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10-05-2019

Las opciones que pone Trump sobre la mesa


Manuel E. Yepe
Diario ¡Por esto! (Mérida)

¿Estará el Presidente Trump a punto de invadir Venezuela? Sus asesores siguen diciendo
en términos cada vez más enérgicos que “todas las opciones están sobre la mesa” y que
la intervención militar estadounidense para restaurar la constitución de Venezuela
“puede ser necesaria".

El Secretario de Estado Mike Pompeo, por su parte, argumentó en los programas de


noticias del domingo pasado que el Presidente Trump podría lanzar un ataque militar
contra Venezuela sin la aprobación del Congreso porque “él tiene toda las autoridad que
le confiere del Artículo II de la Constitución y seguramente cualquier acción que tomemos
en Venezuela resultará legal”. El hombre que recién se jactó de sus mentiras, trampas
y robos, está dando muchas nuevas pruebas que respaldan esa confesión suya.

Lo cierto es que el presidente no tiene autoridad constitucional para iniciar una guerra
con Venezuela o cualquier otro país que no haya atacado o amenazado creíblemente a
Estados Unidos, sin la aprobación del Congreso. Es así de simple, afirma Ron Paul, ex
congresista republicano por el estado de Texas y candidato en 1988 a Presidente de la
nación por el hoy inexistente Partido Libertario.

Es irónico que Pompeo y el resto de los neoconservadores de la Administración Trump,


a quienes poco les importa la Constitución de su propio país, estén dispuestos a atacar
a Venezuela “para restaurar su constitución”.

Es llamativo que mientras Washington estuvo paralizado dos años por las desmentidas
afirmaciones de que los rusos se habían inmiscuido en las elecciones para elegir a Trump,
¡qué hipócrita resulta que Washington ni siquiera vacile en apoyar la revocación real de
unas elecciones en otro país!

Pero sin la autoridad del Congreso, cualquier acción militar de EEUU contra Venezuela
sería ilegal y probablemente un delito impugnable. Por supuesto, los demócratas que
hablan de destituir a Trump nunca soñarían con destituirlo por haber iniciado ilegalmente
una guerra, porque demócratas y republicanos estadounidenses por igual aman las
guerras ilegales de EEUU, afirma Ron Paul.

Desafortunadamente, Washington es tan adicto a la guerra que el presidente Trump


probablemente tendría poca dificultad en obtener autorización del Congreso para invadir
Venezuela si se molestaran en pedírsela. Al igual que con la desastrosa invasión
estadounidense de Irak en 2003, los medios convencionales de comunicación no son
más que una ininterrumpida propaganda de guerra.

Según Ron Paul, algunos probables candidatos de los llamados progresistas, como
Rachel Anne Maddow, personalidad de la radio, presentadora de televisión, y
comentarista progresista estadounidense, están atacando a la Administración Trump, no
por su temeraria afición por el uso de la armas en Venezuela, sino por no ser lo
suficientemente agresiva.
La verdadera lección es que incluso una guerra “constitucional” contra Venezuela sería
una contienda injusta. Sería una guerra de agresión por la que los estadounidenses
deberían estar disgustados y avergonzados. Pero los principales medios de comunicación
están difundiendo las mismas viejas mentiras a favor de la guerra, en tanto que los
medios de comunicación independientes son atacados por campañas de muchos medios
sociales que se han asociado con entidades del gobierno de Estados Unidos para decidir
cuáles noticias son fake o falsas, y cuáles ciertas.

El más reciente motivo de indignación mostrado por los medios dominantes de


información ha sido por algo de lo más sensato que ha hecho el presidente Trump
últimamente: la semana pasada estuvo una hora al teléfono con el presidente ruso
Vladimir Putin para discutir, entre otras cosas, la peligrosa situación en Venezuela.

Mientras que los asesores neoconservadores del presidente Trump están tratando
deliberadamente de posicionarlo para que la guerra resulte la única opción, podemos
esperar que el presidente Putin haya podido explicarle que el problema de Venezuela
debe ser resuelto por los propios venezolanos. Ciertamente, Estados Unidos, quizás
junto con los rusos, podrían ayudar a facilitar las discusiones entre gobierno y oposición
como alternativa para el camino neoconservador hacia la guerra, que de seguro
terminaría como todas las demás guerras neoconservadoras, con un desastre total.

Los medios de comunicación dominantes estadounidenses están furiosos porque Trump


se atrevió a hablar con Putin cuando Rusia y Estados Unidos se enfrentaban de manera
cada vez más aguda en torno a la situación en Venezuela.

Demócratas y neoconservadores presionan para que se produzca una confrontación


directa en la que pueda ser implicada Rusia. Los republicanos están de acuerdo con
ambos en esto.

¿Será que prefieren realmente una guerra termonuclear en torno a Venezuela?, se


pregunta el veterano médico y político ultraliberal estadounidense Ronald Ernest “Ron”
Paul.

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