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AMOR DE VITRINA

Año 2007, corre el mes de Septiembre y mi mente viaja abstraída en uno de mis
pasatiempos favorito, navegar en internet, sin embargo, no me estaba
concentrando en nada particular, solo veía páginas enteras sin mostrar ningún
interés. Ese día transcurrió lento, pesado, sin nada que aprovechar, perdí el día
viendo estupideces. Casi al final del mes, específicamente el 27 de septiembre,
estando en línea con una amiga, me llamó la atención una página que me invitó a
ver, pues en una de la publicidad aparecía bella, majestuosa, imponente e
inalcanzable la joya más hermosa que hubieran visto mis ojos, en verdad me
quedé prendado de su belleza.

Esa noche, al entrar en internet fui directo a la página y allí estaba, mi joya,
aunque siempre estuvo cubierta con un velo de seda, su luz traspasaba su velo y
el vidrio que la protegía. Para mí era suficiente ver aquel espectáculo en silencio,
mirando a través de la pantalla y ese día que jamás olvidaré, 27 de septiembre,
comenzó esta historia de amor a primera vista, llena de risas, llanto, alegría, dolor,
esperanzas, sueños… Desde ese día solo tenía ojos para mirar mi linda joya y
soñaba con verla libre, sin velo ni caja de cristal, ella tenía un cuidador muy malo
que la mantenía aislada del mundo y encerrada en sí misma, ese cuidador no
quería darle su libertad a pesar que ya no le pertenecía y ella sumisa le respetaba.

Pero la historia de ella, paralela a la mía no era tan diferente a otras historias,
ella era realmente la que hacia la diferencia, con principios de hierro arraigados
muy profundamente, con una moral intachable y un gran corazón. Ella vivía, sin
embargo, en su mundo de cristal, en el pasado. No había pasado el tiempo para
ella y se conservaba intacta por fuera y por dentro, aunque su corazón estaba muy
herido nunca se contaminó con el mundo exterior y su cárcel o su celda de cristal
se convirtió en su compañera de por vida, el velo era adicional, se lo puso su
cuidador y se negaba a quitárselo, sabía que su belleza atraería a muchas
personas y el solo la quería para sí, mala persona y extremadamente egoísta. En
mi transcurrir diario solo me limitaba a vivir el momento, simplemente vivía y ya,
sin mirar al futuro, sin sueños, recuperándome de un matrimonio fracasado por la
falta de comunicación y de comprensión y, claro, influye mi situación económica
producto precisamente de este sistema que te absorbe, te envuelve y te
contamina. Mi distracción era desde entonces mi computadora, mi mundo virtual y
ahora, en este momento, mi joya, mi inalcanzable sueño, pero era feliz de soñar
con tenerla, de verla sin velo y un día sucedió. El 13 de octubre, la otra fecha
inolvidable, tuve el inmenso placer de conocerla, aunque con velo y jaula de
cristal, pero era hermosa a pesar de todo. La admiré en su vitrina, sencilla y
pequeña pero que no limitaba su majestuosidad, su belleza interior irradiaba a
través del velo y me enamoré por segunda vez de ella, allí comenzó mi amor de
vitrina.

La veía por internet todos los días y le contaba de mi trabajo, mis anécdotas,
mis alegrías, mis tristezas y poco a poco mi vida empezó a tener sentido. Sus
sabios consejos me fueron cambiando y admito que ahora soy una mejor persona,
más sensible y humano. Mi sueño empezó a tomar forma y ella solo escuchaba y
dejaba que soñara aunque nunca me dio esperanzas ciertas, pero no me
importaba y para mi ella se convirtió en mi mundo, solo deseaba llegar a casa para
conectarme e iniciar esas largas conversaciones a veces hasta el amanecer,
empecé a rendir en mis estudios de pre grado, y mi título se lo dedico a ella,
participé en muchas actividades académicas en el liceo donde trabajo, y mi mundo
volvió a brillar a la luz de su brillo, que a pesar del velo se transmitía y se me metía
por mis venas llegando al corazón, estaba realmente enamorado, yo lo sabía y ella
también. Sufríamos ambos por no poder estar juntos libremente y así transcurrió el
tiempo.

De vez en cuando, podía admirarla cuando estaba en mi ciudad, siempre


desde lejos sin tocarla, desde su vitrina ella me daba su brillo a pesar del velo, y
yo me conformaba con eso y era feliz. Quizá se estén dando cuenta que parece
una fábula, pero así era, esa es la historia de mi vida. Lo que nunca pude adivinar
fue su valor real, ciertamente una joya tan exquisita valdría muchísimo, pero no
había forma de llegar al precio, nunca fueron suficientes mis sacrificios, y un día
cuando más seguro estaba… la sacan de circulación diciendo que ya no está
disponible y nunca podré adquirirla. La razón, la ignoro, solo sé que por fin su
cuidador la dejó libre y ella se quito el velo y saben que, se dio cuenta que su luz
ya no era la misma, se sentía extraña al ser libre y tenía miedo. Ya sin cuidador
hizo lo único que podía hacer, sin salir de su caja de cristal colocó unos gruesos
barrotes para que nadie nunca más se acerara a ella y le hiciera daño. Era
enfermizo y cruel pero lo hizo y así me lo hizo saber. Se pueden imaginar cómo
me sentí después de diez meses, resulta que no era su mejor postor y ya no
estaría disponible para mí. Me morí muchas veces ese día y los días siguientes,
pero mi esperanza no quería morir. Sin embargo, alguien me aconsejó que tratara
de fijarme en otra joya, menos costosa, menos majestuosa y más accesible, que el
tiempo no perdona y pasa sobre nosotros como una aplanadora destruyendo
pedestales de cristal, si allí tenía yo a mi joya en un pedestal de cristal y lo
defendía con mi vida para que no se desplomara y cayera. Sin embargo, la tristeza
y la soledad pudieron más que mi amor incondicional, y la razón me obligo a mirar
hacia adelante a observar el mundo con mi propia luz, ya no tenía la de ella, se
había marchitado por el peso de los barrotes, que cruel y que doloroso fue admitir
que la había perdido para siempre.

A principios del mes de julio, sucedió lo que yo tanto había querido evadir,
apareció una perla hermosa, con un brillo especial que me cegó y me hizo suyo
desde el primer momento que se cruzó en mi camino, ya sin fuerzas me dejé caer
en sus brazos, esta no estaba metida en una vitrina ni cubierta con barrotes,
estaba a la mano y pude tenerla entre mis brazos y brindarle todo el amor
reprimido. Qué lindo dirán ustedes, pero verán que no fue así; mi joya observaba
todo y aunque no quería estar conmigo nunca tampoco aprobó que buscara otro
brillo para mí, egoísta tal vez? No, no lo creo ella no es así. Pero esa será mi
interrogante. Solo un mes bastó para que mis ojos pudieran librarse del brillo que
los cegaba, y comprendí que era artificial, la perla no brillaba con luz propia, era
una imitación barata y me dolió mucho descubrirlo; ya era demasiado tarde y
termine con mi corazón roto, sin dinero y con mi tiempo perdido, y lo peor había
matado cualquier brillo de esperanzas y el sueño de tener mi joya exquisita. Hoy
día, aun estoy solo, no he podido olvidar a mi eterno amor, aun espero y miro su
vitrina vacía, ya no está pero su recuerdo me hace imaginarla tal como era. Vivo
en un mundo vacio donde los éxitos se miden con dinero y el amor quedó para
soñadores como nosotros, miro su vitrina vacía y la imagino en su cárcel de cristal
y barrotes, ya sin velo, brillando para mantenerse viva, aunque sabe que poco a
poco ese brillo se opacará. Prefiere correr el riesgo y consumirse sola, mientras
tanto yo espero, solo, que algún día ella venga y me ilumine otra vez. Las sombras
no dejan caminar seguro y tropiezo a cada paso, me equivoco, me confundo, me
pierdo, sin ella mi vida se condenó a un eterno vagar, al ensayo y error. Nunca
podré amar a nadie más como la amé a ella, nunca podré olvidar a mi amor de
vitrina.

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