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“El saber, cursos sobre Foucault” es un compendio realizado acerca de las clases llevadas a
cabo por Guilles Deleuze a lo largo del curso dictado en la Universidad de Vincennes entre el 22
de octubre y el 17 de diciembre de 1985. En este primero de los tres tomos del curso (dedicado al
saber), se encuentran documentadas 8 clases, de las cuales, solo usaremos la clase numero dos para
situar discusiones y temas angulares en los postulados de Foucault retomados por las clases de
Guilles, en relación con lo que él denomina “El saber y los enunciados”.
En primera medida, Guilles toma como base la recapitulación de la sesión inmediatamente
precedente, en la cual, trataron temas relacionados con la arqueología y su definición según los
postulados de Foucault, de donde surge la idea de “Ver y hablar” sobre lo cual, Guilles precisa que
“Lo visible y lo enunciable, o si prefieren, las visibilidades y los enunciados constituyen dos formas
estables en cada época” (Pág. 35), de manera que, a groso modo, lo que define una época, es lo
que se ve y lo que se dice. Estos dos conceptos, son involucrados en gran parte de las obras
realizadas por Foucault. Siguiente a esto, se abre paso con el abordaje del concepto de “formación
histórica” término sobre el cual alude diciendo que “las formaciones históricas se definen por un
régimen de enunciados y un campo de visibilidad” (Pág. 36), y que, de igual forma, se construyen
a partir de una suerte de entrecruzamiento entre dos formas estables en cada época, es decir, lo
visto y lo dicho, lo visible y lo enunciable. Pero entonces, volviendo al tema con el que Guilles
inició su clase, ¿Qué es la arqueología? Pues bien, este hace referencia a la arqueología como una
disciplina que analiza los archivos, es decir, la recopilación audiovisual de cada época, “pero el
archivo no es la historia, es la determinación de dos elementos, es decir, de las condiciones de
visibilidad y de enunciabilidad” (Pág. 40).
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Se podría decir entonces que gran parte del trabajo realizado por Foucault vislumbrado en
las obras que llevó a cabo a lo largo de su vida se basó en el análisis de ciertas formaciones
históricas. Esto, lo podemos evidenciar en trabajos como Vigilar y castigar e Historia sobre la
locura, en donde, por ejemplo, en este último, se logra evidenciar cómo a lo largo del siglo XVII
el hospital general hace ver a la locura bajo tal o cual clase visual, y de igual forma, el objeto
discursivo que gira entorno a la locura y que la constituye en el campo de lo enunciable, es la “sin
razón”, mientras que en épocas como las enmarcadas en el siglo XIX el sentido de la visibilidad
de la locura se remitía al asilo psiquiátrico, lo cual, la dotaba de una visibilidad completamente
distinta, de otra manera completamente diferente de ver. En Vigilar y castigar, por su parte, se
observa cómo el crimen durante el siglo XVIII adquiere un nuevo campo de visibilidad que gira
entorno a la prisión, y su objeto discursivo que constituye su enunciabilidad pasa a ser la
delincuencia. Así pues, por medio de la ejemplificación de Guilles en los trabajos de Foucault,
buscaba evidenciar cómo estas formaciones históricas no ven lo mismo, no dicen lo mismo, de
modo que “las visibilidades y los enunciados son las variables de cada formación. Varían de una
formación a otra” (Pág. 36).
Así pues, Deleuze sitúa el trabajo realizado por Foucault en un lugar ajeno al de un
historiador, no se opone a tal desempeño pero su labor no se reduce a la de ser un historiador,
precisando que su asunto y sus abordajes iban por otro lado, su vertiente era más filosófica y su
eje central se basaba en el cuestionamiento acerca de bajo qué condiciones algo es posible, es
decir, las condiciones que vuelven posibles los comportamientos y las mentalidades de una época.
De allí, se derivan conceptos de vital importancia en dichos abordajes, por un lado, está el empleo
del término “a priori” en la arqueología del saber, en donde a diferencia de Kant que situaba el
término “a priori” en contraposición con el término “histórico”, para Foucault los a priori son
históricos, es decir, “se trata de las condiciones de visibilidad y de enunciabilidad que permiten
definir una época” (Pág. 38). Por otro lado, encontramos las llamadas estratificaciones, las cuales,
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El ultimo tópico que Guilles aborda en este último tramo de su clase es acerca de Foucault
y su oposición con la fenomenología, diciendo que para él, no hay una experiencia originaria, y
que en reemplazo de esta fenomenología propone una epistemología, situando, que toda
experiencia es experiencia en tanto está ligada o captada en un saber, de modo que en todo estrato
o formación histórica todo es saber, no hay más que saber, lo cual, conlleva a separar el sentido
que se le otorga al saber y el conocer.