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El temple
Es aumentar la dureza y la resistencia del acero. Para ello, se calienta el acero a una temperatura
ligeramente más elevada que la crítica superior Ac (entre 700-950 °C) y se enfría luego más o
menos rápidamente (según características de la pieza) en un medio como agua, aceite, etcétera.
Revenido
El revenido sólo se aplica a aceros previamente templados, para disminuir ligeramente los
efectos del temple, conservando parte de la dureza y aumentar la tenacidad. El revenido consigue
disminuir la dureza y resistencia de los aceros templados, se eliminan las tensiones creadas en el
temple y se mejora la tenacidad, dejando al acero con la dureza o resistencia deseada. Se
distingue básicamente del temple en cuanto a temperatura máxima y velocidad de enfriamiento.
Recocido
Con este tratamiento se logra aumentar la elasticidad, mientras que disminuye la dureza.
También facilita el mecanizado de las piezas al homogeneizar la estructura, afinar el grano y
ablandar el material, eliminando la acritud que produce el trabajo en frío y las tensiones internas.
Normalizado
El normalizado es un tratamiento térmico que se emplea para dar al acero una estructura y
características tecnológicas que se consideran el estado natural o final del material que fue
sometido a trabajos de forja, laminación o tratamientos defectuosos. Se hace como preparación
de la pieza para el temple. El procedimiento consiste en calentar la pieza entre 30 y 50 grados
Celsius por encima de la temperatura crítica superior, tanto para aceros hipereutectoides, como
para aceros hipoeutectoides, y mantener esa temperatura el tiempo suficiente para conseguir la
transformación completa en austenita (perlita y ferrita). A continuación se deja enfriar en aire
tranquilo, obteniéndose una estructura uniforme.
Tratamientos termoquímicos
Cementación (C)
Nitruración (N)
Si bien este tratamiento da gran dureza superficial a la pieza, la velocidad de penetración es muy
lenta, aproximadamente 1 mm en 100 horas de tratamiento, pero no necesita de temple
posterior. La nitruración se da a piezas sometidas a grandes fuerzas de rozamiento y de carga.
Cianuración (C+N)
Carbonitruración(C+N)
Sulfinización (S+N+C)
La sulfinización aumenta la resistencia al desgaste por acción del azufre. El azufre se incorpora al
metal por calentamiento a baja temperatura (565 °C) en un baño de sales.
Tratamientos Mecánicos
Este tipo de tratamientos mejora las características de los metales por deformación mecánica,
en frío o en caliente
Consisten en deformar el metal a temperatura ambiente ya sea golpeándolo o bien por trefilado
o laminación. Con este tipo de deformación, se incrementa la dureza y la resistencia mecánica
del metal, pero disminuye su plasticidad y ductilidad.
Tratamientos Superficiales
Mediante estos tratamientos se modifica la superficie de los metales sin variar su composición
química. A diferencia de los tratamientos termoquímicos, en este caso no es necesaria la
aportación de calor.
Cromado
Recubrimiento de la superficie del acero con cromo mediante electrolisis o por difusión. Por
medio del cromado, se disminuye el coeficiente de rozamiento y se incrementa la dureza
superficial y la resistencia al desgaste del metal. En el caso de los aceros, el cromo potencia su
resistencia frente a la corrosión. Para evitar que el cromo se combine con el carbono formando
carburo de cromo, este tratamiento se aplica a aceros con contenido en carbono bajo o bien a
aceros aleados con elementos formadores de carburos como Ti y Mn.
Metalización
Se proyecta un metal fundido pulverizándolo sobre la superficie de otro, con lo cual este último
adquiere superficialmente las características del primero. Tiene por objeto proporcionar una
protección contra la corrosión o mejorar sus propiedades superficiales.