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Lección 27: Medioambiente y Derechos Humanos

Hola. Bienvenidos a esta clase. Mi nombre es Dominique Hervé. Soy


profesora de derecho ambiental en la Universidad Diego Portales. En
esta lección trataremos la relación entre el medioambiente y los
derechos humanos. Cubriremos seis puntos: 1. Primero, el concepto
de medioambiente; 2. Segundo, las bases para la protección del
medioambiente; 3. Tercero, la protección del medioambiente como
un tema de derechos humanos; 4. Cuarto, el nacimiento del
movimiento internacional por el medioambiente; 5. Quinto, principios
medioambientales claves; y 6. Sexto, organizaciones no
gubernamentales para la protección del medioambiente.

1. El concepto de medioambiente. No hay una única definición


del medioambiente que haya sido adoptada por los sistemas
regulatorios nacionales o por acuerdos regionales e internacionales.
Sin embargo, hay amplio consenso en que se refiere a un sistema
global en constante interacción, que consiste en elementos físicos,
biológicos y socio-culturales.

2. Las bases para la protección del medioambiente. Durante


los 60s, nació un movimiento global que buscaba regular y proveer
protección legal al medioambiente. Desde entonces ha habido una
discusión sobre el bien jurídico o valor público que debe ser
protegido o resguardado. Algunos favorecen una aproximación
“ecocéntrica”, que considera que el objeto de protección es el
medioambiente como tal, con todos sus componentes, como el aire,
el mar, la tierra, la flora o la fauna. Esto es, el medioambiente sería
un bien jurídico autónomo digno de protección en sí mismo. Por otro
lado, hay quienes proclaman una aproximación “antropocéntrica”,
según la cual la protección medioambiental se justifica sólo en la

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medida que esté directamente relacionada con los derechos
individuales, tales como la vida y la salud de la población.

La mayoría de los medioambientalistas ha adoptado una


aproximación antropocéntrica, y en algunos casos, una aproximación
antropocéntrica moderada, dependiendo del grado de relación que
ven entre el medioambiente y los derechos individuales. Las
disposiciones de la Declaración de Estocolmo de la ONU, de 1972,
son un claro ejemplo de la visión antropocéntrica, puesto que
concentran las preocupaciones y esfuerzos por proteger al
medioambiente sobre el hecho de que es esencial para el bienestar
humano y el goce de los derechos humanos básicos.

3. La protección del medioambiente como un tema de


derechos humanos. Aunque son campos distintos y separados, la
protección de los derechos humanos y la del medioambiente están
íntimamente ligadas al punto que son de hecho interdependientes.
Los derechos humanos se basan en el respeto por los atributos
humanos fundamentales como la dignidad, igualdad y libertad, y el
aseguramiento adecuado de estos depende de un medioambiente
propicio. Adicionalmente, la protección adecuada del medioambiente
depende del ejercicio de los derechos humanos, como la libertad de
expresión e información, que son vitales para el desarrollo de
políticas ambientales apropiadas y transparentes. La degradación
medioambiental también afecta directamente el goce de varios
derechos humanos, incluidos el derecho a la vida, la salud, la
alimentación y el agua.

La relación entre los derechos humanos y el medioambiente ha sido


reconocida de dos maneras: (a) a través de la proclamación de un
nuevo derecho a un medioambiente saludable, seguro y sustentable;
y (b) profundizando los vínculos entre los derechos humanos ya
reconocidos – tales como los derechos a la vida y a la salud – y el
medioambiente. A este respecto, la tendencia de los órganos de

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derechos humanos ha sido la de adoptar esta segunda forma de
reconocimiento, enfatizando la dimensión “verde” de los derechos
humanos.

Hay dos conjuntos de derechos que están íntimamente ligados al


medioambiente. Primero, los derechos cuyo goce se ve
particularmente afectado por la degradación ambiental. Así, se ha
identificado que amenazas medioambientales específicas tienen un
efecto dañino en ciertos derechos. Por ejemplo, con respecto al
derecho a la vida y a la salud, hay amenazas importantes como el
manejo inadecuado de desperdicios tóxicos y peligrosos, o los
efectos que el cambio climático generará en los derechos a la vida,
la salud, la alimentación, el agua, etc. Algunos tratados de derechos
humanos, incluyendo la Convención de los Derechos del Niño, se
refieren explícitamente a esta relación. En cuanto al derecho
humano al agua, fue reconocido como tal en 2002, del Comentario
General No 15 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, que lo considera como un elemento implícito, pero
esencial, del derecho a gozar de un adecuado nivel de vida.

Segundo, están aquellos derechos cuyo ejercicio es conducente a la


formulación de políticas ambientales más apropiadas y
transparentes. Ejemplos son los derechos a la libertad de expresión
(incluyendo el derecho de acceso a la información), de asociación, a
participar en los procesos de toma de decisiones y a un recurso
judicial. Estos derechos no sólo permiten una mejor protección del
medioambiente, sino también de aquellos derechos humanos que
son más susceptibles a la degradación ambiental. Sin embargo, aún
existe una falta de determinación de las obligaciones específicas que
el derecho de los derechos humanos impone para proteger al
medioambiente.

Finalmente, es útil enfatizar el concepto de “justicia ambiental”, que


fue incorporado al debate medioambiental en Estados Unidos en los

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setenta. Esto surge del reconocimiento de que los grupos
vulnerables han sido particularmente afectados por la contaminación
ambiental y el agotamiento de los recursos naturales. El concepto de
justicia ambiental tiene dos dimensiones: Primero, una dimensión
distributiva que apunta a la distribución equitativa de los bienes
ambientales (como parques) y de los malos efectos ambientales
(como industrias contaminadoras). Segundo, una dimensión
participativa que descansa sobre el supuesto de que los ciudadanos
tienen la habilidad de influir en los procesos ambientales de toma de
decisión. Estas dos dimensiones son una aplicación de los principios
de igualdad, no discriminación y participación, que están
reconocidos en múltiples declaraciones y tratados de derechos
humanos.

4. El nacimiento del movimiento medioambiental


internacional. Principales documentos y tratados
internacionales. El derecho a un medioambiente sano fue
establecido solamente en la segunda mitad del siglo 20. Este
reconocimiento más bien tardío se debe al hecho de que la
intervención humana en el medioambiente se volvió más fuerte sólo
desde la Revolución Industrial. Creció más luego de la Segunda
Guerra Mundial. Comenzando en los 1960s, el movimiento
medioambiental creó conciencia sobre la cercana relación entre los
seres humanos y el medioambiente. En 1972, se celebró la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente Humano
en Estocolmo. Ella llevó a una declaración de principios por la cual
los Estados reconocieron la importancia del medioambiente para el
bienestar humano, y acordaron una serie de recomendaciones y
planes de acción. La así llamada “Declaración de Estocolmo” es el
primer esfuerzo de la comunidad internacional por introducir la
dimensión ambiental en la agenda política como una condición para
el progreso económico y social.

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Ese mismo año 1972, el Programa Ambiental de la ONU (UNEP) fue
creado con el fin de coordinar los esfuerzos de la Organización de las
Naciones Unidas para el medioambiente. Desde esa fecha, la
comunidad internacional ha adoptado varios otros acuerdos para
resolver problemas relacionados con el medioambiente en sus varias
áreas, como el cambio climático, el desgaste de la capa de ozono, la
conservación de la diversidad biológica, etc. En los años 80, destaca
la aprobación de la Carta Mundial de la Naturaleza. Esta carta
proclama un número de principios de conservación medioambiental.
Otros instrumentos internacionales relevantes son: (a) la Convención
de las Naciones Unidas del Derecho del Mar, que rige, entre otros
aspectos, la explotación, conservación y contaminación del mar y de
los recursos marinos; (b) la Convención de Viena para la Protección
de la Capa de Ozono; y (c) el Protocolo de Montreal sobre Sustancias
que Erosionan la Capa de Ozono.

Más tarde, en 1992, tuvo lugar en Río de Janeiro la Conferencia de


las Naciones Unidas sobre el Medioambiente y el Desarrollo. En ella
adoptó la Declaración de Río sobre el Medioambiente y el Desarrollo.
Este documento es famoso por introducir el concepto de “desarrollo
sostenible”. En la misma década, los siguientes tratados
medioambientales fueron adoptados: (a) la Convención Marco de las
Naciones Unidas para el Cambio Climático; (b) el Protocolo de Kioto,
que impone metas vinculantes para reducir las emisiones de gases
de invernadero para los países industrializados; (c) la Convención de
las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica; y (d) la
Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación
en Aquellos Países que Experimentan Seria Sequía y Desertificación.

Regionalmente, los acuerdos de derechos humanos adoptados luego


de los años 70 incluyen el derecho a un ambiente sano. Lo mismo ha
sucedido a nivel nacional, donde la mayoría de los países han
aprobado leyes dirigidas a proteger el medioambiente, muchos de
los cuales han consagrado este derecho en su Constitución. Sin

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embargo, a pesar de los muchos instrumentos medioambientales y
reconocimientos en los sistemas jurídicos nacionales, el derecho a un
medioambiente sano no está explícitamente reconocido como tal en
ningún acuerdo global.

5. Principios medioambientales fundamentales. Los acuerdos


internacionales y declaraciones sobre el medioambiente han
establecido principios que son útiles para interpretar preceptos
jurídicos específicos y también para adoptar e implementar
herramientas de política ambiental. El principio precautorio puede
ser destacado. De acuerdo al mismo, en caso de amenaza de daño
serio o irreversible, la falta de absoluta certeza científica no debe ser
usada por los Estados como una razón para posponer medidas para
prevenir el daño ambiental. Este principio está consagrado en la
Declaración de Río de 1992, y también ha sido incluido en acuerdos
subsecuentes como el Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad,
del año 2000. La Declaración de Río también establece el principio
de desarrollo sostenible. Este concepto se refiere a la capacidad
de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos
y posibilidades de las generaciones futuras. La misma Declaración
de Río destaca la importancia de la participación y del acceso a la
información ambiental. El principio de participación ha inspirado
otros acuerdos, como la Convención sobre Acceso a la Información, a
la Participación Pública en la Toma de Decisiones y el Acceso a la
Justicia en Materias Medioambientales, esto es, la Convención de
Aarhus de 1998.

Otro principio importante es el principio de “el que contamina


paga”, que impone un deber al contaminador de cargar con los
gastos y costos de minimizar o controlar las emisiones
contaminantes que son generadas. Por otro lado, las disposiciones
de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio
Climático, de 1992, son un claro reflejo del principio de
“responsabilidades comunes pero diferenciadas” de los

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Estados, por ejemplo, al imponer ciertas obligaciones que aplican
solamente a los países industrializados, entre otros principios.

6. Organizaciones no gubernamentales para la protección del


medioambiente. Además de los órganos e instituciones
internacionales y nacionales, se han creado muchas organizaciones
no gubernamentales para la protección del medioambiente.
A nivel internacional, algunas de las más conocidas son Greenpeace,
Amigos de la Tierra y Oceana. Muchas otras han sido formadas en
varios países.

Como ha sucedido con otros asuntos de ética pública, tales como


derechos humanos y anti-corrupción, las organizaciones no
gubernamentales para la protección del medioambiente han
contribuido en gran medida a aumentar la conciencia mundial sobre
la materia en que se centran, y a poner presión para la adopción de
acuerdos internacionales así como leyes, instituciones y políticas
públicas nacionales para la protección del medioambiente.

Gracias por su atención e interés. Por favor visiten nuestro sitio web
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