CRÓNICA DEL INTENTO DE ASESINATO A SAN JUAN PABLO II Y EL
ENCARCELAMIENTO DEL CULPABLE
El 13 de mayo de 1981 un inesperado suceso conmocionó a los católicos de todo el mundo. Aquel miércoles por la tarde, siguiendo con su costumbre de cultivar un trato cercano con sus fieles, el papa Juan Pablo II salió a saludar en su coche descubierto a quienes se congregaban en la plaza de San Pedro para verle. Cuando se dirigía a la tribuna de la plaza varios disparos abatieron al pontífice que resultó gravemente herido en el abdomen y un brazo. El ataque fue perpetrado por un joven turco de 23 años, Mehmet Alí Agca, que fue capturado. Juan Pablo II fue conducido al hospital Gemelli al que llegó prácticamente desangrado. Tras una larga intervención los médicos lograron salvar su vida, aunque el papa padecería hasta su muerte las secuelas del atentado. Tres años después Juan Pablo II se entrevistó con Alí Agca en la cárcel de Rebibbia. El Pontífice hizo público su perdón a Ali Agca, de 46 años, e incluso fue a visitarle a la cárcel el 27 de diciembre de 1983. En julio de 1981, Agca fue condenado a cadena perpetua y a la pena especial de "aislamiento" por un tribunal italiano. En 1985, en el denominado "juicio del siglo", que se inició en Roma sobre la presunta conspiración internacional en el atentado contra Juan Pablo II, Agca, el único condenado en el proceso, no dudó, en sus declaraciones, en vincular el atentado contra el Pontífice con el tercer secreto de la Virgen de Fátima. El turco Agca, de confesión musulmana, que en ocasiones declaró ser "el instrumento inconsciente de un plan misterioso", cumplió condena en las prisiones italianas de Rebibbia, donde el 27 de diciembre de 1983 recibió la visita de Juan Pablo II; Ascolano, Marino del Tronto y Ancona; y los diez primeros años estuvo en régimen de aislamiento y vigilancia especial. En mayo de 1989 el Tribunal de Ancona redujo en casi dos años la pena de cárcel por buena conducta, después de admitir la petición del fiscal general. Obtuvo el indulto El 13 de junio del año 2000 y un mes después de que el Vaticano revelara el tercer secreto de Fátima, Alí Agca obtenía el indulto del presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, a la vez que el ministro de Justicia Piero Fassino concedía su extradición a Turquía, donde debe descontar varias penas por delitos cometidos antes de 1981, entre ellos el asesinato del periodista turco Abdi Ipekci. Por este delito, Agca había sido condenado a muerte en ausencia, pero tras la amnistía se le redujo la pena a diez años de prisión. Desde el 14 de junio, Alí Agca cumple condena en la prisión de Kartal, un penal especial situado en la zona asiática de Estambul, que acoge a los criminales más peligrosos. El 18 de diciembre de 2000 fue condenado por un tribunal de Estambul sendos robos en un taxi y de dinero en una fábrica de refrescos cometidos hace unos 20 años. El tribunal dictó en esa ocasión en primer lugar una sentencia de 18 años por cada delito, pero a continuación redujo la condena a siete años y dos meses en aplicación de una amnistía parcial, por permanecer casi veinte años encarcelado y ser bueno su comportamiento en prisión. El 8 de enero de 2006, un tribunal turco ha decidido ponerlo en libertad, tras considerar que ha cumplido ya su pena de cárcel en Turquía. El turco no fue autorizado a asistir a los funerales del Papa. "Debo estar allí, tengo que asistir al funeral. Si no puedo ir, entonces alguien de mi familia debe hacerlo", declaró Agca a través de su abogado.