Está en la página 1de 7

Reporte del pueblo judío

Alumno : Lina vanessa marin Zamudio

Área : religión

Profesor : Diego romero

Curso: 11-01

JM

Colegio: Saludcoop Norte

Area: sociales

Ciudad: Bogota D.C

Año: 2018
Parte del extremo occidental de la Media Luna de las Tierras Fértiles está ocupada
por una región que en los tiempos antiguos fue conocida con el nombre de Palestina
porque en su zona costera se establecieron los filisteos, pues ellos habían dado el
nombre de Filistia a la región de Jerusalén; pero más tarde los griegos transformaron
el nombre en Palestina.

Palestina limita al norte con Líbano, al este con el desierto de Siria, al oeste con el
mar mediterráneo y al sur con la península del Sinaí. Es un país pequeño de 25,000
kilómetros de superficie, atravesado por el río Jordán, que desemboca en el Mar
Muerto; por sus características geográficas, solo la tercera parte del territorio es
fértil y propicio para la agricultura y el pastoreo. Palestina es también un país de
tránsito obligado entre Mesopotamia y Egipto; es decir, la ruta de los invasores, de
los comerciantes y de las ideas.

Desenvolvimiento histórico

El término Judíos en la actualidad se utiliza como sinónimo de hebreos e israelitas.


Sin embargo, tanto en el plano histórico como en el étnico, estas palabras tienen
distinto significado. En cuanto al término histórico general, la palabra hebreo no
posee una connotación racial, por lo que se le aplica a cualquiera de las tribus
nómadas semitas que vivieron en el Mediterráneo oriental antes del 1300 a.C. En la
historia judía, este término se ha aplicado de una forma concreta a aquellas tribus
que aceptaban a Yahvé como su único Dios, desde su origen, hasta que conquistaron
la Antigua Palestina, llamada Canaán, y, en el 1020 a.C., se transformaron en una
nación unida, regida por un rey.

El término israelita hace mención a un grupo nacional y étnico específico,


descendientes de los hebreos y unidos por lazos culturales a través de su religión.
Para los historiadores, este término se refiere a esta comunidad, desde la conquista
de Canaán, hasta que el rey asirio Sargón III (reinó entre 722-705 a.C.) destruyó el
reino de Israel en el 721 a.C.

El término judío se refiere a un tercer grupo, por su identidad cultural descendiente


de los dos anteriores, desde los tiempos de su retorno de la cautividad de Babilonia,
hasta la actualidad. La palabra proviene del término hebreo yehudí, que en un
comienzo significaba ser un miembro de la tribu hebrea de Judá; más tarde pasó a
ser Judea, nombre que se aplicaba al Estado judío, y por extensión se aplicó a todo
habitante de Judea.

Estas son las etapas más sobresalientes de la historia hebrea o judía en la Edad
Antigua:

Origen del pueblo de Dios

Los hebreos fueron hombres semitas originarios de Caldea, que vivieron largo
tiempo en Ur bajo el mando de un jefe de tribu o patriarca. Según la Biblia, su
patriarca Abraham, contemporáneo de Hammurabi (1792-1750), recibió la orden de
partir, por parte de Jehová, su Dios, y trasladarse a Canaán, la tierra prometida.
Abraham siguió la ribera del Eufrates hasta Harrar, bajó a Siria y penetró a
Palestina. Los habitantes de la región designaron a estos invasores con el nombre de
hebreos, que significa "los que vienen de más allá del río". Siguieron siendo
pastores nómadas hasta que se detuvieron cerca del monte Hebrón.

Los hebreos reunieron sus tradiciones históricas en el Antiguo Testamento. Según


ellas, su historia empieza con la creación del mundo.

Antes del Diluvio hubo solo una gran familia; después del Diluvio, Sem, Cam y
Jafet, hijos de Noé, dan origen a tres grandes grupos de diferentes características
raciales y de hablas distintas. El patriarca Abraham, descendiente de Noé, gobernó
varias familias que tenían cada una de ellas su respectivo jefe. Él era el encargado
de comunicarse con Jehová.

Para poder establecer su tribu en Israel, luchó contra los hititas y los semitas de
Palestina. Los hijos de Abraham, a los que inculcó la religión monoteísta, fueron
Ismael, padre de los árabes, e Isaac. Este último tuvo con su esposa Rebeca, a su
vez, dos hijos: Jacob y Esaú. Jacob el menor, preferido de su madre, obtuvo el
derecho de primogenitura y la bendición paternal usurpando el lugar de su hermano
Esaú, de esta manera recibió de Jehová el nombre de Israel, es decir, el que lucha
con Dios, así como su reconocimiento como nuevo patriarca hebreo. Desde
entonces se llamó israelitas o hijos de Israel a los hebreos.

La historia de las doce tribus descendientes del patriarca Jacob, debe ser vista a la
luz de la conciencia nacional que desarrollaron los escribas judíos cuando en los
siglos V y VI a.C. recopilaron y editaron los libros históricos. En su esfuerzo por
relatar una historia que fuera ligada y detallada, tratando de establecer un
antepasado común para todos, los recopiladores de las tradiciones orales anteriores
no dudaron en incluir leyendas, dándoles categoría histórica. Sin embargo, la
narrativa bíblica va acorde con la teoría histórica. Las escrituras se refieren a doce
tribus hebreas, descendientes de doce hijos del patriarca Jacob: Aser, Benjamín,
Dan, Gad, Isacar, José, Judá, Leví, Neftalí, Rubén, Simeón y Zabulón. Los
estudiosos de la Biblia consideran la historia de Jacob como un hecho simbólico,
propio de historias tribales, disimuladas bajo el disfraz de experiencias personales.

Según la teoría y las tradiciones históricas, el rastro de los antepasados arameos de


Israel se localizaría aproximadamente en la ciudad de Ur, en Sumer, en el curso
inferior del río Eufrates. Más o menos durante los primeros años del II milenio a.C.,
un grupo de tribus arameas emigraron a la zona de los alrededores de Carrae (actual
Harran, Turquía), antigua colonia babilónica. Siglos más tarde, varias uniones de
grupos familiares de estas tribus emigraron hacia el oeste y hacia el sur,
estableciéndose en grupos dispersos por los alrededores del río Jordán. Las
comunidades que se establecieron en las proximidades de este río se transformaron
en las tribus hebreas, dentro de las que se incluyen los amonitas, moabitas, edomitas
y los hebreos, que rendían culto a Yahvé. Dentro de la Biblia, este periodo de
migraciones tribales es conocido como la época de los patriarcas.

Periodo del patriarca del pueblo judío

Los hebreos emigraron a Egipto donde la vida era más fácil. Primero emigró José,
hijo de Jacob, quien alcanzó favores especiales en la corte del faraón por su
habilidad para interpretar los sueños, después, hacia 1660 a. C. Se le unieron sus
once hermanos y su padre con sus propias familias y servidores.

Cuando hacia 1580 a.C. la XVII dinastía logró expulsar a los faraones hicsos, los
egipcios sometieron a los hebreos a esclavitud. Los obligaron a trabajar, de
preferencia en el Nilo y en la construcción de templos y palacios. Para evitar un
aumento de población extraña, el faraón mandó matar a todos los niños hebreos, que
nacieran. Según la Biblia, Moisés, ―el salvado de las aguas‖, fue recogido por una
princesa egipcia a orillas del Nilo. Moisés fue educado en un palacio y después en
un templo. Mató a un egipcio que atormentaba a un hebreo y tuvo que huir a la
Península de Sinaí. Allí le ordenó su dios que hiciera salir de Egipto a sus hermanos,
para tal fin Moisés fue delante del faraón e hizo una serie de milagros, sin conseguir
nada, Dios mandó a Egipto una serie de de azotes terribles, conocidos en la
tradición bíblica como ―las diez plagas de Egipto‖, asustado el faraón permitió
entonces la salida.

Libro del éxodo salida del pueblo

Se cuenta que los hebreos tuvieron que vencer muchas dificultades para poder salir
de Egipto. Cuenta la Biblia que la tribu de Leví, en unión de Moisés, llevó a los
hebreos a través del Mar Rojo mientras el ejército egipcio los perseguía. Este hecho
político significó para los hebreos la persecución, la esclavitud o el exilio. Muchos
historiadores consideran el éxodo como el esfuerzo con resultados positivos de los
hebreos que estaban sometidos a la esclavitud en Egipto por reunirse con otras
tribus hebreas, con las que mantenían lazos de parentesco. No existen vestigios
arqueológicos del éxodo, ni siquiera en los monumentos egipcios, probablemente
porque los hebreos egipcios no eran un número significativo, y no causó gran
trascendencia en Egipto.

Moisés dejó a su pueblo en las llanuras de Sinaí y subió a la cima del monte. Allí
prometió a Jehová, en nombre de su pueblo, no tener otro dios y Jehová le prometió
su protección si acataba la "Tabla de la Ley", el "decálogo" o los llamados "Diez
Mandamientos".

Esta primera religión incorporó y luego legó al posterior judaísmo conceptos que
hacían referencia a la propiedad, a los derechos individuales, a la moralidad sexual y
a la importancia de la igualdad entre todos los miembros de la comunidad. La
principal característica de los semitas nómadas era la del respeto a los derechos
personales y el amor por la libertad; estas características, sumadas al concepto de un
Dios creador, legislador y rey, pasaron a formar parte de la religión de Israel, y más
tarde de su teoría política.

La conquista de Canaán durante el II milenio a.C. fue consumada tanto con pactos
de alianzas y celebraciones de matrimonios con los habitantes de la zona, como por
las armas. Además, los invasores tuvieron una oportunidad única para imponer su
dominio: el imperio egipcio, hitita y sumerio ya no tenían el poder de antaño, y el
asirio, eventual gran competidor, no contaba aún con fuerzas suficientemente
organizadas. Bajo el mando de Josué, sucesor de Moisés, las tribus de Yahvé
cruzaron el río Jordán, conquistaron Jericó y los alrededores, y se establecieron en el
oeste de Palestina. Durante el periodo de los Jueces, grandes líderes civiles y
militares, los hebreos, quienes ya eran conocidos como israelitas, lograron asegurar
sus tierras. Tuvieron que defenderse de las invasiones de los moabitas, de los
madianitas, y sobre todo de los filisteos, quienes habían emigrado de los territorios
que circundan el mar Egeo.

Los jueces eran considerados como intermediarios entre Dios y el pueblo, fueron jueces: Gedeón,
Jefté, Sansón y el último Samuel.

También podría gustarte