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México Prehispánico

México prehispánico es el período de la historia de nuestro país, anterior a la conquista y


colonización española. Cubre los orígenes, el florecimiento y la decadencia de los pueblos indígenas
que vivieron en nuestro territorio. La historia prehispánica de México comienza con la llegada de los
primeros pobladores.

Sobre el poblamiento de América se han propuesto numerosas hipótesis, pero la que cuenta con
mayor aceptación y evidencia de apoyo señala que los humanos entraron al continente a través del
estrecho de Bering durante la época de las glaciaciones. El momento en que esto ocurrió es objeto
de debate. Se tienen dos hipótesis: la del poblamiento temprano que data de 40.000 años a.C y la
del poblamiento tardío que data de 14.000 años a.C. La historia prehispánica de Mesoamérica se ha
dividido en cinco amplios periodos:

México Prehispánico

1. Lítico o Paleoindio
2. Periodo Arcaico
3. Preclásico o Formativo
4. Periodo Clásico
5. Posclásico

Periodo Lítico o Paleoindio (40.000 a 7.500 años a.C.)

El inicio del periodo lítico Mexicano se establece con la llegada de los primeros pobladores, de los
cuales se tienen algunas evidencias arqueológicas importantes que datan de hasta 30.000 años a.C
como es el caso de los instrumentos de piedra para trabajos manuales y restos de animales hallados
en El Cedral (San Luis de Potosí). Otro hallazgo importante data del año 20.000 a.C. y corresponde
al Sacro de Tequixquiac que es considerado como una de las primeras obras de arte del continente.
El esqueleto humano más antiguo hallado en el territorio mexicano corresponde al de La Mujer del
Peñón datado con 12.700 años de antigüedad, el cual fue encontrado en 1959 en las inmediaciones
del cerro del Peñón de los Baños, al oriente del Distrito Federal.

De estos primeros pobladores poco sabemos: estaban organizados en pequeños grupos nómadas,
fabricaban herramientas hechas de piedra, hueso y madera, y sobrevivían de la cacería y la
recolección. El perfeccionamiento de las técnicas líticas, permitió el desarrollo de grandes puntas
de lanzas capaces de perforar la dura piel de los mamuts y mastodontes. La primera ocupación
reconocida de la región fue por los cazadores Clovis, cuyas distintas puntas de proyectil se han
encontrados en muchos sitios en Sonora. El Bajío es el sitio Clovis mejor conocido y más extenso
reportado en México.

Hacia el 8.000 a.C., el fin de la glaciación generó importantes cambios climáticos y ecológicos,
provocando la extinción de los grandes animales que constituían la base de sustentación de los
grupos paleoindios. El paisaje americano comienza a parecerse al actual y los cambios se reflejan en
las nuevas sociedades que surgen en este período.
El período concluye aproximadamente con el fin de los cazadores nómadas y el comienzo del
sedentarismo alrededor de la agricultura.

Periodo Arcaico (7.500 a 2.500 años a.C.)

El período Arcaico en Mesoamérica es poco conocido ya que ha sido muy poco estudiado. Comenzó
aproximadamente en el 8.000 a.C., cuando terminaron las glaciaciones y el planeta entero sufrió un
calentamiento global. Al subir el nivel del mar y disminuir el régimen de lluvias, disminuyó el número
de vegetación comestible; los grandes pastizales son desplazados por bosques, lo que da origen al
desplazamiento y poserior extinción de los grandes herbívoros.

La dieta del hombre durante este período se orienta poco a poco hacia la recolección y la
experimentación agrícola, siendo la caza de tipo menor. Los periodos cíclicos de las cosechas hacen
que los hombres adopten costumbres sedentarias y se fomente la cooperación entre comunidades
para las tareas de recolección. Esto conlleva al establecimiento de grupos sociales más numerosos
y al surgimiento de un nuevo orden social, político, comercial y religioso. Preparando el escenario
para el florecimiento de las complejas sociedades de los períodos poseriores.

El proceso de adaptación a las nuevas condiciones ocasiono un desarrollo de las tecnologías para el
mejor aprovechamiento de las posibilidades del medio ambiente. Las armas se vuelven más
pequeñas y afiladas ya que la caza de animales más pequeños como conejos, venados y diferentes
tipos de roedores, exige de mayor distancia y precisión al cazador. El hombre crea el lanzadardos,
boleadoras y diversos tipos de trampas. Este cambio tecnológico se acompaña con la manufactura
de cestas para la recolección, transporte y almacenaje, y con la utilización de piedras de moler,
morteros y machacadores creados en piedra pulida.

Este periodo de 6.000 años resulta de vital importancia para la evolución de las sociedades
americanas, por cuanto a lo largo de él se acelera una serie de experimentaciones que culminarán
en la domesticación de las plantas y animales y en el desarrollo de la agricultura. El énfasis
preferente se orienta hacia la agricultura, ya que los animales domesticados son escasos, sólo
podemos evidenciar perro, pavo y pato.

En Mesoamérica, la experimentación se orientó con preferencia hacia el maíz, el frijol y la calabaza.


Junto a estos tres alimentos básicos se utilizó pimiento, aguacate, amaranto, mezquite, nopal,
maguey, frutos de árboles, bellotas y nueces.

El periodo arcaico concluye con el descubrimiento de la cerámica hacia el 2.500 a.C.

Periodo Preclásico o Formativo (2.500 a.C. a 1 d.C.)

Los inicios del Formativo están definidos por la economía de subsistencia basada en la agricultura,
la formación de poblados y el surgimiento de la alfarería; la cerámica es uno de los atributos de las
sociedades plenamente sedentarias. La cerámica mesoamericana más antigua se ha detectado en
Puerto Marqués en la costa del Pacífico denominada Ceramica Pox (2.440 a.C.), la cual fue
confeccionada con arcilla y desgrasante de fibra, por lo que se supone que sus antecedentes se
encuentran en las cestas de fibra del Arcaico. Estas sociedades del 2.500 al 1.500 a.C. son igualitarias
y mantienen unas relaciones sociales basadas en la solidaridad en relación con el control de los
recursos.
A finales del Formativo Temprano varias zonas de Mesoamérica evolucionan hacia formas de vida
más complejas, incluyendo la construcción de montículos públicos y la confección de bienes de
status, reflejados por formas no utilitarias de cerámica. El principal elemento a tener en cuenta es
que una cerámica más compleja sólo pudo ser manufacturada por artesanos especializados,
manifestando una incipiente jerarquización de la sociedad.

El Formativo Medio (1.200-400 a.C.), se caracteriza por un mayor control de los recursos agrícolas,
algunos de los cuales están acompañados por técnicas intensivas de producción, por la construcción
de los primeros sistemas de irrigación y por la formación de grandes centros ceremoniales que
integran jefaturas complejas. En estos grandes asentamientos vive una sociedad cada vez más
estratificada, donde solo la clase dirigente (compuesta por la nobleza y los sacerdotes) pueden
obtener bienes exóticos y de alto rango. Para ello se hace necesaria la existencia de especialistas
alejados de la producción agrícola, que elaboran productos de elite con un complicado estilo
artístico. Aparecieron nuevos grupos, como los artesanos, y los comerciantes cobraron una
presencia más importante.

Durante este periodo tiene lugar el desarrollo de la cultura olmeca, que resume todos los desarrollos
culturales de los mesoamericanos de aquel tiempo. De esta cultura son los primeros indicios de
escritura y del uso de calendario. Debieron tener una estructura social muy compleja que les
permitió desarrollar su escultura y arquitectura monumentales. Los principales sitios de esta cultura
son La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo, ubicados en la llanura costera del Golfo de México. Estos
sitios corresponden a la llamada área nuclear olmeca.

En la medida en que este sistema social tiene éxito, es exportado a otras regiones mesoamericanas,
dando lugar a un horizonte de uniformidad cultural en el cual se fundamentan las formas básicas de
las civilizaciones mesoamericanas.

La declinación de la cultura olmeca dio origen al periodo Preclásico Tardío (400 a. C.-1 d. C.). Durante
este periodo Cuicuilco, en el sur del valle de México, llegó a convertirse en la mayor ciudad de
Mesoamérica y principal centro ceremonial del Valle de México. Los vestigios arqueológicos indican
que la sociedad de Cuicuilco tuvo un sistema intensivo agrícola, incluyendo diques y canales para el
riego. La población se estableció en torno a los conjuntos arquitectónicos, en un sistema similar al
que más tarde pondría en práctica Teotihuacan y, hacia el 200 a.C., pudo haber alcanzado los 20.000
habitantes.

El fin del periodo preclásico está determinado por la caída de Cuicuilco y el florecimiento de
Teotihuacán.

Periodo Clásico (1 – 900 d.C.)

El Periodo Clásico de la civilización mesoamericana está marcado por el surgimiento de sociedades


estatales urbanas con gran número de habitantes, establecidas por sistemas jerarquizados de
asentamiento con una estratificación social acentuada. Las ciudades eran cuidadosamente
planificadas y trazadas con una clara distinción entre las áreas de habitación de la clase elite y las de
la gente común, así como las zonas en que se realizaban procesos productivos y las que se dedicaban
a actividades públicas. La arquitectura pública adquirió mayores dimensiones y estaba dispuesta en
núcleos cívico-ceremoniales. Algunas de estas ciudades, se convirtieron en los centros dominantes
de sus regiones inmediatas, alrededor de las cuales se controlaban las relaciones políticas,
comerciales y las expresiones culturales.

El comercio jugó un papel importante como elemento de interrelación entre estas grandes ciudades
estableciendo relaciones tanto en el ámbito cultural, como en lo político. La religión ocupó un lugar
muy importante en la estructura social como auxiliar del poder político. Presumiblemente, el clero
monopolizaba el conocimiento de la astronomía, la matemática, la escritura y hasta el comercio y
la política. Para los años 300 d.C., monumentos con textos jeroglíficos describiendo orígenes divinos
que ilustran la transformación de la organización social desde jefes hasta majestades institucionales.

Durante la primera parte de esta época, Mesoamérica será dominada por Teotihuacan, ubicada en
el altiplano mexicano, y cuya cultura es punto de referencia y marcará patrones que estarán
presentes más allá de su área de influencia y en periodos posteriores. La ciudad Zapoteca de Monte
Albán surgió para dominar mucho de lo que es actualmente Oaxaca. Los centros cívicos
ceremoniales duraderos como Tikal, Calakmul, Palenque, Copán y otras decenas de ciudades de
estados poderosos dominaron las tierras bajas mayas.

Estas ciudades representan a las tres grandes culturas de la época clásica que son: la cultura
teotihuacana, la cultura zapoteca y la cultura maya. Lejos de lo que se suponía, hoy se sabe estos
fueron pueblos guerreros; la guerra parece ser un asunto central en la historia del Área Maya, como
lo revelan las estelas de la época y las representaciones iconográficas de escenas bélicas que se han
descubierto en sitios como Bonampak y Toniná. Por su lado, Teotihuacan no pudo haber llegado a
ser el gran centro político y económico que fue sin hacer uso de la fuerza, como también lo atestigua
la iconografía de la ciudad. Monte Albán se impuso en los Valles Centrales de Oaxaca por medio de
acciones bélicas, según demuestran las estelas de conquista del Edificio J de esa ciudad.

El fin del Clásico se halla marcado por varios hechos, entre ellos, la caída de los centros que habían
ganado relevancia tras el declive teotihuacano, el abandono de la mayor parte del norte
mesoamericano, el colapso de las ciudades mayas de las Tierras Bajas del centro y el sur, y un
importante conjunto de migraciones que daría como resultado la fundación de Tula.

Hay muchas teorías posuladas para la explicación del colapso de la sociedad, pero ningún factor en
particular cuenta la historia completa. La mayoría de las ideas se enfocan en la inestabilidad
fundamental de la élite Clásica de las organizaciones socio-políticas compuestas por la degradación
medioambiental; cambios de clima y la disminución de los recursos debido a la sobrepoblación.
Algunas áreas dieron testimonio de un florecimiento breve de estados secundarios entre los 800 a
los 1200 d.C. una era llamada algunas veces el Clásico Épico. Centros ceremoniales como Uxmal,
Xochicalco, Cacaxtla, y El Tajín fueron renombrados por sus extraordinarios desarrollos artísticos en
sus fachadas de piedra de mosaico intrincado y las pinturas al fresco.

Posclásico (900 a 1521 d.C)

El Periodo Posclásico es la última etapa del desarrollo independiente de la civilización


mesoamericana. Este periodo está marcado por seguir a la caída definitiva de las ciudades del
Clásico y por los movimientos migratorios. Este periodo se marca por el surgimiento de grandes
sistemas políticos marcados por grandes urbes como Tula y Tenochtitlan.

Las sociedades de este periodo siguieron desarrollándose sobre las mismas bases económicas que
eran la agricultura y el comercio. La escritura fue una práctica firmemente establecida y sería un
medio eficaz para registrar y reforzar actos rituales, hechos míticos, conceptos religiosos y eventos
asociados a la vida de pueblos y gobernantes, lo que la convertiría en una de las fuentes de
información fundamental sobre las sociedades mesoamericanas. El desarrollo de un sistema para el
registro del transcurso del tiempo sería una de las consecuencias más relevantes de la
representación jeroglífica y se convertiría, con la existencia de calendarios regionales, en uno de los
rasgos característicos de Mesoamérica.

Aunque la guerra era una práctica generalizada desde épocas anteriores, en el Posclásico alcanzó
nuevas dimensiones por influencia de grupos provenientes del norte, los cuales traían prácticas más
barbáricas y sangrientas, y de hecho se conformó un nuevo grupo social: los guerreros. Asociado a
este clima bélico, el sacrificio humano, que también se practicaba en las fases precedentes, se
convirtió en un componente fundamental del ritual público y en ocasiones se intensificaron como
en el caso de las Guerras Floridas.

El Posclásico es el contexto histórico en el que florecieron pueblos como los aztecas y toltecas en el
Centro; los mixtecos en Oaxaca; los tarascos en el Occidente; los huastecos en el norte de la llanura
del Golfo de México; los mayas en la península de Yucatán y el altiplano occidental de Guatemala y
los pipiles en América Central.

El Posclásico se divide en dos subperiodos: temprano y tardío.

Posclásico Temprano (900-1200 D.C.)

En el área maya este sub-periodo se marca por una dominación del norte marcada por Chichen Itzá
y una desaparición y prácticamente abandono en la parte central y baja de la zona. El comercio y el
contacto con otras partes de la región se establecen vía marítima. La ciudad de Chichen Itzá
establece contactos fuertes con partes importantes de Mesoamérica en este periodo. También se
encuentran otros centros importantes como Lamanai pero casi todos se centran en partes cercanas
a la costa. Chichen Itza cae alrededor del año 1200.

En el área central este sub-periodo se caracteriza por la aparición de la civilización Tolteca que tiene
su capital en Tula y por el desarrollo de los Mixtecos con su capital Mitla en el Área Oaxaqueña. Los
Toltecas caen alrededor de 1150 y es abandonada la ciudad de Tula. Los Mixtecos sobreviven hasta
los tiempos de la llegada de los españoles.

Posclásico Tardío (1200-1521)

En el área maya surge una nueva ciudad Mayapan que reemplaza a Chichen Itza y establece una
importante red de comercio a larga distancia por toda la región. También aparecen sitios
importantes en la costa como Tulum, Cozumel y otros estados en Belice. Por otra parte surgen en
las partes altas de Guatemala grupos Quichés.

Tras la caída de Tula, el valle central se marca por la llegada de grupos aztecanos provenientes del
norte. Estos grupos empiezan a ganar poder y establecen alianzas dinásticas con otros grupos de la
región. Los aztecas emprendieron conquistas a lo largo del centro de la región. También ellos
emprendieron Guerras Floridas para obtener victimas de sacrificio. Los aztecas desarrollaron
también un sistema de escritura y un sistema de comercio a larga distancia. Por el otro lado, en el
occidente los Tarascos también empiezan a ejercer un control imperial. Las rivalidades entre aztecas
y Tarascos marcan este sub-periodo. También se marca este periodo por grandes centros alrededor
de los lagos: Tenochtitlan, Tlacopan y Texcoco en las orillas del lago de Texcoco, y centros como
Ihuatzo y Tzintzuntzan al lado del lago de Pátzcuaro.

El final del Posclásico ocurrió con la llegada de los españoles hacia la segunda década del siglo XVI.
A partir de entonces ocurrió un proceso de transculturación que remodeló las culturas indígenas y
sentó las bases de las culturas mestizas de México y Centroamérica.

México colonial

Época Colonial de México 1521 - 1821. 1. Para la historia de México el periodo conocido como la
Colonia o Virreinato empieza en el siglo XVI, cuando los españoles, al mando de Hernán Cortés
conquistaron la antigua México Tenochtitlan.

Para la historia de México el periodo conocido como la Colonia o el Virreinato empieza en el siglo
XVI, cuando los españoles, al mando de Hernán Cortés, conquistaron la antigua México-
Tenochtitlan. Así fundaron la Nueva España, nombre que los conquistadores le dieron a la actual
ciudad de México. También se conoce esta etapa con el nombre de Virreinato porque el país,
durante el tiempo que duró, fue gobernado por un representante del rey de España que tenía el
título de virrey.

Es muy raro que haya épocas que abarquen exactamente una cifra decimal redonda, pero en
nuestra historia colonial así es, ya que se considera que esta etapa empieza estrictamente en el año
de 1521, cuando cayó en poder de los españoles la antigua ciudad de México-Tenochtitlan, y
termina en 1821, año en el que se declaró la Independencia de México.

Así pues el periodo de la Colonia abarca 300 años, y está usualmente dividido en tres periodos: el
primero y más antiguo es el que corresponde al siglo XVI y correponde a todo lo que pasó en la
Nueva España desde 1521 hasta 1600; el segundo, el del siglo XVII, que comprende lo sucedido entre
1601 y 1700; y, finalmente, el tercero y último, el del siglo XVIII mexicano y que va de 1701 y 1800.

Los 21 años que faltan para llegar a 1821 ya pertenecen al siglo XIX, y todavía son parte de la historia
de la Colonial, aunque los historiadores les conceden a esos años finales del Virreinato el apelativo
de periodo, “de transición”, ya que la lucha iniciada por Miguel Hidalgo y Costilla contra el dominio
del gobierno español en la Nueva España había comenzado en 1810 dando lugar así al nacimiento
de México.

La importancia de la época de la Colonia es determinante tanto para la historia de nuestro país como
nación independiente como para la historia de todo Occidente, ya que, a partir de ese momento,
América entró a formar parte del mundo que hasta entonces conocían los europeos.

En la época de la Colonia lareligión católica ganó nuevos e importantes territorios, cambió el


lenguaje, la traza de las ciudades, las manifestaciones culturales y artísticas yse inició el mestizaje o
sincretismo, es decir la mezcla entre los conquistadores y los conquistados, combinación que definió
el carácter actual que tienen hoy todas las naciones llamadas latino o hispanoamericanas.

Para entender cabalmente la complejidad de la época de la Colonia en México habría que analizar,
en un principio, dos tipos de dominación española: la conquista militar y la conquista espiritual, y
después, adentrarse en cómo fue el establecimiento de las ciudades españolas, cuál la situación de
los naturales, cómo estaba constituido y cuál era el funcionamiento del gobierno colonial; la
importancia de las autoridades eclesiásticas, las nuevas formas de moral y también el terror que
inspiró el Santo Oficio todo ello sin olvidar, por supuesto, los estratos o castas de los que estaba
compuesta la sociedad colonial.

No menos importante fue, por supuesto, el arte y la cultura en la Colonia que en cada siglo XVI, XVII
y XVIII tuvo manifestaciones particulares, la vida cotidiana y el surgimiento del criollismo, de donde
salió el conjunto de hombres que, finalmente, habrían de terminar con la Colonia y con la
dependencia que, de España, tenía México antes de llamarse como hoy se llama.

México independiente

El recuerdo de la gran revolución de Ayutla, nos da ocasión para significar la limpia trayectoria de la
vida de Juan N. Álvarez, ciudadano ejemplar, revolucionario puro que entrega a la Patria medio siglo
de su existencia, amalgamada con la causa misma de la libertad y agigantada por la fuerza política y
moral y el profundo contenido social de nuestras revoluciones.

Inicia Morelos apenas sus operaciones en el Sur, cuando el 17 de noviembre de 1810, en el pueblo
de Coyuca, hoy de Benítez, se incorpora a su escolta el joven Juan N. Álvarez, quien ha de asistir al
lado de Morelos, mientras este vive y después, al lado de Don Vicente Guerrero, a la mayor parte
de las acciones de armas de los 11 años de la Guerra de Independencia, hasta verla coronada por el
éxito en el memorable Abrazo de Acatempan, el Plan de Ayutla y la entrada a México del Ejército
Trigarante.

No disipada todavía la lucha, defiende el federalismo (Constitución del 4 de octubre de 1824), con
el conocimiento pleno de que representaba la única forma de asegurar el pleno goce de las
libertades, que el centralismo pretendía ahogar, continuando el sistema virreinal a base de
concentrar el poder y la autoridad en unas cuantas manos.

Esta convicción le mantuvo activo hasta 1854. En el período que va de la consumación de la


Independencia Política a la Gran Revolución de Ayutla, solo mantiene en paz a su provincia, cuando
surgen los gobiernos liberales que dan vigencia a la Constitución de 1824, con una sola excepción
que lo honra. Siendo presidente Santa Anna y manteniéndose los sureños en rebeldía, acaece la
invasión estadounidense; el sur depone su actitud y al mando de Juan N. Álvarez presta su
contingente, para mantener la integridad Nacional.

El 1º de marzo de 1854 se proclama el Plan de Ayutla y es la figura de aquel joven soldado que se
unió a Morelos en 1810, que maduro en convicciones a través del penoso evolucionar de su pueblo,
el que ha de prestarle eje y alma a la gran Revolución de Ayutla.
Jesús Romero Flores, escribe “Tres etapas grandiosas ha tenido la Revolución Mexicana: La lucha
por la Independencia Política, 1810; la lucha por la libertad espiritual, 1854 y la lucha por la
autonomía económica 1910. Hidalgo, Álvarez y Madero, acaso sin proponérselo conscientemente,
iniciaron cada una de esas etapas que fueron felizmente continuadas por otros muchos paladines“.

Pero la figura de Juan N. Álvarez se actualiza, cobra importancia, a través de la política presente,
porque no solo funde su vida al calor que producen las luchas libertarias, sino que es entonces y se
prolonga ahora como una eterna y hermosa lección de civismo.

El hombre que ha dado su juventud a la Patria, viejo ya, abraza una vez más su vieja causa con estas
ejemplares palabras:

“Mi edad bastante avanzada y mis notorias enfermedades, me exigen retirarme al descanso de la
vida privada; más al llamado de mis conciudadanos he alejado de mí el bienestar particular y vengo
a sacrificarlo todo a la causa sagrada que desde tiempos muy atrás sirvo con lealtad, porque ella es
la de mi Patria“.

Y cuando triunfante la Revolución de Ayutla estima necesario nuevamente el sacrificio nos hereda
estas preciosas palabras.

“Pobre entré a la Presidencia y pobre salgo de ella, pero con la satisfacción que no pesa sobre mí la
censura pública, porque dedicado desde mi más tierna edad al trabajo personal, se manejar el arado
para sostener a mi familia, sin necesidad de los puestos públicos donde otros se enriquecen con
ultraje de la orfandad y la miseria“

México de reforma y Benito Juárez

La Guerra de Reforma, también conocida como la Guerra de los Tres Años, aconteció en México en
el año de 18581 .al 10 de enero de 18612 . La nación estaba dividida en dos grandes partidos:
liberales y conservadores; ambos luchaban por sus ideales. Se le atribuye la transformación social
mexicana por la transición de la estructura política en la cual se buscó establecer el sistema
capitalista democrático y terminar con el que había desde la Colonia y el Imperio. En este nuevo
sistema, se formó un Estado nacional basado en el orden constitucional, en la necesidad del pueblo
mexicano por una reestructuración al intentar terminar con los privilegios de las clases dominantes
(igualdad ante la ley), la reactivación de la economía y la restauración del trabajo .3 Por un tiempo,
los liberales y conservadores tuvieron gobiernos paralelos, con la sede del gobierno conservador en
la Ciudad de México y los liberales en Veracruz.4 . Con el transcurso de los años, la guerra se hizo
más sangrienta y polarizó a la gente en la nación. La guerra terminó con la derrota definitiva de los
conservadores en la batalla de Calpulalpan, Estado de México 5 . en 1861, y con Benito Juárez
instalando su administración en la Ciudad de México. Una vez que el Congreso Constituyente había
cumplido con su tarea de elaborar una nueva constitución, se hizo la convocatoria para realizar
elecciones tanto de los poderes federales como los de los estados. Se reunió así el primer Congreso
Conl, que trabajaría ya bajo los principios de la carta magna de 1857. Fecha de 1858 a 1861.

La República fue restaurada en 1867, cuando los franceses salieron de México. Benito Juárez se
dedicó a reconstruir el país y a cumplir con los mandatos de la constitución de 1857. La sociedad se
secularizó, y el gobierno intenta atraer a la inversión extranjera con la pacificación del país y con
proyectos que actualizaban la infraestructura de transportes.

Durante estos años, Benito Juárez consolidó su poder, y fue reelegido en dos ocasiones. Porfirio
Díaz, héroe de la batalla de Puebla, se levantó en armas en contra de Juárez en 1872, pero la nación
responde con desdén a su llamado a las armas. Benito Juárez muere en 1872, y Sebastián Lerdo de
Tejada asume la presidencia.

En 1876, Lerdo de Tejada busca la reelección, y Díaz vuelve a levantarse en armas. En esta ocasión,
Díaz es victorioso y derrota a Lerdo de Tejada, que termina huyendo del país.

México revolucionario

La Revolución mexicana fue un conflicto armado que se inició en México el 20 de noviembre de


1910. Hoy suele ser referido como el acontecimiento político y social más importante del siglo XX
en México.

Los antecedentes del conflicto se remontan a la situación de México bajo el Porfiriato. Desde 1876
el general oaxaqueño Porfirio Díaz ejerció el poder en el país de manera dictatorial. La situación se
prolongó por 31 años, durante los cuales México experimentó un notable crecimiento económico y
estabilidad política. Estos logros se realizaron con altos costos económicos y sociales, que pagaron
los estratos menos favorecidos de la sociedad y la oposición política al régimen de Díaz. Durante la
primera década del siglo XX estallaron varias crisis en diversas esferas de la vida nacional, que
reflejaban el creciente descontento de algunos sectores con el Porfiriato.

Cuando Díaz aseguró en una entrevista que se retiraría al finalizar su mandato sin buscar la
reelección, la situación política comenzó a agitarse. La oposición al Gobierno cobró relevancia ante
la postura manifestada por Díaz. En ese contexto, Francisco I. Madero realizó diversas giras en el
país con miras a formar un partido político que eligiera a sus candidatos en una asamblea nacional
y compitiera en las elecciones. Díaz lanzó una nueva candidatura a la presidencia y Madero fue
arrestado en San Luis Potosí por sedición. Durante su estancia en la cárcel se llevaron a cabo las
elecciones que dieron el triunfo a Díaz.

Madero logró escapar de la prisión estatal y huyó a los Estados Unidos. Desde San Antonio (Texas)
proclamó el Plan de San Luis, que llamaba a tomar las armas contra el Gobierno de Díaz el 20 de
noviembre de 1910. El conflicto armado tuvo lugar en primera instancia al norte del país y
posteriormente se expandió a otras partes del territorio nacional. Una vez que los sublevados
ocuparon Ciudad Juárez (Chihuahua), Porfirio Díaz presentó su renuncia y se exilió en Francia.

En 1911 se realizaron nuevas elecciones en las cuales resultó electo Madero. Desde el comienzo de
su mandato tuvo diferencias con otros líderes revolucionarios, que provocaron el levantamiento de
Emiliano Zapata y Pascual Orozco contra el Gobierno maderista. En 1913 un movimiento
contrarrevolucionario, encabezado por Félix Díaz, Bernardo Reyes y Victoriano Huerta, dio un golpe
de Estado. El levantamiento militar, conocido como Decena Trágica, terminó con el asesinato de
Madero, su hermano Gustavo y el vicepresidente Pino Suárez. Huerta asumió la presidencia, lo que
ocasionó la reacción de varios jefes revolucionarios como Venustiano Carranza y Francisco Pancho
Villa. Tras poco más de un año de lucha, y después de la ocupación estadounidense de Veracruz,
Huerta renunció a la presidencia y huyó del país.

A partir de ese suceso se profundizaron las diferencias entre las facciones que habían luchado contra
Huerta, lo que desencadenó nuevos conflictos. Carranza, jefe de la Revolución de acuerdo con el
Plan de Guadalupe, convocó a todas las fuerzas a la Convención de Aguascalientes para nombrar un
líder único. En esa reunión Eulalio Gutiérrez fue designado presidente del país, pero las hostilidades
reiniciaron cuando Carranza desconoció el acuerdo. Después de derrotar a la Convención, los
constitucionalistas pudieron iniciar trabajos para la redacción de una nueva constitución y llevar a
Carranza a la presidencia en 1917. La lucha entre facciones estaba lejos de concluir. En el reacomodo
de las fuerzas fueron asesinados los principales jefes revolucionarios: Zapata en 1919, Carranza en
1920, Villa en 1923, y Obregón en 1928.

Actualmente no existe un consenso sobre cuándo terminó el proceso revolucionario. Algunas


fuentes lo sitúan en 1917, con la proclamación de la Constitución mexicana, algunas otras en 1920
con la presidencia de Adolfo de la Huerta o en 1924 con la de Plutarco Elías Calles. Incluso hay
algunas que aseguran que el proceso se extendió hasta los años 1940.

México contemporáneo

A lo largo del siglo XX el objetivo del cambio llevó grandes nombres distintos: lo que entre 1920 y
1940 se llamó progreso, en las tres décadas posteriores se denominó desarrollo, y en el último
tercio del siglo, modernización.

Estas nociones tenían en común un objetivo general de bienestar prosperidad, y variaban, al igual
que en otros países, determinadas por los cambios tecnológicos y los avances en el conocimiento
científico que fueron distintivos del siglo XX. Sin embargo, algunos procesos estuvieron presentes
en los tres conceptos como atributos de una vida mejor: la vida urbana, la industria, la educación,
la secularización.

Los indicadores del cambio social que experimentó México en este periodo son distintos e
independientes pero estaban interconectados y se reforzaban entres sí porque iban en la misma
dirección, aunque a ritmo diferente. Por ejemplo, la migración del campo a la ciudad, que sostuvo
la urbanización; el cambio de ocupación del sector agrícola al industrial, al de servicios, o al de la
economía de mercado; el mayor acceso de grupos e individuos a los medios de comunicación de
masas e incluso a la educación formal, lo que generó nuevas expectativas y comportamientos al
mismo tiempo indujo la necesidad de desarrollar o adoptar formas de organización e integración
sociales adecuadas al medio urbano: grupos de vecinos, sindicatos, clubes, grupos religiosos, de
ayuda mutua, de padres de familia; así como nuevos patrones de relación con la autoridad y de
participación política.

A partir de los años setenta del siglo XX se puede constatar la ocurrencia simultánea de muchos de
estos procesos en la sociedad mexicana. La migración fue uno de los procesos más dinámicos del
periodo.
Uno de los indicadores más poderosos del cambio social fue el descenso de la tasa de fecundidad,
el cual se aceleró a finales de los setenta como resultado de la planificación familiar y de la elevación
de los niveles educativos de las mujeres. En 1999 más de 65 por ciento de las mujeres unidas
utilizaban algún medio de control de la natalidad, y dejaba al descubierto el rostro de una sociedad
secularizada donde la iglesia católica ejercía una influencia limitada.

Todos estos cambios fueron reforzados por otras transformaciones también de largo plazo como la
regionalización económica del país. Los medios de comunicación masiva también crecieron, en
particular la radio y la televisión: entre 1982 y 1995. Los cambios fueron reforzados por la
regionalización económica del país.

Con esto nos podemos dar cuenta de que los grandes cambios que sufrió México a lo largo de todos
estos años algunos se podría decir que fueron para bien y otros perjudicaron un poco a la sociedad.

Sin embargo los cambios que se hicieron fueron planeados en busca del bien de la sociedad y lo que
es más importante para el bien del país.

Lo que siempre se ha venido buscando es el desarrollo del país, es por eso que desde años atrás se
ha luchado por el desarrollo de este y nosotros debemos de contribuir cada día mas al desarrollo de
nuestro país.

Movimiento estudiantil en México de 1968

El Voto de las Mujeres En las elecciones del 3 de julio de 1955 las mujeres pudieron acudir a las
urnas a emitir su voto.

La nacionalización del Petróleo

La educación

El Siglo del México Contemporáneo en la Arquitectura

El siglo XX puso a México, por primera vez en su historia, ante la posibilidad de ser contemporáneo
de las naciones que decidían la orientación de la arquitectura en el mundo. Nuestro país tuvo un
problemático siglo XIX, por lo que su gran arquitectura “decimonónica” sólo pudo aparecer en los
inicios del siglo XX.

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