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Documento Final:
Ley de auto-amnistía:
Decreto 157:
Decreto 158:
En la misma fecha, se dictó el Decreto 158/83 que disponía la persecución penal de los
crímenes de la dictadura. Según el decreto, “La restauración de la vida democrática debe
atender, como una de sus primeras medidas, a la reafirmación un valor ético fundamental:
afianzar la justicia. Con este fin, corresponde procurar que sea promovida la acción penal
contra los responsables de aprobar y supervisar operaciones cuya ejecución necesariamente
había de resultar violatoria de bienes fundamentales de la persona humana tutelados por el
derecho criminal”. La norma establecía que serían juzgadas las actuaciones de represión
ilegal en el período comprendido entre los años 1976 y 1979, excluyendo tanto los
hechos anteriores como posteriores.
CONADEP:
NUNCA MÁS:
Fue el título del Informe elaborado por la CONADEP, tomado a propuesta del Rabino Marshall
Meyer, integrante de la misma, a partir de la expresión que utilizaban los sublevados del Gueto
de Varsovia en la Segunda Guerra Mundial. Su prólogo escrito por Ernesto Sábato mereció
muchísimas críticas por ser considerado el germen o principal fundamento escrito de la “teoría
de los dos demonios”. Del mismo surge entre otras cosas la composición de las víctimas de la
dictadura resultando de la misma que eran Obreros: 30,2%; Estudiantes: 21,0%; Empleados:
17,9%; Profesionales: 17,8%; Docentes: 5,7%; Autónomos y varios: 5,0%; Amas de casa:
3,8%;Personal de Fuerzas Seg.: 2,5%; Periodistas: 1,6%;Actores y artistas: 1,3%;Religiosos:
0,3%. Asimismo, en cuanto al rango etario de los desaparecidos, la estadística lanzó los
siguientes números: De 0 a 15 años: 1,65%; de 16 a 25 años: 43,23%; de 26 a 35 años: 38,16%;
de 36 a 45 años: 10,13%; de 46 a 55 años: 4,25%; de 56 a 65 años: 1,92% y más de 66 años:
0,66%
Considerando Nº 30:
El 9 de diciembre de 1985, tras casi nueve meses de juicio oral, la Cámara Federal Penal dictó
las condenas de los Jefes de las Juntas militares de la dictadura. El fallo dispuso el
sobreseimiento en relación a los cargos de homicidio, tormentos y privación ilegítima de la
libertad, a cuatro ex comandantes de los nueve llevados a juicio. Sólo dos de ellos, Jorge Rafael
Videla y Emilio Eduardo Massera, fueron condenados a reclusión perpetua. Roberto Eduardo
Viola fue condenado a diecisiete años de prisión, Armando Lambruschini a ocho años de
prisión Orlando Ramón Agosti a cuatro años de prisión. Fueron absueltos Omar Domingo
Rubens Graffigna, Leopoldo Fortunato Galtieri, Basilio Lami Dozo y Jorge Isaac Anaya. La
sentencia muy criticada por su permanente alusión a la teoría de los dos demonios, tuvo como
uno de sus puntos salientes su considerando número 30 donde mandaba a los tribunales
inferiores (de primera instancia) a ampliar todas las investigaciones penales que surgieran de
los datos propios de la Causa 13 (Juicio a las Juntas) a los agentes y oficiales de rango inferior
vinculados.
En diciembre de 1986, el Congreso argentino sancionó la ley 23.492 de “Punto Final” fijando
un plazo de sesenta días para definir procesamientos a quienes estaban involucrados en los
crímenes de la dictadura. En su artículo 1º, establecía: “Se extinguirá la acción penal respecto
de toda persona, por su presunta participación en cualquier grado en los delitos del art. 10 de
la ley 23.049, que no estuviere prófugo o declarado en rebeldía, o que no haya sido ordenada
su citación a prestar declaración indagatoria por tribunal competente, antes de los sesenta días
corridos a partir de la fecha de promulgación de la presente ley”.
Indultos:
El 7 de octubre de 1989, a solo tres meses de establecido en la presidencia, Menem dictó los
decretos 1.002, 1.003, 1.004 y 1.005 de indulto. Mediante el primero de los decretos referidos,
Indulta a todos los jefes militares procesados que no habían sido beneficiados por las leyes de
Punto Final y Obediencia Debida, excepto el ex-general Carlos Guillermo Suárez Mason, que
había sido extraditado de los Estados Unidos; a través del segundo, indultaba a militares
uruguayos y también a algunos jefes y dirigentes de organizaciones político-militares
sometidos a proceso penal y condena en tiempos de Alfonsín y a través del último, a los
miembros de la tercera Junta dictatorial (Galtieri, Anaya y Lami Dozo) que habían sido
condeenados por los crímenes cometidos en Malvinas. El 30 de diciembre de 1990, Menem
sancionó los decretos 2.741 y 2.745 el indulto a los máximos jefes del plan genocida: Jorge
Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera, Orlando Ramón Agosti, Armando Lambruschini,
Roberto Eduardo Viola, Ramón Camps y Ovidio Pablo Ricchieri salen en libertad, pese al
repudio popular a la medida, que en encuestas de la época llegaba a un 75% de los
consultados.
Juicios en el Exterior:
El 8 de junio de 1998, Jorge Rafael Videla volvió a ser arrestado por orden del juez federal de
San Isidro, Roberto Marquevich, como autor mediato en la sustracción de cinco menores.
Apelando a la figura de “autor mediato”, el juez le imputó retención y ocultamiento de
menores, sustracción de menores, supresión de estado civil y falsedad de documento público
disponiendo la prisión preventiva para el ex dictador. Tras pasar unos días en la U-16 de la
cárcel de Caseros en la ciudad de Buenos Aires, Videla fue beneficiado con el régimen de
arresto domiciliario establecido para los mayores de setenta años. Poco después, denuncias
por existencia de un “plan sistemático de apropiación de menores” impulsadas por los
abogados Pedroncini y Baigún dieron lugar a nuevas investigaciones de los jueces Bagnasco y l
Literas, que permitieron volver a llevar a situación de detención –aún cuando en muchos casos
se aplicó el beneficio del arresto domiciliario-, a varios de los máximos jefes de la dictadura, si
bien no por todos sus crímenes, al menos por el secuestro de los niños nacidos en cautiverio.
Derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida: