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Analisis Del Espectaculo PDF
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táculo y de decidir su ritm o de paso, de sus pausas, de sus cam bios de velocidad. ES 3. Espacio, tiem po y acción
director de escena asum e la función de «tem pógrafo» del espectáculo: controla su
tem poralidad y sirve de interm ediario entre lo que propone y nuestras expectativas.
E! «tem pógrafo» — o al m enos el director cuidadoso con la estructura temporal
Patrice Pavis
El tiem po Nos queda establecer si la hom ología de estos dos triángulos es o no fortuita, y
Se m anifiesta de m anera visible en ei espacio. si el m odelo freudiano puede ayudam os a elucidar las relaciones esp acio -tem p o ra
les de ia representación.
La acción Pero, antes de d e ja rla experiencia espacio-tem poral del espectador basada en su
Se concreta en un lugar y recepción de cronotopos, recordarem os las condiciones de una ex periencia espacial
un m om ento dados. y de una experiencia tem poral.
El espacio
Se sitúa donde la acción tiene lugar;
se efectúa con una determ inada duración. 1. La experiencia espacial
C onsiderado en sí m ism o, cada vértice produciría un arte que no es el del teatro: En lugar de recorrer cronológicam ente los tipos de escenario a los que recurre
el teatro a lo largo de su historia, preferim os evocar la experiencia espacial de! es
— Sin espacio, el tiem po sería pura duración, coino la m úsica, por ejem plo. pectador: su form a de sentir, de leer y de evaluar los espacios en los que se d esarro
— Sin tiem po, el espacio sería el de la pintura o la arquitectura. lla. Existen num erosas y excelentes historias de la escenografía,3 pero su utilización
— Sin tiem po y sin espacio, la acción no se puede desarrollar. no es una garantía para la buena com prensión de los espacios de la puesta en esce
na contem poránea.
La alianza de un tiem po y de un espacio constituye lo que M ijaíl B ajtín, en el Todas las teorías del espacio parecen oscilar entre las dos siguientes p o sibilida
caso de la novela, llama «cronotopo», una(jjnid ad .cn la que los indicios esp ád a les y des de experiencia espacial, tanto en ei teatro com o fuera de él:
tem porales foiiBan un todq in’teligíBjejy concreto. A plicados al teatro, la acción y el
cuerpo del actor se conciben com o la am algam a de un espacio y de una tem porali L Concebim os el espacio com o un espacio vacío que hay que llenar, com o se lle
dad: el cuerpo no solam ente está^n^pl espacio, dice^M erleau-PQn ty , sino que tam na un contenedor, o com o un m edio q ue hay que dom inar, llenar y lograr que se
bién está^hecho. ¿/e\ese esp acio 1 — a lo que podríam os añadir: y de ese tiempo. exprese. E sta concepción sería la propia de Artaud: «D igo que ei escenario es un
Este espacio-tiem po es concreto (espacio teatral y tiem po de la representación) lugar físico y concreto que reclam a que se lo llene, y que se le haga hablar en su
y, a ia vez, abstracto (lugar ficticio y tem poralidad im aginaria). La acción que re lenguaje concreto».4
fIfwm' m »' , ||M|, ... ir
sulta de esta pareja es tan pronto física com o im aginaria. El esp acío -tiem p o acció n 2. C onsideram os que el espacio es invisible e ilim itado y que está ligado a sus
se percibe por tanto hic et nunc com o un m undo concreto y en «otro escenario» usuarios, a partir de sus coordenadas, de sus desplazam ientos y de su trayecto
com o jaiTni un jx> s stl n^\gí ag r|g ^ ) ria, com o una sustancia no a llenar, sino a extender.
Al decir de S a m i-A li,^ re u d ) entiende que el in consciente coordina espacio,
tiem po y cuerpo del siguiente modo: «En el inconsciente, e! tiem po se transform a A estas dos concepciones antitéticas del espacio corresponden dos m aneras
en espacio y el espacio en unidad corporal. En el transcurso de esta transform ación, m uy distintas de describirlo: el espacio objetivo exterior y el espacio gestual.
el cuerpo, que funciona com o un esquem a de representación, form a la m ediación
entre ei tiem po y el espacio».3
Lo podem os ilustrar m ediante un nuevo triángulo en el que aparecen los tránsi 1.1. E l ESPACIO OBJETIVO EXTERIOR
tos de un vértice a otro.
Es ei espacio visible, a m enudo frontal, que se puede llenar y describir. En él se
Tiem po distinguen las siguientes categorías:
institucíonalm ente teatral, observarem os la disposición de los espacios interiores — La experiencia kinestésica del actor se puede apreciar en su percepción del m o
(sala, escenario, pasadizos, saloncillo, etc.) y exteriores (terraza, hall y vestíbulo). vimiento, del esquem a corporal, del eje de gravitación y del tem po-rüm o. Estos
— El e s p a d o escénico: el lugar en el que se m ueven los actores y el personal téc* datos, en teoría, son exclusivos del actor, pero éste los transm ite más o m enos
nico, es decir, el área de juego propiam ente dicha y sus prolongaciones hacia los voluntariam ente al espectador.
bastidores, la sala y todo el edificio teatral. Ejem plo (en M arat/Sade): una paciente, vigorosam ente sostenida por dos
— El esp a cio lim in o r. es el que m arca la separación (más o m enos clara, pero siem «herm anas», avanza arrastrando una pierna; dom ina tan sólo parcialm ente su
pre inalienable) entre ci escenario y la sala, o entre el escenario y los bastidores. cuerpo, dom ado y enderezado por la institución penitenciaria; y, cuando entrega
El lím ite se m arca m ás o m enos, con las luces de la ram pa, candelas, o el «círcu de repente un ram o de flores a M adam e Coulm ier, nosotros tam bién sentim os ia
lo de atención» que el actor traza m entalm ente para aislarse de la m irada del otro. agresión involuntaria e inesperada de ese gesto.
— La subpartitura en la que se apoya el actor, sus puntos de referencia y de orien
Estos espacios objetivos y m ensurables se pueden describir fácilm ente; de he tación en el espacio, y los m om entos fuertes que facilitan su anclaje en el espa
cho, han sido descritos m uchas veces a lo largo de la historia. C orresponden a usos cio y el tiem po proporcionan un recorrido y un trayecto que .se inscriben en el es
históricam ente atestiguados del escenario. Ni su im bricación, ni su interacción, ni la pacio, del m ism o m odo que el espacio se inscribe en ellos.
dinám ica de sus cam bios plantean tam poco serios problem as al com entador, a con Ejemplo', desde 1a exposición de AÍarat/Sade, sentim os gestual m ente la tra
dición, sin em bargo, de que no petrifique todas estas categorías y establezca, en yectoria de cada cual, una especie de «gesto psicológico» al estilo de M ichael
cam bio, transiciones de una a otra: el espacio urbano se puede transform ar así en es Chekhov; la trayectoria de los pacientes es sinuosa; ia de los guardianes, batiente;
pacio de juego; y el espacio del saloncillo o del público se puede transform ar en un la de Coulm ier, segura y felina; y la del locutor, contradictoria y esquizofrénica.
área de m aniobra para los actores. La jerarq u ía de los espacios se puede modificar — L?. proxém ica es una disciplina establecida** que da cuenta de la codificación
en todo m om ento. cultural de las relaciones espaciales de los individuos.
Lo im portante es precisar desde qué punto de vista se realiza la descripción: E jem p lo : la joven del ram o asusta a la señora y a la señorita C oulm ier p o r
desde dónde asistim os al espectáculo, qué vislum bram os en él, qué se nos escapa y que su gesto es una intrusión en la esfera privada de la representación social y
qué verán los dem ás por su parte. Hay que observar tam bién los lím ites evolutivos porque no se ha visto precedido de una aproxim ación y unos cum plidos al uso.
del área de juego, el lugar relativo de los actores en esos espacios m odulares, y — El espacio centrífugo del actor se constituye desde el cuerpo hacia el m undo e x
cóm o se hacen y se deshacen los m arcos espacio-tem porales que engloban a todas terior. El cuerpo encuentra una prolongación en la dinám ica del m ovim iento. A
las acciones. veces, el cuerpo se prolonga con accesorios o vestuario: el teatro de la Bauhaus
Al querer m antener la m ayor flexibilidad posible en la aprehensión de los espa ata a las extrem idades del actor bastones q ue acentúan y am plifican sus actitu
cios, advertim os que nos dirigim os cada vez más claram ente hacia la concepción des; los velos de una bailarina visualizan su trayectoria y su volum en (Lo'íe Fu-
del espacio gestual. 11er). El cuerpo del actor en situación de representación es, según la im agen de
Barba, un «cuerpo dilatado», es decir, que tiende a expresar lo más fuertem ente
posible sus actitudes, sus elecciones y su presencia. AI contrario, el espacio en
1.2 . E L ESPACIO GESTUAL m arcado y por llenar es centrípeto: va desde el m arco hacia el individuo y cen
tra todos los m ovim ientos en un foco interior del escenario.
Es el espacio que crean la presencia, la posición escénica y los desplazam ientos
de los actores; un espacio «em itido» y trazado por e! actor, inducido por su corpo
ralidad, un espacio evolutivo susceptible de extenderse o de replegarse. Estaremos 1.3. E s p a c io d r a m á t ic o y e s p a c io e s c é n ic o
establecer una diferencia entre lo que ve con sus ojos y lo que percibe in the m ind s 1.4. O t r a s m a n e r a s d e a b o r d a r e l e s p a c io
eye.6
Sin em bargo, en la tradición teatra! occidental, se m antiene a toda costa la dis Antes que de «otros tipos» de espacio, es preferible hablar de otras m aneras de
tinción entre lenguaje y escenario; de ahí la separación entre literatura dram ática y abordar, conceptuar o vivir el espacio.
práctica espectacular. Esta distinción es una prim era exclusión del cuerpo en prove
cho de la visión: visión concreta del ojo y, sobre todo, visión fantasm ática, in the — El espacio textual, que no hay que confundir con el espacio dram ático (lo que el
m ind' s eye. La visión — el theatron griego, por ejem plo— rechaza la dim ensión ol texto dice dei espacio), escuna rnetáfonypara ía enunciación deí texto en eí espa-
fativa, gustativa y sobre todo táctil del acontecim iento teatral. Se afirm a y se cons ^ - t j e m p o , para su arquitectura rítm ica, esa «pura configuración de las obras de
tituye por oposición a la tactilidad, excluyendo el gesto del tacto y la experiencia arte» de la que habla C opeau.9 Es la m anera en que el espectador inscribe en el
corporal en beneficio de la experiencia de la m irada. Al final de esta prom oción de espacio su recitación del texto.
ío visual en detrim ento de lo gestual, la teoría occidental de lo espectacular unlver — El espacio interior (nada que ver con e! espacio de las habitaciones cerradas) es
saliza la dim ensión visual y llega a excluir, o al m enos a desvalorizar, cualquier otro la representación de un fantasm a, de un sueño, de un sueño despierto, suscitados
tipo de experiencia sensible. El teórico del teatro D arko Suvin llega a ver incluso, por ia puesta en escena, cuyos procesos de desplazam iento y de condensación
en esta separación de la m irada y de la m ano, una característica antropológica de podem os estudiar. El escenario se convierte en un espacio falto de realidad, su s
todo teatro (con lo que, por otra parte y en nuestra opinión, «m ete — profundam en ceptible de figurar los m ecanism os de! sueno en los que el espectador podrá p ro
te— la pata»). yectarse. Es el caso del teatro jap o n és N n r donde el juego evoca un sueño o un
fantasm a, y tam bién el de las piezas en las que un personaje contem pla su m u n
El teatro enraiza en el hecho antropológicamente fundamental y constitutivo d eq u e ta do interior figurado por la escena (Si Vété reven a it, de A rthur A dam ov) o el de
posición pragmática de los espectadores está específicamente separada de la tactili
determ inados m om entos de evocación visual debidos a la puesta en escena.
dad: pueden mirar, pero no tienen derecho a locar. El mundo posible del teatro está
— El espacio ergonóm ico del acto r,,n es decir, su círculo de trabajo y de vida, co m
constituido centralmente por la separación fundam ental, y vivida por el público, en
prende la dim ensión proxém ica (relaciones entre las personas), haptogénica
tre los espacios visual y táctil?
(m anera de tocar a los dem ás y a uno m ism o) y kinésica ('movimiento del propio
cuerpo).
Esta tesis de Suvin se puede aplicar tal vez a la tradición occidental, pero de nin
gún modo a otras prácticas espectaculares que no han rechazado el cuerpo ni el tac — El espacio de instalación. C onviene describir el espacio teatra! diferenciándolo
del espacio de una arquitectura o de una instalación y teniendo en cuenta la pre
to. A dem ás, y sobre todo, nuest ra hipótesis seria más bien que la m irada del especta
sencia y los desplazam ientos de los actores. Sin em bargo, hay que señalar que
dor, incluso la del espectador occidental, tam bién es siem pre un poco^«haptogénica»:
tam bién ei teatro se instala a veces en un lugar, o en un edificio, com o si se tra
toca con los ojos; su cuerpo sólo está aparentem ente inmóvil y pasivo, pero imita
tara de una instalación, algo que hem os de considerar si pretendem os co m p ren
interiorm ente ia tactilidad y la gesíualidad. Sólo hay com prensión cuando ésta vuel
der el funcionam iento de su espacio-tiem po.
ve a ejecutar im aginariam ente los m ovim ientos y activa los esquem as corporales.
La consecuencia de esta hipótesis es que, en el análisis del espacio escénico o
gestual. no deberíam os separar radicalm ente visualidad y gestualidad — espacio ob
jetivo y espacio gestual— , sino, al contrario, buscar unidades que participen indis
tintam ente de una o de otra. Más adelante, verem os que los cronotopos constituyen
conjuntos espacio-tem porales que corresponden a tipos específicos de corporalidad.
Ya hem os señalado, en el ejem plo sobre la trayectoria y el m odo de andar de los gru
pos de M aratlSade, que cada cual encarna {o «incorpora») una identidad corporal y
cronotópica m uy específica. Es decir, que hay espacios encarnados;.8