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“AÑO DEL BUEN SERVICIO AL CUIDADANO”

CURSO : Ecología Acuática

APELLIDOS Y NOMBRES : Francia Huayac, Juan Adolfo

DOCENTE : Msc. Ramón León Yovera

CICLO : II

SUB TEMA : Reconocimiento del Ciclo


biogeoquímico.

HUACHO – PERÚ
2017
I. PRESENTACION.
Un ciclo bioquímico, término que deriva del griego bio (vida), tierra y química se
refiere al movimiento de los elementos de ozono, nitrógeno, oxigeno, hidrogeno,
calcio, sodio, azufre, fosforo, potasio y otros elementos entre los seres vivos y el
ambiente (atmosfera, biomasa y sistemas acuáticos) mediante una serie de
procesos: producción y descomposición. En la biosfera la materia es limitada de
manera que su reciclaje es un punto clave en el mantenimiento de la vida en la
tierra; de otro modo, los nutrientes y la vida desaparecerían.
II. OBJETIVOS.
 Estudiar los distintos ciclos biogeoquímicos que se presentan en la tierra y
la influencia que estos tienen para el desarrollo de la vida.
 Identificar a partir de las consultas desarrolladas que relación existen entre
la geografía y los ciclo biogeoquímicos.
 Conocer que son los ciclo biogeoquímicos.
 Analizar la importancia de los ciclo biogeoquímicos.
III. RESUMEN.
Empezamos la práctica alas 3:15p.m todo el salón se dividió en dos grupos (A-B)
luego nos formamos en grupo de tres para empezar con la práctica que se refería
a los reconocimientos del ciclo bioquímico investigamos sobre el tema e hicimos
un mapa conceptual por cada ciclo.
IV. ANTECEDENTES.

El ciclo del carbono es el ciclo biogeoquímico por el que el carbono se


intercambia entre la biosfera, pedosfera, geosfera, hidrosfera y la atmósfera de
la Tierra. Junto con el ciclo del nitrógeno y el ciclo del agua, el ciclo del carbono
comprende una secuencia de eventos que es clave para hacer a la Tierra capaz de
sostener vida; describe el movimiento de carbono al ser reciclado y reusado por la
biosfera, incluido los sumideros de carbono.
El balance global del carbono es el equilibrio de los intercambios (ingresos y pérdidas)
de carbono entre las reservas de carbono o entre un bucle concreto (por ejemplo,
atmósfera ⇔ biosfera) del ciclo del carbono. Un examen del balance de carbono de una
reserva o depósito puede proporcionar información aproximadamente si este está
funcionando como una fuente o sumidero de dióxido de carbono. El ciclo del carbono
fue inicialmente descubierto por Joseph Priestley y Antoine Lavoisier y fue popularizado
por Humphry Davy.

COMPONENTES PRINCIPALES

El ciclo de carbono global ahora normalmente se divide en los siguientes depósitos


principales interconectados por rutas de intercambio:
 La atmósfera.
 La biosfera terrestre.
 Los océanos, incluido el carbono inorgánico disuelto y la biota marina viva e
inerte.
 Los sedimentos, incluido los combustibles fósiles, los sistemas de agua fresca y
el material orgánico inerte.
 El interior de la Tierra, carbono del manto y la corteza terrestre. Estos almacenes
de carbono interaccionan con los otros componentes a través de procesos
geológicos.
Los intercambios de carbono entre reservas ocurren como resultado de varios procesos
químicos, físicos, geológicos y biológicos. El océano contiene el depósito activo más
grande de carbono cerca la superficie de la Tierra2 Los flujos naturales de carbono entre
la atmósfera, océano, ecosistemas terrestres y sedimentos están bastante equilibrados,
de modo que los niveles de carbono serían relativamente estables sin la influencia
humana.

Reservas de carbono en los depósitos más importantes de la


Tierra
Reserva Cantidad (gigatones)
Atmósfera 720
Océanos (total) 38 400
Total inorgánico 37 400
Total orgánico 1000
Capa superficial 670
Capa profunda 36 730
Litosfera
Carbonatos sedimentarios > 60 000 000
Querógenos 15 000 000
Biosfera terrestre (total) 2000
Biomasa viva 600 - 1000
Biomasa muerta 1200
Biosfera acuática 1-2
Combustibles fósiles (total) 4130
Carbón 3510
Aceite 230
Gas 140
Otros (turba) 250

El ciclo del nitrógeno es el conjunto cerrado de procesos biológicos y abióticos en que


se basa el suministro de este elemento a los seres vivos. Es uno de los
importantes ciclos biogeoquímico de que depende el equilibrio dinámico de
composición de la biosfera.

EFECTOS
Los seres vivos cuentan con una gran proporción de nitrógeno en su composición
química. El nitrógeno oxidado que reciben como nitrato (NO3–) es transformado a
grupos aminoácidos (asimilación). Para volver a contar con nitrato hace falta que
los descomponedores lo extraigan de la biomasa dejándolo en la forma reducida
de ion amonio (NH4+), proceso que se llama amonificación; y que luego el amonio sea
oxidado a nitrato, proceso llamado nitrificación.
Así parece que se cierra el ciclo biológico esencial. Pero el amonio y el nitrato son
sustancias extremadamente solubles, que son arrastradas fácilmente por la escorrentía
y la infiltración, lo que tiende a llevarlas al mar. Al final todo el
nitrógeno atmosférico habría terminado, tras su conversión, disuelto en el mar.
Los océanos serían ricos en nitrógeno, pero los continentes estarían prácticamente
desprovistos de él, convertidos en desiertos biológicos, si no existieran otros dos
procesos, mutuamente simétricos, en los que está implicado el nitrógeno atmosférico
(N2). Se trata de la fijación de nitrógeno, que origina compuestos solubles a partir
del N2, y la desnitrificación, una forma de respiración anaerobia que devuelve N2 a la
atmósfera. De esta manera se mantiene un importante depósito de nitrógeno en el aire
(donde representa un 78 % en volumen).
El ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre los
distintos compartimentos que forman la hidrosfera. Se trata de un ciclo
biogeoquímico en el que hay una intervención mínima de reacciones químicas, porque
el agua casi sólo se traslada de unos lugares a otros o cambia de estado físico.
El agua de la Tierra se encuentra en su mayor parte en forma líquida,
en océanos y mares, como agua subterránea, o formando lagos, ríos y arroyos en la
superficie continental. La segunda fracción, por su importancia, es la del agua
acumulada como hielo sobre los casquetes glaciares antártico y groenlandés, con una
participación pequeña de los montaña de latitudes altas y medias, y de la banquisa.
Por último, una fracción menor está presente en la atmósfera, en estado
gaseoso (como vapor) o en estado líquido, formando nubes. Esta fracción atmosférica
es muy importante para el intercambio entre los compartimentos para la circulación
horizontal del agua, de manera que, se asegura un suministro permanente de agua, a
las regiones de la superficie continental alejadas de los depósitos principales.
El agua de la hidrosfera procede de la desgasificación del manto, donde tiene una
presencia significativa, por los procesos del vulcanismo. Una parte del agua puede
reincorporarse al manto con los sedimentos oceánicos de los que forma parte cuando
éstos acompañan a la litosfera en subducción.

EFECTOS QUIMICOS DEL AGUA


El agua, al recorrer el ciclo hidrológico, transporta sólidos y gases en disolución.
El carbono, el nitrógeno y el azufre, elementos todos ellos importantes para los
organismos vivientes, unos son volátiles (algunos como compuestos) y solubles, y por
lo tanto, pueden desplazarse por la atmósfera y realizar ciclos completos, semejantes al
ciclo del agua y otros solo solubles por lo que solo recorren la parte del ciclo en que el
agua se mantiene líquida.
La lluvia que cae sobre la superficie del terreno contiene ciertos gases y sólidos
en disolución. El agua que pasa a través de la zona insaturada de humedad del
suelo recoge dióxido de carbono del aire y del suelo y de ese modo aumenta de acidez.
Esta agua ácida, al llegar en contacto con partículas de suelo o roca madre, disuelve
algunas sales minerales. Si el suelo tiene un buen drenaje, el flujo de salida del
agua freática final puede contener una cantidad importante de sólidos disueltos, que
irán finalmente al mar.
En algunas regiones el sistema de drenaje tiene su salida final en un mar interior, y no
en el océano, son las llamadas cuencas endorreicas. En tales casos, este mar interior
se adaptará por sí mismo para mantener el equilibrio hídrico de su zona de drenaje y el
almacenamiento en el mismo aumentará o disminuirá, según que la escorrentía sea
mayor o menor que la evaporación desde el mismo. Como el agua evaporada no
contiene ningún sólido disuelto, éste queda en el mar interior y su contenido salino va
aumentando gradualmente.
Si el agua del suelo se mueve en sentido ascendente, por efecto de la capilaridad, y se
está evaporando en la superficie, las sales disueltas pueden ascender también en el
suelo y concentrarse en la superficie, donde es frecuente ver en estos casos un estrato
blancuzco producido por la acumulación de sales.
Cuando se añade agua de riego, el agua es transpirada, pero las sales que haya en
ésta quedan en el suelo. Si el sistema de drenaje es adecuado, y se suministra suficiente
cantidad de agua en exceso, como suele hacerse en la práctica del riego superficial, y
algunas veces con el riego por aspersión, estas sales se disolverán y serán arrastradas
al sistema de drenaje. Si el sistema de drenaje falla, o la cantidad de agua suministrada
no es suficiente para el lavado de las sales, éstas se acumularán en el suelo hasta tal
grado en que las tierras pueden perder su productividad. Éste sería, según algunos
expertos, la razón del decaimiento de la civilización Mesopotámica, irrigada por los
ríos Tigris y Éufrates con un excelente sistema de riego, pero con deficiencias en el
drenaje.

El potasio es un elemento químico de la tabla periódica cuyo símbolo químico es K,


cuyo número atómico es 19. Es un metal alcalino de color blanco-plateado, que abunda
en la naturaleza en los elementos relacionados con el agua salada y otros minerales.
Se oxida rápidamente en el aire, es muy reactivo, especialmente en agua, y se parece
químicamente al sodio. Es un elemento químico esencial.
El potasio (del latín científico potassium, y éste del alemán pottasche, ceniza de pote)
nombre con que lo bautizó Humphrey Davy al descubrirlo en 1807, fue el primer
elemento metálico aislado por electrólisis, en su caso del hidróxido de potasio (KOH),
compuesto de cuyo nombre latino, Kalĭum, proviene el símbolo químico del potasio.
El propio Davy hacía el siguiente relato de su descubrimiento ante la Royal Society of
London el 19 de noviembre de 1807: Coloque un pequeño fragmento de potasa sobre
un disco aislado de platino que comunicaba con el lado negativo de una batería eléctrica
de 250 placas de cobre y zinc en plena actividad. Un hilo de platino que comunicaba
con el lado positivo fue puesto en contacto con la cara superior de la potasa. Todo el
aparato funcionaba al aire libre. En estas circunstancias se manifestó una actividad muy
viva; la potasa empezó a fundirse en sus dos puntos de electrización. Hubo en la cara
superior (positiva) una viva efervescencia, determinada por el desprendimiento de un
fluido elástico; en la cara inferior (negativa) no se desprendía ningún fluido elástico,
pero pequeños glóbulos de vivo brillo metálico completamente semejantes a los
glóbulos de mercurio. Algunos de estos glóbulos, a medida que se formaban, ardían con
explosión y llama brillante; otros perdían poco a poco su brillo y se cubrían finalmente
de una costra blanca. Estos glóbulos formaban la sustancia que yo buscaba; era un
principio combustible particular, era la base de la potasa: el potasio.
La importancia del descubrimiento radica en que confirmó la hipótesis de Antoine
Lavoisier de que si la sosa y la potasa reaccionaban con los ácidos de igual modo que
los óxidos de plomo y plata era porque estaban formados de la combinación de un metal
con el oxígeno, extremo que se confirmó al aislar el potasio y tan solo una semana
después el sodio por electrólisis de la sosa. Además, la obtención del potasio permitió
el descubrimiento de otros elementos, ya que dada su gran reactividad es capaz de
descomponer óxidos para combinarse y quedarse con el oxígeno; de este modo
pudieron aislarse el silicio, el boroy el aluminio.
ABUNDANCIA
El potasio constituye del orden del 2,4 % en peso de la corteza terrestre siendo el
séptimo más abundante. Debido a su solubilidad es muy difícil obtener el metal puro a
partir de sus minerales. Aun así, en antiguos lechos marinos y de lagos existen grandes
depósitos de minerales de potasio (carnalita, langbeinita, polihalita y silvina) en los que
la extracción del metal y sus sales es económicamente viable.
V. ESQUEMA.
VI. MATERIALES.
-Regla.
-Hojas.
-Lapiceros.
-Internet.
-Libros.

VII. PROCEDIMIENTO.
Siendo las 3:15p.m empezamos con la práctica número VIII llamada reconocimientos
de los ciclos biogeoquímicos, todos los integrantes del salón nos dividimos en dos
grupos (A-B) para un mejor orden al empezar la práctica, nos formamos en grupos de
tres personas, empezamos a leer nuestras separatas para poder hacer un mapa
conceptual de cada ciclo bioquímico, se nos hizo muy importante cada lectura de los
ciclos biogeoquímicos siendo así anotamos lo más importante en nuestro mapa
conceptual.

VIII. OPINION DEL ALUMNO.


En mi opinión esta práctica es muy importante ya que nos ayuda saber cada concepto
de cada ciclo biogeoquímico, nos ayuda a reconocerlos.

IX. CONCLUSION.
En conclusión los ciclos biogeoquímicos son de extraordinaria importancia porque
gracias al mismo es posible la vida en el planeta. De esta manera la importancia del
fenómeno estriba en el hecho de dar cuenta de la manera en que los organismos se
vinculan con el medio ambiente a un nivel elemental.

X. RECOMENDACIONES.
 Realizar más actividades en el aula que favorezcan el trabajo grupal y
cooperativo.
 Aplicar de manera continua la estrategia de la indagación para promover el
desarrollo de habilidades del pensamiento, comunicativas y sociales.
 Realizar una salida de campo que permita reforzar los conceptos relacionados
con los reconocimientos de los ciclos biogeoquímicos.
XI. CUESTIONARIO.
1.- Conoce como ocurre la transferencia y cambios de agua provenientes del sol
y como fluye la energía a través de los sistemas biológicos.

2.- Conoce todos los procesos involucrados en cada uno de los ciclos
biogeoquímicos.

Aunque el carbono es un elemento muy raro en el mundo no viviente de la tierra,


representa alrededor del 18% de la materia viva. La capacidad de los átomos de carbono
de unirse unos con otros proporciona la base para la diversidad molecular y el tamaño
molecular, sin los cuales la vida tal como la conocemos no podría existir.
Fuera de la materia orgánica, el carbono se encuentra en forma de bióxido de carbono
(CO2) y en las rocas carbonatadas (calizas, coral). Los organismos autótrofos -
especialmente las plantas verdes- toman el bióxido de carbono y lo reducen a
compuestos orgánicos: carbohidratos, proteínas, lípidos y otros. Los productores
terrestres obtienen el bióxido de carbono de la atmósfera y los productores acuáticos lo
utilizan disuelto en el agua (en forma de bicarbonato, HCO3-). Las redes alimentarias
dependen del carbono, no solamente en lo que se refiere a su estructura sino también
a su energía.
En cada nivel trófico de una red alimentaria, el carbono regresa a la atmósfera o al agua
como resultado de la respiración. Las plantas, los herbívoros y los carnívoros respiran y
al hacerlo liberan bióxido de carbono. La mayor parte de la materia orgánica en cada
nivel trófico superior sino que pasa hacia el nivel trófico "final", los organismos de
descomposición. Esto sucede a medida que mueren las plantas y los animales o sus
partes (por ejemplo, las hojas). Las bacterias y los hongos desempeñan el papel vital de
liberar el carbono de los cadáveres o de los fragmentos que ya no podrán utilizarse
como alimento para otros niveles tróficos. Mediante el metabolismo de los animales y
de las plantas se libera el bióxido de carbono y el ciclo del carbono puede volver a
comenzar.
El oxígeno molecular (O2) representa el 20% de la atmósfera terrestre. Este patrimonio
abastece las necesidades de todos los organismos terrestres respiradores y cuando se
disuelve en el agua, las necesidades de los organismos acuáticos. En el proceso de la
respiración, el oxígeno actúa como aceptor final para los electrones retirados de los
átomos de carbono de los alimentos. El producto es agua. El ciclo se completa en la
fotosíntesis cuando se captura la energía de la luz para alejar los electrones respecto
de los átomos de oxígeno de las moléculas de agua. Los electrones reducen los átomos
de carbono (de bióxido de carbono) a carbohidrato. Al final se produce oxígeno
molecular y así el ciclo se completa.
Por cada molécula de oxígeno utilizada en la respiración celular, se libera una molécula
de bióxido de carbono. Inversamente, por cada molécula de bióxido de carbono
absorbida en la fotosíntesis, se libera una molécula de oxígeno.
Todos los seres vivos requieren de átomos de nitrógeno para la síntesis de proteínas de una
variedad de otras moléculas orgánicas esenciales. El aire, que contiene 79% de nitrógeno, se
utiliza como el reservorio de esta sustancia. A pesar del gran tamaño del patrimonio de
nitrógeno, a menudo es uno de los ingredientes limitantes de los seres vivos. Esto se debe a que
la mayoría de los organismos no puede utilizar nitrógeno en forma elemental, es decir: como
gas N2. Para que las plantas puedan sintetizar proteína tienen que obtener el nitrógeno en forma
"fijada", es decir: incorporado en compuestos. La forma más comúnmente utilizada es la de
iones de nitrato, NO3-. Sin embargo, otras sustancias tales como el amoníaco NH3 y la urea
(NH2) 2CO, se utilizan con éxito tanto en los sistemas naturales como en forma de fertilizantes
en la agricultura.
Fijación del Nitrógeno. La molécula de nitrógeno, N2, es bastante inerte. Para separar los
átomos, de tal manera que puedan combinarse con otros átomos, se necesita el suministro de
grandes cantidades de energía. Tres procesos desempeñan un papel importante en la fijación
del nitrógeno en la biosfera. Uno de estos es el relámpago. La energía enorme de un relámpago
rompe las moléculas de nitrógeno y permite que se combinen con el oxígeno del aire. Los óxidos
de nitrógeno formados se disuelven en el agua de lluvia y forman nitratos. En esta forma pueden
ser transportados a la tierra. La fijación atmosférica del nitrógeno probablemente representa un
5-8% del total.
La necesidad de nitratos para la fabricación de explosivos condujo al desarrollo de un proceso
industrial de fijación del nitrógeno. En este proceso, el hidrógeno (derivado generalmente del
gas natural o del petróleo) y el nitrógeno reaccionan para formar amoníaco, NH3. Para que la
reacción pueda desarrollarse eficientemente, tiene que efectuarse a elevadas temperaturas
(600ºC), bajo gran presión y en la presencia de un catalizador. Hoy en día, la mayor parte del
nitrógeno fijado industrialmente se utiliza como fertilizante. Quizás un tercio de toda la fijación
del nitrógeno que hoy en día tiene lugar en la biosfera se efectúa industrialmente.
Las bacterias son capaces de fijar el nitrógeno atmosférico tanto para su huésped como para sí
mismas. En efecto, la capacidad para fijar nitrógeno parece ser exclusiva de los procariotas.
Otras bacterias fijadoras del nitrógeno viven libremente en el suelo. También algunas algas
verde-azules son capaces de fijar en nitrógeno y desempeñan un papel importante en el
mantenimiento de la fertilidad en medios semiacuáticos como campos de arroz.
A pesar de la amplia investigación desarrollada, todavía no es claro de qué manera los fijadores
del nitrógeno son capaces de vencer las barreras de alta energía inherentes al proceso. Ellos
requieren de una enzima, llamada nitrogenasa, y un alto consumo de ATP. Aunque el primer
producto estable del proceso es el amoníaco, este es incorporado rápidamente en las proteínas
y en otros compuestos orgánicos que contienen nitrógeno. Podemos decir, entonces, que la
fijación del nitrógeno en las proteínas de la planta (y de los microbios). Las plantas carentes de
los beneficios de la asociación con fijadores del nitrógeno, sintetizan sus proteínas con fijadores
de nitrógeno absorbido del suelo, generalmente en forma de nitratos.
Descomposición. Las proteínas sintetizadas por las plantas entran y atraviesan redes
alimentarias al igual que los carbohidratos. En cada nivel trófico se producen desprendimientos
hacia el ambiente, principalmente en forma de excreciones. Los beneficiarios terminales de los
compuestos nitrogenados orgánicos son microorganismos de descomposición. Mediante sus
actividades, las moléculas nitrogenadas orgánicas de las excreciones y de los cadáveres son
descompuestas y transformadas en amoniaco.
Nitrificación. El amoniaco puede ser absorbido directamente por las plantas a través de sus
raíces y, como se ha demostrado en algunas especies, a través de sus hojas. (Estas últimas,
cuando se exponen a gas de amoniaco previamente marcado con isótopos radiactivos,
incorporan amoniaco en sus proteínas). Sin embargo, la mayor parte del amoníaco producido
por descomposición se convierte en nitratos. Este proceso se cumple en dos pasos. Las bacterias
del género nitroso monas oxidan el NH3 y lo convierten en nitritos (NO2-). Los nitritos son luego
oxidados y se convierten en nitratos (NO3-) mediante bacterias del género Nitrobacter. Estos
dos grupos de bacterias quimio autotróficas se denominan bacterias nitrificantes. A través de
sus actividades (que les suministran toda la energía requerida para sus necesidades), el
nitrógeno es puesto a disposición de las raíces de las plantas.
Des nitrificación. Si el proceso descrito antes comprendiera el ciclo completo del nitrógeno,
estaríamos ante el problema de la reducción permanente del patrimonio de nitrógeno
atmosférico libre, a medida que es fijado comienza el ciclaje a través de diversos ecosistemas.
Otro proceso, la des nitrificación, reduce los nitratos a nitrógeno, el cual se incorpora
nuevamente a la atmósfera. Así, otra vez, las bacterias son los agentes implicados. Estos
microorganismos viven a cierta profundidad en el suelo y en los sedimentos acuáticos donde
existe escasez de oxígeno. Las bacterias utilizan los nitratos para sustituir al oxígeno como
aceptor final de los electrones que se desprenden durante la respiración. Al hacerlo así, las
bacterias cierran el ciclo del nitrógeno.
El azufre está incorporado prácticamente en todas las proteínas y de esta manera es un
elemento absolutamente esencial para todos los seres vivos. Se desplaza a través de
la biosfera en dos ciclos, uno interior y otro exterior. El ciclo interior comprende el paso
desde el suelo (o desde el agua en los ambientes acuáticos) a las plantas, a los
animales, y de regreso nuevamente al suelo o al agua. Sin embargo, existen vacíos en
este ciclo interno. Algunos de los compuestos sulfúricos presentes en la tierra (por
ejemplo, el suelo) son llevados al mar por los ríos. Este azufre se perdería y escaparía
del ciclo terrestre si no fuera por un mecanismo que lo devuelve a la tierra. Tal
mecanismo consiste en convertirlo en compuestos gaseosos tales como el ácido
sulfhídrico (H2S) y el bióxido de azufre (SO2). Estos penetran en la atmósfera y son
llevados a tierra firme. Generalmente son lavados por las lluvias, aunque parte del
bióxido de azufre puede ser directamente absorbido por las plantas desde la atmósfera.
Las bacterias desempeñan un papel crucial en el ciclaje del azufre. Cuando está
presente en el aire, la descomposición de los compuestos del azufre (incluyendo la
descomposición de las proteínas) produce sulfato (SO4=). Bajo condiciones
anaeróbicas, el ácido sulfhídrico (gas de olor a huevos podridos) y el sulfuro de di-metilo
(CH3SCH3) son los productos principales. Cuando estos dos últimos gases llegan a la
atmósfera, son oxidadas y se convierten en bióxido de azufre. La oxidación ulterior del
bióxido de azufre y su disolución en el agua lluvia produce ácido sulfhídrico y sulfatos,
formas principales bajo las cuales regresa el azufre a los ecosistemas terrestres.
El carbón mineral y el petróleo contienen también azufre y su combustión libera bióxido
de azufre en la atmósfera.
Aunque la proporción de fósforo en la materia viva es relativamente pequeña, el papel
que desempeña es absolutamente indispensable. Los ácidos nucleicos, sustancias que
almacenan y traducen el código genético, son ricos en fósforo. Muchas sustancias
intermedias en la fotosíntesis y en la respiración celular están combinadas con fósforo,
y los átomos de fósforo proporcionan la base para la formación de los enlaces de alto
contenido de energía del ATP, que a su vez desempeña el papel de intercambiador de
la energía, tanto en la fotosíntesis como en la respiración celular.
El fósforo es un elemento más bien escaso del mundo no viviente. La productividad de
la mayoría de los ecosistemas terrestres pueden aumentarse si se aumenta la cantidad
de fósforo disponible en el suelo. Como los rendimientos agrícolas están también
limitados por la disponibilidad de nitrógeno y potasio, los programas de fertilización
incluyen estos nutrientes. En efecto, la composición de la mayoría de los fertilizantes se
expresa mediante tres cifras. La primera expresa el porcentaje de nitrógeno en el
fertilizante; la segunda, el contenido de fósforo (como si estuviese presente en forma de
P2O5); y la tercera, el contenido de potasio (expresada sí estuviera en forma de óxido
K2O).
El fósforo, al igual que el nitrógeno y el azufre, participa en un ciclo interno, como
también en un ciclo global, geológico. En el ciclo menor, la materia orgánica que
contiene fósforo (por ejemplo: restos de vegetales, excrementos animales) es
descompuesta y el fósforo queda disponible para ser absorbido por las raíces de la
planta, en donde se unirá a compuestos orgánicos. Después de atravesar las cadenas
alimentarias, vuelve otra vez a los descomponedores, con lo cual se cierra el ciclo. Hay
algunos vacíos entre el ciclo interno y el ciclo externo. El agua lava el fósforo no
solamente de las rocas que contienen fosfato sino también del suelo. Parte de este
fósforo es interceptado por los organismos acuáticos, pero finalmente sale hacia el mar.
El ciclaje global del fósforo difiere con respecto de los del carbón, del nitrógeno y del
azufre en un aspecto principal. El fósforo no forma compuestos volátiles que le permitan
pasar de los océanos a la atmósfera y desde allí retornar a tierra firme. Una vez en el
mar, solo existen dos mecanismos para el reciclaje del fósforo desde el océano hacia
los ecosistemas terrestres. El uno es mediante las aves marinas que recogen el fósforo
que pasa a través de las cadenas alimentarias marinas y que pueden devolverlo a la
tierra firme en sus excrementos. Además de la actividad de estos animales, hay la
posibilidad del levantamiento geológico lento de los sedimentos del océano para formar
tierra firme, un proceso medido en millones de años.
El hombre moviliza el ciclaje del fósforo cuando explota rocas que contienen fosfato.
El ciclo del agua o ciclo hidrológico, que colecta, purifica y distribuye el abasto fijo del
agua de la tierra. El ciclo hidrológico está enlazado con los otros ciclos biogeoquímicos,
porque el agua es un medio importante para el movimiento de los nutrientes dentro y
fuera de los ecosistemas.
La energía solar y la gravedad convierten continuamente el agua de un estado físico a
otro, y la desplazan entre el océano, el aire, la tierra y los organismos vivos. Los
procesos principales en este reciclamiento y ciclo purificador del agua, son la
evaporación (conversión del agua en vapor acuoso), condensación (conversión del
vapor de agua en gotículas de agua líquida), transpiración (proceso en el cual es
absorbida por los sistemas de raíces de las plantas y pasa a través de los poros
(estomas) de sus hojas u otras partes, para evaporarse luego en la atmósfera,
precipitación (rocío, lluvia, aguanieve, granizo, nieve) y escurrimiento de regreso al mar
para empezar el ciclo de nuevo.
La energía solar incidente evapora el agua de los mares y océanos, corrientes fluviales,
lagos, suelo y vegetación, hacia la atmósfera. Los vientos y masas de aire transportan
este vapor acuoso sobre varias partes de la superficie terrestre. La disminución de la
temperatura en partes de la atmósfera hace que el vapor de agua se condense y forme
gotículas de agua que se aglomeran como nubes o niebla. Eventualmente, tales
gotículas se combinan y llegan a ser lo suficientemente pesadas para caer a la tierra y
a masas de agua, como precipitación.
Parte del agua dulce que regresa a la superficie de la tierra como precipitación
atmosférica queda detenida en los glaciares. Gran parte de ella se colecta en charcos y
arroyos, y es descargada en lagos y en ríos, que llevan el agua de regreso a los mares,
completando el ciclo. Este escurrimiento de agua superficial desde la tierra reabastece
corrientes y lagos, y también causa erosión del suelo lo cual impulsa a varias sustancias
químicas a través de porciones de otros ciclos biogeoquímicos.
Una gran parte del agua que regresa a la tierra penetra o se infiltra en las capas
superficiales del suelo, y parte se resume en el terreno. Allí, es almacenada como agua
freática o subterránea en los poros y grietas de las rocas. Esta agua, como el agua
superficial, fluye cuesta abajo y se vierte en corrientes y lagos, o aflora en manantiales.
Eventualmente, dicha agua, como el agua de superficies, se evapora o llega al mar para
iniciar el ciclo de nuevo. La intensidad media de circulación del agua subterránea en el
ciclo hidrológico es extremadamente lenta (en cientos de años), comparada con la de la
superficie (10 a 120 días) y la de la atmósfera (10 a 12 días).
En algunos casos, los nutrientes son transportados cuando se disuelven en el agua
corriente, en otros casos, los compuestos nutrientes ligeramente solubles o insolubles
del suelo o del fondo del mar, son desplazados de un lugar a otro por el flujo del agua.
Desde que la tierra se conoce como planeta, siempre ha existido una serie de elementos
que sostienen la vida de los seres vivos. Son nutrientes inorgánicos tales como: El
Oxígeno, el Carbono, el Hidrogeno y el Nitrógeno, entre otros. Si estos elementos son
traídos de la tierra sin posibilidad de recuperarlos, llegaría un momento en que ocurriría
un desequilibrio en la biosfera; para que esto no ocurra, existen un considerable número
de microorganismos, llamados descomponedores que al morir los seres vivos, rompen
las moléculas orgánicas de éstos y forman moléculas inorgánicas sencillas, que
envuelven al medio ambiente estableciéndose así un ciclo cerrado de elementos
inorgánicos
Así como los animales y demás seres vivos se aprovechan y se benefician
alimentándose de la materia orgánica, del mismo modo, estas satisfacen las suyas
extrayendo los nutrientes inorgánicos del sustrato o medio ambiente. Ciertamente que
estos ciclos no se desarrollan siempre con velocidad uniforme. A veces hay elementos
que son retenidos mucho tiempo por un organismo y tardan en regresar al medio. A todo
este ciclo que va desde la materia orgánica y se incorpora a los organismos desde el
suelo, siendo aprovechado por los seres autótrofos y luego por los heterótrofos, se les
conoce como ciclos biogeoquímicos.
3.- Valora la importancia de los ciclos biogeoquímicos, indispensables para que
se produzcan los movimientos de los nutrientes necesarios para la existencia de
la vida en el planeta.

El ciclo biogeoquímico es el proceso mediante el cual existe una circulación de


elementos entre los seres vivos y el medio ambiente. En efecto, lo seres vivos se
componen de materia y requieren de la misma para mantenerse con vida; por otro lado,
cuando mueren, existe un proceso que hace que las estructuras químicas formadas se
descompongan y la materia vuelva a formar parte del medio ambiente. El ciclo
biogeoquímico puede llegar a ser muy complejo de analizar por la gran cantidad de
elementos que intervienen en el mismo, pero en términos generales puede decirse que
se sostiene fundamentalmente sobre el trabajo que realizan los vegetales.
Existen varios elementos químicos a la hora de considerar el mentado ciclo. Uno de los
más importantes es el carbono, que es un componente fundamental de los seres vivos.
Son precisamente los vegetales los encargados de posibilitar que el carbono integre
parte de la vida de una gran cantidad de organismos. En efecto, las plantas toman el
dióxido de carbono de la atmosfera y de esta manera obtienen carbono, carbono que
combinan con el hidrógeno que obtienen del agua. Los vegetales crean de esta manera
su propio alimento y van dando forma a su propio organismo. Luego, otros seres vivos
se alimentarán de los vegetales y obtendrán de esta manera el carbono que requieren
para desarrollarse. Por otro lado, cabe señalarse que este proceso de formación de
materia orgánica tiene como contrapartida la eliminación del oxígeno como desecho,
oxígeno que utilizan los seres vivos para sus procesos metabólicos, emitiendo dióxido
de carbono. Los vegetales además proporcionan otros elementos de gran importancia
para la vida, como por ejemplo sales minerales.
No obstante, una vez que los seres vivos perecen, toda la materia que han aglutinado
pasa de nuevo al medio ambiente. Este tipo de pasaje se lleva a cabo por organismos
que reciben el nombre de descomponedores y que agrupan a distintos hongos y
bacterias. Así, los descomponedores se encargan de que los elementos químicos
vuelvan nuevamente al medio ambiente.
El ciclo biogeoquímico es de extraordinaria importancia porque gracias al mismo es
posible la vida en el planeta. El mismo da pie al comienzo de la vida y cuando esta se
hace más compleja y floreciente en organismos, podemos hacer referencia a un
incremento en la complejidad del ciclo. De esta manera, la importancia del fenómeno
estriba en el hecho de dar cuenta de la manera en que los organismos se vinculan con
el medio ambiente a un nivel elemental.

4.- Analiza las consecuencias que generan las actividades antrópicas sobre los
ciclos biogeoquímicos y sus efectos sobre la biosfera.

Los procesos implicados en el cambio global son múltiples e interactivos. Tres son
los factores determinantes del cambio global: incremento del CO2 atmosférico,
incremento en la fijación y deposición del nitrógeno (N) y cambio en el uso del
suelo (Vitousek 1994). Una de las manifestaciones más evidentes del cambio global son
las alteraciones climáticas como consecuencia del aumento de las emisiones de gases
de efecto invernadero desde la era preindustrial. Durante los últimos 100 años (desde
1906 a 2005) la tendencia de calentamiento de la superficie terrestre ha sido de 0,74 ºC
(IPCC 2007). Las tendencias de precipitación también han variado en los últimos 100
años, en particular las precipitaciones han disminuido en la región mediterránea, el
Sahel, Sur de África y Sur de Asia, mientras que en otras regiones han aumentado (IPCC
2007). A los procesos de cambio climático hay que sumarles la alteración de ciclo de N
y el cambio en el uso del suelo. Los cambios en el ciclo del N son tan drásticos que
actualmente se fija más N por la actividad humana que mediante procesos naturales
(Smil 1991; Vitousek et al. 1997). Por otro lado, el cambio en el uso del suelo es de los
tres procesos el más heterogéneo en intensidad y naturaleza (Vitousek 1994); se estima
que la mitad de la superficie terrestre libre de hielo ha sido transformada por la actividad
humana (Kates et al. 1990), que controla aproximadamente un tercio de la producción
neta primaria terrestre (Chapin et al. 2000).
En términos generales los cambios climáticos afectan a la distribución y abundancia de
las especies, al reciclado de nutrientes y la productividad de los ecosistemas. La
alteración en la fijación y deposición de N tiene consecuencias en la productividad neta
de los ecosistemas, y por tanto en la fijación de CO2 (Vitousek et al. 1997; Gruber y
Galloway 2008), pero también en la composición, estructura y riqueza de las biocenosis
(e.g. Tilman 1987; Huenneke et al. 1990; Lilleskov et al. 2002). Los cambios en el uso
del suelo determinan cambios rápidos en el funcionamiento y composición de los
ecosistemas, contribuyen al cambio en los ciclos biogeoquímicos del carbono (C) y del
N, y tienen también efectos locales y regionales sobre el clima (Vitousek et al. 1994).
A pesar de que a lo largo de la historia de la Tierra la condiciones climáticas y los ciclos
biogeoquímicos han experimentado importantes variaciones, los procesos de cambio
global que se producen actualmente como consecuencia de la actividad humana
suceden a una velocidad anormalmente grande (Gitay et al. 2001). Estos procesos de
cambio global amenazan gravemente la biodiversidad en gran parte del planeta (Chapin
et al. 2000; Sala et al. 2000) y las evidencias sobre cambios actuales en la biosfera son
numerosas (Hughes 2000; IPCC 2007). Entre las respuestas al cambio global de los
organismos se han detectado alteraciones en la fenología de las especies, desajustes
de las interacciones entre especies, desplazamientos altitudinales y latitudinales en sus
área de distribución o incluso extinciones locales (Hughes 2000; Walther et al. 2002;
Parmesan 2006). Sin embargo existe una gran incertidumbre sobre los impactos
potenciales de estos cambios en los ecosistemas, puesto que la respuestas en la
biosfera son sinérgicas (Chapin et al. 2000; Brook et al. 2008), lo que puede determinar
cambios en cascada en la biodiversidad, que alteren drásticamente la estructura y
funcionamiento de los ecosistemas. Por otro lado no todas las especies ni los
ecosistemas que constituyen son igualmente sensibles al cambio lo que condiciona los
potenciales efectos del cambio global y determina la capacidad de respuesta a estos
cambios.
XII. BIBLIOGRAFIA.
https://www.importancia.org/ciclo-biogeoquimico.php
https://prezi.com/5wmkz2egjjpj/alteraciones-en-los-ciclos/
https://es.wikipedia.org/wiki/Ciclo_biogeoqu%C3%ADmico
http://www.biocab.org/Transferencia_Calor.html

YouTube:
https://www.youtube.com/watch?v=1nysEv9NHs4
https://www.youtube.com/watch?v=BAbXmRZPiKg
https://www.youtube.com/watch?v=-XxzNFBDEOI
https://www.youtube.com/watch?v=9NFUMMC-o4o

XIII. ANEXOS.

CICLO DEL CARBONO.

Su número atómico es 6; y pertenece al grupo 14 (o IV A) del sistema


periódico. Las propiedades físicas y químicas del carbono dependen de la
estructura cristalina del elemento. Un gran número de metales se combinan
con el elemento a temperaturas elevadas para formar carburos.
CICLO DEL NITROGENO.

El nitrógeno es un elemento químico de número atómico 7, símbolo N, su


peso atómico es de 14,01 y que en condiciones normales forma
un gas diatómico (nitrógeno diatómico o molecular) que constituye del orden
del 78 % del aire atmosférico. En ocasiones es llamado ázoe —antiguamente
se usó también Az como símbolo del nitrógeno.

CICLO DEL AGUA.

Del latín aqua, el agua es una sustancia


cuyas moléculas están compuestas por un
átomo de oxígeno y dos átomos de
hidrógeno. Se trata de un líquido inodoro
(sin olor), insípido (sin sabor) e incoloro
(sin color), aunque también puede hallarse
en estado sólido (cuando se conoce como
hielo) o en estado gaseoso (vapor).
CICLO DEL POTASIO.

Características del potasio. Llegando al elemento número 19 de la tabla periódica,


el potasio, continuamos con esta clásica sección de química. Se trata de un metal
alcalino de gran abundancia en la naturaleza, de gran reactividad y de una enorme
importancia para la vida.

CICLO DEL OXIGENO.

Definición de oxígeno.
El oxígeno es el elemento
químico de número atómico 8
que constituye cerca de la
quinta parte del aire
atmosférico terrestre en su
forma molecular O2. En esta
forma molecular que está
compuesta por dos átomos de
este elemento, el oxígeno es
un gas.
CICLO DEL AZUFRE.

El azufre es un elemento químico de número atómico 16 y


símbolo S (del latín sulphur). Es un no metal abundante con
un color amarillo característico.
El azufre se encuentra en forma nativa en
regiones volcánicas y en sus formas reducidas
formando sulfuros y sulfosales o bien en sus formas oxidadas
como sulfatos. Es un elemento químico esencial constituyente
de los aminoácidos cisteína y metionina y, por consiguiente,
necesario para la síntesis de proteínas presentes en todos los
organismos vivos. Se usa principalmente como fertilizante
pero también en la fabricación
de pólvora, laxantes, fósforos e insecticidas.

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