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ALBERTO DE AGOSTINI, explo-

rador y geógrafo de la Patagonia


Meridional y la T ierra del Fuego.

Por i\lATEO l\IARTlNIC B.

La Patagonia y el mundo geográfico Los chilenos deberemos estar perpetua-


universa\ se hallan ele duelo. mente agrad ecidos ele su actividad inca11-
Acaba ele fa llecer, en diciembre del año sable: merced a ella, regiones desconocidas
recién pasado, el notable explorador y geo- desde el principio de los tiempos, regiones
grafo. sacerdote salesiano P. Alberto l\1. y paisajes admirables ele ese Chile distinto
De Agostini. y misterioso, al par que maravillosamente
S u obra ha sido inmensa y admirable. prometedor, que enciena la Patagonia Oc-
Sus trabajos geográfico-explorativos son cidenta l, fueron conocidas y divulgadas al
de tal envergadura que han su perado con pa ís y al mundo.
mucho t<Jdo cuanto otros explorndores y A su act ividad como geógrafo y explora-
geógrafos hi ciel'on antes que él. dor unió una exquisita sens ibilida d ele ar-
Vinculado a la Patagonia desde 1910, tista fotóg rafo y una notable facultad des-
ella constituyó su obses ión duran te med io cripti va como autor y publicista.
siglo. Sus h'abajos y exploraciones se fue- Todos sus numerosos viajes de ex plora-
ro;. sucecliendo unos a ott'os. obra notable ción, algunos de ellos muy costosos. los rea-
que le permitio divulgar y hacer conocer lizó solo o acompañado de guias alp in'Js
las bellezas naturales y geogn\fjcas del ex- italianos, emplea ndo para ello sus recurso!ól
tremo austrnl del conti nente americano. personales, estimulado solamente por el
El campo de sus actividades abarcó to- gran amor que profesaba a la Patagonia.
da la zona meridional del continente en- El mérito ele su obra radica no solo en
tre el paralelo 47 r el Cab'J de Hornos, el enorme a.porte que hizo a la Geografía
comprendiendo en ell a la sección sur de los Universal, sino en el hecho de que a ella
Ancles patagónicos entre el Lago Buenos dedicó su vida entera hasta el mismo mo-
Aires y el Sen'J di:: :.;!tima Esperanza, ade- mento de su mue1te. significándole en sus
más de la mitad su r ele Ja Tierra del Fue- trabajos prop ia mente de exploración. un
go, y los canales y archipiélagos adyacen- esfuert.:0 físi Co l'ealmente extraordinario y
tes. prolongado en el tiempo.
Sus exploraciones se desarrollaron en Su labor tan meritoria fue uni versal-
territorios de Chile y Argentina, efectuá n- mente rec'Jnoc ida en los medios geográfi -
dose la mayo r parte de ellas y las más im- cos y científ icos, recibiendo por ella nume-
portantes en tenitorio chileno. rosas disti nciones, ent re ellas el famoso
130 REVISTA CJl:OGRA.f lCA DE CIJILE

premio "B ressa" de la Academia de Cien- Grande, con lo que pudo presentar un cua-
cias de Roma. dro com pleto de los variados aspectos geo--
Al hacérsele entrega ele este premio, la orográficos del gra n archipiélago fu egui-
Academia hizo constar su elogio a l emi- no.
nente sacerdote en los s igui entes térm inos: Si mul táneamente en aquellos años rea-
"Los méritos cie ntí ficos que posee son de lizó largos viajes po1· los cana les a ustrales
tal naturaleza que lo hacen un a utor digno hasta el Cabo de Hornos, Ja Is la de Jos Es-
de ser colocado entre los más insignes ex- tados y a ún a islas solita rias del Océano
ploradores de nuestros t iempos". Pacífico ta les como la famosa Is la Negra.
Llegado a Punta Arenas en 1910 como Un reconocimiento previo en la Patago-
mi sionero, no tardó en sentirse vivamen- nia, donde encontró glaciares más impo-
te atraído e impresionado por la naturaleza nentes y montañas más elevadas y bellas
austral, combinando su actividad apostóli- aún que las fueguinas. le llevaron a ex ten-
ca con la geográf ica, hasta convertir a és- der a ella su actividad, iniciando hacia
ta en s u trabajo fundamental y perma- 1916 las primeras exploraciones en la Cor-
nente. dill era de Ult ima E speranza, en los maci-
Una breve reseña cronológica nos per- zos del Pain e y Balmaceda.
mitirá mostrar sus actividades desde aque- Volvió en 1917 al Balmacecla recono-
lla é poca hasta el l1ltimo año de su vida . ciéndolo integramente, estudiando ademiis
Fue en la Tier ra del F uego, cuya fas- el campo de hielo que circunda al macizo
cinación misteriosa lo s ubyugó durante por el noroeste.
muchos años, según propia declaración, Enh·e 1917 y 1929 recorrió el Valle del
donde comenzó su obra. Rio Serrano, las cuencas de los Lagos To-
Allí realizó va r ias ex ploraciones entre ro o Maravilla y Norde nskj olcl, y espec ial-
1910 y 1918. y luego nueva mente entre lo:- mente, el gran macizo de l Paine, que con
años 1923-24 y 1928·29. Tocias ellas tuvie- s us cumbres y tones lo suby ugó en ta!
ron por objeto el estudio de las cordilleras fo rma que no resistió en calificarlo como
que se extienden entre el fiordo del Almi- el "más soberbio y característico gn1po de
rantazgo y los cana les adyacentes, por el picachos que posee la Co rdi llera patagón i-
norte, y el Canal Beagle, por el sur. Ade- ca austral ".
más exploró detenidamente los cor dones En 1926 estudió ¡mrte de la Sierra Ba-
montañosos s ituados al s uroeste y a l sur guales, atravesá ndola hasta llegar al Lago
del Lago F agnano, en el sector com pren· Argentino.
elido entre este Lago y el Beagle. Todos estos viajes ele exploración los
En 1913 desc ubrió dos grand iosos fior- complementó con un reconoci miento aéreo
dos, tal vez los más bellos entre los fue- que hizo acompañando a F ran co Bianco,
guinos, y los denominó Contraalmirante pione1·0 ele la aer ona vegación patagónica,
Martínez y Pigafetta, nombre este último en un vuelo que cubri ó la r egión cor dillera·
reemplazado posteriormente y c.on justi- na de Ultima Esperanza desde el Cerro
cia por el de " De Agostini", por oficiales Balmaceda, pasando por el Paine y llegan-
ele la Marina de Chi le en homena je a su do hasta muy al interior del Lago Argen-
descubridor. tino.
El rt.-conocimiento aba rcó la extensa r e- Finalmente, en 1943 amplió aún más el
gión de fiordo s y glacia res que se hallan conocimiento de esta zona con la explora·
en la g ran isla fueguina y que en este sec- ción de la región septentrional del maci-
tor se prolonga hacia el s uroeste en forma zo del Pai ne y las cuencas de los Lagos Pai-
ele extensa peníns ula, descubriendo nume- ne y Dickson.
r osos ventisqueros y accidentes geográfi· Entre tanto, en 1930, había realizado un
cos. viaje a los canales occidentales de Ja Pa-
En sucesivas exped iciones que se pro- lagonia, recorriendo los fiordos Falcón y
lon gan hasta 1932 exploró sistemáticamen- Eyre explorando la región adyacente al
te el interior desconocido de la región cor- ventisquero que cae en este úl timo fio rdo,
dillerana ele la Tierra del Fuego, descu- y que bautizó con el nombre de Pío XI.
briendo muchos lugares qu e permanecían Obtuvo en esta excursión una nueva vi·
ignotos. entre ellos el gran Valle de Car- sión desde la zona occidental sobre los ex-
vajal al norte de Us!1uaia. tensos campos de hielo que cubren la sec-
Complementó estas exploraciones con ción más austral de la cordi llera.
viajes a las llanuras orientales de la ls la En 1928 llegó por primera vez a la zo-
Al.B EH TO Dio: 1\(;0STINT, EXP LORADO R Y GEOGRAFO DE LA.. 131

na del Lago Argentino, rea lizando una pri- Por Ja misma época alcanzó la región del
mera exploración de in fo rmación . Regre- Lago Viedma, explora ndo el cordón de
só en los años 1930-31 en compañía del montañas que bordea por el occidente a
y.eólogo Dr. Egidio Ferugl io. iniciando así dicho Lago, descubriendo la cuenca de al i-
la exploración s istemática de los cordones mentación del Glaciar Upsa la y recono-
montañosos fronteros a los brazos inte- ciendo los montes inexplorados del inte-
riores de este gran lago y los glac iares que rior.
a él caen, en modo particular el inmenso En los años 1935-36 regresó a Ja zona
glaciar Upsa la. el mas extenso ele la ver- del Viedma, esta vez para ex plorar el ma-
tiente oriental andina, descubriendo y bau- cizo del Fitz Roy, que le impresionó gran-
t izando numerosos lugares y puntos geo- demen te por su belleza y la soberbia au -
gráficos. dacia ele sus formas. Exploró, además, los
Su t rabajo más notable fue el reconor.i- valles andinos in mediatos y la región del
miento del in terior de la Cordillera que Hielo Continental hasta el Paso de los Cin-
efectuó en 1931, recorri endo el Hielo Con- co Glaciares.
tinental al noroeste del Lago Argen tino, En 1937-38 rea li zó una nu eva expedición
descubriendo el Altiplano ltalia y realizan- destinada a completar el conocimiento de
do de paso Ja primera traves ía de la Cor- la cuenta de origen del Glaci a r Upsala y
dillera Patagónica de este a oeste. del tl'echo cordill era no que se levanta en-

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132 REYIST.-' GEOGRAFlCA DE CHILi'~

tre el Lago Vieclma r el Fiordo Eyre, des- constante fue lograr su escalamiento. Pa-
cubriendo y bautizando nuevos montes. ra procurar su conquista organizó en 1956
En esta misma época la Dirección ele una expedición con la colaboración del
Parques Nacionales de Argentina. le en- Profesor J osé irorandini y un grupo de
cargó la determinación del Parque Nacio- científicos y geólogos italianos, y del Ejér-
nal "Los Glaciares", situado en Ja cordi- cito de Ch ile. Llegada a fines de ese año
llera entre el Lago San Martín y el Brazo la expedición a Pu nta A1·enas, se dirigió
Rico del Lago Argentino. de inmediato a la zona fuegui na elegida, y
En el verano de 1937 inició, y prosiguió a principios de 1957 los guías alpinos de
en 1940, la exploración de las regiones sur la expedición conquistal'on al monarca de
y suroccidente del Lago O'Higgins-San los Andes fueguinos, consiguiendo así De
l\fartin, y de los glaciares y CCITOS ad - Agostini \·encer al c'Jloso ele la Tierra del
yacentes. Fuego tras una espera de cuarenta y tre:>
Dirigiéndose a los Andes patagónicos años.
centrales, inició en 1937 y completó en 1940 Con esta expedición rlio cima a los estu-
el reconocimiento de la zona cordillerana dios orográficos y ~laciológ i cos de la Cor-
inmediata al 1\Ionte San Lo1·enzo y a la dillera Darw in, imciados cuatro décadas
Caclenu Cochrane. antes.
En los años t 9-W-41 realizó una expe- La obra literaria de este gran explora-
dición a la región del Río Baker, cuyo \'a - dor fue igualmente laboriosa y fecunda,
lle superior exploró, además de los \·alles ella abarca temas propiamente geográficos,
del Río del Salto y Chacabuco. geológicos, etnológicos, históricos, bot8ni-
En 19-1 2 regresó al Baker, explorando cos. zoológicos y económicos que proporcio-
esta vez hacia el occidente un afluente ele nan en conjunto una Yisión cabal de cada
este g ran río, el Río Colonia, reconociendo una de las regiones exploradas.
la configuración de su rnlle y la de parte Se trata ele obras profusamente ilustra.
del sistema montañoso ribereño. das, con fotografías de caliclad extraordi-
A fines ele 19-13 efect uó una última ex- naria, que se han hecho ya clásicas en la
pedición a la Cadena Cochrane y al 1\Ionte representación ele paisajes y escenas de In
San Lorenzo, cuya cumbre escaló el 17 ele Patagonia y la Tiena del Fuego.
diciembre ele 19-13. De entre sus libros se destacan ")Jis
El afio 1944 lo sorprendió nuevamente en \'iajes a la Tierra del Fuego'', primera
el Lago Argentino, reconociendo el Seno obra en orden cronológico, y de la cual se
1
~~~~~rnól jl~~i; ~·¡~~~ en él se ,·acia y que han hecho varias ediciones. En ella trata
de sus exploraciones y viajes realizados en
. A partir de 19-15 cesó su acti\'idad pro- la Tierra del Fuego y canales fueguinos .
piamente explorati\'a; la capaciclad física Se complementa la obra con un breve es-
de De Agostini resentida ya después de tudio etnogn'tfico scbre los indígenas Onas,
más ele treinta años de esfuerzo enfrentan- Alacalufes y Yámanas que habitaban la
do a la du ra naturaleza de la corclillera pa- lsla Grande y los archipiélagos vecinos.
tagónica, exigía reposo. y es así como el En 19·11 apareció " Andes Patagónicos"
bastón del explorador y la picota del es- su obra cumbre. verdadera joya de la li-
calador, cedieron paso a la pluma del es- teratura geOgl'áfica uni\·ersal, ampliada y
critor y al arte del fotógrafo. c~rrcgida en una segunda edición de 19-15.
Como resultad') ele estos numerosos \·ia- En ella relata sus viajes y exploraciones
jes de exploración, el Padre De Agostini realizados en la Cordillera patagónica aus-
pudo entregar su gran contribución a la tral entre Ultima Esperanza y el Lago
Geografía, al dar a conocer la estructura Buenos Aires. El libro tiene capítulos de-
orográfica y glaciológica de las cordilleras dicados a los indios Tehuelches, y a la re-
patagónica austral y fueguina, las que con seña histórica de los viajes de exploración
excepción de algunas zonas limitadas eran en la Patagonia austral.
completamente desconocidas en su inte- En 1945 publicó "Paisajes 1\lagnllñni-
rior al promediar la segunda década del si- cos", obra que proporciona una \iisión de
glo XX. la Pro\1 incia de Magallanes en sus aspec-
Sin embargo, ele sus viajes por la Tie- tos geográficos. históricos y t urísticos.
rra del Fuego. conservó por largos año.s En 1957 se editó "Treinta años en la
una espina, el )Jonte Sarmiento permane- Tierra del Fuego", libro que dice relación
cía invicto desde 1913. Su pensamiento con sus exploraciones fueguinas.
Al.BEl!TO J)E AGOST I NI , 1'::x r1,01i,\DOH y GEOGBAFO DE LA.. 133

En 1958 en tregaba "Esfinges de Hielo", ella la obra infinita y mara villosa del Crea-
obra desti nada a narrar los pormenores de dor.
sus experliciones de J 956-57 a los Montes Hemos creído que bien vale el transc ri -
~~··~!~;~~~::,~ t~1 ~ª)aco~~~~fc~~t~;d~~~tffco~
1 0 bir algunas de las hermosísimas descrip-
ciones que nos ha dejado en su obra más
económica actual de la Tierra del Fuego. importante, ''Andes Patagóni cos". Veamos
Además entre 1945 y 1950 publicó va- con qué admirable maestría nos describe
rias obras'de divulgación geog rá fico-turís- los fiordos y las montañas de los canales
tica, ta les como ;<Guia turística ele los la- occidenta les :
gos aust ra les argentinos y de Ja Tierra del
Fuego", "La Natural eza en la Patagonia "Al Levante estas ensenadas penetran en
Septe ntriona l", "El Cerro Lanín y sus la- " el corazón ele la Col'dillera entre gigan-
gos" , "Nahuel-Huapi" . " tescas paredes ele montañas, talladas a
Su lílt imo libro fue " Magallanes y Ca- " pico sob re el mar y revestidas de exu-
nales Fueguinos'', aparecido el año recién " berantes bosques ele hayas, cipreses y
pasado. Obra magníficamente presentada, " magnoli os, for mando los fiordos más gi-
como todas las suyas, proporc iona una nue- " gantescos y majestuosos del mundo. Las
va y com pletís ima visión de Maga llan es " masas de hielo que se desprenden de los
con infor maciones que va n desde Ja for- " glacia res ll ena n literalmente las bahías
mación geológica del terr itorio, la econo- " para ser arrastrados después a la deri-
mía de la pro\•incia, el desa rrollo actual y " va , a lo largo de los cana les, por el vien-
futuro de l t ur ismo. hasta descripciones " to y las corrientes.
exactas de la fl orn y fauna que habitan es- "Es un espectácul o impresionante por la
ta promisora región de Chile. " severa gra ndiosidad de las montañas,
Com plementan la obra admirnbles foto- " por la variedad in fi nita de las costas
gra fí as, entre ellas algunas bellísimas y " desmenuzadas en millares de islotes y
a todo color que muestran espléndidos pai- " escollos, por el encanto de la soledad, por
sajes andinos. " la magni ficencia de los ciclos, ora ne-
Tal es, en síntesis, su labor pr incipal, " bulosos y sombríos, ora diáfanos y lu-
geográfico y explorativa, pero a un la com- " minosos, desde donde el sol proyecta sus
plementó con sus numerosos traba jos ca r- " luces sobre este fant.:1st ico escena rio, sal-
tográficos, la mayoría de los cuales figu- " pi cá ndolo con las tona li dades más sor-
ran agregados a sus obras, influyendo en " prendentes e in verosími les" ( 1)
ello evidentemente la tradición familiar, "A eso de las 10 de la mañana, el cielo
vinculado como estaba a la sociedad ca rto- " se aclara y comienzan a asomarse fugaz-
gráfica italiana De Agostini, de Novara. " mente entre los claros de las nubes, que
Además, hasta sus últimos años desa- " cubren las montañas, blanquisim'ls re-
rolló una eficaz labor de di vulgac ión de " lampagueos de cu mbres, azules refl ejos
la naturaleza patagónica-fueguina y sus " de glaciares que cuelgan sobre los abi s-
bell ezas, por med io de confe rencias y do- " mos, negras y torvas Cl'estas rocosas
cumentales cinematográficos. " que perforan el fondo grisáceo ele las
" nubes : un mundo nuevo e impensado,
" donde se concentra todo lo bello y lo
" hórrido de la alta montaña''. (2 )
" Al atardecer y cuan do meMs lo espe-
Albe1to 1\1. De Agostini conquistó a la " rábamos, hacia Levante, donde se alza
Patagonia venciendo las cumbres audaces " la gran cresta de la Cord ill era Patagó-
de sus montafias, hollando el blanco manto " nica. el telón de nubes se desgarra re-
de sus glaciares y ca mpos de hielo, y reve- " pentiuamente y aparecen en regiones al-
lan do el desconocido interior de sus fi or· " tísimas, primero m.ta gigantesca y cán-
dos y cordi\lel'as. Pero. al mismo tiempo, " dicla cú pula de ni eve y luego, !entamen·
De Agostini fue conquistado también por " te, parte de otras cimas, torres nevadp
la Patagon ia, fu e sed ucido po rsu impresio- " de terrible aspecto, que los últimos rn-
nante e imponente belleza. F ué un enamo- " yos del sol hacen aun más majestuosas
rado de la ti erra, y al describi r sus distin-
tas reg iones no resiste y se transforma en
poeta y canta su emoción ante la visión de (1) "Andes Patagónicos". pág. 31
la naturaleza patagón ica, admirando en (2) "Andes Patagónicos", pág. 57
134 REVlSTA GOOGRAf'ICA DE ClllL E:

" y etéreas, encendiéndolas de rosa y púr- " forma es sin duda uno de los conjunto~
" pura". " arquitectónicos mas fantásticos y espec-
" Cautivados por el inesperado y subli- " taculares que la imaginación humana
" me espectáculo, segui mos con avidez la " pudiera concebir". (5).
" aparición de esas misteriosas montañas, Y la descripción se hace insuperable
" tratando de conocer su configuración, cuando muestra al Fitz Roy, el verdadero
" pero las nubes, en lugar de rasgarse, se rey ele los Ancles austl·ales, en una tarde
" espesan sobre las gargantas y las eres- de crepúscu lo patagónico:
" tas. Barridas un momento por una rá- "Los últimos rayos del sol ya están por
" faga de viento retornan poco después, " ponerse, bu llen con luz oblicua detrás de
" más tenaces y voluminosas, hasta que el " la mistoriosa cadena de los Andes , e im-
" anochecer, nuevamente se cierran her- " primen a las paredes graníticas del Fitz
" méticamente como un espeso velo" (3) " Roy y de sus satélites el aspecto de blo-
Entre la s maravillas ele la soberbia na- " ques incandescentes, e::wue ltos en un fue-
turaleza austra l que más le impresionaron " go devorador, que parece brotar de las
por su s ublime grandios idad están las mon- " entrañas mi smas de la Tierra. Las nu.
tañas. A su descripción dedicó tal vez sus " bes que surgen detrás de las montañas,
mejores líneas, siendo s us predilectos los " a impulsos del viento SW, henchidas de
cerros Balmaceda, Paine y Fitz Roy. " vapores ele un color azul intenso, vué\-
Veamos como nos muestra al Cerro Bal- " vense de repente diáfanas y luminosas,
rnaceda en un día ele ca lma: " se encienden de púrpura y oro y se des-
" En seis horas de navegación sobre unas " pliegan con arabescos sobre el fondo del
" aguas siempre tranqu ilas, llegamos ca- " cielo de un celeste tan puro y de licado
" si al fina l del fiordo; dejamos atrás un " que hipnotiza los sentidos. Son breves
" estrecho paso donde las montañas alisa- " instantes ; el incendio se va apagando
" das por los antiguos glaciares tienen el " gradualmente, las tintas se amortiguan,
" aspecto de una bellísima barrera rocosa " el rojo esca rlata se destempla en un ro·
" tallada a pico sobre el canal, y hénos " jo pálido y finalmente se apaga todo en
" aq uí en una amplia caleta frente al Bal- " un violeta sombr ío.
" maceda. que libre de nubes, ostenta su " E l Fitz Roy apa rece entonces como un
" altísima mole a los primeros rayos del " desmes urado bloque de diaspro frío. que
"sol sobre el pedestal cristalino de las " desgarra agudo el cie lo con sus agujas
" aguas. " e impera majestuoso en la soledad mis-
"Sublime espectácu lo que subyuga y con- " te ri osa de aquellos montes, mientras que
" mueve todas las potencias del espíritu " por mucho tiempo aun, sobre e) cielo,
" con la gigantesca forma de las líneas, " hacia Poniente, se refleja un aba nico de
" con todo el subli me conjunto de picos, " luz pálida y vaporosa" (6) .
" crestas, peñas, precipicios y barrancos; Pero su a lma sensible de geógrafo y ar-
" con la majestad de los glaciares suspen- tista no solamente ensalzó la belleza paten-
" didos sobre el abismo, entre el ve rde te de las ma ravillas de la natura leza, sino
" marco de la exuberante floresta virgen, que también fue impresionada hondamen·
" con la variedad infinita de colores de te por la sencilla grandiosidad de la estepa
" tonos tan luminosos y delicados que la patagónica, denigrada a ntaño por la miope
" vista permanece extasiada y el á nimo vis ión darwiniana , y pudo descubrir en ella
" impregnado de profunda dulz ura". (4) variada hermosura. Así la describe :
Al macizo del Paine, tal vez el conjunto " A pesar de la desn udez y monotonía del
montañoso más variado y hermoso de la " paisaje chato y falto de relieves, de la
Cordillera Patagónica, lo presenta así: " pampa patagónica emana una inmensa,
"Casi aislado de la Cordillera, avanza " sublime poesía.
" entre las estribac iones orientales de los " La sabiduría creadora de Dios, que lo
" Andes como una form idable fortaleza " ha dispuesto todo maravillosamente, ha
" almenada de torres, de pináculos, de " distr ibuido tamb ién aquí con generosi-
" cuernos monstruosos audazmente diri- " dad tesoros de belleza y enca nto, que va-
" gidos hacia el cielo. Por sus colores y su " mos desc ubriendo poco a poco en la va-

(3 ) "Andes Patagónicos'". p;ig. 65 (5) "Andes Patagónicos", p;ig. 95


(4) "Andes Patagónicos", p;ig. 90 (6) 'ºAndes PatagOnicos··. pág. 222
Al,BEBTO DE AGOSTI~r 1 EXPLORADOU Y GEOGRAFO DE LA. .. 135

11
riedad de los cuadros, que la luz solar, Agostini no sólo ha sido el geógrafo y el
" la sombra, Ja calma y la tempestad van explorador, sino además, y con razón, el
" prod uciendo con maravillosa fecundi- poeta cantor de la belleza de la naturaleza
11 dad, a cada hora y a cada instante. La patagónica.
11
misma extensión interminable de la Esta labor colocal. completa y fecunda,
" pampa, vasta como un océano, produ- realizada durante medio siglo, con sacri-
u ce en el ánimo un sentido vago y agra- ficio, abnegación y dedicación, ha coloca-
" dable ele lo infinito y parece aqu ietar los do a De Agostini en un plano de notable
" innatos anhelos del espíritu humano ha. distinción, y ha permitido que con justicia
" cia los espacios inconmensurables y podamos calificarlo como el más grande de
" hacia los hori'zontes sin límites. todos los exploradores de la Patagonia y
"Sus cielos majestuosos, ya cubiertos ele la Tierra del Fuego.
11
nubes oscuras y tempestuosas que se Su obra admirable ya ha entrado a la
11
agolpan en el horizonte y huyen en fu. Historia de la Geografía Patagónica. A los
u rioso galope arrastradas por el viento; nombres tradicionales de los descubrido-
" ya teñi dos en las más elelicadas tonali- res, geógrafos, y exploradores debe agre-
11 dades ele rojo y amarillo, de verde o ele garse el del sacerdote salesiano Alberto M.
u violeta, que se di funden en sus atarde- De Agostini como el primero y más gran-
u ceres de fuego; sus tardes ele calma, lle- de de todos ellos. (8).
11 nas ele luz y calor, flotanto sobre un ce-

" leste tenue y purísimo, transportan el


11
pensamiento a visiones paradisíacas y (8) El autor de estas líneas ha insinuado, a través
" ofrecen espectáculos tan profundamente de la prensa di> Punta Arenas, la creación de
" sugestivos que nunca se podrá olvidar". un Parque Nacional en la Tierra del Fuego, y
(7 ) . que llevaría el nombre de este gran explorador
Estas admirables descripciones impre- como un justo homenaje a su vida y obra.
sionan por sí solas al lector1 pero a quien El Parque Nacional "Alberto M. De Agostini
conoce rea lmente la Patagonia y ha disfru. comprendería la zona fueguina que partiendo del
taclo con la grandeza sublime de sus paisa- limite internacional a la altura del Lago Fagnano
jes, lo conmueven profundamente hasta Jo avanza hacia el oeste, estando limitada al norte por
más íntimo ele! alma. el Seno Almirantazgo y los canales Gabriel, Magda-
En verdad puede afirmarse que De lena y Coekbum. y al sur por el Canal Beag\e. La
región asi delimitada guarda en su interior hermo-
sísimos tesoros de belleza natural y los paisajes más
(7) ;'Andes Patagónicos·', pág. 217 bellos de la Tierra del Fuego. (N. del A.).

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