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12 Cuentos Chingones
Una selección del Alejandro C del
dviariodeunchicotrabajador.com
Etgar Keret
Ray Bradbury
Rabih Alameddin
Edmundo Valadés
Janet Sarbanes
Varios / 12 Cuentos Chingones / 2
2015
disculpas necesarias.
#
AUTORES: LUIS BRITTO GARCÍA, J. D. SALINGER, EFRÉN HERNÁNDEZ, KURT
VONNEGUT, DAN SIMMONS, RAY RUSELL, ETGAR KERET, RAY BRADBURY, RABIH
ALAMEDDIN, EDMUNDO VALADÉS, JANET SARBANES.
Efrén Hernández
Varios / 12 Cuentos Chingones / 6
Introdución
años.
Preparé esta edición con cuidado. Releí todos los
chingones!
cada cuento
ponerse al día
un curador literario.
Alejandro Carrillo,
Ruben
Lector.
componte.
No te mueras, Rubén.
Varios / 12 Cuentos Chingones / 12
Una historia sobre las historias que acaban. Por qué las
pasaje para otra cosa. El boleto que hay que pagar para
Metropolitano de Arte.
perfectamente amalgamadas.
Todas las tardes, cuando oscurecía lo suficiente
escurriendo.
Único hijo de un acaudalado matrimonio de
realmente aterradora.
En realidad, yo era el único descendiente legítimo
categoría.
autobús.
Un día ventoso de abril, después de recoger, como de
resumirlo.
Una adversa serie de circunstancias había hecho que
intención de ir ahí.
Lógicamente enfurecido, el “hombre que ríe” se quitó
la máscara con la lengua y se enfrentó a los Dufarge con
nosotros, dijo:
-A ver si hay más silencio en este maldito autobús.
-¿Dónde?-preguntó.
frecuencia.
cochecito de niño.
Después de una entrada más, la luz era mala para
esta hazaña sobre los Dufarge fue tan grande que sus
corazones estallaron, y cayeron muertos a los pies del
de los sueños”.
Varios / 12 Cuentos Chingones / 41
A Octavio Ponzanelli
y contándonoslo.
personas serias.
a ti.
arderse y conmoverse?
Y al niño, al fresco y tierno que no ha hecho aún su
títeres?
toda impasibilidad:
la diferencia?
—Oh, contestó la vieja—, porque este es finísimo,
infierno.
romántica.
Válgame Dios, y cuán penosa y larga, mas cuán
lo que no quisiera . . .
Harrison Bergeron
todo a todo. Nadie era más listo que otro. Nadie era
George.
Hazel.
sienes.
durante un rato".
¿verdad?".
"Lo odiaría", dijo Hazel.
sociedad?".
acabas de decir?".
caballeros".
Al fin abandonó el intento y le pasó el boletín a
una bailarina.
"Está bien", dijo Hazel acerca del locutor, "hizo un
peligroso".
de un temblor.
tembló.
(2,300 kilos).
estrepitosamente al piso.
Harrison metió los pulgares debajo de la varilla del
notable.
Harrison y su Emperatriz sólo escucharon la música
durante un rato: la escucharon con suma seriedad, como
la música.
Lo besaron.
preguntó a Hazel.
la televisión".
Mi queridísimo hijo:
No importa que nunca leas esto. Peter, hijo mío,
proporcionártela.
ahora.
encontraba solo.
todo.
brillantes.
la espalda de un estegosaurio.
cara.
desmoronándose.
Sentí mi propia cara retorcerse. Me llevé las manos
izquierdo.
Tu madre y yo nos miramos mutuamente, volvimos a
flota de Buicks.
Perfecto.
momento.
un montón de ladrones y…
acciones de Kleenex.
Pero volvamos a aquellos primeros días.
viruela comunista.
Los japoneses se lo tomaron muy a pecho y empezaron
a ver cómo afectaría el Cambio al mercado internacional.
militar americano.
de coches.
esos telepredicadores.
Todos Cambiaron.
compartíamos sabiduría.
trémula.
No fue aquella noche, sino tal vez una semana más tarde,
de la estación de tren:
Las monstruosidades que caminaban por las calles era
las caras de algunas personas tan inacabadas como sus
mentes.
Eric Hoffer
durante el Cambio.
retrovirus.
Magnífico. Ya no importa nada porque incluso los
#
Tu padre, que te quiere
Varios / 12 Cuentos Chingones / 92
Gótico americano
I
¿Queréis que os cuente el caso de la hechicera y el
ahora de nuevo.
Tal vez por eso salió tan salvaje, no tuvo una madre que
cartuchos de escopeta.
tienen razón.
hable usted.
—Buena idea.
suya.
muy encomiable.
—Yo quiero hacer lo que está bien, nada más. Y el
reverendo subió.
chica no lo acompañaba.
inescrutables.
—Amén.
—¡Aleluya!
parece?
—¿Qué tal el viernes por la noche, después de cenar?
cosa y le pregunté:
Varios / 12 Cuentos Chingones / 103
—Sí, señora.
—Quiero verla.
vestirse.
Me adelanté a la señora Simms, me dirigí rápidamente
—La Bel dom son mer sí. — Luego lo repitió otra vez
apiade de ti.
—Amén —añadí.
Y lo hice porque es lo que digo siempre cuando se
menciona el nombre de Dios, sobre todo si lo menciona un
camino.
A partir de entonces, los problemas empezaron.
II
preñada.
Varios / 12 Cuentos Chingones / 107
segunda vez.
—Ahí está la cosa, papá…. tú ya estás acostumbrado.
—Viernes.
—¡Yo!
—Quiero decir que deberá casarla con uno de nosotros
caído en la cabeza.
—La puta madre… —dije yo.
tonta.
—Tampoco.
Le contestó Jug:
—Con esos juegos que montan en las ferias. Carreras
reverendo Simms.
—Supongo.
completo el detalle.
al coleto.
sugirió:
pescada.
—¿Le parece que está lista, reverendo? —pregunté.
puede aguantar.
reventar!
eran más ásperas que las del perdedor. Eso igualaría las
grasa.
—Me lo imaginaba.
Sacó del bolsillo un reloj enorme.
terminamos la faena.
—¡Ya, muchacho!
son inescrutables.
—Amén. ¿Jug? ¡Deja que la chica se levante!
iglesia.
nacidos.
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Bel dom son mer sí. Dijo que nos estaba chupando la vida
Extrañando a kissinger
ojos, en la mente.
Varios / 12 Cuentos Chingones / 124
inseguros.
de iluminación.
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a contestarme.
vagina?
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El emisario
salto.
pajizo.
—¿Dónde has estado hoy, Torry?
Pero Torry no tenía que contárselo. Martin lo sabía.
aire impaciente.
—Ese perro es una calamidad. Siempre está metiendo
nuevo a la calle.
—¡Sal, Torry!
El perro ladró.
***
El perro se alejó de la casa, en busca de
Jendriss, o…
El visitante subía la escalera hablando con mamá.
Se abrió la puerta.
***
Transcurrieron cuatro días, durante los cuales Torry
hizo su trabajo, informó de la temperatura ambiente, de
explorado.
Luego, una mañan, mamá le habó a Martin de Miss
Estaba muerta.
Falls.
Martin estaba cogido a su perro, recordando a Miss
Haight, pensando en su modo de sonreír, pensando en sus
—Nada.
—¿Quieres decir que se limitan a estar tendidos
allí?
—A descansar allí —rectificó mamá.
—¡Martin!
Pero Martin estaba lanzado.
—¿No crees que podría tratar mejor a la gente, y no
Torry ladró.
—¡Basta! —dijo mamá, en tono firme—. ¡No me gusta
Mamá se lo explicó.
—Todo el mundo está ocupado, hijo mío. La guerra, y
todo eso…La gente tiene otras preocupaciones para andar
cuello.
regresó.
casa… nunca.
tiempo.
***
Martin se enteró de que había llegado la fiesta de
todos los días, pero no oía los sonidos que deseaba oír.
Llegó el viernes por la noche. Sus padres iban a ir
al teatro. Miss Tarkins, la vecina de la casa contigua,
su casa.
A continuación, silencio. Martin permaneció tendido
oído, escuchando.
El sonido se repitió.
más.
ladrando. ¡Torry!
Martin oyó su respiración. El sonido de las patas
al lecho de un salto.
—¡Torry! ¿Dónde has estado? ¿Qué has hecho toda esta
semana?
Martin reía y lloraba al mismo tiempo. Se abrazó al
debía.
escalera:
del perro.
fascinación.
nieve.
dijo:
—¿Quieres ser mi amigo?
Aquella noche —y otras muchas— me cedió su leche, su
terrible.
“¿Qué podría yo hacer para ayudar a este hombre?” —
me preguntaba continuamente.
Y esta alma buena que llevamos todos los perros
la boca.
propia vida.
ojos.
Él me dice:
siempre.
el lomo.
Y luego:
dentro del pecho… Dime a quién vas a mirar con tus ojos
—Callo.
—¿Te irás, di, y me olvidarás? ¿Te olvidarás de este
pobre poeta muerto?
10
El contador de historias
De Rabih Alameddine
temas de dinero.
el sueño.
nuevo.
madre-.
malvados se acercan.
de nosotras desaparece.
desangrara.
no venir al pueblo.
madre.
dijo la madre.
hermanas.
su corazón.
Varios / 12 Cuentos Chingones / 164
11
tierra.
Esta sensación no es nada grata. Si se carece de
imaginación o se la posee en exceso, lo más fácil es
verdaderamente solo.
invitación, no hecha por él, era toda una pena. Una pena
honda. Una pena de ésas que en un descuido dan de qué
hablar.
12
Anamnesis
cada que hablaba con Oscar. Sin estar del todo seguro,
pude ver desde el primer instante que Oscar quería estar
los pies. «Yo lo haría por ti», dice, sonriendo con poca
sinceridad, «pero yo no soy la profesional». No soy
ingenuo sobre el pasaje de aquí hasta allá. Sé que no es