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Los 5 micromachismos que debemos evitar en la educación de

los más pequeños


Los micromachismos son sutiles actitudes o comportamientos que se realizan en la vida cotidiana para perpetuar
el dominio de lo masculino

 Los colores no tienen género: tradicionalmente se ha asociado el color rosa con las niñas y el
color azul con los niños. Los adultos, por nuestra parte, podemos contribuir a no marcar con
colores el género de niños y niñas en la ropa, la decoración de sus habitaciones o en sus
complementos.
 Todos ayudamos con las tareas del hogar: involucrar a los niños en las tareas del hogar nos
permite fomentar la autonomía y el sentido de la responsabilidad entre los más pequeños. En
este sentido, debemos involucrar por igual a los hijos y a las hijas. Lo más importante, en todas
las edades, es educar con el ejemplo. Papá y mamá se repartirán las tareas del hogar a partes
iguales. En el caso de que uno de los miembros de la familia no trabaje fuera de casa y se
encargue del cuidado del hogar, se entenderá que esta responsabilidad recaiga más en esa
persona, pero la otra parte también colaborará y participará activamente.
 Juguetes: los juguetes no deberían ser productos exclusivos de un género y no deberían limitar
la creatividad y el desarrollo de las capacidades. De la misma forma que los colores, debemos
dar la oportunidad de poder divertirnos, aprender y desarrollar procesos madurativos a través
de los juguetes sin distinción de género. Se trata de romper con la idea de asociar a las niñas
solo con juguetes que tienen que ver con la belleza o el cuidado y a los niños con la acción, las
construcciones y los deportes. Tan interesante puede ser para una niña desarrollar sus
habilidades motrices y sociales a través de juegos con la pelota, como para u n niño desarrollar
su sensibilidad y empatía a través del cuidado de una muñeca.
 Las niñas también pueden marcar goles: Las niñas pueden ser tan buenas en los deportes
como los niños, solo hay que darles la oportunidad de desarrollar sus habilidades. Cada vez hay
más niñas que juegan al fútbol, deporte tradicionalmente masculino. Hay que facilitar espacios
de juegos comunes, compartidos, donde sean respetadas en su deseo de jugar también al fútbol.
 Profesiones: las profesiones tampoco tienen género. Podemos animar a niños y niñas a que
puedan desear ser lo que quieran, a que sueñen con aquello que les fascina o admiran, y ofrecer
ejemplos de hombres y mujeres que puedan ser referentes en esa profesión: desde mujeres
policías, astronautas o científicas a hombres enfermeros, cocineros o modistos .

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