía que Reed usaba para poner su batido de
proteínas antes de que se fuera todavía estaba en la encimera. Su
champú todavía estaba en la ducha. Sus calcetines sucios todavía
estaban en el suelo y su ropa todavía estaba en nuestro armario. Los
trastes en el fregadero que le había gritado que quitara antes de que
tuviéramos sexo el día anterior todavía estaban allí. Los Milk Duds 3 que
me trajo hace un par de días —solo porque sabía que me encantaban—
estaban en la mesa, sin tocar. Todos esos eran recordatorios de nuestra
vida diaria juntos y de que él fue real.

Mi corazón quería creer —necesitaba creer— que Reed todavía estaba


aquí. Esa primera noche, me senté en el suelo junto al lado de su cama y
abracé su almohada. La agarré tan fuerte, por tanto tiempo, solo oliendo
su esencia que todavía permanecía en esta, pensando que si todavía
podía olerlo, eso significaba que Reed no se había ido de verdad. Cuando
fuera que nuestra puerta principal se azotaba, mi esperanza resurgía,
pensando con seguridad que era Reed entrando y que todo estaría bien
en el mundo.
36 Intentaba aferrarme desesperadamente a lo que quedaba de mi sanidad,
de mi corazón, ebria con la pequeña cantidad de esperanza. Sentía como
si hubiera estado caminando en un aturdimiento, que mi vida no era
realmente mi vida. Me había convencido de que el que Reed se fuera era
solo una broma enferma, una horrible pesadilla y que cuando me
despertara, Reed todavía estaría abrazándome, diciéndome que nunca me
dejaría. Solo que nunca desperté.

Esa etapa duró al menos veintidós días, hasta que un día Lance vino por
más ropa de Reed y algunos papeles importantes que Reed necesitaba. La
caja que contenía todos nuestros documentos importantes
repentinamente solo tenía los míos. El pasaporte de Reed, acta de
nacimiento, sus registros, ropa… se habían ido. Se había llevado su
preciado libro de fotos de sus primeros días de peleas. Había estado
demasiado asombrada de que Reed de verdad se hubiera ido como para
preguntarle a Lance cómo estaba, cómo pudo dejarme, cómo —si
realmente me amaba— podía solo irse como si yo no fuera nada. Fui
dejada con solo un poco de su ropa que escondí en el fondo de mis
propios cajones, algunos zapatos viejos, su almohada que me rehusé a

3
Milk Duds: Es un dulce de caramelo recubierto de chocolate.
entregar porque dormía con ella, recuerdos restantes y ni una sola
palabra de su parte. Mi estúpido y roto corazón me mantenía cautiva.

La siguiente etapa apestó; dolor. Odiaba esta. Lloré hasta que mis ojos
estuvieron inflamados, rojos e incapaces de abrirse. La única vez que
comía, me bañaba o me cambiaba era cuando alguien me forzaba. Por
diecisiete días, me hice un ovillo en la cama, sin quitarme una de las
sudaderas de Reed y sollocé en su almohada, la cual se había convertido
en mi propia manta de seguridad. A cada habitación que entraba, me
asaltaban fotografías de nosotros… fotografías de nosotros felices,
recuerdos de nosotros enamorados, besándonos, sonriendo y riendo. Y
entonces las preguntas comenzaron a carcomerme. ¿Fui la única
enamorada? ¿Fui la única que sintió algo? ¿Qué se suponía que debía
hacer con todo el amor que me había quedado por él? ¿Alguna vez
signifiqué algo para él? ¿Por qué estuvo conmigo?

¿Cómo pudo hacerme esto?

Mis padres, mi cuñada Sarah, Court y mis hermanos se tomaban turnos


para quedarse conmigo. Me abrazaban. Cuidaban de mí como si fuera
37 una niña indefensa. Estoy bastante segura de que todos estaban
demasiado asustados de que hiciera algo estúpido si no tenía a alguien
conmigo y, honestamente, la idea me pasó por la cabeza más de lo que
me gustaría admitir. Era un desastre… rota, débil y destrozada. Un día,
Mark —mi fuerte hermano que nunca mostraba ninguna emoción seria—
vino y tenía lágrimas en los ojos cuando se dio cuenta de que no me
había movido ni un centímetro de donde me dejó la noche anterior. Fue
allí cuando supe que no podía seguir como había estado. Me juré que lo
intentaría. Mis esperanzas de que Reed regresara murieron. Ya estaba
harta de dejar que los recuerdos me mataran, porque, ¿adónde me llevó
amar a Reed?

Cómo desearía que se quedara de esa manera.

Estaba bien, fortaleciéndome un poco cada día después de eso.


Honestamente, estaba fingiendo, pensando —esperando— que si lo fingía
lo suficiente, finalmente estaría mejor que solo bien. Eso fue hasta que los
dolores punzantes en mi estómago y el cálido camino de sangre de un
rojo oscuro corriendo por mis piernas cambiara todo una vez más.
Durante los últimos cincuenta y seis días, he estado viviendo en este
abismo, buscando el coraje para solo saltarlo. Queriendo hacer cualquier
cosa para quitarme este dolor que se ha instalado en mi interior.

Esa noche, lo perdí todo en el hospital. El doctor se dirigió a mí con una


expresión sombría después de mirar la pantalla. Nunca olvidaré las
palabras que me dijo, se quedarán conmigo para siempre en el fondo de
mi mente, reproduciéndose constantemente todo el tiempo. “Siento
informarle esto, señorita Thomas, pero el corazón del feto ya no está
latiendo. Necesitaremos hablar de algunas opciones”. Mis ojos nunca
dejaron la pantalla mientras el doctor continuaba presionando mi
estómago con el aparato. Lo vi… mi bebé —nuestro bebé— y le supliqué a
Dios silenciosamente ver algún movimiento, incluso una agitación, pero
nunca se materializó. Se había ido.

Todo después de eso ocurrió en cámara lenta. Escuché a Mark jadear al


otro lado de la habitación mientras su puño conectaba contra la pared y
luego lo vi irse a toda prisa. Mi madre nunca soltó mi mano, mirando con
los ojos llenos de lágrimas hacia mi papá, quien solo estaba allí parado
con ojos enormes y asombrados. Entonces, la inevitable crisis que había
estado aguantando pasó: me quité las intravenosas, salté de la cama y
38 lancé todo lo que estaba a mi alcance. La voz de Matt diciéndome que me
calmara y que todo iba a estar bien se volvió un ruido de fondo mientras
golpeaba su pecho. Pero nunca nada estaría bien. El bebé que nunca supe
que había estado creciendo en mi interior estaba muerto. El bebé que
amaba, que necesitaba, estaba muerto, se resbaló de mis dedos y me lo
arrebataron, igual que Reed. ¿Cómo algo podría estar bien de nuevo?

Los ojos de Matt eran vidriosos mientras un dolor agudo pegaba en mi


cuello y una sensación de quemazón recorría mis venas. Las voces se
volvieron muy lejanas como para entender algo de lo que decían y los
rostros de las personas que amaba se volvieron borrosas a mi alrededor.
Mis ojos ya no fueron capaces de enfocarse en nada además de la pared
blanca frente a mí mientras mis brazos se aflojaban y mis rodillas cedían,
causando que mi hermano me agarrara para evitar caer al suelo, mi
cabeza ladeada hacia un lado. Luego la nada.

Tres días después, me desperté con un vacío adentro… Le supliqué a la


primera enfermera que entró por esa puerta que me dijera dónde estaba
mi bebé. Necesitaba un nombre y no podía hacer eso sin un género. Al
dejar el hospital, me quité la última lágrima que derramaría por Reed y
por mis pérdidas, nuestras pérdidas.
Fui demasiado egoísta para siquiera saber que había estado embarazada
hasta que perdí a mi bebé. El solo pensar en cómo había abandonado a
nuestra bebé por no ser una buena madre, incluso antes de que ella
naciera, fue la parte más difícil de todo esto. Soñé cada noche con una
pequeña niña con coletas, con los ojos avellana de Reed mirándome,
llamándome mami, pero nunca conocería nada de eso. Porque todo ha
cambiado y ninguna cantidad de esperanza, lágrimas o amor pueden
revertir el daño.

Me está tomando todo el poder que poseo aparentar estar completa. Estoy
en un lugar muy profundo en mi mente que es tan oscuro, tan solitario y
estoy atrapada aquí, no puedo encontrar una manera de salir y, oh, cómo
lo he intentado. Nunca me he sentido tan sola, hueca… vacía. Ese hoyo en
mi pecho es tan profundo que no creo que nunca vaya a volver a ser la
persona que fui una vez. ¿Cómo algo puede hacerme feliz, hacerme
sonreír de nuevo, cuando no se irá?

Es irónico que un corazón que se siente tan roto todavía pueda latir y
39 mantenerme viva. Voy de un día a otro, día y noche, noche y día en dolor.
Lentamente, me estoy cayendo a pedazos y si no hago algo —cualquier
cosa— pronto, me temo que estaré así por siempre. Quizás lo merezco, así
que solo dejo que duela, dejo que queme, porque algunas veces es lo único
que puedes hacer.

No estoy segura de cómo lo hice, pero de alguna manera me gradué


catorce días atrás. Tengo la sensación de que mis padres tuvieron algo
que ver con ello, dado que ni siquiera hice tres de mis exámenes finales.
No iba a hacerlo, no quería, pero Matt me convenció. Dijo que sería
egoísta de mi parte si no lo hacía, ya que significaba mucho para mis
padres verme cruzar el escenario y obtener mi diploma, que incluso si no
lo quería ahora, un día miraría a atrás y desearía haberlo hecho. Fingí lo
que parecía una sonrisa para las fotografías y puse esa cara para las
personas que más me amaban y medio intenté conversar con las
personas a mi alrededor. Incluso vi a Lance en la multitud, lo cual me
sorprendió.

Unos días después de la graduación, Sarah y Courtney me arrastraron


fuera de la casa y al único lugar al que quise ir fue a un salón de tatuajes.
Estoy segura de que las asombró, pero no hubo protestas, ya que al
menos hablaba. Sabía qué me iba a hacer cuando crucé esas puertas; tres
gorriones en mi hombro izquierdo: uno más grande por Reed, uno
ligeramente más pequeño por mí, ambos volando en direcciones
separadas, y uno pequeño volando hacia el cielo por el bebé que había
perdido. El dolor que me dio la aguja ayudó a entumecer mi corazón,
probando que el tributo para recordar a Reed y a nuestro bebé era
perfecto. Ansiaba los recuerdos de él y de la vida que nos prometimos,
incluso si se desvanecían de mi corazón y mente, todo lo que tenía que
hacer era voltearme y recordar que el amor me hizo esto. Aunque, de
alguna manera, sé que nunca necesitaré ese recordatorio.

Siempre estoy de pie junto a la ventana, mirando sin pensar hacia afuera,
mi mente exige la tranquilidad que me da. Ha llovido todos los días que
no he llorado, batiendo récord con cincuenta y siete días de lluvia. La
mayoría de las veces, no está lloviendo fuertemente, sino que en cambio
se trata de una molesta llovizna constante con las nubes del color del
40 humo. El exterior parece reflejar lo que siento por dentro. Me pregunto si
alguien más ha puesto estas dos cosas juntas.

Courtney dice que soy insensible. Sus palabras fueron “un zombi”, creo.
Pero no podría estar más equivocada, soy cualquier cosa menos
insensible. El hoyo en mi pecho todavía está allí, cada vez más amplio y
más profundo, transformándose en un cráter de dolor y desesperación. Sé
que está asustando a todos —maldita sea, también me asusta mucho a
mí—, pero simplemente no puedo detenerme. Mantenerme en pie es
mucho más difícil de lo que pensé que sería y la fuerza que se necesita
para levantarse de la cama cada día es todo lo que me ha quedado. No
solo perdí a Reed esa noche, también perdí el futuro que él tenía en la
palma de sus manos. Pero solo tienes que dejar de postergar el dolor y
dejar que todo lo de adentro se haga cargo. Puedo mirar hacia atrás a mi
relación con Reed y decir que hice todo lo posible para tratar de hacer
que se quede: me sacrifiqué por él, empujé hacia un lado mis deseos, mis
necesidades, para hacer que me amara. Lo más aterrador es que lo haría
todo de nuevo si volviera. Y una pequeña y minúscula parte de mí piensa
que él realmente podría hacerlo. Pero no funcionará de esa manera.
Nada funciona de esa manera una vez que el precio ha sido pagado por
amar a un hombre como Reed. No consigues devolver un corazón roto.

Courtney golpea mi puerta, consiguiendo sacarme de mis pensamientos.


Viene casi todos los días, me trae comida preparada, me obliga a
meterme en la ducha, me hace cambiar la ropa que dejó Reed y siempre
trata de convencerme de salir de este apartamento. Rara vez funciona y
cuando lo hago y le permito que me lleve afuera, termino en la cama
durante días después de eso. Pero al menos está intentando, Dios, la amo
por eso.

Courtney es realmente la mejor, mejor amiga que podía pedir. Siempre


está ahí para mí y nunca pide nada a cambio. El hijo del compañero de
mis padres se hizo cargo de la oficina aquí porque ellos se mudaron —de
mala gana— a Atlanta a tiempo completo un par de semanas después de
que salí del hospital. No he visto mucho a Mark desde que salió del
hospital, pero eso no me sorprende. Siempre pone distancia entre
nosotros si no me puede proteger. Vino la semana pasada, dijo que le
41 duele demasiado verme así y que le recuerdo a alguien que solía conocer.
Hasta que comience a intentar por mí misma, ya no estará aquí para
verme autodestruirme. Sarah me dice que es más grande que eso y un día
Mark me dirá por qué, pero sinceramente no me importa.

Matt consiguió su propio departamento en Thomas/Roberts Holdings y


está escalando en Atlanta con mi padre, causando que esté demasiado
ocupado para hacer frente a su hermana con el corazón roto. No es que
culpe a alguno de ellos por no venir a verme tanto, no me gustaría estar
cerca de mí si tuviera otra opción. Todos mis otros amigos eran amigos
de “nosotros” como pareja, por lo que no quiero verlos o estar cerca de
cualquiera de ellos. Me recuerda mucho que él no está aquí conmigo. Pero
no Courtney; ella es toda mía, lo ha sido durante quince años, desde que
se burlara de mis Converse rosa con mi tutú que llevaba en el primer día
del primer grado. Es la hermana que nunca tuve y, sin ella, no creo que
pudiera sobrevivir.

Me aparto de la ventana y miro hacia la puerta, viendo a Courtney entrar.


Ahora que lo pienso, estoy bastante segura de que ella ha estado DEA 4
durante al menos un par de días y tal vez también ha tenido suficiente de

4
DEA: Desaparecida/o en Acción.
mí ahora. Está empapada por la triste tormenta. Su castaño cabello hasta
los hombros —que sé que pasó una hora para dejarlo perfecto—, está
arruinado y ondulado. Su chaqueta de lluvia azul salvó su top, aunque no
se puede decir lo mismo de sus pantalones. Si fuera mi antiguo yo, la
vista de mi siempre perfectamente arreglada mejor amiga luciendo un lío
caliente me habría hecho reír tanto que mi estómago estaría doliendo. En
su lugar, solo recibe una pequeña sonrisa de mi parte, pero supongo que
algo es mejor que la mirada en blanco que generalmente tengo. Courtney
nota que las comisuras de mis labios se levantan y todo su rostro se
ilumina como si acabara de oír que Jimmy Choo está regalando zapatos.

—No te atrevas a darme esa mirada, perra, porque consigue tu Chipotle 5


favorito teniendo en cuenta que probablemente no has comido desde que
vine hace dos días. Pues bien, al menos te has cambiado de ropa. —Hace
un gesto hacia mis pantalones de yoga y camiseta, los cuales solían ser
pegado al cuerpo pero ahora son dos tallas más grandes, y uno de los
chalecos de Reed que me traga entera.

No he tenido hambre desde que Reed se fue, pero el olor a mi comida


favorita hace que mi estómago gruña.
42
—Gracias, eso suena bien. Déjame correr hasta mi habitación y traerte
algo de ropa seca.

—Gracias, Hads. Recibo una sonrisa y quieres comer. Anotación uno y


dos, ¿qué vas a hacer luego? Si rompes en un baile, mi día estará
completo. Solo para tu información —grita por las escaleras mientras le
agarro una toalla y pantalones de mi armario.

—Bueno, no creo que recibirás algo más, pero aquí hay un poco de cosas
secas, de todos modos —digo, pasándole la ropa. Mueve sus pies lo
suficiente para que pueda notar su enorme bolso de noche colocado junto
a mi puerta.

»Um, Courtney… ¿te vas a mudar? Sabes que hay solo una habitación —
digo.

Ríe.

—¿Tienes chistes, también? Es un milagro, te lo digo. Debería salir y


volver la próxima semana… puedes ser una comediante para entonces. Es
5
Chipotle: Es un tipo de chile que se ha dejado madurar hasta hacerse chico, para
después ser ahumado y aliñado.
bueno ver que no perdiste tu tan llamado ingenio desde que te has
convertido en un zombi come cerebros.

Pongo los ojos en blanco y le alcanzo la toalla, sintiéndome atrapada en


algún lugar entre la molestia y el humor.

—Ja ja, muy graciosa. En serio, ¿por qué trajiste esa bolsa contigo,
señora? Nunca llevas esa cosa a menos que te alojes en algún lugar por
un tiempo.

Se retuerce su cabello con una enorme sonrisa traviesa en su rostro.

—Puedo o no que recién haya vuelto de pasar un par de noches en casa


de Lance y puede o no que recién me haya traído. —Menea las cejas hacia
arriba y abajo.

Loco, nunca pasan la noche cuando han terminado con el otro, a menos
que se pasen de tragos y sin duda nunca es planificado de antemano.
Pero puede que ella haya dicho algo y en realidad no procesé lo que
había oído, lo que parece estar ocurriendo demasiado últimamente. He
dejado que mi depresión tome control sobre todas las cosas hasta tal
43 punto que no veo lo que está pasando con mi mejor amiga, bueno, mi
única amiga en este momento.

—¿Se están poniendo serios? Pensé que los dos estaban de acuerdo en
que solo sería sexo. —Intento con todas mis fuerzas sonar optimista
porque se merece tener a alguien, incluso si ese alguien me recuerda a
Reed, que a su vez me recuerda a mi bebé, que a su vez me recuerda por
qué estoy deprimida. Qué ciclo enfermizo.

Courtney deja de secarse y la actitud juguetona de un minuto atrás se ha


ido. Se da la vuelta dolorosamente lento y fija su mirada en la mía. La
compasión y la ternura en bruto están escritas en todo su rostro.

—Hadley, necesito decirte algo y no estoy segura de cómo los tomarás. No


quiero que estés loca porque no te lo conté antes, ¿está bien?
Simplemente no sabíamos cómo te lo tomarías ya que apenas has estado
aguantando. —Esto es justo lo que quería hoy… algo acerca de Reed.

—Está bien… Uno, ¿quiénes son “nosotros”? Dos, por favor, no te sientas
como si no pudieras decirme algo. Necesito la verdad, siempre. Tres, no
saltaré del techo en el corto plazo. Lo cual, por la forma en que estás
actuando, estoy segura de que se trata de Reed, de todos modos.
Courtney parece sorprendida de que conozco todos sus secretos.

—No me mires así. Me habrías dicho lo que sea antes si no se tratara de


Reed. Te conozco demasiado bien.

Me estudia durante un minuto y luego dice:

—Entiendo, de verdad. Hads, solo nos estás asustando, a tu familia, a mí.


No queremos que caigas más profundo si podemos evitarlo. Lance y yo
solo estamos teniendo sexo… bueno, estábamos. Recibió una llamada de
Reed hace dos semanas. Tiene su primera pelea real en cuatro días y
quería a Lance en la jaula con él. Lance, siendo el mejor amigo del cara
de imbécil, estuvo de acuerdo enseguida. Decidió mudarse a Las Vegas
para ayudar a entrenar a Reed ya que han estado trabajando juntos por
siempre y solo lo ayudará dado que Lance conoce toda su debilidad o
alguna mierda… De todos modos, Lance se va hoy, así que tuvimos un
último divertido fin de semana de despedida antes de que se fuera.

Guau, sin palabras… Síp, sin palabras es la palabra correcta para lo que
me está pasando. Sorprendentemente, me siento exactamente igual que
antes que Courtney me lo contara. Tal vez estoy demasiado rota para
44 notar la diferencia, sin embargo. Incluso si no había sido la persona a la
que Reed llamó, al menos pidió la ayuda de alguien de su confianza,
alguien que sé que cuidará de él y solo tiene su mejor interés en el
corazón.

Antes de que tenga la oportunidad de pensar en otra cosa, dejo escapar:

—Quiero verlo pelear.

El rostro de Courtney lo dice todo. Piensa que me he vuelto loca.

—Chica, no sé si…

Levantando mi mano a su cara, la interrumpo antes de que tenga tiempo


para terminar.

—No me importa. No voy a romper una promesa a él. Tengo que ver cada
pelea. Esa es la promesa que le hice antes de la última. —Dejo salir mi
miedo irracional e incontrolable de que si rompo esta promesa, Reed
romperá la suya y nunca volverá a mí. Y ahí está, esa pequeña pieza de
anhelo.
Cuatro días después, Courtney y yo estamos acostadas en la cama que
una vez compartí con Reed, mirando la pantalla de mi computadora
portátil y mirando la pelea de Reed. Noqueó al tipo en treinta y dos
segundos, rompiendo todo los récords de la MMPL en el proceso. Levantan
su brazo izquierdo y noto un nuevo tatuaje, conmoviendo mi corazón un
poco más. Justo en el centro de su pecho hay dos gorriones casi idénticos
a los míos, excepto que vuelan hacia el otro. Las palabras “amo con
locura” están escritas hermosamente entre ellos. Cuando baja su brazo,
golpea el lugar sobre los gorriones dos veces.

Y siento esos dos golpes dentro de mí.

Y esa parte dentro que espera que él vuelva salta a la vida.

En cuanto me meto en la cama y pongo mi cabeza en la almohada, echo


un vistazo a la mesa de noche de Reed y noto por primera vez que la
imagen de nosotros se ha ido. La primera lágrima cae de mi ojo después
45 de sesenta y un largas noches.
Capítulo 5
Reed

S
eis meses sin Hadley me han apestado jodidamente… no hay otra
manera de decirlo.

Me había quedado despierto toda la noche, aferrándome a ella


mucho tiempo después de que quedara dormida, memorizando todo lo
relacionado a ella: cómo cada que me movía, ella se acurrucaba más
profundo, cómo su labio inferior se empujaba fuera, la forma en que su
cabello caía sobre mi hombro, cómo se sentía perfecta contra mí. Nadie es
perfecto, pero Hadley es la jodida cosa más cercana a la perfección que
existe y ya no podría estar más con ella… no como yo era. Aún no.
46 Me había arrastrado fuera de su agarre una vez que el reloj marcara las
cinco en punto y clavé los ojos en ese pedazo de papel delante de mí por
mucho tiempo, preguntándome qué pensaría cuando lo leyera, cómo
manejaría que me había jodidamente ido cuando se despertara. No había
duda de que tomé el camino del cobarde con una jodida carta, pero no
podía enfrentarme a ella. Sabía que una mirada en sus ojos me habría
convencido para quedarme y eso no era lo correcta para ella.

Sin lugar a dudas, la jodida cosa más difícil que he hecho fue darle ese
último beso en la frente antes de cerrar la puerta de la habitación, sin
saber cuándo la vería de nuevo. Con solo una mochila llena de ropa y
algunas fotos, me alejé del jodido amor de mi vida tumbada en nuestra
cama, desapareciendo de ella, sabiendo que estaría rompiendo su
corazón cuando llegara abajo, pero esperando como el demonio haber
hecho la mejor cosa para nosotros. Debería haberle dicho por qué estoy
jodido, por qué tengo que demostrar esta mierda a todo el mundo, pero no
lo hice, no podía… ella nunca lo habría entendido. Tengo que ser la mejor
jodida versión de mí antes de encontrarla de nuevo.
Había ido a Ohio para ver su graduación. Ella no me vio… no podía
permitirlo. Estaba tan malditamente orgulloso de ella que no había
manera de no estar ahí viendo. Me escondí en la parte de atrás,
mirándola a través de las personas, en busca de signos de que no estaba
bien. Pero ella lucia bien, no como su antiguo yo, pero ver su sonrisa me
hizo sentir mejor.

Justo cuando el avión aterrizó después de volver, fui directamente a mi


chico en Las Vegas para conseguir otro tatuaje. Tenían que ser esos
malditos pájaros que ella siempre decía que éramos. Los tenía como un
constante recordatorio de por qué estoy haciendo esto, por qué me alejé,
por qué tengo que esforzarme para seguir a pesar de que todo dentro de
mí me grita no hacerlo. Ni siquiera puedo llamarla y hablar con ella sería
aún más difícil, sabiendo que no puedo estar con ella o ir a ella. Cerré mi
Facebook, cuentas de correo electrónico y cambié mi número para que
incluso si ella trataba de ponerse en contacto conmigo, no podría hacerlo.
Quería que este descanso uno del otro fuera lo más limpio posible, incluso
si eso significa matarme en el proceso. Si tuviera maneras fáciles de
contactarme con ella, cedería y toda esta mierda sería en vano. No era
47 para evitar que se pusiera en contacto conmigo… lo hice para evitar
romperme e ir tras ella. Sabía que hacer eso demasiado pronto solo
podría joder todo lo alcanzado, pero eso no significaba que tuviera la
fuerza de voluntad para no hacerlo.

Cuando Lance todavía estaba en Ohio, me sentía mejor. Tenía a alguien


de confianza echándole un ojo. Él no me decía una mierda, pero aun así
preguntaba como un jodido reloj. La respuesta de Lance era siempre la
misma: “Lo está manejando de la única forma que conoce”. Pero sabía que
él la protegería, pero ahora solo espero que sus hermanos estén un paso
adelante para velar por ella cuando yo no puedo.

Siento el poder corriendo por mis brazos a medida que voy hacia el saco,
golpeando a Lance en su culo en el proceso en medio del gimnasio.

—¿Qué carajos, Riker?

Extiendo mi mano para ayudarlo a levantarse, pero me da un manotazo.


—La próxima vez, sostén mejor el saco y no sucederá. —Sonreí con
arrogancia.

Lance señala en dirección a la oficina de mi entrenador.

—Lo siento, ¿pero no viste a esa chica que acaba de entrar?

—Ahora, ¿cómo iba a mirarla? La última vez que comprobé, no tengo ojos
allí atrás, idiota —digo con la irritación en mi voz y empiezo a
desenvolver mis manos.

—Hombre, tenía pechos que… —Hace un gran gesto—, simplemente…


maldición. No he visto ningunos así desde… bueno, por un tiempo.

Lance se interrumpe, sabiendo muy bien de que me percataría de quién


iba a decir. Hadley tiene unos jodidos pechos grandes. Pero son míos, no
de él. Golpeando a Lance contra la pared de ladrillo del gimnasio, lo
amenazo agresivamente:

—Jodidamente no hables de sus pechos de nuevo. —Lo miro directamente


a los ojos, asegurándome de que entienda la gravedad de mis palabras.

48 Libero a Lance después de que la audiencia de luchadores y entrenadores


nos miren, juzgándonos con sus miradas como si no golpearan a la gente
para ganarse la vida. Bobby, mi entrenador, se acerca y solo se necesita
un vistazo hacia él para saber que estoy listo para ello… una vez más.
Desde que me mudé aquí, mi mecha se ha acortado más y más.

—Riker, ¿estás bien, hombre? Esto sucede de nuevo y la liga oirá de eso.
Sabes que no aguanto esa mierda aquí. Ve a correr, enfríate. Lance, ven
conmigo. Tengo nuevas cintas que necesitamos repasar para la próxima
pelea.

Al no estar en el estado de ánimo para hacer cualquier mierda adicional


hoy, no lucho con Bobby sobre eso. Agarrando mi iPod, atravieso el
gimnasio, haciendo caso omiso de las miradas de todos a mi alrededor.

Corro los ocho kilómetros por el día y luego busco a Lance por el lugar.
Tengo que disculparme por ponerme violento con en él una vez más. Sé
por qué está jodidamente pasando y esa es la parte más enferma de toda
esta mierda. Seguirá empeorando mientras más tiempo esté lejos de
Hadley… ella siempre ha sido mi jodida píldora. Localizo la parte posterior
de la cabeza de Lance a través del cristal de la oficina de Bobby y casi
entro, pero el sonido de mi nombre me hace detenerme y moverme al otro
lado así no soy detectado.

—Lance, dijiste que Riker estaba bajo control, pero por lo que me contaste
está lejos de ello. Esa mierda allá fuera ya no puede pasar. El nombre de
Riker está moviéndose por ser un luchador de mal genio, un luchador de
mecha corta. Esa es la última maldita cosa que necesitamos. Daily acaba
de enviar a su nueva asistente personal, Krystal, para decirme que la
próxima pelea de Rike es contra Billy King. Si sigue actuando de esa
manera, no tendrá una oportunidad. —King está dominando nuestra tipo
de peso… ha sido así durante casi dos años. Firmó un par de años antes
que yo y ha pateado el culo de todos los que la liga le ha lanzado. Es un
jodido monstruo en la jaula. Si le gano, me pondría en el lugar para las
peleas de horario estelar, más dinero y mejor exposición, lo que conduce
a incluso mayores posibilidades de ir en la corriente principal. Estoy
jodidamente avanzando poco a poco hacia donde diablos necesito estar
para conseguir de regreso a Hadley.

—Bobby, él está listo, pero la chica que dejó… Rike está jodidamente loco
49 por ella. Está jugando con su cabeza el estar lejos de ella durante todo
este tiempo. Pasó de conseguir su culo a nada. Esa mierda se mete con
cualquier luchador y lo sabes mejor que nadie. No ha conseguido follar
en una eternidad… joder, creo que realmente puede ser el período más
largo que ha pasado desde que perdió cuando tenía quince años. Ahora
esa es una jodida sequía si alguna vez he visto una. Demonios, si le digo a
Rike la mitad de la mierda que sé sobre cómo está Hadley realmente,
podría jodidamente enloquecer con todo el mundo. Si no pensara que ya
es demasiado tarde, diría que la necesitamos volando aquí, pero lo último
que supe es que ella se había ido. Tenemos que conseguir que venga
Kenny, sin embargo. Él siempre tiene una forma de poner la cabeza de
Rike en el lugar correcto. ¿Tal vez con él aquí se relaje un poco? —Me
alejo, escuchando suficiente de esa mierda. ¿Qué carajos quiere decir
Lance, demasiado tarde? ¿Hadley ya se rindió con nosotros?

—Riker, nene, ¿vas a venir? Pensé que los luchadores tenían una gran
resistencia… ¿o solo hice mi trabajo demasiado bien?
No le digo nada, no puedo. ¿Qué se suponía que dijera? ¿Que pensaba en
mi chica de cabello rubio con los más enfermos ojos que haya visto? ¿Los
mismos que una vez tuve, pero estúpidamente deje, y ya no estaban más
allí esperando por mí? ¿Se suponía que dijera todo eso mientras follaba a
esta chica? Nop, no puedo decir eso, así que mantuve mi maldita boca
cerrada.

Estoy jodidamente disgustado conmigo mismo. Juré que no volvería a


recurrir a follar para aliviar mis problemas por la falta de Hadley y no se
equivoque, eso es justo lo que hice. Salí del jodido gimnasio, recogí la
primera chica que me mostró cualquier atención y seguí su culo hasta su
casa. No hablé, no puse un beso en los labios rojos de puta mientras la
empujaba en el sofá y rasgaba sus pantalones. La única manera de que
me quedara duro fue cerrando los ojos y pensando en cómo Hadley se
había sentido siempre. Y por una fracción de segundo, la martirizadora
lástima que tenía creciendo en mi interior había desaparecido, la loca
soledad se había ido, todo era mejor mientras los destellos de cómo me
sentía cuando estaba de vuelta con mi chica jugaban detrás de mis ojos.
Pero ahora estoy de vuelta ante mi jodido mundo real mientras los
50 sonidos de esta chica entran en mi cabeza. La realidad de estar solo me
golpea con fuerza y nada más que follar a la perra ha ayudado.

Agarrando mi camisa del suelo, digo:

—Escucha, eso estuvo genial, pero me tengo que ir.

—¿Necesitas mi nombre? —pregunta mientras arrastra su mano sobre mi


pecho, justo donde está mi tatuaje de Hadley.

Empujo su mano duramente antes de que pueda mancharlo con su


repugnancia.

—Nunca toques eso, ¿me escuchas? Eso no es para ti en lo absoluto. —


¿Qué carajos hice?

—Krystal.

—¿De qué estás hablando?

Ella camina lentamente hacia mí, sus tetas y culo falso no se mueven un
centímetro.

—Mi nombre es Krystal. Creo que al menos deberías saber eso. Sé que te
está pasando alguna mierda. Trabajo para la Liga, así que escucho lo que
pasa detrás de escenas. Deja que te ayude con eso. —Baja la mirada hacia
mi polla, cayendo de rodillas—. Te hice olvidar por un rato, así que deja
que lo haga de nuevo, Riker. Es lo menos que puedo hacer después de lo
que me hiciste. —Solo así, el jodido dolor se va y haré cualquier cosa para
evitar que vuelva de nuevo.

Dos horas más tarde, estoy bajo la abrasadora agua, fregando el hedor
del coño de jaula y aceptando el hecho de que si alguna vez quiero
liberarme del dolor de perder a Hadley, tendría que hacerlo de nuevo

Y planeaba hacer precisamente eso.

51
Capítulo 6
Hadley

N
o sé cómo lo hice, pero he resistido seis meses sin Reed conmigo,
no ha sido fácil, no he estado sanando, pero he sobrevivido hasta
ahora. Es como lo que dicen, poner un pie frente al otro.

La mañana después de su primera pelea en la Liga, me desperté


con algún tipo de fuego encendido en mi interior. Verlo vivir su
vida me hizo desear hacerlo también, en lugar de solo existir en
la de todos los demás. A la noche siguiente, salí con algunos de nuestros
viejos amigos y tuve un muy buen rato, riendo, sonriendo y hablando
más de lo que lo había hecho en meses. Hasta que escuché a algunos de
52 ellos hablando acerca de ver a Reed un par de meses atrás después de
que se fuera. En medio de un bar con todas las personas que consideraba
amigos, me rompí, mi corazón se desvaneció, no quedó nada. Él ni
siquiera trato de contactarme, ni una vez, aun así todas esas personas lo
vieron, aquí, en la ciudad donde yo vivo. Sentí que Reed se desvanecía de
mi interior, volviéndose polvo justo en el suelo del bar.

Esa noche, encontré algo que alivió los sentimientos de traición, los hizo
llevaderos. Después de eso, salí de fiesta demasiado, tratando de ahogar
el dolor dentro de mí esnifando polvo por la nariz. Me alejé de todos —
incluyendo a Courtney— y encontré algo que ayudó, incluso si fue solo
por un rato. Pensé que estaba haciendo lo correcto porque me sentía
mejor, así que estaba mejor… qué equivocada estaba. Matt apareció justo
cuando más lo necesitaba. Echó un vistazo hacia mí, yéndome fuera de
control en espiral y me dijo que Columbus —y las personas que me
estaban rodeando— eran tóxicos para mí. Me vio dirigiéndome por un
camino en el que ni siquiera me gustaría estar si seguía en la dirección
que iba.

Matt tenía razón. El último lugar en el que Reed y yo vivimos juntos era
demasiado difícil para mí. Adonde fuera que mirara, encontraba el reflejo
de Reed: en la tienda, restaurantes, en nuestra casa. No podía ir a ningún
lado, en todos lados que me volteaba, encontraba otro recuerdo de Reed
que me atacaba. Eso me retuvo, convirtiéndome en algo que no quería
ser. Por mucho tiempo, había querido quedarme aquí para sentir la
conexión que me traía, pero cuando finalmente encontré el valor
suficiente para llamarlo, había aprendido que su número había sido
desconectado y esa era la única respuesta que necesitaba. Tenía que
alejarme de todo lo que me recordara a lo que solíamos ser. Dejar Ohio
era la única forma que conocía de hacerlo en serio.

Dos meses después, puse todo lo que Reed y yo teníamos en una bodega
en Columbus y llevé las llaves a la casa de su papá. Sabía que sin
importar lo que había pasado entre ellos en el pasado, Reed
eventualmente vendría a casa a comprobar a Doug tarde o temprano.
Siempre lo hacía.

Doug —el papá de Reed— estaba sobrio por primera vez en quince años y
sorprendido por las noticias de que Reed y yo ya no estábamos juntos. Me
dijo que Reed era un tonto por dejar la mejor cosa que le pasó alguna vez.
Me senté con él por un par de horas mientras Doug me contaba historias
53 acerca de la niñez de Reed y su versión de lo que sucedió entre ellos… la
única versión que escuché alguna vez. Doug me explicó que cuando la
mamá de Reed se fue, no podía lidiar con que su esposa se hubiera ido.
Doug la amaba con cada respiración que tomaba y era un amor tan
egoísta que la retuvo de lo que ella realmente quería en la vida. Tenía
sueños y casarse y embarazarse arruinó todo eso para ella. Doug pensó
que si la amaba lo suficiente por ambos, sería suficiente… hasta que un
día no lo fue. La mamá de Reed había terminado con todo, sentía como si
ya no pudiera ser una madre o esposa. Los había dejado a ambos para
vivir su vida de la forma en que siempre había deseado, solo para morir
en un accidente de auto un mes después. Pronto después de su muerte,
Doug no pudo superarlo y comenzaron la bebida y las drogas, dejando a
Reed como el único a quien culpar. Doug lloró cuando me habló acerca de
cómo trató a Reed, diciéndole diariamente cuán perdedor era, cómo no
podría lograr nada en el mundo, cómo si no fuera por Reed, su madre
nunca se hubiera ido, cómo las golpizas que le daba a Reed no debieron
haber sucedido. Cómo todo lo que nosotros estábamos atravesando era
resultado de cómo había crecido Reed. Al dejar a Doug, algo hizo clic en
mi interior. La tristeza que se había apoderado de mi vida se había
desvanecido y había sido remplazada por una sonrisa por lo que tuvimos,
respeto y un nuevo entendimiento de Reed. Que me dejara no estaba libre
de egoísmo, había sido su propia versión de amarme lo suficiente para
permitirme una vida sin arrepentimientos porque él había visto el
arrepentimiento cada día de su vida. Creía que si lo seguía, después lo
odiaría. Pero, ¡Dios! No podría haber estado más equivocado.

Reed siempre era reservado cuando hablaba de su pasado y sus padres y


ahora veía por qué. Éramos completamente opuestos en cada manera. No
sé lo que habría sido mi vida si no hubiera sido adoptada, pero tenía la
imagen de la familia perfecta y creo que pensaba que nunca entendería
lo que había sido su vida al crecer. Tenía que quebrar a Reed el pensar
que retuvo a su propia madre, la única persona que se supone que te ama
solo por ser tú, por sentir ese tipo de odio por tu propio padre por ser un
constante recordatorio de su amor perdido… eso rompería a cualquiera.
Sentía como si necesitara encontrar a Reed y decirle que él vale la pena,
que lo está logrando, que no fue su culpa.

Y por primera vez, mi corazón no dolía por mí, sino por él.

Tal vez si lo hubiera presionado más para que se abriera, podría haberle
54 explicado que estar sin él sería la única cosa capaz de retenerme, pero
nunca me dio esa oportunidad. Reed no quería que termináramos como
ellos… no es que lo culpara. Tampoco quería eso para nosotros. Pero
siendo sincera conmigo misma, eso sucedió en el minuto en que Reed se
alejó de nosotros, dejándome sola con solo una carta. Exactamente como
había hecho su madre años atrás. Pero la esperanza que tenía de que
volviera a mí revivió.

Él lo hizo por todas las razones correctas, solo del modo más incorrecto, el
más desastroso posible.

Tenía tanta suerte de que mi mejor amiga aceptara mi disculpa por


alejarme de ella. Ni siquiera me cuestionó, solo me abrazó y me dijo que
siempre estaría ahí para mí sin importar lo fuerte que la alejara. Y lo
estaba. Más tarde esa noche, después de dejar a Doug con ambos autos
empacados, dejamos mi casa. Y cada día, me he preguntado si tome la
decisión correcta.

Courtney y yo habíamos decidido conseguir una nueva casa en el pueblo


juntas cuando llegáramos a Atlanta en lugar del condominio que mis
padres me compraron. Era lindo escoger todo juntas, comenzar un nuevo
capítulo con puras cosas nuevas. Afortunadamente para mí, Courtney
había terminado con su vida en Ohio, porque sin ella, esta nueva vida no
sería tan divertida. Juntas, estábamos haciendo una nueva vida con
nuevos amigos.

Estábamos comenzando de nuevo.

Justo cuando termino de subir el cierre de mis botas, Courtney viene


corriendo por la puerta principal, lanzando sus cosas al piso. Ha sido
nuestra tradición por cerca de un año —desde que Reed comenzó a
avanzar en la liga y sus peleas las trasmitían en televisión— ir a algún
lugar y verlo. Esta noche no es diferente. Sin importar lo que había
pasado entre nosotros, estoy ridículamente orgullosa de él, finalmente
volviendo su sueño realidad. Y con cada victoria que tiene bajo su
cinturón, el momento en que vuelva a mí está más cerca.
55 —Oye chica. Lamento la tardanza. Lo juro, el tráfico de esta ciudad se
pone peor cada vez que salgo del trabajo.

Con todo lo que había descubierto acerca del pasado de Reed, no podía
alejarme del trabajo que mis padres habían arreglado para mí, a pesar de
que no sea más que un constante recordatorio. Pero es exactamente
donde siempre he querido estar —carrera sensata— y amo cada segundo
de ello. Courtney tiene un fondo fiduciario más grande de lo que muchas
personas hacen en toda su vida, así que es voluntaria como mediadora de
los enfermos en mi hospital.

—Está bien. Estoy lista cuando tú lo estés, solo necesito agarrar mi bolsa y
alimentar a Lucy rápidamente. —Lucy es el gato calicó6 de pelo largo que
Mark y Sarah me dieron como regalo de bienvenida a casa. Se volvió mi
pequeño bebe inmediatamente y es justo lo que necesitaba. Solo le gusto
yo y es la cosa más necesitada que he visto. Honestamente, es imposible
estar solitaria con la pequeña mierda alrededor… creo que es la verdadera
razón por la cual la consiguieron para mí.

6
Gato Calicó: Es un gato doméstico que tiene una coloración característica, el pelaje
blanco muestra manchas marrón-anaranjado y negras.
—¿En serio tienes que alimentar a la semilla de Chucky?

Le doy a Courtney mi mejor mirada malvada. Ella y Lucy tienen un odio


mutuo del que no puedo evitar reírme. Podría tener algo que ver con el
hecho de que cuando Lucy era una gatita, Courtney la piso y aplastó la
pobre colita de Lucy, como resultado teniendo que ser envuelta por seis
semanas. Lo juro, para vengarse de Courtney, Lucy usó su closet como
caja de arena por meses, causando que Courtney tirara una docena de
zapatos.

Lucy me escucha buscando su comida y viene por la esquina, frotando mi


pierna mientras le sisea a Courtney. Sonrío ante la silenciosa lucha entre
ellas dos. Si no fuera por estas dos, mi vida casera sería inexistente.

Courtney palmea la cabeza de Lucy.

—Está bien, pequeña Chucky, supongo que eso no fue muy lindo de mi
parte, ¿verdad? —Courtney regresa su atención a mí—. No preguntaste
quién va a salir con nosotros esta noche, solitaria. —Ella ha estado
empujándome para comenzar a salir en citas durante los últimos seis
meses y cada vez que vamos a algún lado, trae a alguien que tengo que
56 conocer. Sus palabras, no las mías. Siempre terminan siendo demasiado
aburridos para que siquiera quiera ir con ellos en una cita real, pero al
menos no estoy sentada comiendo dulces y engordando mientras espero
a que Reed vuelva a mí. Decirle eso a Courtney no va a ayudar a mi
causa. Así que me lo callo, pongo una gran falsa sonrisa en mi rostro y
voy con ello.

—Está bien, morderé el anzuelo. ¿Quién va a estar ahí con nosotras esta
noche? —pregunto con sarcasmo.

Courtney, sin captar mi sarcasmo, sostiene su barbilla, como si estuviera


pensando.

—Bueno, la tropa usual, Megan, Brooke, Darrius y —Tose el ultimo


nombre, tratando de ocultar quién es—, Bennett Norton.

Mortalmente maravilloso, “El Bennett Norton” —como las chicas de la


oficina de mi familia lo llaman— es un millonario de treinta y cuatro
años con el que mi padre hace negocios y grita problemas. Coquetea cada
vez que me ve, pero escuchando los chismes de las otras chicas con las
que “sale”, sé que no es para mí. No voy a ir por otro mujeriego “refinado”.
Bennett parece tener una personalidad muy fuerte y dominante,
demasiado centrado en sí mismo. Probablemente, pasa más tiempo
viéndose en el espejo cada mañana que yo, definitivamente no es mi tipo
para nada. Pero de nuevo, nadie lo es, excepto Reed.

—¿Así que ahora quieres que salga con un tipo como ese?

Courtney se encoje de hombros y pone los ojos en blanco.

—Hads, nunca dije nada acerca de salir, tal vez enrollarse un poco.
Diversión… sabes lo que es eso, ¿verdad? Solías tenerla todo el tiempo. No
te has acostado desde que el imbécil se fue y estoy muy segura de que ya
ni siquiera sabes cómo funciona. Cepíllate las telarañas, súbete a esa silla
y ve por el paseo. Quién sabe, tal vez será el mejor paseo de tu vida. —
Déjale a Courtney ir directo al grano, pero no puedo. Solo he tenido sexo
con Reed. No voy a ir allí.

—Bennett y yo… no lo creo. Lo veo demasiado y vamos, Courtney, es todo


un jugador. Demasiado experimentado para mí. En serio, tienes que
entenderlo, estoy bien estando sola. Vamos a ver la pelea de Reed esta
noche por el amor de Dios, y no creo que sea correcto ir a “divertirme”
mientras hago eso. Tal vez un día… pero ahora estoy bien estando sola. —
57 Y es verdad, lo estoy. He hecho grandes amigos aquí y me gusta mi
trabajo. Solo falta una cosa, Reed.

—Lo que sea, Hads. Solo déjame saber cuando quieras un poco de
diversión. Prometo que te encontraré a alguien perfecto, ¿está bien?

—Serás la primera persona en saber cuando esté lista para ese tipo de
diversión, lo prometo.

—Está bien. Todo lo que tienes que decir es: “Es tiempo”. ¿Trato?

Dándole a Lucy una pequeña caricia bajo su cuello, tomo mis llaves y
bolsa de la mesa.

—Trato. Ahora vámonos. —Cierro y comienzo a caminar hacia el bar.

Vapers es un enorme bar deportivo y el lugar al que ir cuando los Falcon


o los Brave están jugando por las enormes pantallas de cuarenta
pulgadas que cubren las paredes. Se ubica justo en medio de
condominios, apartamentos y casas para que las personas puedan
caminar sin preocuparse por conducir. Esta noche, cuando abrimos la
puerta del ascensor, cada mesa está tomada. Hay personas paradas por
el lugar, llenando cada centímetro del lugar. Es ruidoso y un poco
intimidante, aunque estoy segura de que nadie nos presta atención…
están pasando demasiadas cosas para que alguien gaste su tiempo
mirando en nuestra dirección. Veo a Megan, Darrius y Brooke en una
mesa alta en medio del bar. Courtney agarra mi mano y empuja su
camino hacia ellos, arrastrándome a través de los cuerpos parados.

—Guau, nunca lo había visto así de lleno —dice Courtney, poniendo su


bolsa en la mesa.

—Lo sé, nos tomó cerca de veinte minutos conseguir esta mesa. Estuvimos
a punto de pelear con unos chicos que la querían también. Fue un poco
divertido hasta que vieron a Darrius y corrieron como cobardes. —Brooke
sonríe.

Brooke es la asistente de Matt y nos llevamos bien al instante. Tiene


treinta años y ha estado felizmente casada con Darrius por casi diez
58 años. Es divertido verlos juntos, Brooke es pequeña y delgada —ni
siquiera creo que llegue al metro sesenta de altura— y Darrius es enorme,
por encima del metro noventa. Es propietario de un negocio de
construcción, así que está en buena forma por poner manos a la obra.
Deben ser una de las parejas más lindas que he conocido. Megan es la
hermana de Darrius y la mejor amiga de Brooke y un completo noqueo.
Alta, piernas largas, delgada, cabello rubio, los ojos más azules jamás
vistos y, para rematar, tiene el mejor corazón de todos. Los cinco siempre
pasamos el mejor tiempo juntos.

El mesero viene y obtiene nuestra orden. Miro alrededor para ver si


alguien tiene camisetas de deportes que explique por qué está tan lleno,
pero no veo ninguna.

—¿Está pasando algo? Pensé que los Falcon jugaban el domingo.

—Nop, tienes razón, juegan el domingo. Vamos a tener una fiesta en


nuestra casa por eso, ¿recuerdas? Mi suposición es que es por la pelea,
todos los chicos estaban apostando —dijo Darrius, poniendo un brazo
alrededor de Brooke. Solo sigo las peleas de Reed, nada más acerca de la
MMPL, pero debería haber sabido para ahora que había conseguido
peleas estelares por cuán bien lo ha estado haciendo desde que se unió a
la liga.

El mesero regresa y deja nuestras bebidas justo a tiempo. Estoy pensando


que el alcohol es exactamente lo que necesito para atravesar esta noche.
Exprimo mis limones en el vodka mientras la silla junto a mi está siendo
retirada. Me doy la vuelta mientras Bennett dice hola al resto de la mesa.
Al minuto en que atrapo sus ojos y se encuentran con los míos, mi
corazón da un vuelvo. Mierda, solo he visto a Bennett en trajes y siempre
está devastadoramente guapo en ellos, pero demonios, este look casual
fue hecho para él.

—Oye, Hadley, luces genial. —Bennett comienza a verme de arriba abajo y


su mirada se queda un poco más en mi pecho. Usualmente, odio cuando
alguien me mira así, pero con él se siente correcto, bien incluso.

—Oye, tú. Tampoco luces muy mal, pero sabes que mi rostro esta acá
arriba —digo, apuntando a mi rostro. Le doy la primera sonrisa coqueta
que ha adornado mi rostro en mucho tiempo.

Bennett sacude la cabeza, tomando un sorbo de su cerveza.


59
Lo miro y luego a la botella en su mano, incapaz de contener la risa que
atraviesa mis labios. No es una bebida que pensé que ordenaría y me
gusta eso. Mucho.

— ¿Por qué te estás riendo de mí? ¿Qué, tengo algo en el rostro?

—Nop, tu rostro está bien. —El mío, sin embargo, instantáneamente se


pone rojo mientras toma un mechón de mi cabello y lo empuja detrás de
mi oreja.

—El tuyo tampoco está tan mal. Pero en serio, ¿qué pasa?

—Estaba casi segura de que serías un elegante bebedor de whisky de


cincuenta años. Mi papá, hermanos y todos sus amigos pasan por él
como locos. Casi pensé que era algún tipo de regla del club de los chicos
millonarios o algo.

—Oh, lo es, pero amo romper las reglas. Generalmente solo tomo cerveza
y tragos, a menos que esté pasando el rato con ese club de chicos —dice,
guiñándome y comenzamos a reír. Vamos de ida y vuelta, hablando y
bromeando, nada demasiado serio, pero tener a alguien diferente a
Courtney haciéndome reír genuinamente es realmente divertido.
Dos bebidas en nuestra conversación, comienzo a pensar que he estado
completamente equivocada acerca de quién es Bennett. Parece estar
bien… bueno, mejor que bien, divertido vale la pena. Por el más pequeño,
más breve momento, siento algo revolotear en mi interior que había
pensado que me dejó hace mucho. Y saboreo la sensación.

—¿En verdad te gusta ver este tipo de peleas o solo tienes algo por los
luchadores?

Jadeo, me atraganto y escupo mi bebida en la mesa a la vez. Un minuto,


me había olvidado de mis problemas y con un chasquido de sus dedos,
soy devuelta a mi realidad, la verdadera razón de que estemos aquí y no
es para estar coqueteando con él. Tampoco es para tener esa sensación
de mariposas de regreso, sino para ver pelear al hombre que amo. La
culpa me envuelve, atrapándome, por encima de lo que acabo de sentir
por otra persona.

Todos los ojos de la mesa están en mí, cuestionándose cómo voy a


responder a eso. Todos excepto Bennett conocen mi historia, por qué
vemos estas peleas, por qué soy de la forma en que soy. Bueno, la mayor
60 parte.

—Dios, Hadley, ¿estás bien? —me pregunta Bennett mientras me palmea


la espalda.

Lo evito y limpio mi desastre, dejando que Courtney responda por mí.

—Hadley de hecho no sabe nada de eso, solo venimos aquí porque Brooke
y yo amamos ver hombres golpeando a otros hombres y ya sabes toda la
testosterona. Yummy.

Atrapo sus ojos y le agradezco silenciosamente.

Bennett mira entre nosotras como si supiera que está mintiendo, pero
afortunadamente justo antes de que pueda preguntar, el volumen de la
televisión estalla, callando los sonidos de la multitud.

Cada pelea que he visto de Reed me pongo nerviosa, es una segunda


naturaleza, pero la manera en que la multitud a mi alrededor se pone
salvaje, parece diferente, más grande, más intensa, más
importante. Atrapo un vistazo de Reed en la pantalla caminando hacia la
jaula, usando su típica sudadera gris con la capucha sobre su cabeza y lo
único que puedes ver es el brillante rojo del gorro que yo le había
conseguido. Mi corazón comienza a latir más rápido y mis manos
comienzan a sudar, no puedo creer que aún use esa cosa. Escucho
susurros de cómo el otro tipo, Hernandez, no ha perdido en tres años y
cómo las probabilidades de que Reed lo venza son cercanas a imposible.

Atrapo los ojos de Courtney mientras gesticula:

—¿Qué carajos? —Me encojo de hombros, devolviendo mi atención a la


televisión y a Reed. Antes de que la campana suene, golpea su pecho dos
veces, algo que ha hecho en cada pelea desde la noche en que lo vi en
nuestro viejo departamento y, lo juro, cada vez que lo hace, aún lo siento
profundo dentro de mí.

Los dos hombres comienzan a rodearse. Reed hace el primer contacto con
un golpe de izquierda a su rostro, seguido por una patada derecha a su
costado, pero eso no parece afectar a Hernandez, quien aterriza un par de
golpes en el rostro de Reed. Intercambian golpes y patadas, pero no lo
suficiente para que alguno de ellos lleve ventaja. La ronda de cinco
minutos ha terminado y finalmente tomo una respiración profunda, sin
darme cuenta de que había estado conteniendo la respiración en mis
61 pulmones. Veo a Reed en su esquina con Kenny, Logan y otro chico que
he visto en las otras peleas. El único que está hablando es Kenny, justo
como solía ser. Los hombros de Reed se mueven con cada respiración que
toma. Solo asiente, guardando su fuerza para la pelea y mira hacia
Hernandez con una actitud presumida.

La segunda ronda comienza y algo primario sale de Reed: su modo


“Riker”. En las últimas diez peleas que ha tenido, las ha ganado todas.
Tres fueron knock-out7, cuatro por rendiciones y el resto por decisión
unánime. Tiene un fuego en él que nunca había estado allí durante sus
pequeñas peleas en Columbus y está irradiando de él. Reed está probando
que puede, lanzándole un gran dedo medio a todos los que dijeron que
fallaría. Una cosa que sé acerca de él es que cuando alguien dice que no
puede, Reed lo hará.

En un parpadeo, Reed salta a los hombros de Hernandez con sus piernas


envueltas apretadamente alrededor de su cuello. Reed lo lanza,
aterrizando sobre el suelo y enviando un rugido a través de la multitud.

7
Knock-out: Significa fuera de combate. Se produce cuando un deportista queda
incapacitado para levantarse de la lona del cuadrilátero por un período específico de
tiempo, ya sea por causa de la fatiga o porque los daños que ha sufrido le inducen una
pérdida del equilibrio y posteriormente la pérdida de la conciencia.
Retuerce el cuerpo de Hernandez, sin soltar el agarre de sus piernas. Su
oponente intenta una última vez, pero sin importar cuán duro pelee, es
inútil; las piernas de Reed están bloqueadas y no le están dando un
centímetro con el cual trabajar. Hernandez inhala una última vez y
entonces ha terminado.

Tengo que forzarme en mantener los pies en el suelo, en no saltar, en no


mostrarle a las personas que me preocupo. Incluso aunque no estoy ahí,
siempre me emociona ver a Reed patear seriamente algún trasero y eso
es lo que acaba de hacer. Cerrando mis ojos, envío un te amo mental para
él, abriéndolos justo cuando la mano de Reed es levantada por encima de
su cabeza.

Les ordeno a todos en la mesa tragos de tequila; era algo de Reed y mío
cada vez que pasaba algo en nuestra vida y ahora lo hago después de
cada pelea. Tal vez, solo tal vez, él hará lo mismo después y mi rostro
cruzará su mente. Pongo un trago frente a Court, pero a ella no podría
importarle menos, sus ojos están pegados a la televisión con la mirada
más sucia que he visto en su rostro. Sigo su línea de visión y una toma en
cámara lenta de Reed lanzando su cinturón encima de sus hombros pasa
62 a través de la pantalla. Pero eso no es lo que capta mi atención. Nop, es la
chica corriendo y saltando a sus brazos. Mi corazón cae a mi estómago, el
sonido haciendo eco en cada centímetro de mí. No sé cómo me lo perdí
antes: grandes tetas falsas y más maquillaje del que debería ser
permitido en un club nocturno… o, infiernos, incluso en un club de
desnudistas. Estoy viendo a mi completo opuesto en cada forma.
Aparentemente, a Reed le gusta esa apariencia de zorra ahora porque sus
manos sujetan su culo y la gira alrededor, justo como solía hacer
conmigo cuando ganaba una de sus peleas. Y entonces la besa.

Justo en los malditos labios.

En televisión nacional.

En jodida cámara lenta.

Me reemplazo con una jodida puta.

Me paro ahí. Mi boca colgando abierta. Congelada. Mi agarre bloqueado


en el trago en mi mano. Mi corazón ya no palpita, probando cuán sin vida
estoy por dentro sin él. Espero por el picor detrás de mis ojos que me diga
que ya vienen las lágrimas. Me paro ahí, en un bar lleno con nada y
espero, pero nunca caen. Un sentimiento viene a la vida profundo en mi
interior; furia, extendiendo furia pura y odio por Reed jodido Riker Collins.
Está jodidamente claro que Reed no me quiere, tal vez nunca lo hizo
realmente. Reacciones se desatan dentro de mí que nunca habría creído
posibles con nadie, especialmente no con mi Reed, no el que dijo que me
amaba. Soy idiota por pensar que él en verdad querría regresar a la
aburrida chica de al lado cuando podría tener a alguien que luce como si
protagonizara su propia porno.

Le doy la espalda a la televisión, le doy la espalda a Reed, me alejo de mi


pasado y bloqueo miradas con Courtney y Brooke. No veo nada más que
tristeza y pena por mí en ambos rostro, por la Hadley con el corazón roto.
Pero la Hadley de Reed está bien muerta.

Nunca olvidaré este momento. Este momento que nunca vi venir. En este
momento, justo aquí, sin ninguna duda dentro de mí, jodidamente
desprecio a Reed con cada centímetro que queda de mi alma que acaba
de asesinar.

Miro a Courtney y levanto mi trago hacia ella.


63 —Es tiempo —anuncio y me lo tomo.

Ahh… mi cabeza está a punto de explotar. Trato de alejar a Lucy de mi


cuello, pero Lucy habla. Espera, Lucy es un gato y los gatos no pueden
hablar. Abro de golpe los ojos y veo a Bennett mirándome.

—Me estaba preguntando cuando ibas a despertar así tengo una


oportunidad de tomarte de nuevo antes de tener que irme a trabajar. —
Planta suaves besos justo encima del tatuaje que conseguí para Reed y mi
bebé. Sabiendo que no lo necesito, levanto las cobijas solo para revisar…
síp, desnuda en la cama de un extraño… bueno, casi un extraño. Doy
vuelta mi cabeza y veo las envolturas de condones en el suelo de su
habitación.

—Um, acerca de eso… estoy… sí… —Ruedo fuera de la cama, llevando la


sábana conmigo en el proceso, tomo mi teléfono de la mesa junto a mí y
rápidamente corro al baño de Bennett, cerrando la puerta rápidamente.
Mis palmas están planas en el mostrador mientras miro el espejo y no
reconozco el reflejo devolviéndome la mirada. Esta chica no soy yo. Es
entonces cuando me golpea como una tonelada de ladrillos, necesitaba
algo para alejar el fantasma.

Reed.

La pelea.

Tetas falsas.

Besos.

Puta.

Girando.

Es tiempo.

Yo.

Coqueteando.

64 Bailando.

Tragos de Jager.

Besos.

Líneas de coca.

Rogando a Bennett que me llevara a casa.

Rogando a Bennett que me ayudara a olvidar.

Si tan solo fuera así de fácil. Si tan solo pudiera borrarlo de mi corazón y
mi mente.

¿Por qué mi corazón tiene que ser tan ruidoso? ¿Por qué no puede solo
romperse silenciosamente?

Reed tiene todo el poder sobre mí y es hora de cambiar eso. Mis ojos
brillan a través del espejo. Sé el primer paso para hacer eso. Le envió un
mensaje a Courtney.

Yo: Día de salón conmigo, tiempo de un cambio de imagen.


Courtney: Genial, frijolito, estoy cerca de la casa de Bennett de cualquier
modo, te recojo en cinco.

La acción de Reed habla fuerte de las promesas rotas que me dijo.

Nunca olvidaré a Reed Collins y el corazón roto que me dejó, pero voy a
jodidamente tratar. Dime, ¿qué se supone que haga ahora?

65
Capítulo 7
Reed

M
e despierto empapado y no estoy seguro de por qué hasta que
siento un retorcijón en el estómago. Abriendo mis ojos, veo a
Krystal y a alguna chica que trajimos de regreso al hotel
después de mi victoria de anoche, ambas están enredadas sobre mí.
Mierda, nunca dejo a las extras quedarse. Quedarse implica que hacen
cosas como esta, quieren acurrucarse, quieren besos, quieren todo de mí.
No me acurruco. No doy flores. No soy romántico con ninguna de ellas. Y
ciertamente no siento cosas. Solo follo y eso es todo.

Con cada pelea, con cada victoria, con cada chica, siento que me alejo un
66 poco más de quién era. De quién me gustaba. De a quién amaba Hadley.
Reed se siente más lejano que nunca. Riker ha acaparado todo. Pensé que
era lo correcto, pero ahora no estoy tan seguro. Me alejé para volverme
una mejor persona para ella, para el futuro que había planeado en mi
mente, pero de alguna manera perdí a esa persona en el camino. Estoy
perdiendo la única pelea para la cual no puedo entrenar.

La mano de Krystal se mueve sobre mi tatuaje, haciendo que apriete los


dientes. Incluso dormida, la perra sigue intentando. Ha intentado
acercarse más y más, pensando que dado que hemos estado juntos por
un tiempo y tenemos una especie de historia de mierda, le permitiré
tocarlo. Lo cual es una locura porque ni siquiera la beso. Nuestra primera
gran explosión fue cuando intentó besarme después de que ganara mi
primer cinturón. Esa mierda es demasiado personal y los únicos labios
que quiero tener en los míos son los de Hadley y esa perra quería robarse
eso. Demonios, no. Dos cosas que me han quedado de ella son mis labios
y mis tatuajes. Lo único que toca esos gorriones es mi mano… dos veces
antes y dos veces después de cada pelea. Después de eso no volví a
tocarla por tres semanas, hasta que volvió llorando, escupiendo mierda
que nunca quise oír. Pero esa noche necesitaba sentir, por lo que la tomé
de vuelta y eso me muerde en el culo cada vez que pienso en Krystal
queriendo meter sus garras más profundo en mí.

Pienso en el momento que estaba sentado en la silla donde una aguja me


hizo los gorriones y en todas las cosas que quería lograr… ahora las
tengo. Mi jodido imperio es enorme, tengo todo lo que siempre he querido,
pero ahora soy un jodido perdedor por dentro. Demasiado arruinado para
volver por mi hermosa chica, hice demasiada mierda para ser lo que ella
necesita. Igual que mi jodido padre. Cuatro años de estar lejos y el motivo
por el cual me fui quizás no tenga solución.

Un golpe fuerte en la puerta hace que empuje lejos a ambas perras, sin
importarme un carajo despertarlas. Anoche fue una locura con Krystal y
quien sea que sea esta otra perra sin nombre. A Krystal no le importa lo
que le hago o a quién meto en la cama con nosotros… sabe que amo a
otra persona y que solo la uso para llenar un vacío, una necesidad. Sabe
eso desde la primera noche. Es solo una perra a la que no le importa un
carajo mientras pueda colgarse de mi brazo durante eventos de alfombra
roja, para tener su foto en las revistas y comprar en lugares lindos con mi
dinero. Ella me hace olvidar, amortiza el dolor, incluso si solo es cuando
67 follamos, pero sabe cómo son las cosas. No hago pijamadas con las
demás. Krystal puede apostar sus malditos tetas falsas nuevas a que esto
no sucederá de nuevo.

Voy hacia la sala y abro la puerta para encontrarme con una muy
cansada y muy enojada Laura. Desde que destrocé a Hernandez dos años
atrás, las cosas se volvieron una jodida locura. Era un don nadie en esa
pelea que nadie lo vio venir cuando él cayó. Mi paga por esa pelea fue
increíble, la aprobación vino rodando y ya no podía organizarlo todo yo
solo. Mi agente, Bobby, Kenny y Lance estaban hasta la coronilla con
mierda y fue necesario contratar una asistente. Ahí apareció Laura y me
compró. Necesitaba una niñera y ella no me batió las pestañas en la
entrevista como lo hicieran las otras a las que había entrevistado.
Ayudaba que yo no le gustara… bueno, diablos, a ella no le gustaba
ningún tipo. A Laura le gustan las tetas, probablemente más que a mí. Me
patea el trasero cada vez que es necesario… y lo necesito mucho.

—Bueno, parece que alguien se divirtió anoche y se quedó durmiendo. Eso


habría sido increíble para mí también, pero por desgracia, no tuve ese
placer porque no respondes el teléfono. He estado llamando por dos horas
y llevo veinte minutos golpeando la maldita puerta. ¿Qué has estado
haciendo? Algún abogado de Ohio llamó unas treinta veces y no me dijo
por qué. Lo único que sí me dijo es que es muy urgente. —Por qué me
contactaría un abogado de Ohio, a no ser que hubiera algo mal con…
Antes de que pudiera terminar el pensamiento, le quito el teléfono de la
mano y quito la espera de la llamada.

—Aquí Collins.

—¿Reed?

Asiento como si pudiera verme, demasiado nervioso por lo que me pueda


decir. Cuando no me reconoce, me voy a las palabras.

—Sí.

—Me llamo Andrew Thompson. Era el abogado de tu padre, Doug. Odio


tener que decir esto por teléfono… pero tu padre falleció hace dos días. He
estado buscándote desde entonces, pero al parecer el número que
teníamos fue desconectado. Gracias al cielo que encontré a tu asistente a
través de internet. Eres la única familia que tenía y Doug dejó unas cosas
para ti. Su novia está encargándose de todos los arreglos y el funeral, que
68 será en dos días en Columbus. Sé que a él le habría gustado que vieras lo
que hizo con su vida después de tu partida. Podremos revisar algunas
cosas entonces, ¿si te viene bien? Si no, puedo enviarte las cosas
dondequiera que estés.

Mi rostro cae y colapso en el sofá detrás de mí.

—¿Muerto? ¿Sobredosis de drogas? —No he hablado con mi padre desde


antes de irme a Las Vegas. Estaba drogado o ebrio; o maldita sea, ambas
cosas, conociéndolo; pidiéndome dinero que no tenía. Me fui y prometí
nunca volver a verlo hasta que estuviera sobrio.

—Sí, murió el jueves por la noche, pero no de una sobredosis. Tuvo un


ataque al corazón.

Antes de poder pensar, las palabras salen de mis labios.

—Estaré en Columbus esta noche. —Cuelgo y miro la pared.

Laura me mira y pasa a su modo profesional.

—Voy a llamar a Daily para ver si nos presta el jet.

Me duele el corazón. Maldita sea, necesito tan jodidamente a mi Hadley.


Mis pensamientos son interrumpidos por las chicas en la otra habitación
una vez que comenzaron a reír. Laura pone los ojos en blanco y dice:

—Quitaré la basura por ti y de paso empacaré tus cosas. Ahora ve a


ducharte, Riker.

No me muevo, simplemente me quedo mirando la maldita pared blanca.

—¡Ahora, Reed! —Eso quiebra mi atención… ya nadie me llama Reed.

Me dirijo a la ducha del otro dormitorio, sin querer lidiar con las
preguntas que dejé en la otra habitación.

Tres horas después, estoy en el aire, yendo a casa por primera vez en
cuatro años.

Estoy de pie junto a la tumba de mi padre, mirando hacia el suelo. La


suciedad, un hoyo y una maldita caja, eso es todo lo que me queda. Nada
69 más. Estaba sobrio. Demonios, incluso era patrocinador. Limpio por tres
años. No lo sabía ya que ni siquiera me importó chequear cómo
se encontraba. Había estado demasiado ocupado para siquiera
jodidamente llamarlo. Me aferro a la carta y a una única llave que el
abogado de mi padre me había entregado antes del servicio y Dios sabrá
lo que dice. Debería abrirla, pero no quiero leer nada. Ahora mismo, al ver
cómo arrojaban tierra sobre el cuerpo de mi padre, solo sé una cosa: soy
un bastardo egoísta hijo de perra. Haré lo que sea para recuperar lo que
alejé de mí, todo de lo que huí.

Necesito mi vieja vida.

Necesito que alguien me diga que puedo volver a encontrarme.

Necesito a la única persona que nunca se habría alejado.

La puerta cruje cuando la abro y no puedo creer lo que veo. Corro por
todas las habitaciones. Jodidamente abandonadas… no queda ni una sola
cosa de la vida que tuvimos, la vida que jodidamente compartimos. Abro
cada una de las puertas, pero no hay ni una maldita cosa aquí que diga
adónde se fue. Entro en nuestro viejo dormitorio y me deslizo por la
pared. Es entonces cuando lo veo, algo pequeño detrás de la puerta,
escondido. La jodida caja amarilla de Milk Duds. Estúpido y maldito
caramelo. Hadley estaba jodidamente loca sobre estas cosas y cada que
me detenía en algún lugar, le compraba una caja y las escondía por toda
la casa. Las encontraba y su rostro se iluminaba como si le estuviera
dando un anillo de diez quilates. ¿Cuáles son las posibilidades de que
cuatro jodidos años después esté en el mismo maldito lugar donde puse
la última?

Una jodida señal.

Con dedos temblorosos, abro la carta.

Reed,

Primero, quiero decirte cuánto lamento ser el padre que fui para ti. En
70 lugar de aceptar que tu mamá se fuera era nuestro problema y solamente
nuestro problema, encontré culpa en ti. Ni una sola cosa fue tu culpa. Tu
mamá siempre tenía sueños cuando estábamos saliendo, todas esas
cosas que quería lograr y la retuve en lugar de empujarla a hacerlas
juntos. Fui demasiado egoísta, temeroso de perderla, así que la retuve. Yo
lo hice, no tú. Me tomó veinte años, volverme sobrio y encontrar a Diane
para entender esto. Me fui cuando más me necesitabas y nunca puedo
decirte cuánto lamento eso. Sin importar qué, debería haber estado aquí a
tu lado. Eso es lo que hace un padre y te fallé.

Sin mi ayuda ni la de tu mamá, te convertiste en un buen hombre. Estoy


muy orgulloso de ti, hijo.

Dos años atrás —más o menos—, esa hermosa chica de la que estás
enamorado vino. Hadley dijo que la dejaste para no retenerse el uno al
otro. Supe desde el minuto en que me dijo eso que estabas permitiendo
que el error de tu mamá y mío arruinara tu vida. Ella puso todas tus
cosas en una unidad de almacenamiento y se mudó, pero no me dijo
adónde. Lucía tan perdida que no tuve el corazón para preguntarle.
Hadley se sentó en mi sala de estar mientras le contaba cómo creciste y
después de que terminara, me pidió un papel y lloró mientras escribía
palabras para ti. Y entonces me hizo prometerte que te lo daría si venías a
verme.

Unos meses después, recibí una llamada telefónica de ella. Me di cuenta


de que estaba llorando, me dijo que rasgara la carta, que nunca te la
diera. Dijo que las cosas cambiaron, tú nunca ibas a volver y se había
terminado.

Hadley me hizo hacerle otra promesa de que nunca te daría la carta.

Nunca fui un padre y no tengo el derecho de ser un papá ahora y ningún


derecho de ofrecerte ningún consejo, pero lo soy. Y por favor, hijo, solo
piensa en lo que te estoy diciendo. En la vida, pelea por lo que vale la
pena. Yo no lo hice. Dejé que tu madre se alejara y permití que crecieras
sin un padre. Ese es mi error, un error que nunca tendré la oportunidad
de arreglar. No cometas los mismos errores que yo. Cada vez que te veo
luchar, falta algo en tus ojos. Solía estar ahí cuando ella estaba cerca.
Hadley vale la pena. Ustedes, chicos, no terminarán como tu madre y yo
porque el amor que sientes por ella es puro. Cuando seas mayor, la jaula,
el dinero, el éxito, todas esas cosas no te mantendrán cálido, pero ella sí.
71 El amor que ustedes tienen es más valioso que cualquier campeonato que
ganarás. No la pierdas o tendrás que vivir con esa pérdida por el resto de
tu vida. Y eso no es fácil.

Te quiero, hijo

Papá

P.D.: Por favor, no le cuentes que rompí esa promesa. Parece tomarse las
promesas muy en serio.

Miro dentro del sobre y saco otro pequeño sobre con la letra de Hadley en
este.

Nene,

Lo siento tanto, Reed, pero tengo que irme de aquí. Me está matando
quedarme con todos estos recuerdos de nosotros. Me estoy convirtiendo
en alguien de quien no estoy orgullosa. Lo único en lo que podía pensar
que me ayudaría es irme. Si aún no estás listo para volver a mí, nuestra
casa es tuya hasta que lo estés.

¡Te amo con locura! Dos gorriones por siempre y para siempre, nene.

112 Pine Way Drive, Atlantic Station G A 30319

Siempre estaré esperando que vuelvas a mí, a nosotros.

¡¡¡¡Promesa de meñiques!!!!

Tuya,

Hads

Hadley nunca se dio por vencida conmigo. Fui yo quien lo hizo por los
dos.

Doblando la carta, la meto en mi bolsillo trasero. Este es el enorme


llamado de atención que necesito, una enorme y jodida señal destellando
de un rojo brillante intermitente sobre lo que hay que hacer para poner
72 mi vida en marcha de nuevo. Para ser la persona que siempre estuve
destinada a ser, para estar con la jodida chica con la que siempre estuve
destinado a estar.

Corro directamente al aeropuerto, llamando a Lance y Laura con mi plan.

Me había alejado de ella para convertirme en una mejor persona. Me


tomó cuatro años de mierda entender que era mi propio estúpido sueño el
que me impedía ver lo que era correcto frente a mí. Me perdí. Quería ser
una mejor persona, pero me convertí en un arrogante imbécil que no me
gusta. Estoy a jodidos kilómetros de distancia de lo que tengo que hacer,
pero romperé todas estas jodidas paredes que se interponen frente a mí.

Hads es mi mejor, mi jodido mejor.


Capítulo 8
Hadley

H
an pasado tres años desde que he encendido algún canal de
deportes o entré en un bar para ver pelear a Reed. Es la única
promesa que he roto y odio que esto fuera por él. Pero al igual
que la promesa que él ha roto, solo tenía que hacerse; por mi propia
cordura, por mi propio bien. Ya no podía aferrarme a lo que teníamos.
Reed se había ido, lejos de mí y nunca regresó. Desearía poder fingir que
estaba siendo miserable y estaba solo, sin mí, pero no puedo, la prueba
está en todas las filas de cajas para pagar en cualquier momento que
compro cualquier cosa, cada vez que abro Internet, fotos de él salpican
por todas partes. Chicas usando camisetas de “¿Fuiste Riked?” en el
73 centro comercial, convirtiéndolo en un maldito estúpido verbo.
Demostrando que Reed ha hecho algunas cosas desde que me dejó.
Luchar, entrenar, construir el imperio que quería y follar cualquier cosa
con tetas y en ese orden exacto. Esa maldita puta es la más difícil de ver
con sus brazos alrededor de ella, porque parece ser la única a la que
siempre regresa.

Siete meses atrás, recibí una llamada telefónica que hizo añicos mi
mundo tal como lo conocía. Hizo que lo que pasé con Reed pareciera un
juego de niños. Algunas cosas simplemente no las ves venir, cosas que
cambian el curso de tu futuro con solo un par de palabras, quizás una
simple frase. No sucede a menudo, pero cuando lo hace, la persona que
eras un momento antes nunca volverás a serlo.

Me ha sucedido tres veces: perder a Reed, la pérdida de mi bebé y ahora


mi madre.

Mi madre fue diagnosticada con cáncer de mama etapa cuatro. En el


momento en que sus médicos lo descubrieron, el cáncer ya se había
extendido a sus ganglios linfáticos, los huesos y el cerebro. Recuerdo todo
sobre el día en que mi padre llamó y me lo contó como si fuera ayer,
hasta la ropa que estaba usando. Me senté en el piso de mi habitación
sola y lloré durante horas hasta que Matt vino y me abrazó, llorando
conmigo. Le dieron pocas esperanzas de sobrevivir, pero como siempre,
mamá dio una maldita buena pelea. Comenzó una intensa ronda de
quimioterapia y radiación inmediatamente y la vi llorar mientras su
cabello se caía, sostuve su mano mientras Sarah le afeitaba la cabeza, me
ponía de pie junto a ella y ayudaba a escoger su peluca. La lavé cuando
estaba demasiado débil para limpiarse a sí misma y me senté junto a ella
cuando el médico dijo que nada estaba funcionando. Observé a mi
vibrante madre llena de vida perder poco a poco la chispa que la hacía,
ella.

Tres semanas atrás, después de enfermarse por otra ronda de


quimioterapia, mi madre decidió pararlo todo, los tratamientos, la
medicina… todo eso. Quiere vivir el resto de su vida, sin importar cuán
corta será, sin el dolor que causan. El resto de nosotros no tiene más
remedio que entender, aceptar el destino y esperar a que nos deje a todos.
Ver a alguien que siempre era tan fuerte pasando por tanto está más allá
de cualquier cosa que pueda poner en palabras.
74

Mis piernas me empujan a seguir adelante, sabiendo que la quemazón


está haciendo su trabajo. El bajo de la música en mis oídos ahoga mi
corazón y me hace empujar más fuerte, más rápido. Correr es algo que
empecé con Reed, solo que entonces había sido para apoyarlo, pero ahora
correr es una de las pocas cosas que me ayudan a despejar mi cabeza.
Durante esa hora que corro, puedo sentir el peso que estoy sosteniendo
por dentro volviéndose un poco más ligera, incluso si es solo por un rato.

Quince kilómetros más tarde, empapada en sudor y respirando con


dificultad, el timbre de un mensaje de texto pasa a través de mis
auriculares.

Matt: Vamos a salir esta noche, ya envié un mensaje a todos los demás,
así que vienes, nada de excusas. Te recojo a las 9:00

Una sonrisa juega en mis labios. La vida se interpone en el camino y la


cercanía que alguna vez tuvimos ya no está allí. Mientras le escribo a
Matt, diviso un BMW M5 en mi camino y justo así la tranquilidad y la
emoción por esta noche se ha ido, reemplazada por la ansiedad y la
presión.

Había tratado de alejar a Bennett y funcionó durante los tres primeros


meses. Era buena en encontrar cualquier excusa para rechazarlo, pero
poco a poco su persistencia funcionó y rompió algunos de mis límites.
Ambos hemos tenido nuestros corazones aplastados antes y al principio
me encantaba que jamás nos preguntáramos nada al respecto; no lo
necesitábamos. Poco después de nuestra primera cita de verdad, nos
volvimos exclusivos y, con el tiempo, nos abrimos a las cosas de nuestro
pasado… no todo, pero lo suficiente como para entender que los dos
éramos un desastre. Encontré algo en Bennett; un alma gemela, mi
caballero.

Los primeros seis meses que salimos habían sido asombrosos. Hacía todo
para hacerme feliz, para verme sonreír. Flores cubrían todas las
superficies de mi casa, me sorprendía con servicios de almuerzo en el
trabajo y me había dado joyería solo porque la vio y pensó en mí.
Durante ese tiempo, pensé que teníamos algo, el “algo más” que había
tenido con Reed. Hechizó su camino en mi vida y tal vez incluso en un
75 pequeño pedazo de mi corazón. Había dicho todas las cosas correctas,
hecho todas las cosas para conquistarme, pero eran solo palabras, las
acciones estaban allí, pero no las reales. Bennett era un lobo con piel de
cordero. Yo era joven, demasiado rota, demasiado ingenua y pensaba que
él era la respuesta, mi gracia salvadora para no sufrir más.

Dios, si solo hubiera sabido entonces lo que sé ahora.

Entonces, puff… el Bennett del que lentamente me había enamorado se


había ido, no más gestos dulces, no más sorpresas encantadoras. Cuanto
más averiguaba sobre Bennett, más tóxico nos volvíamos el uno para el
otro. Se había vuelto loco por todo; yo hablándole a otros chicos, incluso si
era solo en el trabajo. Pero aun así, lo tomé como un complemento porque
Reed nunca se enojaba con nada de eso, así que cuando Bennett se
enfadaba, pensaba que significaba que le gustaba mucho más que a Reed.
Pero pronto las peleas se volvieron más intensas. Quién me miraba, a
quién miraba, quién llamaba, Courtney, mi familia… cualquier cosa y todo
comenzarían una explosión masiva. Me enojaba al principio, pero cinco
minutos más tarde me hacía cuestionarme por qué incluso me había
enfadado con él en primer lugar. Y entonces, cada vez que mi mente se
había alejado hacia Reed o a mi bebé y peleábamos, me ayudaba a
olvidar. Así que, en lugar de tratar de detenerlas, las azuzaba. Necesitaba
las peleas como el aire para respirar.

Vivía para los gritos, las cosas siendo lanzadas, los empujones, las
agresiones, agarres apretados, porque esto lograba algo muy dentro de
mí. Me ayudaba a apartarme de la sensación de adormecimiento, una
droga en sí mismo. Bennett me había retorcido y hacerlo anhelarlo en
alguna manera locamente enferma. Me justificaba todo a mí misma
porque en realidad él nunca me golpeó realmente, ni golpes lanzados, ni
bofetadas a través de mi rostro, pero incluso si hubiera hecho esas cosas,
todavía no creo que me habría ido. Me gustaba el dolor que me causaba,
lo ansiaba. Para el momento en que me di cuenta que eso no estaba
ayudando, ya estaba hundida. Ahora estoy perdiendo todo lo que sabía
sobre mí misma porque al parecer no puedo encontrar mi camino para
arrastrarme desde el agujero que cavé.

Pero por primera vez desde que comenzó esta locura, me siento con
ganas de encontrar una salida.

Lentamente, abro mi puerta para encontrar a Bennett sentado en mi


76 enorme sofá modular de cuero marrón como si poseyera este lugar,
viendo mi enorme pantalla plana que los muchachos habían insistido en
que comprara para que pudieran ver el fútbol durante mi turno para las
cenas de los domingos. Lanzo mi teléfono y los auriculares en la mesa
junto a mi puerta, me acerco y le doy un beso porque eso es lo que a él le
gusta que haga.

Aleja su mirada de la televisión y me mira con solo deseo en sus ojos.


Tengo que darnos algo de crédito, tenemos algo de palpitante química
que nos lleva a un excelente sexo. Bennett se pone de pie y me atrae hacia
él. Comienza a sacarme el sujetador deportivo que uso como top y me
besa, reclamándome como suya.

—No estoy seguro si me gusta que lleves ese top cuando vas a correr…
otras personas pueden verte y eres jodidamente mía. —Agarra mi pecho,
fuerte—. Estos también son míos… lo acordamos. —Bennett básicamente
me arranca los pantalones ajustados y ahueca su mano entre mis
piernas—. Esto también es jodidamente mío. —Estoy demasiado excitada
para contradecirlo. Bennett se ha vuelto cada vez más y más posesivo,
más físico, más duro y sé que llegará el momento en que explotará sobre
mí. Es solo cuestión de tiempo.
Me golpea contra la pared y antes de que lo sepa, también se sacó su
camisa y pantalones. Tomo un largo segundo para mirarlo. Es el polo
opuesto de Reed en cada forma que importa. Su cabello rubio está
perfectamente peinado, nunca pensaría en ponerse un sombrero,
penetrantes ojos azul zafiro en lugar de los avellana que había amado. Es
un poco más bajo que Reed, pero aun así es alto, quizás un metro ochenta
y tres; se eleva sobre mi figura de metro sesenta. El cuerpo de Bennett es
bueno: magro, no voluminoso y nunca pensaría en tatuar su perfecta y
bronceada piel. Antes de que empezara a teñirme mi cabello más oscuro,
habríamos lucido como la pareja más perfecta para todos los que nos
rodean. Esa idea es casi una broma ahora, sin embargo. El amor entre
nosotros nunca sucedería, no solo porque mi corazón está encerrado, sino
porque, secretamente, pienso que Bennett realmente me odia.

Saca el paquete de aluminio de sus pantalones en el piso. Lo agarro de su


mano, lo abro y lo hago rodar por su dureza. Después de ajustar nuestros
cuerpos ligeramente, está en mi entrada y empuja en mí con dureza. Me
encuentro con sus embestidas: sin dulzura, sin caricias, solo… follar.
Cuando casi encuentro mi liberación, Bennett deja de moverse, agarra mi
77 garganta y la aprieta hasta que corta mi entrada de aire.

—Tú —Bombeo—, eres —Bombeo—, jodidamente —Bombeo—, mía, perra.


—No le respondo y tampoco tengo tiempo. Gimo mientras mi liberación se
apodera de mí y él me está siguiendo con la suya.

Bennett sale y tira el condón sin pronunciar una sola palabra por
ninguno de los dos. Agarro mi ropa del suelo y empiezo a subir las
escaleras hacia mi baño. Antes de llegar a la ducha, agarra mi brazo y
me gira hasta que lo estoy enfrentando.

—No estaba bromeando. Sea lo que sea esto —Señala entre nosotros—,
eres mía hasta que yo diga que se ha terminado, no tú y lastimaré a
cualquiera que se acerque a ti… cree eso. El mes que viene es la Gala
Norton y vas a ir conmigo. Consigue un vestido y asegúrate de que no es
nada parecido a aquella cosa de puta que llevaste la última vez. Me
avergonzaste jodidamente mostrando toda esa mierda, lucías como una
prostituta.

En algún lugar en el fondo de mi mente, sé que debería discutir. Una


parka muestra más piel de lo que llevé la última vez, pero como siempre,
no hago nada. Mis labios nunca se mueven, nunca se abren en un intento
por defenderme. Mientras abro la ducha, Bennett suelta mi brazo, pero
agarra mi cintura, tirándome hacia él. Ambos estamos completamente
desnudos aún, haciéndome querer otra ronda. Soy una persona retorcida,
enferma, dañada y usada ahora. Muerde mis hombros, me da la vuelta y
chupa encima de mi pecho, dejando una marca. Justo cuando empiezo a
gemir, susurra en mi oído:

—Así es, zorra. Soy el único que sabe que te gusta esto y no lo olvides.
Tengo que irme. Tengo que comprobar una mierda en el trabajo antes de
dirigirnos al bar. Te veo en un par de horas. —Se da la vuelta sin siquiera
darme una segunda mirada, dejándome insatisfecha y preguntándome
cómo demonios sabía lo de esta noche.

Courtney y Sarah entran en mi habitación mientras estoy escogiendo


ropa de mi armario. Había dejado de lado a todo el resto de los amigos
que había hecho cuando Bennett empezó a cambiar y no quería que
78 ninguno de ellos viera lo débil que realmente era. Courtney incluso se fue,
se mudó a otra casa. Todavía está en el barrio, pero no puedo recordar la
última vez que ha venido ahora que Bennett se queda más a menudo. Por
lo general, solo la veo en el trabajo porque esos dos se odian con una
pasión, así que salir con ella está fuera del tema, pero ella intenta estar
cerca, incluso con todo lo que intento alejarla.

Levanto la mirada de mi gran colección de ropa y las veo y, por primera


vez en mucho tiempo, estoy feliz por la distracción. Courtney luce enojada
con su ceño fruncido, Sarah luce decepcionada con sus ojos caídos y la
sonrisa que sentí en mi rostro cae inmediatamente. Court me mira de
arriba a abajo y observo mientras sus ojos se detienen en la marca en mi
pecho. Aprieto mi bata alrededor de mi cuerpo frenética y
vergonzosamente para que el hematoma formándose en mi cintura no
pueda ser visto. Sarah agarra mi barbilla y algo cruza por sus ojos, algo
que no puedo distinguir. Le da una mirada a Courtney, cada una
diciéndole algo a la otra en silencio. Estoy segura que son mejores
amigas ahora, otra cosa que Bennett me sacó.

Sarah habla primero.


—Sabes, no entiendo qué estás haciendo con él. Ya nunca pasas el rato y
nunca nos llamas. Casi me da un infarto cuando me enviaste un mensaje
hoy. Y por si fuera poco, cada vez apareces con diferentes contusiones. En
serio, nos estás asustando.

—No es nada, en serio. Y lamento no haber llamado, pero también tengo


una vida. Y las contusiones son del trabajo, chicas, así que no se molesten.
—Otra mentira para cubrir algo que sabía que nunca aprobarían, algo
que ya ni yo apruebo.

Ignorándolas, vuelvo a mirar la ropa en mi armario; no puedo hacer esto


esta noche. Courtney ve mi mano en una camisa negra lisa, se burla de
mi elección y luego me mueve fuera del camino para mirar sus opciones.
En segundos, me está eligiendo una blusa transparente color crema, una
camiseta sin mangas de color marrón para llevar debajo, mis jeans
ajustados favoritos y mis tacones Jimmy Choo de color marrón y naranja.
Me los entrega distraídamente y luego comienza a ver mis joyas. Me doy
cuenta que está intentando encontrar algo para hacer, así no me dice
nada para molestarme.

79 Courtney finalmente renuncia a su búsqueda y dice:

—Escucha, Hads, todos hemos sido muy pacientes contigo con esto… pero
es hora de dejarlo ir, chica. Te mereces la felicidad, pero sabemos que
Bennett no es para ti. Has cambiado. Cuando pasas el rato con nosotros,
es siempre con él. Nunca hablas realmente y cuando lo haces, lo miras
buscando permiso. Es raro. Aquí, usa esto. Ayudará a resaltar tu atuendo.
—Courtney me entrega mi llamativo collar naranja y mi brazalete
naranja antes de continuar—. Lamento mucho que Reed se rindiera y te
olvidara, pero fue hace mucho tiempo, Hadley. Y estar con Bennett
tampoco te está ayudando. Sigue adelante, ponte tus bragas de chica
grande y termina con esto. —¿No fue ella quien dijo que necesitaba esto
la noche en que coqueteé con Bennett por primera vez? Durante
sermones como este, siempre escucho las palabras de Bennett en mi
cabeza, como si estuviera de pie junto a mí, susurrándome al oído. Te
tratan como a una niña. ¿Por qué querrías hablar con ellas cuando
siempre te dicen qué hacer? Solo quieren que dependas de ellas. Solo
puedo escuchar eso antes de comenzar a ver algo de verdad en todo.

Sarah interviene antes de que siquiera pueda pensar en una respuesta


para Courtney.
—Te quiero como si fueras mi propia sangre… Courtney te quiere, Mark y
Matt te quieren… solo queremos que nuestra vieja Hads vuelva a nosotros.
Perdiste tu espíritu y todos lo queremos de vuelta.

Por un breve instante, siento mi vieja yo salir, la que Bennett odia, pero no
puedo permitir que salga, así que la empujo una vez más.

—Está bien, chicas. Lo entiendo, realmente lo entiendo. Pero la vieja


Hadley era joven y tonta… diablos, era simplemente estúpida. Perdí a más
que Reed, ¿lo recuerdan? Veía el mundo a través de gafas de color rosa y
no volveré a eso. Bennett simplemente me entiende de la manera en que
soy ahora. Ninguna de las dos lo entendería; Sarah con su matrimonio
perfecto con mi santo hermano y Courtney con más autoestima que un
país pequeño. Así que voy a decirles que esto es lo que necesito. Por favor,
dejen las cosas así y salgamos y tengamos una noche divertida, ¿está
bien? —digo con la sonrisa más grande. Incluso sin mirarme al espejo, sé
que no llega a mis ojos, porque ya nunca lo hace.

80
Capítulo 9
Reed

T
omó nueve jodidamente largos, muy exhaustos, muy llenos de
drama y dolorosos meses para poner mi plan en marcha… oh, y una
jodida lista de un kilómetro de largo de mierda que tenía que hacer
antes de que algo ocurriera. Ahora, estoy en la cima de la MMPL. Solo
peleo tres veces al año ya que aporta más dinero tanto para la liga como
para mí de esa manera, así que trasladar mi entrenamiento era lo más
fácil. Pensé que decirle a los chicos que empacaran todas sus vidas sería
difícil… nop, eso también fue fácil. Buscar y comprar un gimnasio y
ponerlo en condiciones para funcionar para el entrenamiento fue un
paseo por el parque ya que tenía otros seis alrededor del país. Pero no,
81 toda la mayor mierda llegó cuando pensé que Krystal también sería tan
fácil. Fui un idiota por pensar que la perra se quedaría callada. Se volvió
una jodida mierda loca cuando le dije que nos íbamos a mudar y me
prometió que me tendría de vuelta de un modo u otro… ella tendrá una
sorpresa si piensa eso. Siempre supe que Krystal era una perra, pero
ocultó su locura tan bien como pudo. Y los treinta mensajes de textos y la
docena de llamadas en un día me tuvieron tirando de mi cabello, pero
Krystal realmente solo ama una cosa: el maldito dinero. Una tonelada de
mierda de este logró alejarla.

Estoy en la zona, los pies golpeando en la cinta con un poco de música


rock a todo volumen por los altavoces alrededor de todo el lugar. Lance
entra y hace una línea recta hacia el reproductor, silenciándolo.

—Amigo, ¿estás bien? Estás blanco como la mierda —pregunto, bajando


el paso.

Lance se pasa las manos por el abundante cabello marrón hasta el cuello.
—Sí, um… solo… solo… maldición, amigo, vi a Courtney hoy.

Mis pasos rápidos se detienen de inmediato, haciéndome saltar fuera de


la cinta antes de caer de bruces. No hemos hablado de por qué quería
mudarme aquí, él solo sabía el motivo. Quería todo en orden antes de
encontrarla. Había arruinado cosas por mucho tiempo, la mierda tenía
que ser resuelta antes de ir por ella, para demostrarle que estaba de
vuelta a largo plazo. Ella lo merecía después de todo lo que le hice, pero
escuchar el nombre de Courtney hace que todo parezca tan real, sin duda
le contará a Hadley antes de tener incluso la oportunidad de hacerle
saber que estoy de vuelta… otro desastre.

—¿Ella te vio? ¿Le hablaste?

—No tuve otra opción, Rike. Literalmente, chocamos uno contra el otro.
Maldita sea, esa chica se volvió aún más jodidamente caliente. Las cosas
que me gustaría hacerle…

En serio, ¿esta es la mierda que jodidamente piensa que quiero saber?


Tomo mi botella de agua y se la arrojo.

82 —Jodido imbécil, Riker.

—Piensa en las tetas y en el culo de Courtney después. ¿Qué demonios fue


lo que dijo acerca de Hadley?

—Está bien, hijo de perra, tranquilo. Courtney preguntó cómo me iba y por
qué estaba aquí… si estoy aquí contigo. Ya sabes cómo es Courtney, piensa
que pertenece a un programa de crimen o algo así. Parecía feliz de verme
hasta que le dije que nos habíamos mudado aquí juntos y lo que
estábamos haciendo, cuánto tiempo hemos estado aquí. Cuando Courtney
finalmente absorbió todo, me dijo que te dijera algo. —Lance empieza a
reír y siento que eso ralla mis nervios—. Recuerda, es Courtney y es la
protectora de Hadley. Divertida como el infierno, sin embargo. Courtney
dijo que espera que tu polla infectada con herpes se gangrene y se caiga
y luego escapó antes de que pudiera obtener alguna información sobre
Hadley. O el número de Courtney, maldito hombre.

Mis bolas instantáneamente se acercan a mi cuerpo y palpitan, sin duda


ella realmente reza todas las noches para que se caiga. No dudaría un
segundo si ella encendiera velas y bailara alrededor de una mierda estilo
vudú.
—¿Cómo estaba Hads cuando me fui? Y no más de esa mierda que me
disté cuando te llamé. —La pregunta me ha estado quemando. La
respuesta que he necesitado durante años. No saberlo me consume por
dentro y no puedo aguantar más.

Lance se da la vuelta y su rostro muestra nada más que seriedad: ojos


entrecerrados, labios apretados, mandíbula apretada. Tiene mi estómago
en nudos esperando que sus palabras se derramen finalmente.

—Si realmente quieres saber, entonces te diré, pero esa mierda no va a


hacer que te sientas mejor, no son rosas y sol.

Mis puños se aprietan a los lados mientras trato de controlar mi ira.

—Solo dámelo.

—Está bien. No iba mucho por allí. Courtney no me dejaba porque a


Hadley le recordaba demasiado a ti. Hadley estuvo jodidamente perdida
por un tiempo, pero parecía estar mejor poco a poco, entonces sucedió
algo grande. No estoy seguro de qué, pero Courtney estaba preocupada
constantemente, siempre al teléfono con la familia de Hads para ver
83 quién la comprobaba. Tengo un mal presentimiento con la forma en que
Court actuó antes, la mierda con Hadley se puso peor de lo que era
cuando yo estaba allí. Courtney la llamó zombie un par de veces y solo
pensé… diablos, no sé lo que pensé, pero no es esto. Sé que piensas que
este plan funcionará y lo entiendo, pero hombre, va a ser jodidamente
mucho más difícil de lo que pensabas.

¿Qué demonios? ¿Un maldito zombie?

—¿Y nunca malditamente pensaste que debía saber cuán mal la jodí?
Deberías haberme dicho porque habría vuelto a ella en un instante.
Cuando vi a Hadley en la graduación, parecía estar bien, así que no me
preocupé. ¿Pero nunca pensaste alguna vez en decirme? Incluso te
escuché hablar con Bobby diciendo que ella siguió adelante. Esto es
jodido, hombre. —Mi ira hacia él crece con cada respiración que tomo.

—Rike, ese es el problema, habrías dado todo por ella. Y lo habrías hecho
sin mirar atrás. Tuviste la oportunidad de salir de la mierda en la que
crecimos y lo necesitabas. Ahora sé que la cagué por no decirte. Lo
entiendo. Hombre, estaba jodidamente celoso, puedo admitir eso ahora.
Ustedes tenían algo que nunca tuve. Fui un idiota egoísta al pensar en
una sola cosa, pero hombre…
No le permito terminar antes de que mi rabia me consuma y estoy
encima de él, golpeando mis puños en su rostro. Mi jodido mejor amigo, lo
más cercano que tenía a un hermano me traicionó por sí mismo. Permitió
que sus celos arruinen mi jodida vida y no creo que alguna vez lo pueda
perdonar por eso. Es la última traición… segunda seguida de lo que le he
hecho a mi Hadley.

No, ya no es tu Hadley, imbécil, la dejaste ir por la fama y la fortuna.

Nunca en mis cinco años lejos, en toda mi planificación para volver a ella
había tenido siquiera el miedo de que no funcionaríamos al final. Incluso
después de lo que escribió mi papá, porque conocía a Hadley. Sabía que si
venía y le mostraba el por qué de todo esto, ella entendería toda esta
jodida mierda. No quería arrepentimientos, eso es lo que empezó esto. Y
ahora eso es todo lo que años han sido los últimos cinco… una gran pila
de remordimientos llenos de coños, peleas y dinero… y todo está a punto
de estallar en mi rostro.

Respirando con dificultad, alejándome de él. Él no hizo esto, yo lo hice. No


estoy haciendo nada excepto volver mi ira contra mí mismo hacia él. Yo
84 follé a esas chicas. Yo me alejé cuando sabía que ella se rompería. Yo, no
él. Él no era inocente en todo el asunto, seguro… pero no había sido quien
se alejó. No apuntó un arma en mi cabeza y me hizo darle mi espalda a la
persona que verdaderamente he amado… amado con locura. No… ese
había sido yo y solo yo.

—Reed, haré cualquier cosa para que sea mejor con ella, jodidamente lo
mereces. Y lo siento, amigo. Lo hice, pero tan egoísta como fui, pensé que
estaba haciendo lo correcto —dice, limpiándose la sangre roja profunda
del labio.

—Lance, y si… —No pude terminar, mi mente no me dejaría, pero mi jodido


corazón lo haría. Amo a Hadley con todo lo que tengo, esa mierda estaba
clavada profunda dentro de mí y no iba a desaparecer. Pero, ¿y si eso no
es suficiente? Y si ella no me necesita o no me quiere… o la más
jodidamente grande píldora de tragar, ¿y si ha seguido adelante?
Lo bueno de los chicos es que podemos golpear la mierda fuera del otro y
luego beber juntos unas cuantas horas más tarde. Después de la pelea,
Lance y yo nos sentamos y hablamos como jodidos adolescentes. Un
jodido enorme malentendido me llevó por este camino. Pensé que mi
chica renunció a causa de lo que había oído y nunca hice más preguntas.
La conclusión es que Lance hizo lo que hizo y nunca jodidamente lo
olvidaré, pero tenía buenas intenciones y es afortunado por solo tener un
labio partido. Pero lo hecho está hecho y no hay ninguna jodida máquina
del tiempo, así que ahora estoy aquí y voy a conseguir a mi jodida chica
de regreso, en mis brazos, en mi vida y en mi cama… donde jodidamente
pertenece.

—¿Listo para otro, todos ustedes? —pregunta la camarera, apoyando sus


tetas sobre la barra, como lo ha hecho durante la última hora que hemos
estado aquí. Pero no hacen una mierda de efecto en mí… no puedo decir lo
mismo de los otros chicos conmigo.

—Síp, ¿y otro chupito de Jack? —digo y bajo el resto de mi cerveza.

Estamos en una misión para emborracharnos y solo necesito un


85 descanso de los jodidos pensamientos que siguen resonando en mi
cabeza sobre Hadley. Conduje directamente al apartamento de la
dirección que ella dejó en la carta, pero ahora alguna pareja vive allí, no
ella. Reactivé mi página de Facebook solo para ver que ella ha
desactivado la suya. Busqué en todas las demás redes sociales por ella y
no encontré una mierda, dejándome sin otra opción que deberle un favor
a mi amigo Bash. Tiene alguna manera jodida de encontrar a cualquier
persona, incluso si no quieren ser encontrados. Una llamada de teléfono y
sé que voy a estar cara a cara con ella pronto, demasiado pronto. Me dijo
que la encontraría en setenta y dos horas.

Ahora, necesito un plan para recuperarla, pero todas las ideas que se me
ocurren no son lo suficientemente buenas para ella. Tiene que ser alguna
mierda épica, jodidos fuegos artificiales o algo así. Durante nueve meses,
estuve centrado solo en llegar a Atlanta, pero ni una sola vez pensé en lo
que haría cuando realmente llegara la hora de conseguir a mi jodida
chica de regreso.

La camarera coloca el chupito y la cerveza frente a mí cuando Kenny me


golpea el brazo.
—Amigo, golpéame una vez más —digo mientras me giro hacia él. Los
ojos de Kenny están muy grandes, juro que se van a salir.

Todo sucede a la vez. La siento, como un jodido fósforo para gasolina.


Maldición, he echado de menos esto. Poco a poco me doy la vuelta, ya
sabiendo que está aquí antes de que incluso la vea.

De todos los bares en Atlanta, Hadley está en este. Jodidamente en este.


Otra señal luminosa intermitente. De inmediato capturo la vista de ella,
entrando en el bar con Courtney, sus hermanos y Sarah. Cinco largos
años y un centenar de chicas más tarde, Hadley sigue siendo la cosa más
caliente en la que he puesto los ojos. Cuando pensaba en ella, la
imaginaba de la misma forma en que la había dejado, pero esta Hadley
luce completamente diferente. Ha cambiado jodidamente todo lo que
había amado de su apariencia. Su largo cabello rubio del que solía tirar
cuando la mierda se ponía salvaje es más oscuro y mucho más corto. Sus
ropas sencillas han cambiado al tipo de diseño del que solía burlarse
cuando Courtney las llevaba. Demonios, incluso su andar también es
diferente… casi como si fuera una extraña.

86 Pero maldición, siempre supe que cualquier cosa que hiciera o llevara,
Hadley se vería jodidamente ardiente. Ni siquiera pensé que fuera posible,
pero su cuerpo se ve aún mejor que antes. Mierda, sin duda, todavía tenía
las mejores tetas que he visto jamás, reales o falsas. Debo lucir como un
idiota para cualquiera que me preste atención, pero apartarme de ella no
es una opción. Lo juro, baba corre por mi barbilla y el balanceo de sus
caderas hace que mi maldita polla se despierte por primera vez en meses.
Siempre había sido mi droga, nunca podía obtener suficiente y esa
mierda no ha cambiado con nuestro tiempo separados.

Hadley se ríe de algo que uno de sus hermanos le dijo y no puedo evitar
estar celoso porque yo solía ser el único que ponía esa sonrisa en sus
labios, solía ser el único en hacerla reír. Siempre yo, siempre ella y echo
de menos esa mierda ahora más que nunca. Pon otra jodida marca en la
lista de mí siendo el mayor idiota.

Hadley se presiona el cuello, buscando a alguien a través de la multitud.


Sigo su mirada para ver que aterriza en algún imbécil de fraternidad en
una de las mesas y él asiente hacia ella. Su sonrisa se hace más grande
cuando comienza a moverse hacia él.
Un millón de cosas corren a través de mi cabeza todas al mismo tiempo,
pero una es segura; Hadley me convirtió en un completo jodido cobarde.

Hadley se para en seco en el centro del bar. Lo sé, sé que me siente


cuando todo su cuerpo se pone rígido. Hadley se gira dolorosamente lento
y mira directamente hacia donde estoy parado, mirándome directamente
a través de la multitud de personas. Kenny golpea mi brazo otra vez para
conseguir que haga algo —cualquier cosa—, pero no me puedo mover,
ella no puede moverse, los dos atascados. Aquí mismo, en este momento,
ella es la única persona que importa. Hadley tiene su dominio sobre mí,
jodido yuyu de mierda. Mirándome con esos grandes ojos de plata que he
extrañado tan malditamente, abre y cierra su boca un par de veces, pero
no sale nada. Entonces, el idiota coloca su mano en la espalda de ella —
mi espalda—, y le da un beso en los labios, mis labios. Hadley no hace un
movimiento para devolverle el beso, pero tampoco lo aleja. No parpadea,
no toma una respiración, solo mira directamente hacia mí, dentro de mí.

El rostro de Hadley es una máscara, cero expresión en esta, sin mostrar


nada y eso me está asustando mucho. Sé que hay algo entre ellos, pero
cuán fuerte puede ser soy el único que la afecta de esta manera… yo, no
87 este idiota. Después de cinco años separados y la mierda que Lance me
dijo, rezo para que todavía sienta algo, cualquier cosa en absoluto por mí,
incluso la más jodida pequeña cosa porque puedo trabajar con esa
mierda y alejarlo de ella.

Hadley parpadea y sale de su trance y luego camina hacia mí, casi


corriendo hacia mí. Deja al tipo de pie en el centro del bar, permitiéndole
verse como el perdedor chico de fraternidad que sé que es y no puedo
evitar sonreír hacia él. Hadley está tan cerca que mi perfume favorito
Burberry que siempre llevaba entra en mi nariz, el perfume que le compré
la primera Navidad que estuvimos juntos, el olor que solo pertenece a
ella. Su mano derecha llega a mi rostro y pienso que estaremos bien, que
resolveremos todo esto, pero cuando bajo mi mirada a su rostro, ella no se
ve feliz. Son sus ojos los que han cambiado. Siguen siendo del mismo
jodido color plata que golpea mi instinto, pero la maldita luz detrás de
ellos se ha quemado. Hadley se ve histérica… no, tacha esa mierda, se ve
jodidamente enfadada. Escucho el golpe antes de sentirlo. Antes de que
pueda procesar el aguijón en mi rostro, Hadley se da la vuelta y se aleja,
justo hacia el tipo que luce la sonrisa más presumida en su rostro. Agarra
la mano del imbécil y tira de él hacia la puerta, pero no antes de que él
me guiñe el ojo. ¡Jodidamente me guiña el ojo!
Juguemos, hijo de perra.

Mark y Matt me miran y hacen una toma doble hacia la puerta por donde
Hadley salió. No soy estúpido. Mark y Matt pueden ser mayores que yo,
pero su padre los hizo entrenar con los mejores y soy el único
responsable de herir a su hermana. Los hermanos Thomas estarán
determinado a atacarme, sin duda. No se resisten con mierda cuando se
trata de su única hermana y es posible que trataran de hacerme alguna
mierda.

Lance se aleja de la barra para apoyarnos a Kenny y a mí y toda la


conmoción aleja la atención que Bobby tiene sobre la chica con la que
está tratando de hablar. Los tres me miran para ver qué hacer a
continuación. Una vez que Mark cree que soy realmente yo, viene
directamente hacia mí, me agarra por la camiseta y golpea mi espalda en
la barra, tirando vasos y botellas de cerveza por todo el suelo.

—Courtney nos dijo hoy que habías vuelto y no lo podía creer, realmente
no creía que tuvieras las pelotas para venir a cualquier lugar cerca de
ella. Pero aquí está la mierda que eres y lo estoy viendo con mis propios
88 malditos ojos. —Veo la rabia en él, la siento, la entiendo.

Si hubiera sido alguien que no fuera el hermano de Hads, estaría sentado


en el suelo y pidiendo que me detenga. Pero no puedo hacerlo porque
merezco todo lo que me den y, probablemente, jodidamente mucho más.

—Si todavía piensas que solo puedes venir aquí y engatusar a Hadley
para que vaya corriendo de nuevo a ti, tienes otra maldita cosa viniendo.
No tienes idea de la mierda que le hiciste. Lo que todos y cada uno de
nosotros tuvimos que hacer para ayudarla para no perderla por
completo. Vete ahora y cualquier plan que tuvieras aquí, está terminado.
Lo juro, si te veo alrededor de Hadley de nuevo, luchador o no… ¡acabaré
contigo! —Mark escupe las palabras hacia mí mientras Matt y Sarah lo
apartan de mí y lo empujan hacia la puerta. Gira la cabeza y grita sobre
su hombro—: Será mejor que me hayas escuchado, porque no habrá una
próxima vez.

Realmente jodí todo esto. Realmente la jodí a ella.

Courtney ataca hacia mí y golpea su rodilla directamente en mis bolas.


Le pasa a Lance un pedazo de papel, lo besa en la mejilla y se aleja con
una sonrisa en su rostro.
Mientras trato de que mis pelotas bajen de mi garganta, miro a los
chicos… parecen tan desorientados como yo. Lance me mira fijamente con
incredulidad, Kenny se cae de tanto reír, Bobby vuelve a la chica y Laura
aparece de la nada para asegurarse de que nadie me reconoció… o si lo
hicieron, no tomaran fotos o videos.

Joder, puedo ver los titulares ahora.

Lance echa un vistazo hacia mí, a mi dolorosa expresión y le dice a la


camarera que siga trayendo chupitos. Se vuelve para mirarme
directamente a los ojos y dice:

—Esa mierda de allí está en mí, amigo, pero es mejor que seas sincero en
conseguirla de regreso, porque la mirada en el rostro de su hermano… no
estaban bromeando sobre cualquiera de esas cosas. Lo harán, sin duda. Y
creo que en realidad podrían herirte y si no pueden, te apuesto todo el
dinero que tienes a que conocen a alguien que pueda. —Lance vacila un
poco—. Antes de irme, sus hermanos estaban de tu lado. Te odiaban por
hacerle daño, pero entendían por qué. Pero ahora lo sé a ciencia cierta, la
mierda se puso real cuando me fui. Tal vez jodiste demasiado a la chica
89 esta vez. —Lance golpea mi espalda y desliza uno de los chupitos frente a
mí. Un jodido chupito de tequila, el primero que he tenido desde que me
fui. Lo recojo y tintineo contra el suyo—. Por ser el mayor idiota de todos
los tiempos.

Y continuamos consiguiendo estar completamente torcidos hasta que


tengo que ser cargado.

Hadley
Paseando de un lado a otro frente a mi chimenea, mi mente está fundida.

¿Era él realmente?

No podía ser él.

No, no él.
Seguro que él no.

Definitivamente no él.

Oh, Dios. Esto no puede estar pasando. Era él. ¿Por qué está aquí en
Atlanta? Se supone que Reed está en Las Vegas haciendo Dios sabe qué y
metiendo su polla en Dios sabe quién. ¿Por qué tenía que venir aquí? ¿Por
qué tenía que verse mejor con el tiempo? ¿Por qué mi corazón no
entendió la orden de no enviar mariposas a mi estómago después de toda
la mierda que me hizo atravesar? Tengo que ser fuerte, estar centrada en
lo que está delante de mí, no detrás de mí. Nada de lo que pueda decir o
hacer cambiará nada.

Nada ha cambiado.

Ninguna cosa.

Nadie ha dicho una palabra desde que volvimos del bar, solo me miran
como si me hubiera vuelto loca. Quién sabe realmente en este punto,
probablemente lo estoy.

Gracias a Dios por los pequeños favores cuando el celular de Bennett


90 suena. Es una emergencia de trabajo y tiene que irse. Realmente no tengo
idea de cómo explicar qué demonios pasó en el bar sin que se convierta
en una explosión de grandes dimensiones, así que me siento aliviada de
que no tendré que hacerlo… al menos no todavía.

Todo el mundo se queda y espera los efectos secundarios, pero no me lo


permitiré. No he llorado por él en tres años y no empezaré ahora. Sin
embargo, la tentación quema detrás de mis ojos, pero parpadeo antes de
que se convierta en algo más. No le daré a ese imbécil otra cosa que
arrancarme. No conseguirá ni una maldita lágrima más, ni una.

Detengo mi paseo y me muevo a mi armario de bebidas, bajando un par


de tragos de whisky. La quemadura baja por mi garganta con cada uno,
derritiendo todo lo demás. Si me emborracho, puedo olvidar que vi a un
condenado fantasma que se ve aún mejor después de todo este maldito
tiempo.

Después de mi quinto trago, Matt se acerca, toma la botella y el vaso de


mi mano.
—Hadley, sé lo que estás pensando. Todos lo hacemos, pero no puedes
hacer esto solo porque lo viste. Por favor, no vuelvas a ese lugar en tu
cabeza. No necesitas ese desorden en tu mente.

Arranco la botella de él y sirvo otro trago. Mirando alrededor de mi sala


de estar, puedo ver la preocupación por mí en todos sus ojos.

—Chicos, estoy bien. Por favor, se los ruego, dejen de tratarme como si
estuviera hecha de cristal. Realmente es solo el shock de ver a Reed y eso
es todo. Simplemente no pensé que lo volvería a ver. —Tomo mi trago y
guardo el whisky—. Reed está en Atlanta, está bien. Bien por él. Estoy
segura de que simplemente se quedó sin chicas en las cuales enterrarse
en cualquier otro lugar y vino aquí por nuevas prostitutas.
Personalmente, voy a seguir con mi vida y eso es todo. Fin de la historia.

Miran a su alrededor e incluso con mis tragos golpeándome, sé que algo


no está bien.

—¿Por qué están mirándose de esa manera? Saben algo que yo no,
¿verdad?

91 Courtney se vuelven hacia mis hermanos y ambos le dan una señal para
seguir hablando. Todos tienen su propio código y me estoy quedando
fuera, otra vez.

—Dices que todo está bien, pero todos sabemos que bien no es lo que
realmente estás, ¿verdad? Y, Hadley… vi a Lance en la tienda hoy. Dijo que
Reed abrió un gimnasio aquí y está viviendo aquí por ahora. Trasladó
todo su equipo de entrenamiento hasta aquí.

Todos sabían que Reed estaba aquí, todos ellos, sin embargo, no me
dijeron una maldita palabra, ni pío.

—¿Quieren su cuchillo de vuelta? Ya saben, ¿el que clavaron en mi


espalda? Maldita sea, ¿por qué no me lo dijeron? Todos sabían que Reed
estaba aquí, en Atlanta, donde jodidamente vivo, donde jodidamente está
mi casa, donde está mi vida. ¿Ni uno jodido de ustedes sintió la necesidad
de decirme? ¿Se reunieron en una cafetería por la tarde y tuvieron una
votación grupal acerca de qué hacer con su pobre, patética y con el
corazón roto Hadley? ¿Sortearon quién iba a venir a recogerme cuando
lo descubriera? ¿Piensan que quizás, solo quizás, habría sido mejor
escucharlo de uno de ustedes, las personas por las que me preocupo y
más quiero en el mundo, solo en caso de que pudiera verlo? ¿Así no
causaría una escena y me vería como una enloquecida lunática en
público? ¡OH, ESPERA! ¡Jodidamente hice eso!

Courtney pone su mano en mi brazo, pero la empujo y se aleja aún más


con cada paso que doy. Esto duele, me corta profundo que me ocultaran
algo tan grande.

—Hads, creo que tienes que hablar con él, también.

Mark y Matt gruñen, pero Courtney alza su mano para evitar que hablen.
Pero he terminado.

—¿En serio piensas que quiero hablar con él? ¿Has perdido tu mente
siempre amorosa? Infierno, a la mierda no. Tuve mi cierre cuando tuvo
sexo con esa prostituta en la televisión y luego continuó corriendo y
follando a todo el mundo mientras me quedaba recogiendo los pedazos
de todo lo que él destruyó.

Siento el vapor saliendo de mí en oleadas.

No puedo creer en cualquiera de ellos. Estoy echando humo.

92 —¿Saben qué? Todos ustedes se pueden ir directamente al infierno y


fuera de mi casa. ¡Ahora! —No les doy tiempo a decir nada más antes de
pisar las escaleras y cerrar de golpe la puerta de mi dormitorio. Entiendo
su necesidad de protegerme —diablos, incluso con el lío en el que estoy
con Bennett—, pero he vivido y aprendido. Después de todo, no voy a
volver a sentir lo que me daba. He tenido demasiado dolor como para
pensar alguna vez sobre él ocupando espacio en mi corazón otra vez.
Bennett puede tener razón, ellos me quieren así.

Salvándome de mis pensamientos depresivos, mi teléfono me avisa de un


mensaje de texto.

Bennett: Falsa alarma. Estoy yendo.

Yo: ¡Sí, por favor! Estoy en estado de ánimo para divertirme y ya que me
dejaste desnuda en la ducha antes, creo que me lo debes.

Bennett: Metiéndome en el auto ahora. ¡¡Estaré allí en diez y estate


desnuda!!

Lo único en lo que Bennett es bueno es en hacerme olvidar, aunque solo


sea por un rato.
Esta noche necesito olvidar.

Olvidar a Reed.

Olvidar a mi familia.

Olvidar que mi madre se está muriendo.

Y Bennett puede hacer precisamente eso.

93
Capítulo 10
Reed

—M
ierda, Reed, romperás otro maldito saco si sigues
dándole así —dice Laura, esperando a que deje de
golpear.

Han pasado dos semanas desde que vi a Hadley, dos semanas de jodido
infierno. Traté de hacer que Lance me dijera algo, ya que él y Courtney
parecen haber retomado las cosas justo donde las dejaron, pero lo único
que me dice es que no es de su incumbencia decir nada sobre lo que pasa
con ella. Courtney pasa mucho por aquí, pero cada vez que menciono a
Hadley se distancia, con una mirada triste en los ojos e incluso se rehúsa
94 a hablar conmigo. Sea lo que sea.

—¿Qué necesitas, Laura?

Pone los ojos en blanco y me da algunos papeles.

—Tu próxima pelea es dentro de doce semanas. Lo siento, pero Daily va a


mandar a Krystal para revisar los detalles. Lo juro, él disfruta viéndote
enojado. Y hombre, Krystal te pone furioso. Qué es lo que viste en ella,
nunca lo sabré. En fin, estará aquí en las próximas dos semanas para
revisar algunos papeles más de la liga y es entonces cuando sabrás con
quién vas a pelear. Tu pago por esta pelea es alrededor de medio millón y
si la ganas, la siguiente será para que defiendas el cinturón. Dicho esto,
mejor que dejes esta estúpida mierda, porque con todo ese dinero en
juego, tiene que ser alguien grande. Apuesto a que piensan que pueden
sacarte de tu juego. —Al ver mis nudillos sangrantes, Laura se da la
vuelta y se va.

Grandioso, no solo tengo que esperar para averiguar con quién voy a
pelear, cosa que odio, sino que además va a venir Krystal y la mierda con
ella nunca termina ni de lejos bien.
Dejo los papeles en el banco y continúo aporreando la pera de boxeo
cuando Lance entra apresurado, sin aliento.

—¡Reed! ¡Apúrate! Le dieron una paliza a Corey. Hombre, está mal.

Sin pensarlo o desperdiciar otro segundo, corro fuera de las puertas


dobles para ver a Corey tendido en el suelo justo fuera del club. Corey
vino a mí al principio, cuando pusimos la señalización afuera diciendo
que un gimnasio venía al área. Lo estaban acosando en la escuela porque
no metía drogas para uno de los viejos bastardos. Le di el trabajo de ir
limpiando tras los miembros y el equipamiento y, a cambio, le enseñé
algo de autodefensa para que pudiera enfrentarse a ellos. Ahora, mirando
al golpeado y ensangrentado Corey, no puedo evitar pensar que no hice
lo suficiente para entrenarlo para esta mierda. Lo defraudé y darme
cuenta de eso me quema profundamente. Le dieron muy bien.

Intento obviar el hecho de que es Corey, que es un chico de quince años,


que es la vida entera de su mamá y me agacho junto a él para mirarlo
mejor. Apenas veo sus ojos entre la enorme inflamación de su rostro. Está
tan inflamada y ensangrentada que ni siquiera es reconocible. Gime de
95 dolor y parece que tiene dificultades para enfocar cualquier cosa.

—Corey, tienes que quedarte conmigo. —Miro alrededor a toda la gente


que está afuera—. ¿Alguien llamó al 911? —Si no hubiera sentido salir las
palabras trabajosamente de mi garganta, ni siquiera hubiera sabido que
la desesperada voz me pertenecía a mí.

Uno de los miembros grita “Sí” y me siento soltar un suspiro de alivio.

Miro el cuerpo de Corey, tomando una nota mental de su estado: su


camisa y pantalones están empapados de vómito y sangre. Sus ojos se
cierran de nuevo, pero esta vez no los vuelve a abrir.

—Amigo, de verdad, tienes que abrir los ojos. —Las sirenas suenan al
fondo, como si se acercaran—. La ayuda casi está aquí, Corey. Solo
quédate con nosotros un poco más.

He estado en cientos de peleas durante el transcurso de mi carrera, pero


nunca nada ha sido así de malo, ni siquiera en mis primeros tiempos,
cuando no éramos más que niños enojados y perdidos, enfadados con el
mundo que permitía que esto pasara. Es una advertencia a cualquiera
que les diga que no. Son ellos intentando matarlo. Lo juro, si averiguo
quién hizo esto y la policía no los arresta antes, no serán capaces de
volver a respirar, eso seguro. Toda esta mierda porque no quiso pasar
droga a los jodidos chicos de la escuela. Su mamá tiene dos trabajos para
mantenerlos fuera de un mal vecindario y, aun así, esos bastardos
intentaron hincarle las garras.

Los paramédicos llegan y, literalmente, tienen que empujarme fuera del


camino, haciéndose cargo. Meten apresuradamente a Corey en la
ambulancia en cuanto lo estabilizan. En pánico, agarro a uno de ellos por
el cuello de su camisa y pregunto:

—¿Adónde lo llevan?

—Atlanta East. Tiene muchos traumas y parece que algunas heridas


internas y es el mejor lugar para él. —Me cierra las puertas en la cara
antes de que pueda preguntar si puedo ir con ellos.

Lance, Laura y yo corremos a mi auto para seguir a la ambulancia, pero


esta se va antes de que pueda llegar a él.

—¡Mierda! Laura, consigue la dirección del Atlanta East. No tengo idea de


dónde demonios está ese lugar. —Mi voz suena tranquila y controlada.
96 Por dentro, sin embargo, me siento todo menos jodidamente eso.

Laura toma su teléfono para buscar el mapa cuando Lance comienza a


hablar.

—No hace falta, sé dónde está. Gira a la izquierda en el próximo semáforo


y sigue recto. Gira a la derecha en la calle Spring y Atlanta East estará a
la derecha a unos cinco kilómetros.

Giro a la izquierda y le doy una mirada de qué carajos.

—¿Qué? Courtney trabaja allí y algunas veces le llevo el almuerzo. —Le


resta importancia, como si no fuera nada y mira por la ventana.

Los tres nos quedamos en un silencio agonizante el resto del camino,


diciendo nuestras propias plegarias para que Corey esté bien. Detengo el
auto frente a la puerta de emergencias del hospital y dejo a Lance y
Laura para que puedan averiguar algo mientras estaciono el auto. Mi
mente no tiene sentido del tiempo en este momento. Se siente como si me
tomara una eternidad entrar, pero al mismo tiempo, tengo la impresión
de que estoy rompiendo récords con lo rápido que he conducido.
Entrando a toda prisa en Emergencias, veo a Lance y Laura esperando en
unas sillas.

—¿Ya han oído algo? —pregunto, sintiéndome sin aliento pero sin que lo
parezca mientras me deslizo en una silla junto a ellos.

Lance alza la mirada y sacude la cabeza, sus ojos muestran cuán


preocupado que está. Él y Corey están muy unidos.

—Hombre, nunca he visto una paliza así de mala. Ni siquiera sé cómo


llegó al gimnasio así.

Asiento, pasándome una mano por el cabello. No sé cuánto tiempo nos


quedamos allí sentados, sin decir nada, todos perdidos en nuestra propia
pena, cuando alzo la mirada y encuentro a la mamá de Corey, Monica,
corriendo hacia nosotros con un oficial de policía detrás de ella. Sus ojos
están hinchados y rojos de llorar, las lágrimas frescas todavía surcan su
rostro. Su atención se dirige hacia mí y mi camisa que está cubierta de la
sangre de su hijo; no me había dado cuenta de que estaba allí antes. Sus
rodillas ceden, cayendo hacia mí. La envuelvo en mis brazos y la estrecho
fuertemente, ofreciéndole lo único que puedo, mi apoyo.
97
—Shh, Monica. Corey es un luchador. Superará esto. —Lentamente, aparta
la cabeza para mirarme y creo que está a punto de decir algo cuando la
puerta se abre.

—¿Familia de Corey Roberts? —Me doy la vuelta y miro a un par de ojos


azul plata que nunca en mi vida he estado más contento de ver. Gracias a
Dios, sé que ella hará todo para ayudarlo.

Lance asiente silenciosamente hacia nosotros. Hadley se acerca, me


ignora por completo y mira a Monica con ojos sinceros.

—¿Sra. Roberts? —pregunta y Monica asiente—. Soy Hadley, una de las


enfermeras del caso de Corey. Vamos a sentarnos por ahí en algún sitio
que no sea tan ruidoso para que podamos hablar. —Hadley señala hacia
un espacio más privado en el lateral de la sala de espera. Cuando todos
estamos sentados, Hadley comienza—. Señora, Corey está en una
condición seria. Sufrió algunas heridas serias en su hígado, riñón, bazo y
hay hemorragia interna, también un trauma en la cabeza. El Dr. Pewit, el
cirujano de trauma de guardia, no quiso arriesgarse a esperar, así que lo
llevaron a cirugía para averiguar dónde está sangrando. Después de eso,
el Dr. Sharp, el neurocirujano, intentará liberar algo de presión de su
cerebro. —Hadley se detiene, mirándonos a todos para asegurarse de que
escuchamos y entendemos antes de continuar—. Corey también tiene un
fémur, hombro y algunas costillas rotas, pero esas lesiones son
secundarias hasta que determinemos el alcance de su hemorragia y daño
cerebral.

Monica comienza a sollozar en mi hombro. Hadley me mira y ofrece una


pequeña sonrisa, algo de consuelo, antes de tocar la pierna de Monica.

—Estamos haciendo lo mejor que podemos para ayudarlo y prometo que


los pondré al corriente cuando escuche algo más. Llamé a una amiga que
trabaja para el sistema de defensor del paciente y estará aquí en un par
de minutos. Su nombre es Courtney y prometo que es muy buena en lo
que hace. Confíe en mí, si alguien puede ayudarla, es ella. Es la persona
que quiere a su lado. —Mira hacia Lance antes de levantarse—. Si tiene
cualquier pregunta, por favor no dude en hacerla. —Hadley sonríe antes
ir hacia la puerta.

Suelto la mano de Monica, me levanto y corro hacia Hadley. Toco su


hombro y se da la vuelta. Por una fracción de segundo, casi parece feliz
98 de verme, pero luego frunce el ceño.

—Reed, necesito regresar a trabajar.

Ignorándola, agarro su brazo y la llevo hacia otra esquina de la sala de


espera. Continúo sujetando su brazo para que no tenga oportunidad de
alejarse de mí. Parece irreal. Han pasado cinco años desde la última vez
que la he tocado y el tiempo no ha cambiado la corriente que fluye entre
nosotros. Hadley mira el lugar donde mi mano la sujeta, pero me rehúso
a soltarla.

—Por favor, Reed, no. Déjame ir. Estoy ocupada. Vendré de nuevo en
cuanto escuche algo más.

Independientemente de lo que estoy sintiendo, viéndola, tocándola… estoy


aquí por Corey, ninguna otra jodida cosa importa en este momento.

—Hadley, solo quiero asegurarme de que Corey va a estar bien. Nada


más. Él es todo lo que tiene Monica y la matará perderlo.

Ella suspira suavemente.

—No debería estar diciéndote esto, pero podría ir en cualquier dirección


en este momento. Como te dije antes, realmente necesitan encontrar la
hemorragia interna y necesitan asegurarse de que la presión en su
cerebro se ha reducido, pero incluso después de eso, no sabrán el alcance
de los daños de su cerebro hasta que se despierte y no voy a suponer
cuánto tiempo va a ser. El Dr. Pewit es el mejor cirujano de trauma que
tenemos y el Dr. Sharp es un neurocirujano increíble. Corey está
realmente en las mejores manos. Courtney también se asegurará de que
todo se está haciendo bien. Lo prometo, te diré si surge algo más, ¿de
acuerdo? Pero realmente tengo que volver a trabajar ahora. —Hadley se
libera de mi presa con una sacudida.

—Gracias, Hads.

Se encoge de hombros y no mira hacia atrás antes de responder:

—Es mi trabajo. —Y se marcha por las puertas dobles.

99 Hadley
Han pasado dos semanas desde que vi a Reed en el club. Dos semanas de
evitar a Lance cuando viene aquí. Dos semanas yendo de puntillas
alrededor de Courtney. Dos semanas de solo hablar a mis hermanos
cuando los veo en casa de mis padres y, si no, ignorando sus
innumerables llamadas de teléfono. Entiendo que sintieran que
necesitaban cuidarme, pero quiero que entiendan que necesito manejar
todos los sentimientos que me provoca ver de nuevo a Reed, sin ninguna
ayuda esta vez. Sé que no soy tan fuerte como quisiera ser; no estoy
delirando acerca de eso, pero soy mucho más fuerte ahora que cuando
me dejó. Un poco de fe en mí misma estaría genial, fe de que tal vez haré
lo que es mejor para mí y solo para mí. Sé que solo lo hicieron porque me
aman y sé que hablaré con todos ellos cuando la herida de lo que
hicieron no esté tan fresca. Pero eso solo vendrá con el tiempo y espacio
lejos de ellos. Pero estar aquí con Reed en el hospital en el que trabajo —
un lugar que considero una segunda casa— no es lo que quería. En
Absoluto. Pensé que podría evitarlo a toda costa y entonces entró Corey.
Escuché el nombre del gimnasio de Reed y, por alguna razón, incluso con
mi turno terminado, no dudé en intervenir y ayudar. Tenía que hacerlo,
sin hacer preguntas. El chico tiene una conexión con Reed y solo sé que
este joven adolescente tiene que significar algo para él para que Reed lo
contratara, porque Reed nunca contrataría a alguien con quien no
tuviera algún tipo de conexión.

Ver el dolor en el rostro de Reed hizo que mi corazón se detuviera. Lidio


con este tipo de cosas todo el tiempo, pero en toda mi estancia en el
hospital, nunca he tenido que decirle a alguien que realmente conozco lo
que posiblemente puede ocurrirle a alguien que les importa y rezo para
que nunca tenga que volver a hacerlo. Después de lograr estabilizar a
Corey, conseguirles la mejor ayuda para lidiar con ello era el siguiente
paso. Tragarme el orgullo y llamar a Courtney para que trabaje en el caso
de Corey era hacer lo correcto. Corey y su mamá necesitarán toda la
ayuda que puedan conseguir y ella realmente es la mejor.

—Tierra a Hadley.

Levanto la vista de los papeles que he estado mirando y veo al Dr. James
Pewit caminando hacia mí. Él y Bennett fueron a la escuela juntos y a
veces salimos con él y su novia. Bennett por lo general se comporta bien
100 en su entorno, pero ha estado faltando últimamente y la semana pasada,
Bennett se puso un poco demasiado autoritario conmigo frente a James.
A partir de ese momento, supe que James solo es un amigo para él por
obligación ya que siempre parece encontrar la manera de ver si estoy
bien, como si supiera lo que está haciendo Bennett. Si James lo supiera.

—Oye, ¿cómo está Corey? —James y yo estamos en trauma porque nos


encanta. Es nuestro vínculo común. Crecemos sabiendo que marcamos la
diferencia. Ambos entendemos que hay mucho más que la persona en la
cual estamos trabajando. Hay familias. Hay vacaciones, cumpleaños y
cosas sencillas rutinarias que serían diferentes si sus seres queridos no
pueden ser salvados. Bennett piensa que somos estúpidos por ello, pero
últimamente piensa que soy estúpida por todo lo que hago o digo.

Los labios de James dibujan una sonrisa, así que sé que son buenas
noticias, él es lo opuesto a todos los cirujanos de trauma que he
encontrado. La mayoría son imbéciles engreídos y se deshacen de los
fracasos y piensan que son dioses cuando salvan a alguien, pero James
no, toma siempre lo bueno y lo malo.

—Realmente bien. Encontramos la fuente de la hemorragia. El riñón y el


hígado están contusionados, pero deberían sanar por sí solos. Tuve que
quitarle el bazo, pero aparte de eso, el chico deberías estar bien. Ahora
está en manos del Dr. Sharp, pero mientras estaba operando, la
hinchazón en su cerebro ya estaba bajando. Venía a buscar su historial
para poder hablar con la familia. ¿Quieres venir conmigo?; los preparaste,
¿verdad?

—Síp, oye, ¿me harías un favor? Asegúrate de no hablar con Bennett


sobre esto.

James sacude la cabeza.

—Sabes que no lo haré. Pero si necesitas algo, ayuda o lo que sea, te


apoyaré. Lo sabes, ¿verdad? Sin preguntas, ¿entendido?

—Entendido. Ahora vamos, los puse en la esquina justo aquí fuera. —Le
tiendo el historial de Corey y lo sigo fuera.

Veo el cabello rubio de Courtney sentada junto a la Sra. Roberts.

—Bueno, ya les conseguiste a Courtney. Realmente debiste haber querido


el mejor equipo para ellos.

101 —Algo así. Recuerda, nada sobre esto. —Miro a mi alrededor y no veo ni a
Lance ni a Reed, espero que se hayan ido.

—¿La razón por la que no quieres que él lo sepa tiene algo que ver con lo
que estás forzando el cuello para mirar?

Lo fulmino con la mirada, pero tan pronto como la cabeza de la madre de


Corey aparece, pego una sonrisa en mi rostro.

—Sra. Roberts, este es el Dr. Pewit, uno de los cirujanos que trabajaron en
Corey. Va a ponerla al tanto sobre lo que está pasando con él.

James estrecha la mano de la Sra. Roberts, se sienta junto a ella y


comienza a repasar todo sobre la cirugía de Corey.

Siento a Reed acercarse detrás de mí antes de poder verlo, justo como


solía hacer. Esa sensación solía gustarme, la esperaba, pero ahora lo
único que hace es enfermarme y hacerme pensar en cosas de las que
preferiría huir. Nada me gustaría más que esa sensación se fuera y no
volviera jamás, pero he aprendido que los deseos solamente te llevan
hasta cierto punto. Girándome, veo a Reed entrando y justo detrás de él
está Bennett, más que probablemente viniendo a ver si mentí sobre lo de
trabajar hasta tarde. Reed se sienta junto a la Sra. Roberts, rodeándola
con su brazo. Bennett está apoyado contra la pared, con los brazos
cruzados, perforando la cabeza de Reed. No es lo que necesito en absoluto.
James se levanta y vuelvo mi atención a la Sra. Roberts.

—¿Tiene alguna pregunta para mí?

Ella niega con la cabeza y sonríe por primera vez desde que llegó aquí.

—No, gracias. Estos chicos tienen razón acerca de ti. Eres muy dulce.

Me sonrojo, sin dar importancia al cumplido.

—No realmente, es mi trabajo, cualquiera de nosotros lo hubiera hecho


por usted. Solo estoy contenta de que las cosas estén mejorando. Me voy
ahora y tengo algunas cosas personales de las que ocuparme, así que
desafortunadamente no estaré aquí cuando el Dr. Sharp venga a hablar
con usted, pero trabajo mañana y revisaré a Corey entonces. Por favor,
una vez más, hágale saber a alguna de las enfermeras de guardia si tiene
alguna pregunta y ellas estarán encantadas de responderlas. —Monica
asiente y me acerco a Bennett, diciéndole que me reuniré con él en casa.
102 Su rostro se enrojeció de agitación, pagaré por ello más tarde, pero es lo
suficientemente inteligente para no hacer una escena en público.

Dirijo una sonrisita a Courtney y Lance mientras paso, pero Reed me lleva
a una esquina.

—¿Ese imbécil es tu asunto personal ahora? ¿Ese jodido yuppie8 pedazo


de mierda? ¿En serio, Hadley? Pensé que te conocía mejor que para ir
tras alguien así.

Reed viene aquí y cree que puede decirme qué hacer. A la mierda con eso.

—Si realmente tienes que saberlo, mis cosas personales son ir a ver a mi
madre a su casa, ya que se está muriendo. Y Reed… sí, Bennett y yo somos
muy exclusivos. ¿De verdad creías que estaría esperando que volvieras a
mí? Tristemente, nop. El barco que estaba esperando zarpó hace unos tres
años cuando te vi prácticamente follándote en seco a una chica a la vista
de todos mientras yo me sentía como una completa idiota por haber
creído alguna vez que realmente te preocupabas por mí. Así qué y con

8
Yuppie: Acrónimo para “young urban proffesional”, “Joven profesional urbano”. Es un
término propio del inglés estadounidense para referirse a un miembro de la clase media
alta entre 20 y 43 años.
quién hago en mi tiempo privado es asunto mío y solo mío. En caso de
que lo olvidaras, perdiste ese derecho hace mucho tiempo. Cinco años,
para ser exactos. Si me disculpas, tengo cosas más importantes con las
que lidiar que esta mezquina mierda que estás tratando de hacer.

Reed se sitúa frente a mí, bloqueándome. Puedo decir que lamenta su


arrebato, pero demasiado poco y demasiado tarde.

—Hadley, nena, ¿qué le pasa a tu mamá? Nadie me dijo nada sobre eso.
Habría estado aquí por ti, lo prometo. Entiendo si no quieres hablar
conmigo, pero te dije que siempre estaría allí para ti cuando me
necesitaras, Hads. —Mirando los ojos de Reed, juro que veo la verdad
detrás de sus palabras. Si no lo conociera un poco mejor, pensaría que
está realmente arrepentido, pero eso no va a ocurrir. Después de lo que
pasé con él, no hace más que ponerme furiosa.

—Escucha, tu deseo de estar aquí para mi ahora es realmente dulce y


todo eso, pero solo porque estemos en el mismo estado de nuevo no
significa que vamos a recomenzar donde lo dejaste. Esto ya no te cuesta
tiempo a ti, me cuesta a mí y ahora mi tiempo es demasiado precioso
103 para darte un minuto. —Lo esquivo, pero rodea mi muñeca con su mano.
Con el ceño fruncido, miro hacia donde nos estamos tocando y luego lo
miro directamente a los ojos, con mi rostro y mi voz carentes de toda
emoción—. Oh, y, Reed, por favor no finjas que entiendes una mierda
sobre mí. No somos amigos ahora y nunca volveremos a serlo. No te
mereces nada de mí, excepto tal vez un puñetazo en el rostro, y si no
quitas tu mano en dos segundos, haré justamente eso.

El rostro de Reed se hunde cuando su mano se separa de mi muñeca.


Saldo de su alcance y huyo como la cobarde que soy. Tengo que escapar,
a kilómetros de distancia de él, porque si no lo hago, el influjo que Reed
ejerce sobre las cuerdas de mi corazón volverá reforzado.
Capítulo 11
Hadley

—E
stá bien, papá. Realmente lo entiendo. Esperaré. De todas
maneras, tengo un paciente que quiero comprobar.

—Sabes, nena, siempre puedes llamar a uno de tus


hermanos y ver si podrían llevarte.

—Papá, entiendo. Solo no estoy lista aún, pero prometo que les hablaré. Es
solo que no quiero que piensen que los llamo únicamente porque necesito
que me lleven.

—No pensarían eso, pero iré por ti cuando todos los médicos se vayan. Te
104 amo.

—También te amo, papá. Adiós. —Esto es lo que obtengo por dejar mi auto
en el taller para un ajuste y negarme a hablar con alguien más en mi
familia. Siempre podría pedirle a Bennett, pero ha estado actuando
demasiado extraño desde toda la mierda con Reed en la sala de espera. Es
la última persona con la que quiero estar cerca.

Han pasado más de cinco días desde que Corey fue ingresado y he estado
viéndolo cada vez que estoy aquí… antes y después de mi turno y a veces
durante mi descanso. Ni una sola vez he visto a Reed, lo que me afecta
más de lo que me gustaría admitir. Monica dice que solo viene en la
noche cuando sabe que no estaré aquí. Eso se asienta en mi estómago y
me duele al mismo tiempo. Quiero que él quiera verme, aunque no quiero
verlo. Una cosa tan de chicas pensarlo y no lo entiendo, pero nunca
entiendo mis sentimientos cuando se trata de Reed de todos modos.

La puerta de la habitación de Corey está un poco abierta y doy un vistazo


en ella. Monica está sonriendo por primera vez desde que Corey llegó
aquí y se ve veinte años más joven. Automáticamente, miro hacia Corey y
está sentado, despierto y alerta. Abrió sus ojos un par de veces ayer, pero
nada como esto, este es un gran paso hacia su recuperación.
—Hola, Mónica. Hola, Corey, soy Hadley, una de las enfermeras cuando
llegaste por primera vez. Me alegra ver tus ojos abiertos… preocupaste a
algunas personas por aquí. —Voy hacia Monica, poniendo mi brazo a su
alrededor.

Corey me mira.

—Eso es lo que me dicen. —Sonríe hacia su mamá—. Está bien, dijiste que
irías y conseguirías algo de comer cuando alguien llegara. Alguien está
aquí, así que ahora puedes ir a comer.

Monica se agarra de su mano y coloca un suave beso en la parte superior


de su cabeza vendada.

—Hadley generalmente no puede quedarse demasiado tiempo cuando


visita. Esperaré solo hasta que los muchachos vengan más tarde.

Muchachos, ese tiene que ser Reed.

—Monica, está bien. Estoy esperando que vengan por mí para salir de
aquí, de todas maneras. Ve a comer algo. Estaré feliz de hacerle
compañía.
105
Mira entre nosotros y puedo decir que no quiere dejar a su bebé. No la
culpo, también tendría un momento muy difícil.

—Ma, por favor, solo ve. Estaré bien. —No puedo evitar sonreír mientras
bromean. Puedes sentir el amor con solo mirar entre ellos. Por lo que me
ha dicho, han sido solo ellos dos desde que Corey tenía dos años. Ella
trabaja tan duro que no puedo evitar sentirlo por ellos y espero que lo que
hice antes les ayude a estresarse menos.

—Sí, Monica… de verdad, está bien. Deja tu número de celular y si algo


sucede, te llamaré enseguida. Promesa.

Finalmente, cede y recoge su bolso, dando a Corey otro beso en la frente y


luego me da su número de celular.

—Está bien, me iré veinte minutos máximo.

Ambos le decimos adiós con la mano y en el momento en que Monica


está fuera de la puerta, Corey gira su cabeza, sus ojos enfocados justo en
mí.

—Así que eres la razón por la que Riker se trasladó aquí, ¿verdad?
Doy un paso hacia atrás y me aferró a la silla junto a la cama de Corey,
sentándome lentamente. No esperaba que esa fuera la primera cosa que
diría.

—Maldición, chico, vas directo al punto, ¿no? ¿Por qué piensas eso? —
Trato de jugar en frío, pero mi interior se ata con nervios.

—Porque Riker dijo que vino aquí para recuperar algo. Además, tiene una
foto de él y tú en su oficina. Te ves más joven en ella, pero definitivamente
eres tú, estoy seguro de eso. Cuando Riker la mira, siempre adquiere esa
triste y distante mirada en su rostro. Sé que no debo pedirle algo cuando
está delante de ella. Habla sobre recibir su castigo.

¿Qué demonios? Recuperar algo… una foto de nosotros. Estoy a punto de


preguntárselo a Corey cuando el mismo diablo viene caminando… no,
tacha eso, pavoneándose. Maldito Reed.

—Tu mamá dijo que estabas despierto. Solo tenía que verlo por mí mismo.
La pandilla estará aquí dentro de poco, también. Todos estamos
jodidamente felices ahora que decidiste despertar. El gimnasio está
viéndose desagradable, así que tienes que darte prisa de una maldita vez
106 y mejorarte, conseguí un trabajo importante de perra para que hagas.
Sabes que Lance siempre se queja sobre el lavado de las toallas. —Gracias
a Dios, Reed parece no mirarme aún mientras hace alguna cosa de
apretón de manos de chico con Corey.

Cuidadosa y silenciosamente, salgo de la silla antes de que tenga


oportunidad de notarme y artículo “adiós” con la boca a Corey. Estoy casi
a salvo cuando corro justo hacia Lance, Kenny, un tipo mayor y una
chica pequeña con cabello castaño al estilo pixie9. Literalmente… me
golpeo en la pared de ladrillo y un ouch se desliza de mis labios. Mucho
para estar escapando silenciosamente.

—Guau, desacelera, Hads. ¿Qué estás haciendo aquí? —pregunta Lance,


haciendo mi salida todo lo contario a lo que quería. Echo un vistazo a
Reed, quien no está haciendo otra cosa que mirar sus pies, evitándome
deliberadamente.

—Mm… bueno, estaba esperando a que vengan por mí y quise pasar y ver
cómo estaba Corey y luego Corey echó a su mamá para que pudiera
conseguir comida. Dije que me quedaría porque ella no lo quería solo. —

9
Pixie: Tipo de estilo de cabello corto.
Mis respuestas son precipitadas, casi saliendo en una sola respiración
apresurada—. Pero ahora que ustedes están aquí, esperaré a que vengan
por mí en otro lugar. —Es un juego de ping pong en la habitación, con los
ojos de todos rebotando entre Reed y yo. Pero los ojos de Reed están fijos
en sus malditos pies—. Bueno, de todas maneras, es agradable verlos a
todos. —Ondeo la mano sin convicción hacia los cuerpos incómodamente
congelados delante de mí—. Adiós, Corey. Me alegra que te estés sintiendo
mejor. Mmm… sí, está bien… adiós. —Prácticamente salgo volando de la
habitación, directo al pasillo.

Reed realmente no me quería ahí y lo hizo evidente con su silencio y


negativa a hacer contacto visual. Eso es lo que hubiera querido en la sala
de espera cuando trató de hablar conmigo, pero de alguna manera, eso
no me hace sentir mejor sobre de esto.

Creo que acabo de ser Riked.

107
Reed
—Bueno, eso fue agradable y placentero, ¿no, chicos? —Laura aplaude,
rompiendo el largo silencio de incomodidad dejado después de la salida
de Hadley.

Un bolso en la silla llama mi atención y lo recojo.

—Todos ustedes quédense aquí hasta que Monica regrese. Corey, estaré
de vuelta esta noche. —Salgo de la habitación sin mirar atrás y empiezo a
buscar a Hadley. Camino pasillo tras pasillo, elevador tras elevador en
busca de ella. Finalmente, la veo. Hadley está cerca de la pared un poco
más lejos de mí.

A medida que me acerco, me doy cuenta de que es la parte de bebés


recién nacidos del hospital, y Hadley no está mirando la pared, está
mirando a los bebés a través de la ventana. Lentamente avanzo hacia ella
y veo que está llorando. Ha sido jodidamente duro como la mierda este
último par de días sin venir y verla, pero eso es lo que Hadley necesita y
quiere ahora, primero tiene que lidiar con su mamá antes que conmigo.
Pero joder, la amo demasiado para dejarla llorar sola.

—Siempre te gustaron los bebés.

Hadley me mira y rápidamente limpia las lágrimas de su rostro antes de


girarse de vuelta a la ventana.

—¿Qué quieres, Reed? —Su voz sale suave, pero no en una buena manera.
Es deprimente y… como un poco rendida, derrotada. El dolor abrasador
dentro de mi pecho crece más y más profundo, amenazando con arder a
través de mí hasta que no quede nada.

—Dejaste tu bolso. —Lo sostengo, pero ella no me presta atención—. Veo


que no has cambiado. Recuerdas la vez que lo dejaste en el centro
comercial y…

—Gracias por mi bolso, pero realmente no necesito un viaje por los


recuerdos con él. —Me interrumpe antes de que pueda terminar mi
recuerdo y lo toma de mi mano extendida, estremeciéndose mientras mi
mano roza la suya. No puedo creer que nos encontremos en este lugar
108 ahora. Como dos jodidos extraños y me mata saber que no puedo
abrazarla y limpiar sus lágrimas como solía hacerlo.

Hadley saca su teléfono de su bolso y murmura algo bajo su respiración


que no puedo escuchar. Luego apoya su frente contra el cristal y cierra
sus ojos mientras más lágrimas ruedan por sus mejillas.

—Hads, ¿qué pasa?

Limpia su rostro de nuevo y resopla.

—Nada, es solo que han sido un par de semanas de mierda y mi papá no


puede recogerme porque algunos médicos quieren hacer más pruebas en
mi mamá.

Quiero preguntar más sobre qué le sucede a su mamá ya que esto es lo


más cercano a una conversación que hemos tenido, pero no voy a
presionar más mi jodida suerte.

—Puedo llevarte a casa si quieres.

Hadley levanta la mirada y parece estar considerándolo, pero luego la


oscuridad vuelve a ella de nuevo.
—Voy a llamar un taxi. Está solo calle abajo, de todas maneras.

Empieza a alejarse… tengo que detenerla. Estar tan cerca de ella hace
cosas divertidas en mí. No puedo dejarla ir, especialmente cuando está
así.

—Hadley, vamos. Si no está tan lejos entonces, ¿cuál es el jodido daño en


que te lleve? Jodidamente te rogaré si tengo que hacerlo.

Pone sus ojos en blanco y a mi polla le encanta automáticamente.


Siempre solía excitarme cuando se ponía luchadora.

—Bien, es en el concesionario de Range Rover. Mi auto tenía que recibir


servicio. ¿Sabes dónde es?

—Sí, vamos. —¡Gracias a Dios! Me habría puesto en mis manos y rodillas


si tenía que hacerlo, pero quiero guardar esa mierda para el frío y
lluvioso día cuando me pregunte por qué me fui, cuando ruegue por su
perdón. Después de eso, la próxima vez que me tendrá de rodillas estaré
entre sus piernas y luego ella será quien ruegue.

Salimos del hospital sin decir una sola palabra el uno al otro, caminando
109 a medio metro de distancia en silencio. Es jodidamente incómodo como la
mierda. Tan pronto como llegamos a mi auto, Hadley deja de moverse y
jadea, sus ojos se iluminan tan jodidamente brillantes.

—Oh, Dios, Reed. No puedo creer que finalmente lo consiguieras. Siempre


hablaste sobre esto. Solo que nunca pensé… —Hadley mira boquiabierta a
mi Chevelle 69 rojo cereza, lentamente absorbiéndolo todo—. Solo no
puedo… —Sacude su cabeza, pasando sus dedos por el capó.

Siempre hablamos sobre conseguir este auto juntos. El Chevelle siempre


había sido el auto de mis sueños. En nuestra primera cita, consolidamos
nuestro amor por ellos.

Su papá tenía uno cuando ella era más joven y Hadley siempre decía que
era uno de sus recuerdos favoritos con él. Él solía trabajar en este y ella
solía ayudarlo entregándole las herramientas que necesitaba cada
domingo por casi un año. Hadley tenía un montón de fotos en nuestro
apartamento de su papá y ella con el auto. Cuando ella tenía diez, Matt se
lo llevó a la universidad y lo destrozó. Su papá nunca tuvo la oportunidad
de conseguir otro y eso la aplastó. Le prometí que cuando lo lograra, sería
la primera compra que haría. En el minuto en que me dieron mi primer
cheque, encontré un Chevelle al día siguiente y luego pasé todo mi tiempo
libre durante los dos primeros años reparándolo para los dos, pensando
que tal vez un día le mostraría a Hadley lo que hice. Sin importar la chica
con la que “saliera” a lo largo de los años, ninguna chica había tenido
permitido estar alrededor, cerca o en este auto. Es solo para ella, mi
jodida Hads.

—Te prometí que lo haría y lo hice. —Abro la puerta del lado del pasajero
para ella y se desliza dentro, sacudiendo su cabeza hacia mí. Mientras
camino hacia mi lado, no puedo evitar mirar el interior del auto y ver a
Hadley sonriendo, arrastrando una mano sobre el tablero. Y antes de
alcanzar el mango de la puerta, se arrastra sobre el asiento del conductor
para desbloquearla para mí. Siempre abro la puerta para las chicas, pero
nadie ha hecho eso por mí, excepto ella. No puedo evitar sonreír para mí.

—Sé que lo dijiste, pero pensé que sería como todo lo demás que
prometiste. Que solo no lo harías o, demonios, tal vez lo olvidarías.

Mi rostro cae e instantáneamente me siento como el cretino más grande.

—Lo siento, Reed. Es solo que no tengo un filtro para nadie. —Puedes
110 decirme cualquier cosa mientras esté jodidamente hablándome.

El teléfono de Hadley suena y mira para ver quién es. Suspirando, lo


responde.

—Hola, Bennett. —Pausa—. Sí, lo habría hecho, pero estabas ocupado. —


Hadley me mira y luego gira su cabeza hacia la ventana—. Lo sé, solo no
quería ser un inconveniente para ti. —El jodido estúpido no pudo
recogerla, maldito novio es. Sigue jugando, estúpido… la tendré conmigo
antes de que puedas parpadear—. Solo un viejo amigo. —Otra pausa—. Sí,
te llamaré cuando llegue a casa, pero tengo que ir a casa de mis padres
esta noche, así que será tarde. —El interior del auto se vuelve más
incómodo con cada pausa que hace—. Está bien, llegaré tarde, pero
supongo que puedes llegar después. —Y entonces las palabras se sienten
como un cuchillo cortando a través de mi pecho—. Está bien. Adiós, nene.

Hadley cuelga y me mira.

—Lo siento, una enfermera le dijo que me fui y estaba preguntando con
quién. —Agarro el volante tan fuerte que mis nudillos se vuelven blancos.
Mierda, incluso lo llama nene… esto es jodidamente peor de lo que
pensaba. Silenciosamente, cuento hasta diez para calmarme antes de
raptarla y obligarla a ver lo que siento.

Su teléfono suena de nuevo. Mira y murmura para sí misma:

—Jesús, esto nunca se detiene.

—Hola, Matt… No, Matt… Sí, Matt. —Me mira mientras le pone sus ojos en
blanco a su hermano—. Matt, no quiero hablar de eso ahora. Estaré en
casa de mamá y papá en aproximadamente una hora y podremos hablar
entonces. ¿Está bien? —Suspira y se hunde en su asiento—. Sí, Matt,
todavía te quiero. Adiós.

Hadley apoya su cabeza contra el asiento y gime.

—¿Alguna vez deseas, solo una vez, que la vida venga con un mapa para
prepararte para ella? Porque a veces jodidamente apesta.

Inhalo bruscamente, porque ella golpeó el jodido clavo directo en la


cabeza.

—Todo el maldito tiempo, Hads. Todo el maldito tiempo. ¿Qué quería


111 Matt?

Su expresión es una mezcla de dolor y agotamiento… una extraña cara


triste.

—Nada realmente, es solo que la mierda con mi mamá se ha puesto mal y


no están seguros de cuánto más tiene porque el cáncer está
extendiéndose muy rápido. Todos vamos para allá a tener una reunión
familiar.

Aprieto su rodilla en consuelo.

—Desearía que hubiera algo que pudiera decir para mejorarlo, pero
ninguna maldita cosa lo hará y ambos sabemos eso. Solo que sepas que
estoy aquí para ti, incluso si significa salir y emborracharte.

Hadley deja escapar una pequeña risa.

—Gracias.

—¿Por qué?

—Por no decir que todo va a estar bien o alguna otra estupidez que las
personas dicen cuando escuchan sobre mi mamá.
Entro en el estacionamiento del concesionario y encuentro un lugar.

—Gracias por traerme, Reed. —Hadley no espera a que diga algo antes de
salir de mi auto, ni una sola vez mirando por encima de su hombro
mientras entra en el edificio.

—Entonces, ¿ella vio el auto? —Después de que finalmente regresara al


hospital, necesitaba un trago en la peor forma, así que Laura, Lance y
Courtney me llevaron.

—Sí, Hadley lo vio. ¿Por qué te interesa tanto esto?

Laura y Courtney se miran y ambas vuelven a mirarme.

El rostro de Courtney está lleno de emoción y agita sus brazos alrededor.


Jodidas chicas.

—Eso es como en Diarios de una pasión, pero en lugar de una casa le


112 construyes un auto.

Lance sacude su cabeza hacia ella. Es jodidamente extraño como la


mierda que ellos sean como Hadley y yo fuimos una vez… todos
acaramelados y mierda ahora. Me alegro de que al menos uno de
nosotros esté consiguiendo algo más que frialdad.

—Está bien, en serio, chicos, ¿no entienden lo grande que es esto? —


continúa Courtney—. Construyes el auto de su sueño porque la amas
tanto, igual que el chico en el libro, pero él construye una casa o una
habitación o algo… lo que sea, realmente no importa. Lo que importa es
que lo hiciste por ella. Esta es una mierda enorme, como inmensa. Si
hubiera sabido esto antes, habría estado de tu lado antes de ahora.

Lance mueve su brazo alrededor de Courtney y la besa en la frente.

—Creo que Reed y yo vamos a tener que tomar tu palabra en eso, porque
no hay nada que puedas hacer para conseguir que mire eso.

Courtney se ríe y susurra en su oído. Oficialmente, he visto suficiente de


ellos.
Me deslizo en uno de los taburetes en el bar y doy un sorbo a mi cerveza.
Un minuto después, el sonido de un taburete arrastrándose por el piso me
desconecta de mi cabeza y cuando me giro, Laura está sentada a mi lado.

—¿Por qué nunca me cuentas más sobre Hadley y tú?

Empiezo a quitar la etiqueta de mi cerveza. Laura está dolida de que no le


dijera más sobre nosotros, pero es mi historia que contar, mi mierda.

—No sé. Cuando fuiste contratada, solo quería olvidarla. Luego, cuando
nos mudamos aquí, pensé que si hablaba de ella y la razón por la que
estoy aquí, sería una maldición. —Tomando otro sorbo de mi cerveza, me
giro de la televisión frente a Laura—. Cuando conocí a Hadley, era tan
jodidamente pura. Es decir, Dios, era virgen a los diecinueve. Tenía esa luz
sobre ella… siempre feliz y entera. Entraríamos en esas peleas y ella ni
siquiera maldeciría. Creo que la peor cosa que me llamó fue maldito
estúpido. Hadley nunca supo lo jodidamente hermosa que era, todavía no
lo sabe. Tenía el corazón más grande y haría cualquier cosa por
cualquiera. Solía despertar cada mañana y hacerme esas cosas de
panqueques cuando estaba entrenando, sin importar lo tarde que se
113 quedara en la noche antes de estudiar. Tenía esa extraña jodida obsesión
con los Milk Duds y cualquier cosa de calabaza… no era normal. No podía
sentarse en cualquier sillón sin tener una manta envuelta alrededor de
ella, incluso si había cien grados afuera. Demonios, la chica incluso
levantaba la tapa del inodoro después de usarlo, para mí. Es decir, ¿qué
chica hace esa mierda? Maldición, no he pensado en esas cosas en un
jodido largo tiempo. —Froto mi cabeza mientras los recuerdos inundan mi
mente—. La amé de modo feroz. Siempre pensé que se quedaría de esa
manera, sin importar lo que sucediera. Pensé que Hads estaría mejor si
me iba. No la merecía en ese entonces. Dios, estaba tan jodidamente roto,
eran tan pobre en aquel entonces. Pensé que tomé la mejor decisión para
nosotros en ese tiempo. Pero joder, mirando sus ojos esta noche, hay una
oscuridad en ellos que nunca había visto. Su inocencia está perdida y
toda esa mierda ahí es mi culpa. —Señalo mi pecho. Es toda mi culpa.

Laura tira la cerveza de mi alcance.

—Reed, hazte hombre. Has estado actuando como un marica desde que
llegamos aquí. Nunca pensé que extrañaría a Riker, pero maldición,
realmente creo que lo hago. Nunca dejas que nada llegue a ti… tomas lo
que quieres y nunca tomas un no por respuesta. Tal vez puedes encontrar
una balanza entre el Reed que eres ahora y el Riker en la jaula para
recuperarla. —Laura salta del taburete, besa mi mejilla y va hacia otras
personas, dejándome con mi mente corriendo en sobrecarga.

114
Capítulo 12
Hadley

E
stoy parado delante de mi espejo de cuerpo entero, dando los
toques finales a mi atuendo para la gala y no puedo evitar esta
sensación en la boca de mi estómago. Ha estado alojada ahí con
cada pregunta que ha hecho Bennett en las últimas semanas. Me las
arreglo para voltear cada pregunta en torno a él, sin saber cómo
responder a cualquiera de ellas. Pero Bennett es inteligente y sabe cómo
hacerlo y es solo cuestión de tiempo antes de que lo resuelva todo y cómo
esto implica a Reed.

Bennett ha estado actuando tan extraño, incluso para él: sin gritar, sin
115 comentarios sarcásticos, sin actuar tan dominante, como el Bennett que
era cuando empezamos a vernos y solo hace que mi odio por él crezca
con cada minuto que pasa estando juntos. Sé que este no es él, se está
conteniendo y estoy esperando que se rompa el vidrio. Las cáscaras de
huevo sobre las que camino cada vez que lo veo están ahí, más que
nunca y sé que no puedo vivir más así. No puedo vivir con disgusto ante
el lado que he jugado en nuestra relación y esta noche será la última vez
que lo haga

Cuando fui de compras por mi vestido, no tenía idea de qué comprar.


Sabía que quería algo diferente, aun así algo clásico al mismo tiempo y a
solicitud de Bennett, tenía que cubrirme. En el momento en que vi el
vestido negro de encaje afuera de mi boutique favorita, supe que tenía
que tenerlo.

Y mientras estoy delante de mi espejo y lo admiro en mí, sé que hice la


elección correcta. Todo el vestido negro es de encaje con una subcapa
color piel que da la ilusión de que no hay nada más debajo de esta. Y la
mejor parte es que se ajusta a mí como un guante y muestra cada una de
mis curvas por las cuales trabajo tan duro. El encaje empieza en mi cuello
y va por todo el camino hasta mis brazos. La espalda es abierta y en una
forma de ovalo y pega justo debajo de los huesos de mi cadera. La caída
desnuda se detiene justo en mis rodillas, pero el encaje fluye hasta el
suelo, perfecto para mostrar mis nuevos Louboutins carmesí de
quince centímetros que tengo para usar con este.

Engancho mis pendientes dorados y carmesí Cartier a través de mi oreja


cuando Bennett llega por la puerta de mi habitación, usando un
esmoquin todo negro y una sonrisa en sus labios. Camina casualmente
hacia mí, me mira con tanta pasión y lujuria que podría devorarme justo
aquí, ahora mismo, pero no siento nada. Me atrae hacia él, besándome
duro e intenso en mis labios.

—Hadley, nena, te ves impresionante.

Lucho contra la necesidad de pasar mis dedos sobre mis labios, lucho
contra la bilis que se eleva lentamente desde mi estómago con cada toque
que arrastra por mi cuerpo. Me arranco de su abrazo y me muevo a mi
armario para agarrar mis zapatos.

Cuando salgo y ajusto la parte inferior de mi vestido por encima mis


zapatos, el rostro que parecía dispuesto a devorarme dos minutos antes
116 arde en rojo brillante con rabia, listo para pelear conmigo.

—Bennett, ¿qué pasa? —Me quedo mirándolo mientras espero la


respuesta, pero solo me mira con los ojos apretados y los labios fruncidos.

Se precipita hacia mí y me empuja fuertemente contra la puerta.

—Bennett, eso realmente duele. Por favor, detente —me quejo, sabiendo
que su agarre dejará moretones.

Me mira con fuego en sus ojos y suelta mis brazos. Una sonrisa sádica
cubre la mitad inferior de su cara. Es maldad pura y envía un escalofrío
de pánico a través de mí. Nunca he visto esa cantidad de frialdad en sus
ojos antes. Algo está mal… algo espeluznante se ha apoderado de él.

—Nada está mal, cariño. Tu vestido se ve maravilloso —susurra Bennett


en mi oreja, aunque no es convincente en lo más mínimo. Lo juro, le duele
elogiar cualquier parte de mí—. Es solo que me puse un poco demasiado
excitado al verte así. Sabes que no me gusta compartirte y con ese
vestido, voy a tener que luchar con todos por ti esta noche. —Lo dice sin
ninguna disculpa en su voz, arrastrando un dedo por la suave piel de mi
espalda mientras mis entrañas se sofocan.
Sé que si me quedo, esto solo empeorará… este caliente y frío
comportamiento de él, construirá un tornado dentro de mí, hasta que me
deje seca… más seca de lo que ya estoy.

—Vamos, deberíamos irnos. Sabes lo mucho que odio llegar tarde y estoy
seguro de que tu familia está esperando por ti para ahora —dice en un
tranquilo y uniforme tono.

Recojo mi bolso de mano de la cama y me arrastro detrás de él.

En todo el trayecto al hotel W, en Buckhead —donde está siendo alojada


la gala—, Bennett y yo nos sentamos en un incómodo silencio. Hago un
par de preguntas, solo para que me espete respuestas de una palabra, la
fachada del hombre agradable en la habitación, se ha ido una vez más.
Solo cuando estamos a punto de salir, finalmente me habla.

—Recuerda, esta noche me perteneces. —Antes de que pueda protestar, la


puerta se abre y los fotógrafos de algunas revistas locales nos toman
fotografías.
117 Después de posar para un millón de fotos afuera, finalmente nos
dirigimos al interior del hotel. Bennett me jala hacia un grupo de algunos
de sus socios de negocios más cercanos y empieza una conversación con
ellos, ignorándome completamente, excepto por su mano posesiva en el
centro de mi espalda, sin dejarme olvidar que solo estoy aquí para ser su
trofeo. Esa es la última cosa que quiero ser. Nada es peor que un grupo de
hombres aburridos hablando sobre lo grande que son los egos de cada
uno.

Escaneo la habitación por un escape y cuando un camarero se acerca,


agarro una copa de champán de su bandeja y la bebo rápidamente. Esta
noche, no hay suficiente alcohol en la habitación para hacer que
cualquiera de estas personas se acerque al entretenimiento. El tema de su
última vez juntos en el campo de golf es mencionado y finalmente
teniendo suficiente, tomo la oportunidad de hacer mi salida. Me disculpo
en silencio antes de que Bennett pueda objetar algo y los dejo para
mezclarme por ahí.

Veo a mis hermanos y sus citas, casi inmediatamente. Hemos hablado en


los últimos días y estoy tratando de convencerlos de que soy más fuerte
de lo que solía ser. El problema es; ya no estoy tan segura. Ahora que
Reed está de vuelta, sé que realmente nunca superé nada. Siempre había
sabido eso, sin embargo, pero nunca necesité admitirlo ya que tenía a
alguien más ayudándome a adormecer el dolor.

Mientras tomo un sorbo de otra copa de champán, me detengo y casi la


escupo directamente de mi boca. Fijo mi mirada con la de Courtney y su
cita, quien no es otro que Lance. Sé que han estado juntos por mucho —
demonios, él básicamente está viviendo con ella—, pero nunca pensé que
iban tan en serio. Cuando todos vivíamos en Ohio, Lance nunca habría
puesto un pie en un lugar como este, sin importar cuánto se lo rogara o
suplicara Courtney. Aunque no debería sorprenderme verlo. Después de
todo, Lance tiene que ser un pro en estas cosas para ahora con el estatus
de Reed en el mundo de las celebridades.

Courtney me mira con los ojos amplios. Ya sea que está impactada por
verme aquí o sorprendida de que Bennett no esté pegado a mi cadera,
quién sabe. Todavía no nos hemos arreglado. Estoy más dolida con ella
por no decirme que con los demás porque en todas las conversaciones
que hemos tenido sobre ello, todavía no admite que hizo algo malo. Sigue
en pie con su idea de que necesito conseguir mi cierre de una vez por
118 todas.

Apartándome de ellos, me dirijo hacia mis hermanos, Sarah y alguna


chica que Matt trajo como cita. Beso a mis hermanos en las mejillas y
abrazo a Sarah a modo de saludo.

—Hola, chicos. Se ven bastante agradables esta noche. Sarah, me encanta


tu vestido. Se ve fabuloso en ti.

El cabello castaño de Matt está de punta y está yendo por un atuendo


todo negro esta noche. Siempre pienso que parece más un rockero que un
hombre de negocios. Mark, por otra parte, está siempre preparado: el
cabello partido hacia un lado, como siempre, en el clásico esmoquin.
Ambos son guapos a su manera. Mi cuñada, Sarah, está preciosa con su
cabello casi negro azabache, una exótica apariencia que recibe de sus
abuelos hawaianos y una figura tipo modelo. Podría usar un saco de
patatas y aun así tener a todos cayendo sobre sí mismos. Pero yo soy
parcial, siendo familia y todo.

—Hadley, vi que te escapaste del agarre de Bennett. Sorprendido que


dejara que eso suceda —dice Matt con desdén en su voz.
Ignorando su comentario, hago un gesto hacia su cita; él siempre parece
ir por el factor sorpresa cuando se trata de elegir sus citas para estas
cosas y Matt ciertamente no me decepcionó esta vez. Con sus tetas
colgando de un mini vestido negro dos-tallas-demasiado-pequeño y con
sus tacones-de-prostituta-de-veintitrés-centímetros, se adapta a su molde
perfectamente. Divertido, me pregunto si Reed iría por ella si estuviera
aquí.

—Hadley, esta es Mindy, es instructora de yoga. —La sonrisa de Matt es


grande, como si fuera el tipo más afortunado en el mundo. Mindy se ríe
mientras cepilla sus tetas contra su brazo. Por la forma de actuar de esta
chica Mindy, estoy segura que “instructora de yoga” es una cubierta para
stripper.

Sarah y yo nos miramos, ella debe tener el mismo pensamiento de Mindy


que yo. Ese hombre necesita buscar citas en un lugar totalmente diferente
si alguna vez va a casarse. Tengo que tomar un gran trago de mi bebida
para cubrir la risa que está luchando por hacer su salida.

Bennett pone una mano en mi espalda baja, alejando mi risa en un


119 instante y estrecha las manos de mis hermanos antes de besar a Sarah
en la mejilla, siempre tratando de ser el caballero que ellos saben que no
es. Si no fuera por los negocios que hacen y yo, nunca estarían en la
misma habitación.

—Me alegro de que todos ustedes pudieran resolver sus cosas hablando.
Hadley ha estado deprimida desde el desacuerdo, ni siquiera me hablaba
de eso. Siempre puedo decir cuando mi dulce Hadley está molesta.

Tengo que morder el interior de la mejilla para evitar decir algo.


Conociendo a Bennett, luchar con mi familia funciona a su favor, mejor
para tener el control sobre mí.

—Fue una cosa estúpida. La queríamos de regreso en la empresa familiar


y ella no lo haría. Las palabras fueron dichas y los sentimientos salieron
lastimados, nada realmente de lo que hablar. Problemas familiares, sabes,
no hay daño, no hay falta —dice Matt, saliendo con algo en el acto. No
podía agradecerle lo suficiente en este momento.

Le doy una sonrisa tensa a Bennett.


—Bueno, también creo que es algo para que Hadley piense. No me gusta
que trabaje con toda esa basura, de todos modos. —Por supuesto, las
personas que no tienen más de siete cifras son basura.

Mi familia se queda en silencio, salvo por Mindy, que se ríe.

Bennett mira su reloj y dice:

—Mi discurso es en un par de minutos, tengo que ir a prepararme.


Agradable verlos de nuevo, chicos. Te veré después, Hadley. —Se inclina y
con su aliento caliente, susurra en mi oído—: No me gusta que me
dejaras. Sabes que te quiero junto a mí. Discutiremos esto y tu idea de un
vestido al llegar a casa. ¿Entendido? —Su promesa envía un escalofrío de
miedo a través de mí.

¿En qué demonios me metí? Estúpida yo.

—Si me lo permiten, voy a ir a empolvar mi nariz. Los encontraré en un


rato. —Me excuso, ni siquiera intentando sonreír.

Busco una salida al exterior. Aire… necesito montones y montones de aire.


De la nada, Courtney agarra mi brazo y me jala hacia una habitación
120 vacía con Lance a mi espalda.

—Hads, no me gusta hacer esto, de verdad, pero tenemos un problema.


Reed fue herido hoy y realmente necesita tu ayuda.

—Si está herido, Reed, llévalo al hospital. No lo voy a ayudar.

Camino hacia la puerta, pero tan pronto como alcanzo el mango para
salir, Lance habla.

—Por favor, fue y encontró a esos tipos que lastimaron a Corey. No sé el


alcance de esto, pero está herido. No podemos llevarlo al hospital porque
la liga comprueba toda esa mierda. No le permiten luchar fuera de los
eventos que ellos garantizan. Incluso si lo hizo por las razones correctas,
si se enteran, está acabado para él. No solo eso, con el entrenamiento y lo
que les hizo a esos tipos, podría estar jodido con la ley. Hadley, sé que es
mucho pedir, pero Reed te necesita. Te necesito, por favor. Además, ¿no te
llevó a la tienda el otro día? Estoy invocando el “te debo” para él.

Debo ser una masoquista porque incluso con mi cabeza sacudiéndose con
un no, estoy de acuerdo.
—Está bien, no conduje, por lo que necesitas llevarme. Los dos
escúchenme —Apunto a Courtney y Lance—, en el momento en que
termine, me refiero al segundo, me llevarán a casa. Si él es lo
suficientemente estúpido como para hacer esta mierda de nuevo, no voy
a ayudar.

Reed
Durante cinco años, he estado lejos de cualquier cosa que molestara a la
liga. Tenía que hacerlo con el fin de lograrlo. Pero necesitaba una
liberación esta noche más de lo que me daría la maldita bolsa pesada.
Soy un jodido idiota por ir a buscar a esos hijos de perra que se metieron
con Corey, pero no lastimarán a nadie durante mucho tiempo. Claro,
consiguieron caer sobre mí, pero nada como ser encontrados por la
policía con suficientes drogas encima para aterrizar sus traseros en la
121 cárcel durante años. Laura incluso me advirtió que algo me pasaría si
tomaba la justicia por mi mano, pero tenía que hacerlo por Corey y ahora
él está seguro para vivir una vida normal sin tener que mirar por encima
de su espalda.

Con todo lo que pasó con Corey y ahora con Hadley, tenía que hacer algo
para sacar de mi mente toda esta mierda y la única manera de hacerlo es
luchar. No puedo sacarme de encima cómo lucían los ojos de Hads en el
auto, tan distantes, tan solitarios. Hadley no merece pasar por ese tipo de
dolor sola, sin embargo, lo está. Sé que ella está intentando mantenerse
calmada frente a su familia, eso es lo que hace. Pero Hadley necesita a
alguien hacia quien pueda correr cuando necesite romperse y quiero ser
yo. Necesito ser yo.

Si no fuera un idiota y la dejara, estaríamos yendo a ese evento de


caridad juntos. Sería yo en el traje de mono, no algún jodido imbécil que
nunca sería jodidamente digno de poner un solo dedo cuidadosamente
manicurado en Hadley. Algo en él es molesto… su suficiencia me roza de
la forma equivocada y la forma en que ella se mete en sí misma
alrededor de él hace sonar alarmas en mi cabeza. No lo entendí la
primera noche en el bar, pero esa maldita sonrisa que ella le da no tiene
sentimientos detrás, tiene miedo de él.

Lo que Laura dijo en el bar se reproduce una y otra vez en mi cabeza.


Necesito arreglar mi mierda y luchar por Hadley. Bennett cree que tiene a
mi chica, puedo decirlo por la forma en que la mira, pero se más. Hadley
no se acerca a mirarlo como solía mirarme. Debemos estar juntos, no
ellos.

Lucharé jodidamente con cualquiera que se interponga en mi camino.

Supe desde el momento en que Laura me recogió al costado de la


carretera que estaba molesta, decir que estaba enfadada sería una
subestimación importante. “Te lo dije” fueron arrojados como malditos
caramelos. Me dejó, me dijo que lidiara con esta mierda por mí mismo y
se fue antes de que pudiera decir nada más. No la culpo, es mi lío y solo
mío. Pero sé que hice lo correcto. No había ninguna prueba de que ellos lo
122 hicieron, pero me aseguré de que esa mierda no ocurra de nuevo. Odiaba
apartar a Lance, pero tenía que hacerlo. Sin la ayuda de Laura, él es el
único que sabe qué hacer. Le pagaría a algún doctor una tonelada de
mierda de dinero para suturarme, así no tenía que ir al hospital y correr
el riesgo de que la liga averiguara algo de esta mierda… y perder todo.

Trato de levantarme de mi sofá para pasar otro trapo por mi rostro, pero
parece que no puedo mantener el equilibrio. Esos hijos de perra
realmente me dieron bien. Trato de concentrarme en algo —cualquier
cosa—, pero no puedo.

—Cosí el ojo y labio de Reed. Sus pupilas están respondiendo, por lo que
debería estar bien, pero realmente deberías llevarlo al hospital. Necesita
antibióticos y algo más que yo no veo podría estar mal. Recuerda, soy
solamente una enfermera, no un médico. —Oh, esa voz… Me encanta ese
sonido. Es maldita música. ¿Cómo llegó Hadley aquí? Me pregunto qué
tipo de ruego tuvo que hacer Lance para conseguir que Hadley accediera
a ayudarme.
—Reed estará bien, pero maldita sea. ¡Esto jodidamente apesta! Su pelea
es en nueve semanas y alguien de la liga va a venir la próxima semana
con el papeleo para que Reed lo firme para finalizar el acuerdo. No tengo
idea de cómo vamos a explicar qué carajos le sucedió a su rostro.

No puedo soportarlo más, tengo que verla. Trato de forzar mis ojos a
abrirse y jodidas gracias deciden cooperar con mi cerebro. La primera
cosa en la que aterrizan mis ojos es en la pared blanca de mi sala de
estar. La segunda cosa es mi Hadley. Se ve jodidamente asombrosa,
impresionante. Concentro toda mi energía en ella. Dios, Hadley realmente
mejoró con el tiempo. El vestido que lleva abraza su jodido cuerpo… me
encanta ese cuerpo. Y esa jodida espalda en la que he envuelto mis brazos
tantas veces está desnuda. Incluso veo los hoyuelos en la parte baja de su
espalda y me pone duro tan solo mirarlos. Su cabello está hacia un lado,
dejando su cuello completamente expuesto, permitiéndome imaginar mis
labios besándolo. Mis ojos se detienen, viendo tatuajes asomándose por
su vestido. Uno en el hombro izquierdo y uno en el lado de las costillas, lo
suficiente como para malditamente burlarse de mi mierda, pero no lo
suficiente para ver qué demonios son. Hadley siempre amó mis tatuajes,
123 pero incluso después de rogarle durante meses que se hiciera uno, ella
alejó esa idea, dijo que tenía suficiente para nosotros dos. Estoy bastante
seguro de que en este punto vendería mi huevo izquierdo para verlos.
Tatuajes en Hadley… maldición. Me pregunto si tiene más bajo ese sexy
culo cubierto suyo.

Hadley me mira y vuelve su atención de nuevo a Lance.

—El bello durmiente está despierto, así que esa es mi señal, chicos. Es
momento de irme. ¿Quién de ustedes lo va a hacer? Probablemente,
alguien debería quedarse con él, sin embargo. Asegúrense de que no se
caiga y se lastime más.

—Lo que pasa es que dijiste que podría tener una conmoción cerebral, ¿y
si le sucede algo más a Reed? Ninguno de nosotros sabe qué hacer. —Qué
jodido genio es Lance. Si mi cabeza no se sintiera como si fuera a
explotar, lo juro, saltaría y abrazaría a ese hijo de perra. Esto es lo que
Hads y yo necesitamos, una noche a solas para que pueda recordarle
cuán jodidamente épicos somos juntos.
Capítulo 13
Hadley

N
o puedo sacudir mi cabeza lo suficientemente rápido.

—Nop. Lo siento, no quiero, no puedo. Ya dejé a Bennett, si no


estoy ahí cuando llegue a mi casa, estará más que molesto. —
Ni siquiera siento culpa por dejar la gala, ni por un segundo.
Bennett ni siquiera entró en mi mente una vez, ahora la idea
de él descubriéndolo me asusta terriblemente.

Cuando Reed se desmayó, fui capaz de mirarlo —es decir, realmente


mirarlo—, por primera vez en mucho tiempo. Incluso con algunas
cicatrices adicionales, mayor cantidad de músculos y más tatuajes,
124 todavía parecía el mismo viejo Reed para mí. Es todavía el mismo cuerpo
que me encantaba estuviera envuelto a mi alrededor cada noche, la
misma voz que me hacía sonreír todos los días, los mismo ojos en los que
me perdía por horas, la misma electricidad cada vez que lo tocaba. Fue
difícil verlo ahí tendido, herido, quería estar ahí para él. Tenía que
mantenerme recordando una y otra vez que Reed todavía es la misma
persona que rompió mi corazón y que me cambió tan profundamente que
nunca me acercaré a ser la misma otra vez. Esta es la parte a la que
necesito aferrarme, el resto necesita ser empujado lejos, muy, muy lejos.
Si no lo hago, tengo miedo de correr de vuelta a sus brazos y nunca salir
de ellos de nuevo, tal vez matándome.

Courtney junta sus manos mientras me suplica.

—Por favor, quédate con Reed. Sabes que si algo le sucede, no serías capaz
de perdonarte. —¿En serio? ¿Tirando esa carta? Odio cuando hace esta
mierda, Courtney sabe que nunca diré que no a eso.

Sé que me arrepentiré de esto después, pero gimiendo, acepto.

—Bien, pero —Señalo a Reed, fingiendo que ni siquiera está en la


conversación y absolutamente sin nada que opinar—, él se quedará en su
sala de estar. No quiero estar en ningún lugar cerca de su maldito
dormitorio. Dios sabe qué tipo de enfermedades de trasmisión sexual
recogeré simplemente caminando por esa puerta. Necesito algo de ropa
para cambiarme, porque tan increíble como es este vestido, no es la cosa
más cómoda que he usado. No tengo ningún deseo de permanecer en él
más tiempo del debido.

Mierda, mi teléfono.

—Courtney, ¿le enviarás un mensaje de texto a Bennett y solo le dirás que


me enfermé o algo, y luego un mensaje de texto a mis hermanos de lo que
sea para que no se preocupen acerca de adónde fui? Volverás a las siete
para recogerme. Estoy diciendo que al amanecer, ¡estás aquí!

Courtney me sonríe.

—No te preocupes, Hads, ya envié mensajes a tus dos hermanos y Matt ya


le dijo a Bennett que fuiste a casa de tus padres porque te enfermaste.
Prometo que estaré temprano aquí. Incluso te obsequiaré un desayuno
en Waffle House si te portas bien. —Courtney me abraza y besa mi mejilla
y luego asiente hacia Lance, quien está hablando silenciosamente con
125 Reed en el sofá. Dios sabe de lo que están hablando, probablemente tetas
y culos por todo lo que sé.

Lance besa mi mejilla y dice:

—Tienes que comportarte y tratar de no matarlo.

Sonrío dulcemente.

—Ahora, Lance, ¿por qué haría algo así? —pregunto en mi mejor falso
acento de chica sureña. Se ríe mientras agarra la mano de Courtney y
sale de la habitación.

La puerta se cierra, dejándonos a Reed y a mí solos, por nosotros mismos,


mirándonos el uno al otro.

Incómodo es la única cosa viene a mi mente para explicar cómo estamos


uno alrededor del otro… síp, incómodo es con lo que iré. Por primera vez
en mucho tiempo, estamos solos y sin un final a la vista. Tengo la peor
parte de la mierda. Continuamos mirándonos tontamente por lo que
parecen horas, pero son probablemente solo unos segundos y no puedo
aguantar más. Tengo que romper este silencio.
—Bueno, supongo que necesito una camisa y pantalones para
cambiarme.

Reed me da uno de sus sexis guiños por los que siempre solía caer y estoy
orgullosa de que mi estómago solo se sacudió ligeramente.

—Nena, siempre puedes quitarte el atractivo vestido y no ponerte nada


más encima. No es nada que no haya visto antes. Nunca estuve de
acuerdo con darte ninguna de mis cosas, de todas maneras. —Sus
primeras palabras hacia mí son sobre sexo, no es sorprendente, dado que
es con lo que han estado llenos sus últimos años. Si así será el resto de
nuestro tiempo juntos, va a ser una muy larga y dolorosa noche. Voy a
ordenar cada maldita cosa en ese menú mañana en la mañana y ese es
solo el principio del desquite con Courtney por dejar mi culo aquí, sola,
con mi ex, a quien odio. Perra.

—Reed, cállate. Estoy segura de que has notado que he cambiado mucho
en los cinco años que no nos hemos visto. Y, cariño, en caso de que estés
ciego, este cuerpo solo mejoró. Y tú, querido, nunca tendrás la
oportunidad de verlo sin ropa de nuevo. —Reed se queda ahí, en medio de
126 la sala de estar mirándome, sin darme ninguna respuesta sabelotodo.
Bueno, misión cumplida.

Señalo las escaleras, asumiendo que es donde está su habitación.

—Por favor, ve a traerme algo de ropa, porque como dije, no tengo


ninguna intención de estar a seis metros de esa cama infestada con
gérmenes. ¡Puaj!

Reed asiente lentamente, con una mirada derrotada enmascarando su


rostro y empieza a dirigirse por las escaleras. Me siento mal, bueno… casi.

Por primera vez desde que llegué, tengo la oportunidad de mirar


alrededor de su casa. Siempre vi a “mi Reed” y a mí viviendo en una casa
como esta con niños pequeños corriendo alrededor, incluso habíamos
hablado sobre eso. Después de todo lo que habíamos pasado, obviamente
dejé de seguir la carrera de Reed. Era difícil sacarlo de mi vida
completamente con imágenes de él en todas partes y eso solo me hizo
preguntarme quién era él ahora. Siempre lo imaginé en un apartamento
en la ciudad con una barra de striptease en el centro de la sala de estar.
En su lugar, estoy de pie en la casa soñada que yo habría construido,
pero nada más está en la manera en que lo haría.
Su casa es de al menos quinientos metros cuadrados, dos pisos, por lo que
veo. Una enorme sala de estar abierta con un sofá de cuero negro de gran
tamaño que ocupa la mayor parte del piso. El televisor pantalla plana
más grande que he visto alguna vez sobre la chimenea de piedra. Hay
una estantería situada en la esquina, cargada con DVD. Fotografías —
tomadas mientras él estaba peleando—, están volando y colgando en la
pared. Y hay juego de puertas dobles que conducen hacia fuera. El
vestíbulo está a la izquierda con un enorme juego de escaleras que van
hacia el nivel superior. El vestíbulo fluye a su cocina de primera calidad y
en el espacio donde normalmente iría una mesa, tiene una barra
conectada a la pared con seis taburetes a su alrededor. En la parte de
atrás hay otra escalera y dos puertas cerradas. El costado de la cocina
tiene una abertura hacia el comedor con una mesa lo suficientemente
grande para acomodar a doce personas a su alrededor y otro juego de
puertas dobles que van al patio. Es como si viviera con un montón de
personas con la cantidad de espacio que tiene. Todas las paredes están
pintadas de blanco y además de las imágenes en la sala de estar, nada
más está colgando. Es frío, simple, no es personal en absoluto. Nada aquí
grita “mi Reed”. Pero sería una tonta si pensara que en cinco años Reed
127 tampoco podía haber cambiado.

Sigo recorriendo la casa, buscando cualquier cosa que me dijera más


sobre quién es él ahora. Hay un armario de ropa blanca junto a las
escaleras. Lo abro, solo pretendiendo dar un vistazo dentro. Pero una vez
que tengo la puerta abierta y me quedo frente a él, ya no puedo moverme.
Aquí, frente a mi rostro, está la vieja y desgastada manta que solíamos
mantener en la parte posterior del sofá en nuestro apartamento. Si tiene
eso, entonces también debe tener otras cosas.

Empiezo a buscar rápidamente por sus cosas. No quiero que baje las
escaleras y me encuentre saqueando sus pertenencias, pero mi
curiosidad ha sacado lo mejor de mí. Doy un vistazo por encima de mi
hombro, asegurándome de que aún no haya bajado antes de cerrar la
puerta silenciosamente. Me muevo a la estantería en la esquina y exploro
el contenido. Entre los DVD que ha organizado en los estantes, también
encuentro fotografías… las mismas que solíamos tener en la sala de estar.

Me muevo a la cocina. Mi cabeza gira y mi corazón se acelera en mi


pecho con nervios y adrenalina. No solo volvió por nuestras cosas, sino
que las ha mantenido todas. ¿Qué significa esto? ¿Recibió mi carta?
Preguntas y emociones giran dentro de mí, amenazando con asfixiarme
de adentro hacia afuera. La licuadora que solíamos tener está en la
encimera junto a su bote de proteína en polvo. Pero antes de que pueda
enfocarme en los recuerdos que luchan por inundar mi mente, mis ojos
atrapan la cafetera en la encimera. Mi cafetera. La misma que solía usar
cada mañana para prepararme una taza. La misma máquina que él
nunca había usado para sí mismo. Ahí, como si estuviera esperando a ser
utilizada de nuevo. Por mí.

Los pesados pasos de Reed en las escaleras me sacan de mis


pensamientos y me precipito fuera de la cocina para que no pueda
encontrarme siendo entrometida.

—Oye, aquí tienes, el baño de visitas está al final del pasillo al pie de las
escaleras. —Sonríe tan grande que sé que he sido atrapada. Tiro de la
camiseta y los bóxers de las manos de Reed, frunciéndole el ceño.
Escuchándolo reír, miro la ropa que me dio. Por supuesto, la pequeña
mierda que me da es nuestra primera camiseta de vacaciones y el par de
bóxers que dice “máquina del amor” sobre el trasero que había
conseguido para nuestro primer San Valentín juntos. Sentí como si
hubiera caído en una maldita deformación del tiempo.
128
Cuando termino de cambiarme, camino a la sala y noto a Reed sentado
en el sofá con tan solo unos pantalones deportivos, sin camiseta, los pies
cruzados sobre la mesita, los brazos sobre su cabeza mostrando cada
músculo en su pecho. Tramposo hijo de perra. Mirarlo sin camiseta
despierta cosas locas dentro de mi cuerpo, cosas que han estado
dormidas por mucho tiempo. Mis ojos vagan de su increíble estómago y
van directamente al tatuaje que es idéntico al mío. Mi mente comienza a
dirigirse a lugares a los que he intentado con mucha fuerza no ir.

—¿Hadley? —La voz de Reed me saca del trance. Parpadeo un par de


veces para enfocarme en él y su enorme sonrisa—. Aún te gusta cómo me
veo. Oh, mierda, eso sí que dolió —dice Reed, frotándose los puntos en el
labio.

—Ja, karma inmediato para ti.

Hay dos botellas de agua y unas palomitas en la mesa de café frente a


donde se encuentra sentado Reed. Todo lo que hace es encogerse de
hombros. Sin siquiera querer elegir esta batalla, me siento en el sofá tan
lejos de él como puedo.
—¿Qué? Se supone que no puedes dormirte si tienes una conmoción
cerebral. Me imaginé que no querrías hablar conmigo, así que por qué no
mirar una película. ¿Cierto, enfermera Hadley? —Idiota sarcástico.

—Sí, Reed. Y sin tocarme; tú en tu lado, yo en el mío. Y no uses esa mierda


que solías hacer acerca de tener frío y querer compartir la manta. Nunca
te lo creí, simplemente en ese entonces me gustabas. —Agarro la manta
del respaldo del sofá, inmediatamente pensando en la mía en el armario,
la arrojo sobre mis piernas y armo una pared entre los dos con los
almohadones.

—¿Qué vamos a ver? —pregunto y Reed desliza la caja de la película


hacia mí sobre la mesa. La tomo y le digo—: ¿Friday? Absolutamente amo
esta película. ¡Es una de mis favoritas de todos los tiempos!

—Sí, yo también. Supongo que nos vendría bien reírnos.

Ambos decimos al mismo tiempo:

—Adiós, Felicia.

129
Reed agarra la película que elegí más temprano y la pone en el
reproductor.

—Nena, ¿por qué nunca eliges algo con un poco de romance? No es que
esté jodidamente quejándome, porque amo que no lo hagas, ¿pero no es
que a todas las chicas les gusta esa mierda?

Me acurruco en el sofá con la manta cubriéndome y las palomitas en mi


regazo.

—Solo las miro con mi mamá, es nuestro tiempo a solas. ¿Pero por qué
tendría que mirarlas cuando nuestra historia es mucho mejor que
cualquier película?

Reed pone la película y luego me roba algunas palomitas, metiéndoselas


en la boca.

—Mmm… me gusta esa respuesta. Ahora, préstame un poco de la maldita


manta, me estoy congelando aquí.

Reed tira de mi manta y me acurruca a su lado. Después de unos minutos,


quita el cabello de mi cuello y comienza a besarlo, quitándome la
camiseta lentamente y arrojándola al piso, siguiendo su camino por mi
cuerpo.

—¿Qué hay de la película? —pregunto mientras las mariposas revolotean


en mi estómago.

Levanta la mirada y deja de besarme el pecho.

—¿A quién carajos le importa la película cuando mi chica necesita


atención?

Y al igual que cada otro domingo, lo pasamos envueltos en el otro en


lugar de preocuparnos por lo que se proyecta en la televisión.

Afortunadamente, un perro ladra y eso me quita de mis recuerdos.

—¿Tienes un perro?

—Síp, está jugando afuera, probablemente con algún animal que


encontró. Mi pequeña mierda. —¿Quién lo hubiera imaginado?
130 —¿Qué pasó esta noche?

—¿Realmente quieres saber? Te lo diré, pero no te gustará lo que hice.

—Yo te hice los puntos, al menos me gustaría saber por qué. —Más me
pregunto si necesito contratar un abogado.

—Sabía quiénes eran los hijos de perra que golpearon a Corey, me lo dijo
un día antes de que todo se fuera al infierno. Los encontré, los acorralé, le
pagué a alguien para que viniera y se asegurara de que los policías los
encontrara con suficiente mierda para encerrarlos.

—Pero, ¿y si sabían quién eras? –Quiero decir, el rostro de Reed es


bastante conocido. La idea de que salga realmente herido me asusta.

—Mierda, Hads, ¿te preocupas por mí?

—No, para nada. Te metiste en esto solo. —Mentira total.

—Sigues siendo una mentirosa de mierda, nena. Usé una media sobre mi
rostro, no mostré nada, ni tatuajes ni cicatrices, así que eso está cubierto.
El tipo que me ayudó los odiaba más que yo, así que nos aseguramos de
encerrarlos mucho tiempo. —Me pregunto cómo conoce Reed a esas
personas.

—Entonces… eh, ¿cuándo te mudaste aquí? Tu casa parece bastante vacía


para haber sido hace mucho. —Me lo he estado preguntado desde la
primera vez que lo vi, pero nunca me atreví a preguntar. Tampoco estaba
segura de querer saberlo.

Reed bebe un poco de agua, mirándome, casi nervioso.

—Unos seis meses antes de que me vieras en el bar. Realmente, no tuve


tiempo de decorar. Muy ocupado abriendo el gimnasio y tuve dos peleas
que entrenar y promover; la pintura y es mierda quedó atrás por eso. Pero
me conoces, no se me dan esas cosas. Siempre fuiste la decoradora de la
relación, yo simplemente acomodo algunas cosas y las llamo recuerdos.

Reed me levanta la barbilla suavemente, obligándome a enfrentarlo. Los


almohadones que puse para separarnos ahora yacen en el suelo.

—Hadley, nena, sé que están girando las ruedas en tu caliente cabeza.


Pero vamos a arreglar esta mierda juntos, aquí y ahora. La única razón…
131 y me refiero a la única razón, por la cual me mudé aquí fue por ti,
nosotros. Nos Quiero A Nosotros. Cometí un enorme error al no llevarte
conmigo; este soy yo intentando hacer lo correcto. Iba a ir a buscarte
después de haber arreglado todo lo planeado, quería mostrarte cuán en
serio iba en cuanto a regresarnos al camino. Pero Lance vio a Courtney y
entonces terminé encontrándote en el bar, así que eso jodió las cosas. Mis
palabras no siempre son geniales y, maldición, tampoco mis acciones,
pero volví por ti, justo como te prometí que lo haría. Me llevó más tiempo
quitarme la cabeza del trasero, pero eres todo lo que siempre quise…
necesité. Tuve que cometer muchos errores para entender que no
podemos estar separados. Lamento jodidamente todo… quiero decir, todo
lo que nos hice. Pensé que te rendiste con nosotros, así que también lo
hice. Oí que era demasiado tarde para los dos y jodidamente enloquecí.
No tiene sentido, lo sé, pero diablos, nada que hago jamás lo tiene. Solo sé
que te amo con locura, jodidamente siempre lo he hecho y jodidamente
siempre lo haré, nena.

Aquí sentada, mirando sus ojos avellana, mi mente vuelve a reproducir


las palabras que acaba de decirme. Después de todo lo que me hizo,
¿podía Reed seguir amándome? ¿Aún lo amo? Antes de poder pensar otra
cosa, Reed pone su mano en mi cadera, acercándome a él, mis rodillas
rozando las suyas, ojo con ojo, nariz con nariz, a centímetros de unir
nuestros labios. Suavemente, nos acercamos, tan cerca que puedo sentir
el aroma familiar de las mentas que ama en su aliento. Lamo mis labios,
perdida en la emoción y me acerco aún más. Justo cuando está el calor
de su aliento sobre mis labios, el sonido de un golpe en la puerta nos
interrumpe, cortando el trance en el cual Reed me tiene. Intento alejarme,
pero no suelta mi cadera. Susurra en mis labios:

—Con locura, Hads, como un maldito loco.

Quien sea que esté en la puerta, comienza a aporrearla. Reed bufa


enojado y lentamente se pone de pie mientras acaricia mi mejilla con sus
ásperos dedos.

—El peor jodido momento. Quien sea que esté en la puerta, debe estar
muriendo. No muevas ni un jodido músculo, Hads. Esta mierda acaba
hoy. Tienes que saberlo todo. —Reed se inclina y me besa la frente, como
si nunca se hubiera ido.

132

Reed
Lo juro, quien sea esta persona recibirá un puñetazo. Estaba tan cerca de
llegar adonde necesitaba. Estábamos progresando. Finalmente,
estábamos discutiendo toda la mierda como deberíamos haber hecho
hace años. Y entonces se perdió el maldito momento.

Abro la puerta antes de fijarme quién es. Inmediatamente, noto las tetas
falsas, el vestido rojo ajustado y las botas de tacón alto, odiándome por
no dejar que golpeara para siempre.

—Krystal, ¿qué carajos estás haciendo aquí?

Ella se mete en mi casa y esa falsa sonrisa suya se ilumina cuando me


mira el pecho desnudo.

—También es bueno verte, Riker. Recuerdo que hace poco te gustaba que
pasara sin aviso, esas veces siempre eran las más locas. ¿No es verdad,
nene? —ronronea Krystal, pasando una de sus uñas falsas por mi pecho,
casi tocando mi tatuaje. Le quito la mano de encima justo cuando Hadley
aparece en la esquina. Aprieta mi teléfono en su mano, como si deseara
que fuera mi cuello.

Sin dudas, oyó todo. Cierra los ojos con fuerza, algo que hace cuando
intenta no llorar. Odio que oyera lo que dijo Krystal y me odio incluso
más por haber hecho toda esa mierda en el primer lugar. Tengo que
arreglarlo. Me estiro hacia el brazo de Hadley, pero me sacude y se aleja
más; con cada paso que se aleja, puedo ver las paredes en sus ojos, en
ella, construyéndose alrededor de ella. Agarra su vestido y zapatos de la
mesa.

—Le daré tu ropa a Lance.

—Hadley, nena, por favor, permíteme explicarlo. No es lo que crees —le


ruego, pero Hadley sacude la cabeza ante mis palabras como si no
importaran. Encerrándose lejos de mí.

—Reed, no hay nada que explicar, lo prometo. Tu amiga está aquí ahora,
así que ya no necesitas que te haga compañía. No quiero evitar que
hagas algo que claramente quieres hacer. Ya llamé un taxi para irme a
133 casa. Sin daños, ni rencores. Toma tu teléfono. —Hadley me arroja el
teléfono en la mano estirada sin mirarme a la cara.

Krystal ve a Hadley con mi ropa, mirándola como si le hubiera robado un


juguete.

—Bueno, me alegro por ti, cariño. Me hace tan feliz que finalmente una de
las tantas chicas que Riker usa tenga un cerebro y entienda que siempre
seré su número uno. Lo prometo, sé que le gusto mucho más de lo que tú
jamás lo harás. Pero si todavía estás interesada en acostarte con él,
puedes unirte a nosotros. A Riker le encantan los tríos, ¿no es así, nene?
Siempre se asegura de darnos la atención, nunca deja una piedra sin
mover, si entiendes lo que quiero decir. —Krystal se acerca a mí, pero yo
me muevo hacia Hadley.

»Riker, ¿por qué vas tras una de tus sobras de esa forma? –dice Krystal,
pisoteando fuerte. Poniéndome más y más furioso con cada jodido
segundo que respira el mismo aire que Hadley.

—¡Cierra la jodida boca, estúpida perra! —le grito, mi voz llena de veneno
y me giro hacia Hads, listo para rogar de rodillas, pero ella simplemente
pasa a nuestro lado hacia la puerta.
—Em, gracias por la oferta, pero mi negativa es enorme, Krystal. Era
Krystal, ¿cierto, cariño? Ya lo tuve hace un tiempo y, créeme, no fue lo
suficientemente memorable para que quiera volver. Si me disculpas, los
dejaré para que se encarguen de lo suyo. Voy a esperar mi taxi afuera
para que puedan divertirse. Dijeron que llegaría en un par de minutos, así
que no se preocupen por el ruido, me iré pronto. —Hadley sale por mi
puerta delantera, se detiene y grita sobre su hombro—: Diviértanse,
chicos. Recuerda cubrirlo antes de meterlo, no quieres bebés por ahí. Y
oye, Riker… recuerda, las acciones hablan más que las palabras y las
tuyas están gritando con suficiente fuerza. —Su última palabra se
desvanece de sus labios mientras un taxi aparece en mi entrada y se
mete sin siquiera mirarme.

Una vez más, mis errores me están persiguiendo. Tengo que encontrar la
forma de arreglar este desastre. Sé que sin importar cuánto me disculpe
con Hadley, nunca cambiará lo que hice. Tengo que demostrarle de una
jodida vez que vine para quedarme. Nada ni nadie se meterá en mi
maldito camino.

—Krystal, tienes que irte de mi jodida casa en este instante. No eres


134 bienvenida aquí, jamás. No me importa un carajo adónde vayas, pero no
puedes quedarte —le digo mientras empujo a la perra fuera de mi casa.

—Rike, ¿esa es la indicada?

No sé por qué siento que le debo nada, quizás los años que estuvimos
follando, quizás porque creo que servirá. ¿Quién mierda sabe? Yo no.

—Sí, Krystal, es ella, pero no voy a hablar del amor de mi jodida vida con
la chica que más relaciono con todas las cagadas que hice para arruinar
mi oportunidad con ella en primer lugar. Ahora, una vez más, ¡vete de
una maldita vez y no vuelvas!

Se acerca y me parpadea seductoramente con sus pestañas postizas.

—Pero Rike, ¿recuerdas la primera noche que pasamos juntos y te hice


olvidar? Déjame hacerlo de nuevo. Ella nunca te perdonará cuando se
entere de todo. Lo sabes y yo también.

¿Cuándo me pudo parecer sexy esta chica? Su voz insoportable como la


mierda me está encogiendo la polla.
—Ya no quiero olvidar. Lo que le hice, merezco lamentarlo con todo mi
ser, porque lo que siento, ella lo ha sintiendo todo el tiempo, por mi culpa.
Tengo que reconocer todo eso, debo sufrir mi parte. ¡Ahora vete de una
jodida vez de mi casa antes de que te saque a patadas!

Krystal comienza a abrir la boca, pero la cierra y se va, con la cola entre
las piernas. Con suerte, fuera de mi vida. Hasta nunca, perra.

135
Capítulo 14
Hadley

M
i cuerpo aterriza en el asiento de la cabina y las lágrimas que
mantuve en casa de Reed se precipitan con velocidad por mis
mejillas. Fui tan idiota por bajar la guardia alrededor de él, tan
malditamente estúpida. De hecho, empezaba a creer que regresó por mí,
que Reed me quería, que aún podría amarme. Pero estaba totalmente
equivocada. Reed me quería como un pedazo de culo, para pasar la
noche.

Tan pronto como puse los ojos en la chica, supe quién era. Podría detectar
esa puta en cualquier parte. Krystal cambió mi vida tres años atrás y
136 nunca podría olvidar cómo lucia y, chico, lo había intentado. Esa rubia
teñida con bronceado falso ha hecho cosas con Reed que yo nunca podría
pensar en hacer o incluso querría hacer. No solo tuve el privilegio de
verla en persona, tengo la suficiente suerte de por fin tener un nombre
para mi pesadilla: Krystal. Realmente, esa perra arruinó nombre
perfectamente bueno. Estúpida bolsa promiscua, zorra puta, pútrido
agujero con patas Krystal.

Después de veinte minutos de llanto incontrolable en el asiento trasero, el


conductor se detiene en mi camino. Le pago al pobre hombre y le doy la
mayor propina por tratar con el lío que soy. Hago una nota mental para
enviar un recibo con la ropa para que el culo de Reed me pueda pagar.
Veo el auto de Bennett en el lado opuesto de la calle, genial. Me retiro
lentamente del asiento trasero y en el segundo en que mis pies descalzos
tocan la acera, mi puerta delantera se abre y de pie en la puerta está un
gran y enojado Bennett.

—¿Adónde diablos fuiste? ¿Algo era tan importante que no pudiste


esperar incluso un par de minutos para ver mi jodido discurso? Muchas
gracias, Hadley. —Hierve de furia hacia mí.
Ofrezco una disculpa a medias y paso a un lado de Bennett dentro de mi
casa. Lo último que necesito es que mis vecinos curiosos sean testigos de
esta escena y llamen a la policía.

Cierro la puerta y en el instante en que estoy en mi sala de estar, Bennett


choca conmigo y me empuja en el sofá. Me muevo para mirarlo y ver la
locura pura clavando la vista en mí.

—¿Tienes alguna idea de lo que se siente estar involucrado contigo?


Estúpida perra, ¡ni siquiera puedes estar a mi lado durante una jodida
noche! ¡Una-Jodida-Noche! —Su voz se sacude con locura.

¿Me sentí culpable de dejarlo? No, pero sabía que no estaba bien dejarlo
en el momento en que salí por la puerta. Reed dijo salta y lo hice. Ahora
tengo que esperar y ver lo lejos que voy a caer de ello.

—Bennett, lo siento. ¿Nadie te dijo que me enfermé? Fui a casa de mis


padres para ver si podía conseguir alguna de las pastillas contra las
náuseas de mi madre. Sé que debería haber dicho algo, pero tenías tu
discurso y esas cosas. Solo tenía que salir de allí. —Me había olvidado por
completo que todavía estoy con la ropa de Reed.
137
—Ahórrate el jodido discurso ensayado. Puedo ver que no estabas en casa
de tus padres. Estabas con él, ¿verdad? Estás usando su jodida ropa,
¿verdad? Maldición, eres una jodida idiota. —Bennett lo dice tirando de su
pelo, su temperamento no es otra cosa que estable cuando comienza de
nuevo—. Lo supe en el momento en que lo vi en el hospital. Reed Collins, el
conocido playboy de MMPL, que solía follarte. La forma en que lo miras
me provoca jodidas náuseas, como si colgara la jodida luna. Lo llamas en
sueños, ¿sabías eso? Como la patética niña que eres. ¿Sabes dónde ha
estado su polla? ¿Cuán jodidamente calientes son esas otras chicas que
se folla? ¿Crees que vino aquí por una perra imbécil aburrida como tú?
¡Joder, no! Quiere tu dinero como la última vez… eres su boleto de comida.
Obtuvo lo que quería, te abandonó y ahora él necesita más.

Cierro los ojos, contemplando todo lo que dijo Bennett. Pensé que no lo
averiguaría. Que cubrí lo suficiente las preguntas que hizo. Con cada
respiración que tomo, lo entiendo, lo sabe todo, siempre lo ha hecho, solo
jugó una partida de ajedrez y me sacrificó como a un peón.

—Oh, eso es tan lindo. Realmente no pensaste que sabía. Oh, cariño, lo
supe la primera noche que te folle, cuando él empezó a besuquearse con
esa zorra en toda la televisión para que el mundo entero lo viera. Fuiste
aplastada y supe que podía moldearte en que lo que quisiera. Estaba casi
allí hasta que ese idiota regresó queriendo un pedazo de lo que trabajé. Te
puedo decir otra cosa, he estado perdiendo la paciencia contigo y tu puto
culo llorón. Es como escuchar a una niña de cuatro años que no puede
conseguir el helado que quiere y estoy cansado de eso. Esta noche, tendré
que enseñarte la lección que he estado con ganas de hacer desde la
primera noche. Eres una perra terca que necesita ser arreglada para
todos los demás que van a follarte después de que te deje. Estarás aún
más rota y no puedo esperar para jodidamente ver cómo se desarrolla.

Bennett me arrebata del sofá. Agarrando mis dos brazos, los mantienen
en mi espalda con una de sus manos, haciendo que luchar contra él no
tenga sentido, pero me niego a no intentar. Con su otra mano, me da un
revés con fuerza en la mejilla y la parte superior de sus dedos golpea el
hueso de mi ojo. La intensidad de su golpe me envía de rodillas y mi
rostro late con dolor. Intento con todas mis fuerzas liberar mis manos de
su agarre, pero cuanto más lucho, las garras de Bennett más se aprietan.
Finalmente, mi muñeca izquierda chasquea por la fuerza de su agarre y
138 me detengo al instante.

Me preparo para más golpes, pero no lanza otro. Bennett me alza, con
ojos ardiendo a través de mí con nada más que pura maldad. ¿Cómo no
supe que haría esto? Jodidas banderas rojas han estado ondeando por
casi tres años. Los ojos que solía pensar que pertenecían a mi salvador
ahora pertenecen a mi propio demonio personal.

Bennett sacude el lado de mi cabeza hacia su rostro y habla en mi oído:

—Puede que seas una chica estúpida, pero parece ser que aprendes
rápido. Creo que has aprendido la lección ahora, ¿verdad? —Levanta mi
barbilla, sus palabras vienen con saliva y se posan en mi rostro—. Creí
que podíamos ser algo, pero simplemente no puedes dejar ir las cosas,
¿verdad? Es algo realmente bueno para ti que follara a una chica antes
de venir o también te estaría teniendo de esa manera. Si tu mimando culo
incluso piensa en contarle a alguien sobre este pequeño incidente,
llamaré a la liga y a los policías acerca de tu precioso amante y les
contaré lo que en realidad estaba haciendo esta noche para conseguir
esa jodida cara. Y si eso no es suficiente incentivo, siempre puedo volver
por ti. Uno de mis golpes te dejó tu ojo todo hinchado y solo un poco de
fuerza rompió tu muñeca… ¿qué te pasaría si tengo que volver para otra
ronda? Sé que no querrías eso, ¿o sí? Si no por ti, solo piensa en lo que
haría tu maravillosa familia si algo realmente malo te pasara a ti, si
nunca pudieran encontrarte. —Bennett tira de mi cabeza por mi cabello,
me arrastra hacia él y me golpea con la rodilla fuertemente en mi
estómago—. Estoy harto de tratar con tu mierda ahora. Fuiste la peor
mierda que he tuve. Esa es la verdadera razón por la que tu novio te dejó
en Ohio, completamente sola, jodidamente embarazada y dañada como la
mierda. —Bennett me tira a un lado, mi espalda aterriza en una
estantería. Los marcos de las fotos se vienen hacia abajo y el vidrio no
solo se rompe, se destruye, al igual que mi interior.

Espero hasta que la puerta principal se cierra antes de subir por encima
del vidrio y hacerme un ovillo en el sofá. Trato de calmarme mientras
Lucy viene desde la cocina, agachándose justo al lado de mi rostro.

—Hola, chica, estoy agradecida de que te mantuvieras alejada. No sé lo


que habría hecho si te hiciera algo. —Lucy ronronea y frota su rostro
contra el mío, casi secándome las lágrimas.

La vida tiene momentos que te derriban, donde se supone que te tienes


139 que poner nuevamente en pie. Pero hace años, nunca me puse en pie, me
quedé derribada y permitiendo que Bennett me mantuviera allí.

No más.

Llamo a la única persona que espero que mantenga esto en secreto. Por
Reed, por mi familia, por mí, oro que lo haga.

Reed
Me sirvo la mayor taza de jodido café, esperando como el infierno que
ayude a que mi cabeza palpitante se sienta mejor, pero entonces suena el
timbre y hace que las palpitaciones sean peores. Después de enviar a
empacar a Krystal, vertí un par de tragos de whisky y me desmayé en el
sofá, intentando no hacer nada para aliviar el dolor en mi pecho. Ni
siquiera se acercó a funcionar, solamente me hizo sentir más mierda. No
hay duda de que pagaré por ello durante el entrenamiento de hoy. Y me
lo merezco. Caminando hacia la puerta, el sonido vuelve a golpear.
Maldita sea, ¿qué pasa con todos siendo imbéciles impacientes? Miro por
la ventana del frente cuando paso, viendo la parte posterior del cabello
castaño de Lance. Probablemente, está aquí para recoger a Hadley. Sé que
recibiré todo el maldito acto de alboroto cuando se entere de lo que pasó.

Abro la puerta, preparándome.

—¿Qué pasa, amigo? Si estás aquí por Hadley, se fue anoche. —Dejo la
puerta abierta para que Lance puede entrar, pero solo se queda
mirándome.

—Reed, ¿qué diablos pasó con ustedes dos?

—No pasó nada, Krystal se aseguró de ello. Esa perra loca apareció
escupiendo mierda de los viejos tiempos. Hadley no pudo soportarlo y se
fue. Cinco minutos después de eso, convencí a su culo psicótico de que no
iba a hacer nada con ella, así que se fue.

—¿Krystal estuvo aquí? ¿Por qué? —Se detuvo y sacudió la cabeza como
si nos estuviéramos saliendo del tema—. Hablaremos de eso después de
140 que te diga unas cosas. Le pasó algo a Hadley —dice Lance, caminando
dentro de mi casa.

—¿De qué estás hablando? Joder, ¿fue un accidente? —Quiero salir


corriendo de la casa, ir a ella, ver por mí mismo que está bien, pero Lance
se traslada a mi sofá y se sienta. Me siento con ansiedad frente a él, mis
músculos tensionándose con cada segundo desperdiciado.

—No realmente. Ayer por la noche, cuando Hadley llegó a su casa,


supongo que se emborrachó y cayó por sus escaleras o alguna mierda.
Bueno, esa es la historia que Hadley le está contando a la gente, de todos
modos. Tiene una muñeca jodida y un ojo magullado, pero Matt y yo no
creemos su historia. Reed, hombre, su jodido ojo luce como si alguien le
hubiera dado un puñetazo. Courtney y yo fuimos a llevarla al hospital
para que revisaran su muñeca y su casa estaba hecha añicos. vidrios
rotos y marcos de fotografías en el suelo. Cuando le preguntamos, dijo
que se enojó por lo que pasó contigo y lo destrozó ella misma. Pero sabes
mejor que nadie, ¿eso suena como algo que ella haría? Siempre fue quien
se rompía en el interior, no en el exterior. —Lance hace una pausa antes
de terminar—. Sé que está ocultando algo y no puede ser nada bueno si
ella se lo está ocultando a Courtney. Hadley le cuenta todo. Ni siquiera
pondrá un pie en su casa, así que se va a quedar con Matt.

Después de terminar de decirle a Lance lo que sucedió con Krystal,


finalmente lo convenzo de que me de el número de Hadley. La llamo un
par de veces, pero no tengo una respuesta. Envío algunos mensajes de
textos y no son devueltos. Solo necesito asegurarme de que estaba bien,
pero no consigo nada. Así que voy al gimnasio y golpeo la mierda en
bolsa tras bolsa. Pero nada funciona.

Solo necesito saber de ella.

141
Capítulo 15
Hadley

B
ennett sujeta mi garganta mientras lucho por llenar mis pulmones
con aire. Cuanto más duro intento respirar, más duro aprieta su
agarre alrededor de mi cuello. Sigo luchando y cuando estoy
segura de que no puedo más, mi respuesta de lucha se hace cargo. Pateo,
pego, golpeo —cualquier cosa—, tratando de apartarlo de mí para así
poder vivir, pero solo me agarra con más fuerza, diciendo una y otra vez:

—Alejaré a todos los que amas de ti. —La única cosa que tengo para
concentrarme es la expresión en los ojos de Bennett, bailando con
entusiasmo ante la perspectiva de exprimir la vida fuera de mí.
142 Mis ojos se abren de pronto y jadeo en busca de aire mientras palmeo mi
cuello repetidamente. Finalmente, me calmo lo suficiente para saber que
estoy a salvo. Solo era un sueño. Bennett no está aquí. Me siento con mi
mano cubriendo mi cuello, todavía respirando fuertemente… parecía tan
real. La puerta se abre y tengo a un hermano muy preocupado con la
vista fija en mí. Con esa mirada asustada en el rostro de Matt, sé que
había gritado. Pero no pregunta por qué estoy en el rincón de la
habitación hecha un ovillo, simplemente coloca sus manos en los bolsillos
y una expresión en su rostro que conozco muy bien… lástima.

—Hola, hermana, voy a ir a buscar algunas cosas a la tienda. ¿Necesitas


algo? —Niego con la cabeza y Matt me levanta—. Si me necesitas,
simplemente llamas, ¿de acuerdo? —Entonces me coloca de nuevo en la
cama y me da un suave beso en la cabeza antes de abandonar la
habitación.

Es por esta razón que vine aquí en lugar de la casa de mis padres o la
casa de Mark y Sarah. Él siempre viene y me levanta sin muchas
preguntas. Sabe cuándo presionar y cuándo tirar de mí. Ahora, más que
nunca, necesito la tranquilidad que me trae Matt. Matt no es de los que
hablan demasiado acerca de los sentimientos y me deja sola en su mayor
parte, a menos que yo hable primero, entonces siempre me dirá la verdad.
Y nunca lo he amado más por eso de lo que lo hago en este momento.

Dejo escapar mi aliento y me envuelvo de nuevo en las sábanas. No estoy


segura de cómo va a terminar este lío, pero tengo una sensación
ocurrirán más cosas antes de que todo se calme.

Me niego a volver a casa hasta mañana, cuando un chico de la empresa


de mi padre puede cambiar las cerraduras y actualizar mi sistema de
alarma. Afortunadamente, este tipo necesita dinero, por lo que lo ha
mantenido callado del resto de mi familia. No hay nada como sentirse sin
protección en tu propia casa y me niego a dejar que él tenga poder sobre
mí de esa manera. Bennett se fue con la promesa de hacer más y sé que
lo decía en serio. Estoy segura de que se muere de ganas de decirle a la
gente adecuada sobre lo que realmente le pasó a Reed y después de que
haya destruido a Reed, volverá para destruirme. Cada vez que cierro los
ojos, veo a Bennett… sus ojos tan fríos, tan oscuros.

Preguntas son responder llenaban los ojos de todos cuando les dije que
me había caído y la falta de presencia de Bennett no estaba ayudando,
143 pero el Dr. Pewit —James—, la cubrió por mí. Estoy más que agradecida
por un amigo así. Dios sabe cómo Bennett ha logrado seguir siendo su
amigo durante tanto tiempo.

Debido a todo este lío, no podré trabajar en el piso en el hospital hasta


que mi mano se cure, lo que será de cinco a siete semanas. Pero esto
también me da más tiempo para estar con mi madre y hacer frente a los
pasos que necesito tomar con el fin de volverme más fuerte.

Perdida en otra maratón de Pawn Stars10, escucho un ligero golpe.

—¿Estás decente? —El fuerte sonido de la voz de mi padre me hace


sonreír. Realmente necesito a mi papi en este momento.

—Sí, papá, adelante.

Pawn Stars: Conocida como “La Casa de Empeños” en su emisión para España y
10

como “El Precio de la Historia” en Hispanoamérica. Es una serie de televisión


estadounidense que narra las actividades diarias de la tienda “Gold & Silver Pawn Shop”.
Me da una larga mirada y sonríe, pero puedo ver que está preocupado.
Solo puedo imaginar lo que piensa acerca de mi ojo. Poco a poco y con
cuidado, vuelve mi cara hacia un lado para así poder mirar por encima
de la contusión.

Mi madre enferma me ha hecho apoyarme en él incluso más que antes y


tengo ni idea de lo que haría sin mi papá durante este tiempo. Donde mi
mamá es el pegamento que nos mantiene unidos, mi papá es la roca que
nos protege del viento. Mi papá no hizo su dinero siendo una presa fácil o,
demonios, un individuo agradable la mayor parte del tiempo, pero por mi
mamá y por mí, movería montañas para hacernos felices. Es hombre de
pocas palabras, pero cuando habla, deja salir algo de sabiduría. Nunca
vendrá a decirte lo que está pensando. Por lo general, es un acertijo y
cuando realmente averigües lo que está diciendo, siempre te lleva al
camino correcto. Es una lástima que no lo haya escuchado por un tiempo.

Apoyo mi cabeza en su hombro y me acurruco en él como lo hacía


cuando era una niña. Nunca me siento más segura que cuando consigo
un abrazo de él y eso es lo que quiere mi corazón.

144 —Pequeña, Matt llamó y me contó lo que pasó. ¿Por qué no nos llamaste?
A tu madre y yo nos hubiera encantado tenerte bajo nuestro techo de
nuevo. —Oírlo llamarme su pequeña, un nombre por el que me ha
llamado desde que tengo memoria, me hace sentir segura. Mis padres
trataron durante tanto tiempo quedar embarazados después de Matt y
finalmente renunciaron a la idea de concebir otro hijo y me adoptaron.
Estoy tan agradecida y bendecida de que me eligieran como su hija.

—Lo sé, papi. Es solo que con mamá y las enfermeras entrando y saliendo,
no quiero ser una carga para ustedes. Además, Matt tiene más canales de
películas. —No puedo permitir que mi papá se preocupe por mí,
simplemente no sé cómo solucionarlo. Sé que mi historia de estar
borracha lo haría pensar que lo estoy haciendo solo por lo que le está
pasando a mamá, pero tengo que mantenerlo fuera de este lío que he
causado.

—Siempre puedes hablar conmigo… lo sabes, ¿verdad? Mark me dijo que


Reed se mudó aquí y con todo lo otro que está pasando, eso tiene que ser
duro para ti. Te has convertido en una mujer fuerte y sé que puedes
manejar las cosas por tu cuenta. Solo desearía haber oído esto de ti. No
quiero que te ocultes de mí. ¿Recuerdas lo que te dije cuando era más
joven y tomabas decisiones estúpidas en la escuela secundaria?

—Papá, me dijiste mucho en aquel entonces. Cada vez que me daba la


vuelta, recibía una de tus famosas conversaciones. “¿Estoy hablando con
una pared?”, o mi favorita, “Si fueras Mark o Matthew, te enviaría a una
escuela militar”, bla, bla, bla. —Me río ante mi interpretación de él de años
atrás . Mis pobres padres.

—Oh, Hadley, de seguro que nos mantuviste de puntillas. Volviste mi


cabello gris más rápido de lo que Mark y Matt podrían. Bueno, tal vez no.
No puedo creer que no recuerdes nada más de mis conversaciones.
Invertí tanto tiempo en esas, incluso tenía fichas que escondía detrás de
mi espalda. Recuerda lo que estoy a punto de decir esta vez, esto viene de
años de experiencia. Si supieras que las decisiones que estás tomando por
ti misma en este momento determinarían el resultado del resto de su vida,
¿seguirías escogiéndolas?

Los dos nos sentamos en silencio durante un par de minutos y sin lugar a
dudas, sé que tiene razón. Todo lo que hago ahora puede cambiar el
145 resultado de mi vida, para bien o para mal, eso es seguro.

—Papi, ¿alguien te dijo alguna vez que eres un hombre muy sabio?

Envuelve su brazo alrededor mío y me jala en uno de sus abrazos y me


siento tan a salvo, tan segura.

—Lo he oído una o dos veces, pero no vayas a decirle a tu mamá que te
dije eso o tendré que escuchar sus conferencias acerca de las cosas
yéndose directamente a mi cabeza. —Se ríe y me jala un poco más fuerte
hacia él—. Pequeña, solo quería ver con mis propios ojos que estás en una
sola pieza y estás bien. Le di la noche libre a la enfermera, así que tengo
que ir a ver a tu mamá y darle un poco de su medicamento para el dolor.
No te preocupes por lo que dirá tu madre, le dije que Lucy te tropezó en la
escalera y te caíste, así no tienes que explicar lo que realmente sucedió. Si
necesitas algo, por favor llámanos, sin importar la hora o lo que sea que
se trate. Estamos aquí para ti. Toma un par de días para relajarte. Tu
mamá estaba diciendo que necesita un poco de tiempo de conversación
con su hija favorita. No olvides que te amamos.

—Papá, soy su única hija.

Se ríe de mí.
—Bueno, mira el lado bueno, no tiene que mentirte como lo hace con tus
hermanos.

Me pongo de pie con él y envuelvo mis brazos alrededor de su estómago.


No puedo evitar sentir una punzada de culpa por mentirle. Mi padre no
hizo millones en seguridad por ser un cobarde. Él y mis hermanos harían
justicia con sus propias manos, eso es lo que hacen. Y eso es lo último que
cualquiera de nosotros necesita en este momento.

—Gracias por eso, papá. Los amo. Iré mañana de camino a casa. —Me
besa una vez más antes de irse.

Decido que no puedo quedarme en el dormitorio por más tiempo y voy a


la sala de cine, enciendo la televisión y me acurruco en el enorme sillón
reclinable con una enorme manta. Pongo alguna película de Lifetime11 y
me acurruco con Lucy en mi regazo. Finalmente, me pongo cómoda y me
concentro en la película cuando el maldito timbre de la puerta suena.

Miro a través de la mirilla y veo a Courtney primero y luego a Lance y


luego a Reed detrás de ambos. En realidad, pensarías que él entendería la
pista después de que no he respondido ninguna de sus llamadas o
146 mensajes de texto durante todo el día. Court “la traidora” será mi nuevo
apodo para ella, porque parece estar en gran medida del lado de Reed
últimamente. Voy a matarla por esto… bueno, al menos la haré llevarme a
Waffle House todos los días durante un año solo en recompensa.

Tan pronto como abro la puerta, Reed deja de pasearse. Se ve aliviado y


luego molesto al momento en que mira mi contusión. Me vuelvo hacia
Courtney y Lance, ambos me miran divertidos y observan lo que estoy
usando. Me echo un vistazo y, por supuesto, estoy usando una de las
viejas sudaderas de Reed. Solo dispárenme ahora.

—Hola, entren. Solo estoy viendo televisión, ¿quieren unirse? —Hago un


gesto para que entren.

Courtney entra primero, me abraza y me da una sonrisa cautelosa.

—No podemos quedarnos mucho tiempo, vamos al cine, pero quería pasar
por aquí y ver cómo estás. ¿Por qué no te cambias y vienes con nosotros?
Es solo una estúpida película de acción con algunos viejos actores de los

11
Lifetime: Canal de televisión paga propiedad de A+E Networks y Sony Pictures
Entertainment, con programación orientada mayormente a la mujer.
años ochenta por la que los chicos están entusiasmados. Es mejor que
quedarse sentada en este lugar sola. —No puedo saber lo que Courtney
está haciendo, pero parece estar saltando en el tren rápido de “Amo a
Reed” y me estoy quedando lejos de eso.

Y tú, Bruto.

—Es amable de tu parte ofrecer eso, pero estoy bien quedándome aquí.
Matt fue a buscar comida y, como puedes ver, no tengo ningún deseo de
arreglarme. Ustedes vayan, diviértanse. Voy a llevar mi culo feliz y mi
gato arriba a mi silla.

Courtney pone alguna excusa acerca de mostrarle algo a Lance que tiene
que conseguir para su cocina. Conozco una confabulación cuando huelo
una y en este momento el aire apesta a mi alrededor. Reed y yo solos es
una gran idea, funcionó tan fantástico la última vez.

Reed estira una mano y sus ásperos dedos tocan mi rostro, enviando un
escalofrío nervioso por mi columna vertebral.

—Desagradable contusión, debe doler como la mierda. Mezcla un poco de


147 vaselina y pimienta de cayena y ponlo en eso, no durará mucho tiempo.

—Gracias, me aseguraré de hacer eso. Pueden irse, Lifetime me está


llamando.

Reed deja de mirar mi mejilla y mira mis ojos.

—Escucha, Hadley… sobre la mierda de anoche, lo siento, si pudiera haber


dicho…

Alzo la mano para interrumpirlo. Es lo último que necesito escuchar de él


ahora.

—Reed, ya pasó. Dije en serio lo que dije. Tú y esa chica pueden hacer lo
que quieran… ya no es mi asunto. Ciertamente, tampoco necesitas
explicármelo. Y, honestamente, no quiero oír sobre eso.

Reed mira por encima de mi hombro a Courtney y Lance, cuyas cabezas


se asoman detrás de la pared, escuchándonos. Me lleva hacia la sala, me
sienta en el sillón y luego se deja caer junto a mí.

—Ese es el asunto, nada pasó entre Krystal y yo. —Juro que mis ojos se
van a atorar atrás de mi cabeza con lo fuerte que acabo de ponerlos en
blanco. Qué montón de mierda—. Sí, Hadley, algo ha pasado antes, pero
no anoche y definitivamente no por un tiempo. Solo estuvo para llenar su
coño, solo algo para ayudarme a no sentirme tan jodidamente solo todo
el tiempo. Pensé que te rendiste, pero por favor, déjame explicártelo todo.
Estoy aquí por ti y solo por ti. Dejé toda esa mierda en las Vegas cuando
me mudé aquí. Por favor, déjame demostrártelo.

—Está bien, entonces que ella esté aquí para; cómo fue que la llamaste tan
agradablemente, oh sí; llenadora de coño, ¿se supone que qué? Que me
haga sentir mejor… Síp, pues no. ¿Qué hay de todas las demás de las que
hablaba o las chicas contigo en todas las portadas de las revistas con tus
manos en ellas? —Me pongo de pie. No hay manera de que pueda
soportar estar tan cerca de Reed ahora mismo. La idea de él con otras
chicas me enferma. No puedo hacer esto y definitivamente no frente a él.

Agarra mi brazo antes de que pueda alejarme.

—Hadley, cuando me fui, pensé que estaba haciendo lo correcto. ¡Joder!


Realmente lo pensé, solo me tomó mucho tiempo entender que no era lo
que realmente necesitaba o quería. Estaba perdido y jodidamente
148 petrificado de que encontraras a alguien mejor de lo que podría ser
alguna vez para ti. Me tomó…

—Basta, Reed, ¡solo basta! —Lo interrumpo de nuevo porque no importa lo


que diga, no importa lo haga, no va a cambiar nada o reemplazar todo el
dolor que pasé—. Puedes decirlo una y otra vez, ¡pero no cambiará ni una
mierda sobre cómo me siento por ti! Jódete, ¿qué hay de eso? ¿Sabes lo
que creo? Creo que follaste a todas esas chicas para jodidamente
divertirte, para mojar tu polla. Apuesto a que te reíste de mí cada vez que
follabas a otra más, porque sabías que estaba allí sentada, ¡esperando a
que regresaras a mí! Esperé dieciocho malditos meses por ti. ¡Dieciocho
meses, Reed! Estaba tan enamorada de ti, no había palabras suficientes.
Habría dado todo por estar una noche más contigo, un día… demonios, un
minuto. Habría hecho cualquier cosa para tenerte de vuelta, pero ya no.
Me quedaba dormida llorando, soñaba contigo, me despertaba y pensaba
en ti, respiraba por ti, esperaba por ti. Era un jodido desastre y no voy a
hacerlo de nuevo. Amarte era fácil, más fácil que respirar.
Desenamorarme fue todo menos eso. Cada día me decía que ya bastaba,
que este era el día en el que oficialmente superaba a Reed Collins, que ya
no estaría tan rota, pero cada noche me quedaba dormida todavía
jodidamente amándote. Así que si puedes disculparme, termino con esa
jodida conversación. —Salgo de la habitación sin derramar ni una sola
lágrima. ¿Qué tengo que hacer para superarlo?

Reed

Me trago lo que queda de mi orgullo y salgo de este maldito lugar. No


esperaba que fuera un festival cuando vine a ella, pero tampoco esperaba
el odio de su parte. Me mata jodidamente no poder quitarle nada de esto
y estoy perdido en lo que se refiere a alguna manera de sanar esta
mierda.

Me siento en el capó del auto e intento calmarme cuando Matt estaciona


el auto en el camino de entrada. Solo vine aquí porque sabía que no
149 estaba y no estoy con el maldito humor de tratar con alguien más que me
grite.

—Hola, Reed. ¿Tienes un minuto? Necesito hablar contigo.

—Matt. ¿Qué es lo que quieres? ¿Vas a azotarme contra mi auto y


amenazarme como tu hermano o pegarme en las pelotas como su mejor
amiga o tienes algo más en mente? Mierda, sé que la jodí, lo entiendo. —
¿Qué más puede decirse o hacerse que no quiera hacérmelo a mí mismo?

—Eres el tipo que dejó a mi hermana sola y rota, así que no voy a
disculparme por protegerla y tampoco lo hará nadie más que la ame.
Pero no es de eso de lo que quería hablar contigo.

—Escucha, Matt, nunca pretendí lastimarla. La jodí en ese entonces. No sé


qué más decirte a ti o a ella o a cualquiera para que entiendan eso.
Maldición, moví mi vida entera aquí por ella. Sé que no la merezco, pero
joder, la amo —le digo en voz baja.

—Maldición, ¿por qué tengo que seguir pasando por esta mierda? —Matt
se frota la nuca—. Me convenciste cuando escuché que te mudaste aquí.
Puede que no sepa mucho, pero las personas no recogen sus vidas
enteras a menos que tenga algo que ver con amor. Mark tiene sus
problemas y eso es más profundo de lo que quiero pensar. Y Courtney y
Hadley tienen un jodido lazo de sangre y, por eso, va a ser dura contigo.
Todos vimos a Hadley en su punto más bajo y, créeme, no fue una escena
agradable. Tuvimos que presenciar desde un costado mientras su corazón
se rompía porque la persona a la que siempre amará la dejó. Eso es todo.
Puede que aún no lo sepa porque hay mucho dolor, pero Hadley te quiere.
Y que yo intente mantenerla alejada de ti solo la lastimará a largo plazo,
esa es mierda que conozco. Siempre me agradaste por alguna jodida
razón, pero eso no significa que vaya a ayudarte. Ella es nuestra Hadley y
haré cualquier cosa por ella. Si hablas en serio sobre recuperarla, está
bien (genial incluso) porque puedo ver que te ama, siempre lo ha hecho.
Pero si estás aquí porque Hadley era alguien que te importaba y estás
solo, entonces vete, porque Hadley puede superar casi cualquier cosa,
pero no creo que regrese a nosotros de nuevo si le vuelves a romper el
corazón una vez más.

—Matt, vine aquí por ella. Ella lo era, lo es, y la jodí en serio, pero no voy a
irme a ningún lado de nuevo. —Parece aceptar lo que dije ya que la
tensión en sus hombros se ha ido.
150 —Está bien, pruébalo entonces… pero no es de esta mierda que quería
hablar. Bennett le hizo esto a Hadley. Hoy visité al doctor que vio a
Hadley. Era amigo de Bennett y se ha vuelto un amigo de ella a través de
él. Vio algo que no le gustó hace un tiempo cuando salieron y lo confirmó.
Hadley no quiere que nadie sepa, no tengo idea por qué está protegiendo
su trasero, pero lo está haciendo. Pero él jodidamente desapareció y
ahora no puedo encontrarlo en ningún lado. La última vez que lo vieron,
salió de la gala anoche cuando descubrió que Hadley se fue. Hice una
investigación y averigüé que su negocio está casi en bancarrota,
colgando de un hilo, y el poco dinero que tenía lo sacó esta mañana. Con
toda la mierda que está pasando con mamá, no puedo decirle a papá, así
que sus contactos no pueden ser usados para encontrar al hijo de perra. Y
los chicos que usualmente uso puede que sean más leales a él porque
ambos hacemos negocios con ellos. Dicho eso, escuché que tienes algunos
contactos ahora.

—Joder, sí, llamaré a mi amigo Bash ahora mismo, no tienes que pedirlo.
Lance me dijo la misma mierda hace rato. Al ver su rostro, no hay duda
de que alguien la golpeó. ¿Pero por qué carajos dejarías que estuviera con
alguien así? —A Matt no le gusta el drama, pero si sabía que esto pasaba…
—Mierda, cálmate. No quiero que escuche Sí, era un posesivo todo el
tiempo, pero anoche fue la primera vez que le ha puesto una mano
encima… apostaría todo mi jodido dinero en eso. Puede que Hadley no
esté en el mejor estado, pero no se habría quedado con él si la golpeaba.
—Matt agita la mano—. Escucha, si averiguo algo más, te lo haré saber.
Haz lo mismo. No espero que Hadley me diga algo si no lo ha hecho
todavía, pero quizás lo hará. También vigílala a ella —dice Matt mientras
agarra las compras de su camioneta y camina por la puerta al mismo
tiempo que Lance y Courtney se despiden de Hadley con un abrazo. No
puedo evitar mirarla a ella y el moretón que cubre su perfecto rostro.

Si ese imbécil tuvo algo que ver con la herida de Hadley, es un hombre
muerto.

151
Capítulo 16
Hadley

H
e estado en casa de mis padres cada día desde la visita de mi
padre una semana atrás y cada día mamá empeora, durmiendo
constantemente y no tengo el corazón para despertarla. Me
siento a su lado durante horas y leo, pero ella solo se mueve. Parte de mí
está agradecida de no tener que hablar acerca de mi rostro con ella, pero
pasar tiempo de calidad con mi mamá es mucho más importante que lo
que me sucedió. Todo lo demás es simplemente irrelevante.

La enfermera de mi mamá, Margret, sale del antiguo estudio de mi papá


que han convertido en una habitación para mi mamá, sus brazos llenos
152 de frascos de medicina.

—Hola, Hadley, la señora Julie está teniendo un buen día y estoy segura
que el que estés aquí lo hará todavía mejor. Tienes cerca de una hora
hasta que sea hora de sus medicamentes de la tarde y esos siempre la
ponen cansada, así que apúrate porque ella querrá platicar todo el
tiempo.

Corro dentro de la habitación, tan emocionada de que finalmente tengo


algo de tiempo con ella. Me detengo en seco cuando noto que mamá ha
sido sacada de su propia cama que compartía con mi papá a una cama
de hospital, todo hecho desde ayer. El atroz miedo de perder a mi mamá
flota en el aire y odio completamente que no podamos hacer nada para
detenerlo. La enfermera en mí sabe que el final se acerca, pero la hija en
mí quiere sujetarse a cualquier pizca de esperanza por un milagro.
Excepto que el cáncer no concede milagros, no le importa a quién se lleva
a la tumba, no le importa lo mucho que la persona lo desee lejos, quien
ama a la persona… no se preocupa por la familia y amigos que quedan
para recoger los pedazos.

Es simple, el cáncer es una perra con hormonas.


Desde el lugar donde estoy parada, mi mamá se ve tan frágil, tan
derrotada, su diminuto cuerpo ni siquiera cubre la mitad de la cama. No
puedo evitar sonreír, sin embargo, ella no está dejando que este cáncer le
evite ser ella. La peluca de mamá todavía está puesta y perfectamente
estilizada y está vestida en uno de sus camisones de boutique favoritos.
Margret está en lo correcto… hoy es un buen día para ella.

Agarro una de las manos de mamá y digo:

—Mamá, lamento no despertarte, te veías tan cansada. Te leí algunos


libros y vimos algunas películas, incluso algunas de nuestras favoritas.

Me inclino, besándola tiernamente en su frente. Mi mamá acuna su


pequeña mano en mi mejilla y sus ojos brillan.

—Está bien, pequeña, lo entiendo. Escuché a tus hermanos y a tu papá


hablando acerca de lo que le sucedió a tu brazo y rostro esta mañana.
Será mejor que esa Lucy sea más cuidadosa tratando de obtener tu
atención. También, lo que se dice en la casa es que Bennett y tú
terminaron, estoy contenta de que te deshicieras de ese chico. Jamás me
agradó mucho. Ahora siéntate y cuéntale a tu mamá todo acerca de lo
153 que te está devorando y ni siquiera pienses en no decirme todo. Todavía
soy tu madre, y me hace sentir necesitada dado que no hay mucho que
pueda hacer estos días.

Arrastro una silla hacia su cama, sin soltar nunca su mano.

—No quiero que te preocupes por ello. En realidad no hay nada de qué
hablar. Estoy bien ahora. Solo estaba teniendo un mal día y necesitaba
expulsar algo de vapor. Bebí un poco de más, Lucy me hizo tropezar de las
escaleras y me caí. Y con Bennett ido, simplemente era demasiado callado
ahí y ha pasado tanto desde que he estado sola. Me estuve quedando con
Matt durante un rato, pero no quiere cerca a su hermanita para arruinar
su diversión, así que regresé a casa hace dos días.

Mi mamá sonríe, sabiendo exactamente el tipo de mujeriego que Matt


realmente es.

—Tu hermano puede mantener puestos sus pantalones por un par de


semanas para que su única hermana se quede, es bueno para él. A lo
mejor le ayudará a encontrar una novia de verdad.
—Ja ja, mamá. Ambas sabemos que eso no va a suceder. Ahora tiene
treinta y cinco y si todavía no ha encontrado una esposa, no creo que lo
haga. Matt va a jalar la carta de “soltero caliente” hasta que ya no pueda
y, después de eso, jugará la del rico. Pero no me pidió que me fuera ni
nada, solo no quiero interferir con la vida de nadie. — Tomo una profunda
respiración y por primera vez desde que Reed volvió a entrar a mi vida,
dejo salir las palabras que han estado en mi cabeza—. Puede que también
quiera alejarme de cosas de aquí. No estoy segura de realmente querer
quedarme, quiero decir, en Atlanta, mucho más tiempo. Solo me siento
perdida ahora. Quizás irme ayudará. Podría encontrar algo que me
equilibre.

Mi mamá sujeta mi mano un poco más fuerte.

—Hadley, sé que mi tiempo aquí se está desvaneciendo. Puedo sentirlo.


Así que no voy a perder tiempo hablando acerca de cosas que no son
importantes, así que detengamos la mierda. No quiero que sientas que
tienes que quedarte aquí después de que me haya ido solo por la familia,
pero tampoco quiero que te vayas de aquí porque quieres escapar de tus
problemas. Porque, cariño, siempre terminarás corriendo y los problemas
154 tienen una forma de perseguirte. Nuestra familia será una unidad sin
importar dónde estemos en este mundo o en el siguiente, pero piensa las
cosas detenidamente antes de que decidas dejar todo y mudarte a algún
lugar nuevo. Tu papá sí me dijo que Reed volvió. Reed incluso llamó unas
cuantas veces para ver cómo estoy. ¿Puedes creer esa? Solo hay una
razón para eso y no fue por mí. En realidad, te estaba checando a ti. Reed
todavía está enamorado de ti, bebé. Cinco años es un largo tiempo para
estar separados y a lo mejor ambos necesitaban ese tiempo para reunirse
ahora y ser más fuertes de lo que cualquiera de ustedes pensaría.

Puedo sentir mi rostro cambiar, ¿qué sucede con todo el mundo?

—No mires a tu madre de ese modo. Sé que no estuve en el club de fans


“amo a Reed”, pero todo lo que me queda hacer es pensar y parece que
hago eso un montón. Reed tuvo que desarraigar su vida en Las Vegas y
mudarse aquí por algo y el algo eres tú, pequeña. Lo creas o no, esa es tu
decisión y solamente tuya. Pero los hombres no hacen eso solo por nada.
Ustedes tuvieron un amor que yo conocía bastante bien. Lo siento cada
día cuando miro a tu papi. De mis tres hijos, tú siempre fuiste la que más
guardaba su corazón, incluso cuando eras pequeña.
—Mamá, pareces olvidar que él desarraigó su vida conmigo para irse a
Las Vegas. Y si los hombres no hacen eso por nada… entonces no quiero
saber lo que es ese algo. Claramente, no me amaba lo suficiente.

—O a lo mejor es porque él no se amaba a sí mismo lo suficiente. Cariño,


fue tu primer amor y un verdadero amor en eso. Es realmente simple… si
lo amas, ve a él.

—¿Simple? Esto es todo menos simple, mamá. No puedo, quiero decir, no


iré ahí con él. ¿Lo amo después de todo? No… sí… bueno, quizás… oh,
infiernos, no tengo ni idea. Pensé que sabía la respuesta antes de que
volviera. Lo había superado al cien por ciento, sin preguntas, pero
viéndolo… ahora ya no estoy tan segura. Él ha cambiado. Yo he cambiado.
Ni siquiera sé si puedo superar lo que pasó… si incluso quiero eso. Dios,
mamá, ¿recuerdas cómo estuve cuando se fue y luego la bebé y, la cereza
del pastel, cuando me enteré de las otras chicas? No estoy segura en lo
absoluto.

Mi mamá batalla para sentarse y tira mi mano hacia su pecho con más
lágrimas en sus ojos. Y luego me habla suavemente.
155 —Para perdonar, me refiero al tipo de perdón que sin importar qué, jamás
sientes la necesitar de recordar la razón por la que perdonaste a la
persona en primer lugar, es la cosa más difícil que puede que alguna vez
hagas. Pero confía en mí, cuando perdonas de ese modo, tu corazón y
alma se vuelven cerca de quince kilos más ligeros. No estoy diciendo que
te olvides de todas las cosas que pasaron entre ustedes porque eso sería
como si no hubiera sucedido en lo absoluto. Y esas decisiones los
cambiaron a ambos en quienes son ahora. Sin embargo, ambos crecieron
durante su tiempo separados. Escucha a tu mamá, creo que es tiempo de
que sueltes al toro y lo vuelvas a amar. Pero si no puedes encontrarlo
dentro de ti el hacer eso, al menos necesitas perdonarlo. Si no por él,
entonces hazlo por ti. Esto ha estado pesando en ti por demasiado tiempo
y es momento, pequeña… esto lo sé. Ya no tengas miedo de sentir, por
favor.

Las lágrimas se acumulan en la esquina de mis ojos. Igual madre, igual


padre, siempre dicen las cosas que más necesito escuchar. Extrañaré este
tiempo con ella, donde solo somos ella y yo y nada en medio. Siempre
querré más, siempre querré un día más con ella.
—¿Y si lo vuelvo a dejar entrar y Reed rompe mi corazón? Oh, mamá, ¿y
si decide volver a dejarme? Sé que no puedo regresar de eso.

Mamá levanta nuestras manos entrelazadas y limpia mis lágrimas.

—¿Y si no lo hace? Puedes pensar en el “y si” de cada decisión que alguna


vez tomes en la vida, pero no puedes cambiarlas, así que ¿por qué te
harías eso? ¿Preferirías vivir la vida como eres ahora y solo moverte a
través de los movimientos de una persona normal o estar enamorada,
completa y verdaderamente feliz? La vida es un juego de oportunidades,
pequeña. Escucha a lo que está aquí. —Señala mi corazón—. En vez de lo
que está aquí. —Y luego señala mi cabeza—. Porque tu cabeza no entiende
el amor, nunca lo hará. Su trabajo es mantenerte a salvo, pero el trabajo
de tu corazón es hacerte sentirte viva. Todos merecemos una oportunidad
de sentirnos de ese modo, incluso si es solo por un corto tiempo. Lo tuviste
antes con él y estoy segura de que puedes volver a tenerlo.

Me levanto de mi asiento y me acuesto cuidadosamente a su lado,


acurrucándome en ella mientras lloro silenciosamente.

Por un amor que solía tener.


156
Y amor que puede no volver a suceder.

Y pláticas como esta con mamá que jamás volveré a tener.

Reed
—Entonces, Riker, tu pelea es contra Redman el quince de diciembre y te
quiero de regreso en Las Vegas dos semanas antes. Ya agendamos
sesiones fotográficas, promocionales y algunas fiestas en las que te
necesitamos. Si ganas esta, la pelea por el cinturón será en junio. Eso te
pondrá en tu octava pelea en contrato, lo que significa que necesitamos
empezar negociaciones por otro. Revisa los papeles que te envié anoche y
hazme saber hoy más tarde si tienes alguna pregunta. Mañana me voy
de vacaciones, así que a menos que sea una emergencia, tienes que pasar
primero por Krystal.
Levanto la mirada de mi escritorio a la cámara en mi computadora y veo
a Daily con la jodida sonrisa más grande en su rostro.

—Te lo dije antes de que empezaras con ella, Riker… ella estaba aquí antes
que tú y si dejabas de follarla, las consecuencias eran todas tuyas.

—Jodido imbécil. Gracias por el recordatorio, jefe. Revisaré los papeles y


dejaré que los agentes y abogados traten con ello. Te veo en ocho
semanas. —Bajando de golpe la pantalla de mi computadora y subiendo
mis pies a mi escritorio, miro a Laura, quien está sentada en la esquina
con mi agente Colton revisando mi contrato. Sé que debería estar
poniendo más atención a lo que están hablando, pero honestamente, no
me importa. Tengo todo el dinero que necesito y ellos solo están tratando
de negociar mis términos para tener más de ello. Supongo que para eso
es que les pago, pero en realidad esta parte del negocio me aburre hasta
el infierno. Graciosa mierda: dejé a Hadley para poder tener todo esto y
me costó todo lo que realmente importaba más. Lo regalaría todo para
tener a mi chica de vuelta. Jodido cuidado con lo que deseas.

Empiezo a jugar con mi teléfono cuando llega un mensaje de texto de


157 Lance.

Lance: Amigo, ¡necesito tu ayuda! Algún tipo de un bar llamó a Court y le


dijo que Hads está borracha y necesita un aventón, estamos a una hora
de distancia, ¿puedes hacerlo tú?

Yo: Lo intentaré, estoy revisando la mierda del contrato aquí

Lance: Court está jodidamente diciendo que está haciendo cosas más
pesadas, ¡necesitas llegar ahí ahora!

Yo: ¡¡¡QUÉ CARAJOS!!!

Lance: El barman dijo que vayamos por ella rápido.

Yo: ¿¿¿DÓNDE CARAJOS ESTÁ???

Lance: Docs off Peachtree

Yo: Estaré ahí en 10

—Laura, me tengo que ir, emergencia. Mándame los detalles que pienses
que necesitan cambiarse y asegúrate de poner un bono en ello para todos
ustedes. — Laura asiente y me sonríe en el momento que escucha ―bono‖.
Diez minutos después, entro en algún sucio bar llamado Docs y veo una
muy ardiente y muy estropeada chica bailando en la cima de la barra
con un grupo de tipos babeando sobre ella. Camino hacia el barman y
pregunto:

—¿Cuánto bebió?

Se encoge de hombros.

—Ni idea. Llegué aquí hace cerca de treinta minutos y ya estaba


borracha. Jamás ha estado así y Hadley ha estado viniendo aquí lo
suficiente para que yo sepa que si alguien no se la lleva de aquí, se odiará
mañana. Sin embargo, un adelanto, estaba pasando el rato con algunos
pendejos que hacen cosas más pesadas que solo beber, si sabes lo que
quiero decir.

Asiento, enfadado con Hadley por siquiera estar cerca de ellos. Se está
balanceado de lado a lado con música que solo puedo adivinar ella
escucha en su cabeza.
158 Hadley se baja de la barra y toma dos tragos de apariencia café que
alguno de los tipos le extiende.

—Mierda, ¿está tomando Jäger? No es de extrañar que esté así, se vuelve


loca con esa mierda.

Caminando detrás de Hadley, le susurro en su oído:

—Oye, sexy, ¿qué tramas?

Se da la vuelta, llevando una enorme sonrisa en su rostro. Si tan solo


fuera genuina.

—¡Reed! ¿Qué estás haciendo aquí? Chicos, este es Reed, el ex del que les
estaba contando. Reed, ¿quieres divertirte conmigo? —dice Hadley
arrastrando las palabras.

Levanta otro trago de la barra y lo toma. Obviamente, está jodidamente


hasta las nubes y en este punto puede ir hacia un lado o al otro. Hadley
bebiendo Jäger es una jodida bomba de tiempo. Si lo ha mezclado con
cualquier otra mierda… ¿quién sabe? Por cuán rojos y grandes están sus
ojos, definitivamente está en algo.
—¿Quieres que te lleve a casa, Hads?

—Pshh. ¡Claro que no! Voy a quedarme aquí. Quiero beber un poco más.
¡WOOP WOOP! —Hadley levanta sus manos, ondeándolas.

—Joder con eso, vas a venir conmigo, fin de la historia. Por la forma en la
que estás hablando, nena, ya tuviste suficiente de esa mierda. —Le
entrego su bolso a Hadley, tratando de empujarla hacia la puerta.

—Espera, Reed. Necesito otro trago. —Hace pucheros y cruza sus brazos
sobre su pecho, empujando hacia arriba esas malditas tetas suyas—.
¿Sabes qué Reed? Usted, señor, solía ser mucho más divertido. Sin
embargo, ahora eres mucho más caliente. Quizás eso es lo que ha
sucedido. Síp, eso es. —Me golpea en el pecho, su rostro bailando con
emoción como si acabara de encontrar la cura para el SIDA—. Tu
atractivo se llevó tu diversión. En serio, me he estado preguntando algo
durante un tiempo. ¿Tu polla se va a caer debido a todos los lugares en
los que la has metido en el último par de años? Quiero decir, ¿hubo una
estrella porno por ahí que no te follaras? Oh, ¿y pudiste de verdad sentirlo
cuando la metiste o fue como follar al aire? Vamos, ellas follan para
159 vivir… tienen que estar aguadas como una gelatina, ¿cierto? Y Krystal
entrepierna podrida… en serio, es una puta, ¿verdad? ¿Lo entiendes?
¿Entrepierna podrida? Quiero decir, así es completamente como la he
estado llamando. ¡Jodida Krystal Entrepierna Podrida!

Hadley aplasta sus manos sobre su boca y sus ojos se salen.

—Mierda, eso no se suponía que saliera de aquí. —Hadley señala su boca


y empieza a soltar risitas—. Oh, ¿sabes lo que extraño, Reed? ¡Tim
Hortons! Definitivamente podría ir por huevo envuelto en tocino y un
capuchino helado. ¿Por qué no tienen de esos aquí? Totalmente, deberían
traerlos al sur, porque me comería tres al mismo tiempo. Pero sí tienen
Zaxbys aquí. ¿Lo has probado? Tienen este pollo…— Guau… síp…
Entrepierna podrida… eso es todo lo que capté de todo lo que dijo.

—Mierda, nena, vamos. Voy a sacarte de aquí. —¿Con qué otra cosa va a
salir?

—¿Por qué no hacemos papel, tijeras, golpéalo a ver quién gana? —Jesús,
Hadley.

—Hads, es piedra, papel o tijeras. —Joder con mi vida.


—No, Reeeeeeedddd. Es papel, tijeras, golpéalo, duuuuhhhhh. Porque
quieres golpearlo. ¿Entiendes? Golpear esa mierda. —Se está poniendo
cada vez peor.

—Hadley Marie Thomas, vienes conmigo ahora o que Dios me ayude,


cargaré tu culo fuera de este jodido bar.

—Oh, grande y malo chico Reed Assmuncher Collins, usando el nombre


completo esta vez. Cuidado, chicos, ¡mis padres están en la CASA! —
Jesucristo todo poderoso.

—Voy a jodidamente empezar a contar.

—Pero me estoy divirtiendo. ¿No quieres pasar el rato conmigo? —dice


Hadley, sacando su maldito labio.

—Sí, nena, lo quiero. Pero ¿por qué no pasamos el rato lejos de todos los
tipos que quieren jodidamente meterse en tus pantalones? —La agarro
del brazo, tratando de hacerla irse conmigo otra vez.

La jodida luz de Hadley cambia.

160 —Qué, Reed, no quieres ser visto conmigo, ¿verdad? Es por eso que me
dejaste, ¿no es así? No era lo bastante buena para estar en tu brazo para
que la gente realmente me viera, ¿o no? bueno, abucheos para ti, chico
grande. ¡NO VOY A IRME CONTIGO!

—Créeme, ese no es el por qué, cariño. Tendremos esta conversación


cuando no estés sacando burbujas de Jäger de tu cabeza y puedas
realmente pensar. ¿De verdad crees que me importa una mierda lo que
dices cuando viene de ti actuado así? —digo, recogiendo a Hadley y
balanceándola sobre mi hombro, pateando y gritando.

La abrocho en mi asiento delantero mientras ella lanza una rabieta como


un maldito niño de cinco años. Cuando aviento su bolso dentro del auto,
una bolsita clara cae en el suelo y cualquier mierda que haya en ella, se
ha ido. ¿Qué demonios le pasó a la Hadley que conocía? La levanto y
empujo la bolsa en su rostro.

—Voy a preguntar esto una vez, ¿qué carajos estás haciendo con esta
mierda? ¿Estás usando? —Mis palabras apenas salen por mis dientes
apretados.

Hadley golpea mi rostro y agarra la bolsita de mi mano.


—¿Qué vas a hacer al respecto, Reed, eh? Eres inteligente, la bolsita se
cayó de mi bolso. Por supuesto que es mía, imbécil. ¿Y adivina qué? La
aspiré por mi jodida nariz. Estoy jodidamente drogada como una maldita
cometa y me encanta cada minuto de ello e incluso me metí una píldora
para finalizar mi noche. —Se desabrocha el cinturón de seguridad,
tratando de empujarme fuera de su camino. Mantengo mi lugar y pongo
el seguro de niños en la puerta antes de cerrarla de golpe. Gracias a Dios
que hoy traje mi Audi, porque mantener su trasero en el Chevelle habría
sido imposible. Hadley cruza sus brazos sobre su pecho y se niega a
siquiera dar un vistazo en mi dirección, lo que está jodidamente bien
porque mirarla tampoco está en la lista de las diez cosas que quiero hacer
esta noche.

—Hadley, ¿por qué demonios lo estás haciendo? Eres mucho mejor que
esta mierda. —Tiro la bolsa por la ventana mientras revoluciono mi
motor, dejando el estacionamiento.

—No lo sé, Reed. Mi vida se está yendo a la mierda y hoy es un día en el


que necesito algo un poco más fuerte. ¿Por qué siquiera te importa?
Déjame sola… has hecho un trabajo fabuloso en eso durante los pasados
161 cinco años. Lo que yo tome, lo que aspire y a quién folle ya no es de tu
incumbencia. Solo llévame a casa. —Juro que la escucho empezar a llorar,
pero no sé qué decir para ayudarla. Hadley está mucho peor de lo que
pensé que estaba, demasiado perdida para que la ayude si ella no lo
quiere.

Empieza a murmurar mierda que no tiene sentido y no hemos estado


fuera del bar ni cinco minutos antes de que su cabeza esté encorvada con
baba saliendo de su boca. Dejarla sola en su casa está fuera de cuestión.
Estará en mi cama le guste o no, es el único lugar que conozco para
mantenerla a salvo.

Suavemente, la levanto y la llevo a mi habitación… luce tan jodidamente


triste incluso mientras duerme. Ni siquiera se mueve cuando la acuesto y
cambio su camiseta. Tiro de las mantas sobre ella y me pongo justo a su
lado, enterrando mi cabeza en su cabello, puede que mi chica no sepa lo
que necesita, puede que esté demasiado jodidamente perdida, pero
todavía es mi chica, en mis brazos, en mi cama. Susurro contra ella:

—Con locura, Hadley. —Se revuelve y juro que escucho un “te amo” de
ella, pero eso es probablemente solo mi mente jugándome juegos.
162
Capítulo 17
Hadley

¿P
or qué decidí tomar tanto y por qué pensé que la mezcla de Jäger
y coca era una idea tan brillante? Abro mis ojos ligeramente y
nada acerca de esta habitación se ve familiar. No tengo a un tipo
en la cama conmigo, pero estoy con la camiseta y bóxers de alguien. Al
menos no estoy desnuda. Eso es ganancia… bueno, espero. Nada como
una noche de diversión que no puedes recordar y una mañana de
arrepentimiento. Dando un vistazo por la habitación, noto algunas
fotografías enmarcadas al final de la mesa y se ve como una pareja, pero
no puedo decirlo sin moverme. ¿Qué demonios hice?

163 Cuidadosamente, me siento, lo último que necesito es perder los


contenidos de mi estómago en la cama de alguna persona al azar. De
repente, soy golpeada con un aroma demasiado familiar… Reed. ¿Qué
demonios dejé que pasara anoche? No recuerdo nada, ni verlo anoche,
nada. Anoche es un gran espacio en blanco en mi memoria.

No hay evidencia de sexo por ningún lado, pero el Señor sabe que Reed y
yo jamás fuimos buenos con toda la cosa de la protección. Mi ropa
doblada agradablemente sobre su cómoda, una cama para perros en el
suelo cerca de la puerta, pero nada más. El imbécil fue y se consiguió una
criada, porque no hay forma de que él limpie algo… al menos jamás solía
hacerlo.

Mis dedos de los pies tocan la suave alfombra al final de su cama y mis
ojos se detienen en las fotos al lado. Conmoción viaja por mis venas, todas
son de nosotros, una que se llevó cuando se fue hace tanto tiempo y
algunas donde solo estoy yo. Recojo la más cercana a mí, pasando mis
dedos sobre esta. Es una de las últimas fotografías de nosotros juntos.
Fuimos a la casa de mis padres en Vail durante un descanso del
entrenamiento de Reed solo un par de semanas antes de que me dejara.
Me he aferrado a mis recuerdos de ese fin de semana por tanto tiempo. El
amor que compartimos, las risas, los toques entre nosotros… como
siempre, no podíamos quedar satisfechos del otro. Habíamos hablado
afuera por horas mientras mirábamos desde la montaña, acerca de lo
que nos deparaba nuestro futuro juntos, sueños que teníamos. Volviendo
a recordar todo el discurso que hizo Reed, pensé que su plan me incluía,
¿pero cuán equivocada estaba? Las dudas que él tenía, la tensión, su
infelicidad, todo eso, no escuché nada de ello, no quise. Estaba demasiado
cegada con mi amor por él para querer escuchar nada más.

Me pregunto si éramos realmente solo nosotros. Me pregunto si era


únicamente mi corazón el que quería escuchar sus palabras. Todo lo que
hago es preguntarme. ¿Pero qué me ha traído el preguntarme?

Coloco la foto de vuelta al final de la mesa, deseando haber tenido el


coraje para aventarla a la pared, pero mi corazón no me lo permitirá. Voy
directo al baño… este lugar, esta cama, este aroma es demasiado, necesito
salir y salir rápido. Mis ojos se entrecierran cuando la luz golpea el espejo
y me doy cuenta que me veo peor de lo que me siento: máscara de
pestañas corre por mi rostro, mi cabello lleno de nudos, ojos inyectados
en sangre… mierda. Salpico agua en mi rostro, tiro la coleta de mi muñeca
164 para levantar mi cabello en un moño desordenado, robo pasta dental de
Reed y, con mi dedo, me deshago del terrible aliento que tengo. Un taxi es
lo que necesito, y rápido, antes de que Reed decida honrarme con su
presencia. Silenciosamente, bajo las escaleras y noto mi bolso y llaves en
la isla de la cocina. Primera anotación; no necesito ningún taxi. Junto a
estas hay una nota de alguna chica llamada Laura, diciendo que
encontró mi auto donde Reed le dijo que estaba. Me pregunto si esta chica
Laura es el remplazo de Entrepierna Podrida. Mis zapatos están junto a la
puerta y mientras deslizo mis pies en ellos, un muy sudado Reed entra
por la puerta lateral.

—Oh bien, estás levantada. ¿Quieres que te haga el desayuno o puedo


llevarte a algún lugar? Escuché que puedes devorar Waffle House como
nadie. Déjame saltar en la ducha rápido y podemos ir ahí. Sé que puedo ir
por algo. —Reed se frota contra mi brazo en su camino hacia el
refrigerador para conseguir agua.

—Reed, no estoy segura de lo que realmente pasó anoche, pero sea lo que
sea, no debió haber sucedido. Lo siento, pero eso no cambia nada entre
nosotros.
Reed se ahoga con el agua, derramándola en el suelo.

—Hadley, nada pasó anoche. Te pusiste borrachísima, jodidamente te


metiste coca y dijiste que te metiste una píldora que probablemente es la
razón por la cual estuviste muerta para el mundo. Te recogí porque
Courtney y Lance fueron a algún lugar demasiado lejos para ir por ti. Te
avergonzaste jodidamente y luego te desmayaste en mi auto. No podía
llevarte a tu casa porque no me ha sido concedido el privilegio de saber
dónde vives. Incluso si lo supiera, estabas demasiado jodidamente
perdida para estar sola. Te puse en mi habitación para que durmieras
después de cambiarte… me gustaría añadir que solo le di un rápido
vistazo a tus bienes. Dormí en un lado de la cama, tú dormiste en el otro y
solo trataste de manosearme un par de veces… no te preocupes, todavía
no duermo con gente que no puede formar palabras.

¡Oh, gracias, dulce bebé Jesús! Alivio me inunda. Sé que un revolcón con
Reed complicaría mucho más la mierda.

—Dios, Reed, gracias por eso. He estado atravesando algunas cosas y solo
quería divertirme, supongo que a lo mejor tuve un poco demasiado de
165 diversión.

—Joder, Hadley, sé que no estamos siquiera cerca de estar en el mejor


lugar justo ahora, pero si necesitas a alguien con quien hablar, estoy
aquí. No vayas y te emborraches así otra vez. Y no te metas en nada como
lo hiciste anoche… esa porquería puede arruinarte jodidamente. Lo vi con
mi papá. Eres demasiado buena para esa mierda. Lance dijo esta mañana
que Courtney está preocupada por cómo estás manejando las cosas.

—Estás ciertamente en lo correcto, Reed. No estamos en el mejor de los


lugares. Gracias por tu preocupación, pero en verdad no la necesito. Me
emborraché anoche y no aspiré demasiada coca, solo un par de líneas y
no recuerdo una píldora. No es la gran cosa.

—No, Hadley, es una jodida enorme cosa. Estuviste en un bar donde


cualquier Tom, Dick o Harry podía haberte llevado a casa anoche.
Despertaste sin recordar nada de esa mierda. Si no piensas que esa es
una gran cosa, no estoy seguro de qué carajos lo es. Por favor, por mí, si
quieres ponerte así de nuevo, solo lleva a alguien contigo. —Después de
todo este tiempo, no tiene ningún derecho de preocuparse por mí y por la
mierda que hago.
—Reed, supongo que necesito recordarte una vez más que solo porque
volviste aquí no significa que te admita de vuelta en mi vida. He estado
ahí, he hecho eso, obtuve la jodida camiseta y el corazón roto para
demostrarlo. Lo de anoche no volverá a pasar.

Reed agarra mi brazo, colocando una mano en mi cuello. Su toque hace


que mi corazón salte más rápido segundo a segundo.

—¿Me escucharías por favor, Hadley? He tratado cientos de veces de


hacer lo que pensé era lo correcto, jodidamente no lo era. Hice la maldita
excusa en mi cabeza de que tú te alejaste, que te merecías algo mejor que
solo un luchador como yo y, maldición, Hadley, no creo que alguna vez
alguien sea lo suficientemente bueno. Pero siempre te amaré. Con cada
jodida respiración que tomo lo haré. Pasaré el resto de mi maldita vida
enmendando esos errores. Pero, por favor, no me alejes. Lo único que
quiero es ayudar, eso es todo.

No lo entiende y no creo que alguna vez lo hiciera.

—Reed, no entiendes. Mientras estuviste por ahí follando a cada chica


caliente que te abriera sus piernas, yo estaba rota, dañada; infiernos,
166 estaba perdida, tan perdida, Reed; y no me puedo permitir regresar ahí.
No me haré eso. ¿Tenías alguna idea de lo mucho que te amaba, lo
mucho que me mataría el que me dejaras? Dios, Reed, mi sol jodidamente
se levantaba y se ponía contigo. Habría renunciado a todo por ti, cada
jodido dólar, mi carrera, mi familia. Solo para estar contigo. Tanto era lo
que te amaba, tanta la fe que tenía en ti. ¿Y sabes adónde me llevaron el
amor y la fe? Me llevaron a llorar en el hombro de Courtney cuando
Lance se alejó con tus cosas, me hicieron aislarme de todo, de todos los
que me importaban. Me hicieron perder todo. Pero tú jamás me diste
siquiera una elección en nada de ello. Me quitaste todo eso. Simplemente,
te largaste y ni siquiera me hablaste acerca de lo que querías, ni un
gramo de comunicación. Infiernos, habría aceptado una jodida señal de
humo. Pero nop, nada. Hasta jodidamente enviaste a Lance a recoger tus
cosas cuando ese pudiste ser tú. Pero de nuevo, nada de ti, Reed.

»Lo que jodidamente me destrozó fue que regresaste un par de meses


después de irte y nuestros amigos te vieron, nuestros amigos en común, y
jamás te molestaste siquiera en llamarme. Eso justo ahí me mató y no fue
rápido, fue como un cuchillo siendo empujado y sacado, dentro y fuera de
mi corazón. La jodida cosa más estúpida acerca de esto es que te habría
aceptado de regreso incluso después de todo. Todavía mantuve la
esperanza después de hablar con Doug porque pensé que entendía todo el
asunto. Hasta que te vi dar vueltas a esa zorra, exactamente como hacías
conmigo cada vez que ganabas. Lo hiciste en televisión nacional, y
adivina qué, a la gente le agradó tanto que estuvo en jodida cámara lenta
cuando lo vi. Y en ese momento supe que podía odiar y amar a alguien al
mismo tiempo. Porque mi jodida cabeza odiaba cada cosa de ti. Cada-
Cosa. Pero no, ¡mi estúpido y jodido corazón todavía te amaba! ¿Qué hice
para no ser lo bastante buena para ti, Reed? ¿Qué hice? —Antes de darme
cuenta, lágrimas se derraman y estoy siendo envuelta en los fuertes
brazos de Reed, sollozando y me pateo por sentirme protegida aquí.

—Hads, no hiciste nada malo, ni una sola cosa. Estaba tan jodido. Mi vida
al crecer fue completamente opuesta a la tuya. Jamás quise que lo
supieras por lo genial que era la tuya. No quería ni necesitaba tu lástima.
Y en ese jodido tiempo, pensé que no contártelo era lo correcto. Había
tantas cosas que mantenía para mí porque quería ser perfecto para ti,
porque eras perfecta para mí. Todo lo que hacías, jodidamente lo amaba.
Todo. Jamás dudes eso, Hads. Si te hubiera dicho en lo que crecí, ya no me
167 habrías visto de ese modo. Al menos en mi estropeada cabeza, eso es lo
que pensaba. Dejarte no tuvo que ver ni una maldita cosa con cuánto me
amabas. Porque, Hadley, siempre lo supe. Tenía todo que ver conmigo no
amándome a mí mismo. Toda mi jodida vida se me dijo constantemente
que era un perdedor, cada uno de los malditos días me dijeron que jamás
lo lograría. Y esas jodidas palabras me hicieron algo.

»Hace cinco años no tenía ni un jodido dólar a mi nombre y tú pagabas


por todo sin pestañear, nena. Dios, ni siquiera podía conseguirte un
regalo de Navidad sin tener que tomar más peleas clandestinas. Y
merecías muchísimo más que un hijo de perra como ese. Le preguntaba a
Lance todo el tiempo cómo estabas. Decía que lo estabas manejando. Dios,
Hadley, si lo supiera, habría renunciado a todo porque probarme a mí
mismo no valía lo que atravesaste. Volvería en un jodido instante y
simplemente diría que se joda y trabajaría para tu familia. Lo haría si
pudiera, pero no puedo.

»Sí, tienes razón… regresé a casa, pero Hads, fue solo para verte caminar
por ese escenario. No podía perderme esa mierda. Estaba tan
malditamente orgulloso de ti. Acosé tu trasero ese día para ver cualquier
señal de que no estuvieras bien. Pero, nena, sonreías y abrazabas a tu
familia y toda esa mierda, pensé que el que me fuera fue lo mejor después
de todo. Me aferré a esa esperanza hasta el día en que escuché a Lance
decirle a mi entrenador que te habías ido. No sabía qué significaba el que
vinieras aquí, Hads, pensé que quería decir que habías seguido adelante.
Ese día… joder… fue la primera vez que me enganché con Krystal. Nena,
por favor créeme, no habría hecho ni mierda si lo hubiera sabido. Todo
este tiempo lejos de ti fue una enorme jodida pila de mierda que no puedo
cambiar, pero desearía como el infierno poder hacerlo. Pero te amaré por
el resto de mi jodida vida, cree esa mierda. Escúchame… por favor, nena,
escucha… estoy aquí de pie, justo frente a ti, ojos solo para ti. Y aquí es
donde estaré el resto de mi jodida vida, sin importar lo mucho que me
alejes.

Me alejo del agarre de Reed porque no puedo hacer esto, no ahora, quizás
nunca. ¿Quién iba a pensar que una tonelada de jodida mala
comunicación podía arruinar mi vida?

Agarro mis llaves y bolso de la encimera de su cocina y camino hacia la


puerta.

—Reed, por cierto, supongo que mereces saber dado que no estuviste ahí
168 cuando pasó, probablemente estabas follando con Krystal esa noche
también. Ayer habría sido el cumpleaños número cuatro de nuestra
bebé… si la hubiera llevado a término. Pero estaba demasiado
jodidamente alterada porque te fuiste que la perdí porque ni siquiera
pude cuidar de mí… porque decidiste desaparecer. —Al instante, siento
culpa porque le creo a Reed. Creo que no tocó a nadie hasta mucho
después de que perdí a la bebé. Pero quiero que también le duela
jodidamente… quiero destriparlo. Sin embargo, sin importar lo que Reed
hizo, jamás se mereció enterarse acerca de la pérdida de nuestra bebé de
ese modo. Giro mi cabeza para volver a hablar—. Creo que estamos
persiguiendo recuerdos y esa no es la manera en que quiero vivir mi vida,
Reed. Adiós.

Reed me aleja de la puerta.

—¡Joder, Hads! ¿Por qué no me buscaste? Habría estado ahí en un jodido


instante. Te amo con locura, Hads, y jodidamente nada de lo que dijiste
aquí lo cambia. Encontraré una forma de probártelo, sin importar lo
difícil que sea o lo mucho que tome, porque lo que tenemos no volverá a
suceder. Esta mierda es de una sola vez en la vida, para ambos. Y tú lo
sabes malditamente bien. Acciones, nena, y las mías jamás te tendrán
dudando de ellas.

—Reed, lo que acaba de salir jodidamente de tu boca es risible. ¿Cómo iba


a buscarte, eh? Enviarte un jodido telegrama porque toda la
comunicación me fue cortada. Cambiaste tu número, correo electrónico,
cerraste todo. ¿Qué querías que hiciera? ¿Contratar a un investigador
privado para encontrarte? ¡Infiernos, no! Tú me dejaste, no al revés. Esta
mierda es tu culpa y siempre lo será. Puedes cambiar toda tu vida y esas
acciones jamás serán suficientes, arrogante imbécil.

—Hadley, esa bebé era tan mía para saber sobre ella como tuya. Ni
siquiera tuve oportunidad de saber al respecto —dice Reed, apenas
aguantando.

—¡Porque jodidamente me dejaste! No merecías saber jodidamente nada


acerca de mi hija. Perderla fue tu culpa porque si no me hubieras dejado,
no habría estado demasiado deprimida para cuidarla dentro de mí.
¡Estaría aquí conmigo ahora y me habría asegurado de que jamás la
conocieras porque ella habría sido toda mía! —Miro a Reed, realmente lo
169 miro y sé que está destrozado, pero no puedo detenerme. Por primera vez,
puedo poner la culpa en alguien más.

»Reed, hemos terminado. Tú te alejaste, escogiste tu camino, y ahora es


mi turno.

Me arriesgo, mirando a Reed una vez más antes de salir y está agarrando
la encimera, su cabeza hacia abajo, lágrimas rodando por su rostro. No
me puedo obligar a ir con él. Quiero que sienta este dolor… necesito que
sienta este dolor, porque se lo ha ganado todo. Necesita quitármelo.

Voy directo a casa y llamo a alguien que sé que me ayudará esta vez.

Han pasado dos semanas desde mi colapso en la casa de Reed. Es extraño


hablar con alguien que fue tan cercano a Bennett, pero James es alguien
en el exterior mirando al interior, alguien que me conoce solo “después de
Reed”. Jamás me sentí cómoda yendo a ver a un terapeuta y James es la
siguiente mejor cosa. Me hace sentir mejor, más sana. He llegado a un
punto en mi vida donde necesito a alguien que solo esté atento a mí y a
nada más a mi alrededor. Nuestras citas de café se están convirtiendo en
mi muy necesitada terapia. Su cita favorita es: “Hay tres versiones de
cada historia: la tuya, la suya y la verdad en algún lugar en el medio”.
Tan cierto, pero ¿cómo puedo encontrar el punto medio? Quiere que me
siente con Reed para tener mi cierre justo al igual que dice Courtney, pero
cuando él lo dice sé que lo necesito. Solo necesito tiempo para resolverlo
todo en mi cabeza antes de jalar a Reed de vuelta a mi loca y estropeada
vida. Sé que Reed todavía me ama, puedo verlo, incluso lo sentí la última
vez que hablamos. No creo que alguna vez lo haya dudado, incluso con
todo, pero no se trata de si me ama... sé que siempre lo ha hecho. Es si me
ama lo suficiente por ambos ahora.

Reed es mi talón de Aquiles, el vodka para mis limones, mi kriptonita,


todo envuelto en un delicioso, caliente y tatuado paquete. Sé que James
tiene razón, Courtney tiene razón… infiernos, hasta yo sé que lo que mi
mamá dice necesita ser tratado. Con lo que mi orgullo la está teniendo
difícil es saber que lo que dijo Reed también tiene algo de verdad. Y todas
esas cosas que he dicho, no se merecía ninguna de esas. No es su culpa
que perdiera a nuestra bebé. Si hubiera sido más fuerte para lidiar con la
170 vida, si no hubiera sido tan débil… pero jamás lo sabré realmente ahora.
Debería haber ido a él porque ahora siento que no soy mejor que él por
alejarme cuando me necesitaba. Pero tiene que lidiar con lo que pasó y
necesito que lo haga solo. La pregunta ahora es si podemos tener un
cierre con todo lo que está en el aire entre nosotros. ¿Cómo me vuelvo a
abrir a él, sabiendo que puedo perder mucho más si decide ya no
necesitarme?

Abro la puerta de entrada de la casa de mis padres y toda mi familia está


sentada en la sala. Miro cada una de sus rostros y, profundo en mi
corazón, sé que mi madre tomó un giro para peor. Papá me ve primero y
me jala a un abrazo de oso.

—Pequeña, mamá no lo está para nada bien. Su cuerpo está rechazando


todo ahora. Solo es cuestión de tiempo antes de que se vaya. Quería
esperar a que llegaras antes de que le diéramos más morfina. Mamá tiene
mucho dolor, pero quería hablar con todos nosotros antes de que le
dieran sus medicamentos más fuertes.

Sujeto la mano de mi padre y entramos a ver a mi madre por última vez.


Me ve y su rostro se ilumina con una sonrisa. Se ve mucho peor de lo que
se veía incluso ayer cuando la visité. Sé que si mamá se viera en el espejo,
se espantaría: sin maquillaje, sin peluca… pero todavía mi hermosa
mamá.

—Hola, mami, papi dijo que no estás comiendo nada. Sé que de verdad
quieres entrar en esas tallas de muestra, pero este no es el modo de
hacerlo.

Se ríe, pero al instante su risa se vuelve en una fuerte tos. Consigo un


vaso de agua de su mesa, dándole un sorbo. Mamá me hace ademanes
para que tome su mano. Suelto la de mi padre y me acerco para poder
sostener la de ella.

—Oh, mi maravillosa, extraordinaria y hermosa hija. Fuiste mi bebé


sorpresa, la bebita que pudimos escoger y agradezco a Dios cada día por
ti. Nuestra familia no estuvo completa hasta que tú llegaste. Quiero que
me prometas unas cuantas cosas, ¿está bien? Quiero que cuides de tus
hermanos y prometas mantener a Matt fuera de problemas. Asegúrate
que encuentre una buena chica, una chica para casarse y que me dará
171 nietos que pueda ver desde el cielo. Asegúrate de que tu papá solo vaya al
golf una vez a la semana y cuida lo que come. Solo se le permite comer
carnes rojas los domingos y mantén frutas y vegetales en el refrigerador.
Sigue molestando a Mark y a Sarah acerca de cuándo tendrán bebés. No
estaré aquí para hacerlo, y tú serás la señora de esta familia, es tu trabajo
mantenerlos centrados. Y no hay duda en mi mente de que puedes ser
quien lo haga.

Mamá mira alrededor a mis hermanos y a mi padre y sonríe.

—Y tú, mi Hadley, sé que esto será más difícil para ti. Siempre fuiste como
yo; fuerte, pero muy emocional. Tienes que prometerme que no perderás
tu fe. Fe en Dios, fe en la vida y, nena, sé que es lo más difícil para ti, pero
tu fe en el amor. La vida es una montaña rusa; giros, vueltas, altos y bajos;
todo sucede estés lista o no. Antes de saberlo, se ha terminado y solo te
quedan los recuerdos del paseo.

Toma una profunda respiración y continúa.

—Elecciones, correctas o equivocadas, son lo que nos queda y eso es lo


que tienes contigo cuando mueres. Por favor, deja entrar el amor a tu
corazón. Sé que puedes hacerlo. Algunas cosas llegarán después de que
me haya ido que no estaré aquí para explicarlas, así que asegúrate de
recordar eso. Olvidaste que los milagros pueden suceder, Hadley, pero
están por todos lados. Todo lo que tienes que hacer es mirar. —Mamá
toma otra laboriosa respiración.

—Mamá, voy a extrañarte tanto.

—Eso es bueno, pequeña, significa que dejé mi marca en ti.

Nos mira a todos nosotros.

—Los amo muchísimo a todos y por favor, no estén tan tristes por mí. Voy
a estar vigilándolos a todos sin importar qué, sé que estaremos juntos y
eso hace todo este desastre pacíficamente hermoso.

Me inclino y beso a mamá en la cabeza, mis labios permaneciendo en su


fría piel. La abrazo tan fuerte, sabiendo que es el último abrazo que
alguna vez le daré y siento sus pequeños brazos regresarme el abrazo.
Susurra suavemente en mi oído:

—Nena, haz lo que creas es lo mejor, pero date cuenta que está bien
volver a sentir. —La dejo ir lentamente, sin querer parar, pero todos los
172 demás necesitan su oportunidad de decir adiós.

Mis hermanos y Sarah vienen a continuación a decir sus despedidas y


luego, finalmente, viene mi papá. Mirarlos decir adiós tira de mi corazón…
todavía están locamente enamorados. Cuarenta años de matrimonio y
todavía bailan en la sala en la noche. Se sostienen de las manos porque
quieren, no porque sienten que deben, y se roban besos cuando nadie está
mirando. Los idolatro. Me siento ahí sabiendo con todo en mí que mi
mamá tiene razón. Quiero volver a sentir, incluso si no dura, incluso
sabiendo que puedo enterrarme más profundo porque nada está nunca
prometido.

Sentándome aquí, diciéndole adiós, algo profundo en mi interior sabe que


necesito darle a Reed una oportunidad de probármelo. Si le doy la
espalda, sé que jamás tendré una oportunidad de amar, de ser amada de
la forma que nosotros nos amamos, otra vez.

Cuando mi papá asiente a Margret, ella inyecta el medicamento para el


dolor en la intravenosa de mamá y un minuto después, todo el cuerpo de
mi mamá se relaja mientras el dolor deja su cuerpo, luciendo pacífica.
Cinco horas después, con cada uno de nosotros rodeándola, mi
maravillosa madre le da al mundo su último aliento y nos deja,
uniéndose a mi hija en el cielo.

173
Capítulo 18
Reed

M
e quedo ahí parado con mis manos sujetando fuertemente la
encimera, sosteniéndome desesperadamente a lo que queda de
mí. Tendríamos una pequeñita de cuatro años corriendo por
ahí. La imagino con los perfectos ojos de Hads, faltándome el respeto
como su madre siempre lo hacía y amando cada jodido minuto de ello.
Pero jamás tendré eso. Dejé a mi chica tan jodidamente rota que no pudo
cuidarse y perdió un pedazo de nosotros que hicimos juntos. No sé
cuántas metidas de pata hice en mi vida, pero esta es la peor. Las
lágrimas salen de mis ojos más rápido de lo que puedo limpiarlas.

174 Escucho cerrarse la puerta y levanto la mirada para ver el auto de Hadley
dejar mi entrada. Y más lágrimas caen por mi rostro. Jodidamente me
abandonó, me dejó solo. Si esto es siquiera la mitad de lo que ella sintió
hace cinco años, entonces entiendo su enojo, entiendo su odio, lo entiendo
todo. Pero no puede cerrarnos la puerta, porque nadie nunca la amará
como yo. Es jodidamente tiempo de demostrarle lo que significa para mí.
Mi chica tiene razón y no puedo hacer nada para cambiar la mierda que
hice, pero que me condenen si sale de mi vida para siempre. Pero ¿cómo
carajos lo hago cuando se ha cerrado ella misma?

Segundos, minutos, horas… no tengo idea de cuánto me quedo ahí parado


llorando como una niñita antes de que Lance entre.

—Rike, ¿estás bien?

No digo nada porque una enorme parte de mí quiere volver a moler a


palos su trasero. Quiero culparlo por esto. Pero, honestamente, esta
mierda no es su culpa. Si hubiera tenido arreglada mi mierda en primer
lugar, si hubiera tenido mis jodidos ojos abiertos al amor que Hadley
tenía por mí, jamás la habría jodidamente dejado. La habría arrastrado a
cualquier lugar conmigo. Pero era un jodido débil imbécil bastardo y
enmascaré lo que estaba haciendo. No soy ni un poco mejor de lo que era
hace cinco años, quizás peor con el equipaje que tengo. Pero seré ese
hombre, ese hombre que Hadley siempre pensó que era. Seré lo
jodidamente mejor que pueda ser, por Hadley, por la bebé que perdimos…
por mí.

—Hadley estaba embarazada cuando me fui, la perdió. —Mi corazón


jodidamente se desgarra mientras me ahogo con las palabras. El jodido
rostro de Hadley con lágrimas cubriendo cada centímetro, yo
abrazándola mientras sollozos toman el control de su cuerpo, esa imagen
está jodidamente atorada en mi cabeza.

—Joder, no lo sabía. Courtney jamás dijo algo. Hombre, te habría dicho


esa mierda.

—Lo sé. Es solo que ya no tengo ni jodida idea de cómo arreglarlo.

No nos decimos nada más hasta que agarro las llaves de mi moto.

—Gracias, Lance. Me dirijo al gimnasio… necesito aclarar mi cabeza.


Cierra cuando te vayas.

175

Paso catorce días jodidamente acosando a Hadley, asegurándome de que


está aguantando. No iré a ella hasta que ponga en orden mi mierda, pero
que me condenen si no me aseguro que ella está bien.

Un poco después de medianoche, escucho sonar el timbre de mi casa.


Maldigo, durante el curso del último par de semanas, esta puerta ha
tenido mucha más acción que yo. Courtney y Lance están afuera cuando
abro la puerta. El rostro de ella está rojo y mojado de lágrimas.

—¿Qué sucede? ¿Es Hadley? —Es el primer pensamiento que aparece en


mi cabeza cuando veo a su mejor amiga llorar.

Courtney solo asiente y mi pecho se tensa.

—No de esa manera, la mamá de Hadley falleció y ella no hablará con


nadie, excepto contigo. ¿Vendrás con nosotros?

No lo pienso dos veces. Corro escaleras arriba para cambiarme y luego


bajo mientras me pongo mi gorro y abrocho mis jeans.
—Ustedes, chicos, solo díganme dónde, voy a llevar mi moto.

Me estaciono en el oscuro y callado cementerio, pensando que la moto


puede que no haya sido la mejor idea, pero en todo lo que pude pensar
fue en que cuando Hadley estaba alterada, nada le ayudaba más a
pensar correctamente que estar en la parte de atrás de mi moto. Localizo
la pequeña silueta de Hadley iluminada por la luz de la luna, sentada en
un lote vacío con sus rodillas hacia su pecho y su cabeza hacia abajo.

—Sabes, nuestra bebé tiene una lápida aquí. Está justo aquí, al lado de
donde será enterrada mi mamá. —Hads me habla, pero su rosto está fijo
en la lápida.

Me siento junto a ella y tengo la oportunidad de leerla.

Bebé Astra Collins

5 de abril de 2008

Nacida en los brazos de Ángeles

Hasta que nos volvamos a ver en el Cielo


176
—¿La nombraste?

—Lo hice. Merecía un nombre, merecía una vida. Papá hizo que la
enterraran por mí. No lo supe entonces, pero estoy contenta de que lo
haya hecho. Necesitaba un lugar al cual ir cuando me mudé aquí, algo
con qué recordarla. No lo sé… algunas veces parece loco. Tenía dieciséis
semanas cuando la perdí y no tenía ni una sola pista de que estuviera
embarazada, pero la amaba tanto. La vi en la pantalla en el hospital e
incluso sin latidos de corazón, era perfecta. Astra significa estrellas en
latín. Es también un nombre adecuado para ella. Cada vez que me siento
perdida, levanto la mirada hacia el cielo y siento un poco de paz
cubrirme.

—Me encanta su nombre, hermoso. Es perfecto. Hadley, gracias por darle


mi apellido, con todo… significa más para mí de lo que alguna vez sabrás,
nena. —Envuelvo un brazo alrededor de ella mientras apoya su cabeza en
mi hombro.

—Simplemente tenía que venir aquí. Supongo que sabes de mi mamá.


Solo tenía que sentarme aquí una última vez y fingir que mamá todavía
está viva. La próxima vez, ambas lápidas estarán aquí, dos de las
personas más importantes para mí estarán en un lugar. Ya no lo sé. Pero
gracias por venir, Reed. No quería a nadie más aquí conmigo. Por lo
general, solo soy yo, pero después de la última vez que hablamos, sabía
que necesitabas verlo antes que cualquier otra persona tuviera
oportunidad.

No digo nada porque realmente no hay nada que pueda decir para
hacerla sentir mejor. Solo necesito estar ahí para ella y eso es
exactamente lo que voy a hacer. Nos sentamos ahí en silencio por un
rato, solo mirando hacia el cielo.

—Vamos a dar una vuelta. —Me pongo de pie, ofreciéndole mi mano.

—Dar una vuelta se escucha como la mejor idea en este momento.

—Oh, Dios, Reed, olvidé lo mucho que me encantaba hacer eso. Muchas
gracias. Eso era exactamente lo que necesitaba. —Hadley sacude su
177 cabello del casco. Paseamos por cerca de una hora con ella abrazándome
y riéndose de mí. Me senté ahí con un brazo sosteniendo su pierna, no
podía tener suficiente de ella. Dije que la llevaría a casa, pero “demonios
no” salió de esos labios antes de que pudiera terminar. Mi casa entonces.

Entramos por mi puerta y Loki, mi golden retriever, viene disparado hacia


nosotros volviéndose loco.

—Déjame sacarlo. —Hadley asiente mientras camino hacia la puerta


trasera. Cuando doy la vuelta, me está mirando fijamente y deseo es lo
único que veo. Rápidamente, camino hacia ella y levanto mi mano a su
mejilla y Hadley se inclina en esta. Sin dudar, envuelvo mi brazo
alrededor de su cintura y la acerco a mí.

—Reed, he terminado de luchar contra nosotros. Nos quiero, esto, lo


quiero todo. Por favor. —La beso y es la primera vez que mis labios han
tocado los suyos en cinco años. Es jodidamente todo lo que recuerdo que
es, me vuelve loco. Abre su boca y siento su lengua contra la mía
mientras gime en mi boca. No puedo soportarlo. La empujo contra la
pared y la necesitad que siempre hemos tenido está justo ahí, relevando
al pensamiento racional. Mis manos empiezan a viajar por todo su
cuerpo, sintiendo cada centímetro de ella.
—Jodida mierda, Hadley. Te amo con locura, nena. Te he extrañado tanto
y me mata jodidamente decir esto, pero no es el momento adecuado.
Acabas de perder a tu mamá y no puedo hacerlo.

—Sin embargo, lo es, Reed. Te necesito.

—Lo sé y estaré ahí para ti ahora, pero no así. —Dejo caer mi cabeza
hacia la suya… ya no puedo ser un jodido egoísta.

—No puedo evitarlo. Estoy cansada de rechazarte y cansada de huir de


mi corazón. Jamás lo dejé, Reed… jamás dejé de amarte, de querer esto,
ansiar esto. Por favor, nene… eres tú, siempre. —Arrastra sus manos por
mi camiseta, rasgando sus uñas en mi piel y llevándose toda mi fuerza de
voluntad.

—Joder, esas palabras significan el mundo para mí, nena. —Beso un


costado de su cuello y la única vez que mis labios se alejan de su cuerpo
es cuando saca mi camiseta por mi cabeza, lanzándola a las escaleras.
Desabrocho su blusa y la empujo por sus brazos. Maldita sea, un jodido
sostén liso blanco jamás se ha visto más sexy.

178 Mientras bajo besando hacia la cima de sus pechos, Hadley me agarra de
la cabeza y me jala hasta que sus ojos se traban en los míos.

—Si no me llevas a tu habitación, estaremos terminando esto justo aquí.

No tiene que decírmelo dos veces. La levanto al estilo cavernícola y corro


dos escalones a la vez hacia mi habitación. En cualquier otro momento, la
pared habría sido donde folláramos, pero para la primera vez después de
tanta distancia que ha habido entre nosotros, esto se merece la cama. La
bajo mientras me quito los zapatos, quitándole los suyos y aventándolos
sobre mi hombro. Hadley se gira sobre su estómago y finalmente veo el
tatuaje en su omóplato: dos gorriones alejándose el uno del otro y uno
hacia el cielo… debe ser por la bebé que perdimos.

Me inclino y coloco un tierno beso en todos ellos.

—Regresamos, exactamente como jodidamente sabía que lo haríamos. —


Escalofríos cubren todo su cuerpo y me encanta que todavía recibo esta
maldita reacción de ella. La doy la vuelta y le quito a tirones sus
pantalones, tomando un minuto para solo mirarla y juro que tiene el
mejor maldito cuerpo del mundo. Un par de tatuajes más pintan esa
perfecta piel suya a los que tendré que ponerle más atención más tarde,
porque justo ahora, lo único que quiero es a ella. Arranco sus bragas de
un tirón.

Hadley se muerde su labio inferior y me sonríe.

—Oye, lo bueno es que esas eran las baratas, porque si no eso habría sido
invaluable si no pudieras hacerlo.

Me río en su estómago.

—A la mierda con esas, si fuera por mí, tu culo jamás las usaría. —Me
agacho entre sus piernas y entierro mis dedos en ella. Suspira y se mueve
contra mis dedos—. Maldición, nena, estás tan jodidamente mojada para
mí. Sabes lo que eso me hace.

Hadley aleja mi mano de ella, se sienta, empuja su mano en la cintura de


mis pantalones y los deja caer al suelo. Gatea hacia mí y va directo a los
gorriones en mi pecho y luego susurra contra mi pecho:

—Con locura.

Empieza a lamer todo el camino por mi pecho y pone la cabeza de mi


179 polla en su boca. Joder, había olvidado lo bueno que es cuando me la
mama.

—Maldición, nena, siempre eres la mejor en eso.

Ha pasado demasiado tiempo, queriéndola jodidamente tanto para


venirme en cualquier lugar que no sea dentro de ella. La levanto y la doy
vuelta, una mano yendo directo a su pecho mientras que la otra va entre
sus piernas.

—¿Eso se siente bien, Hadley?

—Oh Dios, Reed, sí. Por favor no pares. —Se contrae alrededor de mis
dedos, pero no me detengo hasta que ha dejado de montar su orgasmo.
No le doy el tiempo suficiente para relajarse cuando me muevo sobre ella,
mi polla directo en su entrada.

—Joder, no tengo ningún condón aquí. No pensé que esto pasaría.

Levanta la mirada para verme con cejas contraídas y ojos entrecerrados.

—Reed, ¿qué quieres decir? Por favor, dime que no has estado follando a
todas esas chicas sin uno.
—Hads, no he hecho nada con nadie en casi un año y antes de eso,
siempre usé un condón y ciertamente no en esta jodida casa. —La vuelvo
a besar y frota su clítoris contra mi polla—. Tienes que dejar de hacer esa
mierda, nena, o voy a tomarte, condón o no.

No se detiene, solo se estira y pone su mano en mi mejilla.

—Quiero esto. Tampoco he estado con nadie sin uno. Siempre has sido
solo tú. —Y con esas palabras me empujo dentro de ella.

—Te sientes tan bien, tan apretada, joder, maldición… nada es mejor que
esto, perfecto.

Hadley muerde mi hombro y casi lo pierdo. Aprieta mi polla y está tan


malditamente mojada que lo siento bajar por mis piernas. La muevo
hacia mí, asegurándome que cada centímetro de mi maldita polla esté
dentro de ella.

—¡Más fuerte, por favor! Tan cerca.

Con una mano en su cintura y la otra agarrando su cabello, golpeo


dentro de ella. Un empuje más y la tengo gritando. El momento en que
180 sus interiores se contraen a mi alrededor, hago erupción. Ambos
colapsamos en la cama, tratando de recuperar el aliento, rezando a quien
sea que esté allá arriba que esto no sea algo de una sola vez.

Nos abrazamos por tanto tiempo que creo que Hadley se queda dormida.
La miro y por primera vez desde que regresé, veo amor en sus ojos. Pongo
mi frente en la suya y susurro “con locura” contra sus labios y luego la
beso tiernamente. Lágrimas empiezan a rodar por su rostro.

—Nena, ¿qué sucede? ¿Por qué estás llorando?

Se estira y frota mi cabeza afeitada.

—Es surreal que estemos aquí justo ahora. Hoy más temprano, mi mamá
me hizo ver algo que realmente no quería ver antes. Estoy demasiado
cansada de luchar contra nosotros. Tenías razón. Lo que teníamos,
podemos tenerlo de nuevo. Una vida, eso es todo lo que tenemos y nos
estoy dando una oportunidad, pero por favor ten cuidado conmigo
porque no puedo pasar por ese tipo de dolor otra vez.

Me bajo de ella y tiro de ella hacia mi pecho, abrazándola.


—Tu mamá, nena, era una mujer extraordinaria. Estoy aquí para ti, sabes
eso, ¿cierto? —Coloco un beso en su hombro—. No puedo decir que no
pelearemos porque eso es lo que hacemos: peleamos, follamos y
perdonamos. Somos intensos. Eres terca y soy un jodido imbécil más de la
mitad de las veces. Estamos luchando por volver a empezar. Esto es todo.
Lo prometo, siempre te pondré primero de ahora en adelante. Jamás
volvería a hacer ninguna maldita cosa que nos separe. Pásame ese
meñique. —Extiendo el mío y Hadley me sonríe, envolviendo el suyo
alrededor del mío. Lo jalo hacia mi boca y lo beso.

—¿Quién hubiera pensado que el grande y malo Riker Collins alguna vez
haría eso? Esta es la primera vez que tú has hecho una promesa de
meñique. ¿Perdiste tu tarjeta de hombre? —dice con una carcajada—.
Prometo ya no ser una perra contigo. Bueno, no cuando no te lo merezcas.

—Solo es por ti… siempre, solo por ti. Pero ahora jodidamente te mostraré
mi tarjeta de hombre, mujer. Estás lista para mí otra vez, ¿no es así?
Porque, nena, tenemos un montón de tiempo que compensar.

Y así, hacemos nuestro tipo de amor. Ruidoso, caliente y pegajoso, justo


181 de la forma en la que nos gusta a ambos hasta que no podemos
movernos.

Hadley
—Nena, despierta.

—No, déjame en paz. Es demasiado malditamente temprano. —Gimo y


levanto la almohada sobre mi cabeza, esperando que entienda la
indirecta.

—Lo sé, pero tengo que ir a entrenar. No quería que despertaras más
tarde y no supieras dónde estoy. Patearé traseros y volveré directamente
de regreso para que podamos ir a la casa de tus padres a ayudar.

Levanto la almohada y hago pucheros con mis labios sin un solo ojo
abierto. Los labios de Reed aterrizan en los míos y luego se ríe.
—Cinco años y todavía no eres una persona madrugadora, ya veo.

Le saco mi lengua, pongo la almohada de vuelta sobre mi cabeza y me


vuelvo a dormir.

Estiro mi cuerpo y, por medio segundo, olvido dónde estoy hasta que mis
interiores duelen en todos los lugares correctos y visiones de anoche
inundan mi mente. No lo cambiaría por nada. Reed todavía vuelve todo
bueno. Se siente como si el tiempo no hubiera pasado entre nosotros, pero
al mismo tiempo, tanto. Me siento y lo primero que veo es una taza de
viaje. Tomando un sorbo, sonrío y, al igual que tantos años atrás, puso la
cantidad perfecta de crema para café sabor calabaza en este. Enorme
palomita al lado de algo que he extrañado.

Agarro una camiseta de su cajón y me apresuro a bajar las escaleras


hacia la cocina para asegurarme que tiene todos los ingredientes para
hacer mis famosos panqueques de proteína. Son sus favoritos y solía
182 preparárselos todo el tiempo cuando estuvimos juntos al final. Se sentía
correcto volver a prepararlos. Saco todo lo que necesito de sus armarios y
decido hacer algo de tocino de pavo y huevos con ellos.

Pongo mi teléfono en altavoz y reproduzco a Sam Hunt mientras cocino,


sintiéndome ligera por primera vez. Loki viene, me huele y se acuesta en
el suelo junto a mis pies y, por medio segundo, también visualizo a Lucy
aquí… a nosotros viviendo en nuestro propio mundo con nuestros
animales jugando por ahí y observándolos con sonrisas estampadas en
nuestros rostros. Es oficial… he enloquecido.

Estoy demasiado ocupada bailando al son de “Ex” de Sam para notar que
mi brazo tatuado favorito se envuelve alrededor de mi cintura. Aliento
caliente saluda mi piel cuando habla contra mi cuello.

—Amo verte en mi cocina, vistiendo mi camiseta y bailando de ese modo.


Mierda, le hace todo tipo de cosas a mi polla. —Reed me da la vuelta y,
maldición, este hombre tiene todo lo que encuentro sexy: tatuajes, su
rostro cubierto con barba de un día y el maldito gorro que amo
jodidamente tanto. Cuando empieza a besarme, deslizando sus manos por
mi estómago hacia mi pecho, escucho mi teléfono sonar a través del
altavoz.

A regañadientes, alejo a Reed de mí.

—Perfecta tiempo o tu desayuno por el que me he estado matando como


esclava estaría arruinado. ¿Agarrarás el teléfono por mí? Podría ser de
mi papá o hermanos. —Me pasa mi teléfono, jalándome para un beso
más.

¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿¿Dónde estás???????!!!! ¡Será MEJOR que me digas que estás


bien!

¿¡¿HOLA?!? Matt acaba de llamar y dijo que no estás en su casa

Por favor, dime que estás bien

¿Dónde CARAJOS estás?

Está bien, lo siento, acabo de hablar con Lance, ¡dijo que Reed llegó feliz
hoy! ¡Te tomó bastante! Detalles, perra, llámame. xoxox

183 Me burlo de los mensajes de texto de Courtney mientras Reed mira sobre
mi hombro hacia mi pantalla, riendo también.

—Lo siento, nena. He sido terrible desde que te vi en el bar. Lance vio mi
sonrisa y supo lo que pasaba. También tuve que contarle a Kenny y a
Bobby. Querían saber por qué solo puedo entrenar dos veces hoy y por
qué necesitaba todo un día libre en algún momento esta semana por el
funeral de tu mamá.

—Las palabras funeral y mamá en la misma oración… no es algo que me


agrade mucho.

Se inclina y apoya su barbilla en mi hombro.

—Atravesaremos esto juntos. Sé que apesta perder a un padre. Tengo un


hombro jodidamente bueno y fuerte solo para ti cuando o si lo necesitas.
—Reed coloca sus labios en mi mejilla y siento su sonrisa contra mí y
roba dos trozos de tocino. Le pasa uno a Loki y mete el otro en su boca.
Algunas cosas jamás cambiarán.

Me río, golpeándolo en el trasero con la espátula.


—Oye, no te los comas todos antes de que tus panqueques estén listos. —Y
luego me golpea lo que dijo acerca de sus padres—. Reed, ¿le pasó algo a
Doug?

La sonrisa que había estado hace unos momentos en su rostro cae,


dejando un ceño inquieto en su lugar. Saca el banco en la barra de
desayuno, todavía observándome y se sienta.

—Hace cerca de un año, murió. Tuvo un ataque al corazón y se había ido


antes de siquiera llegara al hospital.

Pongo los últimos panqueques en el plato y voy hacia él. Separo sus
piernas, me paro entre ellas y jalo su cabeza hacia arriba para poder ver
su rostro.

—Reed, nene, lo siento. Lo vi justo antes de mudarme hacia aquí y se veía


bien. Hasta parecía que había puesto sus cosas en orden.

Reed se quita su gorro, aventándolo sobre la encimera.

—Lo hizo y eso es lo jodido al respecto… estaba limpio, solo que un poco
tarde, supongo. Hasta tenía una bonita novia seria que conoció en
184 narcóticos anónimos. Hicieron una autopsia y encontraron demasiado
daño en su corazón de su previo uso de drogas. Doug simplemente las
usó durante demasiado tiempo. Pero me dio una carta y de una manera
indirecta, me envió de vuelta a ti. Pero esa mierda está en espera para
otro día. —Pone sus brazos alrededor de mi cintura y me acerca hacia él
hasta que estamos envueltos en el otro. El desayuno completamente
olvidado.

Me siento y miro el desorden de fotografías y cajas dispersas en mi cama.


¿Cómo puedo escoger solo unas cuantas para el funeral? La vida de mi
mamá son solo recuerdos tomados con una cámara ahora. Reed me
preguntó cientos de veces si estaba bien para ser dejada sola, pero él
necesita entrenar y si no le decía que estaba bien, se habría quedado
conmigo. Pero Reed necesita ir y yo necesito tiempo para procesarlo todo.
Este es su trabajo y su pelea se acerca, así que me tragué mis lágrimas y
lo empujé por la puerta para que pudiera entrenar.
Me preparé para la pérdida de mi madre, pero no creo que nada pueda
realmente ayudarte con todos los sentimientos que llegan. Las cosas
estúpidas que extrañas cuando alguien se va, ya sea por la muerte o solo
porque se alejan. De mi mamá, es el hecho de que no tengo a nadie con
quien ver películas, nadie con quien hablar acerca de qué novio de libro
de la semana estamos leyendo. Nadie que me moleste acerca de mi ropa.
Pero también esos momentos cuando piensas que tu mamá siempre
estará ahí. Ninguna mamá que me diga qué vestido de novia escoger,
nadie a quién llamar cuando necesite consejo y no solo acabo de perder a
mi mamá, sino también a mi mejor amiga. Cuando crecí, nuestra relación
se transformó fácilmente de madre a amiga. Iba a ella para todo y
sostuvo mi mano a través de todos los bajos y me animaba durante los
altos. Fue verdaderamente la mejor y, un día, espero que pueda ser la
mitad de la madre que ella fue para mí.

Abro la tapa de la última caja y soy transportada de regreso a tres años


atrás cuando la puse ahí. Su almohada descansa en la cima y la saco con
suavidad, dándole un apretón. Había puesto todo en cajas y guardado
lejos al día siguiente en que lo vi besar a Krystal Entrepierna Podrida.
185 Traté de quemar toda la cosa una docena de veces, pero jamás pude. Algo
en mi corazón no me permitía deshacerme de nada que nos perteneció.
Por mucho tiempo, cada vez que entraba a mi armario, me miraba
fijamente, burlándose de mí con la vida que no podía tener. Cuando
Bennett y yo nos pusimos más serios, empujé la caja incluso más lejos y
olvidé todo al respecto. Pero maldición… sobrecarga de recuerdos de
seguro.

Bajo la almohada y apoyo mi cabeza en esta, el aroma de Reed hace


mucho tiempo que se escapó y miro fijamente mi techo; luchando con la
efusión de sentimientos que me han causado las últimas veinticuatro
horas. Escucho que mi puerta se abre, pero no me molesto en mirar
porque ya sé quién es. Reed camina hacia mí y me acuna a su lado. No
habla, solo me abraza fuerte y me deja llorar en él. No puedo dejar de
pensar en que este fue el último regalo de mi madre para mí, traerme de
vuelta hacia Reed. Adonde fui más feliz. Sin su pequeño “discurso”, no
creo que le hubiera dado otra oportunidad de volver a acercarse a mí. Me
acurruco en él incluso más apretada y lo beso a través de su camiseta
empapada de lágrimas.

—¿Qué hay acerca de Acción de Gracias? Tendré que aprender a cocinar


todo y no tengo a nadie con quién luchar contra las multitudes en las
compras del viernes negro. O Navidad, ¿quién va a mirar películas bobas
conmigo o quién va a hacer el asado en Año Nuevo? No sé cómo hacer
nada de eso, Reed. —Nos levanta a ambos y me coloca entre sus piernas
con mi cabeza descansando en su pecho.

—Nena, lo único que puedes hacer es encontrar un nuevo normal con el


resto de tu familia juntos. No será jodidamente fácil y no será lo mismo
porque ella ya no está aquí. Pero no tiene que significar que tenga que ser
depresivo. Tu mamá está contigo cada maldito paso de tu vida, incluso si
no está aquí físicamente. Ayudó a moldearte en quien eres. Está bien
estar triste, pero no te atrevas a jodidamente dejar de vivir porque ella se
ha ido. Julie no querría eso y lo sabes.

186
Capítulo 19
Reed

D
eseo poder alejar el dolor de Hadley y decirle que las cosas
mejorarán, pero no verá esa verdad por un tiempo. Hadley está en
duelo y por primera vez no está reteniendo nada de mí como solía
hacerlo. Significa que estamos llegando a algún lado porque ella por lo
menos confía lo suficiente en mí para no fingir a mi alrededor. Hadley
grita, llora, golpea, arroja cosas; demonios, nombra cualquier emoción, ha
pasado por ello en los últimos días. Incluso con toda esa mierda, estoy
agradecido de ser el único que la consuela, quien la apoya a través de
esto, aunque esté en el extremo receptor de la mayoría de los golpes.

187 —¿Dónde demonios está mi otro zapato negro? Si no puedo encontrar la


maldita cosa, no voy a ir. Mi mamá enloquecería si uso mi par del año
pasado en su maldito funeral. ¿Dónde mierda estás, estúpido zapato? —
Con su trasero hacia el aire, gatea en manos y rodillas, lanzando todo al
suelo fuera de su armario. Estoy a punto de decirle que su mamá no diría
una mierda sobre ese maldito zapato, pero los dos sabemos que es un
montón de mierda… Julie lo haría. Diviso cerca de veinte zapatos negros
mirado hacia el suelo, decido tomar una apuesta recogiendo uno que luce
cerrado como el único que está usando.

—¿Es este?

—¡Oh, sí! Muchas gracias, nene. Eres mi salvador. En verdad. —Hadley se


levanta de sus rodillas y corre, agarrando el zapato de mi mano, tirando
mi camisa hacia ella y me da un duro beso.

Toda esta mierda contenida que va junto con ver a alguien que amas
herido está haciendo maravillas para mi entrenamiento, sin embargo, lo
cual es más que necesario dado que Kenny ha estado más intenso con mi
pelea en tan solo siete semanas. No he tenido oportunidad para invitar a
Hads todavía porque su concentración debería estar en el aquí y ahora,
no preocupándose sobre nada tan lejano. Lo que sea que tengamos ahora
es demasiado nuevo y demasiado jodidamente frágil como para añadir la
tensión de una pelea en ello.

Hadley se inclina en mí para deslizarse en el otro zapato y echa una


mirada hacia mi reloj.

—Oh mierda, ¿esa es realmente la hora? Vamos, vamos a llegar tarde


para reunirnos con mi familia. —Nos arrastra escaleras abajo, agarrando
su bolso y tarjetas para su discurso en la mesa y luego salimos.

Tomo la llave del encendido y observo la rodilla de Hadley rebotar arriba


y abajo mientras muerde sus uñas.

—Hads, sabes, no tienes que hablar frente a todo el mundo si no quieres


hacerlo. Nadie pensará menos de ti. Y si lo hacen, los golpearé como la
mierda.

Ella levanta la mirada, luchando a través de las lágrimas.

—Gracias por eso, Reed, pero quiero. Nadie además de mi papi la conoció
188 mejor y él es un completo desastre incluso para hablar con nosotros, aún
menos una habitación llena de personas. —Asiento y salgo para abrir su
puerta, ofreciéndole mi mano.

—Muchas gracias por los últimos días. No sé qué habría hecho si no


hubiera sido por ti estando conmigo.

—Me alegra que no tengas que averiguarlo. —Digo en serio cada maldita
palabra. Hadley, nunca estará sin mí para apoyarse, nunca otra jodida
vez.

El funeral no es como ningún otro en que haya estado. No debería estar


sorprendido porque Julie siempre pudo echar un infierno de una fiesta, su
funeral no debería ser nada diferente. Hadley permanece pegada a mí
todo el tiempo y trata de mantenerse cuerda por su familia y por cada
invitado que viene y le ofrece sus condolencias. Cuando el servicio
empieza, permanece en silencio, sus manos sacudiéndose en su regazo.
Envuelvo un brazo alrededor de Hadley y pongo la otra en sus manos,
pero mi toque solo la calma ligeramente. Hadley me tuvo jodidamente
sorprendido con su fuerza a través de toda la planificación, tomó el
control y dejó que sus hermanos y papá se perdieran mientras ella era la
única que los mantenía juntos y guardaba sus propios bajones para mí.

Cuando Hadley agarró mis manos frenéticamente, susurré:

—Hads, tienes esto. Solamente habla de corazón, eso es todo lo que


cualquiera de aquí quiere. —Espero que mis palabras puedan darle tan
solo un gramo de la fuerza que ella le ha dado a los demás. Beso la cima
de su cabeza antes de liberar su mano mientras camina lentamente al
podio. Es un nervioso desastre y quiero protegerla más que nada de este
dolor. Toma un par de respiraciones y me mira directamente. Articulo
“con locura” y eso parece ayudarla.

—Hoy, no solo estoy hablando como su hija, sino como su mejor amiga…
Mi mamá nunca salvó al mundo, pero me salvó a mí. Solía decirme cuán
afortunada era de ser quien me recogiera para llevarme a casa y
hacerme su hija. Pero esa no es cierto en absoluto. Soy yo la bendecida
porque ella y mi papá corrieron el riesgo por una niña que pudo nunca
haber sido amada como lo fui por ellos. Nunca podré agradecerles lo
suficiente por ello.
189 »Mi mamá fue la voz de la razón toda mi vida. Cuando era más joven, era
petrificada por los truenos… quiero decir, estaba aterrada de ellos.
Gritaría, lloraría, patearía y, naturalmente, siendo una niña de papi,
siempre correría a sus brazos al momento en que comenzara cualquier
tormenta. Una noche, mi papá estaba fuera de la ciudad y comenzó una
tormenta, así que tuve que correr a brazos de ella. Y por primera vez en
mi vida, ella me dijo qué pasaba realmente durante una tormenta y cómo
podíamos contar los segundos para ver qué tan lejos estaba la tormenta.
De esa manera, yo sabría cuándo estar realmente asustada o cuándo
disfrutar del libre espectáculo de luz sucediendo en el exterior. Abrió la
puerta y cada vez que oíamos el trueno, contábamos juntas. Un Misisipi,
dos Misisipi y así sucesivamente. Nunca más estuve asustada. Nos
sentábamos en el balcón de su habitación y, Dios, por horas me sentaba
en su regazo, observando la tormenta venir y disfrutándola por completo.
Ella dijo que la vida era bastante aterradora si no conocíamos toda la
verdad sobre ella. —Hadley sonrió por el recuerdo.

»Mi mamá era más que un rostro bonito en las cenas benéficas de las que
era anfitriona, era el corazón y la luchadora detrás de la mayoría de
ellas. Incluso cuando estaba luchando con el cáncer y enferma por la
quimio, nunca se dio por vencida. Mamá me dijo una vez que tenía que
hacerlo. Incluso cuando apenas podía ponerse de pie, continuaba su
trabajo porque sabía que las personas confiaban en ella. Que no
necesitaban la excusa de que ella estuviera enferma para no tener la
oportunidad en algo que necesitaban, que todos estamos luchando por
algo en la vida. Esa era mi mamá, sin embargo, la persona menos egoísta
que conozco.

»La última charla de mamá con todos nosotros fueron sus palabras de
sabiduría que estoy segura todos en esta habitación llegaron a conocer.
Amaba meter su nariz en los problemas de las personas, siempre
pensando que tenía razón. Lo único que Julie siempre quiso para todos
por los que se preocupaba era que fueran felices y enteros, incluso con su
partida.

»Cuando mi mamá obtuvo el diagnóstico sobre su cáncer, nadie lo vio


venir… nos golpeó duro a todos. Pero lo manejó con tanto aplomo que hizo
que Grace Kelly12 luciera mal. ¿Cómo hizo frente a ese tipo de noticias? La
mayoría se darían por vencidos ante la palabra terminal, pero no nuestra
madre… luchó la pelea de su vida con el espíritu de un soldado y el alma
190 de la Madre Teresa. Ni una sola vez se quejó sobre nada de ello y tuvo fe a
través de cada momento de este viaje. Mi mamá se aferró a todos los
buenos recuerdos, sus momentos felices, en lugar de recurrir a esos
profundos lugares oscuros de pena hacia los que se voltearían la
mayoría. Incluso detuvo su tratamiento con dignidad. A pesar de que el
cáncer venció su cuerpo, nunca derrotó su alma y por eso es una
sobreviviente.

»Hoy, aplaudimos la vida de una madre, esposa, hija y amiga. Estoy tan
orgullosa de ser capaz de llamar a Julie Marie Thomas mi madre, mi
mejor amiga, mi heroína, mi inspiración. Muchas gracias por venir a
celebrar con nosotros. La llevaré conmigo para siempre. —Hadley ofreció
una pequeña sonrisa a la multitud y vino directo a mi lado de nuevo.

Me pongo de pie, sin importarme una mierda sobre nadie más que ella.
Me necesita aquí, justo aquí en esta iglesia. Acuno su rostro con ambas
manos e inclino mi cabeza contra la de ella.

12
Grace Kelly: Actriz que se convirtió en la princesa de Mónaco
—Hadley, eres asombrosa. Sé que ella está tan orgullosa de ti, no hay
duda de eso. —Seco las lágrimas de sus ojos antes de que incluso
comiencen a caer.

—Espero que tengas razón.

—¿No la tengo siempre?

Hadley
—¿Hadley?

Me doy la vuelta para ver a una chica rubia cerca de la edad de Mark
llamando mi nombre. Decidimos tener el velatorio irlandés unos días
después del funeral a petición de mi mamá… siempre una planificadora,
incluso en muerte. Es bueno que mis padres tengan una enorme casa
191 porque cada persona que mi madre conocía está bajo este techo. Y,
demonios, solo conozco a la mitad de ellos.

—Esa soy yo.

Una diminuta sonrisa adorna sus delgados labios, destacando la tristeza


que estoy segura siente en el interior… la misma tristeza que estoy segura
todos nosotros sentimos dentro por la muerte de mi madre. Cuando ella
fija sus ojos en los míos, veo algo más detrás de ellos, pero no puedo
descifrarlo. Esto casi como si estuviera estudiándome, observándome,
buscando algo familiar en mí. Aunque no hay nada familiar de ella.

—Dios, has crecido tanto, tan hermosa.

Sus palabras me atrapan con la guardia baja ya que no la reconozco, así


que no estoy segura de cómo me conocería.

—Gracias. Lo siento, hay demasiadas personas aquí, no puedo recordar a


todos. ¿Te conozco?

Niega con su cabeza suavemente y por primera vez desde que noté su
pena, me hizo preguntarme si su tristeza es sobre algo distinto a mi
mamá.
—Te conocí cuando eras pequeña, pero eras tan chica que probablemente
no recuerdas. Mi nombre es Andrea. Era amiga de Mark hace unos años.

Extiendo mi mano hacia ella y siento algo extrañamente familiar


respecto a ella. Tal vez estaba en alguna de las viejas fotos que he estado
viendo para el funeral.

—Estoy segura que cualquier otro día podría, pero mi cerebro está frito de
hacer frente a todo esto. Gracias por venir. Estoy segura que mi mamá
estaría feliz que estés aquí.

Andrea aspira un aliento y cubre su boca con una pequeña mano cuando
menciono a mi madre.

—Dios, no puedo creer lo mucho que te pareces…

—Hadley, ¿sabes dónde están los platos extras? Los meseros nos saben —
dice Sarah, interrumpiéndola. Una parte de mí quiere escuchar el resto de
la oración de Andrea, curiosa en cuanto a quién piensa que me parezco.
Estoy segura de que estaba cerca de decir que a mi mamá, sin saber que
había sido adoptada. Nunca ha sido un secreto, aunque al mismo tiempo
192 nunca fue algo que comunicáramos. Yo era su hija y nunca tuvimos
necesidad de explicarlo de otro modo. Me giré hacia Sarah y la vi de pie
ahí, esperando por mí.

—Lo siento, Andrea. El trabajo de una anfitriona nunca termina. Tengo


que ir a lidiar con eso, me aseguraré de decirle a Mark que viniste.

—No necesitas hacer eso, estoy segura de que no me recuerda. No te


molestes. De nuevo, lamento tu perdida.

Me vuelvo hacia Sarah después de que Andrea se aleja.

—Creo que están en la despensa con los vasos extras, pero no tienes que
hacer eso. Puedes hacer que los meseros o el chef lo hagan. Simplemente
relájate y trata de disfrutar de esto lo mejor que puedas. Mamá querría
eso.

—Lo sé, pero quiero quitarte algo de presión. Sabes que los chicos no
ayudan con este desastre y nunca entienden lo que pasa en estas cosas.
De cualquier modo, ¿quién era esa chica que estaba hablando contigo?

—Su nombre era Andrea, dijo que ella y Mark…


Mark nos interrumpe mientras empuja a Sarah hacia él. Apoya su mano
protectoramente en el estómago de ella y susurra en su oreja con una
amplia sonrisa en su rostro. Se necesita sumar dos más dos para
registrar lo que está pasando.

—¡OH DIOS MÍO! ¿¡Cómo no me dijiste que voy a ser tía!? —Corro y abrazo
a ambos mientras Mark me da una mirada de muerte, Sarah sonriendo
de oreja a oreja.

—Hadley, ¿tienes que ser siempre tan malditamente ruidosa? No


queríamos contárselo a nadie con todo esto pasando —me grita Mark,
pero estoy demasiado emocionada para preocuparme por él en este
momento.

Froto mis manos sobre la plana barriga de Sarah.

—¿Tienes que estar bromeando? ¡Esto es justo lo que esta familia


necesita! No puedo creerlo, ¡voy a ser la tía más genial! ¿Cuándo lo
averiguaron, chicos?

—En realidad, lo descubrimos el día después de que tú mamá muriera.


193 Mark en verdad nunca quería niños, así que alejé ese pensamiento de mi
cabeza, pero tenía un retraso, tomé una prueba y, efectivamente, salió un
signo de más. Conoces a tu hermano, me llevó directamente a mi médico
para asegurarse de que todo estaba bien conmigo y el bebé. Por el
momento, todo está perfecto. Tengo fecha para mediados de mayo.

—Bueno, ¡felicidades! ¡Estoy tan apestosamente emocionada! Ustedes dos


serán padres asombrosos. Trataré de mantener su secreto, pero esto es
demasiado grande para no contárselo a nadie.

—No quisiera pedirte que cambiaras a causa de nosotros de todas formas,


Hadley. Voy a llevar a Sarah a sentarse y descansar. ¿Necesitas que envíe
a alguien para ayudar?

—Oh, antes de que lo olvide… un viejo amigo tuyo estuvo aquí.

Mark regresa su atención hacia mí con una ceja levantada.

—Esstá bieen —dice, arrastrando las palabras—. ¿Quién? ¿Todavía está


aquí él?

—No… y era una ella. Andrea, pero no capté su apellido.


Su postura se pone rígida y sus ojos se oscurecen.

—¿Qué dijo?

Me encojo de hombros, incapaz de borrar la sonrisa de mi rostro sobre la


noticia de que Sarah está embarazada.

—Nada. Solo que lo sentía por nuestra pérdida. Actuó como si me


conociera, pero no la recuerdo.

—Fue hace mucho tiempo. No hay nada que saber al respecto —dice antes
de arrastrar a Sarah lejos para sentarse.

Sacudo mi cabeza hacia el extraño comportamiento de mi hermano y me


alejo para encontrar la vajilla en la despensa.

—Hola, Hadley.

Los platos se caen, rompiéndose en mil pedazos en el suelo.

Dos palabras hacen este espantoso día mucho peor. Los ojos de Bennett
están llenos de puro veneno mientras miran directo a mí. Está
194 disfrutando cada minuto tortuoso que me pone a prueba.

—Qué, ¿no estás feliz de verme?

Mirándolo, mi cerebro parece no poder formar una sola palabra.

Escucho la puerta abrirse, pero no puedo procesar nada de eso excepto…

Bennett está aquí.

En casa de mis padres.

Mirándome como si quisiera matarme.

—Nena, Mark me envió aquí dentro, dijo que podrías necesitar ayuda.
¿Está todo b…? —Reed echa un vistazo hacia mí, luego a Bennett, luego a
los platos rotos que están rodeándome en el piso.

Bennett contempla todo y me sonríe.

—Justo como sospechaba. Parece que no te tomó mucho tiempo salir


corriendo de regreso a él. Con suerte, no te dejará cuando venga algo
mejor porque esta vez no estaré ahí para recoger los pedazos. Solamente
quería decirte que lamento tu pérdida. Voy a salir de aquí.
Todo después de eso sucede en cámara lenta.

Bennett camina justo junto a Reed, rozando su hombro.

Reed lo agarra y empuja a Bennett contra la pared con su brazo izquierdo


en el cuello de Bennett. Su brazo derecho arriba, listo para golpear.

Salgo de mi trance, corriendo y tirando del brazo de Reed.

—Por favor, nene, no hagas esto aquí, no vale la pena —le ruego. Si
lastima a Bennett, quién sabe qué haría él.

Reed parece relajarse un poco, pero no deja ir a Bennett.

—Te lo diré solo esta vez, hijo de perra… Una Jodida Vez… nunca abras tu
maldita boca a Hadley de nuevo, ¿me entiendes? O la próxima vez Hads
no podrá detenerme de abrir tu jodida cabeza en el suelo. Abre bien esos
malditos oídos y escúchame y escúchame jodidamente bien, nunca voy a
dejar a Hadley de nuevo… nunca.

Reed deja ir a Bennett y lo empuja hacia la puerta lateral. Bennett se da la


vuelta y sus ojos me dicen todo lo que necesito saber. No está bromeando
195 acerca de lo que me dijo hace unas semanas. Sonríe hacia nosotros.

—Oye, Hadley, ¿recuerdas lo que te dije? Siempre hago bien lo que digo. A
diferencia de otros tipos en esta habitación… ¿cierto, Reed? —Su
despiadada sonrisa es la última cosa que veo cuando Reed cierra la
puerta de un portazo y comienzo a temblar.

—Hads, ¿qué demonios fue esa mierda?

—¿Qué? Oh, nada. Solo está enfadado de que terminara con él y dijo
algunas cosas… nada que no pueda manejar. ¿Conseguirás la escoba y el
recogedor del armario detrás de ti?

Reed mira profundamente hacia mí y creo que está cerca de decir algo,
pero cambia de parecer. Me pasa la escoba y justo cuando la tomo de él,
baja la mirada hacia mi muñeca rota y luego a mis ojos.

—Sabes que puedes decirme si él dijo o hizo algo que no estuvo bien,
¿verdad? Solo quiero asegurarme de que estás bien.

—Lo sé, Reed. No hizo nada. Estoy bien, solo agotada, sabes. ¿Por qué no
vas a hablar con Lance y Court? Estaré afuera en unos minutos.
No espero por su respuesta antes de agacharme y limpiar el desastre,
tratando de componer mi pulso. Está pasando algo con Bennett. Mi
corazón está diciéndome que lo que sea que esté pasando en su repulsiva
cabeza no es nada bueno. No conozco su jodido punto de vista acerca de
nada, pero sabe que protegería a mi familia y a Reed sin importar qué. Y
ahora, ya no estoy protegiendo a Reed del hecho de que Bennett podría
arruinarlo; no, estoy protegiendo a Bennett. No puedo decirle a Reed…
nunca entenderá nada. No entenderá por qué estaba con Bennett o por
qué me quedé con él por tanto tiempo. Sin duda, si Reed descubre la razón
por la que estaba lastimada, Bennett estaría muerto antes siquiera de
tener oportunidad de detenerlo.

196
Capítulo 20
Hadley

—L
evántate y brilla, ¡hora de sacar tu culo fuera de la cama!
—dice Reed y enciende todas las luces de su habitación.
Echo un vistazo al reloj, ¡y son las siete de la mañana!
¿Qué demonios? Después de la cosa en la casa de mis padres ayer por la
noche, volvimos a casa, nos emborrachamos y tuvimos sexo loco. Ahora
me quiere levantada. Infiernos. No.

—Reed, nene. Te amo, pero no me voy a levantar hasta que sea la hora
normal de despertar durante los fines de semana. Ahora apaga las luces
antes de que te mate.
197 —No es jodidamente agradable decirme eso después de que fui y traje
Waffle House para ti, a la vez que te dejo, mi chica sexy y muy desnuda,
en nuestra cama. —Bajando la sábana por mi espalda, Reed empieza a
besar mi otro tatuaje de lirios en el lado de las costillas.

Mi cabeza se levanta mientras huelo el desayuno, rodando lejos de él.

—Hay gofres y hash browns13 sofocando y cubriendo esta habitación.


Nadie tiene tiempo para eso.

Reed se echa a reír y me entrega mi plato.

—Dos cosas, realmente rápido. Acabas de decir que no hay nadie, ¿y estás
rechazando folladas mañaneras por el desayuno?

—Mmmm… eh —digo con la boca llena de hash browns.

—Eres un jodido bicho raro, nena. Tú y la comida tienen alguna clase de


amor extraño.

13
Hash browns: Es una receta simple de patata en la que los trozos de patata se fríen en
una sartén después de ser cortadas en tiras, juliana, dados o bien trituradas.
—Mmmhmmm —tarareo, metiendo más comida en mi boca. No le digo
que había contado cada caloría que comía durante tantos años porque
Bennett notaba cada kilogramos que subí. No necesita saber eso.

—¿Qué sigue después en la gira de Atlanta, Sr. Guía?

Reed sacó mi trasero muy lleno de la cama para jugar al turista por el
día. Y amo cada segundo de tiempo a solas con él. Hemos hecho casi todo
lo que he querido hacer desde que me mudé aquí. Vimos los tiburones en
el acuario e incluso llegamos a jugar con los pingüinos. Bebimos cada
Coca-Cola que jamás se haya hecho en el Mundo de Coca-Cola. Luego
comimos algunos de los famosos perritos calientes y granizados de
naranja en Varsity.

—No tenemos que estar en nuestro último lugar hasta las ocho, así que
tenemos casi dos horas para quemar. ¿Quieres caminar alrededor de
Centennial Park por un rato? ¿Quizás conseguir un poco más de comida
198 antes?

—Suena divertido. Mis padres tienen un bloque aquí… tal vez podamos
tratar de encontrarlo. Nunca miré cuando he estado aquí.

—¿Alguna idea de dónde está?

—No, pero podemos comenzar en la fuente y buscar.

—¿Viniste aquí por alguna de las cosas de las Olimpíadas?

—Sí, la empresa de mi papá tenía los contratos para la seguridad de la


parte de los eventos deportivos y cuando ocurrió el bombardeo, se
hicieron cargo de toda la cosa, así que estuvo demasiado ocupado para
llevarme a muchos. Solo tenía seis y mamá no quería ir sola conmigo,
pero creo que Mark me llevó a ver ganar el oro del equipo estadounidense
de fútbol femenino. Es curioso, creo que esa fue la única vez que me llevó
a un lugar por sí mismo.

—Mark es raro. Es tan protector contigo, pero nunca han sido cercanos.

Siempre he pensado lo mismo y me pone triste porque parece que nunca


soy lo suficientemente buena para él.
—Oh, mierda, ¡eso es genial como la mierda! —Reed apunta a la Fuente de
los Anillos.

—Lo sé, me encanta. Cuando vengo aquí para el almuerzo durante el


verano, está lleno de niños tratando de refrescarse. Siempre quise hacerlo,
pero veinticinco años es demasiado viejo para correr alrededor de
aspersores.

Reed suelta mi mano y empieza a quitarse los zapatos.

—¿Qué estás haciendo?

—Tengo veintiocho años y estoy a punto de ir a jugar en esas cosas.


Quítate los zapatos o te voy a llevar con ellos puestos —dice él, arrojando
su sombrero en un banco.

—Reed, espera, no podemos. La gente pensará que estamos locos. Es


octubre y no hay nadie más allí.

—Una vida, nena. ¿A quién le importa una mierda lo que piensa la gente?
Mi chica quiere ir… ella va. —Con mis zapatos aún puestos, Reed me tira
encima del hombro, entrando y saliendo del agua que viene desde el
199 suelo. Hace esto hasta que no me preocupo por la gente alrededor, no me
importa que estoy empapada, no me importa nada más que divertirme
aquí y ahora con la única persona que pensaría en hacerme hacer esto.
Quien no tiene que decir nada para demostrarme lo que significo para él.
Y amo cada segundo de ello.

El agua se detiene, lo que nos deja empapados y riéndonos del otros.

—¿Contento? Ahora luzco como un perro mojado —digo y envuelvo mis


brazos alrededor del cuello de Reed.

—Nena, sabes que siempre pienso que te ves bien mojada. —Se inclina y
me besa, levantándome y haciéndome girar mientras otra serie de
chorros de agua nos salpica.

—¿No puedo creer que hayas empacado una muda de ropa para mí? Es
como si hubieras planeado que haríamos eso.

—Bueno, nunca se sabe, por no mencionar que era un niño explorador.


—¿En serio? —Estoy sorprendida porque Reed como un niño explorador
es algo que no puedo imaginar.

—Nop, no lo era. Mi padre no me inscribió en esa mierda, pero quería.

—Me hubiera gustado ver eso. ¿Adónde vamos?

—Es una sorpresa.

—Está bien.

Reed enlaza sus dedos con los míos mientras caminamos.

—¿No vas a seguirme molestándome, nena?

—No, me encantan las sorpresas. Nunca hicimos nada como esto y ha


sido muy divertido.

—Muy bien, Hads. Estamos aquí.

Me detengo y veo la más grande rueda de la fortuna.

—¡OH! Reed, ¿vamos a hacer vista aérea? —le pregunto, aplaudiendo—. He


200 querido andar en esto desde que se abrió, pero es una cosa de parejas.

—Me gustaría tomar todo el crédito por este, pero cuando le pregunté a
Courtney adónde querías ir, dijo que me mataría si no te llevaba aquí. —
La gente habla y camina alrededor de mí, pero no puedo registrar nada.
Reed nunca hace cosas como esta. Nunca. Luego me empuja a través de
la puerta.

Entramos en la góndola y pellizco el brazo de Reed.

—Joder, Hadley, ¿por qué hiciste esa mierda?

—Bueno, sabía que me desperté esta mañana, pero solo quería


asegurarme de que este fueras tú, no una abducción extraterrestre o algo
por el estilo.

—Te lo dije, nena, este soy yo demostrándote que estoy en todo.

—Gracias, esto significa más para mí de lo que nunca sabrás.

—Puedes mostrarme tus tetas cuando estés lista… ya sabes, para


pagarme.

—Reed.
—Maldita sea, pensé que podía intentar. ¿Al menos puedo conseguir una
eyaculación más tarde?

Me río de él. ¡Sin duda es todo un niño!

—Puedes tenerlo si significa tanto para ti. Solo porque este ha sido el
mejor día, nene. Es decir, el mejor.

Nos sentamos abrazados en el rincón, viendo Atlanta en el fondo.

—¿Seguro que está bien si Lucy viene? No quiero que moleste a Loki. ¿Ha
estado alrededor de gatos alguna vez? Oh no, ¿y si la ataca? —Reed me
convenció de llevar a Lucy a su casa y yo ya no quería que estuviera sola,
así que tenía perfecto sentido. Pero ahora mis visiones de ellos jugando
son nubladas con una visión de un perro de treinta kilos lamiéndose los
labios después de comer a mi dulce gata.

201 —Cuando lo llevo al veterinario, a él siempre le gustan.

De alguna manera, eso no significa que deje de enloquecer. Lucy es todo


lo que tenía durante mucho tiempo y no quiero que le pase nada. Reed
acaricia a Lucy bajo la barbilla y ella se arrastra, derritiéndose en su
regazo.

—Ves, ¡ya me ama!

—No sé cómo lo hiciste. Es una locura, odia a todos menos a mí. Solía
perseguir a Courtney alrededor de la casa si se acercaba a ella, pero la
acaricias una vez y se olvida de su mamá. Solo espera, Lucy vendrá a mi
lado. —Y lo hará, incluso si tengo que sacar la hierba gatera y sus
golosinas favoritas. Maldita traidora. Por otra parte, me arrastraría en su
regazo si pudiera.

Tiro de la cuenta de su sombrero, recordándome algo.

—¿Todavía usas ese sombrero rojo? No he visto una pelea desde esa cosa
de entrepierna podrida.

—Claro que sí, cada jodida pelea. Te equivocaste, sin embargo… no me trae
suerte. Esa siempre has sido tú.
Le quito el sombrero y comienzo a frotar su cabeza afeitada.

—Por qué, no he estado en ninguna pelea desde Columbus. Entonces,


¿cómo podría traer suerte?

—Nena, siempre has sido tú, jodidamente siempre. Cada maldita pelea, me
golpeo el pecho dos veces, para ti, jodidamente dos veces por nosotros.
Porque esos pájaros somos nosotros. Siempre estabas allí conmigo,
incluso si yo no lo sabía. Hadley, eres mi amuleto de la buena suerte, mi
pata de conejo, mi trébol de cuatro hojas. Eres mi jodido yuyu. Lo eres. No
un jodido sombrero rojo. ¡Tú!

Mi pecho dolía cada vez que lo había visto. Lo sentía, nos sentía.

—Entonces, ¿soy tu yuyu?

Reed ríe.

—Sí, eres mi jodido yuyu, nena.

202 —Reed, ¡por favor!

En el momento en que estoy a punto de explotar, los dos dirigimos


nuestra cabeza a la puerta cerrada ante el sonido de un silbido de gato y
un perro ladrando.

—Malditos animales bloqueadores de pollas —murmura Reed contra mi


espalda—. Entonces… ¿dónde estábamos? Oh, sí, creo que estaba a punto
de hacerte venir. —Los sonidos de animales se desvanecen en el fondo
mientras exploto una y otra y Reed consigue su eyaculación.

Cuando finalmente termina conmigo, abre la puerta y Loki y Lucy entran


en su habitación. Loki va a su cama en el suelo y Lucy se sube a él,
acurrucándose en un lado de su cuello. Rápidamente, quedan dormidos.

—¿Ves, nena? Siempre tengo la jodida razón, se llevan bien —dice Reed,
tirando de mí hacia él mientras apoyo mi cabeza en su pecho y tiro mi
pierna por encima de su cuerpo.

—No iría tan lejos. Pero podría acostumbrarme a esto, Reed. Te amo.

—Yo también, nena. Y ese es el plan, Hads. Ese siempre ha sido el plan.
Beso el tatuaje de Reed y me voy a la deriva a un sueño tranquilo, segura
en sus brazos.

203
Capítulo 21
Reed

—G
racias, Matt, pero ¿por qué diablos no me lo dijo? Eso es una
mierda. Él estaba allí en la cocina de tus padres, a solas con
mi chica. Hadley soltó unos treinta platos al suelo. El
bastardo la tenía temblando como una hoja. El hijo de perra estaba
diciendo algo sobre hacer bien sus promesas. El cuerpo entero de Hads se
tensó cuando lo vio y su culo me mintió sobre ello. Puedo jodidamente
protegerla. —Estoy echando humo. Sabía que debería haberla presionado
más.

—Tu reacción es, probablemente, la razón de que no te dijera nada. Sabe


204 que le harías algo a él. O, demonios, tal vez todavía no confía en ti.
¿Pensaste en eso? Han estado juntos por cuánto, una semana, ¿y crees
que Hadley abrirá para ti? Está cerrada y no importa lo que ella diga, vas
a tener que ganar todo lo que quieras obtener de ella. Y no te atrevas a ir
a buscarla molesto por decírmelo en lugar de a ti. Si la empujas,
retrocederá y eso no ayudará en nada.

—Pero, Matt, ella debería confiar en mí con esto. Fue contigo y el amigo de
Bennett con esta mierda en lugar de la persona con la que está. Es jodido.
—Hadley le confirmó todo a Matt y eso golpea mis jodidas pelotas.

—Estás enojado porque vino a nosotros por eso, no a ti. Lo entiendo, pero
no te mientas, es tu orgullo lo que está más herido. Has estado fuera por
un tiempo y ella solo nos tenía a Courtney y a mí para ayudarla, y ahora
tiene a James. Debes estar agradecido de que vaya a alguien porque
durante mucho tiempo, ni siquiera hacía eso. Bennett la cambió… la
manipuló contra todos nosotros durante mucho tiempo. Ella solo
comenzó a retroceder cuando mamá tuvo cáncer. Tratamos de hablar con
ella sobre eso, pero se cerraba en sí misma de nuevo si alguna vez se
sacaba el tema, así que lo dejamos ir. En realidad él, nunca se preocupó
por ella, así que tiene que ser algo más, pero no entiendo qué. Demonios,
tal vez quería su dinero ahora que sabemos que él está en quiebra.

—Matt, haremos algo al respecto. Él puso sus manos en mi jodida chica.

—Y lo haremos, pero tenemos que ser pacientes y encontrar todas las


cosas. Hadley dejó claro que él te arruinará.

—No me importa un carajo nada de eso. Quiere mi carrera, puede


jodidamente tomarla. No sostendrá esa mierda sobre ella. Ella es mía y
solo mía. —Jodido imbécil, asustando a Hadley con lo que podría
pasarme.

—Y si lo haces, eso matará a Hadley, lo sabes. Solo mantente a raya


durante un par de semanas. Descubriremos todo lo que necesitamos
saber y trataremos con ello. Si esto no es suficientemente bueno para ti,
no te diré nada más cuando ella venga a mí. —Jodido Matt y él siendo
correcto.

—Está bien, pero tienes dos semanas para poner tu mierda en orden o voy
detrás de él.
205 —Reed, piensa en esto antes de hacer nada. Te dejaré saber si ella me dice
algo nuevo y tú haz esas llamadas para averiguar si oyeron algo más
sobre él. —Matt me cuelga.

—Mierda, ¿me estás diciendo que Bennett sabía lo que realmente le


hiciste a tu rostro? ¿Cómo? Esto no tiene ningún sentido para mí. Sí,
quiere ser un imbécil controlador hacia Hadley, pero no sé. No sé la
razón… algo no está bien.

—Amigo, Lance, lo sé y parece que tampoco puedo deshacerme de nada


de esta mierda. Que Hadley no me cuente me jode, pero lo entiendo. Está
lidiando con esto porque ese idiota está sosteniendo mi mierda sobre su
cabeza. Matt me hizo jodidamente prometerle que no iría tras él hasta que
tengamos todos los hechos, pero me está matando jodidamente, hombre.
Me siento menos hombre al no hacerle por lo menos algo. Si solo dejo que
los jodidos policías manejen toda esta mierda con Corey… podría hacer
algo. Se metió con mi chica. Puso sus jodidas manos sobre ella. Le dio un
revés… es un movimiento cobarde para un cobarde supuesto hombre.
Debería estar allí ahora mismo golpeándolo hasta dejarlo sin sentido,
haciéndolo suplicar que me detenga en lugar de desahogar esto en este
jodido saco. Es un hijo de perra con suerte de que amo a Hadley más de lo
que lo odio.

Balanceo el brazo hasta la bolsa de velocidad, yendo tan rápido como


puedo. He estado golpeando cualquier cosa y a todo en el gimnasio desde
que Matt me dijo dos días atrás lo que pasó entre Hadley y Bennett. Tengo
que controlar cada pieza de ira que tengo dentro de mí cuando estoy
alrededor de ella porque no necesita hacer frente a cualquier otra mierda.
Hadley tiene suficiente que afrontar y toma casi todo en mi poder el no ir
a matar a ese hijo de perra. Algo está pasando, ya que no hay manera de
que supiera dónde estaba yo o que Hadley me ayudó, a menos que tenga
algún tipo de sombra sobre nosotros, pero incluso eso parece tan fuera de
lugar que no le he dado mucho pensamiento a esa idea. Él se acercó a su
casa y puso las manos sobre ella por mi culpa. El jodido pedazo de
cobarde no podía venir a mí con su problema… no, ese hijo de perra tenía
que golpear a mi chica para demostrarse que su polla es más grande. Se
206 llevará una sorpresa si realmente cree que voy a dejar que se salga con la
suya. Renunciaré a cualquier cosa por Hadley… luchar, hasta el último
centavo que tengo a mi nombre, cualquier cosa para protegerla.

¿Qué tendría él para ganar? No sé nada de él y tal vez ese es el problema.


Bennett parece saber todo sobre mí. Tengo que superarlo si quiero estar
incluso cerca de jugar a este juego con él.

—Lance, ¿puedes llamar a Bash? ¿Ver si descubrió algo nuevo? Quiero


que extraiga todo lo que sabe sobre el buen Bennett Norton y quiero todo
sobre él. Estoy hablando desde su jodido número de calzado a la forma en
que toma su maldito café. Le pagaré el doble de lo que le he dado si lo
consigue de aquí a una semana. —Le di una llamada la primera vez que
Matt habló conmigo, pero, de alguna manera, Bennett está un paso por
delante. Ya no más.

—En ello, Reed. —Lance cuelga su teléfono y salgo de mi gimnasio


privado que hice para mi entrenamiento. Estoy ardiendo. Con toda la
mierda que está sucediendo, lo juro, nunca he estado más listo para una
pelea de lo que estoy ahora. Entre mis tres-al-día y la ira pura de querer
matar a Bennett con mis propias manos, nunca he estado tan seguro de
ganar en mi vida. Voy a barrer el suelo con Redman y amaré cada
maldito minuto de ello.

—Hola nene sexy, ¿qué haces ahí arriba viéndote tan malditamente
caliente? —Me detengo a medio golpe con el molesto sonido que se
escucha por todo mi gimnasio como un mal olor, su voz como clavos en
una jodida pizarra. ¿Cómo diablos se me ocurrió llevar una conversación
con ella, mucho menos tener sexo con ese ruido?

—¿Qué carajos haces aquí, Krystal? ¿No se suponía que regresaras a Las
Vegas para revolcarte con otra persona con dinero y dejarme en paz?

Luce herida, pero esta perra no me puede engañar, cualquier sentimiento


que Krystal tuviera, los enterró mucho tiempo atrás junto con el primer
conjunto de senos.

—Riker, suenas casi celoso de que otros tipos me toquen. Me gusta eso, es
tan caliente. Sabía que te aburrirías con esa chica de aspecto hogareño.
No debería pasar demasiado tiempo hasta que vuelvas corriendo a estar
entre mis piernas. Me quedaré aquí de modo que cuando llames, estaré
ahí. Sé que cuando estés caliente, me querrás lista. No tengo ni idea de lo
207 que ves en ella, de todos modos, se ve tan… No sé cómo decirlo de manera
agradable… Oh, lo sé, tan escueta.

He tenido suficiente de su mierda. Salto por las escaleras y voy


directamente a Krystal, llegando a su rostro.

—Escúchame, Hadley tiene más que tú en una de sus jodidas reales tetas
de lo que tú nunca tendrás en tus dos falsas tetas combinadas. Solo
jodidamente vete, no te llamaré de nuevo. Te lo prometo.

La sonrisa malvada de Krystal aparece.

—Lo que digas, Riker nene. Deberías saber sobre mis pechos de todos
modos, fuiste quien pagó por ellos después de todo. ¿Qué fue lo que dijiste
la última vez que estuvimos juntos? Oh, lo recuerdo, que podías follarte
mis tetas todo el día, lo mejor que has tenido, justo antes de correrte sobre
estas. ¿Ella sabe sobre nosotros? Quiero decir, ¿realmente sabe sobre
nosotros?

Oh, demonios, hace tres años y un jodido gran error.

—No, no sabe y no se lo dirás. Tiene suficiente para hacerle frente en este


momento y que Dios me ayude, si le dices una jodida palabra o te acercas
a menos de treinta metros de Hadley, le contaré a Daily todo lo que me
dijiste acerca de lo que hace ilegalmente para ganar dinero extra.

Los ojos de Krystal saltan de su cabeza. La perra olvidó totalmente que


abrió su maldita boca sobre Daily y las apuestas que hace en las peleas.
Eso podría arruinarlos a ambos al mismo tiempo.

—No le harías eso a él. Lo cuidas. Te conozco, Riker.

—¿De verdad quieres probarme? Si te atreves a ponerte en la misma


habitación que Hadley, nada de lo que puedas hacer o decir me detendrá
de cantar como una jodida ave a cualquier persona que quiera escuchar.
Ahora, si me disculpas, tengo cosas más importantes que hacer que tratar
contigo. Estoy hablando muy en serio; no te atrevas a decirle nada. Ahora
vete, y espero que la puerta golpee tu culo en el camino de salida.

—Lo que sea, Riker. —Krystal pisotea fuerte para salir de mi gimnasio,
lanzando una rabieta de la que cualquier niño de cuatro años habría
estado celoso. ¿Cómo pude acercarme a esa perra?

208

Hadley
—Oye, papi, ¿dónde estás? —grito en el vestíbulo de mis padres. Mi papá
lo ha estado llevando bien, de la mejor forma que puede después de
perder a su alma gemela. Pero necesito asegurarme de que se mantiene
alejado del whisky escocés al que ha estado recurriendo. De tal palo, tal
astilla supongo.

—Aquí, pequeña.

Camino hacia su voz y encuentro a mi padre sentado en la sala de cine,


viendo viejas películas de mi madre. Me siento a su lado y me inclino en
su costado.

Señalo la pantalla donde una versión mucho más joven de mi madre está
caminando alrededor de nuestra casa en Vail el día que mi padre la
sorprendió con ello.
—Recuerdo ese día como si fuera ayer. Ella estaba tan emocionada y
decía que la mayoría de las chicas eran sorprendidas con flores, pero
siempre tenías que superar a todos y dar a mamá la casa de sus sueños.
Dios, le encantaba ir allí, ¿verdad?

Le doy un apretón a la pierna de mi padre. No me puedo imaginar lo que


debe estar atravesando, se suponía que envejecerían juntos, verían a sus
nietos jugar al aire libre mientras estaban sentados allí y morirían juntos
tomados de las manos. Pero la vida tenía otra idea y aquí está mi padre
solo, dejado únicamente con sus recuerdos. La extraño más y más cada
día.

—Amaba la forma en que ella era siempre feliz por nada, simplemente
por vivir. Solo tomaba todo lo malo y lo convertía en algo bueno. Sabes,
Hadley, la extraño mucho, pero estoy contento de que se haya ido.

Me vuelvo y doy una mirada extraña a mi padre.

—No, pequeña, no de esa forma. Estoy contento de que no tenga ningún


tipo de dolor. Estoy seguro de que tu madre ocultaba una gran cantidad
de lo mal que se sentía porque así era ella, no quería que nos
209 preocupáramos por ella. Al final, me sentaba a su lado y ni siquiera podía
tocarla porque el dolor se había vuelto más fuerte. Me rompía porque
estaba rompiéndola a ella. Podía verlo en sus ojos. Así que ahora es
bueno saber que nunca va a tener ese tipo de dolor de nuevo. —Papá
levanta su brazo y me tira firmemente a su lado. Nos sentamos en
silencio, viendo película tras película hogareña de mi madre.

—Papá, ¿sabes dónde están mis fotos de cuando me adoptaron?

Siento que se pone rígido.

—Hadley, puede que me odies, pero se perdieron cuando nos mudamos.


Pero pueden estar en la casa de Vail. Tuvimos que enviar algunas cajas
allí cuando vendimos la casa en Columbus.

Siento una puñalada en el corazón con el pensamiento de esas fotos


extraviadas. Nunca las vi y mamá siempre decía que cuando fuera mayor
me las mostraría. Sé que es porque mis padres biológicos deben estar en
alguna de ellas.

—Con suerte, puedo ir allí y buscarlas.


—Con suerte. —Mi papá asiente—. Tú y Reed, ¿eh? —Qué gran cambio de
tema. Realmente esperaba que aún no tuviera que hablar de esto con él.

—Sí, supongo. No lo sé realmente. Con todo lo que han traído estas dos
semanas, me mantuvo unida y fue tan fuerte para mí cuando yo no podía
serlo. Me permitió colapsar y nunca dijo nada al respecto. Lo amo, papá,
tanto, pero con nuestro pasado, siento como si el otro zapato fuera a
caerse en cualquier momento. Si es que eso tiene sentido.

—Sí, lo sé, pequeña, más de lo que piensas. Estoy contento de que


estuviera allí para ti cuando lo necesitabas, cuando el resto de nosotros
estaba envuelto en nuestro propio dolor. Solo prométeme que tendrás
cuidado con él. Ambos tienen que ser cien por ciento honestos con el otro
a partir de ahora. No pueden permitir que esta nueva parte de su relación
sea arruinada por sus relaciones pasadas mientras estaban separados.

Debería decirle lo que pasó, a lo que estoy aferrada, pero no puedo…


cambiaría todo entre nosotros. Siento que algo sucede entre Reed y yo y
es más fuerte de lo que jamás podría imaginar. Es solo que no entiendo
nada de eso todavía. El amor que tenemos es más fuerte que cualquier
210 razón dentro de mí y retroceder me asusta mucho. Pero tal vez, solo tal
vez, en el buen sentido.

Apagamos las películas caseras y decidimos cambiar a una película


clásica que mi papá quiere ver. Dos horas más tarde, después de hacerle
la cena y comer con él, ya era hora de irme. Fue agradable ver que mi
papá comenzaba a sanar, aunque sea lento. Un paso a la vez para él, para
todos nosotros.

Estaciono en mi camino de entrada solo para ver a Courtney en los


escalones de mi puerta, llorando a moco tendido. Dejo mi coche en el
estacionamiento y corro directamente a ella. Creo que solo he visto llorar
Court un total de diez veces desde que hemos sido amigas y sé que esto
tiene que ser malo.

—¿Qué pasa, Court?

Ella me mira y sus ojos están tan hinchados por las lágrimas que al
instante me duele el corazón por ella.
—¿Podemos entrar? Necesito hablar contigo acerca de algo y puede que
necesite tu ayuda.

—Por supuesto, chica. Vamos.

Le ofrezco mi mano para ayudarla a levantarse y la llevo a mi sala de


estar. Se sienta en el sofá y tiene incluso más lágrimas en los ojos que
antes. Me alejo de ella y consigo algunos pañuelos y tan pronto como me
volví, Courtney dice:

—Creo que estoy embarazada. —Me detengo en medio de un paso… eso


era lo último que habría pensado que fuera la causa de esta situación.
Ella ha sido, básicamente, una monja desde que nos trasladamos aquí y
siempre ha sido muy responsable cuando se trata de sexo.

—¿Cómo? Es decir, sé cómo, pero… ¿Qué? Siempre has sido tan cuidadosa.

Courtney se levanta y comienza a caminar hacia su bolso, sacando una


prueba de embarazo de este.

—Lo sé, pero volver con Lance… fuimos locos. No sé, cambiamos de lo que
éramos antes. No puedo explicarlo, pero lo amo y él dice que me ama.
211 Todo esto está sucediendo tan rápido. Nos volvimos una pareja
oficialmente tal solo en la noche de la gala. Antes de eso, digamos que
cedimos a lo que hay entre las piernas más de a lo que hay en nuestros
cráneos y no nos cuidamos mucho algunas veces. Dejé el control de
natalidad ya que no estaba teniendo sexo con nadie, así que pensé, ¿por
qué continuarlo? Dios, soy tan estúpida. ¿Qué demonios? Lance va a
pensar que lo hice a propósito para atraparlo. Este bebé será condenado
incluso antes de que nazca. —Una distante y triste mirada cruza los ojos
de Courtney.

Le agarro ambos brazos para que solo pueda centrarse en mí.

—Está bien, detén todo esto. Toma la prueba. Entonces, y solo entonces,
podemos hablar de lo que puede o no estar en tu vientre. Court, incluso si
estás embarazada, Lance te ama. Ustedes van a resolver todo esto juntos.
Lo sé.

Courtney me da una pequeña sonrisa y entra en mi cuarto de baño de


invitados.

Después de lo que se sienten como horas, sale con una sonrisa en su


rostro y me siento mejor automáticamente. Sabía que estaba exagerando.
—¿Tomo de esa sonrisa que dio negativo?

Niega con la cabeza.

—No, es positivo. Es decir, tan pronto como mi pis golpeó el palillo me dijo
que estaba embarazada, pero al instante amé este bebé. Sin importar lo
que pase entre Lance y yo, lo haré.

Sonrío, abrazándola.

—Supongo que esto es el mes para los bebés, ¿sabes? Mark y Sarah
también están embarazados. Me convertí en la tía más genial de no uno,
sino dos niños pequeños. ¡Estoy tan feliz! ¿Vas a hablar con Lance ahora?

—Supongo que tengo que hacerlo. Estoy nerviosa como la mierda. Pero si
él no nos quiere, entonces seremos solo yo y el pequeño cacahuete. —
Pone su mano sobre su vientre plano y me sonríe.

—No, no solo tú y el bebé. También estaré allí para ti. Pero no creo que
Lance te abandone. Ha crecido mucho desde que lo conocimos. Es posible
que se asuste y necesite tiempo para procesarlo, pero entrará en razón. —
Agarro el bolso de Courtney y las llaves y la beso en la frente—. Llámame
212 cuando lo hayas hecho y si necesitas algo, llama o vuelve aquí. No voy a
ir a casa de Reed esta noche.

—Oye, Hadley, ¿estás bien? Estaba siendo tan egoísta, no pensé acerca de
cómo se podría sentir esto para ti.

—Estoy bien. Seguro, es una mierda que ustedes estén embarazadas y yo


no esté segura de si alguna vez pueda tener eso, pero las amo tanto y si
no puedo, consentiré a mis sobrinos mucho más. —La abrazo una vez
más—. Estoy muy feliz por ti, de verdad. Ahora ve y dile a ese atractivo
hombre tuyo.

—Oye, antes de que me olvide otra vez, ¿qué pensaste del auto de Reed? —
Courtney menea las cejas.

—¿Cómo lo sabías?

—¿De verdad, Hads? ¿Cuánto tiempo me has conocido? ¿No has


aprendido que me entero de todo?

—¿Es por eso que pasaste de ser anti-Reed a pro-Reed?

Courtney se encoge de hombros.


—Lo siento. Bueno, en realidad, nop… no lo siento en lo más mínimo.

—Creo que ese fue el momento en que supe que lo podía perdonar. Tal vez
no dejarlo entrar en mi corazón todavía, pero fue un gran paso hacia ello.
Lo hizo para mí y no lo puedo creer. Pero basta de Reed y yo, tienes que ir
a buscar a Lance. No más charla de mi vida amorosa mientras la tuya
está cambiando para mejor.

—Eres la mejor, ya lo sabes, ¿verdad? Te llamaré en cuanto termine. Sé


que estarás preocuparse si no lo hago. —Saluda con la mano y sale por la
puerta.

213
Capítulo 22
Reed

—¿E
stás realmente listo para la bola y la cadena? —Lance
mirando los anillos es demasiado difícil de creer y no
puedo superarlo. Nunca los habría vinculado a ambos en
una relación y, definitivamente, no jodidamente feliz de tener un bebé.
¿Quién iba a pensarlo, eh?

—Sí, amigo, estoy seguro de que se lo habría pedido de todos modos. Que
Courtney esté embarazada solo me da ganas de hacerlo más rápido. La
amo e incluso después de todos estos años, tenemos esta mierda entre
nosotros que solo se está haciendo más fuerte. Ambos nos encontramos
214 en el mismo lugar ahora, no como antes. Courtney es mi oportunidad, sin
duda.

Asiento ante su explicación. Si tan solo las cosas con Hadley y yo


estuvieran yendo allí. Pero tenemos demasiada mierda entre nosotros,
demasiado que superar antes de incluso pensar en el matrimonio. Un día
lo superaremos, pero un día no es ahora.

—Oye, Rike, ¿qué piensas acerca de este? —Lance apunta a un diamante


enorme.

La chica de ventas está divagando acerca de las tres C, lo que sea que eso
signifique. Todo lo que sé es que parece algo que Courtney usaría.

—Sí, me gusta.

Al salir de la joyería, Lance tiene cuarenta mil menos en su cuenta


bancaria y está un poco más pálido de lo que jamás lo he visto.

—¿Estás bien, hombre?

—Sí, solo me preguntaba cuándo hacerlo realmente.


—Bueno, piensa acerca de eso todo lo que quieras, salgamos de aquí.
Estoy hambriento y Hadley nos encontrara en el restaurante.

—Bash llamó, encontró lo que podía sobre Bennett… no hay mucho ahí,
sin embargo. Fue a Harvard con una beca, jodidamente inteligente. No
muchos amigos allí, excepto ese tipo médico. Se casó en la escuela, se
divorció justo después y ella lo dejó sin nada. Bash está tratando de
encontrarla, pero al parecer se trasladó a Inglaterra cuatro años atrás. Él
se mudó a Atlanta, comenzó su negocio y sabes prácticamente mucho del
resto. Mujeriego, durmió con el mayor número de chicas que pudo. Bash
dijo que está nadando hasta las cejas en deudas, la empresa está
investigada por alguna mierda oscura. No se puede ver a los Thomas
haciendo cualquier negocio real con él. Supongo que le gustan las
strippers, algunas prostitutas de alto precio, cocaína de grado A también.
No sé qué vio Hadley en él.

215 —Me lo estás diciendo. Tal vez usa las prostitutas acerca de él. Quiero
saber lo que hizo para tener a su exmujer fuera del país; también puede
haber algo allí. Este hijo de perra no va a dejar a Hadley en paz a menos
que forcemos su culo.

Levanto la mirada de Lance y veo a Hads viniendo hacia nosotros a la


mesa.

—Suficiente de esta mierda, ella no sabe nada de esto —le susurro y


luego le sonrío a Hadley justo cuando llega a la mesa. Lo más difícil es
mirar a los ojos de la chica que amas y saber que está escondiéndote
secretos. Pero ella no está lista para que yo sepa y maldita sea si no
quiero sacar la mierda de ella. Aunque no se trata de que yo sepa esta
mierda, se trata de que ella me lo diga.

Hadley se inclina y me besa en los labios.

—Hola, nene. ¿Se divirtieron? ¿Qué hicieron al ir de compras, de todos


modos?

—En primer lugar, te sacaron el yeso hoy. Apuesto a que estás


jodidamente feliz por esa mierda.
—Síp, sigo sin estar lista para trabajar, pero al menos puedo mover mi
muñeca de nuevo. Así que, ¿compras?

Miro a la Lance para asegurarme de que está bien y se encoge de


hombros.

—Por anillos, parece que a nuestro pequeño Lance aquí finalmente le


crecieron algunas bolas y quiere pedirle a Courtney que se case con él. —
A Hadley se le cae el menú y se queda con la boca abierta hacia Lance. Le
cierro la boca con la mano y le susurró al oído—: Esta es la parte en la
que le dices que ella va a decir que sí, nena. —La beso en la mejilla y ella
vuelve el rostro hacia mí, dándome una de sus sonrisas falsas.

—Cierto, um… lo siento. Courtney dirá que sí. Justo estaba hablando de
ello, pero no estaba segura de que ya estuvieras listo para dar el paso.
Esto es solo una conmoción para mi sistema, en primer lugar el bebé y
luego el matrimonio. Estoy muy feliz por los dos, realmente. —Agarra las
manos de Lance y lo mira directamente a los ojos—. Courtney será tan
feliz, lo prometo, solo ten cuidado porque está súper hormonal y podría
pensar que solo lo estás haciendo porque ella está embarazada. Sé que no
216 es verdad, pero quiero darte una mano. Es posible que se asuste.

—Te lo juro, me aseguraré de que sea el momento adecuado y que ella no


dudará con certeza que quiero esto. Hadley, también quería decirte que
lamento la mierda que pasó. Si hubiera sabido lo que había sucedido, se
lo habría dicho a Reed. —Lance disculpándose… tengo que escribir esta
fecha. Realmente se debe sentir como una mierda.

—Lo sé, no te preocupes por eso. Y lo que dijiste de Court, es lo


suficientemente bueno para mí. ¿Quieren compartir un aperitivo? —
pregunta Hadley, cambiando el tema.

Hadley
—Hads, ¿te quieres quedar en mi casa esta noche? Mañana es mi día
libre, la única cosa que tengo que hacer es correr e ir al gimnasio para
checar algunas cosas. Pero eso significa que podemos realmente dormir
—pregunta Reed y abre la puerta para mí al salir del restaurante.

—Sí, eso es genial. Solo tengo que ir a buscar a Lucy y venir. —Encuentro
mis llaves en mi bolso y le doy un beso en los labios.

Reed me mira a los ojos, casi como si fuera a preguntar algo, pero cambia
de opinión.

—Está bien, nena. Te veré en un rato.

Sé que es estúpido —la propuesta de Lance a Courtney es increíble—,


¿pero y si Reed se va de nuevo? Sin dudas, se llevaría a Lance con él.
¿Dónde deja eso a Courtney y el bebé? Solo puedo esperar que Reed
entienda que tendrá que pensar en otra persona cuando llegue el
momento… si es que se va.

217 —Reed, ¿dónde estás? —¿Por qué su maldita casa tiene que ser tan
grande? Bajo a Lucy, dejo caer mi bolsa en la puerta y empiezo a mirar a
alrededor—. Reed, ¿dónde diablos estás? —Loki viene a toda velocidad,
volviéndose loco y ladra hacia el piso de arriba, así que lo sigo hasta allí.
Poco a poco, abro la puerta, aturdida sin habla.

Velas están en todas las superficies disponibles en su habitación y pétalos


de rosas llenan el cuarto de baño. Abro la puerta para ver la enorme tina
de Reed llena de burbujas y dos copas de champán en el lateral. Un muy
desnudo Reed está en el baño esperando por mí.

—Tienes demasiada ropa puesta. Trae tu sexy culo aquí y empecemos a


jodidamente disfrutarnos.

Sonrío y poco a poco me desnudo. Cuando mi primer dedo se mete en el


agua, Reed me tira hacia él y empieza a besarme. Me besa bajando por mi
cuello y hacia el centro de mi pecho, hacia el pezón.

Reed levanta la cabeza y me mira fijamente a los ojos.

—Maldita sea, nena, eres la jodida chica más caliente. No creo que pueda
tener suficiente jamás. Estamos hechos para estar juntos. —Me derrito en
él y dejo que me tome. Tira de mi cintura hacia él y pone una mano entre
mis muslos, trabajando lentamente sus dedos en mí.

»¿Eso se siente bien, Hads?

Gimo, formar palabras es casi imposible con los sentimientos intensos


que me dan los dedos de Reed siempre.

—Eso es, lo siento venir… solo déjalo salir, nena. —Y lo hago, una y otra
vez. Cuando me bajo, Reed me está mirando a los ojos—. Tú, viniéndote, es
la cosa más sexy que jamás he visto, me pone duro como una roca. ¿Estás
lista para otra? Porque nada va a detenerme de tomarte una y otra vez
esta noche.

Reed sonríe en una forma maliciosa, levantándome hacia él.

—Móntame, como sabes que me gusta. —Me muevo arriba y abajo en él


mientras desliza una mano en mi trasero y la otra a mis pechos.
Comienzo a ir más rápido y me inclino para morder la oreja de Reed—.
Awww, mierda, nena. Sigue haciendo eso y no duraré más de dos minutos
dentro de ti. —Me muevo más rápido y siento su polla volverse más
218 grande con cada empuje. Aprieto mi interior alrededor de él mientras
hace rechinar sus dientes, tratando de resistir.

—Está bien, Reed. Déjalo salir. Estoy justo ahí contigo —digo con
respiraciones pesadas. Gritamos el nombre del otro mientras explota
dentro de mí.

Apoyo mi cabeza en su pecho y beso el tatuaje sobre nuestros gorriones.


Yace a través de su pecho y va de un hombro al otro, “recuerda todo,
arrepiéntete de nada”. Reed se lo hizo tres semanas antes de irse. En ese
momento, entendía el significado, pero ahora con Reed de regreso, ya no
estoy tan segura.

—Reed, ¿aún crees eso?

—De alguna forma, pero ahora tengo que usarlo como un recordatorio de
las cosas de las que sí me arrepiento y usarlo como un recordatorio para
nunca hacer nada de esa mierda de nuevo. Aunque es casi jodidamente
cómico. Me fui así nunca me arrepentiría de nada, pensé que podía
regresar y todo estaría en pausa. Jodido y estúpido de mí por pesar esa
mierda. Estaba pensando únicamente en mí mismo, pero jodidamente
nunca más. Te tengo de vuelta en mis jodidos brazos, donde te quedarás
para siempre.

—Aparte de los gorriones, ¿sabes cuál es mi tatuaje favorito? Este justo


aquí. —Muevo mi mano a su costado. “Pero el luchador se mantiene”.

—¿Y por qué es eso, nena?

—Porque luchaste por mí cuando yo estaba luchando en tu contra. Y a


través de todas las subidas y bajadas en tu vida, el luchador en ti siempre
ha estado ahí. Reed, siempre has sido un luchador… no solo en la jaula,
también en la vida. Quieres algo, lo tomas, sin importa cuán duro tengas
que trabajar. Mira tu vida, lo probaste.

—¿Pero a qué costo, Hads? Mira lo que te hice en mi jodida búsqueda de


enviar el gran jódete a todos los envidiosos. Eso no es lo que debería
haber sucedido. Pero vamos, nena… vámonos de aquí antes que te veas
como una abuela. Sé cuánto odias eso. —Reed me levanta, sale de la tina
y se dobla para agarrar una toalla del suelo. No puedo evitar echar un
vistazo a su cuerpo rasgado. Mira alrededor y me guiña un ojo—. No
tienes vergüenza, nena. Déjame ayudarte a levantarte y secarte.
219
—Sabes, una chica puede acostumbrarse a esto. No hiciste nada malo,
¿cierto? Porque el viejo tú solo hacía cosas románticas cuando estabas en
la casa del perro —medio bromeo con él.

—No, nada malo. Solo parecías estar fuera cuando estábamos comiendo y
quería hacerte sentir amada y bien follada.

Me quedo viendo a sus ojos y lo tiro hacia mí para un abrazo.

—Gracias por esto, ambas partes, la de ser amada y bien follada eran
necesarias. Pongámonos algo de ropa y sentémonos para poder disfrutar
del champán que nos conseguiste.

—¿Cuándo he tomado champán? Esa mierda es toda tuya, nena.

Reed se levanta en sus pantalones grises y me lanza la camiseta que usó


más temprano. Agarro la camiseta y la huelo, como lo hago siempre. Él
sabe esto, algo que hice hace mucho tiempo, nunca olvida por qué amo
usar su ropa.

Miro por encima de la camiseta a Reed y dice:


—Sabes, eres de una jodida raza extraña, Hads, ¿cierto?

—Sí, ciertamente lo soy y eso es parte de por qué me amas —digo,


colocando su camiseta sobre mi cabeza. Reed golpea mi trasero y después
agarra mi mano, dirigiéndome hacia el balcón de su dormitorio principal.
Se sienta en una de las sillas reclinables, tirándome entre sus piernas.

—Esta vista de Atlanta es la razón por la que compré esta casa. No podría
haberme importado menos la casa, pero esta mierda —Reed señala las
luces de la ciudad a la distancia—, no podía dejarla pasar. No teníamos
nada como esto en casa. Sabía que si alguna vez tenías la oportunidad de
ver esto, nunca te irías.

Me acurruco en él y aprieta sus brazos a mi alrededor.

—Nene, no creo que hubiera permanecido lejos realmente, pero


prométeme que no me dejarás de nuevo. No solo por mí, sino que sabes
que Lance te seguirá y no estoy segura de dónde deja eso a Courtney.

Reed se tensa detrás de mí y me hace querer devolver las palabras.

—¿Por eso estabas preocupada en el restaurante cuando mencioné la


220 propuesta de Lance?

—Um, sí. Es solo que no quiero que Court esté sola. La conoces, si Lance le
pide matrimonio… A sus ojos, son para siempre y no quise decirle esto
porque, honestamente, no quiero que él sienta más presión. ¿Por qué, qué
más pensaste?

—No lo sé realmente, quizás que estabas triste o molesta de que ellos


tengan toda la mierda de la que solíamos hablar antes que yo fuera y
arruinara todo yéndome.

Me volteo para verlo, apoyado mis manos en su rostro desaliñado.

—Reed, nene, tienes que dejar de hacer esto. Sí, lo que pasamos apestó. No
hay duda de eso y siempre seré la primera persona en decir eso, pero
volvimos y, con suerte, vamos a avanzar en la dirección correcta. No
podemos permitir que esta mierda del pasado nos persiga o seremos
como una casa loca con fantasmas en ella y todos siempre huirán del
lugar.

—Hads, sabes que eso solo tiene sentido para ti, ¿no?
—Oye, ¿qué puedo decir? Me gustan las metáforas estúpidas. Culpo a
James, él siempre las usa. —Le sonrío e inclino mi cabeza hacia él—.
Recuerda, somos iguales en todas las maneras que importan y te prometo
con el meñique, no traeré el pasado si tú no lo haces. —Levanto el
meñique con el suyo para entrelazarlos.

—Antes que envuelva mi meñique con ese atractivo dedito tuyo,


saquemos esta mierda afuera de aquí y ahora y después nunca más.

—Está bien, pregunta, pero se amable conmigo.

—James solo te quiere como amiga, ¿cierto? No estoy seguro de si me


gusta que seas tan íntima con uno de los amigos del idiota.

—James tiene novia y está pensando en pedirle matrimonio, así que no te


preocupes por eso. Tampoco ha hablado con Bennett desde que rompí con
él. Y necesito hablar con alguien que me conozca de esta manera. No
antes que toda esa mierda contigo cayera y perdiera al bebé.

—Sé que no quieres hablar de eso, así que no lo he traído a colación, pero
creo que necesito saber.
221 Hago una mueca de dolor, insegura de si estoy lista.

—Está bien, pero si no puedo manejar lo que preguntes, por favor no te


molestes.

—¿Qué pasó con nuestro bebé?

No he hablado en detalles de eso con nadie. Todos con quienes soy


cercana lo sabían, excepto Reed. Lo merece más que todos ya que fui yo
quien perdió a su bebé.

Reed me abraza más fuerte, sabiendo que necesito la fuerza para esto.

—Cuando te fuiste, siempre escuchabas que yo era un desastre. No cuidé


de mí misma y, honestamente, no me importaba nada excepto que tú
volvieras. Pero estaba mejorando, un poco más fuerte cada día. Hasta que
un día desperté con unos calambres horribles… Dios, el dolor era tan
fuerte que apenas podía ponerme de pie. Para ese tiempo, no pensé
mucho en eso y, honestamente, ni siquiera sabía que tenía un retraso.
Como sea, me puse tan mal que necesitaba ir a algún lado. Llamé a todo
el mundo y la única persona que no estaba ocupada era Matt. —Tomo un
respiro profundo y continúo—. Finalmente llegó a mi casa y supongo que
estaba desmayada en un charco de sangre, no estaba segura de por qué o
por cuánto tiempo estuve ahí. Nunca quise preguntarle a Matt nada más.
Pero cuando me desperté, estaba en el hospital con toda mi familia
alrededor. Fue entonces cuando me dijeron que estaba embarazada de
dieciséis semanas y que tuve un aborto espontáneo. No pregunté nada
más después de eso. No recuerdo lo que dijo el doctor. Nada. Es borroso.
Me volví tan loca que tuvieron que sedarme y ponerme en supervisión
por setenta y dos horas. Después de eso, estuve incluso peor que antes. Le
hice esto a nuestro bebé. Todo porque no fui lo suficientemente fuerte
para lidiar con que te fueras y ahí fue cuando comencé a descender en
espiral. —Parpadeo las lágrimas e intento esconderlas de Reed. No puedo
soportar ver la pena que estará en su rostro. Pero cuando se voltea hacia
mí, no veo nada de eso.

Solo amor. Amor incondicional por mí. Este es el hombre que conocí hace
tantos años, este hombre es el único que es mi Reed, el único que me
muestra porque me ama, solo por ser yo.

—¿Ahí es cuando comenzaste a usar?

222 —Sí, algo así. Pero después de tu primera pelea, vi tu tatuaje… Dios, luce
demasiado parecido al mío. Estaba viéndome, así que salí con nuestros
viejos amigos y fue ahí cuando escuché que regresaste, pero no me viste.
El sentimiento fue… ni siquiera puedo describirlo. Esa noche, quería sentir
algo; lo que fuera excepto ese maldito sentimiento muerto; así que
comencé a consumir. Y después a consumir más y más. Cuando me mudé
aquí, mejoré, pero a Bennett le encantaba hacerlo, así que lo hacía con él
algunas veces. Cuando me viste en el bar, fue la primera vez en mucho
tiempo. Creo que con todo lo de mi mamá y tú volvieras solo jodió mi
cabeza, y ahí fue cuando comencé a hablar con James. Sé que no lo
entiendes, pero lo necesito ahora. Él no intenta meterse en mis
pantalones, lo prometo, y me está ayudando. Por favor, no te enojes de
que hable con él.

—Hadley, no te detendré de hablar con quien sea que te haga feliz. ¿Cómo
llegó Bennett a tu vida?

—Lo conocí porque hizo algunos negocios con mis hermanos. Una noche,
estaba ahí cuando… Bueno, esa parte no es importante. Pero se convirtió
en un idiota y en uno de los errores más grandes que he cometido. Reed,
si hubiera sabido que volverías, lo juro, no habría estado con él. Solo…
Nene, siento mucho eso. Lo siento mucho.

Los dientes de Reed se aprietan y sé que esto lo hiere, pero no puedo abrir
todo mi pasado con Bennett.

—Hadley, nunca, y me refiero nunca, te disculpes por nada de esta


mierda. ¿Me escuchas? Yo soy el hijo de perra, él es el hijo de perra, pero
definitivamente no tú. Pensaste que me había ido, eso es mi culpa.
Debería haber hecho muchas mierdas diferentes, pero maldita sea, no
podemos regresar hacia atrás, así que solo tenemos que movernos hacia
adelante y lidiar con esta mierda. Te amo.

—Con locura, ¿cierto? —Le sonrío a Reed.

—Eso es un jodido hecho, nena.

—Cuando perdí a mi mamá, estaba pensando cosas estúpidas que


extrañaría de ella y eso me hizo pensar en cosas que extrañaba de ti.

—¿Y cuáles eran esas cosas, nena?

223 —La manera que siempre ponías la cantidad perfecta de crema en mi


café y escondías Milk Duds por todo el lugar porque sabías que eran mis
favoritos. Las encontré por meses después de que te fuiste. Pero nunca las
comí… no podía. Aún no he tocado ni un maldito paquete de esos. Lo más
extraño era cómo dejabas medias por todo el lugar y me volvían loca,
pero cuando te fuiste, soñaba con esas medias y juré que si volvías, nunca
pelearía por esas malditas medias sucias de nuevo.

—Bueno, supongo que eso lo resuelve, le diré a la mucama que las medias
se quedan en el piso. —Reed se ríe de mí.

Lo que no le conté era que cada vez que bebía café, cada vez que veía Milk
Duds, cada vez que veía cualquier media, hacía que el dolor, la herida, el
extrañarlo fuera un poco más difícil de lidiar.

El perdón no cambia lo que pasó, nunca lo hará, pero te hará sentir bien.
En este momento, en este perfecto momento, sé con cada gramo de mi ser
que lo perdono.

Es como si Reed supiera en este instante que soy suya completamente.


Coloca sus labios en los míos y me besa. Gradualmente, me quita mi
camiseta y me toma de nuevo mientras las luces en el fondo de Atlanta
parpadean y el dolor de nuestro pasado se derrite lentamente.

224
Capítulo 23
Hadley

—H
adley, estoy en casa. ¿Qué es ese jodido olor?
¿Se quemó algo?

Estoy de pie sobre un pavo quemado y miro a


Reed

—Nena ¿se supone que eso sea un pavo?

—Se supone es la palabra clave, Reed. Quemé el maldito pavo. ¿Qué voy a
hacer?

Reed mira alrededor, probablemente imaginando su plan de escape.


225
—Hadley, creo que se pasó de quemado una hora atrás. Podemos solo
ordenar pizza. No es el fin del mundo.

Lágrimas, grandes y gordas lágrimas salen de mis ojos.

—Sí, lo es. ¿Cómo voy a hacer un pavo en una semana para todas esas
personas si no puedo cocinar uno pequeño? Reed, esto es un desastre
colosal. El pavo de mi mamá fue siempre el mejor y ni siquiera puedo
cocinar uno decente. Acción de Gracias está arruinada porque la única
cosa que puedo cocinar son panqueques de proteína.

Reed da un paso hacia adelante y me empuja hacia él con sus manos


alrededor de mi cintura.

—Son panqueques realmente buenos… personalmente, mi comida favorita


del día, nena. Pero joder, he escuchado de llorar sobre la leche
derramada, pero no un pavo quemado.

Golpeo su brazo.
—No es gracioso. Acción de Gracias va a apestar y todo será mi culpa. —
El pecho de Reed se sacude y vibra a través de mí. El idiota piensa que es
gracioso, absolutamente no—. En serio, no lo es.

—Está bien, déjame arreglar esto. Conseguiré la cena y luego podemos


resolver esto, ¿está bien?

—¿Qué vas a conseguir? —Dicen que el camino al corazón de un hombre


es a través de su estómago. No sé sobre eso, pero ciertamente es el
camino al mío.

—Ese lugar de pollo que tanto te gusta, ¿bien? —Me conoce muy bien,
hace este desastre mucho mejor.

—Síp, lo usual, con salsa extra. Y sí, sé que cuesta veinticinco centavos,
pero vale tanto la pena. —Reed me da un beso en los labios y se va.

Treinta minutos y dos copas de vino después, todo está bien en el mundo
cuando Reed entra a su casa.

—Nena, ¿vienes al garaje por un minuto? Tengo algo que mostrarte —


dice con una sonrisa tan grande que su rostro debería estar rompiéndose.
226
—Está bien.

—Cierra los ojos.

¿Qué en el mundo?

—Solo hazlo.

Así que lo hago.

Me dirige hacia fuera.

—Ábrelos.

Al abrir mis ojos, veo una enorme caja.

—¿Qué es eso?

—Nena, esa es mi respuesta a tu problema, yo arreglándolo.

—Todavía no lo entiendo.

—Es una freidora, vamos a hacer pavo frito. Solía comer esto en este
buffet en Las Vegas y debo decir que es la bomba. Hice un poco de
investigación y todo lo que haces es inyectar al pavo la noche anterior,
calentar el aceite y se fríe. No puede ser tan jodidamente difícil, los
redneck14 pueden hacerlo, supuse que también puedo hacerlo. De esa
manera, tal vez podemos empezar nuestra mierda ahora. Ya sabes, con tu
mamá que se ha ido, es posible que desees algo que sea…

No lo dejó terminar antes de saltar sobre él, apretando con fuerza.

—Reed Collins, eso es por lejos a mejor cosa que has pensado jamás.

—Está bien, me alegra que te haya gustado, cualquier cosa para que mi
chica jodidamente no llore. Odio esa mierda. Ahora, vayamos a comer y
ventilar la casa así no huele como algo que murió en ella.

—Imbécil. —Me río de él, pero huele como algo muerto.

—Hads, nunca dije que no fuera un imbécil, ahora soy solo tu imbécil.

227 —Mierda. Sarah, ¿sacaste el aderezo del horno? —Hacer Acción de


Gracias para una familia de hombres que no tienen idea de cómo cocinar
es mucho más difícil de lo que pensé, haciendo que extrañe a mamá aún
más.

—Oh no, ¿se supone que debía hacerlo? —Levantando la mirada, veo a
Sarah sonriendo de oreja a oreja, señalando el aderezo en el mostrador.

Pongo los ojos en blanco, lanzo el delantal sobre el mostrador y tomo un


buen trago de mi vino.

—No sé cómo lo hacía mamá. Ella solamente me dejaba ayudar con los
postres y hacía todo lo demás. Gracias a Dios, le dije a papá que quería
que fuéramos solo nosotros en lugar de la fiesta que tenemos
generalmente.

—Esperemos que tu novio por allí realmente sepa lo que está haciendo al
freír el pavo. Todavía no puedo superar el hecho de que ninguno de esos
chicos quisiera intentarlo. Todos amaban tanto el horneado de tu madre.

14
Redneck: Término utilizado en Estados Unidos y Canadá para nombrar el estereotipo
de un hombre blanco que vive en el interior de aquel país y tiene una renta baja.
—Creo que Reed los convenció. No se lo digas a nadie, pero puede que yo
haya intentado hornear un pavo y fuera horrible. Ese gran y sexy hombre
alfa tatuado por ahí me abrazó y me dijo que lo arreglaría enseguida. Ese
mismo día, compró esa freidora, diciendo que vamos a comenzar nuestra
propia tradición este año. —Miro hacia Reed afuera, con una gran sonrisa
en mi rostro.

Sarah se ríe de mí.

—Ustedes chicos parecen ser muy buenos, no he visto una sonrisa tan
grande en tu rostro en mucho tiempo… es agradable.

—Es curioso, porque nunca pensé que estaríamos aquí, felices, ¿sabes?
Ayer por la noche hablamos sobre el siguiente par de semanas. Él se va a
Las Vegas para preparar su pelea y quiere que vaya con él. Me advirtió
que va a ser una locura allí y que da miedo dado que sucedieron muchas
cosas en las Vegas con solo él. Me temo que el ir removerá mierda para lo
cual podríamos no estar preparados. Tienen una fiesta la noche después
y es enorme según Laura. Todo el que es alguien en MMPL estará allí, lo
que significa que la puta de Krystal estará allí. No estoy segura de cómo
228 va a desenvolverse eso.

—Sabes, él no es la misma persona que solía ser y tú tampoco. Han estado


separados durante casi seis años y parecen más felices ahora que nunca,
así que trata de no dejar que te moleste. Reed dejó todo ese lío para
regresar a ti, trata de pensar en eso cada vez que la veas. Disfrútalo.
Diviértete con eso. Y me gusta “Entrepierna Podrida”… le queda mejor.

Asiento. Intentaré con todas mis fuerzas, pero al estar justo en mi rostro
hace que mi piel se erice.

Agarro algunas cervezas del refrigerador para los chicos, un poco de jugo
de uva espumoso para las dos chicas embarazadas y más vino para mí.

—Está bien, suficiente de toda esta mierda pesada, Sarah. ¿Quieres unirte
a los chicos y Courtney, ya que el resto de las cosas se encuentra
cocinando lento y el aderezo se puede calentar?

Las dos nos vamos afuera con las manos llenas de bebidas para todo el
mundo. Me encanta el hecho de que todos se están riendo y me hace
completamente contenta con esta Acción de Gracias de bajo perfil. No hay
vestimenta formal y no hay meseros repartiendo cosas a la gente que nos
podía importar menos. Solo las personas a las que más quiero. Una cosa
sobre Georgia que me gusta es que, por lo general, en Acción de Gracias
te puedes sentar fuera con una chaqueta y no congelarte… eso no sucede
en Ohio.

Me siento al lado de mi padre, quien está escondido en la esquina.

—Aquí tienes, papá. ¿Cómo lo llevas?

—Mucho mejor de lo que pensaba que sería. Es bueno con solo nosotros.
Al principio, estaba triste ya que a tu madre le encantaba lanzar su fiesta
de Acción de Gracias para todo el mundo, pero se siente bien, como si esto
pudiera ser algo nuevo para nosotros.

—Lo sé, estaba pensando lo mismo y la idea de cocinar para todas


aquellas personas me envió en un ataque de ansiedad. La única fiesta
para la que mamá nunca contrataba servicio de catering era Acción de
Gracias y quería que siguiera siendo así.

Ambos miramos a Reed y Matt riéndose de algo que dijo Courtney. Mi


papá golpea mi hombro.

—Ustedes chicos se miran el uno al otro. Mientras estabas en el interior, él


229 no dejaba de mirarte y, por lo general, eso me haría querer levantarme y
darle un puñetazo, pero yo fui él muchos años atrás.

Miro a mi papá para que continúe.

—Está bien, tu mamá madre me habría matado si te contara esto, pero


qué diablos. Justo antes de inscribirme en el Ejército, rompí con ella.
Todos mis amigos pensaron que era porque quería salir con otras chicas,
pero esa no era la razón. Tu mamá siempre tuvo algo especial en ella…
incluso cuando éramos más jóvenes, lo vi. Pensé que se merecía más de lo
que podía darle, así que lo rompí. Solo duró unos meses, no tan largo
como lo de ustedes. Tu mamá sabía lo que estaba haciendo antes de que
yo lo hiciera y peleó por mí en cada paso del camino. Pero ustedes dos
son unos chicos testarudos. Sabía que tomaría más tiempo, no pensé que
fuera tan largo, pero oye, eres feliz ahora.

—¿Por qué no me contarías eso? Me sentí como si me estuviera volviendo


loca.

—Porque eres demasiado parecida a mí, pequeña. Nada habría cambiado


tu opinión. Ese chico que tienes también es un imbécil testarudo. Pero
volviste allí, ¿verdad?
Reed y mis ojos se encuentran mientras cedo a la enorme sonrisa
formándose en mis labios.

—Papá, nunca he sido más feliz en mi vida, incluso con la falta de mamá.
Sé que nos está mirando y es feliz de que finalmente tomara su consejo y
tal vez por eso es que me siento con esta paz. —Giro la cabeza lejos de
Reed para mirar los ojos azules de papá—. ¿Crees que todo sucede por
una razón? No lo creía antes, pero la muerte de mamá nos unió. No solo
estoy hablando de Reed y yo, sino de todos nosotros. Sí, éramos una
familia, pero ahora nos sentimos más cercanos. Eso suena tan estúpido,
¿cierto?

—No, pequeña. Creo que si tu mamá pudiera hacer algo allá arriba, sería
esto. —Se inclina y me besa en la coronilla—. Entonces, ¿cuándo nos van
a decir Mark y Sarah que está embarazada?

—¿Qué? ¿Cómo supiste?

—Cariño, puedo ser viejo y no estar mucho en el juego hoy en día, pero
hice mi dinero buscando detalles. Hay una razón por la que ustedes no
podían salirse con la suya cuando eran jóvenes. Ella no está bebiendo y
230 ustedes dos suelen tener una copa de vino pegada a ustedes durante las
vacaciones. Supongo que eres el balón extraño entre las chicas y no
consigas ninguna idea. Boda y luego un bebé, ¿me escuchas?

Ese es mi papi.

—Sí, señor. No hay boda o bebé en nuestro futuro cercano, de todos


modos.

Papá asiente hacia Reed.

—Ese muchacho te lo pedirá antes de que te des cuenta… confía en mí.

—¿Que qué? No te lo pidió, ¿verdad? Porque aún no estoy lista para eso.
Es decir, acabamos de volver a estar juntos. Eso es demasiado pronto. Una
locura esta charla aquí. —No puedo dejar de divagar y divagar,
volviéndome loca. Es demasiado pronto para eso. Es decir, demasiado
pronto.

Mi padre echa la cabeza hacia atrás, riéndose de mí.

—No hay necesidad de tus dramas, Hadley. Un papá sabe cuándo tiene
que entregar a su única niña, confía en mí.
Niego con la cabeza… de ninguna manera estamos cerca de estar allí
todavía. Demonios, solo hemos estado juntos de nuevo durante seis
semanas. Sí, ha sido increíble, pero no hay manera de estar lista para un
anillo en mi maldito dedo. Papá sigue riéndose de mi enloquecimiento, da
una palmada en mi rodilla y se levanta.

Estoy tan pérdida en mis pensamientos que no noto a Reed acercándose


hasta que está justo encima de mí, mirándome con preocupación en su
rostro.

—Nena, ¿estás bien? Luces enferma.

Sacudo los pensamientos de mí en un vestido blanco, caminando hacia


Reed, quien me espera al final del pasillo.

—Oh, sí, nene, lo siento. Papá me hizo pensar en cosas, pero estoy bien. —
Le extiendo mi mano, tirando de él para que se siente a mi lado.

—Bueno, me asustaste por un segundo. Parecía como si alguien te


hubiera dicho algo malo.

Aprieto su mano. Los pensamientos de lo que dijo mi papá me asustaban,


231 pero sí nos veo juntos para siempre. Confío en Reed al cien por ciento con
mi corazón, como nunca antes lo hice. Se lo entregué ocho años atrás y
luego otra vez hace seis semanas. La confianza es divertida de esa forma…
Reed tiene la capacidad de aplastarme, pero creo con cada gramo de mi
ser que él haría todo lo posible para detener cualquier cosa que me haga
daño, incluido él mismo.

Reed
—Entonces, ¿realmente estás bien? ¿Me lo dirías si no fuera así? —Sé que
hoy es la primera fiesta sin su madre y esta mierda tiene que ser duro
para ella. Estaba tan jodidamente molesta que había descuartizado el
maldito pavo, freiría un centenar de jodido pavos para que ella no llorara
de nuevo.
—Sí, estoy segura… en serio, nene. —Me sonríe, agarra mi rostro con sus
manos y me besa—. Te amo con locura, Reed Collins, y gracias por todo.
No solo hoy, sino por todo esto. —Hadley sonríe y maldición… más de sus
sonrisas han estado llegando a esos jodidos ojos que amo. Haría cerca de
cualquier maldita cosa para que me sonría de esa manera cada jodido
minuto de cada jodido día. Me agarra por las pelotas y no me suelta.

Nos sentamos en silencio mientras todos los demás ríen y hablan


alrededor. Cuando Hadley tuvo la idea de invitar a todos los chicos y a
Laura aquí por Acción de Gracias, pensé que estaba un poco loca. Somos
un grupo de chicos que no tienen modales, gracia o cenas de lujo, pero al
ver cómo está interactuando mi familia elegida con la familia de Hads,
ella tenía razón una vez más. Me hace saber que podemos ser dos grupos
totalmente diferentes de personas, pero de alguna manera funciona para
nosotros.

—Bueno, mira a estos dos insectos del amor. —Laura se acerca con una
cerveza en la mano—. Sabes, Hadley, muchas gracias por traer a mi jefe
de nuevo hacia todos nosotros. Fue el mayor idiota hasta que volviste y
ahora realmente lo veo sonreír… bueno, a veces, pero eso es mejor que
232 nada.

—No estoy segura de todo eso… él sigue siendo un idiota, pero supongo
que ahora es solo mi idiota. —Hadley me da un beso en la mejilla
mientras Laura se ríe.

—Hadley, sabía que había una razón de que me gustaras. —Hadley y


Laura tintinean sus copas.

—¿Dónde está el amor, chicos? Y no te olvides, yo te pago, Laura.

Laura agarra su pecho, fingiendo que tiene el corazón roto.

—Bueno, Reed, seamos sinceros, estarías perdido sin mí. No olvides todas
las citas que he conseguido que llegaras a tiempo, cuántos acuerdos de
patrocinio hago, asegurándome de que tu compañía de ropa estuviera
lista. Por no mencionar, ¿cuántas chicas he tenido que tirar de
habitaciones de hotel por ti?

Tres cosas suceden al mismo tiempo: los ojos de Laura se salen de su


cabeza y tartamudea frenéticamente a través de una disculpa, el rostro de
Matt se vuelve rojo y sus manos se cierran en puños cerca de sus
costados como si estuviera a punto de darme una paliza y Hadley se ríe
tan fuerte que esnifa.

Todos nos giramos y miramos a Hadley como si estuviera loca.

—¿Qué, chicos? Lo que dijo Laura fue divertido. ¿Creían que iba a
enloquecer? Asombro, no, sabía que era un mujeriego y no puedo
cambiarlo, así que no hay sentido en estar molesta por eso. Es algo que
no puedo retroceder porque esa mierda no va a ocurrir nunca más.
¿Verdad, Reed?

—Malditamente correcto. Soy todo tuyo.

Sigo mirándola con confusión mientras el resto de su familia se remonta


a lo que estaban haciendo antes.

La boca de Laura dice otra disculpa y se pone de pie rápidamente.

—Nena… joder, nena.

Hadley me detiene antes de que pueda decir nada más y me besa, duro y
rápido, entonces saca el sombrero de mi cabeza.
233
—Detente en este momento, estoy realmente bien. Sí, desearía que esa
mierda nunca hubiera ocurrido, pero lo hizo y no podemos cambiarlo.
También dormí con otra persona. Yo no estaría aquí contigo si no
aceptara lo que hiciste antes, ¿está bien? Recuerda, no nos movemos
hacia atrás, solo hacia adelante.

La beso de nuevo, pero con más hambre esta vez. ¿Cómo diablos tuve
tanta jodida suerte de tener a mi chica de regreso y que entienda esta
mierda?

—Gracias por eso, nena, y esa mierda nunca volverá a ocurrir. —Ella
asiente.

—Ve a mirar el pavo. Si no alimentamos a estas personas pronto, van a


salir más confesiones de borracho. Por muy divertida que fuera la última,
no estoy segura de querer oír lo que quieran ventilar mis hermanos.

—Sí, señora. —Me pongo de pie y tiro de su pie con suavidad,


envolviéndola en un abrazo—. Tú y yo realmente somos esos malditos
pájaros de los que siempre estabas hablando. Pase lo que pase, nos
mantenemos unidos.
Hadley se ríe de mí mientras entra a la cocina. No puedo evitar mirar el
balanceo de sus caderas.

—Cuidado, hijo. Puede que esté bien con ustedes dos juntos, pero eso no
significa que quiera ver todo eso. ¿Me escuchas? —me dice William, el
padre de Hadley, sin ninguna expresión en su rostro.

Tengo un jodido montón de cosas de las cuales estar agradecido este año.

—Nena, ¿quieres venirte de nuevo? Sabes que siempre estoy dispuesto


para eso.

Hadley golpea mi estómago.

—Me vas a romper en dos si no nos detenemos durante al menos una


hora y creo que necesito un pequeño descanso. Vayamos abajo y
comamos algunas sobras. Desarrollé un gran apetito contigo.
234 Hadley se baja de mí y se encoge de hombros en la camisa que llevaba
hoy, sin molestarse siquiera en abotonarla o ponerse sus bragas. Jodida
mierda. No puedo tomar lo caliente que se ve en mi ropa y no puedo dejar
de empujarla contra la pared.

—Sabes lo que me hace que lleves mi ropa. ¿Sientes lo duro que estoy
para ti?

La lleno rápido. Agachándome, tomo su cálido pezón en mi boca. Ella se


mueve con cada golpe.

—Más fuerte, más profundo… Dios, Reed, ¡por favor! ¡Lo necesito más duro!

—¿Quieres que sea duro, nena? Te lo daré jodidamente duro. —Salgo de


ella, la doy vuelta y me sumerjo en ella. Solo me lleva un par de veces
antes de que apriete mi polla como un tornillo. Si sigue así, no podré
contenerme. No importa cuántas veces lo hagamos, nunca va a ser
jodidamente suficiente.

—Reed… estoy casi… ¡ahhhhhh! —grita Hadley mientras me vacío en su


interior.
Nos toma un par de minutos conseguir que nuestra respiración vuelva a
la normalidad.

—Cada maldita vez… nunca se vuelve viejo, nena. —Beso su hombro,


aferrándome a ella para que no se caiga.

—Lo sé, y eso está bien para mí, nene, pero realmente, no más. Necesitas
alimentarme, maníaco sexual. Estoy hambrienta aquí —me dice Hadley
con una sonrisa en su rostro.

Me encanta ver a Hadley en mi ropa, en mi cocina, en la casa que compré


para nosotros. Durante el último par de semanas, me ha ayudado a hacer
que se sienta más como un jodido hogar. Cada día, otra habitación era
pintada, más cuadros están colgados, más pequeñas mierdas que no
sabía podría disfrutar decoraban mi casa.

Hadley se pone de pie frente el microondas, sacudiendo su culo con un


235 poco de música que solo ella oye en su cabeza y no puedo aguantar más.
Su jodido yuyu trabajando en mí.

—Múdate conmigo —suelto, sorprendiéndome mucho.

Deja de bailar de inmediato, pero no se gira hacia mí.

—¿Piensas que es una buena idea? Es decir, ni siquiera han pasado dos
meses y aún no hemos pasado por toda la mierda que va con tus peleas.

Necesito este compromiso por parte de ella. Lo necesito más que nunca.

Me bajo del taburete, voy directamente hacia ella y la alzo, poniéndola


sobre el mostrador. Me paro entre sus piernas y digo:

—Si no te gusta toda la mierda que viene con las peleas, es muy sencillo.
No lo haré jodidamente más. Solo tengo dos peleas más en mi contrato,
de todos modos. Si no te gusta, habré terminado. Puse toda esa mierda
primero una vez y casi nos mató. Me niego a hacer esa mierda de nuevo.

—Reed, no puedo pedirte que hagas eso. Incluso si termina


molestándome, no es justo para ti. Lo amas demasiado. Es parte de quien
eres, una parte que amo.
—Pero yo te amo más. Trataré jodidamente duro como el infierno para
salvarte del circo de mierda que va junto con ello. Pero no sé cuánto
pueda protegerte. Estar aquí lo ha hecho parecer tranquilo, pero sé que no
será así en Las Vegas. Una vez que aterricemos, los reporteros estarán en
nuestros rostros haciendo preguntas, diciendo mierda que no es cien por
ciento verdad para obtener reacciones. Te prometo que haré todo lo que
esté en mi poder para protegerte de toda esa mierda. Y si es demasiado,
encontraremos una solución juntos. Te amo mucho y amo que también te
guste el lado loco de Riker de mí. Múdate conmigo, por favor. Estás aquí
todo el tiempo, de todos modos… no has pasado la jodida noche en tu casa
en un montón de tiempo. Solo vas allí porque no traes ropa aquí. Lucy se
queda aquí todo el tiempo. Loki y ella tienen una jodida extraña conexión
de Milo y Otis pasando allí. Lo más importante, jodidamente amo que
estés aquí, amos despertar contigo, amo ir a dormir a tu lado. Entonces,
qué dices, ¿te mudas?

Aguanto la respiración mientras ella piensa en todo y entonces se forma


una pequeña sonrisa en sus labios. Dice en voz baja:

—Sí, lo haré. —Doy un salto y la giro al alrededor y luego presiono mis


236 labios en los suyos porque parece que no puedo detenerme—. Parece que
tu estómago tendrá que esperar un poco más por comida.

Su risa se convierte en gemidos mientras olvida todo sobre la comida en


el microondas mientras la follo en el mostrador de nuestra cocina.
Capítulo 24
Hadley

—M
e alegra que pudiéramos reunirnos. Mi nuevo
horario está matándome.

Amo mis encuentros con James, pero ahora


solo podemos quedar en una pequeña
cafetería cerca del hospital por su horario.

—Lo sé. Te extraño. ¿Cómo está tomando Liz las nuevas guardias? —le
pregunto, soplando el vapor de mi café.

James se encoge de hombros.


237 —Las odia, el que yo trabaje de noche no es su cosa favorita y acaba de
lograr ser socia minoritaria, así que nunca la veo cuando estoy en casa.
Pero no quiero hablar sobre nosotros… lo resolveremos. Siempre lo
hacemos. Entonces tú y Reed mudándose juntos… eso es un gran paso.
¿Estás lista para eso?

—Lo estoy. Justo ahora, solo estoy aquí, pero lo haremos oficial una vez
que regresemos de la pelea y las vacaciones hayan terminado. Estoy
emocionada y un poco nerviosa, pero lo hemos hecho antes. Así que, ¿por
qué no?

—¿Pero?

—Bueno, sé que no es racional, pero cuando Reed me lo pidió, en todo lo


que pensé fue que, obviamente, no le gustó lo suficiente la última vez
porque me dejó. —Esta es la razón de que necesite a James, el único que
conoce a la Hadley postruptura. No pre, no durante, sino la Hadley de
ahora.

—Hadley, ¿confías en Reed?

Le contesto sin dudar.


—Sí.

—Entonces ahí está tu respuesta. Si quieres que esta relación funcione


para los dos, entonces no solo tienes que perdonar, sino también confiar
uno en el otro. Creo que necesitas arrojar por la ventana el pasado que
tienen. Necesitas avanzar y necesitan hacer eso juntos.

Suspirando, contesto:

—Lo hicimos. Hablamos de todo eso hace un par de días. En serio, solo es
difícil. Lo perdono completamente y va muy bien, casi perfecto, pero es
como si esperara que algo malo ocurriera. No puedo explicarlo. Y
realmente no quiero quedarme en su casa de Las Vegas. Quiero decir,
básicamente fue una casa de putas y probablemente hay enfermedades
venéreas goteando de los techos.

—Mierda, Hadley, solo díselo. Reed se ha portado bien en todo lo demás, lo


entendería. ¿Has considerado un poco más en contarle lo que sucedió con
Bennett?

Me muerdo mi labio inferior por nerviosismo.


238 —Le dije que no éramos lo mejor para el otro, pero eso es todo. Se alejaría
si lo supiera. Reed dice que está dentro a largo plazo y, en su mayoría, le
creo, pero eso es mucho. Es mucho equipaje para una persona. Me vería
como alguna chica rota porque lo soy… cambié cuando Bennett se puso
controlador. No quiero que Reed sepa jamás que realmente lo necesitaba.
Se culpará a sí mismo y no será capaz de manejarlo… podría dejarme de
nuevo. Y eso, James, es algo que no puedo manejar. Así que al menos por
ahora, no abriré esa puerta.

—Si Reed se aleja de ti por eso, no lo necesitas. El no decirle significa que


no confías en él.

—Pero sí lo hago.

—Entonces no confías en el amor que tienen el uno por el otro. ¿Se ha


abierto más contigo? Sé que dijiste que en el pasado era difícil para él
decirte cosas.

Tomo otro sorbo de mi café, necesitando el momento para mí misma


antes de contestar.
—De cierto modo. Reed no piensa que ciertas cosas sean importantes. Lo
entiendo ahora, pero suficiente de eso. Sería una amiga de mierda si no
me contaras de Liz.

Reed
—Bash, quiero más. ¿Por qué no se presenta?

—Rike, no lo sé. Se largó de Atlanta el día después del velorio… abandonó


su celular normal y probablemente está usando uno desechable ahora.
Tiene dinero en efectivo, así que no hay ningún jodido recibo para
seguirlo. Estoy jodidamente intentándolo, pero no puedo sacar mierda de
un arcoíris.

—Mierda de un arcoíris, eres un tarado. Matt tiene una aplicación en el


239 teléfono de Hadley para ver si se contacta con ella, pero tampoco hemos
escuchado un maldito pío. ¿Has hablado con la exesposa? —Esto es lo
más frustrante. Matt y yo no tenemos nada de Bennett. Bash no tiene
nada. Espero por los infiernos que su imbécil trasero se haya caído del
planeta. Quizás el jodido yuyu de Hadley también haya funcionado en él.

—Síp, dijo que lo dejó porque ya no podía lidiar con él una vez que quedó
embarazada. Pero mira esta mierda. Su padre es un jodido riquillo como
el de Hadley y Bennett usaba sus conexiones como lo hizo con las de
William. Cuando las desangró todas, la cambió. Es por eso que ella dejó el
país. Él se volvió psicópata con ella y su papá la hizo mudarse a sus
instalaciones. Ese es su jodido patrón. Voy a hacer más llamadas a otros
tipos y te haré saber si escucho algo.

Jodido Bennett… Hadley nunca sabrá cuánto quiero matarlo. Espero que
ella entienda que estoy dispuesto a renunciar para que este hijo de perra
sepa lo que le viene. Tenemos que ser astutos y golpear de muerte al hijo
de perra la primera vez.

—No voy a mudar a Hadley a ninguna parte, así que será mejor que lo
encuentres.
—Lo haré Rike, ¿Esta chica tuya va a ser capaz de lidiar con todo? Quiero
decir, Krystal no pudo y ella estaba dentro.

—Hadley no es como esa perra. Si no le gusta, estoy fuera.

—¿Qué carajos? ¿Te rendirás? No veo que eso ocurra.

—Lo haría, no lo dudes. Tengo todo lo que necesito con ella… el resto de
esa mierda son solo deseos. Ella es lo que necesito.

—Hombre, Lance no estaba bromeando cuando dijo que estás dominado


por un coño.

—El jodido Lance no tiene moral para abrir la boca. Es el idiota que va a
ser papá. Pero joder, si esto es estar dominado por un coño, lo tomaré.

Los solteros no lo entienden. Yo tampoco lo hacía, no por un jodido largo


tiempo. Coños no son solo coños. Cuando amas a tu chica, ese coño es
jodido platino.

—¿Lance? ¿Papá? Eso es casi como cuando me contaste tu mierda. No lo


vi venir. —Sacude su cabeza y mi jodido interior se aprieta.
240
Loki comienza a ladrar y me volteo para ver a Hadley entrando a la
cocina.

—Escucha, ya es suficiente. Mi chica acaba de llegar a casa. —Le cuelgo a


Bash sin escuchar otra palabra.

Desearía que Hadley me diga qué demonios sucedió entre ella y Bennett
para poder preguntarle cosas. Pero lo entiendo, jodidamente lo hago.
Porque tengo mis propios. Todos tenemos secretos. Es parte de ser un
jodido humano. Pero cuando comienzas de nuevo con alguien, ¿significa
eso que necesitan saber toda la mierda que hiciste? Porque podría
jodidamente jurar a cualquier cosa sagrada que jamás haré ninguna de
esa mierda de nuevo. Era joven, estúpido y amaba a Hadley egoístamente
en el pasado. Esta vez, ese amor es algo diferente. La amo con fuerza, con
todo dentro de mí y haría lo que fuera para protegerla de nunca ser
herida de nuevo, incluso si esa mierda soy yo y mi pasado. Contárselo me
haría sentir mejor, hacer que esta jodida bola en mis entrañas se vaya,
pero la destrozará. No la ayudará ni un poco. Tengo que jodidamente
cerrar esa mierda con fuerza y pagarle a quien sea que necesite hacerlo,
asegurarme que eso nunca regrese a morderme el trasero.
—Oye, Reed, ¿todo bien? Pareces ido. —Mi jodida chica siempre sabe
cuando sucede algo.

—Síp, solo es esta cosa con las promociones que siempre me vuelven loco.
Demasiada mierda que no es importante. ¿Cómo estaba James hoy? —Sé
que está ayudando a mi chica y sé que cada vez que regresa, Hadley
parece estar agarrándose a las cosas menos y menos. Y por eso obtiene
mi aprobación, pero no significa que confíe en su trasero. Pone un jodido
dedo en ella y su rostro tendrá una reconstrucción gratis.

—Estuvo bien. Así que, estuve pensando… cuando vayamos a Las Vegas,
¿puedo comprar nuevas cosas para tu casa?

Es un poco tarde para eso.

—Nop.

—¿Qué, Reed? No puedes posiblemente pensar que voy a estar bien con
tus muebles para follar —dice Hadley con sus manos sobre sus lindas y
pequeñas caderas, sacando ese maldito labio inferior. Sus ojos se
oscurecen, mostrando que está furiosa conmigo.
241 —Sabía que no estarías bien con eso, es por eso que Laura está allí ahora
mismo, remodelando todo el jodido lugar. Todo será nuevo para ti, nena.
Ninguna otra chica tocará mi cama, solo tú.

Los ojos de Hadley comienzan a nublarse.

—¿Cómo supiste que necesitaba eso?

—Simple. Te conozco, nena. —Y lo hago, no hay duda de eso.

—Eres bastante increíble, Reed, y creo que deberías mostrárselo a más


personas —dice Hadley, levantando sus brazos y quitándome el sombrero
para frotar mi cabeza. Lo juro, estoy jodidamente peor que su maldito
gato acerca de los mismos… puede hacerlo para siempre.

—Nah, nena. Ya te dije que eso arruinaría la reputación de Riker. No


puedo dejar que nadie descubra que amarras mis entrañas o podría
nunca más ganar una pelea en la liga.

—Qué bueno, porque espero con ansias verte ganar de nuevo. Aunque voy
a extrañar esta barba. Desearía que pudieras pelear con esta —dice,
moviendo sus manos a mi barba.
—Lo sé, yo también, pero esos hijos de perra me desgarrarían la mierda si
eso significa ganar y eso duele como la madre.

242
Capítulo 25
Hadley

—Q
uiero caminar por La Franja. ¿Quieres ir con nosotros cuando
lleguemos ahí? —me pregunta Courtney.

—No, estoy bien, pero si ves algo que sabes que me gustará,
toma nota e iremos después esta semana.

—En serio, ¿por qué le toma tanto tiempo aterrizar a este avión? —
pregunta Courtney y no puedo evitar reírme de ella. Sin importar cuántas
veces vuele, siempre hace la misma pregunta cada dos minutos. Courtney
mira entre Reed y yo, quien también está llorando de la risa.

243 —Esto no es gracioso. ¿Y si pasa algo? Ahora estoy llevando un bebé,


¿saben?

Lance interviene, tratando de tranquilizar a Courtney. Todavía no se le ha


propuesto y cada vez que le pregunto al respecto, simplemente me dice
que está esperando el momento adecuado. No puedo creer que haber
ocultado este secreto a ella por tanto tiempo. No quiero presionarlo, pero
creo que de hecho podría combustionar espontáneamente por ocultarle
este enorme secreto a ella.

Ignorando a Courtney y su berrinche, Reed pregunta:

—¿Estás lista para ver mi lugar?

—Creo que la pregunta ahora es, ¿tú estás listo? Quién sabe lo que le hizo
Laura. Has sido malvado con ella últimamente y no me sorprendería si
está pintado de rosa.

Reed pone los ojos en blanco y me acurruco en el recodo de su brazo.

—Si quiere tener trabajo, será mejor que no.

El capitán habla, diciendo que estaremos llegando pronto y luego


escuchamos que Courtney comienza a rezar.
—¡Riker, por aquí! ¿Estás listo para la pelea?

—Riker, ¿alguna verdad en los rumores de que dejarás de pelear?

—¿Riker?

—Solo sonríe para una foto para nosotros, Riker.

Flashes, reporteros y la parte posterior del hombro de Reed donde mi


cabeza está siendo protegida son las únicas cosas que puedo ver. El
minuto en que salimos del aeropuerto, fuimos abrumados por la multitud.
Sabía que Reed probablemente era el peleador más relevante, pero jamás
lo imaginé siendo algo como esto… jamás. De repente, estamos siendo
empujados dentro de una todoterreno con vidrios entintados y
guardaespaldas.

—Bienvenido a casa, Sr. Collins —dice el conductor mientras cierra su


puerta.

—Wesley, te he dicho que nunca me digas así. Es Riker, hombre.


244
Wesley solo asiente. El pobre tipo estaba llegando al retiro cerca de diez
años atrás, probablemente jamás llamó a nadie que haya estado en la
parte de atrás de su auto por su nombre de pila.

—Entonces, Wesley, ¿adónde nos está llevando Daily?

—El Sr. Daily me instruyó llevar a la Srta. Thomas a su casa, señor, y


luego usted tiene algunas citas. La Srta. Laura dice que se asegure de
encender su teléfono y abrir su calendario para la lista de todo.

Abro mi boca para decirle a Reed que podría quedarme con él, pero me
interrumpe.

—Suena como un plan, Wesley. Solo ve por la parte de atrás de mi casa…


esos buitres estarán esperando en el frente. —Reed me ignora mientras
saca su teléfono de su bolsillo. Me doy la vuelta y miro por la ventana,
deseando de repente haber tomado la oferta de Courtney y Lance de
caminar por La Franja.

»¿Hadley?

—¿Síp, Reed?
—He tratado de conseguir tu atención por diez minutos. ¿Adónde fuiste
dentro de tu cabeza?

—A ningún lado. Solo estoy cansada.

Reed me jala a su costado.

—Mierdas, Hadley. Dime ahora porque no voy a dejarte sola cuando estás
enfadada.

—No es nada, Reed. Estoy bien.

—No soy un jodido lector de mentes, Hads, pero cuando cualquier mujer;
especialmente mi chica; dice “nada, estoy bien”, seguro como la mierda
que no y va a ser mejor que lo arregle o me largue como el infierno para
esquivarlo. Me gusta dónde estoy, así que eso deja una opción, arreglar
esta mierda. Entonces, ¿qué está jodidamente mal, Hadley?

—Pensé que íbamos a poder pasar el rato y ni siquiera preguntaste si


quería irme a casa.

Reed quita su mano de mí y resopla una bocanada de aire.


245
—Nena, Daily es mi jefe. ¿Qué harías si quisiera ir a tu trabajo cuando
estás trabajando?

Cuando lo pone de ese modo, mierda.

—Estaba actuando como una adolescente consentida, ¿cierto?

—Jodidamente síp —dice, sonando la “p”—. Sé que es diferente estar aquí.


Esa locura en el aeropuerto, que yo realmente tenga un horario, toda esta
mierda. Pero es solo por unas semanas y luego estamos en la jodida casa
Atalanta, justo a tiempo para Navidad. Así que no más de esa mierda
porque tú regresas a trabajar pronto y si no te comportas, puede que te
encadene a la cama. ¿Está bien, nena? —Reed regresa su brazo a mi
alrededor mientras nos estacionamos en un garaje subterráneo.

Hace ademán de salir de la todoterreno, pero lo detengo.

—Quédate, puedo encontrarlo. Tú tienes cosas qué hacer.

Me entrecierra los ojos y pregunta:

—¿Es esta algún tipo de prueba? Si te dejo aquí y tienes que subir sola,
¿estaré en problemas?
Niego con la cabeza.

—No, vete. Cuanto más pronto termines, más pronto puedes regresar. Te
amo. Mantenme al tanto, eso es todo lo que pido, ¿está bien?

Reed me besa, poniendo su llave en mi mano.

—Está bien, es el piso veintisiete, apartamento A. La llave funciona en el


elevador y en mi puerta. Laura ya añadió tu nombre a la lista de ingreso,
pero el portero puede que quiera ver tu identificación.

Agarro mi bolso y salgo del auto.

—Hadley… Con locura, nena. Trataré de darme prisa, pero sin promesas —
dice Reed mientras Wesley cierra la puerta.

Si podemos atravesar esta pelea con Redman y él gana, lo siguiente será


la pelea por el título con algún tipo llamado Speedy; aparentemente,
pelearon por el título dos veces antes y Speedy ganó una vez mientras
Reed ganaba la otra. Ya ni siquiera conozco a los jugadores principales.
Ni siquiera le he dado un vistazo al deporte en mucho tiempo, pero Reed
dijo que este tipo Speedy es el único en la liga al que Reed no respeta… ni
246 dentro ni fuera de la jaula.

Simplemente, tendremos que atravesar esta siguiente pelea contra


Redman.

Desbloqueando la puerta de entrada, entro a la casa de Reed. Al igual que


la casa de Reed en Atlanta, todo es abierto: la sala de estar, cocina y
comedor son de hecho una enorme habitación. Una pared está hecha
estrictamente de vidrio que tiene un infierno de vista de La Franja de Las
Vegas. En una de las esquinas, tenía un árbol armado. Estaba tan triste de
dejar a mi familia cerca de Navidad y ni siquiera quise armar mi árbol. Es
algo que mamá y yo hacíamos siempre. Reed tuvo que saber que todavía
quería uno. Y ese chico dice que no es un romántico.

Merodeo, mirando al árbol cuando localizo un juego de escaleras de


caracol a mi izquierda. Subo para ver la habitación principal más patea
culos que he visto alguna vez. Al igual que abajo, una pared es solo de
vidrio, dando la misma vista de La Franja. En el lado opuesto, hay una
cama tamaño king con un edredón gris y una cobija blanca al final.
Tenía cerca de un millón de almohadas en la cama y fotos por todas las
cómodas… todas de él y yo a través de los años y hasta unas que fueron
tomadas en los últimos dos meses. Y detrás de una hay una caja de Milk
Duds. La levanto y los abro, metiendo una en mi boca. Saco mi teléfono de
mi bolsillo trasero, enviándole un mensaje texto de agradecimiento a
Laura por hacer todo esto.

Yo: Muchas gracias, ¡se ve extraordinario! Me encanta el árbol y todas las


fotos en la habitación de Reed. Traten de no trabajar mucho. xoxo

Me responde casi inmediatamente.

Laura: Me encantaría llevarme el crédito, pero ese fue todo Reed ;)


Estamos envueltos en una entrevista y en camino a la siguiente, debería
poder sacarlo de aquí en cerca de dos horas. Él no está siendo muy
divertido. Creo que te extraña.

Yo: Dile gracias por los Milk Duds. Es la primera caja que ha escondido
desde que volvimos. Obtiene puntos brownie por ello.

Quitándome mis zapatos, me dejo caer en la cama y al instante me


derrito en ella. Esta cama tiene que ser la cosa más cómoda alguna vez
hecha. Viajar siempre me cansa y sería una pena acostarme en esta
247 cama y no aprovecharme de esta belleza. Agarro una de las almohadas…
no importaba cuál porque ninguna olía a Reed. Por primera vez, eso me
hace una chica muy feliz, sabiendo que somos los únicos que alguna vez
estarán en esta cama. No puedo esperar a bautizar esta también. Me tapo
con la cobija y me deslizo al sueño.

Reed
—Se dice por ahí que te mudaste a Atlanta por una antigua novia y han
reconectado. ¿Eso significa que el legendario jugador de MMA está
oficialmente fuera del mercado? ¿Ella fue “Rikeada”?

Sabía que este tipo sería un problema y estoy seguro que es por eso que
Laura lo programó para el final. No me querría enfadado en todas las
otras entrevistas.
Kevin Packer, un DJ de deportes, tiene que ser el imbécil número uno en el
país y sucede que tiene a la mayoría de los oyentes por ello. Jodidamente
lo odio. Me pregunto en cuántos problemas me metería si le pateara el
culo.

Pero no puedo, así que solo respondo las malditas preguntas.

—Atlanta también tiene la oportunidad de hacer algunos nuevos


peleadores patea culos, entonces ¿por qué no abrir el gimnasio ahí y
darles la misma oportunidad que yo tuve? Y sí, tengo una chica y no,
nadie fue “Rikeado”, pero eso es todo lo que voy a responder acerca de
ella. —Tengo que repetirme que esto es en vivo, pero decirle que se vaya a
la mierda puede que valga la pena la multa que obtendré.

Kevin levanta la mano hacia su oreja.

—¿Escuchaste eso, Riker? Es el sonido de corazones siendo destrozados


por todo el país.

—Bien por mí, Hadley es la única chica para mí. ¿Tienes algo más para
mí hoy? —pregunto mientras bajo la mirada a mi reloj. Kevin me ha
248 hecho cerca de cien preguntas y sé que no puedo aguantar mucho más.

—Nop, eso es todo. Supongo que todos veremos si la chica que te tiene
agarrado de las bolas es tu amuleto de la suerte o tu kriptonita. Gracias
por venir al estudio y buena suerte. —Luego Kevin hace una seña para
cortar todo el audio.

Laura tiene el rostro rojo y el cuerpo tenso y se ve como si estuviera lista


para abrirle otro agujero en el culo cuando la puerta del estudio se abre.
Señala directo a Kevin y dice:

—Tú. Te dije que todas las preguntas personales estaban fuera de los
límites, aun así, como siempre, fuiste allí. La próxima vez, lo sacaré de
inmediato. —Déjaselo a Laura actuar más como mi agente que mi
verdadero maldito agente.

—Está bien, Laura. Vámonos. Tengo hambre y necesito terminar


temprano. Tengo entrenamiento temprano como la mierda. El cambio de
horario me está golpeando fuerte.

Miro a mi agente, Colton, y me está sonriendo. Lo contraté porque era el


mejor en conseguir los nombres ahí afuera, pero crece en el drama.
Supongo que eso es lo que lo hace tan bueno en su trabajo. Algunas veces,
es lo único en lo que es bueno y Laura termina haciendo todo su trabajo
pesado.

Colton tira de mi brazo y me saca de la cabina.

—Sabes, realmente podríamos invertir trabajo en ti y esta chica. La gente


se está volviendo loca por esta mierda. Riker enamorado de la chica de al
lado… revistas, programas de entrevistas y reality shows. Podríamos
hacerlo en grande, lo que significa más dinero para todos los
involucrados.

Niego con la cabeza.

—Nop, ni una jodida cosa acerca de ella saldrá de esto. Hadley no es una
maldita propaganda para hacer más dinero para ti ni para nadie. Esta es
la última vez que lo hablamos. La próxima vez, haz tu maldito trabajo y
detén la mierda que sabes que no quiero. Nada de preguntas sobre ella y
ese es el jodido final. Recuerda, tu contrato termina en cuatro meses y no
pienses ni por un segundo que estás a salvo conmigo si la jodes. —Me doy
la vuelta, enfadado. ¿Cómo se atreve siquiera a pensar que queremos
hacer dinero con nosotros? Hadley es todo excepto una jaula de coño.
249

Estoy conduciendo mi challenger a casa después de incluso otra ronda de


entrevistas. Hemos estado aquí cuatro días y mientras más estoy aquí, sé
que tomé la decisión correcta al irme. Esta ciudad, este negocio, te
consume. Cada noche, llego a casa cuando Hadley ya está en la cama,
pero mierda, no dice nada, solo se gira y me deja tomarla. Sabiendo que
lo necesito para calmarme, centrarme… mi propia burbuja de mi jodida
hermosa Hadley. Después de entrenar, cinco entrevistas y dos sesiones
fotográficas, la necesito más de lo normal. Entré a la MMA porque me
encantaba, lo necesitaba y podía mantenernos bien al hacerlo. Todas las
mierdas que van con ello es lo que me vuelve jodidamente demente.
Mientras más estoy en este deporte y mientras más demandante se
vuelve, es más difícil tener privacidad. Los nuevos fanáticos quieren cada
pedazo tuyo que puedan conseguir y no se detendrán ante nada para
conseguirlo.
Entro al condominio y todas las luces están apagadas excepto las del
árbol y el lector electrónico de Hadley. Lentamente, me acerco para ver a
Hadley acurrucada en una pequeña bola con una copa de vidrio en la
mesa lateral junto con otra caja de Milk Duds. Cuando llegamos aquí,
pensé en volver a empezar con nuestra tradición y estoy jodidamente
contento de que los esté volviendo a comer. Voy a apagar la Tablet
cuando una foto de Hadley y yo bajándonos del avión y una de nosotros
en alguna ceremonia de caridad de hace años atrapa mi atención. El
encabezado dice: “Reed ―Riker‖ Collins vuelve a clavar sus dientes en la
chica que botó para hacerla en grande”. Eso me tiene viendo rojo. Sé que
debería detenerme, pero joder, no puedo. Mientras más leo, más rabia me
invade.

Reed Collins, mujeriego de MMPL, dejó a su novia de dos años, Hadley


Thomas, para convertirse en un peleador mientras estaba embarazada.
Nuestra fuente dice que la Srta. Thomas, oriunda de la ciudad de Reed,
Columbus Ohio, estaba con el corazón destrozado y de hecho tuvo un
intento de suicidio poco tiempo después del aborto espontáneo de su
primer hijo debido a complicaciones médicas. La misma fuente dice que
250 el aborto fue tan malo que Hadley jamás podrá tener hijos debido a ello.
Reed y alguna chica que no ha sido identificada fueron capturados en
esta foto de fiesta el mismo día en que Hadley fue admitida en el hospital
por la pérdida de su bebé. Nuestra fuente dice que tres semanas después
de perder al bebé, Hadley ingirió un frasco de píldoras para dormir en un
intento de tomar su propia vida.

Trato de controlar mi furia, pero no puedo. Lo pierdo y aviento la tablet de


Hadley por la habitación. Golpea la pared y cae al suelo en pedazos.

—¡JODER! —¿Con qué jodidas mentiras van a salir después?

Miro a Hadley, quien ahora está de pie con lágrimas cayendo por su
rostro.

—Reed, tenía la intención de contarte… en verdad, pero no sabía cómo. No


quería eso sobre tu cabeza. Ya te culpas de todo y no pude hacerlo.

Guau… ¿qué?

—¿Es verdad que intentaste suicidarte? —Oh Dios, esto no puede estar
pasando. Pasó por todo esto sola mientras yo fui y viví mi jodido estúpido
sueño—. ¡Estas son jodidas mierdas y lo sabes! —Golpeo la pared justo al
lado de donde Hadley está parada. Se encoge y mira hacia el agujero que
dejó mi mano. Jodidamente acabo de asustarla hasta la mierda. Tomo
una profunda respiración y miro fijamente sus amplios ojos, esperando
alguna señal. Nos quedamos parados ahí en silencio por demasiado
tiempo cuando Hadley solloza, sube corriendo las escaleras y luego azota
la puerta de mi habitación. Todo mientras me quedo ahí, haciendo ni una
jodida mierda para ayudarla.

La dejo sola. Necesito salir, aclarar mi cabeza. ¿Por qué carajos Hadley no
me contaría que trató de matarse? La amo tan malditamente mucho que
me duele.

—¿Reed? ¿Qué carajos haces en mi casa? Tienes que estar levantado en


cuanto el amanecer asome el culo.

—¿Puedo entrar, Kenny?

251 Extiende su brazo. Lance, Kenny, Laura y yo vivimos todos en el mismo


edificio. Siempre hizo mi vida más fácil, y esta noche jamás he estado tan
feliz en mi vida de que les pago tanto que pueden permitírselo.

—Entrenador, la jodí a lo grande.

—Estoy suponiendo que viste el periódico.

Sentándome en el sofá de Kenny, me descargo con él.

—No sabía que estaba embarazada, ni tampoco Hadley lo supo hasta que
perdió a la bebé. Pero, ¿y si no me hubiera ido? No habría estado tan
estresada y no la habría perdido, no habría tratado de suicidarse y aún
podría tener hijos. Maldita sea, todo esto es mi jodida culpa. —Paso mis
manos sobre mi cabeza, sintiéndome tan inútil.

—Rike, ¿hablaste con ella sobre eso? A lo mejor no todo lo que publicaron
es cierto. ¿Pensaste en ello?

—Creo que son ciertas. No viste su rostro cuando se dio cuenta de que lo
había leído.
—Nada de eso fue tu culpa. Sí, fuiste un imbécil, pero mierda, tenías
veintitrés… estabas viviendo tu vida. Hadley no te culpa, ¿por qué lo haces
tú?

—No lo entiendes. ¡Ella no me culpa porque es malditamente buena para


mí! Debería odiarme por toda la mierda que le hice. ¿Sabías que su ex le
rompió el brazo y la única razón por la que se enganchó con él para
empezar fue porque Hadley me vio besándome con Krystal después de
una pelea? —Me pongo de pie y camino de un lado a otro por la
habitación.

—Rike, no puedes regresar el tiempo, pero eso no significa que no puedas


hacer lo correcto. Eso es todo lo que puedes hacer. La mierda pasa todo el
tiempo, pero el cómo manejamos esa mierda es lo que te hace mejor.

—Pero, Kenny, esa mierda es mi culpa, de nadie más. ¡Es toda mía!

—Nene, no es tuya, es de ambos. —Me doy la vuelta y veo a Hadley en la


entrada—. Hola, Kenny. ¿Puedo llevarme a Reed de vuelta a casa?

Kenny va hacia Hadley, besa su mejilla y susurra en su oído. Todo lo que


252 Hadley hace es asentir y me extiende su mano para que la tome.

En el ascensor de regreso, ninguno de los dice una palabra. No suelta mi


mano hasta que estamos dentro de mi casa y ahí es cuando noto sus
maletas empacadas cerca de la puerta. Inmediatamente empiezo a
encloquecer.

—Hads, no… por favor no te vayas. Podemos solucionarlo —ruego


desesperadamente.

—Sé eso ahora. Escuché lo que le dijiste a Kenny. Solo… pensé… que a lo
mejor ya no me querías… porque te fuiste tan enojado. El artículo es
cierto… en su mayor parte, estoy bastante segura que el momento no es el
correcto, pero Reed, no sé si puedo tener hijos. Acepté eso antes, pero
ahora ya no lo sé.

Voy hacia ella y la tiro hacia mí, fuerte.

—Nena, ¿siquiera sabes qué pasó? Quiero decir, ¿por qué no puedes?

Hadley niega con la cabeza contra mi pecho.


—Cuando todo pasó, no quería siquiera pensar en eso, pero ahora estoy
demasiado asustada para descubrirlo. El doctor me dijo que fue un aborto
tardío y que eso pudo haber tenido algo que ver conmigo. Ella era grande
cuando la perdí, así que sé que tengo algo de daño. Solo no sé cuánto.
Realmente no creo que pueda llevar a un bebé a término. Me pongo la
inyección cada tres meses ahora, así que ya no me preocupo por ello.
Nunca tuve necesidad de revisar el asunto del bebé porque no puedo
volver a pasar por eso.

—Hadley —empiezo, pero tengo que tomar una respiración. Esta era una
pregunta difícil de hacer, pero necesito saber la respuesta—. ¿Trataste de
suicidarte?

Se pone toda tensa en mis brazos y, repentinamente, me doy cuenta de


que todo en el artículo era verdad.

—No, quiero decir… nunca tomé nada para morir, pero tampoco me
importaba si lo hacía. La parte de las píldoras para dormir no fue que
quisiera morir, sin embargo. ¿Recuerdas a Tyler Bowers?

Tyler Bowers era el más grande traficante de drogas en mi antiguo


253 vecindario. Algunas veces lo veíamos vendiendo en las fiestas y creo que
hasta le vendió a mi papá un par de veces. Empiezo a respirar con
dificultad y la idea de que Hadley estuviera en cualquier lugar cerca de
esas personas me enferma. Todo lo que quiero hacer es saltar a un avión
y patearle el trasero hasta que ya no sepa su jodido nombre. Mantengo
mi boca cerrada porque si digo cualquier otra cosa, voy a volverme
malditamente loco.

—Estuve aspirando un poco demasiado de coca. Estaba muy drogada y


no podía dormir, así que tomé algún tranquilizante que me dio. Sabía que
era estúpido, pero Courtney estaba afuera pasando el rato con todos
nuestros antiguos amigos, mi familia ya se había mudado para entonces
y simplemente estaba sola. —Hadley toma una profunda respiración y me
aprieta con fuerza—. Como sea… tomé una píldora, pero no me hizo nada.
Luego tomé otra y aun así nada, así que tome un par más. Lo siguiente
que supe fue que desperté con un tubo siendo empujado por mi garganta,
vomitando. Matt me encontró e hizo que algún tipo al que conoce
bombeara mi estómago. No me llevaría al hospital porque el papeleo
arruinaría mi oportunidad de convertirme en enfermera. Matt salvó mi
vida. Dijo que estaba en Atlanta y tuvo un extraño presentimiento, así que
se subió al avión y vino directo a mi casa. Si no hubiera estado ahí… —
Hadley empieza a llorar en mi camiseta mientras tomo su peso en mis
brazos.

Desearía también poder llevarme todo su dolor.

—Cuando finalmente desperté, supe que tenía que salir como el infierno.
Me tomó un tiempo, pero eventualmente lo hice. Jamás quise las drogas,
sino que quería el subidón. Quiero que sepas que jamás las tomé porque
te fuiste. Las tomé porque simplemente necesitaba olvidar… —Hadley no
termina, no necesita. Piensa que perder a la bebé es su culpa.

—Cuando lleguemos a Atlanta, vamos a buscar a un doctor juntos,


descubriremos si podemos. Si no puedes, jodidamente adoptaremos. Hay
niños que necesitan hogares por todos lados y encontraremos uno que
encaje con nuestra familia. Exactamente como tú encajaste siendo una
Thomas.

La levanto, y la cargo al piso de arriba y la acuesto en mi cama. La


abrazo jodidamente fuerte, asustado como el demonio de que cuando
despierte, ella se aclarará y se dará cuenta de que toda esta mierda es mi
254 culpa y luego dejará mi estúpido culo. Antes de tener tiempo de asimilarlo
todo, la respiración de Hadley se regula y sé que mi chica está dormida.
Beso la cima de su cabeza, sabiendo que enterraré a cualquiera que
descubra mi verdad.
Capítulo 26
Hadley

—C
uál; ¿el vestido rojo o este top dorado con la falda de
cuero? —pregunto, sosteniendo ambos atuendos.

—Me gusta mucho el dorado. Se vería tan bien en ti.


Además, estando tan cerca de Navidad, el rojo puede ser demasiado.
Pruébate ambos. Lance dijo que Reed entrenará más tarde esta noche ya
que el pesaje fue esta mañana. ¿Quieres comer algo después de este? El
bebé tiene hambre. —No solo era que el bebé quien tenía hambre, sino
que también hacía que su cerebro fuera en quince direcciones diferentes.
Cómo pasamos de la ropa al entrenamiento y luego a la comida, nunca lo
255 sabré.

La liga está organizando una fiesta posterior a la pelea pasado mañana,


así que Courtney y yo hemos estado pasando todo el día comprando los
vestidos que vamos a usar. Solo hay un criterio que tengo para el vestido;
que yo luzca tan malditamente caliente en él que todo el mundo cerrará
la boca sobre por qué Reed está realmente conmigo. Han pasado seis días
desde que salió el primer artículo y, afortunadamente, es la misma
historia contada una y otra vez con algunas cosas nuevas acerca de que
nosotros no somos buenos para el otro, o que Reed solo está conmigo por
nuestro pasado. Me di por vencida de leer algún otro después de ese. Sé
quién me vendió; solo hay una persona que podría hacerlo. Pero no voy a
decirle a nadie, especialmente a Reed. No necesita ser distraído con nada
en este momento dado que la pelea es mañana, y después de toda la
mierda que le arrojó el primer artículo, sé que es lo mejor.

En el momento en que miro al espejo, sé que este conjunto es el correcto.


La parte superior de lentejuelas dorada cuelga libremente y deja abierta
la parte posterior, mostrando una buena parte de mi escote. La falda de
cuero negro es del largo perfecto, no tan corto pero suficiente para ser
zorra, y no demasiado larga para que se considere apropiado. Es lo
suficientemente apretada para mostrar todas mis curvas y la parte
superior es suficientemente baja sin esforzarse demasiado. Al salir del
vestuario, me giro hacia Courtney.

—¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! ¡Ese es perfecto! Desearía que el mío luciera tan bien. Esto
apesta, mi vientre recién comenzó a mostrarse. No soy lo suficientemente
grande como para lucir realmente embarazada. Solo se ve como una
barriga de cerveza. —Courtney hace pucheros. De nuevo con el TDA15
inducido por el embarazo.

—Court, detente. Ese vestido era perfecto y nadie siquiera estará mirando
tu estómago. —Después de que se probara como cincuenta vestidos,
finalmente la convencí de que uno negro de un solo hombro fruncido
alrededor del estómago ocultará la pequeña bolsa que está llevando. Ella
debería abrazarla, pero ¿qué diablos sé yo?

—Basta con los vestidos. Laura se va a reunir con nosotras para comer ya
que Reed le ha dejado tomar un descanso entre las cosas.

Al principio, odiaba el hecho de que Reed tuviera una mujer trabajando


con él diariamente, pero luego empecé a pasar el rato con Laura y
256 aprendí rápidamente que nunca cruzaría esa línea. No solo porque a ella
no le gustan los chicos, sino también porque es una persona leal y Reed
necesita más de esas personas en su vida. Si alguna vez deja a Reed,
tendrá que contratar a tres personas para sustituirla.

—No puedo creer que todos estén bebiendo y yo no pueda. ¿Tienen


alguna idea de lo mucho que apesta no beber? Es decir, estamos en Las
Vegas. Vinimos a la ciudad del pecado y tengo que estar sobria.

Laura y yo estamos en nuestro tercer cóctel y sintiéndonos bien. Mientras


tanto, con cada sorbo que tomamos, Courtney parece que podría llorar.

—Solo piensa, vale la pena tener un bebé. Cuando él o ella llegue, ni


siquiera recordarás esta parte.

15
TDA: Trastorno por déficit de atención.
—¿Cómo diablos lo sabes? —espeta Courtney hacia mí y al instante
comienzo a sentirme incómoda—. Oh, mierda, Hadley. No quise decir eso.
Lo siento. Estoy tan malditamente emocional todo el tiempo.

—O simplemente eres una perra —interviene Laura.

Courtney y yo giramos la cabeza hacia ella.

—¿Qué, Had? Desde que llegamos aquí, no ha hecho nada más que
quejarse de lo mal que está el embarazo y mierda. Cuando incluso sé que
le encanta y no soy su mejor amiga.

—Escuchen, chicas, está bien. Gracias, Laura, por dar la cara por mí. Y,
Courtney, tampoco quiero que te sientas como si no pudieras quejarte.
¿Está bien?

—¿Están listas para mañana? ¿Y para la fiesta del día siguiente? Si Reed
gana, estén preparadas para el tratamiento estilo realeza. Siempre es
genial cuando eso sucede —dice Laura después de un par de minutos de
incómodo silencio.

—¿Qué pasa si Reed pierde, o no quiero saberlo?


257
—No desenrollan la alfombra de bienvenida, eso es seguro, pero aun así
tendrá que ir… es parte de su contrato. Práctica de la buena deportividad y
todo eso. Pero no creo que tengas que preocuparte. Reed ha estado que
quema.

—Puedes decir eso otra vez. Cuando fui a ver a Lance ayer, ni siquiera se
detuvo cuando la gente le estaba haciendo preguntas. Realmente deberías
ir a verlo, Hadley. Todavía no puedo creer que no quisieras ir al pesaje.

—Actúas como si no fuera a ir a la pelea. Solo que no quiero estar en el


camino. Es su trabajo y sé que si estoy allí, interferiría.

Courtney mira sobre nuestras cabezas y su expresión la hace ver como si


estuviera comiendo vidrio. Me giro y veo a Krystal viniendo hacia
nosotras.

—Genial, chica malvada número uno —murmuro en voz baja.

—Hola, chicas. Acabo de salir del gimnasio. Reed y Lance lucían como si
estuvieran divirtiéndose. —Krystal se detiene junto a la mesa, usando la
falda de mezclilla más corta que he visto nunca. Me pregunto si lo
consiguió en un Somos Putas16.

—Y necesitamos saber esto… ¿por qué? —pregunta Courtney.

—Pensé que deberían saber que a la liga siempre le gusta tener mujeres
en sus fotografías. Esta vez, en lugar de las chicas de la jaula que utilizan
generalmente, me usaron a mí para esta sesión promocional. Espero que
no les haga volverse locas. Amaban nuestra química. Sé cómo solía
picarme eso cuando estaba en tus zapatos.

—Nunca estuviste en mi lugar. Eras el juguete de Reed y eso es todo.


Disculpa, pero mis amigas y yo estamos divirtiéndonos.

Krystal mira a Laura con una enorme sonrisa en su rostro.

—Es cierto. No lo era… era algo más.

—¿Qué demonios significa eso?

Krystal se encoge de hombros, pero aún tiene la maldita sonrisa en su


rostro.
258
—Debes preguntarle a Reed. Adiós, chicas. No puedo esperar a que vean
las fotografías. Son C.A.L.I.E.N.T.E.S. Nos vemos mañana.

Me giro en mi asiento y veo cómo se aleja. Después de que se ha ido, miro


a Laura.

—¿De qué carajos estaba hablando, y realmente deletreó caliente? ¿Quién


hace eso? Dios, lo que no haría para apuñalarla en el ojo con una
cuchara oxidada.

Laura y Courtney empiezan a reírse. Piensan que estoy bromeando, pero


estoy hablando muy en serio.

—Sí que lo hizo y, Hadley, detente. Solo está siendo una perra
manipuladora como siempre. Nada más. Pero necesito ponerme en
marcha; Colton me necesita para llevar algunas cosas más para que Reed
firme. Las veré mañana para la pelea. —Laura se levanta y me da un beso
en la mejilla, ofreciéndole un pequeño ademán a Courtney.

16
Somos Putas: En el original en inglés, Hooker‖s R‖ Us, haciendo referencia a la cadena
de tiendas especialistas en juguetes Toys "R" Us.
—Hads, Laura tenía razón y lo siento. Sé que darías cualquier cosa por ser
yo. Estaba siendo una perra, pero sabes que eso va a pasar para ti un día,
¿verdad?

—Como dije, estoy bien. Es solo que ahora que todo el mundo sabe lo que
sucedió, es extraño. Papá llamó y me gritó durante un par de horas dos
días atrás por no contarle sobre mi asunto de las drogas y Mark ni
siquiera está hablando con Matt ahora porque se lo ocultó. Lo peor fue
que el hospital llamó ayer y fui despedida.

Los ojos de Courtney se salen de su cabeza.

—¿Qué? ¿Por qué? Eres la mejor enfermera que tienen. Esa mierda es una
locura.

—Court, no lo es, en realidad. Soy un riesgo y no es como si necesitara el


dinero. Donaba mis cheques, de todos modos.

—¿Donabas tus cheques de pago? ¿A quién?

—Cada mes elegía a una persona diferente. El último fue a Corey. Amaba
trabajar y no lo hacía por el dinero, sabes eso.
259
Courtney todavía me está mirando como si hubiera enloquecido.

—¿Qué dice Reed?

Aprieto los labios y doy un pequeño movimiento con la cabeza.

—Vamos, Hadley. Tienes que contárselo. Enloquecerá si no lo haces y


sabes que va a averiguarlo de una manera u otra. Por lo menos debería
saberlo de ti.

—Lo haré, confía en mí, es solo que la única vez que lo veo es cuando
llega a casa del entrenamiento. Reed está tan cansado en el momento en
que vuelve que, por lo general, comemos en la cama, tenemos sexo y
vamos a dormir.

Nuestros teléfonos timbran al mismo tiempo.

—Genial, otra alerta de noticias sobre Reed. Me pregunto qué dice ahora
—le digo a Courtney mientras la oigo jadear.

—Hadley, no lo veas todavía. Vayamos al gimnasio y veamos Reed, ¿está


bien? —pregunta, arrancando mi teléfono de mi mano. Mi corazón cae
instantáneamente a mi estómago cuando escucho el leve ruido de los
televisores en el fondo.

—Courtney, solo dámelo. Estoy segura de que no es un gran problema.

—Noticias de última hora: el chico malo de la MMA, Reed “Riker” Collins,


tiene múltiples cintas de sexo con la asistente Krystal Duncan de la MMPL
y otras mujeres desconocidas. —Me vuelvo hacia el sonido y, por
supuesto, está en todos los televisores en el pequeño bar en el que
estamos—. Una cinta fue revelada hace apenas unas horas y ya cuenta
con más de un millón visitas. Si la lucha no funciona para él, el
entretenimiento para adultos será una buena carrera a seguir. —No me
muevo, no pienso en nada más que la imagen granulada de Reed con las
manos sobre dos chicas, mi mente retrocede a un bar, muy parecido a
este, cinco años atrás—. Eso es todo lo que podemos mostrar, lo
lamentamos chicos… este es un espectáculo familiar. Sí tenemos una
nueva foto de una sesión de fotos tomadas el día de hoy con el Sr. Collins
y la Srta. Duncan. Me pregunto qué piensa su nueva novia de esta. —Y ahí
está otra imagen de Krystal, presionada desnuda delante de Reed con los
ojos cerrados, su brazo alrededor de su cintura y la boca de ella sobre mi
260 tatuaje. En mi jodido tatuaje. Parpadeo un par de veces y me pellizco para
asegurarme de que no es un sueño. Vagamente, escucho el timbre de mi
teléfono, pero ni siquiera lo miro. Estoy demasiado ocupada mirando la
imagen de Reed y de la chica que, una vez más, me rompió el corazón en
dos.

Oigo a Courtney en el fondo hablando en su teléfono.

—Bueno, Lance, odio tener que decirte esto, pero eso es un poco
demasiado tarde. Está mirando la televisión con la imagen directamente
delante de ella… No, le llevaré a casa. No sé si ella irá a eso en este
momento… Lance Markus Bell, más te vale que no estés dando la cara por
él… Pues bien, solo me iré con ella… Nop, deberías haber pensado en ello
antes de que dijeras que ella estaba exagerando.

No puedo dejar que ellos peleen sobre Reed y yo.

—¡Detente! No peleen por nosotros. Me voy, ¡y tú necesitas ir con él! —


Agarro mi bolso de la silla y llevo la tormenta fuera del lugar.
Reed
—¿Ya podemos terminar con estas jodidas fotos? Me gustaría comer algo
real ahora que hice el peso. —¿Cuántas fotos promocionales necesitan
jodidamente de mí?

Colton levanta la vista de su teléfono.

—Solo un par más. Tengo una sorpresa para ti con el último par de tomas.

—Colton, sorpresa o no, estoy terminando en cinco minutos.

—Oh, ahí está ella.

Me detengo y allí está ella, dejando caer una maldita bata y dando una
vuelta como si fuera un regalo de Dios para los jodidos hombres. Abro la
261 boca cuando envuelve sus brazos alrededor de mi cuello, sus labios
tocando mi maldito tatuaje. Pongo mis manos en sus caderas,
empujándola de una jodida vez y en ese mismo momento, la cámara
toma el flash.

—Colton, esto es una jodida mierda y lo sabes. Y te costó tu trabajo de


mierda, idiota. —Suelto una tormenta sobre él, levanto la mano, solo para
ser detenido a medio golpe por Lance.

—Mira a tu alrededor, Rike. Todas estas personas lo vieron y están


observándote ahora.

No digo nada, solo miro a Colton. La jodió con la persona equivocada.

Lance gira hacia Colton y dice:

—Será mejor que te vayas, porque no podré mantenerlo controlado


durante mucho tiempo más. —Y lo hace con la cola entre sus jodidas
piernas.

—Lance, trae a Laura aquí ahora, y hagan control de daños. Tengo que ir
al gimnasio y golpear algo antes de ocuparme de todo lo demás.
Termino golpeando todo en el gimnasio, rompiendo dos bolsas en el
jodido proceso. No sé lo que Colton pensó que haría si llevaba a esa perra
allí. Su culo nunca más trabajará con cualquier persona.

—Riker, la mierda se hizo pública. Es posible que desees ver tu teléfono.

Veo el video y mi jodido estómago asciende hasta los dedos de mis pies.

—Oh, ¡joder!

—Hadley, ¿puedes jodidamente hablar conmigo sobre lo que te dije? No


puedes dejar que esta mierda entre. Grita, tira mierdas. Solo
malditamente haz algo. Cualquier cosa además de sentarte allí y mirar
hacia la pared.

Parpadea hacia mí, pero no habla. Le conté todo sobre el rodaje, los
reporteros han hecho saber que alejé a Krystal, pero ese video… es lo que
262 está llegando a ella.

Termina su copa de vino y murmura:

—Voy a ir a tomar una ducha.

—Mierda, nena… ¿vamos a estar bien? Me puedes preguntar lo que sea —


le ruego.

—Sí, estaremos bien. Estoy cansada. Hablaremos de ello más tarde, ¿está
bien?

—Esa es otra cosa que dices que no ayuda. Te estoy diciendo que no tenía
idea de que existía el video. Si lo hiciera, habría enterrado esa mierda
hace mucho tiempo.

—Reed, entiendo. Honestamente, lo hago. Fue hecho cuando no estábamos


juntos. Lo entiendo. Pero no significa que lo haga más fácil que la gente lo
viera, o que yo lo viera. Vayamos a tomar una ducha juntos y puedes
ayudarme a olvidar que esto sucedió alguna vez, nena.

Y lo hice, una y otra vez, pero conozco a Hadley y sé cuando está


aferrándose a algo. Sé lo que significa cuando pone esa mirada distante
en sus ojos, cuando sus besos no llevan la misma energía, cuando se
aferra a mí solo un poco menos. Tengo que llevarnos a casa para que
podamos ser nosotros de nuevo y que toda esta locura pueda detenerse
antes de que sea demasiado para que ella lo maneje.

263
Capítulo 27
Hadley

—B
uena suerte, nene. Tienes esto, Riker. —Le pongo su
sombrero rojo, el que aún usa para cada pelea.

—¿Estás segura de que no te quieres sentar con todos los


entrenadores? ¿Para que de esa forma puedas hablar conmigo? —Reed
envuelve sus brazos alrededor de mí, sudando por el calentamiento que
acaba de tener.

—Síp, estoy segura. Esto es sobre ti. Ahora, tengo que ir a sentarme y
prepararme para verte patear algunos traseros. —Esta mañana, me
levanté con él pegado a mí e incluso con ese video en todos lados, papeles
264 desvaneciendo nuestra relación cada vez que nos volteamos, sé que aquí
es donde debo estar.

—Nena, te amo con locura… y grítame fuerte. Quiero escuchar esa mierda.

Lo beso una vez más y entonces me voy a mi asiento con Matt, quien
también vino a ver la pelea.

Estoy impresionada de cuán grande realmente es Reed. Solía pelear en


lugares horribles, con hoyos en las paredes. Ahora está peleando en los
estadios más grandes de la nación y toda esa gente está aquí para verlo.

—¿Cómo estaba Reed cuando lo dejaste? —pregunta Matt.

—Parecía estar bien, pero sus calentamientos parecían intensos.

—Eso es genial. Será mejor que gane. Aposté mucho en que ganaría en el
primer round.

Golpeo el brazo de mi hermano.

—¿Qué? ¿Apostaste por mi novio?


—Hadley, he apostado por él cada vez que ha peleado. No veo por qué hoy
tendría que ser diferente.

Idiota. Estoy a punto de hablar cuando las luces se apagan y el


presentador se para dentro del ring.

Mis rodillas comienzan a rebotar arriba y abajo mientras anuncian a


Redman. En el momento en que escucho el nombre de Reed, me levanto y
miro abajo en la fila, atrapando la vista de él entrando. Su bata gris y ese
maldito sombrero llegan a mí cada vez. Reed se detiene en el frente,
levanta su dedo y me señala, guiñándome.

—Demonios, Hadley. ¿Qué carajos le hiciste? Él nunca hizo eso antes —


grita Matt en mi oído.

—Se llama amor, quizás deberías intentarlo alguna vez.

—Si eso es amor, no quiero ni una parte de eso.

Reed entra en la jaula y mientras escuchan las reglas, se siente bien ver
esto. Reed golpea su pecho dos veces, solo esta vez, cuando ha terminado,
señala al cielo. Este es el hombre que siempre tendrá mi corazón.
265
La campana suena y Reed se ha ido… Riker ha tomado lugar y corre al
centro del ring. Redman trata de lanzar un golpe, pero la mano de Reed se
levanta, bloqueándolo. Barre las piernas de Redman por debajo y lo
derriba, poniendo un golpe con la izquierda en el rostro de Redman. Lo
golpea justo en la frente y sangre comienza a emanar de entre sus ojos.
Riker lo golpea una y otra vez, situando una patada en el cuerpo, pero no
es suficiente. Redman lo empuja hacia arriba y patadas largas van hacia
un costado de Reed, haciendo que Reed caiga. Entonces, Redman se sube
encima de él, aplastando su rostro y estómago una y otra vez, y Reed deja
de defenderse.

—¡Riker! ¡Levanta tu trasero y muéstrale que tienes esta mierda, nena! —


Lo observo voltear su cabeza, atrapando mis ojos con los de él. Grito sobre
la multitud—: ¡Con locura! Reed comienza a bloquearlo de nuevo, justo
cuando suena la campana para el fin del round.

—Hadley, tienes que dejar de morderte las uñas o no te quedará ninguna


—dice Matt.
—Lo sé. Es solo que ha pasado mucho tiempo y esto no es lo que quería
que pasara en nuestra primera pelea desde que volvimos. No sé por qué
no lo presionó. Nunca lo he visto así antes.

Matt mueve mis dedos lejos de mi boca.

—Es por eso que es el gran momento ahora, Hads.

La campana suena para el round dos y ambos luchadores hacen un


movimiento al centro del ring. Redman hace una patada frontal, dejando
a Reed de su lado. Pero eso no detiene a Reed, quien explota sobre él,
haciendo una patada lateral, obteniendo el derribe y lo golpea.

Salto arriba y abajo, gritando.

—Así es, nene. Sigue así, Riker. ¡Retenlo!

Reed balancea su brazo, agarrando el cuello de Redman y lo aprieta.

—¡Agárralo, nene! —continúo gritando.

Redman se queda sin movimiento y entonces están separando a Reed de


266 él. Reed mira alrededor de la multitud y me encuentra. Me señala y luego
a la jaula. Inmediatamente, sacudo mi cabeza en negación, pero grita
sobre la multitud.

—Sí, ¡trae tu trasero aquí arriba conmigo, nena!

Aún estoy sacudiendo mi cabeza mientras Matt me empuja por el pasillo


junto a las estrellas pintadas en el piso que llevan a los escalones de la
jaula. Redman ya se ha levantado y ambos están parados en el centro. En
el segundo que levantan el brazo de Reed en el aire, la multitud se vuelve
loca. Antes de darme cuenta, soy levantada en el aire y estoy dando
vueltas.

—Estoy sangrando, nena.

—Síp, lo estás —acuerdo mientras Reed me baja, colocando sus ásperas


manos en mi rostro.

—Te dije jodidamente que eres tú. Eres mi jodido yuyu, porque mi trasero
estaba tostado hasta que escuché a mi chica gritar por mí. —Trae sus
labios a los míos, besándome profundamente mientras las cámaras se
disparan a nuestro alrededor. Rompe nuestro beso y dice—: Mi maldito
yuyu, nena. Tengo que sacarme toda esta mierda de encima y hacer una
conferencia de prensa. ¿Quieres quedarte conmigo o solo quieres estar en
los vestuarios?

Miro alrededor a todos los reporteros aun disparando sus cámaras en


nuestra dirección. Es hora de estar a su lado.

—Iré contigo.

Todo el rostro de Reed se ilumina y no puedo evitar sonreír, también.

Con mi atuendo fabuloso y mi peinado y maquillaje luciendo impecables,


me cuelgo del brazo de Reed, sonriendo a cada persona con la que tengo
contacto. Laura estaba en lo correcto, realmente lo tratan como el rey. Y
amo el hecho de que en tres días estaremos de regreso en casa y esta
locura no pasará de nuevo hasta dentro de otros seis meses.

—Hadley, este es Bash, mi amigo del que te estaba contando. Bash, esta es
267 mi chica, Hadley. —He conocido a cada persona importante en la liga
hoy, personas que patrocinan a Reed, otros luchadores, a todos y cada
uno, pero demonios, este chico parece más poderoso que cualquier otro.
Quizás es la manera en que se mueve. Pero este chico es importante en lo
que sea que haga.

Extiende una mano gruesa y la tomo.

—Gusto en conocerte, Hadley. Ricker te ha tenido bajo llave desde que


llegó aquí.

Me río.

—No sé sobre eso. Fue más como mi idea. Quería mantenerme lejos de la
locura, pero también es genial conocerte.

Reed y él hablan mientras estoy parada allí. Parecen ser muy cercanos y
me siento como mal tercio entre ellos.

—Disculpen, pero necesito ir al baño de damas.

—Apresúrate. Cuando regreses, necesito ir al escenario para que puedan


anunciarme oficialmente como el ganador —dice Reed, besándome en los
labios. No me dejará fuera de su vista y tengo el presentimiento que es
porque Entrepierna Podrida está en algún lugar cercano.

Cierro la puerta del baño justo cuando escucho el traqueteo de tacones en


el piso y voces de chicas chismeando.

—Son una linda pareja. Por la manera en que Krystal estaba hablando,
pensé que ella sería espantosa, pero es mucho más bonita que ella.

Debería sentirme mal por escuchar a escondidas, pero no.

—Lo sé, y también parece muy dulce. Él no es el viejo Riker que


conocimos, realmente sonríe. Es lindo. ¿Y viste cómo la miró después de la
pelea? Eso fue la cosa más tierna.

Awe, no puedo evitar sonreír. Me alegra que ellas también puedan verlo.

—¿Crees algo de esa mierda de que ella se volvió loca? Digo, parece
bastante normal.

¿Bastante normal? ¿Qué significa eso?

268 —Por favor, esas malditas revistas inventan mierda todo el tiempo… sabes
eso. Me pregunto si sabe algo de lo que realmente pasó entre Riker y
Krystal.

—¿Te refieres a lo del matrimonio y el bebé?

—Sí, todo ese desastre.

Mi mano va a mi boca. ¿Qué carajos?

—Bash me dijo que no dijera nada si la conocía, así que estoy pensando
que eso es un gran no. Dijo que Riker es muy protector con ella por su
pasado. Sí escuché a Bash en el teléfono con Riker una noche sobre
pagarle a personas que supieran, pero ese secreto no durará mucho.
Nunca lo hace. Krystal se lo contó a muchas personas. Como sea,
vámonos de aquí antes de que el jefe se enoje.

Lágrimas ruedan cuesta abajo por mi rostro mientras la bilis se me sube


por la garganta y estoy en el retrete. Reed nunca me lo iba a decir. ¿Qué
carajos? Matrimonio… un bebé… Todo eso se suponía que fuera nuestro. Y
está manchado con Krystal. Dijo que no hubo nada entre ellos, aun así,
ella fue la chica que él dejó, la chica con la que hizo un video sexual, la
chica que besó mi jodido tatuaje.
La chica con la que está casado.

La chica con la que tuvo un hijo.

Nada entre ellos, mi trasero.

Salgo del baño, me voy de la fiesta y me alejo de todo.

Nuestro pasado está roto, nuestro presente está dañado y nuestro futuro
se ha ido. Decayó en el aire, como dos gorriones en el viento.

¿Por cuánto más podemos pasar antes de que nuestro amor ya no sea
suficiente?

Porque creo que estamos en ese punto.

269
Capítulo 28
Reed

L
laves comienzan a trabajar en mi agarre y mi jodido corazón se
salta un latido. Nunca he estado tan nervioso. Levanto mi mirada
desde mi puesto en el sofá y veo a Matt caminando con Courtney y
Laura detrás de él. Me pongo de pie, buscando a Hadley, pero no está con
ellos. Laura se acerca y me empuja a la cocina mientras Matt y Courtney
suben las escaleras hasta nuestro dormitorio.

—Laura, por favor, dime dónde está. Me dijiste que se calmaría y vendría.
Han pasado cuarenta y ocho horas y no hay ni una palabra.

Laura me interrumpe, abofeteándome en el rostro.


270
—¿Alguna vez le ibas a contar lo de Krystal? Prometiste que lo harías
antes de que pudiera enterarse y ahora piensa que es mucho más de lo
que es.

Agarro su mano y mi rostro cae.

—No lo sé… Jodidamente quería, pero eso no la habría ayudado. No


escuchaste cuán molesta estaba por nuestro bebé. Parecía egoísta
contárselo, sabiendo que podría destruirla jodidamente de nuevo. No
podía hacerle eso. No de nuevo. No después de lo que hice. Lo juro, si
Krystal se lo contó, la destruiré.

—Ella no se lo contó. Hadley escuchó a unas chicas hablando sobre eso


cuando fue al baño. Y tu maravillosa esposa amenazó con ir a la prensa
con todo a menos que le pagues. Mantuvimos esta mierda oculta por todo
este tiempo y si no cedemos, ella no tiene nada más a lo que aferrarse.

—Ella puede tomarlo jodidamente todo. No me importa esa mierda. Dios,


solo necesito hablar con Hadley.

—¿No entiendes jodidamente nada, Reed? Hadley ya está destrozada, se


ha ido y yo no me haría ilusiones de que vuelva pronto… si es que vuelve.
—¿Le dijiste que le explicaría todo? —¿Qué carajos hice?

—Lo hice, pero estaba muy ida para que siquiera me entendiera. Reed,
tienes que hacer algo para limpiar esta mierda con Krystal. Tienes que
arreglar este problema antes de intentar algo con Hadley.

Estoy a punto de enfermarme.

—¿Está consumiendo? —pregunto, con mucho miedo de saber la


respuesta.

—En realidad no lo sé, solo que cuando Matt fue al hotel en el que está,
dijo que lucía mal. No encontró nada por allí, pero sabe que lo escondería.
Le dio unas pastillas para dormir cuando le llevamos sus cosas. Matt la
está llevando lejos de todo el desastre, probablemente a su casa en Hawái.

Courtney entra, luciendo estresada y Matt solo asiente en mi dirección.

—Chicas, ¿quieren llevar las maletas al hotel? Necesito hablar con Reed a
solas.

Laura me mira dudosa con una ceja levantada, así que hago lo que puedo
271 para calmarla.

—Está bien. Pueden ir, chicas.

Ella aprieta mi brazo y me ofrece una sonrisa. Luego las dos chicas se
van y Matt espera hasta que escucha la puerta cerrarse.

—Escucha, no necesito ninguna jodida excusa. No me importa. No voy a


jugar al mensajero entre ustedes dos… ella es mi hermana y no he estado
ahí para ella lo suficiente, al parecer. Pero creo que mereces saber que
descubrí mierda de Bennett. Él y tu compañera de folladas han estado
ligados. Parece que han estado juntos por algún tiempo. Parece que
tienen algo planeado, probablemente por eso Bennett sabía toda la
mierda sobre ti. Pero estoy trabajando en descubrir dónde está ahora.
Hadley necesita volver al lugar correcto en su cabeza. Reed, solo dale
espacio por ahora. Laura estaba en lo correcto… necesitas arreglar esta
mierda con Krystal antes que nada. Cuando lo hagas, puedes venir a
hablar con ella. Pero hasta entonces, solo déjala sola.

Matt sale mientras colapso en el suelo, dándome cuenta que no hay


vuelta atrás en esto. Jodí todo, pensaba que estaba haciendo lo correcto
de nuevo. La cosa más jodida es que mi padre tenía razón… soy un jodido
fracaso.

Me quedo mirando la puerta, esperando que venga a través de ella, pero


no lo hace.

Mi teléfono comienza a vibrar en mi mano y en un deslumbramiento,


contesto sin ver.

—¿Hola?

—¿Reed? —Una muy molesta Hadley está en el teléfono.

—Nena, ¿dónde estás?

—¿Es cierto? —La escucho tomar un largo respiro—. ¿Que te casaste con
esa perra y tienes un bebé?

—Hadley, nena… dime dónde estás y podemos hablar de esto cara a cara.

—¡Joder con eso! Dime la verdad.

—Sí… pero deja que me explique primero. Por favor.


272
—Nop, tuviste tu oportunidad. Adiós, Reed.

—Had…

Cuelga el teléfono sin otra palabra. Echo un vistazo al reloj y sé que hay
un solo lugar donde puedo ir a aclarar mi cabeza. Agarro las llaves y me
dirijo al gimnasio.

Hadley
Aspirar línea tras línea hace que mi cabeza esté nublosa, mi juicio
contaminado. Sé esto ahora que casi se ha ido el efecto de la droga,
deseando que mi cabeza estuviera en el lugar correcto antes de que
invitara a Bennett dentro de mi nueva habitación de hotel. Tuve que
escaparme de mi hermano, de Courtney… demonios, tuve que escaparme
de todos. Lo juro, cada una de sus miradas… debería haber tenido globos y
un gran pedazo de pastel por la fiesta de lástima que me lanzaron. No
estoy lista para estar sobria, para sentir nada, para enfrentar a ninguno
de ellos… nada de esta mierda.

Sucedió que Bennett estaba en la barra del hotel y aspiré algo de cocaína
con él. Estaba tan hecha un desastre que ni siquiera me importó lo que
hiciera o dijera, solo quería más. Comencé a caer desde mi última línea y
perder tiempo buscando más parecía poco atrayente. Ante mis ojos, eso
era un triunfo. Él confirmó todo lo que había escuchado en el baño y
luego me dio un veinte de marihuana y una bolsa de cocaína. No pensé
en nada, solo necesitaba más para drogarme, para escapar de todo.

Pero ahora, sentada aquí, mi cuerpo entumecido pero mi cerebro aún


yendo a un millón de kilómetros por minuto, sé que lo estropeé de nuevo.
Bennett estaba ahí solo y únicamente por mí. Para vengarse de mí.
Bennett se pasea, frotando sus dedos por mi cuerpo. Trato de detenerlo,
pero mi cuerpo no se moverá.

—Oh, pequeña e ingenua Hadley, ¿realmente pensaste que te querría ver


después de lo que tu hermano y tu maldito novio le hicieron a mi
273 compañía? Oh, no, esto es toda una venganza, tal como te dije que haría
si abrías tu jodida boca.

Escucho un toque en la puerta y trato de gritar, pero solo sale un susurro.

Bennett me golpea el rostro con el reverso de la mano.

—No hablarás. ¿Entiendes? No quiero escuchar nada de ti. Pero no


debería importar, no creerás el amigo en común que tenemos ahora.

Escucho su voz antes de verla y mi interior se estremece. Quiero vomitar.

—Vino al gimnasio después que ella llamara. Te dije que lo haría. Él no va


a ser un problema ahora… confía en mí.

Los escucho murmurar y besarse. Por medio segundo, no hubo nada


hasta que otro choque de dolor rasgara mi rostro.

—¿Puedes creer que me dejara por esta adicta?

Levanto mi cabeza mientras Bennett envuelve sus brazos alrededor de la


cintura de Krystal.
—No. La he follado a ella y a ti. Créeme, tu eres mi chica aventurera. A ella
solo le gusta de una manera y es tan aburrido.

Krystal coloca sus dedos debajo de mi mentón, mirándome ferozmente


mientras su puño se conecta con mi estómago. Entonces se gira hacia
Bennett y con una sonrisa en su rostro, pregunta:

—¿Puedo mostrarle la película ahora? ¿Por favor, Bennett?


Realmente, realmente quiero.

—Si te hace feliz —responde Bennett a su pregunta, pero parece que no


puedo concentrarme lo suficiente para entender lo que están hablando—.
Verás, nos encontramos cuando ustedes dos nos mandaron al carajo.
Pensé, un enemigo de tu enemigo es mi amigo. Supongo que puedes decir
que tenemos la misma manera de pensar.

Ese sonido. El sonido que conozco muy bien… Reed follando. Bennett
mueve mi cabeza, dándome ninguna otra opción que verlo. Lucho contra
la urgencia de enfermarme, trato de cerrar mis ojos, pero es inútil. Krystal
está sobre mí, abriéndolos y obligándome a verlo. Las lágrimas corren
por mi rostro mientras veo a Reed ir dentro de Krystal, desgarrando el
274 preservativo, colocándose otro y comenzando a follarse a la otra chica.

Krystal se inclina en mi oreja.

—¿Ves eso? Fue por eso que se casó conmigo, no contigo. Creo que esto
era nuestra luna de miel. Pasamos una semana en su cama, follando todo
el tiempo. Esa fue solo una de las chicas que le traje. Tengo más aquí por
si quieres verlos.

No sé cuánto tiempo llevo sentada con ellos metiendo agujas en mi brazo.


Con cada golpe, me vuelvo más y más aturdida, cada vez, observando a
Reed follarse a Krystal una y otra vez. A este punto, doy gracias por las
drogas con las que me están inyectando. Entre ver al hombre que amo
hacerle cosas a chicas que nunca supe que le gustaban y los golpes
constantes, necesito la droga… sea lo que sea.

Krystal se fue hace un buen rato, pero el tiempo es tan lejano de nada que
conozco. La puerta se abre de nuevo y la veo venir hacia Bennett.
—¿Pagó por el resto de los videos? —le pregunta a ella.

—Síp, está tan consternado con la idea de que Hadley vea el resto que nos
ha pagado por todo. Es hora de hacer la bola rodar en el resto de esta
mierda. El hermanito de la perra ya ha comenzado a buscarla.

—Está bien, busca las cosas y la alistaré.

Krystal corre y abraza a Bennett.

—No puedo creerlo. Estamos a punto de tener todo lo que queremos. —Lo
besa en la mejilla y luego se va corriendo Dios sabe adónde. No tengo
tiempo de reaccionar cuando el dolor por otro de los golpes de Bennett
irradia a través de mi cabeza.

La droga se apodera de mi cuerpo al minuto que me la inyecta. Bennett


me carga como a una muñeca y quedo reposando casi sin vida en los
brazos de un hombre que me odia, indefensa. Trato de resistir con todas
mis fuerzas, de mantener mis ojos abiertos, pero nada está funcionando.
¿Cuánto más puede soportar mi cuerpo? Bennett me arroja en la tina con
agua y continúa llevándola constantemente hasta que llega por encima
275 de mi boca. Trato con fuerzas de mantenerme por encima, pero no puedo.
Este es el momento en que moriré y todo porque no fui lo suficientemente
fuerte para lidiar con el dolor de mi corazón. Reed rompiendo mi
corazón… este es mi último pensamiento antes de morir.

Débil. Eso es lo que soy. Y la debilidad es lo que me matará.

Bennett y Krystal comienzan a pelear, pero sus voces son sofocadas


mientras el agua entra a mis oídos.
Capítulo 29
Reed

Está en la habitación 411 del Hotel Bordeaux. También vi a Krystal


saliendo del hotel con alguien. Voy a subir allí ahora.

—O
ye, Matt. Tenemos que irnos. Bash la encontró.

Matt se acerca, arrancando el teléfono de mi


mano y lee el mensaje de texto.

—Me voy y tú te vas a quedar aquí.

—Joder, no. Puede que tú seas su hermano, pero voy a ir.

276 —Bueno, vamos entonces, pero más vale te apartes de mi jodido camino.

Lanzo mi auto al estacionamiento y corro dentro del hotel. He tenido una


sensación de inquietud durante todo el viaje hasta aquí. Algo no está bien
acerca de que Krystal esté en el mismo hotel en el que se encuentra
Hadley. Esperando el ascensor, Matt comienza a ponerse nervioso.

—Amigo, relájate. Me estás volviendo loco.

Matt levanta la mirada y por primera vez desde que no podíamos


encontrar a Hadley, veo el miedo en sus ojos.

—Ella te contó sobre la vez que la encontré con una sobredosis, ¿verdad?
Tengo esa misma maldita sensación ahora mismo. Rezo por tu propio
bien que ella esté bien, porque si no lo está, estás jodidamente muerto. —
Matt se da vuelta y se concentra en el ascensor y entonces la
puerta finalmente se abre. Ambos estamos mudos como piedras mientras
corremos por el pasillo.

Pasamos las habitaciones 405, 407 y luego la 409. Vemos la habitación


411 al mismo tiempo y la puerta está abierta de par en par. Entramos en
la habitación, ambos intentado entrar primero… está jodidamente
destrozada. Jeringas y condones están por todo el lugar y ese maldito y
jodido video sexual está reproduciéndose en el televisor. Oigo a Matt
gritándome para que llame al 911. Agarro el teléfono y corro al baño,
deteniéndome ante la visión de Bash haciendo compresiones torácicas a
Hadley.

—911, ¿cuál es su emergencia?

No puedo decir nada, todo lo que puedo hacer es mirar a Hadley,


yaciendo ahí sin vida y no puedo salvarla.

—Este es el 911, ¿cuál es su emergencia?

La voz que atraviesa mi teléfono me despierta.

—Estoy en la habitación 411 en el Hotel Bordeaux. Creo que mi novia tuvo


una sobredosis.

—¿Está respirando?

—No lo… creo. Alguien está haciéndole reanimación cardiopulmonar en


277 este momento. Apresúrense.

Me arrodillo, agarrando la mano fría de Hadley, apretándola como


siempre lo hago y esperando que devuelva el jodido apretón, pero no
consigo nada. Me agacho para susurrarle al oído.

—Hadley Marie, por favor despierta. Te necesito conmigo, ahora y para


siempre. Tienes que quedarte conmigo, nena. Te amo con locura.

Y aun así nada.

Irrumpo en el hospital, forzando mi camino a través del desorden de


periodistas haciendo preguntas.

—¿Te culpas por esto?

—¿Esto tiene algo que ver con el video?

—¿Es cierto que aún están casados?


—Allí había informes sobre el uso de drogas, ¿tú también estabas
consumiendo?

Una mano agarra mi hombro con fuerza desde atrás. Mirando por
encima, veo a Kenny y a Lance empujándome a través de la locura hacia
la sala de emergencias.

Cinco horas más tarde, no escucho nada, ni una jodida palabra. No he


dejado mi maldito asiento en caso de que Matt salga a decirme algo. Solo
silencio. Miro a la gente entrar y salir a través de las puertas, pero nunca
son para mí. Lance se fue porque Courtney estaba volviéndose loca.
Kenny sigue caminando alrededor, pero yo permanezco en este jodido
lugar y espero. Presiono mi cabeza contra la pared y cierro mis ojos,
rezando por primera vez en mucho tiempo.

—¿Hijo? —Kenny asiente hacia la entrada y veo a William y a Mark


corriendo a través de esta.

—Hola, Reed. ¿Has oído algo? —pregunta William.


278 —Nada.

—Ella es fuerte, papá. Saldrá adelante. Tiene que hacerlo. —Mark luce mal,
muy mal para alguien que ha mantenido distancia con su hermana su
vida entera. Su cabello usualmente perfecto está por todos lados y sus
ojos están inyectados en sangre… nunca lo he visto lucir así antes.

Y por primera vez siento lástima por alguien más. William acaba de
perder a su esposa, Mark acaba de perder a su madre y ahora también se
enfrentan con perder a Hadley.

El tictac del jodido reloj en la pared me recuerda que todavía no sabemos


una mierda. Matt sale, respirando como si acabara de correr en una
maratón y dos doctores lo siguen de cerca. Él me ve, camina hacia mí y
me da un puñetazo de muerte en la nariz. Me caigo con él encima de mí.

—Suficiente, muchachos —dice William severamente, deteniendo a Matt


inmediatamente con el puño aun levantado en el aire. Mark lo aleja de mí
mientras Kenny me ayuda a levantarme.
—Tú hiciste esto y he estado cubriendo tu jodida espalda desde el primer
día. Creí tu mierda cuando dijiste que jamás le harías daño. ¡No mereces
estar aquí! —me grita Matt.

—Dije que es suficiente. Pongan esta mierda de lado por un maldito


minuto. Quiero saber acerca de mi pequeña.

Uno de los médicos nos introduce a través de las puertas dentro de una
habitación. Esa espantosa sala en la que sabes que no es bueno entrar.

—Sr. Thomas, por favor, tome asiento. Tenemos algunas cosas serias que
discutir con usted.

Miro a Matt y veo charcos de lágrimas en sus ojos.

—Estoy seguro de que todos saben que Hadley estaba metida en las
drogas. Acabamos de recibir su informe de toxicología y parece que tenía
grandes niveles de oxicodona en su sistema junto a grandes rastros de
cocaína. Quería hacerles saber que con niveles tan altos, no creemos que
se trate solo de drogarse. También parece que ha sido golpeada
severamente. Su rostro requirió algunos puntos de sutura, algunas
279 costillas fueron rotas, pero esas deberían sanar con el tiempo. Lo que más
me preocupa es que no estamos seguros de cuánto tiempo estuvo bajo el
agua. Está en coma ahora y tendremos que ver cuándo o si se despierta
para evaluar la magnitud de los daños a su cerebro. La buena noticia es
que muestra gran actividad cerebral, por lo que tenemos esperanzas.
Acaba de entrar en una habitación privada y la pueden ver en unos pocos
minutos.

—Quiero, por favor.

—Jodidamente como el infierno que no —dicen Matt y Mark al unísono

—Hijos, quieran creerlo o no, Hadley lo ama y lo necesita ahora. Puede


que sea capaz de ayudarla.

—Papá, ¿de verdad crees esa mierda? —pregunta Matt.

—Voy allí con él. Ustedes, muchachos, pueden esperar aquí hasta que se
calmen.

Mark se levanta y le susurra algo al oído y William solo asiente.


Levantándose, lo sigo hacia su habitación.
—Hadley… por favor, nena… despierta. —Salgo de mi silla y la beso en la
frente, como sé que ama—. Con locura.

Creé este demonio dentro de la mujer que amo. El dolor, la chica


jodidamente rota tendida justo aquí… yo causé esto. Cada jodida cosa que
ocurrió es el resultado del desastre que hice. Tengo que encontrar una
manera de ayudarla, de recogerla y hacerla completa de nuevo.

280
Epílogo

—A
puesto que es bueno estar en casa, nena.

Si tan solo supiera que este ya no es mi hogar.


Vivir con Reed, aquí y ahora, es lo último que
quiero.

—Síp, ¿dónde están Lucy y Loki? —Desperté tres semanas atrás, aún
recordando cada cosa que me sucedió. Cada vez que Reed me toca, lo veo
tocando a otra chica, a Krystal… a cualquiera menos a mí.

Familia, doctores y Reed hablaron de enviarme a rehabilitación cuando


desperté. No dije nada. Asentí y fui al centro de tratamiento. Hice lo
mínimo allí y hablé tan poco como fue posible con los que me visitaban,
excepto la policía. Les conté cada detalle enfermo de lo que me hicieron
281 Bennett y Krystal. Eso fue lo que finalmente me liberó… supieron que yo
no me inyecté a mí misma. Por suerte, fueron atrapados tratando de
recoger el dinero que Reed les pagó, así que nunca tengo que mirar sobre
mi hombro. Aparentemente, Bash tuvo algo que ver con rastrearlos a ellos
y al efectivo. Pero prestar atención a las personas hablando a mi
alrededor no es algo que haya estado haciendo, así que no sé nada más.

En el avión camino a casa, observé por la ventana mientras Reed sostenía


mi lánguida mano. No he hablado ni una palabra con él desde que
desperté, pero eso no lo ha detenido tratar de hablarme. Pero no quiero
que lo haga, no siento la necesidad de que lo haga. Todo lo que debería
haber dicho tuvo que haberse dicho meses atrás.

—Todavía en el veterinario. Los recogeré mañana. No quiero dejarte sola


aún. —Traducción, Reed tiene miedo de que vaya a drogarme.

—¿Puedes recogerlos ahora? Quiero a Lucy.

—Supongo. Déjame llamar y ver si Laura puede venir. ¿Pero podemos


hablar primero? No hemos hablado desde hace mucho y el doctor dijo
que es malo para tu recuperación si lo retienes dentro.
Ah sí, recuperación… porque tuve una sobredosis y casi morí. Porque
todos piensan que soy una adicta. No discutí con nadie por eso, incluso
después de que descubrieron lo que sucedió realmente. Todos pensaron
que di un paso adelante yendo al centro de tratamiento, lo que no es
cierto. No soy una adicta en el verdadero sentido de la palabra. La
pérdida de control que me ocasionaron las drogas es algo que no quiero
experimentar de nuevo.

—Confía en mí, no quieres escuchar lo que tengo que decir ahora. Ve a


buscar a Lucy o lo haré yo.

—Hadley, sí quiero saber. En el grupo, nos dijeron…

—¡Cállate la jodida boca, Reed! Trabaja en el programa, bla bla bla. ¡No
soy UNA JODIDA ADICTA! ¿Quieres saber lo que estoy pensando? Bien, te
lo diré. ¿No has escuchado la frase: “No folles con alguien con más
problemas que tú”? Bueno, Reed, tengo una jodida prueba de eso ahora
mismo. Y apaciguarte no está en el jodido final de mi lista. Toda esta
mierda. Todo es tu culpa. Mentiste en cada paso del camino. Te casaste y
Dios sabe qué pasó con tu jodido hijo. Y, honestamente, tampoco me
282 podría importar un carajo. Terminé con esta mierda, Reed —le escupo.

—Nena, no me dejarás siquiera explicarlo. No he sido genial, pero todo lo


que hice fue para jodidamente protegerte. Mira lo que hiciste cuando lo
descubriste… saliste corriendo y te drogaste. Dices que no eres una adicta,
pero eso es lo que ellos hacen, exactamente lo que hacen. Van y se drogan
para jodidamente largarse y eso es lo que hiciste. Eres una jodida adicta.
Habla conmigo.

—Estamos hablando ahora.

—No, Hadley… estamos discutiendo. Una gran jodida diferencia.

—Te acabo de decir cómo me sentía y me dijiste cómo te sentías. Eso me


suena a hablar. ¿Pero qué puedo saber yo?

—Grita, golpéame, corre, ve a ver a James… demonios, haz lo que sea… solo
no lo retengas dentro. Podemos arreglar esto juntos. Nos amamos lo
suficiente para no dejar que nada se interponga entre nosotros,
incluyendo esta mierda. Pero, nena, puedo sentir que te alejas,
colocándote una máscara para complacernos a todos. Veo tus ojos
percibirlo todo. Mataría por estar junto a ti, por ser quien te saque de todo
esto. Pero tienes que dejarme.
—Reed, en este momento, este amor del que estás hablando se siente
horriblemente como odio. Y ya no quiero sentirlo. Lo he sentido cada día
por casi seis años y he terminado.

—Nena, tienes que sentirlo… no te puedes drogar. Dijiste que me


perdonaste, pero esa es mierda más grande que hay. Déjame pelear esta
batalla contigo… para ti. Hads, quédate y hazlo conmigo. Pelea por
nosotros. Por mí. Por ti. Pelea para comenzar. Hadley, no puedo ayudarte
si no quieres. Habla conmigo. —Me suplica, sé que está frustrado. Pero ya
no me importa una mierda.

—Joder, Reed… no me voy a drogar, pero me voy a alejar jodidamente de


ti.

—¿Estás segura de que eso es lo que quieres, Hadley? Es un compromiso


de seis meses.

283 —Sí, James. Es lo correcto para mí.

—Estoy confiando en ti, Hadley, y colocando mi nombre en la línea por ti.


Será mejor que no flaquees.

—No lo haré.

—Está bien, entonces nos vamos mañana a la tarde. Te recogeré a las


siete. Eso nos deja suficiente tiempo de pasar por aduana sin tener que
apurarnos. ¿Estarás en casa de Reed o en la tuya?

—Estoy en mi casa ahora, empacando todo y buscando mi pasaporte,


pero supongo que debería ir de regreso a su casa o enviará una fiesta de
búsqueda por mí.

—¿Hadley?

—James, estoy bien. Lo prometo. —Cuelgo y lanzo mi teléfono en mi cama


y aterriza en la almohada de Reed. Maldita jodida almohada. La agarro a
esta y una caja de cerillas de mi mesa de noche. Camino afuera hacia
donde está la fogata, la lanzo allí y enciendo un cerillo y lo arrojo. Y la
veo quemarse hasta ser nada.
Trato de no moverme cuando Reed se mete en la cama. Tira de mí hacia
él y no puedo evitar tensarme. Tiene que saber que estoy despierta, pero
no dice nada. Solo se aferra a mí con fuerza, nunca dejándome ir.

Ya no puedo fingir. Soy débil, indefensa… para nada fuerte. No tiene nada
que ver con lo que Reed me hizo y todo que ver con quién soy como
persona. En algún punto, tengo que quebrarme, encontrar el yo del que
estoy orgullosa cuando miro al espejo. El yo que puedo amar. Sé que
nunca seré la misma y eso está bien, porque esto me cambió y me
moldeará en alguien mejor. Pero a veces el amor no es suficiente para
aferrarse. Puede que tenga que pelear todo desde aquí en más, puede que
luche por vivir, pero nunca me rendiré de nuevo.

Soy la única que puede salvarme.

284 Terminando mi taza de café, coloco mi carta en la mesada para que Reed
la vea. Es gracioso, todo este desastre comenzó con una nota y también
va a terminar con una. Irónico.

Caminando afuera en el momento que James entra al camino de entrada,


abro mi maletero y saco mi equipaje.

James se detiene y me ayuda a meter mis cosas en su auto. Cuando trepo


en el asiento de pasajero y cierro la puerta del auto, James me mira.

—Hadley, no te preguntaré de nuevo. ¿Pero estás segura que quieres


hacer esto?

Limpiando las lágrimas de mis ojos, digo:

—No estoy segura de que irme de este modo sea lo correcto, James. Pero
sí sé que quedarme aquí me destruirá más de lo que ya estoy y es por eso
que tengo que irme. Por mucho tiempo, busqué a alguien más para ser
feliz, para hacer que todo fuera mejor y ya no lo puedo hacer. No es
correcto. Así que, James, no es que quiera… es que necesito irme.

Al momento que James comienza a conducir, observo el espejo lateral y


veo a Reed en la entrada. Nunca olvidaré la mirada en su rostro. Acabo de
destrozar al hombre más fuerte que conocí porque yo no puedo ser lo
suficientemente fuerte.

Reed
—Loki, por favor deja de ladrar. —Me volteo para acurrucarme con
Hadley, pero no está aquí. Loki salta de la cama y corre abajo por las
escaleras, ladrando como loco hacia la puerta. Giro hacia la cocina y veo
una carta con mi nombre en ella. Sé lo que dice sin siquiera leerla y sé
que es su modo de despedida.

Reed,

Al escribir esta carta, sé lo que sentiste cuando escribiste la tuya. Dijimos


285 mucho ayer y mucho de eso necesitaba ser dicho. Estoy destrozada y si
me quedo, nunca podré regresar a ser yo misma. Tengo que amarme y
hasta que no haga eso, no puedo abrir mi corazón a nadie. Sé que
tratarías de arreglar esto, pero no todo lo que está roto necesita ser
arreglado. No es así de fácil y creo que es momento de dejarlo ir. Ya no
podemos vivir así. Es mejor que ambos digamos adiós, dejar que el otro se
vaya. Te fuiste para encontrarte a ti mismo, así que entiende que eso es lo
que estoy haciendo ahora. Perdí a mi verdadera yo hace tanto tiempo que
no estoy segura si siquiera existe. No voy a prometer que regresaré
porque no lo sé. Reed, ya no sé nada.

Vive tu vida, no te cierres. Eres una persona increíble y cuando dejas a las
personas entrar, es un regalo.

Te amo con locura.

Hadley

Dejo caer la carta al suelo mientras corro hacia afuera, visualizando las
luces de un auto acelerando, alejándose de mi casa. Ella quiere
encontrarse a ella misma… bien, genial. Pero está jodidamente loca si cree
que no lucharé por ella. Porque la vida no se supone que sea así. No se
supone que saques tu trasero después del primer round.

Lucharé por nosotros para que estemos juntos.

286
Fighting To Stay

P
ensaba que sabía qué era roto,
después de todo yo era la definición
de ello.

Pensaba que dominaba el arte de


recuperarme de un corazón roto; un
alma rota.

Pensaba que encontraría un nuevo tipo de


fuerza en los momentos de mi loca debilidad.

Pero cuando Reed Collins se convirtió en la


única cosa que me importaba, cuando se
convirtió en mi principio, medio y envidiable
287 final, nunca sería capaz de encontrar ninguna fuerza, porque le di todo de
mí.

Estaba demasiado dispuesta porque lo amaba. Sin razón, sin pensar, sin
temor a las consecuencias, porque eso es lo que significa realmente amar
a alguien con locura.

Minutos, días, meses pasaron desde mi partida, pero ninguna cantidad de


tiempo alivió el dolor de no estar allí. Ninguna cantidad de tiempo podría
jamás disminuir mi amor, mi necesidad, mi deseo por él.

Ahora estoy de vuelta, teniendo que enfrentar toda la verdad de la que


escapé. Se dijeron mentiras. Pero incluso después de todo el indescriptible
dolor que causó, todavía lo amo. Todavía lo deseo. Todavía respiro por él.

Estoy empezando a preguntarme si eso alguna vez cambiará.

Fighting Madly #2
Te esperamos con más
lecturas en:

288

También podría gustarte