Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tipeo de Tutela - Abel Ñ
Tipeo de Tutela - Abel Ñ
Según el Art. 59 de la ley defensa del consumidor de argentina, ley 24. 240 (tribunales
arbitrales) “la autoridad de aplicación propiciara la organización de tribunales arbitrales, que
actuaran como amigables componedores o árbitros de derecho según el caso, para resolver las
controversias que se susciten con motivo de lo previsto de esta ley. Podrá invitar para que
integren estos tribunales arbitrales en las condiciones que establezca la reglamentación, a las
personas que teniendo en cuenta las competencias, propongan las asociaciones de
consumidores y cámaras empresariales. Regirá el procedimiento del lugar en que actúan el
tribunal arbitral”.
En los casos desistidos por haber llegado las partes a una solución al diferido sin tener que
requerir la intervención de un tribunal arbitral, la instancia previa a esta conformación penetra
un acercamiento de las parte involucradas que concluye en un acuerdo, por medio del cual se
restablece el equilibrio y los consumidores obtienen del bien o servicio adquirido, la
satisfacción esperada. Este resulta un aspecto central por cuando reduce el nivel de litigio del
sistema, frente a otras instancias alternativas.
Para realizar su reclamo ante los tribunales arbitrales de consumo, toda persona deberá
completar un formulario que le proveerá el tribunal y acompañar la documentación (facturas,
remitos, notas, cartas, etc.) que considere importantes para su reclamo. La misma deberá ser
acompañada en fotocopias, que quedaran en poder del tribunal.
En la audiencia que fijara el tribunal arbitral y a la que deberá concurrir, podrá agregar nueva
documentación y explicación en forma extensa su reclamo.
Si el reclamo lo efectúa una persona distinta al consumidor que tiene el problema, deberá
tener un poder, otorgado ante Escribano Publico, o acta poder se confecciona ante los
tribunales arbitrales y que deberá firma el consumidor damnificado, sin excepción.
Presentar una solicitud de arbitraje significa saber que el sistema arbitral es voluntario, por ello
para que el arbitraje pueda llevarse a cabo, es necesario que tanto consumidor como el
proveedor (empresa, comercio) manifiesten en forma concreta su cuerdo de someterse al
mismo.
Existe proveedor que se han adherido al sistema, por lo que la presentación de la solicitud por
parte del consumidor es suficiente para que exista el arbitraje. Es conveniente consultar
previamente para conocer si el proveedor al que se plantea un reclamo se encuentra o no
adherido.
1. Oferta pública de adhesión al sistema, por medio de la cual los proveedores de bienes
y servicios expresan su compromiso previo de aceptar la jurisdicción arbitral para
todos los eventuales reclamos de los consumidores referidos a las transacciones
efectuadas entre las partes.
2. Acuerdo arbitral a través del cual ambas partes se someten al arbitraje en caso de
suscitarse conflictos en la operación comercial que realicen.
Carácter vinculante y ejecutivo: esta es la naturaleza que asuma para las partes el laudo
emitido por el tribunal arbitral que tendrá autoridad de cosa juzgada. Las partes conservan
como único medio de impugnación el recurso de nulidad ante la justicia.
Simplicidad y rapidez: el proceso arbitral tendrá una duración máxima de hasta cuatro meses,
prorrogables exclusivamente por acuerdo de las partes.
Neutralidad y equilibrio entre las partes: Los tribunales Arbitrales se conforman con un árbitro
institucional, un árbitro representante de las asociaciones de consumidores y un tercer árbitro
representante de las cámaras empresariales, lo que garantiza y preserva el equilibrio entre sus
partes. Se establecen estrictos requisitos de idoneidad y solvencia para quienes actúen como
árbitros, mas precisamente deberán contar como mínimo con título profesional y una experiencia
de 5 años en el ejercicio de la profesión.
Competencia: Los Tribunales Arbitrales de Consumo serán competentes para tratar casos en que
pueda existir una violación de los derechos emanados de la ley 24.240 de Defensa del
Consumidor y de toda otra ley, decreto o resolución que establezca derechos de consumidores
o usuarios. Sin embargo, no podrán ser puestos a consideración de los Tribunales Arbitrales de
Consumo aquellas cuestiones que cuenten con sentencia judicial firme, las que se encuentren
unidas a otras que no pueden ser motivo de arbitraje, las expresamente excluidas y aquellas de
las que se derivan daños físicos, psíquicos y/o muerte del consumidor o sobre las que exista la
presunción de la comisión de un delito.
Procedimiento: Ante la presentación por parte del consumidor de una solicitud de arbitraje, y
una vez aceptada la misma, la autoridad de aplicación dará traslado de la reclamación al
demandado y procederá a integrar el Tribunal Arbitral de Consumo. El Tribunal fijará la fecha de
audiencia, la que será oral y en donde las partes podrán actuar por derecho propio o mediante
representantes legales.
Este distintivo constituirá una señal de confianza de la empresa en la calidad de sus productos y
prestaciones conexas, es decir, de la baja probabilidad que asigna el oferente a que existan conflictos
con sus clientes (de allí que acepte una vía expeditiva y extrajudicial de solución) Por otra parte,
constituirá un servicio adicional al clientela! brindar una solución rápida y equitativa en el caso que
efectivamente se plantease algún tipo de controversia.
Reglamentación
Se establecen las condiciones que deberán reunir las personas que quieran actuar como árbitros de los
tribunales. Entre otras pautas a tener en cuenta para los postulantes, se fijan la de poseer
especialización en temas relacionados con el consumo y la resolución alternativa de conflictos; haber
participado en congresos, seminarios o cursos relacionados con estos temas; haber pertenecido o
pertenecer a asociaciones de consumidores o cámaras empresarias; o a la administración pública
nacional o provincial dentro del área dedicada a la defensa del consumidor.
También se prevé para los casos menores a US$ 500 un procedimiento especial, en el cual actuará un
solo arbitro - el institucional y que será más rápido que el procedimiento común.
Todas las actuaciones ante los Tribunales Arbitrales de Consumo son orales, salvo aquellas que
expresamente se puntualizan en la resolución, que serán escritas y realizadas a través de formularios
que proveerá la autoridad de aplicación.
Los Tribunales Arbitrales de Consumo tienen amplias facultades instructorias y probatorias y las
decisiones se toman por mayoría de votos.
La autoridad de aplicación será la encargada de controlar el sistema, pudiendo suspender o excluir a los
arbitros que no cumplan con los requisitos, o dar de baja a las empresas adhesivas a la Oferta Pública
que incumplan los laudos emitidos.
Dada la amplia competencia que establece el Decreto N° 276/98, la prestación de los servicios públicos
podrá ser materia de arbitraje de consumo. Para ello se han establecido contactos con los Entes
Reguladores, a los efectos de poder coordinar una acción común para concluirlo.
Con el Sistema Nacional de Arbitraje de Consumo (SNAC) el derecho de los consumidores y usuarios
introduce una necesaria y largamente esperada actualización en la resolución de conflictos
contractuales de bienes y servicios y para que la modernización y efectividad de los procedimientos
tenga lugar en breve plazo, son necesarias, entre otras cosas las siguientes
1. La educación del consumidor, con el cumplimiento inmediato del rol obligatorio del Estado
3. Que las autoridades que tienen que ver con la protección de los consumidores y las
Asociaciones de Consumidores legalizadas, en forma activa y programada, establezcan el sistema de
arbitraje en todas las provincias argentinas. Es el paso sustancial a dar para lograr la conformación de los
Tribunales de Consumo en el Mercosur.
Conviene ofrecer una visión de conjunto de tipo comparatístico sobre el acceso de los consumidores a la
Justicia por cauces extrajudiciales en la Unión Europea, que permita juzgar y valorar comparativamente
la institución que hemos venido estudiando.
A tal efecto tiene especial interés el llamado Libro Verde sobre el acceso de los consumidores a la
Justicia y solución de litigios en el mercado único, publicado por la Comisión Europea el 16 de noviembre
de 1993.
Por lo que atañe a los cauces extrajudiciales de solución de conflictos, los que recoge el citado
documento podrían clasificarse como sigue:
1. Sistemas de Medicación y/o Conciliación: Se trata de una realidad muy extendida en los
Estados miembros de la Unión Europea, con carácter generalmente sectorial, y que en realidad no
constituyen un sistema alternativo a los procesos judiciales, sino más bien complementario o prejudicial.
En efecto, el acuerdo obtenido por mediación o conciliación es obligatorio para las partes, pero al no ser
ejecutivo puede incumplirse y obligar a acudir a un proceso declarativo.
2. Sistemas de Defensor del Consumidor: Al igual que los anteriores, no puede decirse
en rigor que constituyen un cauce alternativo al judicial, sino a lo sumo complementario o
prejudicial. Su origen es a menudo privado, su ámbito sectorial o de empresa y su resultado
jurídico de naturaleza muy variada, que oscila entre la mera recomendación (la mayoría de los
defensores del consumidor privado) y la decisión obligatoria para la empresa o el profesional,
pero no para el consumidor o usuario. Este cauce existe en Alemania para el sector bancario, y
en el Reino Unido e Irlanda para la Banca y los Seguros.
3. Sistemas de Arbitraje: Constituyen en su caso un verdadero cauce alternativo al
judicial, por cuanto su decisión es vinculante para las partes.
Con carácter sectorial existen en Bélgica (agencias de viaje, lavanderías y muebles) las
Geschillen Commissies, que producen decisiones obligatorias, al igual que en los Países Bajos
emiten recomendaciones vinculantes con carácter más general.
También en el Reino Unido tiene gran presencia y actividad arbitral los sectores de agencias de
viajes y servicios financieros, aunque en realidad se trata de un sistema mixto de conciliación y
arbitraje.
En suma, dado que todos los sistemas de arbitraje mencionados son de inferior eficacia al
español, pues son vinculantes, pero no ejecutivos, y no siempre son absolutamente gratuitos,
parece que puede concluirse en el sentido de que el sistema arbitral español de consumo es tal
vez el más atractivo de todos, sin olvidar que puede perfectamente coexistir, y de hecho lo
hace, con la mediación y con la existencia de defensores privados del consumidor como los
previstos hoy por la ley de Ordenación y Supervisión del Seguro Privado, que sectorialmente o
por empresas brinden un cauce prejudicial, no vinculante para el consumidor y desde luego no
ejecutivo.
Pero a pesar del innegable atractivo y también de la no pequeña implantación que ya tiene el
sistema, queda mucho por hacer y ha de hacerse prestigiando las actuaciones de las Juntas
Arbitrales de todos los ámbitos, porque la pérdida de un cauce extrajudicial de tan buenas
cualidades sería daño irreparable, no solo para los consumidores, sino para la Administración
de Justicia en general. Por ello el reto para nuestro sistema jurídico en el Perú, sería promover
un sistema orgánico eficiente de arbitrajes de consumo, a fin de evitar engorrosos procesos
judiciales derivados de conflictos por violación de derechos de los consumidores.
- Cabe señalar que al lado de los arbitrajes de consumo también se han estatuido otros
mecanismos de solución de conflictos en materia de consumo, así por ejemplo, en Dinamarca
existen fundamentalmente tres tipos de instituciones encargadas de resolver reclamaciones de
consumo a través de la conciliación y el arbitraje. Estos órganos son: el Ombudsman para la
Defensa de los Consumidores, la Comisión de Litigios del Consumo y las Oficinas Sectoriales.
El Ombudsman y la Comisión de Litigios de Consumo son órganos a nivel público y las oficinas
son órganos a nivel privado que funcionan de manera complementaria unos con otros, sin
duplicar esfuerzos o crear conflictos competenciales. El Ombudsman para la defensa de los
consumidores es una institución que está a cargo de un funcionario elegido por el parlamento
e independiente de la administración, con formación jurídica y con un equipo de ocho
colaboradores encargados de vigilar el cumplimiento de las normas sobre buena conducta
comercial y demás disposiciones en materia de consumo. La misión del Ombudsman reviste un
carácter preventivo y coercitivo y sus decisiones no pueden ser sometidas a ninguna otra
instancia, aunque dicho órgano en tanto su carácter público pertenece al seno del Ministerio
de Comercio.
Las Oficinas Sectoriales, llamadas también Órganos Privados de Recursos, tienen un carácter
privado son ajenos a las instituciones públicas y son creados por agrupaciones empresariales
con la colaboración ocasional de organizaciones de consumidores. Su existencia es anterior a la
creación de la Comisión de litigios del Consumo.
En Francia, existe el Buzón de Correos 5000 que se encuentra en el seno de las Direcciones
Departamentales de la Competencia y del Consumo, que resuelve en forma amistosa una serie
de conflictos de consumo y si faltara acuerdo entre las partes se traslada el tema a una
Comisión de Conciliación integrada por representantes de los consumidores, los profesionales
y de la administración. También se puede acudir a los Jueces Conciliadores, cuyo ámbito
competencial es muy amplio V a pesar de no ser un órgano especializado en temas de
consumo puede conocer litigios que versen sobre materias consumeristas.
Irlanda tiene las disposiciones del Reino Unido que también son válidas, pero cabe señalar que
existe un sistema peculiar de arbitraje creado por la Irish Travel Agents Association, asociación
de agencias de viaje irlandesas que han establecido un sistema de arbitraje especializado que
tiene por objeto solventar todos los litigios surgidos como consecuencia de la celebración de
contratos entre turistas y las agencias de viaje asociadas. El sometimiento a la solución arbitral
es voluntaria, no obstante desde el punto de vista de Ios-efectos, la resolución que dicta el
órgano poniendo fin a la controversia, sólo es obligatoria en su cumplimiento para la agencia
de viajes, pero no para el turista, quien puede en caso de disconformidad acudir ante otras
instancias.