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ARQUEOLOGIA

Y SOCIEDAD

Publicación trimestral del Museo


de Arqueología y Etnología de la
Universidad Nacional Mayor de
San Marcos.

Lima, Marzo de 1970.


PRESENTACIÓN

El Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, fue


fundado el 21 de Octubre de 1919 gracias a las gestiones que realizara el Dr. Julio C. Tello. Se
organizó a partir de la Primera Expedición Arqueológica al Departamento de Ancash, siendo
sus primeras colecciones aquellas que se recuperaron en dicha exposición

La fecunda actividad arqueológica realizada por el Dr. Tello no se limitó a la organización de


museos y expediciones a diferentes puntos del país, también dedicó gran parte de su tiempo a la
preparación de publicaciones que permitieran poner al alcance del público los resultados de las
investigaciones arqueológicas, entre ellas podemos citar las revistas Inca, Wiracocha y Chasqui.

Al reabrirse el Museo de Arqueología y etnología el 21 de octubre de 1969, se decidió con-


tinuar con la obra iniciada por el Dr. Tello, y entre las actividades programadas se incluyó la
publicación de un Boletín.

Es así como sale a la luz el primer número de Arqueología y Sociedad, boletín en el cual se
aspira a publicar trabajos inéditos o poco conocidos de investigadores nacionales y extranjeros,
que permitan comprender mejor las antiguas culturas que se desarrollaron en el área andina.
Confiamos en que esta serie será de utilidad para profesionales y estudiantes, así como para los
interesados en estos temas.

El Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos


continuará próximamente con la publicación de la Revista Inca, esperando poder cumplir uno
de los mayores anhelos del Dr. Tello: poner los conocimientos acerca de las antiguas culturas del
Perú, al alcance de las mayorías.

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HOMENAJE A VERE GORDON CHILDE
1892 – 1987

Él era “… el mejor arqueólogo de prehistoria de Childe nació en Sydney Norte el 14 de abril


nuestro tiempo”. “De no haber sido por su profun- de 1892. Estudió Clásicos en la Universidad de
do interés y extraordinaria capacidad para esta- Sydney y en 1914 obtuvo una colegiatura para
blecer las relaciones tiempo-espacio de tan vasta después continuar su educación clasicista en
y compleja conformación de datos, los fundamen- la Universidad de Oxford, Inglaterra. Mientras
tos del conocimiento de la Arqueología del Viejo permaneció allí hizo una investigación sobre
Mundo nunca hubieran sido escritos”. Además, elementos indoeuropeos en la Edad de Bronce
“él hizo una serie de sugestivas y brillantes contri- en Grecia y a raíz de esto desarrolló su inte-
buciones a la teoría y método de la arqueología”. rés en la prehistoria de los Balcanes y Europa
Oriental.
Las anteriores palabras tomadas de la revis-
ta de Hallam L. Movius, “Contribuciones a la Después de la Primera Guerra Mundial re-
arqueología prehistórica”, ofrecidas al profesor gresó a su patria donde trabajó activamente en
V. Gordon Childe con motivo de su 65 cum- el Movimiento Australiano del Trabajo como
pleaños, por 27 autores (Man, Vol. 57, Art. secretario privado del Primer Ministro de Ga-
42, pp 42-3, 1957), indican con exactitud la les de Sur, desde 1919 hasta 1921. De esta pri-
posición de Childe en nuestra profesión y sus mera experiencia nace su primer libro: Cómo
principales aportes a la misma. Antropólogos gobierna el trabajo (Londres 1923).
de todo el mundo sentirán su pérdida. Falleció
como resultado de una caída desde un acanti- Estas tempranas actividades anunciaron
lado en las Montañas Azules cerca de Sydney, una aguda y conflictiva dicotomía en los inte-
Australia, el 19 de octubre de 1957. Acababa reses de Childe y su acercamiento académico,
lo que persistió a través de toda su carrera. Por
de retirarse de la Facultad de Arqueología de
un lado era un humanista sumergido en los da-
la Universidad de Londres y había regresado a
tos arqueológicos y más capaz de sintetizarlos
su ciudad natal, Sydney, para permanecer seis
desde el punto de vista histórico, que cualquier
meses de vacaciones, en los que tenía planea-
otro humanista de su generación. Por otro lado,
do escribir otro libro.
era socialista, fuertemente influenciado por las
Este homenaje fue publicado por Irving Rouse en Ame- teorías marxistas de la evolución, esto lo llevó
rican Antiquity, Vol. 24, Nº 1, Julio 1958. a producir una serie de libros teóricos en los

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Arqueología y Sociedad 1

cuales interpreta los datos arqueológicos desde por el Mediterráneo y Europa. Como El desper-
el punto de vista del Materialismo Dialéctico. tar, este libro es un clásico dentro de su campo.
Publicado originalmente en 1928 como El más
Sus intereses históricos fueron los prime- antiguo Oriente, fue revisado y reeditado, en
ros en dar frutos. Después de su labor relacio- 1934, como su título actual y nuevamente en
nada con su trabajo, viajó mucho por Grecia, 1952. Otros trabajos de síntesis son El Danubio
los Balcanes y Europa Central, examinando la en la Prehistoria (1929), La Prehistoria de Esco-
Arqueología de esas áreas y estudiando la lite- cia (1935) y Las comunidades prehistóricas en
ratura, pudiendo leer, la mayor parte de esta las Islas Británicas (1947). En Los arios (1926)
en su idioma original. De esto salió El despertar Childe hizo un estudio arqueológico de origen
de la Civilización Europea, en él sintetiza la Ar- y desarrollo de los indoeuropeos, volviendo so-
queología de Europa mostrando cómo los ele- bre este tema en su Migraciones prehistóricas en
mentos de la civilización del Cercano Oriente Europa (1950). Nunca fue hombre de un solo
y Mediterráneo se habían difundido hacia el campo, siendo su más grande trabajo sobre el
resto del continente por el Norte. Publicado mismo tema: Skara Brae: A Pictish Village in
originalmente en 1925, este libro ha pasado Orkney (1931).
por cinco revisiones, la última de las cuales fue
publicada en 1957. El lado socialista y revolucionario de los in-
tereses de Childe aparecieron en primer plano
En 1925, año en el que apareció por pri- en 1935, cuando publicó El hombre se hace a sí
mera vez El despertar, Childe se convirtió en mismo, un afamado trabajo por los conceptos
Bibliotecario del Real Instituto Antropológico sobre el Neolítico y Revoluciones Urbanas, el
y en 1927 Profesor de Arqueología Prehistó- primero marcado por el cambio producido des-
rica en el Universidad de Edimburgo. Hasta de la recolección de alimentos y producción de
1946 estuvo en este puesto para luego pasar los mismos, y el último por el desarrollo de la
a la Universidad de Londres como Catedráti- metalurgia, la escritura y otros atributos de la
co de Arqueología Prehistórica y Director del Civilización. Estas evoluciones son presentadas
Instituto de Arqueología, cargos de los que se como eventos universales en la evolución de la
acababa de retirar cuando murió. cultura, a pesar de que están ilustradas como
ejemplos tomados, casi en su totalidad, de la
En la década de 1930 recibió títulos ho- Arqueología de las áreas en las que Childe hizo
norarios de la Universidad de Harvard y de la su síntesis, especialmente el Cercano Oriente.
Universidad de Pensilvania, trabajó como Pro- En ¿Qué pasó en la Historia? (1942) combinó
fesor Visitante de la Universidad de California su sistema de revoluciones como los estados de
y en 1945, cuando se estaba convirtiendo en Salvajismo, Barbarismo y Civilización de Lewis
persona no grata por el Departamento de Esta- H. Morgan y los ilustró más completamen-
do debido a sus teorías marxistas, representó a te con ejemplos de la literatura arqueológica
Inglaterra en la celebración del 22º aniversario y en Progreso y Arqueología (1944) discutió la
de la Academia Soviética en Moscú y Lenin- evolución desde el punto de vista tropical, que
grado. es, en términos de búsqueda de alimentación,
entierros, herramientas, etc. más que en tér-
A El despertar siguió una serie de libros en minos de periodos. En Historia (1947) trazó el
los cuales Childe demostró su talento como desarrollo del método histórico, desde el tiem-
humanista e historiador. Sobresale entre estos po prehistórico al Materialismo Dialéctico de
últimos libros Nueva luz sobre el más antiguo Marx, finalizando con un tributo indirecto a
oriente, en el que sintetizó la Arqueología del Stalin, como expone de Marx. Terminó su So-
área tan vasta que cubre el desarrollo de los ele- ciedad y conocimiento (1956) con al predicción
mentos de su civilización, antes de su difusión de que el “ideal humanista” iba a convertirse,

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Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM

eventualmente, en subordinado del ideal de terado tan drásticamente el proceso histórico


“Sociedad”. que no es válida analogía entre la evolución de
las especies y la evolución de las sociedades.
Considerando que los trabajos de síntesis
histórica de Childe eran antes que nada indi- La doctrina de la evolución ha puesto a la
cativos, o sea que, sacó sus conclusiones de los historia humana muy por encima del domi-
datos, sus escritos evolucionarios tienden a ser nio de la revelación milagrosa o de la ficción
deductivos, en esto asumió la teoría y hechos romántica. No ha proveído un agente extra-
seleccionados de la Arqueología para ilus- ño para reemplazar a los hechos o deidades
trarlos. Haciendo esto ignoró otros que eran desacreditadas, ni tampoco revelado un atajo
contrarios a su teoría. Era demasiado buen hacia las conclusiones que deberían aclarar la
prehistoriador para no reconocer la existencia colección de hechos.
de estos hechos conflictivos, y en 1951 publicó
un nuevo estudio Evolución social en el cual, Uno se pregunta si la carrera de Childe no
en efecto, repudiaba el tipo universal de evolu- puede contener una lección para los arqueólo-
ción al cual sus tendencias socialistas lo habían gos del nuevo mundo. Hay un curioso, aunque
previamente llevado. Examinando detallada- superficial paralelo entre el repudiado acerca-
mente las secuencias cronológicas en una serie miento universal a la evolución de Childe y las
de áreas que se extienden de Europa hasta el clasificaciones del desarrollo que están ahora
Cercano Oriente y el Valle del Nilo, llegó a la de moda en la arqueología americana. Podrán
conclusión de que el proceso evolutivo había estas últimas, con sus secuencias de estados
variado de área a área, dependiendo del medio que supuestamente son universales en todo
ambiente local y las condiciones económicas y el hemisferio occidental, que él mismo encon-
del proceso de difusión de la siguiente manera tró limitadas a ser aplicadas únicamente en
en “La Evolución de la Sociedad”, publicada el Cercano Oriente; o será que las etapas del
después de su muerte en Antiquity (Nº 24, di- Nuevo Mundo, también tendrán que ser vistas
ciembre 1957, pp. 210-13). como un erróneo “atajo hacia las conclusiones”
y una manera insonora de “hacer obvia la colec-
Con la aceptación general de la evolución ción, de hechos” restringidos en primer lugar en
orgánica, también se aceptó la continuidad su aplicación, a los centros de la Civilización
entre la historia humana y la historia natural. Indo-Americana?
Esta última se convirtió en los últimos capí-
tulos de un solo record histórico, tendiendo a Las conclusiones históricas específicas de
la Arqueología como puente entre el record Childe, limitadas como son a Europa y el Cer-
de las rocas y el record escrito. El contenido cano Oriente y al período protohistórico no
de estos últimos capítulos puede ser llama- nos concierne aquí. Sin embargo, sus métodos
do como evolución social, y los mecanismos de síntesis histórica son pertinentes. ¡Cuán a
darwinianos de la variación, adaptación y su menudo se ha dicho que el Nuevo Mundo ne-
pervivencia pueden ser invocados para diluci- cesita un Childe para sinterizar el resultado de
dar la historia del hombre como también la de nuestras investigaciones!
otros organismos. Pero, mientras que el uso de
estos términos pueda dar énfasis a la continui- A pesar de que él sumarizó su metodología
dad de la historia, puede causar también con- en Reconstruyendo el pasado (1956) esto puede
fusión y desviar algunos jóvenes antropólogos difícilmente hacerle justicia, probablemente
y arqueólogos cuando tratan de aplicar, sin cri- porque él tendía a trabajar intuitivamente. Sin
terio, fórmulas darwinianas a las sociedades y lugar a dudas, sus síntesis están caracteriza-
artefactos humanos. De hecho, la intrusión de das por escasez de herramientas conceptuales,
la difusión como agente de la evolución ha al- siendo la principal el concepto de una cultura

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Arqueología y Sociedad 1

correspondiendo a eso un foco o a una fase en diferentes medios ambientes, una distinción
este país. Para determinar las fechas de las cul- posteriormente elaborada por Grahame Clark
turas se apoyó primero en “sincronismos” con en The Mesolithic Settlement of Northern Europe
arqueología histórica, quiere decir que él bus- (1936).
có tipos de artefactos comunes a ambos, a las
Los trabajos de síntesis de Childe son –a
culturas prehistóricas y a las civilizaciones con-
menudo– difíciles de leer debido a la extrema
temporáneas y asignó las fechas a los primeros
atención que él ponía en los detalles, no sólo de
y a los últimos. Conceptos “integrativos” como
la cultura material sino también en las implica-
horizontales y tradicionales no tenían lugar en
ciones no-materiales de los restos a los cuales
esta síntesis. Él tendió a dar relieve a la super- su orientación marxista lo llevó a prestarles
vivencia de las formas tempranas de cultura en más atención que los demás arqueólogos de
las periferias en lugar de darle importancia al su generación, Sin embargo, sus síntesis están
principio de que similaridades indican nece- bien organizadas en lo que se refiere a su forma
sariamente contemporaneidad, y fue sensible narrativa y el todo nunca incursiona en mu-
a la posibilidad de que dos culturas puedan chos detalles. Por último, fue su conocimiento
haber coexistido en una misma área. Fue él enciclopédico de los hechos de la Arqueología
quien por primera vez sugirió que las culturas y su habilidad para digerirlos, que lo hicieron
forestales eran distintas de la “Mesolítico” en un extraordinario sintetizador.

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LA EVIDENCIA ETNOBOTÁNICA EN EL ANÁLISIS DEL
TRÁNSITO DE LA ECONOMÍA RECOLECTORA A LA
ECONOMÍA PRODUCTORA DE ALIMENTOS
Luis Guillermo Lumbreras

Estas notas tienen por obje­to discutir la “evi- de algunas plantas también fue conducida al
dencia etnobotánica” en el tránsito de la eco- mismo terreno, de tal modo que gran parte de
nomía recolectora hacia la asentada economía las conclusiones señalan “orígenes oscuros” o
productora de alimentos, es decir, el papel de probablemente “alóctonos” u “autóctonos”.
la producción agraria en el paso del Salvajismo El debate de si pudo haber difusión o descu-
a la Barbarie1. brimiento –invención– independiente, de la
agricultura, se identifica con un complicado
Esta etapa de tránsito ha sido casi siempre sistema de enunciados y evidencias. Si bien es
tratada como “Problema de los orígenes de la útil seguramente, tal tipo de esclarecimiento,
Cultura”, habiéndose formulado soluciones parece que es de tan compleja solución que es
autoctonistas, aloctonistas, eclécticas, etc. fácil perder la perspectiva científica del análi-
El hecho casi universal de la aparición de la sis, llegando a la discusión de supuestos antes
alfarería como consecuencia del proceso, de- que de realidades.
terminó, adicionalmente, que se diera un rol
primario, en la discusión, a las evidencias pro­ Nosotros creemos que si bien interesa el
porcionadas por la cerámica y sus probables lugar original y la forma cómo aparece cada
orígenes. La orientación dada a la discusión nuevo elemento cultural, esto es secundario al
del problema condujo, por este método, a lado del efecto que los elementos en conjunto
plantear como cuestión fundamental el origen o individualmente tienen sobre determinada
geográfico de los inventos o descubrimientos formación social. Lo primario, en consecuen-
que permitieron el desarrollo de la nueva eta- cia, es encontrar el proceso histórico de un
pa. La universalización de la cerámica como pueblo, analizando las características de ese
“indicador de base” permitió sugerir oríge- proceso en función de qué cosas nuevas reem-
nes mesoamericanos, transpacíficos, selváti- plazan a las anteriores y cómo esas cosas nue-
cos, etc. La discusión parcial de los orígenes vas afectan a la estructura total de la sociedad
1 Los términos Salvajismo, Barbarie y Civilización son usados aquí a partir de la aplicación que de ellos hizo el
sabio V. Gordon Childe, revaluando las originales proposiciones de Lewis Morgan y Federico Engels.
Nota: Este trabajo fue publicado parcialmente en la revista Perú Indígena Nº 36, 1967, Lima.

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Arqueología y Sociedad 1

y cómo, finalmente, eso contiene una supera- hipótesis de que cada formación cualitativa-
ción de lo anterior. mente diferente, tienen un origen poblacional
y hasta racial diferente, de tal modo de que la
En el estudio del paso de una formación sociedad de alfareros agricultores, por ejemplo,
social a otra diferente, al comprobar que la di- se diferencian de los cazadores “paleolíticos”
ferencia entre ambas está conformada por un no solo en su conducta, sino también en su
sinnúmero de elementos, seguramente tiene composición poblacional; para tales teóricos,
interés el saber el origen de cada uno de ellos, el paso del Salvajismo a la Barbarie supone un
en la misma medida en que es importante sa- desplazamiento de poblaciones que en algunos
ber que alguien descubrió en Occidente, la casos, incluso, determina un reemplazo de po-
Teoría de la Relatividad, la Cibernética, etc. blaciones, de tal modo que los “agricultores”
pero así como es mucho más importante sa- destruyen a los “cazadores” o “los empujan” a
ber lo que esa teoría representa para el mundo rincones ecológicos despreciados por los más
contemporáneo, al que lo afecta directamente fuertes. Para quienes parten de estos supues-
en la guerra y en la paz, así también es mucho tos, en consecuencia, lo importante es conocer
más importante saber como intervinieron los “los orígenes” de cada elemento cultural.
nuevos elementos –difundidos, inventados o
descubiertos– en la estructura de la sociedad; Aún suponiendo que lo que sostienen los
cuál fue su papel en el cambio social, indepen- difusionistas sea absolutamente válido, la úni-
dientemente de si son de aquí o acullá. ca forma de demostrarlo, no es imaginando o
suponiendo lugares de origen o probables focos
Esto significa que, es el estudio de los cam- de difusión, sino, en principio, demostrando
bios, lo importante es encontrar los elementos que la naturaleza de los cambios es de tal tipo,
que cambian; lo que es posible en Arqueolo- que no existe ligazón entre los logros de la for-
gía con los procedimientos metodológicos en mación social anterior y los de la nueva (para
vigencia. Las deducciones acerca del lugar de el caso de los reemplazos de población) o que
procedencia original, si bien son importantes, los nuevos ingredientes aparecen tan fuera de
todavía no pueden sustentarse en todos los una situación tradicional que cabe suponerlos
casos, en demostraciones absolutamente con- importados. La ciencia, por hoy, no puede ir
cretas. Las dificultades de los planteamientos más allá.
sobre “orígenes”, así como su alto contenido
subjetivo, parten de la relativa incapacidad Por cierto, ni los elementos asimilados por
contemporánea de enfrentar las hipótesis a la difusión se introducen dentro de la tradición,
realidad. participando como factores de cambio, por
mucho que su origen sea extraño, su impor-
La objeción más fuerte que se podía hacer tancia en el proceso histórico es de que actúan
a un análisis del proceso que niega la prioridad como factores de cambio dentro de una socie-
a los “orígenes”, es el de que los cambios de un dad que los ha asimilado a su contexto y, en
estado a otro pueden haberse producido más consecuencia, los ha incorporado a su proceso.
bien que por un estímulo de desarrollo inter- Si, en cambio, hay un desplazamiento de po-
no, como resultado de influencias del exterior blación, por el análisis contextual de la nueva
ya sea por difusión o por migración. La teoría estructura, se tendría que estudiar el proceso
subjetivista de los “círculos culturales” parte de dicha sociedad en relación con el contexto
del supuesto de que los grandes cambios cultu- originario inmediatamente anterior, separando
rales como consecuencia de los desplazamien- su análisis de la sociedad desplazada o aniqui-
tos de población, más bien que de los desarro- lada, que tiene una historia distinta. Las situa-
llos evolucionarios; las corrientes disfusionistas ciones de contacto entre pueblos suponen un
extremas, incluso conceden total vigencia a la análisis semejante.

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Naturaleza y carácter del proceso de una etapa a otra sino ha logrado desarrollar
el máximo de sus posibilidades de crecimiento,
La naturaleza y carácter de las etapas de la his- eso significa que es necesario la “saturación”
toria social están dados o por un crecimiento de sus posibilidades de cambio evolutivo den-
cuantitativo de sus elementos o por un rompi- tro de una formación, para que esta pueda
miento estructural con proyecciones de cam- cambiar. Pero también se demuestra, por la
bio cualitativo. La historia registra un proceso historia, que tal cambio, el evolutivo se rea-
regular de desarrollo de la Sociedad, en el que liza irregularmente dentro de cada aspecto
la ley universal del movimiento se manifiesta de la estructura, de tal modo que mientras la
a través de los cambios de los elementos com- población y la tecnología (especialmente la
ponentes de la estructura sociocultural. Se re- que está al servicio de la población) cambia
conoce que tal tipo de conducta procesal es aceleradamente el ritmo de la evolución en
de carácter evolucionario, y, en este caso, la las relaciones sociales y los patrones de la con-
evolución es el estado permanente de la Socie- ducta, tiende a ser más lento. El crecimiento
dad. Quienes recurren a la difusión como fun- irregular de las fuerzas productivas y las rela-
damento del origen y contenido de los cambios ciones de producción y las ideologías conse-
olvidan que la difusión por sí misma, solamen- cuentes, determina que estos aspectos entren
te es válida en tanto que los elementos difun- en contradicción, de tal modo que cuando el
didos son integrados dentro de un proceso de crecimiento de las fuerzas de producción han
crecimiento dado, dentro de una evolución. llegado a su “saturación”, las relaciones, primi-
Pero la evolución por ser esencialmente tivamente integradas, se convierten en fuentes
la identificación del crecimiento cuantitativo de sujeción de cambio, por haberse quedado
de los elementos de la conducta humana, no muy retrasados en su crecimiento y estar en
explica en cambio cualitativo, que, al parecer desacuerdo con tal “saturación”, que, natural-
sólo se produce revolucionariamente. mente, se producen por encima de cualquier
tipo de “control” para el paso de una forma-
Mientras que el desarrollo dentro de una ción a otra, es menester el cambio estructural,
misma formación social, conduce solamente al y tal cambio supone la destrucción de las ar-
“incremento” de sus propios recursos estructu- caicas relaciones productivas, de los arcaicos
rales, el paso de una formación a otra, supone patrones sociales, que normalmente quedan
la negación de la estructura y su consecuente rezagados, supone enfrentar a los diversos sec-
reemplazo, por esto, el estado normal, evolu- tores de la estructura, para poniéndoles en un
cionario de las formaciones sociales, sólo pue- mismo nivel, equilibrar la sociedad en función
de ser roto para producir el tránsito, por un de las exigencias del sector más evolucionado.
proceso revolucionario. En tanto no sucede este enfrentamiento, la so-
ciedad entra en crisis, lo cual sólo culmina con
Pero, en tanto que la evolución es la simple la revolución.
conducta del movimiento de la sociedad, gene-
rada por la interacción cotidiana de los hom- Si estos planteamientos son ciertos, debe
bres, la revolución es el resultado de un proceso poder ser demostrado que el tránsito del Sal-
de maduración de las condiciones de desarrollo vajismo a la Civilización fue un proceso de ca-
de cada formación social, la evolución genera la rácter revolucionario, dado que el Salvajismo
revolución, en tal medida que la hace necesaria es una formación social estructural cualitati-
para superar las contradicciones que el proceso vamente diferente a la Barbarie.
evolutivo produce en toda la sociedad.
Si se produjo, en los Andes, una revolu-
Es una ley demostrada por el estudio de la ción en el tránsito del Salvajismo a la Barba-
historia universal que ninguna sociedad pasa rie, debe encontrarse que el Salvajismo logró

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Arqueología y Sociedad 1

el máximo desarrollo de sus posibilidades, lo- de la aparición de la tecnología agraria y sus


grando su “punto de saturación” como etapa; asociados, que condujo a la sociedad de caza-
debe encontrarse que existía ya, el germen o dores, recolectores a organizarse revoluciona-
los gérmenes que permitieron el desarrollo de riamente en el nuevo régimen de la barbarie.
la Barbarie (pues de otro modo podría tratarse
de un desplazamiento de población); debe en-
contrarse que las diferencias entre la Barbarie
Los indicadores del proceso
y el Salvajismo son de naturaleza estructural,
de tal modo que sean totalmente distintas en Los indicadores del cambio revolucionario son
la base y la superestructura; debe encontrarse cada una de las conquistas que enriquecen una
que el tránsito se produjo dentro de una di- estructura. Los descubrimientos, invenciones,
mensión temporal dada, preferentemente muy préstamos, asimilaciones, todos, cada cual, au-
corta en la que se dieron juntos “al mismo mentan el caudal del desarrollo, de cada for-
tiempo” (tiempo-época) de los internos que mación social; en consecuencia, cada cambio
obligaron al “salto”; finalmente, debe demos- es, de por sí, un indicador social. Incluido los
trarse que al terminar la lucha por el cambio, cambios, a veces numerosos, producidos por
la sociedad es cualitativamente diferente, ne- situaciones de contacto entre pueblos (situa-
gación de la precedente y de una contextura ciones que en algunos casos pueden acelerar
irreversible. En síntesis, si fue una revolución, el proceso y hasta provocar un cambio revolu-
debe suponer una etapa de maduración crítica cionario).
de la vieja sociedad, con contradicciones pro-
vocadas por la emergencia de los gérmenes re- En cambio, los indicadores del proceso re-
volucionarios, generalmente dura y prolongada volucionario son las estructuras, y, en conse-
que debe conducir a la toma de la posición del cuencia, todos los componentes sociales, des-
poder revolucionario para la implementación de la base hasta la superestructura.
de los cambios. Concluida esta etapa de lucha,
el triunfo debe apreciarse en el cambio total de La medida del cambio revolucionario se tie-
la estructura. ne a partir de la comprobación del cambio de
todos y cada uno de los elementos de la estruc-
Frente a la posibilidad de la llegada de pue- tura, de tal modo que las estructuras así analiza-
blos bárbaros de otros territorios, que desplaza- das reflejan un carácter totalmente nuevo.
ron a los salvajes nati­vos y se establecieron en
los Andes, debe aparecer que no hay ligazón El objeto de estos apuntes es el de discutir
germinal ninguna entre bárbaros y salvajes y sólo la evidencia etnobotánica, como indicador
que los cambios no tuvieron un crecimiento del cambio en la dieta alimenticia y como fac-
evolutivo previo, ya que los gérmenes que die- tor de cambio fundamental en el proceso de la
ron origen a estos, deben encontrarse en los producción, tratando de “descubrir” cómo fue
territorios de origen de los invasores; si, en su incorporación en el proceso, y como tal in-
cambio, los bárbaros sólo influenciaron, en- corporación refleja la naturaleza revolucionaria
tonces eso sólo es parte del proceso, en donde del cambio. Pese a esto, creemos que conviene
además del descubrimiento-invención, hay el señalar someramente otros indicadores2.
factor difusión o contacto.
El carácter de la sociedad salvaje estaba
Gordon Childe en el Cercano Oriente en- determinado por el recolectador, en la que la
contró que tal proceso, al que él llama “Revo- producción estaba controlada por el hombre,
lución Neolítica”, se produjo a consecuencia sólo en lo relativo a los instrumentos útiles para
2 Todo esto se discute ampliamente en “Arqueología de la Revolución”, del cual este artículo es una especie de
adelanto.

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la recolecta de plantas y animales (caza, pes- avanzada al servicio de la caza y la recolección,


ca, etc.). El hombre dependía totalmente de la pero es a partir del año 6000 a. C. que se produ-
naturaleza y los productos “naturales”. Esto de- ce un incremento notable de su equipo instru-
terminó una organización social particular, con mental, especialmente del referido de la caza:
poca concentración poblacional, habitación en los cazadores del óptimo climático se identifi-
abrigos, cuevas o componentes estacionales, can principalmente con una industria de puntas
determinó una relación de total dependencia de proyectil conocida como “ayampitinense”,
hacia las fuerzas naturales, ligándose a ellas a que está asociada, regionalmente, con raspado-
través de quien sabe que ideología. El equipo res muy finalmente elaborados, con anzuelos de
tecnológico de los salvajes era bastante redu- concha, con morteros para triturar granos, con
cido, limitado en general, a la producción de chancadores, cuchillos, etc. con una produc-
instrumentos de piedra, hueso o concha, útiles ción ideológica considerable que se manifiesta
para los fines productivos ya enunciados. Al pa- en las pinturas rupestres (no siempre bien cro-
recer algunos grupos predicaban ciertas formas nologizadas) y el culto a los muertos (entierros
de nomadismo estacional, de temporada de ca- que se inician previamente), además de prácti-
zadores que vivían en la Sierra, bajaban a las cas deformantes de la cabeza, etc.
lomas costeñas en la temporada invernal, pro-
bablemente detrás de los cérvidos y auquénidos Federic Engel (1966) ha encontrado evi-
que hacían lo propio detrás de los pastos. dencias del uso de plantas probablemente en
proceso de domesticación desde este tiempo o
La arqueología andina registra la historia aún antes, como veremos más adelante.
de los pueblos salvajes a partir del décimo mi-
lenario antes de nuestra era, aproximadamen- Este crecimiento acelerado de las fuerzas
te; se trata de pueblos probablemente emigra- productivas debió producir situaciones conflic-
dos de otra parte de América, adonde, por lo tivas entre los varios sectores de la estructura
que se sabe, los hombres arribaron hace unos que no lograron el mismo adelanto; lo eviden-
te es que a la culminación del “óptimo climá-
30 milenos. El desarrollo de las fuerzas produc-
tico” ya la sociedad andina había ingresado en
tivas propias del salvajismo se aceleró conside-
rablemente a partir del sexto milenio antes deuna situación de crisis estructural que derivó
nuestra era, como consecuencia de un favora- en el crecimiento polarizado de sus diversos
ble cambio climático del período postglacial, elementos, de tal modo que cuando se ingresó
que se produjo a raíz del aumento de las con- al período Post-glacial Tardío, de condiciones
diciones de humedad y temperatura de toda más bien desfavorables, se precipitó una situa-
la región andina, posibilitando el aumento de ción crítica para los antiguos cazadores-relec-
productos útiles para la recolecta, tales comotores que tuvieron que recurrir forzosamente a
plantas y animales. Este fenómeno es conocido una solución de lucha interna y de lucha con
con el nombre de “óptimo climático”. Olliver las relaciones previas con la naturaleza, para
superar la crisis. Entre el cuarto y primer mi-
Dollfus dice que: “se caracteriza, en los Andes,
lenio anteriores a nuestra era, se desarrolló el
por la alternancia de una estación lluviosa bas-
tante cálida y una estación seca con vigorososperiodo crítico de lucha por la imposibilidad de
las nuevas fuerzas productivas; en esta época,
contrastes térmicos cotidianos; la nieve, en la
medida en que ella existió, no tuvo un efecto a la que reconocemos con el nombre de “Ar-
morfológico, al menos debajo de los 4500 m. caico”, se dan todos los elementos de cambio
Sobre la Costa esta fase se marca por el au- que permitieron la formal configuración de la
mento del nivel de mar” (Dollfus 1965: 228). Barbarie, sin embargo, el gran cambio estruc-
tural se produjo sólo al final del Arcaico, en
Desde antes del “óptimo climático” de los el paso al Formativo, en un tiempo bastante
salvajes andinos ya poseían una tecnología corto, como se verá más adelante.

15
Arqueología y Sociedad 1

Los indicadores más importantes son el En el orden social, el incremento poblacio-


cultivo de plantas y la domesticación de ani- nal posibilitó ciertos cambios paulatinos en el
males, especialmente el primero. Como se verá padrón habitacional, pasando del campamen-
la domesticación de las plantas, como técnica to a la aldea, abandonando la cueva para vivir
productiva, se origina en el Salvajismo como en casas construidas.
consecuencia de la experiencia obtenida en la
recolección de plantas; su aparición no marca, La estructura social aldeana favoreció in-
como erróneamente se cree, el establecimien- dudablemente la nucleación de la familia. La
to de la barbarie, y si bien es cierto que es el aparición de las grandes aldeas, asociadas a los
origen de modo productivo característico de centros ceremoniales es un fenómeno conse-
este estado, no es el único elemento indicador. cuente del triunfo revolucionario.
Sin embargo, incluso ya dentro de la lucha re-
Junto con todo esto hay cambios induda-
volucionaria, se considera a partir del primer
bles en la superestructura, en la religión, en el
estadio de la barbarie (“Arcaico”). Hay pueblos
arte, que no son necesarios anotar aquí.
con agricultura que no han tenido una revolu-
ción “neolítica”.

La caza y la pesca no son abandonados, La evidencia etnobotánica


aunque si enriquecidos con nuevos instrumen-
tos, tales como la red, la honda, etc. El pasto- La “evidencia etnobotánica” es de reciente re-
reo reemplaza parcialmente a la caza, aunque gistro gracias al progreso de los procedimientos
este proceso pudiera ser ligeramente posterior científicos, muchas muestras de vegetales han
a la agricultura. sido recuperadas en los establecimientos ar-
queológicos; adicionalmente, las técnicas más
El equipo dietético, como consecuencia del o menos precisas de cronologización, como el
cambio de régimen alimenticio, se enriqueció radiocarbono, han permitido la ubicación tem-
notablemente, permitiendo un crecimiento poral de las muestras y finalmente, las asocia-
demográfico explosivo. ciones que se han recuperado con las muestras
permiten su ubicación dentro de un contexto
El enriquecimiento de la industria como cultural dado. Es así que es posible ubicar con
producto del progreso tecnológico, se proyectó alto grado de certidumbre de plantas en lo que
en todos los órdenes de la actividad social; la parecen ser sus primeros y subsiguientes fases
industria lítica continuó, pero las técnicas de de existencia.
su manufactura se enriquecieron con la abra-
sión y el pulido; en cambio, la textilería se ini- El análisis del material, por otro lado, parte
ció casi paralelamente al cultivo junto con la de la separación de las plantas en dos grandes
cestería; con el cultivo del algodón, el desarro- grupos: Cultivadas y Silvestres, y dentro de
llo del tejido fue notable, apareció la cerámica ellas, las cultivadas para usos alimenticios y
(importada o autóctona); la metalurgia al ini- cultivadas para fines no alimenticios. Nuestro
ciarse el estado medio de la barbarie (Forma- énfasis se dirige a las plantas cultivadas para fi-
tivo), con el triunfo de la revolución, se ma- nes alimenticios, sirviendo ellas de índice para
nifestó plenamente a través del conocimiento la medida del cambio.
del oro y luego del cobre y la plata.
Para determinar el grado de crecimiento
Por otro lado, los cambios en las manufac- y de “explosión” del régimen agrícola, consi-
turas y la producción agraria, posibilitaron el deramos útil tomar como referencia todas las
surgimiento del comercio internacional (o más plantas cultivadas (aparte de las que escapan
bien intertribal). a nuestro conocimiento) en tiempo de la con-

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Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM

quista española, es decir, domesticadas y/o uti- 25% restante sólo tiene referencias indirectas
lizadas en tal condición en el territorio andino a través del arte, en periodos muy avanzados.
antes de la influencia de la sociedad europea.
De hecho, por las evidencias queda demos-
La edad del salvajismo cuenta aún con po- trado que sino el 100% al menos el 75% de
cas evidencias para su incorporación al debate, las plantas con datación fueron domesticadas
sobre todo en lo que a este tipo de evidencia antes de 800 a.C. mientras que el 25% tiene
se refiere, que debió ser poco importante en datación imprecisa y probablemente también
el contexto económico de los salvajes. De la fueron domesticadas durante el Formativo,
barbarie se analizan sus dos primeros estadios: como se verá más adelante.
el inferior, que contiene toda la etapa de lucha
y desarrollo de las condiciones revolucionaras Las primeras evidencias de plantas cultiva-
propias de la barbarie y el medio, que se ini- das para fines alimenticios aparecen después del
cia con el triunfo de la Revolución –que de- año 4000 a.C., coincidiendo con la aparición
nominaremos Agropecuaria– y continúa con del Arcaico; antes, pese a lo que señala Engel
su consolidación y la total configuración de la (1966: 83 y 1966a: 31) para sus hallazgos en
barbarie. Paracas sólo existió una economía recolectora,
enriquecida por vegetales en proceso de domes-
El estado inferior de la barbarie llama- ticación o posteriormente domesticados. Engel,
do aquí “Arcaico”, tiene dos fases: la inferior, muy precipitadamente reconoce como “cultiva-
que se inicia alrededor del 4º milenio antes de das” a casi todas las plantas que son encontra-
nuestra era y la superior, que comienza a me- das en establecimientos antiguos, sin considera-
diados del tercer milenio. La Barbarie Media, ción que sus “restos de Tomatillo, de numerosos
llamada aquí “Formativo” tiene también dos mates y calabazas, y de unas plantas parecidas
fases, la inferior que comienza hacia 1500 a.C. a la yuca, que faltan identificar”, pueden ser y
y la superior cuyos inicios están fechados cerca probablemente son parte de un régimen de re-
de los comienzos del primer milenio de la era colecta propio del periodo óptimo climático;
pasada (800 a 1000 a.C.). La culminación de su asociación con amancaes, juncos y cola de
la Barbarie Media se produce hacia 300 a.C., caballo hace pensar en un abundante consumo
época en que se inicia la Barbarie Superior, de vegetales, pero cuando a este contexto se
cuya definición y caracterización no interesan incorpora las estólicas con punta de obsidiana
para estas anotaciones. y las pieles de guanaco y vicuña que aparecen
también en el yacimiento, entonces se observa
Del estudio de las plantas cultivadas, en que la tendencia económica primaria está en la
general, y de las alimenticias en particular se caza aún. Engel insiste en sus interpretaciones
puede generalizar en el sentido que el 90% de arcaizantes cuando dice que el uso de las pieles
las que se conocían en los Andes a la llegada de vicuña y guanaco debe considerarse como
de los españoles, fueron domesticadas duran- “índice de que ha nacido temprano el pastoreo”
te los periodos Arcaico y Formativo, habiendo (1966a: 31).
concluido la domesticación en el Formativo
Superior. Adicionalmente, es interesante observar
que, en asociación con este contexto hay aglo-
La domesticación se inicia hacia 3800 (o meraciones de poco numerosas “chozas” cir-
antes) y concluye hacia el 800 a.C. Del análisis culares de 5 a 6 m de diámetro, que rodean
de las plantas cuya datación ha sido precisada una casa central de mayor diámetro (11 m) en
(época y/o fecha), aparece que el 14% fueron las lomas o muy cerca de ellas. Las lomas eran
domesticas en el Arcaico Inferior; el 33% en el apetitosos centros de abastecimiento de ani-
Arcaico Superior, el 27% en el Formativo y el males y plantas para recolectar.

17
Arqueología y Sociedad 1

Engel indica que ha encontrado semejantes Phaseolus vulgaris (frijol)


asociaciones también en Chilca y Lurín, hacia Scirpus Sp. (junco)
5 mil años a.C., a diferencia de lo que Paracas Cyperus Sp. (totora)
que tiene una antigüedad de 6870 a.C3. Pachyrrhizus Sp. (jícama) (especie de yuca?)
Lagenaria siceraria (,) (calabaza)
Por los morteros encontrados por Rex
González (1960) en las cuevas de Intihua- Es probable que los “Phaseolus” hayan sido
si (Argentina) y los encontrados por Edward propiamente cultivados, pese a que las eviden-
Lanning en Ancón, se puede suponer que al cias formales de su ubicación no están bien
menos durante el Ayampitiniense –y aún an- determinadas; lo mismo se puede decir de la
tes– como ya está dicho, se consumían granos Lagenaria, que probablemente es la “calabaza”
u otros productos vegetales harinosos. a la que se refiere Engel (1966: 63). En cam-
bio, el junco, la totora y aún la jíquima (cuya
presencia no está bien establecida), deben cor-
responder a plantas recolectoras; aún hoy, las
El Arcaico Inferior
dos primeras no son, propiamente, productos
Este periodo está comprendido entre los años del cultivo. Si bien el uso de estas plantas, pone
4000-2500 a.C.4 Para él se mencionan 6 plantas la alimentación, está probado, sin embargo, la
“domesticadas”, dos de ellas son leguminosas, mayor parte de su utilidad se centra en la con-
una es un fruto (lagenaria), otras dos son el jun- fección de esteras, cuerdas, canastas, etc., den-
co y la totora y la última es una tuberosa. A este tro de una tradición que puede ser previa.
complejo se le agrega esta “especie de yuca” que
El pallar y el fríjol, con plantas muy co-
no tiene aún identificación y que bien pudiera
ser un tallo de planta no cultivada. munes en Mesoamérica y muchos especial-
istas proponen México y Guatemala como
Las plantas son: probable foco cultígeno, aunque en los An-
Phaseolus lunatus (pallar) des Centrales existe una variedad silvestre
3 Aparte de que las evidencias de cultivo para los establecimientos de Paracas, Lurín y Chilca, a los que Engel
atribuye una tal antigüedad, no son lo suficientemente convenientes, lo cierto es que tampoco lo son las fechas
radiocarbónicas. El mismo Engel (1966a: 77 ss) da para Santo Domingo de Paracas las siguientes referencias:
Muestra I – 1311 – 8830 ± 190 = 6870 a.C.
Muestra GX – 218 – 5890 ± 145 = 3930 a.C.
Ambas muestras, tan diferentes en el tiempo, deben su diferencia a su tratamiento en laboratorios distintos, pero
debido a que no se justifica tal distancia cronológica (3000 años) Engel arbitrariamente rechaza la fecha de 3930
a.C., como “posiblemente aberrante” y por eso no la utiliza en la discusión de sus materiales. En el caso de las
muestras de Chilca sucede también algo parecido:
Muestra I – 1192 – 6970 ± 300 = a 5010 a.C.
Muestra I – 1387 – 5100 ± 150 = a 3140 a.C.
Ambas muestras son del mismo contexto estratigráfico y probablemente parte de una sola; sin embargo, dan dos
fechas alejadas en casi 2000 años. Engel sólo usa la más antigua de sus discusiones.
La muestra de Lurín (GX – 264) procedente del sitio de La Centinela da 7270 ± 125 (5310 a.C.) pero es sola y no
tiene otras para confirmar.
Parece útil tener precauciones, por ahora, en el uso de estas fuentes cronológicas.
4 La mayor parte de las fechas son procedentes del “Monumento I” de Chilca, de sus niveles inferiores (muestra
NZ 1050), medianos y terminales (Engel, 1966a).
Muestra NZ – 1053 – 5700 ± 136 (3740 a.C.)
Muestra I – 892 – 5410 ± 275 (3450 a.C.)
Muestra UCLA – 664 – 5370 ± 120 (3410 a.C.)
Muestra I – 817 – 5250 ± 220 (3290 a.C.)
Muestra I – 815 – 5025 ± 200 (3065 a.C.)
Muestra I – 745 – 4975 ± 160 (3015 a.C.)
Muestra I – 814 – 4950 ± 220 (2990 a.C.)
Muestra I – 816 – 4500 ± 190 (2540 a.C.)

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Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM

de Phaseolus Sp., llamado “chui”, que indica La pesca con anzuelo y arpón subsistía, a1
que debe tenerse en cuenta esta área también mismo tiempo que la caza del lobo marino y
para el debate de origen de la domesticación la recolecta de mariscos.
de los Phaseolus (Towle, 1961: 100). Son
plantas de origen subtropical, perfectamente
coincidentes, ecológicamente, con los valles
El Arcaico Superior
de la costa peruana y valles bajos interandi-
nos: por el momento, como es casi todo, las Este periodo tiene dos fa­ses no bien difer-
referencias sólo son de la Costa. enciadas: “precerámica” y “cerámica”; pero
desde el punto de vista económico no tiene
Por las evidencias disponibles, el Arcaico sentido tal diferencia. Al parecer tampoco
Inferior es una etapa que se caracteriza por tiene gran importancia en el comportamiento
un modo de producción predominantemente social en general. La aparición de la cerámi-
recolector, con ensayos ya avanzados en la ca, al menos en la Costa, no pasa de ser, como
domesticación de algunas plantas, especial- las demás tecnologías, un paso más al proceso
mente leguminosas, de probable origen local. evolutivo de la sociedad andina, sin las im-
plicancias revolucionarias que se le concedió
El contexto dentro del que se desarrolla
casi siempre. En el sitio de Huaca Prieta en el
tal régimen económico, es probablemente
valle de Chicama y en Guañape, en el valle
diferente al de los recolectores del Optimun
de Virú (Bird 1948), así como en el templo
Climáticum, aunque subsisten, entre los Ar-
de Haldas (Engel 1957) al parecer en Ancón
caicos la mayor parte de los viejos patrones.
(Ramiro Matos: comunicación personal), las
A los “ayampitinenses” se les reconoce por
evidencias señalan que la cerámica aparece
su vivienda en cuevas y en estaciones nucle-
por primera vez dentro de un contexto casi
adas en terrenos abiertos; así las evidencias
idéntico al del Arcaico inmediatamente an-
cronológicas de Engel tienen algún valor (ver
terior (agrícola incipiente). La cerámica ad-
nota 3 informe), entonces es posible pensar en
quiere un rol revolucionario mucho más ad-
que tales estaciones abiertas, son realmente
elante, junto con todas las demás tecnologías,
una especie de “fondos de cabaña” ligadas a
luego de la “maduración” del Arcaico.
una situación de recolección avanzada y, en
consecuencia, antecedentes de las estancias El Arcaico Superior es, probablemente, la
que caracterizan al Arcaico Temprano. Engel época más importante en lo relativo a la “ma-
ha encontrado tales estancias en Río Grande duración” revolucionaria; en él se dan en la
de Nasca, en Chilca y en Paracas (Engel Costa y probablemente al mismo tiempo en
1964; Donnan 1964), por chozas construidas la Sierra y en la Selva (o ceja de Selva) la
a base de tallos de junco y, en algunos casos, gran “acumulación” de los nuevos elementos
de palos de totora para la armazón. Las ca- que habrán de permitir el salto hacia la final
sas son generalmente circulares aunque algu- caracterización de la Barbarie. Puede decirse
nas cabañas de Río Grande afectaban formas que en el Arcaico Superior se logra tomar, por
rectangulares. parte de “los Bárbaros”, el control de la socie-
dad, para introducir todos los cambios nece-
Por otro lado, las estancias estaban ya un sarios para solucionar la crisis de los periodos
tanto alejadas de las lomas y más bien cerca anteriores.
de las márgenes de los ríos, lo cual probable-
mente era consecuencia de los comienzos en Las referencias cronológicas hacen oscilar
el interés por las plantas cultiva­das. los comienzos de esta etapa entre 2500 y 2000

19
Arqueología y Sociedad 1

a.C. y su terminación entre 1500 y 1200 de Cucúrbita moschata (zapallo)


modo que tiene una elevación promedio de Cucurtiba ficifolia (zapallo)
un milenio5. Cucurtiba pepo (zapallo)
Capsicum Sp. (ají)
Hasta este periodo de tiempo se domestica Bunchosia armeniaca (circuela del fraile)
un porcentaje de plantas del margen del 50% Inga Feuillei (Pacae)
(de las plantas con datación conocida incluidas Psidium Guajava (lúcuma)
las ya domesticadas en la fase anterior); adicio- Canna edulis (Schira)
nalmente se puede decir que ellas representan Typha angustifolia (totora)
el 100% de las plantas asignables a un “origen
costeño” que fueron conocidas en el Perú y, en Se señala como característica fundamental
consecuencia, representa, este periodo, la total de este periodo, la presencia del algodón, que,
“saturación” de las posibilidades de domesti- en efecto, permite el crecimiento de una prós-
cación de las plantas este territorio – la Costa. pera industria de tejidos y redes.

Además de las plantas mencionadas para el Es evidente que, en este tiempo, la mayor
periodo anterior, se agregan: parte de las plantas eran cultivadas, lo que es
Canavalia Sp (legumbre) cierto, sobre todo, para las leguminosas (phase-
Canavalia ensiformis (legumbre) olus y Canavalia), para el algodón, los zapallos
Gossypium barbadense (algodón) (cucurbita) y las calabazas (lagenaria). Las fru-
5 Las fechas que registra Engel (1966a) para esta época (todas referidas a sitios sin cerámica) son las siguientes:
I – 1091 (Moya VI – Chilca)
4305 ± 275 (2345 a.C.)
I – 956 (Achupayes I – Chilca)
4305 ± 500 (2345 a.C.)
C – 313 (Huaca Prieta – Chicama)
4257 ± 250 (2307 a. C.)
C – 362 (Huaca Prieta – Chicama)
4044 ± 300 (2094 a.C.)
NZ – 370-4 (Otuma XII, Paracas)
3950 ± 80 (1900 a.C.)
NZ – 308 (Río Seco del León – Costa Central)
3800 ± 100 (1850 a.C.)
NZ – 370-2 (Las Aldas – Costa Norte)
3800 ± 80 (1850 a.C.)
NZ – 285 (Río Seco – Costa Central)
3740 ± 100 (1790 a.C.)
NZ – 370-3 (Otuma GM – Paracas)
3600 ± 140 (1650 a.C.)
I – 1444 (Piedra Cgrande – Chilca)
3600 ± 140 (1650 a.C.)
Gak – 107 (Las Aldas – Costa Norte)
3580 ± 130 (1630 a.C.)
C – 315 (Huaca Prieta – Chicama)
3572 ± 220 (1622 a.C.)
I – 1676 (Chuquitanta – Chillón)
3570 ± 150 (1620 a.C.)
I – 1435 (San José VI – Chilca)
3520 ± 125 (1570 a.C.)
GIF – 74 (Trapiche – Chillón)
3275 ± 240 (1325 a.C.)
NZ – 319 (Asia I – Omas)
3270 ± 100 (1320 a.C.)
I – 1290 (Mencos I, Chilca)
3236 ± 175 (1286 a. C.)

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Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM

tas tales como el ají, la ciruela, el pacae, la El Arcaico Inferior es, en base a esta eviden-
guayaba o la lúcuma, eran, seguramente, apro- cia, el inicio de la agricultura aldeana, el ori-
vechadas sin cultivo, como sucede aún hoy, gen de la Barbarie, aunque debe considerarse
parcialmente, poniendo algún cuidado en su como una etapa de lucha por una nueva dieta
protección contra animales y plagas y, en todo alimenticia, sin asentamiento o estabilidad de
caso, proveyéndolo de humedad por medio del ninguna clase. Es experimental y transicional.
acarreo de agua (?). Se supone la acumulación del mayor número
de novedades “etnobotánicas” producido en
Engel (1966a) separa este periodo en tres época alguna, que se completará durante el
fases, en función de la mayor o menor com- Formativo Inferior. En el Arcaico Superior se
plejidad de los centros de población; parte estructura el cuadro agrícola, provocando un
de una fase comprendida entre 2550 y 1850 cambio irreversible de naturaleza cualitativa.
a.C. con “realizaciones sencillas”; una segunda Esta es propiamente la época de la Revolución
fase comprendida entre 1850 y 1550 a.C.; con Agropecuaria.
pueblos con arquitectura y centros comunales;
En el orden social, se cambia paulatina-
y, una última fase comprendida entre 1550 y
mente de la estancia o el campamento hacia la
1300 a.C., con pueblos con grandes complejos
aldea autosuficiente; se crean las condiciones
arquitecturales. Si bien el ajuste cronológico no
para un gran despliegue demográfico, asociado
tiene que ser absoluto, la secuencia postulada
a la movilización y el intercambio de distintas
por Engel es un buen indicio del crecimiento
regiones. La aparición de los centros comuna-
de las aldeas de este tipo, paralelamente a la les y probables centros ceremoniales incipien-
domesticación. tes, a la finalización del período, crea las con-
diciones favorables a la organización tribal y el
El crecimiento paulatino de la población
surgimiento de regímenes teocráticos propios
es otra consecuencia del aumento de plantas
de la Barbarie.
domesticadas, lo cual determina que en val-
les aún tan pequeños como el de Chilca, Engel En el orden de la producción tecnológi-
encontrara hasta 24 sitios de la época. La dieta ca y del arte, así como en toda la estructura
alimenticia, sin embargo, no era aún “vegeta- ideológica hay una serie de pequeños cambios
riana” esencialmente, puesto que las plantas sumamente interesantes en el proceso de sus
que hay no son lo suficientemente ricas como correspondientes roles en la situación revolu-
para responder al crecimiento demográfico de cionaria.
los aldeanos “arcaicos”. En la Costa, los maris-
cos eran lo más importante, junto al lobo mari- Aparece el tejido de algodón, hecho sin te-
no, pero lo que es evidente es que la tendencia lar, por medio del anudado o entrelazado de
ya se había perdido, tanto que los instrumen- los elementos, siguiendo los originales proce-
tos de producción propios de esta etapa corres- dimientos de la cestería (aunque no copie sus
ponden casi exclusivamente a fines de recolec- técnicas) previamente desarrollada y del tejido
ta, pesca y probablemente agricultura. de fibras de junco y ágabe del Arcaico Inferior.
Aparece la cerámica, la arquitectura, la escul-
Las leguminosas juegan un papel notable: tura, etc.
de “centro” de la domesticación y, quizá; jun-
to a ellas el algodón. La importancia de los
pallares y el fríjol sólo se asemeja a la del maíz El Formativo Inferior
(Zae maya) cuya presencia en los Andes puede
coincidir con la finalización del Arcaico o los Es una época todavía oscura, pero sin duda re-
comienzos del Formativo. presenta la clave en el estudio de este proceso,

21
Arqueología y Sociedad 1

pues en ella culmina la “acumulación” de cam- de los más avanzados agricultores del Arcai-
bios en todos los órdenes de actividad social. Es co, es decir, con aldeas y centros ceremonia-
muy probable que en este periodo se dé un gra- les. Naturalmente, sin embargo, es mucho más
do muy elevado de movilidad poblacional, per- importante que eso, la asociación con un nue-
mitiendo así el intercambio de productos y ex- vo complejo alimenticio, en el que el maíz, la
periencias entre las regiones subtropicales, tro- llama domesticada y la papa juegan un rol de
picales y cordilleranos que existen en el Perú. primerísima importancia.
Parece que la historia de la Barbarie en el Pero, como está dicho, muy poco es lo que
mundo muestra un estadio en el que la bús-
se ha estudiado sobre este tiempo, por lo tanto,
queda de tierras y recursos agrícolas permite
las referencias no son tan precisas como las de
grandes desplazamientos de los agricultores en
la época anterior o las de más adelante.
zonas muy variadas. El proceso que Gordon
Childe describe para el Cercano Oriente, en su Un criterio para ubicar los establecimientos
expansión a Europa y el Asia Oriental revela
es la cerámica anterior a Chavín o, en general,
una situación de esta naturaleza, que permite
la que data de los siglos anteriores a la gran ex-
la emergencia de la nueva sociedad “Neolítica”,
pansión de Chavín (± 800 a.C.) Este criterio
estructuralmente diferente a la “Paleolítica”.
hace oscilar los inicios de la época entre 1800
Generalmente, esta etapa se reconoce por y 1200 a.C., siendo su culminación entre 1000
la presencia de “cerámica pre-Chavín” o “no- y 800 a.C., lo que indica un periodo de más o
Chavín”, asociada a un contexto semejante al menos medio milenio.6
6 BC – 33 – (Cotos, periodo Wayra Jirka) – 3800 ± 110 (1840 a.C.)
I – 810 – (Las Colinas – Ancón)
3755 ± 220 (1815 a.C.)
I – 1229 (Monumento I, Chilca)
3623 ± 200 (1663 a.C.)
GX – 202 (Pozo 12B – VII – 24 – Chilca)
3610 ± 80 (1650 a.C.)
GX – 275 (idem a GX 202)
3510 ± 70 (1550 a.C.)
BC – 31 (Wayra Jirka – Kotosh)
3420 ± 220 (1470 a.C.)
GX – 203 (Chanapata – Cuzco)
3330 ± 240 (1370 a.C.)
C – 322 (Huaca Prieta – Chicama)
3310 ± 200 (1350 a.C.)
UCLA – 154 (Haches – Acarí)
3260 ± 80 (1310 a.C.)
BC – 31 (Kotosh)
3180 ± 130 (1200 a.C.)
L – 122 A (Cerro Prieto – Virú)
3150 ± 90 (1200 a.C.)
L – 122 C (Cerro Prieto – Virú)
3100 ± 200 (1150 a.C.)
BC – 32 (Kotosh – Kotosh)
3070 ± 110 (1110 a.C.)
I – 1380 (Omas – Irrigación IV)
3050 ± 140 1090 a.C.)
C – 321 (Huaca Prieta – Chicama)
2966 ± 300 (1006 a.C.)
UCLA – 153 (Acarí – Hachas)
2960 ± 90 (1000 a.C.)
Adicionalmente, se ha agregado nuevas fechas que oscilan entre 1800 a.C. y 1500 a.C. para ocupaciones con
cerámica en la Costa Central (Huaca de La Florida) y en la Costa Norte (Haldas).

22
Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM

La importancia de esta época reside –en lo Oxalis tuberosa (oca)


que a plantas se refiere– en la incorporación Tropaeolum tuberosum (mashwa)
integrada de la agricultura andina con plantas Ullucus tuberosus (olluco)
de origen cordillerano y tropical, siendo posible
que algunas de las últimas pudieran haber sido Por el momento sólo la papa y la quinua
domesticadas originalmente en Mesoamérica. han podido ser fechadas gracias a los halla-
zgos de Chiripa (Bolivia) y el norte de Chile
Es la época en la que se asientan el maíz y (Bird 1946). Las demás plantas no han sido
la papa, una de origen subtropical o tropical y aún encontradas en yacimientos arqueológi-
la otra característicamente cordillerana. cos, pero también son las menos importantes.
La antigüedad conocida es del orden del año
Es probable que así como en la Costa se 1000 a.C., de la papa deshidratada (chuño) y
dio un “Arcaico de leguminosas, cucurbitáceas de quinua (Ponce Sanjinés 1961). La quinua,
y algodón”, en la Sierra se diera paralelamente además parece haber jugado un rol de impor-
un “Arcaico de gramíneas, tubérculos y ani- tancia entre grupos de salvajes de Atacama y
males domesticados”, mientras que ya sea en Arica que evidentemente la adquirían de al-
la Selva alta oriental, o en cualquier área cer- gún modo del Altiplano; existen evidencias
cana o lejana (Amazonas, Colombia o Mesoa- recuperadas por Junius Bird y Lautaro Núñez
mérica) se produjo también un “Arcaico” que (comunicación personal) de verdaderos de-
permitió “exportar” el conjunto de plantas de pósitos de granos de quinua, enterrados como
carácter y origen tropical. ofrendas mortuorias.

No está aún bien determinada la manera Como señala Horkheimer (1958: 70), el
como pudieron integrarse el conjunto de plan- contenido alimenticio de la quinua es tan alto
tas que conforman el complejo etnobotánico que con sólo quinua se puede reemplazar una
andino, lo cierto es que ello debió producir- gran deficiencia de otros alimentos; Horkhei-
se en el Formativo Inferior, puesto que en el mer da los siguientes valores:
Superior esto ya está dado. Las posibilidades
son muchas, el hecho hasta hoy evidente es Quinua: 10.7% de proteínas
que fue el producto de mucho intercambio re- 5.2% de grasas
gional e interregional, No parece ser que las 69.2% de hidratos de carbono
plantas “tropicales” llegaran en grupo, en con- 353 calorías (en 100 gr de quinua)
junto, como consecuencia de una migración o En comparación, el maíz solamente tiene:
algo semejante, sino poco a poco; el maní, por 7.6 % de proteínas
ejemplo, parece haberse incorporado a fines 3.7% de grasas
del Arcaico y lo mismo se puede decir de el 73.4% de hidratos de carbono
maíz. Del complejo cordillerano, la papa debe 343 calorías (en 100 gr de maíz)
haber sido la más aceptada en el área en gene-
ral, aunque su papel en la altiplanicie, junto mientras el trigo, de origen euroasiático, y de
con todo el “complejo cordillerano” habla de gran consumo en Occidente, tiene:
una situación muy avanzada de la Sierra andi- 9.2% de proteínas
na hacia los comienzos del primer milenio de 1.5% de grasas
la era pasada. 71.6% de hidratos de carbono
328 calorías (en 100 gr de maíz)
El “complejo cordillerano” es el siguiente:
Chenopodium quinoa (Quinua) De todo esto se observa que la quinua es un
Chenopodium pollidicaule (Cañihua) grano cuyo contenido proteínico y de calorías,
Solanum tuberosum (papa o patata) es mayor que los del maíz y el trigo, que, sin

23
Arqueología y Sociedad 1

embargo, tienen mayor popularidad en Améri- paración más bien que una etapa establecida.
ca y el mundo, respectivamente. Por el momento, sólo existen algunas eviden-
cias aisladas e incompletas, como son las de la
El complejo “tropical – semitropical” es el fase “Mito” de “Kotosh” (Huánuco), de la que
siguiente: sabemos que tuvo un desarrollo notable antes
Zea mays (maíz) de la cerámica. En Mito, determinado por la
Manihot utilissima (yuca) Universidad de Tokio (Izumi y Sono 1963) a
Ipomoea batatas (camote) base del estudio de un conjunto de recintos
Acharis Hypogea (maní) ceremoniales, llamados los primeros conoci-
Persea americana (palta o avocado) dos: “Templo de Manos Cruzadas” y “Templo
Solanum muricatum (pepino) de los Nichitos”, se conoce la subsistencia de
Cyclanthera pedata (caywa) la tradición de caza con una industria muy pa-
Annona muricata (guanábana) recida a la “ayampitinense”, pero no se sabe
Arracacia Xanthorrhiza (Arracacha) si, en asociación a esto, habían ya formas agrí-
colas de algún tipo, porque no se han hallado
Carl Sauer (1949) considera que de estos, las evidencias (Seiichi Izumi, comunicación
el maní y la yuca son originarios de la Selva personal). Es presumible que así sea, pero la
amazónica, lo cual es muy probable. El pepino presunción no es un método científico. En
y la caywa pueden tener su origen en la costa todo caso, el adelanto tecnológico es similar al
peruana y aún la última, en los valles interan- del Arcaico Superior Costeño, con el que tiene
dinos. En lo que se refiere al maíz, aunque al- muchas coincidencias, que aquí no discutimos
gunos especialistas persisten en la probabilidad por ser otro capítulo del problema.
de un centro andino de origen independiente
del mesoamericano, las probabilidades de que En Lauricocha, que se diferencia de Ko-
su domesticación se haya realizado sólo en di- tosh tanto por la altitud (alrededor de 2000 m
cha área son mayores, dado que allí existen un más alto de Kotosh) como por las condiciones
Arcaico largísimo, que domesticó el maíz hacia ambientales consecuentes, la fase III parece
5000 a.C. o antes. Junto con el maíz debieron coincidir con la fase Mito, lo que cuenta con
llegar a los Andes otros elementos culturales, evidencias de sincronía y de características
que se integraron en la configuración de la homotaxiales. Pero, tampoco hay la evidencia
Barbarie Media, entre ellos ciertas formas de vegetal recuperada; quizá nuevas excavaciones
culto ligadas al felino, de la que aquí, por cier-
allí den más elementos de juicio, aunque tanto
to, no nos ocuparemos. la altitud como el carácter de pradera de Lau-
ricocha, seguramente permiten una insistente
La agricultura de la Costa, durante el Ar- retención del carácter “salvaje”, favorable a la
caico, ha sido considerada “incipiente” y esto caza, de los habitantes de las cuevas. Natural-
es cierto, puesto que no afectó sustancialmen- mente no estamos en condiciones de decir que
te la actividad social global, pese a los cam- la agricultura probable de Kotosh tuvo que ser
bios de orden cuantitativo ya enunciados. La la “cordillerana”.
agricultura de la Selva vecina a los Andes se
quedó en la condición de “incipiente”, pues El territorio clave para esto es, a nuestro
no se integró con los productos cordilleranos entender, el altiplano del Titicaca, con proba-
y costeños o, por razones probablemente eco- bles extensiones hacia la Sierra sur y central
lógicas (Meggers 1954) no logró “madurar” lo del Perú y hacia las cordilleras orientales de
suficiente como para saltar al nuevo estado. La Bolivia. No solamente por el hecho fortuito
agricultura serrana en cambio, debe ser obser- de haber encontrado en esa zona las hasta hoy
vada más finamente. El carácter “Arcaico” de más viejas evidencias de papa y quinua, sino,
la región cordillerana es un supuesto por com- además, por las condiciones favorables del al-

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Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM

tiplano, tanto para el cultivo de estas plantas, maduración de las condiciones, hacia fines del
como para el hecho aún más importante de segundo milenio de la era pasada. Un estímulo
la domesticación de animales. El “complejo innegable para la aceleración del proceso fue
cordillerano” es una asociación indestructible el paso del Post-Glacial Medio al Tardío, con
animal-vegetal, con el papel predominante de sus consecuencias climáticas adversas como lo
la papa, la quinua y la llama. Por otro lado, el han señalado Childe, Cole (1965) y Braidwood
régimen agrario “cordillerano” es cualitativa- (1950), para el Cercano Oriente y lo propone
mente distinto del “tropical” y “Subtropical”, Lorenzo (1961) para Mesoamérica.
en tanto que mientras la agricultura de las
tierras bajas supone, para su desarrollo, de la Todo esto nos demuestra que no es, pues,
hidráulica, de las técnicas de la irrigación, la la agricultura (como técnica) en sí misma, y
agricultura de las tierras altas; la de estas plan- mucho menos el “carácter hidráulico” y de
tas, se desarrolla simplemente en función del ella, la que supone un cambio fundamental en
régimen de secano, con muy pocas exigencias la sociedad “recolectora”; es solo uno –proba-
de humedad y con una gran resistencia a los blemente el más importante– de los factores
contrastes de temperatura y las plagas. Por eso, determinantes del proceso. Lo es también la
es un error considerar que la sociedad andi- domesticación de animales y, por cierto, el cre-
na, en general, fue de “carácter hidráulico” cimiento, el desarrollo de los instrumentos de
(Steward 1955; Wittfogel 1964), es un error de producción y su consecuente utilización por el
generalización que se basa exclusivamente en pueblo.
los conocimientos adquiridos en la arqueología
de la Costa. Pero, al mismo tiempo, conviene Las leguminosas, frutas, etc. cultivadas en
recordar las características que Dollfus (1965: la Costa durante los milenios cuarto, tercero
228) le asigna al “Optimum Climatium” en la y segundo de la era anterior, no provocan un
Sierra: estación húmeda contrastante con la cambio sustancial en la dieta alimenticia, la
estación seca y, en la estación seca, “vigorosos cual se basa aún en la recolecta y la caza (en
contrastes térmicos cotidianos”. Esto, tanto la lo que ésta es posible) como factores funda-
estación húmeda como la seca, son sumamen- mentales de producción y consumo. El papel
te favorables al desarrollo del régimen cordil- de los productos marinos es incalculable; es lo
lerano: agropecuario, con el tipo de plantas que mantuvo estable o aumentó el promedio
y animales propios del “complejo”. Es posible de vida de la población. La producción agra-
pensar que ya en la cordillera se había produ- ria era suplementaria y es probable que dentro
cido una revolución agropecuaria cuando el de un indicador porcentual no suponga más
Formativo se hizo manifiesto en la Costa y en de un 20% o 30% creciente: al fin del Arcaico
la Sierra central y norte del Perú. Todo parece Superior, en uno más del 50%, deducido por
indicar que también la pesca de lago tuvo al- comparación con determinaciones semejantes,
gún papel en el proceso. hechas por McNeish para México (1958). En
cambio, en el Formativo, con el ingreso de los
La papa y la llama, son factores definitivos nuevos productos, la dieta se enriquece nota-
en la eclosión revolucionaria de los Andes, blemente con plantas cultivadas, y, por cierto,
tanto o más que el maíz. No debe olvidarse especialmente con productos como el maíz, la
que en México durante milenios el maíz, ya papa, la yuca, la llama domesticada, etc.; que a
domesticado, no afectó revolucionariamen- partir de entonces se convierten, junto con el
te a la sociedad, como tampoco lo hizo en la fríjol y el pallar, en los fundamentos mismos de
Selva vecina de los Andes y en otros tantos la alimentación andina.
territorios. En México mismo, la eclosión re-
volucionaria, como lo van demostrando los No se trata de que los productos fueron “au-
estudios de McNeish, sólo se produjo por la tóctonos” o “alóctonos” lo importante es que

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Arqueología y Sociedad 1

ellos jugaron un papel de conductores de cam- Este período se inicia con todas las ganan-
bio social, sólo gracias a que las condiciones am- cias del Formativo, es decir, que representa
bientales y tecnológicas previas, favorecieron su la total vigencia de la Barbarie, incluidos los
desarrollo explosivo en un momento dado. ingredientes antitéticos cuyo desarrollo permi-
tirá la destrucción de los bárbaros y el tránsi-
to a la civilización. La aparición de una casta
sacerdotal crecientemente poderosa, la espe-
El Formativo Superior
cialización artesanal, el comercio interregional
El Formativo Superior, para los Andes Cen- de manufacturas y productos agropecuarios, el
trales, está determinado por la expansión y crecimiento de los centros ceremoniales por
el desarrollo de una cultura que los arqueólo- encima de las aldeas campesinas, etc.; todo
gos, a partir de Julio C. Tello, conocen con el junto a una agricultura bien establecida y una
nombre de Chavín. Para el Altiplano Sur, cuya ganadería creciente.
importancia en el Formativo no ha sido sufi-
El Formativo Superior, en este trabajo,
cientemente aquilatada, no existe la referencia
sirve más para demostrar la importancia de
en un “Formativo Superior” independiente de
la fase anterior que para explicar su grandio-
las culturas Qaluyu y Chiripa a no ser este ni-
so desarrollo. El, no es más que un índice del
vel los recientes hallazgos por Ponce Sanjinés
carácter de la fase previa, donde se inició el
(1961) en Tiwanaku y, probablemente, la cul-
triunfo revolucionario. El hecho de que con
tura Pukara de la sección occidental-norte del
Chavín encontramos una agricultura estable-
Titicaca. En este trabajo, en espera de más da-
cida, tendiente, en la Costa, a la terminología
tos para este período en el Sur, nos limitamos a
del regadío racionalizado; el uso de la lana y el
discutir Chavín, cuya área cubre la Costa y la
algodón para la producción textil; el desarrollo
Sierra norte y la costa sur del Perú.
de una arquitectura monumental exigente de
Solo como referencia, deseamos anotar una suerte de excedentes de productos del
que en la cerámica Pucara, cuyos inicios se re- campo, el fortalecimiento de la alfarería artís-
montan tan solo al siglo II antes de esta era, tica y su alto índice de producción; la emer-
se observa (Lumbreras y Amat) la subsisten- gencia de la metalurgia del oro; el nivel artísti-
cia de la caza de aves (patos) lacustres, a la co y técnico en el trabajo de la piedra con fines
vez que el conocimiento y seguro consumo de productivos y ceremoniales; la notable dimen-
la perdiz (Gallinacea cordillerana) y el uso ple- sión de los poblados y de los centros ceremo-
namente demostrado de los auquénidos como niales; las nuevas y revolucionarias formas del
animales de carga, algunas figuras sugieren culto Chavín; etc. Todo esto no fue producto
incluso la Alpaca (Lama pacus), que, según de una sorpresiva llegada de gentes de otros
la opinión de algunos especialistas serían una lugares, como ingenuamente creen –porque
especie aún más perfeccionada (por selección no lo pueden demostrar– algunos arqueólogos
domestica) que la llama (Lama glama), ambas y publicistas; las evidencias señalan que todo
aparentemente originarias del guanaco (Lama es el producto de una revolución que se fue
guanicoe). En el Sur, Pucara es lo que más cor- gestando desde milenos atrás, que concluyó
responde al criterio de “Formativo Superior” con el Formativo Inferior y cuyos resultados se
que está ligado a Chavín en el norte, pese a la proyectan en la cultura Chavín, que por cierto
diferencia cronológica y taxonómica. tiene, en todos los órdenes de actividad social,
los ingredientes cordilleranos, tropicales y sub-
El Formativo Superior, tal como lo cono- tropicales, que con tanta claridad denuncia el
cemos hoy, se inicia entre los años 1000 y 800 estudio de la evidencia etnobotánica. Chavín
a.C. y dura, irregularmente, hasta los siglos IV es la demostración de lo que pudo lograr la re-
y I de nuestra era. volución agropecuaria en los Andes y, además,

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Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM

es, por ahora, la demostración más clara de también muchas otras plantas cultivadas de las
que, en efecto, el proceso fue revolucionario. que sólo se conoce por mención de los cronis-
tas o su presencia posterior. De acuerdo a Jua-
No es, por cierto, pura casualidad el hecho na Infantes (1964) hubo un total de 88 plantas
de que el centro más importante de la cultura utilizadas para fines alimenticios, de los cuales
Chavín se halla establecido en el Callejón de 4 son cereales, 7 legumbres, 11 tuberosas, 40
Conchucos, en la Provincia de Huari (Ancash); frutales, 9 condimentos y 7 estimulantes. Mu-
Chavín de Huántar es un “punto de conver- chas de ellas probablemente sólo eran estimu-
gencia” de los complejos costeños, selvático y lantes. Margareth Towle (1961: 98) presenta
cordillerano; en Chavín, las recientes excava- 54 plantas utilizadas para la alimentación de
ciones (Lumbreras 1967) muestran productos las cuales sólo 36 tienen datación.
de la Costa y de la Sierra y, al parecer, también
de la Selva; lo último no es difícil dado que Las plantas hasta aquí referidas son:
la Selva montañosa del Marañón se encuentra Legumbres: Phaseolus lunatus (pallar)
solamente a unos kilómetros de Chavín mis- Phaseolus vulgaris (fríjol)
mo, en la desembocadura del río Puchka. Canavalia ensiformis (pallar)
Canavalis Sp. (pallar)
Todo indica que al arribar al periodo Cha- Pachyrrhizus Sp. (Jíquima)
vín, ya se había producido la “integración”; las Arachis hypogea (maní)
evidencias no son muchas aún, pero, se sabe Cereales: Chenopodium quinoa (quinua)
que en el Formativo Inferior, en la costa norte Chenopodium pallidicaule (cañihua)
(Guañape Medio), en el sitio llamado el “Tem- Zea mays (maíz)
plo de las Llamas” en el valle de Virú, ya se Tubérculos : Ullucus tuberosus (olluco)
usaba la llama (¿domesticada?) en la liturgia Oxalis tuberosa (oca)
(Strong y Evans 1952); parecido a lo encontra- Tropaelum tuberosum (mashwa)
do en Chanapata, en el Cuzco (Rowe 1944). Es Solanum tuberosum (papa)
evidente, sin embargo, que la Costa mantuvo Monihot utilissima (yuca)
una agricultura más de acuerdo con su hábitat, Canna edulis (achira)
favoreciendo esto la popularidad del maíz, las Arracacia xanthorrliza (arracacha)
legumbres y las yucas. La papa pudo ser utili- Frutales : Capsicum Sp. (ají)
zada, en este tiempo, a través del trueque; fue Bemchosia armeniaca (circuela del Fraile)
la llama el vehículo más fácilmente “aceptado” Inga fenillei (pacae)
en la Costa y en lugares como Cerrillos en Ica Psidium guajava (guayaba)
(Wallace 1962) la cantidad de restos de llama Lucuma bifera (lúcuma)
es considerable, no siendo este un animal de Persea amaricana (palta)
caza de este territorio, o, habiéndolo sido, no Solanum miricatum (pepino)
lo era tanto como para ser, según dice Wallace, Cucurbitáceas : Cucurbita moschata (zapallo)
el producto animal más popular. Por otro lado, Cucurbita pepo (zapallo)
la fase Isla de Wallace es básicamente la misma Cucúrbita ficofolia (zapallo)
que la de Chupas en Ayacucho. Lagenaria siceraria (calabaza)
Otros: Scirpus Sp. (junco)
Finalmente, conviene recalcar que el total Gossypium barbadense (algodón)
de piezas cuyas evidencias físicas han sido recu- Typha angustifolia (totora)
peradas por los arqueólogos, todos se encuen- Cyperus Sp. (totota).
tran desde el Formativo; las que se registrarí-
an (25%) como “posteriores”, por haber sido Adicionalmente, hay otras plantas sin da-
encontradas en contextos más recientes, sino tación cronológica, que no hemos usado en la
que se deben a indicaciones indirectas. Existen discusión, pero dada la menor importancia de

27
Arqueología y Sociedad 1

ellas, frente a las mencionadas, no creemos que pudieron haber ciertas normas de irrigación
su “domesticación tardía” afectaría en nada lo como el simple aprovechamiento de la hume-
aquí discutido. Debemos mencionar principal- dad proporcionada por las napas freáticas o la
mente las siguientes, utilizadas en la alimenta- utilización relativamente racionalizada de las
ción (algunas de ellas, señaladas con asterisco, inundaciones ribereñas.
aparecen representadas en objetos artísticos
de culturas recientes: Durante el Formativo evidentemente se de-
Polymnia sinchifolia (llacón) sarrolla un régimen de irrigación en cada valle
Cyphomandra betacea (tomate) costeño (Kosok 1965) lo que debe estar ligado
Campomanesia lineatifolia (palillo) a la complejización del agro con la introducci-
Lupinus mutabilis (tarwi) ón maíz. Nada hay, sin embargo, que se parezca
Amaranthus Sp. (bledos) a un azadón o a una hoz. Mucho más adelan-
Xanthosoma Sp. (uncucha) te, probablemente con el afianzamiento de la
Annona cherimoglia (chirimoya) agricultura de la quinua, aparecen verdaderas
Aristotelia macqui (maqui) hachas de piedra, así como azadores y otros ins-
Carica caudicans (mitu, jerju) trumentos a manera de mazos para romper ter-
Carica papaya (papaya) rones; lamentablemente no sabemos cuando se
Carycar aygdaliferum (almendra) iniciaron, y más bien parecen estar ligados a la
Passiflora Sp. (granadilla) Barbarie Superior y la Civilización.

Del total de especies conocidas a la llegada


de los españoles –datadas o no– el 54% están
Importancia de la evidencia vegetal
reconocidas como “Formativos” o “Arcaicos”
gracias a los datos de la arqueología y el restante La evidencia del cultivo y utilización de las
46% simplemente no tiene datación; mientras plantas para el estudio del problema del paso
que el 100% de recuperadas in situ, tienen sus a la Barbarie es de fundamental importancia,
evidencias “originarias” a más tardar hacia el dado que es el ingrediente alimenticio que
800 a.C. (comienzos del Formativo Superior). enriquece la dieta dando un cierto margen de
seguridad en su obtención, además de permitir
el establecimiento sedentario de una poblaci-
La Tecnología Agraria ón numerosa. La agricultura y la ganadería son
la base productiva que dio origen a la civili-
Es demasiado poco lo que sabemos del desar- zación humana; su gran desarrollo durante la
rollo de las técnicas utilizadas en la agricultura Barbarie, capacitó al hombre para dominar la
y pese a que es un rubro diferente a la directa naturaleza en forma progresiva.
evidencia “etnobotánica” creemos que su per-
manencia es muy grande en la explicación del Lo que muestran las evidencias es que alre-
proceso. dedor del año 4000 se inicia el cultivo de legu-
minosas y cucurbitáceas, con efectos cuantitati-
Engel 1957, Bird y los demás arqueólogos vos y cualitativos casi imperceptibles; alrededor
que han escavado yacimientos arcaicos, decla- del año 2500 se inicia una nueva etapa con la
ran que no han encontrado los instrumentos domesticación de un mayor número de plantas
que pudieron haber servido para fines agrí- y la utilización de muchos frutales, raíces, tu-
colas; unos palos aguzados al fuego pudieron bérculos, etc., manteniéndose la importancia de
cumplir la función de incipientes “azadones”, las legumbres y acumulándose el algodón como
quizá para sembrar las leguminosas; nada in- producto –sobre todo industrial– de prime-
dica, durante ese tiempo, que se desarrolla- ra importancia. Durante esta segunda fase del
ra una política hidráulica determinada; bien “Arcaico” existe un notable cambio cuantitati-

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Museo de Arqueología y Etnología - UNMSM

vo, que se manifiesta en el aumento explosivo CARDICH, Augusto


de nuevas plantas, especialmente tropicales y 1964 Lauricocha, fundamentos para una prehistoria
de los Andes Centrales. Centro Argentino de
cordilleranas, que logran una modificación to- Estudios Prehistóricos. Studio Prehistórico,
tal en el régimen alimenticio de los pobladores III. Buenos Aires.
andinos; la presencia de cereales; el incremen- COLE, Sonia
to de legumbres y la complementación de los 1965 The Neolithic Revolution. British Museum
tubérculos ricos en harina, eleva el consumo (Natural History). Third Edition (reprint-
de vegetales a un nivel muy alto de nutrición, ed).
dado que es posible controlar la producción de COOK, O. F.
alimentos como el maíz y la papa, de alto con- 1937 “El Perú como centro de domesticación de
plantas y animales”. Servicio de Traducciones
tenido proteínico, de hidratos de carbono y ca- del Museo Nacional, Nº 1 , Lima.
lorías. La naturaleza de las plantas cultivadas
CHILDE, Vere Gordon
desde entonces, tanto por su cantidad como 1959 Los orígenes de la Civilización. Breviarios del
por su calidad, hacen de esta última fase de do- Fondo de Cultura Económica. México.
mesticación, una etapa de cambio cualitativo 1960 Qué sucedió en la Historia. Ediciones Levia-
de naturaleza irreversible. tán, Buenos Aires.
CHOY, Emilio
Cabe destacar, además, que gracias a la 1960 “La Revolución Neolítica en los orígenes
evidencia vegetal es posible determinar la po- de la Civilización Americana”. En Antiguo
Perú: Espacio y tiempo, Librería Editorial
ligénesis de los productos que dieron origen Juan Mejía Baca, pp. 149-197. Lima.
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DOLLFUS, Olivier
génesis de la cultura que favoreció el asenta- 1965 “Effects des fluctuations et des accidents
miento de la Revolución Agropecuaria y, en climatiques sur l’ecologie humaine du Pé-
consecuencia de la Barbarie Andina. Este es rou”. Journal de la Société des Americanistes
el resultado de varias “evoluciones”, dos de de Paris T. XLVI, pp. 67-155.
ellas evidentemente andinas (en la Costa y la DONNAN, Christopher
Cordillera) y una probablemente extranjera; 1964 “An early house from Chilca, Peru”. Ameri-
can Antiquitiy, vol. 30, Nº 2, part 1, pp. 137-
corrientes que coinciden en un proceso revo- 44. Menosha.
lucionario cuyas fuentes se encuentran en la
ENGEL, Frederic
cordillera y en la Costa; no estamos aún en 1957 “Sites et établissements sons céramique de
condiciones de decidir si la revolución agro- la Côte peruvienne”. Journal de la Société des
pecuaria en el Altiplano Sur, fue no indepen- Americanistes de Paris, t. XLVI, pp. 67-155.
diente de la de los Andes Centrales, y, enton- 1964 “El Precerámico sin algodón en la Costa del
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ces, seguramente anterior y, en cierto modo, nacional de Americanistas. Vol.3, pp. 141-52.
antecedente. México.
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29
Arqueología y Sociedad 1

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PONCE SANJINÉS, Carlos
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io Ultima Hora de 24-27 y 30-31 de octubre.
La Paz.

30
ACTIVIDADES DEL MUSEO

CINCUENTENARIO

El 21 de octubre del año pasado, el Museo celebró el primer Cincuentenario de su fundación por
el Dr. Julio C. Tello. Inauguró ese mismo día, el local que hoy ocupa en el Patio de los Naranjos
y Patio de los Jazmines de la vieja casona Sanmarquina en el Parque Universitario.

El Dr. Juan de Dios Guevara, Rector de la Universidad, dijo en esa oportunidad: “el museo,
antes instalado en lugares inadecuados, será, a partir de hoy, no un simple custodio de reliquias
históricas de la Nación, sino un centro educacional y un centro de investigaciones científicas”.

El discurso de homenaje al fundador del Museo, estuvo a cargo del Prof. Toribio Mejía
Xesspe, discípulo del Dr. Tello. Momentos después el Dr. Guevara procedió a develar la placa
conmemorativa del Cincuentenario.

GALERÍA DE MIEMBROS DE HONOR

Con motivo del Cincuentenario del Museo, el Rectorado expidió la Resolución Nº 29603, insti-
tuyendo una Galería de Miembros de Honor, en el cual la Universidad perennizará su reconoci-
miento y la memoria de quienes a través de la investigación y la docencia han prestado y prestan
valiosos servicios a la cultura nacional.

La referida Galería fue inaugurada rindiendo homenaje al Dr. Julio C. Tello, fundador del
Museo, al Dr. Max Uhle, Dr. Luis E. Valcárcel, Dr. Jorge C. Muelle, Dr. Pedro Weiss, Prof. Tori-
bio Mejía Xesspe y Sr. Rafael Larco Hoyle.

El Museo proyecta rendir homenajes especiales a cada uno de los Miembros de Honor, así
como incorporar en su Galería a otros especialistas nacionales y extranjeros.

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Arqueología y Sociedad 1

EXPOSICIONES

Desde su reinstalación de su nuevo local, el Museo ha presentado dos exposiciones. La primera


fue una muestra de cerámica y trabajos líticos correspondientes a la Cultura Chavín y la segunda
estuvo dedicada a la Cultura Nasca.

En ambas oportunidades las muestras fueron visitadas por numeroso público, escolares, uni-
versitarios, trabajadores, turistas, etc.

MIÉRCOLES ARQUEOLÓGICOS

El Museo reinició los Miércoles Arqueológicos en el mes de diciembre del año pasado, habiéndose
realizado la siguiente programación:

DICIEMBRE 1969:
3: SEGUEL, Zulema.- “Arqueología de Chile Central y del Extremo Sur Americano”.
10: BUENO M., Alberto.- “Arqueología en la Costa Peruana”
17: ROSELLO T., Lorenzo.- “Maranga”
ENERO 1970:
14: LUMBRERAS, Luis G.- “La estratigrafía en Chavín de Huántar”
21: RAMOS de COX, Josefina.- “Horticultores en la Tablada de Lurín”.
28: UENO, Takeshi.- “Mamíferos en las ruinas de Kotosh”.

FEBRERO
4: BUENO M., Alberto.- “Pachacamac y la Costa Central. Nuevos puntos de vista”
11: IRIARTE, Francisco.- “Informe preliminar sobre la Huaca Tacaynamu”
18: WEISS, Pedro.- “Interpretación arqueológica de las deformaciones craneanas en el Antiguo
Perú”
25: CHAVEZ BALLÓN, Manuel.- “Arqueología de Cuzco y Machu Picchu”

MARZO
4. ONUKI, Yoshío.- “La Pampa, Nuevo sitio de la cultura Chavín en el departamento de An-
cash”
11: BONAVIA, Duccio.- “Investigaciones arqueológicas en la ceja de selva del Perú”
18: JIMÉNEZ BORJA, Arturo.- “La música y la danza en el antiguo Perú”
25: BUENO M., Alberto.- “Nuevos hallazgos en Cerro Sechín”

CURSILLO

Como parte de los programas de extensión cultural, la Dirección Universitaria de Proyección


Social y el Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
organizaron un Cursillo de Introducción a la Cultura Antigua del Perú.

El programa de estudios comprendió cuatro asignaturas: Introducción a la Arqueología (Dr.


Luis Lumbreras), Arqueología Peruana (Prof. Hugo Ludeña), Arqueología Americana (Prof. Alber-
to Bueno) y Antropología Física (Dr. Juan Fernando Álvarez Ghersi). Se desarrolló, además, un
programa de actividades que comprendió conferencias, proyecciones de films y diapositivas y
visitas guiadas a lugares arqueológicos como Pachacamac, Cajamarquilla, Puruchuco, Maringa,
Huaca Juliana, Pan de Azucar y Ancón.

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