Está en la página 1de 15

DISCURSO DE JOSÉ REVUELTAS A LOS

PERROS EN EL PARQUE HUNDIDO

Compañeros canes:

Aprovecho esta concentración

para tomar por asalto la palabra

y decirles mi desdén, mi resistencia, mi furia

por la vida de perros

a que se les ha sometido

y que ustedes aceptan

sumisamente

con una larga, peluda y roñosa

cobardía entre las patas

(animación en el parque).

Camaradas perros callejeros:

¿Van a continuar luchando unos con otros?

¿Van a rodear el hueso

el pobre hueso conquistado,

con la cerca de púas

del gruñido?
¿Y lanzarse a dentelladas

contra el que también vive las manos

del hambre

cerrándose en su cuello?

Ah mis pinches

mis bonitos perros:

¿qué pasó con la táctica?

¿dónde sus olfateos de dialéctica?

Cada uno de ustedes ha acabado por ser el ámbito

en que sólo las pulgas están organizadas

autogestivamente.

Algunos

(ya los conozco)

pretenden luchar

para que el número de Sociedades Protectoras de Animales

aumente al mismo ritmo

del crecimiento demográfico

de los perros.

Canallas.

Otros

por el mejor trabajo

de los veterinarios.
Sinvergüenzas.

Unos más

porque las vacunas antirrábicas

se repartan a pasto.

Farsantes

(murmullos de aprobación).

Camaradas perros:

Ustedes lo saben mejor que yo.

Lo espío ya en sus ojos:

hay que hacer a un lado la perrera egoísta

o el árbol por la individuación humedecido.

Desenterrar el hueso colectivo del atreverse.

Darle existencia histórica a las fauces

y soltar las tarascadas

en el número preciso requerido

para el triunfo.

Yo lo he soñado así.

En mi puño mi fuero interno mis lágrimas clandestinas

yo he pensado que llegará un día

camaradas

en que por fin no sea

el perro hombre del perro

(ladridos entusiastas).
Mas quiero algo decirles.

En esta lucha.

En este joderse.

En esta pasión

no vaya a ser que otros les coman el mandado.

No vaya a ser que los perros guardianes.

No vaya a ser que los perros de presa

o los perros policía.

No vaya a ser que los canes cultivados

los que cuelgan su rosal de ladridos

en medio de los jardines.

No vaya a ser que los advenedizos

los que sólo hasta ahora merodean

a sus propias mandíbulas y dientes.

No vaya a ser.

No vaya a ser que aquéllos

cuando ustedes destruyan este mundo

se erijan en los nuevos mandarines

chorreantes de colmillos

y que ustedes se queden

sufriendo nuevamente

su existencia de perros
(aullidos exaltados).

José guardó silencio.

Bajó del montículo que le servía de estrado.

Y una insinuante perra que atravesó la calle

le dio en la madre al mitin

a la pálida flor de la justicia

a la solemnidad del crepúsculo

y a la conciencia de clase

que fugaz

se había encendido

en esta efímera concentración

de perros callejeros.
Cuestionario de Aida Renales a Enrique González Rojo A. sobre
el libro Discurso de José Revueltas a los perros en el Parque
Hundido.

1.- ¿En qué momento y en qué circunstancias usted escribió el


poema?
R.- En alguna ocasión, al volver con Alicia, mi compañera, de
alguna de las tareas políticas que teníamos en Zacatecas, recordé,
al ir manejando el automóvil hacia la ciudad de México, la
anécdota de que Pepe –así le llamábamos sus allegados- desde un
montículo del parque Luis G. Urbina de Insurgentes, se había
puesto a arengar, presa de la pasión política de siempre, a una
turbamulta de perros esmirriados y famélicos. Me embargó la risa
y me puse a pensar qué le habría dicho a semejante auditorio el
gran escritor. Al llegar al D.F. me puse a redactar este discurso,
hijo desde luego de mi imaginación. El poema vio la luz por vez
primera en 1981 –en un libro llamado Por los siglos de los siglos,
Editorial Cuadernos privados, unos años después de fallecido
Revueltas.

2.- ¿Usted supo de la anécdota por el mismo Revueltas?


R.- No. Me la relató Héctor Javier, el gran amigo de Pepe y
espléndido dibujante que fue quien precisamente lo acompañó en
el suceso que dio inspiración al poema.

3.- ¿Qué es lo que sabe que ocurrió realmente y qué es cosecha


propia?
R.- Lo ocurrido fue lo siguiente: José Revueltas y Héctor Javier
estaban departiendo con alegría y acompañando su conversación
con un buen vino en el departamento de Revueltas de la calle de
Holbein. En un momento dado sintieron deseo de comer alguna
cosa, buscar el aire fresco y despejar la mente. Abandonaron el
edificio en que se hallaban, entraron a una miscelánea que les
salió al paso, compraron sendas tortas y se encaminaron al parque
hundido. Se internaron un poco en él y dieron de pies a boca con
varios perros que se hallaban dedicados a la sana tarea de
vagabundear por el parque. José Revueltas, que no se encontraba
muy interesado en su torta, empezó a desmenuzarla y a tirar
varios mendrugos a los perros. Los canes formaron en un
santiamén una verdadera concentración alrededor de un montículo
al que subieron Pepe y Héctor Javier. José se quedó viendo al
público que tenía a sus pies, le vino la inspiración, e iluminado
por el recuerdo no sé si de Demóstenes o de Trotsky, soltó un
discurso que seguramente se ubicó en los carriles de la
elocuencia. El discurso que conservamos es, sin embargo, de mi
propia cosecha.

4.- ¿El poema transmite rasgos de la personalidad o la forma de


expresarse de José Revueltas?
R.- Como tuve la fortuna de conocer a Pepe muy de cerca, de
vislumbrar su modo de ser, y de estar al tanto de su manera de
hablar y de pensar, pude proyectar en el poema-discurso muchas
expresiones, deseos e inquietudes de José Revueltas. Versos
como: “Ah mis pinches / mis bonitos perros / ¿qué pasó con la
táctica? / ¿dónde sus olfateos de dialéctica?”, son frases que
podrían haber salido de sus labios sin dificultad. El verso: hay que
“darle existencia histórica a sus fauces” hace alusión a la tesis de
“la inexistencia histórica del PCM” que es el núcleo fundamental
del Ensayo sobre un proletariado sin cabeza. En el fragmento que
dice: “yo lo he soñado así. En mi puño / mi fuero interno / mis
lágrimas clandestinas / yo he pensado que llegará un día”,
muestro, me parece, el carácter y los deseos profundos de
Revueltas.
5.- El lector del poema, ¿termina conociendo más a José
Revueltas o a Enrique González Rojo?
R.- Yo diría que, en diferente proporción, a los dos. El discurso
está redactado por González Rojo, que no sólo se fuerza por
interpretar y transcribir la posición política libertaria de Pepe, sino
que, sin pretenderlo, se autodefine en una plena coincidencia con
los ideales de su amigo y camarada. Pergeño además un desenlace
que, siendo muy mío, no se riñe con la manera irónica de ver las
cosas de José.
6.- ¿Considera que el poema tiene ya valor histórico o puede
considerarse vigente en la actualidad?
R.- No sé. Lo que sí puedo decir es que se trata de un poema o un
discurso en que Revueltas y su intérprete ponen el dedo en una de
las llagas más visibles y lamentables del México de ayer y de hoy:
el triunfo del individualismo, la apatía o la indiferencia en
muchos de “los de abajo” sobre la conciencia de clase y la
voluntad de lucha.
7.- ¿Cómo definiría el tipo de poesía del Discurso de José
Revueltas a los perros en el parque hundido? ¿Por qué escogió
esta narrativa?
R.- En la nota que viene al final del libro y que se denomina
“Entre el poema, la predicación y el relato” se dice, con toda
razón, que “El discurso de José Revueltas a los perros en el
parque hundido se inscribe en esa larga tradición narrativa que
consiste en predicar mediante relatos en espacios públicos”. Si
antes lo hicieron San Antonio de Padua a los peces y San
Francisco de Asís a los pájaros, ahora, de modo secular y profano,
lo hace José Revueltas a los perros, en algo que podríamos llamar
una alegoría poética contemporánea.
8.- Dentro de su trabajo literario, ¿qué lugar le da al poema?
¿Podríamos relacionarlo con otras obras suyas?
R.- Ocupa un lugar especial porque es el único poema-discurso
que he escrito. Pero no me cabe la menor duda de que sí se halla
relacionado con esa amplia área de mi producción que une la
política de avanzada con la ironía. El desenlace del texto es una
clara manifestación de ello.
9.- ¿Conoce usted con quién estaba Revueltas el día del discurso?
R.- Sí, ya lo dije: con Héctor Javier, quien era un magnífico
dibujante y que, entre otras cosas, ilustró textos de Juan José
Arreola con la técnica de la punta de plata.
10.- ¿En qué se encuentra trabajando actualmente?
R.- En dos géneros deliberadamente híbridos: cuentos-poemas
(cuentemas) y novelas-poemas (novelemas).
11.- ¿Qué le pareció la edición de ideazapato?
R.- El libro me parece de buena factura y delicado gusto y las
ilustraciones de Santiago Solís le dan al poema una encomiable
dimensión no sólo popular sino infantil.

También podría gustarte