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MEXICO
Cairo No. 29
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Ahora Mr. Grinstein encabeza la búsqueda del consejo para encontrar a un nuevo
Director General. Mr. Grinstein prefiere una Dirección más suave que la que salvó
a Delta. ¿Es su próximo estilo? Bueno, “usted no tiene que ser un malvado (SOB)
para actuar con fuerza”, dice Wayne Horvitz, consultor de relaciones laborales de
Washington, D.C., un amigo que trabajó como consultor para Mr. Grinstein durante
los esfuerzos por reestructurar a Western Airlines, Inc. y al ferrocarril Burlington
Northern, Inc.
Mr. Allen declinó hacer comentarios para este artículo en Wall Street Journal. “No
puedo comentar nada más allá de los límites del comunicado de prensa”, nos dijo
Mr. Allen en una nota manuscrita.
Su salida forzosa llegó en el momento en que él parecía estar, como dice el nuevo
“slogan” de la compañía aérea “en la cima del mundo”. En marzo, un Mr. Allen
visiblemente confiado, llevó a Delta a la adquisición de nueva flota de aviones
mediante un exclusivo plan a 20 años con Boeing Co. que puede llegar a ser por
15 mil millones de dólares. Pero ya en ese momento del anuncio sus días como
comandante de Delta estaban contados.
Que Mr. Allen tropezara en gran medida debido a asuntos “suaves” como la moral
de los ejecutivos y de los empleados, es un giro extraño para una persona que
había gozado dentro de la cultura amistosa de los trabajadores de la aerolínea.
Por generaciones los Directores de Delta, incluidos aquellos que formaron a Allen,
habían perseguido una atmósfera de familia en la compañía. La hospitalidad
sureña de alta calidad de los empleados de Delta ayudó a la compañía a generar
utilidades cada año, menos uno, en el periodo comprendido entre 1947 y 1991,
hazaña excepcional dentro del altamente cíclico negocio del transporte aéreo de
pasajeros.
Nativo de Atlanta, el alto e imponente Mr. Allen ingresó a Delta a tiempo parcial en
1963, todavía cuando estudiaban en Georgia Tech. Impulsado por la política de
Delta de promover a los que ya están dentro, él ascendió rápidamente bajo la
mano guía de Tom Besbee, ejecutivo senior que llegó a ser Presidente del
Consejo. Mr. Allen fue nombrado Vicepresidente de Personal en 1970, a los 28
años de edad. Para 1975, a los 33 años, resultó una de las personas más jóvenes
en ingresar al Consejo. En agosto de 1987, los Directores de Delta lo nombraron
Presidente del Consejo y Director General.
Mr. Allen tomó el timón cuando la industria de la aviación estaba pasando por la
desregulación y entrando a un periodo de consolidación brutal. Algunas personas
dentro de Delta murmuraron que el antiguo Director de Personal no se había
“ganado sus alas”. Sin embargo, muy pronto Mr. Allen demostró su determinación.
Su paso más audaz lo dio en 1991, cuando pagó 416 millones de dólares y
asumió pasivos por cerca de 166 millones, para comprar la mayor parte de lo que
quedaba de Pan American World Airways, la venerable compañía aérea que había
caído en una reorganización por quiebra dentro del Chapter 11. Mr. Allen buscaba
utilizar las extensas rutas europeas de Pan Am, para elevar a Delta de ser una
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Las empresas mejor cotizadas en Wall Street.
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la década de los 90’s. Pero su experiencia vivida le había dado una perspectiva
muy diferente sobre cómo reaccionar.
A diferencia de Mr. Allen, Grinstein no había pasado su entera carrera profesional
dentro de una sola compañía. Después de graduarse en la Universidad de Yale y
en la Escuela de Derecho de Harvard. Mr. Grinstein trabajó más de una década
dentro de los años 60’s y 70’s como ayudante “top” del poderoso Senador
Demócrata del Estado de Washington, Warren Magnuson. El ya fallecido Senador
Magnuson tenía una sucia reputación como político y Mr. Grinstein convenció a su
jefe de que necesitaba cambiarla.
“El contrató gente joven y rehízo la imagen del Senador. Lo involucró en la
protección al consumidor, y con la legislación que promovió la seguridad en los
automóviles, así como otros asuntos a favor del consumidor”; recuerda el
Representante demócrata de Washington State, Norman Dicks, que trabajó bajo
las órdenes de Mr. Grinstein, y ahora lo ve como amigo y apoyo en política, “El
logra que la gente haga las cosas”.
Los poderes de persuasión de Mr. Grinstein, serían un activo clave cuando, en
1993 dejó su asociación en una prominente firma de abogados de Seattle, para
hacerse cargo de un cliente que estaba muriendo: Western Airlines. La estrategia
de Grinstein para la reestructuración de Western se apoyaba fuertemente en
convencer a los empleados de aceptar concesiones en reducción de sueldos y en
algunas cláusulas del contrato laboral, con la promesa de darles una mayor
participación en el capital de la compañía.
Gregario y ágil para hacer chistes, Mr. Grinstein reanimó a los empleados que
trabajan en las cabinas de piloto y a los que operan en las zonas de manejo de
equipaje. Para la época en que desarrolló la ingeniería para vender Estern a Delta
en 1987, la aerolínea tenía utilidades de nuevo, y consiguió un precio de compra
de 860 millones de dólares. Tres años más tarde, llevó el mismo estilo de
liderazgo al hacerse cargo de la Dirección General de Burlington Northern,
viajando con las tripulaciones de los trenes y recorriendo los patios de
mantenimiento, para venderles sus planes de cortar costos.
En contraste, al enfrentarse con problemas similares en Delta, Mr. Allen, en 1994,
develó un programa draconiano bajo la poco atractiva bandera de “Liderazgo 7.5”.
el título aludía al objetivo central de la cruzada: Recortar 20% los costos de
operación, o cerca de 2,000 millones de dólares, hasta el nivel de 7.5 centavos por
milla-asiento disponible, desde el nivel de 9.5 centavos en esa época. (El costo
por asiento es una “bench mark” de eficiencia de las líneas aéreas, y se refiere al
costo de volar un asiento de pasajero una milla).
Cortando músculo.
Mr. Allen desechó las advertencias de que su objetivo era poco realista e impulsó
adelante planes para recortar 12,000 puestos de trabajo, del total del personal en
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Estas medidas para sustituir a Mr. Roeck, que no tuvieron éxito, llegaron en
momentos en que un Comité de Consejeros clave –Mr. Grinstein, Mr. Broadhead,
Mr. Cartledge y Mary Johnston Evans- se estaban preparando para empezar a
negociar un nuevo contrato personal con Mr. Allen, pues el vigente expiraba el 31
de julio de 1997.
Como se acercaba una reunión del Consejo el 24 de abril, estos Consejeros
empezaron a ponderar lo que uno de ellos calificó de “una acumulación de roces a
lo largo del tiempo”, que había minado la confianza en el liderazgo de Mr. Allen.
“El factor confianza fue la pieza definitiva” dijo una persona enterada de esas
conversaciones de los Consejeros.
En una reunión del Comité el día anterior a la reunión de todo el Consejo, los
Consejeros se inclinaron por rehusar la firma de un nuevo contrato con Allen.
Llamaron a todos los demás Consejeros, excepto Mr. Allen y dejaron el tema a
una discusión abierta.
Los once Consejeros acordaron unánimemente que Mr. Allen no debía recibir más
plazo. Entonces lo llamaron y le dieron la mala noticia.
El anuncio
Lo que quedaba era programar el momento y decidir el tono de la comunicación
de su salida. Cuando el Consejo no oyó nada de Mr. Allen las siguientes semanas,
algunos Consejeros le sugirieron que él diera el siguiente paso. Mr. Allen convocó
a una reunión de Consejo telefónica para el 9 de mayo.
En la sesión, Mr. Allen dijo a los Consejeros que pensaba que le había llegado el
momento de retirarse. “No dio razones del por qué. No hubo discusiones al
respecto. Fue una reunión muy formal”.
Poco después se comunicó la noticia a un manojo de altos Ejecutivos de Delta. El
Vicepresidente Ejecutivo, Maurice Worth, recibió la comunicación de que sería
Director General interino. A Mr. Allen le fue ofrecida una salida que protegiera su
imagen. Podía, por ejemplo, decir a sus Ejecutivos y al mundo que, habiéndole
dado la vuelta a la situación de la compañía, creía que era un buen momento para
retirarse. Mr. Allen se rehusó a hacerlo. Finalmente la compañía no dio ninguna
razón de su retiro.
Los Consejeros planean buscar fuera de la industria de aviación su reemplazo; se
iban a reunir con el “headhunter” de Delta el 4 de junio. En un memorándum, Delta
dijo a sus empleados que el Consejo sitúa “en un alto valor la cultura de Delta de
respeto, de la unidad, y de profunda apreciación por su herencia. Los Consejeros
se proponen escoger a una persona que llegue a ser su siguiente líder y que
quiera trabajar dentro de esta cultura, que tienen en tan alta estimación”.
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Anexo 1
CONSEJO DE DIRECCIÓN DE DELTA
Ronald W. Allen
Presidente y Director General de Delta
Se retira en julio
Consejero desde 1975
Edwin L. Artzt
Antiguo Presidente y Director General de Procter & Gamble
Consejero desde 1991
James L. Broadhead
Presidente y Director General de FPL Group, Inc. Y
su Cía. de Luz y Fuerza de Florida
Consejero desde 1991
Edward H. Budd
Presidente del Comité Ejecutivo del Consejo de Travelers Group
Consejero desde 1985
George D. Busbee
Antiguo Gobernador de Georgia y miembro del Consejo del
Bufete de Abogados de Atlanta, King and Spalding
Consejero desde 1983
R. Eugene Cartledge
Presidente de Savannah Foods & Industries, Inc. y antiguo
Presidente y Director General de Union Camp. Corp.
Consejero desde 1990
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Gerald Grinstein
Antiguo Presidente de Burlington Northern Santa Fe, Corp. y antiguo
Presidente y Director General de Burlington Northern Inc. y de
Burlington Northern Railroad Co. También fue Director General de
Western Airlines
Consejero desde 1987
Peter D. Sutherland
Presidente y Director de Goldman Sachs International, Inc.
Consejero desde 1995
Andrew J. Young
Antiguo Vicepresidente de Law Cos. Group. Fue Embajador de
Estados Unidos ante las Naciones Unidas y es un antiguo Alcalde de Atlanta
Consejero desde 1994
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