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leyenda

La novia de la Guaira

En los años 50 cuando aún no existía la autopista Caracas La Guaira, una joven llamada María José
Cárdenas estaba muy enamorada de su novio.

Vestida de novia y lista para ir al altar, fue a tomar un taxi que la llevara hasta Caracas para la
boda. El taxi se descompuso y María decidió pedir a algún viajero que la ayudara.

Alguien se detuvo y se ofreció llevarla, pero estando ebrio, tuvieron un accidente en una curva y
murieron los dos.

Desde entonces cuentan los conductores que en las noches aparece en la carretera pidiendo que
la lleven. Si la llevas, al pasar por el lugar del accidente, ella dice: “Aquí me maté yo”,
desapareciendo.

Los conductores ebrios pierden el control y sufren accidentes. Se cuenta también que si el
conductor está sobrio, le deja unas flores donde iba sentada.

Por otro lado si se le niega llevarla, se aparece más adelante preguntando “¿Por qué no me
llevas?”, produciendo en la mayoría de los casos graves accidentes

Mitos de Paraguaná Basan sus creencias en el espíritu bueno y el malo. Existen lugares curiosos
que se han llenado de leyendas y tradiciones. Los caquetíos sentían pavor por el Capu que era un
demonio, y para librarse de él grababan su imagen o símbolo en sus joyas y en madera; a través de
los célebres petroglifos, así se consideraban protegidos contra castigos y enfermedades. En
Yabuquiva, existe un sitio llamado El Encanto, allí hay árboles como cujíes, guayacanes, parece un
bosque encantado, se concentra en este sitio casi todo el aguade la región por lo que existe
frescura: aquí hay innumerables leyendas, que hacían rituales en las orillas de las lagunas que
jamás se secan y donde el agua era reverenciada y se invocaba al espíritu bueno de la madre
tierra.

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Aquiles nazoa

FLASH CUNA, POEMA DE LAS MANOS

Una blanca regata Nena

de espumas rotas, -chocalatín para la niña buena.

un milagro volando: Nena, mi amor

cinco palomas -un guante azul para la flor.

¡Adiós, postales! Esa, para mis cabellos:

Cinco las palomitas esta, para mi corazón:

remando el aire. ¡qué bien se siente mi tristeza

entre las liebres del señor!

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