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Capítulo I - El pluralismo en el derecho internacional privado como una necesidad metodológica

Capítulo I - El pluralismo en el derecho internacional privado como una necesidad metodológica


Capítulo I - El pluralismo en el derecho internacional privado como una necesidad metodológica

C I-E

I. E

Desde los orígenes de la juridicidad y hasta nuestros días, el caso iusprivatista, con elementos o
contactos multinacionales objetivamente relevantes ha aparecido a los ojos del hombre de derecho como
un supuesto atípico en el que se avizoran, desde el primer intento de aproximación, posibles aristas
conflictivas que, muchas veces, casi por necesidad, llevan a tomar en consideración sistemas jurídicos de
otros Estados nacionales y a adoptar una postura ideológica con respecto al tratamiento que cabría
dispensar a esa relación jurídica, máxime, si de ello puede desprenderse alguna forma de colisión o
conflicto entre el propio derecho y los sistemas foráneos vinculados de manera más o menos decisiva al
problema bajo examen.
Es importante precisar cuándo nos encontramos frente a un caso iusprivatista multinacional. El caso
iusprivatista multinacional es aquel en el que los hechos que lo configuran aparecen conectados por
circunstancias objetivas con el territorio de dos o más Estados nacionales. Estas circunstancias
multinacionalizadoras pueden estar relacionadas con los sujetos del caso (personales) como, por ejemplo,
la nacionalidad, el domicilio, la residencia habitual, la simple residencia y deben estar localizadas en
distintos países; pueden también vincularse al objeto de la relación jurídica de que se trate (reales), por
ejemplo, respecto de los inmuebles: es circunstancia localizadora el lugar de su situación; respecto de los
bienes muebles registrables (automotores, buques, aeronaves, semovientes): su lugar de registro;
respecto de los bienes muebles: el lugar de su localización; respecto de la propiedad inmaterial: el lugar
de registro de la propiedad intelectual, del derecho de autor, de la propiedad industrial (patentes, marcas,
diseños industriales, etc.), estos factores pueden combinarse entre sí, resultando siempre necesario que
dos o más se sitúen en el territorio de diferentes Estados nacionales.
Esa multinacionalidad fáctica o de los hechos del caso, a su vez, determina que el sistema jurídico de
más de un Estado nacional aparezca con vocación para resolver el problema que pueda plantearse según
los intereses involucrados en él. Esta descripción nos permite definir el caso iusprivatista multinacional
diciendo que es aquel caso que aparece social o fáctica y normativamente multinacionalizado.
Estas circunstancias internacionalizadoras, además, deben ser relevantes según el tipo de relación
jurídica que se examine, desde el ángulo de mira del sistema de derecho desde el cual se la analiza. Esto
quiere decir, que el caso podría exhibir alguna circunstancia multinacionalizadora de las que se han
indicado, pero, si esa circunstancia no resultase relevante para caracterizar ese tipo de relaciones en el
derecho nacional desde el cual se mira el caso, éste puede considerarse un caso interno para el derecho
de ese país, piénsese, por ej., en la común nacionalidad de las partes —extranjera— en un contrato,
celebrado y a cumplirse en la Argentina, relativo a un objeto de negocio también localizado en nuestro
país, ese contrato, para el derecho argentino, sería nacional, pues la circunstancia multinacionalizadora
existente es irrelevante para nuestro sistema jurídico.
No obstante, esa circunstancia irrelevante podría cobrar relevancia si se plantease la solución de caso
en otro contexto jurisdiccional, que pudiese abrirse para conocer y resolver en él, en el que muy
probablemente resultará aplicable otro sistema jurídico que podría, incluso, atribuir especial importancia a
esa circunstancia antes irrelevante, quizás, para habilitar la jurisdicción misma o hasta para determinar el
derecho aplicable al caso. Debe analizarse pues, también si el caso que se examina posee aptitud para
provocar un conflicto internacional de jurisdicción, pues la posibilidad de plantear el caso ante los jueces
de otro Estado determinan que ese juez competente aplique al problema, que ahora para él sería
multinacional, su propio DIPr. de fuente convencional o de fuente interna.
Esto permite pues, afinar aún más la definición y sostener que el caso iusprivatista multinacional es
aquel caso que aparece social o fáctica y normativamente multinacionalizado o que posee aptitud para
provocar un conflicto internacional de jurisdicción(1).
Lo dicho es suficiente para ilustrar la importancia que tiene en todos los casos multinacionales
determinar, en primer lugar, dónde ha de plantearse la controversia para su resolución —problema de la
jurisdicción competente—, para preguntarse luego cuál será el derecho aplicable al caso, recordando que
cada juez aplicará su propio DIPr. de fuente convencional o de fuente interna —problema del derecho
aplicable—, dos problemas paralelos aunque de naturaleza distinta, pues el primero es de naturaleza
procesal y el segundo de índole sustancial o de fondo.
Podríamos recordar aquí, incluso, algunas clasificaciones que se han propuesto de estos casos que
nos interesan: por un lado, Josepus Jitta, atendiendo a dónde y cuándo se producen los hechos del caso,
decía que podían distinguirse los casos absolutamente nacionales, que presentan todos sus elementos
vinculados al territorio de un solo Estado nacional, que son casos propios del derecho interno, ajenos al
DIPr.; los casos relativamente internacionales, que nacen como casos nacionales y que luego en su
devenir, en la vida del caso, se multinacionalizan y los casos absolutamente internacionales, aquellos que,
desde el origen mismo del caso ya presentan contactos con más de un Estado nacional; los dos últimos
tipos son los casos que interesan al DIPr.(2); por otro lado, Boggiano, poniendo el acento en el contexto
jurisdiccional del caso, atiende como criterio de distinción al lugar donde son hacederas las conductas
necesarias para solucionarlo, y partiendo de cualquiera de los dos últimos casos de la clasificación de
Jitta distingue entre los casos totalmente multinacionales, que exigen obrar en la jurisdicción de más de
un Estado nacional para resolver todo el caso y los casos parcialmente multinacionales, que pueden
resolverse íntegramente en el territorio de un solo Estado nacional, aunque se deban aplicar diversos
derechos para resolver el problema o las distintas cuestiones involucradas en él.
Es claro que el fraccionamiento jurisdiccional puede "partir" el caso iusprivatista multinacional y
provocar un fraccionamiento del derecho aplicable según sea el tribunal competente, lo cual incluso puede
conducir a soluciones contradictorias entre las diferentes "partes nacionales" en que el caso resulte
dividido y, para superar ese fraccionamiento, es que uno de los fines del DIPr. ha de ser la búsqueda de la
uniformidad o la unidad de las soluciones, esto es, perseguir el objetivo de que la solución del caso sea
una y la misma, cualquiera que sea el país en el que el caso se plantee si hay que recurrir a distintas
jurisdicciones. Mas también debe perseguirse como objetivo, en todo momento, la necesidad de resolver
todo el caso, esto implica procurar la integralidad de la solución aunque deba obrarse en diversos Estados
y es por ello que si esto ocurre, deben elaborarse instrumentos eficaces a través de los cuales pueda
lograrse que las sentencias dadas en un país obtengan reconocimiento y ejecución en otros, para lo cual
es menester trabajar arduamente en el campo de la cooperación internacional, en los procesos
interjurisdiccionales y en mecanismos efectivos de auxilio procesal internacional.
Finalmente, no debe perderse nunca de vista la necesidad de lograr decisiones eficaces. En DIPr. la
eficacia se la solución debe ser en buena parte la medida de la acción para evitar decisiones abstractas,
inejecutables e inútiles dispendios de tiempo, costos y esfuerzos.
No es del caso listar aquí, de manera completa, los distintos enfoques que históricamente se han
registrado en el empeño por encontrar soluciones al conflicto entre los posibles sistemas jurídicos con
vocación de aplicación como consecuencia de la multinacionalidad de circunstancias del caso y que van,
desde ignorar la cuestión, hasta la denodada búsqueda de criterios más o menos ciertos y precisos, que
puedan dar solución satisfactoria a esas hipótesis de trabajo.
Lo que aparece claro es que, desde sus orígenes, el hombre de derecho ha procurado arribar a
fórmulas que dispensasen un tratamiento justo al caso iusprivatista multinacional y ha sido al idear
soluciones jurídicas posibles con ese objeto que se fue creando el derecho internacional privado como
disciplina que procura determinar cuál derecho ha de aplicarse para resolver esos diferentes casos.
De ahí que quepa coincidir con Boggiano en que, el objeto del derecho internacional privado es ordenar
normativamente las soluciones justas de los casos iusprivatistas multinacionales desde una jurisdicción
nacional, desde una pluralidad de jurisdicciones nacionales o desde una jurisdicción internacional (3).
Sólo hemos de referir a continuación, muy brevemente, las grandes líneas de pensamiento que
aparecen relevantes para arribar al concepto que, en cuanto a fines y contenido, entendemos que cabe
atribuir al derecho internacional privado, muy probablemente, una de las más específicas ramas del
derecho.

II. E (4)

Se ha dicho que el unilateralismo aboga por que las normas que disciernen el derecho aplicable al caso se limiten a declarar
aplicable exclusivamente la ley del foro (lex fori), a través de la delimitación de su ámbito de aplicación especial.

Así, el unilateralismo muestra una cara interna y otra externa. La interna consiste en la determinación
del alcance de la aplicación de las reglas sustantivas de la lex fori y la externa, en la determinación del
ámbito de aplicación de los derechos extranjeros, por lo que parte de la base de que cada Estado delimita
el ámbito de soberanía de su propio derecho y reclama que esta delimitación sea mutuamente reconocida
por los otros Estados. Sin embargo, bajo un enfoque unilateral, si la cuestión legal en debate no cae bajo
el alcance de una regla de la lex fori, la consecuencia sería que todos los órdenes jurídicos del mundo
entero que quisieran reclamar su aplicación al caso podrían hacerlo, en una suerte de vocación
universalista subsidiaria, aunque sólo para aquellos casos, se reitera, en que el propio derecho no
resultase aplicable(5).
Si nos remontamos a la época estatutaria feudal, ya encontramos una primera forma del unilateralismo,
que se preocupaba por determinar el ámbito de vigencia de los respectivos estatutos en el espacio. Las
tendencias expansivas de éstos dieron origen a las primeras colisiones interestatutarias, que tendieron a
resolverse por aplicación de la lex fori (Azo, Acursio), aunque Aldrico había llegado a sostener que entre
dos estatutos debía aplicarse el que pareciese mejor, más poderoso y útil, preanunciando las conexiones
flexibles (Gutzwiller). Hugolino, por su parte, encaró la idea de autolimitar la esfera de aplicación del
derecho (romano), cuya autoridad no se extendía más que a los súbditos del emperador (Sacro Imperio
romano-germánico).
Esta línea continuó con el unilateralismo universalista de la escuela estatutaria donde se calificaron los
estatutos como reales y personales, de manera que la ley se aplicaba a las personas y cosas que se
hallaban sujetos al poder real. También este criterio fue determinante de la aplicación de estatutos
extranjeros de igual índole por los tribunales locales y de la exclusión de los estatutos extranjeros
calificados de "odiosos", en un primer esbozo de lo que sería la excepción de orden público.
El unilateralismo positivista del s. XIX, por su lado, se orienta hacia la determinación del ámbito de
aplicación real o personal de la ley del foro. Para Wachter, contemporáneo de Savigny, no existían normas
de conflicto de validez universal, sostuvo que los tribunales habían de aplicar su derecho privado interno,
salvo que la lex fori ordenase, a través de definidos criterios, la elección de otro derecho o que el derecho
común contuviese reglas de conflicto o espacialmente condicionadas.
El unilateralismo espacialista o territorialista (Rundstein, Pilenko), surgido más tarde, se centra en la
idea de que el legislador estatal sólo puede proceder a la delimitación de su propio ordenamiento, sin
entrometerse en la delimitación de otros, de manera que los sistemas jurídicos nacionales tiendan a la
territorialidad, como medio de hacer coincidir competencia judicial y legislativa.
III. E

A Federico Carlos de Savigny le cupo elevar la solución del conflicto de leyes al nivel de derecho
internacional y echar las bases del derecho internacional privado clásico. Sostuvo que el derecho privado
interno de las naciones que pertenecían a la comunidad de "naciones civilizadas" debía ser considerado
intercambiable y que la comunidad internacional debía desarrollar soluciones de conflicto sobre bases
uniformes a nivel de derecho internacional privado de fuente interna, de manera de garantizar que una
relación jurídica, en caso de conflicto, recibiese una y la misma solución cualquiera que fuera el país en el
que el caso se plantease.
Para ello era menester el desarrollo de un consenso consuetudinario internacional que coincidiese en la
elección neutral de un mismo derecho para solucionar el caso y que se plasmase en soluciones a nivel
interno (principio de "la armonía internacional de soluciones"), identificado con el derecho del lugar donde
podía ubicarse la "sede" (sitz) del caso. Esto es, que cada Estado, a nivel interno, previese, de manera
coincidente, la elección de aquel derecho que guardara una estrecha vinculación con la relación jurídica
de que se trate.
Se estructuró así la idea de un sistema abierto, en el que campea la norma de conflicto. Esta norma, de
estructura bimembre, no da la solución del caso iusprivatista multinacional, indica cuál es el derecho que
habrá de proporcionarla; describe un caso iusprivatista multinacional en su tipo legal y, en su
consecuencia jurídica, determina y elige el derecho aplicable a través de conceptos neutrales contenidos
en el llamado "punto de conexión", como, por ej., la ley del lugar del domicilio o de la nacionalidad ante los
que estén en pie de igualdad la lex fori y el derecho extranjero, para requerir su aplicación al caso. Ésta es
la línea del conflictualismo desde una perspectiva nacional que, pese a su invalorable mérito, sin
embargo, fracasó en lograr la uniformidad de soluciones con que soñó su creador.
Posteriormente, ya desde una perspectiva internacional, es conocido el intento de arribar a normas
conflictuales uniformes a través de ambiciosos proyectos de codificación (Mancini), la mayoría de ellos
frustrados, y luego, a través de la búsqueda de consenso sobre temas más acotados (tratados) o incluso,
puntuales (convenciones).
En la terminología y concepción del maestro Goldschmidt, la norma de estructura indirecta, de conflicto
o de colisión, es la norma propia del DIPr., la única que brinda adecuado y positivo tratamiento al
elemento extranjero del caso y al mismo derecho extranjero(6).

IV. L " "

Después de la Segunda Guerra Mundial, en los Estados Unidos se registró una fuerte reacción
doctrinaria contra el método tradicional de solución de tipo conflictual, dirigida a focalizar la atención en
soluciones de naturaleza sustancial que debían ser aplicadas ante un caso dado, priorizando las
estrechas vinculaciones del caso con determinado sistema jurídico. Aparece la preocupación por detectar
the closest connections o the most significant relationships(7)y la recomendación de un cartabón de
posibles conexiones flexibles del caso con diversos sistemas jurídicos, que podía ser seguido por el juez
para determinar aquel derecho sobre el que el caso se proyectase mayor número de veces y que, por su
estrecha vinculación con la relación jurídica, pudiese ser indicado como el más justificado para brindar su
solución, con el consiguiente apartamiento de criterios rígidos predeterminados.
La Escuela Americana Realista de Jurisprudencia (Lorenzen, Cook, David Cavers), seguidora de la
escuela realista (Cardozzo, Roscoe Pound) convencida de que las proposiciones generales no podían
decidir casos concretos, se ubicó a la cabeza de este asalto contra el conflictualismo, representado en
ese país por el Restatement First on Conflict Laws, elaborado bajo la guía de Beale, hacia 1934(8).
Cuestionaron que contenía soluciones dogmáticas y que deducía las reglas de decisión de principios de
derecho invariables, elaborados a priori.
Enfatizaron que en el proceso de determinar el derecho ante los tribunales había necesidad de atender
a factores psicológicos y a los aspectos sociológicos del derecho; sostuvieron que el derecho es un
instrumento de control social y B. Currie, en una aproximación al unilateralismo, desarrolló su tesis sobre
la necesidad de priorizar el peso de los intereses gubernamentales en la solución del caso.
Estas teorías fueron fuertemente rechazadas en Europa mas, no obstante, han contribuido a introducir
en el derecho continental la discusión de nuevas tendencias, que han llevado, por ej., a acentuar el rol de
la lex fori, e incluso, en cierta medida, han influido en la doctrina de las "leyes de aplicación inmediata"
propuesta por Phocion Francescakis. Sin embargo, donde puede apreciarse la más notable influencia
positiva es, quizás, en una más amplia valorización de la interrelación entre jurisdicción y derecho
aplicable.
Finalmente, el Restatement Second on Conflict of Laws, elaborado bajo la dirección de Willis Reese y
adoptado por el American Law Institute en 1971, combina elementos de la postura tradicional y de las
modernas ideas; sin abandonar el método conflictual, ha introducido un sistema abierto, donde campea la
búsqueda de la most significant relationship determinada por "factores relevantes" de diversa índole,
como, por ej., los intereses del Estado del juez o de terceros Estados. Se ha observado que, por no
alcanzar un adecuado nivel de predictibilidad, esta versión del Restatement no ha ganado gran autoridad
en su país(9).
La doctrina americana, que siempre ha priorizado las cuestiones jurisdiccionales relativas a la
competencia internacional y al reconocimiento y ejecución de sentencias extranjeras, ha sido tomada en
consideración en la Convención de Bruselas de la CEE, de 1968 y en la Convención de Lugano de 1988,
sobre jurisdicción y ejecución de sentencias en materia civil y comercial, ambos instrumentos, directos
antecedentes de los posteriores reglamentos europeos en la materia: Reglamento 44/2001, conocido
también como Reglamento Bruselas I y el actual Reglamento 1215/2012 relativo a la competencia judicial,
el reconocimiento y la ejecución de resoluciones judiciales en materia civil y mercantil (refundición).

V. L E .L .E
.E

En este marco de situación, frente a un conflictualismo clásico, que identifica el DIPr. sólo con la norma
de conflicto y que enuncia como objeto, tomando como ejemplo la definición del maestro Goldschmidt, "el
conjunto de los casos iusprivatistas como elementos extranjeros y de sus soluciones, descriptos casos y
soluciones por normas inspiradas en los métodos indirecto, analítico y sintético-judicial y basadas la
soluciones y sus descripciones en el respeto al elemento extranjero", el intérprete y el estudioso pueden
pensar que sus desvelos frente a un caso iusprivatista multinacional se verán colmados por el DIPr. Sin
embargo, muy probablemente, a poco que se afanen, se encontrarán ante otra realidad.
En efecto, descubrirán que sus mismos maestros del DIPr. les señalan que existen otras normas, en su
derecho interno o en convenciones internacionales, que proporcionan soluciones a casos iusprivatistas,
mas sin ceñirse al molde conflictual, de manera directa, sustantiva, previendo específicas soluciones de
fondo para ciertos casos multinacionales (ej., arts. 119, 123, LS; art. 4º, LC; la Convención de Viena de
1980 sobre Compraventa Internacional de Mercaderías, entre muchos otros, en el derecho de fuente
interna o convencional). Son las normas materiales, que describen casos iusprivatistas multinacionales
pero que disponen en su consecuencia jurídica una solución de fondo, es decir, que se oponen, por su
contenido de índole sustancial, al principio de intercambiabilidad de las leyes (el mismo Savigny, en 1848,
advirtió la existencia de estas reglas de excepción).
Más de un siglo después, Phocion Francescakis observó que en la práctica de los tribunales franceses,
pese a lo establecido por las normas de conflicto generales, ciertas normas y reglamentos de la lex fori,
en virtud de su contenido sustancial y de sus características, estrechamente conectadas con la
organización y función del Estado, eran excluidos del mecanismo bilateral del conflicto de leyes e
inmediatamente aplicados a la solución de los casos iusprivatistas multinacionales. A estas normas las
denominó "leyes de aplicación inmediata" y en su análisis, este fenómeno, lejos de ser observado como
una anormalidad, fue considerado como parte inmanente del sistema conflictual(10). En su última
exposición del tema, el mismo autor tomó la denominación de lois de police, esto es, "normas de policía".
También se las denomina mandatory rules (en la doctrina inglesa), perentory norms (Eek), "normas
especialmente condicionadas", normas internacionalmente imperativas, etcétera.
Resulta importante destacar que estas reglas pueden identificarse con problemas de orden público,
pero que no se agotan allí y tiene cabida en ellas la tutela de intereses de diversa índole que el Estado
está especialmente abocado a tutelar(11).
Hay en ellas una fuerte salvaguarda de intereses que hacen al poder de policía del Estado: regulación y
control de la economía nacional y del mercado, protección de los recursos monetarios, de la balanza de
pagos, de la propiedad inmueble, del medio ambiente, de las relaciones laborales, etcétera(12).
Su método de autoelección o autolimitación aparece, en la norma escrita, expresado coma una norma
unilateral, que describe un caso multinacional, pero que autoelige la lex fori para solucionarlo(13). Se trata
pues de una norma especial, a diferencia de las reglas generales del unilateralismo estatutario y de
interpretación restrictiva, insusceptible de bilateralización. Esta última característica, que se detecta por el
contenido de los intereses involucrados en la cuestión, permite su distinción con respecto a las normas de
conflicto que, expresadas unilateralmente, admiten sin embargo la bilateralización (arts. 6º y 1209, CCiv.,
por ej.) y no pueden ser confundidas con normas de policía(14).
Ante este panorama, que no podía ser ignorado por los maestros del conflictualismo, algunos, como
Goldschmidt, derechamente excluían las normas materiales y de policía del DIPr. y las confinaban a otras
"ramas" del derecho como el Derecho Privado Internacional (normas materiales) o el Derecho Privado o
Público de Extranjería, aunque se reconocía la innegable afinidad entre todas estas ramas que
compartían los llamados casos mixtos(15).
Otros, como Miaja de la Muela, partiendo de la función principal de la norma de conflicto, específica de
esta rama del derecho, admitían la existencia, dentro del DIPr. de otras normas que cumplen funciones
auxiliares(16). Posteriormente, sin embargo, Miaja de la Muela fue uno de los primeros en estudiar el
método de las normas materiales(17).
Con todos estos elementos, el cuestionamiento del conflictualismo en sus moldes clásicos comenzó a
hacerse evidente y condujo al planteo de la crisis del sistema con los importantes trabajos de Kegel y
Cavers, ya preanunciada por De Nova. Así se preparó el planteo de la síntesis, que conduciría a admitir,
el pluralismo metodológico en el DIPr., sobre todo a partir del memorable trabajo del Prof. Henri Batiffol
presentado en el Curso General de la Academia de La Haya, en 1973(18).
Junto con esta corriente aparece la tendencia que concede prevalencia al problema de la competencia
judicial sobre el de la ley aplicable.
Esta síntesis, superadora de la crisis, lleva a admitir en nuestra materia el pluralismo metodológico y
normativo y a conceder pie de igualdad a los tres tipos de normas: de conflicto, materiales y de policía,
individualizadas supra. Ello no importa, sin embargo, dejar de reconocer el rol que, como norma general
de la materia, cabe seguir atribuyendo a la norma de conflicto, y el carácter especial que, junto a ella,
asumen la norma material, con funciones complementarias y suplementarias del sistema y la norma de
policía, especial, exclusiva y excluyente de las otras dos.
Es de remarcar el empleo del término "pluralismo" y no, pluralidad, porque esa expresión evoca la
necesaria construcción de un sistema, de un orden y no una simple coexistencia de normas, se trata
pues, de un sistema que reconoce la existencia de muchos modos de aprehender las cuestiones propias
del derecho internacional privado, con una multiplicidad de relaciones lógicas, con reglas que permiten
articular diferentes niveles jurídicos (jerárquicas, de causa y efecto, de reenvíos prejudiciales, de primacía,
de especialidad, de subsidiariedad, de armonización, etc.). Estas reglas deben ser ordenadas de manera
que, con pautas de cooperación, convergencia, consistencia, flexibilización y coherencia, conduzcan a un
resultado superador de los eventuales conflictos entre diferentes niveles de jurisdicciones y entre
diferentes niveles de ordenamientos jurídicos: horizontales, verticales, multilaterales y, también, de la
debilidad que representaría la mera yuxtaposición de normas, muchas veces contradictorias. El logro de
esa coherencia sistémica es, pues, uno de los objetivos a perseguir en la materia —ordenamiento entre
ordenamientos—(19).
Esta síntesis plural tiene general aceptación en la doctrina iusprivatista de nuestros días y en el
derecho comparado. Por lo demás, es la metodología generalmente empleada en todos los foros donde
se elaboran las soluciones propias del DIPr. de nuestro tiempo, no sólo a nivel de DIPr. de fuente interna
sino a nivel internacional, a través de la cooperación de organismos internacionales que trabajan en la
elaboración de tratados, convenciones y "leyes modelo". Estas últimas son propuestas, en general, por
organismos internacionales de prestigio como la Comisión de Naciones Unidas para el Derecho Mercantil
Internacional —UNCITRAL o CNUDMI— que es un órgano jurídico central del sistema de las Naciones
Unidas en el ámbito del derecho mercantil internacional. Órgano jurídico de composición universal,
dedicado a la reforma de la legislación mercantil a nivel mundial durante más de 40 años. La función de la
UNCITRAL o CNUDMI consiste en modernizar y armonizar las reglas del comercio internacional. En la
convicción de que el comercio acelera el crecimiento, mejora el nivel de vida y crea nuevas
oportunidades, y con el objetivo de incrementar estas oportunidades en todo el mundo, la Comisión
formula normas modernas, equitativas y armonizadas para regular las operaciones comerciales. Sus
actividades son principalmente las siguientes(20):
• La elaboración de convenios, leyes modelo y normas aceptables a escala mundial, por ej., ha elaborado
la ley Modelo sobre Insolvencia Transfronteriza de 1997 y su Guía de interpretación de 2013, la Ley
Modelo de Arbitraje de 1985 con enmiendas del año 2006, entre otras, como recurso para obtener la
uniformidad pero desde una perspectiva nacional sobre la base de la adopción por parte de los distintos
países, en su derecho interno, de un instrumento ya concertado de antemano.
• La preparación de guías jurídicas y legislativas y la formulación de recomendaciones de gran valor
práctico.
• La presentación de información actualizada sobre jurisprudencia referente a los instrumentos y normas
de derecho mercantil uniforme y sobre su incorporación al derecho interno.
• La prestación de asistencia técnica en proyectos de reforma de la legislación.
• La organización de seminarios regionales y nacionales sobre derecho mercantil uniforme.
Otras organizaciones internacionales trabajan arduamente en la elaboración de instrumentos de
unificación del derecho aplicable, por ejemplo, la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional
Privado que es una organización internacional intergubernamental de carácter mundial, con sede en la
ciudad de La Haya (Países Bajos) que tiene por objeto buscar la homologación de las normas de derecho
internacional privado a nivel mundial en materia civil, comercial y procesal, que ha elaborado treinta y
ocho convenciones a marzo de 2016, utilizando con gran eficacia el pluralismo normativo de las que más
de una veintena están actualmente en vigencia y de ellas una gran parte corresponde exclusivamente a
conflictos de legislación, por ejemplo, en materias de ley aplicable a la supresión de la exigencia de
legalización (Apostilla), la notificación y el traslado de documentos, la obtención de pruebas en el
extranjero, el acceso a la justicia, la sustracción internacional de niños, la adopción internacional, los
conflictos de leyes en materia de forma de las disposiciones testamentarias, las obligaciones alimenticias,
el reconocimiento de los divorcios, los accidentes de tránsito en carreteras, la responsabilidad por los
hechos de productos defectuosos, los regímenes matrimoniales o las sucesiones. Los Convenios más
recientes son el Convenio sobre la Ley Aplicable a Ciertos Derechos sobre Valores Depositados en un
Intermediario (2006), el Convenio sobre Acuerdos de Elección de Foro (2005), el Convenio sobre Cobro
Internacional de Alimentos para los Niños y Otros Miembros de la Familia, junto con el Protocolo sobre la
Ley Aplicable a las Obligaciones Alimenticias (2007). Actualmente son ochenta los Estados parte y una
organización internacional (la Unión Europea), pero más de 145 países de todo el mundo participan en los
trabajos de la Conferencia(21).
El Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado —UNIDROIT—, creado en 1926 como
órgano auxiliar de la liga de las Naciones, que fue restablecido en 1940, es una organización
intergubernamental integrada por sesenta y tres Estados, con sede en la Villa Aldobrandini, en Roma, que
ha trabajado intensamente en la elaboración de convenciones uniformes de derecho sustancial y en la
elaboración de reglas y principios uniformes en diversas materias(22).
Estas técnicas de unificación del derecho de fondo aparecen como mucho más realistas y bastante
exitosas en la actualidad, especialmente en temas de índole patrimonial o de carácter comercial, donde
resulta más sencillo obtener acuerdo entre los diversos Estados sobre el imprescindible fondo común de
principios que presuponen.
En nuestro país el profesor Antonio Boggiano desde la primera edición de su Derecho Internacional
Privado, viene predicando la definición del DIPr. desde la óptica de la riqueza del pluralismo metodológico
y normativo, dentro de un contexto jurisdiccional que actuará, en definitiva, como condicionante de la
solución de fondo.
Más recientemente, Boggiano ha planteado, con anticipación, la necesidad de contemplar los
instrumentos necesarios para abordar la posible unidad estructural de un orden jurídico común y
universal, en la que el derecho internacional cumpliría un rol como derecho de las relaciones entre
ordenamientos jurídicos(23). Es que ya es una realidad que han comenzado a elaborarse, con principios
acuñados en fallos de altos tribunales, nacionales, internacionales y supranacionales y mediante la
actividad fecunda de órganos institucionalizados en diversos ámbitos, las reglas de una sistemática
dirigida a ordenar, de manera justa, la solución de conflictos entre ordenamientos jurídicos, con principios,
métodos y reglas propios, que sin embargo han de abrevar, en la riqueza del pluralismo metodológico y
normativo que exhibe el DIPr., provechosamente, con sus técnicas ya elaboradas y las más actuales (soft
law, principios, etc.).

VI. E

Las nuevas tendencias, como lo señaláramos precedentemente, trajeron consigo una revalorización del
enfoque de la materia, que pone el acento, además de los aspectos a los que ya nos refiriéramos, en la
íntima relación que existe entre la determinación del juez competente y el derecho aplicable.
En efecto, con un enfoque realista, debe admitirse que cada juez va a aplicar al caso su propio derecho
internacional privado, ya de fuente interna, ya de fuente convencional; luego, la solución del problema
desde el punto de vista del derecho aplicable debe buscarse a partir de la respuesta a la pregunta por
quién es el juez competente.
Esto determina la necesidad de atender a la importancia del contexto jurisdiccional en todo caso de
derecho internacional privado, a la incidencia del conflicto de jurisdicciones sobre el conflicto de leyes. Ello
conduce a establecer, de modo necesario y previo al hallazgo y tratamiento serio de las soluciones de
fondo, cuál será el contexto jurisdiccional donde se va a plantear el caso. De ahí que considerar los temas
de derecho procesal internacional que hacen a la delimitación de los criterios de atribución de jurisdicción
y a la procedencia y condiciones de la prórroga de jurisdicción en jueces o árbitros extranjeros, resulten
ser contenido de insoslayable tratamiento, dentro de una materia que busca dar una respuesta efectiva a
la pregunta sobre "la ordenación normativa de las soluciones justas de los casos iusprivatistas
multinacionales" (Boggiano).
Deberá contemplarse pues, si esas soluciones se logran íntegramente a través de una sola jurisdicción
nacional (caso parcialmente multinacional), si es necesario recurrir a una pluralidad de jurisdicciones
nacionales (caso totalmente multinacional), o a una jurisdicción internacional —Corte internacional de
Justicia de La Haya, Tribunal de la CECA— (Boggiano)(24), o a una jurisdicción supranacional. Estas
últimas pueden adquirir supremacías de distinto alcance y muchas veces se imbrican en las jurisdicciones
estatales o nacionales a través de necesarias consultas prejudiciales, preliminares, que las condicionan —
Corte Europea de los Derechos del Hombre de Estrasburgo, Corte Interamericana de los Derechos del
Hombre de San José de Costa Rica, Corte de Justicia de las Comunidades Europeas de Luxemburgo—.
Finalmente, no cabe olvidar el importante rol que cumplen en las soluciones de litigios multinacionales las
alternativas de justicia no estatal, especialmente, a través de los llamados métodos alternativos de
solución de conflictos: mediación, conciliación, transacción y especialmente, el arbitraje y también formas
de justicia "disciplinaria" propias de ciertas profesiones(25).
Con este mismo punto de partida, otros enfoques, influidos por el forismo norteamericano, que tiene su
mejor exponente en Ehrenzweig y sus seguidores, tienden a absorber el conflicto de leyes por el conflicto
de jurisdicciones, de manera que la determinación del tribunal competente trae consigo la aplicación
normal, cuando no exclusiva del propio derecho. Un enfoque de esta naturaleza desvirtúa todo debido
respeto del elemento extranjero del caso y de los derechos subjetivos adquiridos de sus protagonistas a
que la relación jurídica sea tratada al amparo del sistema jurídico con el que se halla vinculada de manera
decisiva.

VII. N

Conforme a lo precedentemente expresado, es el derecho internacional privado del juez competente el


que habrá de responder a la cuestión relativa al derecho aplicable. Sin embargo, un nivel de análisis
desde una perspectiva puramente nacional no alcanza, y a pesar de los esfuerzos realizados para lograr
la uniformidad, desde un nivel internacional, a través de convenciones —ya de índole material, ya
conflictual, ya procesales—, para reducir al mínimo las diferencias originadas por la diversidad de foros y
para conjurar el fraccionamiento, la desarmonía o los intentos de forum shopping, éstos aún subsisten.
En este marco, debe observarse que cuando se dé la disociación entre forum y ius, porque varios
Estados se atribuyan jurisdicción para resolver un conflicto, o porque una legislación extranjera sea la
indicada para proporcionar las soluciones de fondo, el análisis de las posibilidades de planteo y solución
del caso nos debe llevar a localizar dónde habrán de obrarse, dónde habrán de llevarse a cabo, en
definitiva y de mejor manera, las conductas necesarias para solucionarlo, y si esa prospectiva nos
conduce a otro u otros Estados extranjeros, debemos atender a las posibilidades concretas de
reconocimiento y ejecución que un pronunciamiento, dado en un Estado, puede tener en otros.
Concluyendo, para la solución de una controversia propia de nuestra materia, no sólo hemos de
contemplar el problema desde una perspectiva nacional, sino que debemos considerar los sistemas
jurídicos en los cuales, por su naturaleza o contenido, razonablemente, puede llegar a localizarse el
planteo del caso y su solución, y apreciar esos ordenamientos en su funcionamiento global —condiciones
de reconocimiento y ejecución, jurisdicción y ley aplicable, según el caso—, con el fin de coordinar esas
exigencias con las de los foros interesados en el caso y así obtener un pronunciamiento que sea válido en
el propio Estado y susceptible de reconocimiento y ejecución efectivos en los Estados extranjeros tenidos
en la mira(26).
Finalmente, cabe advertir que también debe analizarse de qué manera el jurista debe saber obrar y
hacer valer los recursos a su alcance para lograr la coherencia sistémica necesaria. Dentro de un
contrato, por ejemplo, la correcta combinación de una cláusula de prórroga de jurisdicción con otra
cláusula de elección del derecho aplicable, en ejercicio de la autonomía de la voluntad de las partes, nos
habrá de brindar la posibilidad de sortear, a nivel jurisdiccional, parte de la complejidad del problema
descripto.
Como corolario de todo lo expresado, los problemas de derecho procesal internacional, vinculados a la
determinación de las reglas de atribución de jurisdicción, a la prórroga de jurisdicción y al reconocimiento
y ejecución de sentencias y laudos arbitrales extranjeros han de integrar, necesariamente, la materia de
estudio junto con los contenidos de fondo propios del derecho internacional privado, aunque sean de
naturaleza diferente y no se identifiquen con éste que es una rama del derecho sustancial orientado a la
determinación de las llamadas "competencias legislativas".

VIII. E .

El siglo XX se despidió dejando el fenómeno de "la mundialización" como herencia para el debut del
siglo XXI, y se plantea en este nuevo escenario en el cual el derecho debe operar una realidad que
desafía y confronta a las identidades nacionales, individuales y colectivas. Se han señalado como
aspectos salientes de esta nueva realidad: la multinacionalización de la vida y del patrimonio de un
número creciente de personas que se desplazan por el mundo por diferentes razones: profesionales,
familiares, de trabajo, como consecuencia de los fenómenos migratorios, etc., exhibiendo una movilidad
extrema, y coadyuva con ello la rapidez de los medios de transporte, la inmediatez de las
comunicaciones, los mass media, Internet, los acelerados desarrollos tecnológicos de toda índole... que
mundializan los cambios en tiempo real y han hecho tangible la imagen de la "aldea global". En ella se
comparte, por un lado, una generalizada valorización de derechos humanos fundamentales, en particular,
dentro del mundo occidental, junto con vertiginosos cambios en las escalas de valores y en las estructuras
del conocimiento y de la sociedad tradicionales, todo ello torna más y más inciertas las categorías
jurídicas conocidas, produciéndose una interpenetración entre esos factores en las ramas del derecho,
público y privado, antes claramente diferenciadas.
El derecho internacional privado, al dirimir problemas de competencia legislativa, presupone en su base
la existencia de Estados nacionales que mantienen su independencia y soberanía legislativa y
jurisdiccional y pese a los cambios apuntados, sin embargo, el fenómeno de las fronteras que describiera
Pierre Lalive en su momento(27) aún se muestra vigente y necesario, pues junto a él aparecen
creándose, junto a las separaciones territoriales, formas útiles de superación de ese fenómeno que
proporcionan elementos de claridad dentro de la gestión de la mundialización, que permiten organizar
términos de intercambios, de cooperación con reciprocidades, de diversa índole y en diversos ámbitos,
económicos, culturales, humanos.
El DIPr. resurge en estos nuevos escenarios como un terreno privilegiado para abordar la organización
de la diversidad de fuentes y objetivos de manera que permitan establecer un orden entre los diferentes
ordenamientos jurídicos que sirvan de base para la construcción de un orden mundial plural(28). Es así
que se muestra apropiado para la elaboración de los instrumentos jurídicos propios de una etapa de
integración, como la que se encuentra transitando nuestro Mercosur u otras organizaciones regionales
(ALENA, OHADA, etc.), aunque no resulte adaptado a su naturaleza clásica, pensar que pueda tener
cabida en un derecho comunitario en sentido estricto, a la europea, por ejemplo.
En efecto, el derecho comunitario como tal resulta de la elaboración de órganos supranacionales, con
personalidad jurídica distinta de los países miembros, a los cuales los Estados partes les han atribuido o
transferido poder legisferante y jurisdiccional de tipo supraestatal, esto presupone el ingreso a una
superestructura institucional como la que se observa en el seno de la Unión Europea(29).
Sin embargo, no puede ignorase que, dentro del derecho comunitario, el derecho internacional privado
que conocemos logró de alguna forma su cabida, esto ha ocurrido en la medida en que los órganos
comunitarios han recurrido a su estructura técnica para elaborar instrumentos, en particular bajo la forma
de Reglamentos, a fin de dirimir conflictos de leyes entre Estados dentro del mismo marco comunitario,
operándose una suerte de comunitarización del DIPr. Ese rol cumplen hoy, por ejemplo, el Reglamento
(CE) 1346/2000 del Consejo Europeo, del 29 de mayo de 2000, sobre procedimientos de insolvencia
(cuyo antecedente inmediato es el Convenio Europeo de Bruselas del 23 de septiembre de 1995 relativo a
procedimientos de insolvencia que no había logrado en la CE todas las firmas necesarias para entrar en
vigencia); el Reglamento (CE) 593/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo, del 17 de junio
de 2008 sobre la ley aplicable a las obligaciones contractuales (Roma I) (ex Convención de Roma del 19
de junio de 1980, sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales, que había entrado en vigor en 1991
entre los países de la CEE que la habían suscripto o entre la Comunidad y terceros Estados); el
Reglamento (CE) 864/2007 del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo de 11 de julio de 2007 relativo
a la ley aplicable a las obligaciones extracontractuales (Roma II).
El complejo marco jurídico actual, que muestra sistemas jurídicos nacionales independientes que, por
un lado, deben coexistir e interactuar con y dentro de bloques regionales que han creado, a su vez,
espacios jurídicamente integrados con estructuras más complejas y reglas propias y, por otro, deben
interactuar con sistemas comunitarios con órganos y estructuras jurídicas supranacionales que adquieren
supremacía sobre los ordenamientos de los Estados que los componen, ha obligado, ya lo hemos
señalado aquí mismo, a abordar la construcción un sistema transordenamientos, un derecho
internormativo, un sistema con principios y reglas que permitan preservar la uniformidad y la coherencia
entre los diferentes niveles de estos ordenamientos jurídicos multilaterales, buscando la solución,
mediante la elección del ordenamiento del nivel jurídico de regulación aplicable al caso —véase, por ej., el
reenvío prejudicial vertical, contemplado en el art. 267 del Tratado de Funcionamiento de la Unión
Europea (TFUE) versión consolidada—(30).

IX. C

Debe considerarse conceptualmente al derecho internacional privado como la rama del derecho que
tiene por objeto ordenar normativamente la solución justa del caso iusprivatista multinacional, a través de
una jurisdicción nacional, de una pluralidad de jurisdicciones nacionales o de una jurisdicción internacional
o supranacional, sin perjuicio de los modos alternativos de solución de conflictos.
Debe admitirse que a ese fin constituye en un sistema de solución de conflictos entre ordenamientos y
que integran su contenido, sistemáticamente, todas aquellas normas que conducen a la solución de los
casos iusprivatistas multinacionales: las de conflicto, las materiales y las de policía de los ordenamientos
involucrados, así como el estudio de los métodos propios de cada una de ellas y de aquellos otros que
resultan complementarios para arribar a la solución del caso: analítico, comparativo, etcétera.
Debe destacarse la importancia del contexto jurisdiccional como determinante de las soluciones de
fondo que, en definitiva, resultarán aplicables al caso e incluirse dentro de los contenidos programáticos
de la materia, temas de derecho procesal internacional indispensables para arribar a la solución del caso
multinacional, como son: las cuestiones de jurisdicción internacional, la prórroga de jurisdicción, el
reconocimiento y ejecución de sentencias y laudos extranjeros y los mecanismos de auxilio procesal
internacional.
Debe dejarse establecido que el derecho comunitario resulta inherente a un contexto de
supranacionalidad, que presupone delegación por los Estados-partes de facultades de índole legisferante
y jurisdiccional, que escapan a la naturaleza propia del DIPr. Sin embargo, las metodologías del DIPr.
pueden ser requeridas para dirimir conflictos de leyes dentro del seno de los países de un régimen
comunitario.
En la línea expuesta se han pronunciado las III Jornadas Argentinas de Derecho Internacional Privado,
Rosario, 18 y 19 de noviembre de 1994, con las siguientes recomendaciones que a continuación se
transcriben:
"Contenidos, objetivos y métodos del Derecho Internacional Privado":
La convocatoria dispuesta por el 12º Congreso Ordinario "Dr. Pablo A. Ramella" de la AADI y el 7º
Congreso Argentino de Derecho Internacional (Salta 4-6 noviembre 1993), que originan las III Jornadas
Argentinas de Derecho Internacional Privado de Rosario, responde a las finalidades de la resolución
45/40 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y concuerda con los postulados de la Carta de
la Organización de los Estados Americanos.
Todo ello se entrelaza con la finalidad de facilitar la enseñanza del mismo y la investigación en la
materia, bajo el sugerente lema "Decenio de las Naciones Unidas pare el Derecho Internacional", que
se ha difundido desde las Naciones Unidas.
En consecuencia, se RECOMIENDA:
I) Que el Derecho Internacional Privado constituye una disciplina científica que debe formar parte
integrante de los programas de estudios universitarios en las Facultades de Derecho, con carácter
obligatorio, en la formación del jurista con sentido humanista y solidarista, acorde con los valores
inherentes a la justicia social internacional.
II) El Derecho Internacional Privado clásico, que en cuanto a su objeto, se conformaba
fundamentalmente sobre los presupuestos de los: a) Conflictos de leyes y b) Conflictos de jurisdicción y
desde las perspectivas del método se caracterizaba, según la concepción del maestro Werner
Goldschmidt, entre otros, por la utilización del denominado "método indirecto", con las
complementaciones del método "analítico-analógico" y "sintético-judicial", y que en la parte general de
dicha disciplina se integraba con el estudio de la estructura de la norma indirecta y los problemas
implicados en ella, relativos a las calificaciones, cuestión previa, reenvío, calidad del derecho aplicable,
fraude a la ley y orden público internacional, se ha visto ensanchado desde los últimos 20 años, por
nuevas orientaciones que se profundizan con los fenómenos de la internacionalidad y la globalización.
III) Que en nuestro tiempo el Derecho Internacional Privado, en sentido amplio, no sólo se nutre con
la problemática tradicional que hacía a su objeto y emplea el método "indirecto", que se ve enriquecido,
frente a las exigencias de la realidad actual —que incluye además el tratamiento de los problemas de la
integración—, por la utilización del método directo, haciendo a su ámbito, no sólo la "armonía" sino la
"uniformidad" en el análisis de los casos internacionales.
Pasan así a tener virtualidad las soluciones materiales y las leyes de aplicación inmediata que
resuelven de un modo agotador las cuestiones planteadas.
IV) Que resulta contenido de la materia —en atención a la importancia del contexto jurisdiccional
como determinante de las soluciones de fondo—, todos aquellos procedimientos que permitan resolver
los problemas de jurisdicción internacional y de reconocimiento y ejecución de sentencias y laudos
extranjeros, así como las cuestiones atinentes a la cooperación judicial internacional, en el acceso a la
jurisdicción desde una perspectiva nacional, internacional, regional o supranacional.
V) Con el enfoque precedente, el Derecho Internacional Privado contribuye a abastecer los procesos
de integración y comunitario.
VI) Que las fuentes y fines del Derecho Internacional Privado también se han visto ensanchadas,
pues ese hontanar trasciende de los moldes clásicos, para reposar, por un lado, en una competencia
creadora de carácter regional, en el proceso de integración económica y social al cobijo de la OEA, en
América, fenómeno que se reitera en distintas regiones del mundo.
VII) Que por otro lado, el surgimiento de nuevos sujetos internacionales no gubernamentales, con
gravitación decisiva en la economía internacional, originan nuevos problemas que debe abastecer el
Derecho Internacional Privado en miras a lograr impedir las desventajas y aprovechar con lucidez
jurídica, lo que garantice al hombre sus derechos económicos y sociales, en función de las
Convenciones y Pactos Internacionales de linaje constitucional.
VIII) Que resulta contenido de la materia —en atención a la importancia del contexto jurisdiccional
como determinante de las soluciones de fondo—, todos aquellos procedimientos que permitan resolver
los problemas de jurisdicción internacional y de reconocimiento y ejecución de sentencias y laudos
extranjeros, así como las cuestiones atinentes a la cooperación judicial internacional, en el acceso a la
jurisdicción desde una perspectiva nacional, internacional, regional o supranacional.
IX) Con el enfoque precedente, el Derecho Internacional Privado contribuye a abastecer los procesos
de integración y comunitario.
X) Que las fuentes y fines del Derecho Internacional Privado también se han visto ensanchadas,
pues ese hontanar trasciende de los moldes clásicos, para reposar, por un lado, en una competencia
creadora de carácter regional, en el proceso de integración económica y social al cobijo de la OEA, en
América, fenómeno que se reitera en distintas regiones del mundo.
XI) Que por otro lado, el surgimiento de nuevos sujetos internacionales no gubernamentales, con
gravitación decisiva en la economía internacional, originan nuevos problemas que debe abastecer el
Derecho Internacional Privado en miras a lograr impedir las desventajas y aprovechar con lucidez
jurídica, lo que garantice al hombre sus derechos económicos y sociales, en función de las
Convenciones y Pactos Internacionales de linaje constitucional.

(1)Véase en todo este tema: B ,A , Derecho Internacional Privado, t. 1, Abeledo Perrot,


Buenos Aires, ps. 1 y ss.
(2)Véase también: G ,W , Derecho Internacional Privado. Derecho de la tolerancia, 5ª
ed., Depalma, Buenos Aires, p. 9, nro. 11.
(3)Véase B ,A , Derecho Internacional Privado, cit., t. 1, ps. 16 y ss.
(4)Véase en todo este tema: U ,M E , "El Pluralismo en el Derecho Internacional Privado como
una necesidad metodológica", ED, 161-1056/63; N ,M S , "El Pluralismo Metodológico
en el Derecho Internacional Privado actual", ED, 161-1064/70; P ,B -K ,C ,
"Perspectivas desde el Pluralismo Metodológico en el Derecho Internacional Privado", ED, 161-1071/74.
(5)V , F., "General Course on Private International Law", Recueil des Cours, 1992-1-37.
(6)Véase: G ,W , Derecho Internacional Privado. Derecho de la tolerancia, Depalma,
Buenos Aires, ps. 79 y ss.
(7)Véanse: M , "The proper law of a tort", Harvard Law Review, vol. 64, p. 885 y referencias en
torno al tema y al célebre caso "Babcock c. Jackson" en: U , M E , "Determinación de la ley
aplicable en materia de responsabilidad civil extracontractual en el DIPr.", en ED, 140-845.
(8)Véase: C ,D , The Choice-Law Process, Ann Arbor, 1965 y antes, en 1933, "A critique of the
choice of laws problem", en Harvard Law Review, 179, 189 y ss.
(9)V , F., ob. cit., ps. 44/73.
(10)F ,P , "Quelques precisions sur les lois d'application inmediate et leurs rapports
avec les regles de conflict de lois", Rev. Cr. de Dr. Int. Pr., ps. 55 y ss.
(11)Véase un extenso desarrollo en B , A , ob. cit., t. I., ps. 513 y ss., y citas allí
efectuadas.
(12)Véase V , F., ob. cit., ps. 154 y ss.
(13)B ,A , ob. cit., t. I., ps. 140/1.
(14)Para un ilustrativo desarrollo de las normas de policía, véase: E , "Peremptory norms and private
international law", Rec. des Cours, 1973, II, t.. 139, ps. 7 y ss.
(15)G ,W , ob. cit. Prólogo a la tercera edición, ap. II.
(16)Véase: M M , A., Derecho Internacional Privado, t. 1, ps. 261 a 272.
(17)M M , A., "Las normas materiales de Derecho International Privado", Rev. Esp. de Der.
Int., vol. XVI, 1963, ps. 425 y ss.
(18)Véanse; desde antaño, D N ,R , "Solution du conflict de lois et reglement satisfaisant du
rapport international ", Rev. Cr. Dr. Int., 1948, ps. 179 y ss.; luego, K , G , "The crisis of
Conflicy of laws", Rec. des Court, 1964-II, ps. 95 y ss., y finalmente, B , H., "Le pluralisme des
methodes en droit international privé ", Rec. des Court, 1973-II, ps. 83 y ss.
(19)G -T ,H , "Cours Général de droit international privé", Rec. des Cours, 2005. ps.
24 y ss.; B , H., "Le pluralisme des methodes en droit international privé", Rec. des Cours, 1973-II,
ps. 83 y ss.; R , F., Droit International Privé, 1987, ps. 1 a 24; V G ,W , "Plaidoirie pour
un nouvelle branche du droit le 'Droit des conflits d´ordres juridiques' dans le plongement du 'droit des
conflits de règles'", Recueil des Cours, 2010, ps. 17 y ss.
(20)Véase el sitio: www.uncitral.org.
(21)Véase: U , M E , "La Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado", en
E - C , Código de Comercio y normas complementarias, Hammurabi, Buenos Aires,
2004, ps. 287-308; U ,M E , "La Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado",
Revista del Derecho Comercial y de las Obligaciones, 157/62, enero-diciembre 1994, ps. 625/42. Véase el
sitio: https://www.hcch.net.
(22)Véase el sitio: www.unidroit.org/.
(23)Véase. B , A , Introducción al Derecho Internacional. Relaciones exteriores de los
Ordenamientos Jurídicos "Ius inter Iura", La Ley, Buenos Aires, 1995; íd., Derecho Internacional A.D.
2000, La Ley, Buenos Aires, 2000.
(24)Véase: B ,A , ob. cit., t. I, ps. 3/7.
(25)G -T ,H , Cours Général..., cit., ps. 38 a 43.
(26)Véase: U ,M E , Solución de controversias en el comercio internacional, Ad-Hoc, Buenos
Aires, ps. 16/8.
(27)L , P , "Tendances et méthodes en droit international privé (Cours général)", Rec. des
Cours, 1977-II-155, p.15.
(28)En esta línea de ideas, véase: G -T ,H , ob. cit., ps. 473 a 477.
(29)Véase: U ,M E , "Ley aplicable y juez competente en el Mercosur", REDCO, 154/6, julio-
dic. 1993, ps. 215 y ss.
(30)Véase B , A , Introducción al Derecho Internacional. Relaciones exteriores de los
Ordenamientos Jurídicos..., cit.; íd., Derecho Internacional A.D. 2000, cit.; V G , W ,
"Plaidoirie...", cit., ps. 17 y ss.; U ,M E , Procesos de insolvencia en el Derecho Internacional
Privado, La Ley, Buenos Aires, 2008, ps. 773/776.

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