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Crisis judicial de Colombia

La Crisis judicial de Colombia hace referencia una crisis en el sistema judicial de larga
duración en la historia reciente en el que hay
congestión judicial desbordada, corrupción e impunidad.1 En la actualidad el sistema
judicial de Colombia enfrenta una crisis profunda debido a que hay un índice de impunidad
del 92 %. A lo que se le suma la baja calidad de las condenas, se estima que hay 1,6
millones de casos que no avanzan en los despachos judiciales del país en 2017, lo que ha
generado una imagen desfavorable del 80 % al sistema judicial. 2

Índice

 1Inicios
 2Casos de corrupción
 3Escándalos judiciales y políticos
 4Crisis penitenciaria y carcelaria
 5Intentos de reforma a la justicia
 6Repercusiones
 7Protestas
 8Referencias
 9Véase también
 10Enlaces externos

Inicios[editar]

Edificación del Palacio de Justicia de Colombia. Reconstruido después de la Toma del Palacio de
Justicia por parte del Movimiento 19 de abril (M-19) por orden de Pablo Escobar en 1985, su
reconstrucción culmino en 1995.3

Las condiciones del sistema de judicial en Colombia cambiaron luego la Toma del Palacio
de Justicia, el 6 de noviembre de 1985 por un comando del Movimiento 19 de abril (M-19)
por orden de Pablo Escobar al Palacio de Justicia. El M-19 mantuvo a cerca de 350
rehenes entre magistrados, consejeros de Estado, servidores judiciales, empleados y
visitantes del Palacio de Justicia. 4 Dicha incursión fue seguida de la reacción de la Policía
Nacional y el Ejército Colombiano, rodeando el edificio e iniciando una operación de
retoma del mismo que se extendió hasta el jueves 7 de noviembre de 1985. Los hechos
culminaron 27 horas después, dejando un saldo de 98 muertos y varios desaparecidos.5
Esto significó un antes y un después para la institucionalidad de la justicia colombiana,
pues los altos tribunales tenían una gran credibilidad en esa época y un profundo respeto
en diferentes estancias de la vida nacional. Antes de la Constitución de 1991 la Corte
Suprema de Justicia estaba compuesta por juristas elegidos mediante meritocracia.6
Después de la Constitución de 1991, la elección de los magistrados de las Altas Cortes
está a cargo del Senado de la República (Poder Legislativo) y el Presidente de
Colombia(Poder Ejecutivo), quienes seleccionan los futuros miembros de las Altas Cortes
mediante ternas presentadas por el Consejo de Estado y la Corte Suprema, estableciendo
límites a los poderes que el máximo ente de justicia poseía antes de la Constitución de
1991 y generando debilidad institucional del Estado, clientelismo, corrupción, politización
de la justicia, fracaso del sistema penal acusatorio e impunidad.6789
En 1994 el expresidente César Gaviria expresaba:
...La pobreza, la impunidad y la violencia, constituyen los peores males que aquejan a la sociedad
colombiana y que, de manera determinante le han impedido alcanzar su potencial... Comencemos
por el tema de la impunidad, que no es otro que el de la ausencia de justicia. Pues bien, en este
terreno hemos empezado a edificar en firme sobre los cimientos que nos dejó la Carta de 1991...Sin
embargo, la ruta no termina allí...10

En 1996 el sistema judicial colombiano investigaba únicamente uno de cada tres


homicidios, en la mayoría de los casos desconocía las circunstancias en las que se
cometieron cerca del 80% de los casos de muertes violentas, dejaba libres a más del 80%
de los homicidas, juzgaba solo el 6% de los casos y se condenaba el 4% de los homicidas.
De esta manera, el 96% de las muertes violentas quedaban impunes en el país. En 2002
el entonces Fiscal General de la Nación afirmaba: “Para analizar el estado de la justicia es
menester referirse al equipo judicial con que cuenta nuestro país para combatir la
criminalidad, entiéndase los homicidios bajo análisis. En efecto, Colombia tiene solo 10
fiscales por cada 100 homicidios, esta cifra se eleva a 120 fiscales en el caso de Perú, 100
en Panamá, 145 en Grecia, a 200 fiscales en la justicia alemana y a la no despreciable
cifra de 250 fiscales en Inglaterra, para citar solo algunos casos”.10
Por su parte el fenómeno de la corrupción en Colombia ha generado problemáticas como
el de la de puerta giratoria que permite a algunos magistrados trasladarse de una alta
corporación a otra, el tráfico de influencias donde familias de magistrados obtienen cargos
en los órganos de control u otras organizaciones, denuncias de persecución política y
grabaciones ilegales que dan cuenta de los móviles políticos de la Corte Suprema de
Justicia entre el 2002-2010 durante el gobierno de Álvaro Uribe y las demoras en llenar
vacantes al elegir funcionarios durante su gobierno, como ocurrió con el nombramiento de
fiscal general durante los años 2009-2011 y denuncias que implicaban a magistrados por
el uso indebido de vehículos del Estado o aceptación a invitaciones a cruceros.2
Tras su elección en 2010 uno de los primeros objetivos del expresidente Juan Manuel
Santos consistió en el restablecimiento de las relaciones entre el Poder Judicial y
el Ejecutivo colombiano, debilitadas durante la presidencia de Álvaro Uribe; para ello
encargó al entonces designado ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras,
sostener diálogos con los jueces y magistrados de la nación. De estas primeras reuniones
surgió el acuerdo de no presentar reformas a la Justicia sin antes concertar con las Altas
Cortes.11
En 2012 el expresidente Juan Manuel Santos señalaba:
Somos el país 178 entre 183, es decir, somos la sexta justicia más lenta del mundo (…) De acuerdo
con los datos del Banco Mundial, el proceso tipo del Doing Business tarda en resolverse 1.346 días,
es el doble del promedio de duración en América Latina y el doble del promedio en África.12

En 2017 aproximadamente de 8,1 millones de necesidades jurídicas declaradas, se


resolvían 1,1 millones, esto es, el 13 %; de cada 100 homicidios, se condenaban ocho lo
que genera un índice de impunidad del 92 %. A lo que se le suma la baja calidad de las
condenas, se estima que había 1,6 millones de casos que no avanzan en los despachos
judiciales del país. El sistema judicial colombiano tiene una imagen desfavorable del
80 %.2

Casos de corrupción[editar]
En febrero de 2015, el entonces magistrado de la Corte Constitucional, Mauricio González
Cuervo, radicó una acusación ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de
Representantes contra su colega magistrado y entonces presidente de la misma
corte, Jorge Pretelt, quien supuestamente habría pedido $500 millones de pesos (más de
USD$200.000 dólares a la tasa de febrero de 2015) al abogado Víctor Pacheco, para fallar
una tutela que debía resolver la Corte a favor de la firma Fidupetrol.13
En 2017 el Escándalo en la Fiscalía General de la Nación y en la Corte Suprema de
Justicia, este último llamado "El Cartel de la toga" fue escándalo de corrupción judicial y
política, en el cual miembros de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, a través de
fiscales anticorrupción, obtenían dinero a cambio de demorar o desviar procesos en contra
de quienes sobornaban. Se destapó en 2017, y es considerado un caso ejemplar de
disfuncionalidad judicial del Estado Colombiano. El 27 de junio fue capturado por agentes
del CTI de la Fiscalía General de la Nación, el que fuera hasta ese día el Jefe de la Unidad
Anticorrupción del ente acusador; Luis Gustavo Moreno, acusado, junto a un abogado
Leonardo Pinilla, de pedirle dinero al exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, a
cambio de desviar indagaciones que cursan en su contra por posible malversación de
recursos que superan los $10.000 millones de pesos (USD$3.322.260 dólares a la tasa de
febrero de 2017), de lo cual sería investigado formalmente por delitos como concierto para
delinquir, interés indebido en la celebración de contratos y peculado por apropiación.
Lyons, quien pasó a ser cooperante del Departamento de Justicia de Estados Unidos,
denunció que Pinilla y el Jefe Anticorrupción Moreno (quien apenas llevaba un mes en el
cargo como fiscal anticorrupción) se le habían acercado para pedirle $100 millones
(USD$33.200 dólares a la tasa de febrero de 2017) a cambio de entregarle copias de
declaraciones juradas de testigos que habían hablado en la Fiscalía en su contra. 14151617 18
La DEA le preparó una trampa a Moreno en Miami, Estados Unidos, donde le dio a Lyons
(USD$10.000 dólares a la tasa de febrero de 2017) con billetes marcados para que le
entregara a Moreno con el objetivo de rastrearlos. La Fiscalía de Colombia, sabiendo de
antemano la operación de la DEA, envía a Moreno para entrevistarse con Lyons; luego, el
dinero marcado es descubierto en manos del Jefe Anticorrupción y sus familiares en el
vuelo de regresó a Colombia. El Departamento de Justicia estadounidense descubrió que
Pinilla y Moreno, este último aprovechándose de su cargo, inundarían a sus fiscales con
trabajo para que no pudieran concentrarse en el expediente del cooperante Lyons a
cambio de $400 millones (USD$132.890 dólares a la tasa de febrero de 2017) y una
“adición” de USD$30.000 dólares que aspiraba recibir antes de irse de Estados Unidos.
Por estos hechos, la Corte del Distrito Sur de la Florida le va a endilgar a Moreno y a
Pinilla los cargos de conspiración para lavar dinero con la intención de promover un
soborno, haciendo formal la solicitud de extradición a Colombia,19 además de la
investigación que se les abrió en el país por el delito de concusión. Luego de este suceso,
la Fiscalía ha procedido a capturar más de 50 de sus funcionarios a nivel nacional por
hechos similares, varios de ellos podrían ser solicitados en extradición por Estados
Unidos.20 Luis Gustavo Moreno, luego de confesar su delito, atestiguo en la Fiscalía contra
dos exmagistrados de la Corte Suprema de Justicia; José Leonidas Bustos y Francisco
Javier Ricaurte (a los cuales Estados Unidos les canceló la visa para ingresar a este país),
manifestando que estos absolvieron a los entonces senadores Luis Alfredo
Ramos, Hernán Andrade y Musa Besayle de investigaciones en su contra y que, por
gestiones de Moreno y Pinilla, fallaron a favor de los congresistas a cambio de coimas; la
investigación contra los exmagistrados esta en curso en la Comisión de Acusaciones de la
Cámara de Representantes.21
Por su parte, el senador Besayle admitió ante la Corte Suprema de Justicia que, en efecto,
pagó dos mil millones de pesos (USD$681.663 dólares) al exfiscal Moreno y al
exmagistrado Bustos para beneficiarle en un proceso en su contra por parapolítica, de una
cantidad inicial de seis mil millones (USD$2`044.990 dólares a la tasa de febrero de 2017)
solicitada por estos.22 La Comisión de Acusaciones esta investigando además al actual
magistrado de la corte Gustavo Malo, quien también estaría salpicado en el escándalo de
sobornos del alto tribunal; la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia le pidió al
magistrado implicado apartarse del cargo mientras continúe la investigación en su contra,
petición rechazada por este afirmando que es inocente. Su hija, Yara Malo, será imputada
por la Fiscalía por los delitos de extorsión agravada, al amenazar a una fiscal de Bogotá
con "mover sus influencias" para hacerla despedir del cargo o trasladarla a un sector con
problemas de orden público si no accedía a pagarle cierta cantidad de dinero por haberla
ayudado a ingresar a trabajar en el ente acusador.2324 La Comisión de Acusaciones
confirmó que el caso del exmagistrado Ricaurte queda bajo jurisdicción de la Fiscalía,25 la
cual le emitió orden de captura con detención en establecimiento carcelario por parte de un
juez.26 Por su parte, la Corte Suprema emitió el 25 de septiembre una orden de captura
contra Musa Besayle por los delitos de cohecho y peculado, quien se entregó al CTI de la
Fiscalía en Montería a comienzos de octubre.2728 Otros implicados en el escándalo
del Cartel de la Toga son: El exmagistrado de la Corte Suprema, Camilo Tarquino, y el
senador Álvaro Ashton.29

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