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"Llena eres de gracia": La gracia es como una luz que Dios da al alma, y que nos hace ser buenos como Dios. La Virgen,
desde que nació, no solo no tuvo nunca ninguna mancha en su espíritu, porque no tenía pecado original, sino que tuvo
siempre su alma toda llena de la luz y del amor de Dios.
"El Señor es contigo": Desde que naciste, Dios estuvo siempre contigo, porque Dios estaba dentro de ti y tú estabas en
Dios, y ahora, que estás en los cielos, también Dios sigue contigo. ¡Dios está contigo, y nosotros también queremos estar
contigo en el cielo!
"Bendita tú eres entre todas las mujeres": Porque eres Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, y Esposa de Dios Espíritu
Santo. Nadie, ni el cielo ni en la tierra, se comparan a ti, porque eres más pura y más santa que todos los ángeles y santos
juntos.
"Y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús": Porque de tu vientre santo, lleno de la luz y del amor de Dios, nació el
bendito Niño Jesús, como un sol que atraviesa un cristal. ¡Bendito sea, ahora y para siempre, el fruto de tu vientre, Jesús!
"Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores": Madre del cielo, muchas veces nos portamos mal, y por
eso te pedimos a ti, que estás cerca de tu Hijo Jesús, que ruegues por nosotros, para que cada día que pasa aprendamos
a evitar el mal y obrar cada vez más el bien. ¡Ruega por nosotros, Madre de Dios y Madre nuestra, para que alejándonos
del pecado y de las obras malas, vivamos siempre contigo, refugiados en Tu Corazón Inmaculado!
"Ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.": Te pedimos que reces por nosotros, Madre de Dios, Virgen María,
ahora, en este momento, para que nuestros corazones se mantengan siempre dentro de tu Corazón Inmaculado, y para
que nunca se aparten de él, pero ruega también por nosotros el día de nuestra muerte, para que así, dentro de tu
Corazón, pasemos de esta vida a la otra vida, en el cielo, junto a ti y a Jesús, ¡para siempre!
"Dios te salve, María": El Ángel Gabriel viene del cielo, saluda a la Virgen de parte de Dios, y le dice: “¡Alégrate, Virgen
María, porque Dios te ha elegido para que seas la Madre de Dios Hijo, la Madre de Jesús!” Junto con el ángel, también
nosotros te saludamos y nos alegramos contigo, Dulce Virgen María.
"Llena eres de gracia": La gracia es como una luz que Dios da al alma, y que nos hace ser buenos como Dios. La Virgen,
desde que nació, no solo no tuvo nunca ninguna mancha en su espíritu, porque no tenía pecado original, sino que tuvo
siempre su alma toda llena de la luz y del amor de Dios.
"El Señor es contigo": Desde que naciste, Dios estuvo siempre contigo, porque Dios estaba dentro de ti y tú estabas en
Dios, y ahora, que estás en los cielos, también Dios sigue contigo. ¡Dios está contigo, y nosotros también queremos estar
contigo en el cielo!
"Bendita tú eres entre todas las mujeres": Porque eres Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, y Esposa de Dios Espíritu
Santo. Nadie, ni el cielo ni en la tierra, se comparan a ti, porque eres más pura y más santa que todos los ángeles y santos
juntos.
"Y Bendito es el fruto de tu vientre, Jesús": Porque de tu vientre santo, lleno de la luz y del amor de Dios, nació el
bendito Niño Jesús, como un sol que atraviesa un cristal. ¡Bendito sea, ahora y para siempre, el fruto de tu vientre, Jesús!
"Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores": Madre del cielo, muchas veces nos portamos mal, y por
eso te pedimos a ti, que estás cerca de tu Hijo Jesús, que ruegues por nosotros, para que cada día que pasa aprendamos
a evitar el mal y obrar cada vez más el bien. ¡Ruega por nosotros, Madre de Dios y Madre nuestra, para que alejándonos
del pecado y de las obras malas, vivamos siempre contigo, refugiados en Tu Corazón Inmaculado!
"Ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.": Te pedimos que reces por nosotros, Madre de Dios, Virgen María,
ahora, en este momento, para que nuestros corazones se mantengan siempre dentro de tu Corazón Inmaculado, y para
que nunca se aparten de él, pero ruega también por nosotros el día de nuestra muerte, para que así, dentro de tu
Corazón, pasemos de esta vida a la otra vida, en el cielo, junto a ti y a Jesús, ¡para siempre!