Está en la página 1de 11

Para analizar la desigualdad social, discutiremos tres grandes perspectivas:

A) el análisis propuesto por el funcionalismo;

B) el análisis de clases inspirado en los trabajos de Karl Marx;

C) el análisis de clases inspirado en los trabajos de Max Weber.

Para analizar la desigualdad global presentaremos dos perspectivas:

a) la teoría de la modernización

b) la teoría de la dependencia.

Para hablar de este tipo de desigualdad, los sociólogos Macionis y Plumer (2007) se refieren a la
estratificación social como la clasificación o jerarquización de los individuos según la categoría a la que
pertenecen (o se les asigna). Para Crompton (1997), la expresión de estratificación social es un concepto
general que describe estas estructuras de desigualdad.

En el plano de la teoría política, los teóricos del “contrato social” ofrecieron las primeras respuestas
(Crompton, 1997). Thomas Hobbes (1588-1679), postulaba que la vida de las personas en un supuesto
estado de naturaleza era peligrosa, brutal y corta, era una continua guerra del hombre contra el
hombre, como señaló en su conocida frase.

La solución que se propuso para este problema del orden era que todas las personas se sometieran al
Estado, ya que era el ente que garantizaba el control en la sociedad. John Locke (1632-1704), por su
parte, afirmó que la autoridad del Estado era la que mejor podría garantizar los derechos naturales a
la vida, la libertad y la propiedad.

Otro teórico, Jean Jacques Rousseau (1712-1778), postuló una conocida frase: el hombre nació libre, y
en todas partes se le encuentra encadenado. Según Rousseau, la libertad absoluta es inalcanzable, pero
afirmaba que la democracia directa, expresada por medio de la voluntad general, proporcionaba la
mayor protección al individuo.

Para Marx el Estado era inseparable del poder económico, y el individuo soberano era tan solo una
condición necesaria del modo de producción capitalista para poder perdurar; es decir, coexistían la
igualdad política (todos, normativamente, eran considerados como iguales) con las desigualdades
materiales. En este contexto, el hecho de que hayan existido diferentes retribuciones, producto de un
sistema dominante de producción, era un hecho no político, solo económico.

Según Crompton (1997), el desarrollo del capitalismo industrial fue el elemento principal de la
transición a la Modernidad. La idea de modernidad describe no solo el desarrollo del industrialismo,
sino también los correspondientes modos de vigilancia y regulación de la población de los Estados
nacionales; estos han sido identificados como una de las formas sociales características del paso hacia la
Modernidad. La Modernidad se caracteriza también por el desarrollo de organizaciones, es decir, de
sistemas reflexivamente controlados que tienen la capacidad de actuar sobre el mundo social.

Macionis y Plumer (2014) señalan que hay cuatro características esenciales de la estratificación:

a) La estratificación social es una característica de la sociedad en su conjunto, y no de algunos de sus


miembros considerados individualmente.

b) El sistema de estratificación social (desigualdades) se perpetúa de generación en generación. En


todas las sociedades, existe la probabilidad (alta o baja, dependiendo de la sociedad en cuestión y del
momento histórico) de que los padres transmitan a sus hijos la posición social que ocupan, aunque en
las sociedades modernas existe movilidad social.
c) El estudio de la movilidad social de las personas es un tema con una gran tradición en la sociología.
En su definición más simple, podemos decir que la movilidad social es un cambio en la posición que el
individuo ocupa en la estructura social. En este cambio, se considera el análisis de los patrones
intergeneracionales de transmisión de la posición social. En función del cambio, la movilidad puede ser
ascendente, descendente u horizontal. Un ejemplo de movilidad social ascendente sería el de una
persona nacida en un hogar con bajos niveles de educación e ingresos, que logra acceder a estudios
universitarios, a mayores ingresos y a ocupaciones con mayor prestigio.

d) La estratificación es una constante histórica, pero sus especificidades varían de una sociedad a otra.
Es decir, en todas las sociedades existió 8 siempre algún tipo de diferenciación, pero el sentido y el
grado han sido diferentes. Pensemos en el ejemplo de las sociedades primitivas, donde un factor de
desigualdad podía ser el sexo o la edad de sus miembros. Con el surgimiento del capitalismo y en la era
moderna asistimos a una complejización de los factores de desigualdad.

e) La estratificación social no es solo una cuestión de desigualdad, sino también de cultura social, y
está relacionada con el sistema de creencias de los individuos. Esto quiere decir que no solo hay una
distribución diferencial de los recursos, sino también una explicación cultural y social que define y
justifica la desigualdad. Las explicaciones sobre el porqué de la desigualdad también han variado a lo
largo de la historia.

Como señalan Macionis y Plumer (2007), de manera general podemos definir tres macrosistemas de
estratificación: esclavitud, sistema de castas y las clases sociales. Estos grandes sistemas se pueden
analizar, además, en función de los tipos de sistemas sociales: ya sean sistemas cerrados, caracterizados
por la poca o nula movilidad social, o sistemas abiertos que permiten una movilidad social mayor.

Esclavitud
Es una forma de diferenciación y desigualdad que se basa en el derecho de propiedad que un grupo de
individuos ejerce sobre otro grupo. Las personas devienen en cosas que pueden ser compradas o
vendidas. En América Latina, la explotación de la fuerza de trabajo esclava, de origen africano, fue una
práctica generalizada en toda la región: desde de las islas del Caribe y las más productivas zonas del
Brasil hasta las actuales Honduras, Panamá, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y, en menor
medida, México y el Río de la Plata (Gruner, 2010).

Podemos acordar con Giddens (2010) que la esclavitud es la forma más extrema de desigualdad,
donde unos individuos son propietarios de otros. Esta condición legal de posesión de los esclavos
presentó históricamente variaciones según el tipo de sociedad. Algunas veces los esclavos eran privados
de todos sus derechos legales, como en el sur de Estados Unidos, y en otros casos su posición era
parecida a la de un sirviente.

La centralidad de la esclavitud, como institución fundamental de la organización del sistema capitalista,


es destacada por Gruner (2010). Según este autor, se hace imposible pensar la expansión del sistema
capitalista fuera de Europa en el siglo XIX sin analizar la esclavitud. Esta red de compra y venta de seres
humanos entre los tres continentes (Europa, América y África) fue un componente decisivo de la historia
contemporánea: esta explotación favoreció el crecimiento económico, de la industria textil, la naviera y
del comercio internacional.

Sistema de castas
Es una forma de estratificación social basada en características “adscriptivas” de las personas. El sistema
de castas es característico de la India y deriva del hinduismo. Allí, el lugar que ocupan las personas en el
espacio social está organizado en función del lugar en donde nacen y de su ocupación. En el escalón
más bajo, se encuentran los dalits (conocidos como los intocables); en el nivel más alto, los brahames
(conocidos como los sacerdotes).

El argumento de Crompton (1997) es que si consideramos que hay sistemas ideológicos que justifican
las desigualdades, aquí debemos hacer referencia a dos conceptos religiosos: el kharma y el dharma. El
karma implica que las personas nacen en una determinada casta y que eso es lo que merecen de
acuerdo a las acciones que han llevado a cabo en una vida anterior.

El dharma, que significa “existir conforme a lo que es moral”, enseña que vivir la vida presente de
acuerdo con las normas genera como resultado el posterior renacimiento en una casta superior y, por
lo tanto, una progresión última en el sistema de castas

Hay cuatro características principales del sistema de castas:

a) Las castas suelen ir asociadas a una ocupación específica, de modo que los hijos generalmente
desempeñan el mismo trabajo que sus padres.

b) El matrimonio con individuos de otra casta es prácticamente impensable (matrimonios


endogámicos).

c) La pertenencia a una casta determina la vida cotidiana en la medida en que los individuos solo se
relacionan con otros de su propia casta. Esto está amparado bajo ciertas creencias religiosas que
establecen que el contacto con castas inferiores, por ejemplo, “contamina” a las castas superiores.

d) Por último, y como cuestión más importante, los sistemas de castas se apoyan en fuertes creencias
culturales. Según la cultura y las tradiciones, se entiende que es un mandato moral aceptar la posición
social que a uno le ha tocado

Sociedad de clases
Históricamente, el sistema capitalista erosionó los sistemas feudales y de esclavitud y provocó su
transformación en un sistema de clases. En teoría, este último sistema se basa en las capacidades y
logros personales. Se supone, además, que es más abierto, de modo que los individuos, a través 12 del
sistema educativo o por otros mecanismos, pueden experimentar algún tipo de movilidad social con
relación a la posición que ocupan sus padres; sin embargo, esto no siempre ocurre.

Nos detendremos a detallar las explicaciones que la sociología da a este sistema, ya que se trata del
modelo que organiza el tipo de sociedad en la cual vivimos. Giddens (2010) señala cuatro elementos
centrales que distinguen este sistema de estratificación de los otros:

a) A diferencia de los otros sistemas de desigualdad, las clases sociales no se establecen por
disposiciones jurídicas o religiosas, y la pertenencia a ellas no se basa en una posición heredada, que
se haya determinado legalmente o por la costumbre. Lo habitual es que los sistemas de clase sean más
fluidos que los restantes tipos de estratificación, y que los límites entre las clases no estén nunca claros.
Además, no hay restricciones formales aplicadas al matrimonio entre personas de distintas clases. La
pregunta que nosotros agregamos a este aspecto es: ¿cuál es la distancia que existe entre la igualdad
normativa y la igualdad social real? Gran parte de la investigación sociológica sobre este interrogante
demuestra que muchas veces existen grandes brechas entre la igualdad que tenemos todos en el plano
jurídico y la igualdad social que realmente experimentamos y en la cual estamos inscriptos.

b) En teoría, la clase a la que pertenece un individuo es en parte adquirida, es decir, no está


totalmente determinada por el nacimiento, como es común en otros tipos de estratificación. Sin
embargo, nosotros preguntamos: ¿hasta qué punto la clase puede modificarse en el transcurso de vida
de un individuo?

c) Las clases se basan en las diferencias económicas que existen entre los grupos de individuos y en las
desigualdades en la posesión y control de los recursos materiales. En los otros sistemas de
estratificación, los factores no económicos, tales como la influencia de la religión en las castas indias,
suelen ser mucho más importantes.

d) En los otros sistemas de estratificación, las desigualdades se expresan principalmente en relaciones


personales basadas en el deber o la obligación, ya sea entre siervo y señor, esclavo y amo, o individuos
de una casta inferior o superior. Por el contrario, los sistemas de clases operan principalmente
mediante conexiones impersonales a gran escala. Por ejemplo, una de las bases fundamentales de las
diferencias de clase se halla en las desigualdades de salario y de condiciones de trabajo que afectan a
todas las personas de una categoría ocupacional específica, como resultado de las circunstancias
económicas derivadas del conjunto de la economía como totalidad. Uno de los corolarios de este
sistema es que existen derechos universales que no dependen de la posición social de los individuos: en
principio, la igualdad ante la ley es central.

¿Qué es la igualdad de oportunidades?


El principio de igualdad de oportunidades es conceptualmente simple: las circunstancias en el momento
del nacimiento no deben tener ningún peso en las oportunidades que una persona tenga en la vida...

La ideología como justificación de los sistemas


de estratificación
Los padres fundadores de la sociología, Marx, Weber y Durkheim, estructuraron distintos paradigmas
explicativos, con diversos marcos analíticos, para comprender por qué existen las diferencias sociales

a) La perspectiva centrada en el individuo. Bajo este enfoque, la posición económica del individuo es
analizada como el resultado del nivel de éxito personal (algo que es un fenómeno puramente
individual). Este “éxito” de los individuos está determinado por factores como: educación, trasfondo
familiar, motivaciones, conexiones personales (capital social). Así, la persona que es pobre lo es porque
ha tenido un déficit en los atributos relevantes, mientras que la persona que es rica ha tenido ventajas
en los mismos atributos. Lo importante es destacar que en este tipo de explicación no hay relaciones
sociales entre una y otra persona como factor explicativo. Los grados de desigualdad están definidos en
función de la inequidad de estos atributos; es decir, podemos entender la posición de los individuos en
el espacio social analizando sus “trayectorias” (y estas son puramente individuales).

b) y c) El análisis de clases a partir de otras dos tradiciones: weberiana y marxista, adopta, en cambio,
una versión diferente para entender la desigualdad social. En vez de analizar y focalizar la atención
sobre el proceso por el cual los individuos están ordenados en posiciones, el análisis de clases analiza
las relaciones entre las posiciones. Es decir, ambas tradiciones tienen en cuenta los patrones de
desigualdad como resultado de conexiones causales entre las posiciones. En el análisis marxista, la
relación de interdependencia es pensada también en términos de explotación, como un mecanismo
causal que genera desigualdad.

En el primer caso –perspectiva centrada en el individuo–, estamos hablando de enfoques gradacionales


(como el de la vulnerabilidad o algunos enfoques de clases sociales), y en el segundo –enfoque marxista
y weberiano–, de perspectivas relacionales (Gómez, 2009).
Enfoques clásicos para el estudio de la
estratificación social y de las clases sociales
El análisis propuesto por el funcionalismo

Una de las perspectivas gradacionales tradicionales es la del funcionalismo. Dentro del


funcionalismo se entiende que la desigualdad social juega un papel crucial para el correcto
funcionamiento de las sociedades.
Davis y Moore (1942; 1945) postulan que la estratificación social tiene resultados positivos para la
sociedad en su conjunto, porque en toda sociedad compleja o moderna existe la división del trabajo, y
que esta implica que hay una gran variedad de ocupaciones diferentes que requieren habilidades y
niveles de preparación distintos

hay una división social del trabajo, y esta es una “necesidad funcional” para el correcto funcionamiento
de la sociedad.

Como señala Laurin-Frenette (1976), esta perspectiva postula que la estratificación se define como un
sistema de desigualdades o de diferencias de prestigio y de estimación entre los miembros de un
sistema social

Toda sociedad debe asegurarse de que las tareas y funciones necesarias para su supervivencia y su buen
funcionamiento sean adecuadamente cubiertas, es decir, que las funciones sociales:

a) sean ejercidas;

b) que sean ejercidas por los que se encuentran en condiciones de hacerlo

c) que estos las cumplan del mejor modo posible

El cumplimiento de ese objetivo se logra a través de la institucionalización de un sistema de


estratificación social: el establecimiento de un sistema estable de “recompensas” que sirvan como
incentivos para el cumplimiento de las diversas funciones, así como de 3 mecanismos que aseguren la
distribución de tales recompensas entre los titulares de las diversas posiciones.

Las recompensas que percibe el individuo en cada posición son de tres tipos:

1) las que contribuyen al confort y al bienestar del individuo;

2) las que contribuyen a su placer y a su entretenimiento;

3) las que acrecientan el respeto y la estima que tiene de sí mismo.

Notemos, valga la redundancia, que el eje clave de estos autores es concebir a la sociedad como un
sistema social donde cada individuo cumple una función social.

La tesis de estos sociólogos se basa, entonces, en la meritocracia, idea que postula que solo puede
haber desigualdades en función de los esfuerzos y méritos dispares de las personas. Así, se premia el
desarrollo del talento individual, y la sociedad debe garantizar la igualdad de oportunidades
procurando que los beneficios y recompensas no se distribuyan de modo uniforme.

Análisis de clase
El análisis de clases se basa en una concepción relacional de la sociedad. Este tipo de análisis se inspira
en los trabajos de Karl Marx y Max Weber. En un artículo clásico, Emirbayer (1997) postula que los
sociólogos enfrentan un dilema central: concebir el mundo social conformado por sustancias o por
procesos, por cosas estáticas o por relaciones dinámicas. Los enfoques marxista y weberiano de las
clases sociales son perspectivas relacionales porque conciben al mundo social como conformado por
procesos y relaciones entre las clases sociales.

El análisis de clases inspirado en Marx


Los conceptos de clases sociales, relaciones de clase o luchas de clases son centrales en la obra de Marx
y podemos decir que son claves para gran parte del marxismo como cuerpo de pensamiento

El aporte decisivo de Marx, por lo tanto, no fue descubrir la existencia de las clases, sino proporcionar
una explicación científica de la estructura y dinámica de las clases sociales.

Según Marx, entonces, las clases sociales están determinadas por el proceso de producción. Esto quiere
decir que las dos grandes clases principales están fundadas en las relaciones de los individuos con los
medios de producción: los propietarios de los medios de producción (burgueses) y aquellos individuos
que tienen que vender su fuerza de trabajo para subsistir (proletarios).

¿por qué no ha habido una revolución proletaria en las sociedades capitalistas?


Para responder a este interrogante, se pueden argumentar al menos los siguientes fenómenos

1) La fragmentación de la clase capitalista: hace un siglo las propiedades eran solo de unas pocas
familias, mientras que ahora existe el crecimiento de una mayor cantidad de propietarios, como así
también el crecimiento de una clase gerencial.

2) Trabajadores de cuello blanco, azul y rosa: la mayor parte de las personas que constituían la clase
obrera cuando Marx escribió eran trabajadores del campo, cuyas ocupaciones eran de bajo prestigio y
solo requerían el uso de habilidades manuales. Hoy, en cambio, existen empleos de mayor
reconocimiento que requieren el desempeño de habilidades mentales. En algunos países (como Estados
Unidos, por ejemplo) un trabajador de “cuello blanco” es una persona que se dedica a actividades
profesionales, gerenciales o administrativas; generalmente, estas se realizan en oficinas. El trabajador
de “cuello azul”, por otra parte, es una persona de clase trabajadora que se encarga de tareas
manuales, como por ejemplo: la minería, el saneamiento, el trabajo de custodios, el campo petrolífero,
la construcción,y otros tipos de trabajos fundamentalmente físicos. Finalmente, los trabajadores de
“cuello rosa” son caracterizados por la interacción con clientes, entretenimiento, ventas u otros
trabajos orientados a servicios.

3) Mejora en las relaciones laborales: se puede argumentar que en la actualidad los trabajadores tienen
más recursos organizativos que los 9 que tenían hace un siglo. Para determinados autores, es la propia
clase obrera la que tiene una capacidad de acción que le permite provocar cambios en el sistema
capitalista, de manera independiente del Estado y los partidos políticos. Uno de los grandes cambios en
este plano es el surgimiento de los sindicatos.

4) Mayor protección legal: desde los tiempos de Marx ha habido una mejora en la legislación que
protege a los trabajadores.

Sin embargo, podemos postular como argumentos a favor de Marx que:

1) la riqueza sigue estando concentrada;

2) las ocupaciones de “cuello blanco” apenas ofrecen mejoras a los trabajadores;

3) el progreso sindical requiere luchas sociales;

4) el sistema legal sigue favoreciendo a la gente de altos ingresos.


Análisis de clase inspirado en Max Weber
Según Max Weber (1864-1920), las divisiones de clases sociales no obedecen solo a la esfera de la
producción económica, es decir, al control o no de los medios de producción, como postulaba Marx.
Para Weber, existen factores fundamentales fuera y dentro de la economía, como los valores, por
ejemplo, que pueden ser relevantes para explicar la desigualdad social.

Así, para Weber la desigualdad social se produce por la interacción de tres dimensiones:

1) desigualdad económica, denominada como posición de clase (esfera económica);

2) desigualdad en relación al prestigio social (esfera social);

3) desigualdad en relación al poder (esfera política).

A su vez, Weber tiene otra visión de la estratificación: una perspectiva multidimensional de la


estratificación (Marx, por el contrario, pensaba que el poder y el prestigio social se derivaban de la
posición económica, por lo que no vio razón para estudiar esas dimensiones por separado).

Estatus
Según Weber, el estatus hace referencia a las diferencias que existen entre dos grupos en cuanto a la
reputación o prestigio que les conceden los demás. Es decir, hay grupos que tienen posiciones
privilegiadas y que son reconocidos por su gran prestigio en una determinada sociedad; los médicos son
un ejemplo de estos.

Partido
Como señala Giddens (2010), Weber plantea que en las sociedades modernas la formación de partidos
es un aspecto importante del poder y puede influir en la estratificación, con independencia de la clase
y de la posición. El partido define a un grupo de individuos que trabajan conjuntamente porque tienen
orígenes, aspiraciones o intereses comunes

¿Qué es el Ingreso Nacional Bruto y el Producto Interno Bruto de un país?


El producto interno bruto es la variable más conocida y utilizada para analizar el desempeño de las
economías. Sin embargo, no es la que mejor refleja la cantidad de recursos con que cuentan los
residentes de un país para gastar o destinar a ahorro. Esto es así porque no todos los recursos que se
generan internamente permanecen en el país, sino que parte de ellos se transfiere al exterior por
concepto de remuneración de los factores de producción de propiedad de residentes en el resto del
mundo

Teorías de la modernización
Los aportes de la sociología científica inician una renovación de la disciplina, sus concepciones,
metodología y de la forma de concebir la relación entre realidad y transformación.

En ese momento histórico, se reconocía que la sociología tenía una larga tradición en América
Latina, pero esto era al mismo tiempo un obstáculo y un apoyo para el objetivo de establecer
una ciencia empírica. Solari et al. (1976) plantean que Gino Germani (uno de los iniciadores de
lo que se conoció como sociología científica) señaló que, por un lado, la sociología
latinoamericana era un apoyo porque era una tradición de “realismo social” en la región, un
esfuerzo por comprender la realidad latinoamericana; pero, por otro, era un obstáculo porque
creó una sociología académica estéril y anquilosada, que no otorgaba valor a la investigación
empírica.
La sociología científica tuvo uno de sus mayores exponentes en la teoría de la modernización. Solari y
sus colaboradores (1976) indican que uno de los postulados centrales de la teoría de la modernización
es que en la actualidad la sociedad se encuentra “en transición”, y el proceso de desarrollo económico
supone un estado inicial y un estado final. Por lo tanto, se entiende que culmina con el paso de una
sociedad “tradicional” a una “desarrollada”. El estado final se corresponde empíricamente con el de las
sociedades actualmente desarrolladas.

La teoría de la modernización concibe, entonces, al desarrollo como la adopción de pautas de


comportamiento, actitudes y valores identificados con la racionalidad económica moderna,
caracterizada por la búsqueda y obtención de la máxima productividad y ganancia.

Fuentes (2006) postula que el supuesto fundamental de la teoría de la modernización es la existencia


de tipos ideales (en el sentido weberiano) en extremos de un proceso evolutivo: la transición de la
sociedad tradicional hacia la sociedad moderna. Se presupone que las sociedades avanzan desde un
extremo de un continuo hacia otro extremo

Las ideas de Whalt Rostow, economista estadounidense, sintetizan los postulados de la teoría de la
modernización. Según indica Valencia (2005), fue Rostow quien mejor expresó esta teoría del desarrollo,
la cual dominó el pensamiento de las décadas de los 50 y 60.

1) La situación inicial es la sociedad tradicional. La característica de esta sociedad es la de una estructura


con funciones de producción limitadas y con un desarrollo científico también rudimentario, a falta de
ciencia y tecnología modernas puso límites a su modo de organización

2) La segunda etapa del proceso, siguiendo con el argumento esbozado en el trabajo de Preston (1999),
tiene que establecer condiciones previas para el despegue hacia el crecimiento autosostenido

3) La tercera etapa se vuelve “normal”. Rostow sostiene que el despegue implica la superación de los
viejos bloques y resistencias al crecimiento. Hay enclaves limitados de la actividad moderna que
finalmente se expanden y llegan a dominar el conjunto de la sociedad. En una década o dos, la
estructura básica de la economía se transforma de tal manera que hay una tasa constante de
crecimiento que puede ser sostenida regularmente. El impulso inicial se deriva del avance tecnológico y
de la formación del capital social fijo

4) En la cuarta etapa, hay un período largo de progreso y, como consecuencia de esto, las industrias
avanzan, maduran y se estabilizan. Este es un momento de buen ajuste a los mecanismos sociales e
institucionales: con el tiempo se establecen una economía y una sociedad maduras que se basan en la
absorción de nuevas tecnologías generadas internamente

5) La quinta etapa es el período de consumo masivo: los sectores principales se apartan de las industrias
pesadas hacia el abastecimiento de bienes de consumo duraderos y servicios en el mercado de
consumo. La sociedad ha efectuado el tan buscado cambio hacia una modernización.

Si bien en este momento histórico hay diferentes teorías del desarrollo, el denominador común puede
sintetizarse en dos postulados que influirán en las ciencias sociales hasta nuestros días, sobre todo, en
la metodología para comparar sociedades industriales desarrolladas y sociedades subdesarrolladas y
dependientes. Los puntos en común son los siguientes:
1) El subdesarrollo es una etapa previa y necesaria para alcanzar un capitalismo pleno

2) La segunda tesis es de orden metodológico. Se expresa en un conjunto de parámetros formales para


medir el subdesarrollo; se utilizan índices como: alfabetización, nutrición, natalidad y mortalidad,
ingreso per cápita, niveles de pobreza.

Teoría de la dependencia
esta teoría surgió en América Latina, en los años 60, para explicar las nuevas características del
desarrollo dependiente de la región. Esta perspectiva analítica es una crítica al marco interpretativo de
los anteriores modelos explicativos, como la teoría de la modernización, que ponía énfasis en un
supuesto subdesarrollo de las sociedades latinoamericanas, Si bien aquí hacemos referencia a la teoría
de la dependencia como un cuerpo coherente de análisis, en realidad se trata más bien de un conjunto
de autores con ideas que muchas veces no están de acuerdo. Bajo este contexto es más adecuado
hablar de teorías de la dependencia en plural y no en singular

Para Osorio (1995), hay dos grandes procesos que marcaron la historia y el curso de las ciencias sociales
latinoamericanas en los años sesenta, y que fueron la base de la teoría que nos ocupa. El primero de
ellos fue la Revolución cubana, que constituyó uno de los principales parámetros en las definiciones
teóricas y políticas del continente en la época. Este proceso puso en jaque gran parte de las
interpretaciones del marxismo clásico para entender la realidad latinoamericana y obligó a repensar los
modelos explicativos. El segundo factor que incide en el surgimiento de esta teoría es la creciente
integración del proceso productivo de las economías de América Latina con el capital extranjero en los
años 50 y 60. Nosotros podemos agregar un tercer evento de importancia: en la década de los años 70
culminan los procesos de descolonización de algunos países de África y Asia.

Para Theotonio dos Santos las ciencias sociales en la región comenzaron a reflejar una nueva realidad.
Como vimos en las secciones anteriores, las ciencias sociales se habían constituido en el siglo XIX en
torno a la explicación de la Revolución Industrial y del surgimiento de la civilización occidental como un
gran proceso social creador de la modernidad que correspondía a un nuevo estadio civilizatorio,
representado a veces como resultado histórico de la acción de las fuerzas económicas y sociales, como
son el mercado y las burguesías nacionales

Para Santos (1998), es la crisis del colonialismo la que pondrá en discusión algunos de los supuestos de
la evolución histórica. La idea de que la modernidad debería ser tratada como un fenómeno universal,
como un estadio social que todos los pueblos deberían alcanzar entra en crisis.

Es en este contexto que surge un campo de producción intelectual dedicado al análisis de estos temas,
con el título general de teoría del desarrollo, donde la característica central fue la de pensar el
desarrollo como una adopción de normas de conducta, actitudes y valores identificados con la
racionalidad económica moderna, caracterizada por la búsqueda de la productividad máxima, la
generación de ganancias y la creación de inversiones que llevasen a la acumulación permanente de las
riquezas por parte de los individuos y de cada sociedad nacional.

Santos (1998) señala que la teoría del desarrollo (la que estuvo vinculada a la teoría de la
modernización) buscó localizar los obstáculos de la plena implantación de la modernidad y definir los
instrumentos de intervención capaces de facilitar el alcance de los resultados deseados, en el sentido de
aproximar cada sociedad existente a esta sociedad ideal.

Solari y sus colaboradores (1976) señalan que este enfoque latinoamericano, conocido como teoría de la
dependencia, postula:

a) una integración entre las ciencias sociales y la historia;

b) una concepción del desarrollo muy diferente;


c) la consideración de la explicación la inserción de las sociedades latinoamericanas en el sistema
capitalista mundial como elemento esencial;

d) la consideración del problema político y del papel del Estado;

e) la identificación de las situaciones estructurales básicas y de las formas en que se sucedieron en


América Latina

Como señala Santos (1998), la teoría de la dependencia, intentó explicar las nuevas características del
desarrollo dependiente que se habían implantado en los países latinoamericanos. Desde la década de
los años 30, los países se habían orientado en la dirección de la industrialización, caracterizada por la
sustitución de productos industriales importados de las potencias por los producidos en industrias
nacionales.

Implantada de manera elemental en los años 30 y 40, la industria en los países dependientes y
coloniales sirvió de base para el nuevo desarrollo industrial de posguerra y terminó articulándose con el
movimiento expansivo del capital internacional, cuyo núcleo estaba formado por las empresas
multinacionales creadas entre los años 40 al 60. Esta nueva realidad respondía a la noción de que el
subdesarrollo significaba la falta de desarrollo. Este fue el contexto para comprender dos caras de un
mismo proceso; la plena implementación del desarrollo del capitalismo y de un sistema mundial de
producción producía de manera simultánea los hechos que se estaban estudiando: desarrollo y
subdesarrollo.

Debemos citar, también, dos importantes antecedentes de la teoría de la dependencia (Santos, 1998):

1) El surgimiento de una tradición crítica al eurocentrismo, implícito en la teoría del desarrollo. Se deben
incluir, en este caso, las críticas nacionalistas al imperialismo euro-norte-americano y la crítica a la
economía neoclásica de Raúl Prebisch y de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina).

2) El debate latinoamericano sobre el subdesarrollo, que tiene como primer antecedente el debate
entre el marxismo clásico y el neomarxismo, en el cual se destacan las figuras de Paul Baran y Paul
Sweezy.

Así, las ideas centrales de la teoría de la dependencia son (Santos, 1998):

1) el subdesarrollo está conectado de manera estrecha con la expansión de los países industrializados;

2) el desarrollo y el subdesarrollo son aspectos diferentes del mismo proceso universal;

3) el subdesarrollo no puede ser considerado como la condición primera para un proceso evolucionista;

4) la dependencia, con todo, no es solamente un fenómeno externo, sino que se manifiesta también en
diferentes formas en la estructura interna (social, ideológica y política).

Sintetizamos los puntos que debe tener la teoría de la dependencia en la actualidad, como escuela de
pensamiento que busque interpretar, ahora, la realidad social latinoamericana:

1) La teoría social se debe desprender de su extrema especialización y retomar la tradición de las


grandes teorías explicativas con el objetivo de reordenar el sistema de interpretación del mundo
contemporáneo

2) Esta reinterpretación debe superar, sobre todo, la idea de que el modo de producción capitalista,
surgido en Europa en el siglo XVIII, es la referencia fundamental de una nueva sociedad mundial.

3) La formación y evolución del sistema mundial capitalista debe orientar el análisis de las experiencias
nacionales, regionales y locales, buscando rescatar las dinámicas históricas específicas como parte de un
esfuerzo conjunto de la humanidad por superar la forma explotadora, expropiatoria, concentradora y
excluyente en que este sistema evolucionó.
4) El análisis de este proceso histórico debe rescatar su forma cíclica, procurando situar los aspectos
acumulativos en el interior de sus límites, establecidos por la evolución de las fuerzas productivas, y las
relaciones sociales de producción, la justificación ideológica de estas relaciones y los límites del
conocimiento humano.

5) En este sentido, la evolución de la ciencia social debe ser entendida como parte de un proceso más
global de la relación del hombre con la naturaleza: la suya propia, la inmediata, la ambiental y el
cosmos, solo aparentemente ausente de la dinámica de la humanización.

También podría gustarte